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Oe Julio Mendivil En contra de la musica || He: " -3 para pensar, |) COMpPrec: der y vivir las musicas sca te nen v4 10 pasa le nee ana ektachS teperfectn: Para algus rupees Cantos de Kent Uganda, encamblo, la von momma Wa) contvotn al ising tempo ta dana y el taper tambores, eon questan exeluichor de dich eategorta, por ejemplo, lor enntos vinous de hoe meat de Camenityo'ta Sinfonia Opus $9 en rwenor de Hayeln Qué abated et eoncepto de masion suele diferir tanubicn entre Its cultures: Asi tow indigenas quechua de los Andes Ks connsiceran misien el rumor del tiovel temblor de las hojas les otros ruidos proccidos por la naturaleaa, aunque ino se eneuentren onganizados socialmente por los humanos: Para ta cultura cortesana japonesa, por el contrarioel gagakad es solo una tweaitacion ¥no misiea, aunque durante las ceremonias se nv cambores, el violin de rodilla, ta flauta traversa o el organillo oa. Tampoco los llamados pars los rezos son ciintigos para los niches iskimicos, aunque se compon aqier melodia de bo an de intervalos como cual- ‘stos ejemplos sugieren que si cada cultura define:a jo qué es © no es musica, la forma singular no es realmente plicable para denotar todo lo que dicha voz encierra: Pero entonces epor qué pensamos la musica en singular? La idea de la miisiea como un fendmeno universal surgié en la Europa del siglo XIX, impulsada por una corriente de pensamiento predominante en Ia filosofia occidental de entonces: el idealismo alemin hegeliano, Este diferenciaba entre una filosofia. natural, preocupada por la idea en su forma negativa, y otra, més avanzada, soncentrida en fa idea en su forma pura y mas elevada, es decir, en el ambito del espiritu, No es dificil dilucidar tan esotérica férmula: mientras que conceptos como “tio” o “irbol” hallaban una correspon dencia en el mundo real, es decir en no ser solo ideas, nociones como “libertad”, “ética” 0 “derecho” existian para el filésofo _ Hanslick, qve tal PPO i ua arn clacte de sea ne apr i ca cent prarse de toda intromi ps oven musica absOHUuta, nel sity como el iealismo ale Maslasmisics 2°", 9, como consecuencia de el pein url unlined universal que S + decin de una miisica supuestamente ilo, una aut6noma, libre de toda carer por lo tanto, estructural y ance as demas culeuras musicales comenzaron Jus como expresiones de un estadio inferior de desar _misica de los grandes compositores europeos. Por ¢ s de metal de los isleftos aust \isica”, mientras que las ex es de los sect ne ores populares de Europa pasarot Un ong no ten versa ¢ en el mundo, ¢s decir, para acercarse a unos y alejarse, ante, de otros. Tal vez nada nos satisfaga mas que te de una comunidad musical elegida, que saber que 0s el goz0 estético con miles de personas igual de sensatas Joras de buen gusto como nosotros; pero igualmente es muy rnada nos ofenda més que saber que aquella misiea que ‘tiene para nosotros, sea motivo de burla o desprecio de otros. La maldad humana, que es tan variopinta como la ‘musical en el planeta, no tardé mucho en descubrir que, dsica trasmitc de manera eficaz valores grupales 0 culturales, tricar contra un tipo de miisica, ridiculizarla 0 desautorizarla amente es una forma bastante productiva de menospreciar a a producen y a quienes la escuchan. La misica por ende no Jana, sino también, muchas veces,y muy eficazmente, divide; acompaiia los momentos de bullida emocién sentimental 0 da congoja en nuestras vidas, también sirve -a menudo a Ia intencién de sus creadores~ de banda sonora de torturas y ‘actos indignos, musica puede ser tanto motivo de algarabia en la fiesta publica, nto refugio interior. Asi Herder consideraba la musica como la sién mis fidedigna del espiritu de un pueblo, mientras que para gel el canto representaba la voz més intima del alma de cada indi- Es esa capacidad de crear significados sociales ¢ individuales hhace de la misica un arma puntiaguda para ofender y desca- ya sea personal o socialmente-al otro. Mas cabe preguntarse Beiticteprecianny So Seas Los desen~ ‘Uniongule ran uve ina web de Ia cantante para dejarle un mensaje lapidari da Stefi, espero que folles mejor de lo que cantas”. Los con seguidores de Hertel, que en el colmo del atrevimiento como “una dama muy decente”, pusieron el grito en el do en un eacareo de varios dias con el intruso. Lo que 16 del caso no fue ni el Lenguaje soez del entrometido ni aficos el mundo idifico de los seguidores de Hertel con ertinencias, sino que alguien invierta tanto tiempo y esfuerzo car el gusto musical ajeno. ¢Quién se da el trabajo de dedicarse jidamente a cosas que considera irrelevantes? 0 todos estos actos perversos relacionados con la musica no n la fuerza que la hace indispensable en la vida humana, lle~ ja calar en lo més profundo de nuestro ser. Por eso pienso tal vez el verdadero poder de la misica radique en la forma en ella estructura nuestras capacidades cognitivas. Cierta vez, una ‘me refirié una anécdota estremecedora al respecto. Pocos dias es de morir su madre, cuando el alzhéimer ya habia destruido memoria y su capacidad para hablar, mi colega, en un acto que a ser de alguna forma una despedida, le susurré unas pala~ tiernas al ofdo. La madre, absorta en la demencia, no reconocié 02 de Ia hija. “No le hable -le dijo una enfermera a sus espaldas-, fle algo”. Escéptica, mi colega entoné los versos de una vieja folklérica que ella habia aprendido de su madre. Ante su xo la anciana reaccioné casi inmediatamente, entonando las ‘esbozaba una sonrisa. En lo bt

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