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Pax neoliberalia Perspectivas feministas sobre (la reoxganizacién de) Ja violencia contra las mujeres Jules Falquet 4 Falguet, Jules i ‘Pax ncolberaa: pespectis Feminists sobre (a reonganizacién de) 4 Iavilencis contre mujeres > Ined,- Ciudad Autonoma de Buenos ‘ives: Madressvs, 2017 160 p. 20213 em, 4 | teaducion de Jira Cousin Reyes ig ISBN 978-987-3861-11-6 1 Feminismo.L Cousien Reeves ts tad Th. Tu cpp as. Pax neoliberalia Perspectivas feministas sobre (Ia reorganizacién de) la violencia contra las mujeres Pate Petit ne fret ices Joes gt Editorial Madreselva, Buenos Aires, inviemo 2017 sworveedicorialnadeseva.com.ar i info@editoriamadteselva.comar isetio de porrada: Leandea Larosa ‘Maquetacin: Gabriela Gonzilez Mendoza CCorteccion: Maria Luisa Peralta @OGE esa edicin se cealiza bajo una licencia Creative Commons Atrinion- No comercial 2.5 Argentina. Por lo tanto, reproduccion del contenido de este libro, coal o parcial por fos rmedios que la imaginaclén yl técnica permitan sin fines de luceo y mencionando la fuente est alentada por los editores. Hecho ef depésite que marca a ley 1.723 Tnnpreso en Argentina ~ Printed in Argentina MADRESELVA Este libro esta dedicado especialmente a : Andrée Miche, feminista de primera hora, militante anticolonia,solidaia con Ia liberacién de Arges, antimiltarista incansable y entre Ins primeras en Francia (tercer vendedor de aemas mundial) en analizar y develar metédicamente las sesponcabitidades del complejo militaro-industrial on las violeneias contra las mujeres, tanto en el Norte como en el Sur Mewicela Excobedo Orta, asesinadla en pleno dia el 16 de diciembre 2010 de un ‘bakizoen fa cabeza delante ce palacio de gobierno de la ciudad de Chihuahua (Mésico), donde estaba protestando para cxigic justicin para Ruby Frayre, su hija de 16 atfios asesinada por su novio (Maricela primero habia localizado el asesino, permitiendo su arresto, pero aunque él hubiera confesado los, hhechos, fe liberado por la justicin por falta de pruebas). Y Berta Citeres, activist Lenca de Hondures,cofundadora en 1992 del Consejo ciudadano de orgunizaciones indigenas de Hondusas (Copinh), en Jucha desde 2006 contra un proyecto de epresahidroelécsica sobre el rio Guaearque (inicialerente apoysdo financierumente por el Banco mundial, China, los Paves bajos y Finlandia), y miembra tetiva cn a resistencia al gol de eatado del 2008, asesinala a casien la madnugada del 3 de marzo 2016, Intreduccién ‘Tradnecién de Ana Cuenca Pensado en wna perspectiva transnacional y, fundamentalmente, «partir del Sur global, este libro se ubica en la continaidad de mi trabajo sobre la globalizacién neoliberal (Fatquet (2011 [2008). Habia abordado primero su cara “sonriente”, su cara de exeacién de consenso, Trabajando, entre otros, sobre el nuevo papel de Jas instituciones internacionales, habia analizado sus esteategias disigidas «hacer pastcipar y trabajar a tas mujeres, a Is veu «que eaptaban y domesticaban la fuerza propositiva critica de sus movimientos politicos. Ahora, se trata de examinar fa cara cocrcitiva de In globalizacién, partiendo de In violencia contra Jas mujeres. Este ensayo propone una doble reflexién: sobre lo gue esd mateviaimente en juego en diferentes formas de violencia contra das mujeres ~insistiendo sobre la imbricacién de esta violenci con logicas de clase y de raza~ y simultincamente, sobre la _reorganizacion neoliberal de la coacién, en la cual deseo mostrar {que la violencta contra fas mujeres juega un papel central El tema de la “violencia” es complejo y multiforme, ya sea que se trate de violencia contra las mujeres 0 de violencia racist, de lucha de clase o de represi6n por parte del Estado, de guerra Internacional 0 de conflictos internos: son muchas las posibles perspectivas de anilisis, ¢ innumerables los trabajos que se han realizado, Sin embargo, as muchas maneras de abordarlo en tas éiferentes disciplinas no siempre dialogan y los trabajos poco se smezclan, Las activists ytedrieas feministas han sido as primeras en demostrar el gran interés que habrfa en hacer un andliss transversal de la violencia ~fisica, sexual, emocional, econémica € ideoligiea~ evidenciando su carteter de continuum. Tarnbién han subrayado a importancia de su dimensin maverialy su utilizacién ceminentemente instrumental, dicho de otro modo, su importancia social, politica y econdrnica. Jol Faluet "Trabajando principalmente sobre fa globalizaci6n neoliberal y fos movimientos sociales que a ella resisten y sin ser, estrictamente hrablando,especialista en una u otra suma especifca del estudio dela Violencia, me he enfientado, sin embargo, constantemente con este tema tanto en el plano personal como el profesional y el politico 1 lo personal, por supuesto, como mujer que no puede evtar encontrar diferentes formas de violencia en su camino. En lo profesional también, ya que mi interés esti sobre todo en paises aque han atravesado fargss guetras y/o que viven una violen:ia particularmente brutal (El Salvador, México, Guatemak), Politicamente, en fin, como feminists que ha partcipado en ddenunciar algunos casos muy sonados en pafsesllamados "seguro" y en paz (el intento de violacién de una trabajadora hotelera nneoyorkina por el director del FMI y politico socialista francés muy en boga, Dominique Strauss Kahn, falsss acusaciones de violaciones tumultuaris a mujeres alemanas por “migrantes” en Ia noche del 31 diciembre de 2015 en Colonia’) y, como ciudadana de wn pals que se cuenta entre los principales productores exportadores de arias y de doctrinas militares en el mando. Es desde de esta experiencia encarnada y multisituada que propongo abordar el continuum dela violencia, apartirde contexts ‘Reopoliticos y de objetos muy variades: no solamente fa violensia doméstica y tas violencias contra las mujeres, sino también In institucidn det servicio militar y las violencias de guerra y de ppost-guerra, 0 ain In multiplicacién contemporinea de actores ¥ logiecs de violencia para-estatal ono estatal y sus conexiones can In coaccién organizada por el Estado, Estos puntos de partida, 1 primera vista poco convencionales y bastante dispares, son 0s {que nos permitisin entrever conesiones entre las violencias de {quer y las violencias de paz, y subrayar profundas continuidades histricas entre diferentes periados y egimenes de explotacidn del teabajo, de los cuerpos y de Tos recursos, Los materiales que presento son heterogéneos: el primer texto tiene casi veinte afos, mientras los otros, muy recientes, estin inmersos en una actuafidad eandente. Los he escrito todos como Investigaciones “paralelas” en relacién a mis trabajos principals; se presentaron como imprevistos que se me hicieron importantes «incluso necesarios. Me han Hlevado a revisitar temas que ‘por experiencia personal pero no de forma sistemitica, conoe obligindome a realizar larges investigaciones complement 1 Yee Fagus, 201205 20860 Pax Neoiberai ‘Asi, el primer capftulo se basa en una parte “censurada” de mi tesis, que insistia en nacer a pesar de todo, como descubricemos nds adelante, EL trabajo sobre el servicio militar en Turquia ha surgido de una invitacion de Ia socidloga turea exilinda, Pinar Selek, al seminario del CEDREE’, después del cual cla me hizo el honor de pedirme un prefacio a la traduccién francesa de su libro Devenir homme en rampant [Volverse un hombre, arrastréndose]. Por lo que se refiere al capitulo sobre Jos feminicidios, de alguna manera se “autonomizé” de un proyecto de libro sobre los efectos negativos del neoliberalisme en México, otrora “éiseipulo predilecto” del FMI y signatario del Tratado de Libre Comercio eon Estados Unidos y Canad, hoy hundido en una guerra que ya segé més de 120.000 vidas y provocé hasta boy ms de 25.000 desapariciones forzadis. Por timo, el capitulo sobre Guatemala ha surgido de una reflexién “transversal” dentro de un programa de investigacién colectivo aque trataba de la"globalizaciéa del género",enelcual, trabajando 2 contracorticnte, abordé una lucha muy anelada locatmente y cayss perspectivas iban mas alls del géncro. Estas investigaciones hechas al margen cle mis principales trabajos me dieron una libertad de tono y de andlisis mayor que de costumbte, desembocando en textos de dificil clasificacién, pero ‘complementarios y publicados en formatos variados. El primero ha sido publicado en una revista cientifica ~pero feminista- el segundo como prefacio de un libro sobre Turquia, el tercero cen una revista disponible solo en linea, y el iltimo en un libro colective, que trata hisicamente den tema hastante diferente.? J Baws 2009 y 2012, acento del cual paccipo en ln Universita Pats Dideet, ol CEDREF (Cento de easetanta, de documentaion y de iestigicines para los extdios feminist}, bass su seminaso. anal sobre lis cuestiones de saleadhs, guess, nacionalsmo y_ ntolbeatim. 13 Dos testes han sido ripitament tadacios y pelcades en cepa tto sobre la gut de ij ines conta las nee fe puedo en 2002 en una revista poica de eriding Ininosmeneanos (LA wslenca domeitca como forma Ge tom, reflones taht sobre a violas como stems en Bl Salado”, Vassnviny Revit td CEST, 0° 3, p 19-172) Bl texto obec los feng conc a pipio una isin pata Lena deere y publ ea un ida Into, espe una radeon rosa por mi ques so en lines enn sito emi cleo, ntsc pula dena ven esas en 2016 en un io ‘eso (Recounposcn eaiberl de violencia contr ls uj ellen 1 pst de lon exesinaton de oer, en Fein Chapoy, Melis i), Midas ‘midis torn te aide alee dag: para Ta Inprtin dle nt, Miso, Earl Fontan. doles aque Esporestarazén que meha pareido itil juntar esos fragmentos de aniliss, retomarlos y darles nueva fort, con Ja esperanza de Hlegar a un panorama de conjunto de ests violencia compleja, multiforme y opresiva, que desc tanto tiempo me acompara y, sobre todo, esta tomando cada vez. mas espacio en la actualidad nacional e internacional. Intentaré, en esta introduecién, teazar cf camino que me hx conducido a estos aniisis e indicar fa conexién evidente y fundamental, pero al mismo tiempo de cifteil dleseripeién, que asocia estas violencia entre sf A propésito de la “guerra de baja intensidad” El primer capitulo g"Guerra de baja intensidad” contra las mujeres, indirectamente de mi tesis dc doctorado, defendida en mente, el tema de Ia violencia contra las mujeres ime absorbié desde ln primavera det 1993, en El Salvador, donde ‘Mujeres 94* me habia encargado redactar la primera parte de la Plataforma de las mujeres, que tocaba precisamente esta euestién. ‘Quise entonces inchuir en mi tess, después de nn capitulo sobre Ia construccién social de género en El Salvador y otto sobre la dad y ef mercado de trabajo, una reflexién sobre Ia violencia como sistema. Mi director de investigacin, sin embargo, generalmente jovial, me recibié con cara de preocupacién y me hizo entender que tenfa que quitar 9 reviser completamente esta parte, fo que yo hice con pesar, ances de retommaria para publicala, bajo la forma de artienlo en latina revista que podia acogerla y que yo conocta entonces: Nowell Questions Féninistes ‘Este printer texto propone una comparacion sistema de la tortura “politica” con la violencia doméstiea, tanto en Jo que se reficre asus condiciones conesetas de cjercicio como a sus efectos, psicodindmicos individusles y a sus efectos sociales. En lo que a Ja tortura se refiere, me apoyé en los trabajos de las psiedlogas chilenas Elizabeth Lica y Eugenia Weinstein, especalistas en la atencién a Is sobrevivientes, y también en diferentes trabajos de psicologfa social de In guerra reunidos por el sociélogo hispano- salvadoreno Ignacio Martin Bar6. El descubrir bajo su plum ls {Tver 9 seu al conjunc de sosaciones del movimiento de mujeres y feminias de El Solador, pac eabocr ura plaaorma de mujeres pars Lt elecionesprsensiaes que habian sido previtas pra cao Pax Neolbersla iets y In docteina de la guerra de aja intensidad me impact obremancra. Bapecialmente porque [a pricticasstemética de Ia tortura paca crete terror habla sido ideaca por... fanceses, bajo ST auspicio de fa Organizacidn del ejérito secreto (OAS), para ‘ombatir Ia lucha independentsta de bs argelings a finales de los fos ‘50. Mejor era mirar de fente este terrible legado, que con 1s s¢ ha internacionalizado y hacer algo eon &l. Es asf que repto de guerra de baja intensidad se vols el hilo rojo det conjunto del presente libro. Bn ‘Guerra de baja intensidad” contra fas mujeres?", he planteado por primera vez que la violenci domstica era veces tan fuerte que podia eer considerada tan grave como la tortur politica lo que es reltivamente conocido y facil de probar) , sobre todo, aque puede ser interpretada como una prictica estructural yy de a fornna,sisteratica, que tiende a polarizar ef mundo social y diviirlo en dos campos dialécticamente opuestos, que se excluyeit ‘utuamentey son asimétricos (aqui, segin cl sexo), para producir Ia desmoralizacion y desorgenizacin a largo plazo del grupo hacia cl cual la violencia es dirigida, Ademis, en este capitulo muestro ‘eémo, en tiempo de par, existe contra ciertos grupos sociales (aqui, Jas mujeres) una verdadera guerra que no dice su nombre. Fscrbir este artioulo fue diel no s6lo por la dureza de los testimonios,sino porla dificultad de extraertodaslasconseewencias de lo que progresivamente descubeia. A tal punto que, a pesar de su completa adhesin al conjunto del atieulo, la directora de redlaccién de la revista me pidié abreviar a conchisi6n, que de hhecho nv estab totalmente redondeada, Esto me dejé algunas preguntas persstentes: precisamente la exclusién de unx Ctrx, cnalguicra sea, que vuelve soportable la jerarquia inteina, Por tanto, centrarse sobre Ix distincién entre diferentes formas de mascufinidad esconde lo esencial: hasta fas masculinidades “no hhegeménicas", al ser inehuidas en el servicio militar turco, son parte de un bloque hegeménico con respecto a conjunto de las mujeres, Avin mis, se puede decir que en ln medida en que acepten las reglae del juego, participan de un ¥ consciente de los mecinistivos que producen sus priviegios, en particular la necescad de exchuir 8 Otrxs. Asi, este segundo capitulo propone desprenderse de una mirada doblemente naturalist, a la vez sobre la violencia y sobre los sexos, subrayando que ef servicio militares mucho més que un siuple mecanismo de socializacién secundaria de hombres, que vendlria a reforzar una “vrilidad violenta” siempre ya. prescite, EI servicio militar es un dispositivo que consolida la divisén social entre dos grupos radicalmente jerarquizados (aqut grupos de sexo, pero podria ser diferente, Utilizando como insteumento Ia violencia, el Estado produce “hombres” (poco importa que sean 0 no “visles” individualmente, porque estén colectivamente 17 No dl se pod hacer ua elescén diferente, size gue, sobre fod, podnae [ponerenclad la exstensis itn de as mujeres como go “evident” y nate 6 Pax Neolberais consttuides en clase privilegiads), sobre bases arbitrarias que redoblan y fenuevan constantemente fa mirada naturalista que crea fx supuesta diferencia entre los sexos. La violencia organizada porel Estado (y el deseo de quedaese exentos de ella), hace que la jerarquit se vuel deseable para quienes de elle sacan provecho, aunque estén en el pendltimo eslabén de la cadena, La mano de obra preferida del neoliberalismo. ‘Un paco antes de encontrar 2 Pinar Selek, en ocasién de un coloquio sobre Jn. globalizacién, estaba trabajando sobre las paradojts de los politicos del Estado mexicano con respecto a fas mujeres y- mas precisamente sobre It contradicciones evidentes entre, por tna parte, su discurso benévolo y la aclopcién de leyes notables contra las violencias contra las mujeres! y, por otra parte, las prieticas brutales del ejército y de In policfa contra Jes mujeres de los sectores popules, jas mujeres indigenas, especialmente zapatstas, y de manera general, las mujeres en facha, incluyendo una serie de violzciones semuales (Palquet, 2010). Pasticipé después de la primera sesién del Tribunal popular permanente, reunido en enero 2012 en Chiapas (Palquct, 20126). ‘All, un conjunto de mujeres indigenas y mestizas denunciaron tanto violaciones cometidas por soldados u hombres de “buena familia’, persecuciones policiales y falta de asistencia frente a Ja violencia doméstica, como diferentes casos en que his autoridades comunitariasprohibfan a las mujeres ciestas eleceiones de pareja (feerefios), varios asesinatos y cantidades de denegociones de Justicia de las mas diversas. Ese mismo afio en Paris, paticipé en Ja muy eetimulante “Asamblea general feminstay lesbiana contra Ja impunidad de fs violeneias masealinas conta las mujeres” que surgid cuando Dominique Strauss Kahn, entonces director francés del PMI y futuro candidato presidencial, fe denunciado por violacién, Escrbi en esta ocasién un texto para secontextualizar tanto al agresor, en st papel profesional como economista y rector del FMI cogestor del empobrecimiento de Guinea, como ‘la agredida,trabajtdora, pobre y migrante de Guinea a Estados ‘Unidos, feninizada y racializada, y sin embargo, bastante valiente (Palquet, 2012s). También aqui subrayaba todo To que el eercicio 8 Esprits ay conta a vei de 200. Je atguet sfeomo ala de la violencia les debe a las disimicas neoiberals, Jmbricacién de las dimensiones de sexo, de raza y de clase. Sobre todo, sugeria que todas esas violencias estaban conectadas entre ellos por el fenémeno central de la inprnidad, Estas reflesiones desembocaron en ef capitulo tercero, “Los feminicidios de Ciudad Judzex y la recomposicién de la violencia", que wuelve Ia mirada sobre los cientos de asesinatos de mujeres, eompaiados por violaciones y otras torturas, cometidos a partic de los aftos '90 en esta ciudad de la frontera norte de México, regidn emblemitica y verdadero lboratorio de la globatizaci6n. La mirada dominante ha visto en estos asesinatos principalmeate resultado barbaro, y por ast decir inevitable, de una situacién de anomia producida por la “modernizacién’” desenfrenada de festa zona de frontecs, en un contexto de desarrollo de los cirtel:s de la droga y de verdadero desmoronamiento del Estado. La ‘mayoria de los andisisferministas han evidenciado ta dimensién profindamente misigina de estos asesinatos, ast como It permisividad e impunidad que les rodeaba hasta al dia de hoy. in embargo, planteo agui que esta lectura es incompleta ¢ atisfactotia, porque oculta fa intligbilided y a “racionalidad” de esos erimenes, que de tan atroces, terminan parccienco incomprensibles. {Al alejacnos un poco de la explicacién “es pura misoginia’, recordamos que antes que nada, los principales blancos de fos feminicidios mis “emblemfticos? de Juice no eran mujeres cualesquiera, Decenas de cadéveres eran los cuerpos de est maro, {le ubca w ieanulu migeante, jovea y morena, que intente ganarse ta vida en os intesticios que les deja el desarrollo neoliberal dela frontera: la fabrica maquiladora, el bar, las pequesias tiendes del centro de fa ciudad, la calle, Claramenie dirigida hacia el punto donde convergen las dindmicas racists, clasistas yal mismo tiempo sexista, esta violencia afecta aun segmento particular de a mano de obrat trabajadoras individualmente empobrecidas, pero ejerciendo actividades que en conjanto, traen grandes gananciasa Jas multinacionales (industrales, comerciales, de la “diversin” y del sexo). {Quién asesina a las mujeres? Es un misterio. Las pocas investigaciones estén estancadas, Se sabe, si, que en Ciudad Juirez se han desatroado todo tipo de organizaciones armadxs (grupos de jévenes delincuentes de diferentes barrios, bandas ce excpresos de varias circeles de ambos lados dela frontera,carteles 8 Pae Neotel narcotrafcantes) subterrineamente conectadas con la policé y el cjescito yon definitiva, con los dos grandes partidos politicos que ge han turnado en ocupar el aparato del Estado, Proporcionando 4 fos grupos delincuentes muchos reclutas, desertores 0 en actividad, ef ejécito y fa policia son quienes difundiezon en los cs y mis all, entrevamientos para Ia tortura (incluyendo Ia pespetracién de violaciones en grupo y otros actos extremos) directamente derivados de la “guerra sucia” de los afios sesenta, Ta guerra de baja intensided reaparece aqui como una clave de andlisis particularmente itil, No se tata en realidad, de apuntar, aterrorizar y desonganizar, por medio de In tortuts y de una violencia tersiblemente pailica, no tanto a Ixe opositorxs polticxs sino que @ todo un segmento de la mano de obra particularmente jmportante ‘para cl buen funcionamiento del sistema? En esta perspectiva, los feminicidios de Jusrez pueden ser letdos como tun (nuevo) conjunto de téenicas destinadas a intensificar la explotacién Revelan igualmente que estamos aqué feente a wna mecca inédita de violencia ‘privnda’ y pblica” Es “privada” en tanto que: 1) parece ser Hevada a cabo por grupos no estatales 0, en todo caso, no directamente remmunerados por 1 Bstado por sus aeciones; 2) su motivo principal parece see un interés econémico inmediato (los asesinos cobran un “sucldo”) © a mediano plazo(atemorizara lt mano de obra para volver déci yy mantener los salatios lo ms bajos posible) y 3) posiblemente 5¢ apoye en motivaciones individuales, como el goce al ejercer tortures sexualee de loo verdugos “aficionados”, porque: 1) se basa en ln exhibicidn de los euerpos tozturados, con fin de controlar el espacio piblico; 2) se beneficia mis 0 menos directamente de Ia transmisién de métodos institucionalizados, ‘statales, de tortura, y 3) goza de proteccién cle hecho por parte de tos poderes publco, que en ve de justia y pevecis, ‘gorantizan la imponidad a quienes la perpetian?, sta fusion erecente entre actores estatalesy no estatales, que sha desnrollado en Ia fiontera entre México y Estados Unidos con el Tratado de Libre Comercio, representa, por asi decilo, los Primeros ensayos de una reorganizacién més global de la violencia, clit = "pdb? 9 Como to suet extraris la eentencia hitisca Unmace «Del campo algodnero,proaunciad por a Corte Iatramericana de Derechos Humane 2009, qu considera Estado mexican responsable del inaccén de los eerscoe a joss yd poli, Jules Flguet De hecho, los feminicidios de Juérez. ban contribuido a preparar a la sociedad mexicana para una situacién mas terible fodavia, que gana al resto del pais en 2007, con el lanzamierto oficial de la “guerra conta el narcotréfico’. Empieza entonces nit verdadera guerra interaa que rompe con todas ls reglas cliscas de fa guerra, en donde el gjécito sealiza tareas de la polci mientras que nuevos cuterpos de policfa recién formados vienen en refuerzo del ejécito y prolifertn los grupos armados de too tipo (nareos, paranilitares, grupos cviles de autodefensa, polic'as lencia_generalizada que de allf resulta comunitarias). Lav aparece, entonces, como ef desarrollo en mayor escala, def nuevo modelo de coercién neoliberal Violencia y (de)coloniatidad Basado en acontecimientos ain mis recientes, el cuatto y tino capitulo, “Luchas (d)coloniales en tome al "teritorio-cuerpo"; le la guerra al extractvismo neoliberal en Guatemala", describe las luchas para visbilizar las violencias sexuales cometidas durante Ia ‘guerra sobre todo a principios de los aftos ‘80. Desarrolladas en el periado post-conflict, mientras aparecen y erecen nuevas formas de violencia conectadas al extractivisme minero transnaciowal = inchuyendo feminicidios- estas luchas levaron a una parte de Jas feministas de Guatemala, mestzas,blanceseindigenas,aanalizaras contimuidaces impresionantes entte todos estos crimenes, Primeio, trazaron dos lineas de continuidad entre los afios ‘80 y el periodo actual, La primera vincula los feminicidios, que se maltipican de _manera exponencial después de la guerra, con fa violencia genocida, perpetrada durante el conflicto. La continuidad entre feminicidiss ¥ genacidlio se explica en particular por diferentes mecanismos de aprendizaje y difasin de prictieas de violencia extrema por (e)- ailitaresy (es)-policzs, asociados una Kigica de desensiilizacién social y de impunidad casi total gorantizada por los poderes péblicos. La segunda relaciona las masacres y las violaciones de {uerra, con los sbusos actuales del extractivismo, Continuidad en Jos lugares, mayoritariamente zonas rurals ¢ indigenas, donde se ‘encuentan las principales riquezas energéticas, mineras ehidrics y continuidad de los protagonistas, con el ecto, la policia y Ibs {grupos paramilitares al servicio de las empresas transnacionales Pox Neolbestn unidos por un ldo, y enfiente, poblaciones russes, ¢ menudo indigent, en las cuales ls mujeres eon ebjetivs “prinleginde’ de sguesién sexual y/o letal. Continuidad en el abjetivo, poration Peeper ey gsi arlanebe mpelioy ter 2 iene abide ns nbs en ct forma preserado, pueden legitimamente pretondes deci sl tautzcion de sores Peet Ses cae Movlizindose contra el extricvismo, algunas mujeres el “feminismo comunitaio", que afrma fertey alto la neces imate vine aden el Tents eee eee del Tecrtorio- Cuerpo, y en patcular del cuerpo de ls mujeres Indigena,contea quien(s) se han eecid tantas violencia dete face mas de cinco silos. Bncoatrindose hoy da en primera ines dees tages de as mules dl gobi jes Jndigooas estin a menudo en la vanguardia delat hchae, Desouts de mucho trabjr la “snaciOn” de be hehe de aaa aed scepter Sa sexistas y racistas desde I iovasiin colonial, eatas mujeres hoe producido uno de Jes anise mis completo de tx sitmacigm De hecho, el feminismo comuinitario revels Ta existenca de wo veedadero continuum de as wolnaselointer 6-oonizadene Tec ceni tl il 9 ree, Peis er doen ectsode ingens yilos reeusos del texstorio. Igual que le propone la flesoia eas poblacionessymars de oe Andes (Custangus 2010) er vel rosa fc ts ee np ea a prop tiempo, un presente que, levando asu vez al pasado mis sets deecoloiscis, sj nlment nace nope dee clin porte us reflesiones convergen con otis andlists feminists 1 atc decile ikl oninete eens ae aiodescentients, mestizas,blanas indigenas, Tada subrayan gue se desasellan diferentes formas de goeta, repretion y militrismo, a mo tempo qveerecen ls vencas hace as mujers, alrededor del exttactvisno neoliberal (einer, cvergético 0 agroindustrial) y del complejo proceso de re. ‘oloizacién de fos tert y poblaciones, La intensifieacon ea explotacin de os recursos nerfs sobre toda femneninon, 10 Se tte aga, en al tata agi en el sentido de Gullaumin, det erp “guint fura sesh ge cnc as haha mata ea Ios Falquet indigens empobrecidos.y mataringprina eedanacl dexpiegue devs vient considerable yrulifoav Cada uno de estos cuatro capitulos propone un andl contextualizado de diferentes expresiones de la violencia partir de fragmentos de realidades histérico-geogrificas heterogéneas, Lo que los une es la progresién de fa globalizacién neoliberal y la difusién de sus légieas, que seguimos aqui por medio de fa transformacion y Ia interpenetiacién creciente de diferentes dinimicas de violencia y de guetra. La reorganizacién de la coercién que acontece bajo nuestros ojos nos habla de un futuro inguictante que puja por debajo y ya rasga el esmalte lise de la superficie, y que propongo llamar Pax ncoliberalia, ese zstado paraddjico e inestable en cl cual nos encontramos al dia de hoy. ‘Vamos a ver cémo la violencia contra las mujeres se encaentra (lguer 20160) Capitulo 1 sGuerra de baja intensidad contra las mujeres? La violencia doméstica como tortura: reflexiones a partir de EI Salvados'' ‘Traducido por la antora El movimiento feminista trabaja desde hace mucho tiempo para ddemostrar que Ia violencia doméstica no constituye apenas un “fendmeno privado” que solo atafie a la intimidad de las parejas, sing que es wna cuestién politica y social global. Propongo aqut prolongar esta reflexi6n, mostrando que se trata, en realidad, de una herramienta clave para Ix peepetuacién de las rlaciones sociales estructurates de sexo, asi como de orden social imperante Para esto, trazar€ primero un paraleloentee fa violencia doméstica yylatortura, y luego, de modo més amplio, entre la violencia contra, las mujeres y los mecanismos de eontrol social conocidos como “guerra de baja intensidac”, Me apoyaté en el caso de El Salvador, pequeio pais centroamericano profuundamente mareado por doce afios de guerra civil revolucionaria particnlarmente. brutal (1981-1992). En medio del conflicto, mientras que la violencia militar ~neesinatos, ‘masactes perpetradas por el eército, secuestros, torture HY Publicado por primera veu en fiancts en 197 em Manvel Question eines (18, 3-4 p. 129-160), yen espaol en 2002 + Revs del CELSA, 1'3, Vasovla,p* 149-172. Este tabajo le debe mucho a muchas mujeres tas que der testimonio de la vslenei gue fat ejcida conte ella, ls que sorctaron,rcogieron y anion eos testimonies y todas aquehs que han luskado en conta de eta violencia, de uaa otra fora. En espechl quero ‘apradecer a Mercedes Ctins, qu se ateis «aboard Rete esta cutie moi de Ia gueca cil ewlucionnin en El Salvador,» Anne Mate Deve or haber eatimulado «decal esta tein y por sus comentation,y ‘Anne Hiygon, por habsrme ayundo a desntata fo bios de mi pense, 2» Jodo alquet, ‘opacaba las otras formas de violencia, el primer grupo feminista salvadoreio contemporineo, In CONAMUS®, se daba -omo ‘objetivo central lucas contra la violencia baci tas meres, Mas ‘nin: una de las primerasfeministas declaradas del pals, Mercedes ‘Cates, s atrevia a comparar la violencia doméstica con I tortues, subrayando el hecho~de todxs conocido de que algunos matidos! compafieros pegaban a su esposw/pareja de manera de no dejar Inuellas, ai como lo hacen los verdugos experimentados (Cans, 1989). Este ejemplo tenia el mérito de poner en un mismo plan un fendmieno “politico” uninimemente condenado somo cs a tortura, que da lugar a campafias pilblicas de denuncia, @ declaraciones y reglamentaciones internacionales, y un fenéneno invisible, cotidian, “privado” y“natucal”: Ia violencia que ejerce un hombre sobre su esposi/parcja. Profundamente impactada por Ia comparacién efectuada por Mercedes Cafias, intenté profurdizar cn Ia via que ella sefalaba, Para tales fines, me apoyt en los ‘nabajos que en fa época encontré en El Salvador: In psicologin social de In gueera, en parte producida en el pais mismo, as 20180 en k psicologia de fa tortura, elaborada principalmente en las ex- dictaduras del Cono Sue, Estos aportes tedricos, muy hewrsticos, con decisivos para ampliar el andlisis feminist de la violencia En esto capitulo, seguicé primero la reflexién abierts por Cafas, sefiatando algunas de las semejanzas impactantes que existen entre Ja tortura y la violencia doméstica, De hecho, 12 La Cooriaadora Nacional de Mujeres Slvadaretas (CONAMUS), nid en 1986 est primer grupo de mjc stvaoreRas aba exstnte ques ivi Feminists uo anes on gevp Femi coos os°30 que spay cand datura fu peidenia de la Repbea de Prudencia Ayal, y lt Asacaién de njeses de El Salvador, AMES, funda en 1979, que aflaraba ser xn vex feminist y ‘evoluionata). Fncabezado en la Epoca por Mercedes Cais ane la iment Caunpaia de Tvee contra a vole hacia as eujees que ie reairad en el pa jo el derma "La wales ota a jeres no ey natu: ew 13." El presente capital «of reulado de este ese, reavado hace cs veiate aon, Los trabajos en le ue me apoyé en agul entonces, en cecil for de Canss, Matin. Baré 0 Dephyy ao evdencaban In dimenién excite 0 is del derecho, ni I poselén de raza o de cae de es pecsoms que facon el centro de ls investigaiones (ol de fs salradorefysvilenacs por fie masitos, muy probablemente de case popular o cle medta baja wibana tolar meats, de bs sbreiventet Ls tortura) Tal como Io denoted bullitemente’ Crenshaw la ibrieacon de Tar relacones sociales de cls faa y too modifica In experinsia de ft wold, ya sea vida o ini: pa fot aspectos que aqui presenta, ete wabajo queds por cet, Covsero fin embargo que las grandes lincas de Io que desarallo aqul, co debean de fer susaneinent modified, ms bien, permit profifiras I rele 4 Pax Neotberais tanto parte de los métodos como de los efectos psicodinémicos de la violencia doméstica son extranamente cercanos a los de In tortura llamada politica, En un segundo momento, ampliaxé Jn perspectiva, pasando de la violencia doméstica a l.violencia hacia las mujeres en st conjunto, Intentacé demostrar que, lejos de ser un fendmeno natural, individual -un recurso utilizado por los hombres para obtener "mejores" prestaciones comeésticas ‘0 una valvala de escape para las frustraciones mascutinas-, la violencia contra las mujeres debe ser seubicada en un contexto global que le permite existt. Analizaxé después el contexto de los actos de violencia -Hamada politica 0 Hamada privads- Jo que los vuelve posibles, colectiva y socialmente, Utliz los trabajos de In feminista materialista francesa Christine Delphy sobre In constitucidn de ta esfera privada como una ‘esfera de no-derecho (Delphy, 1995), que recuerdan Ia tesis clésica de Carole Pateman que vsibiliza el contrato sexual nplicito que findaments Ix modernidad politica (Pateman, 2010, [1988]), y del socidlogo salvadoresio Martin Baxé", que cstudi6 de cerca Ins dinémicas psicosociales de la guerra (Barb, 1990). Finalmente, esbozaré una comparacién entre la “guerra de baja incensidad”, donde la tortura es un elemento clave, y la violencia contra fas mujeres, de fa cual la violencia doméstica constituye un mecanisino muy importante. De hecho, se pueden jslumbrar en esos dos fenémenos, os sistemas de control socal, supuestamente reservados para periodos “excepcionales” pero {que funcionan también en tiempos ordinarios para garantizar la perpetuacién del orden social La violencia, tanto polica como contra kas mujeres, muy Injos de ser un fendmeno dolorosamente incomprensible 0 un lamentable “desborde” decrueldad individual, aparece, al contratio, como una verdadersinstitueién que vincula la esfera priv la esfera piiblics, lo ideol6gico/psicoligico con lo material, y que consttuye un podetoao mecanismo de reproduccién de las relaciones sovales 1 Jena eipal sodicado en B] Sahador, Ignacio Manin Barb pags ous reflesines con tw: Fu asesinnd pore eit sakendeceso en noviembue 1989, juno coo ots cco profrores de suniversidad esa de Ia UCA, y os que emplesban pas horace a ean dl tibajodoméetico as Jules alge ‘Semejanzas entre Ia tortura politica y la violencia doméstica aDe qué hablamos? Precisemos primero que aqui entiendo por violencia doméstica la violencia eer por un marido/compafier en cont de ura mujer adufta denteo del hoger, Distinguiré en esa violencia doméstica tres formas diferentes de violencia, que por lo general eatin «stechamente mezcladas las violencas Bice, psicoldgicay sexual La violencia fisicaincluye los golpes, las bofctadas, los empujones, asf como los pellizcos,jalones,torcedurss y otis mancias mis sities de causar dofor. La violencin psicoldgica abarca toda clase de comentarios desagradables, insults, gritos, amenazas hacia la propia mujer, he hijs, Ja familia o terceras personas, el excierso, Ja destrucci6n de objetos apreciados, el sislamiento del entorno de amistades o socal, el acaparamiento de fx atencién, fa intimidacién yl trato desvalorizante, entre otros. La violencia sexral induye fa violacién conjugal, pero también el negar elaciones sexuaesy los insultos relativos al cuerpo 0 a la moral. Un testimonio recogido por Mercedes Cafias ilstea la violencia doméstica ordinaria en El Salvador (Canas, 1989). Se trata de una mujer que se comunies con un abogado para empezar un procesa de divarcio “Despus de que bable con ef abogade, mi rarido me Nam a la oftina. Me dijo que cuando volvieraacase, ibamosa hablar y que me ‘ha a arvepentir de intentar despretigarlo ast. Temblabr, temlaba, Jemblaba Mi madre vino a bucarmey me dja: vamos para lacava Estab decide clo gue fora, palo qué fecral Pensé Megdel moruento de desir todo, No me quedo ui wn dia mis con &. O lo mato, 0 me 15 La ioe con as fas camo ts no entra en el marco dela petente reilen. Eyidntement, le wlenia contr ls enjees emplea cont rena hci a a, yeisten profandoey comple Ins ene Ia vile domésea con os maj alec dasa coer esis, Sin ember ena osc as especies, y no puedo ear a el ane de lenis one nis. Sobel aces, recomend el ajo de Death Day 2013). ‘Tambin sesabe que ao tods as mujesisen nel mace de ura pj eterocenl Ange la oeaia domi sea por span mayen Git por homies ea ‘conte de mje een seutioes de vila comets por mujeres en coma de hombres de ot eajeres a vislens soi lomo lose lo see Pax Neoeetie anata. Pero yo, ralnente,verdederment,definitionnente det Ie te, Lega a casa yenpets. Buen, ol queen women dade, me agar ye aventé al jardin Yo agarné al nina, Lo tone bien peg am, petal vex astna me pega Pero ast ley sino, me ont ol jardin, Acstumbraponerme cn bua cuando ety cl ca, ya eran como las site mea dea noche y xa zona en que viviomo ra mayoxra. Ne dena, me ara la bate nc Peasy me pugs No siconoconsegut ecaparme, Faia lacie Segue tm cil, querta mater, Nome inportaa nada. No pena on nee, Solo ogerré el cecil y alta Buscar, Cursos gu teat Lucila se fe crrend, Pro me resblé en un eae de agua ‘te Cova qe babia en ef sila. Cuando vid gue me labia tate bala sobre mi. Me dab patades, en kes enon, en fades parton donde akeanzabae Mi madre led ee ac enn, reanente not cama Nome acuerdo iy bien, perosim madrena le bubisa toncde 4 naz, me arrancab el ded, El me habia agar el dete con los dint. Ag tengo lcci” Intimidaci y amenazas, violencia en presencia de un nifty de terceras personas, golpes en las partes del cuerpo conocidas como las ms sensibles, intento de mutilacén: aguf tenemos un retrato de violencia domestica que tiene poco que envidirale a una escene si 4a maleata por ser feminista), Alberto Bandura, en ‘un anilisis de fa forracion de los torturadores, evidencia ocho ‘elementos en el aprendizaje de In agresisn, Sugerimos aqut los a Pax Neoibr paralelos que pueden exstir con ciereaeducacin masclina, de la cual se observan los resultados en la violencia contra les mujeres (Banduea, 1990): ~ La minimizacion det carécter ageesivo de los actos por medio del establecimiento de comparaciones ventajosas —gne wale infnitamente mds un hombre que una uj ® EL gue agrede jo tend que lo ace en virtud de wna neblepreseupacion pedagagica, at comoel snaestro se nmestra un poo duro con el alan? = La justificacién por principios superiores, la necesidad de "edluear” as mujeres el buen fancionamiento del hogar, el amor eheaso no se dice "porgne te guiero faporred'® El desplazamiento de la responsabilidad: fa culpa es de la mujer y/o es un resultado del eansoncio y de la frustracién que sieaten los hombres en Ia esfera piblic y del trabajo remunerado, El desdibujamiento de la responsabilidad: todos los maridos/ pcies hacen “eso” (es decir: lo que les da la gana), asi como lo hicieron sus padees antes de ells. ~ La deshumanizacién de las victimas: ‘pequeno animal gi, “gata err’, “hada “raja Tasismpre Ota’, ssn realmente ls ners seres manos coe los dems? ~ Laateibucin dela culpabilidad als witimas: as paree gue des gusta, porque se guedan y "a propsito” molestan y hacen engjae al amaridahompater ~ Una perspectiva flbeada sobre las consecuencias de le violencia rf es una buena paliza que talvidard mastana, le bard sentir on elfondo cate la ana ~Y, Finalmente ls desensbilzacién gradual. Tanto han visto en los hogares o por television bofetadas, escenas de violencia doméstca, violaciones y mals tats en general, que la violencia. toma un aspecto tan familar que csi se velve natural De hecho, en a violencia doméstiea, se observa generalmente una progresién de Ia violencia, de crisis en crisis: Joe insultos les siguen los empujoncs, luego las bofetadas se altesnan con la amenazas, antes, de legar alos golpes, cada vee més fuerte, De smanera mis general, en fo que a la “ccuaci6n personal” de ‘a violencia mascufina hacia fas mujetes se refiere, hay que notar que desde la més ticena infanca, tanto la educaei6n como los roles sociales mascalinos y femeninos crean y refuerzan en fas mujeres yen los hombres dos actitudes opuestas fiente a la violencia, A. 8 Foes alge Jas unas, muy tempranamente, se intentainculcarles la pasivdad y la eumision, mientras se sestringe dristicamente st uso dela Violencia y de las armas. A los ottos, en quienes se foment y valoriea ta agesividad y « quienes se permite y estimula a usr armas ee es ensei que volentara “nu” mujeres elindudable signo de la masculnidad, A tal grado que en El Salvador, por ejemrlo, Jo primera investigacién feminista sobre la violencia doméstia, aunque Haya sido limitada sélo a la violencia fsia, demuestra que el 57% de las mujeres casadas o unidas son golpeadas y cue entonces el 57% de los lombres exsados 0 unidos gafpean a su compafiera (Cafas: 1989). En to que se refiere al contesto que vuelve posible ef scto de violencia, Christine Delphy analizé: con mucha nitidea el caso de lx violencia doméstica-conyugal, segin sus propios ‘éeminos (Delph, 1995). Muy lejos de consttuir un lamentable desbordumiento de una fuer2n o de una agresividad masclina innata, la violencia masculina est potbiltadn precieamente porel marco dela conyugalidad, dela domesticidad, dela ester pivac, Lejos de justificrlos actos violentos por un impulso instintivo, Delphy comprucba la responsabilidad de la Ley "Lo que explica la vilencia conyugl, es la conyugalidad: es echo de que Ia sciedad haya constitnide wna categoria social, b ‘priviado”. Las reglas gue se aplcan en todos fos demas espacios, que igen las relacones de tades con tades, exeluye el uso de fa fuerza Jo que implica gue atin cuando es wiilizada, se vuelve inoperante dood [Bses regs] estén congeladas, o mds bibn sustituides por otra give dectaran legitimo el uso de la fuerza (..] La mujer asada sustraida a la protecin de ta ley, mientras que el hombre casodo e sustrato a as saniones de lly." Giertamente, algunas legislaciones evolucionan 5, puntualmente, se hallan en algunos paises articulos de leyes gue tienden a luchar contra Ia violencia contra las mujeres, Sin ‘embargo, queda manifiesto que el contexto de la violencia contra Jas mujeres, muy Iejos de ser natura, esté organizado por una concopeién global del derecho, El edifcio juridico patriarcal descansa en gran parte sobre a instalacién de un derecho especial, que crea la esfera privada, por ef mismo hecho de constituirle como un espacio de no-derecho. Aqui, es Ia reflesién sobre le violencia contra las mujeres que podriamos, de alguna manera, 4 Serre Pax Neoliberaia ammpliae para abarcar Ia reflexién sobre lt violencia politics, De hrecho, la represiin politica como tal no aeontece en el marco del «aos, donde no tendrfa ruzén de ses, porque no tendria efectos capeciales. Al contrario, Ja tortura, asf como otras formas de represin, se ejercen en espacios de no-derecho organizados por eyes excepcionals insertas en ~y creadas por~ sistemas que por parte se reivindican dentro del devecho y de la legal. En cuanto al fondo ideolégico del acto, fe tortura también es generalemente jestfieada en base a intezesessuperiores definidos en el marco de una doctrina de “seguridad nacional” que, como lo sefiala Ignacio Dobles Oropeza (Dobles Oropeza, 1990): ou “comdnce a una polarizacién extrema de las pestiones, a una reat “sifcaciOn” de a victim, y tende alegitioar cualguier accién, por degradante & inkumana gue ser, incuyéndola on el marco de una “guerra interna” en contra de ta “wbuersion’.” ‘A primera vista, se puede pensar que ef fondo ideolégico de ln violencia doméstiea es diferente del de la tortura. A menos que se admita que existe una “Seguridad domestica” que debe ser preservada, para seguir c! paralelo con la “segusidad nacional’ Dobles Oropeza incita a seguir la reflexién y a analicar hasta el final las analogfas, con otras fendmenos sociales considerados como no-politicos: “Como lo hemes senalado, esas cousideracones sobre la tortura na se aplcan exclusioamente y a ptiosi al campo de la accion politica. Hubria que estudiar mds en detalle sw aplcacion a fendmenes _generalmentecatalogados como ‘patologia social.” Se podeia entonces desarrollir o precisar un concepto de “seguridad doméstica’ que serfa el fondo ideoldgico del acto. Se vishumbra aquf un eje esencial de la dominacién patrarcal Precisamente, es al anzlizar ahora las consecuencias colectivas, sociales, de In aplicacién de la violencia contea las mujeres, que veremos aparecer la dimensién politica ele la violencia contra ells 6 doles algae Efectos colectivos de la tortura y de la violencia contra las mujeres Lejos de afectartinicamente a Jas personas que son directamente sometidas a ella, la tortura ejerce efectos sobre el cuerpo socil en su conjunto, Eso es lo que explican Lira y Weinstein (Lirs, Weinstein, 1990): “EL uso deta tortura coma método de coercion habitual aftta ne sélo a sas wetinas divstas, sino gue también a sus familias, alo: grapes a los cuales pertenccen, asf como al conjunto de la sociedad, incluyende a tos torturadares. Es wra forma de coertién socal politica muy eficient, porque ef mizdo a se arretada @ arvestado ‘orturada produce conductas masioas de antecensura, de aistnaiento, de pasividad y de resignaciin. [...] Att, fa tortura es wilicads come mn insorumento de poder: la eamenaza ylo la utilizacion del _saprinicnto son regidas por un mitodo de control ideolégico Ta violencia domésticd_y Ik violencia contra las mujeres fen general afgetan también mucho més que a las personat directamente implicadas, permitiendo una relativa economia de recursos. No es necesario violar o pegar a todas las mujeres todos los las: algunos easos particularmente espeluznantes presentador ‘con motbo por los medios de comunicacién 0 nasrados por lat vecinas bastan para que cada mujer se preoeupe y tema infiingit Jas normas que supuestamente fa protegen de semejantes suerte Existen kx indignacin y la resistencia, pero la autocensura, aislamiento, la pasvidad y la resignaciGn parecen sor efectivamente Jos principales resultados obtenidos. Ignacio Dobles Oropeza Nega afin mis lejos, al agregar que kx meta de la tortura y de Ja coercién politica es desmotivar Ia zecién politica individual y colectiva (Dobles Oropeze, 1990): “Bos cuanto al contest que ouelve posible la trtra enn soda ‘spl, se trata de aciones gue apuntan ainstaurar el terror en ‘a poblcin ye! miedo ala asin poltica- sce. Lejos de demostnr 1 fuerza potica de un rgiue, es la prueba de una gran debilidad. Como lo seals Paez (1982), con este tipo de accion, el objetion 6, sein tos cases, evar a tos individuos 0 a fa colectividad a la segacin yal dformacién del realidad al aslamient en relacion al univeio valerativa dela prdcicacotidiana, a fa iealiacion ya 46 Pax Neoibentia 4 fijacin en ef pasa, 0.0 ta “desinversi6n’ del pasa (obvidar lo que acontecig)” Como Lita y Weinstein, Dobles Oropeza vaclve a ubicar ef contexto de fa tortura en ef marco general de lo que a veces 3¢ ha llamado “guerra psicolbgica: al tocar la subjetividad individual, se lleva a la sociedad en su conjunto a tzansformaciones muy profundas que van de la pasvidad masiva hasta a una deformacidn dela percepcidn de la realidad. La aecidn sobre la psiquis, sobre Jasereencias ys laltades personales, sobre los azosafectivosy la familia, en una palabra, sobre I esfera privada, tiene repercusiones en la esfera_piblica, con metas eminentemente politicas, Liegando a este punto, tenemos que profundizar fn rellexién sobie Ix manera en que la violencia contea las mujeres, al igaal que fa torcura, vincula estrechamente fenmenos aparentemente privados y fancionamientos sociales colectivos y pil Las téencas uicadas en le “guerra de baja intensdad” han sido desarzoladas a partir dels pricteas de la Oxganizacidn del Rjéecito Secreto (OAS), entre otros conlictos durante la batalla de Argel Es a partir de est épora que los antares franceses ‘leanne utlizacibn sstemitica.de fe tortura, no s6lo como tn medio part ‘obtener informacin sino, sobre todo, ‘para impact” y atemoriaar al conjunto de fa poblacién, en la cual ls civles son consideradks como blancos al igual que el grapo armado “contratio®. Gracias ana larga investgacién que la lew de Francia hasta el Cono Sor, ln periodista Marie-Monigue Robin muestra cémo estas técnica fueron primero enseadas por miembros de la OAS que Jmabfan hufdo @ Bri, Argentina y Chile, y luego aplicadss y “perfeccionadas” por las dictaduras dle a regidn, antes de interesar Jos militares estadounidenses, quienes las formalizaron yas 22 Desist memos, ba OAS aroha smite Fee loos ‘pe asctan impedes oda costs indenfech de Argel Eau mpeionce dlndeina de wens deren cos stent nto en se cone en Arla vo que, ded a pla altar oflal donde cass coqined, ig repre yen especie, eee ane portion gol mar ” Jules Falqut ensehron seguidamenteen la Escuela de las Américas en Panam, yl desplegaron fuego en Vietnam y en el resto del mundo, [Estas tdenicas, que ya se han vuelto clisiea, han sido pensadas para los mevos tipos de eonflictos que surpieron con las fuchas ‘moderns por la independencia y/o la revolucién. Estos conilictos yA no oponen cjrcitos de prises diferentes: ahora las fuerza represivas de un Estado (eércto, policfa, grupos paramilitares) combaten al conjunto, 0 parte de su propia poblacién, ya que para vencer a lxs nacionalists 0 a ls revolucionarias que estén cestrechamente mezcladss con la poblacién civil, de In que provienen, el Estado intenta destruir su medio, es decir In propia Poblacign cv en su conjunto. El objetivo principal no es I conquista territorial 0 la neutralizacién del adversitio, sino el contiol de los euespos y de las meotes. Se teata de desalenta lt participacién de la poblacién en el proyecto politico opuesto, de ‘desmoralizarla atemorizala y fomentar la pasividad individual y colcctiva, Se trata también de reorganiar profundamente el jd social, que podria ser una base de resistencia para ln poblacién, Entte esas técnicas de guerra que podrismos lamar psico-sociales, se pueden distinguir tres grandes ees. Primero, el control de ly informacin yl instalacidn de liens de desinformacién pascal ‘0 total, Luego, la polarizacin de la sociedad, su divisién en dos bloques sistemiticamente opuestos y mutuamente exchuyentes, con la creaci6n del “delito de asociacién’, la ereeckin del otro Dando en ‘enemigo absolute” y sv consiguiente satanizacién, Finalmente, In epesin slectva liad af ter sgeneralizado, en el que fa tortura jucga un papel, muy importante. Fl objetiva {general es destrur los lnzos sociales para aislar e individualizar a cad ure de ts “enemigs’, colocindolxs as ain ms ala merced de las diversas téenicas de control social desplegades. ‘ Se entiende por tanto que Ia “guerra de baja intensidad” no tiene nada que ver con una guerra “suave” o un eonflicto de poca importanci: implica la wtliacion sistemstizadac intenciona de técnicas extremadamente brutales como la tortura, sin siquiera 1h justfcacién” de las necesidades de inteligencia, Una de sus anayores diferencias con fa gueca clsica, repitimoslo, es que toma como blanco a In poblacién no combatiente y que no esti formalmente dectarada, lo que impide al poblacién buscar amparo en las minimas reglas de derecho que rigen los eonflictos clisicos. Nos preguntaremos a continuacién en qué medida la violencia social desplegada en la guerra de baja intensidad se puede 8 Pax Neokiberais comparar ala que preside Ia gestién cotidian en tiempo de paz, de las relaciones sociales de sex, BI contzol de la informacion y la desinformacisn, primer eje guerra de baja intensidad, estin presents en la gestion de les relaciones sociales de sexo. El caso salvadorefio lo ilustra: control del acceso x fa informacion, impedianiento para estudiar en sgencral o para estudiar cirtas profesiones, incluso ciertos libros tales como la Biblia, tan fundamental los ojos de is ereyenter™ Desinformacién, cuando se les hace exeee a lis mujeres que no pueden consumir ciertos alimentos durante su menstruacion, cuando el embarazo es presentado como una enfermedad, cuande «uando se niega el acceso ala infotmacién sobre todo lo que tiene «que ver con el funcionamiento de su sexualidad y reproduecién, cuando se les explican mal las consecuencias de in esterilzacion, cuando ce les presenta la situacién de las mujeres como natural ¢ jinmtable, cuando se borrade os ibrosescolares su participacion ‘en la historia, En la guerra de baja intensidad, es una verdadera capa de plomo de silencio que cae sobre las informaciones que tienen que ver con el “enemigo”o por él elaboradas. iguienes, para salvacse de una situacién de violencia extrem, leben hui y esconderse con sus hijasc hijo, 0 en fa manera en {que algunos hombres Jes quitan sus documentos personales pat impedir su satide. Como hemos visto més aciba, la vergi y [a amenaea impiden a muchas mujeres golpeadas o violas ‘uscar relaciones de apoyo, de confanza, Aisladas en sus cocines, cencerradas en un profando mutismo por lo que se refiere a as violencias de las cles son objeto, que Tes dan vergtienza y de hs {ge piensan ser las culpables indvidunles, geaéntas mujeres viven 4 la sombra de la aparente resignacién y del temor, asi como Ia poblacién civil en un conflieto militar en el que son despleggcas las técnicas de la guerra de baja intensidad? | i | t | | i | ax Neoiberais La violencia contra las mujeres: mecanismo clave dela organizacidn social Existen también importantes diferencias entee la guerra de baja intensidad y Ia vi conta las mujeres. Explorarlas nos aporta iis luces, La primera diferencia tiene que ver con Ia dloraciéa de eada uno de los dos fenémenos. La guerra de baja intensidad es, tebricamente, limitada en el tiempo: se trata de medidas supuestamente excepcionales y de las cuales se puede ubicar con precisién, si no el final real, al menos el principio, La violencia contra las mujeres, por el contrario, parece no tener nit principio ni fin que se puedan observar nitidemente. No corresponde aun periodo de excepeién, alcontearo, brotayestalla en el mismo corazén de Ia vida cotidiana, Es més, la violencia jercida individual y colectivamente contra las mujeres sobrepasa ‘en amplitud, en sistematicidad y sobre todo en duracién, a la inmensa mayoria de las violencias especificamente ejercidas por ‘un grupo social contra otto. Luego, puede identificarse Ia responsabilidad de quien cjerce Iz guerra de baja intensidad, o incluso denunciar a fos responsables, tanto sujetossocialescolectivos (gobicrnos,cjrcito, polict,organizaciones paramiltares, fuerzas extranjeras) como tuna serie de personas concretas que Ia practican (tal militar, tal jefe de batallén, tal torturador). En la violencia en contra de las mujeres, en cambio, el violador desaparece deteis del rostro del companero de trabajy, el secrew del hogar prorege cl anonimato del marido eolérico y es dificit saber a ciencia ciesta quién tiene In responsabilidad de las leyes que instituyen la esfera de no-derecho privado 0 que no defienden a las mujeres, Contrariamente a Jas esteategias de guerra de baja intensidad, al gjercicio de la violencia conten las mujeres no se constituye como objeto especifico de politcas pblieas con exéditos y fancionarixs, aunque la inaceién de los poderes piiblicos valga como aprobacién y apoyo, por ejemplo a la violencia doméstica al hostigamicnto si yuede-apuntar globalmente a los actores colectivos de Ia violencia contra las ‘mujeres, por seciéa o por omisién: los hombres en general ~en especial en vanto maridos, compatieros y padres-, el Estado, rnumerosas_instituciones ineluyenddo muchas religiosas, Pero no se puede ubicar precisamente el origen de una toma de decisién, no se puede atribuir precisamente a una ial. Ciertamente, se ” | | | | Toles Fale intencionalidad estructura 0 a un grupo social espectfico una concreta expltcitamente forrmulsds, i le alll, probablemente, Ia raz6n por fa cual esta violencia puede tan fikilmente pasar desapercbida en cuanto fenémeno Social. Su capacidad para volverse invisible tiene que ver con esta ausencia de “cerebro”. Todo acontece como si solo hubiera tjecutantes inconscientes, que son en cirta forma empujados a ‘tur en forma violenta por pulsiones naturales ¢ individuales Sin embargo, he demostrado ampliamente que la violencia de Inu abl es alg uy erent de lo manifesta ida de pulbiones psicoldgicas profundas que estaian ligadas 2 los cromosomos masculinos. Sabemos que In socializacién de los hombres Jos prepara pa umn posin socal en i ua ol wo de I vile es lxtinado en conicone preci omo conyugliady apteridayahondaremoscn clo nel iguente capitulo. De igual forma las manjeres son educadas en su mayor! para aceptar esa violencia, que les parece naturale incluso a veces Tn yen como una manifesta de ene La olen conta mujeres no proviene entonces de un fendmeno natura, personal 0 puramente psicoléyico: al contato, atraviesa todas ls caps de la Sociedad, fet el expat prvac as com el epacio pbc, en todo momento, yoza del apoyo tScito de los poderes pablics. Bs ‘un fendmeno duradero, masivo -aunque ee invisibilice a nnientras se despliega~ y tiene consecuencins materiales én taminos de benaicioseconémicos, de manteniminto d bden social y de su reproducion. No parece enonces Ueeabellas fsugerir que la violencia contra las mujeres es una institueién social contra, ala vez mecanisio ce mantenimiento de ciertas relaciones sociales de dominacién y explotackin, y relacién social {gue estructura este sistema Gracias a este anilisisenra ado enlcehded sore pie enc sont Th pustn i uaa uma de actos, Hemos,inchso,Hegado we ain incl, Come ee 2 ome a scat satel (gee, van, st tae cis nl, Yo ancl ie tee Selisn La nlc eat tots on 2 st Pax Neola funcionamiento social global del eval depende y que le da sentido, y que contribuye dinlécticamente a constvuie, Tiene como peculiaridad, Ia de crear no s6lo sujetos sociales complementarios y antagénicos en ef momento preciso en que se ejerce on este easo, mujeres y hombres-, sino que también disposiciones ideolégicas de cardeter més duradero. Permite transformar actos materiales en representaciones mentales. Por ejemplo, un golpe se transforma en dolor fsico y emocional, a Ia vez. que escenifica el poder masculino y Su “dciecho del mis fuerte”, ereado por ln ley en Ia esfera privada. La violencia psicolégice y simbélica, que consiste en hacer sentir [as mujeres que no valen nada, crea en eflas la representacidn de su no-valor y los comportamientos sociales correspondientes, Se trata de un proceso de internalizacién de normas comparable al adiesteamicnto. Pero este proceso va més allé de! simple adiestramiento imaginado por Pavlov, en el que a una simulacién material corresponde un acto rellejo, porque aqui entran en juego unas representaciones mentales y sociales, cuya adquisicidn y reafirmacién son precisamente luna de fas metas del ejercicio de Ia violencia. Es incluso ast como se vuelve restrospectivamente invisible, pareciendo natural porque moldes los espivitus ¢ imprimié en ellos representaciones que In justfican, Se ve entonces hasta qué grado la rclacién social organizada por la violencia se vincula al establecimiento y al mantenimiento de ciertas relaciones sociales de saxo, tanto cn el plano materiel como Ideologico, entre fos cuales tiende un puente, Por otra parte, como To hemos visto, la violencia en su sentido nis ampio, posee otros efectos, entre otrosla desestructuracién de Ia personalidad, y consecuenctas sumamente materiale, en especial econémicas, Por eso es que el anilisis de In violencia como relaci6n social permite vincular campos de observacién y cesfers generalmente considerados como distintos o gozando de una importanie autonoméa respectiva: la esfern prvada y la esfera pibica I familia y la sociedad global. Uno de los desaflos que enfienta el feminisimo es precisamente lograr articular los andlseexistentes sobre a esferaprivada o el mundo de le familia (anaisis en tésminos psicoldgieos, etno-antropoldgico, micro) yla «sfera publica (generalmente abordada en tétminos econémicos, politicos y macros). De hecho, sabemos que la separacién entee ‘esas dos éferas es tanto un resultado del pensamiento patiatel y 3s Jules Falguet ‘occidental, como um dispositivo material del mantenimiento de fa ‘opresin de las mujeres. Precisamente, Ia violencia en cuanto relaciin cstructurante, ne e2os dos fenémenos y permite entender c6mo ‘un fenémeno aparenemente sexual, personal y privado como el ejercicio de Ia heterosexcalidad, tiene consecuencias econéanicas en términos de acceso a los recursos 0 al trabajo, o como un jo como el amor tiene que ver con Ia obtencién individual y colectiva de una enorme cantidad de trabajo doméstico gratuito, Es, por es0, impostante proponer un nuevo andlisis de las formaciones sociales ~incluyendo fa produccién de das generaciones siguientes y percibir ls relaciones que existen centre los fendmenos materiales e ideol6gicos, asi como entre las gicas econdmicas y psicolégicas. Este andlisis descansa sobre el hecho de considerar I violencia como una relacin social que vincula fenémenos privados y piblicos, y sobre la hipétesis de que fa violencia ejercida contra las mujeres es una insttucién central, indispensable para la organizacién de les relaciones sociales de sexo imperantes, para el funcionamiento material de la sociedad y pa su reproducion, social Hemos visto que la violencia domésticaejercida contra las mujeres yyla tortura Hamada politica poseen numerosos puntos en comin: no s6lo parte de los métodos son comparables, sino que sobre todo los efectos psicodindmicos producidos individualmente cn fas personas que has suffen son extrafamente parecidos. En ‘especial, fa impotencta aprenclda, o dicho de otra manera el hecho. de ya no pocer/querer/saber responder a los actos vielentos (lo {que volveremos a ver en el capitulo siguiente con los Mebmetsit, que llaman esto “volverse inteligente"), constituye. unio de fos efectos marcantes del tener que enfentar una violencia de a que s¢ sabe que no seté socialmente sancionada. En otros téminos, ser objeto de violencia ene/ve vulnerable, y aparentemente e6 unt fare que pessiguen los autores individuales colectivs de 1h violencia, tanto como fas instituciones ~estatales entre otras~ aque la permiten al hacer Ia vista gorda, ola legitiman, creando un marco favorable para su eercicio. 6 Pax Neoliberais Varios elementos adicionales aparecieron al estudiar después las légicas colectivas de la violencia. En particule, vimos que al igual que con la tortura politic, los efectos socinle de I violencia contra as mujeres iban mucho mis allé de ls personas, parejas y familias directamente involueradss, para producie efectos en Jn sociedad en su conjunto, Lo hemos dicho: la tortura politica, cuando se utiliaa como un mecanismo para atemorizar a It poblacin civil, es parte de un dispositivo mayor de conteol social, aquél de fa guerra de baja intensidad. Por ou lado, Ia violencia con gran claridad, podriamos decir que de forma ideal-tipics, cémo la violencia puede'serutilizada para forjar un grupo socal garantizindole ciertos privilegios. Los datos sobre los cuales me apoyo provienen del primer trabajo sociolégico realizado sobre el servicio militar en Turqui, recién publicado en francés por Pinar Sele, titulado Volver tin hombre arrastrdudose (Sclek, 2014). Gracias a 58 entrevista realizadss con hombres de diferentes edades y origenes socio- geogrificos, Pinar Selek capts los recuerdos que el servicic militar habia dejado a los antiguos reclutas y los discursos que Jo acompanaban, Su abajo permite poner a prueba Ia doble idea del sentido comin segrin Ia cua: 1 los hombres adguieren fvidimbucnte y dolorossansnte ot matculiidad « travéo de Ie violencia y, 2.- si se muestran violentos posteriormente, es una suerte de brote involuntado, una ceaccisn individual "eric y desfortunada al tauma que han sufi. En efecto, una primera lectura de sus datos puede Hlevarnos 1 pensar que la valoracién y I vriizacién que procura el servicio militar a los jévenes hombres turcos cexfan adquiidas a costo de una brutalizacién particularmente traumatizante. Psos traumas, ademés de, légicamente, atraer In compasién, sobre todo explicarfan en los hombres txaumados el surgimiento de arrebatos de violencia incontrolables que sexian solamente fa 32 Evideoremente existe én Turgoa ona Suerte posi al Estado aco ya Ftnucdn lag que ene en el Estado un papel vestebal desde dca de les 1920. No puedo sbordar quia cnbago, la vids polite trea evestions ada ysmeni, que estin micho meal demi pops, eo 1 I | | Postcoberlia reproduccién_y consecuencia de las violencias injustamente sults, uma interpretacién que coincide con algunos discarses que curiosamente presentan a fos hotbres como las “p vctimas de Ja dominacién maseulina’ Aqué voy a proponer una andlsis sutit, pero radicalmente diferente. Aficmo que la institucién del servicio mits, al hacer ‘que ciertss personas suffan una violencia considerable pero eatnente init en el tno antes de obtener el derecho de gjetcerla a su turno en otras personas de menor jerarquia, produce algo totalmente diferente Primer, constaye soe personas en un grupo social que comparte una exp comin que zesulta ser menos traumatizante que profundamente impaetante y form Luego, veremos que al poner el acento sobre Ia violencia se oculta de hecho fa operacién centeal, que consiste en volver sleseable la jerarquta para los reclutas, gracias a que se les garantian 4a progresién en esa jerarqui, y sobre todo, al hecho ce que abaj del militar de ms bajo nivel, siempre habré personas de més bajo rango: xs eivils. Después de algunas observaciones sobre las condiciones de realizacién de In encuesta, presentaré tres posibles niveles de Jectura de la nstitucion del servicio militar en Turquéa, Seguitemos primero Ia pista clisica del servicio militar como’ mecanismo cla de socaaciin misuing, Sin embargo, al revel ciertas disonancias en Jo que por lo general se supone que es la rasan ua eta niet deo testimonies ends por Pans Selck leva a preguntarse si el objetivo central del Servicio militares realmente el hecho de inculcarindividualmente lnvirilidad, Propondré enseguica un-andlisis del ro de fa brutalidad y de tus hurnillaciones en el servicio military, mis gencralmente, en el Aprendizaje de la violencia, Son los traumas que deja el servicio nilitar lo que transforma a los hombres j6venes en matones, ‘muy a pesar suyo? Ademés de ser vietimista, vesemos que esa hipétesis no permite explicar por qué la violencia no estalla en cualquier moment sino gael conta, se mia ettamente a circunstancias bien precisas: siempre desde “superiores” hacia “ifériores". En fn, propondré una releiénestmitial sobre el servicio militar como institucidn de aprenclizaje y leitimacién de a jessequia y como mecanismo-clave de la produccién social de un grupo dominaate a Doles aque ‘Una encuesta innoyadora sobre el entre-s{ varonil Presentaci6n general del servicio militar en Turguia Como sabemos, después del derrambe del imperio otoman, el ejército fe e ee alrededor del cual el nuevo Estado-nacién tarco de los aiios 20 se construys en buena parte, Concebido como fuente de cohesién, de modemizacién y de unidad nacional, el papel del ejérito se reforzé todvia més a partir del golpe de Estado militar de septiembre 1980, y con el desarrollo de la guetta contra ks revolucionarixs comunistas y kurdxs. Ta institacién militar est extremaclamente presente en la vida eotidiana y, como lo dijimos, el servicio militar, rigurosamente obligatorio para los hombres, es partcularmente valorado, La incorporacién, generalmente, es It ocasién de impresionantes estas familiares, hasta fiestas de pueblos enteros. Sin embargo, al atravesar las puertas del cuarte, los jovenes reclutas. ~familiarmente Ilamados los Mebmedjik- caen en ana experiencia sobrecogedoray total, Primer desarraigo del entoeno familiar para muchos, primera, ya veces, sltima ocasién de slic de su pucblo ~o al revés para fos urbanos, de conocer regiones rurales lejanas-, el servicio militar implica una verdadera sezcla étnica y de clase y un remolino de novedades para los hombres jovenes. Después de un momento de jibilo 0 por lo menos de excitacién, el entrar en los cuarteles marca el inkio dle tes meses de claves pruciculumente inensas y brocates. Al nalizar la instrucci6n, los jovenes reclutas prestan juramento y reciben una arma en ocasién de una ceremonia solemne « la ‘cul, generalmente, asiste orgullosamente su familia. Todavia les quedan 7, 9 0 15 meses de servicio por eumplis, durante tos cuales pueden ser enviados hacia un frente de guerra (on el este, en Kurdistin més particularmente), eorriendo entonces un riesgo muy real de ser matado o de ser obligado a mnatar. Sin embargo, subiendo en la jerarquia o simplemente volviéndose rmecénicamente “los mayores", In mayoria de los soldados se instala poco a poco en una rutinadentco del ual logran eseapar 2 los peores castigos y tare. Pax Neoiberaa Un “punto de vista situacto” feminista Noes porcasualidad que las primeras informaciones sociolégieas sobre ef scivicio militar tureo nos son presentadas por wa socislogs, pero sobre todo por una investigadora faminiita Si-en ‘otros paises, muchas se dejaron desanimar por la dificulted que ser mujer plantea para acceder2 una narracidn honesta o libre de Jos encuestados sobre este “entre-s!" masculino por excelencta, Pinar Selek supo spoyarse en dos amigos que hubian realizado el servicio militar, para recoger la mayoria de las entrevista, aunque ella mista reatiz6 un tesco de ls entrevstas. El abajo dde Pinar Selek es particularmente interesante porque ofrece una smirada desde adentro de wna insituciin mitificada, codeada de misteris y de silencios. Lanzarse al otto lado del espejo revela ‘unas experiencias habitaalmente disimladas 0 presentatas bajo tuna forma eduleorada a la mirada de ls civiles, y sobce todo, de Jas mujeres, o intencionalmente calladas para preservar ciertos Ssecretos entre dominantes ~como reconocié sin ningin escripulo hraberlo hecho Maurice Godelier, en su célebre presentacién de las iniciaciones masculinas en el pueblo baruya (Godelier, 1982). Notemos que si Godelier buscaba saber si existia 0 no tuna verdadlera explotacién de las mujeres por los hombres baruya ( concluye que st existe una real dominacién de los hombres sobre las mujeres), sus datos sesyados han sido retomados por algunas ramas de los antifeministas paea defender Ia idea de que fos hombres serfan las principales victimas de la dor Volveremos sobre este panto, Primera lectura: el servicio militar, gla “virilidad” inculcada individualmente? Destle una perspectiva mictosociolégica 0 psicoldgica, los testimonios de los antiguos reclutas parecen ofrecer, a primera vista, una descripcién detallada de la construccién’ de lo que alguns llamatan ta masculinidad hegeménica (turea). Después de la obtigatoria circuncisién, ef servicio militar aparece como 4a segunda etapa, paradiginstica, de la socializactén mascalina, {gue transforma a cada incividuo tenido por nacido macho, en un hombre. Sin embargo, lus disonancias que aparecen rpidamente Jules Falquet, en Ia masculinidad de Jos soldados llevan a preguntarse si la institucién del servicio militar tine realmente. por objetvo inculear individualmente noxmas vitiles, El tema de la senate zos pone, al contratio, en el camino de la construceién de an «olectiva basalo sobre la excluitn de otros grapes. De armas y légrimas El servicio militar es la ecasiin para los hombres jvenes, y solamente para ellos, de tener acceso alas mas y de aprendee mo usaras, Esto refuerza los vinculos ya de por s{estrches entre los hombres y esos temiblesobjetos. Por un lady servicio milita construye una equivalencia tubia entre mjer y armas eb ama conflada 4 ls telus simboliza su honor. igus que con propia mujer, la poseen enteramente, duecmen eon cllay no ta deben prestar a nadic. Esas observaciones cofnciden con las de Anne-Marie Devreux, quien realizé la primera investigacion sobre cl tema en Francia, y mostraba que los consctiptos desarrollaber ‘odo un imiginario de su arma como mujer-parejn (Devteus, 1997). Por otro lado, confirmando ompliamente: tos anise de Paola ‘Tuber sobre el acaparamiento por los hombres de las mejores herramientas y de as armas, los relatos recogidos destacan ‘cémo el aprendizaje sistemitico del manejo de las armas durante el servicio militar eimientael monopolio masculino de a prietica de ia violencia (Tabet, 1979). Aunque los testimonios sficman sie cas a mitad de fos encuestadossabfan ye maniputar un fol antes desu servicio militar, se trataba de modelos “civiles", menos ‘mortieros,y no de armas que posiblemente ya hayan servi para tar. Las historias de los antiguos reclotesfnvitaban jgualmente analizar el cimbolismo poteate de ta trnsmision coletina y solemn de esas armas 2s jovenes hombres por los ancanoa que tes saron antes que ellos. Sin embargo, a pesar del oxgllo que sienten de que al fin les confien un fil, ichos jvenesreclutas, ‘jos de tence un sentimiento de omnipotencia, sienten, minds Sente asa arma que les entregan en la ceremonia de juramento. thas entevistas sacan a Ia Itz varias otras reaciones “poco ‘mascutinas" dle los hombres durante su servicio militar, Ex los relatos de los Mebmerjit, el miedo, la lagrimas y el sentimiento de impotencia se evelan a cada rato. Los soldados que hacen ‘8 servicio militar padecen angustias, insommios, se desmayan fe agotamicnto, Horan a menudo y no fo esconden, como lo Sete easton Los J6venessoldados aftrman también en varias cisiones que los hombres de mayor zango Horan también, por ejemplo cuando estén “obligados" a mostrarse duros y a pega 0 castgar brutalmente alos eclutas, No se ofenden por las Hgrimas {disimuladas pero conocidas) de sus superiores: esas lagrimas sparecen al contrario como un signo de su nobleza y del amor paternal que implicitamentejustifica los severos eastigos que les imponen, En genera, los soldados se muestran bastante emotivos ¥ nolo disimulan, lo que e if de entender patiendo de una perspectiva que concibe la masculinidad como un conjunto igide de rasgos supuestamente vires. La cuesti6n “trans” reivindicarse com hombre importa mds que la apariencia ‘Aunque aqui se trate apenas del inicio de una reflexién, que aeceta pops tedava en micher mis iit park rmfs firme, el trabajo de Pinar Selek permite tarnbién abordar Ja cuestidn de tas trans M fo F” en el ejrcito, a través de la historia de Sofa. En el momento de su incorporacion al 33 Agut impor putiabmente dng el sexo y cl neo inicamente Auton br eae aoe A oF (al Rl) on ss hn so ego como macho y portant emo heresy dete ser eeorada cow snaps, ck fogs t dla a ee Ee as ‘bible Bite en end wo fit de cn Pars an sais ote tava det Geta shiva y ene de a Nuance pol ensure taj de Meole-Cae Matin Es expe eapetfconees oe Sls cocdadeo gon cone hs iinet et neo eee fee deun mods nate en ell cls es bans pte deta Se inn ae yo me ‘ulate er qe geen cite como mis imparts cl oy dotminno por apts un eciv macnn rene (soda Mate, Nl Che 1981. Lene cenel ee dese Ts es ‘onceraetion declines ger us atioe Nile Chee ‘nto fla, Cgrron rg dns, Pais Cs acs py, rh Lt eacoe deal ewes Noeead cane ‘ero? Tres mao de conceptalten del ela ene sexo peers ee cue en fs Palguery Och Carel (code), 2005 Elpuinent adonee ire fer nate, Bret Ley Boge Sc prt, ean on eps neshlenndpscompeone? 24 Pour Sok, ae po ot pte ts st con homosealy pesionas vane dest abd tee sin sean, oles Falqut, servicio militar, Sofja posee un pene pero también senos bien desarrollados y vive de la prostitucién desde hace vatios aios, Sus padres, quienes la consideran como un varéa, han perdido fa esperanza de hacer de éVella un “verdader hombre y casarlo con una “verdadera” mujer. La propia Sofia se fue convenciendo de este proyecto y primero se esferza por Ajuare al mold, allsndase come ror ls Jovenes eve edad. Asi, 2 pesar de tener senos, la posesién de un pene la autoriza a tratar de demostrar que es un hombre. ¢Seifa una persona trans F fo M no operada admitida al servicio militar? “Todo lleva pensar que no: en ls entrevietas repiten wna y otta vez que al legar al euastel, les exigen mostrar al médico y a los ddomis reclutas su pene cireunciso y su pubis alcitade Aqut notamos un primer indicio que muestra al servicio militar como una institucién que vetine y unifica al grupo de los hombres a pesar de su diversidad, no tanto sobre la base de na homogeneizacién de los cuerpos sino que de una adhesién “moral” a una cierta idea de la masculinidad. Efectivamente, s6lo fie cuando renuncié finalmente a “volverse un hombre" ue fe quitaron su arma a Sofya. El servicio militar entonces ee ae particularmente veil, En cambio, leva a una cierta cantidad de personas elegidas sobre ctiterios corporales arbitrarios, 1 reivindicarse como hombre", a fundirse en un colectivo que sacepta entrar a un destino social especial, La exclusién de las mujeres, mds importante que la hreterosexualidad El tema de los homosewuales clarfica también las légicas profuundas del servicio militar turco. La ley les excluye de ellos logran demostrarsu homosexulidad, lo que no es necesariamente cosa ficil. De hecho, parte de ellos no pueden 0 no quieren comprobarlo, No obstante, mientras callan e invisibilizan sus brécticas y sus atraciones homosemuales durante 3 servic militar, mientras se reivindican como hombres, igual pueden y deben cumplir con él, Por cierto, las trans M Yo F viven bajo amenaras de tipos de violencias particulares tanto como los hombres homosexuales que no sigan la via de una masculinidad heterosexual aparente, Sin embargo, siempre que se apeguen a o Poe Neoberlin Jas reglas del juego durante el pesiodo preciso, ni las trans M ni los homosexuales son exchuidys de entrada del servicio tar convo personas, a diferencia de otcos grupos. Una mirada atenta permite incluso notar que, al contrario de una idea muy difundida, no es exactamente a heteroscxualidad viril lo que une a los soldados. En efecto, ‘muchos de los j6venes reelutas demuestran un debil o milo conocimiento en el tema de Ia sexualidad ~aunque algunos sean easados, incluso ya padres de familia, Se puede ver en so cl peso de un ruralismo que implica un menor acceso a {a educacisn y a fas informaciones, la influencia del pudor, del moralismo, de no declarar lis pricticas sexuales reales, © también de una interpretacién rigorista de la religiSn, Los tcstimonios confirman sin embaego que el servicio militar cs It ocasign para una parte de los jovenes de acceder a pricticas relacionales y sexuales que les eran desconocidas © impracticables hasta ese momento, especialmente a través de pricticas pagas, Asi, los soldados van a menudo al burdel, solos o en grupo: se dice significativamente después de su primera visita que se an vuelto “nacionales". Por lo tanto, lejos de una banalizacién 0 una fuerte incitacién a la multiplicacién de las pricticas (hetero)sexuales, varios relatos ‘maniiestan diferentes formas de "respeto” por las mujeres 0 por algunas de ellas, Algunos j6venes se rebelan en pasticular contra los espectéculos eréticos organizados por algunos jefes paca distraer a los soldados, mientras otros son reticentes & fence rolaciones seauales pugs con mujeres... de su region. Dehecho, Pinar Selek presenta pocas historias sobre las pricticas seauales de los entrevistados, lamando la atencién sobve el hecho de que es posible que éstos estén solamente presumiendo de una actividad sewval que en realidad no tienen, Ex alli donde nos damos cuenta de la gran falta de datos estadisticos que permittfan conocer sncjor ls pctias sexuales reales de los reclutas®. Ba todo caso, el anilisis atento de fos testimonios lleva a pensar que la solidaridad entze los hombres, si bien pasa por I exclusin de las mujeres, no siempre descansa necesariaosistemdticamente sobre su cosfics senual 0 sobre una exacerbacién de pricticas heteroseruales, al 35 Notblemente, e+ muy diel lgrar eer ils soos, nieneas afiman ‘echaza cies pelts, no esti abide papa en ely pars no aber ellos isms senda viewed, ° ‘onteaio de lo que se observa en los ejécitos mixtos frances 0 estadounidense”. Sobre qué se cimienta entonees Ia unidad det colectivo militar? No es exactamente sobre Ia. heterosexvalidad. En fecto, las pricticas heterosexuales no parccen sisteméticamente exacerbadas en los reclutas, y el servicio militar excluve a Jas mujeres heterosexuales mientras incluye a los hombres homosexuales, siempre que sus précticas sean invisibles. No 5 tampoco sobre la construceién individual de una apaciencia masculina, ya que el servicio militar excluye a las lesbianas “butch™ pero si ineluye a una persona trans if ¢o de asproto “Femenino” que se identifica temporalmente como hombre. No son excluidxs por principio kxs trans en general (sino solamente los Féo™M sin pene y ciertes M oF), ni tampoco los homosexvales neal (sino solamente las préeticas homosexuales y las cias que son consideradss como femneninas). Lo son, en Tas mujeres, ya sean heterosenuales, lesbians, tears 0 butch. Son excluidas en au conjunto y de forma inapelable. La insttucidn militar turea se cimienta entonces en el fondo scbre Un pacto que refine exelisivamente a personas que Hevan un pene y cuya gran diversdad (de euerpos y de précticassexuals, tanto como de clase o de “raza”) importa poco mientras acepten durante algunos meses las reglas del “juego” de reivindicarse coma Bombres en oposicion a lax personas designadas como mujeres 36 En esto tkimosapos hemes aumentael neo dels awsaconcs ome Ae slim seu conte lites Fancess, coe tate por mijees ye civies de pater done xs cola estaba cn isn (jee en Resa ts? 1289 nouvel com/2011/10/26vls-au-ands- de nouvelles nets es todats-fanai-225967 feonslad el 10 de may 2015, as en ba Repibica Centonffeane hugthmww.oust-fanc bases lame fcr on-sandde evastateu-3969426 consiltado c 10de ajo 2015), oma prs pops eles mujeres (Minano, Les, Psu us (Bd), 2014, La gure nosh, Retro ‘eit sen ne Fare aig, Pate, Les anes 8 Cause) (Le gore nile, Revlon hs tet ene orl Gitefraes) 37 Por ejemplo, el eect etadouidente ha sido eid vas Vees pores muy mumerosas vneacas seas que ls homies soldadoneercen see as _mujees oldadas haplirnaa niVau/aVbbeherbavs nd 38 Enel sentido mis comin, bh designa lis esbianas de aspect "setin” Pax Necibralis sa etapa, no queda sino constatar que una fectura del servicio ilitar como instoncia clave para acceder Ia virilidad no explica ‘més que de manera imperfecta et por qué persisten actitudes y ceerpos que se podrian considerar “poco vriles” en los hombres jévencs. Lo que aparece, en cambio, es una convencidn t6cita enire personas que Hlevan un pene, que aceptan todas entrar un colectivo que es definido, antes que nada, no tanto por la “masculinidad” o por fx heterosexualidad, sino por la nceptacign basada sobre la exclusion sistemséticn de una pertenencia con de bes “ots” Entender el papel de la violencia en el servici Una violencia considerable, y sus efectos A pesar de no ser especifica del servicio militar turco, la violencia incesante, abitraria y brutal que es ejereda conta los jévenes reclutas, mis particularmente durante el primer perfodo ~el de “tas clases" constituye uno de los recuerdos mas destacidos de uienes fo vivieron. Dende In coteda al cote, empicen ui vole ce deseripeién es, a veces, dlfeil de soporta, ejercida por lo que aparece entonces como una institucién total -que hace pensar en las cércees, los hospitals psiquistricos, hasta incluso los campos de concentracién, Todos fos elementos de fa deshumanizacién se despliegan uno tras otro: afeitado de cabeza sistemético de {ovenes recutas,exigencia de desnudes para el examen “médico”, ‘ratamiento anénimo ¢ impersonal (como lo dice la apelacién genérica Mebmeisit) y avalancha de insultos. Los uniformes Fidiculos, de tamatio inadecuado, el amontonamiento en lugares esconocidos, la obligacién de usar un lenguaje jerdrquico y despersonalizante; organizan la humillacién yet despojo de ‘a individualidad, provocendo un sentimiento de allenacién punaante en Ia mayoria de los reclutas, Estos primeros meses de clases pasan en interminables Hadas en ef alba heads, humillafones incesantes y violencia fisica permanente. Muchos a Jules algo ‘vocan ese periodo con horror, esaltando que la principal tética como ripidamente se dievon cuenta, decir aceptar sometersey arrastarse n chocantes que no es dificil para soportarla consistia, en “volversintligentes Los relatos ceferidos son concordar con In idea de que esas violeocias podrian tener unos efectos traumiticos a mediano plazo y sexfan susceptibles de inducir algunos comportamientos durables. Para quien se interese por los efectos psicodinémicos de la tortura, es bastante signifcativo encontrar en fos reclutas unto de estos efectos. En este caso, el sindrome “de impotencia aprendida’, que los reclutas Maman también, ce manera muy lmativa,“volvese inteligente” Y que consiste en no reaecionar ante lo insoportable, en dejarse Violentar cuando queda elaro que no se tiene la correlacién de fuerza sufciente. Ex interesante analizar cémo los soldados racionalizan las violencias euftidas. Como lo hemos visto, para los reclatas uno de Jo mecanismos de legitimacién consiste en pensar que la violencia de los altos mands expresa un “amor” paternal, que se justifica por un principio superior, “mantener el orden” y defender a la Patria, También el carter “inevitable” de la selacién en la cual se cjercen las violencias,y fs Iegitimidad social de las personas que rmaltratan tienen un gran papel en la organizacién de fa violencia del servicio militar, en su aceptacion y en sus efectos, No dejarse cegar por las lagrimas de los hombres La constatacién de la importancia considerable de Ia violencia puede llevar hacia dos series de interpretaciones. La primera consiste en compadecerse de los pobres Metmetykasi maltratados, violentados y lastimados. Ese mirada lena de empatia hacia ‘unos j6venes maltrtados, hasta destrozados por una estructurn totalitria, puede producirIstima por los soldados al poner el énfasis sobre su humanidad, mientras que se olvida el contexto en que todo esto scontece. Por ejemplo, se subrayn que ciestos hombres loran y se deduce que esa ligrimas signfican que suffen ‘asta inclso cuando acaba justo de bratalizara un joven reste. Bs fic deslizarse desde una justa empatia hasta la idea de que tos, hombres son vietimas, y pasar de la compasién a la indulgencia, ‘Al considerar a lop ex-soldados como traumatizados,vietimas de 439 Anplisente descr en el precedente capital, Pax Neoliberslia tun efecto retatdado de los mals tratos sutidos que los llevan, @ pesardeelles, a reprocucir a violencia, uns puede legar a entendes, ‘o hasta justifiar, las vioencias que algunos cjercen después sobre sus subordinidos en el ejécito,y mas tae, eventualiente, como sposos, padres hombres en la vida civil. La idea de la violencia tratumatizante for relewrin al menos en parte desu responsabilided. ‘Ahora bien, esa lectura es precsamente aquella de los grupos mascolinistas®, gruprisculos ultra-conservadotes particularmente riidosos que han desarrollade unas. lecturas vitimizantes primero de las violencias, y después, de forma mis general, del conjunto de “pesadas obligaciones” que la socializacién de los hombres les impone, sin velacionarlas a ln adguiscion dew etatuto dominance, Bn esta interpretacién, la violencia, la homosocialidad y el despliegue de ciertes prictcas homoscwiales ocupan un logar particular, Apoyindose en particular sobre el trabajo ya mencionado de Maurice Godelier, La proinction des Grands ‘omnes, alguns insinan que la socializacén de los hombres en Jas sociedades occidentates se parece ala niciacién de los hombres Baruya—-donde los mayores imponen alos mas évenes una brusca sepiacién del mundo de las mujeres, una violencia repentina, brutal y aterradora, el aprendizaje del dolory la ingestién de semen repetida en el entre-sf de Ia Casa de los hombres. Sein ells, la virlidad seria producida por la violencia ejercida por los hombres snayores sobre los mag jévenes y la manipulacién hiomofdbica de | homosocialided, Enfatizan cl padecimicnto de los hombres Jévenes y evacian completamente la euestién de las mujeres nionnas, Ales bien, Godelier, al conteario, subrayaba sobre todo ‘a violencia que los hombres baruya ejercen colectivamente contra Jas mujeres. Bl propésito de sa libro es, justamente, el de analizar fos mecanismos de la dominacin colectiva de los hombres sobre Jas mujeres, Ia ‘produccién gocit" de esa dominacién. En realidad, lo que Godelier evidencid, es la doble construc de os hombres «ont dase social, y como else dominant, En pleno desarrollo hoy, los trabajos sobre la masculinidad siempre corren el riesgo de deslizasse —involu deliberadamente—hacia lecturas maseulinistas que individualizan y deseesponsabilizan a los hombres, hasta presentarlos a veces 40 Pura ta con qu fil pode “esas de apie rita hea wa Posen complacent: itéecameate, wns corset del msculilsmo enevenea ‘int en hombres que se onsderaban profits y progres, quienes se ‘teaogaban seve "tec masala” (Bis, Melisa; Dapus-Dea, Franc, 2008), a ees Falguet como vietimas, Una de las ca as de esas lecturas deformadoras es Ia de afiemar Ia existencia de simetrias 0 de ‘equivalencias entre Ia experiencia de las mujeres, de los hombyes, de los homosexuales y de las trans A 20 Fy invistbilizando xencralmente los trans # fo M e ignorando, casi siempre, alas "mujeres homosexuales ycon mayor ra26n ala lesbianas poitcas, en el sentido que Monique Wittig le ha dado a ese términot Sin embargo, esos grupos son muy claramente jerarquizados cen Ia sociedad real y definidos dialéeticamente por relaciones esiructurales de opresin, AL leer los relatos de Jos ex-rechutas, hay que cuidarnos de este escollo, Por cierto, los dominantes también suften. No se nace hombre, y para volverse uno, hay que pagar el precio, Hora y arrastrarse -pero es un padecimiento que “vale Ia pena’, como lo vamos & ver. Adem, la violencia infligida a las (Faturxs) dominantes por ottxs dominantes sélo touy superficialmente se parece ala violencia infligida por xs dominantes a Ixs dominadss. Una violencia controlada y pedagégica [La lectura atenta de los relatos de los ex-reclutas muestra que en realidad, Ia explosién aparentemente arbitearia de brutalidad que suften bruscamente es, al contrario, muy cuidadosamente orgenizada: unos reglamentos precsos le imponen de hecho ciertos limites. Sabiamente controlada, evoen un proceso de condicionamionto que recuerda, por sjemplo, al entre metédico de los Kaibies, os soldados de los batallones contrt- revolucionaris “de ete” de los aftos '80 en Guatemala (Ortega Gaytén, 2003). Basada sobre una primera fase de humillacign y de violencia, seguida por In promesa de impunidad total, esa formacién que sintetizaba los conocimientos de Ia OAS, de is dictadiuras del Cono Sur y del ejétcito estadounidense (Robia, 2004) transformaba aos hombres “normales”, a menudo indies Y.campesinos", en asesinos escalofriantes capaces, de arrancce AY Segin Wing (1980), ls Toianas son poms que se alan, no tam 1 practi l cit com hombres sina » enar © penser en cain ce spropiacién indvidaly ealectva con miembros de le ce de ls hombre Pa una prsetcin dela el esbianismo patie: Fagot, Jules, 208 Laya mencionada Orgaizain del Feito Sete, que combats conta independence Argeti se capita 1, nota 2. 48 Mieabios dest pobsconssonpereeament zs cont sv props - Pax Neolbesa a sangre fila con sus dientes Ia cabeza de un gallo vivo, para {raumatizar ala poblocién civil El abajo de la. activista-artista cubana-estadounidense ‘Coco Fuseo converge con ese perspectiva de andlisis (Fusco, 2008). Profundamente impactada por fa “revelacién” de la tortura ejercida por mujeres en Abu Graib, Caco Fusco quiso entender cémo personas eualesquiera se volvfan torturadorss hechss y decechxs. Para conocer verdaderss profesionales, se inseibié en una de esas clases donde se page para aprender a resistir fa tortura, clases que muchxs antiguxs militares y policies de vuelta de Afganistin o de Trak empezston a organizar para ins trabajadorss de las ONGs y empresas enviadxs a patses ‘peligrosos”. La experiencia fue edificante: le confirmé que Ia snejor manera de aprender a resistir la tortura era experimentar fos dos laos de Ia situacién. Precisamente, los rehtos de los Mebmefié tuecos mnestean ‘6mo después de fa ceremonia del juramento, fos soldados reciclan ripidamente la experiencia de fa violencia que han ateavesado para ejercech a su vez, concienzudamente, sobre los “novatos”, Lejos de Jn imagen de victims despistadas de una violencia que reproduciran de manera involuntaria y erdtca, In mayoria de e308 jévencs se rmuestran perfectamente capaces de no ser violentos mientras ‘stin en posicién dominada, pero también de ejecer Ia violencia 41 su ver cuando su posicién jerirquica superior les confiere la legitimidad necesaria, Ast la lectura picologizante de una violencia incomprensible que se mantendria por si misma produciendo secuclas indwiduales levando a otros comportamientos violentos controlables, no consigue expliar ls précicas reales de wo 0 de abstenci6y de fa violencia. AL quedarse en un nivel poramente individual y comportamentalista, oculta fa organizacién de un verdadero éntrenamiento. para sufiry después inligir Ia violencia y, sobre todo, para controlar mo ycuéndo se administra, Ademés, invsibiliaa al actor que organiza este entrenamiento: la insttucién nilitar ei fine el Estado-nacidn, que defiende intereses de clase, y de sexo muy especifcos, de toldados mat “bingo” tienen generslmente posiiones de poder ue es ein Imanchanediaectamente desingze * Biles Faluet La aceptacién de Ia jerarquia como clave dela produccidn de la clase delos hombres, Veamos ahora fo que aparece cuando se logra ver més all de Jas lagrimas de tos hombres. Después de tres meses, hhemos indicado, tos Mebmeit dejan Ia clase de los “novaces” para volverse unos soldados en regls, Una nueva vide empieza para ellos, en tn cual pueden descargar las peores facnas sobre luna nueva generacién de reclutas a quienes les hacen sufi a su turno hurillaciones y vejaciones. Awnque algunos tengan ciertos remordimicntos, & trata globalmente de un mecanismo bastante accitado cuyo fancionamiento desconsa en a renovae én permanente de los soldados “rasos” y en l ascenso previsible de cada tno en ta jerarqula, por el simple efecto del tiempo pasido ene ejécito La violencia para hacer deseable la jerarquia En su libro, Pinar Sclek insiste sobre ta importancia de la Jeearquia, como uno de los aprendizajes exenciales del servicio militar. Ahora bien, es a través de un mecanismo de dos tiempos {que el servicio militar inculca alos j6venes la deseabilided —y de all Ja Iegitimidad— de la jerrquia. Primero, haciéndoles sul Ja violencia brutal y masiva ya analizada, que los leva a querer dejar esta posicién fo antes posible, mientras lee procura vn contocimiento intimo de Ia violeneia que les ert til mas tarde, E inmediatamente después, déndole el derecho de gjercerasu vez, de manera perfectamente legitima, la violencia sobre otros soldados ‘mis venes, derecho que deriva de su progresién automatica en a Jernequfa, Dicho de otra forma: sin jerarqufa, no hay esperanga ce dlejar de sufi la violencia ni de poder ejercetlaa su ver! En lugar de una violencia cicga ¢ incomprensible, aparecen entonces diferentes fimciones de la vicloncia organizada del servicio militar: ensefiar a quienes lx sufren cémo ejercerla, hacer sdeseable, pata evitala, la ascensién ripida enka jerarqut, mientiae se legtima la misma jerarquia;y de paso, cegar tanto x los ceclutas como a Ja mirada exterior sobre lo que realmente esti pasando dentro de in institucin militar. La violencia sufrida por los reclutas durante el servicio milita: puede, evidentemente, dejar huelks y traumas profundos, come [S Pas Neolibeain Jo ha notado més de una amigs, madre, heemena 0 pareja all retorno de éstos a la vids civil. Sin embargo, esos traumas son indidablemence atennados -comparado con otras situaeiones por ls certidumbre de que la violencia slo ser temporaria y de ‘que responde, a pesar de todo, x ciertas nooativas. Yat dijimos: Ih violencia no es una entidad trascendente que poseeria un sentido y unos efectos universes y atemporles. Estar suiiendo violencias en una prisién clandestine sabiendo que nadie se atreverfa a buscarx y menos todavia a defenderle, produce ciertos efectos sobre fa consciencia. Verse forzady dix tras dia or sus padres, su comunidad o su iglesia a regrestr al lado de Un compat lent hata qe emer be fepare, proce ‘otrs efectos. Saber que dentro de tes meses todo se va a acabar, 5 bien diferente, En algunos casos, se puede esperur apoyo de organizaciones de derechos humanos o de Ia justcia, en otros, tienen muchos motivos para anticipar humllacién y malostratos por parte de l poica y de la justi, hasta la deportaign si se es indocumentads:indudablemente el efecto de la violencia en cad caso no es el mismo. Vinculos entre jerarquia, exencién de las tareas viles, vida civil y profesional a sobre de a wna de ae te cenalguier precio puede también ocultar otro mecanismo clave dhl deseo Ue proresaren la err: la exencion de as tars pesadas y consideradas como degradantes que en Ia vida civil se aman “trabajo doméstico”, Encontramos aqui, de nuevo, algunos elementos analizados por Devreus. Ella no dejé de sorprenderse fiente ala aparente paradoja segin la cual los hombres realizaban, estando en el ejécito, tareas que ‘jamés" harfan, al menos gratuitamente, en la vida civil: cocinar, avar su ropa a mano, tender impecablemente su cama o barrer con aplicacién. Ahora bey Dees pate de mimo enoyue que Godse, ao we weocupa por supuestos intentos de inculear individualniente tna relia” que, vu de cet, ental bien brs, sino por la producci y colectiva de los hombres como dominantes, Devreux constata entonces que los soldados aceptan avin mis fieilmente efectuar esas tareas, humillantes por ser 7 ole Falguse asimilados a las tareas domésticas supuestamente femeainas, cuando saben que se trata de un simple paréntesis en sus vida. En efecto, cuando salen de permiso, encuentsan muy natural eenfiar de nuevo su ropa sucia a su madre/pareje/hermana, Sobe odo, Devrews subraya que, dentro de la misma institicién militar, dlescargar esas areas sobre soldados de menores grados constituia tuna poderosa motivacién para tratar de elevarse en la jerarqu'a. Finalmente, el aprendizaje de fa jerarquia entre hombres ~el onocimiento preciso del lugar que une ocupa ally de ls maneras de subir de rango, a veces por el simple hecho del tiempo que past puede ficilmente ser movilizado en otras Sreas de la vida social y constitye para los hombres un “plus”, en particule en Ja vide profesional. La feminista dominicana Magaly Pineda sugivié un dia que la priticaasidua del itbol, en equipo, endaba en los nifios la costumbre de actuar juntos eficazmente, ead uno su lugar, costumbre que més tarde podian ficilmente reciclar en otros espacios. Andeée Michel, por su pate, revels fos vincilos rofundos que existen entre la organizacin del mundo labora vil ylas necesidades del sistema militar-industeal, en particular en la tailorizacién del trabajo inducida por las légicas de produecién de la industcia militar, En todo caso, la adquisicin a través del servicio militar de un conjonto de ealificaciones técnicas y de “saber ser” (en particular la docilidad y el conformismo mienceas se progtese en la jerarqula), resulta bastante importante pars fa insercin privilegiada dels hombres em el mercado labora. Producir los hombres como una clase de sexo Como ya lo sabemos desde la critica fondadora del naturalisno efectuacla por Colette Guillanmin, mujeres y hombres no son categorfas naturales sino construcciones sociales, mis precstmente son clases de sexo", Una de las grandes dificultades de ls mujers, como lo subrayaba ya Flora Tristan euando afirmaba que elas “Connetaso drat tle de fe enn, San Saad, orb de 1, 45 So anllsis del sistema aitaiadusl, © msjor dicho del complgjo “busocrtee-ranchro-meditco-indoveal” reels en eu tia on “pequens da de vijsseBores blanco y cos” que lnnpone sus lneese al conjunto del sociedad (Francesa, en demos) 46 Bats dos cases stn dléctcaeatevneubat por lo telaciones sociales te sero, onginiades por l amg, oapropacn fica ditt, privaay cle ” Pax Neoiberaa tenian también que “hacer su ‘89° y estructurarse como clase”, 5 cémo adguirir una consciencia compantids, Generalmente separadas unas de otras en unidades familiares restingidas, a veces incluso en competencia unas contra otras, tienen pocs ‘ocasiones, en las sociedades lamaclas “complejas, de acceder a tales expericncias colectivas y exclusiva. Para los hombres, en tal como Pinar Selek nos lo muestra, se destaca como una piezs clave del dispostiva que los transforma en siembros de una clase de sexo unifieada, consciente de si misma xy dominance ‘Asi el servicio militar permite, primero, reunir materiamente a Jos hombres y unirlos simbélicamente por medio de una ‘deologia patcistica comin altamente valonida, bajo la micada cmocionada de las Finlias, Permite superar momentineamente sus profundas diferencias de clase y de "raza". Lo importante 8 ctear una aparente unidad, organizada aquf alrededor de un criterio somitico preciso: son potencialmente admitidos en ese grupo, siempre que hagan un esfwerzo de adaptacién-sirm conformidad durante algunos meses, todos Jos que llevan un pene, y tnicamente ellos. La exclusion radical y sistemética de fas mujeres define en negativo la case de fos hombres y sobre todo le da su sentido. Es, en efecto, In castencta de las mujeres y si exclusign simulténea que vuelve aceptable, para los hombres, sa necesario paso por ln posicién de “novatos". De hecho, los hombres pueden aguantar un momento en fo més bajo de la clase de los hombres, porque saben muy bien que todavia hay mucha gente debajo de ellos el conjunto de las mujeres, Eso hace mucho mis soportable su posicién subordinada de *novatos", al fin y al cabo bastante breve (90 dias en una vida), Esta Idgica cecuerda {fo que Paola Tabet llama “la gran estafa” (Tabet, 2004), cuando rmuestea que el hombre mis miserable y dominade casi siempee «encontrar la posibilidad, por lo menos, de pagarse una puta" Bn resumen, th institucién del servicio. militar_ permite: (1) inculear a fos hombres ta legitimidad de la jerarquia (2) al ‘unificarles en una clase de sexo donde eada uno acepia su lugar (3) porque esta clase de sexo es erenda sabre la exchisidn de conjunto 47 Ver tambign Sobre exe ta ol tsi tesco de las Clernd sob In swovlraciin de un coetho de "mujre® en el contents de lt deacon intemacionlde grupos de mujeres It Macha mundial de a majese 48 Engonera unt itegrantedela clase de at jee, eseatslenente, on hombre socialnenteFeminieado, | Jules Falguet die las mujeres, quienes, en consecuenci, se encuentran en el rango “menos uno” de la jesaqufa social, por debajo del hombre situado cn lo mis bajo de la jerarquia masculina. Esa jerarqua, reatilizada por los hombres en el mercado laboral y ta vida politica y soci, les permite también, lo que no es nada desprecable, eximise colectivamente de numerosas facnas vinculadas ala reproduccin sockal, Probablemente también explique que, aunque los relatos de loc reclutas estén Henos de escenas dantescas de violencia y aubitrariedades, haya tan poca resistencia. zPara qué oponerse a tuna institucidn que le promete a uno, después de ciertas pracbas, tuna vida de privilegiado? Una vez. pasados por lx formaciéx ‘militar, a pesar dey hasta incluso a causa de sus malos momentos, los hombres j6venes salen de ello listos para ocupar una posicién dominante respecto a is mujeres y @ los que fueron rechazidos para el ingceso al servicio militar, cn la vida Familiar y profesional, Observando y analizando el servicio militar en Turqula, hemos podido notar varios puntos muy importantes. Primero, que la violencia era tan poco natural que era necesatio aprender cjereera de cierta manera, de otra, o a abstenerse de ejescerl, fegiin lee circunstancias, Incluso, si existiera (0 hiciera falta) una “pulsién natural’, el caso del servicio militar turco muestra que, en algunas posiciones y sea cual sea el costo, bien se guarda tnox de usar ero recurve para responder a agresiones, ex exinbio €n otras, se cjerce resueltamente por obligacin de “mantener st rango”, aunque se llore a escondidas después, Hemos confirmado aque el gercicio de la violencia era el objetivo de una ensefianza institucionalizada, planificada,sistematica y colectva, de ta cual of see ar sigue siendo hasta hoy una pieza maestaa en muchos: pafses.Hemos también constatsdo que, al contrario de lo que afirma el “sentido comin’, Ia violencia no tiene ada pareslmente masculine” No produce, tampoco "vided? 1 los cuerpos, ni en los carcteres,nien los comportamientos. Pra descubsir ext, fe necenio dt In epln as peapectvs ‘microsociologicas ya as afirmaciones efndidas o vohintaciamente imasculinistas, en particular ala idea de que la masculinidad se inculca de manera individual, Bn efecto, los “rasgos de caricter” ‘los comportamientos que clasificamos a veces bajo ese témino, Pax Neoiberai incntemente relativos y cambian constatemente segtin la lorar puede servirilen militares de alto rango, mostrarse “pasivo” puede ser un signo “de inteligencia” y del aprendizaje de ca “masculinidad” EI hecho de que el servicio militar turco concierne cexclusivamente alas personas designadas como hombres no debe hhacernos perder de vista que en muchos ottos easos, la violencia puede, también, ser ejercida con toda legitimidad por perso socialmente consideradas como mujeres. Athéna primero, Aicha cola Kahina mis tarde, las Amazones del Dahomey en el siglo XIX (erbin, 2004), las partisanas armadas durante la Segunda Guerra Mundial cacadas del olvido por Ingrid Strabl (Strbbl, 1989), las decenas de miles de mujeres mis © menos anénimas implicadas cen ks hichas nacionalisas o revolucionarias de todas las épocas", estin all para comprobarlo, Mis recientemente, varios ejércitos oficiales han clegide incorporacas resueltamente: los casos de Francia, Estados Unidos o Israel lo demuestean ary tanto como el hecho de que ef mismo ejrcito haya producido mujeres torturadores, entrenadas, pagadas y a veces promovidas ‘como tales, como lo pudimos ver en Abu Graib. En fin, cuando es preciso “masificar*,sorprender o aterorizar, el uso de I violencia puede ser requerido a nix desde sci o siete aos. ‘Asi que la violencia no es masculina, en el sentido de que no pertenece a los hombres, no produce masculinidad, y no es inherente al ser humano (ni la capacidad de eercer violencia, nel hecho de ejercerla). Es enscfada aciertos grupos sociales a quienes nye el privlegio de su uso leg(timo, tual pate dela sociedad Hemos examinado, mis precisamente, lo que pasaba ducante cl eervcio militar. Un grupo bien delimitado de personas primero «5 constituido como un grupo apaste, por la exclusién explicita y sistemdtica cle otras personas. A ese grapo se le ensefian técnicas y conocimientos particulates, entre los cuales el uso de la violencia 5, en realidad, apenas una materia mis, Pero, sobre todo, lo que hhemos puesto en evideneia es que lt violencia constituye también un instramento para incular otra cosa. Ejexciéa y regulada de manera muy precisa y segtin reglas conocidas por todss, con un grado de brutalidad variable y ampliamente prevsibleen el tiempo, lh violencia permite crear la adhesin al principio de jerarquia, y su dereabilidad. En efecto, es el hecho de progeesar en la jerarquia {9 Fle dedicat buna pare des investgaione seta, en patclaen El Sahadory después en Misco. Ver pr ejemplo: Fagus, us, 1997 ab Jules Falquet lo que permite dejar de sufiir una violencia insoportable, Sin embargo, habrd que ejercerla a su tarno. Notemos que existen ppocas alternativa: es préeticamente imposible quedarse afuera de Ja violencia, a mens que se abandone la institucion “fo que no siempre es posible~ 0 que se consige abolica ; Laviolencia consttuye entonces un instrumento para incu In aceptacin de la jerarquia, Primero, en el seno de fa inst militar; luego, entee la institucién militar y la poblacién cv cen ef caso de fa Turquia actual, existe una foctte superposicién, aunque siempre incomplets, entre el colectivo de las personas socialmente designadas como machos, yel que el servicio militar transforma en grupo dominante dicho en los términos del feminismo materialists, en case de los hombres, consciente de sts intereses y de sus privilegios, garantizados por el Estado~ eso no tendefa que impedirnos ver el hecho de que fa violencia es un instrumento que se puede colocar en las manos de cualquiera. La composiién del grapo dominante asf consttuide puede inc ‘cualquier tipo de ser humano, de manera perfectamente arbiteara 2 Bibliografia BLAIS, Mélissa; Dupuis-Déri, Francis, (eds). (2008). Le raowvement masaliniste aw Québec. Lantifeminisme démasgué Montel: Les Editions du remue-ménage, p. 258 DEVREUX, Anne-Marie. (1997), "Des appelés, des armes et des femmes: Fappsentissage de la domination masculine &armée” {Alistados, armas y mujeres: el aprendizaje de ta. dominacién masculing en el ejrcito), Nowoelles Questions Féministes, Vol. 18, No. 3/4, pp. 49-78 FALQUET, Jules. (1997 a). Mayjeres, projets révclutionnaires, _guorve ef democratization: Fapparition du mouvement des mujeres et du fiminisme au Saboador (1970-1994), Vhése sous la dvection de. Christian Gros; 1999. FALQUET, Jules. (1997 b). "La coutume mise & mal par ses gardiennes mémes: revendications des Indiennes zapatistes’ ‘Nouesles Questions Féminises, Vol 20, 0°2, pp 87-116. FALQUET, Jules. 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Lo retomaron de forma envusiasa y bastatevariada numerosos grupos feminists, como también las insttuciones internacionales y ls legisladores de diferentes paises para elaborar politicas pliblicas y leyes en contra de fa violencia hacia las mujeres. Hibtércamente, el eoncepto de feniniidio prolong de clerta forma el concepto inglés de femictio propuesto ya en 1992 por il Radford y Diana Russel Ellas siguieron los anilisis desarrollados porel movimiento feminista,formalizados, entre otras, por Liz Kelly (1988, 2000), quien revels la existencia de un verdadero continua te las violencias masculinas contra las mujeres, ya evidenciado en 197 en os tsbajos de Hanmery, sobre todo, en. 1976 durante el primer Tribunal internacional sobre los extmenes cometidos contra Jas mujeres en Brusclss (Horton, 1976). En esta perspectiv, cl io, uhomicdo de mujeres, constitaye el puntocatreno deun femic 50 Uns primers vesin de este texto fie publcads en 2014 en I evista Conecemps bajo eal “Des assasinats de Ciudad Jive an phénomns des ‘mcd: de nowells formes de violence conte les femmes, a wee espaol se ensoenia en Fesnndez Chagoy, Delis (ed), 2046, Made mips entre a a manda dts pre bipartite ei Colescin Géaezo, Derecho y Jott, n 13, Fonte, Meco pp 89-108, 51 Diccionario ands deus core, Jules Falguet ‘onjunto de violencias ejrcidas por los hombres conta las mujeres, que van desde ls agresiones emocionales,fisicas 0 materiales ms Variadas, indviduales y/o estrcturales, hasta el asesinato, pasando por el infantiidio de nifas, Ia seleceién prenatal de embtionss y otras diversas formas de maltrato médico, Este capitulo vuelve sobre el concepto. de feminictio: primero su progresiva (re)aparicién a partir de varios andlsis ‘que se desarrollan sobre los sucesos de Ciudad Juirez, fuego, los vances que este concepto permite, pero también, los limites y las apertunas que se van vislumbrando. Efectivamente, se ha desurroiado cierta confusién 2l ampliar el concepto a la vez que se han abierto importantes pistes de reflexin, en especial a partir de Abya Yala. Alejindonos de una perspectiva universalzante y temporal sobre el feminieidio, a la que paraddjicamente Hegan algunos andlisis que se concentran en su dimensién purameste tiségina, y trabajando a partir de algunos asesinatos especificos de Cindad Juscez, nos orientaremos hacia una reflexidn sobre fa reorganizaci6n neoliberal de la violencia, que nos aportaré- nuevas, perspectvas sobre el propio neoliberalismo, De hecho, Jo que scontece actualmente en M nds especificamente, el crecimiento exponencial de diverias formas de violencia, entre otras contra fas mujeres~ es de gran Jmportancia para entender la actualidad mundial, Recordemos que México, miembro de la OCDE, consticuye un territorio decisivo para el avance planetario del neoliberaisma, por el papel clave que juege en la construccién de In hegemonia de Estados Unidos. Histdricamente, ha sido un provccdor y uum veseiva de materia prima agricola, miners, energética y de mano de obra, absohutamente determinante para su imperial vecino, situacion ue fa entrada en vigor, en 1994, del Tratado de libre comercio (LC) catse México, Estados Unidos y Canad, apenas reforz6 Y oficializé. Sobre todo, ln frontera norte de México, donde se Uubiea Ciudad Juscez, s especialmente emblematica de las ldgicns de industeialieacién y Iuego de desarrollo de las zonas frances caracateristicas del neoliberaismo, Hustra con especial claidad la forma en que son puesta trabajar diferentes categoria de mano deobra,en elcentro de las cules encontramasalxs migeantes yalas mujeres, generalmente proletarizadasy racializadas : precisamente el tipo de personas que son el blanco de los feminicidios en Joires, Volveré primero sobce algunos elementos de contexto y de Aefinicién deVde tos feminicidio(s), a partir de los asesinates a Pax Weoibeais ceurridas en Ciudad fusrez y de tos trabajos de diferentes activists investigadoras feministas, Veremos después que el (los) feminicidio(s¥* constituyen a fa vez un “nueva” forma de violencia espectica del neoliberalismo tal como se desarolla hoy en México, que le resulta muy ti, y que tiene(n) su origen en Ja historia de larga duracién del conteol politico-militar espectfico de este pais. En una tercera y altima parte, destacaré algunas semejanzas con cl aparente crecimiento de las violencias asesinas conta las mujeres en ottas situaciones de posguerta 0 post- dictaduras en el resto del continente, antes de proponec varias pistas para profundizar en Ia reflexién. (os de mujeres El desarrollo de los as en Ciudad Judrez. Nos centraremos aqui en el sexenio de Zedillo (1994-2000), smareado por Ia puesta en marcha del TLC, ln aparicién en el sur del pais de la sebelién indigena zapatistay, en el nore, en el estado de Chihuahus, la paulatina construccién de poder del PAN?, partido que al ganar las eleciones presidenciles en 2000 puso término a 70 aiios de dominacién del PRI. Es precisamente dlurante este periodo* que en la capital del estado de Chihuahua, Giudad Juires, ciudad fronteriaa emblematica de la migeacién hacia el norte, de la industsalizacion y de fa mada urbanizacién capontines, empieran a acontecer a partir de 1999 wis serie de 5 Severkqueensten wn granvaiedd deans difeentesconcepmalzasones de fenémeno en singular oe par 531 Pad de cn Naoml(PAN)reprserta contender acon ii. [LP ReohionasioTnstincenalzad (PRD, senders paid Ertad, e060 lode iene eases cel pri del gl XX, ts 200, ‘54 Por rezoned espacio eimpoile hablar nl dela expos de lec debi sb cou el mucoueo” lanza po el PANa Caden en os prieos ds dn mans, a emienan de 2007. Fa vtdadra pera ntsc he ea, liens, 125,000 muses 25.00 despaiaes, macho mie que a dicadus dl (Core Sur Com el rege al eer del PRT en 2012, cen a vitor de Pe Nis suet de wlecstateror ecole an mis con apa, ene esa de ‘Michoscn, del cael de los Caballeros Templaioe yoo de grapes uodefensa il queesseoponen ls macs px son stad: por el gbiem 55 Ua teri del empleo en hs magaaderaten Mico ee conceatea en Cada Juicer, enya pbc se a tpiead en tents aoe (patando de Of a 13 snllones de habiates ete 190 y 2000) Joes Falgust ssesnatos partcularmente impactantes: se encuentran cadiveres de ‘mujeres jovenes, a veces casi adolescentes, portando las marcas de teribles violencias sexutes, volacién y tortura. Algunos cuerpos son mutilados, desmembrados, © son hallads tirados, desnudos, a veces en grupos, en el desierto 0 en medio de terrenos badios @ basuretos,proyectando una macabra imagen de basbaie deliberada (Gonzélez Rodriguez, 2002; Washington Valdés, 2005). Pasando log meses, que luego son afios, se multipican les desapariciones y los asesinatos. Las familise que busean a sus desaparecidas 0 que vienen 4 reconocer los exerpos, se enfrentan ‘ta negligencia o incluso al desprecio y agresividad de la poici Los informes, las pruebas y hasta los restos de Jos cuerpos son rmezclados 0 a veces extraviados. Las personas que vienen denuneiar una desaparicién reciben insultos, amenazas y, a veces, terminan siendo ineulpadas. Frente a fa actcud de les autoridades, grupos de mujeres, especialmente de madres per> también de familiares y amistades, se forman para demandax Justicia organizan marchas y campatias para lamar la atencién sobre el fendmeno y exigir respuestas, répidamente apoyados por el movinniento feminista y organizaciones nacionales de ‘derechos humans Se dan algunas detenciones “espectaculares” de sospechoso: con caracteristicas de chivos expiatorios ideales, como por gjemplo, dos conductores de autobuses, un “egipcio” ver Estados Unidos, o el propio hermano de una de tas victimes gue andaba preguntando demasiado en las comisarias, Pere ripidamente, los conductores de autobuses convietoe mucstan ¢ 4a prensa cus cuerpos cubiertos de quemadurss de cigarills; su abogada denuncia haber sido amenazada de muerte y es objeto de atentados (Washington Valdés, 2005), Sobre todo, a pesar de ‘estas detenciones, los asesinatos continsan, En muchas mujeres siedo se instala. En efecto, conminadas a acta ls autoridades culpan a las victimas, acusindolas de haberse fugado o de ser prostitutas, minimizando los hechos. El gobernador del Estado de Chihuahua en aquella época, Francisco Bartio (1992-1998) afiema que las victimas “slfan a bailar con muchos hombres” 56 Baise na abunfate Iterator sobre muretoer grpos de lucha conte el Feminciio que se ceaon en Ciudad Juleez yen el resto del pts, a psa de la fetes amenray, incluso los atesantos que sften sve mites. Se poeden ‘onsltar pr jempl as pigins de dos importants oxganizcions: Cass Amipn (texio) hep xs ariga ong/ Noes Ej de Recs «Cann M6) upto mujerensjacen xp i Pac Melis Lega a insinuar, a propésito de una nifia de diex ais asesinads, quesu dentadura, con signos de caries, denotaba la “desintegracion yla desatencién familiar” y sostiene que las cifas de asesinatos de mujeres y chicas jévenes son “notmales"™. ‘Ante la brutalidad de los crimenes y el miaterio que envuelve asus autores, surgen las més diversas interpretaciones (Ravels ct Dominguez, 2003). Algunas adelantan que las desapariciones y ascsinatos podsian servir para realizar “sin movie o teifico de para pagacin menos) y preparado el terreno para una guerra atin més brutal lanzada en 2007 contra el conjunto de la poblacin Finalmente, ef prisma de Juisez revela que algunos de Pag iepe epi mar crepe rejor de los e480, ccrran los ojos ante las violencias privadas © semi-privadas efercidas contra les mujeres, sino es que utlizan o refuerzan estas violencias para su propio benefici. Ya que los feminicidios “tipicos” de Juscez (que se mezclan ‘con asesinatos cometidos por diferentes hombres celosos 0 en el marco de In delicuencia ordinaria) bien parecen ser ef resultado de ln acciin combinada de hombres jovenes en armas ro IaesFalguet y de grupos narcotraficantes subterrineamente aliados con ta policiay el ejéreito, reciclando diversas técnicas de brataizacisn de las mujeres aprendidas en ocasién de un entrenamiento “profesional” o derivados de pricticas més bien “aficionadas”, Se trata claramente de una semi-privatizacién de la violencia: cf Estado garantizg Ia impunidad a la mano de obra que ejecuta Ja violencia, mano de obra que en parte adiestr6 pero que puede pretender que le es ajena, y que resulta mucho més barata que ‘una policia/ejécito profesional. El Estado se beneficia, por ast decico, de un “ejérito invisible’, que puede ser solicitado en cualquier momento y que tambiéo tiene autonomia operativa para contener el trabajo zemmuneraclo de las mujeres, su mobilidad y {as transformaciones sociales que podria inducir su participacién en la economia, denteo de estrechos mérgenes. De manera mis general, el desarrollo masivo de os asesinatos cde mujeres en muchas pactes del mundo, a menudo combinados con violencias sexuales y, sobre todo, con claras muestras de un menso desprecio,Heva a preguntarse sil aparente explosin de violencia semi-privada ejercida hoy dfa contra las mujeres no se podria compara en cierta medida con la caza de brojas al fnalizar la Edad media analizads por Federici (2014). Recordemos que sepin el andiss de Federic, la cxza de brujas permits empojar a las mujeres dentro de fos estrechos limites de un espacio privado que se estaba empezando a constituir como el lugar de explotacién de su trabajo, exploracién en Ja que Federici vislumbra uno de Jos componentes basta aboea invisibilizado de In acumulackin primitiva que permitié el desarrollo dei modo de. produccién ‘apitalista, Hoy, de la misma forma, podriemos leer los asesinatos feminicidios como una estrategia dirigida a devolver al hogar a una parte de las que ce estin aventurando en ef mercado labora, a1}a ver que volviendo lo mis “déciles” posible a las dems, «las que el mercado necesita, De hecho, fa globalizacién neoliberal y su avidee por Iz mano de obra ejercen numerosas, brutales y ‘ontradictoria presioncs sobre lea mujeres, y especialmente sobre las mujeres racializadas y proletarizadas, a quicnes se tata ahora de llevar al mercado Inboral a ln vez que de seguir obligéndolas « _garantizar la reprodnccién social de la fuerea de trabajo 108 Bibliogratia BLAIS, Métis; Dupuis-Dasi, Francs, (eds). 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He mostrado en otsa parte (Falquet, 2014 (2008), a partir del ‘asoemblemiticode! movimiento feminist, ydel desurollo deciera concepeién del género, que las instituciones internacionales desde {os anos 90 desempeiiaron un papel crucial, tanto en la legitimacién ideoldgica del proyecto neoliberal, como en su puesta en préctca He analizaclo cémo las insttuciones internacionales se encaagaron, ‘en esta nueva lgica, de cooptar a bes militantes mis dindmiess, desactivar los temas potencialmente radicales y reinterpretatls, 19 Ee capital eve basado en una invetigncidnrclzad en el encode a proyecto calectiv (ANR Global Gender (2018-2016) kao Is dzesn de Toana Crsices. Se rata aga del vesisncetabaada del cpa de iro que srt spublcae ca as Preses Universities de Rennes: Le genre globati milan, ‘ends din, sein, Joana Custoes, Delphine Lacombe y Elstbeth Masten (Gi). Trdaccén: Ana Coene,revssdo po autor. Agraesco macho lor covmentaros sobre el yesente texto 2: Yolanda Aguile, Lorena Cabral, Adela Delgado, Amandine Palchiron, Doves Géencey Mercedes Olivers, ong todas a lec gan senda ise 13 Jules Falguet contibuyendo fuertemente a la ONGizacién de fos movimientos, 0 sea, a 6a transformaci6n en una especie de burocracia parestatal (teans)nacional que garantia, a gastos reducidos, la cjecucién de ‘una gobernancia global pacificeda, fandada en una re-cocifcacin de los conceptos forjados por los movimento sociales y la dfs de nuevas perspectivas de andi. Lalucha contra a violencia hacia las mujereses uno delos temas ficil de recupersr, socialmente menos polémicos, ¥ por €50 mi aque ha desarrollado el movimiento ferinista. Esto contrbuye a cexplicar que las instituciones internacionales lo hayan utlizado como una de las principales entradas para globalizar © imponer fen todo el mundo una versién muy despolitizada del concepto de género®. Han desarrolldo progresivamente su intervencién sobre dos grandes ejes. Por un lado, sobre Ix violencia de tipo interpersonal ~desde In violencia doméstica hasta el asesinato~ contra la cual las mujeres han impulsado, sobre todo, la creacion de to nacionales” como supranacionales”, Por el marcos juridicos t intentando fomentar ‘oto, sobze las violencas sexuales de guers: In patticipacién de mujeres en el proceso de post-guerra, de paz Y de justicia durante la transicién?, especialmente respecto a las violaciones de guerra’, Ast, ls instituciones internacionales han retomnado conceptos como la violencia de génery tos feminicidios, ¥ contribuido a desaseollar nuevos esquemas explicativos de las intra las mujeres, De est, se desprenden Jencks masculinas 50. pur de Tos aos 70, cl frninisno atria francéfone propone ete 4 bs mutes y alos hombres come cates soils de sexo antes, fos pov una slain social de poder dnc, escurada pr la divin seca dl fej. Prescindian pars esta defi, dn idex de un sexo “natu, que es 1S bine en cambio dela toa gue aparece cst en lk misma Epocs ene mundo Angéfone, del Sterna “exo (oaturgeero (Cea) (Lexa que fue eeada tnucho ator més tone, or teres como Judith Bute. Ba os ats "90, ta ‘confecocsintvnaconl exgairads pol ONU sabre as mujeres” en Bejing, 1 sabe fos finaciamienos dela “eoopercdn para el desurole,acaban de Populticar una esi totalmente sesrazeds dl concept de gneo, wid Come equlente dee 0 para rar el comepes dc Falun 191 Por gemplo con fs lees ent fa violencia en Pspana en 2008 yen Meco en 2008, 92 Expeilmentef Convenc Belem do Pat paca Amédca Latina yet Cab, sdoptad en 1994 93 En paciclar con Is Resolacén 1325 de la ONU sobre Ia pu yl seguridad doptads en cl x80 2000 94 A poste de los casos patclarmeat sgnifativos de In ex-Yageshia, de Rundayde RDC, M4 Pax Neolibersia dos ideas en pacticular. Primero, que las violencias se relacionan con mna_misoginia extrema, globalmente presentada como cultural, Segundo, que el problema principales la impunidad de los agresores(vistos principalmente como individuos, movidos por igicas incomprensibles), impunidtad permitida por fa defciencia, del sistema legal, judicial y policial, que devela en dltima instancia ‘un mal uncionamiento del Estado (sobre todo como consecuencia dde-un conflicio mado). Pues bien, fal como lo hemos empezado a ver en el capitulo jor, estas explicaciones resultan insuficientes y, sobre todo, tienden a sec despolitizantes. Primero, porque abordan sélo las consecuencias 0 el contexto ideolégico de los hechos, sia explicar la causas conctetss, ni intentar prevenitlas. En segundo lugar, porque los perpetcadores aparecen escncialmente ‘como “desviados” que tienen que ser reeducadoso expulsados del cuerpo de Ia nacién y las mujeres violentadas como vietimas absolutas ‘que tienen que ser “protegidas” y salvadss... por Ia le, las uerzas, trad, as ONG amelogenin lugar, porque el papel del Estado y de fs instancias internacionales (sus responsables) aparecen solo 2 posteriori de las violencias ‘ometidas, y jamés « priori. En definitiva, porque no toman «en cuenta ta complejdad de las rafces histércas, econémicas y politcas de las violencias de guerra, eomo de la violencia cotidiana Tnvisbilizan también las dimensiones de clase y “raza” que se ‘mezclan con las violencias sexistas. Excluyen, de hecho también, cf clemento central de los anliss feministast que la violencia no «s solamente ln expresién visible de una desigualdad, sino que es simulténeamente su causa, que la violencia de los hombres contra Jas mujeres es insérumnental A contracomtiente de esta perspectiva, el presente trabajo analical ancl loealen Guntemala de una lucha especialmente ‘exitosa contra i violencia. Aunque relativamente poco conocido, «ste pequeiio pais centroamericano posee varias particulardades notables: eo el primer pais del continente yue viveneid un golpe de estado organizado por Ia CIA (en 1954), a a tun intento de reforma gratia Hevada a cabo por un gobierno democriticamente clecto. También es, con Argentina, de los primeros paises del continente que consiguié juzgar y condenar a un ex-dictador en sus propios tibunales nacionales. Finalmente, strata de uno de los pocos paises del continente cuya poblacisn adn es todavia mayoritariamente indigena. Veremos céino esta —————————— Jules Faget Jucha se fue construyendo “desde abajo” ya partir de una realidad empirica concreta, asf como las consecuencias de eate tipo de construccidn, De esta manera, aunque destaque Ia confluencia de las Idgicas individuales y nacionales de las feministas de Guatemala con las de otexs protagonistas locals, que pueden én regionales o internacionales, mostraré que son Jas primeras afectadas (mujeres sobrevivientes de lx violencia) quienes se han orginizado colectivamente para reconstrurse y rechazar el estatus de victimas donde cl sistema intentaba Instalarlas, ademds de inseribirse en wn proyecto colectivo mis amplio de justicia social para todxs. Veremos que sus estrategias Jes han permitido confluir con otras luchas nacidas de Ia evolucién de la coyunturs, tanto local como global, producie efectos mucho ms alli de su objetivo iniial, y proponer nuevos andlisis ast como formas de intervencién muy poktiens Primero, presentaré el contexto histérico- politico de tuchas: et de un pais marcado por una violencia colon ininteerumpida relacionada con un largo proceso de apropicién de las tierrasy de los recursos de ls poblaciones originaias. Luego se vers emo fos grupos de mujeres, eministas y lésbicos han Iogrado dar vstbilidad a las violencia sexuales cometidas durante J guerra, y las consecuencias de su accién en la vida politiea del pais. Porltimo, anafizaremos los nuevos desarrollos de las luchas enel contexto de giro extactivista neoliberal ydeas innovaciones pricticasy tedricas que han aportado, en particule, fas primeras afectadas: las mujeres indigenas. Obviamente, slo es una historia parcial que visiilza, apenas, una pequeita parte de fas mujeres y Ae los grupos que han partcipado en este proceso. Aunque mucho ya ha sido escrito, mucho ms falta por trace a a luz 05 lista Guatemala: una larga historia de violencia en Ia lucha por el territorio Situado entre Mésico al norte y el resto de América Central al sur, Guatemala, pequeo pais de catorce millones de habitantes, constituye todo un simbolo, por la importancia de sx poblacién indigena, que sigue siendo mayortara: e estima que los grupos rayas forman el 60% de Ix poblacién®, a pesar de fs violencias 95 May polos, los eases, que #8 enfrentan 2 umes diutades, oman ne Pax Neoibrai de In colonizacién, primero a manos de ls espasolss, y después del gobierno criollo. Este tltimo prosiguié con la colonizacién jnterna de las regiones indigenas por gente Iadina, ¢ incluso ceuropes: desde 1883, se concediezon a emprendedoras familias de colonos diectamente legadas de Alemania, andes tesitorias en Ja regidn de Verapaz, donde gracias a la mano de obra indigena (Qeqchi especialmente) recientemence privada de sus terras y transformada en prone: acailadss, empezaron a produc café, que ripidamente se volvié a actividad ezonémica centeal del pals (Wagner, 1991). Mapa de Guatemala Dea agenda deve a Han Tensveil del Nowto(F UN) compuesto Tos departaentos de Huchvetaaango, Quiché, ‘Alta Verspu Tabal® {enonlmene como cetera a hoska de hab uno de ls 22 ilomas aya ‘ilmente econaidos, Eitenigvsiments,ademis de a poblacién metien, ‘08 poblacin afodecendiente (geifua),y uaa poblacién Indigent no mays ‘econocida seintemente, bs poblacin inka, en cl ar-oeste del pal 96 latarsyzotine com w Joles False Las raices de la violencia: de la reforina agraria truncada a le colonizaci6n interna En 1945, frente a a extrema concentracién dela propiedad de las tierras, el presidente Arévalo lanza un proceso de reforma agravia, continuado por su sucesor Arbenz, quien expropia en 1952 las tierra ociosas del principal errateniente del pls, la multinacional cestadounidense United Pruit Company. Estole marcaa Guatemala su segunda particulardad: convertirse en 1954 en el primer pais del continente en sufrir un golpe de Estado organizado por la entonces recién conformada CIA” (Calvo Ospina, 2013). ‘Aconscjado por el Banco mundial y In cooperacién estadounidense, ef nuevo gobierno militar “deticne enseguida ta reforma agratia y reaetiva In colonizacién interna det norte del pais, La region, que es considerada “vacia’,interesa por su sadera y Ia ganaderia extensiva que se puede realizar en las 2onas desmontadas,y sobre todo, yase piensa encontrar petrsleo. EI BID financia a partir de 1958 un primer proyecto de infraestructures nla egién estratégica de Sebo, en el rio Cancuén (departamento de Alta Verapaz). Diputado en aquel entonces, Lucas Gare, furueo ministro de defensa y luego presidente (de 1977 2 1982), ‘empieza a adquirr tieras en fa ona. A partir de 1964, el gobierno envia poblaciones, principalmente indigenas, de Huchuetenango yy del Ixeén?® (departamento del Quiché) para colonizar la reyién (Solano, 2012). La Franja transversal del Norte (FIN) escreada ofcialmente en 1970, Ineluye de oeste este fos departamentos fuertemente indigenas de Huehuetenango, Quiché, Alta Verspaz ¢ Tzabal, abriéndose al mar en Puerto Bartios. Sus recursos, su topografia montatiosa y selvitica de dificil acceso asf como su posicién estratégica en Ia frontera con México, harin primero de este territorio el higar de todos Jos entiquecimientos de los militares y politicos del pats, luego la primera zona de implantacién 57 La CIA eat eatonces dug po Allen Dulles. Allen yt heemana John Fase (nestor del Departamento de Estado ca ese eatonee) posean un de lor principale despachos de sogados de Whll Ses, que defend eapeilnente ala United Fai, d neal los dos heemsaos ern ombitn acini, 98 sratégieamentestuad, l moricpio de Icha sed ne de ln zones mis doramenteveprimidas durante ly guerra. Bordes Méico, It wnkipaldades ‘de Chitee y Cohia (AV), Chajl y Uspantia (Quiche) y Santa Crve Bails Huchuetange). Sido 14 conto tdanisuativo Paya Grande incloye 176 ‘omnis, pricipalmente Qleqehi, ajo, Mam, Pop y Quiché ua Pax Neciberlia de le guerilla y después, en la posguerss, ef ponto de mira de las ‘multinacionales extracivistas y de’ las organizaciones narcotzaficantes La “valorizacion” de la FTN esté marcada por la violencia Ya en 1971, 24 pueblos Qleqehi de Ia zona de Cancuén (al sur de Petén) y del norte de Chisee (Alta Verapaz) som desalojados de I zona debido a In bisqueda de petrleo. Los primeros pozos son abiertos en 1974 en Rubelsanto (Alta Verapaz). A partir de 1976, la atencién se vuelea al municipio de Ixedi (Quiche), on fa frontera con México. A partir de este momento, queda scllado cl destino de la egién: entre 1975 y 1979, la empresa petrolera estadounidense Shenandoah Oil, el instiruro de la reforma agratia y el Batallén de ingenieros det ejército abren en el monte una brecha de tetra 2 ambos lados de la cual politicos, empresarios militares se aduefian de grandes extensiones de tierras y amasan fortunas con el apoyo del Banco del Ejército, Y ya siendo presidente del pais, Lucas Garcia toma en 1982 la direccién del “megaproyecto de desarsollo” de lx FTN (Solano, 2012). En a misma FEN se implanta, a partir de 1972, ef Bjército Guertillero de los Pobres (EGP), que atrae a st causa a rnumerosas comunidades indigenas, especialmente iil, poblacién que, viviendo en el corazdn de la futura zona en conificto™, ce convertirt en el simbolo de tes mires de la guerra, ‘También tas mujeres y adolescentes se incoxporan resueltamente a a lucha (Colectivo, 2008; Colom, 1998; Payers, 1981). La primera sccién armada significativa del EGP, el ajusticiamiento de uno de los principales terratenientes del Ixeén, en 1975, desemboca en una inmediatay ferox represin, campamentos en la reyidn y desara una ola de exacciones, hasta aplicar a partir de 1981 una verdadera estrategia de “tierra aerasade”, especialmente en cl Quiché, para obligar ala guertills, y sobre todo a la poblacién, a abandons el lugar I efécito instala numerosos 59 Que seul eon ous te grupos guerls, pata foxmar ls URNG (Unit seiluvionsria nacional goatee. 100 La pola is viva riginalmonten le municipio de Santa Maria Neb San Gasp Chay Sin Juan Cotal (sich), 101 En eepecl a operaciin Sofi, del 8 de loa 20 de gosto de 1982 hhgp:/sarchive gw. edu/NSABBIVNSAEB5297/ndex2 hen, Sin embsag,el ‘conju defn FIN enfrenta I epesido, como en eepriemie $981 la tebe rmascre cour en el munca de El Exo (en el glint fa Lowone, apartament de esa), ny Jules Falguct Violencias sexuales y genocidio: el juictohistérico contra Rios Monit El general golpista Rios Monts, apoyado porlos Estados Unidos, «5 quien ordena ia represion mfseruenta, entre 1982y 1983, Seestina aque 440 aldeas y pueblos indigenas fteron senillamente borrados ‘del mapa. Las masacres se sueeden, a menudo acompaitadas por actos de barbie y violaciones sexvales piblicas en masa: 1.465 violaciones sexuales serén denunciadas ofcialmente ala Comisi6n para el Escarecimiento Histérico (CEH) creada por los Acuerdos {de Paz (CEH, 1999) y se estima que por lo menos $0,000 mujeres fueron objeto de est violencia (Aguilar et Fulchiron, 2005). Fl cjército multiplica os cuarteles, implanta poblaciones “amigas” cen “alleas modelo” y sigue haciéndose de grandes extensiones de tierra", mientras que 45.000 personas eseapan hacia México (obre todo en la Selva Licandona, en Chiapas)y decenas de miles dle oteas se sconden en ls cimas de las montaias mis inaccesibles (las Comunidades de poblacién en resistencia CPR™). Blregreco de un presidente chil en 1986 permit nieiar un largo proces de negociaciones que conduc finalmente alos Acuerdos de uz, firmados en 1996. E1 informe oficial Guatemala: memoria del Silencio (1999), identifica con nombres yapelidos 442.275 victias dela guerra, De cada cinco, cuatro son mayas, una sobre cuatro es una iujer. 93% dle los actos de violencia y de violaciones a los derechos hhumanos (de los cules 626 son masaeres) son atibuidos al eército, ala policia ya las Fuerzas paragubernamentales. En total, se cuentan 150,000 mre, $0,000 desaparecids,y se estima que la gerra ha desplazado entre medio millén y un millén y medio de personas, transformando la geografla tmicd-cultural de pas y planteando con mayor fuerea todavia la cuestin del acceso al irra, Habiendo perdido su inmunidad al mismo tiempo que su dltimo snandato parlamentasio, gracias entre otras a Ia organizacién de derechos humanos CALDE™, el ex dictador 102 Se clas que en 1983, ol 60M del deparamento de Alta Veropax era propiedad de milituesinclupendo dos ex-pesdenes: Laugerd y Lucas Gar 103 Eran tes gros: Sera, Iciny Petée. Pasa informaconesrecenes: CPR rbana Mgr cam 1O$ El Centro Poca fs Acciin Legal en Decehos Humanes es uno de los princgules propos de derechos humaeos del pals, En les aos 2000, CALDHL ovata como decors a uns Feminist eine redcada en Guatemala (E40 Gavel). Muchas tetvies caver del procero de visi de las wolenctas tusbsjaron en ana wot memento en CALDIL 120 Pac Neoibersi Rios Montt es convocado por Ia justicia en 2012, acusado de sgenocidio por ef asesinato de 171 indigenas maya ixil del ‘Quiché. Después de un juicio muy medistico™ y en medio de grandes amenazas, fa jucza Juzmin Bastios lo concena et 10 de mayo de 2013 a 50 afos de prisién firme por genocidio y a 30 aiios por eximenes conta la humanidad"*, Entre os elementos determinantes del uicio, se enctentran los testimonios de 98 personas, en particlar de 16 mujeres indigenas inil que demuneiaron las violaciones cometidas contra ellas por los soldados, paralelainente a las mastcres del comienzo de los ‘80. En efecto, el Tribunal consideré que esas violaciones eubiertas y, sobre todo, ordenadas por fa jerarqui, constitufan un crimen de -enocidio. Veremos aqui el proceso gracias al cua estas mujeres indigenas, rurals, objetode un racismo histérico brutaly expreséndose aveces con mucha dificultad en espafol, denunciason en vor alta ante la Suprema Corte de Justicia, la sociedad guatemalteea y mucho m alls, esas violencias sexvales socialmente tan indeetbles Hacia el reconocimiento de las violencias sexuales contra las mujeres en tiempos de guerra Entre tas diferentes personas y grupos que permitieron esta visibilicacin inédita de las violencia sexuales durante el conficto armado, encontramos 2 fa antropéloga y terapeuta Yolanda Aguilar, quien fue arrestada como “subversiva” y atrozmente torturada cuando tenia apenas quince afos. La encontramos en el origen de Actorar de cambio, un grupo que rompi6 el silencio sobre has violencia sesuales cometidas durante el conflieto y acompais desde 2008 a 11 de las 16 mujeres que testimoniacon diez aitos después en el juicio de Rios Mont. {05 ian Ta sido oy ifn en tee, por gem: hyn rte cen i ANCHN TOsSicnigu e120 Semayode 2011 Con costal pl seen Yerdens her epee! us ad pentoen uc etbrel 19 deal Elo ‘Chri nee de 036 pron boven ml nt Send Rw None esa de sfow peomnet wo pty sede Senencay quepos east Seales nt

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