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0 LA GRAN SEPARACION y el teatro de varedades, deambula por los pasillos de} ‘ecrche bafe se ty soneaeanlon sina tra en cafetines y easas de mineros, recor Beauce, tleamino del ejéretto en Sedan, Em Germinal (1 foda una cinologia de la vida cotidiana de os {cl empo, habios alimentarion tuals fam) novela revela fuentes muy varladas:p@€ortcs periodsticos, trtfelos det Larousse, rovehas de pras sobre las tencas de extrcciny la higine de los pneros, plano de un case- una experiencia de pret jes en un medio deter deducir la accién, jal. Los orgat bajo la presién fmrado y condiciones especificas y, al fete a prueba la validez de su hipotesis fmos y los temperamentos se modifican las circunstancias; la novela es el atestado josidad del ciensifico y el amor a la verdad. La novela ‘Es indtil extenderse sobre las ilusiones de ese cient ‘Smo. FI juicio del naturalismo comenz6 con el natura +e nm ie in si sis estan et ee ei pp. 239.247], y Camets d'enguétes. Une ethr ita F oe Sy em sage err as Staak ras Se may ren ‘op. cit. p.90 [trad. esp.: La novela experimental. Est losdfco, Santiago de Chile, Nascimento, 1975] Sa al HISTORIA-CIENCIA Y “MICROBIOSLITERARIOS #1 lismo mismo: fealdad, obscenidad, simplismo, arbitrays see utaliemo, El hecho es que las “hipotesis" dg-Z¢lx Suponen creencias bien firmes: los individuos s tos de su herencia; la Modernidad produce hs lo Imperio, al agravar Pexcité las ambiciones, de a sed de gozo y favorecis 1a “en que los individuos se precipitan haber vivido con excesiva rapide7. yA verdad antes de escribir una linea. Mus Pedemostrar” algo, sus novelas desarrollan us stico, a pesar del enorme t- Zola posee ‘cho m: pospitido e ilustran un diagn6: fo de documentacién hecho por su autor ‘pero tana cosa es que los escritores realistas evean Tcer “ciencia, y otra ea que tengan los mismos valores que Ios me eee es fisicos y los bidloges. Las “Tetras” se ven bajo 1a aietencia eada ver més grande de las “ciencias’. Ens se senda mitad del siglo xix, el cientificismo subsume a B57 Aamovela y la historia, esas dos formas de literatura-método- EL SURGIMIENTO DE LA HISTORIA-CIENCIA |) j) La historia debe adoptar un “punto de vista estrictamente caanifico”, anuncia Gabriel Monod en el inicio del primer sa eatto dela Revue Historique.’ Perceptible en tierrss ale inanas desde la década de 183 inco ios del siglo xbx tiene Tuga en Europa y arrevalucign intelectual que incorpora ta histeris-a 12 —SSincla positive” flonan esta evoluci6n lagreacién de re istoriques en Francedepuls be + Gabret Mon, “Du progsts des des “a L enero-junio de 1876 pp. 5-38. aside" en Revue Historique, vol 1 en 7 LA GRAN SEPARACION vistas (la Revue Historique en 1876)/Asociaciones (la Ameri- can Historical Association en 1884) e,instituciones (la Es- cuela Francesa de Roma en 1875) y el perfeccionamiento de Gun método (el colectivo Methods of Teaching History en 1883, la Introduccién a los estudios historicas, de Langlois y Seignobos, en 1898). La ciencia histérica que triunfa a fines del siglo descansa sobre tres pilares: el ideal de objetividad, la fuente documental y el medio profesional. —— El historiador es la persona que estudia hechos. Esta de- finici6n aspira a romper con las controversias posrevolucio- narias ya historia maestra de vida, pero también con la filo- soffa de la Historia, que procura establecer leyes vélidas tanto para el pasado como para el futuro. Por eso el nuevo historiador no es un “positivista” en el sentido de Auguste Comte; no trata de determinar el sentido de la historia, las, diferentes eras por las cuales pasa la humanidad. Es, en cambio, un “metédico”, un sabio cuyo trabajo se basa en un proceder cientifico. _- El historiador no polemiza, no aconseja, no especula: se contentacon establecer, segtin la férmula atribuida a Ranke, “lo que verdaderamente sucedi6” (wie es eigentlich gewesen). Esta consigna, que podria calificarse de norma rankeana, erige al idealista alernan en modelo de cientificidad, padre fundador de Ia disciplina, y en ese caracter lo veneran los historiadores estadounidenses, de Herbert Adams en la dé- cada de 1880 a George Adams a comienzos del siglo xx. La historia objetiva, sin pasiones ni ideas preconcebidas, di- vulga el empirismo de Bacon y John Stuart Mill: induccién prudente sobre la base de las observaciones, rechazo de las generalizaciones apresuradas y de las teorias metafisicas, importancia de las taxonomias, voluntad de “dejar hablar” a los hechos para producir una historia definitiva.* * Veanse Georg lasers, “The Image of Ranke in American and German Historical Thought’sen Histor ond Theory vol 2, rm 1, 1962, pp. 17-80, HISTORIACIENCIA Y“MICROBIOS LITERARIOS’ 83 — Con ese fin, el historiador se apoya en fuentes, un mate- restigios, inscripcio- rial original compuesto de archivos, vestig! : thes, moneda y autenticado por medio de las llamadas cien cias “auxiliares’: numismatica, paleografia, episrat diplomatica, Para Seignobos, los documentos son huellas, gracias a las cuales el historiador puede remontarse has Ios hechos hoy desaparecidos. En ese ambito, los franceses y los estadounidenses siguen el ejemplo de los sabios ale- nanes: Niebuhr, Bockh, Ranke, Hamack, Gervinus, Mom fen, Waitz, y se inspiran en sus grandes colecciones eru wenta Germaniae o Seriptores Rerum Prussicarun. historia —medio profesional na ense- Siac ritnatcanSe a histors —ed unificade Pi on giro motive de airacion,¥ es nina emo mh se den Jaan (Monod en 1867, Emerton Y Fae einoton ca 179, Cul sulan ae doa el gabincte del aficonado caf Ahora cl historia eae i i A perior se organiza en os un universitet Mende estudio, programasy 1 sera es atctoalizncion det hi radical ea primera stad del 5 tori on Fronein ; ot Cea ea Hntora, pee aa ada 8 Ore ede nobleza en las stimas décadas del siglo. muchos estadounidenses ream: te “Obicier Trontieas mts generals, Pts Novick, hat Nabe win emllnes ms Se Hitorial ofesston Cambie ¥ Noe Sacra tse Pe copa 13 ered ep sete suo se camden poesia oveamercana ESC, en Une mutation 7 anse Chars lve Crone, Hse hstorons ine cs at as Talos, Pa 1906 % 6 hee re ee hates neues Vee Hse dt ae ee racle, Pris, Prsses Universitaires de France, 2012, caps. 5 6 Bs ELRAZONAMIENTO HISTORICO (COMPRENDER LO QUE HACEN LOS HOMBRES ‘Aun cuando se dejen de lado la Historia y otras cosas “dig. nas de memoria”, la historia admite varias acepciones. Puede definirsela como “el espejo de la vida humana” (La Popeliniere), “una narracién continua de cosas verdaderas, _grandes y pablicas” (Le Moyne), "Io que ha sucedido entre Tos hombres” (Leibniz), “el relato de Jos hechos tomados por verdaderos” (Voltaire), la “realidad pasada” (Beard) los *asuntos humanos del pasado” (Hempel), “el pasado, en cuanto se lo conoce” (Galbraith), la “ciencia de las socieda- des hummanas” (Fustel de Coulanges) la ciencia “de los hom- bres, en el tiempo" (Bloch), la “ciencia del pasado, ciencia del presente” (Febvre) A la inversa, puede recordarse lo que la historia noes: una fabula, una requisitoria, una glorificacién, tuna denuncia. ‘Querria proponer otra definici6n: hacer historia como ciencia social es iatar de comprender lo que hacen los hom ‘bres. Esta definicion amplia, transdisciplinaria por natura leza, tiene varias implicaciones. ‘Un método para comprender. Nuestros conocimientos son variados, nuestras fuentes de informacién, innumera- bles, y es grande la tentacién de creer que se ha compren- dido todo de inmediato, En realidad, “tratar de comprender” supone asumir cierias disposiciones intelectuales y morales en las que el razonamiento tiene un lugar destacado. Su mé- todo se basa en la idea de que no.es facil comprender; de {que el siber no cs un bien inmtiato, incondicional, defini tivo, sino el frato de una reflexién al que se llega mediante Ja formulacion de las preguntas adecuadas y el esfuerzo ca- 2QUE ES LA HISTORIA? 1 bal por responderlas. El vinculo entre comprensién y cono- cimiento esté dado por la demostracion. La investigacion, fundada en argumentos y pruebas, consiste por lo tanto en lacet todo Io posible para intentar comprender lo que 10s, hombres hacen de verdad. ‘Un proceder, mds que un contenido. La historia es una actividad intelectual definida por un proceder, no por un te~ ma y menos atin por un tema “noble”. Como Napoledn, un almadrenero* pobre y analfabeto pertenece a Ia historia: “Todo es histérico, por ende la Historia no existe”."# Como la historia es ante todo un razonamiento, admite toda ciase de soportes: peliculas, exposiciones, cémics, mitos, epepeyas, novelas y, en el caso de la India del siglo xvi, textos épicos en sdnscrito, kévya (poesia de corte) 0 purdna (“antiguos” {que cuentan los mitos de la India posvédica)." El género ‘académico —modo objetivo, notas a pie de pagina, digresio~ nes cultas— es pues una forma de historia entre otras. Toda cesta literatura es de una gran riqueza, aunque no todas sus formas sean equivalentes. Una ética capabilista, No hay que ocultarse que la histo- ria, aun definida como una ciencia, se apoya en premisas mo- rales, Ethistoriador se asigna por objeto la humanidad plural yy voluble, las personas en su infinita diversidad y no el “hom ‘bre” en singular, las leyes de la “Historia” o la obra de la Pro- videncia. El hombre es duefio de su destino. Aun en Ja Edad Media los historiadores hablan menos de lo que sucedié que de lo que hicieron, de lo que llevaron a cabo los hombres al ‘actuar, cosa que reflejan los términos actus, facta, res gestae. + Febricante de miecos.(N-l] 1s pul Veyne, Comment on tert Thistoire. Essai dépistémologic, Part, Seuil 1571, cap. 1) (trad. exp: Como se esribe la historia. Foucault evo: lone la historia, Madrid, Alianza, 1994] TS Yachera Narayana Roo, David Shulman y Sanjay Subramanyam Texture temp Eorre Piso on Inde, Pats, Sei col Ls Lipalrie di sox stele, 2004 0 EL RAZONAMIENTO HISTORICO Procurar comprender “lo que hacen los hombres" en vez de “lo que les sucede” es una manera de adherir al principio ca- pabilista de Karl Poppen, Amartya Sen y Mas tha Nussbaum Jos hombres nacen libres e iguales, estin dotados de razén, son capaces de ser y de hacer algo, lo cual no debe levar a negar los determinismos que pesan sobre ellos. Querer “expli: car" la esclavitud por la inferioridad innata de los negros (o la Shoah por la incapacidad de los judfos para asimilarse) no es dar muestras de historia, sino de racismo (o de antisemi- tismo). La historia es humana y, por consiguiente, humanista Los hombres en el tiempo. De lo universal de Polibio a la “representacin de todo” segtin La Popeliniére, del pano- rama civilizacional volteriano a la “vida integral” resucitada por Michelet, de los nuevos territorios de Alain Corbin a la historia conectada de Sanjay Subrahmanyam, la historia no se fija otro limite que la humanidad. Se interesa, claro esté, por los objetos, los animales, los érboles, las enfermedades, el clima, pero en cuanto afectan la vida de los hombres. Como el historiador hace profesién de comprender las “mil y tuna maneras de ser humano”,"* no hay razén alguna para que tome como punto de partida la invencién de la escritura, unos tres mil afios antes de Cristo. La historia engloba nece- sariamente Ia prehistoria, aunque quede por determinar cuando aparece lo que llamamos el hombre: gaparici6n del 2énero homo hace mas de dos millones de afios, fabricacién de herramientas, bipedaci6n que libera la mano, inhuma- cidn de los muertos, desarrollo del pensamiento simbdlico con la utilizacién de pigmentos y adornos, primeras mani festaciones artisticas, surgimiento del hombre anatémica mente modemo, revolucién neolitica? Lo cierto es también que el paleontélogo y el historiador construyen su razona- ‘miento sobre la misma base: huellas procedentes del pasado, "Romain Bertrand, Liste @ parts gles. Ris dun ecomtre Oren Occidentale, Parts, Sel, 2013, 12 ove es tamsronie 1 a cesura fiada en la escrtura es irisria, porate pane de tmarifiesto tna simple tenica, en deteimento de la Guy) Innys aacign, ¥ condace a negar ol 98% de I historia de Toshombresy el 1007 en las cepiones de tradcin o Ta hts hasta eda de hoy. Sucle decirse que ls histo- ‘ia csuidia el pasado, La asociacion noes falsa, pero ame- hava erigir una barrera entre “ellos”, capturados en tu trons, y "nosotros, los modernos, duenos del presente ‘ahora bien otra perogrullada ~, el historiador esti el [sada wave deo que qua ded sobre la base de hue flange existen hte e mane: Tas preguntas que les hace on las preguntas de su siglo, su ciudad, su vida. La maxima de ~Faulnes el pasado dais nh pasado, dene abr Be Hiatico exe pando qe estudian los historiadores vibra ain tn su presente, en el nuestro, bajo la forma de palabras, ins- fituciones, obras, palsajes, fronteras,edificios,costumbres, dde manera tal que nuestro presente esta compucsto de dife- fentesextratos de pasado Sumados,sedimentados en mil- ples concreciones, como la abadia de Westminster, en Ja ual Chateaubriand vee “iemplo monolitico de siglos pets feados”, Mare Bloch lo dice de otra manera: “El pasado £0- biemna el presente, En efecto, cast no hay rasgo de la fsono- fafa rir dela Francia de nuestros dias cuya explicacion ho deba buscarse en tuna evlacién que bunde sus safces en Ta noche de los tiempos” ‘No hay agut presentiomo lguno. Somos el punto de par tida y de lepada del estudio histGrico, pero también su ob- jeto: humanos en el tiempo arrastrados por sus agussturbu- ® tan Guinn Archi ne humaine. Eatin ne he Le hdr aesy Pats, Aces Seal y Enc, 2011, 90.229 Thgace Bloch, Les Carectresonginaut de sore url foneatse, Oso. Lelpaig, Parts, Londres» Cambridge, H. Ascherbough. 0. Hacrassonts, ‘Les Belles Lettres, Williams & Norgate y Harvard University Press, 7 250 (trad esp: La autora rl ance. Cavaceres orgies, Bares Ton, Cia, 1978). 1 ELRAZONAMIENTO HISTORIC lentas, pronto seremos muertos, “hombres del pasado”. Al hacer historia, examinamos nuestra propia historicidad. Nos royectamos en una reflexion siempre en movieniento, donde cl presente, unidy al pasado que lo aspira, es una etapa antes de otros puntos de fuga. Los hombres que estudiamos fue on, como nosotros, “hombres del presente”, modernos. Por 50 un historiador trata de comprender lo que los hombres hhacen, no lo que hicieron allé lejos y hace tiempo. La historia no es en primer lugar una disciplina acadé- mica, sino un conjunto de operaciones intelectuales que apuntan a comprender Io que los hombres hacen de verdad. De ello se desprende que la historia (como razonamiento) esta presente en actividades que no tienen nada de “hist6- rico”: el reporiaj, el periodismo, la instruccién judicial, la relacion de viaje, la historia de vida. La historia supera con ‘mucho a la Historia, Es una muy buena noticia. Dod prt tne Prod barvmencistica Qué hace falta pata que la historia sea una cfencia? Mu fos pensadores, de Platon a Toyne pasando por Comte, intentaron revear“leyes dela Historia” indicattvas del de tino final de Ia himanidad: emancipacion, servidumbre, Aecadencia 0 propreso através dels eral entadion, los ciclo. Enel siglo xx, ls historia-ciencia de los met6dicos ¢s hostl a cualquier flosofia dela Historia, pero algunos historadores tienen la experanca de poner de manifesto, experimentalmente,leyes analogas as que gobiernan la ‘aturaleza. Para eos postvstasen sentido catricto el des Cubrimiento de lyes daria a Ia historia sus carta de beza y wansformatia al historiador en un “macro Darwis Mency Adams, The Tendency of Histon” en Amal Repo ofthe Amarican Historical Asoiation, 194, Pp. 1723 JA, cién de una esfera publica, descristianizacién, ascenso dé QUE ES LA HISTORIA? 13 Los durkheimianos comparten esta concepeién nomol6- ica, pero excluyen de ella la historia: solo la sociologia es ccapaz de establecer leyes (0 al menos regularidades), es de- ‘is, de proponer una explicacién cientifiea . Hempel, por su parte, pone la historia y las ciencias ma- .}) turales en un mismo plano: una y otras subsumen un acoa- | tecimiento bajo leyes, “hipétesis de forma universal” conva: (0° idadas por la experiencia," AI deducir de esas leyes el acontecimiento, se Io explica. Hempel no da ejemplos en rrespaldo de su teoria, al margen de la explosion de yn r= diador de automévil durante una noche de helada Pero) aun cuando pudiéramos enumerar el conjunto de 105 ¢! ‘mentos desencadenantes de Ia Revolucién Francesa (difw) sién de la Hustracién, nueva cultura del libro, conforma) | la burguesia, excesos del absolutismo, descomposicién dela ( Iman, pst nami coveras, caren Se} a ge cn adn opr rohan Nin alo pe jamas aprender I diversi I compefidad ya ibertadhumanas,O, de hace, l grado de] See sc ornatan ceva quer a meso dele. 0b) cnc cope de icin “Expr el west de Wot cereus cta a decir qe "wdo tao procure hace Raa rrr iaransu poder oie gen aie] ro mata a hierro muere". Por otra parte, aunque fuera posi ble formular leyes de la Historia, no bastarian para conferir a. eigen ies dctoncia es precinment contre el ° Gar Hempel, “The Function of General Laws in History”, en The Jor nal of Plosopiy vol. 39, rim 2,13 deenero de 194, pp. 35-48 (wad. esp [5 Tenn dt lees generates ens storia, enka exon ont fica. Estudios sobre le flesofia de la cena, Bascelna, Paidés, 2005, 507-324) a 1 ELRAZONAMIENTO HISTORICO toricismo(plaénico, hegliano, marxista) ave Popper define Is logics del descubrimientocientific. Elcovering-law mode! (modelo de cobertura legal]. como dice William Dray, es mas interesante si se conside ran los vinculos de catsaa elect que establece. Es evidente {ue elvalor de un relat hisrico se asfentaen parte en st elmarginl man de Patk Sionequist, ue se mantiene en los limites no solo porque Ja sociedad lo rechaza, sino ademés porque ha decidido vi- Virentre dos aguas. Concepto clave dela sociologta alemana y de la escuela de Chicago, ese desfase —un pie adentrb, un pie afuera— tiene su equivalente en la tradiciGn durkhelmiana: la *rup- tura con lo real”, la necesidad de desprenderse del sentido _comiin, de las prenociones, de la teoria esponténea, del “lenguaje comin y corriente, de Tas relaciones habituales, de ios objetox que parecen caer por su propio peso.? En su esfuerzo por desnaturalizar los objetos de la vida coti “Segried Kar, fore. Des vt dors choses (1969), Pat, Stock, 2006, p14 [trad exp: sori a ima cos antes de as at ‘ra Beno hits Las Gace, 2010) # Vane Pie Bowe Ze Meer de soctologue. Pralables és sic sth Berti Nic Yo Pass, inn de Grape oes (wad exp: ofc esoclog: Pesupuasoseistemoligcos, Boe. ‘os es Siglo a, 2003) aa {AS OPERACIONES DE VERIDICCTON m diana, enviscados en las falsas evidencias y lo que v4 de ‘uyo, las Mitologtas, de Barthes, participan de las ciencias sociales. Para terminar, se puede tomar perspectiva com resp=sto ‘las fuentes: hay falsos documentos como hay malos test ‘208. Todos los discursos del méiodo, de Mabillon a Langlois ¥y Seignobos, asumen esa funcidn critica. Pero goomo evitar Geslizarse de la prudencia ala locura paranoica, que con~ Siste en decir que el 11 de septiembre fue un montaje de los servicios secretos estadounidenses o que Descartes es un. tito creado de principio a fin por los jesuitas de La Fléche: Cuando estamos en presencia de un documento o un testi~ cr tarnos no si el autor quiso enga monio, es menester pregunt flarnos, sino si ha comprendido aquello de lo que hab ¥ ‘con qué grado de exactitud y larividencia. Por ser mediato, dice Marrou, el conocimiento histérico supone una relaci6n de confianza, lo cual no significa credulidad.> ‘Huyendo tanto de la.ingenuidad como de la.hiperer'- “tica, el investigador debe adoptar, pues, una actitud decon~ fianza y yigilancia que Herédoto resume a su manera: “Si tengo el deber de informar lo que se ha dicho, no estoy Por cierto obligado a creerlo; ha de tenerse en cuenta esta re- serva de un extremo a otro de la obra’. Toca al investiga dor explicitar las razones que tiene para convalidar, dudar o rechazar.¥ tratar las fuentes como se trata a s{ mismo, distante de su persona, su estatus social, sus identidades, sus motivaciones. {La toma de perspectivaepstemolégica no permite nto definir un problema —siempre tenemos un problema— «sn as enn is el wt se a a an seb ieee a. a ns Tie Sa ee ration er oncali lta ah ances mirkearones m EL RAZONAMIENTO HISTORIC como definirlo con pertinencia, Contrariamente a lo que di cen los empiristas, el cientifico no va de lo particular a lo general, del detalle al conjunto, de la observacin ala teorfa: es el problema el que lo empuja hacia el mundo. Toda una tradicién epistemol6gica, de Koyré a Popper, recuerda que Ia formulacién de un problema constituye el gesto cienttico fundamental. ¥ Ia resolucién de cada problema, por medio de la experimentacién, hace que surjan otros. Las ciencias sociales no proceden de otra manera, Desde HerSdoto, todos los historiadores han perseguide un pro- blema que con frecuencia se mezcla con su propia vida: gue- ra, advenimiento, conquista, revolucién, genocidio. Pero habra que esperar hasta el siglo 22x para que la historia se presente explicitamente como una problem-solving activity Lo diré Collingwood, ylos Annales, aguijoneados por las er ticas de los durkheimianos, recordarén que el historiador ‘siempre se pone en marcha con “una finalidad precisa, un Problema por resolver, una hip6tesis de trabajo por verifi- car” en la cabeza.* Este postulado tiene dos consecuencias importantes: todas las ciencias piensan del mismo modo, y la historia no puede definirse como el conocimiento del pa. ssado, No hay “pasado” en sf, “hechos” por descubrir. No hay ‘ms que problemas, es decir, preguntas hechas a las huellas. ~—ebjetos, documentos, testigos— que han perdurado, El problema historico es la pregunta que nos hacemos, Ja pregunta paradéjica y contraria a la dasa, la expresion de Jo que asombra, resiste, acicatea, excita; es el enigma fe ‘cundo, la intuicion, Ia “pequeta idea” que rumiamos, la obs. Ainacién del investigador su angustia, su eandides, su punto de locura, la posicién que adopta contra todo el resto 3 Lien Febwe, “Examen de conscience dune histoire et d'un hist- ‘hen (1933), en Combats pou Phistore, Paris, Amand Cam, col. Agora, 1992, pp. 3-17 ead esp:"Examen de sonciencia de una history de un Historiador" en Combatesporle histor Barcelona, Ariel, 12, pp, 1335) =e an La”, pregunta con mali Jacques Le of sors Seconset ne to el ey esiansie ieee dsencadena el sonuniento, ober a inwstzan docu, azac mca dent del al eel Mcegndo: de atl semscon de ele Pass ae toria universal. A fin de mien oe que suscitan Ins proyectos de hist cuentas, la investigacién en ciencias s actitudes complementarias: una degoma de perspectiva, consistente en retirarse (al menos mentalmente) para ob- servar desde una posicién temporal y sociologica, y una de efocalizaci6n, en virtud de la cual uno decide encerrarse en “cleontexto de pertinencia delimitado por la pregunta. La invesricacion El investigador no es un adivino que “sabe” por cienci in- fuss, Las clencias sociales se hacen con fuentes, y la histo Fa, en particular, necesita documentos. Al igual que lo=is- toriadores de la época romantica, los met6dicos saber que historia es un conocimiento indirecto, cuyo abje'9 &s npren lls ‘comprender el pasado por intermedio de h i: AGE psas fuentes, que pueden designarse con el término ge névico de “archivos”, son de naturaleza diversa. Hay ar- Chivosarqueologicos (osamentas, monedas,joyas, monument tos edifcos,inseripciones), archivos submarines (Pion nforas, bloques de piedra), archivosymateriales (caminos, mobiliario urbano, muebles, objets arstica o de levida Cotidiana), archivoseseritos (manuscritos, impress di Hos, anuncios, pancartas), archivosyisuales o audiovisua- Jes (imagenes, fotograffas, videos, filmes) y archivosdligi- tales (interne). Sin embargo, anuestro alrededor hay gente ¥¥ cosas, paisajes y libros que no nos dicen nada. Es que ‘Jacques Le Gof, Sant Louis, Pats, Gallimard, 1996 14 EL RAZONAMIENTO HISTORICO die es testigo, nada es fi trasel , lente, mientras el investigador no lo haya decidido a través de una pregunta, Tan pronto comola hay, todo se dota de palabra: “Es documento toda fuente de informacion de la que la mente del historiador sabe extract _algo para el conocimiento del pasado humano" oor Es precve tener certo lat, ui y ploy, pa ler al archivo, pero esto no debe ocultar el hecho de gue el archivo esta por doquier. El investigador puede “in ‘Ventar” fuentes, es decir interrogar nuevos objetos con la es- peranza de que respondan a su pregunta: cercados, moto- -s,recetas de cocina, sonatas, eclipses de na y collars de ro, ol vecna, tu cuenta de Facebook y hasta los sits, uillzads para comprender el efecto dea dictadura naz so re las conciencias.* Al reconocer, en [Histoire @ parts égales 2011, 1a misma dignad al conantod os documento en presencia, ya sean de origen holandés, portugués, malasio o javanés, Romain Bertrand recusa desde el inicio las jerar ej establocen elerinculo entre el reconocintenta de las fmociones en el otra y el hecho de sentilas uno mismo, Tabi hay una experencia mis intlects por procurs: elon: son contados los investigadores que haan sido rel dos o trtaradr, pero muchos los que pueden imaginar aun de manera muy aproximads, 1 que eso signa, Esa capacidad de co-sentir de la que Monod, Dithey, Ricasur Marrow y Corbin (para lmitarhos ala historia) has * Alaa Corbin, “Neen reser entendre”, en Vacrme, in. 3 savers de 2006, p. 412 sili ed [LAS OPERACIONES DE VERIDICCION 7 ‘cen un eslabén esencial del conocimiento, se basa en una se ectoe identifentoria, Tmplica una acti de eset Fhey ecptvidad, un ponerse ala misma altura, a septa ‘on de una smejonen que puede legar hasta la empatia seers Ul ncerocator sea un pscopata. Richard Holmes tuiitian ate procedimiento por medio dl fotsenving TRERITAGue Dawa paso ta persona copa vida deca Yoon ese fin hace un viaje en globo como los cients dl gion series Ins Covers tas las elas de Steven see Nuigon su here en na cohabiacin imaginaria" El. pear de a experiencia no se limita pues Tos estas de Tihino ka ctnoarguoologla de lan Hodder o Pierre Fetre- ati comaste cn observarsociedades “primitvas” contem- dae coas cn Altea, en Nueva Guined, en el gran Nore, por omprender mejor Ins soviedadesprehistoricas Jes parscida Algunos arguedlogos reproducen gestos ances Peles pana aducnarse de ellos: fabieacion de un oro neo- fico, una alescion oun arma. " a nvestgacion en cienclas sociales comport, en consecusnica, tes dimensiones, cada wna de las cuales i plica un tipo de razonamiento: recuperar las huellas de los Rossbres tabla un contacto cones hombres, ponerse €h ‘tTiugar de Tos hombres: es decin em todo los casos rata seeetpronder toque hacen, Esta triparicién, porimper tects sonore discern la unidad de las cencis x0 Eeteclts peigontologiay la historia laro est, ine a negatco, mientras que la socilogta y la etnologte Procaden ings bien por eneuentto, Pero, en el fondo, toda roctgacign escapade englobaraguelas tres Formas. AS Ios hnstoniadorcs goneran archivos orales para enriqueer St Capoey los soctologosyantropélogosexcrutan archivos chive pata alana una mayor profundidad temporal, sit Richard Holmes, Fotsteps. Adventures of « Romantic Biographer ‘Nueva York, Viking 1985, 18 EL RAZONAMIENTO HISTORICO hablar de los investigadores que, por obligacién o por curio- sidad, se dedican a viajar. En todos los casos, se mejora la calidad explicativa de la investigacién. ¢Hay mejor alegato fen favor de lo que ve da en llamar multidiseiplinariedad? La comParacton El inventor del modelo de la investigacién es Herédoto. El historiador-etndlogo-reportero nos ensefia, a veinticinco si- los de distancia, que las ciencias sociales pueden ser una, aventura, una buisqueda en la que uno invierte todo su ser. Buscar, viajar, entregarse en cuerpo y alma, descubrir, in- vestigar, historei: la etimologia nos recuerda que la historia, se hace yendo a ver uno mismo, recolectando, reconstitu- ‘yendo pieza por pieza, en el curso de un derrotero tan inte- Tectual como fisico. El libro madura, el historiador también. Polibio expresa esta exigencia en su polémica contra Ti- meo y Fforo, a quienes acusa de ser historiadores de gabi- nete. Para él, la historia obedece a tres consignas: extraer informaciones de los libros, recoger la opinién de testigos y asistir alos acontecimientos que pautan la vida de los Esta- dos. A partir del siglo xv, muchos investigadores viajeros re- descubren a Herédoto: Lorenzo Valla, su traductor al latin; Henri Estienne, autor de una Apologie pour Hérodote (1566) tras una ampliacién desmesurada del mundo; Volney, cuya Chronologie d'Hérodote (1781) anuncia los viajes a Egipto y Siria de la década de 1780, y Kapuscifiski, cuyos reportajes lo arrastran a innumerables Viajes con Herédoto (2004). ‘Otros prosiguen discretamente esa tradiciOn, mezclando lec- turas, testimonios, viajes y observaciones de visu. Lanzado, tras las huellas de Jestis a mediados del siglo x0x, Renan re- corre “las calles donde jugaba de nino” y admira el horizonte: que fuera suyo, el Carmelo, el Thabor, el valle del Jordan, el golfo de Haifa, elementos de un “quinto Evangel LAS OPERACIONES DE VERIDICCION 1 Pero, para que la investigacién sea verdaderamense ‘completa, es preciso que supere el tema que se ha fijado.y Iegamos entonces al comparatismo, es decir, la capacided ~e confrontaci6n. Comparar nos leva a salir de lo partici= y abandonar la religion de lo tinico. Sies cierto que soo fy ciencia de lo general (esta es la critica de Arist6teles ala historia), sies cierto que los historiadores tienden a idola- trar al individuo (critica de Simiand), la monograffa es mi- cho peor que tna falta de curiosidad: la negacién misma de lis Ciencias sociales. Estas, al contrario, se esfuerzan por ins- Cribir al individuo en las estructuras de su tiempo, los me- dios a los cuales pertenece 0 que atraviesa, los determin:s- ‘mos que lo limitan y de los que a veces logra liberarse, st campo de posibilidades. Un hecho solo existe, una vida sclo. ts inteligible si estan ligados a los otros, inmersos en la co-_ ‘iente de su tiempo. Si no, aislados, pierden toda significa ion, se acartonan bajo Ia forma de anécdotas y mueren, ‘anieos, petrificados en lo que no es ni verdadero ni falso. En La Crise des sociétés impériales (2001), Christophe Chacle compara Alemania, Francia y Gran Bretafia a comienzos del siglo xx. En Renaissances. The One or the Many? (2019), ‘ack Goody coteja los diferentes Renacimientos ocurridos fen Europa, el islam, la India, China, Este apetito comparatista —la conciencia histérica, en cierto modo— se manifiesta ya en la etapa de la investiga~ __cion. La documentacion tiene que ser ms amplia que el ‘tema al que apunta; 0, mejor, el verdadero tema es la reu- nin de varios subtemas que uno ha relacionado. De ahi la necesidad de abrirse a otros periods, ir y venir entre pa~ sado y presente, circular a través del mundo, para ser capaz de contar toda la historia. No es buena la biografia atomista {que recluye al elegido en una jaula dorada. No es de ciencia Social quedar clavada en un punto del tiempo 0 el espacio. Solo hay épocas y experiencias que se interpenetran, con- textos quese entremezclan, categorfas en construccién, ins- 180 EL RAZONAMIENTO HISTORICO tituciones en rivalidad, individuos modelados por colecti- vos. En lugar delo Unico, series, generaciones, movimientos, interacciones, cierta representatividad, una norma, figuras, excepeiones. Es eso lo que lleva a pasar de Guillermo el Mariscal a la caballeria de los siglos xu y xmt; de las fantasias de un moli- nero friulano ala dinamica de la lamada culturra popular: de la “manfa ducal” de Saint-Simon al problema de los ran: 208 y las jerarquias en la corte de Versalles; de la pequefia aldea de Quercy a la modernizacién de la economia fran- cesa después de 1945; de un traslado de nifios de la isla de Reunién a la ingenieria social practicada por las grandes potencias europeas en el siglo xx; de mi aftorada abuela a la trayectoria de los judios comunistas enfrentados con el es- talinismo y el nazismo; de la biograffa a la historia-pro- blema; de la ménada a la estructura, y del solipsismo a las ciencias sociales.” La comparacién-generalizacién confiere interés a cual 4quier tema. Si los secretos de alcoba y los grandes crimenes, el hombre de la mascara de hierro y las fichas técnicas de los. Panzer me dejan indiferente, no es porque sean esencial- ‘mente poco interesantes: es porque se los trata como fésiles en.un gabinete de curiosidades, sin sombra alguna de un ra- zonamiento. La historia es menos un objeto que un método, Iudo qt = Georges Duby, Guillaume le Maral ou Le Meier che salir dua monde, Pats, Fayard, 1984 (trad exp: Guilormo of Mariscal, Ma ‘ds, Alianen, 1987]; Carlo Ginzburg, Le Fromage eles ers Lhnvers dot Imounter du v7 stl, Part, Flammarion, 1980 [trad exp. El qucea 9 lot [Rusanas. El cosmos Seg ux molnero dd siglo mv Barcelona, Peninsul, S001]: Emmancel Le Roy Ladusse, SaintSimon ou Le Systeme de le cov Pats, Fayard, 1987, y Jean Fourastie, Les Tent Gloicues ow lt evlution instble de 1946 2 1975, Pare, Fayard, 1979, ast como «dos de mis bros, Enfans en eil. Transfert de pupils réxmiornais om maropole, 1953-198, Paris, Seu 2007, « Histoire des grands parents que je nat pas ews. Une (ue, Pats, Seu, col. La Librairie duos Siecle, 2012 trad. exp Histor (Eos abuelos que no uve, Buenos Ares, Libros dl Zorel, 2015} LAS OPERACIONES DE VERIDICCION 1s La rave to historico: probar: En Legamos al fondo del razonamiento historico:p Ia locucncta antigua hay varios tipos de pruebas. Aristte- Ie en Ia Retorica y Quintliano en Institutiones oratoias tisinguen as prubas“técrcas, acura, invents “Tineador y'las prucbas “extrat&nicas”,n0 discursvas, Po fclonalizadas,recogidas sin cambios bajo la forma de ‘Estimonios, confesiones o documents. Entre ls primeras figura el indicio necesaio, iret ble rekaron text mer tee Leche, praia or smnantado”, Ea cambio, nanchas de sangre en la camisa dou fugivo ng llevan sino a presumir que es culpable. FL oe jmema es un‘ilogismo en el que una de las premiss no “coe Scenuncla porque se la sobrentiende. Al decir que Haendel “Scupuno so Te Deum en recuerdo dela victoria de Datin- gen de 1743, se omite aclarar la significacién de un ‘tedeum: ‘La batalla de Dettingen fue una viewora. {Ahora bien, un tedeum celebra un acontecimiento venturos0-} Por lo tanto, Haendel compone un tedeum. in conseeuencia algunos eslabones del razonamnento se omiten por juzgérselos evidentes (una “evidencia” que, por serene iabrta que pone en entedicho) Por riguroas {que sean, la cfencias sociales apelan con mucha frecuencia Bios entimemas. El recurso sistematico al epiquerema silo ~ gismo en que cada premisa esta acompafiada de su pricba, seri pus “extratéenkc" sca, material, document tiene un caracter un tanto directo. Forma parte de vn r=- ronamiento natural, casi intuitivo: adosar a lo real lb que Sostenemos, Los titulos de propiedad o de nobleza, los do- Sgmentos de identidad y los diplomas permiten probar Sigo: una posesién, un estado, una dignidad, una identi- rc EL RAZONAMIENTO HISTORICO dad, una calificacién, Como antes Herédoto y Tucidides, Polibio se apoya en Ia autoridad de las fuentes. Asi, el her- mano de Anibal recibié 11.850 africanos y 21 elefantes, como indica “un texto grabado en bronce por orden de Anibal cuando este se encontraba en Ttalia”."' Para Vol- taire, el historiador accede a la verdad por medio de “do- cumentos indiscutibles”: compilacién de las observaciones astronémicas hechas en Babilonia, crénica de Atenas gra- bada en los marmoles de Arundel, cartas y diplomas de la, Edad Media." La prueba destaca la diferencia no solo entre la historia y ls ficcién, sino también entre un texto cientifico yun texto de cualquier otro tipo. Esta en el centro de la practica de Bayle, la de “no sostener nada sin pruebas”.!3 Ese reflejo, _fundador dela historia, permitié rechazar el asalto del lin- “guistic turn en la década de 1980. El objeto material, el do- ‘cumento citado, la referencia verificable, al establecer la co- ‘mmunicacién con lo que esté fuera del texto, més alld del texto, funcionan como la garantfa misma de este dltimo. Poder verificar es también poder impugnar. Por lo tanto, es fencia de la prueba la que impide confundir, en un la verdad con el cuerpo doce”. Pero la distincion aristotélica entre pruebas técnicas y pruebas extratécnicas corre el riesgo de ser artificial si se olvida que un objeto solo se convierte en fuente por la via y dentro de un razonamiento: es la ret6rica la que eleva el * robo, Hua, Pare, Gallimard cl, Quart, 2003, 3rd Historias, 3 vole Mein, Gro, 1981-1983) "aie “isle” en Jean @Alemberty Denis Diderot Comps), Be ‘elope ou Doni até es ste sett es is 8 ‘Neudhitel, Sarmul Frcs & Compagnie, 1765 “Pere Bale, “Epleureen Dictonatehstorgue et cue, 3 ‘vol 21 Rete, Rober, 1720p 1077 0 ope tats Brges, "Dew wero guts, 1937-1952 Pat, Galle sara ot Poli Eas 199,169 [6 org “bos Mon” en Ors ingust tones en Obras complete, 18231972 Buenon hie, Emece, 974.7251 LAS OPERACIONES DE VERIDICCION documento transforma en pruebas ( ~Glice Ricceur) los archivos recogidos durante es ‘a la dignidad veridiccional. La argumentecion. iebas (en “pruebas documentales”, como la investiga~ dices ealtdad. no hay fuentes ens: solo hay objelos a¥e nos agenciamos, que 1 Tada que posamos en ellos. A la invers: ‘ransformamos en pruebas por la mi- cual “objeto. “puede servir de prueba, con tal de que tengamos Ja inter “Gion de demostrar al feleceién: una ruina pu quedlogo o un histori poeta, inspirar a un Puestra existencia o la fragilidad de las civil 10 con él. Todo es, pues, cuestisn de fede convalidar las palabras de un ar jador, pero también cautivar aun ‘artista, recordar al sabiola brevedad de jizaciones. La iat curiosidad, la antigtedad-decorado, la cita-méxima iad video sai ew investigaor Inge aso Shin compre Sere poche pare he . ‘mejor manera de superar Ia dicotomia eon etsoicas x ocordar se seco trig ones To tenia comport a demos, Senta ° mentads Simoni, vamos estmonion te a grqucol igo, oh crosscecing mento de veridiccién. A fin de cuentas, fer las acciones de los hombres consiste en poner yponder a las preguntas que uno Se firme es. Alcruzar dos piezas de ‘ncia no prueban nada en sf mismas: yrma el objeto tratar de centre peucbas .cho se prueba uantas mas ‘mas compleje, argu archivo, un texto de época permite forta- J. \p certeza. Asf, varios pasajes de Herédoto se corrobo- raron gracias a descubrimientos arqus de eonstruceién de las murall rarios escitas, el tsunamis Para hacer coincidir sus fuentes, Commynes Jeologicos: las técnicas las de Babilonia, los ritos func ‘ufrido por Potidea en 479 a. C. se refiere al ar- patapo de Viena, médico del duque de Borgofa cuando Sete se hunde en la neurastenia a raiz del dest Son, en 1476: “Y desta materia vos, Reig mds que yo, como aquel que le ayudé fastre de Grand- ‘Monsetior de Viena, sa (siendo su mé- ms ELRAZONAMIENTO HISTORICO ico) a revencer esta enfermedad, y le hicisteis quitar la barba, que la habfa dejado crecer”, EI método cuantitativo ofrece otro tipo de prueba. Es grande la tentacién de creer que una estadistica es més “cientffica” que una pieza de archivo 0 un argumento 16- | Bioo. Como escribe Seignobos: ‘La impresion especial producida porlas cifras es de particular importancia en las ciencias sociales La cifra tiene un aspecto ‘matematico que genera la ilusin del hecho cientiico.[...] Vulgarmente se dice: "Crudo como una cifra”, més o menos en el mismo sentido que “ls eruda verdad’, con lo cual se s0- Drentiende que lacifra es Ia forma perfecta de la verdad, !® La actitud més sana contra esa ilusin es considerar que Ja __ prancesco dEmio et ly “Nassarus Kansans Shall Bends om Ste, bos Cave Evidence for Symbolic Behaviour in the Middl ae ate Haman Evolution, vol. 1, 2682-48, 2005. PP-3-24. yang rin Claas Gardin. Une archéologie torque, Paris, Ha p. 214 i nu eazoearier misronco $42 un escenato racionaly una proposiciéncoherente spoyada en fuentes, cs decir un intone de respuesta ala Pregutta que abe plamendo “Anes dese uno de los fandamentos del paradigm ar aqeoldsicny del “metodo deduct de contracar' ta Feht taciones un elemento de a retrie agonistica, En clibroY de nstnsctonesoratorias, Quintliane da consejos para ct ticar un testimonio escrito o auricular, refstar los argumen sencdel veto nase Sapa dies each te a tala rechazar que es contradictro, absurdoo tocelble Tanto en el dominio de las clencias sociales como on el de las ciencias fisca, correoponde a comunidad veriicar discutis impugnar Pero ee importante que ese proceso se Inicte antes, durante la investigation misma, El historador puede orqucsiar su propia rehaacion, poner en entedicho Ios resultados que somete al lvtor Ein un mismo razona. miento, propone tna historia y una contrahistoria Lai Parcialidad, dice Bayle, exige que nos desdoblemos: hay Que usar “rigor contra uno tise” para elo, “compere. cer ante exatnimadores estictos,que-van a hacernos ex car implacablernente todo que les plazc breguntarnos: = Se sboza asi una contracpistemologia cn la cual _vestigador lucha consigo mismo, cuenta la historia al ‘sino dempo la critica, lana dfculads se pana ob- —iec ace tambalear su posici6n. Es él quien organiz, “las pructas tess] capaces de hundir sus argumentos, Hace prolifera las hipsiesis para luego elimnarla mayor cant dad porible con la ayuda del material documental, Como cseribe Popper, "el descubrimiento de cjemplos que cone tan tna teoria tiene muy poca signifeacion si no hemes tratado, sn éxito, de encontrar retutaciones. En efecto, _-Bo acopmemoe us ached extca spenatearancs egmneae 2 Pir Bayle, cata ast ermano Joseph, 30 de ener de sibeennee: shipibayiecoverpondanceunsteieane fs LAS OPERACIONES DE VERIDICCION 129 26 Jos documentos son a la que queremos’.% A fin de cuentas I . ‘Vez una fuente de informacién restr una ee ee wer Npuertas, Se prucba con la reunidn de indicios y el coteio. de ies fuente oo ién con la eliminacién de hipstesis. ie Familiarizadas con la induccién y el ejemplo, las cien- las sociales tienen tambien algo de un espacio poppetiano- No. desde luego, porque apunten a establecer leyes unhersa- ea’ gus enunciados nen ua aleance muy limitado, sin ca ‘ester de pneraliad mi capaci peice ow a vio reproducibles, sus ‘prucbas” [tests] nose asemelan ane ete eaperiencta evada a cabo en un labortoro, Stpetible a voluntad. Pero el historiador, al plantear un Pro Fiona, tiene que formular hipétesis que somete a un proce: dinmicnto de climinacion del error. Fl criterio dela no tefuta~ __ Sign se aplica tanto a la fisca como. las ciencias sociales sin escenario es valido hasta ue se prucbe lo contrario. Est ~—Tregura el cardcter abierto y provisorio de la historia, Sti: aerescimiento en caracter de ensayo, es 1o contraro de 1a palabra de autoridad con la que suele Tdentificérsel Buinde por su metodo y si intuicion, el historiador march etientay, vacila, dda y proclama su duda: “Lo que hace a omibee de ciencia no es la posesién de conocimientos, ver” dades inrefutables, sino la biésqueda obstinada y audaz- mente ertica de la verdad’. EL ENUNCIADO DE VERDAD csmbocamos en una prado como conclarel Atcxandr Dimi Kenpo, es Principe fondant: de Psy ace Eee 1598p. (ead Ted nist end icin Wis ovinipinsfndamentle de hatora, Mari, anil Jor, 1911) 192 EL RAZONAMIENTO HISTORICO Hace eq eer slencias sociales. ag.coniste, por consiguiene iLencontia la verdad, sien der alge verdadero, cons f gp co truyen jst iy Sends resents ese ae _mulando enunciados dotados de un maximo de solidez y A>. jso-Pettinencia explicativa. Con referencia a una famosa serie de fotos, es mas justo decir “Churchil, Roosevelt y St J osan ante os fotdgafs en la conference Yala, ebrers ‘S", que “tres viejos estan sentados en sillas”, También >uede proponerse una leyenda mas claborada: “Mientras itrcito sovitico obtiene victorias por doauien, lor tres rans se einen pra terminar de des itarsn ‘han y el nazis, preparr la ocupacion de Alemany “Sis ass den mando ave durant na dea mas conferencias nteraadas anes del comico de la Gua Fit Tatar de comprender oq hacen os hom. bres es ampli enunciados de verdad por lo tantoa ~ gti de a dermostracion ya ealdad de relat or », el riesgo epistemolégico en que se incurre. ptt los hechos gue “duran parasiempre” fo que nes preoneror encom sce ete qe gar don se progresa, donde se someten hipoesss rate, no file esperanca de descubrir pepitasfictcas yacentesen isso de uno, sino on Ia implacable vluntad decom render Buscamos de manera mucho mis febril porque que jamas aleanzaremos nuestra meta, No importa, fEmpero, que el horizone se alje sin cesar To importante es cet avanzar el frente dela investigacion Comprender lo que los hombres hacen de verdad, com render lo que verdaderamente pas6Dno hace historia para exponder alos grandes acontecimientos de su vida. Para = ¥ Tucidides, fueron las “guerras mundiales” del si- fo aC par Politi lsugmfento de Rom para Cha ubriand, el hundimiento del Antiguo Régimen; para Guizot y Michelet, Ia Revolucion, para Furet el evita del AS OPERACIONES DE VERIDICCION won comunismo; para Friedlinder, la destruccién del judatsmo europeo. La muerte del padre en las trincheras, el asesi- rato de los padres durante la Segunda Guerra Mundial, constituyen un trauma fundacional para Chaunu, Vidal- Naquet, Momigliano, Klarsfeld, un acontecimiento cue es tremecié a todo el universo. "Nuestra concepeién dela his- toria tiene un origen sangriento”, dice Ginzburg, hijo de un militante antifascista muerto en una cércel nazi.” La pre- gunta vital, visceral que uno se hace, que no puede no ha- cerse, explica la obsesi6n por la exactitud, la inflexibilidad ten la investigacién, Nutre el furor de Lorenzo Valla, a “pa sion historica” de Augustin Thierry, el fuego sagrado de to- dos los demas. Lo importante, aqui, no es el yo en su omnipotencia ro~ mAntica, sino el esfuerzo acometido para dominaclo, fil- trarlo, aplacarlo; es el espacio de restricci6n y libertad a través del cual carina. Uno busca en sf, busca consigo en todas las direcciones, y luego se limita inflexiblemente. La investigacién, todo lo que se aprendee gracias a los registros. Jos encuentros, las experiencias, las lecturas, los archivos, los testimonios, es nuestra salvaguardia, Es el antidoto contra la vanidad, el espfritu de sistema, la divagacion, el delirio, el cualunguismo. Se puede considerar que la documentacién. hos guia, nos indica lo verdadero al revelar “lo sucedid Pero esta induccién puede completarse con un modelo potético deductive (o, mejor, hipotético destructivo) en el Cual, como dice el prehistoriador Jean Guilaine, el registro (la excavacién) es la “prueba de verdad” de todas las espe culaciones.*' Lo que modera la emocién del investigador y contiene sus hipstesis proliferantes son las fuentes. La his toria es la canalizacién de una pasién. 28 Carlo Ginsburg, Un seu temoin, Pars, Bayard, 2007, p94 Sean Gullaine Achéslogie science humaine. Bnreions ave An Le of Ares y Pats, Actes Sud y Errance, 2011, p. 53 LAS FICCIONES DE METODO 205 nadados por su realismo), sino como una operacion cof Ta ficcién ya no es un calco, el desdoblamientodetin “dato” aque llamamos lo real ola Historia, si jerramienta que Syuda a construir un saber sobreel mundo. En vez de consi- dderar, como en la Treflejo, que la novela retomahe~ chosya cae suponer que algunas ficciones partici un razonamiento capaz de establecer hechos. Et EXTRARAMIENTO ‘Afirmar que algunas ficciones forman parte del razena-\\ -v miento hist6rico no equivale a caer en el panficcionalismo, '" 2 eS ‘Goma hacen los partidarios del linguistic turn o los posmo- demos. Tampoco es subvertir la historia, como Wolfgang Hildesheimer al escribir una parodia de biografia erudita 2 sobre un personaje fcticio, sir Marbot. La voeacién de ier pj tas novelas es socavar la posibilidad misma de la verdad: si 5 los hechos no existen, sine hay mas que interpretactones sila historia solo es Ta propaganda del vencedor, la ficciGn e+ en mnces la Gnica verdad. Permite “resistir a Ia historia’ es ‘decir, denuinciar la arrogancia euforizante de los metarrela- tos: superioridad de Oceidente, ley del més fuerte, marcha hacia el progreso, etcétera. ‘Quien suprim la frontera entre realidad y ficci6n, entre verdad y fabulacién, destruye las ciencias sociales. Sit em-__ \__-bargo, el istoriador necesita algdn tipo de fcciones, Daré = ‘estas (en plural, seqiin el uso del siglo xv) el nombre de fic-_ _Giones de método, No se reducen a la imaginaciGn. De Seis: “oboe a Pomian pasando por Carl Becker y Collingwood. todos los historiadores recordaron hasta qué punto la imag ga din Julian Barnes, Une histoire du monde en 10 chapites fs, Pars Stock, 1089, ps atk Cad. cop: Una storia del mum en die capttulos y medio, ‘arcelona, Anagrama, 1994] 206 EL RAZONAMIENTO HISTORICO rnacién era necesaria para el investigador: sirve para encon- ‘rar fuentes, para construir teorias, para dar prueba de em- Patia y ponerse en el lugar del otro. “La tensién sin descanso entre ciencia e imaginaciéa es el principal resorte del tra- bajo del historiador”, escribe Peter Brown. Constitutivas del razonamiento, las ficciones de método son a la ver mas ficcionales, més conceptuales y mas indis, pensables que la imaginacién, Difieren de la ficcion nove- Jesca en tres aspectos: se presentan como tales, es decir que se autodenuncian; solo se alejan de lo real para retornar a él ‘con mas fuerza, y no son ni lidicas ni arbitrarias, sino que | estén gobernadas por el razonamiento,"” Las ficciones de | método pueden agruparse en cuatro familias conceptuales: eTiextrafamiento, la plausibilidad, lateonceptualizacién y el _ rocedimienta narrative, Ya se ha dicho: definir un problema exige tomar distan- cia respecto de lo real. Pero esto no es nada facil: gcomo abordar con ojo eritico lo que conocemos de meroria? |

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