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Gill Rapley lleva muchos aiios estudiando la alimentacién y el desarrollo infantiles. Ejercié de auxiliar sanitaria du- rante mas de 20 afios y también ha sido comadrona y ase- sora de lactancia voluntaria. Desarrollé la teoria sobre dejar que los bebés aprendan a comer solos mientras, co- mo parte de un master, estudiaba el desarrollo de los be- bés en relacién a la introduccién de sélidos. Vive en Kent (Reino Unido) con su marido y tiene tres hijos mayores, que, uno tras otro, hicieron todo lo posible para demos- trarle que no necesitaban ningtin tipo de ayuda con los alimentos s6lidos. Tracey Murkett es escritora y periodista autonoma. Se formé como artista y fue subeditora de la revista Artists and Illustrators, hasta que dejé el cargo para tener un be- bé. Tras aplicar las técnicas para que su hija aprendiera a comer sola, quiso que otros padres tuvieran la oportuni- dad de saber lo faciles y tranquilas que pueden llegar a ser las horas de las comidas con bebés y nifios pequefios. Vive en Londres con su pareja y con su hija, que ahora tiene tres afios. GILL RAPLEY * TRACEY MURKETT El nifio ya Va come solo Consiga que su bebé disfrute de la buena comida @ EDICIONES MEDICI Agradecimientos Deseamos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que han contribuido a hacer de este libro una realidad, con sus ideas, experiencias, comentarios y cono- cimientos. Estamos especialmente agradecidas a Jessica Figueras, Hazel Jones, Sam Padain, Gabrielle Palmer, Magda Sachs, Mary Smale, Alison Spiro, Sarah Squires y Carol Williams, por sus valiosos comentarios sobre el ma- nuscrito y por sus ideas, su apoyo y su inspiracién. También enviamos un agradecimiento especial a los numerosos padres y madres que nos han enviado image- nes de las aventuras de sus bebés con la comida; ojal4 nos hubiera sido posible incluirlas todas. Gracias también a nuestra editora, Julia Kellaway, por la paciencia y la tolerancia que ha demostrado. Finalmente, deseamos agradecer a nuestras familias su apoyo constante mientras escribiamos, ya fuera leyendo el manuscrito, ayudéndonos con el ordenador 0 con la fotografia, cuidando de los nifios o haciéndonos la cena. Nuestras parejas se han ganado una medalla. Dedicamos este libro a nuestros hijos, que nos ensefian tanto cada dia. Introduccion La mayoria de padres recuerdan claramente la primera vez que su bebé ingirié sélidos, porque supone un nuevo capitulo en la vida de su hijo y es muy emocionante. Mientras abre la boca para recibir ese primer bocado de comida, cruzan los dedos y rezan para que su bebé «coma bien». Quieren que disfrute de la comida, que coma sano y, ademas, también quieren que las comidas familiares sean pacificas. Sin embargo, son muchos los casos en que los primeros aflus de alimentacion sdlida no son nada divertidos, ni pa- ra los padres ni para el nifio. Se enfrentan a los problemas habituales, que van desde que el bebé no acepta la comi- da con «tropezones» o tiene muchas manfas o convierte la mesa en el escenario de una batalla campal tras otra. Con frecuencia, las familias deciden que adultos y nifios coman alimentos diferentes a horas distintas. La mayoria de bebés dan el primer paso hacia la ali- mentacién adulta con cucharadas de comida triturada, que sus padres les meten en la boca cuando deciden que ya ha llegado la hora. Sin embargo, ¢qué sucede si las co- sas no se hacen asi? Qué sucede cuando se deja que sea el nifio quien decida cudndo y cémo quiere empezar a inge- rir sOlidos? ¢Qué sucede si se le deja manipular por si mis- mo comida «de verdad» en lugar de darsela triturada con la cuchara? En otras palabras, ¢qué sucede cuando se deja que el bebé lleve la voz cantante? Pues bien, al igual que ya han hecho muchas familias, usted y su bebé descubrirdan, casi con total seguridad, que la aventura es mucho mas divertida. El le hard saber cudn- do esta preparado para empezar, y participaré en las co- midas familiares desde el principio. Se familiarizara con la dieta de la familia, porque la probara y la manipulara des- de el principio. Ni purés ni papillas, sino comida real. Y podra empezar a hacerlo a partir de los seis meses de edad. Aprender a comer solo (ACS; en inglés, BLW: Baby-led weaning) contribuird a que su bebé desarrolle las habili- dades de masticacién, la motricidad fina y la coordinacion visomotora. Con su ayuda, descubrira un amplio abanico de alimentos saludables y adquirira importantes habilida- des sociales. Y comerd tnicamente lo que necesite, por lo que reducira las probabilidades de sufrir sobrepeso cuan- do crezca. Y, sobre todo, disfrutard y se sentira seguro de si mismo durante la hora de la comida. Aprender a comer solo es seguro, natural y facil... ade- mas de no ser nada nuevo, como la mayoria de las bue- nas ideas para criar a los hijos. Padres y madres de todo el mundo lo han descubierto por si mismos, sencillamente observando a sus hijos. Es un sistema que funciona tanto si el bebé ha tomado el pecho, el biber6n o una mezcla de ambas cosas. Y, segtin los padres que han probado tanto el método ACS como la tradicional cuchara, dejar que el bebé lleve la iniciativa es mas facil y agradable en todos los aspectos. Ciertamente, que los bebés empiecen a comer alimen- tos sdlidos que puedan coger con las manos a partir de los seis meses no es nada nuevo. Lo que diferencia al método ACS es que el bebé se alimenta exclusivamente de ellos, por lo que los purés y las cucharadas de los padres que- dan obsoletos. Este libro le demostrara por qué el método ACS es la manera mds légica de introducir los sdlidos y por qué con- fiar en las capacidades y en el instinto de su bebé es lo mas sensato, Aqui podra encontrar consejos practicos pa- ra empezar y un anticipo de lo que, posiblemente, se en- contrara por el camino. Le hard participe de uno de los secretos mejor guardados en lo que concierne a criar a los hijos sin estrés. El sistema ACS no requiere seguir ningin tipo de pro- gtama ni ir avanzando de una fase a otra. Su bebé no tendra que pasar por toda una serie de purés finos y de ali- mentos triturados antes de poder comer comida «de ver- dad»; y usted no tendra que seguir complejos calendarios de comidas. Por el contrario, podra relajarse y disfrutar de las aventuras de su bebé con la comida. La mayoria de libros sobre como introducir los sélidos incluyen recetas y organizadores de ments. Este libro cs distinto. Trata mas de cémo ayudar a su hijo a aprender a comer solo que de qué ofrecerle. Cuando se organiza «la comida del bebé», se parte del supuesto que los bebés no pueden comer lo mismo que el resto de la familia o que hay que preparar su comida por separado. Sin embargo, adaptar la mayoria de recetas, para que un bebé de seis meses pueda compartirlas, resulta muy sencillo. Siempre que la dieta de los adultos sea saludable y nutritiva, no hay necesidad de hacer distinciones. De todos modos, hemos incluido algunas sugerencias sobre qué alimentos son buenos para empezar y qué otros es mejor evitar al principio. Y, como muchos padres en- tienden el método ACS como una oportunidad para ana- lizar su propia alimentacién, también hemos incluido algunas directrices sobre alimentacién saludable y equi- librada para toda la familia. Por lo tanto, si ha estado viviendo de comida basura o preparada, este libro le ayu- dard a pasar pagina. Dejar que el bebé tome la iniciativa puede ser extraor- dinariamente divertido, tanto para usted como para su hi- jo. Sino ha visto a otros bebés empezar con los sélidos de esta manera, es muy probable que se asombre al ver la ra- pidez con que su hijo aprende a manipular distintos tipos de comida y lo aventurero que se muestra con los sabores nuevos, en comparacién con otros nifios. Los bebés son mas felices cuando hacen cosas por si mismos... ademas de que asf aprenden mas. Muchos de los padres y madres que han aplicado es- te sistema han comparttido sus experiencias con nosotros para ayudarnos a escribir el libro. Algunos habian teni- do muchas dificultades con la alimentacién con cuchara; otros se pasaron al ACS por la frustraci6én que sentian al ver que su bebé de seis meses se negaba rotundamente a que le dieran de comer. Algunos eran padres y madres primerizos, que se sintieron atraidos por la reputacién de sensatez y simplicidad del método ACS a la hora de intro- ducir los sélidos. Todos ellos nos han dicho, una y otra vez, que a sus bebés les encant6é y que empezaron, y siguie- ron, comiendo bien, satisfechos y sociables. Esperamos que este libro le ayude a descubrir lo facil que puede resultar la transicién a las comidas familiares, y que, si permite que el bebé tome la iniciativa, puede sen- tar las bases de toda una vida de alimentacion saludable -y placentera. gEn qué consiste el método ACS? «Para la mayoria de padres, ta hora de comer es una pesadilla, pero nuestra experiencia con Emily ha sido muy distinta. Disfrutamos de las comidas. No son un problema en absoluto.» Jess, madre de Emily, 2 afios «Darle fo mismo que al resto de ta familia es mucho mas facil. No me preocupo por si Ben comera algo 0 no, como hice con los demas, a quienes di de comer con cuchara. Ahora es mucho mas natural... y agradable.» Sam, madre de Bella, 8 atios, de Alex, 5 afios, y de Ben, 8 meses Introducir los sélidos El proceso de introducir los sdlidos abarca el cambio gra- dual que hace el bebé, de tomar el pecho o el biberén co- mo Unico alimento a no mamar ni tomar el biber6n en absoluto. Es un proceso que dura un minimo de seis me- Ses, pero que puede alargarse (sobre todo en el caso de los bebés que toman el pecho) varios afios. Este libro trata del EL NINO YA COME SOLO principio de este proceso, que empieza con el primer bo- cado de alimento sdlido que ingiere el bebé. Los primeros sdlidos, que a veces reciben el nombre de alimentos complementarios, no sustituyen a la leche, ya sea materna 0 preparada, sino que se afiaden a ella (0 la «complementan»), de manera que la dieta del bebé es ca- da vez mas variada. En la mayorfa de familias, son los padres quienes deci- den cudndo comienza este proceso. Empiezan a alimentar con cuchara a su bebé, por lo que deciden cémo y cuando empieza a ingerir sdlidos. Y cuando dejan de ofrecer el pe- cho o el biber6n, deciden cuando se acaba la alimentacién a base de leche. El método ACS es distinto: permite que el bebé tome Ja iniciativa durante todo el proceso y utili- ce su instinto y sus habilidades. Decide cuando empieza y cudndo termina el proceso. Quiza suene un tanto extrafio, pero cobra sentido cuando se analiza detalladamente el desarrollo infantil. Por qué es distinto el método ACS La mayoria de personas, al pensar en la introduccién de sdlidos, imaginan a un adulto armado con una cuchara y una pequefia cantidad de zanahoria o de manzana tritura- da. En algunas ocasiones, el bebé abre la boca, deseando recibir la cuchara, pero lo mas habitual es que escupa la comida, que aparte la cuchara, que rompa a llorar o que se niegue a comer. Muchos padres recurren a juegos («jQue viene el avién!») en sus esfuerzos por persuadir al bebé para que acepte la comida, que suele ser bastante distinta a la del resto de la familia, tanto en ingredientes como en horarios. En el mundo occidental no se suele cuestionar este mé- todo de alimentacién, y la mayorfa de personas dan por supuesto que empezar a dar purés con cuchara es la mane- ra mas normal de retirar el pecho o el biberon. Sin embar- go, algunas de las definiciones que hemos encontrado en el diccionario para «dar [algo] triturado» incluyen: «pro- porcionar (a alguien) tanta ayuda o informacién que no necesitan pensar por si mismos»' y «tratar (a otro) de tal modo que se desalienta la independencia de pensamien- to o de conducta».? Por el contrario, el método ACS con- tribuye a que la seguridad y la confianza en si mismo del bebé aumenten, porque es él quien toma la iniciativa. La alimentacién s6lida empieza cuando el bebé da muestras de ser capaz de comer solo, y va avanzando a su propio ritmo. Puede seguir el instinto de imitar a los padres y a los hermanos para adquirir las habilidades de alimen- tacién de una manera natural y divertida, mientras va aprendiendo por el camino. Si se les da la oportunidad, casi todos los bebés infor- man a sus padres de que estan preparados para empezar a ingerir algo mds que leche cogiendo un trozo de comida y metiéndoselo en la boca. No necesitan que los padres les digan cuando empezar a ingerir sdlidos y tampoco que les den purés a cuchara- das. Pueden hacerlo solos. Esto es lo que sucede con el método ACS: ¢ El bebé se sienta a la mesa con el resto de la familia, y participa cuando esta preparado. « Se le anima a experimentar con la comida en cuanto muestra interés, y se le permite cogerla con las manos (no importa si, al principio, su hijo no consigue llevarse nada a la boca). ¢ La comida se presenta en tamafios y formas que el be- bé pueda manipular con facilidad, en lugar de consistir en purés o en comida triturada. © Come solo desde el principio, en lugar de ser alimenta- do a cuchara por otra persona. ¢ El bebé decide cudnto quiere comer y cuando ampliar el abanico de alimentos que le gustan. © El bebé sigue tomando leche (ya sea materna o bien, preparada) siempre que lo desea y decide cuando esta preparado para empezar a reducir las tomas. Las primeras experiencias con los sdlidos pueden ejercer una gran influencia sobre la relacién que el bebé manten- dra con la comida durante muchos afios, por lo que pare- ce légico intentar que sean agradables. Sin embargo, para muchos bebés (y para sus padres) el proceso dista mucho de ser una experiencia divertida. Obviamente, hay bebés a los que mo les importa que Jes alimenten con cuchara, pero muchos parecen més resignados que realmente satis- fechos. Por otro lado, los bebés a los que se permite comer solos y junto al resto de fa familia, parecen disfrutar mu- chisimo de la hora de la comida. «Cuando Ryan tenia unos seis meses, salf con un gru- po de madres que tenian bebés de la misma edad. Todas estaban atareadas dandoles el puré y danzando con las cucharas para asegurarse de que entrara hasta la Gitima gota. Daba la impresién de que se complica- ban mucho Ia vida. Y los bebés no parecian disfrutar en absoluto.» Suzanne, madre de Ryan, 2 afios Por qué tiene sentido el método ACS Los bebés y los nifios gatean, caminan y hablan cuando estan preparados. Estos hitos del desarrollo no aparecen antes y (siempre que los bebés tengan la oportunidad) tampoco se retrasan pasado ese momento. Cuando deja a su recién nacido en el suelo, para jugar con él, le esta dan- do la oportunidad de darse la vuelta. Cuando sea capaz de hacerlo, lo hard. También le est4 dando la oportunidad de erguirse y caminar. Tardara un poco mas, claro. Pero si le sigue dando oportunidades, acabara haciéndolo. Por qué tendria que ser distinto el hecho de aprender a comer? Los bebés sanos son capaces de comer solos del pecho de su madre nada mas nacer. Cuando llegan a los seis me- ses de edad, pueden agarrar trozos de comida y Ilevarse- los a la boca. Siempre hemos sabido que pueden hacerlo ys durante muchos afios, se ha animado a los padres a que empiecen a introducir s6lidos que los bebés puedan coger solos a partir de los seis meses. Sin embargo, ahora hay pruebas que demuestran que los bebés no deberfan ingerir ningtin tipo de sdlido antes de esa edad (véase mas adelan- te). Y, si los bebés pueden empezar a ingerir sdlidos peque- flos a partir de los seis meses, no parece haber necesidad alguna de pasar por la comida triturada. De todos modos, aunque ahora sabemos que los bebés tienen tanto el instinto como la capacidad de comer solos cuando llega el momento adecuado, las cucharadas de co- mida triturada constituyen la principal fuente de alimen- tacién de los bebés durante su primer afio de vida... y, en ocasiones, incluso después. Cuando deberian introducirse los sdlidos? Actualmente, se recomienda iniciar el proceso de intro- duccién de sélidos a los seis meses de edad. Antes de ese momento, a los bebés les resulta muy diffcil digerir cual- quier cosa que no sea leche. Darles sdlidos antes de los seis meses no es bueno, porque: ¢ Los sélidos no contienen tantos nutrientes y calorfas como la leche materna o la preparada. Los bebés pe- quefios tienen estémagos igualmente diminutos, por lo que necesitan una fuente de calorias y de nutrientes concentrada y de facil digestion para crecer de manera saludable. Sdlo la leche materna y la preparada tienen estas propiedades. El sistema digestivo del bebé no esta preparado para asimilar todos los nutrientes de los sdlidos, por lo que estos alimentos pasan sin proporcionar nutricién suficiente. © Si ingiere sdlidos demasiado pronto, al bebé deja de apetecerle tomar el pecho 0 el biberén, por lo que in- giere todavia menos alimento. ¢ Los bebés que ingieren sdlidos demasiado pronto su- fren mds infecciones y corren mayor riesgo de desarro- llar alergias que los que siguen alimentdndose de leche hasta los seis meses, porque sus sistemas inmunitarios atin no han acabado de madurar. Ofrecer sélidos a los bebés antes de los seis meses de edad les hace mas susceptibles a factores de riesgo para enfer- medades cardiovasculares, como la hipertensi6n arterial. La Organizacién Mundial de la Salud (OMS) reco- mienda que todos los bebés deberian, en la medida de lo posible, alimentarse exclusivamente de leche materna has- ta los seis meses de edad, y que los alimentos sdlidos de- berian introducirse gradualmente a partir de entonces. * Cémo saber que ha llegado la hora de los sdlidos Sefales falsas A Jo largo de los afios, se ha ensefiado a los padres a pres- tar atencién a una serie de sefiales que les ayudan a deter- minar el momento en que su bebé esta preparado para empezar a ingerir sdlidos. La mayoria forman parte del desarrollo normal y se asocian a la edad del bebé, no a su grado de preparacién para pasar a otro tipo de alimento. Hay otras sefiales que son igualmente equivocas como guias para empezar con los sélidos, aunque muchas per- sonas siguen pensando que indican que el bebé ya necesi- ta algo mas que leche: ¢ Despertares nocturnos. Muchos padres introducen los sdlidos pronto, con la esperanza de que, asi, el bebé duerma toda la noche. Asumen que se despierta porque tiene hambre, pero los bebés se despiertan por todo tipo de motivos y no hay pruebas de que darles sdlidos re- suelva el problema. Si realmente tienen hambre, los bebés menores de seis meses necesitan el pecho o el biber6n, no sélidos. © La ganancia de peso se ralentiza. Es uno de los motivos mas habituales por los que se aconseja a los padres que empiecen a introducir sdlidos pronto, pero la investigacion ha demostrado que, de hecho, es algo habitual hacia los cuatro meses de edad, sobre todo en los bebés que toman el pecho.* No es una sefial de que el bebé necesite sdlidos. El bebé observa como comen sus padres. A partir de los cuatro meses de edad, los bebés empiezan a sentirse fas- cinados por las actividades cotidianas de la familia, como vestirse, afeitarse, cepillarse los dientes... y comer. Sin embargo, no entienden qué son cada una de esas cosas; no es mds que curiosidad. Chasquidos con la lengua. Mientras aprenden a utilizar Ja boca, los bebés disfrutan haciendo estos sonidos. Practicar esta nueva habilidad tiene que ver tanto con aprender a hablar como con aprender a comer. Forma parte de la preparaci6n para los sélidos, pero no signifi- ca que ya esté preparado, No dormirse directamente después de tomar el pecho o el biberdn. A partir de los cuatro meses de edad, los bebés se muestran mas alertas y pasan mas tiempo despiertos que cuando eran mas pequeiios. No necesitan dormir tanto como antes. Bebés pequeftos. Si un bebé es pequefio, se debe o bien a su constitucién o bien a que necesita mas alimento. Sin embargo, si es menor de seis meses, lo que necesita es mas leche, materna o preparada, no sélidos. Los bebés prematuros son la excepcién, porque algunos pueden necesitar nutricion adicional antes de los seis meses (véase pag. 79). Bebés grandes. Los bebés que ya nacen grandes (o que crecen muy rapidamente) no necesitan mds comida. Son mas grandes o bien por cuestién genética o bien (sobre todo si toman el biberén) porque se les da mas leche de la que necesitan. Los sistemas digestivo e inmunolégico no son mas maduros que los de otros bebés, por lo que los riesgos para la salud de introducir sdlidos antes de tiempo son los mismos. La idea de que los bebés grandes necesitan sélidos antes es un legado de las décadas de 1950 y 1960, en que se creia, erréneamente, que cuando el bebé alcanzaba un peso concreto (5,5 kg) ya necesita- ba sélidos. Durante los primeros seis meses de vida, el bebé no necesita mas que leche, por grande o pequefio que sea. El tamano no importa. «Nunca he entendido a quienes dicen “Oh, qué grande esta, necesita mas, tendrias que darle sélidos”, por- que la comida con la que empieza la mayorfa de gente (pera, calabacin y zanahoria al vapor) es el tipo de ali- mento por el que optas cuando te pones a dieta.» Holly, madre de Ava, 7 afios, de Archie, 4 afios, y de Glen, 6 meses Sefales fiables La manera mas segura de saber que un bebé esta prepara- do para empezar con los sdlidos es buscar sefiales que coincidan con cambios importantes a nivel corporal y que le permitan empezar a asimilarlos (es decir, el desarrollo de los sistemas inmunitario y digestivo, y el crecimiento y el desarrollo de la boca). Si puede sentarse solo con poca (o ninguna) ayuda, estirar el brazo para agarrar objetos y Hevarselos a la boca con rapidez y precision, y hace movi- mientos de masticacién, es muy probable que esté prepara- do para empezar a explorar los sélidos. De todos modos, la sefial mas fiable de que el bebé es- td preparado es que él mismo empiece a meterse comida en la boca. Cosa que sélo es posible si se le da la oportu- nidad de hacerlo. EL NINO YA COME SOLO «Cuando el nifio que tienes en el regazo coge un pufia- do de tu comida, se la mete en la boca, mastica y tra- ga, es posible que haya llegado el momento de acercarle el plato.» Gabrielle Palmer, nutricionista y escritora éPor qué hay alimentos para bebé cuya etiqueta dice «a partir de los cuatro meses»? En 2003, la edad minima recomendada para empezar a comer alimentos sélidos cambié de los cuatro meses a los seis (véase p4g. 20), pero los fabricantes de alimentos y de bebidas pueden seguir promocionando productos para bebés a partir de los cuatro meses de edad. El resultado es que muchos padres acaban confundidos: desconocen que la recomendacién oficial ha cambiado 0, en caso de que lo sepan, no son conscientes de fo importante que es que los bebés menores de seis meses no tomen nada que no sea leche, materna o preparada. Por lo tanto, siguen com- prando alimentos para bebés que todavia son demasiado pequefios. Hay un cédigo de conducta voluntario (Codigo inter- nacional de comercializacién de suceddneos de la leche materna)’ que restringe la promocién de cualquier tipo de alimento o de bebida para bebés menores de seis meses de edad, y casi todos los paises del mundo lo han firmado. Sin embargo, en muchos sigue siendo voluntario, es decir, la industria alimentaria no esta obligada a seguirlo. Por lo tanto, a pesar de las recomendaciones, hay alimentos in- fantiles en los que seguira apareciendo la etiqueta «a par- tir de los cuatro meses». ACS: nada nuevo bajo el sol Es posible que, mientras lee estas lineas, esté pensando: «yo ya lo hice asi, no es nada nuevo». Y tiene toda la ra- z6n. No es nada nuevo. La novedad consiste en que antes no se hablaba de ello. Muchos padres, especialmente los que tienen tres hijos o mas, han descubierto, casi por casualidad, que dejar que el bebé tome la iniciativa hace que la vida sea mas facil y agradable para todos. En general, las cosas van de esta ma- nera: con el primer bebé, hacen lo que se les dice, y descu- bren que retirar el pecho e introducir s6lidos es un proceso que requiere mucha paciencia a cambio de una recompensa muy pobre. Con el segundo, se relajan un poco, infringen algunas de las «normas» y descubren que, de este modo, el proceso resulta un tanto més facil. Para cuando nace el ter- cero, est4n tan ocupados que «le dejan a su aire». El primer nifio, al que alimentan con cuchara y cum- pliendo a rajatabla todas las directrices, se acaba convir- tiendo en un nifio bastante maniatico con la comida. El segundo tiene menos manias, pero el tercero come mu- chisimo mejor que los otros dos: tiene menos manias y es mucho més atrevido. Los padres han descubierto los be- neficios del método ACS. Por desgracia, les preocupa que alguien pueda pensar que son malos padres (o, sencilla- mente, vagos), por lo que no se lo cuentan a nadie. «Cuanto mas hablo de ello, mas me doy cuenta de que introducir los sdlidos de esta manera no es nada nue- vo. Mucha gente me dice que ellos también lo hicieron asi, pero que no lo contaron. Se ha estado haciendo durante ajfios, lo que pasa es que no tenfa un nombre.» Clare, madre de Louise, 7 meses Breve historia de Ja alimentacion infantil No sabemos demasiado sobre cémo se introducia la ali- mentacién s6lida antes de finales del siglo xrx. Los cono- cimientos y las habilidades para criar a los hijos pasaban de una generaci6n a otra por via materna, y se escribia muy poco al respecto. Sin embargo, es muy probable que, tal y como sucede en la actualidad, muchas familias des- cubrieran el método ACS por si mismas. Y, aunque las pruebas anecdoticas sugieren que a lo Jargo del siglo xx hubo familias que introdujeron los sélidos de esta mane- ta, la mayoria de bebés tuvieron una experiencia comple- tamente distinta. A principios del siglo xx, los bebés no ingerian sdli- dos hasta que alcanzaban los ocho o Jos nueve meses de edad; hacia la década de 1960, la edad habia bajado hasta los dogs o tres meses y, en la de 1990, la mayoria de bebés conocian la alimentacién sdlida hacia los cuatro meses de edad. Muchos de estos cambios fueron consecuencia de los cambios en la lactancia; habia muy poca investigacién sobre la alimentacién de los bebés y hasta 1974 no apa- recieron algunas directrices oficiales sobre la introducci6n de sdlidos. «A mi abuela le encanté ver a Rosy comer sola. Era la mayor de siete hermanos y dijo que asi es como recor- daba que su madre habia alimentado a sus hermanos menores. No recordaba purés ni papillas. Me explicd que ella si se las habia dado a mi madre, pero sola- mente porque le dijeron que Jo hiciera a partir de los tres meses.» Linda, madre de Rosy, 22 meses Durante los primeros afios del siglo xx, los bebés se ali- mentaban de leche materna, que procedia o bien de sus propias madres o bien de un ama de cria (mujer a quien Jos padres contrataban para que amamantara a su bebé) durante unos ocho o nueve meses, si no mas. En ocasio- nes, se les daban huesos lisos 0 cortezas de pan duro a partir de los siete u ocho meses, pero era para ayudarles a desarrollar las habilidades de masticacién o para aliviar los dolores de la denticién; no eran «alimento». Se reco- mendaba empezar con cucharadas de caldo de cordero o de ternera. A medida que la utilizaci6n de amas de cria fue cayen- do en desuso, los médicos asumieron como propio el de- ber de aconsejar a las madres c6mo amamantar a sus bebés. Se crefa que dejar las cosas al instinto de la madre (o, atin peor, al del bebé) no era seguro y la alimentacién de los bebés empezé a controlarse desde cl mismo instan- te en que llegaban al mundo. Aunque se reconocia que dar el pecho era la mejor manera de alimentar a los bebés, no se sabia que, para que ellas pudieran producir la leche suficiente, tenfan que amamantar al bebé con frecuencia. Se les dijo que tenian que seguir un horario estricto, limitar la duracién de las tomas y espaciarlas al menos varias horas. Como conse- cuencia, muchas no producian leche suficiente, por lo que los bebés no se desarrollaban bien. No es sorprendente que las leches de sustitucién disponibles en la época ad- quirieran una gran popularidad y que los médicos empe- zaran a recomendarlas, en un esfuerzo por garantizar que los bebés ingirieran todos los nutrientes que necesitaban. A medida que la alimentaci6n «cronometrada» se ge- neralizaba y que cada vez mas madres recurrian a las nue- vas leches de sustitucién, los médicos se fueron dando cuenta de que estos productos no eran tan beneficiosos para los bebés como sugeria la publicidad. Los bebés que se alimentaban con ellos enfermaban con mayor frecuen- cia o sufrian desnutricién y, como algunos eran dificiles de preparar, los errores eran muy frecuentes. Como la mayorfa de madres preferfan empezar ama- mantando a sus bebés, aunque (debido a los estrictos ho- rarios) slo «pudieran» hacerlo durante unos meses, los médicos (y los autores de los libros para padres, cada vez mds populares) pensaron que la respuesta residia en fo- mentar el amamantamiento desde el nacimiento, pero «in- troducir» los sdlidos (que, por supuesto eran semis6lidos) en cuanto estuviera claro que Ja leche de Ja madre ya no era «suficiente», algo que solfa suceder cuando el bebé te- nia entre dos y cuatro meses de edad. Se crefa que un bebé rollizo era un bebé sano, por lo que se instaba a las madres 2 «engordar» a sus hijos y la mayorta de alimentos de con- tinuacién eran a base de cereales. Las papillas y las galletas duras eran dos de los mas populares. Mas o menos en la misma época, empezaron a aparecer en las tiendas alimentos triturados preparados y, hacia la década de 1930, ya habia disponible una amplia variedad de alimentos para bebés a base de frutas y verduras, presen- tados en latas o en tarros. Eran para bebés a partir de los seis meses de edad, pero muy pronto se descubrié que los bebés mds pequefios también podian comerlos facilmente. Al mismo tiempo que se extendia la practica de dar ali- mentos «sdlidos» a los bebés mucho antes de que pudie- ran masticar, empez6 a declinar la de darles huesos y pan duro. Y, aunque se seguia aceptando la necesidad de intro~ ducir alimentos mds parecidos a los del resto de la familia, Jos bebés pasaban de la leche a purés con cuchara, en lu- gar de a alimentos pequefios que pudieran agarrar. En la década de 1960, se reconocid que, para poder comer bien, los bebés necesitaban practicar con la comi- da, tanto en lo que se referia a masticarla como a moverla dentro de la boca, por lo que se animé a los padres a que introdujeran alimentos que los bebés pudieran manipular a partir de los seis meses. Sin embargo, como se creia que fos bebés necesitaban acostumbrarse a la comida blanda antes de poder aprender a masticar, la mayoria de perso- nas crefan que tenian que empezar con los purés mucho antes de los seis meses, para poder darles comida para masticar Ilegado el momento. En 1974, cuando se emitieron las primeras directrices oficiales, ya se alimentaba a la mayoria de bebés de tres meses con algo mas que leche (normalmente, papillas o galletas duras). Las directrices decian que los bebés debian alimentarse exclusivamente de leche como minimo hasta los cuatro meses de edad y que, llegados a los seis, todos debian haber empezado a recibir alimentos de otro tipo. Esta recomendacion se confirmé en 1994 y siguid siendo la oficial hasta 2003, afio en el que se emitié la recomen- dacién actual de una alimentacién a base de leche materna (o preparada) hasta los seis meses de edad. : tiene 21 afios). ‘Ahora gue no estaba prepara- § : So, AL a ivel madurative n ni eases ace abartealb s6lo agarraba mientras los - El problema de la alimentacion con cuchara Imaginese que tiene seis meses. Disfruta imitando al resto de Ja familia y quiere agarrar lo que ellos tienen en las ma- nos porque desea averiguar qué es. Cuando observa comer a sus padres, fe fascina el olor, la forma y el color de los alimentos. No sabe que comen porque tienen hambre; sen- cillamente, quiere hacer lo mismo que ellos... porque asf es como aprende. Sin embargo, en lugar de animarle a que se una a ellos, sus padres insisten en meterle en la boca una cuchara repleta de algo pastoso. La pasta siempre tiene la misma consistencia, aunque el sabor varia de un dia para otro; a veces le gusta, otras no. Sus padres le dejan verla, pero en raras ocasiones le permiten tocarla. Unas veces pa- rece que tienen mucha prisa y otras tiene que esperar la si- guiente cucharada durante lo que parece una eternidad. Cuando escupe la comida, porque n’o se la esperaba (0 por- que quiere ver como es), la recuperan tan rapido como les es posible y se la vuelven a meter en la boca. Atin no ha aprendido que este puré le puede [lenar el estémago, por lo que es probable que, si tiene hambre, se sienta frustrado, porque lo que quiere es el pecho o el biberén. Si no tiene demasiada hambre y el puré sabe bien, es posible que se lo coma. Pero atin siente mucha curiosidad por lo que hacen los demas, y preferiria hacer lo mismo que ellos. No es que la alimentacién con cuchara sea mala, es que no es necesaria. Y, aunque son muchos los bebés que pasan por la papilla y que luego disfrutan de la comida sin mayores problemas, alimentarlos de esta manera es expo- nerse a crear problemas que no se dan con el método ACS. En parte, tiene que ver con la consistencia de las pa- pillas y de los purés, y en parte tiene que ver con el control que el bebé ejerce sobre su alimentacién. ¢ La consistencia de las papillas y de los purés permite al bebé sorberlos de la cuchara; no necesita masticar, Si no se le da al bebé la oportunidad de experimentar con alimentos que hay que masticar una vez ha cumplido Jos seis meses, el desarrollo de las habilidades de masti- cacién puede retrasarse. Los bebés a los que no se ofre- ce comida sélida hasta que casi han cumplido el afio (o aun més tarde) quizd no aprendan nunca a gestionar bien las bolas de comida (es lo mismo que no darle la oportunidad de caminar hasta que tiene, por ejem- plo, tres afios). Las habilidades de masticacién son im- portantes por muchos motives, porque contribuyen, por ejemplo, al desarrollo del habla, a las digestiones faciles y a la deglucién segura (véase pag. 61). Los bebés aprenden a gestionar los trozos de comida antes y mejor si se les permite comer solos, porque les es més facil manipular y masticar comida desde el principio de la boca. Cuando se les da con cuchara, la comida tiende a acumularse en el fondo, donde les resulta mucho mis dificil moverla (ademas de ser poco seguro). Al principio, muchos bebés responden con arcadas a los purés y a las papillas (que se venden como «alimen- tos de continuacién»), porque cuando sorben la cucha- ra y la comida les llega al fondo de la boca, se activa el reflejo de arcada (véase pag. 67). Les cucsta mas apren- der a evitar las arcadas cuando se les alimenta a cucha- radas que cuando son ellos quienes se meten la comida en la boca, por fo que muchos bebés deciden rechazar la cuchara. Cuando se les alimenta con cuchara, no controlan cuanto comen 0 a qué velocidad. La comida triturada se traga rapidamente y resulta muy tentador persuadir al bebé para que coma «sdélo una cucharadita mas». Con frecuencia, los bebés comen mas rapido de lo que lo harian si comieran solos y acaban comiendo mas de lo que necesitan en realidad. Persuadir constantemente a un bebé para que coma més de lo que necesita inter- fiere con su capacidad para notar cuando esté satisfe- cho y puede flevarle a comer en exceso toda su vida. La leche es el nutriente mas importante para todos los bebés menores de un afio. Los sélidos contienen mu- chos menos nutrientes que Ia leche materna o prepara- da. Si se le da demasiado sdlido (algo muy habitual con los purés), el apetito por la leche disminuye. Y, co- mo resultado, es muy posible que acabe ingiriendo menos nutrientes de los que necesita. © Recibir cucharadas de papilla no es tan divertido como comer solo. Los bebés quieren explorar y probar cosas nuevas. Asi es como aprenden. En general, no les gusta que se Jes hagan cosas o que se hagan cosas por ellos. Dejar que coman solos hace que las horas de la comida sean mucho més agradables y les anima a confiar en la comida, por lo que la probabilidad de que disfruten de una gran variedad de sabores y de texturas aumenta considerablemente. Esto no significa que no se les puedan dar purés y papillas a los bebés que aprenden a comer solos. Algunos apren- den a comer solos muy pronto con una cuchara ya carga- da, otros aprenden a «mojar» la cuchara con bastante rapidez y hay muchas otras maneras de manejar la comida liquida (véase pag. 166). El problema aparece cuando se alimenta al bebé sinica- mente a base de alimentos triturados y no se Je permite asumir el control sobre lo que come. Controlar qué come permite al bebé probar los alimen- tos en la entrada de la boca y escupirlos si no le gustan, mientras que las cucharadas de papilla van directamente al fondo y son mucho mas dificiles de manejar. A no ser que esté seguro de que es algo que le gusta, el bebé puede rechazarlo. Es facil entender que esto puede llevar a que los bebés rechacen todo a excepcién de los sabores mas agradables. «Durante el par de semanas en que le di purés a Mabel, la mesa se convirtiéd en una especie de campo de batalla. No queria saber nada de la cuchara. Fue tan frustrante... No sé si era por la cuchara, por la tex- tura del puré o por una combinacién de ambas cosas, pero en cuanto le di algo que pudo coger y meterse en la boca ella sola, las horas de la comida volvieron a ser divertidas, y se atrevia con todo. No habia querido ni probar el puré de maiz, pero le di mazorcas de maiz baby y le encantaron.» Becky, madre de Mabel, 10 meses Hay muchos paises donde lo habitual es comer con las manos. De hecho, hay culturas que creen que, para disfru- tar verdaderamente de la comida, es necesario tocarla y sentirla, y que usar cubiertos estropea la experiencia. Otras culruras no ven la necesidad de usar herramientas para comer, Y, sin embargo, en la mayoria de paises occi- dentales, parecemos estar convencidos de que no se puede alimentar a un bebé si no es con una cuchara. Por supuesto, era imposible evitar las cucharas cuando se creia que los bebés de tres o cuatro meses necesitaban «sdlidos», porque, a esa edad, no podian masticar ni Hle- varse alimentos a la boca por sf mismos. Esto Ilevé a que se entendiera que tanto las cucharas, como las papillas y los purés, eran una parte esencial del proceso de introduc- cin de sélidos, independientemente de la edad que tuvie- ra el bebé. Por lo tanto, aunque la investigacién actual nos dice que los bebés que empezaron a ingerir sdlidos a los tres 0 cuatro meses de edad (si no antes), lo hicieron excesiva- mente pronto, la mayoria de personas siguen asumiendo que los primeros alimentos sélidos deben darse con cu- chara. Sin embargo, no hay ningiin tipo de investigaci6én que lo sustente. Nadie parece haber investigado si la ali- mentaci6n con cuchara es segura y adecuada para los be- bés; sencillamente, se ha convertido en una costumbre. Es una practica habitual, pero de eficacia no comprobada. «Cuando le daba purés a Ivan, tenia que apafidarmelas para que se echara a reir y aprovechar para meterle la cuchara en la boca... s6lo para que la sacara inmedia- tamente. Asf que intentaba introducirla por cualquier Angulo posible, antes de que volviera a girar la cara. Era obvio que no queria comer eso, pero estabamos convencidos de que era lo que necesitaba. Asi que nos sentabamos ahi, cada vez mas frustrados, mirando cé- mo avanzaban las agujas del reloj mientras intentaba- mos que se acabara el potito. Ahora, en retrospectiva, veo que seguramente no hubiera sido necesario.» Pam, madre de Ivan, 3 afios, y de Molly, 18 meses Los benefi ios del método ACS Es divertido Comer deberia ser una experiencia agradable para todo el mundo... tanto adultos como bebés. Desempefiar un pa- pel activo a la hora de comer y tener cierto control sobre qué, cuanto y a qué velocidad comer contribuye a que la experiencia sea mas agradable. Y lo contrario puede con- vertir la hora de la comida en una tortura. Los bebés que aprenden a comer solos tienen ganas de que llegue la ho- ra de la comida, porque disfrutan conociendo alimentos nuevos y haciendo cosas por si mismos. Contar con expe- riencias tempranas agradables y tranquilas aumenta las probabilidades de que el nifio adopte una actitud saluda- ble hacia la comida durante toda su vida. Es natural Los bebés estan programados para experimentar y para explorar. Es asi como aprenden. Utilizan las manos y la boca para explorar todo tipo de objetos, incluyendo la co- mida. Si aprenden a comer solos, pueden explorar los ali- mentos a su propio ritmo y seguir el instinto de comer cuando estan preparados... al igual que las crias de cual- quier otro animal. Aprender sobre los alimentos Los bebés que comen solos aprenden sobre el aspecto, el olor, el sabor, la textura de distintos alimentos y sobre las combinaciones de sabores. Con los purés, todos los sabo- res se confunden en uno solo. Los bebés que aprenden a comer solos descubren los distintos sabores que hay en, por ejemplo, un asado de pollo, y aprenden a reconocer los alimentos que les gustan. Y pueden dejar lo que no les gusta, en lugar de tener que rechazar todo el asado para evitar un ingrediente. Asi, es mas facil planificar las comi- das y los bebés no se pierden lo que si les gusta. Ademas, toda la familia puede compartir una misma comida, aun- que a todo el mundo zo le gusten los mismos sabores. Aprender a comer con seguridad Tener la posibilidad de explorar los alimentos antes de metérselos en la boca ensefia a los bebés lecciones impor- tantes sobre lo que pueden masticar y lo que no. La rela- cién entre lo que notamos en una parte del cuerpo y lo que sentimos en otra sdlo se aprende mediante la expe- riencia. Por lo tanto, si hablamos de bebés, manipular un trozo de comida y metérselo en la boca, le ayuda a deter- minar la facilidad con que puede masticar y mover en la boca trozos de distinto tamafio. Y esto puede llegar a ser muy importante para su seguridad, porque impedird que, mas adelante, pueda meterse en la boca trozos demasiado grandes que no podria masticar. Aprender desde el principio qué hacer con alimentos de texturas distintas también reduce las probabilidades de que se atraganten (véase pag. 66). Aprender sobre el mundo que les rodea Los bebés no se limitan a jugar; aprenden continuamente. Casi todo lo que puedan aprender con el mejor (y mas caro) juguete educativo, pueden aprenderlo también manipulan- do la comida. Por ejemplo, pueden aprender a sostener algo blando sin aplastarlo, 0 algo resbaladizo sin que se les caiga; y, cuando, al fin, se les cae algo, descubren qué es la grave- dad. Aprenden conceptos como menos y mas, tamajio, for- ma, peso y textura. Como activan los cinco sentidos (vista, tacto, ofdo, olfato y gusto), descubren cémo se interrelacio- nan y, asi, entienden mejor el mundo que les rodea. Desplegar todo el potencial Comer solos permite que los bebés practiquen conductas muy importantes para su desarrollo en cada comida. Se Hlevan la comida a la boca con los dedos, por lo que prac- tican la coordinacién visomotora. Agarrar alimentos de diferentes tamafios y texturas varias veces al dia les ayuda a mejorar la motricidad fina, lo que puede ser util mas adelante, a la hora de aprender a escribir y a dibujar. Y masticar la comida (en lugar de tragar purés) les ayudar a desarrollar los musculos faciales que necesitaran cuando aprendan a hablar. «Todo el mundo me dice que Emmanuel maneja las manos con una habilidad sorprendente para su edad, pero yo creo que es normal. Todos los bebés deberian poder hacerlo, es sdlo que no se les da la oportunidad de practicar como lo harian si, a diario, pudieran co- mer solos distintos tipos de comida. Y, sin embargo, nadie me cree cuando les contesto que es porque siempre ha comido solo.» Antonietta, madre de Emmanuel, 2 afios Seguridad en uno mismo Permitir que los bebés hagan cosas por si solos no sdlo les permite aprender, sino que les da confianza en sus propias habilidades y en sus conocimientos. Cuando un bebé coge algo y se lo lleva a la boca, recibe una recompensa casi instantanea en forma de sabor o de textura interesante. De este modo, aprende que puede hacer que pasen cosas buenas, lo que, a su vez, le ayuda a desarrollar la seguri- dad en si mismo y la autoestima. A medida que aumenta su experiencia con la comida, descubre qué es comestible y qué no, ademas de qué puede esperar de cada tipo de comida, por lo que aprende a confiar en su criterio. Los bebés seguros crecen para convertirse en nifios seguros, que no temen probar cosas nuevas y que se recuperan ra- pidamente cuando las cosas no salen como esperaban. Ver que su hijo es capaz de comer solo ayuda a los padres a confiar en sus capacidades y en su instinto. Con frecuen- cia, esto se traduce en una actitud mas relajada ante su necesidad de explorar el mundo, por lo que le dan mas li- bertad para aprender. Confiar en la comida Los bebés que aprenden a comer solos se valen del instin- to para decidir qué comer y qué dejar en el plato, por lo que raras veces muestran desconfianza ante la comida, al- go que si puede suceder en otros bebés y nifios, Permitir que rechacen la comida que sienten que no necesitan, 0 que les parece poco segura (demasiado verde, madura o pasa- da), significa que, luego, estaran mas dispuestos a probar cosas nuevas, porque saben que podrdan decidir si se las comen 0 no. «Al principio, Emma aceptaba mucho mejor la comida que podia identificar. Todo lo que estaba mezclado, incluso los potajes, le daba un poco de reparo. Se lo comia igualmente, pero pasaba mucho mas tiempo estudidndolo, como si tuviera que comprobar que es- taba bien.» Michelle, madre de Emma, 2 afios Participar en las comidas familiares Los bebés que aprenden a comer solos participan desde el principio en las comidas familiares, comen lo mismo que el resto y son parte de ese evento social. Les resulta diver- tido y les permite empezar a copiar la conducta en la me- sa, por lo que pasaran de manera natural a utilizar los cubiertos y a adoptar los modales que la familia espera que se tengan en la mesa. Aprenden a comer distintos ali- mentos, a compartir, a esperar su turno y a conversar. Participar en las comidas en familia ejerce un efecto posi- tivo sobre las relaciones familiares, las habilidades socia- les, el desarrollo del lenguaje y la alimentacién saludable. Controlar el apetito Los habitos de alimentacién que se adquieren durante la infancia pueden durar toda una vida. Parece légico pensar que los bebés que pueden decidir qué comer de entre una variedad de alimentos nutritivos, a qué velocidad y cudn- do tienen bastante, seguiran comiendo segdn su apetito, por lo que las probabilidades de que coman demasiado mds adelante disminuyen. Puede ser un elemento impor- tante a la hora de prevenir Ja obesidad. Mejorar la alimentaci6n Las pruebas sugieren que los nifios cuyos padres les han permitido aprender a comer solos y les han implicado en las comidas familiares desde cl principio tienen menos probabilidades de escoger alimentos poco saludables cuando crecen, por lo que es mas probable que, a largo plazo, estén mejor alimentados. Esto sucede, en parte, porque se han acostumbrado a imitar la conducta de sus padres y a comer alimentos de adultos estén donde estén, y en parte porque tienden a ser bastante mds aventureros con la comida. Salud a largo plazo Como las tomas de leche se reducen muy lentamente, los bebés que aprenden a comer solos y que toman el pecho tienen mds probabilidades de seguir ingiriendo una buena cantidad de leche materna durante mas tiempo. La leche materna no sélo aporta nutrientes perfectamente equili- brados, sino que también protege, tanto a los bebés como a las madres, de muchas enfermedades graves. Experimentar con texturas y aprender a masticar Los bebés que aprenden a comer solos experimentan con alimentos de texturas y formas distintas desde el princi- pio, en lugar de encontrarse con comida que siempre tiene la misma consistencia. Como tienen la oportunidad de practicar la masticacion y de mover los alimentos dentro de la boca con la lengua, aprenden a manejar la comida antes que los que se alimentan sdlo con purés, Aprender a masticar de manera eficiente también es beneficioso pa- ra el habla y para la digestién (véase pag. 61). Tener la oportunidad de experimentar con una amplia variedad de alimentos desde el principio significa que la hora de !a co- mida es mas interesante para el bebé, ademas de aumentar las probabilidades de que obtenga todos los nutrientes que necesita. La oportunidad de experimentar con la comida Aprender a comer solos permite que los bebés experimen- ten algunos de los placeres de la buena comida desde el principio. En tanto que adultos, tendemos a darlos por sentados y nos olvidamos de lo mucho que los sabores y Jas texturas individuales de un plato contribuyen al placer que nos proporciona la comida. Los alimentos de «prime- ra fase» tradicionales suelen consistir en varios ingredien- tes, triturados y mezclados en un puré homogéneo. Y esto, no solo significa que el bebé no experimenta mas que una textura, sino que tampoco tiene la oportunidad de descu- brir el sabor de cada uno de Jos ingredientes por separado, Y esto tiene consecuencias para la dieta, ademas de para el placer que obtiene de la comida. «La primera vez que vi comer a un bebé que habia apren- dido a hacerlo solo me sorprendié lo seguro que se mos- traba ante la comida normal, de adulto. Tenia 10 meses, pero ya cogia con las manos los trozos de comida, y era evidente que sabia qué era cada cosa y que estaba acos- tumbrado a escoger lo que queria. Parecia muy satisfe- cho y disfrutaba enormemente de la comida.» Maryanne, directora de guarderia Actitud positiva hacia la comida Es probable que muchos trastornos de la alimentacién du- rante la infancia, y quizds incluso durante la adolescencia y el principio de la edad adulta, tengan su origen en las primeras experiencias con la comida. Si estas son positi- vas y saludables, los problemas como el rechazo a Ia co- mida o la fobia a ciertos alimentos son mucho menos probables. Comidas més sencillas y menos complicadas Triturar la comida requiere mucho tiempo y es complica- do. Si el bebé come solo, deja de ser necesario. Siempre que la dieta de los padres sea sana, es muy facil adaptarla a un bebé. Y en lugar de darle los purés a cucharadas en otro momento, o mientras la propia cena se nos enfria, si el bebé come solo, la familia puede comer junta. Se acabaron las batallas campales Cuando no se presiona a los bebés para que coman, la ho- ra de la comida deja de ser un posible campo de batalla. Toda la familia puede disfrutar tranquilamente de la co- mida, lo que hace tan felices a los padres como a los hijos. Nifios menos maniaticos Cuando los bebés aprenden a comer solos, es menos pro- bable que desarrollen manias o que rechacen ciertos alimentos, porque comer pasa a ser una experiencia agra- dable y el bebé come alimentos normales desde el princi- pio, por lo que desaparece la transicién de la leche a los purés y luego a los sélidos, que resulta complicada para muchos bebés. «Creo que los bebés que ernpiezan con los sdlidos de esta manera Siguen una dieta mas variada y tienden a ser menos maniaticos mas adelante.» Beverley, auxiliar sanitaria No hay necesidad de estratagemas ni de juegos Muchos padres que alimentan a sus bebés con cuchara se encuentran con que no comen demasiado bien, y acaban recurriendo a la persuasiOn para que acepten distintos ali- mentos. Como el método ACS respeta la decisién del bebé acerca de qué comer (0 no) y de cuando dejar de comer, no es necesario persuadirle de nada. Esto significa que no hay necesidad de juegos elaborados con trenes y aviones ima- ginarios para intentar engafiar al bebé y obligarle a aceptar una comida que no desea. Y tampoco hay necesidad de en- gafiarles para que coman de manera saludable: basta con presentar la comida con formas especiales (como caras sonrientes) 0 con «esconder» las verduras en otros platos. No se deja al bebé a un lado Cuando se da de comer a los bebés aparte, distraerles mientras el resto de Ja familia come puede resultar todo un reto. Si el bebé come solo, todos comen a la vez, por lo que todo el mundo participa en la accion. Comer fuera es mas facil El método ACS significa que, normalmente, en las cartas de los restaurantes siempre hay algo que el bebé puede comer, sobre todo porque los bebés que han empezado con los sélidos de esta manera tienden a ser aventureros con la comida. Los padres pueden disfrutar de su comida mientras atin esta caliente, mientras que el bebé aprende qué es un restaurante, que la comida tiene un aspecto y un olor distintos a los de casa, y que tiene que esperar hasta que se la traen. Todo esto hace que su experiencia sea completamente distinta a la de un bebé al que se le da la misma comida que en casa, con la misma cuchara, y pro- cedente de un tarro. También hace que decidir salir a comer fuera esponta- neamente sea més factible: decidir qué llevar para el bebé es mucho mas facil, no hay que preocuparse de triturar comida ni de calentarla una vez fuera. «Es increible lo facil que es salir a comer fuera. Mi nie- ta come lo mismo que nosotros. Cuando mi hijo tenia su edad, siempre tenia que llevar potitos o paquetes de comida, y encontrar el modo de calentarlos. Ella prueba todo lo que le damos, jque es muy variado! Parece mas sencillo que en mi época, la verdad.» Anne, abuela de Lilly, 9 meses Es mas barato Dejar que el bebé comparta lo que come el resto de la fa- milia es mds barato que comprar y preparar comidas di- ferentes. ;Y muchisimo mas barato que Jas comidas para bebés ya preparadas! éY qué hay de los inconyeni¢ntes? La suciedad Bueno, si, es un poco sucio. Sin embargo, todos los bebés tienen que aprender a comer solos en algiin momento, y siempre habra salpicaduras. Lo que sucede es que, con el método ACS, las salpicaduras Ilegan antes. La buena no- ticia es que este periodo es bastante corto con la mayoria de bebés, porque como tienen la posibilidad de practicar con tanta frecuencia, acaban dominando Ja técnica con relativa rapidez. Hay muchas maneras de prepararse para el desaguisado (véase pag. 107) y, de todos modos, el pu- ré a cucharadas también mancha lo suyo. La preocupacion de los demas No es que las preocupaciones o Jas dudas de los demas sean un inconveniente en si mismo, pero pueden llegar a ser un problema. Como no se ha hablado mucho de este sistema, hay mucha gente que no conoce este modo de in- troducir los s6lidos y no entiende su funcionamiento. Por eso, pueden mostrarse escépticos o incluso preocupados... hasta que lo ven en accién, claro esta. éComo funciona el método ACS? «Lo mejor es que el momento adecuado resulta evi- dente, Si el bebé puede sentarse, extender el brazo, coger algo de comida y metérselo en la boca, moverlo con la lengua y tragarselo, el sistema digestivo esta preparado. La naturaleza no se equivoca.» Hazel, madre de Evie, 8 afios, de Sam, 5 afios, y de Jacky, 22 meses Capacidades en alza Aprender a comer sélidos es una parte natural del de- sarrollo del bebé, al igual que gatear, caminar o hablar. Aunque el desarrollo de algunos bebés es mas rapido que el de otros, el proceso es el mismo para todos y las nuevas habilidades se adquieren siguiendo, aproximadamente, el mismo orden. Por ejemplo, la mayoria de bebés aprenden a hacer fo siguiente en este orden: ¢ Darse la vuelta rodando. © Sentarse. © Gatear. « Ponerse de pie. ¢ Caminar. Este principio se aplica a todas las facetas del desarrollo infantil, lo que incluye la alimentacion. Los bebés adquieren esas habilidades sin que nadie ten- ga que ensefiarselas, Es decir, no las «aprenden», sino que adquieren la capacidad de llevarlas a cabo. Algunas se de- sarrollan poco a poco y otras aparecen casi de la noche a la mafiana, pero todas son resultado de que el bebé va practicando y coordinando distintos movimientos. El desarrollo de estas habilidades es continuo a partir del mismo instante en que nacen; muchos de los primeros movimientos son instintivos, pero a medida que los bebés aprenden a controlar la musculatura, empiezan a hacer movimientos voluntarios. Todos los bebés desarrollan habilidades que tienen que ver con la capacidad de comer solos, aunque los que tie- nen la oportunidad de practicar (manipulando alimentos), suelen aprender antes que los que son alimentados con cu- chara. Las habilidades relacionadas con la alimentacién suelen aparecer de manera natural en este orden: ¢ Engancharse al pecho materno. ¢ Tender la mano hacia objetos interesantes. e Agarrar objetos y llevarlos a la boca. ¢ Explorar objetos con los labios y con la lengua. © Mordisquear comida. « Masticar. « Tragar. © Coger objetos pequefios «haciendo Ja pinza» (con el in- dice y el pulgar). Nada més nacer, los bebés saben encontrar el seno mater- no y engancharse para empezar a mamat. Todas los bebés normales y sanos nacidos a término cuentan con esta es- trategia de supervivencia. También tienen un reflejo de succién innato, que utilizan para extraer la leche del pe- cho o del biberén, pasarla al fondo de la boca y tragar. Hacia los tres meses de edad, los bebés empiezan a en- contrarse las manos: las ven y las mueven delante del ros- tro para estudiarlas. Si cualquier cosa les roza la palma de la mano, la cierran automaticamente. Poco a poco, empie- zan a llevarse las manos a la boca. A esta edad, atin no coordinan demasiado bien la musculatura, por lo que es habitual que se golpeen el rostro o se sorprendan al ver que tienen algo en la mano. Hacia los cuatro meses, ya pueden alargar la mano ha- cia los objetos que les interesan. A medida que los movi- mientos se van haciendo més refinados, empiezan a poder mover brazos y manos con precision, para agarrar los ob- jetos que les interesan y llevarselos a la boca. Los labios y fa lengua son muy sensibles y el bebé los utiliza para ex- plorar el sabor, la textura, la forma y el tamafio de objetos cotidianos. Cuando llegan a los seis meses de edad, la mayoria de bebés pueden alcanzar objetos faciles de asir, cogerlos con toda la mano y llevarselos a la boca con total precision. Si el bebé tiene la oportunidad de mirar, alcanzar y agarrar comida (en lugar de sélo juguetes), se la Ilevard a la boca. Aunque pueda dar la impresién de que esta comiendo, en realidad no se tragara la comida, se limitara a explorarla con los labios y la lengua. Entre los seis y los nueve meses de edad, el bebé ad- quiere multiples habilidades, una detrds de otra. Primero, aprende a morder o mordisquear trozos pequefios de co- mida con las encias (0 con los dientes, si ya le han empe- zado a salir). Muy pronto, descubre que puede mantener la comida en la boca durante un tiempo y, como el tama- fo y la forma del interior de la boca han cambiado y aho- ra controla mejor la lengua, puede moverla y masticarla. Sin embargo, en esta fase, y siempre que esté sentado de- recho, lo mas probable es que la comida se le caiga de la boca en lugar de tragarla. A diferencia de la leche (ya sea materna o preparada), que al succionarla va directamente a la parte posterior de la cavidad bucal, cuando se trata de alimentos sélidos, hay que moverlos activamente en el interior de la boca. Los bebés no pueden hacerlo hasta después de haber aprendido a morder y a masticar. Esto significa que, como minimo durante una semana o dos, cualquier cosa que se metan en la boca acabara cayéndoseles. Sdlo empezaran a tragar cuando los musculos de la lengua, de las mejillas y de la mandibula estén lo bastante coordinados para per- mitirselo. Es posible que se trate de una proteccién natu- ral contra el atragantamiento, pero sdlo funciona cuando es el propio bebé quien se mete la comida en la boca; ne- cesita tener el control. Hacia los nueve meses de edad, el bebé adquiere «la pinza», es decir, aprende a usar el pulgar y el indice para agarrar objetos pequefios (o comida). Antes de que esto su- ceda, es muy poco probable que pueda Ilevarse nada muy pequefio (como una uva pasa o un guisante) a la boca. Los bebés que pueden comer solos en todas las comidas disfrutan de multiples oportunidades para practicar estas habilidades y adquieren seguridad y precisién muy pronto. Al parecer, al igual que caminan cuando estan preparados, también empiezan a ingerir sdlidos cuando estan prepara- dos, siempre que se les ofrezca la oportunidad. 52 Gran parte de la investigaci6n sobre la introducci6n de la alimentacién sdlida se ha centrado en cudndo debe em- pezarse y con qué alimentos. En general, se pasa por alto la relacién entre el desarrollo infantil y la introduccion de s6lidos, Cuando la coautora de este libro, Gill Rapley, vio como manejaban la comida los bebés (véase apéndice 1, pag. 258), se le hizo evidente tanto que los bebés saben instintivamente cuando estan preparados para empezar a ingerir s6lidos, como que desarrollan de manera natural las habilidades necesarias para comer solos. «En cuanto me explicaron el método ACS, pensé “iPues claro que si! jEs légico!”. Me senti un poco ton- ta por no haberlo sabido instintivamente con mi pri- mer bebé. Asi que, con John, sabiamos desde el principio que comeria solo. Ya habiamos visto que era posible con los otros dos. No es necesario comple- mentar los purés con trocitos de comida. Los trocitos pueden “ser” la comida.» Liz, madre de Heather, 8 afios, de Edwin, 5 afios, y de John, 20 meses Tomar el pecho, tomar el biberén y el método ACS Comer solos es un proceso natural para los bebés, tanto si han tomado el pecho como el biberén. Todos los bebés demuestran curiosidad por el mundo que les rodea y, a partir de los cinco meses de edad, empiezan a agarrar ob- jetos y a llevdrselos a la boca. Sin embargo, tomar el pe- cho prepara especialmente a los bebés para los sdlidos. Funciona asi: © Los bebés que toman el pecho ya comen solos. La madre tiene que sostener al bebé en una posicién adecuada, pe- ro el bebé come solo; se engancha al pezén para comer y lo suelta cuando tiene bastante. De hecho, es imposible obligar a un bebé a tomar el pecho, como ya sabra si lo ha intentado alguna vez. Los bebés que toman el pecho estan acostumbrados a comer solos mucho antes de em- pezar con los sdélidos, Por el contrario, los que toman el biberén dependen mas de que la madre tome la iniciati- va. Esperan a que les metan la tetina en la boca y espe- ran que se mantenga ahi mientras la necesiten. © Los bebés que toman el pecho siempre tienen el control. Pueden alterar la velocidad a la que maman y decidir cuanta leche toman, en funcién del hambre o de la sed que tengan. Por el contrario, el ritmo de alimentacidn de los bebés que toman biberén depende directamente del tamano de los orificios de la tetina. Y se les puede per- suadir para que ingieran més leche de la que quieren en realidad, moviendo la tetina en la boca, para que succio- nen (el reflejo de succién es una respuesta inevitable, como el reflejo de la rodilla). ¢ Al mamar, los miisculos de la boca se ejercitan de un modo distinto que cuando se toma el biberon. La accion de la boca del bebé durante cl amamantamiento es pare- cida a la masticacién, mientras que, al tomar el biberén, el movimiento se parece mas a sorber de una pajita. Por lo tanto, los miisculos de la boca de un bebé que toma el biber6n no estén tan preparados para masticar. Esto sig- nifica que tarda un poco mas en aprender a mover bien la comida en el interior de la boca. © El sabor de la leche materna varia de una toma a otra, en funcion de lo que haya comido la madre. Por lo tan- to, el bebé que toma el pecho estd acostumbrado a dis- tintos sabores desde el principio, mientras que el que toma el biberén siempre experimenta el mismo. Por lo tanto, el bebé que ha tomado el pecho no muestra tanta sorpresa ante los distintos sabores de la comida y se muestra mds dispuesto a experimentar. Por el contrario, es habitual que los padres de bebés que han romado el biber6n se encuentren con que se muestran reticentes a probar demasiados sabores nuevos de golpe. De todos modos, que el método ACS resulte una transi- cion tan natural para fos bebés que han tomado el pecho no significa que tenga que ser dificil para !os que han to- mado el biber6n. Sencillamente, tardaran un poco mas en aprender y en mostrarse tan aventureros como los que han tomado el pecho. Hay otros aspectos del método ACS que también pue- den ser algo distintos para los bebés que han tomado el biberén, como la introduccién de las bebidas (véase pag. 179) y la reduccién de las tomas de leche a medida que aumenta la ingesta de sdlidos (véase pag. 181), pero el concepto general funciona extraordinariamente bien para todos los bebés. «Muchas madres que han alimentado a sus bebés ex- clusivamente con el pecho durante los primeros seis meses de vida, parecen preferir el método ACS cuando introducen los alimentos sdlidos. Ademas, pueden se- guir amamantdndolos, con todos los beneficios que ello conileva para la salud.» Nicky, asesora de lactancia Interrumpir Ja alimentacion autonoma Los bebés pueden comer auténomamente (del pecho de su madre) desde que nacen y la mayoria de padres no es: perarian tener que alimentar a un nifio de dos 0 tres afios de edad; esperarian que ya comiera solo, de forma auté- noma. Por lo tanto, no parece légico que la progresién natural de la alimentacién aut6noma deba interrumpirse a los seis meses de edad, al introducir los purés y los tri- turados, y que sean los padres quienes decidan cuando permitir que el bebé vuelva a comer solo. Los bebés pueden ingerir sélidos a partir de los seis meses; no es necesario intervenir y hacer las cosas por ellos durante unos meses, y tampoco Io es volver a salir de escena. E! bebé puede seguir comiendo solo durante todo ese tiempo. éQué motiva a un bebé a comer? Cuando un bebé de seis meses se lleva comida a la boca, la motivaci6n no tiene nada que ver con el hambre. Los bebés quieren imitar a los demas, en parte porque son cu- riosos, y en parte porque saben, instintivamente, que es la manera de saber que lo que hacen es seguro. Por lo tanto, no deberia sorprendernos que quieran comer lo mismo que sus padres. La mayoria de nuestro desarrollo mientras somos be- bés (si no todo), tiene que ver con la supervivencia. Los bebés necesitan aprender qué alimentos son seguros y cudles son malos, por lo que observan a sus padres, para ver qué se meten en Ja boca. Esto empieza a suceder aproximadamente al mismo tiempo que empiezan a des- cifrar cémo utilizar los brazos y las manos para agarrar objetos. La curiosidad de los bebés es tan intensa que, si quie- ren coger algo, practicaran los movimientos necesarios para ello una y otra vez, hasta que lo consigan. Y, cuando por fin logran coger algo nuevo, casi siempre se lo llevan a la boca, para explorar y aprender. En consecuencia, cuando se meten comida en la boca, la tratan del mismo modo que tratarian un jugucte o cualquier otro objeto. Hasta que se la introducen en la boca, no saben que tiene sabor 0 que es comestible. Si consiguen arrancar un trozo con los dientes, lo masticaran con las encias y descubriran el sabor y la textura. Es muy poco probable que se lo tra- guen, en parte porque no quieren, pero sobre todo porque tampoco saben como hacerlo. Todavia no son capaces de mover la comida en el interior de la boca y, siempre que estén sentados y erguidos y que no se les distraiga, es po- co probable que la comida acabe en la garganta por acci- dente. Lo mas probable es que se les caiga de la boca. Los bebés a quienes se permite !levarse comida a la bo- ca en cuanto pueden hacerlo, aprenden sobre los diferen- tes sabores y texturas que puede tener la comida mucho antes de poder tragar ningtin bocado. El proceso por el que descubren que la comida puede saciarles es muy lento y gradual. La motivacion para lle- varse comida a la boca sélo cambia una vez la relacionan con el hambre. Suele suceder cuando tienen entre ocho meses y un afio. Es el momento perfecto, porque, hasta entonces, no necesitan realmente alimentos sélidos para obtener nutrientes. Puntos clave * Lo que motiva a un bebé a Ilevarse comida a la boca no es el hambre, sino Ja curiosidad y el instinto de imitacion. ¢ Durante el primer mes 0 dos, los sélidos son, funda- mentalmente, una herramienta de aprendizaje. La necesidad de nutrientes adicionales Existe el mito de que la leche materna cambia hacia los seis meses y que deja de ser «suficiente» para el bebé. En reali- dad, la leche de una madre de un nifio de seis meses (0 in- cluso de dos afios) tiene practicamente el mismo valor nutricional que ha tenido siempre; lo que cambia es la ne- cesidad que tiene el bebé de determinados nutrientes. La le- che materna sigue siendo el alimento mas equilibrado que se le pueda dar a un bebé 0 a un nifio casi indefinidamente. Los bebés nacen con una reserva de nutrientes que han ido acumulando durante su estancia en el titero. Empiezan a utilizarla en cuanto nacen, pero los nutrientes que recibe con la leche materna garantizan que no se agote. A partir de los seis meses de edad, el equilibrio cambia y el bebé empieza a necesitar muy gradualmente cada vez mas nu- trientes de los que pueden aportarle la leche materna o preparada por si solas. Es importante insistir en que, a los seis meses de edad, los bebés empiezan a necesitar algo mas que una dieta ex- clusivamente a base de leche. La mayorfa de los bebés na- cidos a término tienen suficientes reservas de, por ejemplo, hierro para aguantar un tiempo mas; no se agotan de un dia para otro. Sin embargo, es necesario que empiecen a ingerir sdlidos a esta edad; asi, podran desarrollar las ha- bilidades que necesitan para comer distintos sélidos y acostumbrarse a sabores nuevos, en preparacion del mo- mento en que verdaderamente dependeran de otros ali- mentos como fuente de alimentacién principal. El momento en que los bebés empiezan a necesitar ca- da vez mas nutrientes parece coincidir en el tiempo con el desarrollo gradual de las habilidades que les permiten co- mer solos. Por lo tanto, a los seis meses, cuando atin cuen- tan con una buena reserva de nutrientes, casi todos los bebés empiezan a coger trozos de comida y llevarselos a la boca. Hacia los nueve meses, cuando la necesidad de nutrientes ya ha aumentado considerablemente, la mayo- rfa de bebés a quienes se ha permitido comer solos ya ha- bran desarrollado las habilidades necesarias para comer una amplia variedad de alimentos, que les proporciona- ran la nutricién adicional que necesitan. Sobre esta edad (aunque puede variar mucho de un bebé a otro), muchos padres que han seguido el método ACS informan que sus bebés parecen comer de una manera mas consciente, co- mo si supieran instintivamente que necesitan esa comida para complementar las tomas de leche. Como ir reduciendo las tomas de leche Muchos padres se sienten presionados a reducir las tomas de leche de sus bebés para obligarles a ingerir mas sdlidos, pero no es conveniente acelerar el proceso. Entre los seis y los nueve meses de edad, la cantidad de leche, ya sea materna o preparada, debe mantenerse estable, mientras la cantidad de s6lidos aumenta gradualmente. Las tomas de leche no deben empezar a reducirse hasta los nueve me- ses de edad, momento en que la alimentaci6n sélida toma el relevo progresivamente. Si se deja que el bebé decida el momento en que se introducen los sdlidos y el ritmo de este progreso, cada vez tomard mas sélidos y menos leche, de manera natural. La velocidad a la que asimilan Ja alimentacién sélida y abandonan la leche puede variar mucho de un bebé a otro. Algunos empiezan a tragar s6lidos casi desde el principio (a Jos seis meses) y a los nueve meses ya dominan por comple- to la técnica y empiezan a reducir las tomas de leche. Otros bebés empiezan de un modo muy gradual y no muestran demasiado interés en hacer mucho mas que ex- plorar los alimentos sdlidos hasta que han superado con creces los ocho meses de edad, y siguen comiendo muy poco a los 10 0 incluso a los 12 meses. Y, por supuesto, las variaciones entre ambos extremos son infinitas. Hay bebés que empiezan con un gran entu- siasmo que parece desaparecer al cabo de unas semanas. Y, luego, también estan los que tardan una eternidad en mostrar el mds minimo interés por los sdlidos, pero que, una vez empiezan, lo hacen a un ritmo acelerado. Muchos bebés avanzan a trompicones y alternan sema- nas en que parece que no ocurre nada con semanas en que parece que cada dia hacen algo nuevo. Todo esto es abso- lutamente normal y es muy distinto al desarrollo constan- te y por etapas que los padres esperan cuando alimentan a sus bebés con cuchara. «En mi opinién, las “etapas” por las que parece que tienen que pasar todos los bebés son uno de los pro- blemas del proceso convencional de introduccién de los sdlidos. El método ACS las elimina por completo.» Helen, dietista Aprender a masticar La capacidad del bebé para utilizar la boca se desarrolla junto al resto de habilidades. Para poder masticar, tragar o hablar, hay que coordinar la musculatura de la boca, que incluye a la lengua. Los bebés recién nacidos son ca- paces de coordinar estos miisculos hasta el punto de suc- cionar el pecho de la madre (0 la tetina del biberén), pero nada mas. Por eso, si se dan «s6lidos» a bebés demasiado pequefios, tienen que ser muy blandos y casi liquidos, por- que s6lo podran ingerirlos succionando. Muchas personas asumen que Jos bebés necesitan pa- pillas y purés antes de poder asimilar alimentos realmente solidos, pero no es asi. Los bebés adquieren Ia habilidad de masticar de manera natural, a medida que la boca ma- dura y se desarrolla. Al tomar el pecho, sobre todo, desa- rrollan Ja musculatura que posteriormente utilizaran para masticar y hablar. En el pasado, se creia que los bebés tenian que acos- tumbrarse a la cuchara antes de poder pasar a alimentos mas consistentes. Tampoco es cierto. Los bebés tienen un reflejo, conocido como «reflejo de extrusién», por el que expulsan con la lengua cualquier cosa que se les introduz- caenla boca, excepto el pecho 0 el biberon. Probablemente se trate de un mecanismo de defensa, para impedir que traguen o inhalen nada sdlido. Al principio, la alimenta- cién con cuchara requiere anular el reflejo de extrusion, motivo por el que resulta tan complicado y sucio. El re- flejo de extrusién empieza a desaparecer por si mismo ha- cia los cuatro meses de edad, tanto si se le han dado papillas al bebé como si no. Por Jo tanto, lo que durante muchos ajfios se entendié como una prueba de que el bebé se estaba acostumbrando a la cuchara es, en realidad, la constatacion de que el reflejo de extrusion ya esta desa- pareciendo. Del mismo modo, los bebés no aprenden a masticar; sencillamente, desarrollan la capacidad de hacerlo, por lo que no es necesario «ensefiarles» a masticar con purés suaves y pasar gradualmente a la comida triturada y, lue- go, chafada. Los bebés no nécesitan dientes para masticar La mayoria de bebés de seis meses ya tienen uno 0 mas dientes, pero hay algunos que no. Sin embargo, no pare- ce que el hecho de que les hayan empezado a salir los dientes 0 no tenga mucho que ver con su capacidad pa- ra morder o mordisquear comida: si no tienen dientes, usan las encias. No influye en absoluto en si pueden masticar o no. (Sin embargo, es probable que si tengan que esperar a tener mas dientes para morder alimentos duros, como la zanahoria cruda.) Las encias permiten morder y mascar perfectamente, jcomo podra confirmar cualquier madre que haya dado el pecho! «A Otis atin no le ha salido ningtin diente. A los dos mayores no les salié ninguno hasta que cumplieron el afio de edad, asi que sé que los bebés no necesi- tan dientes para masticar; al afio de edad ya comfan lo mismo que el resto de la familia.» Sadie, madre de Ellen, 9 afios, de Thomas, 5 ajios, y de Otis, 8 meses En tanto que adultos, no prestamos demasiada atenci6n a cémo utilizamos la musculatura de la boca. Sin embargo, pasarnos el chicle de una mejilla a la otra, quitarle el hue- so a una cereza o a una Oliva, o retirar una espina o un trocito de algo enganchado en los dientes, requiere movi- mientos muy complejos. Aprender a mover la comida en la cavidad bucal es muy importante para la seguridad y para una higiene oral adecuada, ademds de para comer y para hablar; y la mejor manera de llegar a adquirir estas habilidades es practicarlas con muchos alimentos de tex- turas distintas. La variedad de texturas contribuye a que la experien- cia de comer sea mas interesante y agradable; el sabor no es lo Ginico que nos hace disfrutar de la comida. Imagine lo aburrido que nos resultaria a los adultos que toda la comida tuviera la misma textura (especialmente si todo fueran triturados y purés). Los alimentos crujientes, pega- josos, cremosos 0 duros ofrecen sensaciones distintas en la boca y requieren acciones diferentes. Cuantas mds tex- turas pueda experimentar un bebé, mas probable es que aprenda a gestionarlas y mds dispuesto estara a querer ex- perimentar. La «ventana de oportunidad» Algunas personas describen el periodo entre los cuatro y los seis meses de edad como una «ventana de oportunidad» para acostumbrar a los bebés a nuevos sabores y texturas. Les preocupa que, si se les pasa esa «ventana», el bebé se muestre reticente a aceptar los sdlidos y que el proceso se complique. El origen de esta preocupacién parece residir en que da la impresion de que los bebés que no han comido nada sélido hasta que ya han superado los seis meses de edad ofrecen mas resistencia que los bebés mds pequefios. Por desgracia, como la alimentacién con cuchara se ha convertido en el modo establecido de alimentar a los be- bés, nadie se ha planteado la posibilidad de que los bebés estén rechazando la manera en que se les da la comida, no la comida, en si misma. Los bebés de seis meses de edad o mayores a quienes se permite comer solos se muestran muy dispuestos a probar comida nueva; por otro lado, son personas muy capaces, a las que les gusta hacer las cosas por si misma. Por lo tanto, de haber un periodo ideal para que los bebés se acostumbren a texturas y a sa- bores nuevos, no empieza hasta que comienzan a Ilevarse de manera espontdnea la comida a la boca, es decir, hasta los seis meses de edad. Comer lo bastante pero no demasiado: aprender a controlar el apetito Saber cuando parar de comer es fundamental para evitar la obesidad y para mantener el peso adecuado en relacion a la estatura, se tenga la edad que se tenga; por lo tanto, parece de sentido comin que, si nos sentimos saciados, dejemos de comer. Sin embargo, muchos nifios (y adultos) no saben hacerlo. Una preocupacién comun a muchos padres y madres es que su bebé o su hijo no coma bastante. La comida esta intrinsecamente ligada a la crianza de los hijos y al amor: todos queremos demostrar a nuestros bebés lo mucho que les queremos, y alimentarles es un modo de hacerlo. Ademéas, cuando nuestro hijo rechaza la comida que le he- mos preparado, nosotros también nos sentimos rechaza- dos. Estas emociones, combinadas con las expectativas poco realistas acerca de cuanto deberian comer los bebés (véase pag. 171), hacen que se persuada regularmente a muchos bebés (y nifios) para que coman mis de lo que ne- cesitan. El nifio aprende a comer en exceso 0, en casos ex- tremos, puede llegar a desarrollar problemas como el rechazo o la fobia a la comida; de un modo u otro, el de- sarrollo normal del control del apetito se ve amenazado. Persuadir a bebés para que coman lo que no desean co- mer es especialmente facil cuando se les alimenta con cu- chara. Por el contrario, los que comen solos gestionan de forma natural cuanto comen y, sencillamente, dejan de co- mer cuando estan llenos. Por lo tanto comen lo que nece- sitan, y nada mas. La velocidad a la que comemos también es importante. Si el bebé come solo, lo hard a su ritmo y dedicara el tiem- po que necesite a cada trozo de comida. Los padres suelen sorprenderse de la gran cantidad de tiempo que un bebé puede dedicar a masticar un tnico bocado. Controlar cudnto y a qué velocidad come no sdlo le permite disfru- tar mds de la comida, sino que le facilita darse cuenta de que ya esta lleno. Sin embargo, la cuchara facilita que co- man mas de lo que comerian naturalmente, porque inter- fiere con la sensacién de saciedad. Comer demasiado rapido es otro aspecto de [a conducta alimentaria asocia- do a la obesidad, tanto adulta como infantil. «La actitud de Erin hacia la comida es fantastica. Controla perfectamente el apetito: come cuando tiene hambre y deja de comer cuando esta Ilena. En este pais comemos tan mal que a muchas personas les cuesta entender lo positivo que es eso.» Judith, madre de Erin, 2 afios «Me di cuenta de que, con la cuchara, me costaba mas determinar si, cuando Tristan ya no queria mas, era porque estaba Ileno o porque era parte de un juego de poder para ver quién conseguia la cuchara.» Andrew, padre de Tristan, 4 afios y de Madeleine, 7 meses éY si se atraganta? A muchos padres (y‘abuelos, y otros) les preocupa que los bebés que comen solos puedan atragantarse, pero, si el be- bé controla toda la comida que entra en su boca y esta sentado con la espalda recta, el hecho de comer solo no aumenta la probabilidad de atragantamiento respecto a los bebés que comen con cuchara; en todo caso, casi dirfa- mos que la reduce. Con frecuencia, este tipo de preocupaciones se origi- nan al ver a bebés que tienen arcadas al comer, y se con- funden con un posible atragantamiento. Se trata de dos mecanismos relacionados, pero distintos. Las arcadas con- sisten en movimientos espasmddicos que alejan de las vias respiratorias los trozos de comida demasiado grandes. E! bebé abre la boca y empuja hacia delante con la lengua; a veces, puede aparecer un trozo de comida en la zona anterior de la boca 0, incluso, pueden vomitar un poco. Los bebés que comen solos no parecen alterarse dema- siado con ello, y siguen comiendo como si nada hubiera su- cedido. En los adultos, las arcadas aparecen cerca de la parte posterior de la lengua; practicamente es necesario meterse los dedos en la garganta para provocarlas. Por el contra- rio, en los bebés de seis meses, el reflejo se dispara en una zona de la lengua mucho mis anterior, por lo que no sdlo aparece con mucha mas facilidad que en los adultos, sino que los trozos de comida que lo activan estan mucho mds alejados de las vias respiratorias. Por lo tanto, que los be- bés de seis o siete meses tengan arcadas en respuesta a la comida, no significa que esté demasiado cerca de las vias respiratorias, y en muy raras ocasiones indica un riesgo de atragantamiento. Es muy probable que el reflejo de arcada sea un ele- mento fundamental del modo en que los bebés aprenden a tratar la comida de un modo seguro. Cuando el bebé ha activado el reflejo varias veces, porque se ha metido en la boca demasiada cantidad de golpe, o porque la ha llevado demasiado atras, aprende enseguida que no debe hacerlo. Al crecer, y tanto si el bebé ha podido experimentar con la alimentacién auténoma como si no, el reflejo se va des- plazando hacia atrds a lo largo de la lengua, por lo que las arcadas no aparecen hasta que la comida ha Slegado casi al final de la boca. Sencillamente, «supera» la tendencia a las arcadas. Sin embargo, a medida que el reflejo de arcada retroce- de hacia la posici6n adulta, va perdiendo efectividad como sefial de alerta. En consecuencia, los bebés que no han po- dido experimentar con la comida desde el principio, pier- den la oportunidad de utilizarlo para ayudarles a aprender a mantener la comida alejada de las vias respiratorias. Hay pruebas anecdoticas que sugieren que los bebés que han sido alimentados con cuchara presentan mas problemas de arcadas y «atragantamientos» cuando empiezan a ingerir s6lidos (normalmente, sobre los ocho meses de edad) que los que han podido experimentar mucho antes. Sin embargo, aunque las arcadas no deben ser motivo de preocupacién, es importante recordar que se trata, esencialmente, de una respuesta de seguridad. Para que funcione bien, el bebé debe estar sentado y erguido, para asi, y mediante el reflejo, empujar hacia delante la comida que haya ido demasiado atras. Arcadas, atragantamientos y cucharas —n muchas ocasiones, las arcadas 0 «atragantamien- tos» del bebé tienen que ver con la alimentaci6n con cu- chara, especialmente cuando se trata de alimentos grumosos. Para entender por qué sucede, basta con comparar el modo en que utilizamos fa cuchara para comer sopa con cémo la usamos con un cuenco de ce- reales. Si «aspiraramos» los cereales tal y como hace- mos con la sopa, irian directamente a la parte posterior de la boca, y no tardariamos en empezar a toser y es- cupir. Cuando los bebés comen de la cuchara, tienden a aspirar el contenido, por lo que tienen arcadas o «se atragantan» con gran facilidad. El atragantamiento sucede cuando las vias respiratorias quedan parcial o totalmente bloqueadas. Cuando algo bloquea parcialmente las vias respiratorias de un bebé, empieza a toser de forma automatica, para despejarla; la mayoria de las veces lo consigue. Si el bloqueo es total (al- go muy poco frecuente), el bebé no puede toser y necesita que alguien retire lo que sea que le impide respirar (con técnicas de primeros auxilios estandarizadas). Las toses y los resoplidos, cuya visién y sonidos resul- tan tan alarmantes, indican, de hecho, que el bebé esta re- solviendo el problema. Por el contrario, un bebé que se esté ahogando de verdad, suele hacer muy poco ruido, porque el paso de aire esta bloqueado. Los bebés norma- Jes tienen un reflejo de tos muy eficiente y, siempre que es- tén sentados y erguidos, o ligeramente inclinados hacia delante, lo mejor es no molestarles mientras despejan las vias respiratorias. «Al principio, cuando Izaak tosfa al comer, dabamos un respingo y nos acercdébamos corriendo, para darle palmaditas en la espalda. Sin embargo, cuando nos tomamos un momento para ver qué hacia, nos dimos cuenta de que si le dejabamos que tosiera, acababa librandose de lo que le molestaba y seguia comiendo con total tranquilidad.» Lucy, madre de Izaak, 8 meses Hay dos factores que aumentan las probabilidades de que un bebé se atragante: © Que sea otro quien le mete la comida (0 la bebida) en la boca. © Posicién reclinada. Si alguien se acercara a usted con un cuenco y una cucha- ra y empezara a darle cucharadas de comida, lo mds pro- bable es que intentara interceptar la cuchara, para ver qué contiene y si est4 muy cargada o no. También querria con- trolar cuando y cémo se la meten en la boca. Estas com- probaciones basicas le permitician decidir qué es lo que debe hacer con la comida una vez la tenga en la boca. Planificar qué hacer con la comida ayuda a poder prevenir los atragantamientos. Si estuviera reclinado, que alguien le diera de comer atin le asustaria mas, porque la gravedad aumenta las pro- babilidades de que la comida vaya directamente a la parte posterior de la boca, antes de haberse preparado para tra- gar. Si pensamos en un adulto, nos resulta obvio que la persona que come necesita y debe controlar el proceso de alimentacidn. Pues lo mismo sucede con los bebés. Cuando un bebé se lleva un trozo de comida a Ja boca, lo controla. Si puede masticarlo, lo hard. Si puede llevarlo al final de la boca, se lo tragard. Si no puede hacer ningu- na de esas cosas, y sitmpre que esté sentado y erguido, la comida se le caerd de fa boca. Permitir que coma solo es permitir que controle el proceso; y controlar el proceso le ayuda a hacerlo de un modo seguro. La relacién entre lo que el bebé puede hacer con las manos y lo que puede hacer con la boca también puede contribuir a la seguridad de los bebés que comen solos. Cuando un bebé de seis meses de edad empieza a comer solo, atin no es capaz de coger el tipo de comida que po- dria darle problemas, como los guisantes o las uvas pa- sas, por lo que es muy improbable que acaben en la boca. Sélo cuando sea mas mayor (sobre los nueve meses de edad), sera capaz de utilizar el indice y el pulgar para «hacer la pinza», con la que podra coger objetos dimi- nutos, A estas alturas, y siempre que haya podido prac- ticar previamente con alimentos de texturas distintas, sus habilidades de masticaci6n se habran desarrollado ya. Esto significa que, casi con total seguridad, cuando sea capaz de llevarse un guisante a la boca, también lo sera de comérselo sin que suponga un peligro. Esta sin- cronizacién de dos de los elementos clave del desarrollo del bebé es un aspecto fundamental de por qué el méto- do ACS es seguro. Por lo tanto, siempre que se sostenga (si es necesario) al bebé para que se mantenga erguido, que controle lo que llega a su boca, y que no se le den alimentos que cons- tituyen un riesgo de atragantamiento evidente (véase pag. 124), no hay motivo para estar mas preocupado por si el bebé se atraganta con el método ACS que con cual- quier otro método para introducir la alimentacién sélida. «A veces, Magnus (a quien alimentamos con cuchara) se lleva demasiada comida a la boca y tiene arcadas, cuando no esta a punto de atragantarse. Esto suele su- ceder con la carne y el pescado (mi marido tuvo que sacarle un trozo de calamar de la boca y un par de ve- ces hemos tenido que darle palmadas fuertes en la es- palda). Leon, que empez6 a comer solo, ha tenido arcadas alguna vez, pero nunca se ha atragantado.» Joy, madre de Magnus, 6 afios, y de Leon, 3 afios eDe verdad sabe un bebé lo que le conviene comer? Los bebés a quienes se permite comer solos pueden esco- ger lo que quieren (o necesitan) comer entre toda la comi- da que se saca a la mesa, y es muy habitual que los padres se queden sorprendidos al ver lo equilibrada que puede llegar a ser la dieta que escoge un bebé a lo largo de una semana o dos. No se ha investigado demasiado sobre si los bebés saben instintivamente qué deben comer, pero durante las décadas de 1920 y de 1930, la pediatra esta- dounidense Clara Davis llev6 a cabo un experimento ex- traordinario que, como minimo, da mucho que pensar. En la época en que se llevé a cabo la investigacién, mu- chos nifios rechazaban los alimentos que se crefa que ne- cesitaban. La mayoria de los pediatras daban a los padres instrucciones muy estrictas sobre qué, cuanto y cuando debian dar de comer a sus hijos. Sin embargo, la doctora Davis sospechaba que, quiza, lo que causaba el problema era, precisamente, tanta rigurosidad y que dar (0 incluso obligar) a los nifios a comer determinados alimentos no hacia mas que empeorar las cosas. Tenia la teorfa de que nadie mejor que un bebé podia llegar a saber qué necesi- tabacomerono. * Disefidé una dieta «self-service» para bebés y nifios pe- quefios, para ver qué sucedia cuando se les dejaba escoger su comida. Estudié a 15 nifios durante perfodos que iban de los seis meses a los cuatro afios y medio. Cuando se empez6 con el experimento, todos los nifios tenian entre siete y nueve meses de edad y, hasta ese momento, sola- mente habjan tomado el pecho. Se ofrecié a los bebés 33 platos en total, y en cada comida se variaba ligeramente la seleccién disponible. Todos los platos se presentaban por separado, triturados y sin sazonar. Los platos combinados, por ejemplo sopa con pan, no estaban permitidos. Los bebés podian decidir qué querian de entre todos los platos disponibles y en qué cantidad. O bien comian solos o bien sefialaban un plato y una enfermera les daba de comer con una cuchara, pero sin interferir en absoluto en las decisiones. Si un nifio se comia una racién entera de un plato, se le ofrecia otra raci6n igual para que siguiera comiendo, hasta que paraba por si solo. Durante la hora de la comida se les observaba atenta- mente, porque los investigadores necesitaban saber con exactitud qué habia comido cada nifio. Durante la investi- gaci6n, se Ilevaron a cabo analisis de sangre y de orina, ade- mas de radiografias, para controlar la salud de los nifios. Al final del experimento, la doctora Davis descubrié que todos los nifios habian optado por una dieta extraor- dinariamente equilibrada. Todos estaban sanos y bien ali- mentados, incluso los que no lo estaban al principio, y todos comian mas, y con mas variedad, de lo que se con- sideraba normal para su edad. Ganaron peso a un ritmo superior a la media y, en general, no padecfan ninguna en- fermedad carencial (como el raquitismo) ni ninguna otra enfermedad de las habituales en la época. Sin embargo, cada nifio habfa optado por una combi- naci6n de alimentos personal e impredecible y no habia nada que se pareciera ni muy remotamente a una dieta «estandar». Por ejemplo, algunos habian decidido comer mucha fruta, mientras que otros preferian la carne; los atracones 0 las fijaciones con un alimento concreto eran frecuentes (al parecer, un nifio se comié siete huevos en un mismo dia), pero todos se habian mostrado dispuestos a probar alimentos que no conocian previamente. Y ningu- no opté por la dieta basada en cereales y leche que, su- puestamente, era la adecuada para los bebés. Segtin la doctora Davis, parte del motivo por el que los bebés estaban tan bien alimentados era que sdlo se les habia proporcionado comida nutritiva y sin procesar: no habia nada rico en grasas o en azticar. Sin embargo, te- ner acceso a alimentos saludables no garantiza por si solo que la dieta final sea equilibrada. Cualquiera de los nifios que participaron en el estudio podria haber optado por li- mitar la dieta y, por ejemplo, evitar la carne, la verdura 0 la fruta, y acabar enfermo. Sin embargo, todos comieron Jo bastante de cada grupo de alimentos para garantizar un equilibrio adecuado. De todos modos, los resultados del estudio carecen de la solidez suficiente para demostrar que la teoria de la doctora Davis sea cierta. (Fue un estudio reducido, la ma- yoria de datos se extraviaron, y nunca se repetird, porque ahora se consideraria poco ético.) Sin embargo, el estudio llegé a ser muy conocido en su época e incluso aparecié en algunas ediciones de los exitosos libros para padres del doctor Spock, en las décadas de 1940 y 1950. Poco a po- co, la dieta tan limitada que se ofrecia a los bebés fue ca- yendo en desuso. A pesar de todo, y aunque el mensaje sobre la importanci’a de la dieta variada para los bebés ha persistido, la idea de que pueden escoger parece haberse perdido por el camino, probablemente, porque en los afios posteriores se empezaron a dar sdlidos a bebés de tres o cuatro meses, edad a la que atin no son capaces de escoger qué quieren comer. Preguntas y respuestas éEstaré bien alimentado mi bebé si sigo este método? Que su bebé esté bien alimentado slo depende de usted y de su bebé. Sea cual sea el método por el que se decida, tiene la responsabilidad de ofrecerle alimentos nutritivos y que compongan una dieta equilibrada. La diferencia con el método ACS es que el bebé decide qué come y qué no de entre lo que se le ofrece. Existe un mito segtin el cual, cuando los padres contro- lan la alimentacion de los hijos, estos comen lo correcto, mientras que si decidieran por si mismos, vivirian a base de patatas fritas y de chocolate. De hecho, es muy proba- ble que lo cierto sea justo lo contrario. Muchos padres MI EXPERIENCIA CON EL METODO ACS ‘[ uestra hija menor, Saskia, se sentaba én mi regazo. mientras los demas comfamos, y cuando estaba‘a punto de cumnplir seis meses empez6 a coger comida de mi plato, Le encantaba llevarse comida a la boca, por.lo que acabamos aplicando el método ACS. Luego me di cuenta.de que habia mas, gente que hacia 8 mismo, y de que incluso tenia un nombre. Si.lo.pienso, creo que Lily, nuestra hija mayor, tam: bién:cogia comida para llevarsela a la boca, Pero con ella aplicamos la norma aceptada: la alimentamos con cue chara. Nos turnébamos: ‘uno. de: nosotros comia, mien- tras elotro le.daba de comer a Lily. : Elmétodo. ACS es mas facil.y sencillo... -y también . méas-pringoso. Es. muy pringoso,-Pero dar de comer con . cuchara es: muy. complicado..Es otra. de esas pequefias _ . cosas de las que.te tienes que preocupar. Ademéas, es muy-aburrido;.nos pas4bamos la vida preparando comi-. da, dando de comer o limpiando. Todo giraba en torno alos dichosos purés. Ahora, nos divertimos y disfruta- mos: ‘durante las comidas. Es mucho mas relajado. - Suzanne, madre de Lily, 3 aos, ye de Sash, 14 meses que dan de comer a sus hijos con cuchara explican que les ha costado mucho que sus hijos acepten comer bien, y que con frecuencia se ven obligados a recurrir a trucos, como esconder Ja verdura con otra comida, darles de comer de- lante de la television (para que no se den cuenta de lo que comen), o prometerles un premio si se comen toda la fru- ta. Por el contrario, la mayoria de padres que han proba- do el método ACS dicen que sus hijos comen de todo sin necesidad de estratagemas, incluyendo alimentos que se supone que no gustan a los nifios, como la col. Hay pruebas que indican que los nifios escogen por na- turaleza alimentos equilibrados en las cantidades correc- tas, siempre que se les dé la oportunidad de elegir (véase Ja informacion sobre el trabajo de la doctora Davis, en la pag. 71). Habria que seguir investigando, pero esta idea se ve reforzada por la gran cantidad de historias sobre ni- fios muy manidticos con la comida, y cuyos padres con- trolaron la ingestidn de sdlidos. Casi todos los padres que han probado ambos métodos dicen que no volverian al convencional, porque el bebé con el que han aplicado el método ACS come mucho mejor que el otro. «A William no le di ni un solo puré y todo ha ido como la seda. No tiene manias con la comida, como su her- mano Samuel, a quién si Je dimos de comer con cu- chara. Le encantan cosas que la mayoria de nifios no pueden ver ni en pintura: le gusta la pimienta negra y la comida picante. La gente me dice que la variedad de cosas que llega a comer William es asombrosa en comparacién con otros nifios. Lo prueba todo.» Pete, padre de Samuel, 5 afios, de William, 2 ahos, y de Edward, 6 meses gLos purés no son ms faciles de digerir y, por lo tanto, mas nutritivos? Probablemente sea cierto que es mas facil digerir la comi- da que llega al estomago ya triturada que en trozos mas grandes. Sin embargo, la boca esta disefiada para «tritu- rar» la comida, masticando. El estomago digiere con mu- cha mas facilidad la comida bien masticada que la que viene triturada de inicio, porque la saliva ayuda a iniciar el proceso de la digestion, especialmente cuando se trata de féculas. Los bebés que pueden comer a su propio ritmo tienden a mantener la comida en la boca durante mucho rato an- tes de tragar. Durante todo este tiempo, la comida se va ablandando con la saliva, mientras el bebé mastica con las encias. Por el contrario, los purés apenas entran en con- tacto con la saliva. Van de la cuchara directamente al fon- do de la boca y son engullidos. Sin masticar. Triturar la comida, especialmente si hablamos de fru- tas y verduras, puede destruir algunos de sus nutrientes. Cuando cortamos la comida, pierde vitamina C por las partes expuestas. Al triturarla, la pérdida se acelera, por lo que la comida triturada por adelantado tendra menos yitamina C que si se hubiera comido en trozos grandes. Por ejemplo, una manzana entera proporcionard mas vitamina C que esa misma manzana, triturada o chafada. La vitamina C es muy importante, sobre todo porque fa- cilita la absorcién de hierro. El cuerpo no puede almace- narla, por lo que es importante contar con una buena fuente de la misma a diario. Al ver el contenido de los pafiales de los bebés, resulta facil concluir que la comida triturada se digiere mejor. A diferencia de las heces de un bebé que come purés, la de un bebé que come comida «de verdad» a veces contiene trocitos de verdura enteros y reconocibles. Eso no signifi- ca que no haya digerido nada de la comida, sino que el bebé avin esta aprendiendo a masticar y que el cuerpo se est4 adaptando a los sdlidos. La comida triturada da la impresion de ser mas digerible, pero sdlo porque no des- taca en el pafial. A los bebés a quienes se da de comer demasiado rapido (algo que puede suceder facilmente cuando se les da de co- mer con la cuchara) les cuesta mas aprender a masticar bien. Los que han podido comer solos desde el principio y no se han sentido presionados para comer rapido suelen comer a bocados mas pequefios y masticar durante mds tiempo antes de tragar. Y eso, sin duda, favorece una me- jor digestion. Obviamente, la comida triturada es beneficiosa para las personas que tienen dificultades para masticar, pero los bebés sanos y nOrmales no necesitan que se les triture la comida més de lo que lo necesitaria un adulto sano. gHay bebés que no deberian empezar con los sdlidos de esta manera? El método ACS se basa en el desarrollo normal de las ha- bilidades del bebé, por lo que quiza no sea adecuado para todos los bebés. La alimentacién con cuchara, o la com- binaci6n de cucharadas y de comida que puedan coger con los dedos, quizd sea la mds adecuada para nifios que presentan un retraso en el desarrollo, debilidad muscular o deformidades fisicas en la boca, manos, brazos 0 espal- da (como sindrome de Down, paralisis cerebral, espina bi- fida, etc.). Sin embargo, tampoco se debe descartar que estos bebés coman con los dedos, porque, a veces, puede ser la manera ideal de ayudarles a desarrollar precisamen- te las habilidades que mas les cuestan. Algunos bebés con trastornos digestivos necesitan ali- mentos especiales que, a veces, no pueden presentarse con las formas adecuadas para que el bebé coma solo, pero, de nuevo, esto no deberia impedir que lo haga con el res- to de la comida. Aunque los bebés prematuros también pueden tener necesidades especiales en lo que respecta a la introducci6n de sélidos, en realidad depende de cudntas semanas se ha- yan adelantado. Un embarazo de 36 0 de 37 semanas pue- de considerarse pradcticamente a término; claro esta, no sucede lo mismo con uno de tan sélo 27. Por otro lado, muchos bebés prematuros no solo se han adelantado, sino que son extremadamente pequefios o estan enfermos, si no es que la razon por la que nacieron prematuros afecta también a su desarrollo posterior. Es imposible hacer una recomendacion general para todos. El método ACS funciona con los bebés nacidos a tér- mino porque, en ellos, la necesidad nutricional de alimen- tacién sélida y el nivel de desarrollo necesario para poder comer solos suele coincidir en el tiempo, por lo que cuan- do necesitan comer solos ya son capaces de hacerlo (en general, poco después de los seis meses de edad). El desa- rrollo general de un bebé prematuro sigue, aproximada- mente, el mismo ritmo que si hubiera nacido a término, por lo que si se adelanté seis semanas, lo mas probable es que no muestre interés por la comida ni sea capaz de co- gerla hasta pasados los siete meses y medio de edad. Sin embargo, es posible que necesite algunos nutrientes adi- cionales antes de ese momento, porque no ha tenido tiem- po de acumular las reservas normales durante su estancia en el utero. No se sabe demasiado sobre las necesidades de los be- bés prematuros en cuanto a los alimentos sdlidos. En con- creto, no esta claro si, en el caso de los bebés que necesitan nutrientes adicionales antes de ser capaces de comer solos, lo mejor es darselos en forma de puré (y, entonces, seria necesario darles de comer con cuchara durante un tiem- po) 0 en forma de suplementos y farmacos. Hay que tra- tar cada caso de forma individual. Sin embargo, no hay motivo por el que los bebés que no necesitan nutrientes adicionales (o que los reciben en forma de medicina) no puedan esperar a tomar sdlidos hasta que puedan hacerlo, incluso si significa esperar a bastante después de los seis meses de edad. En general, a partir de los seis meses de edad y en cuan- to parezcan mostrar cierto interés, se deberfa animar a to- dos los bebés a que exploraran la comida con las manos y a que intentaran comer solos. Sin embargo, si se trata de un bebé prematuro; o si tiene problemas médicos o fisi- cos, antes hay que consultar con su pediatra, dietista y/o logopeda, para decidir si es conveniente aplicar el método ACS como tnico método posible de introduccién de séli- dos en la dicta. «Sean nacid cuatro semanas antes de {o previsto, y cuando empecé con el método ACS me parecié total- mente novedoso, ya que, con Lorna, hab/a usado el pu- ré y la cuchara. Creo que iba un poco “por detras” de sus iguales, porque todos habian nacido a término, pero el método ACS le dio la oportunidad de transmi- tirnos que ya estaba preparado.» Rachel, madre de Lorna, 14 afios, y de Sean, 4 afios gEs conveniente dejar que el bebé pueda dirigir el proceso? Aprender a comer sdlidos es una etapa natural del desa- rrollo. No controlamos cuando empieza a andar, asi que, épor qué deberiamos controlar cudndo pasa a la alimen- tacién sdlida? Ningin padre impediria activamente que su hijo caminara cuando empieza a intentarlo; se conside- raria un acto cruel y posiblemente perjudicial. Sin embar- go, muchos padres ejercen sin darse cuenta un control negativo sobre el instinto de alimentacidn de su bebé, por- que impiden que coma solo y no le dejan tomar ninguna decision respecto a la comida. Como padres, el unico control que hay que ejercer sobre la alimentacién del bebé es decidir qué alimentos ofrecerle y cuando hacerlo. Siempre que se le ofrezcan ali- mentos nutritivos, deberia ser él quien decida qué, cuanto y a qué velocidad come. La mejor manera de asegurarse de que un bebé que to- ma el pecho ingiere la cantidad correcta de leche (con lo que también se minimizan los problemas de salud de la madre) es permitir que controle su alimentacién desde el principio: cuando, a qué velocidad y durante cuanto tiem- po mama. Es decir, se le da el pecho a demanda. Si se sigue el mismo principio a la hora de introducir los s6lidos, el bebé no hace mas que seguir ejerciendo ese mismo control durante la transicién a las comidas en familia. Eso signifi- ca que puede seguir respondiendo a las sefiales internas que le indican que tiene hambre o que ya esta lleno, por lo que puede comer tanto, o tan poco, como necesite. Esto constituye la base para el control del apetito y para una actitud saludable hacia la comida durante toda la vida. Cuando el bebé toma el biberdn, son los padres los que controlan las tomas en cuanto a cantidades y horarios, pe- ro llega un momento en que tienen que ceder ese control al nifio, ¢Cudndo es el momento adecuado? ¢Por qué no puede ser cuando el bebé empieza con los solidos? Parece Ja oportunidad ideal para permitir que el bebé desarrolle el instinto natural de comer en funcidn de sus necesidades. Muchos padres prefieren dar de comer con cuchara a bebés y a nifios pequefios, sencillamente porque es mas ra- pido que dejar que coman solos. Sin embargo, una vez adultos, es importante que podamos decidir el tiempo que dedicamos a la comida. A veces queremos relajarnos y disfrutar de la comida; otras, necesitamos comer a toda velocidad y salir corriendo. Nadie querria que fuera otro quien tomara esa decisién, jespecialmente si nos estuvie- ran dando de comer a cucharadas! Apresurarnos con la comida significa que no la disfrutamos tanto, ademas de que puede afectar a la digestién. Dejar que el bebé marque el ritmo le permitird disfrutar mas de la comida y, posible- mente, reducir el riesgo de dolores de barriga y también de estrefiimiento. Controlar c6mo comen los bebés no deriva en una ali- mentacién o una conducta mejores, de hecho, lo mds pro- bable es que la hora de la comida acabe convirtiéndose en una batalla campal, Parece que, por instinto, los bebés prueban los alimentos muy despacio, a su ritmo. Estudios sobre nifios con trastornos de la alimentacién sugieren que no permitir que lo hagan asf puede hacer que se sien- tan inseguros ante alimentos nuevos, mientras que con- trolar o manipular a los bebés de otras maneras, por ejemplo con estratagemas (alternar cucharadas de comida salada y dulce), les ensefia a desconfiar del proceso de ali- mentacion. También es facil ver que presionar a los nifios para que coman puede llevar a que coman demasiado rapido y no mastiquen lo suficiente, ademds de a comer menos de lo que necesitan. Por otro lado, forzarles les ensefia a comet mds de lo que necesitan. En casos extremos, este tipo de manipulacién puede hacer que los nifios acaben negando- se a comer por completo. Muchos de los problemas de alimentacién que afectan a nifios mayores y a sus familias tienen que ver con el con- trol. De hecho, los profesionales sanitarios que tratan a estas familias suelen empezar pidiendo a los padres que «le devuelvan el control al nifio». Quizd, si no se lo hubie- ran arrebatado ya para empezar, este tipo de problemas no serfan tan habituales. «Me gusta que, con el método ACS, sea el bebé quien controla el proceso. Veo a muchos bebés que se ali- mentan de manera disfuncional y, ja mayoria de las veces, es porque carecen de control alguno.» Helen, nutricionista Como empezar «Lara se senté a la mesa con nosotros durante varias semanas antes de probar la comida por primera vez. Primero seguia con la mirada cémo nos Nevabamos la comida a la boca, y “masticaba aire”, imitandonos. Entonces, un dia me cogié un trozo de pan de !a ma- no, lo observ6 durante un rato y, poco a poco, se {o Ile- v6 a la boca. No apunté demasiado bien y se golpeé la mejilla. Me cost resistirme a la tentacién de ayudarla, pero al final acab6 encontrandose la boca ella sola. Se pasé un buen rato chupando y mordiendo el pan. No creo que se tragara ni una miga, pero senti una emo- cién y un orgullo extraordinarios.» Emma, madre de Lara, 7 meses Prepararse para el método ACS Es posible que, cuando se acerque a los seis meses de edad, su bebé empiece a mostrar interés por sentarse a la mesa con el resto de la familia, aunque todavia no esté preparado para ingerir sdlidos. A estas edades, los bebés dan muestras de una curiosidad muy intensa y sentirse parte del grupo les hace sentic muy bien. Si dejan que se siente con ustedes y le dan una taza o una cuchara de plas- tico para que juegue, sentira que participa en la escena. Cuando esté preparado para empezar a explorar la comi- da, se lo hard saber. No es necesario comprar ningiin tipo de material espe- cial y, aunque hay productos que hacen la vida un poco més facil, no son indispensables. Las tronas pueden ser utiles, pero muchos padres empiezan sentando al bebé en su regazo durante Jas horas de la comida y dejandole ju- gar con la comida del plato. Decida lo que decida, cuando el bebé empiece a mani- pular comida, no dude en adoptar ciertas medidas de se- guridad (por ejemplo, que no pueda caerse) y asegtirese de que est4 en una posicién totalmente vertical. (Comer re- costado puede ser peligroso; no deje nunca comida al al- cance de su hijo si estd en una silla mecedora o en una silla de coche.) Si la familia sigue una dieta normal y saludable, resul- ta muy facil adaptarla para que el bebé pueda manipular los alimentos. No hay necesidad de comprar ni preparar ningiin tipo de comida especial (véase el capitulo 4, que amplia la in- formacion sobre qué se puede ofrecer a los bebés y sobre los pocos alimentos que hay que evitar). Tampoco es ne- cesario comprar cubiertos especiales durante los primeros meses, ya que el bebé comerd con las manos; sencillamen- te, asegiirese de que tiene las manos limpias antes de em- pezar. Finalmente, también puede ser conveniente prepararse para las salpicaduras, porque, durante los primeros me- ses, un bebé que aprende a comer solo puede acabar prin- gandolo todo (en la pag. 107, encontrar algunos buenos consejos). «Siempre sentaba a James en mi regazo a la hora de comer, y hacia los siete meses de edad empezé a coger comida y a llevarsela a la boca. Una de las pri- meras cosas que cogié fue un trozo de ternera (muy tierno). Habia hecho estofado y le di un buen trozo de carne. Se puso a chuparla y creo que incluso la masti- c6 con las encias. jMe dio la impresién de que real- mente disfrutaba!» Sarah, madre de James, 2 afios Cuando «comer» Aunque muchos libros que tratan sobre como introducir los sdlidos sugieren seguir horarios especificos durante las primeras semanas o meses, con el método ACS no son ne- cesarios. El consejo tradicional de empezar con sdlidos una vez al dia, luego pasar a dos, y luego a tres a lo largo de varias semanas estaba dirigido a bebés que empezaban a ingerir sdlidos hacia los tres 0 cuatro meses de edad, cuando los sistemas digestivos an son demasiado inma- duros para asimilar sdlidos. La probabilidad de que los bebés de seis meses o mds reaccionen mal ante la nueva alimentaci6n es inferior, porque sus sistemas digestivos ya han madurado. Lo tnico que hay que hacer a los seis me- ses es empezar a incluir al bebé en todas las comidas fa- miliares, ya sean el desayuno, la comida, la cena o la merienda... siempre que no tenga hambre y no esté can- sado ni de mal humor. Es importante que el bebé no tenga hambre cuando le siente a explorar comida, porque durante las primeras se- manas de solidos la «comida» no tiene nada que ver con el hambre, y si todo que ver con el juego, con compartir y con imitar a los demas; Ja hora de la comida es una oportunidad para aprender, no para comer... son horas de juego. Es una gran diferencia respecto a los métodos mds convencionales, que recomiendan asegurarse de que el bebé tenga hambre a la hora de la comida. Si el bebé tiene hambre cuando le sienta a la mesa con la familia, no podra disfrutar manipulando la comida, ni desarrollar las habilidades necesarias para comer solo. Se sentira frustra- do e irritado, tal y como harfa con un juguete nuevo. «Es increible lo cerca que estuve de abandonar el mé- todo ACS al principio. Stephanie no se interesaba por los sdlidos en absoluto, asi que cref que el sistema no funcionaba. Y, entonces, un dia que estaba especial- mente irritable antes de la comida, le di el pecho un momento. La senté en la trona y no di crédito a mis ojos cuando la vi coger un trozo de zanahoria y empe- Zar a mordisquearla. Y ahi fue cuando me di cuenta de Jo que habia estado haciendo mal: tenfa que darle los sdlidos cuando no tuviera hambre.» Annabel, madre de Zoe, 2 afios, y de Stephanie, 8 meses El sistema funciona mejor si el bebé sigue recibiendo leche a demanda porque, asi, sigue tomando toda la leche que necesita, al tiempo que disfruta jugando con los sdélidos como una actividad independiente. Hay que recordar que atin no saben que la comida sélida puede llenarles el esto- mago, por lo que si parece tener hambre justo antes de la comida, dele leche. Si después de Ja toma tiene demasiado suefio para interesarse por los sélidos, no se preocupe, ya se los ofrecerd luego, cuando esté més alerta. No importa que durante esta fase se salte «comidas», porque no las necesitar4 para estar bien alimentado (0 pa- ra saciar el hambre) hasta dentro de un par de meses. Por lo tanto, aunque es bueno darle tantas oportunidades co- mo sea posible para que practique las habilidades necesa- rias para comer solo, no es necesario insistir para que participe en todas las comidas ni mantenerle despierto pa- ra la cena. (Al final, la mayoria de padres acaban adaptan- do las horas de la comida para que encajen con los momentos en que el bebé tiene hambre, pero no es muy probable que esto sea necesario hasta que cumpla el afio de edad. Véase pag. 104.) Es muy probable que el interés que el bebé demuestra por la comida varie de un dia para otro. Es posible que, durante tres dias seguidos, quiera comer cada vez que se le sienta a la mesa y que, de repente, se pase cuatro sin otra cosa que leche. Esta progresién natural, de dos pasos hacia delante y uno hacia atras, no se parece en nada a los horarios estrictos que a veces se aconsejan a los padres. Si el bebé mantiene el control sobre todo el proceso, ird aumentando gradualmente y por sf solo la ingesta de séli- dos. Asi, el cuerpo podra seguir recibiendo toda la leche materna o preparada que necesite, sin tener que llenarse de alimentos menos nutritivos, al tiempo que va encon- trando el ritmo mas adecuado para él. Consejos para empezar ¢ Ofrézcale sdlidos cuando no tenga hambre. Las tomas de leche siguen siendo su alimento principal. ¢ Céntrese en el juego y en la experimentacién. Permita que se siente a la mesa con la familia siempre que sea posible. ¢ Asegtirese de que esta erguido y seguro en una trona o en su regazo. Comer con los dedos Durante los primeros meses, la clave del método ACS re- side en ofrecer comida que el bebé pueda coger y Ilevarse a la boca con total seguridad. Por lo tanto, aunque puede dejar que coja practicamente cualquier cosa que usted ten- ga en el plato (véanse pags. 124-129, con las excepciones), si incluye comida con tamafios y formas que pueda mani- pular le facilitard las cosas (y minimizaré su frustraci6n). Los bebés de seis meses cogen los objetos con toda la mano. En general, no pueden hacer la pinza con el indice y el pulgar hasta unos meses después. Por Io tanto, para coger un trozo de comida tienen que poder cerrar la mano sobre el mismo: no puede ser ni demasiado grande ni de- masiado grueso. A estas edades, los bebés también necesitan que la co- mida les sobresalga de la palma de la mano, porque no pueden abrirla voluntariamente para llegar a lo que haya en su interior. Al principio, la punterfa de los bebés no es demasiado buena, asf que les resulta mucho mis facil aga- rrar trozos de comida largos que cortos. Los palitos de co- mida, de un minimo de 5 cm, dejan al alcance del bebé la mitad de su longitud, mientras que el resto sirve de asa. No es necesario medir con exactitud, se dara cuenta rapi- damente de qué tamafios puede manejar su bebé. El bré- coli es ideal en esta etapa, porque ya viene con «mango» incorporado, pero la mayoria de frutas, verduras e incluso carne, pueden cortarse de manera que tengan la forma aproximada de un dedo. Asf que lavele las manos a su hi- jo y asegtirese de que esta bien sentado. Y, a continuacién, ofrézcale algunos palitos para que empiece a jugar. Si le ofrece verduras, recuerde que no deben ser dema- siado blandas (0 se desintegraran cuando el nifio intente cogerlas) ni demasiado duras (le costara mucho mordis- quearlas), En el capitulo 4 encontrar4 més informacién sobre cémo adaptar la comida adulta a los bebés. En general, los bebés de seis o siete meses mordisquean o muerden el trozo de comida que sobresale del puiio. Es probable que arranquen un pequefio trozo y que dejen caer el resto, para coger otra cosa. No es que no les guste {a comida, es que atin no pueden abrir la mano delibera- damente 0 concentrarse en dos cosas a la vez. Esta prime- ra fase suele durar unos dos meses como maximo; hacia los ocho meses de etlad, el bebé podra coger la comida que sostiene en el pufio y, a medida que vaya adquiriendo y desarrollando habilidades, podr4 manipular trozos cada vez mas pequefios y de forma irregular, porque ya no ne- cesitard que tengan «mango». «Al principio, cortaba toda la comida en forma de pa- litos, pero no me daba cuenta de que no eran lo bas- tante largos. Lucy no podia deslizar la mano para acceder a la comida, porque no sobresalia del pufio. Tuvo que ser muy frustrante. Y es que yo no sabia lo que podia hacer y lo que no a esa edad. Un tiempo después, descubri que los trozos tenian que ser lo bastante largos para que tuvieran un “mango” por donde cogerlos.» Laura, madre de Josie, 10 afios, y de Lucy, 17 meses Mejorar la coordinaci6n Una vez que ya pueden coger trozos de comida con preci- sién y aprenden a abrir el pufio para acceder a la comida que hay dentro, es habitual que pasen por una fase en la que utilizan las dos manos para comer. Forma parte del desarrollo de la coordinacién. A estas edades, les suele re- sultar mds facil encontrarse la boca si guian la mano que sostiene la comida con Ia otra. Cuando aprenden a hacer esto, Ja punteria suele mejorar significativamente. En las primeras fases, algunos bebés también se valen de una mano (o de ambas) para mantener Ia comida den- tro de Ja boca, mientras mastican. Atin no han aprendido a abrir y a cerrar la mandibula sin abrir y cerrar los labios al mismo tiempo. En cuanto aprenden a mantener la boca cerrada mientras mastican, pueden utilizar las manos pa- ra prepararse el siguiente bocado sin que el que tienen en la boca se les caiga. A veces, ademas de la comida, los bebés se meten los dedos en ia boca. No pasa nada, hasta que, por acci- dente, se muerden un dedo con fuerza. Si empieza a llorar subitamente mientras come, es muy probable que acabe de suceder justo eso. Por desgracia, no se puede hacer nada para impedirlo; es algo que tienen que aprender por si mismos. Asi que, hasta que lo hayan aprendido, lo Unico que se puede hacer es abrazarles y darles un beso de consuelo. Hacia los nueve meses de edad, el bebé ya podra coger trozos de comida mas pequeiios con el indice y el pulgar, asi que podr4 manipular alimentos como los guisantes o las uvas pasas. También podrd «mojar» con bastante pre- cisién, por lo que podra ofrecerle alimentos mas blandos, como el humus o el yogur, con los que untar palitos de pan o tortas de arroz... o los dedos. (Si quiere ofrecerle comida para untar antes de que pueda «mojar» por si mismo, puede hacerlo por él, con una cuchara 0 con un trozo de comida, y luego darselo para que lo chupe. En la pag. 141 encontrara més ideas para untar.) Siempre que le ofrezca a su bebé una gran variedad de comida que pueda coger, también es conveniente que le permita experimentar con alimentos que atin es demasia- do pequefio para pdder manipular (excepto los que supo- nen un riesgo de atragantamiento, como frutos secos enteros 0 fruta con pifiones, consulte la pag. 124 al res- pecto). Manipular diversas texturas y formas le ayudard a desarrollar las habilidades que necesita para seguir una dieta variada. Y es muy probable que le sorprenda todo lo que puede llegar a hacer. «A Millie cada vez se le da mejor manipular la comida. Ahora, le da la vuelta a los trozos de brécoli, para co- merse el cogollo, porque sabe que esa parte es mas facil de comer. También ha descubierto cémo comer la pulpa de la fruta y de la verdura y dejar la piel.» Beth, madre de Millie, 10 meses «Bronwyn ha aprendido a llevarse la comida a la boca, en lugar de cogerla como si fuera un palo. Ademas, ya coge trozos mas pequefios, se mete toda la mano en ia boca y deja caer la comida dentro. Entonces, se chupa los dedos y vuelve a empezar.» Faye, madre de William, 4 afios, y de Bronwyn, 7 meses Ofrecer en lugar de dar En general, decimos que «damos» de comer a los bebés, pero con el método ACS lo que hacemos es ofrecerles comida: ponemos a su alcance trozos de comida adecua- dos, ya sea en nuestro propio plato, en la mesa, o en la bandeja de la trona. El bebé puede jugar con ella, dejarla caer, chafarla, llevarsela a la boca o limitarse a olerla; y es él quien decide si se la come o no. Por tentador que sea meterles la comida en la boca, para ayudarles, dejar que lo hagan por si mismos no sdélo les resulta mucho més entretenido, sino también mucho més seguro; introducir cosas en la boca de un bebé puede provocar atragantamientos (véase pag. 69). También es importante dejarle decidir si quiere coger algo o no, es decir, qué quiere explorar o comer, por lo que hay que in- tentar no tomar ese tipo de decisiones por ellos y no dar- les nosotros los trozos. El sistema ACS funciona a la perfeccién con una intervencién minima o nula; cuanto mas confie en su bebé y le deje seguir su propio ritmo, mas rdpidamente aprendera y mas seguro de sf mismo lle- gard a sentirse. Acuérdese de comprobar que la comida no esté dema- siado caliente antes de ofrecérsela; pruébela, es mucho més fiable que tocarla con los dedos 0 los labios. Quiza le sea util servir la comida del bebé en un plato que haya es- tado en la nevera durante una media hora: se enfriaré mds rapidamente. jEs muy probable que su bebé se sienta ex- cluido si tiene que esperar a que su comida se enfrie mien- tras ve que el resto de la familia ya esta comiendo! Los microondas y los puntos calientes Si cocina en el microondas, acuérdese siempre de girar 0 remover la comida a media coccién y de comprobar la temperatura antes de ofrecérsela a su bebé. Es mas fiable probar una cucharada entera que comprobar con los la- bios, porque los microondas calientan de manera des- igual y pueden generar puntos calientes inesperados. Cuanta comida ofrecer Cuando empiece a ofrecerle alimentos sélidos, el bebé co- mera muy poco y jugaré mucho. Durante las primeras se- manas, la mayoria de comida que le ofrezca acabara en la silla o en el suelo, entre otras cosas, porque los bebés son capaces de llevarse comida a la boca y mordisquearla mucho antes de poder tragarsela. Eso quiere decir que, in- cluso si consigue llevarsela a la boca, lo mds probable es que se le caiga. Los primeros dias, puede que se aburra o se canse enseguida, o que quiera jugar durante mucho ra- to con la comida, pero sin llevarse nada a la boca. Muchos bebés prefieren tomarse su tiempo, probar distintos tipos de comida e ir volviendo sobre sus pasos. Todo eso es nor- mal. Recuerde que, a esta edad, las tomas de leche auin les proporcionan todos Jos nutrientes que necesitan. Incluso cuando empiezan a tragar pequefias cantidades de comida, siguen dejando caer gran parte de la misma y manchandolo todo. En ocasiones lo hacen deliberadamen- te (es una parte fundamental del aprendizaje), pero otras son accidentes, porque atin no son capaces de sostenerla. Ofrézcale a su bebé tres 0 cuatro cosas distintas para empezar; por ejemplo, un trozo de zanahoria, un pomo de brécoli, y uma tira de carne (o cualquier otra cosa que coma el resto de la familia, siempre que sea adecuada). Prepare un poco mas de comida. Como no va a comer na- da igualmente, resulta tentador ofrecerle un unico trozo de comida, pero, por un lado, el bebé se aburrira sobera- namente y, por el otro, usted se vera obligado a recogerlo del suelo cada dos minutos. Es mucho mejor ofrecerle una pequefia seleccién de alimentos y no preocuparse por si come 0 no. De todos modos, tampoco conviene llenarle la bandeja de alimentos diferentes. Es mejor empezar con poco e ir aumentando la cantidad progresivamente. Al principio, un exceso de variedad y de cantidad puede abrumar al bebé. Algunos alejan toda la comida de golpe, otros se centran en un trozo y tiran el resto al suelo; y aun otros, hacen caso omiso de todo lo que se les ha ofrecido. Observe cémo responde su bebé a la comida, para deter- minar qué cantidades puede gestionar al principio. «Al principio, le daba a Etta un plato Ileno de trocitos de comida, y hacia una cosa muy graciosa: cogia to- dos los trozos, uno a uno, y Jos iba tirando al suelo, hasta que sélo le quedaba uno. Entonces, lo cogia cui- dadosamente y se lo comia. Y, cuando terminaba, mi- raba a su alrededor, como si buscara mas. Pero si le volvia a llenar el plato, volvia a tirarlo todo hasta que- darse sdlo con uno. Es como si fuera demasiado y la confundiera. Asi que, al final, descubri que lo mejor era poner toda la comida en otro plato, y pasarla de una en una o de dos en dos al suyo.» Julie, madre de Etta, 3 afios A medida que su bebé adquiera las habilidades necesarias para comer solo, cada vez mds comida acabara en su est6mago y menos en el suelo, por lo que empezara a ha- cerse una idea de cuanto come aproximadamente. Sin em- bargo, jmucho cuidado! Eso se acerca mucho a decidir cudnto «debe» comer, y el método ACS consiste en todo lo contrario. Intentar que un nifio coma mas de lo que ne- cesita no sdlo es innecesario, sino que puede llegar a ser perjudicial a largo plazo. En el mejor de los casos, acaba con la diversién en la mesa y, en el peor, puede contribuir a que coma demasiado de més mayor. Siempre debe ser el bebé quien decida cudnto come: es su est6mago y sélo él sabe cuando tiene suficiente. Consejo No le ofrezca demasiada comida de golpe, pero prepare mas de la que cree que necesitard, para que no se quede sin nada antes de haberse aburrido. Si le da menos de lo que cree que «deberia» comer, lo mas probable es que no deje demasiado en el plato y, si necesita mas, se lo hard saber. Y, aunque no lo haga, es muy probable que usted se quede satisfecho con lo que le ha visto comer. Dejar el plato bien limpio Aunque la mayoria de nosotros crecimos con el lema de que dejar comida en el plato es de mala educacién, ade- més de un derroche, este tipo de estrategias no funcionan con los bebés ni con los nifios y, ademas, suelen conducir a comer en exceso en la edad adulta. Por lo tanto, es im- portante no esperar que el bebé acabe con todo lo que se le ofrece, asi como no intentar persuadirle de que coma mas de lo que quiere. Deberia comer tanto (0 tan poco) como quiera de la comida que se le ofrece, para que pue- da seleccionar los nutrientes que necesita. Si come todo lo que le ha ofrecido, no dude en ofrecerle més 0 algo distin- to, para comprobar que realmente ha tenido suficiente. Si lo rechaza, es que ya esta lleno. Aunque pueda haber co- mido menos de lo que usted cree que deberia comer, no es necesario que lo «complemente» con purés ni con papi- Has. Quiza los acepte, para complacerle, pero eso no sig- nifica que los necesite. «Me crié durante la guerra y la comida estaba raciona- da. No se podia desperdiciar la comida. Si no comia todo lo que me daban, me lo volvian a servir a la si- guiente comida. La sensacién de tener que terminar todo el plato (aunque no me guste la comida) me ha acompafiado toda la vida.» Tony, tres hijos y cinco nietos Rechazar la comida Si su bebé rechaza un alimento concreto es porque no lo necesita (0 no lo quiere) en ese momento concreto. No tie- ne nada que ver con la calidad de su cocina y tampoco significa que la préxima vez lo vuelva a rechazar. De todos modos, si le ofrece lo mismo que al resto de la familia, en lugar de un plato especial para él, es menos probable que se dé cuenta de cudnto ha comido en realidad; y este es otro motivo por el que compartir la comida con él es me- nos estresante para todos que prepararle algo especial. Consejos ¢ Lavele las manos antes de ofrecerle la comida. © Ofrézcale trozos con forma de palitos de una longitud minima de 5 cm. Una mitad es para comer, y la otra es para agarrar. © Aseguirese de que es el bebé quien decide lo que le llega a la boca. Deje la comida a su alcance (en la bandeja de la trona o en la mesa). * Compruebe que la comida no esté demasiado caliente (es mas fiable probar un bocado que limitarse a com- probar con los dedos). © Ofrézcale una seleccién reducida para empezar. Si hay demasiada, puede saturarse. ¢ Tenga preparada mas comida, por si la quiere. ¢ Acuérdese de que el objetivo no es «dejar el plato limpio». Es importante que el bebé coma sélo lo que necesite. © No se ofenda si rechaza lo que le ha preparado. « Acompajfiele siempre mientras come o juega con la comida. Cémo ayudarle a aprender Los bebés aprenden por imitacién y les encanta participar en lo que sucede, por lo que es importante que el bebé co- ma con el resto de la familia siempre que sea posible y que se le ofrezca la misma comida que a los demas. De hecho, es probable que descubra que prefiere lo que hay en el pla- to de la madre o del padre que en el suyo, aunque sea exac- tamente lo mismo. (Probablemente, es una manera instintiva de asegurarse de que la comida no es peligrosa, véase pag. 56.) Hablenle sobre la comida, sobre los nom- bres, los colores, y las texturas; asi, aprenderd palabras nuevas al tiempo que adquiere nuevas habilidades. jAtenci6n a este truco! A veces, los bebés se esconden un trozo de comida (normalmente en el interior de la mejilla) y lo escupen un buen rato mas tarde. Suele suceder antes de que aprendan a utilizar la lengua para recuperar los trozos que se quedan entre la encia y la mejilla. Por cuestio- nes de seguridad, es conveniente comprobar que esto no haya sucedido antes de que el bebé empiece a ju- gar o se duerma. No es necesario meterle el dedo en la boca ni agarrarle para examinarla; basta con jugar a que la abra (quiza pidiéndole que le imite a usted) 0, una vez ya sea un poco mayor y entienda algo mas, puede ensefiarle a hacerlo él mismo y a meterse el de- do en la boca para comprobar que no haya nada es- condido, «Meena sabe qué es un trozo de zanahoria; es mas que algo blando y naranja. Hablamos sobre la comida y esta aprendiendo el nombre de las verduras. Por ejemplo, le digo “;Dénde esta la coliflor?” y ella coge un trozo. Es fantastico. Los bebés no tienen la posibi- tidad de aprender sobre {a comida cuando se Jes da en forma de puré.» Deepti, madre de Meena, 10 meses Aprender por imitaci6n significa que se observa, se ac- tua... y se cometen errores. Es importante dejar que el be- bé encuentre su propia manera de manipular la comida y no ayudarle mas de lo estrictamente necesario. Ayudarle demasiado (o interferir), criticarle, reirse de él o enfadarse puede confundirle y es posible que acabe desistiendo. Por otro lado, tampoco hay que felicitarle cuando lo hace «bien». Al fin y al cabo, los bebés no entienden que dejar caer un trozo de comida al suelo sea un «fracaso» ni que llevarselo a la boca sea un «éxito»; para ellos, no es mas que una parte interesante del experimento. Ayudarles 0 guiarles puede acabar distrayéndoles. Hay que recordar que estan concentrados en aprender qué es la comida y cémo se come. Si necesitan ayuda, la pediran. La mayorfa de bebés prefieren descubrir por si mismos cé- mo funcionan las cosas. «Al principio, ayudabamos a Jamal cuando intentaba coger algo y no lo conseguia. Sin embargo, veiamos que, entonces, se desconcentraba inmediatamente., Era obvio que preferia que le dejaramos tranquilo.» Simon, padre de Jamal, 8 meses Es posible que, durante los primeros dias, su hijo tenga arcadas en algunas ocasiones, mientras aprende a tratar con la comida. Aunque pueda resultar muy alarmante, es muy poco probable que él se preocupe y no es necesario hacer nada para que deje de suceder. De hecho, puede ser un elemento clave durante el aprendizaje, porque asi aprende a comer con seguridad, sin llevar la comida de- masiado atrds y sin !lenarse la boca excesivamente (véase pag. 66). Dejara de tener arcadas al cabo de unas sema- nas, cuando haya aprendido a evitarlas. Si intenta entender estas primeras experiencias no co- mo ocasiones para comer, sino como oportunidades para jugar y para aprender, vera que no hay motivo para limi- tarlas a una, dos o incluso tres veces al dia, ni tampoco para seguir un horario estricto. De hecho, cuantas mds oportunidades tenga el bebé para explorar la comida y para practicar con ella, mas ra- pidamente descubrira qué es y desarrollara las habilidades necesarias para comer solo. Cémo ayudarle a superar la frustracion Poco después de empezar a explorar los alimentos sélidos, hay bebés que pasan por una fase en la que parecen frus- trados. Es como si el proceso de adquisicién de habilida- des fuera demasiado lento. Resulta tentador asumir que cuando los bebés se muestran irritables y de mal humor es porque tienen hambre, pero, durante las primeras sema- nas si tienen hambre lo que quieren es una toma de leche, no s6lidos. La hora de la comida es para experimentar y el bebé atin no se ha dado cuenta de que los alimentos s6- lidos pueden saciar el hambre. Por lo tanto, la frustracién que demuestra no indica que quiera mds comida sdlida y, en consecuencia, no necesita que sus padres le «ayuden» triturando la comida y dandosela a cucharadas; todavia puede cubrir sus necesidades con la leche. Es posible que parezca que el problema se soluciona cuando se le da de comer, pero es sdlo porque el bebé se distrae por unos mo- mentos. Si tiene hambre o est4 cansado, lo mejor es ofre- cerle una toma de leche o acostarle para que pueda dormir la siesta. Durante las primeras semanas del método ACS, los be- bés también pueden sentir cierta frustracién, porque aan no pueden hacer con la comida todo lo que les gustaria, al igual que les puede pasar con un juguete nuevo. Con frecuencia, el problema es que los trozos de comida no tie- nen el tamafio adecuado o son demasiado resbaladizos y no pueden cogerlos bien, asi que es importante prestar atenciOn a este detalle (en la pag. 89 encontrara informa- cién sobre cémo preparar comida facil de agarrar). La buena noticia es que, aunque es bastante habitual que los bebés que siguen el método ACS pasen por una fase de frustracién, no suele durar mas de una semana 0 dos, del mismo modo que la frustracién con un juguete nuevo no dura para siempre. Darles tiempo suficiente Los bebés necesitan aprender a su propio ritmo, por lo que es importante no presionarles ni meterles prisa. Es habitual que, al principio, necesiten hasta 40 minutos para «acabar de comer», porque necesitan practicar todas las habilida- des nuevas una y otra vez antes de que les salga «bien». Es especialmente importante darles el tiempo suficiente para que puedan masticar bien, ya que facilita la digestion y contribuye a prevenir los dolores de barriga y el estrefii- miento. Si se les deja comer a su propio ritmo, aprenden a interpretar las sefiales internas de saciedad. (Véanse pags. 64-66. Comer demasiado rapido se asocia a la obe- sidad infantil y adulta.) A algunos bebés les gusta dejar trozos de comida en el plato mientras se dedican a explorar otra cosa, pero luego vuelven a recuperarlos. Es una conducta muy habitual, asi que intente resistir la tentacién de quitar la mesa demasia- do pronto o de acabarse la comida usted mismo. Posiblemente, adoptar la funcién de observador y de- jar que el bebé tome la iniciativa es lo mds complicado del método ACS, pero si se lo toma con calma no tardara en darse cuenta de que esta fase no dura para siempre. Cuanto més tiempo le dé para aprender a manejar la co- mida, antes aprendera a comer con seguridad y precision. «lvor come solo y a su propio ritmo. A veces, se queda sentado durante mucho tiempo y sin hacer nada y, de repente, agarra un trozo de comida y se lo leva a la boca. Hay dias en que come mucho y luego se pasa algunos Unicamente a base de leche. Tenemos que confiar en él y no interferir en el proceso.» Amanda, madre de Ivor, 8 meses Sin presiones Algunos bebés se sienten incémodos con la comida si se les observa 0 presiona (ya sean sus padres o terceros) con cada bocado que se Hlevan a Ja boca. Es mejor no prestar demasiada atencién al bebé mientras come; ciertamente, resultan fascinantes, pero a los bebés les incomoda sentir- se observados. La hora de la comida deberia ser una acti- vidad cotidiana, divertida y normal. Sélo necesitan el apoyo silencioso de los padres y la recompensa que supo- ne manipular la comida y comer para adquirir mAs maes- tria y seguridad. «Una vez, cuando Enrico tenia unos siete u ocho me- ses, vinieron unos amigos a comer. No podian dejar de mirarle mientras comia, parecian muy nerviosos. Me di cuenta de que él estaba incOmodo, pero supongo que era una novedad para ellos.» Angela, madre de Enrico, 2 afios Comer juntos Comer en familia es ideal, porque, asi, el bebé aprende mucho mds que a manipular comida. Aprende a esperar su turno, a conversar y a comportarse en la mesa (véase pag. 195). Sin embargo, la hora de la comida puede supo- ner todo un reto para las atareadas familias, sobre todo cuando un miembro de la pareja (si no ambos) pasa largas jornadas laborales fuera de casa. De todos modos, lo mas importante es que, en la medida de lo posible, el bebé no coma solo. Por lo tanto, si es imposible que toda la fami- lia coma junta, hay que intentar que, como minimo, haya otra persona comiendo con el bebé. Si deja al bebé con una canguro o en la guarderia, hable con los cuidadores, para que la hora de la comida sea una experiencia com- partida incluso si usted no esta. En muchos hogares se desayuna muy rapido, especial- mente si tanto el padre como la madre trabajan o si hay nifios mayores que tienen que ir a la guarderfa o a la es- cuela. Hay muchos bebés que, al principio, no se intere- san por el desayuno en absoluto, pero una vez empiezan, tienden a ser muy flexibles: no les importa que no sea «la hora» de comer. Asf que pueden desayunar después de ha- ber ido con mama a llevar a sus hermanos al colegio o cuando esté con la canguro. En general, si uno de los pro- genitores no trabaja, la comida del mediodia es la mas f4- cil de compartir con el bebé al principio. No es necesario que sea muy elaborada, siempre que se trate de comida nutritiva y variada (en la pag. 139 encontrara algunas ideas). Normalmente, lo ms diffcil para la familia es compar- tir la cena, sobre todo tras largas jornadas laborales. Es muy habitual que el cuidador principal (que suele ser la madre) acabe cenando dos veces: una con el bebé y otra con su pareja, cuando vuelve del trabajo. Existe la opcin de retrasar la hora de llevar al bebé a la cama (si es muy pronto) o de adelantar la cena (si es muy tarde). Recuerde que, al principio, el bebé no necesi- ta comer sélidos a horas regulares porque no depende de ellos para saciar el hambre. Slo cuando empiece a comer mas y descubra que asi puede combatir el hambre, empe- zara a presentar una pauta regular. Ese sera el momento de empezar a pensar en cémo lograr que los horarios fa- miliares coincidan con sus necesidades. Aunque, quiz, lo mejor sea sentarse a la mesa para co- mer en familia, tampoco es imprescindible. Si suele comer en el sofa frente a la televisibn, acérquese la trona y apa- gue el televisor (para que el bebé pueda concentrarse). También pueden probar a comer juntos en el suelo, sobre una alfombra, dentro de casa o en el jardin. Intente tratar a su bebé con el mismo respeto que tra- taria a cualquier otro compafiero de mesa. Es decir, no le diga qué o cudnto debe comer y no le limpie fa cara cons- tantemente. ,Y resista la tentaci6n de empezar a fregar platos si él sigue comiendo! «Leah come y mastica mejor si me siento a la mesa a comer con ella. Me observa y me imita. A veces, me levanto y empiezo a hacer otra cosa, y entonces se desconcentra por completo.» Emily, madre de Leah, 7 meses Consejos ¢ En la medida de lo posible, coma lo mismo que su be- bé. Y con su bebé. ¢ Dele todo el tiempo que necesite para explorar la co- mida y decidir qué quiere hacer con ella. ¢ Hablele de la comida que esté manipulando. ¢ Resista la tentacién de ayudarle a comer mas de lo es- trictamente necesario. ¢ Permitale manipular alimentos lo maximo posible, pa~ ra ayudarle a desarrollar todas sus capacidades. ¢ Comparta la alegria de su bebé cuando aprenda cosas nuevas, pero recuerde que no debe dirigir su aprendiza- je mediante elogios ni criticas. * Me EXPERIENCIA CON EL. METODO ACS Unvid Over abicaiié ‘Sikantenaee hpi ‘em cé. a sentarle. en mi regazo a la hora de com “acababa de cumplir‘los seis meses. Empez6 a coger -tmida de mi plato inmediatamente, aunque al principi “NO consegula levarsela a la boca. Creo-c gue tardé varios. “dias en tograrlo. ete = : Sin embargo, ahora, y a pesar: de que sélo lleva un. par de’ Semanas practicando, su coordinacién visomote- ray la manera en. que se lleva cosas a la boca-han eve- lucionado | muc! oO primero que ‘le di ‘fueron trocitos o de. pera).como'a testo ‘de nifios, pero cada vez que in- ‘tentaba coger uno, sé le resbalaba. No to consiguid ni una sola vez. La ‘siguiente vez que le di pera, la estrujé hasta “que descubrié fa fuerza exacta. que: necesitaba " ejercer. ‘Luego, aprendié que, si coge algo con la mano ‘izquierda y ‘quiere Mevarselo a.la boca, le es mas facil si ‘antes lo pasa a la mano derecha; ahora utiliza la i : quietda para guiar’ a la derecha: la empuja para acer... carsela a a ta spoca, Restitta fascinante. " : Lo que es comer, no come mucho. Las. heces han cambiado un. poco, contienen, trecitos de zanahoria, pe: fo, aparte de eso, atin son, ‘fundamentaimente, heces. de lactante. De momento, la comida Parece ser mas.un_ objeto de. experimentacion que un, alimento. Es fantastico poder confiar, en suinstinto.No siem>.< pre quiere comida; a veces esta demasiado cansado, sobre todo durante la cena. Otras veces no fe doy el de- : sayuno si voy: retrasada con los hermanos mayores. Me lo tomo con bastante calma. Pero me resulta imposible __-sentatme ala mesa sin incluirle, Me encanta. - Compartir. las comidas familiares con Owen me pare- 3 cede lo mas légico; es mucho més: fécil que con los Pure 16s que les dia los dos: mayores. Ahora que lo pienso, Theo (él segundo) io estuvo preparado para fos Sélidos hasta‘los siete meses aproximadamente.. Ni le gustaba «— la comida ni que le diera de comer, lo escupia todo. No quiso comer demasiado. hasta que pudo comer solo. . Ahora, creo, que lo. mas, natural es dejaries que. to hagan desde el principio. _ . i be i "Sain; madre de Ella, 8 af; de. Tee 5 afos; éé é ae 3 oo y de Owen, 8 meses : Prepérese para las salpicaduras Los bebés no entienden el concepto de suciedad o des- orden. Dejan caer o lanzan continuamente los juguetes, porque es su manera de aprender qué es la gravedad o la distancia, y de medir sus fuerzas. Al principio, la comida no es mas que otro juguete, por lo que experimentan con ella del mismo modo. Descubren, encantados, que nada de lo que habian manipulado hasta ese momento era tan facil de aplastar o de extender (los juegos con plastilina, por ejemplo, se reservan para nifios mds mayores, para que no se la coman). A veces, las salpicaduras se deben a que el bebé todavia no ha desarrollado plenamente las habilidades necesarias. Los objetos se les caen de las manos, si es que no los em- pujan y los tiran al intentar cogerlos. Y, como al principio no son capaces de abrir ]as manos deliberadamente, tien- den a dejar caer por accidente lo que sea que estén soste- niendo cuando otra cosa Ilama su atencién. Cuando vea cémo la comida chorrea por el borde de la bandeja de la trona de su bebé, recuerde que él no sabe la importancia que tiene. No sabe que luego habra que limpiarlo, esta completamente concentrado en la importante tarea de aprender. Cuanta mas tranquilidad demuestre usted, con mayor rapidez aprenderé él. A medida que el bebé adquiera habilidades y descubra el placer que obtiene comiendo lo que se le ofrece, habra menos salpicaduras. De hecho, los padres que han segui- do este método suelen comentar lo corta que ha sido esta fase y lo rapidamente que sus bebés han aprendido a co- mer en comparacién con otros. También vale la pena re- cordar que, aunque el método ACS puede ser més sucio durante las comidas, lo es mucho menos (ademas de mas sencillo) durante la preparacién, ya que luego no hay que limpiar ni batidoras ni coladores. Las manchas son inevitables y son una parte importan- te del aprendizaje del bebé. Intentar combatirlas es como ir a la playa e intentar detener las olas. El secreto consiste en aceptarlas y en prepararse. Por lo tanto, hay que pen- sar en qué ropa va a llevar el bebé (jy usted!) durante las aventuras culinarias y en cOmo proteger la zona cireun- dante. Ademas, hay que reservar mucho tiempo pata la comida; asi, el bebé podra practicar (y aprender a comer sin mancharlo todo) y habra tiempo suficiente para Sim- piar los posibles desaguisados. «Milo jugaba con la comida y acababa completamente pringado. Experimentaba con fa textura y los voliime- nes, y aprendié a verter liquidos jugando con {a comida. Ademas, jugar asi Je ha ayudado mucho a de- sarrollar la coordinacién visomotora. A los nifios les encanta pringarse. En Ja guarderia, siempre hay nifios jugando con gelatina de colores 0 con espaguetis coci- dos, pero no se lo comen. Estan jugando. Es lo ultimo en aprendizaje temprano. Asombroso, jverdad?» Helen, madre de Lizzie, 7 afios, de Saul, 5 afios, y de Milo, 2 afios Baberos A diferencia de los adultos, el bebé no esta sentado a un nivel superior que la comida, por lo que es muy probable que necesite estirar todo el brazo para alcanzar lo que quiere. Las mangas Jargas suelen acabar cubiertas de co- mida, ademas de ser un estorbo, por lo que es mejor ves- tirles con manga corta. Los baberos protegen la zona frontal; los de manga larga (0 las batas) protegen los bra- zos también, pero pueden estorbar. Los baberos «pelica- no» son muy utiles porque recogen la comida que se les cae de la boca; sin embargo, tienden a limitar Jos movi- mientos del bebé, por lo que, quiz4, no son una buena idea al principio. Hay padres que prefieren dejar que el bebé coma en ca- miseta (o incluso en paiial), sila temperatura es adecuada: jes mas facil limpiar la piel que la ropa! (Si bafia a su be- bé, asegtirese de hacerlo después de comer.) Al igual que sucede con las tronas (véase pag. 112), no vale la pena ini- ciar una guerra por el babero. La hora de la comida ha de ser agradable, asi que si su bebé no quiere ponerse el babero, acepte que acabara con la cara, el pelo y la ropa cubiertos de comida, y que aun no se ha inventado nada que impida que los trozos de co- mida acaben en el suelo. De hecho, le asombrard lo lejos que puede llegar la cgmida durante los «experimentos» del bebé. Manchas de fruta Hay que prestar atencién a las manchas de fruta. Cuando los bebés comen fruta (especialmente frutas en- teras), tienden a pasarse un largo rato chupando y mas- ticando, por lo que el jugo o la pulpa les chorrea por la barbilla y las manos y, con frecuencia, acaba en la ropa. Aunque al principio no se ven, algunas frutas, como el platano o fa manzana, pueden dejar manchas muy oscu- ras. «Cuando Justin empez6 a comer solo, empecé a usar los delantales tipicos de las amas de casa de la déca- da de 1950. Y no ha habido vuelta atras. Si el bebé come sentado en tu regazo, jnecesitas un buen delan- tal para interceptar la comida!» Louise, madre de Justin, 23 meses «Cuando acaba de comer, humedezco un trapo limpio: primero lo paso por la cara del bebé y luego por las manos. Lo siento en un sitio limpio y paso el trapo por la mesa, para que toda la comida caiga al suelo, Entonces le !lega el turno a la trona y todo va al suelo también. Asi que, al final toda la comida acaba en et suelo. La recojo con el trapo, la tiro a la basura y luego meto el trapo en la lavadora. Un trapo por comida. Y ya esta.» Hazel, madre de Hannah, 8 afios, de Nathan, 4 afios, y de Joe, 17 meses Proteger el suelo Puede utilizar un hule para proteger las alfombras y la moqueta; son faciles de limpiar y devolverle al bebé la co- mida que se le cae (0 tira) resulta sencillo. También puede utilizar manteles de algodon, esterillas de acampada o, in- cluso, cortinas de ducha. También puede comprar {4minas de plastico en una ferreteria, son una opcién mas barata. Hay padres que utilizan papel de periddico y, después de cada comida, lo tiran para evitar tener que limpiar. «Al principio, probamos con un hule, pero el plastico era muy fino y no podiamos limpiarlo con la fregona, sino que teniamos que arrodillarnos y limpiar a mano. Al final, decidimos utilizar un mantel de tela barato. Al acabar de comer, tirabamos los trozos de comida a la basura y metiamos el mantel en la lavadora. Acabamos utilizando dos 0 tres, para que siempre hu- biera uno limpio, pero con un bebé las lavadoras son continuas, asf que tampoco notamos gran diferencia.» Ruth, madre de Lola, 19 meses Material Tronas Hay tronas de todas formas y tamafios. Al principio, es Gtil que tengan una bandeja incorporada, pero las que pueden utilizarse con la mesa normal ahorran espacio y, atin mds importante, facilitan que el bebé sienta que par- ticipa en la comida familiar. Si el asiento queda por deba- jo del tablero de la mesa, al bebé le resultara mds sencillo alcanzar la comida. Colocarle en el respaldo un cojin pe- quefio o una toalla enrollada también puede ser util. Si opta por una trona con bandeja incorporada, bus- que una con la bandeja lo mas amplia posible, porque, en general, significa que menos comida acabara en el suelo. Por otro lado, escoja una con reborde, porque, aunque una completamente lisa pueda ser mds bonita, no conten- dr4 comida durante demasiado tiempo. Es importante asegurarse de que la bandeja no quede demasiado elevada en relacién al asiento: si el pecho del bebé esta al mismo nivel que la bandeja, le costara mucho alcanzar la comida (jimaginese sentado a una mesa que le llegara a las axi- las!). Las tronas con bandejas de altura ajustable son una buena opcion, pero también se puede sentar al bebé sobre una toalla doblada o un cojin, para elevarle hasta que crezca un poco. Las tronas que se fijan a la mesa pueden ser muy ttiles cuando se come fuera de casa 0 se esta de viaje, pero, en general, son demasiado incémodas para utilizarlas a dia- rio. Hay tronas que tienen una posicién inferior, muy dtil si no se come en una mesa de comedor. Las que se ajustan al crecimiento del bebé son caras al principio, pero luego ahorran tener que comprar asientos elevadores o tabure- tes cuando el bebé crece. Hay algunas que incluso pueden adaptarse a nifios ya mayores o a adultos. Cuidado con Jas tronas muy tapizadas. Quizd parezcan mas cémodas que las de madera o de plastico, pero tam- bién son mucho mas dificiles de limpiar. Y, seamos since- ros, tendré que limpiar. Es fundamental que la trona tenga un arnés de seguri- dad para el nifio, y que se lo ponga cada vez que le siente en ella. Quizd no intente levantarse nunca, pero es facil que ocurra un accidente si el bebé se mueve mucho. Las tronas son practicas y duran mucho, pero si al bebé no fe gusta sentarse en ellas, es mejor no obligarle. Come- r4 igual de bien sentado en su regazo y es muy posible que acepte la trona més adelante. «Si tuviera otro bebé, abordaria el tema de la comida exactamente igual, excepto, quizds, en lo que concier- ne a la trona. Hasta hace muy poco no he conseguido que Aidan se siente en la trona sin rechistar, jy ya tie- ne dos afios! Asi que decidimos dejarlo, porque era ob- vio que no le gustaba. Acepté que se sentara en mi regazo, en lugar de pelearnos dia si y dia también. Cortar la carne con é! moviéndose continuamente pue- de ser un tanto complicado, pero aparte de eso, nos lo pasamos bien.» Sue, madre de Aidan, 2 afios Platos A muchos padres les resulta més sencillo no utilizar platos al principio. Un bebé de seis meses encontrar el plato tan interesante, si no mas, que la comida, especialmente si es un plato para bebés, con colores vistosos. Y, aunque en realidad no importa, el resultado mas probable es que to- da la comida acabe directamente en el suelo. Ademas, el bebé tampoco se acordaré de volver a poner la comida en el plato cuando haya terminado de experimentar con ella, asi que toda la zona alrededor del plato acabard llena de comida igualmente. No hay motivo por el que el bebé no pueda comer di- rectamente de la bandeja de la trona o de la mesa, siempre que esté limpia (puede que baste con una pasada rapida con un detergente suaye y un pafio limpio). Otra opcién es utilizar una bandeja de cocina plana y colocarla sobre la mesa (y, quizd, fijarla con cinta adhesi- va), 0 un mantel individual con un bolsillo incorporado, que recoja los trozos de comida que caigan fuera de la bandeja. Asi, contendrd las manchas y, adem4s, podra limpiarlas facilmente. Si lo que quiere es usar un plato, pruebe con un plato o un cuenco pesado, porque asi sera més dificil que el bebé pueda levantarlo. Claro que, si lo consigue, el estropicio sera mayor. Los platos con ventosa que se pegan a la mesa pueden ser titiles, pero tienden a catapultar la comida que contienen cuando se despegan. Los platos, cuencos y tazas que decida utilizar deben estar limpios, pero no es necesa- rio esterilizarlos. Si quiere proteger la mesa, conviene que invierta en un hule. Son tiles, porque son muy faciles de limpiar; opte por uno con un estampado sobrio, porque uno demasiado llamativo puede impedir que el bebé vea e identifique la comida. También debe asegurarse de que el bebé no pueda tirar del hule (y de todo lo que contiene) y tirarselo encima o al suelo. MI EXPERIENCIA CON EL METODO ACS |ace cerca de un mes, James empez6 a dejar claro. ‘A que queria oe a la mesa-con nosotros.-Ya no ore0 que tuviera . de la ‘experiencia, _ rita cuando ve. a gatear a otros ~ del mismo ‘mod ‘que “) bebés y quiere imitarles. Alprincipio, le interésaba hacer COSAS ‘en ia ‘mesa, na a la. comida-en si. Pero durante las Gltimas dos semanas, “ta. situacion ha cambiado, Ahora 'se sienta,bien y quiere - mas que una cuchara con. que goipear ja mesa o'un tro- | 20:de comida que chupar: Quiere agarrar cosas. aS Hace algunas semanas cogié un trozo de epino, p 70 como ‘aun no’sabla asirio bien, se te cay6. ¥ sus her manos son traviesos, quieren darle de comer. Le dierot un palito de zanahoria, un-trozo de platano y una cu charada de yogur:.El otro, dia, » nos fuirmos: de picnic y consiguié coger un -corazén de manzana y chuparto; le « encanto, También me lamié un‘dedo, que 8 me habla | manchado de salsa de tomate. Est4 aprendiendo. adis-— frutar: de los. Sabores, creo que ahota siesta preparado = para comer. a “Asi que hoy le he Ofrecido’ alge para comer por prime. a ra. vez: una deliciosa pera madura. Ha’: sido un: éxito tow” tal, Creo: que le ha. encantado poder comer lo qué . queria, en ‘lugar de oirme decir Oh, no, nol Adn eres _ demasiado pequefio para eso». — Aprender a comer solo: los secretos del éxito ¢ Al principio, entienda la hora de comer como una hora de juego. El propésito fundamental es aprender y experi- mentar, no comer. El bebé obtiene todos los nutrientes que necesita de las tomas de leche. ¢ Siga déndole leche a demanda, para que los sélidos la complementen, en lugar de sustituirla. Ira reduciendo las tomas gradualmente, a su propio ritmo. © No espere que el bebé coma demasiado al principio. Que haya cumplido seis meses no significa que necesite mas alimento de la noche a la mafiana. Cuando descubra que la comida sabe bien, empezard a masticar y, luego, a tra- gar. Muchos bebés comen muy poco durante Jos prime- ros meses. © Intente comer con el bebé y permitale unirse a la mesa familiar siempre que sea posible. Asi, tendra muchas oportunidades para imitarles y practicar sus nuevas ha- bilidades. ¢ jPrepdrese para las manchas! Piense en el mejor modo de vestir al bebé y en cémo proteger las zonas cercanas, pa- ra evitar estresarse por los churretones y los derrames y para poder recoger facilmente la comida del suelo. Recuerde, esta aprendiendo, su intencién no es compli- carle la vida. © Ha de ser divertido,.. para todos. Asegurese de que la hora de la comida sea una experiencia tranquila y agra- dable para todos; asi, animara al bebé a explorar y a ex- perimentar, lo que le facilitara aventurarse con sabores nuevos y disfrutar de la hora de la comida. Seis cosas que deberia hacer 1 Asegtrese de que el bebé esta sentado y bien erguido mientras experimenta con la comida. Los primeros dias, puede sentarle en su regazo, frente a la mesa. Una vez empiece a sentarle en la trona, utilice cojines pequefios 0 una toalla doblada para mantenerle derecho y a la altura adecuada respecto a la bandeja o a la mesa. 2 Empiece ofreciéndole trozos de comida faciles de coger. Lo mejor suelen ser los palitos gruesos, En la medida de lo posible (y siempre que sea adecuado)} oftézcale lo mis- mo que coma el resto de la familia, para hacerle partici- pe de toda la experiencia. Recuerde que los bebés pequefios no pueden acceder a lo que tienen en el pufio, por lo que no espere que se coma los trozos enteros; ten- ga preparado otro trozo para cuando se haya comido lo que le sobresale del pufio. 3 Ofrézcale variedad. No es necesario limitar la experien- cia del bebé con la comida. Es importante no sobrecar-

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