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Género Batre los logros significativos del activismo ferminista resalta la cada vex nis amplia incercién de la categoria de andlisis social gévero tanto dentro del discurso politico como del académico. Este concepto, que ha logra- do permear tambign los ambitos oficiales, literarios y populares, ha ido adquiriendo poco a poco fuerza, pues obliga a reflexionar sistemstica y constantemence sobre un tema que no puede ni debe ser esquivado: las telaciones de desigualdad entre las mujeres y los hombres. En estas paginas recupero y reviso reflexiones que he desarrollado en distintas oportunidades, y que he plenteado a distintos publicos, con el propésito de contribuir —acaso con nuevos matices— a un debate cuyo tinico propésito es reforzax, cada ver més, el desciframiento de lacompleja construccién de la diferencia sexual. Género y sexo Sine es tarea sencilla esclarecer Tas arraigadas suposicioniés de que les diferencias universales entre los sexos existen por virtud de la naturaleza opor voluntad divina, atin més problemitico parece aclarar la confusién catre los términos géniero y sexo. Por cuanto se refiere especificamente ala palabra gévera (del latin gone 9 ers, “clase”) en lengua espanola (Moliner 1992), abordaré brevernenie las diferencias entre sus tres principales acepciones, para desarrollas ix exiento la definiciéa que hoy ha dado pie a conceptos como perspectins de género o problemas de génoro. La primera es: clase, tipo o especie ("4 gSnerd musical"; “el género hamano w homo sapiens”; “este género de cot- ducta"), que paca los angloparlantes es genre. La segunda es la tradiciond), que implica sexo (en inglés: gender). Ia tercera es una nueva significaccn que se sefiere al conjunto de creencias, atribuciones y prescripciones culturales que establecen “lo propio” de los hombres y “lo propio” ce las mujeres en cada cultura, y que se usa para comprender conductas in- dividuales y procesos sociales, asi como para disefiar politicas puiblicer (también gender, en inglés). Sibien es complicado que dos conceptos distintos, como genre y ger- der, se traduzcan con el mismo término de género, el asunto se entede ata ‘nds porque gender tiene a su vez. dos acepciones: la tradiclonzl de sexo biolégico y la nueva de simbolizaciéa cultural. Hoy él uso cotidiano del término género circula en la vida social con las tres acepciones; y, aunque con los tres hombnimos puede alucirse a las diferencias entre mujeres y hombres, todavie hey poca clatidad respecta de su uso conceptual. Esto explica por qué las disertaciones angléfonas navegan sin conflicto entre las dosacepciones de gender (como sexo y como simbolizacién), mientras que en lenguas romances se dificulta la distincién entre gender y genre. E] mde reciente significado de géuero al que me refiero alude a la simbolizacién que se hace de la diferencia anatomica, que es construida culturelmente ¢ internalizada en el psiquismo de los seres humanos. Esta acepcién de géneso revela una logica cultural, omnipresente en todas las dimensiones de le vida social, que condiciona las normas sociales y el sis- tema juricico, y tine la construcciéa de la identidad psiquica, Cuando se usa el concepto diferencia de género se apunta hacia la dife- rencia entre hombres y mujeres; aqui, entoncss, género puede utiizarse como sindnimo de sexo y también como referente para las diferencias sociales, De manera universal, los seces humanos registran un hecho idéntice: la diferente sexuacida de los machos y las hembras. Cada cultura otorga significados a esa diferencia anatSmica y en cada cultura este simbolizacisn dela sexuacién estructura los usos y costumbres particulares, ademas de ‘GENERO que determina las relaciones miltiples simbolizaciones de sexuacién, las cuales llevan as propio” de los hombres y"lo¢ comparar las visiones de paise pare obscrvar que —6i bienla se han desarrellade respecto: y pueden hacer resultan muy La attibucidn de caracteri responde a una serie de prok ciona simultaneamente coma interpreta al mundo, y tambié ocasiones he llamado armadl accicneé, las oportanidades } de si tienen cuerpo de mujer Elgénero, esa logica cull. todas las sociedades, es un mu social, y es el medio més pe dad socioecondmica entre ls condiciones —como la clast articulan y mezclan (interse ndmenos 0 caracteristicas q marginacién o subordinaci6r que determina el acceso al: ciales; tampoco es la princi que padecen los seres hume Lanueyaacepeién de ge la biologia de lo que se const ‘A finales de la década de 19 de género con la frase que t problemitica fernenina: "No filésofe francesa planted que a ser ‘mujeres’ no e331 biol psicolégicos que las marca nes; sostuva que Tos datos través de sistemas culturale Nasa LAMAS _ginero (del latin gemues abordaré brevemente ss, para desarrollar i ttos como perspectiva ase, tipo 0 especie (“el "este género de con undaes la tradicional, na nueva signifieacion nes y preseripciones bres y “lo propio” de prender conductas in ‘ar politicas péblices tos, como genre y gen- Lesunto se enreda atin la tradicional de sexo sy e) uso cotidiano dal acepciones: y, aunque encias entre mujeres y u uso conceptual. Esto 1 sin conflicto entre las ibn), mientras que 2 gender y genre. rme reflero alude a la sica, que es construida os seres humanos. Esta nipresente en todas las rormas sociales y el sis id psiquica, »se apunta hacialla dife~ 10 puede utilizatse como as diferencias sociales. tran un hecho idéntico: 2s. Cad cultura otorga Utura esta simbolizacion pacticulares, ademés de que determina las relaciones de poder entre mujeres y hombres. Existen riltiples simbolizaciones de esa constante bioldgica universal que és la semnacién, las cuales llevan a contrastar los mandatos cultuzales sobre “lo propio” de los hombres y'“lo propio” de las mujeres en cada cultura, Baste ‘comparar les visionas de paises escandinavos, orientales y latinoamericanos para observar que ~sibien la sexuzcién es igual—las simbolizaciones que sehan desarrollado respecto ¢ lo que las mujeres y los hornbres deben ser ypueden hacer resultan muy diferentes. Leatribuciin de caracteristicas, sentimientos y habilidaces diferenciadas resporde a una serie de prohibiciones simb6licas. Por ello, el género fun- ‘ona simultaneamente como una especie de “filtco” cultural con el cual se interpreta al mundo, y también como una especie de freno —al que en otras ocasiones he llamado armaduera— con el que se constrifien los deseos, las seciones, las oportunidades y las decisiones de las personas, dependiendo de sitiencn cuerpo de mujer o cuerpo de hombre, El género, esa Logica cultaral con consecuencias ps{quicas que existe en todas las sociedades, es un mécanisme principalisimo para la reproduccién social, y es el medio més potente para ¢l mantenimiento de la desigual- dad socioeconomica entre las mujeres y los hombres. Sin embargo, otras ‘eonciciones —como la clase social, la pertenencia étnica 0 la edad— se articulan y mezclan (intersectan) con el género, potenciando ciertos fe- némenos o caracter‘sticas que prochicen formas especificas de opresion, marginacién o subordinacién. Por ende, al género no es el inico elemento que determina el acceso a las oportunidades econdmicas, politicas y s0- ales; tampoce es la principal causa de las desventajas 0 desigualdades que padecen los seres humanos, La nueva acepcién de gender, creada para distinguir lo que se derive de i: biologia de lo que se construye en lo social, tiene un famoso antecedente. A finales de la década de 1940, Simone de Beauveit esbo26 el significado ge género con la frase que inauugnré la forma moderna de comprencer la problemiética fomenina: “No se nace mujer, se llega a serlo” (1999: 207). Esta fldsofa francesa planteé que lo que hace que las hembras humanas lleguen aser “mujeres” no ¢s su biologéa, sino el conjunto de procesos culturales y sicologicos que las marca con determinadas atribuciones y prescripeio resy sostuvo que les datos biol6gicos del sexo solo cobran significacién a tavés de sistemas culturales de interpretacién. Asi, De Beauvolr concluys 158 vara Lats que las earacteristicas humanas consideradas “femeninas” son adquiridas por las mujeres mediante un complejo proceso individual y social, en ver de devivarss “naturalmente” de su anatomia. En la déceda de 1950, el psicSlogo estadounidense John Money esta- blecié la nueve acepeién de gender en oposicién al hecho biolégico del se. En su investigacidn sobre hermafroditismo intersexwalidad se vio en la necesidad de desarrollar un discurso mas preciso sobre la construccidn de las identidades femeninas y masculinas. Las reflexiones de Money con los médicos Jean y John Hampson (19s, 1957) fueron el punto de partida para esa nueva distincién entre sexo y género. Estos especialistas del Hospital Johne Hopkins de la Universidad de Baltimore acuftaron el concepto de re! de género (gender role) paca relerirse a todo lo que una petsona dice y hace para mostrarse como nifio uhombre, o nia © mujer, Mas tarde, quien retoma la propuesta conceptual de distinguir entre sexy gender, y trabaja con la nueva definicisn, es el psicoanalista y médica psiquiatra Robert Stoller, de la Gender Identity Research Clinic (circ) de la Universidad de California en Los Angeles (ca), Stoller fue muy claro alusar el término gender: “[también] se puede aludir a la masculinidad ye feminidad sin hacer referencia alguna a la anatortfa 0 ala fisiologia" (1968: viiiix), De manera que “aunque para el sentido comin sexo y género son practicamente sinénimos, y en la vida cotidiana parecen estar inextrica blemeate ligades [..] su relacién no es uaivoca, sino que cada cual puede seguir un camino independiente” (1968: i) Desde la perspectiva de Stoller, que posteriocmente serd retomadaea el campo de las ciencias sociales, en la categorfa género se articulan ties instancias hasices: i) la asignacion (rotulacin oatribucidn) de género, que establece a partir de ja apariencia externa de los genitales en el nacimiente; ii) lnidentidad de género, que se determina aproximadamente al adquitit el lenguaje (entre los 2'y 3 afios de eded), y no implica un conecimienty de la diferencia anatémica entre los sexos: las nifitas de esas edades s2 seben “nifias’ y los niiiitos, “nifios” (de acuerdo con cada cédigo cultural), yson capaces de elegir ropa y juguetes de acuerdo con su identidad socia, aunque desconozean la diferencia relativa a los genitales; y il) el papel o rol de género, que se forma con el conjunto de normas y prescripciones que transmite la sociedad sobre el comportamiento femenino 0 masculine: algunas son explicitas y otzas extin entretejidas en la cultura, enero La definicién com ‘muy itil en muchos ser nueva acepeidn de gene mediados de la décade tedricas con ef fin dee ysu impacto en la vide Dos ensayos clave concepto de género en. Rubin (1975) que prod sexo género" cams el ¢ dad transforma la sexu humana; con este “peo de normas a partir de procreecién ¢s melde: manera que se consid extrafia, Por otro lado, Joz como una forma prima los cuatro elementos turalmente disponible culturales de los dos eas de géneco como a el otro, agresividad, fk manifiestan les interp: religiosas, educativas, y unfvocamente el sig iit) las instituctones y (el sistema de parente sexos, las institucione individual como la col cién histérica y a la te le categoria “nnujer’ ¢ Ademés, Seott inteod vaclon inconsciente p “femeninas” son edquiridas ‘individual y social, en vez unidense John Money esta- mal hecho biolégico del sex. intersexualidad se vio en la jiso sobre la construccién de aflexiones de Money con los on ol punte de partide para as especialistas del Hospital acufaron el concepto de rol que una persona dice y hace y mujer, nceptual de distinguir entre es el psicoanalista y médico ty Reseach Clinic («1nc) de ex.s). Stoller fue muy claro aludic a la masculinidad y la tomfa oa la fisiologia” (968 Jo comin sexo y género son ana parecen estar inextrica- sa, sino que cada cual puede ssiormente ser4 retomada en orfa género se articulan tres atvibucidn) de género, que se ds genitales ent el nacimiento; proximadamente al adquirie 1o implica un conocimiento es nifitas de esas edades se fo con eada cédigo cultural), érdo’con suidentidad social, 1s genitales; yi) el papel o de normas y prescripciones tiento femeninoo masculine: asenla cultura La definicién conceptual de la diferencia entre sexo y génera resulté ‘muy util en.muchos senticos y, poco después de la discusién psicomédica, la ‘nueva acepcion de gender entré en el campo de las ciencias sociales. Desde mediados de la década de1970 se realizaron investigaciones y elaboraciones teéricas con el fin de comprender mejor el entramado de la simbolizacién ysu impacto en la vida de los seres humanos. Dos ensayos clave enmarcaa Ia exploracién de la construccién del concepto de géiero en su contexto social y cultural: por un lado, el de Gayle Rubin (1975) que produjo posteriores reflexiones, pues definié al “sistema sexo/género” como el conjunto de acuerdosa partir de los cuales una socie- dad transforma la sexuacion en un products de la actividad simbolizadora humana; con este “producto cultural’ cada sociedad establece un conjunto denormas a partie de las cuales la materia cruda del sexo humano y de la procreacién es moldeada por la intervencién social, y se satisfece de una manera que se considera ‘natural’, aunque a ojos de otras culturas se vea xtra Po: otro lado, Joan W. Scott (1997) consolid6 la definicion de género como una forina prlimaria de relaciones significantes de poder. Scott plantes los cuatro elementos que lo constituyen: i) los simbolos y los mitos cul turalmente disponibles y sus representaciones multiples (los arquetipos culturales de los dos sexos son la madze y el guerrero, con earacteristi- cas de género como abnegucién, ternura y pasividad, por un lado y; por lotro, agresividad, fuerza y violencia); i) los comceptos normativos que smanifiestan las interpretaciones de los simbolos y se expresan en doctrinas religiosas, eeucativas, cieatificas, legales y politicas pare afirmar categbrica } univocamente el significado de var6n y mujer, mssculino y femenino; i) las instituciones y organizaciones sociales de las relaciones de género elsistema de parentesco, la familia, el mercado de trabajo segregado por e103, les instituciones educativas, a politica), yiv) la identidad, tanto la individual como la colectiva. Su ensayo abrié nuevos cauces ala investiga- én histérica yale teorizacién feminista, pues subrayé la histoticidad de bi categorfa ‘mujer’, que se suele tomar como una realidad autoevidente. Ademés, Seott introdujo una reflexi6n sobre la intencionalidad y la moti- vacidn inconsciente presentes en el campo sociopolitico. 160 aaa Ls La ampliacién del debate oe mujer u hombre y, si tun conjunto de prée tar las identidades f heterosexual. Su pr Bourdieu, que es als un principio generae el proceso de adquis vidad: en la forma « su autoconcepeién, hegeménicos de su eso las pricticas hit minadas porlas con producidas porlas! Apartir dele & el discurso politico gubernamentales ¥ sea, que contemple diferenciadas y rep! La propuesta legen del género' yse ent Jas instancias de g con ese enfoque. El género se © contenidos distin Esta simbolizacio de les hombres (i oposiciones que o los papeles y luga nas aprohenden ¢ crianza, ellengus, las pricticas cotie ferencias, las idee ylo “propio” dele organizacién con Ia via del lengua Entre finales de la década de 1580 ¢ inicios de la de 2990, el debate inte: lectual sobre el gévero cobra un impulso sustantivo con intelectuales de Ja talla de Derride, Giddens, Hebermas y Rorty, quienes se involucran en discusiones con las ferninistas. Por su parte, Pierre Bourdiew, quien levebs tiempo trabajando una reflexién especifica sobre el género como légice cultural, analiza cémo los habitus de la masculinidad determinan las pricticas de los hombres, y los de ls feminidad las practicas de las mujeres ast se reproduce el orden social y simbélico: Ia dominacién masculina, St primer enseyo al respecte data de 1990 (Bourdieu 1995), y en 1999 publicé cllibro La domination masculine, que al afio siguiente aparecié traducide al espatiol (Bourdicu 2090). Paulatinamente se va instalando en el campo intelectual una compren: sién del género como un conjunte de expectativas y creenctas sociales que troquela la organizacion de la vida colectiva y que produce desigualdad respecto a la forma en que las personas veloran y responden alas acciones de los hombres y las mujeres. Precisamente el género hace que mujeres y hombres sean los soportes de un sistema de reglamentaciones, prohibiciones y opresiones reciprocas, marcadas y sancionadas por el orden simbdlico. ‘Al sostenimiento de tal orden contribuyen por igual mujeres y hombre reproduciéndose y reproduciéndolo, con papeles, tareas y précticas que cambian segiin el lugar 0 €l tiempo, pero que mantienen la oposicién entre “lo propio” de los hombres y “lo propio’ de las mujeres. En la década de 1990 irrumpe la reflexion de Judith Butler con un giro clave en donde “el género resulta ser performativo, es decir, que constitu- ye la identidad que se supene que es” (2990: 25). Batler toma distancia de la diferenciacién ya consolidada entre sexo y género y plantes al género como un acto performative, en el que el significado es construido por los mismes términos que participan en su definiciba. Por eso la persona in- terpreta las normas de género recibidas de tal forma que las reproduce y organiza de nuevo, Esta fil6sofa desarrolla un alegato sobre la construccién de la identidad y Is simbolizacion de la ciferencia anatsmica donde reto- ma el pensamienta de Freud y Leean para reivincicar la flexibilidad de la orientacién sexual que, por la fuerza del inconsciente, se resiste a aceptar elmandato cultural heterosexista ran Lanes ¢ la de 1990, el debate inte- tantivo con intelectuales de ty, quienes se involucran en erre Bourdieu, quien llevaba obre el génera como Logica sculinidad determinan las les prdcticas de las mujeres; adominacién masculina. Su éiewsg93), yen 1998 publics siguiente apatecié traducido apo intelectual una compren- tivas y ereencias sociales que ty que produce desigualdad any responden a las acciones dl género hace que mujeres y slamentaciones, prohibiciones adas por el orden simbdlico- yor igual mujeres y horabres, ipeles, tareas y précticas que mantienen la oposicién entre as mujeres ndeJudith Butler con un giro nativo, es decir, que constitu- 5), Butler toma distancia de y genero y plantea al géncro sificado es construldo por los sicién. Por eso le persona in- tal forma que las reproduce y talegato sobrela construccién rencia anatémica donde reto- civindicar la flexibilidad de la onscientte, se resiste a aceptar Butler problematiza las creencias esencialistas en torno a qué es ser tnujer u hombre y,siguiendo a Foucault, define el género como el efecto de un conjunto de précticas reguletivas complementarias que busean ajus- tar las identidades humanas al modelo duelista hegeménico: la mateiz heterosexual. Su propuesta coincide con la formulacién de habitus de Bourdieu, que es al mismo tiempo un producte (el entramado cultural) y un principio generador de cisposiciones y précticas. £1 género es central ent elproceso de adquisicion de la identidad y de estructuracién de la subjeti- ‘dad! en Ja forma de pensarse, en la construccién de su propia imagen, de au autoconcepcién, los seres humanos ntilizan las categorias y elementos hegeménicos de eu cultura, presentes en los habitus y en el lenguaje. Por eso las practicas humanas no son solo estrategias de seproduccién deter- rminadas per las condiciones sociales de produccién, sino que también son peeducldas por las subjetividades. A partir de la década de 1990, la nueva acepcisn de gender'seinstala en. a disearso politico. La ou y el Banco Mundial exigen que los proyectos gabernamentales y las politicas puiblicas tengan perspectiva de género, o sea, que contemplen los condicionantes culcurales que establecen pautas diferonciedas y reproducen la desigualdad social entre mujeres y hombres. Lapropuesta de gender mainstroamingse traduciri como “transversalizacion Gel nero’, y se entendecé como a instalacién de dicha perspectiva en todas has instancias de gobierno, ademés de Ja elaboracién de los presupuestos ‘on ese enfogue. E] género ce construye mediante la operacién universal, aunque con sentido simbélico a la diferencia sexual contenidos distintos, que ot: Esta simbolizacién, que cpone “lo propio” de las mujeres a “lo propio’ de los hombres (le femenina y lo masculino), se refleja en el conjunto de aposiciones que organizan el cosmos, la divisién de tareas y actividades. y Jas papeles y lugaxes sociales (Héritier 1996). La manera en que las perso- nas aprehenden esa divisin que precede a sa nacimiento es mediante la ceranza, ellenguaje y las actividades diarias, ¢s deciz, mediante la cultura y das pricticas cotidianas. Ya establecidas como un conjunto objetivo de re- ferencias, las ideas culturales sobre lo “propio” de las majeres (lo femnenino) ylo“propio" de lox hombres (lo masculino) estrucuuran la percepeién y la oiganizacin conexeta y simbélica de toda la vida social. As! la cultura, por lavia del lenguaje y los habitus, inculca en las personas normas y valores 162 Manta Laws de género profimdamente tacitos, al grado de que las propias personasles consideran “naturales” Este trabajo de inculcaciéa, a la vex sexualmente diferenciado y sexualmente diferenciacor, impone lo que se considera “ascalino” a los machos humanos y lo que se considera “fernenino” a les hembras humanas. Con le Jégica cultural de género se articula la confi- guracida de les relaciones entre mujeres y hombres, y los sezes hamanos vyuelven subjetivas les relaciones sociales ¢ hist6ricas. Las oposiciones entre “lo propio” de cade sexo se sotienen mutua, préctica y simbdlicamente, al mismo tiempo que los esquemas de penss- miento de los seres humanos las registran como diferencies “naturales" Esto dificulta que las personas tomen conciencia de la relacién de dominacién que esté en la base. Los habitus encarnan la relacion de poder, ¥ eso lleva a que se conceptualice Ia relacién dominante/dominado como natural. Por eso Bourdieu advierte que el orden social masculino esté tan profun- damente arraigado que no requiere justificacién: se impone a si mismo como auto-evidente, y es considerado como “natural” gracias al acuerdo “casi perfecto ¢ inmediato” que obtiene de estructaras sociales tales comola organizacion social del espacio y el tiempo y la divisién sexual del trabajo. Por otro lado, dicho orden simbdlico es internalizade en las estructuras cognitivas inscritas en los cuerpos ¥ en las mences. Este autor sefala que la socializacién tiende a efectuar una “somatizacién progresiva ée las rel clones de dominacién” de género, y de ahi que hable de una “subjetividad socializada” (Bourdieu 1995: £7). De la misma forma que las mujeres y Jos hombces son “producidos" por los fabitus, por el lenguaje y las practicas y representaciones sim- bélicas dentro de formaciones sociales dadas, también existen procesos inconscientes que moldean las identidades con elementos de génoro. Por ello, para comprender cabalmente qué es el aénero hay que tomar en consideracién el proceso de constitucion de la identidad. El ser humano es més que una anatomia o mas que una construccién social: también es psiquismo (inconsciente, pulsiéa, deseo), Somos seres biopsicosociales y cen esas tres dimensiones (le biolégica, la psiquica y la social) se inscribe d género. La identidad de género se construye en la subjetividad cultural y psiquica, y hay que tomar en cuenta que parte del proceso de estructura cidn psiquica es inconsciente. Los seres humanos nos vamos constituyendo como mujeres u hombres dentro de sistemas de significado, rodeades de atneno xepresentaciones de poder. La fuerz procteativo, prop come disposicione ‘Hoy en dia circ ead devivir dentro de seres humanos} para esclarecer los personas nos con. que postula la cor heterosexualidad, Pero no basta que tomar al géne otros sistemes de i gualdades y discr. de contar con uni con otros deter étnica, ete, en los cuando analiza ¢ run texto que con Ja interseccional otras desigualda feminista (MeCa Entre las orit a) Lacrticaas Plantea que ¢ si solo fuera tuviera nada establecen wr como unest mente en mi los proceso: de los seres ni del mand en que se el apa LANs «las propias personas los nya le vez sexvalmente vone lo que se considera onsidera “femenino” a las ineto se articula le confi- bras, y los seres huraanos rica. sexo se sostienen muta, xe los esquemas de pensa- Jiferencies “naturales” Esto Jarelacién de dominacién acién de poder, 7 e¢o lleva {dominado como natural. masculino esta tan profun- i6n: se impone a si mismo natural’ gracias al acuerdo cturas sociales tales como Ta divisién sexual del trabajo. mnalizado en les estructuras nies. Este autor sefiale que acién progresiva de les rela- ce hable de una “subjetividad shombres son “producidos” cas y representaciones sim- s,tembien existen procesos 5 con elementos de género. sel género hay que tomar en va identidad, HI ser humano ostruccién social: también es amos seres biopsicosociales y uica yla social) se inscribe el ene subjetividad cultural y tue del proceso de estructura- anos nos vemos constituyendo as de significado, rodeados de representaciones cultucales que, a su vez, estin inseritas en jerarquias de poder. La fuerza simbélica de la sexuacién, especialmente su aspecto procreativo, propicie que los habitus y los mandatos culturales se vean como disposiciones “naturales” Hoy en dia circulan diversos interrogentes en relacién conla compleji- dod de vivir dentro de un esquema simbélico que piensa que hay des tipos deseres humancs y que son complementarios. El concepto de género sitve gara esclarecer los procesos psiquicos y culturales mediante los cuales las, personas nos convertimos en hombres 6 mujeres dentro de un esquema que postula la complemientariedad de los sexos y la normatividad de la heterosexualldad. Pero no basta el género para comprender la condiciéa humana. Hay {que tomar al género como un componente en interselacién compleja con otros sistemas de identificacion y jerarquia que producen opresiones, dest gualdades y discriminaciones de distinto tipo. De abi lo impresciadible de contar con una perspectiva que analice cémo el género se intersecta con otros determinantes, como la clase social, la edad, la pertenencia éinica, ete., en los términos que desarrolle Kimberlé W. Crenshaw (1989). cuando analiza el caso de las mujeres aftoamericanas y Ia violencia en un texto que constituye el referente basico para el desarrollo tedrico de le interseccionalidad. Asimismo, la interseccionalidad del género con otras desigualdades est actualmente en el centro de la teoria politica ferninista (MeCall 2005) Entre las eriticas al concepto de género, destacan principaliente tres: @ Lworlitea a se uso reducctonista Plantea que con frecuencia se hablo dela construccién de género como si solo fuera el resultado de preseripciones culturales y lo psiquico no tuviera nada que ver. Se suele pensar que sobre el cuerpo bioldgico se ‘establecen tna serie de atribucianes, y que el género es algo que se hace, como un estilo corporal, casi voluntarlo, aunque arraigado profunda- mente en mandates culturales, pero no se toman en consideracién ni los procesos inconscientes nil imaginario, La identidad de género delos seres humanos no se desprende en automatico ni dela biologia ni del mandato cultazal, sino que se estructura a partir de la manera en que se elabora —inconsciente e imaginariamente— la diferencia 164 keer Lites sexual, Precisemente por su operacién en el inconsciente hay distintes formas de simbolizacién y, por lo tanto, distintas identidades. La con- dici6n transexual ¢s el ejemplo paradigmético de cémo el psiquisino puede entrar en contradicctén con el esquema cultural, pues implica un proceso ce identificacién de género contrario al que corresponde culturalmente por le anatomia. La comprensién del geneto muestra la complejidad que provoca la adquisicién del mandato cultural en ‘cuerpos sexvados y con inconsciente, ‘Otza forma de reduecionismo es considerar que solo usando el concepto se puede comprender cémo han sido inseritas, representades y normedas la feminidad y la masculinidad en determinada cultura, clase social o grupo etnico, Algunos autores, ejemplarmente Bourdiex, exploran ¢ intezpretan ese proceso sin vtilizar el concept "género" Desde la perspectiva de este pensador, las mujeres y los hombres reproducen ¢l conjunto de relaciones histéricas “depositadas” en sus cuerpos individuales en forma de habitus; y advierte que estas disposiciones, estructuradas de manera no consciente, regulan y armonizen sus acciones y reproducen al poder masculino. Segiin él, las estructuras mentales de las personas toman forma (‘se encarnan’) en jaactividad de la sociedad y el habitus se convierte en un mecanis- ‘mo de rétransmision de las creencies y practicas de la ferninidad y la masculinidad. Desde una posicién epistemoldgica, con consecuencias politicas, Bourdien desenmascara las premisas fundantes del genero sin usar el concepto. La critica sobre su capatidad heuristiea \Varias autoras han cuestionado la imprecisién de una categoria que se use para hablar de las mujeres, del sexo o de una Jégica de la cultura Tal vez lo mas comin es tomar género por mujeres, pero también es cierto que, en el discurso académico, génere se usa demasiado am pliamente y alude a un montén de cuestiones. En este sentido destaca Ia critica de Mary Hawkesworth (1997) al apuntar que se usa género para analizar la organizacién social de las relaciones entre hombres y mujeres; para referirse a las diferencias huranas; para conceptualizar la semiotica del cuerpo, el sexo y lo sexualidad; para explicar la distinta én de cazgas y beneficios sociales entre mujeres y hombres; para aludie a las mierotéen yy las aspiraciones individu: ‘La misma Hawkeswor corre desde las primerasin en tomo al género —dond comprueba la gama de varie feminidad y la masculinids el género para analizar la hombres ¥ mujeres. Entre las muchas con san varias autoras: com: relocién interpersonal, co cestatus social (papeles |) como relaciones de poder ‘Tambign se concibe come consecuencia de la socie disciplinarias © de las te: cuestion de conformismo del trabajo, el poder y la) Luego de mostrar tal seftalamiento critico’ ‘enuna fuerza causal” (195 a un explanans (explicaci La critica a su fetichizacic Ademés ¢e las definici concepto se ha vuelto ta! démico y politico, La fet y en transformacion, 7) intexpretar la complejida lo reifican como alge in. son victimes y los homb se usa el fetiche género camente reiterativa: tod producto del género. enero en l inconscionte hay distintas 2, distintas identidedes. La con para aludira las microtéeni: y las aspiraciones incividueles. La misma Hawiesworth brinda una laboriose bibliografa que re corte desde las primeras investigaciones formuladas por las femninistas en torno al genero —donde se repudia el determinismo biologico y se comprueba la gama de variaciones en las construcciones culturales dela feminidad y la masculinidad— hasta trabajos posteriores que emplean el género para analizar la organizacién social de las relaciones entre hombres y mujeres. Entre las muchas connotaciones de género, ella describe cémo lo 5 del poder, y paca explicar la identidad digmatico de cémo el psiquismo |esquema cultural, pues implica to contrarto al que corresponde omprension del género muestra isicién del mandato cultural en # considerat que solo usando el han sido inscritas, representadas Unidad en determinada cultura, atores, ejemplarmente Bourdieu, iin utilizar el concepto “genero” dor, las mujeres y los hombres tes histéricas ‘depositadas” en Je habitus; y advierte que estas anera no consciente, regulan y nn el poder masculine. Segiin él, nas toman forima ("se encarnan’”) ius se convierteen un mecanis- sy précticas de la feminidad y la istemol5gica, con consecuencias spremisas fundantes del género usan varias autoras: como un atributo de los individuos, come una relacién interpersonal, como un modo de organizacién social, como estatus social (papeles [roles] sexuales y estereotipos sociales), y como relaciones de poder expresadas en dominacign y subordinacién. ‘También se concibe como producto del proceso de atribucidn; como consecuencia de la socializaciGin: como resultado de las practicas disciplinarias o de las tradiciones; como efecto del lenguaje; como cuestién de conformismo conductual; como caracteristica estructural del trabajo, el poder y Ia catexis, y como modo de percepcién. Luego de mostzar tal amplitud de sentidos, Hawicesworth hace un seftalamiento critico; “el géneco se transforma de una categoria analitica en une fuerza causal” (1997: 42). Es decir, pasa de ser una herramienta a.un explanans (explicacion de un fendmeno). Le critica a se fetichizacion Ademis de las definiciones amplias y/o ambiguas de género, el concepto se ha vuelto también un fetiche dentro de los campos aca- démico y politico. La fetichizacion suele petrificar lo que esté vivo a recisién de una categoria que se xo 0 de una légica de la cultura, 70 pot mujeres, pero también es >, gonero se usa demasiado am- estiones. En este sentido destaca 7) al apuntar que se usa género e hs zelaciones entre hombres y as humanas; para conceptualizar sualidad; para explicar la distinta iciales entre mujeres ¥ hombres; yen transformacién, y quienes usan género como un fetiche pare interpretar la complejidad de las relaciones entre mujeres y hombres lo reifican como algo inamovible; por ejemplo, les mujeres siempre son victimas y los hombres siempre victimarios 0 verdlugos. Ademés, se usa el fetiche género para establecer una “explicacidn’ vautologi- camente reiterativa: todo lo que ocurre entre mujeres ¥ hombres es producto del género. 168 ABTA LANAS Leslie McCall (2005) considera que el género es una categoria ana Iitica insuficiente para lo que se propone la teorla femninista —explicar la condicién de los seres humanos— y argumenta a favor de la inter seceionalidad como una herramienta teorica mas precisa. Privilegiac siempre el género conto al eje de desigualdad mas relevante es er:dne6, ya que toda persona vive vasias formas de opresion o discriminactén, 7 esté marcada por multiples condicionantes sociales. Hay quetomaren consideracién cémo se articulan (intersectan) las diferentes desigualds- des, El enioque de la interseccionalidad critica el use fetichizante de la parspectiva de género, ya que ese uso no visualiza la forma en. quelss distintas desigualdzdes son mutuamente constituyentes y reproducen Jos mecanismos de poder existentes entre los grupos (Ferree 2008). En especial, lamenta que la mentada perspectiva de género se haya vuelto un fetiche en la administracién publica y en el diseno y la gestion de politicas piblicas, pues ueualmente se la interpreta como “pone la mirada sobre las mujeres’ Como los mandates culturales de género tienen un papel crucial en nuestra conciencia y nuestro inconsciente, y afectan nuestro modo de vivir de for- ma muy profunda, en las ciencias sociales el concepto gémero he supsesto ma herramienta para ahondar en Ia forma en que los seres humanes nos concebimos a nosotros mismas y, por lo tanto, cémo formamos lazos y telaciones con los demas, 0 sea, cémo construimos sociedad. ‘Muchas investigaciones especializadas exploran las diferencias de conductay de caricter que se notan entre mujeres y hombres, y el género ayude a diferenciar lo que antes se interpretaba como derivado de Ia bio- logfa (Fine 2010; McKinnon 2012). Puesto que todavia se dan situaciones de discriminacién y opresion en funci6n de si la persona tiene euerpo de mujer o cuerpo de hombre, con la perspectiva de génerose intents explorer Jos mecanismos que producen —y que permiten que sigan reproduciéndo- se— problemes que resultan de las ereencias culturales sobre “lo propi de los hombres y “lo propio" delas mujeres, y que generan disclminacién para ambos. 1a comprensién del géneto he sido fundamental para investigar y ahordar graves problemas sociales calificados como “patologias del vinculo social” (Fitoussi y Rosanvallon 1997), come el debilitamiento de le cohesién Genero intergeneracional en la fam tracicionales; la violencia delincuencia juvenil yle¥ Ahora bien, aun cuar naria, no es inmuteble. Le histévicamente y varian st abicadas en distintas regie las diversas expresiones tiempos y culturas. Adert de formacién de poder ( ado en cientos de inve sociales, la psicalogia 0! Ia educaci6n. la comuni disciplinas donde existe ‘igan cdmo las creenclat que ocurzen los demas. El debate contempe proyecto deconstructiv tuna comprensién de la ‘humanos, impulse un Jos seres humanos apre] sociales @ histéricas, es que produce sentimier operacién simbolica q ‘eucrpo de mujer 0 cut revisa cbmo les practic esencias, sino que sor con elorden del lengu Gran parte dal det y subrayar la importa dad de mujer, posicis —o see, asumnir los at procesos inherentes tampoco ocutrré pat en automético las 01 masculinos, como b waara LaNas: ssuna categoria ana- feminista —explicar 1a favor de la inter- s precisa, Privilegiar elevante es erréneo, ro discriminacién, y +s. Hay que tomar en. iferentes designaléa- uso fetichizante de ala formaen que las yentes y reproducen 208 (Ferree 2009). En sénero se haya vuelto ibe y le gestion de reta como “poner la sel crucial en nuestra odo ds vivir de for- agénero ha supuesto sseres humanos nos 0 formamos lazos y ociedd. n las diferencias de sombres, ¥ el género 2derivado de la bio- in se dan situaciones cona tiene cuerpo de rose intenta explorer gan reproduciéndo- les sobre “lo propio” veran discriminacion tal para investigar y »atologias del vinculo niento de la cohesién intergeneracional en ke familia, la descomposicién de identidades colectivas ttadicionales, le violencia intrafamiliar, la drogadicciGn, el aumento ea le éelincuencia juvenil y la violencia sexual. Ahora bien, aun cuando el género remite a una légica cultural mile- zatia, no os inmutable, Las relaciones de género se han ido transformando listéricamente y varten cegin las tradiciones de las diversas civilizaciones, tbicadas en distintas regiones geogréficas, Muchas investigaciones exploran las diversas expresiones de los mandatos y pricticas de género en otros tiempos y culturas. Ademés, la ceflexi6n en torno al género come instancia de formacién de poder (politico, militar; eclesidstico y econémico) ha de- rivado en ciontos de investigaciones no selo en los campos de les ciencias tociales, la psicologia o la historia, sino también en la literatura, las artes, Jeducacién, la comunicacién, a medicina, le arquitectura y el derecho, isciplinas donde existen multitud de estudios y teorizaciones que inves- uigan cémo las creencias y mandatos de género marcan el terrenc sobre el que ocurren los dems. ldebate contemporénco sobre génoro tiene grandes afinidades con el proyecto deconstructiviste del posestructurelismo. Como el género propane ‘una comprensidn de la determinacién sitaacional y relacional de los seres zhumanos, impalsa un cambio de paredigmzs cognitivos. Alentender e5mo los seres humanos aprehenden como subjetivas relaciones que también son sociales ¢ histéricas, es posible visualizar la existence de un yo relacional que produce sentimientos, percepciones y conocimientos filtrados por la aperacién simbélica que otorga signiiicados diferentes al hecho de tener cuerpo de mujer 0 cuerpo de hombre, Por consecuencia, en el debate se revisa como las précticas de las mujeres y de los hombres ne se derivan de esencias, sino que son construcciones culturales y psiquicas relacionadas eon el orden del lenguaje y las representaciones. Gran parte del debate se centra en derrumbar concepciones biologicistas youbrayer le importancia sociopolitica de comprender que tener identi- dad de mujes, posicién psiquica de mujer, “sentirse" mujer y ser fermenina =o sea, asumir los atribatos que Ia cultura asigna a las mujeres no son procesos inherentes al hecho de tener determinados cromosomes, Ello tampoco ocutre para los hombres. La biologia, per se, no lleva a asumir en automitico las presctipciones de género y los atributes femeninos 0 maseulinos, como bien muestra el caso de las personas transexucles. La 168 NARA LAME comptensién del género fecilite entender que las mujeres y los hombres no son un reflejo de la anatomia, sino el resultado de una produccién histérica y cultural basada en el procese de simbolizecicn y de internalizaci6n psfquica Hoy en dia, cuando las vidas de mujeres y hombres se estan igualanda en terrenos laborales, politicos y culturales, resulta sospechoso que las simbolizaciones derivadas de la diferencia sexual persistan y cobren tanta importancia, Justamente cuando la ciencia y la tecnologia han tenido un desarrollo espectacular, la diferencia relativa.a la diferencia sexual se quiere Presentar como algo irreductible, casi como una “esencia” distinta de cada sexo, Las personas que desafian los limites culturales,resistiénéose al com- portamlento tradicional de génerc, socavan la idea de que la normativided hegeménica sea el estaclo natural dela condicién humana, Los impresionantes cambios en las actitudes de género a nivel macro, y las resistencias a nivel micro, documentan que las personas cruzan constantemente los limites de agénero. En el discurso social, el nuevo concepto de género se ha convertido en un recurso estratégico para desnaturalizac concepciones esencit sobre las mujeres y los hombres y, por ende, sobre la inevitabilidad de la desigualdad en sus roles laborales y politicos, sexuales y afectives, Esta es.una ardua labor, ye que la sexuacién del cuerpo es el dato cue produce ‘gGnero, La sexuacién no es una convencién humana; sin embargo, ) hecho de que la diferencia anatémica no sea una forma producida por la culeura, no implica en lo absoluto que los cuerpos escapen a la inscripciga historia yeultaral los cusrpas estan marcadas por el género, le pertenencta étnice y la clase social, entre otros aspectos, y el dato corporal se entretaje con elementos imaginarios y simbélicos. Finalmente, hablar de género es referirse a un tamiz cultural, a una identidad y a un conjunte de practices, creencias, representaciones y prescripciones sociales. La exigencia de la reflexividad —entendida como Ja manera en que las personas procesan datos y hacen uso de sus recursos de cognicién— para reconocer la presencia del género obliga a revisar nuestra propia mirada, mas allé de pensar al. género como un constructo epistemoldgico. Sibien ea los esquemas del conocimiento cientifico la cate- goria género sigue movilizando elaboraciones teéricas, debates intelectuales ¥ cuestionamientos politicos, también en la vida cotidiana se ha vuelto ‘una hecramienta que sirve para explicar muchos de los conflictos que se viven en sociedad y en las relaciones interpersonales. Por ende, no bastala comprensidn de la meneta estructural vide material y gérero como un habitus qu ycondiciona nuestras resp Referencias Restwvair, Simone de, 1999.Als Bourdiea, Pierre.2000.La dom Bourdiey, Pierre y Lote]. D.W reflentia, México, Gel Baler, Judith, 1990, Gender Tr York Rouiledge, Crenshaw, K, W198. 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Esta 20 es el data que produce una; sin embargo, el hecho, producids por cultura, pala inscripcién histérica ero, la pertenencia étnica conporal se entreteje con un tamiz. cultural, a una cias, representaciones y ividad —entendida como racen uso de sus recursos | género obliga a revisar nero como un constructs simiento clentéfico la cate icas, debates intelectuales 4a cotidiana se ha vuelto s de los conflictos que se sles, Por ende, no basta la ‘comprensi6n de la manera en que la simbolizacién de la diferencia sexual estructura la vida material y simbolica, sino que es necesario comprender e gévero como un habitus que tine la forma en que internalizamos al mundo ycondiciona nuestras respuestas a él Referencias Beauvols, Simone de, 1999, I seguade sexo, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, Beusdiea, Pieces, 2000, La domnacibn masculfna, Bareslona, Anagrams Beurdion, Picres y Loic J.D. 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Uno del © menor sustento, es sile co cancela toda posibilidad de Jos procesos sociales yla tom nuevas oportunidades para le ganizativas potencislizacas pc los nuevos recursos teenoci Georgi 1993; Zolo 1994; Held y que en ello va en juego la pos el acceso a oportunidadss y « de estas opciones y le salvagu Pronunciarse en cualquie bre cual es la naturaleza deo tedricos para su adecusda inti determinat cual es la especit posibilidades tenemos de enf Para el movimiento femit sus reivindicaciones de iguald

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