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Lecnen Dauisou,G., Wené, Tt. Cte), Bre ley. Me Eu Lirnusa wiley . Ke 3g. BvTRODUCCION: FACTORES sienten que es la manera adecuada de hablar sobre conducta y experiencia humanas, y la que podria ser una manera mAs productiva de definisla a fin de estudiarla y aprender acerca de ella Si la mayaria de la gente habla de "sentimiento de terror", uno se sentiria més inclinado a emplear una frase tal como “respuesta de miedo de gran magnitud”. ¥ al hacer- Jo,no se utilizarian simplemente juegos de palabras. Los conceptos y etiquetas verbales que se emplean para estudiar la conducta anormal cientificamente eben mantenerse al mangen de los sentimientos subjetivos que a menudo se atribuyen a determina- dos fenmenos humanos. Por consiguiente, esto equivale a pedir af lector que adopte marcos de re- ferencia diferentes a los que acostumbra, ¢ incluso distintos a los que emplean los especialistas cuando rio desempenan funciones profesionales. E] caso de estudio con que se inicia este capi- tulo, se presta a gran diversidad de interpretacio- nes, Sin duda el lector tiene algunas ideas acerca de cémo surgieron los problemas de Ernest, cudles son sus dificultades principales, y tal vez hasta c6- mo podria tratar de ayudarsele, No existe un reto intelectual o emocional més grande que decidir dos cosas: cémo concebir la vida de una persona ‘con problemas psicolégicos, y el mejor tratamien- to que puede proporcionérsele, Al finalizar el ca~ pitulo 2, se volveré al caso de Emest H. para demostrar cémo podrian describirlo especialistas de diferentes orientaciones tedricas para tratar de ayudarlo. A continuacién se estudia lo que se entiende por conducta anormal. Después se examina breve- mente cémo ha evolucionado a Jo largo, de la his- toria la concepcién de anormalidad hasta las perspectivas mas cientificas de hoy dia. Srieliscs recy eitery eur Definir la conducta anormal es uno de los retos més formidables para Ja psicopatologia de la conducta anormal. Se han propuesto varios com- ponentes de ls misma que se estudian a continua cin. Ninguno es por si solo suficiente, aunque pase tun mérito propio y todos en conjunto ayu- dan a conformar lo qué vendria a ser una defi- nicién cabal de dicha conducta. Se vuelve a mencionar esta cuestiOn tan pronto se estudien los componentes de infrecuencia estadistica, viola- cién de normas, afliccién personal, incapacidad 0 disfuncién, ¢ imprevisibilidad a hele Condety Arormal. ODF §STORICOS Y CIENTIFICOS imera de sets oni te agers FIGURA 1.1 La dstibucln de integers entre adits raza ura cue ora ocampenitrme, Aunque a conduct anol és 2 menudo infrecuené, fo mismo pede ects de a yen capacid alice como ia 68 Jails Joyner-Kersee. Por tarto ls irecvenca noes una caracteristica lo suientemente v= ia de la conducta anor Infrecuencia estadistica Un componente de la conducta anormal es que es infrecuente. Quienes estudian este aspecto de tal conducta por lo general miden caracteristicas es- pecificas de la gente, como son rasgos de la perso- nalidad, formas de comportarse y la distribucién de dichas caracteristicas en la poblacién. Cierto ti- po de distribucién poblacional, o sea la curva nor- mal (figura 1.1), indica que la mayoria de la gente se encuentra en un punto medio en lo que respec- taa determinada caracteristica particular. Es decir, muy pocas personas quedan en cualquiera de los dos extremos. Al afirmar que alguien es normal, se da a entender que no se desvia gran cosa del pro- medio en que se zefiere a un rasgo 0 patron de conducta en particular. La infrecuencia estadistica se emplea explicita- ‘mente para diagnosticar el retraso mental. En la fir gura 11 aparece la distribucién normal de las ediciones de cocientes de inteligencia en la pobla- cién, Aunque el diagnéstico, de retraso mental se basa en una serie de mediciones, el principal crite- rio que lo determina es un bajo nivel de inteligencia (véase pégina 593) Si el cociente de inteligencia de luna persona es inferior a 70, se considera que su desempefio intelectual es a tal grado subnormal que se le diagnostica retraso mental. Si bien gran parte de las manifestaciones de la conducta infrecuente en verdad parecen anormales, hay casos en que no es valida esta relacién, Por ejem- {QUE BS LACONDUCTA ANORMAL? 3] plo, pocos poseen una tremenda habilidad atlética, pero nose les puede considerar como anormales en el sentido que aqui se emplea. Sdlo determinadas conductas inusitadas, como el ser victima de aluci- naciones o depresiones profundas, corresponden a Ja categoria de manifestaciones conductuales exa- minadas en esta obra. Sin embargo, existe el incon- veniente de que el componente estadistico no es de gran ayuda para establecer cul es la conducta in- frecuente que deben enfocar los psicopatdlogos. Se ha dicho que la conducta anormal es también aquella que viola las normas sociales y constituye una amenaza 0 produce ansiedad en quienes la observan. Este componente también es valido, aun- que sélo en parte. Esta definici6n concuerda con la safia del psicSpata, lo mismo que la en ocasiones conducta salvaje de un manitico o los manieris- mos tan extraiios del esquizofrénico. Segiin este componente, la anormalidad es un concepto rela- tivo; es decir, se pueden tolerar distintas formas de conducta inusitada, dependiendo de las normas culturales que rijan. No obstante, este componen- te es ala vez demasiado general y restrictivo. Los delincuentes y prostitutas violan las normas so- Gales, pero rara vez son objeto de estudio de la psicologia de la conducta anormal. Asimismo, la persona con un alto grado de ansiedad, que por Asistr a clases desnuda, como tio an 1992 este alumno de Berkley, vita caramante tas norma, pero no ecesaraments impica pseapatoogia 32. INTRODUCCION: FACTORES HISTORIC Jo general constituye el sujeto idéneo de esta area de la psicologia, casi siempre pasa desapercibida para muchos observadores promedio. Por otra parte, las Hamadas normas sociales pueden depender dé lo que se considere como normal o no en cada cultura, Este detalle tan sutil se toca repetidas veces a lo largo de esta obra, en especial en el capitulo 4 (paginas 135-138). Afliccién personal La anormalidad sugiere la idea de sufrimiento per- sonal. En este sentido, la conducta es anormal si les produce a quienes la manifiestan una gran aflic- cidn y tormento. Bs claro que la afliccién personal es uno de los sintomas de varias de las formas de conducta anormal que se exponen en este libro, ‘pues quienes experimentan trastornos por ansie- dad y depresion en verdad sufren mucho. Sin embargo, no todos los trastornos generan aflic- cién. Por ejemplo, el psicépata trata a los demas con frialdad y puede transgredir constantemente la ley sin experimentar culpa, remordimiento 0 ansiedad algunas. Por otra parte, esta area de la psicologia no se ocupa por igual de todas las formas de afliccién (Rambre 0 el dolor de la ni- fiez). Ademés, otro inconveniente de basarse en el malestar personal como caracteristica esencial de COS. psicopatologia es su indole inherentemente subje- tiva, Son las personas quienes suponen y afirman estar sufriendo, pero es dificil comparar en qué medida lo hace cada una, ya que son muy varia~ bles los criterios en que se apoyan para definir sus propios estados psicolégicos. Incapacidad o disfuncién Otro componente de la conducta anormal es la #- capacidad, es decir, el individuo esté imposibilita- do de alcanzar alguna meta debido a su estado anormal. Por ejemplo, los trastoros por consumo de sustancias se definen con base principalmente en cémo la sustancia de que se trate provoca cierta incapacidad social u ocupacional (por ejemplo, es- caso tendimiento en el trabajo, discusiones fuertes con el conyuge, etc). De modo semejante, una fobia puede indicar tanto afliccién como incapacidad si, por ejemplo, un acentuado temor a volar impide que alguien acepte un ascenso, Sin embargo, como sucede con el sufrimiento, la incapacidad se obser- va s6lo en parte de los trastornos. Por ejemplo, es dificil decidir si el travestismo (cuando la persona se viste con prendas del sexo opuesto para experi- mentar placer sexual) es en todos los casos una incapacidad. La mayorfa de travestis estén casados evan vidas convencionales, y por lo general prac- Leatooon perseral define asimisro pate dea crnducta anormal, pero a dferencie del dbo, que es un res puesta preville al pra de un ser auido ta de inde psioapateécica resulta neoryruenes con ests in que a sus tican su peculiar costumbre en privado. Otras ca- racteristicas que en determinadas circunstancias podrian catalogarse como incapacidades (por ejem- plo, una baja estatura si el interesado desea ser jugador profesional de baloncesto), no atafien pro- piamente al dominio de la psicologia de la conduc- ta anormal. Como sucede con la afliccién, como no se cuenta con wna definicién mas precisa de lo que es una incapacidad, es dificil saber cudles corres- ponden o no a esta area de Ia psicologia En relaci6n con la idea de que el trastomo cons- tituye una incapacidad, Wakefield (1992) sugiere que un componente fundamental de la enferme- dad 0 el trastorno es una disfuncién perjudicial, es decir, alguna anomalfa del funcionamiento normal de cierta estructura o mecanismo del organismo, que le ocasiona daftos a la persona. Por ejemplo, es- teautor afirma que las fobias son trastornos, porque la gente no se "diseii6” para temer a cosas, ideas, 0 sucesos que no la pueden lastimar. Por tanto, si bien es normal sentir miedo a ahogarse si uno no sabe radar, es una fobia y una anormalidad asustarse an- te la idea de zambullirse en el agua si se sabe bucear y no existen otros peligros evidentes en ella. La pro- puesta de Wakefield depende mucho de Jo que se entienda (o se haya acordado) como normal, de cé- mo esté coordinado el organismo humano y de cémo debe funcionar supuestamente. Sugiere que ‘inicamente conociendo lo que constituye un fan- cionamiento normal, esto es, lo que él organismo es- ta disefiado para llevar a cabo, se puede contar con. un ctiterio valido para establecer 0 no la existencia de trastorno. Pero puesto que la validez de esta su- gerencia depende de lo que se juzgue que es, en rea- lidad, el estado anormal o funcionamiento interno del animal humano, podria estar més bien formu- lando una interrogante que despejan una duda. Imprevisibilidad Otro componente de la definicién de anormalidad 25 que es imprevisible, El hambre es una respuesta previsible a no comer, por lo que no puede consi- Gerarse como un estado de afliccién concerniente a la conducta anormal. En cambio, nutltiples for mas de dicha condueta son respuestas inesperadas a estresantes ambientales. Por ejemplo, se diag- nostican trastornos por ansiedad cuando ésta es exagerada teniendo en cuenta las circunstancias, como cuando la gente se preocupa en demasia de su situacién econémica aun siendo solvente. Con el tiempo se han modificado parte de las categorias de conducta anormal que aparecen en PROFESIONALES DELASALUD 33 los manuales.de diagnéstico oficiales, pero ello no implica que se haya adoptado alguna definicién en particular de la conducta anormal. En ciertos casos, las investigaciones clinicas han ayudado a identificar un nuevo sindrome. Por ejemplo, al ati- tismo infantil no se incluys entre los diagnésticos psiquiatricos oficiales hasta 1980, aun cuando en’ los afios cuarenta se describié por vez primera en la literatura clinica, En otros casos, han variads las normas y valores, Por ejemplo, en el curso del siglo xx, cada vez mas gente supuso que sus problemas psicolégicos requerian de ayuda profesional. Con este mayor flujo de pacientes, terapeutas e investi- gadores enfrentaron problemas que nunca habfan imaginado, y hubo que formular nuevos diagnés- ticos. En est4 obra se presenta una lista de estados que actualmente se catalogan como ancrmales, pero es casi seguro que dichos trastornos varien con el tiempo. Debido a la naturaleza tan cambiante de esta rea, es imposible ofrecer una definicion simple de anormalidad que la englobe totalmente, Estos componentes de anormalidad que se acaba de describir s6lo la definen en parte, pero no se apli- can por igual a todos los diagnésticos Los psicélogos clinicos, es decir, los distintos profe- sionales considerados como verdaderos especialis- tas en atencién psicolégica, pueden recibir distintos tipos de entrenamiento. Para la practica de la psico- logia clinica (profesién de ambos autores de este li- bro), se tequiere por lo general un doctorado, que implica de cuatro a cinco aftos de estuclios de post- grado. La preparacién para el doctorado en psicolo- gfa clinica es muy semejante al relativo a otras areas especiales de psicologia: cognitiva, experimental, fisioldgica, social, del desarrollo, 0 de la edad avanzada, con gran uso de trabajo de laboratorio, disefios de investigacién, estadistica, asf como el es- tudio empfrico de la conducta humana y animal. Como en las dems areas de la psicologia el grado Obtenido es basicamente de investigador por fo que los aspirantes deben redactar una extensa tesis 50- bre un tema especializado. Ademis, los aspirantes a psicélogos clinicos desarrallan habilidades en otras dos éreas que los diferencian de otros aspirantes al doctorado en psicologia. En primer lugar, aprenden técnicas de valoracién y diagndstico de trastornos mentales; es decir, aprenden a determinar silos sfft- tomas o problemas de un paciente indican un tras-

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