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demogra, ta, transicién demogrdficay politica demogrdfica Es frecuente hoy dia evocar el fantasma de una «explosidn demografica» y estar convencidos de’poder airibuir al crecimiento de poblacién ta razén de la pobreza de muchas naciones. En realidad, la «demografia> se utiliza: mal muchas veces, para dar una apariencia de justifiea- iin cientifica a programas de accidn con fuerte carga ideoldgica. Por consiguiente, es nece- sario considerar las ensefianzas de la ciencia de la poblacién para comprender la notable di- rersidad de las situaciones, ast como para aceptar los mecanismos que explican las eausas y la ‘manera de las variaciones demogrificas en el tiempo y en el espacio, Estas mismas ensefian- zas exigen un estudio atento de las politicas de desarrallo. La ciencia de la poblacién, eiencia Iumana y social -si ast se puede definir—, no puede limitarse a datos numéricos. Es una cien- cia fruto de la observacidn y de la experiencia historica. Pero denuncia los diagndsticos erro- rneos con los que se pueden disefiar solo planes de accién inaceptables, pues proponen métodas ‘mds 0 menos declaradamente coerctivos. De esta manera, la ciencia de la poblacién, puesta a salvo de toda manipulacién ideologica, esté llamada a actarar los procesos de decision pole tica de los que la familia y las naciones seri los primeros beneficiarios. (7 Control de naci- mientos ¢ implosién demogréfica; Economfa doméstica; Familia y desarrollo sostenible; Fa- milia y principio de subsidiariedad; Globalizacién y cuestién demografica; {Implosion cdemogrfiea en Europa?; Leyes imperfectas ¢ inieuas; Nuevo modelo de «Estado de bi tar»; Patemnidad responsable; Superpoblacién: zmito 0 realidad?). Estos tres términos parecen formar parte del lenguaje corriente, porque son regu- larmente empleados ex los medios de 6o- nicacion, Pero las significaciones que n su utilizacién estén a menudo con freeuenci otros contenidos y. particularmente ferentes acepeiones subjetivas, que parti- cipan de un fenémeno de rechazo de su sentido objetivo, A veces, se quiere dar a entender eon el enunciado del término «dlemografia» al responsable de los males de la humanidad y de la pobreza de cier- tos paises y regiones. La demografia es, entonces, relegada a una funcién de chive expiatorio; ya se ha encontrado la causa de los males del mundo: se trata de la «demografia». En otros casos, la demo- grafia es asimilada a un eonjunto de noti- ias opacas 0 de consideraciones indiges- tas, y, por tanto, demasiado oscuras para contribuir al conocimiento. D tas dos significaciones implicitas, la de- rmografia queda rechazada, La «DEMOGRAFiA» COMO CHIVO EXPIATORIO. El primer tipo de repulsa es utilizado, cuando se consideran las insuficiencias del desarrollo de algunos paises y la im- 183 DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA portancia de la pobreza en el mundo, La ‘«demograffa> es, entonces, Hamada al banquillo de los acusados como chivo expiatorio ideal. Y el desconocimiento de las realidades demogréficas impide a ere rer ciar el uso inapropiado de la ciencia de Ja poblacién, Desde hace mas de un tercio de ha extendido ampliamente una ve dera ideologfa para hacer a la demogra- fra responsable de las desgracias del mundo, Los dos libros més representat vos de esta ideologia militante han ven- dido cada uno millones de ejemplares en tlecenas de traduceiones: ef primero, La bomba P, esté publicado en 1971 en New York bajo la firma de Paul Ehrlich. Al mismo tiempo que el mundo teme el uso del arma nuclear por una de las dos grandes potencias militares (URSS 0 USA), el titulo de este libro utiliza el miedo de la bomba atémiea para inven- lar una amenaza que considera de una ampli gravisinas La pobacin, El logo del libro enuncia brutalmente la cuestion del peligro demogrifico al es cribir: «Centenares de millones de humanos van a morir de hambre en los afios 1970-1980» y «ya nada podri evi- lar una subida imporiante del tanto por ciento de mortalidad mundial>', Esta te~ , tomada con avidez por los medios de comunicacién del mundo entero, conti- rma siendo ampliamente compartida por Ja opinién pablica de los paises desarro- Hados, aunque los hechos no hayan e sao de aportarle mailtiples desmentidos. Asf, contrariamente a la segunda afirm cin del prélogo, desde los afios 1970, el porcentaje de mortalidad mundial ha disminuido. En los afios 1950-1955, este porcentaje es de 19.7 de fallecimientos "P. Eumicn, La bombe P (Fayard, Paris 1972) XVI 184 por mil habitantes. En 1977 ha bajado al LL por mil; en el 2000, es del 9 por mil Este descenso se ha producido a pesar del envejecimiento de la poblacion en los paises europeos y de Extremo Oriente, de la difusién de una nueva pandemia imprevista el VIH/sida-, o la excesiva mortalidad causada por conflic tos civiles o militares o por la herencia soviética en los pafses de la Europa oriental de la ex URSS. Dicho de otro modo, la tsa de mortalidad, sistemstica- mente a la baja, no ha registrado au- mento mis que en los paises sacudidos ‘or graves conflicts bélicos, politicos {Rusia, Rumania) en los que sufven la nueva pandemia del VIH/sida, o en los patses desarrollados cuyo envejeci mniento llega a ser importante con motivo del descenso de la fecundidad. En cuanto a la mortalidad por malnuti- ién o subnutricién, que corresponde a la primers lima Jel prio es prio lamentarla en algunas regiones del pla- neta y en determinados periodos. Pero los eles més altos de mortalidad no son de ngin modo debidos al nimero de hom bres, a la «demograffa», sino a un con- texto politico: asf dos de’los mayores ex- ccesos de mortalidad registrados desde los aiios 1970 se explican por gestiones esta- tales calamitosas. La mas mortifera se produjo en China en los «afios negros» 1968-1979 con un exceso de mortalidad equivalente a la constatada en los prime- ros paises durante la Primera Guerra Mundial. La acentuacién de la colectivi- zacién de la agricultura en el marco del rograma Hamado del «gran salto adle- lante», v la prioridad dada a la investiga- ign militar provoeé una crisis de produc cién alimentaria que el gobierno ha ® G-F: Duwont, Les populations du monde Armand Co- lin, Paris 2001) DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA ocultado largo tiempo a la opinién mun- dial y luego intents justificarse, cuando el mundo se enter6 de ello por la existencia de «calamidades agricolas>.. Una segunda importante gran mortal dad se desarrollé en Corea del Norte con tres millones de personas muertas por submutrcin entre 1995 y 2000 so re una poblacién estimada de 23 mi- Hones de habitantes. El totalitarismo polftico que ha transformado a este pats un inmenso cuartel’, la autarquia co- lectivista que impedia cambios, dei jones econémicas desastrosas y la re presién feroz han conducido a ése pats ala quiebra total, Como muestran estos dos ejemplos, las grandes malnutriciones provienen, prin Cipalmente, de graves errores politicos en la gestién de las produceiones ali mentarias. Otras grandes mortalidades observadas tienen por causa contlictos de poder (como la guerra Irak-Iran, la guerra civil en Sudan o las luchas inter has en Angola 0 en Afganistin) y no en a «demograffa». Por otra parte, se ha puesto en juego el arte de la nomencla- tura, que consiste en mediatizar eares- organizadas por el poder para obte- ner finaneiaeién en su provecho, tras el «éxito» obtenido por los dirigentes etio- pes que consiguieron, de esta manera, fi- nanciar gran parte de su guerra con Bri- trea’, Ademés, Ehrlich aplieaba el cardeter no- civo de la cbomba P> no solo en el tercer mundo, sino también en los pafses des rrollados. No dudaba en comparar la -volucién demografica aun , inquietante para todo el planeta, inclu yendo a los Estados Unidos. Escribfa, en efecto: «Es preciso realizar entre noso- * Geopoltique deta bam (PUE, Pris 2000), “Bi tos (en los Estados Unidos) el control demogréfico». Al igual que sus afirma- ciones precedentes, esta idea no se basa en ningin fundamento, si bien se quiere recordar, por ejemplo, la escasa densi- dad de los Estados Unidos y las posi dades considerables de su extenso terri torio, EI segundo libro de éxito que hace de la «demograffa» el chivo expiatorio ideal de las desgracias de la humanidad es el famoso relato Alto al crecimiento redac- tado por el Club de Roma en 1972. Es relato ha introducido la expresién «ex- plosion demogeafica», a menudo consi- derada como sinénimo de demogralia, Considerando que la evolucién demogré- fica es «diabéliea», ha suscitado y difun- dido un gran miedo que no ha cesado, hasta hoy, de enmascarar las realidades demograficas. A causa de la ideologia presente en estos dos libros, que han influido en muchos otros, la «demograffa» se encuentra en- cerrada en la deseripeidn de asustan, de estadisticas explosivas y formulas espantosas, En la linea de esta mitologia demogréfica, uno puede recor dar el juicio definitivo emitido por uno de los hombres que se ha beneficado, en el siglo xx, de una de las mayores noto- jedades mundiales. En noviembre de 1991, el comandante Cousteau decla- raba al Courrier de la Unesco: «Es pre- ciso que la poblacién mundial se esta lice y, para esto, serfa necesario eliminar 1 350,000 hombres por dia». Esta frase increthle equivale a una llamada al ge- aulor no precisa, por otra parte, si él piensa formar parte de los «climinados». Significa, al_mismo tiempo, que Cousteau desconocfa total- mente los mecanismos demograficos, la logica de la transicién demogratica o los efectos de inereia propios de la eiencia de la poblacién, 185 DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA Las CARGAS POLITICAS Presentar la «demografia» como «? informe publieado en 1995 respond haciendo la siguiente pregunta: «Por qué este pats, cuyos recursos naturales som tan abundantes se encuentra en esta osicién?»®. Conociendo de qué manera os ertres plftens del pasado han dee- hecho la eatructura de la economfa, el diario francés Le Monde precisaba: “Guinea no acaba de pagar lbs 25 aftos de dietadura de Sekou Touré, que su su tesor inmediato, el general. Lansana Comte, ha rehusado romper, tomdndose grandes libertades con las elas demo- craticas»®, PNUD, Rapport mondial sur le développement human (Economica, Pats 1995) 128, Le Mone (1-5 Fever 1996) 3 186 Volvamonos hacia Asia, Entre los pases mds pobres en las clasificaciones del Plan de las Naciones Unidas para el de- sarrollo (PNUD) se cuenta Birmania, que ahora se llama Myanmar: ;su pobreza rocede de la «demografiay, de una po- lacién demasiado numerosa en relacién con los recursos? De ninguna manera, Birmania, como el territorio de otros nu- merosos pueblos pobres en el mundo, posee un potencial considerable: inmen= sos recursos hidrolégicos, eampos férti~ les, amplias tierras sin cultivar, gran di- versidad de bosques con especies apreciadas, espacios marinos con vastas zonas de pesca, una gama de recursos mineros muy variados (carbén, hierro, plomo, cobre, estafo, tungsteno, oro, plata, mérmol..), minas de piedras pre= ciosas particularmente ricas (rubies, za~ firos, espinelas, jade), petréleo y gas na- tural... El fracaso del desarrollo birmano, como el de otros muchos paises, es poli coy en nada debido a la «demogealfa> Dicho de otro modo: como lo muestran estos ejemplos, el problema para nume= 08 territorios no es la «demografia», sino las poltticas que obstaculizan el de= sarrollo, Contrariamente a los falsos razonamien- tos de quienes responsabilizan a la «de mografia» de los males de la humanidad, la realidad es muy diferente, tanto si se considera la poblaci diversas pobla parte, el crecimiento demografico inédito de los dos tiltimos siglos no es el fruto de un doctor Fausto; es el resultado de un progreso considerable de la humani que leg6 a hacer etroceder la moral lad en proporciones extraordinarias, En numerosos paises, la mortalidad infantil, Ja mortalidad maternal y la de los nifios y de los adolescentes han disminuido en mas de un 95 %. En consecuencia, la es- peranza de vida en el nacimiento se ha DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA mas que duplicado y a veces triplicado en algunas poblaciones, alcanzando ni- veles que nuestros antepasados del siglo xvi habrian juzgado ut6picos e inalean- ables. Por otra parte, hablar de la poblacién mundial en su conjunto tiene un signifi- cado muy relativo. En efecto, segtin las poblaciones del mundo, la natalidad, la mortalidad, la nupeialidad o la migra- cin... experimentan diferencias consi derables segtin los eontinentes, los sub- continentes, los pases e ineluso las regiones. Todo razonamiento demogré- fico que trate exclusivamente sobre la suma de poblaciones dispares, de com- portamientos diferenciados, de evolucio- nes distintas, encuentra muy répida- mente sus limites. El desarrollo humano que todos desea- mos de corazén para el siglo XX1 depende, en parte, de las respuestas po- Inticas que se den a los desalfos demo- grificos. En los paises del sur, que debe- 1 beneficiarse de un recurso humano acrecentado, lo esencial depende de la apacidad de los dirigentes para decidir y para poner en marcha unas politieas {que permitan a los individuos ser los protagonistas del desarrollo, y que elimi nen las politicas colectivistas 0 prevari- cadoras, de las que la historia reciente ha mostrado el fracaso, incluso cuando el pais se beneficia de recursos importan- tes en su suelo y en su subsuelo, UNA VERDADERA CIENCIA SOCIAL. Cuando el término «demografta» no constituye el objeto de este primer re~ chazo como responsable de los males de Ja humanidad, esta amenazado por otro rechazo: la demograffa es ahora descar- ada, porque es asimilada a una disci- plina que no propone mas que un alud de cifras, mas indigestas unas que otras, que no ofrece mas que datos cuantitati- vos, cuya significacin aparece oscura. Este tipo de rechazo esté justificado, en parte y desgraciadamente. por la manera de trabajar de algunos demégrafos que encierran su disciplina en una funcién puramente estadistica y obstrusa. Ahora bien, el uso més habitual de la pa- labra «demograffa», dentro del sentido ideoldgico con que se la asimila a la ex- presidn errénea, pero muy utilizada, de explosién demogrifica, o en el sentido de un conjunto de datos contables de ac- ceso poco fieil, no corresponde en nada ala realidad de la demografia, ciencia de la poblacién que tiene por objeto el estu- dio de las colectividades humanas. Desde su nacimiento en 1662, la demografia’ se define como una ciencia social en el im- portante libro del inglés John Graunt, Observaciones naturales y politieas. Este primer trabajo cientifico en demo estudia la mortalidad en Londres «en re- lacién con el gobierno, la religién, el co- la atmésfera, ... y los cambios de dad», como lo precisa el subti- tulo del libro. Desde su origen, la demo- graffa no es, pues, una simple estadistica de los hombres sobre la tierra. Si as fuera, no seria, segin la formula de Al- fred Sauvy, mds que una «simple conta- bilidad de hombres»® y no una disei cientifica, Estudiando los acontecimien- tos demograficos (nacimientos, matrimo- nios, muertes, migraciones_principal- mente), la demografia se fija por 11662 e el aio de nacimiento de I iene de La pla «in, augue el neslogisin sdemogeaias que la designa ‘no ser inventad hasta 1855 por el francés Achille Gui- ard "A. Savvy, Legon inaugurale av College de France 1959, 187 DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA objetivo, como cualquier otra ciencia, extrapolar de su campo de investigacién esquemas de interpretacién, incluso le- yes susceptihles de mejorar el conoci- imiento, Con esta finalidad, recoge datos ‘cuantitativos: pero la comprensién de la evolucidn de estos, de su interaccién en- tre sf y con las realidades politicas, eco- némicas o culturales, solo toma cuerpo, nocimiento cuantitativo esté iluminado por aproximaciones cualitati- vas. Por ejemplo, la demografia analiza las diferencias de esperanza de vida en- tre el sexo femenino y el sexo masculino segtin las sociedades y extrae de ellas enseflanzas ligadas a diferencias cultu- rales sobre el estatuto y la igual o desi- ial dignidad de la mujer’. Se se encuentra en el eorazén de los funda- mentos de la vida y del comportamiento de low hombres. Estudiando la migra. cién, considera principalmente las razo- nes que empujan al hombre a dejar la tierra de sus origenes o a volver a ella, ‘Tratindose de Ia natalidad, se interes por las condiciones de aparicin de nue- vos seres humanos, Examinando la nup- cialidad, se interroga acerca del amor humano.’Analizando la mortalidad, estu- dia el contexto en el cual se produce el misterio de la muerte, Recoger datos cuantitativos es una condicién necesaria cen el campo de estudio de la demograff porque las ensefianzas asf obtenidas, afiadidas a otros campos del conoci- miento, permiten conocer y comprender Ja gran aventura de las sociedades hu- manas, Ai ln experana de vid del sexo femenino ex pati larmente alta en Afganistin tras el rgimen de los talib 188 EL ESQUEMA DE LA TRANSICION DEMOGRAFICA La definicién de la transicién demogré- fica esclarece bien lo que precede. En efecto, para el cientifico objetivo, la transicién demografica es un esquema” que permite comprender mejor ¢ inter~ pretar las dindmicas especfficas de las diferentes poblaciones. Esto no es total mente una teorfa, porque su elaboracién, que proviene de la deseripcién pura de acontecimientos historicos, procede de la experiencia, La transicion demogra- fica es un esquema, que presenta los me- canismos del periodo durante el cual las, poblaciones contempordneas, principal mente gracias fos progress sniaros, pasan de regimenes demogrificos carac- {erizados por porcentajes de mortalidad ¥ porentajes de natlidad elevahs a Eimenes de mortalidades hajas que se acompafian, en consecuencia, de natali- dades en descenso. El cardcter universal del traslado de las poblaciones contempordneas en la tran- siciin demografica es incontestable, por que se observa en todos los continentes, comprendiendo ineluso aquellos que al- unos habjan deseartado en conformidad con el esquema, como América Latina, Asia, Africa septentrional o Africa sub- sahatiana. Sin embargo, este esquema de la transi- 6n comporta dos especificidade nudo omitidas, y una ambigiedad ligada, sin duda, a su titulo, La primera especi- ficidad depende de su calendario, que puede ser muy variable segin los patses. A menudo no se comprende por qué Eu- ropa occidental, desde hace tiempo, ha terminado su transicién y por qué el sub- GeF Dumont, Le Monde of les hommes, Les grandes olatons démngraphigurs (Litec, Pars 1995). DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA continente indio todavia no la ha aca bado, Nos olvidamos de que Europa oe- cidental ha comenzado su transicién al final del siglo xvi y el subcontinente in- dio, en los afios 1920, Comparar la evo- lucién demografiea de la Unién india con la de Alemania en 2001, solo tiene un sentido relativo, La verdadera com racién serfa entre la Unién india en 2001 y la Alemania del fin del siglo xrx. Com- parar el crecimiento de la China del si- slo xx eon el de Gran Bretafa en el siglo Xx es considerar dos periodos demografi- cos diferentes. En este caso, el andlisis muestra que la transicién inglesa ha sido nds intensa que la transicién china, por- que la poblacién de Gran Bretafa se ha multiplicado por cuatro en el siglo xix y la de China por tres solamente en el siglo XX. Por tanto, es preciso saber situar en su contexto histérico la evolucién demo- grafica de cada pats ‘La segunda especificidad de cada transi- demogréfiea radica en su intens en a relaci6n entre el ni- antes de un territorio al final de la transicién en relacién con el principio de la transicién, En general, esta relacién es tanto mas elevada cuanto més corta es la transicién, Una poblacién que atraviesa rpidamente la transicién en menos de medio siglo, como Taiwén, Corea del Sur o Tiinez, se multiplica durante este periodo mas que una poblacién mismo periodo, se ha prolongado en un siglo o mas. Ahora hien, eomo los patse del sur han podide beneficiarse rapida- mente de los progresos sanitarios pu tos a punto y experimentados en el norte, su descenso de mortalidad ha sido 0 es més rdpida y, en consecuencia, su transi- cin, més intensa. cion DEL MITO DEL EQUILIBRIO DEMOGRAFICO AUTOMATIC Aunque su definicion cientifica sea clara, la expresién «transici6n demogrifica» es a veces ambigua debido al significado que, frecuentemente, se le puede dar. En efecto, en higar de considerara por lo que es, un perfodo temporal que separa regi- menes demogréficos de naturaleza dife- rene, se la considera como el paso de un régimen demogy régimen demografico estable. Prevalece entonces la idea de que, antes de la tran- sicién, una mortalidad alta equilibraba una natalidad alta, y que, por tanto, las blaciones del mundo evolucionaban en la estabilidad. Pero la historia de las po- blaciones muestra que esto no es asf: ante los considerables progresos de la espe- ranza de vida debidos a los extraordina- Fios adelantos econsmicos y sanitarios de estos dos dltimos siglos, el mundo ha ex- petimentade las evoluciones demogréfi- cas mas diversas, principalmente en fun- cién de los contextos politicos de los territorios propios en cada periodo". La transicién no pone fin a un sistema demo- grafico autoequilibrado, porque este no ha existido nunca. Por otra parte, lo mismo que esta idea de una estabilidad anterior es tenaz, a me- nudo se piensa, aunque esto esté ausente en los andlisis de los ideélogos del es- quema de la transieién, que el fin de la transicién se traduce en la instauracién de un régimen demogréfico donde la mortalidad y la natalidad se equilibran ara procurar una estabilidad demogré- fica duradera"’. Ahora bien, esta idea de un equilibrio final esta en el corazén de " Dowost; fas populations de monde. Curiasamente, este flsoruzonaientoesté todavia presente en UntteD Nanions, Word population prospect 189 DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA Jo que se llama, en las relaciones inter- nacionales, las «politicas demogréficas». En efecto, puesto que habria que alean- zar un ideal estacionario, habria que in- tentar llegar a él de la forma més répida posible, Por tanto, seria deseable acele- rar por medios eoercitivos esta llegada, deseo que conduce a justificar politicas demograficas promovidas por los diri- genes de diversas organizaciones inter- nacionales. ses ALAS POLITICAS. DEMOGRAFICAS COERCITIVAS Por «politica demogréfica> se entiende, pues, a menudo un sentido restrictivo due desiga pleas que apntan a ha cer disminuit la fecundidad considerada ‘priori, y sin un examen profundo, como demasiado elevada, Segtin esta légica, con arreglo a los escritos de Ehrlich y del Club de Roma, la setiora Gandhi, primera ministra de la Uni6n india, deci di6 en 1976 acentuar en la India una po- Iitica demogréfica bastante coercitiva, Ya los poderes pablicos indios, con evi- dente falta de cto, habtan eretdo opor tuno llevar a cabo, desde 1952, una poli- tica demogréfica autoritaria y unas catructuras de planificacion familiar a lo ‘occidental en un pafs con una red sani igs i ete Ast las poblaciones no legaban a comprender por qué era pre- 1 la fecundidad a dos hijos mientras que la mortalidad infantil, ado- 2000 (New York 2001) serva en su hipétesis media, x decir, quella ala que efecto, esta publicacién con hace referee, una feeuiidad supuestamente detenida 2. nos por mujer. mientras que numeross pases registra uns fecundilad menor ents eifa yen el caso de ciertos patses europeos oasdticos, desde hace varias deealas, 190 lescente y maternal eran todavfa tan ele= vadas. En 1976, el cardcter eada vez mas coercitivo de la politica demografica in- dia, aplicada diferentemente segin las, castas, no hacfa més que subrayar las, desigualdades sociales. En el momento que la natalidad ha comenzado a dismi- nuir de acuerdo con el esquema de la transicién demografica, a politica demo- gnifica coercitiva tiene de alguna ma- nera un efecto «boomerangy. Por ejem- plo, la esterilizacién, practicamente obligatoria durante cierto tiempo, fue realizada en unas condiciones de higiene tan malas, que sus consecuencias fueron a veces mortales. Como consecuencia, y a modo de ejemplo, el gobierno de Pun- eee yee ee una indemnizacién al conyuge super viente. Y el reforzamiento del control de nacimientos, practicado al mismo tiempo que la declaracién del estado de emer- gencia, acabé por provocar violencia y la derrota electoral del partido del Con- greso en marzo de 1977. Los especialis- tas mas perspicaces consideraron que hubiera sido mas prudente evitar esta «politica inspirada por un voluntarismo ciego». Errores semejantes se han eome- tido en otros paises. Sin embargo, la ex muestra que una evolucién equilibrada de la piramide de las edades es siempre deseable. Brualizarle, como lo ha hecho, por ejemplo, el gobierno (0, no aporta ninguna ventaja suple- mentaria y comporta, por el contrario, perturbaciones cuyos efectos pueden ser perjudiciales, © Dowost, Las populations da mond. DEMOGRAFIA, TRANSICION DEMOGRAFICA Y POLITICA DEMOGRAFICA UNA REALIDAD RARAMENTE, EXPLICITADA, De hecho, en su definicién ciemtfica, la expresion

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