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rele Nel eee Ty HN NP et LVM A ee)" DEEN AUSSI MORI LIS DE MASAS EN ALEMANIA DESDE LAS GUERRAS POUT Noe Vise 3 fo] 0) tc) a Lek) Oe) vis > Siglo veintiuno editores Argentina Sigio veintiuno editor Siglo veintiuno de Espan ‘Suter no, bab uso (© 2005, Marcial Pons, Ediciones de Historia, S.A. ‘Tula original: Ths Natimalsaton of te Maes: Poli! Synblion and Mass ‘Movement in Germany fom he Napoleon Wars eh he Third ih Howard Fertig, ne, 1975. ‘Portada: Peer Tebbes apart dels original dead por Manvel xtrada {© 2007, Siglo XXI Haltores Argentina S.A. {SBN 978087-1220.762 echo el deport gue marca ey 11.738 Impress em Argenta Maden rgetina Indice Lindo de itustraciones Introduccion 1.-La aera politicn 2. La etética dela politica 3. Lor monumentos nacionales 4: Los festejos pablics:fundamentos y desarrollo 7. La sportacion abrera 8. El gusto de Hier 9. EL culto politico foie anattico a 5 101 133 167 279 Listado de ilustraciones 1. Toe Bismarc de Helderberg (arguitecto, Wien Kei): foropralla de Bruce Fay, 2 Boceto dena Torte Biamarc (ergutecto, Wilhelm Kreis): Dewuche Bexztung XXKIX, 1904 3 Tumba de Tedorco en Rivera Albert Hofiann, Handbuch der Archie, Dern wo, Sega 1996 “¢ Boor para una pene (argitet,Friedsich Gilly): Bayrache State tilt 5: Boceo para a Tumba de Federico el Grande (arqutecto, Feedech Gilly: ‘Aired Ritdor, Gill Wiedereburt der Arcitekrr, Bat, 1943. (El Walhalla cerca de Rassbona, (arquiteco, Leo von Klense): Albee Hofman, Handbuch der Architebin Dental vol Seat, 1906. 7, Hertmadea en temo de Texto arco, Ext von Bare) ‘Alber Hofmann, landbch der Accs, Dente val, Str, 1906 8 El Ninderwaldderhmal (arguitet, Johanses Schling): Dewtche Gade sind Ween ed. Boies von Munchhausen, Mich, 1926 9. Monumenta en la montaha de Kyfhause (arquteco, Brano Schmitz) Atciceltursumonlung der Technischen Hochachle, Mich 10: Bocete pars el Vahenclachdenkma cerca de Lege, con una explane- da proyecada par exhibicionesgimndstica(arquiteco, Bruno Schmia) Hane ‘Schlepmann, Brune Schmit, Belin, 1913. 11, El Volkerchiachdental de Leipzig (arquitect, Beuno Schinita: Monument und Standbilder Europa, Betis, 1914 12. Monumento conmemorative dela batalla de Tannenber (arqutectos, ‘Walter y Johannes Kege) Preusiches Archi Deuce Kukubese, Gotinga 13. Tea Thing domioando Heidelberg: ovograls de Bruce Fnkyson. 14. rata de los radoresen Manich, 1863 Sudearchiy, Munich 15 La Sociedad Girt de lon Tnbojadores de Mich en 1905: Sedan, Minch 16, Flea de® de mayo de 1933 celebada en el aerédromo de Tempelhof, Belin, con ecenoprae de Alert Spe Rudolf Wale, ere Sper Oldenburg, 1943. 17 Hitler diigdndose al concentracién dl dia del partido celebrada en 1Naembergen 1985: Leni Ricensahl, Winter den Kalen de Reichpartiag Fils, Minich, 1935, 15. Maguets del interior del Gran auditrio de Hitler (arquiteco, Alber Spee. 19. Maqueta del Gran autora de Hits ee principal dela remodeacin de Belin previa por el fre (arquitet, Albert Spee) Introduccién Iumts puede logs In naionsisacién dels mana porta acisn de procedimientor a meat 0 por la simple observanca de wn lamado punto devises abjevo eva nacionalitacion slo er posble por obra de wn cielo intolerance yFaneicamence parcial en cuanto ale inaldad persepuids ADOLF HITLER, Mi lucha (84. case, Avila, 19372 pp 177-179), Este libro nace de una permanente preocupacién por Ia digni- lad del individuo y por los desaflos que suf, que en tantas oca- jones durante largos periodos de nuestro siglo han logrado des- pojar al hombre del control sobre su destino. Hace muchos afios intenté determinar de qué manera se habla erosionado ua sistema de valores morales como el cristianismo al entrar en contacto con la realidad politica durante el siglo XVU. En aquel momento ime parecié que el triunfo de la raxén de Estado conducla a ua re- alismo polltico que tespondia a la eterna pregunta planteada por Maquiavelo: emo podia sobrevivir un hombre de bien en un mundo perverso. Sin embargo, aunque sigo pensando que el si fue un momento decisivo en el proceso de absorcién de la sristiana por parte del realismo politico, el XD, los movimientos y la politica de masas, pio proceso politico en un drama que reds Obes y fogs 4 concrarct dechivd anrtavie ido coy acxines commen pian cambiar el uso de po io dertino, A mime parece que, como minimo, a creacin del [hombre masa fue una consecuencianecesaria dela ndustiaia- 2 conse L Mos 1k, i6n de Europa y que el mundo del mito y del simbolo en el que My se movi ea politica de masse proporcion6 uno de los més efe- | vos inscrumentos de deshumanizacién. Todo ello pes al hecho de que los hombres vlan en el drama dela polls, en sus mitory simbolos la realizaci6n de ss aahelos 2a lo tocante a conseguir UB ‘undo saludabley Fla, En una sociedad como ln macs cada ‘vermis complejacdl abandon dela liberad y lx exponsabiidad Dunes ha carecido de aractivon. En consecuencia, el presente libro pretende comprender una de las Fuentes de a politica contempordnc, examindndola dentro de tuna nacion lo largo de uno de sus periodoshistticos, Aparce dea Alemania, ceo que el método aqul utilzade puede aplicare 2 ouras naciones y, de hecho, hay algunos expertos que en a ac~ ‘ualidad esin invesdigando las Bests publics y el ual pllsico de a Tercera Replica fancess ‘Alo largo de os afos, amigos y colegas de Madison, Londres, Parley Jerualén me han venido ayudando 4 sondesr estos proble- sas, Pade presentar mis concusfones mientras era investigador invitado en la Unidad de Historia de las Ideas de la Escuela de Investigacién en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Australia. Quisicraexpresar mi grtitud al profesor Eugene Kamenka y ss colegst por aguantar dl exceive dogmatismo de tun invertigadoren pleno proceo de hallargo de nuevos descubri- ‘mientor; ellos me ayudaron a mantener la perspeciva. Un resumen preliminar de ests conclusiones se imprimié en National: The ‘Nature and Evolution ofan Idee (Nacionaiomo: nauralea'y ev0- ‘ucién de wna idea), edtado por Eugene Kamenka, Australian Na- tional University res, 1973. Aprendl mucho con el icencado en Ingenieria Albert Speer, que en diversas ocasiones dedi stem po responder a miliples cuestionesy se ley el manuscrito del Tibco evidndome comerer varios erores, No es habitual que un ITRODUCCION B hintoviador tenga la oportunidad de contrastar su eis con un par- ticipante en lor scontecimientos que anlina. Albers Speer fue un vineulo importante ene ls inicio de a hatoria dela nua po lita en Alemania y su uilizacion por parte del nacionalsocial “mo, que, en gran medida, digis dl miamo., GeFSeICa pol ‘Ea mis invescigaiones, varias bibliorecas han sido expecialmen- sevalesy services: la dela Universidad de Wisconsin; fa Nacional July ls dela Universidad Hebres, ambas de Jerusalén la Biblio- teca Wiener, de Londres la Bayrsche Staatsbibliothek y la Bi- tlioweca de Arqitecura dela Technische Hochschule de Miinich; ssi como la Niedrsichsische Landesbibliochek de Gosings. El De KF Reimersy el Instinut fir den Wissenschaichen Film de Go- tings mereces una expecal mencién de prstad, por poner aca Aispoxcin su soberba coleecén de peliculas nacionalsocaisas ytambién por orientarme con proferionalidad en exe laberineo de materi El excelente trabajo editorial de Judy Brooks Rabinbach y Ann ‘Ademan faciicéenormemente la laboracin de exe libro. Tam bign debo dat las gracias a Howard Fertig, a cuya cuidadoss lec- tara dl manuscio se deberd la porbleclsrdad de expresion que pueda poscer exe obra. Evidentemente,rodas estas deudas de grax Gud no me abruciven dela responsabilidad sltima de ete libro GLM. Madison, Wisconsin, y Jerwalén diciembre de 1973 1. La nueva politica Semado en su imponeneofcina del Palazzo Venetia de Roma, Benito Mussolini cuando yulleraba ocho afos ene poder re fleconaba sobre la naturalea de nu rvolucign’ cada evoucion trea neve formas plas, nuevos mits y devociones shor cl ecco wilatanigas adicionsyadoptras «un nace fn Fata que eer festa, gestosy formas nuevos para. a er, se conviriran en tadicionai’Karlelng Schmeer nos seaba del Seerrque a principal inovaign del nacionaleoctalismo fuel invencin de un ext politics nuevo; ls acs poitices se con virieron em la dramatizacin de los nuevos mitos y culo Sequimos familiares con las grandes concenaiones de mass las flas pees y las bandecns Colorseas tan caraterstcas del fEcime europea, Aunque mucho de los lagu en fos que tavern liga es manesaciones fueron desuides por I Segunda Guetr, Mindi lo reson aguitecdnicos fists gue at etn intact ton eulconted pare caprar lu venscidn dal estilo politico que Sibolisban on todo, es estilo politico no era nuevo y Mussolini tenta bascante raz al mencionar a adapeacion de ea gua ta ses para nuevos fines, porque lo que llamamos exo fascist fue Gneealidadel climes de una nueva pleas “ieciochesca en ascenso, la de soberania po} Gry wale lo abort sabe eRe eet v2 aval acta mnt mt mils ty ile ee de eludelunta rela ute onal cat gue won podlan come par ani ee pi pl espren del propo puro, eovapie dt ober. pa Dobe hia le dead eohused gusts erat Rettset i hebsexprendoy tenn dear en ferme de que le ranrales tel Wrbre como eudedane oo pueds ental pueblo reunido", La voluntad general e convirtié.en un tell Bin secular en lagque el pueblo se adoraba a s{ mismo y la.nue. va politica trataba de guiat y formaliar exe culta- La.unidad del pueblo no sélo se cimentaba en la ides de una eiudadania comin, Funcidn Ia reprerentaba una conciencia nacional recidn despertada, que se lado en muchas naciongs ‘europeas junto al ideal de’eoberanfa popula Ahora, en e xvi, se deeta que Ia nacién se basaba en el propio pueblo, en su vvoluntad general, y que su sfmbola ya no era dnicamente Ileal tad a unas determinadas dinastas reales establecidas. En conse- ccuencia el culto al pueblo se convirtié en culo a la nacign y I nueva polftica raro'de expresar esa unidad mediante la creacién, (ef us xtlo police queen realidad torn en une relia ularizada, {Cémo se logré erto?: desde comienzos del siglo XIX, através dela utiliacién de simbolos nacionales, y del desarrollo de tuna liturgia que permitira partiipar al propio pueblo en dicho culto. El concepto de voluntad general se presarfa ala creacién de unos mitos y ala de sus sfmbolos. La nueva politica intencé que cl pueblo participara activamente en la mistica nacional através de ritosy fiestas, mitos y simbolos que dieran expresién concreta ala voluntad general. La caézica muleieud que consticufa el epueblor se convirté en un movimiento de masas que compartia la creencia fn la unidad popular a través de una mistica nacional. La nueva politica proporcion6 una materializacién de la voluntad general; iia en un drama supuestamente compartido gra Mago dre ino que e ‘are propia pchlo Y b a4, 4 — A NUHYA POLITICA "” fous parte desde el principio del movimiento taba una teligin secular como alu tinante polio de a nacidn. Los historiadores han wubrayado el ca tet decisvw del parlamentarismo en a transformacidn polhiea de xt epoca, ast como el hecho de que fue tanto la evolucién mds importante del pasado como la gran esperanza del futueo. A con secuencia de la preponderancia de ete punto de vst, el etudio del desarrollo de un nuevo exo poltio telacionado con el naciona- lism, los movimiento y la politica de matas e ha visto relegado, 10 slo en lo tocante al siglo X1%, sino como antecedente necesario de fascism. Las teorlas sobre el propio fascismo han tendido a hacer caso ‘omiso dela importancia de los mitos y cultos que acabaron por proporcionar la esencia de la politica fascista. Con frecuencia, para quienes se consideraban liberales 0 de iaquierdas, el fascismo representaba una eabetraciéne histérica, la socupaciéns del pals por parte de una minorla birbara. El pueblo estaba cautivo y cuando se le permitiera decidir su propio destino retornara aun liberal mo renovado o a los ideale socialists. Esa interpretacin del fa clamo estaba especialmente extendida ente los que se vieron obli@ ‘dos a emigrar por oponerse los repimenes fscisast Pero, aunque ‘muchos de los que defendian ardientemente esa interpreaciones cambiaran de idea después’, esta concepcién del fascism sigue te- niendo mucho predicimento. En los ikimos tiempos, incluso un ‘miembro mis reinado de exe movimiento, el historiador Ernst Noke, cree que la burguestas6lo se volvié hacia el fascismo en una épo- ‘ade csi, para volver a su liberaismo tradicional una ver que &- ‘a habla seguido su curso* El fascismo, como auténtico movimiento histérico, fue una ‘onsecuencia de la Primera Guerra Mundial, y este hecho se ha usilizado tanto para negar como para subestimar * bhatictowes ei Meigen BP AcicnP Secalomes. contacto con el pasado prebélico. Sin la guerta y la pax consi- {uiente no habria habido movimiento fascstay, por lo canto, se- {iin se argumenta, el periodo prebélico carece prdcticamente de importancia. De este modo, el fascismo se relaciona estrecha- mente con su sépocas: la de la Europa de entreguereas. Con este punto de vista no se pretende hacer una apologla del fascismo, sunque s{ se dota al movimiento de una ciera singularidad, con: siderindolo una respuesta inmediata a una determinada si cién histérica En gran medida, ese andlisis es acertado, porque el derrum- bamiento de Europa tras la guerra fue un componente exencial del fascismo y le proporcioné gran parte de su atrativo popular. Sin embargo, todos esos historiadores prescinden del fascismo ‘como movimiento de mass y también como democracia de masas, circunstancias ambas que ya tenfan una larga trayectoria antes de aque los nazis y otros fascist hicieran buen uso de ella. En reali- dad, el concepto de rotatariemo ha resultado engafioso en este jentido, porque implica la wilizaci6n del tezor contra la pobla- ‘cidn (una nueva versign de la antigua teorla de la ocupacién) y la |confrontacién entre lider y el pueblo. Se basa en la presuncién [de que tinicamente el gobierno representative puede ser demo- ‘rético, una falacia hist6rica que ya deberfa haber dejado de lado 1 sélo la politica de masas decimondnica sino el sistema politi- co dela Grecia clésica, porque fueron precisamente lor mitos y los cultos de los primeros movimientos de masas los que, ademés de dar al fascismo una base desde la que tabajar, lo capacitaron para presentar una alternativa ala democracia parlamentaria, Millo- nes de personas vieron en las tradiciones de las que hablaba Mussolini una expresién de la participacién politica mds vieal y clocuente que la que representaba la idea «burguesa» de demo- ‘racia parlamentaria, Esto nicamente podta ocurtie por la exis- tencia de una larga tradicién anterior, cjemplificada no s6lo por los movimientos nacionalistas de masas, sino por los obreros, igualmente masivos (GEORGE L Mosse LANUEVAFOUTICA 1» ‘Aunque la nueva politica afeets a coda Europa, lo que aqul nos cup es su desarrollo yconsecuencias en Alemania. Dentro de er fs nacin denunids, una ver iniciado el siglo 0x, la exaltation de te voluntad general como bien supremo se vio extimulada por dor factorer: el sscenso del nacionalismo, que x baraba en el Volk (41 pucbloo a nacién) como encidad cohesionada por sus mitos Y simbolos hiséricos,y el desirrollo de ls movimiento yl poll de mazas Esor movimientor de masasexgian un nucvo estilo polio que eanaformara ala mulicud en una furea potia coher Finte, yd naconalsmo, en su utlizacidn dela nueva pli, pro- porciond un elt y una larga que podran aleancar cre propéxito. En Alemania, el arcenso del nacionalismo y dela democraia de masas, or dos fietres que eximularon el cult al pueblo co- mo religién secular, union sus fueraat durante el siglo XX. A tmedida que consolidaba u base mative, l-aacionalismo-se fue efiniendo coma.un movimieazo popular, Lax marss que aqui tes ecupan no pueden equiparare a tna turbe. Los contamnpor tUneos que sisteron a acento de los movimientos nacionalitas demasas en torno a mediador del siglo XIX cretan que ls curbas tstaban haciéndore con la politica del momento. El historiador liberal alemn Georg Gotfted Gervinusesribis con glacial dese probacién que lor movimientos politicos desu tiempo se ampar ‘aban ene insinc de las mara, En corno ala misma época, en Francia el conde Arthur de Gobineau tataba de analizat su pro pia civiiaeida, etrocediendo horrorizado an la confomacion nce las cles lar masas que gin 6, se produc por doquier Liberals y conservadores coincidian en este punto. 1a palabra eturba sel uiliatse para audi a hombres y mu jes que se quedan al margen de la sociedad, o a quienes preten: den cmbialasrvigndoe de una violencia caGtia, Alex como Gobineau y muchos de nut contemporineos perciblan a las massa George Rud ha earado de demostar que las acciones de las cr bas dl siglo xv sl sc arparaban en un propésito, aunque éxte no siempre se expreararacionalmente!, Las masa alemanas que shora 20 ‘GzonceL Mosse ‘nos ocupan cambién constituyeron tun movimiento con objetivos presupuestos coneretos. No hay duda de que, en ocasiones, habfa movimientos de esas caracterlsticas que slo duraban unos afios © incluso unos dias, pero, con todo, las masas siempre se recone ‘ufan dentro de un marco definido y en funcién de objetivos du- raderos. Muchas personas entraron y salieron de los festejos y i tuales del movimiento nacionalisa, pero el marco de &te se mantuvo Dicho movimiento habia adoptado la forma de una religign, secular mucho antes de la Primera Guerra Mundial. Aunque los movimientos y la democracia de masas se oponian a que la inst- tuciones representativas funcionaran como mediador entre el gobierno y los gobernados, en realidad no podtan prescindir de tales ‘mecanismos. £1 woralitarismo» nunca fue una forma de gobierno en la que un lider carismético cautivara a sus seguidores como el Alautista de Hamelin. No hay duda de que el partido nico del Estado dictatorial podia actuar como mediador, yas o hacfa, entre cl lider y los seguidores, pero esta situacién no fue nunea muy sa tisfactoria. Nuevas y diferentes instituciones saltaron a la palestra dentro de una teligién secular que un‘a al lider con el pueblo, pro porcionando al mismo tiempo un mecanismo de control social s0- bre las masas. Con frecuencia, ha analizado la religién secular {que se desarrollé en el siglo XIX reniendo en cuenta a hombres y ‘movimientos cuya influencia se citcunscribfa a una élite intelectual: ppor ejemplo, las doctrinas de Saint Simon (influyentes en Francia y Alemania). Lo que aqui nos debe interesar es la religién secular y nacionalista que comenz6 a funcionar en la vida politica de Ale- mania denteo de los movimientos de masas, y que se vio unida a la entrada en la politica del momento de la gran mayorla de la poblacién germana, Dicha religién se basaba en diversos mitos y simbolos funda- dos en el anhelo de escapar a las consecuencias de la industeiali- in, La atomizacién de la mentalidad del mundo tradicional ya desteuceidn de los vinculos ancescrales y personales fueron, wea enEpens Gangdhcos | pasocls penetrando en I concenca de gran pate dela poblacién. Las Itong consdeapeonla hae dn sue concicaci nacional ran de gunesdenca geasiee acts que se ensalzaba en la Besta del slsti= Gio de verano, que se convirtié en una celebracion de esperanza y confianza en el Futuro nacional Lor ejemplos de simbolor geeménicos que hemos analizado encendidos por el impetu romantica del siglo xix y combinados con la influencia de los modelos cliscos~ entearon a formar parte “ (GEORGE Mosse de la conciencia nacional slemana, Esos conceptos constituyeron ‘mientras que la sinesis entre el monu- Ia base del eulto nacion: ‘mento nacional y su entorno generaron Ia iglesia de una nueva religidn secular. Dicha iglesia no era tina construecién de piedra y mortero, sino todo el Ambito en el que tenfa lugar el culto ala nacién, Era la «colina sagradas, con su columna de fuego igual mente sagrada, y el bosque germano en el que resonaban los ecos de los coros que enconaban canciones nacionales, contestando a juramentos fraternos. Con frecuencia, el monumento nacional Formaba parce esencial de esta puesta en escena, siendo el simbolo ‘consistente en el que se apoyaba el entorno. Todo esto formaba el “«Kidliraunns 0 sespacio para el culeo», cuya belle elevara al hom bre por encima de la rutina de la vida cotidiana, ororgando a su lucha por la existencia una funcién y una unidad mds elevadas. ‘A escala nacional, 80s ritos produjeron el escapismo y el impulso hacia una vida mis plena que las ocasiones fetivas también tpifi- caban en la sociedad privada burguesa. Por ejemplo, las fiestas que ‘Thomas Mana describe en Los Buddenbrook (1901) estinllenas de opulencia. Aqul también la belleza zepresencaba una existencia vi= vida plenamente. Thomas Mann no eta el nico que tenia xa con- ccepcién de los festejos; era la misma de la burguesfa y de la clase ‘obrera. Asl, Cosima, la esposa de Richard Wagner, escribfa: «me encantan los festejos y las ocasiones festivas, las situaciones cémo- dase {ntimas tanto como las que muestran grandeza»™, En real dad, hablaba en nombre de una audiencia mucho més amplia que lcirculo de Wagner cuando afadia que todas las manifestaciones de entusiasmo relgioso deben contemplarse con profunda simpa- tla. Tan pronto como la ocasién festiva fue mds alld de la fala © del cfreulo de amistades, cuando se vieron implicadas masas ‘humanas hasta ese momento desconectadas, esas celebraciones co- bearon una nueva dimensién, come ritos eticos dedicados a un ‘deal que unirlaa los hombres en un propésico comin. Este ideal lo simbolizaba un concepco de belleza everno. Las ‘manifestaciones politicas, ya fueran nacionalistas o de movimientos LAssTETicA De LA roUTICA 6 obreros, se convirtieron en cultos secularesy, como rts de una re- ligidn secular, estaban empapados de mitos y simbolismos que cexpresaban ideales enéticos. Fl upueblo» no te consideraba tinea ‘mente una reunién de individuos, sino que ejemplificaba una idea de bellera dl alma que se proyectaba sobre el mundo exterior. El propio Vischer erat6 de ver al pucblo desde esta perspectiva, y lor ‘movimientos de masas del siglo weilizaron este concepto para iden- tificarse a s{ mismos. Los conceptos estéticos que hemos analiza do se cargaron de significado politico. De hecho, consticuyeron la tuencia yel marco del nuevo estilo politico. Este drama debe cen- tear ahora nuestra mds coneienzuda atencién, no s6lo como puesta en escena, sino como nicleo de la nueva pollcia. Los monumentos nacionales, por ejemplo, consticuyeron uno’ de los aspectos més esenciales de la autorrepresentacién de la na cién. Como simbolos de la nacién, calaron en la conciencia popu lar, Los hemos mencionado a menudo en las péginas anteriores, eto ahora debemos examinar su desarrollo con més decalle. Capiculo segundo: La estética de la politica 1 Jacques Laurent, Ls Boise, Pats, 1971, p65. 2 Unuls Kirchhoff, Die Darel de sein Romanum 1900, Manse, 1965, pp. 13 ya. 3 George L. Mout, Was Sie Windich Laen: Malt, Ganghofer, Maye, Populvistt wd Trivia, Bad Bormbutg, 1974, pp. 101-120. 1d Fiedsich Schiller, On she Aeshenc Education of Mam, Londes, 1954, p 138, Edin oxiginal de 1795 (Ed. cast: Lt educa tic del hombre, Mac ei, Espase-Calpe, 1968), 5 Ibi p. 106, 6 Will: Oelmiller, Friedrich Theodor Vischer und dat Problem der Nubegecen the esq, 1999, p. 106-201 7 hip. 175. 8 thud p07. 9B Malic, fm Have de Kemmersewrates, eipnig, 1877, pA (BA. ct: ainda mone, Barcelona, B. Bast, 1927) “ omen wow Canton std Machahmang der Grice 5; primar dion 1795, 7b Sper seal ur str cae ass labor coma squat. Inv pars Canny Ma 9 Sei e979 Te cat Reflect dl are rg lpi ‘nop le rr asco, Pls 2,987) 1 Wincrimamas Wr o Haich Maye han Sade, rede, 18 oh IV. pp 937 97 (EA eat Masa al anid, bacon, De i 1994 12 sha,» 97 13 Winclmann, Gedanben te, 9-24 14 hip 26 15 hid p 28 16 Schiller op. ie pp #1 y 106, 17 Winchelann, Gadankon ne, 2 The Aen and Maclanoos kof Pedr Schlogh, Landvs, 1800, ya 19 Winchelmanas Werke, vo IV pp. 182-183 20: shi pp 3940, M6 4. 21 Vaan George L. Mowe, Raa 1975 22 Fried Ludwig Jan y Hens Escen, Di Dewuche Turnbunst, Bela, 16, pp avy 236 Jahn cela que los lemanes ern ol Volk que md se ace ‘aba oe piegos, Douche Volonom Lapa dp. 106 23. Conversacién con Albert Speer, 16 de marzo de 1972. 24 hid «Alber Sper sprit uber Architektur nd Dramaturge der ne onalaonalachen Seindartelung, gui cnemagefico, Int Fu dee ‘Wiasenachaftichen Fim, Goving, 1970, p27. 25 Goethe, aliemiche Rei Minch, 1961p. 27 (EA. ea: Viaje alia, ‘Barcelona, Ediciones B, 2001} 26 Arthur Mocler van den Bruck, Dr Peunche Si, Manich, 1916, pp 1307131 27 Die Kunst in Drinen Reich, aro de 1939, pp. 82 y 83 28 Gitado en Armand Delinger, Arter der Super mansion ito att far Zengeschichte, Manic, p38 29. EM. Arndt, Enh ner Techn GaclichafFeknefrt, 18 (Cail Euler, Prediich Lad Jab Stata, VAN, p44 ‘30 Deubche Bazin, vol. XIV, 1890, pp. 498-499 y 496 31. Bayrasher Bla, vol. 9, 1886, p 369. 32 Der Kyffhtuer al Netionalfutine, Sondeshausen, ve Bxclopedia del Noecnt, Rams, LAtsTEnica A poate o 38 Ek Yanan, Yo Lede bo Cori, Yen, 1993, 9, Vo WA. at DeLeon se Cnt gm kere ele ureter wane, ‘dona Canara Ca 105 54 Fam nah 996, 240, Km Dr Rh Ser wap 7 2 Wain rma, Sef dr Weir, Sgn 970, 9p 5-196. 36 Matcha, Dat Devt Paonia, Manic, 399A p93 earch Hier peri qo ata de Teta es deo primers ‘monument pe ela a ae haan, ans Hime Giang Cais 70,9 33. 57 Hans Sean, Wilhelm or, Olden 1944.1 p99 38 they Th 39 Weis Koei, em De Garon wh 3, 1991,» 218. 40 Drache Bening vl YR, 1903, 9-1 41 tid 199 12 Hier se quad encanta escabri que Kiva ela viv, Conver ‘ncn At Spe, 6 de mar de 1972 4 Rages Eakin, Der Apr Ai ober MlborDinglner im Betrag sm ucnendoey de Abandon pon lahat 19, sya 14k Han Yo, spied Basra des Kassim, Zech fr de Kat 2, 1281929. 9 1A 45 Uo pp 162 161 4 Aol Man Von, Bol Newton Deka: Saban nd Kugler, Be sy Sapa, 1969s 9.16 {7 aa bp 12 Here, Wk, Manic 1953, p27. 48 Jcques Sol, «Un example d arctclie dev xchencer humaine: dedefeprpromanic du X¥le au XVI nicl, Anna, ol. 27, 2, mau tbalde 1972. p-477 49 Schlegel: op cp. 505, 50 Vogels opp. 161 51 Kaufmann, op. 27 Euler, op. cit p46 52 Karl Halfmann, De Teche VlesFuriger Dank und Ehretempe (Offenbach, 1815.9. 33, 153 Handwsrurbuch de Drachen Aberglaubon, ed Hanne Bactsl-Sha- Wi Belin y Lip. 1929:1930, p. 1390-1397 ‘4 Vea, por empl, Kaa Hofmann, oc, p28 55. Handsrarbuch des Deichen Aberglaubom, p64 y GA7. El ob {pe yx como «Winder (bl mig) en Edda No ee nada ern 6 CckoRcE L Mosse de nie vijo que robles, Werner Hahn, Edd Lider grmanicher Gata, Bedi. 1872, p57, 56. Georg Sale, «Mittsommecfeuen, Der Schule vl I de 1936, pp 2119212. 57 Hane Schemm, «Deutsche Sonnenwender, Der Schlunpbri vol. Vi, junio de 1937, pas, 58 Percy Schramm, Horachftcichn snd Stetymbali vo, Statge, 1955, pp. 6427 646, 59 hud, p 652, 60 Di-Levco plncher Symbol, Miich, 1970p. 218 La bandera ta bia conriia un punto de otentacion en medio des bata ilar soldador se enfrentaban la drrts deblan yolverseen deci asu bandera Hanslo+ ‘hen Gamm, Der brane Kul, Harbaro, 1962, p43. 1, Wil Schroder, Burchnschafnarner in Kampftum Einbet und Fie, Beilin, 1967, . 188 (2 Jahn y Bien, op. et, p. 244 663 Kaa Hofmann, op tsp 982. (4 CG. Caran Uber Ung encbiedener Meche simmer i ere gestge Enevictlung 21,1809, «9 “6S Whnckeimanns Werke TV, p44. {56 Cima Wagner wad Foun Sart Chamberlain i Bri wc, 1888 1908, Legg, 1954, p 312 3. Los monumentos nacionales (Como dijo un orador asu audiencia en una conmemoracién del ‘sablecimiento del Reich alemdan, los monumentos nacionales, al revelar un universo simbélico y mitico, determinan la secreta ‘misica de nuestra alma', El histriador Thomas Nipperdey ha descri- to oe monumentos nacionales como las epresentaciones que de s{ smisma hace una nacién democriticamente controlada, materiali- zando los ideales que se supone que personifica Ia nacién’. Pero no siempre fue asl, En general, antes del siglo XIX, x08 monumentos se erigian en honor de reyes o generales. Sélo a comienzos de ese siglo comenzaron a extenderse a poetas o escritores, incorporando una dimensidn cultural alas vertentes politica y mila Lo primeros monuumentos eran extatuas cuyo simbolismo resi- dia en su expresién facial o indumentaria. De la sencillez inicial pasa ripidamence a incorporar simbolos a eu alededor: por ejem- Plo, el caballo en el que se sentaba un héroe se basaba en represen- taciones clisicas de las diosas de la paz o la guerra; dicho héroe ‘ovtentaba una corona de laurel, o el pedestal sobre el que aparecia ‘un hombre estaba decorado con frisorilustrando sus hazafas y vali. Esos monumentos siempre habfan tenido un significado sim- bilico, pero a comienzos del siglo XIX se acentué mis este hecho. La sutortepresentacin nacional comenz6 a desplazar al simbolismo de ‘épocas anteriores, menos complejo y meramente dindstico.

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