UN TRATADO CONTRA LAS PERSONAS Y EL CLIMA

Suplemento informativo de la campaña

Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió

Marzo 2020 | 6.000 ejemplares

ILUSTRACIÓN | PEPE SERRA
2 GOLPE DE MERCADO
Suplemento informativo de la campaña
Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió

EDITORIAL
Dos meses después del anuncio del preacuerdo por el tratado de comercio
e inversión (TCI) entre la Unión Europea y los países del Mercosur, el mundo
se despertaba con una gigantesca oleada de incendios sin precedentes en la
Amazonia, al amparo del nuevo gobierno de Bolsonaro. No es que hubiera una
relación causal directa entre los dos hechos, pero ambos tenían un objetivo
común: exportar más carne, soja y etanol a Europa o China.
El TCI UE-Mercosur no es un tratado más: alcanzaría el 25% del PIB mundial y el
37% de las exportaciones. Mientras nos anuncian el Green Deal, una propuesta
teóricamente ambiciosa para frenar el cambio climático, la política real de la UE
sigue el *business as usual*, entregando nuestro futuro a los grandes *lobbys. El
tratado supone abundar en las mismas matrices: Mercosur acentuaría su papel de
exportador de materias primas agropecuarias y Europa le vendería coches y otros
productos industrializados, desarticulando el tejido industrial interno de la región.
A grandes rasgos, ganan las multinacionales de un lado y el otro, que pueden
producir deslocalizadamente, a gran escala y a bajo precio –pero a un alto coste
humano y ambiental. Sale perdiendo una gran parte del campesinado europeo,
las comunidades campesinas y los pueblos indígenas. Sería un gran golpe para
la clase obrera industrial de Mercosur, así como para los derechos a la salud y
al consumo informado en ambos continentes. Pero, además, dejar pasar este
tratado sería tanto como dar por perdida la lucha para hacer frente a la emer-
gencia climática.
El TCI UE-Mercosur no pasará: movimientos y organizaciones sociales de am-
bos lados lo pararemos. Porque las personas y el planeta son primero.
Campanya Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió

UN PREACUERDO
SIN TRANSPARENCIA 3
Los jefes de estado y de gobierno de
la UE y el Mercosur, de la mano de los
grandes *lobbys financieros, avanzan
en las negociaciones del tratado de
comercio e inversión que facilitará la
exportación de carne a Europa y de
coches en América del Sur.
CONSECUENCIAS
EN EL SUR GLOBAL 10
Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay
tendrán impactos en la sostenibilidad
de la agricultura y la ganadería, pero
también en el sector de los servicios.
Las grandes corporaciones europeas
ahora optarán a las adjudicaciones
públicas.
MOVILIZACIONES
Y ALTERNATIVAS 14
Las organizaciones de la sociedad ci-
vil de Europa y América Latina tienen
el objetivo de parar la aprobación del
tratado, haciendo presión sobre los
gobiernos y proponiendo alternativas
de un modelo económico sostenible.
ENTREVISTA A
LUCIANA GHIOTTO
Es autora del informe “El acuerdo
16
entre el Mercosur y la Unión Europea:
estudio integral de sus cláusulas y
efectos”, investigadora de la Uni-
versidad Nacional de San Martín y
miembro colaboradora del Instituto
Transnacional de Ámsterdam.

Publicación editada por: La publicación de este suplemento se ha hecho en colaboración con:

CONTACTO Portada: Pepe Serra

Textos: Meritxell Rigol, Víctor Yustres, Victòria Oliveres,
Riera d’Escuder, 38, Joan Ballart, Laia Mas y Mariana Cantero
nave 1, planta 1 Coordinación: Paula Rodríguez y Jesús Rodríguez
08028 Barcelona Corrección: Èlia Olivan
Tel. 935 270 982 Fotografía: Victor Serri
Móvil: 661 493 117 Edición: Jesús Rodríguez
directa@directa.cat Maquetación: Milvietnams
Marzo de 2020 GOLPE DE MERCADO 3

EL MAYOR ACUERDO DE COMERCIO

E INVERSIÓN DE LA UE
SE DESENCALLA POR EL AUGE
DE LA DERECHA EN EL MERCOSUR
Meritxell Rigol y Víctor Yustres

@TxellRigol | @victoryus3

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. ARCHIVO

4 GOLPE DE MERCADO
Suplemento informativo de la campaña
Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió

Industrias millonarias, como la agroexportadora, la de

pesticidas o la automovilística con base en Europa serán las
principales beneficiadas del tratado de comercio e inversión
entre el bloque europeo y el latinoamericano. La alianza,
marcada por dos décadas de opacas negociaciones, según
alertan varias organizaciones sociales, profundizará los
desequilibrios entre las dos regiones, del mismo modo que lo
han hecho los anteriores acuerdos de comercio e inversión

"A
"
mbicioso”, “equilibrado”
y “de gran alcance” son
los calificativos con que
la Comisión Europea ha
definido el acuerdo comer-
cial logrado con el mercado
común conformado por
Brasil, Argentina, Para-
guay y Uruguay. Se calcula que la
rebaja de aranceles que supondrá el
tratado de libre comercio (TLC) con
el Mercosur ahorrará 4.000 millones
de euros anuales a empresas eu-
ropeas, cosa que lo convierte en el
“mayor acuerdo comercial logrado
por la UE”, según declaró el anterior
presidente de la Comisión Europea,
Jean-Claude Juncker.
Eliminará barreras impositivas
ante un mercado de 260 millones de
consumidoras, en unas economías
que abarcan el 25% del PIB y el 37%
del intercambio comercial mundial.
Según datos de 2018, las empresas
europeas comercializaron bienes
valorados en 45.000 millones de
euros y servicios que supusieron
23.000 millones en la zona del Mer-
cosur. Son cifras que responden a
los calificativos de “ambicioso” y “de
gran alcance” con los que la Comi-
sión Europea se refirió al presentarlo.
Ahora bien, la experiencia de an-
teriores TLC entre Europa y países
de América Latina hace que sean
numerosas las organizaciones defen-
soras de derechos sociales, humanos
y medioambientales las que alertan
que, de equilibrado, no tendrá nada.
Un estudio sobre cláusulas y efec-
tos del acuerdo entre el Mercosur
y la UE publicado recientemente
remarca que, frente a las promesas
de desarrollo, ocupación, transferen-
cia tecnológica, inclusión y bienestar
de las poblaciones, el balance de dos
décadas de TLC en América Latina
es ser “la región más desigual del
planeta, con pobreza en aumento y
una degradación ambiental que hace
saltar las alarmas”.
Según analiza Bettina Müller,
investigadora del Instituto Trans-
nacional (TNI), el tratado “refuerza
un modelo asimétrico” al mantener
para los países del Mercosur el papel
de proveedores de materias primas,
como por ejemplo productos agrí-
colas y minerales, sin procesar o con
bajo procesamiento y, por lo tanto,
con poco valor añadido. Al otro lado,
encontramos que más del 90% de
los productos industriales que la UE
exporta en los países del Mercosur,
con un valor añadido más alto, que-
darán libras de aranceles. “El sector
industrial del bloque latinoamerica-
no se verá todavía más degradado
con el TLC”, destaca Müller, quien
advierte de la previsible pérdida de
miles de puestos de trabajo en sec-
tores como el automovilístico. En pa-
ralelo, Volkswagen, BMW, Mercedes,
Audi, Fiado y Peugeot son algunas
de las firmas que previsiblemente
ampliarán beneficios con las mejores
condiciones de exportación.
La industria farmacéutica también
aparece entre las más beneficiadas
por las nuevas condiciones comer-
ciales. La Alianza Europea de Salud
Pública considera que “el peligro
es que la protección adicional de
la propiedad intelectual (como la
extensión de los términos de pro-
tección de patentes) puede afectar
significativamente a la asequibilidad
de los medicamentos y la sosteni-
bilidad de los sistemas de salud”.
Por ejemplo, según un informe de
Luciana Ghiotto y Javier Echaide,
“permitir la extensión de las patentes
aumentaría el coste de las compras
públicas de medicamentos hasta un
30% solo para personas con VIH y
hepatitis C” y reduciría la soberanía
de los estados para producir genéri-
cos a precios más asequibles.
DE CARA AL CAPITAL,
DE ESPALDAS AL CAMPESINADO
Dentro del bloque del Mercosur,
hablar de beneficios del acuerdo
comercial con la UE significa, a la
El tratado
refuerza
un modelo
latifundista
que debilitará
todavía más
las economías
campesinas
práctica, hablar de los beneficios
que supondrá básicamente para la
industria agroexportadora. El trata-
do refuerza un modelo latifundista
orientado a la exportación que, desde
la Campaña contra los Tratados de
Comercio e Inversión (TCI), advierten
que debilitará todavía más las econo-
mías campesinas.
Asimismo, la también millonaria
industria de los pesticidas y los pa-
quetes de cultivos transgénicos podrá
ampliar beneficios con el tratado,
dado que los aranceles desaparecerán
y harán más rentable la exportación.
“Bayer-Monsanto ganaría una fortu-
na más con este acuerdo”, destaca
Müller, a pesar de la mala imagen
que arrastra por acumular miles de
demandas que vinculan el uso de su
popular pesticida con glifosato, Roun-
dup, con la aparición de cáncer.
Ghiotto y Echaide señalan que
“el acuerdo ampliará las cuotas de
importación de alimentos y productos
agrícolas del Mercosur basados en la
producción con organismos modifica-
dos genéticamente (OGM) y pesti-
cidas”. Los fertilizantes y pesticidas
utilizados en el Mercosur son fabrica-
dos por grandes empresas europeas,
como BASF y Bayer-Monsanto, entre
otras. “Producen los químicos en los
países del Mercosur mientras presio-
nan para su uso en la producción de,
por ejemplo, soja, que posteriormente
se exporta a la UE para la alimentación
animal. Este riesgo se ve agravado
por el hecho de que el principio de
precaución solo se incluye en el capí-
tulo no vinculante sobre comercio y
Marzo de 2020
Negociadores de la Unión Europea y de los países del Mercosur
desarrollo sostenible”, concluyen.
Las multinacionales de la agroindus-
tria han creado “un feroz*lobby” en
Bruselas para conseguir más importa-
ción de carne vacuna, pollo, azúcar y
etanol (hecho a partir de caña de azú-
car). En pleno contexto de moviliza-
ciones contra el dominio agobiante de
las grandes transnacionales agroali-
mentarias y de los fondos de inversión
sobre la producción, la distribución
alimentaria y las políticas públicas, el
campesinado europeo ve casi como
una cuestión de vida o muerte parar
este tratado.
Pero desde el otro lado también
se ve el tratado como un acelerador
del modelo agroexportador contra
la agricultura campesina y contra los
territorios de los pueblos indígenas.
La Coordinadora Europea de Vía
Campesina (ECVC) ya ha avisado que
el tratado con el Mercosur “amenaza
de minar los estándares de sanidad,
medio ambiente y bienestar animal
en la Unión Europea, además de
no tener coherencia con los acuer-
dos climáticos”. Las organizaciones
campesinas del bloque Mercosur lo
describen como “un modelo neoco-
lonialista el resultado del cual será una
concentración de capital en muy po-
cas manos y pobreza para la mayoría
de la población”.
IGNORANDO LOS DERECHOS HUMANOS
Y COLECTIVOS
Mientras las negociaciones del trata-
do han sido blindadas de cara al teji-
do de organizaciones de la sociedad
GOLPE DE MERCADO
civil, el Foro Europeo de Servicios ha
recibido “de forma habitual infor-
mación muy detallada y exclusiva
sobre las negociaciones”, asegura el
investigador Tom Kucharz.
“La articulación entre funcionarios,
altos cargos públicos y empresas
tiene lugar a nivel nacional, así como
en Bruselas, y quien tiene los recur-
sos para mantener estas redes tiene
una ventaja estructural al influir en la
política comercial y obtener o man-
tener las políticas deseadas y privi-
legiadas”, explica Kucharz, que cifra
en más de 25.000 los lobistas que
trabajen en el barrio de las institucio-
nes de Bruselas.
En el polo opuesto de la permea-
bilidad frente a los intereses de
gigantes corporativos, la capacidad
de influencia que las organizacio-
nes sociales han tenido durante las
negociaciones –dilatadas durante
más de dos décadas– ha sido nula.
En el documento “12 razones por las
que decimos NO al Acuerdo Merco-
sur - Unión Europea” producido por
la Alianza Biodiversidad, el primero
de los argumentos esgrimidos dice:
“Porque el acuerdo ha sido negocia-
do de forma secreta y sin consultar
a la sociedad civil, los parlamentos y
las organizaciones populares de los
sectores que se verían afectados en
nuestros países. Los únicos docu-
mentos que se han hecho públi-
cos, que no son los definitivos y no
reflejan la historia de la negociación
(y por tanto del proceso de conce-
siones mutuas en su transcurso), han
surgido de filtraciones, entre ellas las
Los únicos
documentos que
se han hecho
públicos no son
los definitivos
y no reflejan la
historia de la
negociación
que difundió Greenpeace Holanda -
Mercosur leaks”.
La siguiente información fue el
acuerdo presentado hace ocho meses,
“unos capítulos que ni siquiera estaban
cerrados y que se están negociando
a puerta cerrada”, remarca Müller, a la
vez que denuncia la falta de “verda-
dero control democrático” sobre el
proceso de acuerdo del tratado. “Ni
los parlamentarios saben qué está
pasando en las negociaciones de la
Comisión Europea con el Mercosur”,
critica la investigadora del Instituto
Transnacional.
Hoy, el tratado se encuentra en pro-
ceso de revisión legal y se prevé que,
en lo que queda de año, llegue a la fase
siguiente: someterse al Consejo Euro-
peo, que reúne los jefes de estado o de
gobierno de los estados miembros.
5
DE LA MANO DE LAS DERECHAS
La suspensión de Venezuela del Mer-
cosur el 2017, argumentando una “ro-
tura del orden institucional democrá-
tico” –suspensión política que dejó al
país, principal opositor del tratado, sin
voto dentro del bloque comercial, que
toma las decisiones por unanimidad–,
ha sido un elemento de la ecuación
para desencallar las negociaciones.
También lo ha sido el auge de go-
biernos desacomplejadamente más
favorables a las políticas proinversio-
nistas y neoliberales, tanto en Argen-
tina, con la llegada a la presidencia
de Mauricio Macri en 2015, como en
Brasil, desde el proceso de destitu-
ción de Dilma Rousseff –considerado
por algunos sectores un golpe de
estado– en 2016, que puso punto
final a más de una década de gobier-
no del Partido de los Trabajadores. La
presidencia del ultraderechista Jair
Bolsonaro ha sido un factor deter-
minante por la reciente llegada del
acuerdo. Las negociaciones durante
su primer medio año de gobierno
han permitido desencallar lo que no
se había conseguido en años.
Ahora bien, el viento en popa
con que el tratado UE-Mercosur
ha navegado los últimos tiempos
tendrá que atravesar un campo de
minas durante el largo proceso de
aprobación y ratificación. El nuevo
presidente argentino, el peronista
Alberto Fernández –a pesar de que
en su visita a Europa a principios de
febrero dio un tumbo más favorable
al acuerdo después de entrevistarse
6 GOLPE DE MERCADO
El tratado implicará un incremento de las tierras cultivadas en detrimento de la selva amazónica
con Angela Merkel–, había hecho
toda la campaña electoral posicio-
nándose en contra, y amplios sec-
tores sociales y políticos claves en
su victoria se lo recordarán. Dentro
del bloque europeo también hay
resistencias endémicas, como las
del Estado francés, Irlanda, Polonia y
Bélgica.
El movimiento por la emergen-
cia climática ya está empezando a
señalar la flagrante contradicción
entre las tendencias que estimula el
tratado y lo que la misma UE procla-
ma a través del Green Deal y el resto
de políticas estatales para frenar el
cambio climático. Los alarmantes
incendios en la Amazonia no hicie-
ron más que amplificar esta con-
tradicción. “No es casualidad que
las primeras acciones enfrente de
consulados o embajadas de Brasil
los meses de agosto y septiembre
expresaran por primera vez la alianza
entre movimientos como Fridays For
Future, Rebelión o Extinción o 2020
Rebelión por el Clima, grupos eco-
feministas y anticoloniales, con las
campañas contra los TCI”, asegura
Kenia Castaldo, miembro de la cam-
paña europea contra UE-Mercosur
por Entrepobles.
UN MODELO QUE CONSOLIDA
EL PODER CORPORATIVO
El acuerdo comercial UE-Merco-
sur es una pieza más que hay que
colocar en un marco normativo que
se ha ido consolidando en las últimas
décadas en todo el mundo para blin-
dar los intereses económicos de las
corporaciones transnacionales. Exis-
ten más de un millar de tratados de
promoción y protección de las inver-
siones a escala mundial y más de 270
acuerdos comerciales en vigor entre
dos o varios países. Actualmente
la Unión Europea tiene pactos –en
vigor, de manera total o parcial– con
85 países y decenas pendientes de
aprobarse o en fase de negociación,
según datos de la Comisión Euro-
pea. Cada proceso y cada acuerdo
comercial o de inversión tiene unos
actores y unas características deter-
minadas, pero podemos encontrar
patrones que se repiten.
El primer factor que aparece y que
coinciden en señalar las voces exper-
tas es la carencia de transparencia y
de debate público alrededor de las
negociaciones. “Muchos documen-
tos como las ofertas de los países
terceros, los textos consolidados que
unen las ofertas de ambas potencias
implicadas o las actas de las reunio-
nes durante el proceso continúan
siendo confidenciales”, denuncia
Tom Kucharz. “Estas negociaciones
se hacen principalmente con los
representantes de los *lobbies y de
las grandes empresas y sectores
afectados, pero no son consultados
ni la ciudadanía, ni los parlamentos
nacionales ni los gobiernos autonó-
micos”, añade el investigador.
Los tratados de comercio e inver-
sión apuntalan un derecho corpora-
tivo global hecho a medida para las
multinacionales y sus intereses. “Las
grandes empresas quieren un mer-
Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió
Los TCI incluyen
mecanismos para
garantizar
la efectividad
que pasan
por delante
los derechos
humanos y
ambientales
cado autorregulado y ultraregulado
a la vez. Es decir, por un lado quieren
definir sus normas de funcionamien-
to, sin interferencias externas; pero,
por otro lado, instalan una normativa
exhaustiva que hace que cualquier
ámbito sectorial, geográfico o políti-
co quede supeditado a la regulación
comercial”, apunta Júlia Martí, del
Observatorio de Multinacionales en
la América Latina (OMAL).
Además, los tratados comerciales
y de inversión de los últimos años
construyen distintos mecanismos
para garantizar la efectividad que
pasan por delante de los derechos
humanos y ambientales. “Esto pro-
duce una asimetría normativa, pues-
to que ante unos superderechos
comerciales, el derecho interna-
cional de los derechos humanos no
Suplemento informativo de la campaña
dispone de mecanismos que exijan
su cumplimiento, sino que se remiten
a ordenamientos nacionales o a re-
comendaciones voluntarias, como la
responsabilidad social corporativa”,
recuerda Martí.
Entre estos mecanismos que
apuntalan el poder corporativo
destacan los tribunales de arbitraje
(denominados ISDS, por las siglas en
inglés), que permiten que la inver-
sión extranjera demande un estado
ante un tribunal privado y esquive el
sistema judicial estatal. La multina-
cional puede recurrir a este meca-
nismo para proteger sus derechos
de propiedad o los beneficios reales
o previstos de sus inversiones ante
una supuesta amenaza, como puede
ser la aprobación de una normativa
estatal (en temas, por ejemplo, de
salud, medio ambiente o derechos
laborales) o la aplicación de políticas
sociales que puedan hacer disminuir
sus beneficios.
Según datos de la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio
y Desarrollo (UNCTAD), el Estado
español tiene 77 tratados de inver-
sión bilaterales en vigor. Aproxima-
damente un 90% de estos acuerdos
contiene algún tipo de mecanismo
de resolución de controversias entre
estados y empresas, como los ISDS.
Según señalan María Botella y Lucía
Bárcena, de Ecologistas en Acción,
a principios de 2020, después de
Argentina, “el Estado español es el
primer país de la Unión Europea y el
segundo a nivel mundial que más de-
mandas acumula ante tribunales de
Marzo de 2020
Los cultivos del Movimiento de los Sin Tierra estarán más amenazados por las multinacionales
arbitraje (ISDS), 51, 47 de las cuales
al amparo de la Carta de la Energía”.
También es el segundo país de ori-
gen de las demandas abiertas contra
países de América Latina, tan solo
por detrás de los Estados Unidos.
Un informe del Instituto Transna-
cional sobre la Carta de la Energía
cuantifica en 700 millones de euros el
total de indemnizaciones a que ha sido
condenado el Estado español, más 50
millones extras de costes de litigio. En
respuesta a una pregunta parlamen-
taria, el gobierno reconoció que las
demandas pendientes de resolución
suman más de 8.000 millones.
En la UE, los ISDS han sido fuer-
temente desacreditados y se han
multiplicado las voces que alertan
de sus impactos negativos. Incluso la
comisaria de Comercio de la Comi-
sión Europea, Cecilia Malmström,
tuvo que declarar que se habían
convertido en el “acrónimo más
tóxico de Europa”. Pero, a la vez, la
Comisión ha puesto en marcha la
propuesta de un tribunal multila-
teral de inversiones europeo que
tiene como objetivo reemplazar los
tribunales privados contemplados
en los acuerdos bilaterales existentes
que recogen más de 1.400 tratados
de inversión de los estados miem-
bros de la UE con otros países. Aun
así, este tribunal continúa siendo,
como el resto de mecanismos ISDS,
una herramienta unidireccional que
solo sirve para las empresas (no se
permite la denuncia de comunida-
des afectadas o estados contra las
multinacionales), y además no obliga
GOLPE DE MERCADO
las corporaciones a agotar las vías
judiciales estatales y europeas antes
de ir a este órgano, tal como marca el
derecho internacional.
IMPACTOS MEDIAMBIENTALES Y DE GÉNERO
Los efectos de los tratados de libre
comercio e inversión han sido pro-
bados en distintas áreas, sobre todo
en cuanto a los impactos medioam-
bientales. “Estos acuerdos protegen
megaproyectos extractivistas, gene-
ran pérdida de tierras cultivables y
de biodiversidad –y, por lo tanto, de
soberanía alimentaria–, y provocan
desplazamientos forzados e impac-
tos en la población en términos de
Ante unos
impactos que
golpean muchos
territorios a la
vez, la oposición
a los tratados
también quiere
llevar a cabo una
respuesta global
7
salud, por la contaminación y los Ante unos impactos que golpean
cambios en las actividades produc- muchos territorios simultáneamente,
tivas y reproductivas”, analiza la in- el movimiento de denuncia y oposi-
vestigadora de la OMAL, Júlia Martí. ción a los tratados de libre comercio
Además, añade la masculinización y e inversión también intenta llevar a
la violencia machista como uno de cabo campañas de respuesta global
los efectos menos visibles: “Las prin- y conectada. Entre sus objetivos: sa-
cipales actividades económicas en car las negociaciones del secretismo,
el territorio en el que se implantan impulsar acciones de desobediencia
las transnacionales están en manos mediáticas y de manera descentra-
de los hombres, y esto provoca una lizada, implicar actores más allá del
masculinización del espacio público, movimiento antiglobalización (muni-
lo que desplaza todavía más a las cipios, empresas públicas, pequeñas
mujeres y genera un clima en que la y medianas empresas, parlamentos
violencia machista se profundiza”. regionales...) o utilizar la comunica-
Según señalan Rosa Ortiz y Cris- ción social para denunciar de manera
tina Pina a *¿A quién benefician los creativa los superprivilegios de las
tratados de comercio y de inver- corporaciones.
sión? Un análisis con perspectiva
feminista*, “los estudios realizados
desde una perspectiva de género
han mostrado como estos tratados
también se sostienen sobre las des-
igualdades de género y provocan un
impacto diferencial entre mujeres y
hombres. Aunque las decisiones de
política comercial parezcan remotas
en la vida cotidiana de mujeres y
hombres, la realidad es bien diferen-
te. Los estudios muestran que los
TCI impactan de forma desigual en
mujeres y hombres en relación con
el mercado laboral, en relación con
la carga de trabajo de cuidados –por
la privatización de servicios– y en
relación con aspectos ligados a la
salud. En este sentido, estos tratados
no solo generan impactos desiguales
en relación con el mercado laboral,
sino que también se sostienen sobre
estas desigualdades”.
8 GOLPE DE MERCADO
MÁS COMERCIO,
MÁS EMISIONES
El aumento de producción y
exportaciones que permitirá el
tratado de libre comercio entre
la Unión Europea y el Mercosur
puede hacer aumentar un 34%
las emisiones de gases de efecto
invernadero que ya se producen
hoy fruto del comercio entre los
dos bloques
Infografía y texto de Victoria Oliveres
@VictriaVic
"S
i la actual relación comer-
cial entre el Mercosur y la
Unión Europea ya genera
unos niveles de emisión
de gases de efecto inver-
nadero difíciles de asumir
por el planeta, la aproba-
ción del nuevo tratado
de libre comercio permitirá que
esta contaminación siga creciendo.
Tanto el aumento de las cuotas de
exportación como la reducción de
los aranceles harán probable que se
produzca y se exporte todavía más,
por lo que se generará un aumen-
to de las emisiones de estos gases
contaminantes.
El actual impacto climático del
sector agrícola y ganadero dedicado
a producir y exportar entre el Merco-
sur y la Unión Europea genera 25,5
millones de toneladas de CO₂** al
año, casi tantas como las que emite
la ciudad de Barcelona anualmente.
Con el nuevo acuerdo, la cifra podrá
crecer un 34%. Los investigadores de
GRAIN calculan que estas emisiones
adicionales pueden llegar a sumar 8,7
millones de toneladas de CO₂** cada
año, más que las emisiones anuales
que se producen en la ciudad de
Valencia. Estos cálculos, pero, se han
hecho teniendo en cuenta los objeti-
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CRECIMIENTO DE LOS GASES
DE EFECTO INVERNADERO
Nuevas emisiones contaminantes generadas por el aumen-
to que permitiría el tratado en el ámbito de la producción y el
transporte de los principales productos agrícolas y ganaderos
0%-25% 50%-75%
25%-50% 75%-100%
En azul, aumento En marrón, aumento relativo
absoluto en miles de respecto al intercambio
toneladas de CO₂ comercial actual
Leche en polvo
127,2 mt CO2
92,26%
Queso
365,1 mt CO2
87,66%
vos de aumento de comercio previs-
tos en el acuerdo. Ahora habrá que
ver si estas previsiones se cumplen o
no, e incluso si son sobrepasadas.
Los principales responsables de
este aumento de emisiones serán la
agricultura y la ganadería. El uso de
fertilizantes y estiércol causará dos
tercios de las nuevas emisiones. En
cambio, el aumento del transporte
marítimo por la exportación de estos
productos supondrá poco más de un
1%. Por otro lado, la tala de bosques
para conseguir más superficie de
cultivo y pasto producirá un 30% de
las nuevas emisiones. Hay que recor-
dar que, además, los bosques atra-
pan y almacenan grandes cantidades
de CO₂** y contribuyen a mitigar
el calentamiento global. Por eso, la
desforestación hace que el carbono
que tienen los árboles y plantas vuel-
va a la atmósfera y se cause un doble Azúcar
impacto negativo. 7,1 mt CO2
La inmensa mayoría de las nuevas 2,07%
emisiones contaminantes se gene-
rarán en los países del Mercosur,
MERCOSUR
principalmente por la producción
y exportación de carne de vacuno.
Aun así, la huella ecológica deriva-
da de la exportación de lácticos de
la Unión Europea hacia los países
latinos se quintuplicará. FUENTE: Informe GRAIN
Marzo de 2020 GOLPE DE MERCADO 9

ACTIVIDADES

UNIÓN EUROPEA
QUE GENERAN MÁS
EMISIONES NUEVAS
Aumento absoluto en miles
de toneladas de CO2

Leche maternizada
38,1 mt CO2 Agricultura y ganadería
46% 5.843,3 mt CO2

Canvio de uso de la tierra

2.541,5 mt CO2
Carne de vacuno
7.146,1 mt CO2
35,22%

Aves de corral
561,2 mt CO2
23,15%

Etanol
435,2 mt CO2
Arroz 84,43%
25,2 mt CO2
33,88%

Poscultivo
Transporte marítimo 220,5 mt CO2
100 mt CO2
10 GOLPE DE MERCADO
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CÓMO SE ROMPE LA
ECONOMÍA DE UNA REGIÓN
Joan Ballart
@La_Directa

Recogida de soja en la región de Celeiro, en Brasil

Marzo de 2020 GOLPE DE MERCADO 11

BRASIL
Población: 209 millones // PIB per cápita: 9.812 dólares
Densidad de población: 24,5 habitantes/km2

PARAGUAY
Población: 6,8 millones // PIB per cápita: 5.823 dólares
Densidad de población: 16,7 habitantes/km2

URUGUAY
Población: 3,4 millones // PIB per cápita: 16.245 dólares
Densidad de población: 19,3 habitantes/km2

ARGENTINA
Población: 45,2 millones // PIB per cápita: 10.570 dólares
Densidad de población: 16,3 habitantes/km2

La exaltación neoliberal de la Unión Europea ha dado lugar a

un tratado de ‘libre’ comercio con Argentina, Brasil, Uruguay y
Paraguay que potencia el extractivismo colonial y la dependencia
de los países de América Latina de productos manufacturados
europeos.

E
l tratado de comercio entre
el Mercosur y la Unión Eu-
ropea se ha negociado de
espaldas a la gente y ha sido
rodeado de una opacidad
casi absoluta. Así pues, es
poco aventurado prever
que los impactos que tendrá
sobre la ciudadanía serán mayoritaria-
mente negativos. Estos efectos pue-
den ser especialmente adversos para
Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Esto se explica porque, en términos
generales, el acuerdo favorece a los
grandes poderes económicos de
los países europeos, que de entrada
ya parten de una posición de supe-
rioridad. Merece la pena recordar, a
modo de ejemplo, que solo el PIB de
Alemania es prácticamente igual al de
la suma total del Mercosur.
A pesar de las diferencias existentes
entras las economías del Mercosur,
el tratado es una mala noticia para las
industrias manufactureras de los cua-
tro países, que pasarán de competir
a nivel regional y de estar protegidas
por unos aranceles elevados –que
de media rondan el 15%– a tener
que hacer frente a gigantes como
Volkswagen. Los efectos que puede
tener sobre el desarrollo de las rela-
ciones comerciales intrarregionales
pueden ser devastadores. Tanto es así,
que Andrés Larisgoitia, director de la
secretaría de relaciones internacio-
nales de la Central de Trabajadores
de Argentina, predice que “la firma
del acuerdo será, prácticamente, la
ruptura del Mercosur”.
La otra cara de la moneda es la de
los impactos en las industrias primarias
del territorio. Es probable que secto-
res como el agropecuario o el de la
madera aumenten las exportaciones
en la UE gracias a las reducciones
arancelarias del acuerdo. El resultado
será que las economías de estos países
quedarán todavía más arrinconadas en
el sector primario. Por lo tanto, se pro-
fundizará la relación comercial basada
en el extractivismo colonial europeo.
Uno de los otros pilares del tratado
es la contratación gubernamental.
El acuerdo, basándose en la cláusula
del “trato nacional”, obliga los países
del Mercosur a abrir los concursos
públicos a las empresas europeas y a
no favorecer a las autóctonas por el
hecho de serlo. Esto implicaría la en-
trada de las grandes multinacionales
europeas de la construcción, servicios,
farmacéuticas, etc. –especialmente
algunas de españolas– y una pérdida
de soberanía por parte de los ejecuti-
vos de la región, puesto que dificultaría
la inclusión de criterios de proximidad
y sostenibilidad en la contratación
pública y, por lo tanto, no favorecería el
tejido local.
EUFORIA DEL ‘LOBBY’ AGROALIMENTARIO
Y PRIVATIZACIONES EN BRASIL
Junto con la expulsión de Venezuela
del Mercosur en 2017, la llegada al
poder de Jair Bolsonaro en Brasil ha
desbloqueado las negociaciones del
tratado. Este cambio de paradigma
político ha dado pie a la renuncia de
buena parte de las líneas rojas que los
gobiernos predecesores de Bolsona-
ro no quisieron cruzar y ha sido uno
de los motivos que ha hecho decantar
la balanza del lado europeo.
La fidelidad del presidente al pode-
roso imperio agropecuario brasileño,
que en 2018 acaparó un 32% de las
exportaciones del país, es clave para
entender el papel que ha jugado su
gobierno en la hora de desencallar
el acuerdo. Una actitud que sigue la
línea otras decisiones tomadas por
Bolsonaro, como la reforma del códi-
go forestal, el desmantelamiento de la
Agencia de Protección Ambiental o el
Junto con
la expulsión
de Venezuela
del Mercosur en
2017, la llegada
de Bolsonaro ha
desbloqueado
las negociaciones
nuevo proyecto de Ley 191/2020, con
el cual pretende abrir los territorios
indígenas a la explotación minera y a
la agricultura extensiva, sin el derecho
a oposición de los pueblos originarios.
El tratado con la UE favorecerá a
la gran industria agroalimentaria de
Brasil, puesto que se eliminarán los
aranceles de bienes como el zumo
de naranja, las frutas o el café soluble.
Al mismo tiempo, se incrementará el
límite de la cantidad de importaciones
permitidas a Europa de otros pro-
ductos como la carne de ganado, los
huevos o el etanol. En este sentido,
Tica Moreno, socióloga e integrante
de Sempreviva Organização Femi-
nista, aclara que “el hecho de que las
grandes empresas del agronegocio
se vean beneficiadas por este trata-
do no significa que el pueblo lo sea,
ni siquiera las trabajadoras forales y
campesinas”. Por lo tanto, “hay que
adoptar una mirada más general y po-
pular y no limitarse a ver solo la pers-
pectiva de las grandes compañías”.
Otra implicación importante del
tratado es el hecho de que legitima
la normativa laxa que aplica Brasil
en materia de pesticidas y control
sanitario de los productos cárnicos. El
escándalo de la carne adulterada de
la empresa JBS en 2017 o las inves-
tigaciones del diario *The Guardian
que revelaban que uno de cada
cinco pollos exportados por Brasil
tiene salmonela o que en las tiendas
británicas se vendían productos de
12
Empresas como Volkswagen o Renault conseguirían exportar vehículos con menos aranceles
alimentación producidos en terrenos
deforestados sin que haya meca-
nismos válidos de trazabilidad, son
algunos ejemplos de la dejadez de las
autoridades sanitarias brasileñas y de
la cadena de distribución.
En cuanto a los pesticidas, Brasil
hace tiempo que está al frente de las
listas de países que más utilizan. Aun
así, la situación se ha agravado desde
la llegada de Bolsonaro. En el último
año, el Ministerio de Agricultura ha
aprobado la utilización de hasta 500
productos destinados a combatir pla-
gas de plantas o animales. De estos,
110 se consideran extremadamente
tóxicos, según datos de la Agencia
Nacional de Vigilancia Sanitaria.
En materia de contratación pública,
el pacto puede ser un buen comple-
mento para las políticas privatizadoras
del actual gobierno. Moreno explica
que “pone al mismo nivel las empre-
sas nacionales y las privadas” y lamen-
ta que “esto es el impulso que necesi-
ta el actual ministro de Economía para
avanzar en las privatizaciones”.
Pese al impacto que el tratado pue-
de tener en Brasil, Moreno reconoce
que “no es exactamente una cuestión
que esté en la agenda política de los
movimientos sociales de aquí”, a pe-
sar de que “nuestra perspectiva crítica
sobre el tema es compartida con los
sectores de la oposición a Bolsonaro”.
Como reflexión final, subraya que “lo
más importante es entender que el
acuerdo no es un instrumento aislado,
sino que sirve para profundizar en la
lógica de desigualdad y de explota-
ción que ya existe”.
GOLPE DE MERCADO
¿EL PERONISMO SALVARÁ
LA INDUSTRIA ARGENTINA?
La figura del expresidente Mauricio
Macri también ha jugado un papel
importante en el cierre de las negocia-
ciones del tratado con la UE. Andrés
Larisgoitia explica que “desde el
gobierno de Macri hubo un cambio de
actitud y se fue concediendo y conce-
diendo durante las negociaciones”.
Las consecuencias de esta política
negociadora pueden ser graves en
cuanto al tejido industrial argenti-
no. La falta de competitividad de las
empresas manufactureras del país en
comparación con las brasileñas y eu-
ropeas hace peligrar la viabilidad de
determinados sectores y “pone límites
a la posibilidad de una reconstrucción
productiva de desarrollo del proceso
industrial”, en palabras de Larisgoi-
tia. En este sentido, el estudio “El
acuerdo entre el Mercosur y la Unión
Europea” de Luciana Ghiotto y Javier
Echaidede prevé que uno de los sec-
tores que se puede ver más afectado
es el automotriz. Esto se explica por-
que actualmente esta industria está
muy protegida dentro del Mercosur, y
si un país de fuera de la región quiere
exportar automóviles tiene que pagar
unos aranceles del 35%. En cambio,
entre los países del bloque comercial
latino las exportaciones de este tipo
tienen un pequeño impuesto del 2%.
Esta situación ha favorecido que
Argentina y Brasil se conviertan en
los principales proveedores automo-
trices de la zona. La dependencia del
proteccionismo es más preocupante
en el caso argentino, puesto que un
Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió
La importación
de coches
fabricados en la
Unión Europea
puede suponer
la destrucción de
32.000 puestos
de trabajo
70% de las exportaciones automovi-
lísticas termina en el país vecino. Por
todo esto, Larisgoitia pronostica que
“dejaríamos de exportar en Brasil por-
que este pasaría a comprar a Europa
y esto generaría un debilitamiento del
proceso de integración regional”.
En términos laborales, esto puede
suponer la destrucción de 32.000
puestos de trabajo en el sector, se-
gún el Observatorio de Ocupación,
Producción y Comercio Exterior de la
Universidad Metropolitana. El mismo
estudio prevé que hasta un total de
186.000 personas asalariadas en el
sector industrial se podrían quedar
sin trabajo. En vista de estas cifras, hay
que tomar conciencia de las impli-
caciones que puede tener el tratado
en materia de conflictividad social. Si
bien este es un patrón que se puede
repetir en los otros países del Merco-
Suplemento informativo de la campaña
sur, el caso de Argentina puede ser
particularmente grave.
Con relación a la situación políti-
ca del país, no está claro qué efecto
tendrá la llegada a la presidencia
de Alberto Fernández. Por un lado,
puede ser la esperanza para que el
tratado no se acabe aplicando, puesto
que el resto de países del Merco-
sur tienen gobiernos de carácter
neoliberal. De hecho, algunas de las
políticas económicas que ha aplicado
el nuevo gobierno peronista desde
su arranque en diciembre entran en
conflicto con el tratado. Por otro lado,
el elevado nivel de deuda externa de
Argentina puede limitar bastante los
movimientos del nuevo ejecutivo. En
esta línea, Larisgoitia dice que “en la
medida que no se acabe de resolver
nuestra situación de endeudamiento
y la posibilidad de un acuerdo.
LOS EFECTOS REBOTE
EN URUGUAY
El poder económico de Uruguay dista
mucho del de Brasil y Argentina. Es el
más pequeño de los cuatro países del
Mercosur en términos de población y
representa un 2% de las exportacio-
nes del bloque comercial. La mayoría
de estas forman parte del sector
agrario, especialmente de la industria
láctea, cárnica y de fruta y verdura.
A priori, hay motivos para pensar que
Uruguay puede ser el menos afecta-
do de forma directa por el tratado. Tal
como explica Fernando Gambera, se-
cretario de relaciones internacionales
del sindicato PIT-CNT, “las preocupa-
Marzo de 2020
Luis Alberto Lacalle Pozo, nuevo presidente de Uruguay
ciones que teníamos sobre el tratado
se han preservado en las negociacio-
nes con la UE”. Así pues, se prevé que
la aplicación del acuerdo pueda hacer
aumentar las exportaciones del país en
la Unión Europea, especialmente de
carne, arroz y miel.
Uno de los hechos que da cierta
tranquilidad al PIT-CNT es que, a
diferencia de los otros territorios del
Mercosur, Uruguay ha sido excluido
del capítulo de contratación guber-
namental. Por este motivo, el acuer-
do no tendría consecuencias para
empresas nacionales como Adminis-
tración Nacional de Telecomunicacio-
nes. Aun así, “Uruguay se puede ver
afectado indirectamente”, en palabras
de Gambera. Esto se explica por los
vínculos comerciales que tiene con
Argentina y, sobre todo, Brasil. Advier-
te que estas repercusiones se pueden
generar “si hay sectores importantes
de la actividad económica de Brasil y
Argentina que provocan retracción,
fruto de la aplicación del tratado”.
En el aspecto político, hay que
analizar el papel que ha jugado el go-
bierno de Tabaré Vázquez, del Frente
Amplío. Este partido, que aglutina
desde sectores comunistas hasta li-
berales, gobierna desde el año 2005
y ha defendido el tratado como una
oportunidad para convertir el país en
un núcleo económico importante.
A pesar de que el discurso que han
defendido tanto Vázquez como el
expresidente Pepe Mujica ha sido
crítico con el neoliberalismo y las
oligarquías uruguayas, a la práctica
no ha generado el cambio que se
GOLPE DE MERCADO
esperaba desde ciertas perspectivas
transformadoras. Puede sorprender
que un icono político reconocido por
muchos sectores de izquierdas como
Mujica apoye en el acuerdo. Sin em-
bargo, su postura es coherente con
la deriva que tomó su gobierno.
Los efectos que puede tener el
tratado se pueden ver agravados por
la llegada al poder de Luis Alber-
to Lacalle Pozo el 1 de marzo. Este
político de 46 años ganó las elec-
ciones presidenciales de octubre
como candidato del conservador
Partido Nacional. Su agenda política
estará condicionada, en parte, por
la presencia de Cabildo Abierto a
su equipo, un partido de derecha
extrema que comparte parte de la
doctrina ideológica de Vox.
De momento, el futuro gobierno
de Lacalle ya ha dado a conocer un
extenso borrador de ley de urgente
consideración de 457 artículos, que
incluye medidas con un claro sesgo
neoliberal. “Se invoca urgencia y dar
más libertad al país, pero nosotros
vemos que se acaba ensanchando la
libertad de los más fuertes de la socie-
dad y desprotegiendo las libertades
de huelga, de manifestación y de
expresión”, explica Gambera.
En vista del talante político de Laca-
lle, hay poco espacio para el optimis-
mo de cara a los siguientes estadios
por los cuales tiene que pasar el
tratado. En relación con esto, Gam-
bera dice que “hasta ahora nuestras
preocupaciones se habían tenido en
cuenta, pero a partir de marzo no sé
qué pasará”.
ATAQUE A LA INDUSTRIALIZACIÓN
DEL PARAGUAY
Paraguay es la economía menos
industrializada del bloque comercial
del Mercosur. Las exportaciones son
eminentemente del sector primario y
tienen la soja como producto estrella.
Tanto es así que un 50% de las ventas
paraguayas fuera de sus fronteras
están vinculadas con esta planta
herbácea. Un 4% de la harina de soja
que entró en la Unión Europea en
2019 provenía de Paraguay. Este dato
puede parecer exigua junto al 46% y
43% del pastel que se quedan Brasil y
Se favorecerá
la llegada de
carne, arroz y
miel de Uruguay
y del resto
de países del
Mercosur en
beneficio de las
multinacionales
13
Argentina, respectivamente. Aun así,
estas exportaciones tienen una gran
importancia relativa para la economía
paraguaya.
Si bien el acuerdo no supondría un
gran cambio cuanto a la entrada de
soja del Mercosur en la UE, puesto
que actualmente los aranceles de
entrada ya son cero, sí que puede
tener otros efectos secundarios
adversos sobre el sector agrícola. En
este sentido, el estudio “El impacto
de las negociaciones comerciales
UE-Mercosur en el comercio exte-
rior de Paraguay”, de Victor Enciso,
prevé que el trigo europeo puede
desplazar el paraguayo del mercado
regional.
En el ámbito industrial, la situación
es todavía menos aventajada que
la de sus vecinos y el tratado puede
complicar-la más. Según Bernar-
do Rojas, presidente de la Central
Unitaria de Trabajadores Auténtica,
“es un ataque a la industrialización
de nuestro país, puesto que es un
acuerdo de empresarios que busca
establecer una economía depen-
diente en los países subdesarrollados
como el nuestro”.
Finalmente, en relación con las
empresas estatales, Paraguay no
tiene tantas como Uruguay, y actual-
mente el gobierno intenta privatizar
las que quedan, como la Adminis-
tración Nacional de Electricidad. En
referencia a esto, Rojas denuncia
que “parte del tratado propone apro-
piarse de las empresas nacionales y
ponerlas en manos de las multinacio-
nales que penetren en el país”.
14 GOLPE DE MERCADO
Suplemento informativo de la campaña
Catalunya No als Tractats de Comerç i Inversió

SOBERANÍA Y
RESISTENCIAS
Laia Mas
@laiamas

Manifestación contra el TTIP y el CETA en Bruselas en 2016. Antoine Motte

Marzo de 2020
Campesinado, ecologistas, indígenas y organizaciones sociales
de ambas regiones se posicionan contra este tratado al servicio
de las grandes corporaciones que tendrá graves efectos sobre
la salud, el medio ambiente, la industria agroalimentaria y los
modelos de vida de algunas personas y comunidades. Frente al
‘libre’ comercio, hacen una clara apuesta por la soberanía.
S
olo dos días después de que,
en junio de 2019, se anuncia-
ra el final del proceso de ne-
gociación del tratado entre
el Mercosur y la Unión Euro-
pea, el presidente del Estado
francés, Emmanuel Macron,
dijo públicamente que su
gobierno todavía tenía que
someter a una “evaluación completa”
el acuerdo. Las presiones internas lo
llevaron a hacer estas declaraciones.
Por un lado, los colectivos y movimien-
tos ecologistas no aceptan las condi-
ciones actuales del tratado, en las que
se violan los estándares ambientales
europeos y de salud por la utilización
masiva de productos fitosanitarios y
que aumentaría significativamente la
contaminación por la huella de carbo-
no del transporte de mercancías, entre
otros. Por otro lado, el sector agrícola
tampoco está de acuerdo con este
macrotratado por la competencia des-
leal que le supondría, y ha manifestado
varias veces su oposición. La última
fue en noviembre de 2019, cuando
las agricultoras protagonizaron una
tractorada en las calles de París en la
que, entre otras políticas, criticaban
el acuerdo con el Mercosur. También
en Dublín y en Bruselas, ganaderas y
granjeras hicieron, en julio, una marcha
para manifestar su rechazo, en la cual
denunciaban el “doble discurso” de
la Unión Europea, que exige unas
condiciones a los productos europeos
que no exigirá a los procedentes de los
países del Mercosur.
Los incendios de la Amazonas y la
inacción del presidente brasileño Jair
Bolsonaro tensaron todavía más el
ambiente. El elevado coste político
que podría tener dar el visto bueno al
tratado está presionando a algunos
estados europeos que han manifes-
tado dudas sobre firmar el acuerdo,
como el francés, el belga, el polaco
o el irlandés, o incluso el Parlamento
austríaco, que ha sido lo primero a po-
sicionarse institucionalmente contra
el tratado. Según el Eurobarómetro,
el cambio climático se ha convertido
en el segundo problema mundial más
importante para la población euro-
pea, de forma que dar luz verde sería
difícil de justificar ante una ciudadanía
cada vez más concienciada con la
cuestión ecologista.
EL PODER POPULAR
Si bien es cierto que hasta el momen-
to no se han conocido movilizaciones
populares masivas, también lo es que
los sectores ecologistas y agrícolas
GOLPE DE MERCADO
se han opuesto al acuerdo desde
un primer momento. En los estados
europeos, la lucha que se ha llevado a
cabo contra otros tratados de similar
magnitud, como por ejemplo el TTIP
y el CETA, ha asentado un precedente
y una red de lucha contra los trata-
dos de comercio e inversión (TCI),
que hacen pensar que si finalmente
no son los gobiernos de los estados
quienes lo paren, se encontrarán con
la oposición del poder popular.
Pocos días después del anuncio del
preacuerdo, las campañas europeas
contra los TCI –incluida la catala-
na– anunciaron que se encontrará
con resistencias. En un comunicado
firmado por más de cien organiza-
ciones sociales, agrarias, ecologistas,
sindicales, de solidaridad, etc., seña-
laban que “la firma de este acuerdo,
promovido de forma entusiasta en
las últimas semanas por el gobierno
español, supone la legitimación por
parte de la UE de políticas ultraneo-
liberales y extremistas contra los
movimientos sociales, los sindicatos,
los pueblos indígenas y el medio
ambiente”. También anunciaban que,
aunque el Consejo de Europa y el
Parlamento Europeo lo aprueben, “el
tratado tendrá que pasar todavía por
la aprobación de los parlamentos de
los estados miembros, de forma que
la campaña estudiará conjuntamente
con varias organizaciones sociales y
de todo tipo que se consideran afec-
tadas las acciones a llevar a cabo para
tratar de evitar la puesta en marcha de
este nocivo tratado”.
Ya se han posicionado firmemente
en contra movimientos internacio-
nales como Vía Campesina y orga-
nizaciones como GRAIN, quien ha
publicado un informe en el que alerta
de la gran influencia que el acuerdo
tendrá sobre la crisis climática pro-
vocada por la agricultura, puesto que
impulsará el comercio de mercancías
que impactan en el clima, tanto en la
producción como en la exportación a
través de la huella de carbono.
En cuanto a Vía Campesina, cada
año el movimiento celebra el Día de
Acción Global contra la OMC y los
Tratados de Libre Comercio el 10 de
septiembre. En la última convocato-
ria, las organizaciones de los países
del Mercosur que forman parte de
Vía Campesina describían el tratado
como “un modelo neocolonialista
el resultado del cual será una con-
centración de capital en muy pocas
manos o, dicho de otra forma, la
pobreza de la mayoría de la pobla-
ción”. Sin duda, la hipotética puesta
en marcha de este tratado encontrará
resistencias en América Latina, donde
ya ha habido movimientos en con-
tra y donde los TLC siempre se han
encontrado con una gran oposición
en las calles.
DE VIEJAS LUCHAS,
NUEVAS RESISTENCIAS
De hecho, una de las luchas popula-
res exitosas más sonadas del siglo XXI
en América Latina ha sido la que se
libró contra el área de Libre Comercio
de las Américas (ALCA). A pesar de
que al principio solo se encontró con
la oposición del movimiento zapatista,
poco a poco la lucha se extendió por
todos los territorios afectados, y las
movilizaciones masivas, así como las
tensiones entre los grupos econó-
micos del cono sur y el norte, consi-
guieron en 2005 que este tratado no
fuera ratificado.
De la cosecha de aquellas luchas re-
coge parte de los frutos la que ahora
empieza a librarse contra el tratado
del Mercosur con la Unión Europea.
El año 2015, numerosos colectivos y
entidades que habían luchado contra
la ALCA confluyeron en la Jornada
Continental por la Democracia y con-
tra el Neoliberalismo, que en junio de
2019 también se pronunció sobre el
TLC exigiendo la detención inmediata
de las negociaciones y manifestando
que el acuerdo “hace imposible que
los países del Mercosur planteen una
transformación equitativa y soberana
de su economía productiva y que
superen la pobreza, las desigualdades
internas y su condición subordinada,
dependiente de las relaciones de
intercambio desigual”.
En la misma línea, la Asamblea Ar-
gentina Mejor sin TLC señaló ya hace
dos años que el tratado “aumentará la
El movimiento
internacional
Vía Campesina
celebra cada 10
de septiembre
una jornada
global contra la
OMC y los TCI
15
desocupación y las desigualdades en
las poblaciones de los países firman-
tes, y tendrá un impacto directo sobre
la salud y el acceso a los medicamen-
tos”. También se han pronunciado
líderes indígenas de la selva amazó-
nica, quienes, en una visita a Bruselas
el mes de noviembre, aseguraron que
el tratado enfatizará “la explotación
incesante de los recursos naturales”
y favorecerá el “retroceso de los de-
rechos de los pueblos indígenas, las
leyes ambientales y las organizacio-
nes indígenas” que ya están sufriendo
con el nuevo gobierno.
A la última cumbre de jefes de
Estado del Mercosur, celebrada en
junio de 2019 a Santa Fe (Argentina),
centenares de personas de organi-
zaciones políticas y sociales llevaron
a cabo una marcha para rechazar el
plan. También la Coordinadora de
Centrales Sindicales del Cono Sur
alertó del funesto impacto que tendría
este acuerdo sobre el sistema pro-
ductivo de la zona, y especialmente
para determinados sectores como la
tecnología, el sistema marítimo y flu-
vial, las obras públicas, los laboratorios
medicinales, la industria automotora o
las economías regionales.
CONTRA LOS TRATADOS, SOBERANÍAS
La apuesta por la soberanía se pre-
senta, en este contexto, como una de
las pocas opciones que quedan para
hacer frente al impulso mercantiliza-
dor y al conflicto capital-vida. En este
punto se hace imprescindible hablar
de la soberanía alimentaria y la sobe-
ranía energética.
Estos conceptos plantean un mo-
delo basado en la proximidad, la sos-
tenibilidad y la justicia tanto en la dis-
tribución como en la producción. La
mercantilización y la explotación de la
alimentación y de la energía generan
grandes impactos sobre el territorio,
la salud y las personas que trabajan en
estos sectores. Por eso, la lucha por
la soberanía alimentaria y energética
entronca con la defensa de la sobe-
ranía popular: “En un contexto en el
que se entrega nuestra capacidad de
decisión a las grandes empresas, a los
mercados, a los organismos interna-
cionales o a los estados y sus intereses
geopolíticos, blindar soberanías se
convierte en una estrategia impres-
cindible”. El ecofeminismo, el decre-
cimiento o el buen vivir son otros de
los planteamientos que resultarán
claves en la práctica para hacer frente
a estas iniciativas de mercantilización
de la vida.
 16
LUCIANA GHIOTTO
“LOS EFECTOS DEL
ACUERDO SERÁN MUCHO
MÁS PROFUNDOS DE LO
QUE SE ESPERA”
Autora del informe
“El acuerdo entre el Mercosur
y la Unión Europea: estudio
integral de sus cláusulas
y efectos”
Mariana Cantero @cantero_mariana
Investigadora del Consejo
Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET)
en la Universidad Nacional de San
Martín de Argentina, miembro
colaboradora del Instituto
Transnacional de Ámsterdam y
coordinadora de la plataforma
América Latina Mejor sin
TLC, Ghiotto ha estudiado en
profundidad un acuerdo que
contribuirá a profundizar las
desigualdades entre el Mercosur y
la Unión Europea (UE), abocando
el primero a la exportación de
materias primas y el segundo a la
de manufacturas; un intercambio
comercial de los más clásicos y
también de los más injustos.
Esta es la negociación de un
acuerdo bilateral más larga de la
historia. ¿Por qué?
Estamos hablando de un acuerdo
comercial que se está negociando
desde hace veinte años. Las negocia-
ciones han tardado porque se trata de
dos bloques que son competitivos en
producción agrícola. Argentina y Brasil
se mantuvieron en un bloque que
pedía a la UE que redujera la política
de los subsidios a este sector. Al mismo
tiempo, manifestaban que, si esto no
pasaba, los mercados del Mercosur
no serían abiertos a las manufacturas
europeas. Entonces se encallaron las
negociaciones.
GOLPE DE MERCADO
¿Cuándo se desencalló y qué
establece el texto?
El año 2012 o 2013 se volvió a hablar, y
se cerró el acuerdo en junio de 2019.
Es un acuerdo de libre comercio, tie-
ne todos los capítulos que tienen los
tratados comerciales, pero también
los no comerciales. Entre los comer-
ciales, el acceso a los mercados, la fa-
cilitación del comercio y acuerdos en
relación con las fronteras aduaneras,
pero también otras temas como los
estándares sanitarios y fitosanitarios
de los productos que se exportan, los
diálogos sobre organismos genéti-
camente modificados y una serie de
capítulos que tienen que ver con los
llamados temas detrás de la frontera,
que son servicios, propiedad intelec-
tual y compras públicas, entre otros.
¿Cómo impactará el acuerdo en las
economías del Sur?
Lo que hará es profundizar la relación
asimétrica en términos comerciales,
porque exacerba el modelo agroex-
portador en los países del Mercosur,
puesto que se amplía la cuota de ex-
portación desde este bloque en la UE.
También profundizarán las asimetrías
en términos de producción industrial,
porque el hecho de exacerbar la pro-
ducción agroexportadora del Mercosur
a la vez exacerba su posición de impor-
tadora de productos industriales, espe-
cialmente en algunos sectores como el
del motor, recambios de coches, textil,
marroquinería, muebles y calzado.
El modelo agroexportador es el
que se ha aplicado al Mercosur
históricamente, pero no le ha
beneficiado...
Las beneficiadas serán las grandes
corporaciones concentradas en ambos
bloques. Del lado europeo, el sector
industrial manufacturero de coches,
básicamente Alemania (que por eso ha
luchado para conseguir este acuerdo).
También se benefician las corpora-
ciones vinculadas a la producción de
medicamentos, porque al liberalizar
las compras públicas de los países del
Mercosur se garantiza que estas cor-
poraciones puedan vender los medica-
mentos allá; se aseguran mercado.
¿Y por la parte del Mercosur?
En el Mercosur los que ganan son las
megacorporaciones del agronego-
cio. En el caso de Brasil, las grandes
productoras de alimentos vinculadas a
la ganadería que venden carne de vaca,
cerdo y pollo. Estas empresas celebran
el acuerdo porque ven garantizado
un acceso en mejores condiciones al
mercado europeo, puesto que se han
reducido los aranceles para la cuota de
exportaciones en la UE.
¿Puede haber tensiones en la
implementación del acuerdo a
causa de la posición de algún
miembro, como por ejemplo el
gobierno argentino, escogido
recientemente?
En este momento, por el lado del Mer-
cosur, Argentina es el país clave para
presionar y frenar este acuerdo, porque
el nuevo gobierno de Alberto Fernán-
dez manifiesta ciertas tensiones en su
interior. Hay sectores que han apoyado
en el nuevo gobierno y están en contra
del acuerdo, especialmente por el im-
pacto sobre las pymes. Mientras tanto,
por el lado europeo, los países que se
verán más afectados son los que tienen
sector agrícola, como Francia, Irlanda o
Luciana Ghiotto. Comunicación UNSAM
Polonia. Empiezan a aflorar las críticas
a Europa y se tendrían que plasmar en
decisiones de estado, que es lo que se
requiere para detener el acuerdo. Si no
son declaraciones para la galería. Se
necesita que los estados miembros de
la UE empiecen a aprobar directivas
contrarias al acuerdo.
Actualmente, ¿cuál es el futuro del
acuerdo?
En este momento está en proceso de
revisión técnica y legal. Este es el proce-
so más oscuro de todos los que ha pa-
sado el acuerdo, porque ya no depende
de rondas de negociaciones sino que
se desarrollan una serie de reuniones
desconocidas para la población y no
se tiene ningún registro de lo que está
pasando en esta instancia. Además,
hay algunos de los puntos del acuerdo
que todavía están entre comillas; esto
quiere decir que no hubo acuerdo en
la negociación sobre estos puntos.
Por ejemplo, uno de estos puntos es la
participación de la sociedad civil en el
acuerdo. Una vez entre en vigencia
¿Qué retos afrontan los
movimientos sociales?
En primer lugar, se tiene que generar
un gran frente común de oposición al
acuerdo, incluso con muchos sectores
con los cuales los movimientos sociales
no suelen coordinarse. Se requiere un
frente de todos los sectores afectados
para poder dar a conocer los efectos
generales del acuerdo. Esto requerirá un
gran trabajo de *lobbies en el interior de
los congresos para poder dialogar con la
mayor cantidad de diputados y senado-
res posible y mostrar los efectos que este
tipo de acuerdo ya ha tenido en otros
países de América Latina, que son poco
conocidos pero que tenemos que tener
en cuenta, como por ejemplo los países
de Centroamérica, México, Colombia,
Perú, Ecuador y Chile. Estos efectos
los podemos demostrar. Muchas de las
promesas que se están haciendo no ne-
cesariamente se cumplirán y, más bien al
contrario, los efectos serán mucho más
profundos de lo que se espera.