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BAKUNIN OBRAS COMPLETAS Volumen 3 Prélogo de Max Nettlau Prefacio de Sam Dolgoft Edicion y Traducci6n: Diego A. de Santillén. Traducci6n del prefacio: Juan Gomez Casas LAS EDICIONES DE La Piguola —_] 1 edicién Ed. Tierra y Libertad, Barcelona, 1939 Cabierta: Roberto Turéeano Las Ediciones de La Piqueta Scseiia, 59. Madrid, 1979 ISBN: 84-7443.0259 (tomo IIL) ISBN: 84:7443-007.0 (obra completa) Depésito legal: M. 42.821-1977 Printed in Spain Impreso en Vevocrar. Tracia, 17. Madrid-l7 INDICE Proposicion al comité de la liga de la paz... 1. Federalismo . 2. Socialismo 3. Antiteologismo Fragmento Apéndice: Consideraciones filosoficas sobre el fan- tasma divino, sobre el mundo real y sobre el hom- bre... . 1. El sistema del mundo 2. Elhombre. Inteligencia, voluntad . 3. Animalidad, humanidad 4. La religion 5. Filosofia, C PREFACIO Zr No ¢s cierto que Bakunin patrocinara atentados, terorismo indt- vidual y violencia indiscriminada. Ya en 1869 advirtio: ”.. Ia destruccin debe dirigirse, no contra las personas, sino contra las instituciones, Entonces es absolutamente innecess- tio destruir a los hombres, y cosechar la inevitable reaccién que le destruccién de seres humanos nunca dejé ni dejard de produ- cir en a sociedad...” (Programa dele Fraternidad Internacional). Algunos aiios snds tarde (Consideraciones FilosSfices, ». en este volumen) Bakunin repite esta advertencia. Cuando para extirpar la reaccién “... los revolucionaristas atacan las manifestaciones, pero no tocan ss raices”... acaban por advertir que "... no se ha ganado na- da... ni un solo paso en adelante sea dado hacia la realizacién de su eausa..” Por el contrario, por el empleo de tales maétodos, los pro- pios revolucionaristas legan a desmoralizarse y“..preparan con sus ropias manos el triunfo de la reaccién. Es la clase gobernante, ta burguesia, quien not ha ensefiado a ser ‘orueles y vengativos. Bakunin se refiere al reino del terror bajo los Ja- cobinos, Robesplerre y Jos Comités de Salud Piiblica durante la Gran Revolucién Francesa. El pueblo no es cruel: “1, en los primeros dias de la revolucién los socialistas no po- rin evitar que el pueblo dé rienda suelta a su furia y proceda @ la eliminacién de algunos centenares de sus més odiosos, em- ‘Pecinados y peligrosos enemigos. Pero una vez que pase el hut- raciin de la furia popular, los socialistas se opondnin con toda su fuerza a las matanzas de seres humanos efectuadas a sangre Fria...” (Consideraciones Filoséficas. V. en este vohaen). 8 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN an Para quienes manifiestan interés hacia uno de los problemas mds ‘onuciales de la sociedad moderna: el monopalio del poder econdmi- co y politico por parte de los aparatos represivos del Estado en las dictaduras “socialistas” (Rusia, Cuba, China), 0 en connivencia con {os capitalistas en los Estados democriticos burgueses, los puntos de ‘vista de Bakunin revisten especial importancis. Bakunin conocia de sobra la naturaleza humana como para saber que hay en la persona una tendencia a ejercer el poder sobre los de- mds. El abuso del poder esuna tentaciOn perenne extremadamente di- ficil de resist. ““ de 1868, se escuch6 por primera vez la quintaesencia de ¢t en su tercer discurse, obra memorable de la que extraigo sigunas partes : "Por Jo tanto, el que quiere a Dios, quiere la esclevited de los hombres. Dios y la dignidad del ho:abre, o bien ia libertad del hombre y la anulacién del fantasma divino He abi el dilema; no hay término medio; escojamos.” Ex. presa “nuestra profunda conviccién de que, no solemente ¢ cristianismo, sino la religi6n en general, todas las reiigi tres, son incompatibles con la moral humana”... “Este :dva tan verdadera de que la religién, por su esencia misma «s absolutamente contraria 2 toda moral, a toda dignidad y # toda justicia humanas, no somos nosotros Jos que la hemo# irventado, Ha sido proclamada antes de nosotros por los grandes pensadores del siglo pasado. {Qué digo!, mucho antes de esa época ha inspirado a los més nobles eepinitus, 6 os héroes y a los mirtires del Renacimiento: a los Giorda- no Bruno, a los Vanini, a los Servet, quemado por Calvino ‘en Ginebra, 7 tantos otros que, despertados en el sene de las tinieblas cristianas por Ia luz que les llegé de la Grecia anu- gua, quisieron fundar el culto de la verdad y de la humant- Gad sobre las ruinas de la mentira y del despotiame ct vinos...” ‘Siguiendo de siglo en siglo el pensamiento liberal, Hega 4 “ese gran siglo XVILI, del cual somos todos hijos y quc 108 aplasta todavia hoy por sus concepciones. Ha sido por exce- lencia e! siglo humanitario y ateo, Ha afirmado al hombre y ha negade a Dios. Ha comprendido que, para emaneipar ea a He OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN al hombre, para rom pare 4 romper sus cadenas, tr dicha, # In dugnidad, ala libertad, habia que depts fetes guos fantasmas religiosos, todas esas abstracciones meta Daeasy, eol6pleas que, desde que existe la Historia, han 1 fexto y medio a los tiran amoral ara softer y para aplastar la tusaniace see piitblando de la Revolucion francesa: “_Disé aqui las ra zones que han impedido a esa gran revolicién:producit to- dos sus frutos?.. Me contentaré, pues, con recordaros que 1a doctrina sentimentalmente teivorista, 6s decit religions ae J Rousseau habiendo repercutide como une hota die coruante en la bella armonia humanitaria del siglo XVIIL Ballindose sostenia, por otto lado, por el defsmo inconse ie, frivolo y burgués de Voltai i 2 Ege oe a ee 1a legedo a la Revolucion el cul dad abstracta con et culto cl Untado, Bos tee 2 co abstracto del Estado, FE fltoe, pestoniticadop en ta sombria figura de Robeopiense mie, J Revoluciéa—, han matado la Revo- "Después vino Ja dictadura del pri t 20 Ia el primer Imperi goncordato utilitario —utilitacio sin duda en el sevtide del potismo-— luego ia Restauraciéa con su podredumbre footie, con os Chateaubriand, Tos Lamartine you sentantes, En fin, la filosofi: tiva de los alemanes, convertida en Francia, baje el Nonbea , ‘rancia, de sleccimo, en unainetitucion del edo, v7 tombe fs abi, sefiores, las causas de la profun de gue tanto not cuesta levantarnos hoy. ¥ a quotenes ealmente salvartos, debemos francamente, atrevidamente, fRarbolar Ja bandera del Renacimiento y de la Revolucion, Se la rebelién humana contra el yugo divine, vnc uengames, Pues el valor de er logieos y sinceros, ¥ no Yacilemos en proclimr que Ja existencia de un dios "es in- icha, con la dignidad, i cia 2 Is moral y com a ibertad ce lon hombree™s ‘los meses que siguieron hasta el v orgenizacion, cca de su Alianza, wantamente conesbias tex Ge 18 pequefia secci6n de la Alianza de Ginebra, el porié. dico U-Egalité, a correspondencie internacional y el movi Fuso, lo absorben; pero aun encuentra tiempo libre PROLOGO 35 redactar una serie de articulos para Le Progrés. de Locle. (Jura suizo), el periédico de James Guillaume, serie que aparecié desde el 1 de marzo al 2 de octubre de 1869 (inacabada), y en 1a cual, partiendo de Ja discusién de los origencs del sentimiento “patriético”, aborda el asunto del “antiteologismo”. Se encuentra en ella una par- te integrante del conjunto de sus ideas. Después del Congreso de Basilea (septiembre de 1869), cuando se preparaba a dejar a Ginebra para establecerse €n el cantén del Tesino, un articulo de un viejo socialista ale- min, M. Hess, sublevé su indignacién, pues vid en él te mano de Marx (que, por culpable que fuese en tantas otras focasiones, parecia que esta vez habia sido inocente). Baku- nin consagr6 un capitulo referente a las calumnias dirigi- Gas contra él, sin nombrar sin embargo a Marx, puesto que deseaba postergar adn la gran explicacién inevitable con éste; pero queria hacer una exposicién de su vida en los filtimos seis afios, desde fines de 1863 por tanto, desde que se habia consagrado a la causa social por una aecién secre: ta, subterrénea primero, franca ahora. Habria expuesto allf todas sus ideas; en una palabra, ese debfa de ser todavia el Hibro que tanto deseaba escribir, y se prepar6 para ello #e- riamemte; reley6 a Proudhon y a Comte (catta del 7 de enc- ro de 1870) ; pero el regreso de Netchaef, de Rusia, puso fin 2 etos tres meses de reflexiones y de estudio y lo lanz6 a jos trabajos literarios, folletos a escribir répidamente para Rusia; muchas otras cosas acontecieron en la primera mi- tad de 1870 que hacen comprender que no volviese a los planes literarios dei invierno. ‘Sobrevinieron también la crisis politica y la guerra fran coprusiana. Lo que hizo entonces est resefiado en el pré- Jogo del tomo T, donde se encuentran los escritos de actua~ lidad de esos meses tan agitados para él. Se sabe que, des- pués de la caida de sus esperanzas y cuando debio retirer- $e del terreno en que esperaba batirse con el pueblo insu- Trecto contra el aparato del Estado caduco, el deseo de a¢- tuar, al menos por Ja via literaria, le invadié de nuevo. Estaba tan absorbido por los acontecimjentos, que discute ante todo las cosas actuales, luego considera el desenvolvi- Mnieato histérico de la situaci6n, después 1a Comuna de Paris lo vuelve a la actualidad, pero de una manera retros- 56 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNEN ectiva; ri Bectivas ete perfodo se encuentra relatado en el prélogo Peto de la actualidad, istori |, por la Historia, t siglmente slo ia eitce del comanisma autoritario ees ¢ filoséfica de. su conjunto, y esa parte, cor verd, ge divide en dos grandes partes: una que da’sus idee Hropias, correspondiente al “antiteslogimas'; es is parte ‘antasma divino que se encuentra’ me TIL; la otra de una “critica” de la fil feacclonariat 7 i losofia reacci ¢2 Ja parte de la que forma un fragmento lo titdlade Dios ¥ el Bstado; se encontrard en el tomo 1V. sta época pertenecen también las conferenci: gn Sonvillicr (Jura bernés) durante los ftimos tempos de ¢ Comuna, que contienen partes del conjunto en resumen popular: ye} eomlenzo de un manuscrto sin féshay Bl 3 estado, en el que discute sobre todo el ori Eel ah he ee ene en s, excite répido de recapitulacion, muy interesante sonocer a fondo cee “onjunto” de ideas que Bakunin babto formate muy claamente y que expresehe por ect, al 08 , pero que no Ilegaba a coordina, percién igual para jefinitiva ore‘ igual pata todas sus parse, en una obra definitiva He aqui los eslabones de la b cadena que he podi dar entre EI Autiteotogisne y el Fabteoma' divine, aoe. indo inédita 1a primera obra, el autor estaba en su pleno derecho para utilizarla, sacar d terial y reformaria : atla, sacar de ella material y reforma see hg le arm : obra intelectual que el autor, madurado por casi res afios de experiencia, agregaba con el fin de mejorarla. Iv Las Consideraciones filoséficas sobre el fant ivit sobre el mundo real-y sobre el hombre se teocian a BI Perio, knutogerminico y Ja revolucién social (véase el to- rae Ia 4 esta edicién, p4g. 13) de una manera que los lec- tores del prélogo de dicho tomo comprenderdn fécilmente, puesto que se ha dado en él Ja historia de todas laa partes fel libro. Basta enviar al lector a ese prélogo y observar | PROLOGO a aqui algunos detalles, En EY imperio knutogerménsco, e] autor llega a comprobar que, segén los hombres del Gobier~ sno nacional del 4 de septiembre de 1870, “la revolucién so- ‘cial constituye para Francia un peligro mucho mas grave todavia que la invasion extranjera misma” (pag. 104). Des. pués del fin de esa parte, contintia por las hojes 82 a 104 el manuscrito, que se encuentra igualmente en el tomo IT (pigina 148): “La revolucién, por lo demés, no es ni vindi- cativa ni sanguinaria’”; y sefiala la crueldad burguesa: “He mostrado el furor de los burgueses de 1848. Los furores de 1792, 1793 y 1794 fueron igualmente, exclusivamente, fa- rores burgueses...” (pag. 149). Comprueba luego, en la Re- volucién francesa que: “Generosa e infinitamente amplia en gus anpiraciones, habfa querido una cosa imposible el esta- blecimiento de una igualdad en el seno mismo de la dea igualdad material”, (Fragmento, tomo II, pagina 152.) Ex- pone después las razones de esa imposibilidad (Fragmento, ‘pagina 155 de este volumen): “Eis preciso repetir los argu: Tnentos irresistibles del socialismo, los argumentos que ningiin economista burgués ha !legado nunca a destruir?..” ¥ refuta los argumentos de los economistas burguescs 40- bre el pretendido contrato libre entre el obrero y el capl- talista; cita con grandes clogios E! Capital, de Marx, aun Tamentando que esté escrito “en parte, pero en parte sola: mente, en un estilo demasiado metafisico y abstracto” (ha pblaba con fundamento, puesto que el anterior invierno ha- fa comenzado a traducir ese libro al ruso). Demuestra que de la desigualdad se deriva una verdadera esclavitud para el obrero. Después pasa a este orden de ideas (pg. 168): "2 Queréis ‘que unos hombres no opriman a otros? Haced que no tengan fmunca el poder de oprimirlos.” Y prucba la demoraliza cin causada por el poder, por la autoridad. “Qué es la li- bertad? 2Qué es Ia esclavitud? ;Consistiré la libertad del hombre en la rebelién contra todas las leyes?” ¥ muestra la diferencia entre las “leyes naturales, econémicas y socia- Jes, las leyes no autoritariamente impuestas, sino inheren- ~ ‘tes a las cosas, a las relaciones, de las cuales expresan ¢l desenvoivimiento natural”, y las leyes politicas y jurfdicas impuestas por los hombres a los hombre: "El hombre no puede rebelarse contra las leyes de Ja na OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN + furaleza, porque “61 mismo no es otra cosa que naturaleza,,. La naturaleza envuelve, penetra, constituye toda su evisen, sia: eCémo podrd salir jamas de la naturaleed?” Zatonces se pregunta el autor: “Se puede asombrar uno os au haya sido posible concebir fa idea de salir de eke” ge dénde procede ese suefio monstruoso? De dévden De i feologia, de ta ciencia de la nada, 9 mie ale oo Ja me- tafisica, que es la ciencia de la reconciliacién-imposible de Ja nada con Ia realidad.” Luego aborda of gran asunto por tambien Que conviene citar para tenerlae bajo los ojos, en que todas las cosas, todos los indo, se encuentran ante el Gran Todo, ante ta naturaleza, ante la infiniee totalidad de las cosas y de los seres reales.” Ko que sigue fué lamado algunos meses mis tarde mo y fus interrumpida en la hoja 256. iNe conocemos sobre la cronologia de este manuserito ands noviembre tale: que,'segtn una carta a Ogaref, del 16a poviembre de 1870, habia terminado entowee Veinticineo 5 escrito en noviembre.diciembre, época serv6 ninguna carta. En el manuscrito y divina, festeda siempre por la totalidad de 1 finitos.” Ta lectura de estos dos escritos, £1 Antiteologismo y EI | | | | | ce PROLOGO ctor es Erte Sf aestudio del EI re- jivino es un poco dificil, pero el le EatmgnteIniiado en cl anunto 7 abordard el et Guaimgo bien preparado por el estu de} primero, Bl re separ ee eetara de tos tomos TIT y bo puede menos sultado Ze tte barter del cerebro toda teadicion religions gue servieratén nefasta de la autoridad y de Ja comprensién ne jercicio del lespertar y el ejercicio bajo todas sus formas, para ef despots J yg uberiad. para i yr apasi: = fend i 9 a 7 Max Nertlau 29 de enero de 1924. | FEDERALISMO, SOCIALISMO Yy ANTITEOLOGISMO (GINEBRA. 1567) bias de Babisis, — IT Proposicién razonada al Comité central de In Liga de la Paz y de Is Libertad, por Miguel Bakunin, Ginebra Sefiores: ‘La obra que nos incumbe hoy es organizar 7 consolidar definitivamente la Liga de la Paz y de la Libertad, tomando por base [os principios formulados por el Comité director precedente y votados en el primer congrsso, Esos princi pios formaran en lo sucesivo nuestra constitucién, la base Dbligatoria de nuestros trabajos posteriores. No nos est permitido ya cercenar la menor parte de ellos; en cambio, fenemos el derecho y aun el deber de desarrollarlos, ‘Nos parece tanto més urgente cumplir con ese deber cuanto que esos principios, como todo el mundo lo sabe ‘aqui, han sido formulados a la ligera, bajo la presién de la pesada hospitalidad ginebrina.. Los hemos esbozado, por Gecirlo asi, entre dos tempestades, forzados como estdba- moe a debilitar la expresiOn para evitar un gran escéndalo que habria podido culminar en la destructién completa ce nuestra obra, Hoy, que estamos libres de toda presién local, exterior, gracias a la hospitalidad més sincera y més amplia de 1 Ciudad de Berna, debemos establecer egos principios en su integridad, rechazando los equivocos como indignos de nos- otros, indignos de la gran obra que tenemos la misién de fundar, Las reticencias, las verdades a medias, los pensa- mientos castrados, las complacencias, atenuaciones y conce- siones de una cobarde diplomacia, no son los elementos con que se forman las grandes obras: éstas se hacen con cora- | zones desprendidos, un espiritu justo y firme, un fin clara~ mente determinado y un gran valor. Hemos emprendido 43 “4 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN una gran obra, seflores; elevémonos a la altura de ni empresa, grande o ridicula, no hay término medio; pare que see grande, es preciso al menos que por nuestra aude ia y por nuestra sinceridad nox hagamos grandes nosotros Lo que os proponemos no es una discusién académica de principios, No ignoramos que nos hemos reunido aqui, fundamentalmente, a fin de concertar los medios y las me. didas politicas necesarias para la realizacion de nuestra obra. Pero sabemos también que en politica no hay préctica honesta y Gtil posible sin una teorfa y un fin claramente determinados. De otro modo, por inspirados que estemos en Jos sentimientos més amplios y més liberaies, podriamos terminar en una realidad diametralmente opuesta a esos sentimientos: podrfamos comenzar con icciones repu- blicanas, democréticas, socialistas, y acabar como bis: marckianos o bonapartistas. 7 Debemos hacer hoy tres cosas: 14 Establecer las condiciones y preparar los elementos de un nuevo congreso: * Organizar nuestra Liga, siempre que se pueda, en todos Ios pases de Europa, extenderla Shtiiba te que ‘os parece esencial, e instituir en cada pais comités nacio- nales y subcomités provinciales, dejando a cada uno de ellos Ia autonomia legitima necesaria, y subordinéndolos todos, jerérquicamente, al Comité central de Berna, Dar ‘a es05 comités plenos poderes y las instrucciones necesarias are la propaganda y para la recepeién de nuevos miem y 7 3.° Para contribuir a esa pr a? propaganda, fundar un pe- iNo es evidente que, para hacer bien esas tres cosas, debe- mos catableser Previamente los principios que —al deter- le modo que no deje lugar a equivoco alguno la naturaleza de la Liga— inspiraran'y divigirén por use parte nuestra propaganda, tanto verbal como'escrita, y por otra servirdn de condiciones y de base para la recepcién de nue- ves miembros? Este dltimo punto, sefiores, nos parece ex: cesivamente importante. Porque el porvenir de nuestra Liga dependerg de Ia: disposiciones, de ias ideas y de las tendencias, tanto politicas como sociales, tanto econémicas PROPOSICION AL. COMITEDE LA LIGA DELAPAZ 45 ‘como morales, de esa multitud de nuevos adeptos a quienes vamos a abrir nuestras filas, Al formar una institucién emi- nentemente democritica, no pretenderemos gobernar nues tro pueblo, es decir, la masa de nuestros adherentes, de arriba abajo; y desde el momento que estemos bien tons- titufdos, no nos permitiremos jamas imponerles por la auto- ridad nuestras ideas. Queremos, al contrario, que todos nuestros subcomités provinciales y comités nacionales, hasta el comité central o internacional mismo, elegtdos de ‘abajo arriba por el sufragio de los adherentes de todos los, paises, se conviertan en la fiel y obediente expresién de sus sentimientos, de sus ideas y-de su voluntad. Pero hoy, pre- sisamente porque estamos resueltos a someternos los vo tos de la mayorfa en cuanto tenga relaci6n con la uta comin de la Liga; hoy, que somos todavia un pequsiis niimero, si queremos que nuestra Liga no se desvie nunca fel primer pensamiento y de la direcciém que le imprimie ron sus iniciadores, ¢no debemos tomar medidas para qi ainguno pueda entrar en ella con tendencias contrarias se pensamiento y 4 esa ditecsién? ,No debemos organi sarnos de manera que la gran mayorta de nuestros adheren tes permanezca siempre fiel a los sentimientos qve nos inspiran hoy, y establecer reglas de admisién que gacanti- cen que, aunque haya cambiado el personal de nuestros co- mités, el espiritu de la Liga no cambiaré nunca? Unicamente legaremos a ese fin estableciendo y determ! nando tan claramente nuestros principios, que ntnguno de Jos individuos que sea, de una manera o de otra, contracio 2 ella, pueda jamés ocupar un puesto entre nosotros No hay duda que si evitamos el precisar bien ‘nuestro caracter real, el mimero de adeptus podré ser luego mayor. Podriamos incluso, en esc caso, como nos lo ha propaesto cl delegado de Basilea, seffor Schmidlin, acoger en nuestras filas muchas gentes de sable y sacerdotes —zpor qué no > gendarmes?— 0, como acaba de hacerlo la Liga de la Paz fundacla en Parfs, bajo la alta proteccién imperial, por los seflores Miguel Chevalier y Federico, Passy, suplicar a algunas ilustres princesas de Prusia o de Austria que acep- ten el titulo de miembros honorarios de nuestra asociacién usune provincia axtdnom. Adwmfy dards brd gue gobernarine median: por 6. Para no 8 ‘dcberd formar con ell Tas comunay ee Francia 10 gue no c ver Tevoluclonarig ae in Convencion, © mde bien por el de Ta comuna de ‘ea fo heredg‘natursimente Napoledn. (Buku) 54 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN toda ingurreccién nacional contra toda opresién, sea extran- jera, sea indigena, siempre que esa insurreccién se haga en nombre de nuestros principios y en el interés tanto politico como econémico de las masas populares, pero no con la intencién ambiciosa de fundar un poderoso Estado. Ut La Liga haré una guerra incondicional a todo lo que se lama gloria, grandeza y potencia de los Estados. A todos esos falsos y maléficos {dolos a que han Sido inmo dos millones de victimas humanas, opondremos las glorias de la inteligencia del hombre, que se manifiestan en Ia cien- cia, y de una prosperidad universal fundada en el trabajo, en la justicia y en la libertad. 12° La Liga reconocerd la nacionalidad como un hecho natural que tiene incontestablemente derecho a Ja existen- cia y al desenvolvimiento libres, pero no como un principio, pues todo principio debe llevar el carécter de la universa. lidad y Ja nacionalidad es, al contrario, un hecho exclusivo, aislado, Ese llamado principio de nacionalidad, tal como ha sido planteado en nuestros dias por los gobiernos de Fran- cia, de Rusia y de Prusia, y aun por muchos patriotas ale- manes, polacos, italianos y hingaros, no es mas que un derivative opuesto por la reaccién al espfritu de la revolu- cién —eminentemente aristocrético en el fondo, hasta el desprecio de los dialectos de las poblaciones no instrui- das— que niega implicitamente la libertad de las provincias y Ja autonomfa de las comunes, y no es sostenido en nin- gin pais por las masas populares, cuyos intereses reales sacrifica sistemdticamente a un supuesto bien piblico, ja- més distinto al de tas clases privilegiadas; ese principio no expresa més que los pretendidos derechos hist6ricos y la ambici6n de los Estados, El derecho de nacionalidad, pues, nunca podré ser considerado por la Liga sino como una con: secuencia natural del principio supremo de la libertad, que cesard de ser un derecho desde el momento que se coloque, sea contra la libertad, sea s6lo al margen de la libertad. 13 La unidad es el fin hacia el cual tiende irresistible- mente Ia humanidad. Pero se hace fatal, destructora de la inteligencia, de la dignidad, de la prosperidad de los indi- viduos y de los pueblos, siempre que se forma fuera de la Iibertad, sea por Ja violencia, sea bajo la autoridad de una FEDERALISMO 55 idea teolégica, metaffsica, politica o aun econémica cual- quiera. El patriotismo que tiende a la unidad al margen de la libertad, es un patriotismo malo, funesto siempre a los intereses populares y reales del pais que pretende exaltar y servir; amigo, a menudo sin quererlo, de la reaccién, ene- migo de la revolucién, es decir de la emancipacién de las naciones y de los hombres. La Liga s6lo podré reconocer una sola unidad: la que se constituya libremente por la federaci6n de las partes aut6nomas en el todo, de suerte que éste, cesando de ser la negacién de los derechos y de os intereses particulares, cesando de ser el cementerio adonde van a enterrarse forzosemente las prosperidades locales, se convertira, al contrario, en la confirmacién y en Ja fuente de tocas esas autonomfas y de todas esas prospe- tidades. La Liga atacaré, pues, vigorosamente cualquier organizacién religiosa, politica, econémica y social que no esté absolutamente penetrada por el gran principio de Ia libertad: sin él, no hay inteligencia, no hay justicia, no hay prosperidad, no hay humanidad. Tales son, sefiores, segiin nosotros, y sin duda también segiin vosotros, el desenvolvimiento’ y las consecuencias necesarias dé este gran principio del federalismo que ha proclamado solemnemente el Congreso de Ginebra. Tales son las condiciones absolutas de la bed at la libertad. Absolutas, sf; pero, son las Gnicas? No lo creemos. Los Estados dei Sus de la gran Confederacién de la Amé- rica del Norte, han sido, desde el acta de la independencia de los Estados republicanos, demécratas por excelencia (1) y federalistas hasta querer la escisién. Y, sin embargo, ‘alti mamente se han atrafdo la reprobacién de los partidarios de la libertad y de la humanidad en el mundo, y por la guerra inicua y sacrilega que han fomentado contra lot Estados republicanos del Norte derribaron y destruyeron la més hermosa organizacién politica que haya existido jamés en la Historia. zCual puede ser 1a causa de un hecho oe Seana ae 56 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN: tan extrafio? ¢Es una causa politica? No, seria por com pleto social. La organizacién politica interior de los Esta. Gos del Sur ha sido, bajo varios aspectos, més perfecta atin, més completamente libre que la de los Estados del Norte, S6lo que en csa organizacién magnifica se ha encontrado un punto negro como en las repiblicas de la antigiiedad: la libertad de los ciudadanos ha sido fundada en el trabajo forzoso de los esclavos. Este punto negro basté para tt tocar la existencia politica de esos Estados, Ciudadanos y esclavos, tal ha sido el antagoniamo en el mundo antiguo, como en los Estados de esclavos del Nuevo Mundo. Ciudadanos y esclavos, es decir, trabajadores forza. dos, esclavos, no de derecho sino de hecho, tal es el anta, gonismo del mundo moderno. ¥ como los Estados antiguos han perecido por la esciavitud, lo mismo perecerén los Be tados modemos por el proletariado, En vano nos esforzariamos por consolarnos con Ja idea de que ese antagonismo es més bien ficticio que real, o que es imposible establecer una linea divisoria entre las clases osesoras y las clases desposefdas, admitiendo que esas dos clases se corfunden una con otra por una cantidad de ma. tices intermedios ¢ impereeptibles, de Ia misma manera que tampoco existen esas lineas divisorias en el mundo natural, pues, por ejemplo, on la serie ascendente de los seres, es imposible mostrar el punto donde acaba el reino vegetal y comienza el seino animal, donde cesa la bestialidad y donde comienza la humanidad, como tampoco existe una diferen. cia muy ‘eal entre la planta y el animal, entre éste y el homibre, considerando que idénticamente pasa en la secie- dad humana, Pero no es asf. A pesar de las posiciones in termedias que forman una transici6n insensible de una exis. tencia politica y social a otra, la diferencia de las clases sin embargo ex muy mareada, y todo el mundo sabe distin, guir Ia aristocracia nobiliaria de la aristocracia financiera, la alta de Ia pequefia burguesia, y esta dltima de los prole, farios de Jas ciudades y de las fébricas; 1o mismo el gran Propietario latifundista, el rentista, el campesino propie- fario que cultiva la propia tierra, el granjero, del simple proletario del campo, Todas estas diferentes existencias politicas y sociales se dejan reducir hoy a dos principales categorias diametral. FEDERALISMO s7 ente opuestas entre si, y enemigas po a politicas compuestas de todos los privilegi os le ce waet capital, o sélo de la educacior burguese ()» q Sa nt apital c Ses obreras, desheredades tanto del capital como de Ia de toda educacién y de toda . rd tae esse lt i smo que separa hoy esas dos clases. ee Oe ES hoe civilizacién moderna, ge, fom. Wnde una minoria eomparativamente muy restiingida de iudadanos privilegiados, tiene por base el trabajo for ado Gor ‘el hambre) de la inmensa mayoria ae {as poblisiones fatalmente a Ia ignorancia t ge eiforeara uno tambien eh wae po pera de 4 ser colmado mediante la sim - gee one abla Do wlares, Es bueno i instruceién en las masas pop! HS nmeecy 2 ee eta apenas Sel hombre det pueblo, que vive al dia y que slimenta & a su familia con el esfuerzo de us baron, prvado de ow: i fe tiempo libre, y forza: fe Ycabratfet yor ek trabajo eve aogurar lo eayon el an del dia siguiente, es preciso, preguntare si tiene séle ibilidac f pensamiento, el deseo y aun In posiilided de enviar 2 fa escuela y de mantenerlos du eon instrccion NO tended necestad det concstso do sus brazos, del trabajo infantil para subvenir a las necesi - s de la familia? Serd mucho si leva el ; erie candine ‘an afio 0 dos, dejéndoles apenas el tiempo necesario para aprender a leer y cecribir, ,contar gage j ir la inteligencia y el corazé1 lamo erstane, que te catbuye deliberadamence y con fusién en las escuelas populares oficiales Bs vaiee Ese poco de instruccién, zpodrd elevar jamés Ja masas obreras a! nivel de la inteligencia burguesa? ¢ so el abismo? . MBS oridente que la cuestion tan importante de ba ins truccién y de la educacién populares depende de la solwetén de esta otra cuestién tan dificil de una reforma radical a st ia tebe ajo be nds ave el oy Risa os te tenes rata eee ca {estes “tn ‘sivlegi, enorme ene temuncracién de ou aha, ne erases oa cata Si wereatiaiean ae Obras de Bakunin, ~ UT 5B OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN Jas condiciones econémicas actuales de las clases obreras. Modificad las condiciones del trabajo, dad al trabajo todo lo que segtin la justicia le corresponde y, por consiguiente, dad al pueblo la seguridad, 1a comodidad, el ocio, y enton. ces creedlo, se instruird y crearé una civilizacién més vas- ta, més sana, mds elevada que la vuestra. En vano se diré con los economistas que el mejoramiento de la situacién econdmica de las clases obreras.depende del Progreso general de la industria y del comercio en cada pels y de su completa emancipacién de la tutela y de la proteccién de los Estados. La libertad de la industria y del comercio es, ciertamente, una gran cosa y uno de los fun- damentos esenciales de la futura alianza internacional de todos los pueblos del mundo. Amigos de la libertad a todo precio, de todas las libertades, debemos serlo igualmente de Mas, por otra parte, debemos reconocer que, mientras existan los Estados actuales y mientras el trabajo continge siendo sicrvo de la propiedad y del capital, esa libertad, al enriquecer una minima porcién de la burguesia en dets mento de la inmetisa mayorfa del pueblo, no produciré més que un solo bien: el de enervar y desmoralizar més com- pletamente al pequeifo ntimeco de los privilegiados, el de aumentar la miseria, los agravios y la justa indignacién de las masas obreras, y por eso mismo el de acercar la hora de la destrucci6n de los Estados. Inglaterra, Bélgica, Francia, Alemania, son, ciertamente, Jos paises de Europa donde el comercio y la industria gozan comparativamente de la mayor libertad y donde han Ilegado al més alto grado de desenvolvimiento. Y son también pre- cisamente los paises donde el pauperismo se siente de la manera més cruel, donde el abismo entre los capitalistas y los propietarios por una parte, y las clases obreras por otra, parece haberse agrandado hasta un punto desconocido en las otras naciones. En Rusia, en los paises escandina- vos, en Italia, en Espaiia, donde el comercio y la industria se han desarrollado poco, a menos de una catéstrofe extr ordinaria, se muere raramente de hambre. En Inglaterra, la muerte por hambre es un hecho diario, ¥ no son s6lo los individuos aislados, son también millares, decenas, centenas de millares los que mueren. zNo es evidente que, en el esta- do econémico que prevalece actualmente en el mundo civi- FEDERALISMO 59 lizado, la libertad y el desenvolvimiento del comercio y de la industria, las aplicaciones maravillosas de la ciencia a Ja produccién, incluso las méquinas que tienen por misién emancipar al trabajador al aliviar el trabajo humano, esas invenciones, ese progreso, de que se enorgullece con justo titulo el hombre civilizado, lejos de mejorar la situacién de las clases obreras no consiguen més que empeorarla y hacerla més insoportable atin? Sélo Norteamérica hace atin en gran parte excepcién a esta regla. Pero, lejos de destruirla, esa excepcién Ja con- firma. Si los obreros son mejor retribufdos allf que en Euro- pay si alli no muere nadie de hambre; si al mismo tiempo cas] tampoco existe atin el antagonismo de clases; si todos Jos trabajadores son ciudadanos y si la masa de los ciuda- danos constituye propiamente un solo cuerpo; en fin, si es difundida una intensa instruccién primaria y hasta seeun- daria en las masas, hay que attibuirlo, sin duda, en buena parte a ese espfritu tradicional de libertad importado de Inglaterra por los primetos colonizadores de América. Sus- citado, experimentado, reafirmado en las grandes luchas religiosas, ese principio de independencia individual y de self-government comunal y provincial, se encuentra favore- cido también por Ja rara circunstancia de que, transplan. tado a ua desierto, libertado, por decirlo asi, de las obse siones del pasado, pudo crear un mundo nuevo, el mundo de la libertad. ¥ Ja libertad es una maga tan grande, esté dotada de una fecundidad de tal modo maravillosa, que, con s6lo dejarse inspirar por ella, en menos de un siglo, la Amé rica del Norte ha podido alcanzar, y hasta se podria decir hoy sobrepasar, la civilizacién de Europa, Pero no hay que engafiarse, ese progres maravilloto y esa prosperidad tan envidiables con debidos, en gran parte y sobre todo, a una importante ventaja que América tiene de comin con Rusi queremos referirnos a la inmensa cantidad de ticrras £6r- tiles y que por falta de brazos permanecen sin cultivo, Hi ta el presente al menos, esa gran riqueza territorial ha est do perdida casi para Rusia, porque nosotros no hemos te- nido nunca libertad. Fué otra la situacién en América del Norte, que, por una libertad tal como no existe en ninguna otra parte, atrae cada afio centenares de millares de colonos ‘enérgicos, industriosos ¢ inteligentes, » rsrias 2 esa ri- 60 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN queza, puede recibirlos en su seno. Aleja asi, al mismo tiempo, el pauperismo y retarda el momento en que seré planteada la cuestin social: un-obrero que no encuentra trabajo o que esta descontento del salario que le ofrece el capital, puede, en caso extremo, emigrar siempre al Far West para desmontar alli algtin terreno salvaje y sin ocu- Pantes, Esta posibilidad, siempre abierta como un refugio supre- mo a todos los obreros de América, mantiene, naturalmente, el salario a una cierta altura y daa cada uno una indepen- dencia desconocida en Europa. Tal es la ventaja; pero he aqui la deeventaja: en la baratura de los productos de la industria, que se obtiene en gran parte por el bajo precio de} trabajo, los fabricantes americanos son puestos, en la mayoria de las ocasiones, fuera de combate con los fab cantes de Europa, de donde resulta para la industria de los Estados det Norte la necesidad de una tarifa proteccionista, Pero esto tiene por resultado, primero la creacién de una raultitud de induseeiasartficales y sobre todo la opresion y Ia ruina de los Estados manufactureros del Sur y el ha- cerles desear la secesion; y, ademés, la aglomeracién en siudades como Nueva York, Filadelfia, Boston y tantas otras, de las masas obreras proletarias, que, poco a poco, comienzan a encontrarse ya en una situacién andloga a la de los obreros en los grandes Estados manufactureros de Europa. ¥ vemos, en efecto, que la cuesti6n social se plan- tea ya en los Estados del Norte, como se ha planteado mu- cho antes entre nosotrus. En regla general, nos es forzoso reconocer que en nues- tro mundo moderno, si no por completo, como en el mundo antiguo, la civilizacién de un pequefio niimero est fundada todavia en el trabajo forzado y en la barbarie relativa del gran nimero. Serfa injusto decir que esta clase privilegia- da es extrafia al trabajo; al contrario, en nuestros dias se trabaja mucho, el nimero de los absolutamente desocupados disminuye de una manera sensible, se comienza a conside- rar un honor el trabajo; porque los mas dichosos compren- den hoy que, para quedar a la altura de la civilizacién ac- tual, hasta para saber aprovechar los privilegios y para poder conservarlos, hace falta trabajar mucho. Pero hay esta diferencia entre el trabajo de las clases acomodadas y FEDERALISMO or el de las clases obreras: siendo retribuido el primero en une proporcién infinitamente més grande que cl segundo, concede a sus privilegiados ratos de ocio, esa condicion su. prema de todo humano desenvolvimiento, tanto intelectual tomo moral, condicién que no se realiza jamés pata las clases obreras. Ademds, el trabajo que se lace en el mundo de los privilegiados es casi exclusivamente un trabajo ner- vioso, es decir, de imaginacién, de memoria y de pensa- miento; mientras que el trabajo de los millones de proleta- rios es un trabajo muscular, y a menudo, como por ejemplo en todas las fabricas, un trabajo que no ¢s ejercide de nin. gain modo por todo el sistema muscular del hombre a la vez, sino que desarrolla solamente una parte en detrimento de todas las demés, y se hace en general en condiciones per- judiciales para la salud del cuerpo y contrarias a su desen- Volvimiento arménico, Bajo este aspecto, el trabajador de la tiecra es siempre mas feliz: su naturaleza, no viciada por la atmésfera sofocadora y a menudo envenenada de las fé- bricas y de los talleres, ni contrahecha por el desenvolvi- miento anormal de ung de sus fuerzas a expensas de las otras, permanece més vigorosa, més completa; pero, en cam- bio, su inteligencia es casi siempre més estacionaria, més pesada y mucho menos desenvuelta que 1a de los obreros de las fdbricas y de las ciudades, Pero trabajadores de oficios'y de fébricas y trabajadores de la tierra forman juntos una sola y misma categoria que representa el trabajo de los misculos, opuesta a los repre- sentantes privilegiados del trabajo nervioso. :Cudl es la consecuencia de esta divisién, no ficticia, sino muy real, que constituye el fondo de Ia situacién presente tanto poli- tica como social? Para los representantes privilegiados del trabajo nervio« 0 (que, entre paréntesis, en la organizacién actual estin Hamados a representar la sociedad, no porque sean los mas inteligentes, sino sdlo porque han nacido en medio de la clase privilegiada), todos los beneficios, pero también to- das ls corrupciones de Ja civilizacién actual; la riqueza, el lujo, el confort, el bienestar, las dulzuras de la familia, la libertad politica exclusiva con la facultad de explotar el trabajo de los millones de obreros y de gobernarlos a ca- pricho y en su interés propio, todas las creaciones, todos 62 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN Jos refinamientos de la imaginacién y dei pensamiento... y, con el poder de convertirse en hombres completos, todos Jos venenos de 1a humanidad pervertida ‘por el privilegio. Para los representantes del trabajo muscular, para esos innumerables millones de proletarios y también de peque- fios propietarios de Ja tierra, ¢qué queda? Una miseria sin salida, sin las alegrias de la familia siquiera, porque la fami- lia se ‘convierte en una carga para el pobre; le ignorancia, una barbarie forzosa, casi una bestialidad, dirfamoa, con el consuelo de que sirven de pedestal a la civilizacién, a la libertad y a la corrupcién de un pequefio niimero. Por el contrario, han conservado la frescura de espiritu y de core- 26n, Moralizados por el trabajo, aunque forzado, han con- servado un sentido de Ja justicia muy distinto de la justicia de los jurisconsultos y de los cédigos; miserables ellos mismos, compadecen todas las miserias, han conservado un buea sentido no corrompide por los sofisinas de'la ciencia doctrinaria ni por las mentiras de la politica, y como no han abusado, ni siquiera usado de la vida, tienen fe en la vide. Pero, se dird, ese contraste, ese abismo entre el pequefio nGmero de privilegiados y el inmenso ndmero de los deshe- rededos ha existido siempre, existe atin: ¢Qué es lo que ‘cambi6? Ha cambiado esto: que, antes, ese abismo habia lo Nenado por las nubes de la religién, de suerte que las masis populares no lo veian, y hoy, desde que la Gran Re- volucién ha comenzado a disipar esas nubes, empiezan a verlo y a preguntar por su razén de ser. Esto es inmenso. Desde que la revolucién ha hecho caer en las masas st evangelio, no mistico, sino racional; no celeste, sino terre- no; no divino, sino humano, su evangelio de los derechos! del hombre; desde que proclam6 que todos los hombres son iguales, que todos estan igualmente Iamados a la libertad y a la humanidad, las masas populares de toda Europa, de todo e! mundo civilizado, despertando poco a poco del fio que las habia tenido encadenadas desde que el cristia- nismo las adormecié con sus narc6ticos, comienzan a pre- guntarse si tienen también derecho a la igualdad, a la liber- tad y a la fraternidad. Desde el momento que ha sido planteada esa pregunta, el pueblo, dirigido en todas partes por su buen sentido, ad- FEDERALISMO 53 mirkble tanto como por su ingtinto, ha comprendido que la primera condicién de su emancipacién real, 0, si queréis permitirme esta palabra, de su Aumanizacién, es ante todo una reforma radical de sue condiciones econémicas. La cuestién del pan es para él, con justo titulo, la primera cuestiOn, porque Aristételes la hizo notar ya: el hombre, para pensar, para sentir libremente, para hacerse hom- bre, debe estar libre de las preocupaciones de Ja vida mate- rial. Por otra parte, los burgueses, que gritan tan fuerte contra el materialismo del pueblo, y que le predican las abstinencias del idealismo, lo saben muy bien, porque pre- dican con palabras, no con ejemplos. La segunda cuestién para el pueblo es la del tiempo libre después del trabajo, condicién sine qua non de la humanidad; pero el pan y el tiempo Hbre no pueden ser obtenidos para él més que por una transformacién radical de la organizacién actual de la sociedad, lo que explica por qué la revolucién, impulsada por una consecuencia légica de su propio principio, ha dado nacimiento al sociafismo. 2. SOCIALISMO Habiendo proclamado la Revolucién francesa el derecho y el deber de todo individuo humano de Iegar a ser hom- bre, ba culminado por sus postreras consecuencias en el babeuvismo, Babeuf, uno de los iltimos ciudadanos enér- gicos y -puros creados por la Revolucién y que ésta mat después en tan gran mimero, que tuvo el honor de contac entre sus amigos hombres como Buonarotti, habia reunido, en una concepeién singular, las raices politicas de la patria antigua con las ideas modérnfsimas de una revolucién s0- ial. Viendo perecer la Revolucién por falta de un cambio radical, entonces muy probablemente imposible en la orga- nizacién econémica de la sociedad; fiel por otra parte al espiritu de esta revoluci6n, que habia acabado por sustituir con la accién omnipotente del Estado toda iniciativa indi- vidual, hab{a concebido un sistema politico y social confor- me al cual ia repitblica, expresién de la voluntad colectiva de los ciudadanos, después de haber confiscado todas las propiedades individuales, las administraria en interés de todos, repartiendo en proporciones iguales a cada uno: la educacién, la instrucci6n, los medios de existencia, los pla- ceres, y forzando a todos sin excepci6n, segiin la medida de las fuerzas y de la capacidad de cada cual, al trabajo tanto muscular como nervioso. La conspiracién de Babeuf fracas6, y éste fué guillotinado con varios de sus amigos. Pero su ideal de una repiblica socialista no murié con él. Recogida por su amigo Buonarotti, el mas grande conspi- rador de cate siglo, esa idea fué transmitida por él como un 64 SOCIALISMO 65 depésito sagrado a las generaciones nuevas, y, gracias a las sociedades secretas que fundé en Bélgica y en Francia, las ideas comunistas germinaron en la imaginacién popu- lar. Encontraron, desde 1830 hasta 1848, hébiles intérpretes en Cabet y en el sefior Luis Blanc, que establecieron defi- nitivamente el socialismo revolucionario. Otra corriente socialista, partida de la misma fuente revolucionaria, que convergia al mismo fin, pero por medios absolutamente diferentes, y que lemariamos de buena gana el socialismo doctrinario, fué creada por dos hombres eminentes: Saint: Simon y Fourier. El sansimonismo fué comentado, desarro. lado, transformado y establecido como sistema casi pric- tico, como iglesia, por el padre Enfantin, con muchos ami. gos cuya mayor parte se han vuelto hoy financieros y esta~ iistas singularmente consagrados al Imperio. EI furierismo halié su comentarista en la Démocratie Pacifique, redactada hasta el 2 de diciembre por el sefior Victor Considérant, El mérito de estos dos sistemas socialistas, por lo demés diferentes bajo muchos aspectos, consiste principalmente on la critica profunda, cientifica, severa, que hicieron de la organizacién actual de la sociedad, euyas contradicciones monstruosas revelaron atrevidamente; ademés, en el hecho importante de haber atacado fuertemente y quebrantado el cristianismo en nombre de la rehabilitacién de la mate- ta y de las humanas pasiones, calumniadas y al mismo tiempo tan practicadas por los sacerdotes cristianos, Los sansimonianos han querido sustituir el cristianismo por tuna religién nueva, basad2 en el culto mistico de Ia carne, con una jerarquia nueva de sacerdotes, nuevos explotadore: ée la muchedumbre por el privilegio del genio, de la habi- lidad o del talento. Los furieristas, mucho més —y se puede decir también mucho ms sinceramente— demécratas, ima- ginaron los falansterios, gobernadcs y administrados por jefes elegidos mediante el suftagio universal, y en los cua- es cada uno, pensaban ellos, encontraria por sf mismo su puesto y su trabajo, segiin la naturaleza de sus pasiones. Los defectos de los sansimonianos son demasiado visibles para que sea necesatio detallatlos. El doble error de los furieristas consistié ante todo en que creyeron sinceramen- te que por la sola fuerza de su persuasion y de su propa- ganda pacifica, conseguirian conmover los corazoncs de los 66 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN ricos, hasta el punto de que éstos irfan por ismos dee tl nme a tty an por af imoy lansterios; y en segundo lugar, en que imaginaron que se podia, te6ricamente, @ priori, construir un paraiso social en el que pudiera caber toda Ja humanidad del porvenir. ‘No comprendieron que podemos enunciar los grandes pri Giplon n desenvolvimiento futuro, pero que debemos experiencias i i tee ae pulccigis del porvenir la realizacién prac- general, la reglamentacién ha sido Ia pasi de todos fon socalistas de antes de 1848, menon uno sole Cabet, Luis Blane, furieristas, sansimonianos, todos tenian la pasion de adoctrinar y de organizar el porvenir; todos han sido, Boca, mds 0 menos, autoritarios, Pero he aqui que aparecié Proudhon. Hijo de 7 sy i aul gu pees Prouon jo de un came jucionario que todos los socialistas doctrinarios y burgue- es, sé armé de una critica tan profunda y penetrante como des spiadada, para destruir todos sus sistemas, Oponiendo la libertad a la autoridad contra esos socialistas de Estado, se declaré ardientemente anarquista, y, en las barbas de su deismo o de su panteismo, tuvo el valor de proclemarse sencillamente ateo, o més bien, con Augusto Comte, pasiti- vista, Su socialismo, fundado en Ja libertad tanto individual como colectiva, en la accién esponténea de las asociaciones bres, no obedeciendo a otras leyes que a las generales de 1a economia social, deseubiertas 0 a descubrir por la cia, margen de toda reglamentacién de toda proteccién de Estado, subordinando, por ota cate, la politica a los intereses econémicos, intelectuales y mora les de la sociedad, debia més tarde, y por una consecuencia eee Negar al federalismo, ‘al era el estado de Ia ciencia social ant. polémica de los periédicos, de tas hojas volentes yay ioe folletos socialistas, llevé una masa de nuevas ideas al seno fs slates obrerags fata ce saturaron de eats auevas , cuando estallé la revolucié: ali: ae ifesté como una potencia. ™ de 1848, cl socialismo socialismo, hemos dicho, fué el primer hij Revolucign; pero antes de haberle eagendrade habla dade a luz un heredero més directo, su hermano mayer, el nifio SOCIALISMO 07 bienamado de los Robespierre y de los Saint-Just: el repu- plicanismo puro, sin mezcla de ideas socialistas, retofio de Ya antigiiedad e inspirado en las tradiciones heroicas de Jos grandes ciudadanos de Grecia y de Roma. Mucho menos hhumanitario que el socialismo, casi no conoce al hombre y no reconoce mas que al ciudadano; y mientras el socia- Jismo trata de fundar una reptblica de hombres, él no quie- re més que una repiblica de ciudadanos, aunque esos ciu- dadanos deban (Jo mismo que en las constituciones que sucedieron, como consecuencia natural y necesaria, a la constitucién de 1793 —desde el momento que ésta, después de haber vacilado un instante, acabé por ignorar sisteméti camente la cuestién social—), a titulo de ciudadanos acti- vos, para servirnos de una expresién de la Constituyente, fundar el privilegio civico en la explotacién del trabajo de os ciudadanos pasivos. El republicano politico, por otra parte, no es —al menos no pretende setlo— egofsta para si mismo, sino que debe serlo para ta patria, a quien coloca fen su corazén libre por encima de si, de todos los indivi. duos, de todas las naciones del mundo y de la humanidad enteta. Por consiguiente, ignorard siempre la justicia inter- nacional; en todos los debates, tenga 0 no raz6n su patria, le dard ia preferencia sobre las otras, querré que domint siempre y que aplaste a las naciones extranjeras, por su poder y su gloria, Se haré, naturalmente, conquistador, a pesar de que la experiencia de los siglos le haya demostrado que los triunfos militares deben terminar fatalmente en el cesarismo, El republicano socialista detesta la grandeza, el poder y la gloria militar del Estado, prefiere la libertad y el bienestar, Federalista en el interior, quiere la confede- Tacién internacional, primero por espfritu de justicia, luego porque esta convencido de que la revolucién econémica y social, sobrepasando los Ifmites artificiales y funestos de Jos Estados, no podré realizarse, al menos en parte, mas que por la accién solidaria, si no de todas, de la mayor parte de las naciones que constituyen hoy el mundo civilizado, y que tarde o temprano deberdn terminar por asociarse. El republicano exclusivamente politico, es un estoico; no se reconoce derechos, sino sélo deberes, 0, como en Ia repi- blica de Mazzini, no admite més que un solo derecho: el de consagrarse y sacrificarse siempre por la patria, el de 68 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN no vivir més que para servirla y el de morir por ella con slegria, como dice la cancién de que el sefior Alejandro Dumas dot6 gratuitamente a los girondinos: “Morir por [a patria es 1a suerte més bella, la més digna de envidia.” El socialista, al contrario, se apoya en sus derechos positivos a la vida y a todos los goces, tanto intelectuales y morales como fisicos, de la vida, Ama la vida y quiere gozatla plena- mente. Constituyendo parte de s{ mismo sus convieciones, y estando sus deberes para con la sociedad indisolublemen, te ligados a sus derechos, para quedar fiel a unos'y a otros, sabré vivir segin la justicia, como Proudhon, y, en caso de necesidad, morir como Babeuf; pero no diré nunca que Ja vida de Ia bumanidad debe ser un sacrificio, mi que la muette sea la suerte més dulce, La libertad, para el ‘repu- blicano politico, no es mas que una vana palabra; es la‘ li. bertad de ser esclavo voluntario, vietima abnegada del Es tado; siempre dispuesto a sacrificar la suya, sacrificaré con gusto la libertad de los demas. El republicanismo politico termina, pues, necesariamente, en el despotismo. La libertad unida al bienestar"y que produce la humanidad de todos por Ja humanidad de cada uno, es para el republicano socia. lista todo, mientras que el Estado no es a sus ojos sino un instrumento, un servidor de su bienestar y de la libertad de cada uno. El socialista se distingue del burgués por la jus: ticia; no reclama para s{ mismo mas que el fruto real de su propio trabajo; y se distingue del republicano exclusive or su franco y humano egofsmo; vive abiertamente y sin frases, para sf mismo, y sabe que al hacerlo segin la just sirve a la sociedad entera, y al servirla se beneficia a sf propio. El republicano es rigido, y a menudo, por pat mo ~como el sacerdote por religién—, cruel. El socialista ¢s natural, moderadamente patriota; pero, al contratio, siempre may humano. En una palabra, entre el socialists republicano y el republicano politico hay un abismo: uno, Por ser una creacién semirreligiosa, pertenece al pasado, €l otro, positivista o ateo, pertenece al porveniz. Este antagonismo se revelé plenamente a la luz del dia cn 1848. Desde Jas primeras horas de la revolucién, no se entendieron de ningtn modo; sus ideales, sus instintos los arrastraban en sentido diametralmente opuesto. Todo el tiempo que transcurrié desde febrero hasta junio, se pas6 chats SOCIALISMO co tiranteces que, al desencadenar la guerra civil en el cam- po de Tos revoluciontrion, al peraliear nus fuerza, debieron, naturalmente, favorecer la causa de la coalicién, por demés formidable, de todos los matices de la reaccién re- unidos y confundidos en lo sucesivo, por el miedo, en un tolo partido, En junio, los republicans se coligaron a su vet con la reaccion para aplastar i os socialintas. Creye- ron haber obtenido la victoria y habfan arrojado al abismo su repablica bienamada, El general Cavaignac, representa: te del honor de Ja bandera contra la revolucién, fué el pre- cursor de Napoleén III. Todo el mundo lo comprendié en- fonces i no en Francia al menos en lot demts etoe, por sa funesta victoria de los republicanos c - 35S Se'paris fad eclsbrada como un gran triunfo por todas las cortes de Europa, y los oficiales de 1as guardias prusia- nas, con sus generales a la cabeza, se apresuraron a enviar una circular de fraternal felicitacion al general Cavaignac. spantada por el fantasma rojo, la burguetia de Turopa se dejé caer en un servilismo absoluto. Frondosa y liberal por naturaleza, no adora el régimen militar, pero opts por &l ante los peligros amenazadores de una emaneipacin po- pular, Habiendo sacrfieado au dignidad con todas sus glo- Flosas conguistas del sigle XVIU y del comienzo de est siglo, erey6 haber comprado al menos ia pa y Ia tranquil dad necesarias para el éxito de sus transacciones comercia, les ¢ industriales: “Nosotros os sacrificamos la liberta parecfan decir a las potencias militares que se clevaron de nuevo sobre las ruinas de esa teriera zevolucién—, De- jadnos en cambio explotar tranguilamente el trabajo de Tas mases populares y protegednos contra sus pretensions que pueden parecer legitimas en teori, pero que, desde o punto de vista de nuestros interesct, son detestables". Se Je prometi6 todo, y se mantuvo también ta palabra. ;Por qué, pues, la burguesia, toda la, burguesta de Europa, es Imente descontenta hoy? . eo habia caleulado. que el régimen militar cuesta exzo, «que ya por su sola organizaciGn interior paraliza, inquieta, arruina las naciones y que, ademés, obedeciendo una 16 gica que le es propia y, que no ha side desmentida jamé tiene por consecuencia infalible Ja guerra: guerras dingsti- cas, guerras de pundonor, guerras dz conquista o de fron. 70 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN teras naturales, guerras de equilibrio; destruccién y devo- ramiento permanente de los Estados por los Estados, rfos de sangre humana, incendios de los campos, ciudades arrui- nadas, devastaciones de provincias enteras, y todo para satisfacer la ambicién de los principes y de sus favoritos, para enriquecerlos, para ocupar, para disciplinar las pobla- ciones y para lenar la Historia, Ahora, la burguesia lo comprende, y por eso est4 descon- tenta de! régimen que ha contribufdo tan fuertemente & crear. Esta cansada; pero, 2qué pondrd en lugar de lo que existe? La monarqufa constitucional ha pasado a la historia, y por lo demés no ha prosperade nunca prodigiosamente en el continente de Europa; hasta en Inglaterra, esa cna his- t6rica del constitucionalismo moderno batida en brecha hoy por la democracia que se levanta, esté quebrantada, se bam- bolea y bien pronto no serd capaz de contener Ia ola cre- ciente de las pasiones y de las demandas populares. ela repiblica? Pero, qué reptblica? 2Politica solamen. te 0 democratica y social? Son todavia socialistas los pue blos? Si, més que nunca, Lo que sucumbi6 en junio de 1848 no fué el socialiemo en general, £36 e6lo el socialismo de Estado, el socialism autoritario y reglamentario, el que habia crefdo y esperado que el Estado iba a dar plena satisfaccién a las necesidades y a las legitimas aspiraciones de las clases obreras y que, armado de su plenipotencia, queria y podria inaugurar un orden social nuevo. No fué, pues, el socialismo el que murié en junio; fué, al contrario, e! Estado el que se decla- 76 en bancarrota ante el socialismo y el que, al proclamarse ineapaz de pagarle la deuda que habfa contraido con él, trat6 de matarlo para libertarse, de la manera més fécil, de esa deuda, No consiguié matarlo, pero maté la fe que el socialismo habfa tenido en 61 y destruyé al mismo tiempo todas las teorias del socialismé autoritario o doctrinario, de las cuales una, como la Iearia, de Cabet, y como la Orga. nizacién del wrabajo, del sefior Luis Blanc, habian aconse- jado al pueblo que se apoyara en las cosas dei Estado, cuya nulidad habjan demostrado las otras por una serie de expe- riencias ridiculas, Hasta la Banca de Proudhon, que habria podido prosperar en las condiciones mas hermosas, sucum- SOCIALISMO n bié aplastada por la animadversi6n y por la hostilidad’ ge los burgueses. on Sciattame perdié esa primera batalla por una raz6n muy sencilla: era rico en instintos y en ideas teGricas nega fivas, que le daban mil veces razn contra el privilegio: pero carecia absolutamente de ideas positivas y précticas, necesarias para poder edificar sobre las ruinss del sistema burgués un sistema nuevo: el de la justicia popular. Lor cbreros que combatian en junto por la emancipacién det pueblo, estaban unidos por instinto, no por ideas, y las {deas confusas que tenfan formaban una torre de Babel, in aos, del cual no podfa salir nada. Tal fué Ia causa princi- pal de su derrota. Es preciso por cso dudar del porvenir y Ge Ia fuerza actual del socialismo? El cristianismo, que se habia dado por objeto la fundacién del reino de 1a justicia en el Ciclo, ha tenido necesidad de varios siglos para triun- far en Europa. 2Es preciso asombrarse después de evo de que el socialismo, que se ha planteado un problema mucho rls dificil, e] del reino de la Justicia sobre la tierra, no fa triunfado en algunos afios? - ay inecesidad, seRores, de demostrar que el sociclismo no ha muerto? Para convencerse de ello basta echar una mirada sobre lo que sucede alrededor nuestro en toda Eu- ropa. Tras de todos los chismes diplométicos y todos esoe rumores de guerra que lenan a Europa desde 1852, equi cuestin seria se ha planteado en todos los pafses que no sea la euestién social? Han es la gran desconocida cuya proximidad siente todo el mundo, que hace temblar a cada luno, pero de la cual nadie se atreve a hablar... Mas ella habla por af y cada vez mis alto; las asociaciones coopera: tivas obreras, esas bancas de socorros mutuos y de crédizo al trabajo, esas Trade-Unions y esa Liga internacional de Jos obreros de todos los pafses, todo exe movimiento ascen- dente de los trabajadores de Alemania, de Francia, de Bél- gica, de Inglaterra, de Italia, de Suiza, zmo prueba que éstos no han renunciado a su fin, ni perdido su fe en ia emancipacin préxima, y que, 2] mismo tiempo, han com. prendido que, para aproximar la hora de la liberacién, ‘hay que contar con los Estados, ni con cl concurso siempre més 0 menos hipécrita de las clases privilegiadas, sino con n OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN eflos mismos y con sus asociaciones* i meat y 1es*independientes y ea la mayorfa de los paises de Europa; este movimi extrafio a Ja politica, en aparfencia al menos, conserva ain un cardcter exelusivamente econdmico y, por decirlo ast, pri- vado. Pero, en Inglaterra, se ha planteado ya rotundamente sobre el terreno ardiente de la politica y, organizado en una liga formidable, la Liga de la Reforma, ha obtenido una gran victoria contra el privilegio politicamente organizado de la ‘ocracia y de la alta burguesia, Con una paciencia yuna consecuencia practicas verdaderamente inglesas, la Reform League se ha trazado un plan de campafia; no se disgusta por nada y no se deja espantar ni detener pot ningan obstéculo. “En diez afios a lo sumo —dicen—, aun suponiendo los mas grandes obstaculos, tendremos el sufra- gio, universal y entonces..” entonces harén la revolucién En Francia, como.en Alemania, procediendo silenciosa- mente por la via de ja asociaciones Econémices privadas, el socialismo ha Megado a un grado tan alto de poder en el seno de las clases obreras, que Napoleén III por una parte aan de Bismarck Sia otra, comienzan a buscar la alianza... Bien pronto en Italia y en Bs; fiasco deplorable de los partidos polities. vista in sees ria horrible en que una y otra s¢ hallan sumergidas, cual. quier otra cuestién va a quedar involucrada Pronto en Ja cuestién econémica y social. En Rusia y en Polonia, zexis- te en el fondo otro problema? Es esa cuestion la que acaba de arruinar las dltimas esperanzas de Ja vieja Polonia nobi- Hiaria, historica; es ella la que amenaza y la que arruinard la existencia tan fuertemente quebrantada de ese horrible Imperio de todas las Rusias. En América mismo, el socia- lismo, gno se ha expresado completamente en la proposi- iéa de un hombre eminente, el xefior Carlos Summer, sena. lor de Boston, para distribuir tas tierras a los ni - cipados de los estados del Sur? Seon emany Veis bien, sefiores, que el socialismo esta en todas partes Y¥ que, a pesar de su derrota en junio, por un traba; terrdneo, que lo ha hecho penetrar Jentamente en 1: fundidades de Ia vida politica de todos los paises gado al punto de hacerse sentir, en todas partes, como el SOCIALISMO 73 poder latente del siglo. Unos afios atin y se manifestaré como una potericia activa, formidable. ‘Con muy pocas excepciones, todos los pueblos de Kuro- pa, algunos hasta sin conocer la palabra socialismo, son hoy socialistas, y no reconocen otra bandera que la que les anuneia su emancipacién econémica ante todo, y renuincia- rian mil veces a cualquier ofra cuesti6n antes que a ésta. S6lo, pues, por el socialismo se podré arrastrarlos a hacer politica, y buena politica. {No equivale eso a-decir, sefiores, que no nos esté permiti- do hacer abstraceién del socialismo en nuestro programa, y que no podriamos abstraernos de é1 sin condenar nuestra obra entera a la impotencia? Por nuestro programa, al'de- clararnos republicanos federalistas, nos hemos declarado bastante revolucionarios como para desviar de nosotros una buena parte de la burgues{a: aquella que especula con la misetia y las desdichas de los pueblos y que halla siempre algo que ganar hasta en las grandes catéstrofes que, hoy més que nunca, afectan a las naciones. Si dejamos a un lado esa porcién activa, inquieta, intrigante, especuladora de la burguesfa, nos quedaré atin Ia mayoria de los burgueses tranquilos, industriosos, que hacen algunas veces ef mal mfs por necesidad que por voluntad y por gusto; y que no quisieran nada mejor que verse libres de esa fatal necesidad que les pone en hostilidad permanente contra las masas obreras y los arruina al mismo tiempo. Es preciso decirlo: la pequefia burguesia, el pequefio comercio y la pequefia industria comienzan 2 sufrir hoy casi tanto como las clases obreras, y si las cosas continian asf, esa respetable mayoria burguesa podrfa, por su posicién econémica, confundirse bien pronto con el proletariado. El: gran comercio, la gran industria, y sobre todo la grande y deshonesta especulacién, Iz aplastan, la devoran y la empujan al abismo. La situacién de Ja pequefia burguesia se hace, pues, cada vez mas revo- Jucionaria, y sus ideas demasiado tiempo reaccionarias, ilu- minandose hoy gracias a terribles lecciones, deberfn tomar necesariamente una direcci6n opuesta. Los més inteligen- tes comienzan a comprender que no queda otra salvacién para la honesta burguesia que la alianza con el pueblo, y que la cuestién social le interesa tanto y de! mismo modo que al pueblo. Obras de Bakunin, 111 ” OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN Este cambio progresivo en la opinién de la pequefia bur- guesia dt Europa, es un hecho tan consolador como incon- testable. Pero no debemos hacernos ilusianes: la iniciativa del nuevo desenvolvimiento no le pertenecerd a ella, sino al pueblo; en Occidente, a los obreros de las fabricas y de las ciudades; entre nosotros, en Rusia y en Polonia y en Ja mayorfa de los paises eslavos, a los campesinos. La pequefia burguesia se ha vuelto demasiado meiirosa, dema- siado timida, demasiado escéptica, para tomar por sf misma ‘una iniciativa cualquiera; se dejaré arrastrar, pero'no arras- traré a nadie; porque, al mismo tiempo que es pobre de ideas, le faltan la fe y 1a pasién. Esa pasién que rompe los obstéculos y que crea mundos nuevos se encuentra exclusi- vamente en el pueblo. Por consiguiente, pertenecerd al pue- blo, sin duda alguna, la iniciativa del nuevo movimiento. 1¥ habrfamos de hacer abstraccién del pueblo! ;¥ no ha ‘uclamos de hablar del socialismo, que es la nueva teligién del pueblo! Pero el socialismg “se dice— se muestra inclinado a con- certar una alianza ¢on el cesarismo, Ante todo, esto es una calumnia; al contrario, es el cesarismo el que, viendo pen- der en el horizonte el poder amenazador del socialismo, ‘busca sus simpatfas para explotarias a su modo. Pero, zno s esta una razén més para nosotros que nos impulse a ocu- parnos de él, a fin.de poder impedir esa alianza monstruosa, euya conclusin seria, sin duda, la mayor desgracia que pueda amenazar la libertad del mundo? Debemos ocuparnos de é1 al margen de todas sideraciones practicas, porque el socialismo es la justi ‘Cuando hablamos de justicia no entendemos con ella la que nos es dada en los c6digos y por Ia jurisprudencia romana, fundada en gran parte en hechos violentos realizados por Ia fuerza, consagrados por el tiempo y por las bendiciones de-una iglesia cualquiera, cristiana o pagana, y como tales aceptados en calidad de principios absolutos, cuyo resto no es més que una deduccién légica (1); nos referimos a la justicia que se funda Gnicamente en la conciencia de los, hombres, que encontraréis en Ia de todo ser humano, aun OB con‘Ta. Fecoaiss cain dor cienciss paren ieuaiments {Slege: eapropiacisn por te fuerte congltay I jo este aspecto, la chencin del Derasho ofrece une perfects semejanse Et begho reel pete dean Hecho’ Heale SOCIALISM 1 en la conciencia de los nifios, y que se traduce en una sim- ple ecuacién, . Esta justicia tan universal, y que sin embargo, gracias a las invasiones de la fuerza y a las influencias religiosas, no ha prevalecido jamés, ni en el mundo juridico ni en el mundo econémico, debe servir de base al mundo nutvo. {Sin ella, no hay libertad, no hay repiblica, no hay prospe- ridad, no hay paz! ‘Debe, pues, presidir todas nuestras re- soluciones, a fin de que podamos concurrir eficazmente al establecimiento de la paz. Esta justicia nos manda tomar en nuestras manos la cau- sa del pueblo, maltratado hasta ahora tan horriblemente, y reivindicar para él, con la libertad politica, la emancipa- cién econémica y social, No 08 proponemos, seffores, tal o cual sistema socialista, Lo que os pedimos es que proclaméis de nuevo este gran principio de la Revoluci6n francesa: que todo hombre debe tener los medios naturales y morales para desatrollar su humanidad, principio que segtin nuestra opinién se traduce en cl problema siguient Organizar 12 sociedad de tal suerte que todo individuo, hombre 0 mujer, al Hegar a Ia vida, encuentre medios poco més 0 menos iguales para el desenvolvimiento de sus dite rentes facultades y para su utilizacién por el trabajo; orga nizar una sociedad que, al hacer imposible para todo indi- viduo, cualquiera que sea, la explotacién del trabajo ajeno, no deje a cada uno participar en el disfrute de las riquezas sociales, que en realidad no son producidas nunca mas que por el trabajo, sino en tanto que haya contribuide directa- mente a producirlas mediante el suyo. La realizacién completa de este problema seré, sin duda, obra de siglos. Pero la Historia lo ha planteado y no podriamos hacer abstracci6n de él en lo sucesivo sin conde- narnos a una impotencia completa. ‘Nos apresuramos a afiadir que rechazamos enérgicamente toda tentativa de organizacién social que, extrafia ala més completa libertad, tanto de los individuos como de las aso- 1 absurdo: te sevelaci obec ete abe Eigerone oie) 6 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN ciaciones, exija el establecimiento de una autoridad regla- mentaria de cualquier naturaleza que sea, y que, en nombre de eta libertad que reconocemos como el-‘inico fundamento y como el finico creador legitimo de toda organizaci6n, tan- to econémica como politica, protestaremos siempre contra cuanto se asemeje, de cerea o de lejos, al comunismo y.al socialismo de Estado. La Gnica cosa que, segiin nuestra opini6n, podré y deberé hacer el Estado, ser4 modificar primeramente, poco a poco, el derecho de herencia, que es una pura creacién estatista, una de las condiciones esenciales de la existencia del Es- tado autoritario y divino, y puede y debe ser abolido por Ja Hibertad en ef Estado, lo que equivale a decir que el Estado mismo debe disolverse en la sociedad organizada libremente segiin la justicia. Este derecho deberd ser nece- sariamente abolido, segin nosotros, porque, mientras Ia herencia exista, habra desigualdad econ6mica hereditaria; no desigualdad natyral de los individuos, sino desigualdad artificial de las clases, y ésta se traduciré, necesariamente, siempre por Ja desigualdad hereditaria del desenvolvimien- to y de la cultura de las inteligencias y continuard siendo Ia fuente y la consagracién de todas las desigualdades polf- ticas y sociales. La igualdad del punto de partida al co- mienzo de la vida para cada uno, en tanto que esa igualdad sea dependiente de la organizacién econémica y politica de Ja sociedad, a fin de que cada uno. hecha abstraccién de Jas naturalezas diferentes, no sea propiamente més que el hijo de sus obras: tal es cl problema de la justicia, Segin nosotros, el fondo piblico de instruccién y de educacién de Jos nifios de ambos sexos, comprendido su mantenimiento desde ou nacimiento hasta su mayoria de edad, es el dnico que deberfa heredar de todos los moribundos. Afiadimos, en calidad de eslavos y de rusos, que, entre nosotros, la idea social, fundada en el instinto general y tradicional de nues- ‘tras poblaciones, es que la tierra, propiedad de todo el pue- blo, no debe ser poseida més que por los que la cultivan con sus propios brazos. Estamos convencidos, sefiores, de que este principio es justo, de que es una condicién esencial e inevitable de toda reforma social seria y de que, por consiguiente, la Europa secidental a su vez, no podré dejar de aceptarlo y de reco. SOCIALISMO 7 nocerlo a pesar de todas las dificultades que su realizacién pueda encontrar en ciertos paises, como Francia, por ejem- plo, donde la mayoria de los campesinos gozan ya de la pro- piedad de Ja tierza, pero en la que, por el contrario, tam- bién la mayoria de esos mismos campesinos llegard pronto a no poseer nada a consecuencia del partelamiento, con- secuencia inevitable del sistema politicaeconémico que pre- valece hoy en ese pais, No hacemos ninguna proposicién sobre este asunto, como en general nos abstenemos de toda proposicién en relacién con tal o cual problema de Ia cien- sia y de la politica sociales, convencides de que todas esas cuestiones deben ser, en nuestro diario, objeto de una dis. cusion seria y profunda. Nos limitaremos, pues, hoy, a pro- poneros Ja declaracin siguieute: Convencida de que Ia realizacién seria de la libertad, de Ja justicia y de Ia paz en ef mundo, serd imposible mientras Ja inmeusa mayoria del pueblo quede desposeida de todo bien, privada de instruccién y condenada a la nulidad poli- tica y social y 4 una esclavitud de hecho, si no de derecho, por la miseria tanto como por la necesidad en que se em cuentra de trabajar sin descanso, produciendo todas las riquezas de que el mundo se giorifica hoy y no retizando zaés que una parte tan pequefia que apenas basta para ase gurarle el pan de dia siguiente; Convencida de que para el pueblo, hasta agui tan horti- dlemente maitratado durante siglos, la ouestion del pan es Ja de la emancipaci6n intelectual, de la libertad y de la humanidad ; Que la libertad sin el socialismo es el privilegio, Ia injus- ticia; y que el socialismo sin Ja libertad es Ia esclavitud y la bratalidad, La Liga proclama abiertamente la necesidad de una refor- ma social y econdmica radical que tenga por fin Ja libera- cida del trabajo del pueblo del yugo del capital y de los pro- Pietarios, liberacién fundada en Iz mas estricta justicia, 20 juridica, ni teolégica, ni metafisica, sino simplemente hu- ‘mana, en Ia ciencia positiva y en la més absoluta libertad. Decide, al mismo tiempo, que su periédico abra amplia- mente sus columnas a todas Jas discusiones serias sobre las cuestiones econémicas y sociales, cuando estén sinoeramen- 78 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN te inspiradas por el deseo de 1a més vasta emancipacién lar, tanto desde el punto de vista material como poll- tico ¢ intelectual, Después de haber expuesto nuestras ideas sobre federa- lismo y socialismo, creemos un deber, sefiores, entretener- nos en una tercera cuestién, que estimamos indisoluble- mente ligada a las dos primeras, es decir, la cuestin reli- giose, y us pedimos permiso para resumir nucatras ideas Sobre este asunto mediante una aola palabra, que tal vez of paresca barbara: 3, ANTITEOLOGISMO Sefiores: Estamos convencidos de que no se ha efectuado ninguna gran transformacién politica y social en el mundo sin que haya sido acompafiada, y con frecuencia precedida, por un movimiento andlogo en ias ideas filoséficas y reli giosas que dirigen la conciencia tanto de los individuos como de ta sociedad. No sicndo todas las religiones con sus dioses mas que una creacién de la fantasia mistica y crédula del hombre, que no ha Ilegado todavia a la altura de la reflexién pura y del pensamiento libre apoyado en la ciencia, el cielo religioso es un milagro en el que el hombre, exaltado por {a fe, hallé largo tiempo su propia imagen, pero agrandada y trastor- nada, es decir divinizada. La historia de las religiones, la de la grandeza y deca dencia de los dioses que se han sucedido, no es, pues, otra ‘cosa que Ja historia del cesenvolvimiento de la inteligencia y de la conciencia colectiva de Jos hombres. A medida que descubrian, sea en clos, sea fuera de si, una fuerza, una capacidad, una cualidad cualquicra, la atribufan a sus dio- ses, después de haberla engrandecido, ampliado sobre toda ‘medida, como hacen ordinariamente los nifios, por un acto de fantasia religiosa. De suerte que, gracias a esa modestia y a esa generosidad de los hombres, el Cielo se ha enrique- ‘ido con los despojos de Ja tierra, y por una consecuencia natural, cuanto més rico se hacia el Cielo, mas miserable se volvia la humanidad, Una vez instalada la divinidad, fué naturalmente proclamada duciia, fuente, dispensadora de todas las cosas: el mundo real no fué ya nada més que por ella, y el hombre, después de haberla creado a su imagen, 79 80 OBRAS COMPLETAS DE BAKUNIN te arrodillé ante ella y s¢ declaré su criatura, su esclavo. El cristianismo es precisamente 1a religién por excelen- cia, porque expone y manifiesta la naturaleza y la esencia de toda religion, que son: el empobrecimiento, el aniquila- miento, el sometimiento sisteméticos, absolutos, de la huma- nidad en beneficio de la divinidad, principio supremo, no ya de toda religién, sino también de toda metafisica tetsta © panteista, Siendo Dios todo, el mundo real y el hombre no son nada, Siendo Dios la verdad, la justicta y la vida infinitas, el hombre es la mentira, la iniquidad y ia muerte. Siendo Dios el amo, el hombre es el esclavo. Incapaz de ‘encontrar por si mismo el camino de la justicia y de la ver- dad, debe recibirlas como una revelacién de Io alto, por intermedio de los enviados y de los elegidos de la gracia divina. Quien dice revelaci6n dice reveladores, dice profe- tas, dice sacerdotes, y una vez reconocides éstos como los representantes de Ja divinidad sobre ia tierra, como los ins- tructores y los inigiadores de la ‘aimanidad en la vida eterna, reciben por eso mismo la misién de dirigirla, de gobernarla y de mandarla aqui abajo, Todos los hombres Tes deben una fe y una obediencia absolutas; esclavos de Dios, deben serlo también de la Iglesia y del Estado, mien- ‘tras éste sea bendecido por la Iglesia. De todas las religio- nes que existen o que han existido, el cristianismo es el Ginico que ha comprendido perfectamente eso, y sélo el ca- tolicismo romano, entre todas las scctas cristianas, lo ha proclamade y realizado con una consecuencia rigurosa ‘He ahi por qué el cristianismo es la religién absoluta, la iltima religién, y por qué la Iglesia apostolica y romana es Ia Gnica consecuente, legitima y divina. Que no desagrade, pues, a los semifilésofos, a los Ila- mados pensadores religiosos: /a existencia de Dios implica Ja abdicacién de Ja raz6n y de Ja justicia humanas, es Ia ne- ‘gacidn de la humana libertad y termina, necesariamente, en una esclavitud, to sélo tedriea sino practica. ‘A menos, pues, de querer la esclavitud, no podemos ni debemos hacer la menor concesién a la teologfa, porque, en ese alfabeto mistico y rigurosamente consccuente, el que comienza por la A debe llegar fatalmente a la Z, y el que quiere adorar a Dios debe renunciar a su libertad y a ou dignidad de hombr ANTITEOLOGISMO 81 Dios existe, luego el hombre es esclavo. El hombre ce inteligente, justo, libre, luego Dios no existe. ‘Desafiamos a quien sea a salir de ese circillo, y ahora que se elija, Por otra parte, la Historia nos demuestra que los saeer- dotes de todas las religiones, menos los de las iglesias per- seguidas, han sido los aliados de Ja tiranfa. Y estos diltimos también, aunque combatiesen y maldijescn los poderes que fos oprimian, no disciplinaban al mismo tiempo sus pro: pios creyentes, y por eso mismo no han preparado siempre fos elementos de una tirania nueva? La esciavitud intelec- tual, de cualquier naturaleza que sea, tendré siempre por consecuencia natural la esclavitud politica y social. Hoy, ei cristianismo, bajo todas sus formas diferentes, y con él la metafistica doctrinaria y defsta, salida de 1, y que no es en el fondo més que una teologia cnmascarada, constituyen, sin duda alguna, el obstécuio mas formidable para la eman- cipacién de la sociedad; y la prueba cs que los gobiernos, todos los estadistas de Europa, que no son ni metafisicos, ni tedlogos, ni deistas, y que en el fondo de sus corazones no creen ni en Dios ni en ei diablo, protegen con pasion, con encarnizamiento, la metafisica y la religién, cualquiera religion que sea, siempre que ensefie, como por lo demés io hacen todas, la paciencia, la resignacién, la sumision. Este encarnizamiento que ponen en defenderlas, nos prueba cudn necesario es para nosotros combatirlas y derri- barlas. {Es preciso recordaros, sefiores, hasta qué punto as in- fluencias religiosas desmoralizan y corrompen los pueblos? Matan en ellos la razén, el principal instrumento de ia emancipacion humana, y los reducen a la imbecilidad, fun- damento principal de toda esclavitud, Henando su espiritu de divinos absurdos. Matan en ellos la energia del trabajo, que es su gloria y su salvacién, pues el trabajo es el acto por el cual el hombre, al convertirse en creador, forma su mundo, las bases y las condiciones de su humana existencia y conguista al mismo tiempo su libertad y su humanidad. La religién mata en ellos ese poder productivo, haciéndoles despreciar la vida terrestre, en espera de una celestial bea- titud, representéndoles el trabajo como una maldicién 0

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