You are on page 1of 1

16 Jueves 4 de junio de 2020 | EL FARO DE MELILLA

Melilla

5
COLABORACIÓN SANTIAGO MONTOBBIO
Poeta

Palabras, lírica
~ ... Ese mismo viento que los empuja ~
ALABRAS. Las palabras

P de Joubert. Palabras y
pensamientos, y música
escondida en ellos. Día de
cansancio ayer, y por ello no pude
terminar esta selección de sus
pensamientos que fue lo primero
que de él leí. Pensé ya ayer, porque
los libros llaman a más libros, los
traen al corazón y a la memoria,
en otros escritores que podrían
con él hermanarse y me gustaría
también releer. No sólo en otros
moralistas franceses, sino en es-
critores que practican este tipo de
escritura en un sentido más am-
plio. Pensé en Elias Canetti y ayer
en los singulares y valiosísimos
Fragmentos verticales del poeta
argentino Roberto Juarroz que
cierran su espléndida poesía com-
pleta, poesía vertical siempre,
vuelo recto, de lo hondo hacia lo
alto. Y pensé también en otro ar-
gentino, en las Voces de Antonio
Porchia, autor él sólo -pero es bas-
tante- de estas misteriosas voces.
Escritor secreto, como Joubert, y
que tuvo que darse a conocer en
París, destino no tan único. Estarí-
amos tentados, por ejemplo, de
pensar que Borges siempre ha sido
Borges, y así considerado, pero él
mismo decía que en Argentina él
era el hombre invisible (iba a un
cóctel literario y la gente ni lo ve-
ía) hata que lo publicaron en Pa-
rís. Otro argentino que dialogó
con él, Ernesto Sabato, nos ha dejado una decir su edición, elegante y sobria. No nece- tó si yo también escribía. Me encontré di-
apreciación aguda, pues así considero el sita nada más. Libros diversos en esta colec- ciendo que sí -porque era cierto. Entonces
que nos haya hablado de esa especie de pos-
Las palabras son verano y ción. Me sale, en ella, los Los cinco libros de me preguntó si escribía lírica o narrativa.
teridad contemporánea que es el extranje- son invierno, escudo y Ariadna de Ramón J. Sender, gran novela Contesté: Lírica. Entonces Torrente Balles-
ro. Es así, y no sólo para los argentinos. El madriguera, agua brava que compuesta de cinco libros, y gruesa, como ter dijo: Barcelona es una ciudad sorpren-
caso es que estas voces de Atonio Porchia se la Crónica del alba. Me despiertan el interés dente, y me puso en la novela: A Santiago,
dieron a conocer desde París. Me gustaría salta en cascada. Río escondido. y las ganas de leerla. Hay que tener ánimo poeta, con la mejor voluntad de uno que no
releerlas. Recuerdo una de ellas: “Algunas Todo esto las palabras” para emprender una lectura de largo alien- llegó a tanto. La narrativa y la lírica. Empie-
cosas mías, cuando me las explico, pierden to, pero este ánimo muchas veces se ve re- zo a leer este prólogo de Ramón J. Sender a
su significación”. Sí, mejor no explicar, no compensado. El interés y hasta la pasión esta extensa novela compuesta por cinco li-
rasgar el velo de misterio de la palabra, no con que se puede leer una novela. Empiezo bros y veo cómo habla del impulso lírico que
sea que se nos deshaga. Las palabras, u mis- adelantan. Quizá porque temo que es el ve- el prólogo en que Sender abre ésta. Habla la sustenta, y que en ello se ha visto su defec-
terio inexplicable, pues ya el explicarlas ha- rano que puedo tener. Pero las palabras son de su aliento lírico. Como, en el fondo, esta to pero él viene a decir que en ello está su na-
ce que pierdan su significación. Me gustaría verano y son invierno, escudo y madrigue- novela es lírica. La lírica como base y empu- turaleza y su característica. Que es lo que
leer otra vez estas voces misteriosas de este ra, agua brava que salta en cascada. Río es- je de una narrativa. Me viene un recuerdo hace que no puede sino ser así, de un modo
escritor secreto. Y otras cosas. Veo en el des- condido. Todo esto las palabras. Y quiero antiguo. Yo tenía unos catorce años e iba por fatal, es decir, lírico. Sólo empiezo este pró-
pacho el libro de poemas en prosa del poeta encontrarlas en estas encarnaciones y sus el Paseo de Gracia y era la Feria del Libro. logo. Ya lo leeré, para adentrarme en la no-
de Porto Eugénio de Andrade titulado Ver- misterios en lecturas recordadas y otras Me encontré a un compañero de colegio que vela. Y después la novela. Recuerdo tam-
tientes do olhar/Vertientes de la mirada. nuevas. Por leer. O por releer. Quiero releer se sentía era escritor, de uno o dos cursos bién que tengo los tres tomos de la Crónica
Cuántas veces lo he leído, primero en las hace años el segundo volumen de la poesía arriba mío, y me dijo que había escritores del alba firmados por Sender. No a mí, a na-
traducciones al castellano y luego, muchos de Juan Eduardo Cirlot, Del no mundo, y es- que firmaban libros. Yo no hubiera pensado die. Tienen sólo su firma. Los compré en la
años después, cuando ya había aprendido te tiempo puede darme ocasión de ello. Cir- en molestar a ninguno ni hacerles que me librería Canuda al módico precio de los li-
portugués, en el original en que lo escribió. lot, otro escritor misterioso y secreto y pode- firmaran nada. Estaban Rosa Chacel y Gon- bros de viejo, esta librería en la que siempre
A veces lo he releído en verano. Los que me rosísimo. Y además de poesía y ensayo y es- zalo Torrente Ballester. Compramos La sa- entraba a curiosear un rato antes de entrar o
preparo, pienso, son lecturas de verano, critura fragmentaria he pensado también ga/fuga de J.B. y nos pusimos a esperar que al salir del Ateneo Barcelonés, pues estaba
puedo estar leyendo lo que he leído algún en novela, y en novelas largas. Porque este Torrente Ballester nos atendiera. Este com- junto a él, en la calle que daba nombre a la li-
verano. Leí algún verano este libro de An- tiempo puede ser ocasión de ello. Qué pla- pañero de colegio se puso a hablarle de lo brería. Ya en casa vi que los tres volúmenes
drade y Las islas invitadas de Manuel Altola- cer hundirse también en la lectura de una que escribía, de lo que escribía él -el chico-, que había comprado de la Crónica del alba
guirre -ya las he leído- y Cántico de Guillén larga novela. Había pensado en la Sicilia de de tal modo que parecía que el escritor fuera tenían la firma de Ramón J. Sender. Firma,
(lo leí este verano), muchas veces a Salva- I vicerè de De Roberto o en Le confessioni él y no Torrente Ballester. Gonzalo Torrente recuerdos, palabras. Novelas. Narrativa, lí-
dor Espriu -me dejé una edición de su poesía d’un italiano de Nievo. No son sólo estas lec- Ballester callaba y asentía. Paciencia. Yo me rica. A veces sólo lírica, siento, sólo lírica
en la playa- y a Seferis o a Elytis o a Ritsos. turas pendientes. Buscado entre libros en- moría de vergüenza. Pero estaba allí, tras empuja el viento por las calles olvidadas de
Me gustaría releerlos, hacer de estos días, cuentro unos comprados en la Feria del Li- este chico y se veía que iba con él, y no podía la memoria y las librerías que ya no existen
de esta singular manera, con las lecturas bro, para cuando los pudiera leer, y un buen escaparme. No sé qué le puso Torrente Ba- de una ciudad que está hecha también de
que escoja, algo de verano. Sentir que las número de la colección Áncora y Delfín de llester en la novela, pero le puso algo y me palabras así como de sueños y de ese mismo
palabras hacen verano. Lo recuerdan, lo Destino. Me encantan estos libros, quiero tocó el turno. Torrente Ballester me pregun- viento que los empuja. De lírica.

You might also like