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Los campesinos de las montafias de la Cabilia han mantenido, con independencia de las conquistas y las conversiones y sin duda en teaccién contra ellas, unas extructuras que, protegidas cspecial- mente por su coherencia préctica, relativamence inalterada, de unos comportamientos y de unas discursos parctalmente arranca- dos al tiempo por la estereotipizacién ritual, cepreseatan una for- sma paradigmética de la visién «falonarcisistay y de la cosmologia androcéntrica que comparten todas las sociedades mediercineas que siguen sobreviviendo, en estado parcial y como fragmentado, en nuesteas estructuras cognitivas y en nuestras estructuras sociae les. La elecccidn del caso especial de la Cabilia se justifica si sabe- ‘mos, por una parte, que la tradicién cultural que alli se ha man- renido constitaye una realizacién paradigmstica de la cadicién mediterrinea (podemas convencernos de ello consultando las in- vestigaciones etnolégicas dedicadas al problema de! honor y de la vergilenza en diferentes sociedades mediterrineas, Grecia, Italia, Expafia, Egipto, Turquta, la Cabilia, et)? y que, por otra parte, coda el Area cultural europea participa indiscutiblemente de la misma tradicién, como lo demuestra la comparacién de los ritua- les practicados en fa Cabilia con los que fueron recogidos por Ar rnold Van Gennep en la Francia de comienzos del siglo Xx.? Tam- bién habefamos podido apoyarnos en la tradicién de la Grecia antigua, de la que el psicoandlisis ha extraido la esencia de sus es- quemas interpretativos, gracias alas innumerables investigaciones cernogrifico-hitsticas que le han sido dedicadas. Pero nada pucde susticuir el estudio directo de un sistema que sigue en funciona- micnto y relatvamente a salvo de unas reinterpretaciones més 0 ‘menos docras (gracias @ la falta de cradicién eserita). En efecto, como ya sefalé en otro lugar el andlisis de un corpus como el de Grecia, cuya produccién se extiende durante vatios siglos, corre el peligro de sincronizar arcifcialmente efectos suecesives, y diferen- 2, CL}. Pesan (ed), Honmur and Shame th Vals of Medierraean So- cig, Chicago, Univesisy of Chicago Pres, 1974 y también J, Pit Rives, Med terancan Counsrymen. Fay in the Sociat Andropology of the Medrranean, Pal Ta Haya, Moura 1963. 4A. Van Gemep. Hlamuet de foltlore fengsir comeporin, Parl, Picard, 3 yok, 1997-1958. 4. CEP. Boundin,sLecure,Fcteurs. les fratnes ex Chose dite, Par Edivions de Minuie, 1987, pp. 132-143. ces, del sistema y tobe todo de conferi el mismo estanuto episte- molégico a unos textos que han somerido el viejo fondo mitico- ritual a diferentes reelaboraciones mis © menos profundas. Fl incéxprete que pretenda actuar como etnégrafo corre, pues, el pe- ligro de considerar informadores wingenuos» a unos actores que ya actian conto (casi) etndlogos y cuyas evocaciones mitolégicas, in- cluso las aparentemente més arcaicas, como las de Homero 0 de Hesiodo, ya son unos mitos eruditos que suponen omisiones, deformaciones y reinterpretaciones (zy qué decir cuando, como Michel Foucault, en el segundo volumen de su Histoire de be se- cxualitt, se decide a iniciar con Platén la investigacién sobre la sexualidad y el individuo, ignorando 2 autores como Homero, Hesiodo, Esquilo, Séfocles, Herodoto o Aristéfanes, por no men- cionar a los filésofos presocréticos, en los que la antigua cepa me- ditesrénea aflora mds claramente?). La misma ambighedad reapa- rece en todas las obras (especialmente médicas) con pretensiones cientificas, en las euales no puede diferenciarse entre lo que proce- de de unas autoridades (como Aristétees que, en algunos puntos esenciales, convertia él mismo en mito cientifico la vieja mitologta ‘mediterrinea) y lo que ha sido reinventado a partir de las estruc- curas del inconsciente y sancionado o ratificado gracias al saber wadicional una copologia sexual del cuerpo socializado, de sus movimientos y subie/bajar, fuerafdentro // salirfentrar). Al ser parecidas en la diferencia, estas oposiciones suelen ser lo suficientemente concar- dantes para apoyarse mutuamente en y a través del juego: inagota- be de las transferencias pricticas y de las metiforas, y suficiente- mente divergentes para 5. Para un euadko deuallado de la distibucid de las atvidadex entre lor sexo, EP. Bourdieu, Le Seu prriqu, op ct. 358. 20 len juridico en las sociedades diferen- de visién y de divisién que proponen estén objetivamente ajustados a las divisiones prec (Cuando hablo de las necesida- des de la comunicacién, me estoy refiriendo, como en este caso, a categorias 0 a estructuras cognitivas, con el riesgo de poder caer ca la filosofia intelecrualista que critico constantemente, por tan- to seria prefetible hablar de esquemas pricticas o de disposicio- ‘es; la palabra «categoria» se imponia a veces porque tiene la vir- cud de desigaar a la vez una unidad social a categoria de los agricultores y una estructura cognitiva, a la ver que puede desig- nar el vinculo que las une.) La concordancia entre las estructuras abjervas-y las esteucruras cognitivas. ent [a_conformacién-del ‘set las formas del conocer, cntre ¢l curso del mundo y las ex- ello una_total_aficmacidn_delegitimidad. Debide al descubri- rmiento de las acciones de unos mecarismos profundes, como los que apoyan cl acuetdo de las eserucraras cognitivas y de las es- rructuras sociales y, con ello, la experiencia déxica del mundo so- cial (por ejemplo, en nuestras sociedades, la légica reproductiva del sistema de ensefianza), unos pensadores de procedencias fi- loséficas muy diferentes pueden impucar todos los efectos simbé- licos de legitimaciéa (de sociodicea) a unos Factores que depen- a den del orden de la representacién més o menos consciente ¢ in- tencional (xideologias, «discurso», etc). 6. Setar a menudo gue, amo en a percep sl cna en la engu, cleo mazclino aparece como no marcado, neo. po deci de sgn mado en ‘hn al fermen, pe ot caplcameome ease, Domine Meili ba pod comprobato en cleo de la idenifacin del aos de ei, don: de lo aagonfemenios sn los dnicos pebhos como presente 0 asents (cf 1 Mellie ee see de erare Note at la perception scale de nimi, Acts larch onc scaie 83, ja S190, pp. 80-5) 7. Bu igo de atencn, por eemple, que apen ie encoenren aio joi lores de jeri sexu (tho quid l mit del nacimicn de aca [of Boi, Le Sen pratique, o i, p28) yo mito que endo aioli po sci smormale dl hombre y dels mujer en l cose quer ms aden) ' Convendi recetda aga todo el snl del utema ices (po pm. Ho, tbre la eaructora de patio ntear de lace ek P Boudien, Le Sve {> pp 441-46 sobte in onpaniaién dela jrmae: pp. 415-421; sobre aan ecto opp 961-909) Vdadomeelgaiog cnr sme dete ‘mo cvicamente neces par a consrcn del model, tengo que iva lle Cor coco de dar oda eral sana: enor er enamene Le Sos Prague 0,70 Wo eno e ques sndxicn repreducid en la pagina sgucne, 2 vind a ea pn a v SoM ICR PA SO ree, wt * Fe pe? etait Scedioat % “in, SECO e 2 Netter. aes e 8 1809» eC YANA PRIMAVERA LLENO tach (CERRADO (ass oe) DDENTRO (es ain, ee es) DDBRAIO ted parse natsimonin ee HUMEDO. on - ETRE - Ya, mae ts wm men Msn anes é 9g NOC NBR fio, i "recureponiac san {SOONOLO ary, ag [NATURALEZA SALVAy roan, eT om EEE a Esquema sindptico de las oposiciones pertinentes TBinlern 1s ete exqucie iclaividinoy bleu eon as wposiianes veiales (sccolhdmedo, ahevbajo, devechafizquierda, masculinalemenina, ce) bien con Jas process (por ejempa los de ciclo dela vide matrimonio, gestacié, nacimiento, ‘cc, Jon del ana agraro}y con los movements abrifecrs,encacsai, ec) 23 Ta virilidad, incluso en su aspecto ético, es decir, en cuanto que esencia del vir, virtus, pundonor (nip), principio de la conscr- vaciOn y del aumento del honor, sigue siendo indisociable, por lo menos técitamente, de la virilidad fisica, a través especialmente de las demostraciones de fuera sexual —desfloracién de la aovia, abundante progenie masculina, ete. que se esperan del hombre que es verdaderamente hombre. Se eatiende que cl falo, siempre presente metafdricamente pero muy pocas veccs nombrado, y nombrable, concentra todas las fantasfas colectivas de la fuerza fe- cundadora.” Al igual que los busiuelos © de la torta, que se come 9. La eradicién europea ascia el valor Bsca o moral com la vilidad (aenet- Jose.) , al igual quel radicin bereher, esablece expHeicamente un vinculo ep tree volummen dela marie (ni), sfnbolo del pundonar, yal supuesto tamaio del flo 24 con motive de Ios parras, las cicncisiones 0 la denticidn, «sues ‘o «sales, El ambiguo esquema de fa binchazéin es el principio gene- rador de los ritos de fecundidad que, destinados a que se agranden miméticamente (el filo y el vientre de la raujer), por accién sobre todo de unos alimentos que hinchan y hacen hinchar, se imponen cf las momentos en que la accién fecundadora de !a potencia masculina debe ejercerse, como las bodas, y también con motivo del comienzo de las labores campestres, ocasién de una accién hombloga de apertura y fecundacién de la terra." La ambigitedad estructural, manifestada por la existencia de un vineulo marfolégico (por ejemplo enere abbuch, el pene, y thabbucht, femenino de abbuch, el seno), de wi cierto miimero de simbotos vinculados a la ferinidad, puede explicarse por ef he- cho de que representan diferentes manifestaciones de la plenitud vital de o vivo que da la vida (a través de la leche y del esperma, asimilado a a leche:!! cuando los hombres se ausentan durante un largo perfodo, se dice ~a su mujer que regresarin con «un ja- s0 de leche, de leche cuajadae, de un hombre poco disereto en sus relaciones extraconyugales se dice que «ha derramado leche cuajada en la barbas, yecca yeswa, sha comido y bebido», significa que ha hecho el amor; resist a la seduccién es sno derramarse leche cuajada en el pecho»). idéatica selacién morfoligica entre thamellats, ek huevo, sfebolo por excelencia de la fecundidad fe- rmenina, e fmellalen, los westiculos; se dice del pene que es el Gni- co macho que incuba dos huevos. Eidénticas asociaciones reapa- recen en las palabras que designan el esperma, zze, y sobre todo Ledmara, que, pot su tale ~aémmar es lenat, prosperar, etc.—, cevoca la plenitud, fo que esté lleno de vida, el esquema de Nendo (leno/vacio, fecundolestéril, et.) se combina regularmente con 10, Sobre ls alimentos que hinchan, come bs aftpen.y qu hacen binchar ef P. Bourdieu, Le Sens pratique, op. cit, pp. 412-415, y sobe la func de los axes © de os objeto micamnence ambigoos,sobredeterwinzdos 0 evanescentss,p. 426 ¥ 8 I]. El efmino mis rocador eel ambui,heralmentevejiga,sichichén, peso ‘ambidn filo (ef. T, Yacine-Ticouh: »Amropologie dela peur, L'exemple des rp- pores hommes-ferimes, Algeies, en T. Vacine-Ticouh led), Amon, phantasmes et ‘nce en Afrique dh Nord et ay Saher, Pats, UHarracian, 1992, pp. 3-27; y sLx ‘eminieé ou la teprésentacion de la peut dans |imaginaite social kabyle», Cahier de Enteratare orale, 34, INALCO, 1993, pp. 19-43) 25 cl esquema de la hinchazén en la generacién de los ritos de ferti- lidad.!* ruralera_(phytis)_(Bsta légica de la consagracion simbdlica de los procesos objetivos, especialmente césmicos y bioldgicos, que intet- viencn ca todo el sistema mitico-ritual -por ejemplo, en el hecho de cratar kk germinacién de ka semilla como resurreccién, aconteci- miento homélogo del renacimiento del abuelo en el nieto, sancio- nado por ef retorno del nombre de pila, oftece un fundamento ‘asi objerivo a ese sistema y, con ello, a la creencia, reforzada asi- rismo por el acuerdo que suscita, dela que es objeto.) Cuando los dominados aplican a.lo que les domina unos es- {quemas que son el producto de la dominacién, o, en otras pala- ‘bras, cuando sus pensamientos y sus percepciones estén estruccu- rados de acuerdo con las propias estructuras de la relacidn de dominacién que se les ha impuesto, sus actos de conocimienso som, inevitablemente, unos actos de reconocimiento, de sumisién, Pero por estrecha que sea la correspondencia encre las cealidades o los procesos del mundo natural y los principios de visién y de divi- sion que se les aplican, siempre queda lugar para una fucha cogni= tiva a propésito del sentido de las cosas del mundo y en especial de las realidades sexuales. La indeterminacién parcial de algunos abjezos permite unas inteepretaciones opuestas que offecen 2 los dominados una posibilidad de resistencia contra la imposicién 12, Sobre los exquemas lenafeaco y sobre la actin de lena, cf. P. Bosrdieu, Le Sons pratique, op. cit, pp. 452-453. 9 tambien lap. 397 (a proprio de Ia see iene). 26 simbélica, Asi es como las mujeres pueden apoyarse en los es- aquemas de percepcién dominantes (alto/bajo, duro/blando, rec- colcurvo, secorhimedo, etc.), que les conducen a concebir una re- presentacién muy negativa de su propio sexo," para concebir los arributos sexuales masculinos por analogia con las cosas que cucl- gan, las cosas blandas, sin vigor (adlaleg, auadlag, vérminos uriliza- dos también para unas cebollas o el pincho de carne, 0 acherbub, sexo blando, sin fuerza, de anciano, asociado a veces a ajerbub, ha- apo)" € incluso aprovechar el estado disminuido del sexo mas- culino para afirmar la superiotidad del sexo femenino, como se ve en cl proverbio: «Todo tu atmamento (ladlaleg) cuelga», dijo la ‘mojer al hombre, «mientras que yo soy una piedta soldada.»® 'As{ pues, la definicién social de los érganos sexuales, lejos de set una simple vetificacién de las propiedades narurales, direct=- mente oftecidas a la pereepci6n, es el producto de una construc- cidn operada a cambio de una serie de opciones orientadas o, me- jor dicho, a través de la acentuacién de algunas diferencias o de Ja escotomizacién de algunas similitudes/ La representacién de la va- gina como falo invertido, que Marie-Christine Pouchelle descu- brid en los textos de un cirujano de la Edad Media, obedece a las mismas oposiciones fundamentales entre lo positivo y lo negarivo, el derecho y el revés, que se imponen desde que el principio mas- 13, Las mujeres consideran ques sexo sélo es hermoso cuando esd vculto (la peda soldadas) eengido (wymed) ocolocado bajo 2 proteccin del see encanto fa ciferencia del sexo maicano, que no Uene srr, porque , por no decir a censuratlas si fracasan en las empresas cuya gestin les han dejado, sin que eso signifique paralelamente ceconocerles su eventual éxito.°° 50, Las conversaciones y las obseraciones que hemos realizado en el marco de las invesigaiones sobre la economia de La produecién de bienes inmobiliasis 00s han dado muchas ocasiones de comprobar que ests liga ed acruand, en € m= remo actual y muy eetca de nosouos (ef, P, Bourdiey sUn contrat sus contrsine em Acer de ls recherche on cienes socials, 81-82, mao de 1990, pp. 3451). Si bien los hombres ya no pueden adoptar siempre mama oienaxpecia sioner ha- cia las meequinas preacupaciones de a economia (a exeepcion qua de lon nies 48 \Gica'y déxico, sobre el sentido de las prdcticas..Y las mismas muje- res aplican a cualquier realidad y, en especial, a las relaciones de poder en las que estan atrapadas, unos esquemas mentales que son el producto de la asimilacién de estas relaciones de poder y que se cexplican en las oposiciones fundadoras del orden simbélico. Se de- duce de-ahi que sus actos de conocimiento son, por la misma tazén, unos actos de reconocimiento practico, de adhesién déxica, creencia que no tiene que pensarse ni afirmarse como tal, y que screax de algin modo la violencia simbélica que ella misma sure! Aunque no me engafie lo més minimo respecto a mi capaci- dad para disipar de antemano todos los malentendidos, me gus- Sor eaTauaTa), no es azo que sfiemen su altvexestaruearia, sobre vado cuando eet an Usas posciones de autoridad,seflando su indiferencia respect 2 unos proble- ‘mas suber deintendencia, dejados a menue als rere. 51, Las amenaas vebale on verbal que carscscrizs la posicion simblica- mente dominance (la del hombre, del aistScraca, del ef, ex.) solo pueden emten- dese (un poco come los galones mltaes que hay que aprender ler} por unas pe soae que han sprendida dl sega, 49

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