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La organizacién de la iglesia seguin las Sagradas Escrituras por F. Navarrete Fundacién Editorial de Literatura Reformada “Y él mismo constituyd a sinos, apdstoles; a otros, profctas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros a fin de per- fecciomar a los santos para la obra del ministerto, para edifca- cidn del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemns a la uni- dad de la fe ¥ del conocimiento del Hijo de Dios, a un vardn perfecto a Ja medida de la estatura de Ia plenitud de Cristo.” Efesiog 4:11-15. Primers edicisn 1904 Tercera ediciée 1996 FUNDACION EDITORIAL BE LITERATURA REFORMADA STICHTING UITGAVE REPFORMATORISCHE BOEKEN Apartado (053 Rigwisk (2H) Paisex Bajou (SAN: 8063-17 0s Depeisite legal: B, 45,942 - 1996 Impreso cn Rocman yi Walls, 5A. Verdaguer, | - 08786 Capelbsdes (Barcelona) Pra lag ° El proposito del presente folleto no es hacer creer 3 Jos pasta- lores, consejos y miembros de iglesias, que la buena marcha de una congregacton consiste solamente en el Robiemna de la mis- ma; sino demostrar de un modo breve y sencilla, que fas Es- crituras nos hablan también claramente en cuanto a cste aspecto de In vida eclesidstica, ec} cual, en nuestra tiempo ¥ en muestoo pais ha caido en un gran descuido: unas veces por ignorancia y otras, alo mejor, por dejadez. No cs nuestro. propdsite el criticar la forma de feparse de agque- llas iglesias que no lo hagan segdn Ja linea trarada por el fo- Ileto, que creemos es [a de lac Escrivuras, sino que deseamos, con todo amor cristiano, ampliar los conocimientas y traxar la linca a seguir a aquellos que no la saben, a bien se encuentran desoricntadas, No olvidemos que Dios es un Dies de orden: y a pesar de que lo principal en la existencia de una iglesia ba de ser el amor ha- cia Dios, los hettianos en la fe y ef projime, junto con La obe- diencia completa y absoluta a los mandamientos divines, no Por ¢30 hemos de olwvidarnos de ese gobierno que Dios misiie nor da, con el fin de que sean canalizadas todos Jas fuerrss procedentes de ese entusiasmo y amar que sale de los corazo- nes de eristianes sinceros. El gobierno de la iglesia no debe servir para que creamos que una vex tengamos a ¢ita todo marchaed sobre ruedas. No, pore si debermos darnos cuenta de que las Escriroras nos ensefian a tence orden, desde of Génesis hasta el Apocalipsis, Dios hizo todas las cosas por orden en Ia creacidn. (Job. 34:13; Jer. 10:12). Mas tarde al ordenar Dios la conscruccién del taberndeulo a Moisés, hizo que éte lo consteuyese por y con orden. EI pueblo de Israel fue guiade con orden en sus peregrinaciones. La venida de Cristo fue anunciada repetidas veces por los + proferas siguienda un orden, Cristo vino al mundo naciendo, testificands, muriendo, resucitando y ascendiendo a los cielos: dindonos antes de su ascensiin la promesa del Esplriva Santo el cual guiaria a los hombres a la verdad, ¥ a que Jos ereyentes hiciesen (y hagamos) todas las cosas con orden (T Gor. 14233), cumpliendo con ello la voluntad divina y pudiendo tener ast Ja certeza, de que la paz del Pacto divino serd la herencia que corresponda a la congregacidn, distrutanda ésta de toda clase de prosperidad. Es indiscutible que a pesar de todo el amor, entusiasmo, fe ¥ buena voluntad que haya en nuestros corazones, es necesario el orden de una organizacién, no con el fin de que nosotros nos convirtamos en esclavos de el, sino para que él nos ayude a ser mas eficaces en nuestra misién de “sal de fa cierra” y de *levadura que leuda toca la masa”. Una ilustracian del orden a que nos referimos nos lo da el rela- to de Exeodo 18:10-27. Aqui se nos demuestra que el orden de la organizacién «3 necesacio para la buena marcha y eficacia de la iglesia. F. NAVARRETE Barcelona, 1964 La arganizacién de la iglesia segin las Sagradas Escrituras (Efesios 2311-21) Cuande nuestra Sefior Jesueristo les dio a sus disclpulos la orden de predicar el Evangelio, les dijo: “Por tanto, id, ¥ haced diseipulos a todas las naciones, bautizdndolos en el nombre del Padre, ¥ del Hijo, y del Espiritu Santo, Enseiidndoles que guar- den todas las cosas que os he mandado; y he aqui yo estoy con vosotros todos los dias, hasta el fin del mundo. Amén”. Al off los discipulos estas palabras de labios de nuestro Seiior, quedaba bien sentado para ellos el hecho de que debian Hevar el Evangelio dandequiera que el Sefior les enviase, insteuyenda ademas a las personas que aceptasen la Palabra divina, segin la voluntad de Dios y de su Hijo Jesucrista, ‘Los apdstoles, no complieron solamente In que se les habla tan- dado, sino que también dejaron escritos Ins evangelins, los He chos de los Apdstoles y las cartas, los cuales han permanccido hasta nuestros dias, hallandose recopilados en el Nuevo Testa- mento, en la Biblia, El Sefor ha procurade, por mediacién de su Espfritu Santo, que estos escritos se conservasen hasta nuestros dias, permitiende asimisne la apariciin de muchas ¥ diversas traducciones a fin de que tanto Jos cristianos que vivieron en lor siglos pasados, come nosotres hoy en dia, pudi¢ramos leerlos, ¥ a través de estos libros nosotros Ilegamos a saber quidn ex el Sefior, y eudl sea su voluntad acerca de cima debemos servirle en toda nuestra vida. Pero ahora y en el caso que nos ocupa, descamos saber cual sea su voluntad con relacidn al gobierno de la iglesia. El hombre ha caldo ficilmente, a través de los gins, en pen 5 samicntos y acciones equivocadas, las cuales no estén de acuer- do con la Palabra de Dios, y esto debide a Ja maldad, flaquesa y orgullo que reinan ene] corazén humane. Desde el principio de [a iglesia ya viene sucediendo esta asi, porque el cora- zin del hombre cz perverso por naturalezs. Sarands procura por todos los medias, valiéndose del pecade humana, hacer que los creyentes se aparten de la Palabra ¥ mandamientos de Dios, haciéndoles que dejen la doctrina buena y sigan la del error, que es fruto de las teorlas y pensamientos humanos, Si miramos y estudiamos Ia manera de regirse de muchas igle- siag, hoy en dia, Iegames a la conclusién de que verdaderamen- te, y también en este aspecta, el hombre cristiano se ha aparts= do y se aparta en muchas ocasiones de la Tayectoria que nos ensefia la Palabra divina. Si Ia iglesia {sus cOmponentes, pucste que estos son quienes la forman) fuese obedience al Sefior, ow Cabera, y se dejasen guiar por el Esplriwu Santo para ver y ha- cer todas las cosas ral como las Sagradas Eserituras os entenan, podemos estar segucos de que el Scfor prestaria su ayuda y daria, en conformidad con su promesa, tede lo que necesitan sug hijas obedientes. “Pedid, y se ox dara; busead, y hallaréis; Wa- mad, ¥ se og abrird (Mat. 7:7), FJ Sefior fue muy benigng al enviar a sus disclpulos a predicar cl Evangelio por el mundo, obteniendo ast miles de Personas, ai, incluso millones, la salvacién. Nosotros hemos recibida una parte en todos los privilegios obtenides por Cristo para sb pucblo. Sin embargo, ello nos obliga a que mientras vivamos aqui en la tierra, debemos escudrinar las Escrituras, a fin de obrar en todo segiin la voluntad divina, incluyendo también el gebieme y direccidn de la iglesia, }Qué es la iglesia? {Qué se entiends en la Biblia bajo la palabra “eeelesis"} Leemos tn¢l libre de los Hechos que el apdstol Pablo viajaba por Asia Menor y Macedonia, predicando por dequier el Evangelio de nuestro Seftor Jesucristo. Si bien es cierto que muchos secha- taron ta predicacién de Pablo, no es menos cierto que hubo también muchos que acepraron el Evangelio, El Sefor abria el eorazdn de aquellas personas para que prestasen atencitin a Jo que Pablo hablaba, Aquellos convertides fueron bautizadas, yendo en adelante a escuchar regularmence la Palabra de Dios ya recibir les saccamentos, Esta era la iglesia de Efeso, Fili- Pos, etc. En I Corintios 12:13 leemos: "Porque por un solo Ee Piritu fuimies todns baurizadas em un cuerpo..." Con el fin de aclarar mejor este punto, peesentamos aqui una traduecida pare cial del articulo 27 de la Confesidn de Fe de los Paises Bajos: “La iglesia ex Ia reunién santa de los verdaderos creyentes. quic- nes esperan sus bienaventuranza de Criste Jesis, habiendo sido lavados por su sangre, santificados y sellados por el Espirieu Santo". Ella es una unidad cepiritual, wn conjunte perfeste, La Palabra de Dios habla de una maneta excelente de esta iglesia, llamidndola “pueblo de Dios", “cuerpo de Cristo", sien- do cl mismo Cristo la Cabeza de la iglesia, “Sidn™, la ciudad donde habita Dios y el Espiritu Santo; el “rebafio" del buen Pastor; la “novia” de Cristo; el “eandelero", ete. "{No sabdis que sois templo de Dies y que el Espiritu de Dios mora en vos otros?” 1.3 Corintios 3:16, “(Que ahora me goze cn lo que pa- dezeo por vosotros, y cumple en mi carne lo que falea de las aflicciones de Cristo por s# cwerpo" Colasenses 1:24, Todos aquellos que le han sido entregados al Hijo par el Padre, y han sido camprados por él primero de la esclavitud del pe- ado, forman una unidad espiritual, un cuerpo del cual los miembros son los creyentes, Son de esta forma “une” en el ? Sefior y en Ja fe, todos les cristianos esparcides por el mundo entero. El] apéstol Pablo eseribe a la iglesia de Roma: “Ast muchos somos un cuerpo en Cristo, » todos miembros los unos de los otros” Rom. 12:5, Crista es la Cabeza de la iglesia y por lo tanto el mismo apéseol escribe a fa iglesia de Efeso: "De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sf por todas las coyun~ turas se ayudan muruamente, segin la actividad propia de cada me recibe su crecimiento para ir edificandose en amor $16). De lo va dicho se desprende pues lo siguiente: 1. Laiglesia no esta formada por las paredes del edificio, sing por todes los miembros que asisten a ella, sienda éstos uno en amer. 2. Esta unidad y este amor solamente puede conseguirse por el sacrificio de Crisco y cl amor que él nes ha dado. 3, Esta iglesia, sega la Palabra de Dios no es jerdrquica. En ella wdes deben ser serwidores los unes de les otros, en amor, sin que nadie ejerza gobierno o dominio sobre los dems, supeditindose, exo si, a la diseiplina eclesidstica mandada en las Eseriuras y ejercida por los ministros. Asi se denominan aquellos hermanos en Ia fe, ancianos ¥ dide cones, qué han sido elegidos por medio de voracién por la con- gregacién misna, para desempefiar los cargos que a continua- cién explicaremos, A ellos esta encomendada, segin las Sagra- das Escrituras, la misién de mantener cl debide orden y reve- rencia en la congregacidén, habiendo recibido esta tarea por mandate divino, revelado en el resultado de la eleccién por todos los miembros de la congregacién, para Hevar a buen tér- mino la misién a ellos encomendada. 5 Los ministerios en la iglesia El cuidado de la congregacién descansa, segén las Escrivuras, s0- bre los ministeos. Ellos son Jos que tienen la obligacién de cuidar de que todo vaya bien en la iglesia, y de que todas fas cosas se hagan con orden, como es la voluntad de Dios y de su hijo Jesu- cristo. El apéstol Pablo eseribe claramente sobre wode en su carta a la iglesia de Efeso. En Efesios 4:11-13 leemos: “Y él mismo constituyd a unos, apdstales; a otros profetas; a otras, evangelis- Tas; a Otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los san- nos para Ja obra del miniaverio, para la edificacién del cuerpo de Cristo, hasta que todos Ileguemes a la unidad de la fe ¥ del eonocimiento de] Hijo de Dies, a un varén perfecto, ala medida de Ja estarura de la plenited de Cristo”. 12 Timeteo 3: “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, bue- na obra desea. Pero es necesario que el obispe sea irreprensible, marido de una sela mujer, sobrio, prudente, decoroso, etc. EL agpsiutel describe a continuaciéa edmo debe ser la conducta de un obispa, y en el versicule #: “Los didcones asimismo deben, ser honestos, sin doblez, no dados a mucho ving, ete... Estas tambien sean sometides a prueba primero, y entences ejerzan. el diaconade, si son irreprensibles, Porque los que ejerzan bien el diaconade, ganan para si un geado honroso, y mucha con- fianza en la fe que es en Cristo Josis", 1.4 Pedro $: 1-$: “Ruege a les ancianos que estin entre vos- otros, yo anciano tambidn con clos, y cestigo de fos padeci- wientes de Cristy, que soy también participante de la gloria. que sera rewelada, Apacentad la grey de Dios que esta entre vesotros, cuidando de ella, ae por fuerza, sina voluntariamen- te; no por ganancia deshonesta, sino con Anime pronto; no como teniendo sefiorio sobre los que estan a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. ¥ cuando aparezea el Principe de los pastores, vosetros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Tgualmente, jdvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, su- 9 mises unos a otros, revestios de humildad; porque: Dios re- siste a los soberbios, y da‘gracia a los bumildes", Heehos 20:17-18; "Enviando, pucs, desde Milero a Efeso, hizo Namar a lor ancianos de la iglesia. Cuando vinieron a él les dijo: Vosotros sabéis chmo me he comportade entre yosotros todo el tiempo, desde el primer dia que entré en Asia. Tite 1:5: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses do deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, ast como yo te mandé", Filipenses 1:1: “Pablo y Timotea, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jess que estén en Filipos, con los obiapos ¥ dideonos; gracias y pax a vosotros...” Se puede ver claramence, de todos los textos ya citados en las Escrituras, que deben ser instituides en todas las iglesias minis- tros, que culden de ellas, las guien ¥ procuren los pastox nece- saTios para cl rebafio. Hechos 20:28; 14:22-25 y &:1-7. Mas, a pesar de lo dicho, es conyeniente devir algo en especial sobre el ministerio de los ancianos. Secae de su propio peso el que les apdstoles dejasen el cui- dado de las iglesias que naclan em aquel dempo a los hombres ancianes y moa los jovencs, La palabra griega que se traduce por *presbitero” significa, en primer lugar, anciane, cl de mas edad, Entre estos prebisteros o ancianos los apdstoles y evangelistas (Timoteo y Tito) hicieron escoger supervisores. La palabra supervisor es en griego “episcopos", de la que deri~ va la palabra castellana "obispo". 10 De entre los “presbiteros” (ancianos) se escogian los “episco- poi" (supervisores), y como consecuencia de esta eleccion reci- bieron ester ministros cl nombre del cargo que desmpefaban. Las ministros de Efesn recibieron también el mismo nombre del cargo que per la gracia de Dios les fue encomendade. Pri- meramente fueron lamades por Pablo “presbiterns* (los mas ancianes) (Hechos 20:17) y a continuacién “episcopois” (su- pervisores) (Hechos 20:28). En el primer lugar se les normbra segin la edad, y en el segundo segin el cargo, de manera que log supervisores eran ancianos. Sin embargo, hay que tener cui dado con cambiar el orden: no todos los ancianos eran super- visores; 0, para decirlo un poco como en griego, no todos los préesbiteros eran ¢piscopols. Ahora bien, es necesario que ohservemos otro matiz que nos revela la Palabra de Dios, en cuanto al tema que estames tea- tando, referente a los ancianos y¥ supervisores. Pademos obser- var todavia que el apdéstol Pablo, al escribir al joven Timotea (La Timoteo 5:17) tiene en mente dos clases de supervisores. El] eseribe: “Los ancianos que gobiernan bien, scan tenides por dignos de doble honor, peayonnente los que trabajan en pre- dicar y enscfar". Se deduce pucs de todo lo dicho, que habia en la iglesia tes grupos de hombres a quienes se les podia aplicar el nombre de presbiteros: 1. Todos los hombres ancianos. 1.2 Tim. 5:1. 2. Los hombres ancianos a quienes se les habla encomendado el gebierno de la iglesia, Hechos 20:28. 3. Y en este segundo grupo hace diferencia Pablo entre aque- Thos que han recibido Ja tarea especial de predicar y ense- far. Estos tiltimas a los cuales nas referimos, son los |lama- des posteriormente “pastores". 1a Timoteo 5:17, Ademeis de lor los ministerios ya mencionados, la Palabra de Dios nos habla de un tercer ministerio de cardeter permanente, cs decir, el de didconos. Podemes [cor ampliamente sobre [a ingtitucién de este ministerio en el capitulo 6 de los Hechas, y aunque no se nombre en este pasaje la palabra “dideono", sin embargo s¢ describe de una manera clara, el significada de Ia “diaconia™. Esta palabra, tambidn de origen sriego, quiere decir servicio, labor trabajo, hacitndose en vste pasaje de los Hechos una gran diferencia eatre la “diaconia" de Ia predica- clés ¥ oracién, y la que tiene que cuidar de Ins necesidades de los pobres. Asi, pues, la palabra “diaconta” puede ser utilizada nun significado muy amplio, pero finalmente ha side aphcada a los “didconos* que tienen cuidado de los pobres. En Filipen- ses Til vemos como son nombrades los dideonos despads de los ancianos supervisores (episcopal), El heeha de que se nombren los “episeapoi" (abispas) y didconos aparte, es debido a que sus ministerios no som iguales. Ciro ejemplo claro de esto lo halla- mos en fa 1.4 Tim, 3. El apdstol eseribe alll primeramente sabre los episcopei (supervisores), y después sobre low dideonos, Es cierte que estas dos clases de minitros, juntamente cen los que predican y ensefian, tienen que afrontae juntos muchas di- ficultades. Es conveniente tratar aqui de céme se ha de llevar a la Practica las formaciones de estos cargos en las congregactones, sepiin Las Escrituras. Porque en la iglesia debe efectuarse todo con orden. Esto es esencial en el gobierne de a misma, Ac nadie le esta. permitido infiltrarse en Ja ixlesia como maestro o dirigente. Sea quien sea deberd ser Uamado Icgitimamente a su cargo. Si alguna persona desea ser considerado como un verdadere siervo de Dios, tal come, predicador, anciano o did- como, deber’ ser elegido por fa congregacidn. Al leer esta mu- ehes se hardo quizd la pregunta: @Cémo debe efectuarse esta eleccién de un sierve de Dios? En primer lugar no podemas elvidar Io que las Escrituras dicen referente a la clase y matu- raleza de les hombres que han de recibir el ministerio. Ella nos 12 dice que deberin ser buenos cristianos y buenos ejemplos para e] rebaiio; 1.4 Tim, 3:1-13; Tivo 121-9; 1.2 Pedro 4:1-4, ¥ vol- viendo a la pregunta que muchos se harin, y que ya hemos men- clonado, s¢ le puede aniadir todavia otra, que indiscutiblemente hard también su aparicién: ¢Cdmo seria escogidas estos sier- vos, por toda la congregaciin? gDebe estar ésta presente y por medio de voracién, o bien serdn elegidos solamente por el predicador, ancianos y dideonos de la misma, o bien bajo cl dictamen de una sola persona? Cipriano (Obispo de Cartago en cl afo 250, dice justamente en su epistola 1.4, 3: “que el sacerdote debe ser esengido en presencia del pueblo y delante ds reco los ojos para que el acto sea considerade bueno y va- lederes™. Bien sc podria argumentar en contra de esta eleccidn por la congregacién lo que leernos en Tito 1:5: “Por esta causa te dejé cn Creta, para que corrigieses lo deficiente, ¥ erteblecieses ancianos en eada cudad, asi como yo te mandé"; o esta otra eira de 1.* Tim, 5:22; “No impongas con ligeresa las manos a ningune...” Ahora bien, no debemos creer que el hecho de que Tito en Creta y Timoteo en Efeso hayan escogida an- ¢ianos, quiere decir que In hayan hecho completamente so- los. Indiscutiblemente, ellos somarian la iniciasiva y tendrian la direccadn a fin de que el pucblo cclesidstico fucse bien dici- gido; no obstante leemoas asimismo en Hechos 1:24 que les apéstoles “orando dijeron: Ti, Sefior, que conoces los corazo- nes de todos, muestra cual de estos dos has eseogido, para que teme la parte de este ministerio ¥ apostolado,.." Chieda pues claro que la iglesia debe poseer los cargos siguien- tes para gobernarse segin la Palabra de Dios: 1. Gbispos (supervisores), dedicados a la ensefianza y predi- cacién, quienes viven de este trabajo, o sea los pastores. (Le Tim, 5:17-18; Efesios 4:11-12.) 13 2. Los eplscopes @ superviseres dedicados a trabajar entre la compregacién, edlificando con la sabiduria que les ha side dada por Dios y Ia experiencia suya, a fin de ayudar y cooperse con el episcopo (pastor) al cual ha sido encomen- dada la labor de ensefianza ¢ instruccién de la congrega- cian (Heehos 11:30, et) 2. Los didconos, quienes se encargarin de obtener los medios necesarios para ayudar a los hermanos pobres y necesitados, asistiendo, si fuere necesario, a Ios enfermos. (Pec. 6:2,3 ¥ 5; 12 Tim, 3:8-12, ete) Los que reciben estos tres ministerios deberan reunirse peciddi- canente para tratar de todos los asumtos referentes a la marcha de la congregacién, a la cual se debem por [lamamiento divine. La disciplina eclesidstica Una de las tareas principales de los ministros ef cl ejersido de fa disciplina. Pablo les dice terminantemente a los ancia- nos de Efess, en Ja playa de Mileto, que ellos son Ios que deben vigilar ¢l rebafio. El ejercicio de la disciplina es un asun- tw muy imporrante. Los reformadores tuvieron que trabajar muy duramente a fin de conseguir un verdadero y sano ejer- cicio de la disciplina, especialmente Calvino. Entre otras co- sas dijo él que la disciplina eclesidstica eran los “nervios de la iglesia". ¥ al igual que un cuerpo no puede vivir sin ner- vios, tampoco la iglesia puede permanecer sin disciplina. El mismo refermador escribe en un articulo concerniente a la arganizacién de Ja iglesia y del culte de Ginebra: “Es cierto que la iglesia no puede estar bien organizada ni bien dirigida, si no se celebra y se asiste muchas veces a la Santa Cena de nuestro Sefior Esto debe efectuarse bajo una disciplina tal que nadie se atreva a tener una opinién elevada de si mismo, ¥ que tode se haga de una manera santa y con un respeto especial. i4 Para obtener este buen orden es necesaria la practica de la ex- comunién por medio de Ja cual, todos aquellos que no se quie~ tan adberir con todo amor y obediencia a la Palabra de Dios pucdan ser mejorados, sirviendo ello para que la iglesia pueda mantenerse en pie". Estas palabras estdn respaldadas plena- mente por las Sagradas Esericuras y para demostrarlo pode- mos citar algunos versiculos de las mismnas. Mat, 16:19: “¥ a wi te dard Jas Maves del reine de tos cielos; y todo In que arares ex la tierra serd ligado en los cieles; y todo fo que desatares én la fierra sera desatado en los cielos*, Mar. 18:15-17: "Por tanto, si tu hermano peea contra ti, vé y repréndele estands 1a y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma adn contigo une © dos, para que en boca de des © tres testigos conste toda palabra. $i no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si ne oyere la iglesia, tenle por gentil y publica- no". ¥ en la ta Corintios 5212-13 nierbe el apdstol Pablo: “Porque squé razdn tendria yo para juegar a los que eatin fue- ra?.., Dios juzgara. Quitad, pues, a ese perverso de entre vos- otros". Hay dos factores que se debem tener en cuenta al apliearse la disciplina: Primero: Esta autoridad espiritual debe estar completamente sparada de la ci Segundo: La disciplina eclesidstica no se puede aplicar sagin el capricho de una persona determinada, sine de acuerda con Ja decisidn de varias personas en una reanién Iegitinwa, Estos dos factores fueron observados por la iglesia primitiva, yi debido a ello, no emplearon los supervisores de Ja iglesia castigos tales como multas o encarcelamientos, sino que el eastigo mais grande era la separacién o excomunién, siende 15 aplieada esta medida solamente en los casos mis graves, y siem- pre de acuerde con la Palabra de Dios, Como ya hemos hecho notar, esta autoridad debia ser ejercida por un consejo de ancianos y no por una persona sola, Este consejo representa para la ae Jo que la autoridad civil en una ciudad, haciéndese asi justicia en Ja congregaciin de Dios por mediacién del consejo de ancianos. Los ancianos que cjerclan esta funcidn eran, como ya sabemos, de dos clases: unos cenian Ia misién de de ensefiar al puchlo y los otos de vigilar la vida de los miembros de la iglesia. Esta cosumbre se ha ido perdiendo mucho a eravés de los siglos. En tiempo de Ambrosio (unos 375 anos después de Crise toj, eran los macstros quienes se cuidaban de las buenas cos tumbres en las iglesias, y Ambrosio se sorprende de ello, di- ciendo: “La simagoga antigua, y después la iglesia, han tenido ancianos, sin ef consejo de tos cuales no se hacia neda. Yo no sé por qué deseuido se ha perdido esta costumbre, quizd sea 5 causa de la pereza wu orgullo de les maestros”. Y Calvino escribe en una carta al cardenal Sadoleto: “EL crimen mas grande del que sé mos acusa, 3 de que nosotros nos hemos atrevido a desgarrar la esposa de Cristo. Si esto fuese cierto nos podrian jugar como condenades, no solamente ti, sino también todo el mundo, Peco sin embargo yo no puedo inter pretar de otra forma este ataque suyo, sino entenditndolo como una demostracién clara de que nostros quéeremos pre- sentar a ‘Cristo una esposa pura, la cual esté consagrada verda- deramente « El” 1.4 Corintios 5:13: "...quitad, pues, a ese per- verde de entrée vosotras”_ Con estos ejemplos se demuestra evidentemente que la disei- plina debe ser ejercida en la iglesia. Las Eserituras mo se muestran, en ningin modo, inseguras, en lo que se refere a este asunto, Ademas de les versiculos ya citados, el apéstol 16 Pablo nos da el ejemplo que debemos seguir, meseréndones lx forma como él actud en alguno de los casos de disciplina. Véase La Corntios $:4, 5 » 6, donde él dice: “En el nombre de aues- tro Sefior Jesucriste, cl sal sea enteegado a Satands para destruc- cién de Iz carne, a fin de que el espiricu sea salvo en el dia del Sefior Jestis". Pero el apdstol continua diciendo (11): "Mas bien os eseribi que no os juntéis con ninguno que, Hamandose herma- no, fucre fornicario, o avaro, o iddlarra, o maldiciente, o berra- cho, o ladrda; con ef tal ni adin comais". Aqui vemos que Pablo se Thuestra muy severo con este pecador, pero se vuelve muy cariioso y suave cuando el pecadar se orrepiente y confiesa sus pecados. Esto lo vemos claramente en 2.8 Corintios 2-5-8, La conducta de fa iglesia cristiana debe ser la misma que la del apéstol, Los cristianos debemos ser enemigos del peeado y lu- char contra él, pero al mismo tiempo debemos ser también mi- sericordiosns y portarnas amorosamente con aquellos que eon- fiesan sus pecados. Ineluso cuando le castigamas, desde morar en nosotcos el firme propésita de salvar al pecador. En Leviei- co 19:17 y 18 leemos: “No aborrecerds a to hermano en tw corazén, razonards con wi prdéjime, para que no participes de su pecado, sino amards a tu prajimo como a ti mismo. Yo Jehovd". No obstante no debemes olvidar que cs neczsaria mucha sabiduria divina para saber quitn e la persona que Dios pone en nuestro caming para que nosotros la ayudemas con un castige, Despuds de toda lo eserito sobre la disciplina Ilegamos a ta conclusién de que ésta es, no solamente necesaria en la iglesia, sino que ella ¢s un mandato divin, con el cual los apdstoles también cumplieron. 1. gPuede cxistir una congregacién, que sirva a Dios, sin practicar Ja disciplina? 2. Se efecttia la disciplina a causa del despecha o coraje que sencimos hacia fa persona que ha pecado, o bien lo hace- iF Mes por amor, para preservarle asi de una perdiciin mas yor en la vida eterna? 3. ¢Existe reconciliacién para un hermano, que despuds de haber eatacle puesto bajo disciplina, se mucstea verdadera- miernte arrépentida? Despuds de toda lo dicho, no resultard dificil responder a estas Pregubtas tan seneillas, pero tan vitales. La relacién de las iglesias entra si «i continacién trataremos, de una manera breve, y de acuerdo com lag Escrituras, de cual ha de ser la relacién que [as dife- Tentes congregaciones han de mantener entre si, y de su orga- nizaciin. A este reapecto podemos hacernos la pregunta: éDeben juntarse en una misma organizacién las iglesias de diversos lugares? Se puede responder # esta que las iglesias de diferentes lugares no cstdn sueltas las unas de las orsas en lo que se refiere a su relacién mucua, fiempre y cuando tengan todas la misma fe, sirvan al mismo Sefior, tengan la misma esperanza en el futuro, estando Menas y sienda guiadas por cl mismo Espiritu. Todas las iglesias que tienen estos fac- tores en comdn, luchan juntas contra el pecado ¥ son partici- pantes de un mismo Wemamiento, formando asi una unidad sspiritual, siendo un cuerpo y un espirita en un Sefior, una fe y um bautismo, tal como le Teemos en Efesios 42h y 5. Sqpin esta base resulta absolutamente comprensible que las iglesias de diversos lugares vivam unidas y descen saber con agrada touas Tas cosas las unas de las otras, y en especial aquellas igle- Slas que vi¥en cerca entre af, o que percenecen a un mismo do- minio o pais. 1g Respecto a esta relacidn entre las iglesias, las Escrituras nos ensenian claramente, en lo que se rehere a las iglesias institui- das por Pablo, que dste no hacia que ellas estuvieran wnidas por Jazes de organizacién, aunque estaban unidas de corazén y ayudaban con sus dones a la iglesia de Jorusalén, Al referirnos a esto debemos fijar nuestra atencién en el hecho de que el apdscol no habla de una iglesia nacional, bien argani- zada, la cual se venga que convertir en una jerarquia tetal, coms por cjemplo, la iglesia de Roma, La unidad de Ja Iglesia es espiritual (en todo el mundo) y ne por su organizacién, Ahora bien, el Sefior ha dado a cada iglesia local sus propios ministros que estan supeditades en toads a El, la Unica Cabera de la Iglesia y a quien se debe toda obediencia. La Iglesia es una unidad espiritual en todo el mundo y no una unidad de carge con departamentos nacionales, locales o re- gionales. jLa iglesia local no es un departamento de una inte- gridad mayor organizada! El Schor dio solamente ministros a las iglesias locales, y &tas no son subordinadas las unas a las otras. Ellas soluctonan particularmente todos Ins asuntos y dificuleades que se les puedan preseatar en una reunida de delegados no reconociendo sobre sf ninguna ota autozidad que Ja del Senor, su Rey. Una iglesia © congregacién no tiene nada que decit sobre otra, y no le est3 permitide a una iglesia potente el tener auto- tidad sobre una iglesia mas débil y pequefia, por cuanto los mucistros no tienen autoridad nada mds que en su igles sia. Ningiin papa, concilio, o reunidn de iglesia, sea cual fuere su ¢lase, tiene auteridad, segdn das Eserituras, para mandac sobre una iglesia mis pequefia. Este es uno de los pecados mis grandes de Roma. El sistema jerdrquico ha alcanzado en esta iglesia sw nivel mas alto, habieado tenide que crear ella para este sistema una serie de cargos, cuyo ofigen ne hallames en la Palabra de Dios. 9 En el sighs tercero comenzaron [as iglesias de Roma, Antioquia y Alejandria, las cuales emperaron ya a adoptar el sistema jttirquico, a ejercer mis influencia y derecho de disposiciin sobre las dermis iglesias, mis pequefias, déhiles ¢ insignificantes. Los obispes que tenfan a su cargo iglesias i importantes, obru- vieren muy promo una poscién dominante ¥ s¢ pusicran por encima de los obispos mas sencillos. Este crecimiento del siste- ma jerdrquico y el dominio de los hombres han traide mucha desgracia a la iglesia, y ha dado lugar a la violencia, al orgutlo humane y a la avaricia, Por esto nosotros podersos leer en los libros de historia, la lucha entre los obispos para obtener un ebispads, acompafiado esto de su correspondiente diplomacia. Cada iglesia debe mantenerse en Ia libertad de Crista! Ade- ends, ieodiunss hallar en las Escrituras algo que hable sobre La organizacién exterior de la iglesia? Propiamente dicho, 20, aunque scra conveniente que prestemos atencién a 2. Corine tos 3:17 y Hechos 15. Segiin 2.4 Corintios 8:19 fue designado por las iglesias de Ma- cedonia, y por medio de votacidén, un hermacw al cual fuera como representante a Jerusalin para llevar el dinero colec- tado, siendo enviado ee hermano con otro y con Tito hacia Conmto y de alli, con Pablo, hacia Jerusalén. Aquellos que piensan que aqui se trataba de una representaciin para una especie de reunidn de iglesia, o concilio em Jerusalén, exedin eh un érror, Aqui s¢ trata solo y umicamente de aportar una ayuda econdmica, utilizando para ello, come es logico, perso- nas de confanza. En el caso de 2“ Corintios & sucedid esto pare que habia personas mal pensadas, las cuales desconfiaban y ofendian a Pablo diciendo que ¢l queria enriquecerse, Hay muchos que eitan Hechos 15 para demostear que ea el tiempo de los apdstoles tuve lugar un concilio. En este pasaje 20 biblico se habla de una reunidm en Jerwalén de representan- tes de Antioquia, com los apdstoles y lox ancianos, en presencia de la iglesia de Jerusalia, Sin embargo, esta reunidn no la pode mos comparar con los sinodas @ concilios de muchas iglesias modernas, las cuales estin unidas por vinculos organizados y reglamentados, La Escritura no nos ensefia en ninguna parte que sea necesaria una erganizaciin jerdrquica de la iglesia, Lo que si ensefia, y hace mucho hinecapié en ello, es el hecho histérica de que la centralizacién del Antiguo Testamento ha tenido que hacer site a la descentralizacién del Nuevo Testamento. Ea el tabermiculo habla un candelero con seite kimparas, camo simbolo de fa unidad religiosa de Israel, Y en cambio en Apo- calipsis 1 se nos describe que Crista anda entre los candeleros, los cuales son las siete iglesias, slendo éstas un simbolo de toda la Iglesia del Nuevo Testamento. En tiempo del Antigua Paces debian ir todes les tsraelitas a un mismo lugar, Jerusalén, para adorar alli a Dies; en el Nuevo se halla Ia Iglesia esparcida per toda la tierra, dondequicra que existen congregaciones de creyentes, Estos tiltimos tienen su amistad en Crista, su Cabeza, sabiendo que él ex quien se pasea enere los candeleros y tiene las estrellas en su mano derecha, y por mediacidn de ou sierve Juan, reciben todas las iglesias una carta suya. No obstante, se deja ver en las cartas del Apocalipsis que catas iglesias no estin completamente sucltas las unas de las otcas, porque al final de cada carta leemos: “El que tiene oido, oiga lo que el Espiritu dice a las iglesias" (plural), quedando ast demostrada la unidad espirital que forman estas iglesias. Por el contrario, resulta Iégieo y natural que Jas iglesias de una comarca o pais determinado, procuren tener la experiencia de un contacto mutuo, Hegando a saber asi las penas y las alegrias, pudiends de esta forma orar las unas por las otras, dandose, a si fuese necesario, la mano, pidiendo y dando consejo, pro- curando asimismo su unidad espiritual en la unidad de licue- gia y culto. Estas razones son buenas para demostrar, y demues= tran, el por qué estas igkesias desean tener un contacto mutuo. La consecuencia de este contacto send una relaciin organizada entee las iglesias, pero en el sentido de mutua ayuda; esto es buena y titi], resultando beneficiose a la vida de Ja iglesia. No obstante, y como ya dejamos eserito, s¢ ha de vigilar constan- temente que esta relacién de iglesias no se convierta en una potencia jerarquica, gobermando sobre las iglesias locales, obs- taculizando y quebrantando Jas libertades de éseas. A una “or- ganizaciéa” como a la que nosotros nos referimos, alo le es permitido desempefar una funcién servicial y no jerdrquica, no pudiéndose hablar de esta organizacién de las iglesias locales, come departamentes de una gran organizacida de iglesia. Por ejemplo, en Espatia podemos hablar de las iglesias (plural) es= patolas de las ciudades de Madrid, Barcelona, ete. pero oo de una iglesia espafola como organizacion. Por consiguience resulta conyeniente que las iglesias sé man- tengan independientes, conservando al mismo tempo tas rela- sipnes y estrechande cada vex mis los vinculos con [as iglesias hermanas. Una buena organizacién, en este sentido, podrd prestar buenos servicios. Para la buena marcha de esta forma de accidn serd indispensable el ejercicio de la disciplina dentro de Jas congregaciones, segin la Palabra de Dios, y tendrin que ser aceptados fos ministerios de predicador, anciano y didconea. ¥ come cierre a este sencillo y breve estudio sobre el gobierna de la iglesia, recordemos aquellas palabras que escribié Pablo a los Efesiog 41-16: “Yo pues, preso en el Sefior, of mucgo que andéis come es digno de la vocacidm con que fuisreis Hama- do, con taeda humildad y mansedumbre, con paciencia Sopor~ tandoos log unos a los otros en amnoz, solfcites en guardar la unidad del Espiritu en el vinculo de la paz; un cuerpo, y un 22 Espiritu; como fuistels también Hamados en una misma es peranza de vuestra vocacién; un Sefior, una fe, un bautiimo, un Dios y Padve de todos, el cual es sebre todos, v por todos, yen todos, Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conferme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Su- biendo a lo alo, Mev cautiva la eautividad. ¥ din dencs a los hombres, Y cso de que subié, gqué es, sing que también habia descendide primero a las partes mis bajas de la tierra? EL que descendid, es el mismo que también subid por encima de todos los ciclos para Ienarlo todo. Y él mismo constituyd a unos, apdstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas: a etros, pastorcs ¥ macsteos, a fin de perfeccionar a los santos para Ja obra del ministerio, para la edificaczin del cucepa de Cristo, hasta que todes Meguemos a Ia unidad de la fe y del conocimicnto del Hijo de Dios, a un vandn perfecto, a la me- dida de la estatura de Ja plenitud de Crista: para que ya na seasnos mios fluctuantes, Ilevados por doquiera de todo vien- vo de doctrina, por estratagema de hombres que para engafiar emplean con astucia las artimatias del error, sino que siguien- do la verdad en amor, crezcamos en code en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertada y unido entre sf por todas las coyunturas que se ayudan miugua- mente, sepan la actividad propia de cada micmbro, recibe su ezecimiento para ir edificdndose en amor”. 21

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