InterpretacionesRenacimiento PDF

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tos con que el hombre intentaba ; et ze cer Satisfacer sus los—. mégencs y fabulas, cteadas ta fuerza de la iene potric presentadas con palabras, dibujadas con colores, mi © expresadas en gestos y actos mud ¥ nodriza a la poesias * los, reconocen siempre como Mm: arte Hlegé a ser el Ambito en ido divino de la nacuraleza y € ticas, SG. V. Ganon, Dele antice farole, Boma, 1696 68 . grabadas en marmol Vv INTERPRETACIONES DEL RENACIMIENTO. Segian mi opinién, el actual interés por llegar, desde perspectivas diferentes, 2 un replanteamiento de las cuestiones ms importantes que entrafa la cultura humanista y renacentista no sc debe sélo al le que se haya desgastado —en mas de ua sentido— una intet- pretacién histériea que en su momento sedujo a muchos de nosortos, eto que ya no parece responder a una seric de cxigencias merodolé. "cas, 2 una seric de problemas que nuestra conciencia considera actua- les y que nos permiten comprender mejor, y enfocar casi con exacti- wud, temas y aspectos soslayados o tocalmente ignorados por quienes de un planteamien- id, 5, hasta cierto uno, secun na conciencia precisamente, cesta necesidad ¢s la que una y oca vex nos impulsa a teflexionar sobre aquella ecapa que sigue constituyendo un momento crucial de ta his ia de Occidente: no sélo de la filosofia en sentido estricto, como usin técnica de determinades problemas, sino de toda la vida humana que, ptecisamente durante aque tuna transformacién de los horizonces de westigacién, como consecuencia de Ia cu definitivo de un venerable medo de filosot lavia_no hayan comprendido cabalmes cidn). En realidad, durance sos siglos ieate cierta manera de ver tas cosas y desaparecié para siempre una imagen del mundo que habfa estado vigente durante siglos. Sin dudz aunque en niuchos aspectos patecié urntarse de un nuevo nacimiento, se produjo quizd el ocaso sunque los profesion ales alcance de csa 69 de estar viviendo en uni lay muchas experi su ciudad. Todo es0 de Ja vida. El bells imis non |. quam ea rantum sas non De los turbulentas remoli icmpo. Sin embargo, ; che compren 19 no es mAs que el curso [que siguen| las cosa fre. y que teats su pops camine abedceeds ley... he comprendido que la Suerte es di de Er, donde la cegueta qu humaaa se exprest ea. la we de echar las suerte. El co elemento fortuico del acto sequtecura ehige elites sido capaces Ae dee ‘no escatima ingenio ni Hm ingenio ni célewlos para prever hasta las menores aces 24s de los agentes naturales; porque, como buea y premaer nice 2 dita. Momo, forzando paradéj ‘ni opinién a la verdad: Eipresiones, a fos pensamientos més fntimos...; pero he aptendido a Sdsptar Ia opinién 2 las supersticiones; la actividad, a los caprichos; la ‘{aptesion, las palabras y los sentimientos, a los engafios que he de ars; por lo demés, éstos sueten ser jos mitos cousoladores que jan y seducen al sct humano a fo largo de su vida, como las fiondosas ramas de la hiedra en qus poscer y corromper a la hetmosis Podria decitse que Alberti se entrega aquf, como Luciano, 2 unas taneras y burlonas. Sin embargo. reflesiones entre sofia del fildsofo. Este lidad, un fa 1ctot de micos. a los que llama sister ‘que ——como observari mis tarde un autor tan grave como Telesio— compite con Dios en forjar rmundos a su arbitrio. Con el agravance ide que esas construcciones filos6ficas suclen set feas, inconscientes, es- trles nocivas y tediosamente setias; mientras que el artista pose 12 imaginacin de la vida y como ella construye, sin pretender para sus ciaturas més de lo que éstas valen y son. El mundo del artista es realmente imaginacién viva, como la que anima fa naturaleza de las cosas: el artista crea, y sus formas voman cuerpo y nos alegran, oct: pan su lugar entre nosotros, viven con nosotros y transfiguran nucs ra vida, como las bellas fabulas de la supersticiOn antigua, En un pa je de ‘Momus, Caronte tepite una frase bastante seguida la interpreta con una sutileza que es ni sofo eres, eG que conoces el curso verbales—-, sino lo que he oido decir 2 un pinto. Observando la forma de los cucrpos, éte ha visto més que todos yosottos juntos, que os cotregais 2 medir y explorar cuando Caronte rechaza los discutsos y t2zonamientos especulativos y prefiere [a amorosa observacién de las flores; cuando le hablan de les pregunta asombrado: «zdespteciis las flotes?, si en oncuree para la gracia y la bell st espontaneidad, los artistas, los poetas en el sentido pleno y io del rérmino, segin 4 mas tarde Vico: tal es el tema de Al berti. De aqui s clogio tan desconcerrante del vagabundo, del que compe todo vinculo y atadura, para quien ninguna posicion ¢s absoluta. en cuyo eaprich bburlén se expresa una libectad que no exluye waa profunda seriedad, porque cs consciemte tanto del a0 valor de los valores cons: como del valor de lo que pa- fece mera locura Bustante menos célebre que el famoso Hogio de Erasmo, el Monus de Alberti llega a tocar muchas veces cuerdas pro- B made ¥ husns de ta ctitie riguirosos los ‘incluso al hecho religioso en su humanismo in calmente nuevos, Por a via regia d a conciencia de sus aspee tes precisos 12 fil i ay sta cece culminantes, tevela que Spavenra. livoe: in ie, see icant Senge eens nd rae fo, esa tesis refleja qui No seremos dec adecuadamente Ia serieda eae igamos buscando su secreto en ae aoe : acne mundo medieval y el enscorniea sid bars at pombts dias también de inspirar una retérica ‘dena sa fonto como se jie 00 Fe ata cate Sb a ar Po og ‘mencionarse a Maquiavelo y 2 Pomponazzi, a Ly rostros que esculpiera Miguel Angel, y ademis. Goreng ee Galileo. ¥ con ellos el fin del domético’y wrens ec ot n Es necesatio dejar establecido lo antetior para destac: ta actualidad del problema, la si funda ignificacin cada endo ef temna'de la novedad del pensarnicato ent sta, novedad impugnads desde divemas perspettvas, ya vex ence, 16 yendo el erenacimientor hasta el siglo XM 0 directamente hasta ta fpoca fo bien negando que haya en él auténtica novedad, Shvo. quizé, en'el plano de la cultura literaria y las formas anisicas. sige decir, incluso, que gran parte de la praaica histoiogifica mis bre los origenes del pensamiento moderao esti dedicada a deol ional de que ct caso de un modo de pensar a otro chabtta producido 2 tavés de una tuptura; cabe reconocer que esta sccién s¢ ha visto favorecida por cierta insistencia bastante torpe de sostenedores de la ruptura en determinados temas fécilmente pre ‘bles: amor por el muado pagano, por los clisicos antiguos, impie- Gad, iteligiosidad, atcismo, naturalismo, actitud de rigutoso inma- featismo, etc.; caractcrsticas ficiles de encontrar ya en la Edad Media, Gonde se manifestaron a veces en forma aGn mas inquictantes. No ha fesultado dificil, pues, ilusurr de diversas maneras Iz continuidad entre fl mundo medieval y el mundo humanista y. ea segundo lugar, entre fl mundo clisico y el mundo medieval, demostrando, de ese modo, que el humanismo no supuso ua renacimiento dei mundo antigo, poreue ste ya estaba vivo y presente al menos desde el siglo x11. Con- tiene recordar, para quienes ctean que se crata de una tesis nueva, que la idea tiene sus afos, porque no pocos autores del siglo XV y del Siglo XVI consideraban que el Renacimiento se habia iniciado con Dance, como consta formalmente en los Conmentan urbani de Raflae- le da Volterra; tampoco Ia idea de temontarse hasta Carlomagno y Al- cuino cs un hallazgo de los medievalistas franceses de hoy, sino que ya estaba presente, al menos, en el discurso oficial que pronunciara en ‘gracia de 1461 el embajador de Florencia en Paris, Filippo on motive de la coronaciéa de Luis XI, donde se hacia re- ica declaraci6n ea tal sentido que podia leerse en la ‘ta di Carlo Magno, obra de Donato Acciaivoli ofte- ida solempemente en dicha ocasion al soberano. Sin embargo, una de las conquistas de la investigacién hist6rica setwal ha consistide, indudablemente, en advertit que of mito del re- correspondiente 05- isamente de la po- tenucimienco de la bumanitas, También es hasta entonces se habia tenido una impresién tan viva de estar asis: tiendo a un weleo radical det curso de Ix historia. Por todas partes surge la idea de que se esti producrendo lb Y por codas partes aparecen l del mundo que ya parecia cti jrablemente, Los descubrimientas cstaban rompien maal del planeca: Ia concepcidn del universo habia emperado 2 rocarse mucho antes de Galileo, cuando las premisas «psicol6gicas> n de le resis ptolemaica cedieron ante tos atagues de una efi después de haber trabajado dutante afios, debia aftontat ahora secuencias, por cierto insoslayables, de un universo in Sible evistencia de ottos mundos habitados, de la posicién legiada de la Tiera. Tampoco hay que insistit en la repercusi esas ideas y observaciones tuvieron cn cl plane teol6gico. Ahora fn el preciso momento en que la produccién historiografica ct potinea comprendié cudl era la conciencia que el Renacimiento habia enido de si mismo, realizd una extrata inversion de esta consistié en. negat su novedad. Si el tema luz-oscuridad tiene aces se hunden en una ancifua tradicion la oscuridad medieval, y junto con ell: ‘que un recurso polémico facilmente Renacimiento ha legado a la postcrid le. que el pr Se trata de un argumento de batalla utlizado de diferentes meneras, pero cuyo origen resulea ficilmente detectable, cntonces toda aficma © Gién de navedad y ruptura deberia ponerse en tela de juicio. Por otra 5 1 buscar en el pasado me nes mis represen Edad Media y los problemas, in el werreno del pensamiento, cf fendmeno huma- fista quedé al sector de los stadis bumanitatis— pero en- tendidos en un sentido restringido, como estudios gramaticales, estu- que eo cl siglo xv habrian experimentado un desartollo impor- cante—. Sin embargo, advirtamos que tampoco en este terreno $¢ Fe conoce una novedad radi 10 Ia atribucion de un puesto mis honroso a las artes dirfamos, tan s6lo una con- tuoversia académica que habtia cot con ef criunfo de los gra smiticas. Continvando una area secular, por lo demas nunca interrum- pida, éstos habrian mejorado sus traducciones y habrian traducido mas (aunque ne falta quien ponga en tela de juicio incluso esto ltimo); 78 te difundide ect, obedeciendo 2 un impulso surGnome a Fe seo marginal Carisament, «0 SUpO%e Ov Wer dejar i lestores como Salueat, Bran ¥ POBRIO, : ido 2 Sun superbr dena gran pocs, cudadanns, MSS POP foxes y DUsEAE in Conn de Tos reas cs undo 0 ‘no resulta. muy ial oS oe ne ee a ologia de Valla deja de ser ef sien= sa ea ocaebeie para conver co it episodio AE “usa exigent de ompender eee pce bt oe cei wna gran epoca de le cokors, 5 conyers bases ma J gute que hoy muchos parece seni 20) Oe se nega Ae gions feheros para colar sodas las beeches ¥ a fs hs pesspect Fealado fal aque mimo ero se abt oor Pe cas inerpretaciones que buscabin Shae sign apoyo He rein. [a opostcion de fs contenides far fx noveda fone esencia rentadora de lo anacreas EU. ot epresian fs son donde cl ule oe A Pee eds sucrifieos? Todos conocemos los aniebatos de Cuezors HN uate los suetios de Vilgardo de Ravena, donde 4 ral 2 pret: ca de las escenas clisicas que egan las critiana, er cuyo cavern estruceura de la ta los antiguas dioses, conve también a inttod ‘el Humanismo, que tanto ama a Cicerdn y 2 V) em el Viegili profera 0, en todo caso, To hace de ova neta, a saber. considerando que °6 fa luz seidad: tanto se aparta de 12 adoracion de los dioses anciaues ees, puede parece que Hi sigue nuevos. Spain ot To antiguo ya no enteafia aqu prop iLogoriA Ver RAS de poca enju abordamos ef estudio de la filologl2 del Humanismo, cuya prof seriedad ya advirtcra agudamente Gentile al consideratla ‘como el india pueden suscribir, se dereumba can promo c . auirach anuigtiedad, esta dima fue capar de to del ol lame tempo de nucsa relacvin autéatica con, con ese mundi Lorico que cl hombre pone y al cual se opone, y que es el punto di ferencia respecto del cual se va descubriendo y ve va formando samente entonces ¢5 cuando se produce aque! tanco se enotgullecian los humanistas: el que no acude a la escucla de los clésicos para confundirse cor sino para definitse freatc @ ellos. Por eso hay. en realidad, un entre quienes habjan amado a los antiguos confundiéndose con en una especie de amorosa violencia, y ancighedad con un decallismo casi pedante. Ua mundo acababa, y se lo descubsia precisamente porque estaba acabado; rostro antiguo ue Ya fo se usaba para una nueva conseruecin, sino que se colocaba dk sepatado de nosotros; que ya no se la, sino que se contemplaka en su verdad seguia siendo valinso para construir otto edi cl marmot de una estatua podia converttse en cal para los muros iciamiento; lo oxt0 no se confunde sino que es aguello frente a lo cual me voy defi {tas busco canto su pureza como la mia propia. El mito rena antigiiedad entraita la muerve de esta tltima en en que se llega a Ia definicién de sus caraet Propias. Pi ‘po hay reptura enite ta antigiiedad y la Edad Media, 0. la hy mucho menor que la que 10; porque sélo éste, 0 definicién de lo que se dife- | | adquisiciéa del sentido de la historia, que es sen. | 80 to de Ia historia y del del hombre; la liberaci6n y la sepa- imagen de un mundo slo y i, dividido do definitivo que cons- ay que el tiempo no afecta, arbitas eter son pa siempre de la imagen dos y erstalizado en una jerargul Fn para la concemplacion, GUE © Me vrgatia en'la eteroidad ¥ etemamente gira en dad existent fta de de la Liberacidn humana y medieval en Ia diabolica stiano cn Ta seguridad undo aristoélico, sun teena Dpatit de Petrarca, el Humanism uscd wn ete cory Facede con sodas ia renovaciones fecund endo abriéndote otro muvo, €0 le Holopt i ibién en aquel otfo, a vect sat host poe el ond afin, de dase 3s UE impia tarea de cambiar y subvert sf mundo. Awe fa poesia, entendidas en ct sentido de Vico, Fico, habia nacido la eva filosofia a1

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