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FINES DE LA ENSENANZA DE LA FILOSOFIA EN LA EDUCACION SECUNDARIA, 1—Necesidad de fijer los fines de la ensefianza filosdfica. Al presentar a fa filosofia dentro del conjunto del saber y la cultura y comperar su ensefianza con Ia de otras disciplinos se hizo claro que, como forma de conocimiento y como tipo de educacién, ella es. una realidad cultural muy peculiar y poco comin, dificil por tonto de lograr, a tal punto que hay quienes no creen posible ni conveniente su inclusién en el ciclo de estu- dios secundarios. Hemes examinade sus argumenios y como resultado del examen nos inclinamos por una opinién favorable @ la incorporacién de fa filosofia en ef curriculum escolar. Sin embargo, cometeriamos un error al desatender el aspecto cons- tructivo de dichos orgumentos, que apunta a una mejor con- cepcién y realizacién de ta ensefianza filosdfica y ao una toma de conciencia de sus dificultades y riesgos. De alli que sea pre- ciso no perder de vista las condiciones y limites dentro de tos we debe desenvolverse esta ensefianza. Aparte de los datos lsterminaciones socio-culturales concernientes al medio en el cual se va e ensefar filosofic, este cuidada exige un reconaci- miento y un andlisis especial de fas finalidades que guian la educaciéa filoséfica en Ia escuela secundaria. En lo que sigue consideraremos los cuatro principales, sin que esto quiera decir que no pvedan formularse de diferente modo o varior en né- mero de acuerdo a atros criterios o enfoques.* 2.—Lo adquisicién de una nueva visién del munde. to ensefianza de la filosofic no puede consistir, segin sabemos, en la simple tronsmisién de un sistema establecido de conocimien- tos o en la adquisicién de un determinado conjunto de produc- tos cognoscitivos. que serian representotivos del sober filesdfico a le altura de nuestro tiempo. No puede consistir en esto, entre otras razones, porque no existe tal. sistema o tal conjunto de resultados del conocimiento. Ningin manual o tratado, ninguna coleccién de obras, por extensas, bien escogidas y de alta cali- dad que sean, encierra la filosofia al dia (como puede ocuerit y de hecho ocurre en el campo de las disciplinas cientificas}, ni puede encerrarla, porque de suceder esto la filosofia perderia ese cordcter de reflexion en acto que es una de sus notas esen- ¢iales. Lo cual no quiere decir que no existon metas de cono- cimiento en filosofia, ni que su snsefianza pueda ser ajena a ellas. Significa que filosofar es participar en la construccién de wn conecimiento abierto y- que educar a alguien en el conoci- mienta filosdfico es ilevarlo a una conciencia det mundo y de la vide distinta de le cotidiena, proporcicnarle un nuevo enfo- E En lo fundamental, los fines que aqui diatinguimos corresponden # los velia- tados en Ina directives de! programm oficial perumno de filosofia para tt edueneién secundaria diurna, si blen en éstas se enumoran adlo tres finalidades. 38 DIDACTICA DE LA FILOSOFIA que de lo ya conocido y abrirle ef horizonte de una medita- cién a ta vez problematizadora de todas las certezas e inte- gradora de todas. las verdades. Hay, pues, una finalidad tedrica o cognoscitiva que debe perseguir la ensefianza de la filosofia: permitirle al atumno ad- quirir con nuevas categorios, una nocién critica y totalizadora del mundo, no como un producto acabade sino como un modo de ver la realidad animado por su propio pensamiento. La vir- tualidad de esta vision no se agota en las ideas y los jyicios ya-emitidos sino en las nuevas posibilidades de formulacién que estan en germen en la conciencia actual y necesitan el esfuerzo de uno reflexién incesante para tomar una figura detérminada. Frente a la actitud mas bien receptiva, de aceptacién dis- ciplinade de Jos resultados cognoscitivos que es requerida en la ensefanza cientifica en el nivel secundario —lo cual no es tam- poco totalmente ajeno a la disciplina de la propio ciencia—, actitud o Ia cual ha estado acostumbrado el alumno a Jo largo de sus afios escolares, y frente a lo canolizocién y la diversi- dad de las perspectivas de conocimiento y accién que ha-reci- bido de los cursos escofares no sdlo ciencia sino también de re- ligién y arte, la ensefianza de la filosofia tiene que llevarlo a una concepcién a la véz critica y universal que, dentro de las condiciones y alcances propios del ciclo secundario, le permi- tan cuando menos iniciarse en un nuevo estilo de conocimiento figuroso e integrador. 3.—La formacién racional. El problematismo, la _actitud critica, la capacidad de iluminacién de la totalidad de lo exis- tente y de! sentido del mundo, la tamizacién racional de Ia vida a que aspira toda ensefianza filoséfica no pueden estar ausentes de la secundaria. Ellas definen una finalidad que ge- néricamente podemos llamar formotiva o de cultivo del espiritu del adolescente. Proponerse tales metas es buscar, entre ‘otras cosas, que el educando gane y. consolide, a! terminar sus estu- dios secundorios, una capacidad de enjuicior la reolidad y la existencia segin modelos racionales estrictos y con la concien- cia de que hay siempre uno posibilidad abierta de enriqueci- miento, rectificacién e integracién-de las ideas y valores que aceptamos en la vida cotidiana y en la practica de la ciencic. Es, ademas, acercar al educando a la conciencia de la objeti- vidad del conocimiento y de la fundamentacién de la accién, a la autenticidad de su pensar y a la propiedad y estrictez de la expresion, asi como al control de aquellos elementos afectivos e impulsivos que, si bien son indispensables para ef comercio vivo con el mundo, pueden alterar su cabal comprension. FINES DE LA ENSERANZA DE LA FILOSOFIA 3s Se busca, pges, que el-alumno desarrolle en si fos virtuali- dades.propias del pensamiento racionol y. que de este. modo se-realice_ como® inteligencia. Esta finatidad formativa refuerza la concepcién de la educacién secundaria como un ciclo auté- momo en el que, sin perjuicio de una articulacién eventual con otras etapas de la educacién, se habilite al afumno para la vida. Dentro de esta meta general, el curso de filosofia trata de hacer del alumno una inteligencia formada, apta para abor- dar, sobre el fondo de un horizonte universal de pensamiento ycon las ormas de lo critica, las toreas cotidianas de conoci- miento y accién que plantea to existencia adulta, 4.—lo orientacién préctica. Se puede hablar asimismo de un fin prdctico' de la ensefianza de fa filosofia. No se trata tamente de justificar por un practicismo banal la existencia ‘d® la materia de filosofia en el colegio, satisfaciendo asi, con démasiada facilidad, la demanda de una prueba de eficacia, de ‘utilidad inmediato, que parte siempre de los atumnos me- nos despiertos o menos cultivados que comienzan a estudiar filosofia, Sin dudo o veces esta demonda es la forma que toma vna frustracién o una completa desorientaciéa debida o lo ineptitud del profesor y, por tanto, a fa falsificacién de la en- $efianza filosdfica, Pero cuando no es éste el caso —que equi- valdria a una exigencia de filosofia genuina— la utilidad de la ‘ensefianza no debe medirse con el rasero aplicable a las técni-

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