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Capitulo sexta Valores familiares del liberalismo Las mujeres representar los intereses de ba farnilia y de fa vid sexual: le obra cultural,en cambio, se coneterte add vex neds on tarea masculinta, imponiendo a los howbres dificultades crecientes y obligndotes a sublimar sus instintos, sublimacione para ta que las mujeres estén escasamente dotadas |...] La reser viéndose ast relegada a seguro térnnina pror las exigencias de ta cultura, adopta frente a esta sna actitud bostil. StoMUND Farup, EI malestar en la exdtura La familia, como persona, tiette su realidad externa en wna propiedad, en la cual reside la existencia de su personalidad sustancial, solamente en crate la tiene en bienes. La familia, como persona furiica |... debe estar representada por el bombre como su jefe. Ademis, concierne especialmente 44 la adguisicion externa, el proveer a las necesidades, asi como La disposicién ¥ admministracion de los béenes familiares. G.W. FE Hecet, Filosofiie del derecho La burgucesia desgarré fos velos emotivos Y sentinentales que envolvian la familia [...] Kart Marx, Manifesto del Rartider Comnertsta AM final de Lat ética protestante y ef espiritw del capitalism, Max Weber altera su relata com la reflexidn de que el capitalisma ya no }aso que con tanto cuidado establecié, necesita del aseetismo com indlisper form ble para in 251 VALORES sAMMIIARES DEL LIBERALIMO El puritano queria ser un hombre profesional, mosotros tenemos aque serlo |...] Hoy ef espirtur de ese ascetismo se bra salido de ese caparazén |...] El copitatismo victorioso, desde que tiene: usa base mecinica, ya mo necesita de ese ajpayo. eadingeurse dofinitie ambien parece mene el fresco talante de su sonsiente he- redera, ta Ilustracicin, y la idea del «deber profesional» ronda en nuestra vida conta el fantasia de una fe religiosa del pasasto', En una tnica leetura, Weber ha subvertido de forma peculiar la fortaleza de su trabajo. Al resaltar su cualidad anacrénicay la ex- pone —al igual que fa figura del politico genuino en La politica como vacacién— como una especie de erie de coeur impotente contra la fuerza de la racionalizaci todo de form in que el capitalismo, la politica, Sin miento por parte de Weber de las caices y la 7a protestantes del eapitalismo se pralonga en otro regis fo, uno que no capt6 una historiogratia de la eausalidad mi una Sociologia de los equiva lo que Weber, por esa fazdn, no puede articular analiticamente, aunque aluda a ello de manera poética la ver. lo organiza cresiente; la cultur. embargo, el enten naturale: rites funcionales, ronda en nuestra vida como el fantasma,..-—, Si bien el capit de la etica proces ie, puesto > ¥; Por Jo tanto, parece igual- ‘mente compatible con el posmaoisme posconfuciano chino y con el fundarmencalismo iskimico trani, reproduce, sin embargo, determi nadas expresiones y figuras culturales protestantes. De este modo, sus vorrigenes* protestanites habitan algén lugar en una modaliad cultural —en oposicion a una significativamente cconémica- que es y genera ¢l capitalismo, que ahora «tiene una base mecanik En The Sexual Contract, Carol Pateman sostiene que la subordi: nacién sexual de lax mujeres en ef matrimonio es, al misme-ticmpoy requi ty efecto del eontrato social que aparentemente gencra los Srdencs politicos liberates. AI insistiren que el contrato social pa 1 The Progetas kb aed the Sp Sas, New Yr, dol capa Capaaton, eral TB hay tres eat 1 Charles Sesbaer's i roteitantey feat 400 8, pgs. 8s A. Foi Abel WENDY AROWN agg formar la sociedad civil y ¢l Estado no puede elaborarse sin un con: trato sexual que subordine a las mujeres en el matrimonio, insiste también en que el contrate sexwal es donde vive el patriarcado en clorden politico y legal, entendido pot lo general come su suplan- tacion. Mientras que la respuesta de Locke a Filmer se considera tradicionalmente una critica del patriarcalisme (derecho divino de padres y reyes}, Pateman la interpreta de manera diferente —como rearganizacién, en lugar de abolicién, del patriarcado—. La criti- 4 que hace Locke de Filmer, nos recuerda Pateman, dependia de a separacién de derecho politico y derecho paremo de modo que el derecho masculine sobre las mujeres es declarado no politico» sin ser por eso trascendida Por el contrario, come han argumientade Pateman y ruuchas otras tedricas feministas, la Farmulacicin liberal de los honbres ti- bres. iguales en la sociedad civil exige que el patriarcalisme sea rea hicado desee lo politico en el dominio privade, En esta reubi y la homotogia conceptuales que Filmer atribuiys a continuid: a la relacidn entre lo politico y fo familiar sufrid una fractura per manente; el «poder paterno» es ahora marcadamenre diferenciado de la «sociedad politica»). Cuando la familia habia sido coneebida por Filmer {y por Hobbes) como una miniatura del Estado, wna ppequeiia monarqnia»,su caracter queda reformiulada en el Tibera {nmocoma lo opuesto al del Estado, Cuando Filmer entendia que cl sujeto civil reiteraba al sujeta fatniliae ¥ teligiose, el liberalismo. los reformula como complementarios de forma que los dominios civil y familiar no constiuyen una sola identidad unificada en ai sujeto dinieo, sino que en su lugar generan tino dividida, «natural lenado. Esta escision del sujeto y rigurosaa diferenciacien mente» centre Familia y sociedad civil esta relacionada, desde luego, con la sn, The Sex? Commat, Seanioed ols, Press, Seaford, 1988, pig, YO Is El comirato sex, ai. ML Kaisa Femendas, Anthro pow/UAK Dance pa, 1998 apts caacutivn em 1 HY spear aterm ya Soma trata sobre elo pea ani de File rik» Devon ln. pect lace od ona 266 VALORES FARMLIARES DEL LIBERALIEMO creciente separaciém entre micleo doméstica y sociedad provocas da por la menguante funcidn productiva del niicleo doméstico,. imparable trasiade de Ia producciéa y el intercambio a la esfera perfectamente acotady de la economia, Poteman argumenta convincentemente.a favor del derecho con yugal camo base del derecho del padre y del contrato sexual oma. base del contrato social. Sin embargo, Pateman no cuestiona si ell liberalismo comemponineo requiere un conteato social © en qué nivel la requiere. De esta forma evita fa cuestiéin de Ia eelacién en- tre las versiones del contrato social ideadas por Hobbes, Filmen Locke, Putendorf y Rousseau, base cantempordiiea de la legitima- ciémy la ciudadania en los regimenes libetales, En otras palabras, Pateman, como Weber, reelabora con elegancia el argumento his toricos a diferencia de Weber, no investiga como es debide la natu- raleza del legado de esta historia, la naruraleza de su relevancia en tuna Epoca en que el liberalisma y fa subordinacidn de las mujeres bien pueden sostenerse sin contrato. Ea su lugar, Pateman rea ma de manera poce convincente este legado en sus relaciones de las pedcticas sexistas contempor asen la en el nucleo doméstico’. La reafirmacion Porque aunque estas p pomia salarial y no resulta convineente son abundantes, no son ni predo minantes ni sistemsticas —no pargcen ser mherentes a los Grdenes liberales—. Tampoco resulta couvincente la reafirmacién, porque eclipsa Ia experiencia de mujeres que operan fuera de la division heterosexual det trabajo: si argumento na puede dar cuenta de la existencia, por no mencionar la prosperidad ocasional, de leshia- has, solteras @ madres salteras en un orden liberal. En resumen, puesto que Pateman sitia el mecanisme de ia snbordinacin de Jas mujeres (asi como Ia de los trabajadores} en ef cantrato camo tal, es contra ese contrato contra el que dirige toda potencia de su ira y critica forninistas. En palabras de Marx, de este mode Pateman pareceria estar scritieande un fetiche~, O, por m: la comparacién con la que comenzamos, lo ex jo de su gest 4 Noe Sead Comte, WENDY BROWN 37 se hace evidente enanda nos imaginamos despotricando contra el protestantismo como fuerza contempordnea de la explotacién y (a alicmacién capitalistas. Como las mujeres ya ne necesitan firmar un contrata sexual, —subordinacién en el matrimonio— para sobrevivir u obtener eeconocimiento social (aunque estas dos cosas siguen sien sentadas por el matrimanio heterosexual), los Grdenes politicos liherales ya no precisan referirse a un imaginario cantrato social para su legitimacin. Aunque el discurso contractualista delimits hace tiempo la legitimacién de un orden capitalista liberal frente | uno monarquico feudal, sunque las caracteristicas formalmente vlibrese y «voluntariase del contrate sitvierom para consagrar y haturalizar la wlibertad» del erabajador asalariado y del ciudada ho del gobierno representativo, ya no hay monarcas, feudalismo eselavitud contra los que el liberalismo pueda desplegarse para su definiciOn. Si en los siglos anteriores era preciso el lenguaje con. Lractualista para justificar revoluciones, fundaciones politicas y ar el lenguaje del eontrace i este lengnaje sgumeiitos para ls ampliaci6n del sufragio, ya no parece imprescindible para estas funciones. también funcionaba para legitimas, o incluso inspira, la domina- cién colonial imperial enuncianido la superioridad de las culturas politicas curoatlinticas sobre agquellas sometidas por ellas, esa le- sitimacién sc consiguc hay en dia mediante la superioridad «pal- maria del discurso de los derechos y el gobierno constitucional sobre todas las otras modalidades de orden y desorden politicos. La legitimacidin se obtiene,al menos de forma provisional, por medio de la ausencia de alternativas viables, Como prueba (suiciente) de a supremacia de los regimenes liberales no se presenta la autone: mia del sujeto-dispuesto —que no suscriben la mayoria de testricas liherales hoy en -dia—, sino la patente infelicidad del antigno st jeto savietico © samalic Mienteas ¢lliberalisme se ha fundido con la modernidad, en-ver de ser un posicionamiento dentro de ella, el discurso liberal se vuelve tan naturalizado que ya no depende de ‘ologias y ficcianes legales generadas por historias aoe inherentey a un Fégin ash VALORES faMMmLaREs OFL L monarquia feudal} o con su sopuesto» ideologico (el camunismo). Ciertamente resulta irdnico que en una épaca de rampante desfun- damentacién ontologica, el orden explicitamente convencional del liberalismo alcance el estatus de snaturaleza» —come aquelloa lo que por defecto riendle Ia «naturaleza humana=— y sea protegida de todo cuestionamiente precisamente por esas con las Sina es de forma literal o causal, gcémo podria entonces el scontrato sexual, en cuanto predicado, corolario o efecto del vontrato social liberal, habitar los términos contemparineos del diseurso liberal? ¢Qué lugar ocupa denteo del liberalisma el egades de la subordinacién de las mujeres por medio del contrato sexual Suuandle los contratos social y sexual se disipan en cuanto que fac: tores constituyentes y fuerzas lepitimadaras de étslenes liberales? A continuacién,argumentaré que cl legaclo de la subordinacién de sgénero que Pateman iden elcontratosexual-sc fica como instaurade historicamenteen ‘nese encuentra en las relaciones contra eas, sino en Los férminos del discurso liberal que configura y organiza la jurisprudencia, las paliticas publicas y-el imaginario popullar liberales, Esta afirmaciéin no es tanto una dliscrepancia com las afirmaciones de Pateman sobre la historia como una apelacién para que pensemos de difer formas particulares en que la historia que ella eshora con el presente. Al redirigir su trabajo hist gencalogia, el objetivo es destice twales contempori relaciona -o-en direccion a una lizar y desmaterializar el contrato para examinar las operaciones de un discierso jue se erige como aasuncién en un contraro sexual, incluso aunque su perperaacin como discursa relactonada com el género no dependa del contrato nide la division sexual de trabajo naturalizada en la que ese con- trate estaba hasado, En tanto que la nacuralizacidin ideoldgica de la famidis, conse- uida por el contrato sexual «oculto» del hiberalismo, parece estar esmoronandose en la época tardomodema (de ahi la hiperbolica ascveraci6n de los «valores familiares» dirigida a etiquetar el fe ‘minismo y la homosexualidad como antinaturales y, en $i mismos, signo de la. desintegracién de un sélido orden moral-politica), el WENDY BROW — 290 status del sujeto civil liberal nunca ba estado mas seguro. Esto nos recuerda que mientras las dinienasiones familiar civil del sujeto es: Cindido del liberalismo se constituyen entte si, y sus historins estan correlacionadas, estas historias no son idénticas, i siquiers pueden deducirse completamente la.una de la otra (el eapitalismo consdicio run la praduccidin del orden familiar, per no agota los discurses que lo constituyen}. De esta manera, incluso aunque el sujeto farniliar nnaturalizado por los liberales clisicos esta hoy evidentemente en ext sis:€l individualisme posesivo del sujeto civil liberal es reafirmadho desde Pekin a Budapest. Y aunque el relato de Pareman de la cust dad estructuralmente inherente de la subordinacién de las mujeres ie de la subordinaciém sexual expresa de las en el liberalisme dep mujeres, lo que no puede explicar o siquiena articular‘es el masculi nismo del discurso liberal que suplanta esa subordinacion express, {que est incluida en el masculinisme del sujete civil desvincutado de la familia, que construye-y posiciona a Las mujeres y a los hombres on términos socialmente masculinasen la socicdad civil y el Estado, de un contrato sexual que implique a la familia. Pateman es, naturalmente, una de Las muchas tedrieas feministas «que han trabajado para articular la naturalera de género de la tearia politica y las istituciones liberales. Susan Moller Okin ha criticado eV feacaso de los teoricos libeales a la hora de reconacer fa subardi rnacién de Las mujeres en las esferas de familia y economia, refuerz0 Ja una de la otra, y su fracas consiguiente a la hora de expandir su interés en democrarizar las instituciones pablicas para democeavizar la familia, la erianza de los hijos y las tareas doméstacas', Lorenne Clark y Lynda Lange, siguiendo la eritica de C. B. MacPherson de bos cimientos burgueses del iberalismo ekisico, han analizado las formas rv ue las suposiciones sobre el trabajo reproductivo y en especial su influencia (que se presume megativa) sabre la racionalidad aflan ram Ins teorias liberales clasieas dle pertenencia’. Linda Nicholson sii Ne Pay 1 1 Psi, Gnade ana che Fay, Ho 6 The Sexivon of Sci and Pita They eh. nen, Tie, 197 Gla y Upmla Ls 250 VALORES FANWLIARES DEL LBERALISAMO arg beral naturaliza una version concreta de {a familia y reifica una divisién inequivocamente moderna e ideo- lagica entre familia, sociedad civil y Estado. Valerie Hartouni sca a la tue el géncro de la identidad personal liberal en los discursos del debate contemporines sobre el abarto y otras t prodluctivas*, Las ensayos del libro de Grasz sobre intervenciones fem penta que la teoria mnologias re- ‘ole Pateman y Elizabeth is en tearia social y pol + liberales de igualdad, nalidad pol deseo y conformidad con la exclusién politica y la subordinacién de las mujeres’, Naney Hirschman denuncia las teorias liberales de Ja obligacian como dependientes del género; Joan Tronto critica of liberalism por privatizae y ferninizar la virtue de! cuidado; Naney Hartsock atina las formulaciones abstractas det liberalisino con la smasculinidad en abstracto". Y Catherine MagKinnnon ha tratado deestablecer ef caricter masculinista del aperspectivismo ideoldgico ddel Eseado liberal, asi como las contradigeiones funcameritales entre Jas formulaciones liberales de no diferencia, Si, como argumenta MacKinnon, Ja igualdad liberal esti basada en Ja semejanza aunque cl sexo siempre conn- te diferencia, eatonces la igualdad liberal en si misma depende del género ‘en cuanto que activa un estindar que ambos niegan e impi- de la posibitidad de la igualdad de las mujeres can Jos hombres. Es mas, esta es la dimensiém de género que ef discurso liberal eculta vinculan las nocia 7 Gender ad History: The Ls of Socal Thooy in thy Age af the Fava, Calais Uni Press New York, 1986 Andrew Rows y Canstance Peleg 1) World the Disciorye of Reprehactine tire of Things: Largmaees Pali, and the Bennett y William Ghalopka, Unie of Mises Press, Mw 92 y tha the Tec amen, Feminist Chatlonges: Social snd Pobiical Thar e.CarolePateman y Hhrabeth Ciro nibeaster Uni Pest, Boston, 18 to Hinshman, Rethinking Obdgation, Cornell Uni, Press, fthincs, 19924 Tron, Moral cries, Routledge, New Yark, 199: Hartsick, Money. Ses snd Mc st Hatosscal Materia, Langman, New ¥ iad 1 Tins Beminit Theory ofthe State es, Wencr BROWN 261 cada vex que urtiliza un lenguaje neutral en cuante a géneros de ahi Ia insistencia de MacKinnon en que el Estado tiene max prejuicios dle péneto donde mais ignora el factor de género. Examinemos, en este sentido, ¢l anslisis del aborta propuesto por el teérico liberal legal y politico Bruce Ackerman, andlisis que no menciona ni una sola vez género, mujeres 6 la constitucidn sel género a través de regimenes de sexualidad y trabajo reproductives Se me ocurren cuatro razones por fas que una persona puc- de querer abortar un feto; dos son completamente legitimas; una, ilegitima, y la otra problemitica 1 [1] La primera racén peoviene del hecho de que ne- poseemes tuna perfecta tecnologia de fa justicia que garantiee el derecho de la contracepcién Por lo tanto, se coneiben embriones no de- scados; [2] de forma més sutil, pero no menos equivocada, se conciben esos embriones antes de que los progesitores hayan tenido riempade decidirsi realmente quieren ser progenitores., 1 embarga, que... los progenitores... quie: Jéndese en informacién ge: 2 Supongamos, ren abortar ese hifo concreto be niética proporcionada por sus doctores. ¢Son siempre legiti- mos los abortes tcrapéuticos+? Esto plantea un terrible caso final, Supongamos que una pa’ reja sencillamente disfruza tanto de los abortos que conci- neses despues. gAcaso no puede intervenir el Estada para detener semejan te brutalilad?"* ben embriones sol para matarlos un par de Lanilisis de Ackerman no es soloel ca estrafalario c improbable del caso final, sino sui geamitica: Lo que mas sorprende en “Supongamos que una pareja sencillamente disfruta tanto de los thoxtos que coneiben embriones solo para matarloss oculta el he- cho de que es la mujer quien tiene abortos, que la concepcisin y Los 1 Sokal ate hie Sate, ale Uni, Prss, New Hav, 262 VALORES FAMILIARES OFL LipERALESIMO abortos ocurren en el espacio de lax etierpas femeninos, ¥ que este espacio es el efecto de los mismos poderes sociales (de la subordi- nacién de las mujeres) que, en primer lugar, hacen del aborto un tema politico. En esta ocultacién, por supuesto, tambien se escon: den las ansiedades masculinas por el control de las mujeres sobre la vidas fetal (vida con la que, al menos pademos presumir, algunos hombres se identifica intensaiente), En resumen, la sneutralidad de género~ del lenguajede Ackerman reinscribe y renaturaliza —al volverlos invisibles—rante la subordinacién de género establecicla cmla falta de contral de lay mujeres sobre ks términos y condicia- nes de la sexuali dy la reproduccién, come las incereses psiquicas netamente masculinistas en el dilema del aborto. La intencidn de este capitulo es, en parte, discernir qué hace que una formalacion como Ia de Ackerman sea posible un nuestra tiempo: gpar qué y el diseursa liberal una confusion tan significa sobre el poner, la neues a de género? 2Cémo un discurse liberal de identidad personal genérica reafir- ma la dominacién masculina en vez de emaneiparnos de ella? zEn qué términos del discurso liberal habita la dominacién mascutina? emo promul va lidad de ynere y la just Fl liberalismoes una doctrina asisremitica y porosa sujeta al cann- bio historico y a las variaciones locales. No obstamte, dado que of liberalismo adquiere su forma definitoria de un conjunto de reivindicaciones ontolégicas y politicas relativamente abstractas, también es posible hablar de liberatismo de una forma genérica, sin matizaciones de tiempo o inflexién cultural. De hecho, mi ar uumento se da en un nivel de gener jizacidn historiea e intelectual que no s¢ podria alinear una sola cultura 0 época liberal o un tinico pensador liberal, Se desarrolla sin hacer distincione liheralismos de Lacke, Tocqueville, Bentham, Constant o Rawls, entre el liberalismo de Francia 0 de los Estados Unidos, 0 reivindicaciones politicas liberales de 148 y 1988. Al contrario, siguiendo el ejemplo del pensam ere los. co liberal para teorizar sobre WENOY BROWN — 263 politica en un espacia y an tiempo mitalégicos y ahistéricos, el argumento prosigue asumiendo que el liberalismo es un texto eul- tural contemporsneo que habitamos, un discurso cuyos términos son seorrientes» para un «nosotros» muy contemporaneo. El liberalism aparecerd aqui como una serie de relatos yuna serie de practicas, como ideologia y co eracion ofuscadora acerca de un orden social determinado y tam- bign como una narracién covstitiyente de este orden social y sus suietas, Estas dos formulaciones en apariencia antagonistas la primera asociada a una teoria marxista de la ideologia y la iltima, 4 [a sustitucién eritica por parte de Foucault de esa teoria con el concepto de discurso— son ambas importantes para entender las ‘operaciones de genera dentro del liberalismo's. En primer lugar, quiero argumentar que el liberalismo se basa » diseursa, como una na- cen, y perpenia, una divisién sexual del trabajo, cuyos poderes efec fivos quedan ovuleos hajo los términos del discurse literal. Quiero sostener, ademas, que el diseurse liberal procluce sujetos sin tener en caenta 54 para los mi rxistas, La familia » fa wida personat es 4 meujer'y en algunas formulaciones.de orden divinoy 5 un dominio gobernado por las necesiclades y los lazas afectives, por consiguiente, es un dominio de coleedividad: y la jerarquia en su interior constituye también ef dominio de la svida potitica real para las ferninistas. Si la sociedad civil en fa doctrina liberal es el lugar en el que se expres la naturalera adquisitiva, acurmulativa, intcresada o de «it- tereambio y trueques, tambien se define por sustentar el dominio de ‘o politico fantinatural), por una parte, y ce lo familiar (hipernacural), por otra, Mientr conwatuaral a que el Estado es concebide como. feancamente |, erigido com el fin de arbitsar en colectivo lo que nues- tro individualisio natural no permitiria, la familia es come un ancla para el hombreen la sociedad civil, asegurando lo que de otra manera ‘std en una especie de penua agitacion, y c do un ethos social por lo demas despiadado, De abi Ia insistencia, relativamente ininterrumpida desde Jean-Jacques Rousseau y John Stuart Mill hasta Phyllis Sehlafly,en que las mujeres en la familia son fa sede de la compostura iio ilizande y demoran- era, Cah gaa Nowe Testy Mae, sx 14 Lira and he Lint of tie, Carte WENDY BROWN apt {Cuil es la relacién entre La snaturalidad» de la sociedad civil y de la familia ena doctrina liberal? Es evidente que cada una lleva su marca de génera de forma que la naturales del la enaturalidad hombre se exprese en la primera, mientras que la naturaleza de La rnugjer se realiza en la segunda también podria decirse que a familia cs natural sin ser del todo reveladora de la naturaleza del hombre. Esto insinda cierta persisteneia del aristorelismo en la modernidad, en la que la naturalidad del nicleo familiar afirma al hom no articula su feos precisamente porque no-es del todo un dominio pero fhumano. Consideremos,a este respect, la formulacién de Hegel de la familia como necesaria per insuficiente para la vida ética del bom- bre en la sociedad civil y fs fibectad en el Estado; oE! hombre tiene iado, en la ciencia, eteétera, ys en su vida efectiva, sustancial en el E nn la lucha, en el trabajo con ef munda externo ¥ consigo inikme |...] [a mujer tiene su determinaciéa sustancial, su cardcter gener ético, en la piedad Hay una segunda dimensién en la nacoralidad de la-sociedad civil dentro del liberalism, Concebida en términos de las relaciones tem: porales (miticn-historicas} en verde las espaciales,como una version modulada y reeulada desu antecedente mitico (el estado de naturale za), la sociedad civil pucde ser entendida come naturaleza ivilizada, perano trascendida. La sociedad civil es acotada porel peder,rodeada de limites-y ante todo desarmada, pero no por eso pierde su estado. salvaje. Dicho de otro modo, para el hombre de la sociedad civ milla, el anela: sin la cobertara que le pro~ porciona eada uno, el hombre se vuelve destructor de si mismo ¥ de Estado es el tweho y La ta Jos demiss por naturaleza no es armonioso ni social ni intermamente ‘Aun asiy nie] Estado ni la familia constituyen un dominio adecuado para la expresi6n de la naturaleza del hombre o para el cumplimien- to de sus deseos. En la formulacion de Hegel, «su conddicin [de la familial es poscer Ia autoconsiencia de la peopia individualidad ev ay Ph (Rush ey arad, LM, Kno, Osiord Vin perma n06 pig [hay tra. cast; Rass fmdrmetales de a ow ent tl Pato, rea Ear Mage Dl ae VALORES FAMILIA 3a whidad, comme exencialidad en si y por sé,porseren ella no como ino come tviembros*, iniseas criticas com el lib aparente contradiociéi existente entre la Persona por si Muchas fer alismo han comentado la el libera: presentacién en lismo chisica te ind iclestaco de naruraleza comodominio de un persisten- idualismno y el establecimiento alli de familias 6 de vineulos madreshijo. Hobbes enfrenea este problema directamente, sostenien: do que «la natural inclinacian de los sexes, del unas hacia el atre, Y hacia sus hijoss no es suficiente para wincular a los lividus en eLestado de naruealera, y que la madre y el hijo entran a su sez en una especie de contrato prepolitico”. Sin embarga, coma apunta Patensan, los términos de este contrata, en los que un nifio «obedece a quien le ha protegido=, son bastante inconsistentes con La formu. Icién de Hobbes del contrato y el pacto en cualquier otea parte del Leviatdn'*, Resulta interesante que Locke trate el problema de una manera mis explicicamente hobbesiana que el propia Hobbes. Para Locke, la combinacién de dependencia creada mediante Ia erianza y la fuerea inferior de la mujer enera las conkliciones de sw ap arguments sobredeterminado, én natural contrasta dristicamente con 1a y suberdinacidn a las hamlbres, Esti en favor de la subordin: stsuncin de Locke de la independencia y la igualdad de los hombres entre hambres en el estado de naturaleza y empieza a revelar fa on- tologia con marca degénero subyacente al contrate social lockeano, Angumentaré que aquello que Locke trata levemente constituye la reconeiliacién mis coherente de kis vinculos familiares maturalizados con el individualismo. ontolégico en el liberalismo, En resumen, ef individualismo sin control del estado de naturaleza no se extiende a todas las personas: mientras los hombres son considerados aurarqui- cox y na estin abligadosa nada, las mujeres son consideradas como siempre apegadas a los hombres y obl jadas para con los hijos, Al Provocar la presencia de protofamilias en cl evtado de naturaleza, of del enecho, pirat 13% ada, pi 25 2 thud pag 54; Pateman, Seana Conteh, ps 4450, WENDY BROWN 273 este apego y esta obligacién posibilitan la facil maturalizacian de Ja familia en la sociedad civil. En cambio, esta pre: arroja fue sobre partedel géncro dela persona genérica representada por el bi beralismo: la naruralizacién de las familias significa que las mujeres, simplemente no pueden ser los individnalistas pasesivos que san los hombres, Respecto a esto, la forn Jos «Derechos del hombre» es desde luego ma sidn mis significativa y explicita de las mujeres— de lo que rmuchos icin del hombre contenida en fireral —con una om liberales quieren ereer hoy en sia. Esta omisin, como angan Patricia Williams. un contexte diferente, constituye “Un oy weoria dle ba neutral forma de expresién.... una. parte literal de un proposite ints ‘omisin que ha sido incarporada en ui farivs crticas del liberalismo,desdeC. B. MacPherson a Roberto Unger ya Mi explicitas sobre justia, moralidad, psicologia y economia se basan 1ael Sandel, han insistido en que sus teorias implicitas emvun tipo conereto de persona que simuleéneamente refleja, engen- dea y distorsions, Camo argumenta C, B. MacPherson, esta figura no sole es un calculador racional, guiado por un apasionado interés propio y reveladlor del individualismo posesivo a la medida perfecta de la codicia y fa acunulaciém burguesas" ale variedad de atributos de caricter que le confieren su estarus especi camente mascalino. Tremendamente aucnomo y desconfiada, nadie is carga con una ri nada lo libra cle sus cargas, es independiente en los des scntidos del rérmino (libre de cargas y dependencia en la sociedad civil). No esti onientado hacia las relaciones y las personas, sino: hacia si mis en casa» en alguna parte il siempre y cuando su naturaleza se exprese ali y ma y Ins casas. Si se sien even laestcra de la sociedad e el deseenperie todas sus actividades significa un instrumento para su felicidad {en palabras de Mar un simple medi~}, mientras 5 alli, Lo politico es la wicla po- litica en el Estado liberal se red 9 The Alchemy of Race nul Rvs. Barra Unis Press; Camis 945 lg 13 fC. BMacPhersn, Th be, Oxf Unie ens, homo paseo fo Hae on H Thay trad, cas Pras pti di. trad. Juan Ramon Capel, rota, Ma 1a VALORES FRIAS DEL LIRERIALISMO que el niiclew doméstico es um lugar af gue retirarse y def que salir mas que un lugar para estar: es el «casio para un hombse» en un sentido extrafiamente instrumental, compensatorio y de tansicion, La propicdad domés concede lo que Kant llama «personalidad civ para en ver del constituyente de-esa personalidad. En resumen, los términos centrales del diseurso liberal dan por sentado que los hombres circulan en ta sociedad civil, en tanto que Jas mujeres quedan emplazadas en la familia —esto.a pesar del hecho de que Las mujeres trabajan en la economia salarial (hecho que la na- turaleza de clase y de género del hombre liberal clasico oculea ticira- mente}—, Dentro del liberalismo, el cobijo fami ‘corazéin, aunque eritice con la transmision hereditaria de la propiedad Ia sociedad civil y como ancla inerve de las energias individualistas del hombre, no funciona como unidad de anslisis en la politica ni coma unidad dle activiead en la sociedad civil. Pero no ‘se trata de reimeidir en ba ie onal de que, por encima de cualquier forma de asociaeién,el individuo ¢s la falacia sobre la que incluyendo alas mujeres, impuls mas que s el preerequisito ido sin aren un acumulad: se construye ls doctrina liberal y a cuyos intereses se consagea, Se trata mas bien de explicar como la subordinacian sistematica (mas ‘que contingente) de las mujercs reeoneilia lo que de 0 ‘constituye una persistente tensidn legal y politica entre cl individu y Solo asumiendo la subordinacién natural dle las rmujetes, asumiendo a la rmujer como suplemento-del hombre, eral y el familiarismo liberal; solo en el ambiro de esea suposicisn se pue den apreciar fos valores familiares del liberalismo. Podemos Hlegara ese mismo punto reflexionando sobre la rela- cin entre la condicién de insegu id perpetia y peligro mortal en el -estado de naturaleza» y la célida seguridad y proteccion ‘Si la familia, como en el estado de naturaleza,es una =condicién naturals y como tal esti, por lo comin, més alla del aleance del Estado y de los ojos de la ley, gpor qué no hay aqui una guerra de todos contra tados? a liberal La familia en el liberalisn puede reconciliarse la rensicin patente entre el individuals ofrecidas por la versiém liberal de la fami La respuesta no esta en la afinida ef afecto, que WENDY BROWN 275 sume como parte determinante de la naturaleza humana, sina en la falta maturalizada de igualdad y compericion en la familia, La concepci6n liberal de la cohesion y tranquilidad naturales de ta Familia dependen entonces de que esta carezea de la condicion fusn- slamental del estado de naturaleza —igualdad de deseo e iguallad de aptitud para llevar a la practica el deseo—. No solo la cruda igualdad es pretrequisito del estado de gucera em! estado de natu- raleza, sino quetodos las tebricos del estado de naturaleza dan por senrada una racionalidad suficiente de los habitantes de ese estado para argumentar que,cuando uno tiene la seguridad de perder, tan irracional es atacar como confiar, Esto parece indicar que fa «paz natural» de la familia es consecuencia de la subordinaci6n naw lizada de las mujeres y los nifiosa los hombres, lo que revela que, de manera fundamental mis que comtingente, la ontologia liberal esti sexuada como dominaci6n masculina y sumisién femeuina. Este eardcter de género de la tensién entre la farnilia y el ind viduo come unidad basica de anailisis en el liberalisme puede dis- Linguirse cn un infame pasaje de los Gommtenstaries on the Lawes of ined de Blackstone: smarido y mujer son una sola persona ante ley; es decir, el misma ser o existencia legal de la mujer queda suspendido, durante el matrimonio, al menos es incorporado y bien se hace manifiesto en las denaminaciones na paralelas de la ceremonia de matrimonio con- consolidado en el del marido: vericional, smarido y mujer». Ademas, resulta evidente en La pet vstente dificultad de estableeer la violacidn en el matrimenio como violacion ante la ley y los tribunales, Aunque muchas feminist viribuyen esta resistencia a Convenciones sexistas el «supuesto consentimientos de las mujeres a (toda) sexo en el matrimonio, © us mujeres entendidas como propiedad o bienes muebles det hom- bre en el matrimonio—, lo anterior indica que la dificultad puede sec inherente a fa supuesta no violencia de la daminacién mascu- fina em ta tamil violencia posibilitada por medio de la ad instinucionalizada. (La teoria del estado de naturaleza desapt 78 VALORES FANILIARES OFL LIRERALISIND liberal presume que la violencia es inherente a las relaciones entre iguales, noentre personas dominantes y subordinadas. El liberalis- imo, al dar por sentado que los hombres son racionales, na dispone dc una teoria de Ia violencia practicada por razones —psiquicas, ceroticas, etcétera—independicntes de la ganancia material, De he cho, la articulacién de la identidad personal en tas mujeres durante liiltimo siglo revela en qué medida es necesaria la subordinacién sostenimiento de los lazas familiares: lo que las femenina para reivindic janes de identidad personal femenina sacan a la luz es 1 el que en Ja familia modema reswene el estado de na- turaleza —repleta de abuso sexual y fisico— y el grado en el que, en un mundo gobernado por los valores del capital, la individua- lidad de las mujeres es incompatible con el mantenimiento de forma de familia’ el grado Si la familia na cllizada pest bx dactrina liheral

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