El impacto territorial de la inversi6n
extranjera en América Latina.
Estudio comparativo de tres casos
en México, Argentina y Colombia
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Vincent Gouéset’
Département de Géagraphie
Universit de Haase Bresagne
asy
Resumen
Con las reformas neoliberal iniciadas a fi
nales de los afios ochenta, América Latina
ented en pleno proceso de globalizacién; una
sglobalizacién econdmica que se caracteriza,
centre otros, por tn aflujo masivo de inver-
sidn extranjera, Ya se conoce un poco el
impacto macroecondmico de esa inversién
extranjera, pero no se conoce muy bien lo
que es su impacto local, es decir, su capaci-
dad para transformar el espacio y las socie-
dades en los territorios afectados. Aunque
todavia es temprano para medir este impac
10, sobre todo en el largo plazo, tres esta
dios de caso, seleccionados en regiones
relativamente periféricas de México, Argen
tina y Colombia, nos permitirén plantear
tun primer balance, y matizar el tema.
Résumé
Avec le virage néolibéral amoreé depuis la
fin des années 80, PAmérique latin est
entrée de plain pied dans la mondialisation
de Péconomie; une mondialisation qui se
caractérise notamment par une ouverture
massive aux investissements étrangers. On
connait déji un peu Pimpact macroécono-
mique de ces investissements, mais on
connait moins leur impact local, Cest-i-tire
leur capacité & transformer espace et les
sociétés des territoires qu'lsaffectent. Méme
sil est encore un pew tOt pour mesurer cet
impact, surtout & long terme, trois érudes
de.cas, choisies dans des régions retativement.
périphériques du Mexique, ¢’Argentine et
de Colombie, nous permettent de dresser
tun premier bilan, plutot nuance, str le suet.Globalizacién, IED! y desarrollo
local en América Latina
2 globalizacién ha invadido el discurso |
TL Siiitco nts cis ce
les, y se ha impuesto como un pacadigma
ncontornable para caracterizar las transfor
maciones econdmicas, sociales y culturales |
que afectaron a toda la América Latina y al
‘mundo en los afios ochenta y noventa. Aun-
que la globalizacién no es, segiin algunos
autores, nada ms que el seguimiento del
proceso plurisecular de expansién del capi-
talismo (Michiels y Uzundis, 1999: 9-12),
yaungue el sentido de la palabra “globaliza- |
‘idn” (globalization en inglés, mondialisation
en francés) tiende a diluirse a medida que
su uso se df unde, el concepto inieia, que
sugié en la mitad de los afios ochenta, se |
refiere a una serie de cambios econémicos
«que si bien tienen unas raices muy remotas
cn Ia regién (toda la historia de América
Latina, desde la Colonia, puede entenderse
como tna sucesién de ciclos de extraversion
econdémica yde intercambios desiguales con
Jos actuales paises del Norte), cobran una
importancia hasta hoy inédta, y que con-
‘rastan con el modelo de desarrollo econ
mico que prevalecia en el periodo anterior.
La inversion extranjera constituye induda- |
blemente tno de los “brazos armados” del
proceso actual de globalizacién econémica
aque afecta a la América Latina, Histérica-
mente, la inversién extranjera siempre ha
tenido un rol importante en ef desarrollo
econdmico regional. Sin remontar hasta la
Colonia, y sin entrar en el dalle, se puede
decir que la historia reciente de la IED se
subdivide en tes fases succsvas
| gionales favorecieron paulatinamente la TED
1. A finales del siglo XIX, y hasta la crisis
de 1929, la economia latinoamericana se de
sarroll6 sobre un modelo de “intercambio
desigual” con los paises capitalistas centra-
les, exportando materias primas e importan- |
do productos industriales. El papel de la
TED en este proceso era fundamental, pues
cl capital doméstico era insuficiente para fi-
rnanciar la produccién y la exportacién de
los productos agricolas y mineros que se
destinaban a los mercados del Norce, Las
‘minas, las haciendas y las plantaciones, las |
ccarreteras y los ferrocarriles, las infraestruc-
‘uras portuarias..., han sido financiados por
la IED procedente de Europa (de donde lle-
gaba también mucha mano de obra) y de
Estados Unidos. Tal vez, el ejemplo para-
digmitico de este ciclo sea el caso argentino
(Rapoport, 1994: 11-21).
2. Conia crisis de 1929, los intercambios eco:
rnémicos con Europa y Estados Unidos en:
traron en receso, y més aun los lujos de TED.
| América Latina opt6 por un modelo de “de-
sarrollo endégeno”, con la adopeién de unas
| medidas proteccionistas que echaron las
bases del famoso proceso de “industraliza
cin por sustitucién de las importaciones”.
Como se sabe, América Latina estuvo al ini
cio relativamente cerrada a la IED, con el
fin de permitir el despegue de un “capitalis-
‘mo criollo”. Luego, con el éxito muy lin
tado de esta opcidn (fuera de las industrias
de bienes de consumo), los gobiernos re
‘manufacturera, para atraer las EMN? y di
versificar asi la base productiva local, Esta
politica permitié el desarrollo de muchas
IED: Inersion Exaranjors
Direct,
2EMN: Emprest
Multinacina
| ramas industriales para las cuales cl capital y | Zennctorion
ssPAB: Boticasde Ajuste
Eseructural
low how doméstico eran insuficientes (au
toméviles, maquinaria eléetrca y electrOni-
ca, quimica, et....). Durante este perfodo,
ue duré hasta los afios ochenta, la IED se
dirigié més que nada hacia las metrépolis,
donde se concentraban los factores de pro-
duccidn y los consumidores potenciales.
La IED tambien fue importante en el see-
tor minero (petrolero sobre todo) y en la
construecién de grandes infraestructuras que
sustentaban el proceso de industrializa-
cid (carreteras, proyectos hidroeléctricos,
cetc..). He aqui la lave del “milagro indus-
trial brasileio”, por ejemplo (y tambien la
lave de su endeudamiento externo),
3. La tercera fase esa fase actual. Durante la
profuunda crisis econdmi
de los aftos ochenta (la
que signifi el fracaso del modelo de “de-
sarrollo endégeno” (por lo menos tal como
habia sido aplicado), América Latina per-
id su importancia relativa en la geografia
mundial de la TED. La regién ha vuelto a
ser atractiva en los afios noventa, porque su
economia se recuperd, hasta cierto punto, y
porque los gobiernos locales han cambiado
de modelo de desarrollo, dando la vuelta a
Jas pautas anteriores, y adoprando una serie
de reformas de corte neoliberal, que combi
naron unas medidas de apertura hacia el ex-
terior (adhesin al GATT; constitucién 0
reactivacién de “grupos econémicos regio-
nales” ~como el Mercosur o la CAN-
desmantelamiento de las trabas al comercio
‘exterior, reforma de la legislacién sobre la
inversin extranjera...), yuna serie de PAE®
al interno (privatizaciones, desregulacién
financiera, disminucién de la intervencién
del Estado en la economia...). Desde le-
_g0, esta nueva coynntura ha sido muy atrac-
tiva para las EMN, y provocé un aflujo
stibito de TED en la zona.
El volumen de inversion extranjera se mul-
tiplied por 7 entre 1987 y 1996, pasando
de 5 2 35,7 miles de miliones de d6lares
Entre 1991 y 1996, la regién concentré el
10% de los flujos mundiales de IED, con-
tra sélo el 6% entre 1984 y 1989 (United
Nations, 1997). En 1996, esos flujos equi
valian al 2,7% del PIB regional, al 12% de
1a Inversidn Interna Bruta, o sea cuatro ve-
ces mas que en 1990 (Inter-American
Development Bank, 1997: 221), Los prin-
cipales beneficiarios de este flujo son, por
orden respectivo: México (35% del total de
Ia TED en America Latina entre 1987 y
1996), Brasil (16%), Argentina (15%),
Colombia, Chile y Peni (7% cada uno).
La distribucién por rama de la TED en
América Latina cambié un poco de indole
€en los aftos noventa
~ A raiz. del formidable movimiento de
privatizaciones ocurrido en los diez. tltimos
afios, buena parte de la TED se destind a la
compra de servicios piiblicos y de ex em-
‘presas publicas. Las privatizaciones han sido,
‘muy atractivas para las EMN, porque esas
‘empresas operaban sobre mereados de cap:
tacién, en posicidn de monopotio o de baja
competencia (United Nations, 1996)
Siendo ahora los mercados latinoamerica-
1nos abiertos a la competencia internacional,
Ia IED se concentré mas que nada en los
sectores de produccién mds competitivos,
que son la produccién de materias primas yJos productos derivados, cuyo valor agrega-
do suele ser bajo. Este proceso contibuiria,
segin varios autores, a un proceso de “repri-
matizacidn” de las economias regionales
(Treillet, 197)
= Alla par (y paradéjicamente), la IED in-
vadis el sector de los servicios, que tradi-
cionalmente habja sido poco penetrado por
las EMN: servicios financieros (gracias a la
desregulacidn de la banca en la regién), i
mobiliario, comercio (caso de las redes de
supermercados), turismo, ete.
El objetivo de la siguiente poneneia no gira |
alrededor del impacto macroecondmico de
1a TED, ni sobre las estrategias de las EMN.
El interés aqui consiste en indagar sobre st
impacto “territorial”, @Cémo y hasta qué
Punto el proceso actual de globalizacién, y
mis especticamente el aflyjo actual de TED,
transforma cl espacio y as sociedades locales
en América Latina? Se trata de un fendmeno
relativamente reciente, cuyos efectos a corto
ya largo plazo no se conocen muy bien, so-
ire todo en una perspectiva comparativa
Ya se sabe, de manera global, que la IED
refuerza la tendenciahistica ala concentra-
cin de los hombres y las actividades en las
mayores metrépolis (as global cities), que
retinen muchas ventajas Comparativas, que
permiten realizar economias de aglomeracién,
yy que concentran un importante mercado sok
vente. Pero no se sabe muy bien lo que pasa
afvera de ls cindades primaciales,yla regio-
nes menos urbanizadas y/o perifricas. Parece
{que los impactos teritorales son muy di-
versos en funeién dela indole de la IED y de
la configuracidn de las economias regionals,
| Para estudiar esto, se comparan agut tes r=
sgiones no metropolitanas, seleccionadas en
paises dstintos,y que tienen en comin el he-
cho de haber recibido unos importantes i-
| jos de IED en un pasado reciente (tabla 1)
La primera region es el estado de Yacatin
| (México), que recibié mucha TED debida a
tun efecto de proximidad con Estados Uni-
dlos, muchas veces bajo la forma de maqui-
ladoras
| La segunda es la regidn de Bahia Blanca, en
el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires
(Argentina), que ha sido muy afectada por
las PAE a comienzos de los afios noventa, y
ue recibié unos flujos muy selectivos de
| IED.
La tercera es el Departamento de Casanare
(Colombia), una zona perférica poco po-
blada, que conocie iiltimamente un verda-
dero auge petrolero, con la legada de la
| British Petroleum.
| El impacto de la TED en el Yucatin
(México)
La TED afluyé en México a partir de la mitad
de ls afos ochenta, atraida por las reformas
estructurales y las privatizaciones empren
| didas por los gobiernos De la Madrid (1982.
88) y Salinas de Gortari (1988-95). De 630
| millones de délares en 1982, la IED ascen-
| di6 2 10.500 millones en 1994, y después
de un receso debido al “efecto Tequila”, s-
| bi6 a 10.800 millones en 1997 (figura 2)
México ha sido, en los tikimos quince afios,
1a primera destinacién para la IED en Amé-
rica Latina, y concentré la tercera parte de
su volumen total
| Loni
7Yenritonri
st
Tanta 1
‘CARACTERISTICAS GENERALES DE LAS REGIONES ESTUDIADAS,
Region Sopericie Poblisin Peo dela Peo dels
(ko?) (hab) reid en einen el
ob na 9% PIB nal %
sido de Yoctin
(skéaico) 39M0 1.362.940 13
Sdocte de
Provincia de Buenos
Aires (Argentina)* 101,219 692.813 24 -
Departamento
se Casinare
(Colombia 44400-2113 08 Le
Fuentes:
México: INEGI (Censo de Poblacién 1990 y Cuentas Nacionales 1993),
‘Argentina: INDEC (Censo de Poblaci6n 1991),
Colombia: DANE (Censo de Poblacié y Cuenta Departamentales 1993),
-Regisin conformada por los 2 partidos de la sexta circunscripciin electoral dela Provincia de Buenos Aires
Ficura 2
EVOLUCION DE LA IED EN MExico (1980-1998)
Fuente: Secofi,Direccién General de Inversin Extran
1998 = resultados parcial.
njera (1999),
Giada
principal
Mérida
Bahia Blanes
opal
Fem
586819
262.151La distribucin sectoral dela IED cn Mé
«peculiar, en comparacién con el resto de
‘América Latina, con una extrema subrepre- |
sentacién del sector primario (slo el 1%
del valor total de la TED entre 1994 y 1998), |
tuna importancia creciente de los servicios
(37%), en razén de las privatizaciones y de
las perspectivas promeredoras del mercado
interno, y una abramadora supremacia del
sector manufacturero (62%). Esta primacta |
industrial se debe a la combinacién de va-
rios factores: multipliacion de la fabricas
maguiladoras y no maquiladoras orientadas
hhacia el mercado norteamericano, y grandes
consumidoras de mano de obra barat; atrac-
ciones del mercado interno mexicano; ubi-
cacién geogrifica de México, que permite
inradiar sobre todo el mereado centeoame-
ricano y de Caribe; calidad relativa de las
infraestructuras de servicios colectivos y de
transporte
El panorama de la IED en Yucatin
Yucatin es, aparte de Mérida (una ciudad
aque se ha calificado de “isla de hispanidad
cn tierra maya” Redfield, 1944-), un Es- |
tado pertérico y relativamente pobre. Sin
embargo, la regidn conocié un importante
auge econémico cn los tltimos aos, impul-
sado en buena parte por la TED (Gouéset,
1997),
En realidad, la inversin extranjera no es un
hhecho nuevo en la zona, porque a partir de
finales del siglo XIX, el norte de la peninsa- |
lahhabia conocido una fase de expansidin ace
lerada con la produccién, la transformacién |
yl exportacidn del henequén, bajo el con-
trol de tna empresa extranjera, la Chicago's
International Harvester. Era un caso tipico
de economfa de enclave, y se ha calificado el
Yacatin de este entonces de “colonia infor-
imal” de la empresa norteamericana (The
Economist, 22-05-93). Después de la Primera
Guerra Mundial, a rafe de la competencia |
internacional y de la paulatina aparicién de
las fibras sintéticas, la economia del hene- |
quén catré en un proceso de declive, y
Yucatan volvié a ser una regién pobre,
subindustrializada, y dependiente de una
agricultura poco diversifcada. Durante va
rias décadas, el Estado permanecié al mar
gen del comercio mundial, y el Estado
federal ravo que sustiuirse al capital extran-
jero para subsidiar la economia del henequén,
regulando la produccién y nacionalizando
la industria de transformacién, con la crea:
‘in del grupo piiblico Cordemex en 1964.
| Elestado de Yucatin suftié entonces, hasta
finales de los afios ochenta, de una “doble
| dependencia” (Ramirez, 1993): dependen:
cia de una produccién que se habia vuelto
antieconémica (el henequén seguia repre:
sentando la tercera parte del PIB yucateco
en 1980), y dependencia del sector piibl
€0, que vino a ser, en ausencia de activida-
des sustitutivas, el primer empleador local,
con 54.000 empleados contados en el cen
so econémico de 1994, 0 sea, uno de cada
cinco empleos)..
Los afios noventa marcaron una ruprura y
el comienzo de un tercer ciclo econmico,
Los gobiernos federal y local, en mala pos-
tura financiera, decidieron acabar con el sub-
sidio de la actividad henequenera (Programa
de Reordenacién de la Zona Henequenera | Zernitonios.
5460
en 1992; privatizacién de Cordemex en
1993), y de “desinflar” el sector piiblico (re-
duciendo el empleo piiblico). La diversii-
cacién de la economia yucateca fue lenta
hasta los afios ochenta, porque no emergis.
alguna actividad sustitutiva notable, com-
parable al petréleo en Campeche, o al turis-
mo en Cancin. Los censos econémicos
realizados a partir de 1980 indican tna pro-
gresiva diversficacién de la base productiva
local, pero se trata de una diversificacién en
‘buena parte “perversa”, debida més que nada
al declive de los sectores tradicionales. Las
cosas cambian a partir de finales de los afios
dochenta, gracias a la IED.
Entre enero de 1989 y febrero de 1995, 102
millones de délares de IED han sido inver-
tidos en 55 empresas (figura 2). Esta inver-
sin proviene primero que todo de Estados
Unidos, Inego del Reino Unido y de los
paraisos fiscales del Caribe. Se concentraron
en la ciudad de Mérida. La distribucién por
rama de la IED se caracteriza por una subre-
presentacién de los sectores primarios y se
cundarios (lo que es un poco sorprendente
cuando se sabe que més de 30 maquiladoras
se han radicado en el Estado). Los servicios
financieros representan el 40% del oral, lo
que corresponde a una tendencia nacional
sobre este perfodo, ya que coincide com la
privatizacion y la desregulacién del sistema
fincanciero mexicano, Se destaca también la
hoteleria (el 359% de la IED), lo que ilustra
cl proceso reciente de difusién hacia aden-
tro del desarrollo turistico, alrededor de
‘Canctin. La diversidad y la riqueza del pati
monio de Yucatin hizo posible esta difusign
(Ramirez, 1993). Varios grupos internacio-
rales han invertido en Mérida (Eolliday In,
Hyatt...) y en los sitios arqueol6gicos de la
zona (como Le lub Méditerranée en Uxmal).
La IED también afect6 al comercio, con la
legada de varias franquicias, sobre todo en
lsector alimenticio (Burger King, Kentucky
Fried Chicken, etc), desarrollo de Shopping
Centers, y vatios proyectos de supermerca-
dos en la periferia de Mérida (Price Club,
Sam’s Club, Carrefour...)
El caso de las maquiladoras es de peculiar
interés. Inicialmente concentradas en la fron-
tera norte, solamente a partir de los aifos
setenta que comenzaron a difundirse hacia
el interior, pero limitandose a las ciudades
del norte (Durango, Monterrey) y a las
metr6polis centrales (Guadalajara, México),
‘Yacatin ¢s el primer estado del sur de la Fe-
deracién que llevé a cabo, a partir de 1984,
tuna politica muy ofensiva (y costosa...) de
‘marketing trbain en Estados Unidos, para
promover la IED. Aunque tiene 33 maquila
doras y 8,000 empleos registrados en 1996,
Yucatdn no representaba sino el 1,5% y el
1,19% del total nacional, respectivamente;
de hecho, se ha vuelto el segundo foco
maquilador afuera de la regién fronteriza,
detris de Jalisco, pero delante de la regién
metropolitana de México,
EI bajo coste de la mano de obra, que ha
sido promocionado con cierto cinismo en
Estados Unidos (en unos folletos que ha-
cian hincapié sobre los lower labor costs, el
lower employee turnover and absenteciom,y los
cary trainable employees), n0 es el tinico factor
atractivo, En realidad, ante la situacién de
relativa “saturacién” de los parques indus-
triales de la frontera norte, Yucatin aparectaFicus 2
‘LA INVERSION EXTRANJERA DIRECTA EN EI ESTADO DE Yucaraw (1989-1995)
Fuente: Secofi (1996).
como un well kepeseret, para retomar la fr.
mula de Castilla & Torres (1994: 97). En
afecto, ademés de la mano de obra, Yucatan
‘cuenta con varias ventajas comparativas, como
su cercania de la costa sur de Estados Unidos
(se habla a veces de “frontera maritima” con
se pais), la presencia de varias zonas indus-
trials puiblicas, la existencia de facilidades fis-
cales, la existencia de una tradicién industrial
local (en el sector textil), a calidad de las
inffaestructuras portuarias y aeroportuarias
(en las cuales cl gobierno provincial ha in-
vertido mucho), la calidad de vida para el
personal americano expatriado, ete
Cerca de 35 maquiladoras se habyan radicado
cen Yucatin en 1996 (figura 3). La mayoria
Pats de orem |
son fibricas de textiles (Lee Cooper, Vogue.)
pero también ls hay de otras ramasintens
| vas en mano de obra poco calificada y, al re-
vés, poco intensivas en capital y en alas
recnologias(prétesis dental, joyera,areuios |
de deporte, electrdnica.... En comparacion |
con al resto de las magniladoras mexicanas
(figura 3) la mano de obra yucateca es mais
femenina, menos calificada y menos remu- |
nerada, Son, por lo tanto, maguiladoras de
“primera generaciin”, atraidasbisicamente
por el costo y a flexibilidad de la mano de
obra, lo cul ya no es el caso en muchas ma
| quiladoras de la fromtera norte (Gonzilez,
1997).
aFicura 3
(CAnACTERISTICAS DE LA INDUSTRIA MAQUILADORA EN YUCATAN (1995)
Jigenl +
Fuente: Inegi (1995), Asociacién de Maquiladores de Yueatin + Castilla y Torees (1994).
EL impacto territorial, econémico
‘y social de la TED
Aunque es un fenémeno muy reciente, hoy
se puede decir que la IED contribuyé, por
su magnitud, a modificar de manera dura-
dlera la base procuctiva local
En la industria (maquiladora y no maquil
dora), la inversién realizada se limité a la
produccién de bienes de consumo: alimen-
tos, bebidas (con una fabrica Pepsi-Cola que
abastece toda la peninsula), textil y confec
cidn (aunque los empleos ereados en este
sector no lograron compensar los empleos
destruidos en Cordemex). Las sola fabricas
‘maquiladoras, que comenzaron a aparecer
después de 1984, habian creado 8.000 em-
Aerritorion pices directos en 1996. En el ikimo censo
62
econémico disponible (1994), las maqui
doras representaban entre e1 11% y el 12%
de los empleos manufactureros del Estado.
‘Ademés, son fabricas recientes, modernas y
productivas
Pero la industria no representa sino el 12,5%
del PIB yucateco, Qué pasa con los otros
sectores? Parece claro que los servicios finan-
cieros yel turismo han sido estimulados por
la IED a comienzos de los afios noventa. El
impacto parece ser menor en las otras acti-
vidades, incluso para el comercio, puesto que
la modernizacién de esta rama habia comen-
zado bajo el impulso de empresas locales 0
nacionales (Pérez, 1994)
No cabe duda de que la IED contribuyé a
“extravertir” Ia base productiva regional, y
‘a modificar de manera radical la estructuradel comercio exterior yucateeo, en un plazo
muy corto. El volumen del comercio exte-
rior auments, y su composicién cambis (fi-
gura 4), Las exportaciones tradicionales
(henequen y derivados, cuero, muebles, ce-
‘mento, artesanado) perdieron terreno, 2 fa-
vor de nuevos productos. Las maquiladoras
representan hoy el 47% del valor de las
exportaciones, y también 1 29% de las im-
portaciones (se trata de los insumos necesa
ios a la fabricacién de los productos). En
fin, si bien la IED no permitié colmar el
deficit comercial de Yucatin, sf resolvi6 to-
talmente el problema histérieo de desequi-
librio de los intercambios, contribuyd a
diversificar y a “industrializar” la base
exportadora local,
Es delicado estimar el niimero exacto de
cempleos creados por la TED. Se conoce la
Ficura 4
cifta de 8.000 empleos para la industria
maguiladora en 1996, lo que equivale mis
6 menos al 15% del empleo manuficturero
local, pero que no pesa mucho en el volu- |
men total del empleo yucateco. No existe |
tuna fuente centralizada para ls industria |
entrajeras no maquiladoras, o las empresas
de servicios (que concentraron el 91% de la
TED local entre 1989 y 1995). Seria toda-
via mis dif de estimar el empleo indirec-
to derivado de la IED. Algunos estudios
empiticos realizados sobre las actividades
inducidas por las maquiladoras en otras re
giones de México dieron resultados contra-
dictotis. Elefecto parece serimportanteen
ls cudadesfronterizs, donde ls maquila-
doras subcontratan muchas actividades,
iientras es limitado en Guadalajara oen el
Bajlo (Génziler, 1997), donde las maguila
CanactrRistICAs DEL COMERCIO EXTERIOR DE YucaréN (1995-1994)
Bem
mv
Fuente: Secofi (1996), Secretaria de Desarrollo Industri
GBddoras trabajan més con la sede principal de
Ja empresa, 0 con otras empresas extranje-
ras, que con las pequefias y medianas em-
presas (PYME) locales. En el caso de Yucatan,
donde las maquiladoras son muy recientes,
1a subcontratacién de PYME locales no pa-
rece ser muy frecuente.
En sintesis, aunque faltarfa indagar mds al
respecto, se puede decir que la IED ha crea-
ddo millares de empleos directos ¢ indirectos
en Yucatan, y que eso permitié compensar
parte de los empleos destruidos en los see-
tores tradicionales (henequén, agriculeura,
administracién puiblica, etc.), y atenuar un
poco los efectos de a crisis y del proceso de
desindustralizacién,
Se sabe acemés que las maquiladoras han
‘modificado las caracteristicas de la mano de
obra, Tradicionalmente, el empleo manufac-
turero era més bien masculino y urbano
(aunque muchos de esos “ciudadanos” eran
migrantes oriundos del campo). Si bien
richos obreros tradicionales estaban desem-
pleados cuando llegaron las maquiladoras,
elas no los contrataron con prioridad. Las
maquiladoras, en busca de una mano de
cobra barata y “dé”, optaron por una mano
de obra més joven, femenina al 74%, poco
calificada, ms bien rural (a menudo maya),
y sin tradicién sindical. Por lo tanto, la cla-
‘se obrera local cambié totalmente de perfil,
yy la movilidad laboral entre Mérida, donde
‘estén ubicadas casi todas las maquiladoras,
y el campo, de donde provienen. muchos
‘obreros, auumenté de manera sensible. Mu-
cchas veces, son migraciones “ circulares ”,
ts decir no definitas lo trabojadores i
fie) | Se eee
64
Mérida, y se devuelven con regularidad a su
hogar. En algunos casos, las empresas extran-
jeras prefiricron radicarse en el campo, como
ppas6 con la Lee Cooper, que se instal en
Tzamal en 1996.
Otro tema de reflexin es el impacto que ha
tenido la TED sobre la “gobernabilidad”
(governance) local. Ms precisamente, el in
terds se centra en ver cual ha sido su inci
dencia sobre las formas de administracién
empresarial, sobre el medio empresarial
yucateco, y sobre el juego politico local. En
realidad, la mayoria de las empresas extran-
jeras se mantienen al margen de los asuntos
locales, y no aparecen como un vector de
cambio en los modos de regulacién del tra-
bajo 0 en el manejo de los asuntos pibli-
cos, sino més bien como un factor de
inmovilismo:
~ Sobre el modo de organizacién del traba-
jo dentro de las empresas, as empresas ex-
tranjeras no realizan muchos cambios 0
innovaciones, ¢ ignoran las pricticas sindi
cales que existian en las grandes empresas
locales (sobre todo Cordemex).
= No contribuyeron a mejorar el sistema lo
cal de educacin profesional, Ninguna for-
macién especifica habla sido abierta hasta
1996, y 6se que quiz hubiera podido ser el
«aso en la confeccida, que emplea el 7296 del
personal ocupado en las maquiladoras. La
capacitacién técnica de la mano de obra ¢s
tun asunto que se maneja dentro de las em
presas
~ Vuelve a pasar lo que ya habfa ocusrido en
Ia frontera norte en cuanto a la clase empre-
sarial, que a menudo adopta una acticudespeculativa y rentista. Muchos empresarios
yyucatecos tratan de asociarse con los inversio
histas extranjeros (para ello, a veces no vaci-
lan en movilizar el capital productivo de sus
‘empresas de origen), con el fin de sacar una
renta répida y a menor riesgo.
En fin, las empresas extranjeras se mantie-
rien al margen del juego politico local, aun
sil juego politico local no las ignora (y
trata de “instrumentalizarlas”). Concreta-
mente, la politica de promocién de la IED
cs una iniciativa, desde 1984, del gobierno
de la Provincia (PRI), en colaboracién con
el medio empresarial local, yen contra del
gobierno municipal (PAN). Desde luego,
las autoridades estatales invocan la IED
como un logro suyo que legitima su poli
tica y, en 1996, trataban de orientar esta
inversién fuera de la ciudad de Mérida, en
‘unos municipios que les sean favorables. Pa-
ralelamente, algunas voces se evantaron en
12 oposicién para denunciar el desplfarro
del dinero provincial en una costossima
politica de promocién de la inversién ex-
tranjera (marketing wrbain, gastos de infra-
estructura...)
~ Para termina, la IED ha tenido, desde un
punto de vista espacial, un efecto netamente
concentrador en Yucatin, pues ha aumenta-
do el desequilbrio territorial que existiaen-
tre Mérida y el resto del Estado. La ciudad
de Mérida presenta muchas ventajas com
parativas, por su poblacién (que representa
aa vex una fuente de mano de obra y de
clientes), y por las mumerosas atracciones
ue offece: un aeropuerto internacional, un
puerto maritimo a una distancia de 40 km
(Progreso), varios parques industriales,
| infraestructuras de transporte y de servicios
piiblicos, etc. Sin embargo, esta légica de
aglomeraciGn no es ninguna especificidad de
la IED. La polarizacién urbana es una ter
dencia de largo plazo, y las empresas extran-
jeras se radican en Mérida por las mismas
razones que lo hacen las empresas nacionales.
|
El impacto de la IDE en el sudoeste
de la Provincia de Buenos Aires
(Argentina)
Hist6ricamente, el desarrollo econémico de
1a Argentina, a finales del siglo XIX y a co-
‘micnzos del siglo XX, fue estrechamente vin-
culado con la inversién (y la inmigracién)
cextranjera. Luego la IED disminuy6, y los
flujos eran limitados en los afios setenta y
‘ochenta, a causa de las incertidumbres poli
ticas (a pesar de la legislacién favorable ala
inversin extranjera adoptada por la Junta
Militar en 1976) y econdmicas (fuerte
intervencionismo estatal, inestabilidad fi-
nanciera, alto grado de endeudamiento ex-
temo, hiperinflacién...). La Argentina s6lo
recibié un promedio de 600 millones de
délares al aho entre 1984 y 1989, y el pais
ya no tenia sino el 13,79% del stock toral de
TED en América Latina en 1990, contra el
18,2% en 1980.
Elafo 1991 constituyé una rupeura, con el
Plan de Convertibilidad del gobierno
Menem, y con la serie de PAE neoliberales
que éte desencadend: ajustes y austeridad
financiera, desregulacidn, privatizaciones,
apertura comercial, etc.... Argentina adhi-
| 16 en 1991 al “Acuerdo Multilateral de Ga-
rant sobre la TED", y vord en 1993 uma Zenadtonion
6sAerAorior | ruente: ME y OSP - Direccién Nacional de Cucntas Internacionales (1998).
6
nueva ley de inversién extranjera, mis
permisiva que la ley de 1976 (en particular
sobre las posibilidades de repatriar los capi
tales invertidos y los beneficios realizados).
El aflujo de TED desde esta fecha es especta-
cular (figura. 5). En un primer periodo, las
inversiones han sido atraidas mas que nada
por las privatizaciones: petrdleo, gas, agua
yy saneamiento, electricidad, transportes, co
‘municaciones, Entre 1990 y 1993, la Ar
gentina captd el 48% de los flajos de LED
en América del Sur (un réeord histérico), y
sobre este total, la mitad ha sido invertida
én las privatizaciones (United Nations,
1997; DNCI, 1998). Se considera que en-
tre 1990 y 1995, el 60% de los capitales in-
vertidos en las empresas privatizadas
provenian del extranjero (Ferrer, 1997: 94),
A partir de 1994, con el desacclere de! ritmo
de las privatizaciones, la IED ha venido
Aiversiticindose, dirigiéndose hacia el sector
bancario (controlado al 40% por el capital
Figura §
La TED EN AncEvniNa (1992-1997)
3
extranjero) y la industria: sector agroali
‘menticio, quimica y petroquimica, indus
tria auromotriz. Fl comercio, através de las
cadenas de hipermercados, y las comunica-
ciones (telefonia celular, medios de comu
nicacién...} también han sido afectados por
este movimiento.
El caso de Babia Blanca y del sudoeste
de la Provincia de Buenos Aires
El puerto de Bahia Blanca y el sudoeste de
Ja Provincia de Buenos Aires conforman una
region cuya economia es muy exteaverida,
desde finales del siglo XIX. El hinterland
bbonaerense de Bahia Blanca hace parte del
conjunto agroldgico de la Pampa, y como
taltiene una vocacién agroexportadora muy
mareada:trigo, cereals, oleaginosas, gana-
deria. Bahia Blanca es el quinto puerto
exportador argentino (es el primero para los
cereals, y uno de los primeros para el pe-trdleo y los productos derivados). La cuar-
ta parte de la produccién industrial local
(agroalimenticia y petroquimica sobre todo)
cs exportada, lo que hace de Bahia Blanca la
cuarta de Argentina por su “grado de aper-
‘ura industrial” (Polatian, 1996; 86).
El sector piblico tiene una responsabilidad
histdrica en el cardcter extravertido de la eco-
rnomia regional (Gouéset, 1998: 109-110).
A finales de los afios setenta, el Estado ha-
ba decidido hacer de Bahia Blanca uno de
los principales puertos petroquimicos de!
pais, ¢ invirtié masivamente en este sentido
entre 1981 y 1988 (Palo Petrogutmic, Polisur,
Indupa, YPE), Es el gobierno (0 més bien, |
los tres niveles de gobierno: federal, pro:
vincial y municipal) quien planifis la cons
truccién de una red val yferroviaria centrada
sobre el puerto de Bahia Blanca, También es
el Estado quien regulaba, hasta una fecha
reciente, el comercio de la came y del gra-
GURA 6
LENPORTACIONES DEL PUERTO DE Bastia BLANCA, EN VOLUMEN
(1995)
| a)
no, y que garantizaba un precio minimo para
| las materias primas agefcolas, Es el gobier:
‘no, por fin, quien administraba el puerto
| de Bahia Blanca, a través de la Administra-
cién General del Puerto de Bahia Blanca
| (AGP) |
En fin, la economia regional padecfa, como
Yucatén, de una doble herencia: una alta
ependencia del sector pico, yuna espe-
| cializaciOn productiva demasiado alta, ae- |
dedor de comodidades vulnerables a los
| altibajos de la coyuntura internacional, que |
sse deterioré en la tiltima década (figura 6).
Lasituacién econdmica regional puido man-
tenerse micntras el Estado lograba asumir
sus prerrogativas, y mientras los precios in-
| temacionales de las comosdidades eran altos.
Ese sistema econémigo fanconé inciso |
| durante la hiperinflacién, gracias la estab
lidad inteinseca del valor de la produccién
local sobre el mereao mundial. Acomienzos |
de los aiios noventa, el
cquilibrio precario que
cxistia entre la alta espe-
cializacin productiva y |
el control piblico se
rompid, Primero, por- |
| que los precios inter-
nacionales bajaron,
| Segundo, porgue el Es-
tado, muy endeudado y
| poco efciente en el ma-
| tts tapas nejo econdmico, priva
or ee tiz6 la mayoria de las |
| gas empresas puiblicas na- |
| aa | cionales y regionales
Fuente: Consorcio de Gestién del Puerto de Bahia Blanca (1997).
= (petréleo y gas, energia
eléctrica, ferrocarriles, Zennrtonion
0@
teléfono, administracién del puerto, Junta
Nacional de Granos, Junta Nacional de Car
nes, empresas del polo petroguimico...), y
porque las barreras aduaneras y el sistema
de garantia puiblica de los precios han sido
ddesmantelados. En consecuencia, las venta-
jas comparativas de la regién
| riamente afectadas (Sili, 1998).
Las consecuencias locales de esos cambios
hhan sido muy graves en Bahia Blanca y su
hinterland.
En el campo, donde los empleos piblicos ¢
industrials eran pocos, la crisis afecté basi-
camente al sector agropecuario, Suftieron
los campesinos (fue el caso en toda la Pam-
pa argentina, pero el impacto social ha sido
‘mayor en el sudoeste bonaerense, donde tra-
dicionalmente dominaban los “chacareros”,
es decir los campesinos medios y pequeiios);
sufrieron las cooperativas (que eran muy
importantes en esta zona); suftieron fos in-
termediarios; sufrieron las industrias de
transformacién (molinos, mataderos...)
En Bahfa Blanca, el golpe ha sido mayor
todavia. La tasa de desempleo, que se habfa
‘mantenido cerca del promedio nacional has-
ta 1992 (més 0 menos el 10%), subi répi-
damente, para estabilizarse, a partirde 1994,
hacia el 20%, Esta degradacién del contex-
to laboral est ligada a las privatizaciones y
los ajustes consecutivos, que destruyeron
cerca de 4,000 empleos entre 1990 y 1994
(Gorenstein, Cerioni y Scudelati, 1995).
Pero las privatizaciones no son las tinicas
responsables. Muchas PYME vinculadas a la
actividad agroexportadora, 0 que eran
polo petroquimico y del puerto (como las
subcontratisas de las empresas puiblicas del |
| elrolespecifico de la IED? Desdichadamen-
empresas frigorificas),suftieron muchas pér-
didas, y algunas se quebraron. Ademés,
muchas de las industrias “sustitutivas”(ali-
‘mentacién, textl, industrias mecénicas, edi-
cién...), que habjan prosperado en el
periodo anterior (al amparo de la compe-
tencia internacional), entraron en crisis, por
1a politica de apertura econémica
Un buen ejemplo de ello es el del Grupo
Gatic, una empresa familiar de calzado,
oriunda del cono urbano de Buenos Aires,
que supo negociar en Jos afios sesenta un
acuerdo de exclusividad con el grupo ale-
min Adidas y el italiano Vibram para pro
cis, bajo licencia, un niimero creciente de
marcas curopeas (Adidas, Arena, New Ba-
lance, Benetton, Bata, Le Coq Sportif...)
Gracias al costo prohibitivo de los aranceles
aduaneros sobre los calzados importados, y
a1su posicidn hegeménica sobre el mereado
interno, el grupo Gatie prosper, abriendo
19 fabricas en el pais y creando més de
6.000 empleos. La regién de Bahia Blanca
contaba con 4 fabricas y 2.000 empleos.
Desde luego, con la apertura econémica,
centrd una competencia extranjera muy agre-
siva (con marcas como Nike 0 Reebok), y el
‘grupo Gatic entré, 2 partir de 1992, en una
fase de crisis profanda, que atin no ha ter-
minado. En 1997, ninguna fabrica habia
cerrado todavia, pero todas tuvieron que
comprimir su masa laboral.
EL impacto especifico de la IED sobre
el desarrollo local
&Cudl sen este contexto poco alentador,te, por escasez de fuentes estadisticas, no se
puede saber cual ha sido el monto exacto de
Ja TED een el sudocste de la Provincia de
Buenos Aires. Se sabe que afluyé en la re-
gidn a partir de 1990, a rate de ls privati-
zaciones y de la reestructuracién de los
sectores agroalimenticios y petroguimicos |
(por no hablar de las atracciones del Mer:
cosur, que incitaron algunas EMN a inwver- |
tiren los puertos argentinos o en su entorno
cereano). Se pueden mencionar los ejem-
plos dela Shelly la Eso para el petro, del
italiano Camuzsi para el gas, de la Dow,
Chemical y la Solvay para la petroquimica,
cla Telefnicaespafiola, de Cargill y Glonore
_yToepfer paral grano, de Blrama-Canadian |
“Matting (brasletio) y Nordom (francés) para
Ja maleriay la cerveaa, etc
Por supuesto sera abusivoecharke solamente
a la IED Ia culpa de la dificultades econ6-
micas regionales. Buena parte de las reestrac-
turaciones consecutivas alas privatizaciones
cran inevitables, y cabe sefialar que las em-
presas que quedaron en manos argentinas
(como el ferrocarril) han sido reestructura- |
das de la misma manera. 1.0s cambios ob-
servados en la regién se inscriben en un
proceso general, en el cual la TED slo es un
simple eslabén. Sin embargo, podemos sa-
«ar varias conclusiones sobre el impacto re-
sional de la TED:
= Bl aflujo de la IED desde 1990 es estre-
chamente ligada a las PAE que han sido rea~
lizadas en esta época: sin una transformacién |
radical del modelo de desarrollo de la eco-
nomi argentina, la [ED no hubiera tenido
semejante magnitud,
~ Lo contrat también es cierto, Muchos
ajustesestctuales no hubieran sido pos |
bles sin fa inyeccion de eapitaes exranje.
tos. De hecho, no son muchas as empresas
pablias que han sido compradas por gr |
pos nicionales (como! Grupo Moreno para
las oleaginosa,o Techint para el transporte
ferroviato)
~Precisamente, en la regis de Bahia Blan
cals gran mayoria dela TED ha ido a para |
en a compra de empresas precrstentes, ¥
casi no ha creado actividades 0 empleot
nuevos (fiera de unos casos muy contades, |
sobre todo en el sector agroalimentaro,
om la malterfaabierta en Pun porel con.
sorcio Birama-Canadian Mating). Es muy
impactant a diferencia con ls maguiladorss
yuestees: en un cis ln TED es sindnimo
de reestructuraciones y de destruceién de
mpleos, mientras en el otro a TED sign.
fica la creacion de empresas nuevas, que ge
nan miles de empleo.
= La compra de muchas empresas puiblicas |
Por grupos extranjeros permitio moderni
zat cl aparato prouctivo local, en un es
fuerzo de “aggiornamienta técnico y
estratégico” (Ferer, 1997) que, si proba-
bementeecha las bases de'un crecimiento
sano y duraderoa largo plazo, al contario
ha tendo un elec devastador sobre
empleo a coro plazo
Hay completa evidencia de que las deste-
gulacones ¥ las privatizaciones quitaron 2
Jos gobierno locales buena parte desu po
der de intervencin sobre I economia. |
gional. Con cierto fatalismo y mucho
Inives faire, el Estado no intevino en la
reestructuracién de las ex empresas publi: | Zerratoriog
4«as, y no hubo ninguna negociacién con los
inversionistas extranjeros para limitar los