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V 28 8am DT.Aay FLACSO ae c tLe DOCUMENTO DE TRABAJO PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 124, Septiembre de 1981. AN4a AMERICA LATINA Y LA UNION SOVIETICA: RELACIONES INTERESTATALES Y¥ VINCULOS : POLITICOS. Augusto Varas ‘Trabajo presentado al. XIV Congreso Latinoamericané de Sociologia y reunién constitutiva del Grupo de Trabajo de CLACSO sobre Relaciones Internacionales.“ de Anérica Latina, San Juan, Puerto Rico, 5 - 9 octubre, 1981. : Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presen- tan, asi como los andlisis e interpretaciones que en ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de 1a Facultad. RESUMEN - Las relaciones entre los paises latinoamericanos y aquellos participes del Consejo de Asistencia Mutua Econémica (CAME) han estado fuertemente influenciadas por los vinculos entre la unién Soviética y América Latina. El estudio de éstos mues- tra que, a pesar de los cambios habidos, la URSS ha tratado de mantener una politica global hacia 1a regién. Igualmente, los nexos politicos entre el Partido Comunista de la URSS y los de América Latina tienden a ser simétricos y coherentes con ella. Sin embargo, en el filtimo tiempo esta coherencia se pierde poniendo en peligro las posiciones de la Unién Soviética en el continente. Este trabajo explora tales tem&ticas analizando los deter- minantes nacionales e internacionales de este fendmeno y sus perspectivas. INTRODUCCION Las relaciones entre los paises latinoamericanos y los es- tados de economia centralmente planificada se han visto afec- tadas por el cardcter de las relaciones entre 1a Unién Soviética y América Latina. Incluso un andlisis comparativo de los voli- menes, flujos de comercio y cooperacién econémica entre ambas re- giones muestra la preeminencia de 1a URSS en este sistema de re- laciones (Cuadro 1). Este hecho no es un fenémeno del G1timo tiempo, sino la tendencia histérica observada desde la Revolu- cién Rusa. Por estas razones, una primera aproximacién al ané- lisis de las relaciones entre América Latina y los pafses so- cialistas debe partir ubicando en un primer plano el estudio de la evolucién y caracteristicas que han tenido los vinculos entre la URSS y los paises de la regién. E1 anflisis que realizaremos a continuaci6n muestra que la politica soviética hacia América Latina se ha caracterizado por dos elementos centrales. Por una parte, ha sido global, esto es han existido orientaciones de politica que si bien han cambia- do durante los Gltimos sesenta afios, han sido aplicadas homogé- neamente a todos los paises del Area. Por otra parte, esta po- lftica tiende a expresarse en dos planos que tienden a ser simé- tricos y complementarios. En primer lugar, las relaciones entre los estados latinoamericanos y el soviético se dan en un contexto en el cual las relaciones entre el Partido Comunista de 1a URSS y los partidos comunistas latinoamericanos tienden a apoyarse mu- tuamente, evitando oposiciones que perjudiquen a una u otra. En segundo lugar, ambos niveles tienden a ser simétricos, esto es la politica latinoamericana de la URSS es homogénea con la politica exterior global, especialmente frente a los Estados Unidos, lo cual se traduce en una simetria de las relaciones entre el PCUS y los PC del 4rea, vinculos que son posibilitados por la exis- tencia de Ambitos de decisiones colectivas como han sido el Co- mintern, Cominform y las Conferencias de Partidos Comunistas y Obreros de las filtimas décadas. Las diversas etapas por las cuales han pasado las relaciones exteriores entre ambas partes muestra que la globalidad, com- plementariedad y simetria observada hasta mediados de los se- tenta tiende a desaparecer en este Gltimo perfodo, dando paso a una politica caracterizada por su heterogeneidad y contra- dicciones. Todo lo cual se traduce en una fragmentacién de la politica exterior de la URSS hacia los paises de la regién y pone en cuestién, para los afios ochenta, los logros alcanzados en la etapa anterior. Estos cambios est&n expresando en el campo. de la politica exterior los serios problemas internos aGn no resueltos en la Unién Soviética. En consecuencia, 1a evolucién de las rela- ciones entre ésta y América Latina dependerfn crecientemente de la forma como el PCUS resuelva sus principales contradicciones internas. Del Comintern a la guerra fria Las relaciones de la Unién Soviética con América Latina han estado fuertemente marcadas, desde un comienzo, por el curso y orientaciones de su politica interna. Recién inaugurada la revolucién de octubre y una vez fir- mada la paz, el gobierno de los soviets genera una nueva organi- zacién internacional que agrupa a los partidos comunistas exis- tentes a la fecha. En marzo de 1919, el Primer Congreso de la Internacional Comunista (IC) sesionaba en Moscti y Lenin indicaba que “la formacién de la Internacional Comunista abre las puertas a la Reptiblica Soviética Internacional, a la victoria interna- cional del socialismo".2/ A partir de esa fecha, hasta su disolucién en 1943, el Co- mité Ejecutivo de la Internacional Comunista (Comintern) asumir& la responsabilidad de llevar a cabo las principales resoluciones de los Congresos respectivos y estableceré las relaciones con los partidos comunistas que se van generando en el continente americano. El primer perfodo del Comintern, desde 1919 a 1928, se carac- teriza por dos rasgos de importancia que afectaran las relacio- nes politicas, econémicas y diplomAticas entre América Latina y la URSS. El primero, se refiere a las tesis que orientan las relaciones exteriores del nasciente estado. En la medida que la revolucién en Rusia era vista como el inicio de un pro- ceso irreversible a escala mundial, el Comintern "recordaba a los proletarios de todos los paises, que la revolucién proletaria nunca podré triunfar completamente dentro de un solo pais; por el contrario ella debe triunfar internacionalmente, como revolu- 2 cién mundial". Indudablemente estas afirmaciones convertian a la revolucién bolchevique en un factor de desestabilizacién del sistema de relaciones internacionales al ubicarse como un elemento de subversién del orden mundial. En consecuencia, las posibilidades de establecer relaciones con otros paises se vefa dr&eticamente limitada. Esto se manifesté en América Latina con la apertura de relaciones diplom4ticas con s6lo dos pafses, México en 1924 y Uruguay en 1926. Un segundo elemento de importancia que afecté sus relaciones con los estados del continente fue la concepcién que el Partido Comunista de Rusia (B), posteriormente Partido Comunista de la Unién Soviética (PCUS), tenia respecto a los paises del Srca. An cuando a estos se le reconocfa su estado de independencia po- litica formal respecto de las potencias capitalistas, sus rasgos coloniales en lo econémico y diplom&tico los ubicaba en la cate- gorfa de semi-colonias para las cuales la emancipacién ~ solo ncipacién de las clases obreras (era) posible en conjunto con la 3/ Desde esta perspectiva, el interés del gobier- metropolitanas".> no revolucionario se fija mis bien en Finlandia, Austria, Hungria, Polonia y Alemania. Los vinculos existentes con América Latina se explican fundamentalmente por las caracterfsticas del proceso revolucionario en México y el interés de Uruguay por comerciar con la URSS. De acuerdo a estas realidades las relaciones entre la Unién Soviética y América Latina no se vieron especialmente alentadas durante la primera década de la revolucién. Sin embargo, en 1928 con ocasién del Quinto Congreso del Comintern, se crea el Secre- tariado Sudamericano de la Internacional Comunista con sede en Buenos Aires, lo cual permitird que los cambios que se producir4n en el Sexto Congreso del Comintern en 1928 puedan ser operacio- nalizados politicamente en el continente. La modificacién de mayor relevancia que observa la polftica exterior soviética en 1928 es su adecuacién a las nuevas tesis respecto a la construccién socialista en el mundo. Producto de la guerra civil, de la intervencién de las potencias capitalistas en ella y de las dificultades y derrotas de otros movimientos revolucionarios en Europa, el Sexto Congreso de la Internacional Comunista coneluye que “la revolucién internacional proletaria no puede ser concebida como un simple acto teniendo lugar en todas partes simulténeamente. La victoria del socialismo es por lo tanto posible al comienzo s6lo en pocos paises, e incluso en uno*."/ Este cambio politico afecté las relaciones exteriores de la URSS con América Latina en dos sentidos En primer lugar, dada la escasa ségnificacién y posibili- dades de que se dieran procesos revolucionarios equivalentes al de Rusia en América Latina, la importancia de la apertura de re- laciones con estos paises era afin menor a la luz de tales con- clusiones. En segundo lugar, la politica de los partidos comunistas de la regién se ponfa en la perspectiva de desarrollar una accién tendiente a apoyar la sobrevivencia y desarrollo de la revolucién en la URSS, subvalorfndose, en la prdctica, las posibilidades y alternativas revolucionarias de fuerzas politicas y sociales internas no enmarcadas en la Internacional Comunista. Por tales razones, en ese mismo Sexto Congreso se prospec- taban las posibilidades revolucionarias en paises coloniales y semi-coloniales y se formulaban las principales tareas. Respec- to a los partidos comunistas latinoamericanos se indicaba entre otros aspectos, la necesidad de reivindicar la expropiacién de la tierra; la confiscacién de las empresas éxtranjeras; la mora- toriia de la deuda pfiblica; mejorar en las condiciones laborales; el "armar a los trabajadores y campesinos; la conversién del ejército en una milicia de obreros y campesinos; y el estableci- miento del poder de los soviets de obreros, campesinos y soldados" Estas orientaciones se operacionalizaron politicamente través del Secretariado Sudamericano, lo que significd en el plano latinoamericano que las relaciones con México se rompieran en 1930. Esta situacién no sélo significé una vuelta atras de la pre- sencia soviética en América Latina sino que generé fuertes re- chazos tanto de fuerzas politicas locales de orientacién socia- lista, que no se enmarcaron en la Internacional Comunista, de gobiernos latinoamericanos como el Mexicano que llevaba a cabo una revolucién campesina y no proletaria como en la URSS y de importantes actores politicos locales, tales como las fuerzas armadas.8/ Esta politica del Comintern signified un creciente aisla- miento de la URSS respecto de los paises latinoamericanos y, a su vez los partidos comunistas locales se enajenaron de las principales movilizaciones sociales y politicas nacionales. El balance que se hace en las visperas del Séptimo Congreso de la IC mostraba los magros resultados de tal politica. Se constataba que los PC no estaban preparados para las luchas decisivas por el poder; su accién no era consistentemente comunista y estaban contaminados por elementos de clase hostiles; tenfan débiles contactos con las masas y no habian eliminado su sectarismo, ob- servaban grandes fluctuaciones de militancia e inmadurez ideolé- gica de los cuadros dirigentes; no habian logrado desplazar a los elementos anarco-sindicalistas de las organizaciones de masas; y no eran capaces de trabajar simultaneamente en el campo legal e ilegai.2/ De esta forma, la tesis de los frentes populares afirmada por el Séptimo Congreso de 1a IC en 1935, vino a rescatar a los partidos comunistas latinoamericanos de su aislamiento, valorizé las caracteristicas nacionales de cada campo de lucha y las vias locales de acceso al poder, y posibilité uh cambio en las relaciones entre América Latina y la URSS. Sin embargo, no serf hasta después de 1a Segunda Guerra que 1a Unién Sovié- tica podr4 reiniciar su ofensiva diplom4tica en la regién. La costosa carga de guerra y el papel que tuvo en la derrota del nascismo presentan una nueva cara de la URSS para los go- biernos latinoamericanos, lo cual se destaca m4s afin al partici- par conjuntamente con los aliados en la estructuracién del orden de post-guerra. Esto es especialmente sensible para América Latina pues la URSS aparece junto a EEUU hegeménico en el Area En este contexto la URSS cancela las funciones del Comintern en 1943 y establece relaciones diplom&ticas con Argentina (1946), Brasil (1945), Chile (1944), Colombia (1935), México (1942), Uruguay (1943), Venezuela (1945); y con Bolivia (1945), Costa Rica (1944) y Nicaragua (1944), sin intercambio de representan- tes diplom&ticos. Estas relaciones son fortalecidas por la par- ticipacién que logran los partidos comunista de Cuba y Chile en sus gobiernos respectivos durante 1943. No obstante los logros alcanzados por 1a diplomacia sovié- tica en América Latina, éstos no pueden estabilizarse producto del comienzo de las tensiones con los EE.UU. En la medida que la victoria soviética contribuye al desarrollo de un diversificado movimiento revolucionario en todo el mundo, los EE.UU. ven con aprehensién el crecimiento de su influencia a nivel mundial, lo que contribuye a alterar profundamente el sistema internacio- nal de la &poca. Por una parte, se consolida el poder soviético en la URSS y se constituyen las democracias populares en Europa central y sudoriental. Por la otra, los movimientos populares en Francia. Italia y Grecia adquieren una importancia capital avalada por la politica frente populista del periodo bélico an- terior. Algo similar sucede en América Latina donde los partidos comunistas comienzan a constituirse en un nuevo actor regional con peso politico local. De esta forma, 1a politica de los frentes populares al e- vitar el aislamiento de los PC y al articularse internacional- mente a los éxitos militares de la URSS tiene por efecto el desencadenamiento. de una ola revolucionaria a nivel mundial que permite adem4s, consolidar desarrollos previos en Yugoeslavia y China, De esta forma, se constituye el ‘campo socialista” el cual aspirara a constituirse como unidad en torno a la Interna- cional Comunista. Frente a estos desarrollos desestabilizadores del orden de pre-guerra, los aliados formulan su politica de contencién del avance soviético, lo que se traduce en un aumento de las tensio- nes entre la URSS y los EE.UU, que desencadenaran la guerra fria. En este contexto se crea la OTAN (1949) y ambas potencias se enfrentan, mediatizadamente, en Corea (1950-53) con lo cual el periodo del accionar relativamente éxitoso de la URSS en América Latina énfrenta obstéculos insuperables. { Como consecuencia de 1a polarizacién de las relaciones in- ternacionales, América Latina se alinea al interior del sistema de defensa hemisférico de los EE.UU. al suscribir la totalidad de sus gobiernos el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (1947).2/ £1 efecto de esta nueva situacién es que, a pesar de los éxitos logrados anteriormente en el continente a través de la politica frentista, la URSS se encuentra presa de 1a bi- polarizacién e impedida de continuar y profundizar su politica en la regién. Producto de este alineamiento latinoamericano 1a URSS ve como se fortalece 1a hegemonfa estadounidense en el 4rea y se comienza a romper el tejido de vinculos politico-di- 1lo/ plom4ticos que se habian recién iniciado. Durante 1947-48 las relaciones diplomfticas de la Unién Soviética con los pafses latinoamericanos se ven drasticamente empeoradas terminando en 1a ruptura o suspensién de la mayoria de tales vinculos. Asi, en 1947 al crecer las tensiones con los EE.UU., la URSS rearma las funciones del Comintern en torno al Cominform (Oficina de Informacién de los Partidos Comunistas), lo cual es un pretexto m4s, no s6élo para suspender las relacio- nes con 1a URSS por parte de los gobiernos latincamericanos, sino para poner fuera de la ley a la‘mayorfa de los respectivos par- tidos comunistas. Por estas razones, Stalin afirmaba en 1951 que "... el nGeleo agresivo (de las Naciones Unidas) est re- presentado por los diez paises miembros de la OTAN y los veinte paises latinoamericanos".24/ Las relaciones soviético-latinoamericanas s61lo podran re- cuperarse cuando la "coexistencia pacifica" se constituya en la nueva politica exterior de la URSS, lo cual serA posible una vez que se modifiquen algunas variables politicas internas, tales fueron la muerte de Stalin, el XX Congreso del PCUS y la desig- nacién de Krushchev como Primer Ministro. Coexistencia pacffica La guerra fria no s6lo polarizé el sistema de relaciones in- ternacionales de post-guerra, sino que reactualizé los prejuicios anti-soviéticos que se habfan cristalizado en los sectores do- minantes latinoamericanos, durante la vigencia de la politica insurreceional impulsada por el Comintern en la regién. Los movimientos revolucionarios en 1932 en Chile y El Salvador, y en Brasil en 1935, si bien no lograron sus propésitos, identifi- caron a los partidos comunistas, ligados directa o indirecta~ mente a ellos, como fuerzas desestabilizadoras, las que a su vez eran concebidas como “un potente ejéreito que aleanza a todas las regiones, y a pesar de derrotas temporales, est4 se- guro de su victoria final" .22/ An cuando esta politica insurreceional desaparece durante la vigencia de 1a politica frente populista, la guerra fria la vuelve a la actualidad nacional. Esta actualizacién se realiza a partir de la evaluacién y valoracién tActica de las tropas alemanas infiltradas on territorio enemigo.42/ Desde esta pers- pectiva militar, la polftica anti-soviética impulsada por los EE.UU. en la regién no demora en ligar-la existencia de partidos comunistas vinculados internacionalmente a la URSS, con la imagen de quintas columnas al servicio de la estrategia soviética de en- frentamiento con las fuerzas de la OTAN y, particularmente, con- tra los EE.UU. en América Latina, Indudabtemente esta politica no se compadecia con la efec- tiva orientacién del Cominform y de los partidos comunistas lo- eales, no obstante, fue usado como argumento para dejar fuera - de ley a la mayoria de estos partidos con posterioridad al Tra- tado de Asistencia Reciproca. -1l- AGn cuando existian bases suficientemente estables como para veiniciar las relaciones entre 1a URSS y los paises latinoameri- canos en ese perfodo, éstas deberfn esperar el inicio de una nueva fase en las relaciones EE.UU.-URSS, lo cual ocurre con posteriori dad a la muerte de Stalin (1953), durante el XX Congreso del PCUS (1956). Los cambios en 1a apreciacién internacional del PCUS son a su vez posibilitados por los avances militares observados duran- te el perfodo de la guerra fria. En efecto, en ese perfodo Stalin desarrolla una politica de defensa que se caracteriza por con- vertir a la URSS en una “fortaleza sitiada'. El perfodo de post- guerra muestra a una URSS que se lanza decididamente a lograr una superioridad militar convencional en un eventual teatro de operaciones europeo. De esta forma, se moderniza la marina y aviacién soviética, la cual completa su programa en 1953; se cons- truye un sistema de defensa antiaérea y de deteccién por radares; y se mantiene y acrecienta la operatividad del Ejército rojo. Todo ello en condiciones que las repfiblicas democraticas no podian ly/ participar proporcionalmente del esfuerzo soviético La politica impulsada por Stalin conlleva fuertes costos in- ternos en el plano econémico, difiriendo una serie de programas sociales en funcién del esfuerzo bélico. Igualmente, como con- trapartida de esta situacién, las condiciones politicas internas se ven deterioradas producto de un sistema coercitivo altamente represivo, tal como lo denuncia el propio XX Congreso. Por otra parte, Stalin no desarrolla con fuerza el programa nuclear y de misiles que le habria dado un arma estratégica de gran importancia. Si bien la URSS hace estallar su primera bomba atémica en 1949 y la termonuclear en 1953, su capacidad de despla- zamiento a distancias sélo se ve mejorada a mediados de los cincuenta. Con este retraso nuclear estratégico en relacién a los EE.UU., la URSS se encuentra protegida al interior de sus fronteras, pero debe aumentar proporcionalmente sus esfuerzos en materias convencionales para mantener indemne su capacidad disuasiva. Lo que el XX°Congreso decide, e implementa posteriormente Krushchev, es disminuir el costo econémico-social de esa poli- tica y sacarle partido a las posibilidades que presenta el poder nuclear estratégico. Esto sélo es posible iniciando una nueva politica hacia los EE.UU., la que se caracteriza como de coexistencia pacifica. Esta afirma que es posible la convivencia entre estados con diferentes sistemas sociales y econémicos “dado que el campo socialista mundial se ha convertido en una poderosa fuerza politica, econémica y militar... (Por ello) la guerra ya no es mis una fatalidad inevitable" .15/ De esta forma, la relativa distensién que se produce con pos- terioridad a los cambios politicos internos ocurridos en la URSS permite a los soviéticos desarrollar un programa balistico que, a fines de los sesenta, les proporciona misiles de mediano y corto alcance para el teatro europeo y, en 1956, le entrega el primer bombardero operacional de largo aleance que permitirfa alcanzar a los EE.UU. Asi, con los recursos liberados por el programa nuclear 1a URSS se lanza en un ambicioso programa quin- quenal de desarrollo econémico. La politica de coexistencia pacifica de Krushchev tiene im- portantes efectos en América Latina. Por una parte, la URSS cambia su imagen de centro operativo de una conspiracién mundial, por él de un Estado que si bien tiene otras orientaciones y paré- metros es un elemento integrante e importante del sistema inter- eae nacional y, en consecuencia, se puede y debe tener relaciones con 61. La iniciativa diplom4tica personal de Krushchev que lo lleva de visita a los EE.UU. en 1959 y a la cumbre de Viena en 1961 con Kennedy, permite que se entibien las relaciones en- tre ambas potencias. Por otra parte, la apertura a Yugoeslavia y veconcialiacién con Tito en 1954; las modificaciones salaria- les, politicas, sociales y descentralizacién de la gestién eco- némica planificada introducidas después del xx°Congresol®/, cam- bian la imagen que de la URSS se habfan formado los gobiernos 1la- tinoamericanos. Asi, entre 1959 y 1964 se reabren relaciones comerciales y/o diplomticas con Brasil, Uruguay, Colombia y Chile, adem4s de las relaciones econémicas restablecidas con Ar- gentina en 1953, Los cambios en la politica estratégica estado- unidense - respuesta flexible - tienden a reforzar estos de- sarrollos. Sin embargo, esta situacién se ve alterada producto de un conjunto de factores politicos internos a la URSS y del cambio en sus relaciones con otros paises socialistas, especialmente China. Todos estos aspectos tendr4n importantes efectos en América Latina, En primer lugar, la politica de coexistencia pacffica de 1a URSS comienza a ser crecientemente ‘contradictoria con la po- litica exterior China. Las tensiones’ se incrementan producto de la negociacién soviética del tratado de proscripcién de pruebas nucleares en 1963, perfodo en el cual se revela que la URSS no Presta asistencia nuclear 4 China desde 1959, Los dirigentes chinos contrarios a las tesis del "socialismo en un solo pais" desarrollan una polftica anti-estadounidense que de haber sido seguida por la URSS habria: puesto en peligro todo el programa gubernamental de Krushchev al incrementar las tensiones con los an EE.UU. y tener que divertir esfuerzos en el ‘campo militar. La ruptura del frente sino-soviético implicd que el PC Chino comenzara una envolvente ofensiva politica en América La- tina denunciando el “revisionismo" soviético, lo que se tra- ducirfa on la ruptura de varios partidos comunistas en el con- tinente y la formacién de nuevas organizaciones pro-Pekin. En segundo lugar, esta ruptura se da en un contexto latino- americano muy particular en la medida que 1a Revolucién Cubana habia cuestionado algunas de las tesis de los partidos comunis- tas latinoamericanos, especialmente aquellas referidas a los sectores obreros como fuerzas motrices de la revolucién, las vias de acceso al poder y la politica de alianza que se les W asociaba. 2! En ese momento el quiebre de la unidad sino-soviética im- plicaba la fragmentacién del campo socialista, lo cue en América Latina se tradujo en un complejo sistema de relaciones entre China, Cuba y la URSS. [En este contexto la URSS veia que la po- lfitica cubana, que apoyaba la lucha armada en el continente, se ponfa objetivamente al lado de las tesis del PC chino lo cual lo amenzaba con alterar la coexistencia pacifica con los EE.UU. que a su vez podia agravar atin més las dificultades politicas internas en la Unién Soviética. En ese momento Krushchev enfrenta serios problemas producto del fracaso del plan quinquenal, la ruptura con los chinos y la imposibilidad de lograr un tratado de no-proliferacién de armas atémicas. En materias econémicas internas, el proyecto de colonizacién de las tierras virgenes habia afectado a la pro- duceién agricola levandola a una crisis de magnitud. Igual- enlel mente, el sistema de planificacién descentralizada no hab{a dado los resultados esperados. En octubre de 1964 el Comité Central del PCUS exonera a Krushchev de su cargo producto del conjunto de fracasos, especialmente en el campo interno. Las dificultades que llevan a la exoneracién de Krushchev habian puesto en una dificil situacién a la diplomacia sovié- tica en América Latina, en la medida que para contrabalancear la ofensiva china en la regién tuvo que asumir posiciones mas duras frente a los EE.UU., tal fue la instalacién de cohetes en Cuba como respuesta al fallido intento de invasién de Bahia Cochinos en 1961. En consecuencia, si bien la politica de coexistencia pacifica habfa permitido que la URSS reiniciara sus relaciones con los paises latinoamericanos, el breve perfodo que medié entre la im- plementacién del cambio de politica exterior (1959-1961) coin- cidié con una crisis con los chinos, primero, y posteriormente, con los EE.UU.(1962). Por lo tanto, la posibilidad de estabili- zar las relaciones existentes con los paises latinomaricanos nue- vamente se vieron frenadas debiendo esperar 1a maduracién de los cambios introducidos por Brehznev-Kosigin en el manejo de las relaciones exteriores de la URSS. E1 cambio de Krushchev por Kosigin como Primer Ministro fue el producto de un conjunto de tensiones que se habfan acumulado en el perfodo anterior y que el primero habia sido incapaz de conjurar. Uno de los factores desencadenantes fue la posicién disi- dente adoptada por el PC rumano en abril de 1964, lo que culminé un proceso de tensiones al interior del Comecon. El altercado soviético-rumano, a propésito de las relaciones econémicas entre estos paises, revive al Comité Central del PCUS el peligro de la reproduccién de los problemas habidos con Yugoeslavia durante Stalin, en un contexto agravado por la ruptura de hecho con China todo lo cual podria acarrear una desestructuracién del sistema de relaciones estatales al interiores del campo socialista. Otro factor de importancia en el cambio de gobernantes fue la crisis econémica interna. Esta se expresé en el débil ritmo de ascenso de la produccién en el cual se reflejaron ‘las defi. ciencias habidas en la adninistracién y en la planificaci6n, el menosprecio de los métodos de autogestién financiera y el apro- vechamiento incompleto de los est{mulos materiales y morales: .28/ Producto de esta critica se modifica el sistema de planificacién regional, centralizndolo a nivel nacional; se Liberaliza el funcionamiento de mAs de cuatrocientas empresas industriales dejando liberadas sus decisiones a los indicadores del mercado; y se incorporan masivamente los estimulos materiales a la pro- duccién, eliminando los subsidios a las empresas deficitarias.+2/ Estas medidas se complementardn m4s tarde con 1a introduceién de la semana laboral de cinco dias. Con estos cambios radica- les en el funcionamiento de 1a economfa soviética se esperaban superar los magros lopros econémicos de 1a época krushchevista. En el campo de las relaciones exteriores, 1a URSS profun- diza su politica de coexistencia pacifica y la proyecta en la perspectiva de la distensién con los EE.UU., intentando superar los cuellos de botella y puntos muertos dejados sin resolver por la administracién anterior. Esta profundizacién de la anterior politica se posibilita por el creciente aislamiento del PC chino -u7- a nivel mundial después de sus fracasos, polfticos en Argelia e Indonesia lo cual lleva a sus gobernantes, adem&s de otros fac- tores, a lanzar en 1966 la Gran Revolucién Cultural, la que termina por ensimismar a los chinos aisl4ndolos de los de los principales asuntos internacionales. F1 cambio en la polftica exterior de la Unién Soviética y la d&tente con los EE.UU. era necesario en la medida que le per- nitia liberar recursos para superar la crisis econémica. Por estas razones en el primer presupuesto presentado por Brezhnev- Kosigin en 1965 se reducen los fondos asignados a defensa, des- tacando a la coexistencia pacifica como uno de los rasgos perma- nentes de la politica exterior soviética por mis de una década Por ello, el XXIII Congreso del PCUS (1966) conclufa que la URSS. es "partidaria consecuente del mantenimiento de relaciones normales y pacfficas con los. paises capitalistas, de la solucién de los problemas litigiosos entre los Estados por medio de nego- ciaciones y no de la guerra... estas relaciones, ademas de ser pactficas, (ineluyen) vinculos mutuamente provechos ms amplios en los dominios de la economia, la ciencia y la cultura".22/ De esta forma, la URSS abre el camino a los acuerdos de limita- cién de armas estratégicas, SALT I (1969), a los acuerdos sobre distensién de las relaciones este-oeste, y a la apertura de la economia soviética a la tecnologia y bienes de capital y consumo de los paises de economia de mercado. Esta misma politica se veafirma afios después cuando Brezhnev indicaba que "la contienda entre socialismo y capitalismo no se decide en el campo de batalla, sino en la esfera del trabajo pacifico’.24/ En el campo estra- tégico-militar la distensién se expresa en una politica que se orienta a "prevenir cualquier primer o segundo golpe, a prevenir la guerra nuclear en general. Nuestra perspectiva en esta materias puede ser formulada como sigue: el potencial de defensa de la URSS debe ser suficiente para prevenir a cualquiera del riesgo de dis- aie turbar nuestra vida pactfica. No buscamos la superioridad en armamento sino la forma de reducirlos, de eliminar las confron- taciones militares" 22/ i La politica de distensién y los acuerdos que la expresaron tuvieron su contrapartida en las relaciones entre la URSS y América Latina. Ello muestra, una vez mis, que tal sistema de relacio- nes es dependiente no s6lo de los desarrollos politico-econémicos internos de 1a URSS, sino que adem4s éste se inscribe al interior de una polftica més amplia y global en relacién a los EE.UuU.23/ Afn cuando 1a Revolucién Cubana habia llamado fuertemente 1a atencién soviética y en 1961 se funda el Instituto Latinoameri en 1969 comie gano de la Academia de Ciencias de la URSS, sé a publicar sus estudios a través de la revista América Latina, con lo cual se generaliza el interés por los anélisis de las materias regionales y las relaciones exteriores del drea.2*/ Ello se ve expresado, adems, en el restablecimiento de relacio- nes diplom&ticas con la mayorfa de los estados latinoamericanos y el inicio de una nueva fase en las relaciones comerciales y de cooperacién econémica con la regién (Cfr, Anexo). En las relaciones con los partidos comunistas latinoameri- canos, el PCUS adopta una politica consistentemente simétrica con las orientaciones de la coexistencia pacifica y la détente. Asi es como se reafirma la politica, comfin para el Tercer Mundo, de incorporar a los PC latinoamericanos a amplios frentes poli- ticos y sociales nacionales. En esta direccién apuntaba el XXIII Congreso de PCUS cuando indicaba que "el éxito de la lucha por el progreso social y 1a independencia nacional es tanto cuanto m&s fuerte es la cohesién de todas las fuerzas patriéticas, pro- gresistas y democr4ticas de los paises liberados... (con ellos) estamos decididos a ... desarrollar la colaboracién multifa- <1. cética con los paises que han conquistado su independencia na- eional y ayudarles en el fomento de la economia, en la prepara- cién de cuadros nacionales y en su lucha contra el neo-colo- nialismo" .25/ La politica de los frentes politicos amplios si bien in- tegraba a amplias capas sociales no negaba la oposicién interna a las politicas anti-nacionales. Asi, Brezhnev posteriormente explicitaba que "se agudiza el antagonismo entre el imperialismo que refuerza la opresién social y niega la democracia, y las masas populares que luchan por sus intereses vitales y aspiran a la libertad y la democracia. En esta lucha toman parte cada vez ms activamente junto @ la clase obrera las grandes masas de los campesinos, 1a intelectualidad, los empleados, los es- tudiantes y las capas medias de la poblacién urbana... en la actualidad se crean condiciones favorables para unir todas las corrientes democrdticas en una alianza politica capaz de limitar resueltamente el papel de lo monopolios en 1a economfa de los paises".28/ rsta politica de frente amplio ser4 avalada por el triunfo de 1a Unidad Popular en Chile en 1970, hecho que el PCUS valorar4 destacadamente durante su XXIV Congreso en 1971.22/ De esta forma, la politica exterior soviética combina las ne- cesidades generadas por su proceso de desarrollo econémico al establecer relaciones interestatales pacificas y de intercam- bio con los paises de economia de mercado y al mismo tiempo logra formular una politica para los PC del Area que no alteren ese nivel. de relaciones con los EE.UU. pero que, simultaneamente abran perspectivas politicas a la unidad de las fuerzas opo- sitoras internas. Sin embargo, esta politica aprobada por la Gonferencia de Partidos Comunistas y Obreros de 1969, enfrenta serios desafios en América Latina a fines de los setenta. = 20 - En primer lugar, la intervencién soviética en Checoslo- vaquia ‘muestra, eitre otras cosas, los limites hasta los cuales los gobernantes soviéticos estaban dispuestos a llegar en su liberalizaci6n econémica. En la medida que el PC Checoslo- vaco intenta anpliar el espacio politico de la resolucién de los principales problemas que enfrentaba el socialismo en el pafs y que una de las medidas econémicas del plan de accién elaborado por Dubcek implicaba la descentralizacién de la planifi- cacién y pestién econémica,22/ e1 PCUS ve amenazada la unidad del dividido campo comunista y, m4s importante atm, ve cuestio- nados los pardmetros politicos y econémicos fundamentales del plan quinguenal formulado en el XXIII Congreso en 1966. Ademas de los costos politicos internacionales, la intervencién sovié- tica s6lo logra retardar una crisis que viene a estallar pos- teriormente en Polonia, pero afecta en ese momento las velacio- nes de los PC latinoamericanos con otras fuerzas socialistas dando lugar a escisiones como en el caso del MAS en Venezuela. En segundo lugar, y estrechamente vinculado con el problema checo, se deterioran las relaciones entre el PCUS y el PC cubano En la medida que la politica cubana para América Latina impli- caba un fuerte apoyo a las fuerzas guerrilleras que se habian organizado en 1a casi mayorfa de los paises del 4rea, las rela- ciones EE.UU.-URSS enfrentan los mismos peligros que Krushchev no habia podido conjurar en 1962. Las tensiones aumentan toda vez que la Conferencia Tricontinental de La Habana (enero de 1966), vealizada s6lo tres meses antes que el XXIII Congreso del PCUS definiera 1d politica de. distensién de 1a URSS, es explicita en el apoyo a los movimientos insurreccionales en la regién. Esta polftica, que es reafirmada en la Conferencia de 1a Organizacién Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) en 1967, pone en una dificil situacién a la politica exterior soviética en la medida que su sale apoyo a Cuba y su iniciativa latinoamericana era crecientemente contradictoria con la distensién respecto de los EE.UU. Dado que las nuevas orientaciones de politica exterior eran un-complemento necesario para la superacién de los pro- blemas econémicos internos, el tiempo de maduracién de las re- formas econémicas requeria que la politica de distensién no fuera interrumpida en el corto plazo por el tipo de contradiccio- nes que ya se perfilaban. Frente a esta situacién la URSS reacciona de manera similar a como reaccioné frente al caso checo, suspendiendo las entregas de petréleo a Cuba en enero de 1968. AGn cuando esta accién no logra matizar las criticas de Fidel Castro frente a la desicién tomada contra Checcslovaquia » esta medida deja en claro para todos los PC latinoamericanos, incluyendo el cubano, que la po- lftiea de coexistencia pacifica y de distensién de la URSS se expresaba on plano politico interno en una opeién no-guerrillera2?/ que aspira y privilegia la amplia unidad de las fuerzas de iz- quierda. Esta conduccién de su politica exterior frente a los EE.UU. y a América Latina explica en parte la estabilizacién de las re- laciones econémicas y comerciales que se observa en este perfodo entre los gobiernos del 4rea y la Unién Soviética, relaciones que se expandiran fuertemente durante la década de los setenta tal como veremos a continuacién. 20/ La_URSS y América Latina en los setenta Afirmada por la politiéa de distensién y de frente amplio en lo interior,’ 1a URSS formula, en la practica, un modelo de re- lacionés estado-a-estado con los paises de la regién. - 22 - En primer lugar, este modelo parte del supuesto que "la parte socialista del mundo con su desarrollo y su perspectiva de las relaciones internacionales, da un buen ejemplo de la me- jor forma de resolver los grandes problemas que enfrenta la hu- manidad. Sin embargo, no puede, por supuesto, resolverlos para toda la humanidad. Para ello son necesarios esfuerzos conscientes de cada pafs y una amplia y constructiva cooperacién con todos los paises y pueblos‘. 24/ De esta forma, la politica soviética hacia América Latina pone énfasis en el intercambio y la cooperacién econémica en la perspectiva de que al interior del marco polftico resefiado anteriormente, mejores’ condiciones en los términos del inter- cambio favorecen la politica independiente de los paises subde- sarrollados.22/ Iguatmente, la cooperacién econémica orientada @ apoyar la infraestructura social y las industrias estatales "es en esencia, la base econémica de la politica democratico- revolucionaria ',33/ En segundo lugar, en la medida que el apoyo de la URSS y el PCUS a las formas pacificas de lucha en los setenta no altera las relaciones con los EE.UU. en el Area, los vinculos soviético- latinoamericanos se establecen fundamentalmente a nivel estata1.24/ Esto le otorga a.la politica de 1a URSS en la regién, excluida Cuba, un cardcter no-ideolégico y pragmAtico en el cual 1a po- litica es vista como una forma “concentrada de lo econémico", lo cual explica como después de tantos cambios locales pueden sobrevivir, por ejemplo, las relaciones soviético-bolivianas. Es importante destacar que la condena al golpe e interven- cién de los EE.UU. en Chile se aparta de la politica global de la URSS en la regién. Esto se debe fundamentalmente a que el caso chileno fue el mejor ejemplo de como era posible un acceso constitucional al gobierno, lo cual indudablemente fortalecia la politica latinoamericana de Brezhnev. El caso chileno mues- tra la forma de como, sin alterar las relaciones con los EE.UU en un area tan sensible para los intereses estadounidenses, la URSS podfa ganar posiciones regionales apoyando el desarrollo de procesos‘similares que se adecuaran a sus expectativas y a sus reducidas posibilidades de apoyo econémico y financiero. El que los EE.UU. hayan intervenido en Chile cuestiona la via- pilidad de esta politica en 1a cual la URSS estaba involucrada, lo que de alguna forma explicaré las modificaciones posteriores de la politica soviética en la regién. En suma, el "modelo Brezhnev” para América Latina implicaba el menor costo unilateral en lo financiero; reciprocidad en lo comercial; codperacién econémica en 4reas reservadas preferi- blemente al estado; permitiendo un tipo de desarrollo que, en la eventualidad de un acceso al poder de fuerzas nacional-populares o socialistas, proyectaran esa acumulacién hacia formas de or- ganizacién econémica similar a las de las URSS. Evidentemente,: este "modelo" permitia acceder a niveles su- tas periores de cooperacién con gobiernos que sin ser sociali aceptaran la ayuda y cooperacién militar soviética, tal como lo muestra el caso peruano. Al mismo tiempo desarrollaba una po- Lftica de ayuda econémica que cuestionaba directamente el eje central que comenzaba a articular las actividades estadounidenses en la regién, tal era el liberalismo y librecambismo econémico y el neo-conservadurismo ideolégico y politico. En este marco de definiciones y orientaciones de politica las ‘relaciones entre 1a URSS y los paises latinoamericanos (sir contar Cuba) se desarrollaron aceleradamente.. El voltimen de mer- cancias y el monto del comercio entre ambas partes se incrementé - he sustancialmente en la Gltima década (Cuadro 3).25/ El rasgo ms importante en las relaciones econémicas URSS-América Latina ha sido el permanecer déficit de Ja balanza comercial en favor de los pafses latinoamericanos. La URSS im- porta materias primas, especialmente productos agrfcolas y ferrosos. A su vez exporta! maquinarias y equipos (ver Anexo). La contraparte mis significativa de las importaciones so- viéticas es Argentina quién la provee de cereales, lana y carne; Brasil que exporta soya, maiz, arroz, café, cacao y aceite co- mestible; Pera que vende algodén, café, azticar, metales no ferrosos, harina de pescado y lana; y finalmente, en los fil- timos afios, Bolivia que exporta estafio. De los US$ 981.1 millones en mercancfas exportadas por América Latinaen 1979 hacia la URSS, Argentina proporciona el 57.8%; Bolivia el 7.8%; Brasil el 26.9%; Costa Rica y Peri el .8%5 y Uruguay ol 2.3328/, Por su parte Argentina recibe desde la URSS maquinaria y equipos de transporte y de bombeo, metales no-ferrosos y pro- ductes quimicos. Bolivia importa maquinarias y equipos, autos, equipos de energia, bombeo y transporte. Brasil compra petré- leo, harina, fertilizantes minerales, productos quimicos, re- lojes y mfquinas fotogr&ficas. PerG recibe el mismo tipo de maqui- narias y equipos, adem&s de aeroplanos, tractores, buses eléc- tricos y equipos para exploracién petrolera22/, AGin cuando los volimenes del comercio entre ambas partes no compiten con la importancia que tiene el intercambio de los paises latinoamericanos con Estados Unidos, el comercio de algunos paises de América Latina con la URSS en ciertos afios ha llegado incluso a tener una importancia similar a la del comercio con - 25 paises como Japén. Tal es el caso de Argentina en 1978; Ecuador en 1975 y 1976; Guyana en 1971, 1973 y 1975; Jamaica en 1971 y 1978; PerG en 1975; y Uruguay durante toda la década de los se- tenta®8/, Fuentes no oficiales indican que en los filtimos afios de la década recién pasada Bolivia se convirtié en una impor- tante contraparte comercial de la URSS en América Latina32?/ La importancia de este flujo comercial puede ser apreciado si se comparan las exportaciones a la URSS con el total de ex- portaciones. Asi, para la Argentina el comercio con la URSS representé el 9.7% de sus exportaciones totales en 1975 y el 6.4% de ellas en 1978. Para Brasil su comercio con la URSS llegé al 4.6% en 1975 para bajar al 1.4% en 1978, atin cuando se estima un incremento del mismo dada la creciente necesidad de mercados que enfrenta la deficitaria balanza comercial bra- silefia. Guyana exporté a la URSS el 8.9% del total de sus pro- ductos en 1975; Jamaica el 3.2% en 1974; Perd el 9.7% en 1975 y Uruguay e1 7.5% en 197442/, Junto con el intercambio de mercancias 1a URSS privilegia los acuerdos de cooperacién técnica apoyando la construccién de la infraestructura de los paises latinoamericanos. De acuerdo con esta politica la URSS entrega asistencia técnica y cooperacién cientifica a proyectos de envergadura tales como el programa de energia hidroeléctrica en el Rio Paran4 Medio firmado con Argen- tina. A la planta hidroeléctrica de Sobradifio e Itaipi en Brasil. Los proyectos hidroéléctricos Urra I y II de Colombia en los cuales la URSS instala los equipos. Acuerdos de coopera- cién con México relativos a la explotacién y tratamiento de mi- nerales no ferrosos. Apoyo al complejo hidroeléctrico de Los ta en Peri. Olmos y el complejo pesquero de Pa: Como se puede apreciar la URSS canaliza la experiencia obtenida en su territorio respecto a hidroelectricidad, trans- misién de corriente eléctrica a grandes distancias y pequeria. Todas estas actividades apoyan la actividad econémica estatal y proporeiona mereados estables a los productos latinoamericanos. Este Gltimo aspecto reviste especial relevancia toda vez que existen fuertes fluctuaciones en los precios internacionales de las materias primas, raso caracteristico del comercio ex- terior de los paises latinoamericanos, lo que bloquea la dina- mica de crecimiento de sus cconomias#2/, En 1a medida que la URSS proporciona mercados y precios estables, tales acuerdos comerciales de largo plazo protegen a las economfas nacionales de los irregulares precios del mercado mundial y representan una via alternativa para resolver los problemas derivados del déficit comercial de los paises del area. En esta misma linea se ubica 1a politica de asistencia téc- nica y cooperacién econémica de 1a URSS hacia los paises de la regién. El énfasis puesto en la inversién pfiblica apoya en los paises del Tercer Mundo una estrategia de desarrollo diferente a la postulada por las teorfas del libre mercado y desastizacién del capital social. En la medida que la URSS mantuvo un acercamiento estado- a-estado con los paises de América Latina, los cambios internos de diverso signo ideolégico-polftico, que a menudo ccurren en el 4rea, no“alteraron el sistema de relaciones que se habia es- tablecido.i Ello permitié que tal politica se mantuviera y, pu- diera ser profundizada de acuerdo a.condiciones politicas favora- bles sin tener que recomenzar nuevamente todo el proceso. -a7- En lo que dice relacién con los vincules polftico-militar: entre la URSS y los pafses latinoamericanos estos representan un nivel superior an las relaciones estado-a-estado, los que co- mienzan a desarrollarse a partir de los lazos comerciales. La transferencia de armamento soviético a América Latina entre 1968-1977 representé US$ 480 millones en el caso cubano y uss 550 millones para Peré#2/. En ambos casos los acuerdos comer- ciales y de cooperacién econémica permitioron el desarrollo de relaciones a nivel politico y militar. Actualmente en Brasil, adem4s del flujo comercial con la URSS, altoa funcionarios so- viéticos iniciaron un intercambio con el gobierno brasilero sobre temas de politica internacional tales como el problema Palestino y el Tratado de No proliferacién de armas nucleares. Por otra parte se ha llegado a hablar de la existencia de un posible apoyo soviético al programa nuclear argentino y del in- terés de estos Giltimos por comprar armamento en la URSS después de su demostracién durante el conflicto peré-ecuatoriano. Perspectivas de las relaciones URSS-América Latina El modelo de relaciones soviético-latinoamericanas que hab{a alcanzado importantes logros y estabilidad durante los Gltimos afios, enfrenta actualmente una seria crisis. En primer lugar, ésta es el producto de un conjunto de con- tradicciones de 1a politica exterior soviética en este perfodo La apertura de relaciones entre los EE.UU. y China en 1971 ini- cia un proceso de recuperacién de la iniciativa polftica de esta G1tima a nivel internacional, expandiendo sus lazos diplom&ticos y comerciales, politica que se consolida después de los Gltimos cambios internos. El menor aislamiento chino implica que la URSS vuelve a enfrentar problemas en su politica exterior en la me- dida que China no s6lo se orienta contra el "hegemonismo" sovié- - 28 - tico sino que puede formular sus reclamaciones territoriales en zonas fronterizas comunes con mucha m&s fuerza. La politica exterior chima, orientada por su anti-sovie- tismo, precipita los traumas del aislamiento de la URSS. Es en este contexto de alta sensibilizacién politica que estalla el pro- ceso democratizador en Polonia con lo cual el peso de 1a pos. cién soviética en el sistema de relaciones entre los paises so- cialistas se ve puesto en cuestién. Por su parte, las criticas a la URSS por las insuficiencias de su régimen politico interno son vistas como ‘un intento de recuperacién de las fuerzas imperialistas de sus derrotas mili+ tares, econémicas y politicas, por lo cual lanzan una guerra ideolégica total. Es en este contexto que la ofensiva contra el mundo socialista es lanzada bajo el pretexto de su falta de respecto por los derechos humanos”.43/ Por estas razones la URSS estima necesaria una constante vigilancia politica, una eficiente, activa y convincente propaganda, y una oportuna con- tencién de la subversién ideolégica".*“/ Es altamente probable, en consecuencia, que la intervenci6n soviética en Afganistan haya estado informada por este marco referencial. Sin embargo, esta conducta internacional de la URSS, m4s que ayudarla @ salir de su aislamiento lo ha profundizado al enajenarse el apoyo de parte importante de los PC europeos y otros partidos obreros de diversas regiones. A este conjunto de desaffos a la posicién de la URSS en materias internacionales sd le suma la no ratificacién de los tratados SALT II por parte de los EE.UU., con lo cual una de las piezas fundamentales de la politica de distensién soviética es peligrosamente cuestionada por el Congreso estadounidense, ini- cialmente, y por la administracién Reagan después. En segundo lugar, la crisis de 1a politica exterior sovié- tica se produce en un momento de agudizacién de sus problemas econémicos internos. Las reiteradas malas cosechas hasta el momento no han podido ser resueltas por los sucesivos cambios en las m4s altas posiciones gubernamentales del sector. Igual- mente, la decreciente produccién de petréleo se viene a sumar a una baja tendencial en la productividad de su industria con lo cual la oferta de bienes de consumo se ve restringida en un sistema social en el cual este tipo de problemas, dada la rela- tivamente homogénea distribucién de los inpresos y servicios, resiente al conjunto del cuerpo social y sus estructuras.politicas Al resentirse la posicién internacional de la Unién Sovié- tica producto de 1a ofensiva simultAnea de China y los EE.UU., se ponen en movimiento dos sistemas de contradicciones que hasta el momento habfan podido permanecer quietos producto del éxito relativo de la politica de distensién. El primero dice relacién con las tensiones que cualquier crisis internacional genera en la URSS producto de las rigideces propias de su sistema polf- tico. En la medida que el juego de poder al interior del PCUS y del Estado Soviético desborda las estructuras y formas proce- sales estatuidas, la formulacién de politicas y la toma de de- cisién para reformularlas se convierte en un proceso de largo aliento que amenaza al conjunto de las posiciones,personercs y politica existentes. En consecuencia, la capacidad para adop- tar una respuesta con rapidez frente a nuevas situaciones choca contra la falta de flexibilidad de sus instituciones politicas poniendo en cuestién a la casi totalidad de la estructura de poder existente. El segundo sistema de contradicciones dice relacién con la posicién de la URSS en el seno del CAME. En la medida que la falta de flexibilidad politica le impide dar respuestas oportunas y lograr mecanismos de ajuste que no conlleven tan altos cos~ tos politicos, las posiciones del resto de los paises del CAME frente a tales emergencias tiende a alinearse detr&s de las po- siciones soviéticas, tal como lo ha mostrado la crisis polaca. En este medio de dificiles y complejos procesos politicos el cuestionamiento de 1a posicién internacional de la URSS por parte de la administracién Reagan y los actuales gobernantes chinos, hace que la URSS se enfrente a estos desafios definiendo la situacién como de crisis y, en consecuencia, generandola o profundizindola contra sus propios intereses. En la medida que la situacién se maneja con mecanismos pro- pios de una crisis las respuestas de politica exterior son equi- valentes. En el caso de América Latina, al definirse las rela- ciones con los EE.UU. como erfiticas, 1a respuesta en el Area im- plica extremar las medidas anti-imperialistas generando una. situacién que permita contrarrestar la iniciativa estadounidense en dsta y otras 4reas. De aqui que en momentos en que se cues- tiona por parte de los EE.UU. el statu quo global con la URSS, tanto la politica de los EE.UU. como de la URSS en el 4rea la- tinoamericana implica un incremento de los niveles de tensién vegional. Sin embargo, adem4s de estos factores, en los Gltimos afios se ha producido un fenémeno nuevo que se explica al interior de las rigideces propias del sistema politico soviético, estas son las crecientes contradicciones y puntos de quiebre de la politica hacia América Latina que la URSS habia mantenido duran- te los Giltimos quince afios. 7 abe El efecto de mayor importancia que ha tenido esta crisis ha sido la pérdida de globalidad de su politica hacia la regién. Tal como hemos visto anteriormente, esta se ha caracterizado en todas las etapas anteriores por una permanente simetria entre su politica exterior, especialmente frente a los EE.UU., y sus orientaciones en el campo de las actividades politicas internas de los PC de la regién. En los filtimos afios esta globalidad y simetria, expresada por ejemplo en las decisiones de la Conferencia de los Partidos Comunistas y Obreros celebrada en Moscii en 1969, ha dejado-el paso a la existencia de heterogéneas y contradictorias formu- laciones. Uno de los factores que inicia este cambio en la politica latinoamericana de la URSS es la derrota del gobierno de la UP en Chile. Adem4s de la importancia politica de ese hecho, la URSS ve cuestionada su politica especialmente frente a los EE.UU.+© Posteriormente, estos hechos se veran acompafiados por el desarrollo de la revolucién en Nicaragua y la lucha armada en El Salvador, / que cuestiona, en la prfctica, tanto la politica soviética como : la de los PC en esa 4rea. En ambos casos la revolucién no es en- cabezada, en lo fundamental por el PC respectivo. Incluso en Nicaragua ésta se realiza contando con el antecedentes histérico de las fuertes discrepancias entre Sandino y el Secretariado Sud- americano del Comintern. Igualmente, en El Salvador es el grupo escindido del PC (Farabundo Marti) el que pone la cuota de lucha armada durante los @ltimos diez afios. Asi es como el fracaso de la UP en Chile se liga con la re- volucién en paises agrarios en la que, nuevamente al igual que en Cuba, los PC respectivos no tienen la participacién teérica- mente esperada. Indudablemente, estos elementos son aspectos fundamentales para la revisién de “la politica soviética hacia América Latina, lo cual en un contexto de crisis interna se ve revestido de caracteres poco habituales en la formulacién de esta politica. Asi, se genera un cuadro de posiciones internas en 1a URSS en el cual coexiste contradictoriamente una revalorizacién de las vias armadas de lucha con una critica a las absolutizacién de tas mismas“8/, La valorizacién de 1a lucha armada en Centro- américa tiende a extenderse hacia otros paises afirmAndose la tesis del uso de formas agudas de violencia,con lo cual se al~ teran radicalmente las posiciones politicas internas que algunos PC, como el chileno, habfan mantenido durante mis de cuarenta y cinco afios. Sin embargo, en condiciones represivas similares el PC uruguayo, por ejemplo, insiste en poner en el primer plano las cuestiones politicas alertando contra “el guerrillerismo y el ultrismo primitivo”.12/ Junto a este cuadro de heterogéneas posiciones entre los PC de 1a regién, coexiste una politica estatal de 1a URSS hacia los paises latinoamericanos que privilegia los vinculos comer- ciales y econémicos por sobre las determinaciones de 1a politica local. As{, el privilegio de las relaciones intergubernamen- tales con Argentina, Brasil y Uruguay en condiciones internas parecidas o similares a las de otros paises latinoamericanos muestra una orientacién que va perdiendo rapidamente su cardcter global y su simetria con las polfticas de los PC locales. Estas contradictorias evoluciones de la politica soviética y del PCUS hacia América Latina en los filtimos afios conlleva importantes factores de tensién, toda vez que nada permite ase~ gurar que las orientaciones v4lidas para determinados paises no vayan a ser trastocadas de hecho. Asi, 1a lucha armada que en Centroamérica convoca la unidad del conjunto de las fuerzas de- mocr&ticas, en otros paises como Costa Rica o Chile no logra coneitar tal unidad y movilizar a la amplia representacién de sectores sociales. De esta forma, se generaliza una experiencia valida en algunos pafses, pero inviable politicamente en otros. En este contexto de heterogéneas orientaciones la posibilidad del "efecto de contagio" puede ahondar atin més la diversidad de politicas de la URSS hacia los estados del frea. Nada indica que on este contexto el uso de formas agudas de violencia no sean validas para los PC de Argentina, Brasil, Uruguay o Bolivia Si esto sucediera la politica de la URSS hacia esos paises se verfa seriamente cuestionada. En consecuencia, la aspiracién de una politica global, de una coherencia y simetria entre las relaciones estado-a-estado y la actividad politica interna, es una necesidad creciente de la po- Litica exterior tanto del estado soviético, como del PCUS para evitar situaciones no anticipadas que conspiran contra sus ac- tuales posiciones. Es importante subrayar el hecho de que esta incoherencia politica se produce en un momento en el cual la unidad de direccién en la Unién Soviética parece estar cuestionada. Esta pérdida de coherencia politica interna, en un contexto de crisis interna- cional como la anteriormente resefiada, probablemente alterard el esquema politico interno en los préximos afios. Por lo tanto, parece cada vez mis importante conocer cudles son las alternativas politicas en juego en la URSS para poder estimar los posibles de~ sarrollos en las relaciones entre la Unién Soviética y América Latina en los ochenta. | = 4s NOTAS Lenin, citado por E. Yarolavsky, “Lenin in the struggle for the Communist International", The Communist International, march 1939, pag. 229. IV Congreso de la Internacional Comunista (1922), citado por Fernando Claudin, The Communist Movement: from Comintern to Cominform. Penguin, London, 1975, pag. 71. ‘Ibid., pag. 246. Ibid., pag. 75. VI Congreso del Comintern, en: Stephen Clissold, Soviet Relations h_Latin America, 1918-1968 A_Docum Survey. Oxford University Press, London, 1970, pag. 78 "Por otra parte, hay que _considerar que entre los acuerdos a que arribé la’Tercera Internacional en MoseG, hay uno que nos invita a recapacitar:..."es necesario propagar las doc- trinas de su programa, en primer lugar, entre las fuerzas armadas, por que en ellas se encuentra la masa viril de los pueblos’ '. Capitan Angel Vasquez, “Algunos procedimien- tos que conviene adoptar en el Ejército para contrarrestar la propaganda de doctrinas contrarias al orden social", Memorial del Ejército de Chile, ler. semestre, 1924, Conceptos similares se pueden encontrar en la mayoria de las FF.AA, latinoamericanas. "Struggles of the Communist Parties of South and Caribbean America’, The Communist International, may 1935, reproducido por: Luis E. Aguilar, Marxism in Latin America, Alfred A. Knopf, New York, 1968, pag. 121-2. Cfr. Alfonso Aguilar, Pan-Americanism: from Monroe to the Present. Monthly Review Press, New York, 1 Cfr, Clissold, op. cit., pag. 157. Un andlisis m&s en profundidad en, Augusto Varas, "Las re. laciones militares internacionales de América Latina", e Gustavo Lagos (ed,), Las relaciones entre América Latina, los EE.UU. y Europa Occidental. Ed. Universitaria, Santiago, 1979. Cfr. Alonso Aguilar, op. cit. Cfr. Eugene Varga, "Capitalism on the Road to Doom", The Communist International, march 1935, pag., 236. 13/ Cfr, Ake Sundelin, "Acciones hostiles en la zona del interior" Military Review,february 1950. Otros artfculos de importan- cia respecto de la definicién militar estadounidense de los PC latinoamericanos y que llegaron sistemdticamente a las FF.AA. de la regién en: Tte Cnl. Howard L. Felchlin, “La teoria y la prdctica del comunismo", Military Review, june 1958; John 3. MeConaughy, ‘Latinoamérica, objetivo soviético Military Review, october 1961; Roger Hilsman, “Nueva tactica comunista", Military Review, april 1962. 14/ SIPRI, Force Reduction in Europe. Paul Elek, London, 1974, pag. 35. 18/ Ibid., p&g., 38. También ver la politica de coexistencia pacifica para América Latina enunciada por Bulganin, en: S Clissold, op. cit., pég., 158, 18/ Cfr. Isaac Deutscher, Russia, China and the West,Penguin, London, 1970. 17/ Un interesante an4lisis de 1a experiencia cubana a la luz de estos problemas en: Carlos Rafael Rodriguez, "The Cuban Revolution and the Peasantry", Ministry of Foreign Affairs, Information Department, sf 18/ Cfr. "Por la senda de la construccién del socialismo", Infor- me al XXIII Congreso del PCUS presentado por L. Brezhnev, 29 marzo, 1966. Santiago, Imprenta Horizonte, sf., pag. $8 19/ Cfr, E.G. Liberman, "The role of profits in the industrial incentive system of the USSR", International Labour Review, january 1968. 20/ XXIII Congreso, op. cit., pag. 44 21/ Cfr. L. Brezhnev, "The October Revolution and the human progress", International Affairs, december 1977 22/ L. Brezhnev, Pravda,november 3, 1977, en: Robert Legvold, "The concept of power and security in Soviet history", Adelphi Pepers, summer 1979. También ver: "The task of limiting strategic arms: pros- pects and problems", Survival, may-june 1978. - 36 - 23/ A este respecto, ver: Gregory J. Oswald y Anthony S. Strover (eds.), The Soyiet Union and Latin America. New York, Praeger, 1970; Bruce D. Jackson, Castro, the Kremlin and Communism in Latin America, The John Hopkins University Press, Washington, 1969; Herbert Goldhamer, The foreign powers in Latin America. Princeton University Press, 1972; Elizabeth Xeidl Valkenier, "Soviet economic relations with developing nations", ei Roger E. Kanet (ed.), The Soviet Union and the developin, nations. London, The John Hopkins University Press, 19745 y de la misma autora: "The URSS, the Third World and the global econony", Probiens of Communism, july-august, 1979. 24/ Cfp. Cole Blasier, "The Soviet latinamericanists", Latin American Research Review, Y°1, 1981; Jerry F. Hough, "The evolving Soviet debate on Latin America”, Latin Anerican Research Review, N°2, 1981; Boris, M. Merin, "La etapa ac- tual en la leviroamericanistica soviética’, Latin American Research Review, N°2, 2977. » Pag. 36. XXIII Congreso del PCUS, op. ci L. Brezhnev, discurso en la "Conferencia Mundial de Partidos Comunistas y Obveros", MoscG, 1969. Cfr. XXIV Congreso dei PCUS, “Informe del Comité Central", Imprenta Horizonte, Santiago, 1971, pag., 39. > Cfr. Alexander Dudcek, La via checoslovaca al socia: Ediciones Ariel, Barceiona, i9¢8. 29/ A este respecto.el PC chileno afirmaba: "Este izquierdismo se expresa en fraseologia revolucionaria, en la concilia~ cién con los gruptiscuios anticomunistas de izquierda, en exhortaciones irresponcables a la lucha armada, en la ten- dencia a restringir arbitreriamente el campo de alianza del proletariado". Luis Corvaldn, "Informe al XIV Congreso | Nacional del PC", en: Camino de Victoria, s.e., 1971, pag. 301. 30/ Un an&lisis de la influencia soviética en el area en: Raymond W. Duncan, “Caribbean leftism", Problems of Communism, may- june, 1978. 31/ L, Brezhnev, citado por E.K. Valkenier, "The USSR...", op. cit., pag-, 33. Un an&lisis similar en: Robert S. Jaster, "Foréign aid and economic development: the shifting Soviet view", International Affairs, july, 1961. ig | -a7- Para las caracterfsticas de este modelo de relaciones, ver: Lev Klochkovski, “Estrategia econémica de los monopolios de Estados Unidos en la regién latinoamericana", América Latina, N°S, 1980; Svetlana Kosobchuk, "El capital extran- Jero privado en los mercados de crédito", América Latina, Ne4, 1980; Evgueni Kossarev, “Relaciones econSmicas entre los paises de América Latina y los paises miembros del Con- sejo de Asistencia Mutua Econdmica (CAME)", E/CEPAL/Proy.4/R. 16, noviembre, 1979; Romuald G. Tomberg, ‘Relaciones econd- micas de la Unién Soviética con paises de América Latina”, E/CEPAL/Proy. 4/R. 12, noviembre 1979; A. Voronov, "Decisive factors on peace and progress”, International Affairs, N°1l, 1975. L, Brezhnev, "Informe al XXIV Congreso del PCUS", op. cit., pag. 385 también ver: Diana Kitaigorodskaya, "Ecuador: el petrélco y la independencia nacional", América Latina, N°l 1977, Vladimir Davydov, "Nuevas posibilidades de la ‘segunda liberacién'", Amé: Latina, N°1, 1978. Cfr, Wayne S. Smith, "Soviet policy and ideological formu- lations for Latin America", ORBIS, N°¥, 1972; Alvin Z. Rubenstein, "Soviet policy toward the Third World in the 1970's, ORBIS, spring, 1971. Cfr. Tomberg, op. cit., y Latin America Weekly Report, "Food Producers Hang on Soviet Market”, february 1980: pag. Latin America Weekly Report, op. cit. Cfr. Tomberg, op. cit. Ibid. Latin America Weekly Report, op. cit. Cfr. CEPAL, "Relaciones Econémicas entre América Latina y los Paises miembros del Consejo de Asistencia Mutua Econd- mica (CAME). Informe de la Secretaria de la CEPAL". E/CEPAL/G. 1104/mayo 29, 1980. Jerr Behrman, "La exportaci6n de productos primarios no com- bustibles”, Revista de la CEPAL, NGmero 10, 1980, y: Barend A. de Vries, "Las exportaciones en el nuevo escenario inter- nacional: el caso de América Latina", Revista de la CEPAL, Namero 3, 1977. Cfr. U.S. Arms Control and Disarmament Agency, World Military Expenditures and Armas Transfers, 1968-1977. Washington, oc- tober, 1379. P. Naumov, "Imperialism ideological warfare", "International Affairs, N°8, 1977, También: L. Brezhnew afirmaba que “muchas de las dificultades que enfrenta el desarrollo de los paises (socialistas) estan fuertemente ligadas a 1a constante as- piracién del imperialismo de gravitar en el mundo socialista en términos econémicos, politicos e ideolégicos’. Conferen- cia Mundial de Partidos Comunistas y Obreros, 1969, op. cit. G. Ziborov y P. Reshetov, "Ideological struggle at the pre- sent stage", International Affairs, N°10, 1977. Ver a este respecto: Sergo Mikoyan, "Chile: algunas leccio- nes", América Latina, N°2, 1974, Cfr. Sergo Mikoyan, "Las particularidades de 1a revolucién en Nicaragua y sus tareas desde el punto de vista de la teoria y la pr&ctica del movimiento liberador (palabras de resumen de 1a mesa redonda sobre "Nicaragua: experiencia de una re- volucién victoriosa"), América Latina, N°3, 1980. cfr, Rodney Arismendi, “Primavera popular en Nicaragua", América Latina, N°2, 1980. EL6T-H96T LH6T~Hn6T, arr SERUSTURRIST sseumnbgu ‘sofotar fseotspdojoy serago “STITW Z2°L8T SN fsoquaTupar foqueURO + 8L-OL6T . “PED vzoure A Taded ‘sop _ ~TORMOSTsODT faqgeoe ‘onoro soxonpoad ‘safer ‘eoT09Te UoTSTU _ {g7e0 fawonze . -oupu sequeztTradas -suaN ‘scoTsQ09T Fret + fzyeu ‘ehog fo8ta3 fopnas caTomey -2 sodgnbe :046T e96T Ln6T-ShET. 6S6T Treg ~ “SeRuS RRA souejse — seurmby 2p cpaniieo —fugrsaudino 4 Gequog ' too K oueisg — feTazeuD ‘equodsunn. seordot e A_ugtoenata 2p 's09 -083 ugroeuotdxs = ; * -Banqeqeu A sosourm = fesoutey ou ers. F eset oo sodmnbs & spyzeurnby — -aneaaur +661 oust Fe St6T oust “ated 3p) ~ wpaoutjar tuoq . *soopugnb sor -weo £ erzanaap souot tau wonposd f sosoarsy=TS !eoTIOgT 21 ssn soTezau ‘aqaod —-a UptsTusUAD 28L-0L6T -suea} op scdmmba fscortiogToamze2 soureo ‘cut fsenaa £ coquoq ap sod & scormMpaTy purquelay tseTeam) ~Tnbs A sprzeurnbey = SOSUNOD-? 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