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| a prensa peronista como medio de difusién del revisionismo histérico bajo la Revoluci6n Libertadora* Resumen A través de un estudio de la prensa peronista entre 1955 y 1958, este trabajo traza los comien- zos de la apropiacién del revisionismo hist6ri- co por el peronismo. En un primer paso, esta apropiacién es contextualizada dentro del dis curso gubernamental de fa llamada Revolucién Libertadora. Luego, se muestra que, en muchos, de los nuevos medios peronistas, este discurso del gobierno sirvid como el principal punto de referencia para reformular el imaginario hist6- rico del peronismo, Finalmente, el trabajo en- foca el caso de un perisdico en particular, Pa- labra Argentina, para aclarar las implicaciones del acercamiento entre sectores nacionalistas y peronistas. Palabras clave Revisionismo Hist6rico — Peronismo - Nacio- nalismo ~ Prensa ~ Revolucién Libertadora Micnaet Gorse. Abstract Through a study of the Peronist press between 1955 and 1958, this article outlines the beginning of the appropriation of historical revisionism by Peronists. In a first step, this appropriation is contextualised within the governmental discourse of the so-called Revolucién Libertadora. It is then shown that many of the new Peronist publications used this discourse of the government as theis primary point of reference in order to reformulate the historical imaginary of Peronism. Finally, the article focuses on the case of one particular paper, Palabra Argentina, to clarity the implications of the rapprochement between nacionalista and Peronist sectors. Keywords Historical Revisionism - Peronism - Nationalism — Press — Revoluci6n Libertadora y Recibido con pedido de publicacién ef 30/10/2003 Aceptado para su publicacién e} 20/02/2004 Versién definitiva recibida et 15/07/2004 Michael Goebel reatiza su doctorado en el University College London, UK - thomasmichaelgoebel @ yahoo.co.uk GOEBEL, Michael “La prensa peronista como medio de difusién del revisionismo histérico bajo la Revolucién Libertadora”, prohist pp. 251-265, ia, afio VIII, mimero 8, Rosario, Argentina, primavera 2004, Agradezco a Mauricio Chama, Nicolés Eilbaum, y Claudia Murray por sus sugerencias constructivas y su ayuda con el idioma castellano. También las sugerencias de los réferis de esta revista, Micuast Goevet, “La prensa peronista .. Introducci6n n 1970 el historiador Tulio Halperin Donghi public algunas observaciones en torno al revisionismo hist6rico que se han convertido en un clasico de la literatura sobre esta corriente historiogratica. El apogeo de la difusién del imaginario revisionista hacia fines de los afios 1960s. Ilevé a Halperin a concluir que “la obra de la revisin hist6rica podfa |... considerarse completa; cl movimiento intelectual que la habia promovido lograba [...] un inesperado triunfo.”" Para explicar este éxito, Halperin remite principalmente a los fines més ideolégicos que cognitivos del revisionismo, que le habrian permitido un avance sucesivo dentro del peronismo, que ya se desencadenaria a partir de 1946 cuando la ““historia oficial’ [...) habia dejado de serlo”.? Pero gracias a varios estu- dios més exhaustivos sabemos hoy que el primer peronismo estaba lejos de formular su propaganda en torno a la historia nacional en clave revisionista. Por ejemplo, Alberto Ciria advirtié que las analog(as oficiales entre Juan Domingo Perén y figuras historicas se refe- rian a “personajes 0 cpisodios de la historia patria, dentro de lo que se puede lamar la historia liberal 0 tradicional, nunca la revisionista.”? Con buenas razones, la mayoria de los trabajos publicados apoyé la tesis de que los dos primeros gobiernos peronistas no exaltaban al icono preferido del revisionismo, Juan Manuel de Rosas, ni a otros caudillos federales, sino seguian tas Iineas del panteén previamente establecido, aunque con una especial atencién en San Martin.“ En consecuencia, para entender mejor la difusidn de] revisionismo durante los afios 1960s., por arias razones serd titil examinar la vinculacién entre la empresa revisionista y ' HALPERIN DONGHI, Tulio El revisionismo histérico argentino, Siglo XI, México, 1970, p. 43. HALPERIN DONGHI, Tulio El revisionismo..., cit, p. 35 (sobre el régimen peronista) y pp. 43-45. * CIRIA, Alberto Politica y cultura popular: la Argentina peronista, 1946-1955, Ediciones de Ia Flor, Bue- nos Aires, 1983, p. 219. Once meses antes de ta publicacidn del libro de Ciria, WINSTON, Colin M “Between Rosas and Sarinienio: Notes on Nationalism in Peronist Thought”, en The Anvericas, vol. XXXIX, iim. 3, Washington, enero de $983, pp. 305-332, todavia afirmé que Pern habria tratado de instalar un equilibrio entre la figura mds glorificada por el revisionismo y una de las incorporaciones del liberalisino, Doringo Faustino Sarmiento. + Sin embargo. sigue habiendo diferencias de grado. Desde luego, parece que un andlisis que enfoca las instituciones culturales del estado lleva a enfatizar las confluencias de revisionismo y peronismo (porejem- plo QUATTROCCHI-WOISSON, Diana Un nationalisme de déracinés: ’Argentine pays malade de sa mémoire, Cente National de la Recherche Scientifique, Toulouse, 1992, pp. 251-352 y CAMPIONE, Da- niel Argentina: la eseritura de su historia, Centro Cultural de la Cooperacién, Buenos Aires, 1995, pp. 84- 90), mientras los autores que se interesan por los aspectos discursivos del régimen peronista son mucho més reservados en cuanto a Ia identificacién del primer peronisino con el revisionismo (por ejemplo PLOTKIN, Mariano Maftana es San Perdn: propaganda, rituales politicos y educacién en el régimen peronista, Acie}, Bucnos Aires, 1994, pp. 194-197: SVAMPA, Maristella ET dilema argentino: civilizacién 9 barbarie. De Sarmiento ual revisionismo peronista, Bl Cielo por Asalto, Buenos Aires, 1994, p. 229; POSTAY, Viviana y UANINI, Natalia Un pasado hevvico para la patria peronista: la construceién palit ca de las versiones de ta historia, 1946-1955, Ferveyra, Cérdoba, 2001. pp. 37-45; y CATTARUZZA. Alejandro “EI revisionism: itinerarios de cuatro décadas”, en CATTARUZZA, Alejandro y EUJANIAN, Alejandro Politicas de la historia: Argentina 1860-1960, Alianza. Buenos Aires, 2003, pp. 161-169) prohistoria 8 - 2004 el peronismo en los afios inmediatamente posteriores al golpe de Estado de 1955. Estos afios nos interesan especialmente no sdlo porque son menos estudiados que los anterio- res,’ sino también porque parecen decisivos en tanto que a mediados de 1955 dicho enlace todavfa era por lo menos muy débil, mientras que tan s6lo dos afios més tarde el mismo ya aparecié explicitamente en un libro del propio Pern donde reivindicaba la figura de Ro- sas.* Ademds, dado que desde fines de 1955 el canal habitual de transmisién del revisionismo, el Instituto de Investigaciones Histéricas Juan Manuel de Rosas, permane- ci6 précticamente cerrado hasta que Arturo Frondizi asumié la presidencia en 1958, se puede suponer que durante este periodo publicaciones peronistas desempefiaran un papel sustituto en cuanto a [a difusiGn del revisionismo, especialmente si tenemos en cuenta que, en ese periodo, el peronismo empez6 a apropiarse de elementos del ideario revisionista.” Este trabajo procurard dar cuenta de qué modo elementos de la iconograffa revisionista —de los cuales la glorificaci6n de Rosas quizas sea la mds destacable~ se manifestaron en los periédicos que claramente se definfan como peronistas. Para eso, en primer lugar, serd necesario trazar las condiciones discursivas de fa apropiacidn del revisionism por el peronismo que se crearon bajo ta dictadura militar. Luego, analizaremos la formacién del ecléctico campo de las nuevas publicaciones peronistas y cmo éstas reaccionaron frente al discurso gubernamental. Finalmente, el andlisis enfocaré el caso especial del periddico Palabra Argentina que se destacé por su mayor influencia y su mayor continuidad compa- rado con los otros medios peronistas. Tal vez este estudio nos permita comprender mejor algunas de las bases sobre las cuales e! revisionismo pudo construir su amplia insercién en el imaginario colectivo a lo largo de los afios 1960s. El discurso gubernamental Poco después del golpe de Estado de septiembre de 1955, la autodenominada Revolucién Libertadora, todavia de forma ambivalente, se propuso una politica destinada a dejar atrés la experiencia peronista, Este intento de poner un corte respecto del pasado peronista se intensificé tras el golpe de palacio de noviembre de 1955 y culminé en Ja proscripcién del peronismo y en la sancién del decreto-ley 4161 de matzo de (956, que prohibfa el uso de todos sus simbolos. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno, liderado por los sectores libera- les de las Fuerzas Atmadas, intenté ubicarse dentro de una linea histérica orientada a 5 Vease los comentarios en este sentido de PLOTKIN, Mariano “The changing perceptions of Peronism: A review essay”, en BRENNAN, James (comp.) Peronism and Argentina, Scholarly Resources Books, Wilmington, 1998, p. S0.y REIN, Raanan Pervnismo, populismo y politica: Argentina 1943-1955, Bdito- rial de Belgrano, Buenos Aires, 1998, pp. 107-108. * — PERON, Juan Domingo Los vendepatria: las pruebas de una iraicién, Liberacién, Buenos Aires, 1958, p. 220 [1° Bd. Caracas, 1957] 7 Bn cuanto a la situacidn del Instituto Rosas entre 1955 y 1958, véase Revista del Instituto de Investigacio- nes Histéricas Juan Manuel de Rosas, nim. (7, tercer trimestre 1958, p. 102. Frondizi fue presidente desde 1958 hasta 1962, 253, Micuaet Goeset “La prensa peronista...” legitimar esta tarea “desperonizadora”.* Ya en su discurso al asumit la presidencia provi- sional, Pedro Eugenio Aramburu construyé una genealogfa segiin la cual el nuevo gobier- no serfa la continuacién de la “linea Mayo-Caseros”. Segiin sus palabras, “un solo espfritu alienta al movimiento de Ja Revolucién: es el sentimiento democratico de nuestro pucblo, que afloré en 1810 y resurgié después de Caseros.”” Pocos meses después, en cl aniversario de la batalla de Caseros ~acaecida el 3 de febrero de 1852, provocando la caida del gobierno de Rosas~ Aramburu aproveché la fecha para una conmemoracién oficial en el Colegio Militar donde aclaré que “Caseros no es s6lo la batalla que devolvié a la Patria su libertad, sino también la reivindicadora de la gesta de Mayo escarnecida en Ja noche de la tiranfa, y tan magna empresa fue afrontada con fe, patriotismo y ansias de justicia.”" No ¢s tanto el contenido de esta retérica, sino la gran extensién de tales referencias la que indica la existencia de una estrategia discursiva concertada entre los hombres fuertes del nuevo gobierno. De hecho, la gran mayorfa de los discursos de Aramburu y del vicepresidente Isaac Rojas en su primer afio de gobierno contuvieron evocaciones elogiosas a la memoria de Caseros 0 algtin otro simbolo rechaza- do por el revisionismo clasico -por ejemplo a Sarmiento en un discurso de Aramburu en San Juan-."' EI alcance de esta propaganda se extendié incluso hasta los programas de estudios de historia en las escuelas de capacitacién sindical de la Confederacién General del Trabajo (CGT), ahora intervenida por el gobierno." Como correlato de esta “tradicién inventada” el gobierno fomenté la identificacién entre peronismo y rosismo."" E] decreto-ley 479 del 7 de octubre de 1955 cres una comi- sin nacional destinada a investigar los excesos del peronismo, inspirados, segiin la poste- rior interpretacién de Rojas, en el “clamor de la Patria y las voces de la historia”, cuyos resultados se publicaron bajo el titulo Libro negro de la segunda tiranta, implicando una * Después del golpe de Estado del 16 de septiembre de 1955, Eduardo Lonardi, vinculado con sectores nacionalistas catsticos, asumié la presidencia. El 13 de noviembre del mismo ago fue sustituido por Pedro Eugenio Aramburu que Fideraba las agrupaciones mds liberales y més antiperonistas de Tas Fuerzas Arma- das. % ARAMBURU, Pedro Eugenio y ROIAS, Isaac F. Lu Revolucidn Liberiadora en 12 meses de gobierno, 2, Buenos Aires, 1956, p. 8. A este discurso se dio amplia publicidad en La Prensa y La Nacién del 14/11 1955 1 ARAMBURU, Pedro Eugenio y ROJAS, Isaac F. La Revolucién Libertadora..., cit. p. 48 4 ARAMBURU, Pedro Eugenio y ROJAS, Isaac F. La Revolucion Libertadora..., cit., pp. 131-135 (San Martin) y pp. 35-38 (Sarmiento). "CGT Intervencién Departamento de Cultura “Reglamemacién y Programa para la Escuela de la CGT", Buenos Aires, 1957. Para la politica educativa de la Revolucién Libertadora, véase ESTI REIN, Ménica Politics und Education in Argentina, 1946-1962, M. E. Sharpe, Armonk y Londres. 1998, pp. 136-148. El concepto de la “tradicién inventada” seguramente ha perdido algo de su fuerza explicativa debido a su uso frecuente y muchas veces poco fiel a su versién original. Sin embargo, este caso cumple los criterios gue le habfa requerido e1 mismo Hobsbawm, en especial su caricter de una construccién consciente, pro- nunciada desde el Estado y con motivo de distraer los antagonismos de clase. Véase HOBSBAWM, Eric J y RANGER, Terence (comps.) The Invention of Tradition, Cambridge, Cambridge University Press, 1983, prohistoria 8 - 2004 analogia entre Perén y Rosas." Una y otra vez los discursos oficiales recordaron que los acontecimientos de fines de 1955 debian ser entendidos como una repeticién andloga al derrocamiento de Rosas. “Después de Caseros el pais no retrocedi6 ni miré el pasado sombrio; nadie afford la época de la tiranfa”, decfa Aramburu, y como consecuencia légi- ca, “los hombres de la Revolucién Libertadora, en andlogas circunstancias, tampoco lo haremos.”"® Los esfuerzos para sustituir la “falsa Constitucién” ~es decir la versi6n refor- mada por Perén en 1949- también se apoyaron en alusiones favorables a Caseros y la constitucién de 1853." En otras palabras, ef gobierno parece haber percibido la campafia antiperonista en forma inseparable de la politica de vilipendio contra Rosas. Es cierto que el elemento central de esta estrategia puede rastrearse desde la campa- fia electoral de la Unién Demoeratica de 1945, cuando las diferentes corrientes que inte- graban la oposici6n contra la candidatura de Perdn tenfan en comtin la modalidad ret6ric: de hacer comparaciones peyorativas entre Perén y Rosas.'” Pero, en contraste con 1945, cuando esta comparacién muchas veces habia aparecido como un fenémeno secundario dentro de un sistema de coordenadas en el cual los fascismos europeos habfan tenido un lugar mucho més prominente que la figura de Rosas para caracterizar Ia naturaleza del peronismo, este no era el caso diez afios mas tarde. Ahora la “Ifnea Mayo-Caseros” y su implicito contraste que conducfa de Rosas a Perén ocupaba el lugar discursivo més desta- cado y, por ende, mas visible. Asi, en su editorial acerca del discurso inaugural de Aramburu, Palabra Argentina not6 que “los hombres del Gobierno Provisional se har referido con extrafia insistencia a \os ideales de Mayo y de Caseros.”"* El campo de las publicaciones peronistas Esta ret6rica oficial era acompafiada por una intensa politica represiva contra el peronismo gue tenia como uno de sus objetivos centrales cerrar los canales de expresién de aquél. Ya bajo el interregnum de Eduardo Lonardi, La Prensa, tras haber estado bajo el control de la CGT, habfa sido restituida a la familia Gainza Paz y también se habfan cortado los vinculos que los diarios con mayor tirada de una w otra manera habfan mantenido con el peronismo, Esta politica orientada a desarticular el peronismo se profundiz6 a partir de la legada al poder de Aramburu. Asf, su gobierno intervino el periddico peronista El Lider, seguido dos meses més tarde por la clausura de la publicacién De Frente de John William Cooke, \ARAMBURU, Pedro Eugenio y ROJAS, Isaac F. La Revolicién Libertadora..., cit, p. 171. Por lo visto es poco probable que ese titulo fuera intencionado cuando se sancions el decreto. La fecha del decreto es mencionada por ABOY CARLES, Gerardo “Las dos fronteras de la democracia argentina: La reformulacién de las identidades politicas de Alfonsin a Menem", tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, mimeo, 1998, p. 154, "| ARAMBURU, Pedro Eugenio y ROJAS, Isaac F La Revolucidn Libertadora.... cit. p. 51 “ ARAMBURU, Pedro Eugenio y ROJAS, Isaac F, La Revolucitin Libertadora... cit. p. 1 QUATTROCCHI-WOISSON, Diana Un nationatisme.... cit, pp. 260-266. . "Palabra Argentina, afo I, niim. 2, 01/12/1955, Las itdlicas me pestenecen. 255 Miciaet Gorse “La prensa peronista .. que luego serfa el dirigente principal de la llamada resistencia peronista."® Este vaciamien- to tuvo dos efectos principales. En primer lugar, terminé por dispersar un discurso peronista que habfa estado fuertemente centralizado bajo el régimen peronista. La correspondencia entre Cooke y Perén revela una constante preocupacién pot cmo homogeneizar el discur- so peronista2” En segundo lugar, cred un espacio para la aparicién de nuevos medios petonistas 0 pro-peronistas, de los cuales muchos aparecieron de manera clandestina 0 bien bajo circunstancias semi-legales Este espacio fue rapidamente salurado por una verdadera ola de publicaciones nue- vas, con indoles y alcances variados, que se insertaron en la orbita de ta esfeta peronista”” Por ejemplo, fue en noviembre y diciembre de 1955 cuando salieron a la calle por primera vez La Argentina (Justa, Libre y Soberana), dirigido por Nora Lagos en Rosario; Debate, producido por un comité peronista en Resistencia, Chaco; mientras en la Capital Federal aparecieron Doctrina (es verdad y nuestra guia), dirigido por José Rubén Garcia Matin, El 45, a cargo de Axtuco Jauretche, Ef Descamisado, bajo la direccién de Manfredo Sawady, y Palabra Argentina, dirigido por Alejandro Olmos. Un elemento frecuente de la auto- identificacién como peronistas por parte de estas distintas publicaciones fue la alusién que hicieron a las tres banderas justicialistas ~soberania politica, independencia econémica y justicia social que aparecieron tanto en sus denominaciones como en sus articulos.”” Al menos temporalmente, estas publicaciones se vendieron en puestos de venta pé- blicos, normatmente por un promedio de 1,75 pesos, pero muy a menudo la produccién 0 Ja venta fueron interrumpidas por la censura politica. Las muchas hojas barriales tales como Renovacién 0 El Doctrinario, en cambio, carecfan de tales posibilidades de venta y se distribufan de mano en mano, no superando una tirada de cinco mil ejemplares.” Aun- que disimiles en cuanto a la amplitud de su cobertura de asuntos gremiales o estrictamente politicos, todas estas publicaciones se dirigieron centralmente a un piblico peronista, So- bore todo las mas grandes entre éstas trataron superar su dispersién comunicando Ja suerte de publicaciones hermanas y sus directores y derivando citas 0 ideas de ellas. Esta precaria Para la intervencién de EI Lider véase JAURETCHE, Atturo “Los cien dins de “El Lider”, en Dinamis, iim, 46, mayo de 1973, citado en BASCHETTI, Roberto (comp.) Documentos de la resistencia peronista, 1955-1970, De la Campana, Buenos Aires, 1997, p. 23, Véase en general MELON PIRRO, Julio César “La pprensa de oposicidn en ta Argentina post-peronista”, en Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, XMM, nim. 2, Tel Aviv, 2002, pp. 115-138. ® COOKE, John William y PERON, Juan Domingo Correspondencia, Granica, Buenos Aices, (973. 2 Un proceso semejante se desarrollé a nivel de los sindicatos, donde también emergieron nuevos actores (véase JAMES, Daniel Resistance and Integration: Peronism and the Argentine Working Class, Cambridge, Cambridge University Press, 1988, pp. 43-100) 2 ALTAMIRANO, Carlos Bajo el signo de las masas (1943-1973), Ariel, Buenos Aires, 2001, p. 22, advierte que “al menos dos de las eélebres banderas del peronismo: justicia social y soberania politica” habfan formado parte del idearia nacionalista del principio de los aflos 1940s. No obstante, en 1955 estas banderas ran sin duda reconocidas por fa opinién publica como simbotos peranistas. % Segin MOYANO LAISSUE. Miguel Angel (comp.) El periodismo de (a prensa perunista 1955-1972: aiios de luchas y de victorias, Asociacién de la Resistencia Peronista, Buenos Aires, 2000, pp. 15 y 55. prohistoria 8 - 2004 trama relacional fue apoyada por un sentimiento de destino comtin, dadas las condiciones de semi-clandestinidad. Cabe destacar que gran parte de la comunicaci6n peronista -y también los escritos del propio Perén-circularon a través de esta prensa." Asf, las cartas de Perén a menudo ocuparon las tapas de esta prensa y El Guerrillero empez6 a publicar selecciones de su libro Los Vendepatria a partir de marzo de 195825 La repercusi6n del discurso gubernamental en las publicaciones peronistas La dispersién y la heterogeneidad de estas publicaciones peronistas dificultaron la articu- lacién de un discurso concertado. De hecho, en Ia mayoria de los casos, no se puede dis- cernir un esfuerzo conciente de reformular el imaginario histérico del peronismo. En cam- bio, muchas de las notas que estos medios dedicaron a temas vinculados con la historia nacional reaccionaron frente a la retrica gubernamental. Casi nunca se articularon ideas revisionistas sin hacer una referencia al discurso gubernamental. Aun asf, pese a la reitera- da contundencia que Atamburu otorg6 a la “Iinea Mayo-Caseros”, los medios peronistas no respondieron de inmediato. Mientras los diarios no-peronistas de alcance nacional, como La Prensa y La Nacién, dedicaron un espacio considerable a la cobertura del nuevo discurso gubernamental, ‘ales definiciones estuvieron ausentes en muchos de los primeros nimeros de las publicaciones peronistas.2* La mayoria de los periddicos peronistas sélo paulatinamente comenz6 a hacer refe- rencia al discurso del gobierno, muchas veces a partir de ciertos debates y polémicas en curso en ese momento. Asien diciembre de 1955, El Proletario, sucesor de El Descamisa- do, comentaba los intentos de dejar sin vigencia la constitucién de 1949. Ello derivé en un debate acerca del pasado nacional: “La funcién politica de dicha Constitucién (1853] con- sistia en dar fuerza a la expoliacién de la oligarquia y 1a intromisi6n del voraz imperialis- mo inglés y luego yanqui.” Y en Ja misma nota se aceptaba el paralelismo histérico esta- blecido por el gobierno —aunque con una valorizacién inversa~ cuando se afirmaba que, como en aquel entonces, también ahora la oligarquia trataba de recobrar “el poder que “También citculé a través de radios clandestinas y cintas magnetofSnicas que reproducfan la voz de Perén, 2% EL Guerrillero, afo I, nim. 17, 06/03/1958. Fue una publicacién que respondié directamente a Ja-Iinea de. Perén y Cooke, pero en medio de la confusién en el smbito peronista sobre cémo votar en las elecciones presidenciales de 1958 El Guerrillero se alej6 de Cooke, reclamando que la orden de Perén era la absten- cidn (El Guerrillero, ao 1, nim. 15, 13/02/1958). y % Bs muy dificil conseguir colecciones completas de esta prensa, Algunos casos, donde estuvo ausente el debate hist6rico, son: Debute, afto |, nari, 1, noviembre de 1955 que se preocup6 sobre todo por el encar- celamiento de Alejandro Leloir. E! Descamisado, afi }, niim. 1, 30/11/1955, dedicd gran parte de su tinica hoja a la explicacién de su titulo y fa conmemoracién del 17 de octubre de 1945 (no hay que confundir esta publicacién con El Descumisado fundado en 1946, dirigido por Codega Villegas, ni con su homénimo més conocido a partir de 1973), Ductrina (es verdad y nuestra gu(a), abo I, nim. 1, 19/2/1995, La Argentina (Jusia, Libre y Soberanc}, aiio |, nim. 1, 28/12/1955. Tampoco El 45, afio 1, nim. 2, 30/12/1955, al que hubiera correspondids alguna referencia al discurso de Aramburu por razones temporales, hizo referencia al tema de “Mayo-Caseros”. 257, Mictaet Gorset. “La prensa peronista ...” perdieron el 17 de octubre de 1945.""” Este rasgo reactivo y defensivo ~en tanto que las publicaciones en un principio no formularon un propio imaginario hist6rico, sino se defi- nieron a través y en contra del discurso del gobierno~ también se manifestaba en periddi- cos que no estaban directamente vinculados al peronismo, pero que ahora desarrollaban una visién cada vez més positiva de este tiltimo, como es el caso de las paginas de Revolu- cién Nacional de Luis B. Cerruiti Costa, ex-ministro de trabajo del gobierno de Lonardi.* A partir de ahf puede observarse un progresivo proceso a través del cual el conjunto de estos medios informativos Ilegé a reconocer fa verosimilitud de la “linea Mayo-Case- ros”, pero invirtiendo su valorizacién 0 ironizéndola, Por ejemplo, en enero de 1957, Con- signa, publicacién dirigida por Osvaldo E. Méndez, que se ocupaba principalmente de notas relacionadas con asuntos gremiales, Hlevé un juego de preguntas y respuestas que puede ser lefdo como un cuestionario acerca de las tentativas discursivas de Aramburu: “P.— {Puede nombrarme un précer de la historia nacional? {...] R.-El augusto y excelso general Mitre. {...] P. - ;Quién fue el general Angel Vicente Pefialoza? R. ~ Un monstruo nacido en las selvas de La Rioja. En un tiempo fue bueno y combatié a la tiranfa de Rosas. [...] P. - {Quién hizo fusilar a Camila O'Gorman? R. - El tirano innombrable, (..J P.-{Quién hizo fusilar en 1870 al contingente entrerriano...?R.~ El democratico y civilizador general Domingo F. Sarmiento. P. ~ {Es licito degollar las ideas? R. — No, las ideas no se matan; a lo sumo se cesantean, P. — {Quién hizo degollar al cripto-cegetista Angel Vicente Pejialoza? R. ~ El libertador y director de la guerra Domingo F. Sar- miento. [...] P. — También aqui, el rechazo de la “linea Mayo-Caseros” estuvo conectado con tn debate sobre la constitucién (Revolucién Nacional, aio 1, nim, 2, 30/08/1956). Consigna, aiio M1, nin. 5, 22/01/1957. No hemos podido ubicar ninguna entre fines de 1955 y 1958, mientras son abundantes en la época anterior al golpe de 1955. 258, prohistoria 8 - 2004 en cuanto a una versién propia y afirmativa de la historia nacional que el peronismo pudie- ra poner aJa “linea Mayo-Caseros”. Aunque ya no hicieta referencia directa al discurso del poder estatal, su estilo irénico todavia Hevaba implicita una reaccidn frente a aquel discurso de “Mayo-Caseros”, cuyo ideario rechaza. Este rasgo reactivo y defensivo en la prensa peronista recién desaparecerfa con el fin del gobierno de Aramburu. As‘, por ejem- plo, Rebelién, una hoja barrial de Rosario que salié a la calle por primera vez en 1959, se dedicé exclusivamente a la fusion de la doctrina peronista con ef revisionismo sin aludir a la propaganda de la Revolucién Libertadora.” Puede observarse un proceso semejante en los escritos del propio Pern, Segdn Mariano Plotkin, en una edicién del libro de Perén intitulado La fuerza es el derecho de las bestias, publicada en Caracas en 1957, Perdn todavfa comparé de manera desfavorable la represi6n del gobierno de Aramburu con la Mazorca de Rosas.” Pero ya hacia fines de ese mismo afio, se efectus a “conversi6n” puiblica de Perén al revisionismo en su libro Los vendepatria. Nos interesa sobre todo rescatar aqué cémo Perén respondié la cuestiGn del por qué de esta reorientacién. En este sentido, seitalé que “la dictadura ha invocado la ‘Linea Mayo-Caseros’ que manifiesta seguir.” En contraste marcado con lo dicho pocos meses antes, en Los Vendepatria acept6 que “es indudable que su confesién es real.” Es s6lo a través de este reconocimiento que Perdn concluy6 que “ellos, como Alzaga, Liniers, Alvear, los enemigos de Rosas, etc. tienen su linea indiscutible: la de la traicién a la Patria.” Luego retoms6 el motivo de! empréstito de Bernardino Rivadavia que desencade- narfa la dependencia argentina, admitiendo que “el Gobierno del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas es, sin duda, la elocuencia mas evidente de esta sords lucha” para la independencia y contra la “traicién”.* En suma, como hemos visto en la mayoria de los medios peronistas, la apropiacién del revisionismo de Perén aparece como el derivado Hemos podido hallar los dos primeros nimeros de esta publicacién (fechados 18 de noviembre de 1959 y primer quindenio de diciembre) ¢ ignoramos si habfa ms. Fue publicado por un grupo que se Ilamé Juven- tud Justiciatista 2 PLOTKIN, Mariano “La ‘ideologfa’ de Persn: continuidades y rupturas”,en AMARAL, Samuel y PLOTKIN, Mariano (comps.) Perdn del exilio ul poder, Céntaro, Buenos Aires, 1993, pp. 53-55 y p. 311. Seatin Plotkin, en la edicidn siguiente, publicada en Madrid en ese misino af, la referencia fue eliminada, proba- blemente por el director del Instituto Juan Manuel de Rosas. José Marfa Rosa, con el aval det lider exitiado. No hemos podido consultar la edicion de Caracas, pero de todas maneras ta referencia no se encuentra en ninguna de tas varias otras ediciones det mismo libro (Editora Grifica Mundo, Lima, 1956; s/e, Madrid, 1957; Cicerdn, Montevideo, 1958; Sintesis, Buenos Aires, 1973). El hecho de que tampoco aparceié en la edicidn de 1956 permit la interpretacién siguiente: Perdn no sto se alej6 de su estrategia de difamar a la Revolucién Libertaiora comparsindola con la Mazorea, sino su interés en dicha analogia fue suscitado s6lo por Ia insistencia vigorosa que el mismo gobiemo habfa otorgado a tales comparaciones, PERON, Juan Domingo Los vendepatria..., cit., p- 220. La idea del empréstito rivadaviano como “primer brazo de la dominacién” britanica también parece ser un motivo apropiado, quizas de SCALABRINI ORTIZ, Rait Politica britdnica en el Ria de la Plata, Plus Ultra, Buenos Aires, 1965, p. 90 (por primera vez publicado en 1939), Desde luego, no deja de llamar la atencisn que en ver de figuras eldsicamente vilipen- diadas por el revisionismo, tales como Rivadavia, Sarmiento o Mitre, Perén nombr6 un conjunto de perso- 259 Miciast Goenet “La prensa peronista ...” inverso de la propaganda desde el gobierno: el peronismo acepté el concepto central de los discursos de Aramburu y Rojas, dotindole de una valorizacién afirmativa, La tesis de que este nuevo revisionismo de Perdn es mds forzado que deseado se consolida también por la estructura de su libro. De las 236 paginas, Perén dedicé tan sélo dos al tema de “La Dicta- dura y la Historia” y, de estas dos, una por completo consistfa de una cita larga de Palabra Argentina. La reconfiguracién politica Desde nuestra perspectiva, Palabra Argentina constituye un caso interesante del acerca- miento entre revisionismo y peronismo, ya que alli la descrita via del derivado inverse confluyé con el factor de una recomposicidn politico-ideoldgica en el perfodo que se abrié a fines de 1955. Palabra Argentina salié a la calle por primera vez el 14 de noviembre de 1955 con ocho paginas en tamafio broadsheet, ya a partir del segundo ntimero se redujo a cuatro paginas en el mismo formato. Pese a la falta de dinero y de registro de propiedad intelectual, pese también a su existencia insegura en términos jurfdicos y al constante mie- doa la represi6n -todas caracteristicas que compartia con sus publicaciones hermanas-, el periédico logré aparecer regularmente hasta diciembre de 1956 cuando fue clausurado por cuatro meses. Después reaparecié hasta 1961, aunque con interrupciones mayores y en formato distinto en los dos tiltimos aos." Como la gran mayorfa de los periddicos peronistas de la época, su linea editorial descansaba principalmente sobre las ideas politicas de su director. El director de Palabra Argentina, Alejandro Olmos, era un veterano nacionalista vinculado a los golpistas de junio de 1943, Al aparecer su periddico en 1955, ya habia acumulado experiencias periodisticas por haber sido el director de Juan Manuel. Esta efimera publicacién rosista del afio 1951 fue concebida como expresién de las demandas de un grupo llamado Comisién Popular Argentina para la Repatriacién de los restos del Brig. Gral. Don Juan Manuel de Rosas, en el cual Olmos se destacé como secretario general, David Uriburu como presidente y Ramon Doll como uno de los vocales.* Por lo que se puede extraer de su publicacién, este grupo mantuvo vinculos con varias personas que habian sido integrantes de los gobiernos nacionalistas y autoritarios entre 1943 y 1946 y con el Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Histéricas, mientras nada indi- caenlaces directos con el gobierno peronista.** Cuatro afios mas tarde, en el primer ntime- najes por quienes el revisionismo nunca habia mostrado mucho interés (Alzaga, Liniers y Carlos Marfa de Alvear -muy probablemente el Alvear en quien Perén pensaba). No se puede profundizar esta discusién ‘qui, pero Ia oracién de Pern podria ser interpretada como fa falta de un “conciencia revisionista”. “Por la fecha de la clausura hemos seguido a MELON PIRRO, Julio César “La prensa de oposicién..., cit Ademés, fue detenido su director en junio de 1957. Juan Manuel, afo |, nim. 2, 09/08/1951. En 1970, Olmos dirigis otra empresa periodistica, Feever Frente que se destacé principalmente por una tendencia tercermundista Véanse las listas de oradotes en actos publicos y los avisos de reuniones en Juan Manuel, ato I, nim. 2, 091 ‘08/1951. David Uriburu, sobrino de José Felix Uriburu, habfa sido interventor en Corrientes desde marzo 260 ge prohistoria 8 - 2004 ro de Palabra Argentina, en una carta abierta dirigida al nuevo gobierno provisorio de Aramburu, Olmos se definié como “un ciudadano”, subrayando su relacin conflictiva con el peronismo en los afios transcurridos. Sin embargo, en el editorial de este mismo nimero, Olmos explicitamente reivindicé las banderas de “una Argentina socialmente justa, econd- micamente libre y politicamente soberana”."’ En los meses siguientes no qued6 duda so- bre el acercamiento del periddico al peronismo, proceso que culminé en la fundacién del Partido Blanco, liderado por Olmos, una de las primeras empresas neo-peronistas. Mas alld de que el periédico no se encontrara “en la Ifnea ortodoxa”, Cooke escribié que tenia un “tono verdaderamente peronista”.2* Si tenemos en cuenta la anterior actitud rosista de Olmos y su “peronizaci6n” a partir de 1955, no sorprende que en el caso de Palabra Argentina aparezcan elementos de un vinculo entre rosismo y peronismo que fue anterior a la ret6rica gubernamental.” Pero a partir de la formulacién de ese discurso, los comentarios de Palabra Argentina en cuanto a la historia nacional, como los de los otros medios peronistas, se refirieron ante todo alo que habfan expresado Aramburu y Rojas. Reaccionando répidamente frente al discurso inaugural de Aramburu, el editorial del 1° de diciembre de 1955 declaré: “Por primera vez un Gobierno de una revolucién invoca como ‘glorio- so’ precedente el pronunciamiento del General Urquiza y la triste ac-~ cin militar de Caseros. Una revolucin autodenominada ‘libertadora’ no puede honrarse con la evocaci6n de la mas grande tragedia de nuestra historia [...] Caseros no fué la ‘liberacién de la dictadura’, sino la de- clinacién del sentido nacional de personalidad y soberanfa. No fué el triunfo de una doctrina nuestra, sino la imposicién por la fuerza de un espiritu formado en filosoffas ¢ intereses extrafios.”® Como ya hemos visto en otra ocasién, también aqui la nota fue acompafiada por un argumento en favor del mantenimiento de la reforma constitucional peronista de 1949. A partir de entonces, discusiones sobre los antecedentes hist6ricos del peronismo y de la Revolucidn Libertadora fueron reiteradas varias veces, en general en un tono reactivo 1944 hasta enero de 1945. También se mencioné como otador en un acto reclamando la repatriacién de Rosas, Raiil Puigh6, posteriormente jefe de los comandos de Lonardi. A partir de noviembre de 1955, Puighs se acereé al peronismo. Palabra Argentina, afo 1, nim. 1, 14/11/1955. COOKE, John William y PERON, Juan Domingo Correspondencia, cit. t. 1, pp. 299 y 193. » Sin embargo, la analogta entre Rosas y Pern fue formulada de forma relativamente indirecta, En Palabra ‘Argentina, afo 1, adm. 1, 14/11/1955, se lee: “Frente a este proceso que el odio abre {la politica de Ta Revolucisn Libertadora], bien puede decirse, parafraseando un concepto de Rosas formulado en su exilio ‘en Inglaterra: ‘El juicio de Perén compete a Dios y a la Historia, porque sélo Dios y la Historia pueden juzgar a los pueblos.” “© Palabra Argentina, aio t, nim. 2, 01/12/1955, Esta fue parte de Ta cita adoptada por Pern casi dos afios més tarde. Micuat. Goepet “La prensa peronista ...” frente al discurso gubernamental, aunque con dos diferencias respecto a las otras publica- ciones peronistas: la reacci6n aparece de manera més temprana y con mayor frecuencia en Palabra Argentina que en la mayoria de los otros medios. Sin embargo, este periddico constituye més que una simple exeepcién a la regla Durante los meses en los cuales Perén termin6 de escribir su libro Los Vendepatria, Cooke le advirtid varias veces de la importancia de Palabra Argentina, En sus cartas a Perén, escribié que “se calcula que lo len un millén de personas”, que era uno de los periédicos mis influyentes y con mayor tirada y aconsejé no descuidarlo."’ De hecho, Palabra Ar- gentina adquirié una fuerza movilizadora considerable dentro del campo peronista. Acer- ca de una conmemoracién ilegal del primer aniversario del levantamiento pro-peronista del general Juan José Valle en contra del gobierno de la Revolucién Libertadora, organiza- da por Palabra Argentina, Cooke informé a Pern que habfa logrado reunir alrededor de 20,000 personas. Por otra parte en cuanto a sv tirada, si bien no poseemos datos, la cifra de un millén de lectores es ciertamente impresionante, comparada con la tirada de un petiddico de caracteristicas similares como El 45, que declaré que tiraba 100,000 ejempla- res a fines de 1955; la misma cifra que anunciaban los editores de Azu! y Blanco, semana- rio nacionalista de formato similar, un afio més tarde acerca de su publicacién.® Aun suponiendo que todas estas cifras en realidad fueran més bajas, no obstante indican un aleance considerable de todos esos medios ~y de Palabra Argentina en particulas— si se las compara con otros datos accesibles de la misma época.* Dados los antecedentes rosistas de Olmos, sumado a la importancia de su perisdico, podrfamos leer ta “conversién” de Perén al revisionismo en Los vendepatria como una COOKE, John William y PERON, Juan Domingo Correspondencia, cit.,, |, p. 193 (un millén de perso- nas) y p. 299. Estas dos cartas tienen relevancia especial porque fueron escritas a mediados de 1957, ‘cuando Perén estuvo escribiendo su libro (véas¢ la carta de Perdn del 22 de noviembre de ese mismo afio-en COOKE, John William y PERON, Juan Domingo, Correspondencia, cit. t. 2, pp. 41-42). Ademés, Cooke mencion6 a Palabra Argentina en varias otras ocasiones. El otro periédico peronista al que Cooke se referia a menudo fue Rebeldia, a cargo de Manuel E. Bustos Nuifez, pero efectivamente dirigido por Herndn Benitez, Este ultimo aparecis solamente a partir del 1957 y de forma menos regular que Palabra Argenti- ‘na. Como consecuencia, es menos relevante aqui. Noes posible establecer la cantidad de manifestantes. Cooke estimé que eran 20,000, mientras una agencia americana mencioné 1.500 y Agence France Presse 30.000 (COOKE, John William y PERON, Juan Do- mingo Correspondencia, cit.,t. 1, p. 176). Aunque Cooke no mencioné Palabra Argentina como organiza- or de la manifestaciGn, era sabido que fuc este periédico que la habia convocado y se puede suponer que. Peron también lo sabia. Véase también el testimonio de Olmos en MOYANO LAISSUE, Miguel Angel EI periodismo.... City p. 27 ELAS, aifo 1, nim. 2, 30/11/1955; Azul y Blanco, nim. 22, 04/11/ 1956, citado en MELON PIRRO, Julio César “La prensa de oposicisn.." cit., y SIGAL, Silvia Intelectuales y poder en Argentina: La década det sesenta, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002, p. 118, que cita a Jauretche, afirmando una tirada de 200.000 de El Lider El periodista Carlos Ulanovsky estima que el diario Lar Prensa tiré alrededor de 350,000 ejemplares hacia fines de 1956 (ULANOVSKY, Carlos Paren las rotativas: historia de los grandes diarios, revistas y perio- distas argentinos, Espasa, Buenos Aires, 1997, p. 114). En cambio, del libro Los vendepatria de Peron 262 prohistoria 8 - 2004 concesién téctica a Palabra Argentina, orientada a mantener abierta la posibilidad de una alianza Con sectores nacionalistas. Asimismo, las manifestaciones en Palabra Argentina del avanee del imaginario revisionista en el peronismo pueden ser entendidas como ejem- plo de algunos cambios mas generales. A partir de noviembre de 1955, se produjo un répido acercamiento entre diversos niicleos del nacionalismo y del peronismo. Tras cl répido distanciamiento entre el nuevo gobierno y los grupos del “nacionalismo cestaura- dor”, desilusionados con el rumbo de una revoluci6n, que muchos de ellos pensaron que ya no era la suya, sus medios de difusién ahora se encontraban también en la oposicin. Este posicionamiento no sdlo favorecié su acercamiento al peronismo, sino también faci- litaba la insercién del revisionismo, cuyo ideario fue traido al campo peronista por algunos de estos grupos nacionalistas. Esta reconfiguracién politica cobré mayor fuerza a partir de la candidatura y la pre- sidencia de Frondizi, proceso que desembocé en una difusi6n acclerada del revisionismo a través de ntievas revistas, tales como Qué (sucedié en 7 dias), Mayoria, El Popular y Santo y Sefta® Todas éstas mostraban varias caracteristicas que las distingufan de la pren- sa peronista bajo la Revolucién Libertadora. Sobre el fondo de la répida modernizacién cultural cambiaron formato y estilo de las publicaciones que ahora introdujeron cada vez més fotografias y otros elementos gréficos. En contraste con la prensa peronista, la linea ideol6gica de estas nuevas revistas no dependié principalmente del ideario de sus directo- res, sino podfa variar de forma considerable entre los articulos, dependiendo de quién sabemnos que “Ia primera edicién, de 20.000 ejemplares, se agot6 en pocos dfas” y que “se hicieron nuevas ediciones” (COOKE, John William y PERON, Juan Domingo Correspondencia, cit., t. 2, p. 104. Es proba- ble que esta carta de Cooke, fechada 27 de septiembre de 1958, se refiera a la edicién de Buenos Aires de 1958, cuya impresién se terminé en julio de este mismo aio, y no a la anterior ediciGn de Caracas de 1957. En (otal, circularon por Jo menos dos ediciones del libro a fines de 1958. Hubo al menos una tercera edicién, la de editorial Freeland de 1972). En comparacién con otros libros, la cifra de 20,000 es relativa- mente alta (SIGAL, Silvia Intelectuales y poder... cit. p. 75, calcula que los 2,623 libros editados en fa Argentina en 1958, tiraban un promedio de 5.471 ejemplares), pero si la comparamos con Palabra Argen- tina, parece muy baja. 45 Seguimos el trabajo de BUCHRUCKER, Cristién Nacionalismo y peronismo, cit., en su distincién entre un “nacionalismo popular” (pp. 258-276) y un “nacionalismo restaurador” (pp. 116-257). Entre 1955 y 1958, el caso periodistico mas importante de un acercamiento entre una forma del “nacionalismo restaurador” y el peronismo es Azul y Blanco. El equipo de este publicacién mantuvo vinculos con Jos integrantes del gobierno de Lonardi (sobre todo a través def ministro de relaciones exteriores, Mario Amadeo, pero tam- bign a través de Puighs), y luego se aceres al peronismo. Aun asf, serfa dificil de clasificar Azul y Blanco ‘como prensa peronista Ademés, hasta 1958, su linea editorial frente a debates historiogrdficos fue mucho mas ambivalente que la de Palabra Argentina, Sélo a partir de 1958 Azul! y Blanco empez6 a interpretar la historia nacional en clave més claramente revisionista. % La Revista del Instituto de Investigaciones Historicas Juan Manuel de Rosas, nim. 17, tercer trimestre 1958, p. LIL, destacé Mayoria y Qué... como ayudantes de ta empresa revisionista. Mayorta, a cargo de Tulio Jacovelia, fue una revista de corte nacionalista que apoyé a ciertas corrientes del neoperonismo, Sin embargo, no se identific6 claramente con el peronismo. Qué. fue una revista feondizista bajo la dirigencia de Rogelio Frigerio, donde contribuyeron, entre otros, Jauretche y Rati Scalabrini Ortiz, Micuact. Gore! “La prensa peronista ...” fuera el colaborador. Estos colaboradores a menudo provenfan de costientes politicas di- vergentes, as{ que muchas mostraban afiliaciones partidarias 0 ideol6gicas més imprecisas que la prensa peronista en los afios anteriores. Como consecuencia, se dirigieron a un publico més amplio. Por otro lado, en ellas Ia difusién del revisionismo ya no funcionaba como un derivado circunstancial de aquel otro discurso desde el poder estatal, sino en forma de columnas escritas que se dedicaban exclusivamente a los temas queridos del revisionismo histdrico, por ejemplo las de José Marfa Rosa en Santo y Seri Conclusion A partir de la hipétesis que los avances realizados por el revisionismo a lo largo de los. afios 1960s. estuvieron vinculados con su insercién en el peronismo, nos hemos planteado Ta cuestin sobre c6mo y hasta qué punto tal inserciGn se manifest6 a través de los produc- tos de la prensa peronista en los afios posteriores al golpe de Estado de 1955. El andlisis de esta prensa revel6 que ja reformulacién del imaginario histérico del peronismo fue un proceso coyuntural. Por un lado, esta nueva visiGn fue el contrapunto de un discurso que provino del propio poder estatal. Este discurso gubernamental, que construy6 una linea que Tlevaba desde Mayo por via de Caseros hasta la Revolucién Libertadora ¢ implic6 una analogta entre Rosas y Pern, fue elegido por Aramburu y Rojas como elemento central de propaganda. Fue esta invenciGn que sirvié como punto de partida en las consideraciones peronistas acerca de 1a historia nacional. Las publicaciones peronistas reaccionaron frente a ella, acepténdola como verosfmil, pero invirtieron su valorizacién peyorativa. Esta pri- mera Iinea de interpretacién puede sostenerse también por los escritos del propio Perén. Pero la “conversiGn” de Per6n a un entendimiento revisionista de la historia nacional permite una segunda lectura, Desde el punto de vista estratégico, en una coyuntura en la cual el futuro del peronismo parecfa muy inseguro, la abertura del peronismo hacia las iconografias revisionistas prometié el mantenimiento de Ifneas de comunicacién con po- tenciales aliados nacionalistas que se habian dedicado a la empresa revisionista.” En este sentido, la reformulacién de la iconografia hist6rica del peronismo puede entenderse como el resultado de un proceso de reconfiguracién politica de los grupos de oposicién al go- bierno provisorio de Aramburu. Se produjeron cambios importantes en las corrientes na- cional-populates, particularmente una aproximacién de néicleos nacionalistas al peronismo. EI ejemplo mas destacable de este proceso fue el de Palabra Argentina, el periédico peronista més regular y mds influyente a lo largo de aquellos tres afios, donde el rechazo del ideatio histérico de la Revolucién Libertadora fue alimentado por el rosismo pre-exis- tente de su director. Sin embargo, también en este caso, fue el discurso gubernamental que alimenté el proceso de apropiacién del revisionismo por parte de los peronistas. Por eso, las dos Ifneas de interpretacidn no se excluyen mutuamente. * PLOTKIN, Mariano “La ‘ideologia’ de Perdn...", cit, pp. 53-5 propone una interpretacién muy similar. prohistoria 8 - 2004 Estas dos interpretaciones no deben ser entendidas como determinantes exclusivas, Podrian nombrarse otras coyunturas discursivas que favorecieron dicha apropiacién. Si hemos de seguir a Maristella Svampa, se podrfa sostener que la concepcién del pueblo como “masa organizada”, que Pern formulé entre 1943 y 1955, implicaba el concepto de una misi6n civilizadora que tenia que ser cumplida desde el poder. Segtin Svampa, este concepto era dificil de compatibilizar con muchos elementos del discurso revisionista."* De ahi, podrfamos seguir que ese obstaculo discursivo desapareci6 cuando el peronismo pasé a constituir una oposicién dispersa, que podfa identificarse més facilmente con el concepto de barbarie. Por otro lado, podrfamos seguir a Gerardo Aboy quien advierte que, a partir de 1955, el icono Rosas cumplié la funcién de “un significante sustituto a partir del cual otra imagen no exhibida, la de Perdn, seguia presente como mecanismo de fijacién iconografica.”® Estas dos explicaciones ciertamente contribuyen al entendimiento de pro- cesos de formulacién identitaria en la longue durée y no contradicen a las dos lineas de interpretacién que hemos propuesto aqui, Ademis, el acercamiento al peronismo de inte- lectuales de izquierda después de 1955 merecerfa un estudio mucho mas exhaustivo. Sin embargo, a corto plazo, las caracterfsticas centrales de la apropiacién del revisionismo por parte del peronismo son, por un lado, su postura reactiva y defensiva frente al discurso gubernamental, y por otro, su aceleracién por un acercamiento de sectores n: peronismo. Londres, octubre de 2003 “© SVAMPA, Maristella El dilema..., cit., pp. 223-229. ® ABOY CARLES, Gerardo “Las dos fronteras...", cit., p. 155. 265 fe

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