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Pastorcita rp A los padres. Deci que “Pastorita perdi sts oejas” es como pronunciar un vijo conjuro de la infec. Con a y con otras entrafiales historias que el poeta colombiano Rafael Pombo tomd de la tadicion J ioglesa y que tan acertadamente rere para nuestro idioma, han crecido muchas gencraciones de lectores. Los euentos en verso de Pombo hacen parte de nuestra cultura literati: de ese legado ‘que recibimos de lox mayores y que luego, siguiendo Ja cadena, cotregamos a quienes nos suceden, En su sentido etimologico, la palabea recordar significa paser por el corazbn.Y la palabra tradicén, heredada del latin ado, significa enregar. Eso es exactamente Jo que hacemos los adultos cuando compartimos historias clisicas con los ppequeiios: pasar por el corazén aquello que es parte de nuestra memoria poétics ‘mas antigua, para entegrl ala siguiente generacién. De aii que Ia Lectura dde Pastorcta sea un ritual de encuentro entre distintas épocas. Al revivir, en muestra voz, el ritmo y la emocién de aquellos primeros encuentros con la literatura, nuestros hijos podrin experimentar la misma sensacién que se apoderaba de nosotros hace mucho, mucho tiempo, cuando alguien nos lea « Para continuar esa conversacién entre distingos lenguajes y generaciones, le encargamos a Alekos, uno de los mis destacadosilustradores colombiancs, «que hiciera su propia versién de la historia El resultado es este ibro que reine poesia e imagen, Queremos que en el cruce de caminos, entre la Pastorcta de siempre y ésta contemporinea de Alekor, se encuentren los padres y los hijos para experimentar el placer de mirar, escuchar y releer una de esas historias que permanecen grabadas en nosotros y que, a la vee, 1© siguen transformando en cada nueva leccura, ‘Younna Raves Diectora de la coleciéa Pastorcita perdié sus ovejas iy quién sabe por dénde andaran! No te enfades, que oyeron tus quejas y ellas mismas bien pronto vendrin. Y no vendran solas, que traerin sus colas, y ovejas y colas gran fiesta daran. Pastorcita se queda dormida, y sofiando las oye balar; se despierta y las llama enseguida, y engafiada se tiende a llorar. No llores, Pastora, que nifia que lora bien pronto la oimos reir y cantar. Levantdse contenta, esperando que ha de verlas bien presto quizis; y las vio; mas dio un grito observando que dejaron las colas detrés, iAy mis ovejitas! ;Pobres raboncitas!, sDénde estan mis colas? ;No lds veré mas? © e Pero andando con todo el rebafio otro grito una tarde solté, cuando un gajo de un viejo castafio cargadito de colas hall6, ue < Secandose al viento, dos, tres, hasta ciento, jalli unas tras otras colgadas las vio! Dio un suspiro y un golpe en la frente, y ensay6 cuanto pudo inventar, miel, costura, variado ingrediente, para tanto rabn remendar; buscé la colita de cada ovejita y al verlas como antes se puso a bailar.

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