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NORMAN R. GULLEY Nae a ta7V- 7 Wey PARA EL TIEMPO DEL at PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN nreino donde todo és paz y prosperidad, bajo el do- minio de un gobernante bueno, justo y amado por todos. Luego el caos y la violencia lo arruinan todo, cuando un usurpador asume las riendas, hasta que el he- redero legitimo regresa, derrota al antagonista y restaura el orden y la paz. gLe parece conocido ese argumento? No importa si se desarrolla en una galaxia muy lejana, en la Tierra Media creada por Tolkien o en la Dinamarca descrita por Shakespeare, esta narrativa apela a nosotros de manera directa porque no es mas que un reflejo del gran conflicto edsmico que se libra en nuestro universo entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanas. El libro que tiene entre manos le presentara un panora- ma general no solo del gran conflicto cosmico, sino de los eventos que de ese conflicto atectan a la humanidad, y la preparacién que se requiere de cada uno de nosotros para enfrentar el final dela historia humana. Que Dios nos bendiga abundantemente mientras nos preparamos para el regreso del Senor. |Gozo, paz y seguri- dad eternas nos esperan! Estaremos con el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo, asi como con nuestros seres queridos, amigos, angeles, habitantes de mundosinnumerables y los redimidos. jNo nos lo podemos perder! Norman R. Gulley es profesor de Teologia Sistematica en la Southern Adventist University. bl Hn PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN NORMAN R. GULLEY Asociacién Casa Editora Gral. Jo: a San Martin 4555, o arcentin seummamem, Sudamericana Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina. Preparados para el tiempo del fin Norman Gulley Titulo del original: Preparation for the End Time, Pacific Press Publishing Association, Nampa, ID, EUA., 2018, Direccién: Walter E. Steger Traduccién: Emesto Giménez Disefic del interior: GEMA Disefio de tapa: Carios Schefer Hlustracién: Lars Justinen Libro de edicién argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina Primera edicion MMIXVIII = 7M Fs propiedad. Copyright de la edicidn en inglés © 2018 Pacific Press® Publishing Association, ‘Nampa, Idaho, USA. Todos los derechos reservados. Esta edicion en castellano se publica con permise del duefio del Copyright. ‘© 2018 Asociacién Casa Editora Sudamericana, Queda hecho el depdsito que marca la ley 11.723. {SBN 978-987-701-740-3 Gulley, Norman R. i Preparados para el tiempo del fin / Norman R. Gulley ; dirigido por Walter E. | Steger ; ilustrado por Lars Justinen, — 1° ed, — Florida : Asociacion Casa Editora Sudamericana, 2018, 126 p. si. 20x 14 0m. Traducclén de: Emosto Giménez. | ISBN 978-987-701-740-3 1. Vida crisiiana. |. Steger, Walter E., dit I. Justinen, Lars, ius. il. Giménez, | Emesto, trad. Iv. Tituio. ' COD 248.4 | Se terminé de imprimir el 16 de enero de 2018 en talleres propios (Gral. José de San Martin 4565, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproduccidn tota! o parcial de esta publicacién (texto, imagenes y disefio), su manipulacion informatica y transmisién ya sea electronica, mecanica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo det editor. -109740- Dedicatoria jAlabado sea Dios por mi maravillosa esposa, nuestros preciosos cuatro hijos, nueve nietos, y dos bisnietos! jEstamos profundamente agradecidos de que Cristo sea nuestra seguridad! 11, 12; Contenido Prefacio ... E] comflicto COSMICO .......ececsesseseessssssetiieesseseseteessaneesses 9 Attevamonos a ser COMO Daniidl.......sssusessseseeneacssnsees 19 Jestis ante el trono del Apocalipsis .........0..ceccseesseecene 29 SalvaciOny esperanza. .ccssiisssisveavssssarvineccsivonuensisvnienvend SE Jesucristo como Rey y SacerdOte....cscccssssesessessanesesens 47 El ataque de Satands a la ley de Di08 «0.0.0.2: 55 Ensefianzas de Cristo que nos preparan PARE CUE Oi some srtternaceses eveerimmrevarsernemectaeenseoniscseruersecetst OD Adoremos al Creador Engafios del tiempo del fitl.........eseeceeessessceeseeessennsanee 81 El triunfo global del espiritisM0 00.0... IL Larfalsa ad OFaGOn vaississcenssnscvesrinenennenssimnimamecnnes 101 E] Armagedon y la Segunda Venida de Cristo ...........06 109 Como esperar la Segunda Venida de Cristo... 119 Prefacio Que Dios nos bendiga abundayemente mientras nos preparamos para el regreso del Sefior. ;Gozo, paz y seguridad eternas nos esperan! Esta- temos con el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo, asi como con nuestros seres queridos, amigos, angeles, habitantes de mundos innumerables y Jos redimidos. ;No nos lo podemos perder! Norman R. Gulley Profesor de Teologfa Sistematica, Southern Adventist University El conflicto césmico ecuerdo que cuando gra niio, en Inglaterra, miraba el cielo desde la ventana de mi dormitorio y le preguntaba a mi ma- dre: — Qué es la eternidad? ;Cuanto tiempo dura? —Dura para siempre —me respondia ella con una sonrisa. —jComo puede ser posible? —me preguntaba—. ‘Todo tiene un principio y un final. jLa eternidad es imposible! Aquella noche soié que fui al cielo y me uni a otros en una circunva- laci6n sin fin llamada eternidad. Una vez en ella no podia salirme. El miedo se apoderé de mi. Sintiéndome atrapado, grité: «; Déjenme sa- lir!». Ese grito me desperté y senti un gran alivio. Pero seguia desconcer- tado. Es Cristo eterno? Cuando Proverbios 8: 22 menciona: «El Sefior me dio la vida como primicia de sus obras» (NVI), jesté queriendo decir que el Padre celestial creé a su Hijo en algtin momento pasado de la eternidad? Si es asi, entonces Cristo tuvo un comienzo. En un articulo, Elena G. de White explicé el significado de Proverbios 8; 22, Ella afirmé que las palabras de Cristo, identificindose como «YO. SOY», implican una existencia eterna. Dijo: «Cristo es el Hijo de Dios preexistente y existente por si mismo». Y afadis: «Al hablar de esta pre- existencia, Cristo hace retroceder la mente hacia las edades sin fin. Nos asegura que nunca hubo un tiempo cuando él no haya estado en PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN estrecha relacién con el Dios eterno».! Seis afios después, Elena G. de White repitié su explicacién de Proverbios 8: 22. Dijo que Cristo, «el divino Hijo de Dios, existié desde la eternidad».? Por lo tanto, Cristo no provino del Padre. Cristo existe desde «los dias de la eternidad» (Mig. 5: 2) y es Jamado también «Padre Eterno» (Isa. 9: 6). La rebelion de Lucifer El conflicto césmico comenzé en el coraz6n de Lucifer (al que tam- bién se fe llama Satands, que significa «adversario»). A pesar de ser un simple ser creado, Lucifer quiso reemplazar al Hijo eterno; pero Cristo tenia una eternidad de experiencia como Dios y contaba con un «trono de gloria, excelso desde el principio» (Jer. 17: 12). Satands no podia su- perar estas credenciales. Cristo también «cred los mundos innumerables y los sostiene a tra- vés de la inmensidad del espacio». ;Como podria Lucifer gobernar el universo si ni siquiera puede crear una hoja de hierba y no es omnipre- sente? jEst4 confinado a un solo lugar y por lo tanto no tiene las cuali- ficaciones necesarias! Pretend{a reemplazar al Creador de todo, jincluso de él mismo! (Col 1: 16; Heb. 1: 2). jQué engreimiento el de Lucifer! A pesar de todo esto, «poco a poco Lucifer lleg6 a albergar el deseo de ensalzarse. “Tu [Lucifer] que decias en tu corazon: [...] En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono [...] y seré semejante al Altisimo” (Isa. 14: 13, 14). [...] Lucifer se aventuré a codiciar el home- naje que solo debe darse al Creador».* El odio de Satanas hacia Cristo partié de un orgullo ciego. La Palabra dice que él «ha sido homicida desde el principio» (Juan 8: 44). ;Qué significa esto? Que si le hubiera sido posible, habria matado a Cristo en el cielo. «El propésito de este principe de los angeles llegé a ser disputar 1. Blena G. de White, Signs of the Times, 29 de agosto de 1900. 2. Flena G. de White, La fe por ia cual vivo, p. 48. 3. Elena G, de White, El cenflicto de los siglos (Doral, Florida: JADPA, 2011), cap. 41, p. 633. 4. Elena G. de White, Patriarcas y profetas (Doral, Florida: IADPA, 2008), cap. 1, p. 13. 10 EL CONFLICTO COSMICO la supremacia del Hijo de Dios, y asi poner en tela de juicio la sabiduria y el amor del Creadorm.5 Acusé a Dios de ser un «tirano vengativo».* Denunci6 la ley de Dios «como restriccién de su libertad y declaré que el objeto que él perseguia era asegurar fa abolicion de Ja ley para que, libres de esta traba, las huestes del cielo pudieran aleanzar un grado de existencia mds elevado y glorioso».” Basta con mirar los ambiciosos planes de Satands: «E] gobierno de Dios inclufa no solo a los habitantes del cielo sino también los de todos los mundos que habia creado; y Lucifer llegé a la conclusién de que si pudiera arrastrar a los angeles celestiales en su rebelion, podria también arrastrat a todos los mundos».* En respuesta, el Rey del universo reunié a todos los angeles para ex- Plicar que Cristo era tan divino como él y que juntos habian creado to- dos los mundos. En éSta obra, Cristo jamas habia buscado la exaltacion de si mismo.” «Los angeles reconocieron con mucho gozo la supremacia de Cristo [...]. Lucifer se postré con ellos, pero en su coraz6n se libra- ba un extrafio y feroz conflicto. [...] La influencia de los santos Angeles parecié por algtin tiempo arrastrarlo con ellos. Mientras en melodiosos acentos se elevaban himnos de alabanza cantados por miles de alegres voces, el espiritu del mal parecia vencido; indecible amor conmovia su ser entero; al igual que los inmacula- dos adoradores, su alma se Ifend de amor hacia el Padre y el Hijo. Pero luego se llené del orgullo de su propia gloria. Volvié a su deseo de supremacia, y nuevamente dio cabida a su envidia hacia Criston."° 6. Et conflicta de los sighos, cap. 34, p. 524 7. Ibfi., cap. 30, p. 490. 8. Patriareas y profetas, cap. 1, p. 19. 9. Ibfd., p. 14. 10. Ibid, pp. 14, 15 1 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Cristo amaba a Lucifer con un amor y «piedad>» infinitos." Anhelaba salvarlo. «Fue retenido atin por mucho tiempo en el cielo. Varias y repe- tidas veces se le ofreci6 el perd6n con tal de que se arrepintiera y se sometiera».'? «Lucifer qued6 convencido de que se hallaba en el error. [...| Casi decidié volver sobre sus pasos, pero el orgullo no se lo permitio»."* Finalmente, se vio obligado a matcharse. Después de su destitucién del cielo, Lucifer pidié una entrevista con Cristo y se le concedi6. Queria ser restituido en el cielo y Cristo lloré por su estado. Sin duda, la pretensidn de Satands en el cielo de proveer una mayor libertad no era lo que él mismo estaba experimentando. Habfa perdido la alegria que los seres sin pecado tenfan al estar unidos a Cristo. La rebelidn de este angel habfa alcanzado un punto irremedia- ble." Cristo amaba a su adversario y derramo lagrimas por él, pero Lu- cifer respondio con odio, Bstos dos aspectos de la controversia, el amor y el odio, eran precisa- mente los que necesitaban ser revelados completamente a todos los se- res creados en el vasto universo. La rebelién de Satands en el cielo habia sido ejecutada bajo un disfraz de lealtad y necesitaba ser completamen- te desenmascarada. Al mismo tiempo, debia demostrarse que las acusa- ciones contra Cristo eran falsas. Fue por eso que a Satands se le permitié vivir y no recibir de inmedia- to la paga de la muerte por su pecado de traicion contra Cristo. Si Sata- nas hubiera recibido su merecido, los seres creados se habrian pregun- tado si las afirmaciones de que Dios es un ser tirdénico e inflexible eran ciertas. No habrfa solucién al conflicto césmico. La plena exposicién y revelacién de Ios dos lados del conflicto era la solucién més sabia. «Para bien del universo entero a través de las edades sin fin, era preciso dejar que el mal llegara a su madurez, y que Satands desarrollara mas comple- tamente sus principios, a fin de que todos los seres creadas reconocieran el verdadero caracter de los cargos que arrojara él contra el gobierno 11. thfd., p17, 12. El conflicta de fos sighos, cap. 30, p. 486. 13. Patriarcas y profetas, cap. 1, p. 17. nia G, de White, La historia de la redencién (Doral, Florida: ADPA, 2013), cap. 1. p. 14 EL CONELICTO COSMICO divino y a fin de que quedaran para siempre incontrovertibles la justicia y la misericordia de Dios, asi como el cardcter inmutable de su ley».'? 1a campaiia de Lucifer contra Cristo en el cielo estaba fundamentada en un cambio. El afirmaba que podfa proporcionar un mejor futuro bajo su liderazgo que el ofrecido por Cristo. El cambio fue la oferta he- cha a los angeles, y muchos fueron engafados por Lucifer. Pero era una falsa promesa: «"Dios es amor” (1 Juan 4: 16). Su naturaleza y su ley son amor. Lo han sido siempre, y lo seran para siempre. “El Alto y Sublime, el que habita {a eternidad”, cuyos “caminos son eternos”, no cambia. En él, “no hay mudanza ni sombra de variacion” (isa. 57: 15; Hab. 3: 6; Sant. 1:17), »La historia del gran conflicto entre el bien y el mal, desde que principié en el cielo hasta e! final abatimiento de fa rebelién y la teal extirpacion del pecado, es también una demostracién del inmutable amor de Dios».'* El amor inmutable de Dios expone la falsa campaiia de Lucifer. «Dios desea de todas sus criaturas el servicio que nace del amor, de la com- prensién y del aprecio de su cardcter. No halla placer en una obediencia forzada, y otorga a todos libre albedrio para que puedan servirle voluntariamente».” jQué paciencia, qué sabiduria, qué amor el de Dios! La seduccién en el jardin ijémonos en las diferentes declaraciones de Cristo y Satands en el Edén. Cristo dijo, con respecto al fruto prohibido: «Si comen de él, ;mo- tiran!» (ver Gén. 2: 16, 17). Satands se opuso descaradamente: «jNo es cierto, no van a morir!» (Génesis 3: 4, 5, NVI). Lucifer comenzé Ja 15. El conflicto de los sigios, cap. 30 p. 489. 16, Patriarcas y profetas, cap. 1, pp. 11, 12. 17. Ibid. p 12 13 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN controversia césmica en el planeta Tierra cuestionando la palabra de Dios, y ha continuado la misma practica a lo largo de la historia huma- na. A diferencia de Satands, es obvio que Cristo amaba a Adan y Eva. Para protegetlos de las intrigas de Satanas, Cristo envid dos angeles para advertirles en cuanto a Satanas y decirles «que podian ebedecer la ley de Dios y ser inefablemente felices, o desobedecerla y perder su elevada condici6n y caer en la desesperaci6n»,"* Adan y Eva dijeron que nunca desobedecerian ef mandamiento de Dios «pues su mayor placer consistfa en hacer su voluntad».'’ Dios pro- metié que «si fuera necesario todos los Angeles del cielo acudirfan en su ayuda antes que permitir que él [Satands] los perjudicara de alguna manera».?° Pero Satands era astuto. En aquellos dias, las serpientes volaban y tenfan una apariencia deslumbrante. Satands tomo la forma de una be- lla serpiente para engafar a Adan y Eva. Con esta apariencia, «se ubicé en el arbol del conocimiento y comenzé a comer de su fruto con despreocupacién».”" jQué espectaculo preparo Satands! Hasta comenzé a comer del fruto prohibido, Pero Cristo le habia dicho a Adan: «De todo arbol del huerto podras comer; pero del arbol del conocimiente del bien y del mal no comeras, porque el dia que de él comas, ciertamente moriras» (Gén. 2: 16, 17). Y¥ «los angeles aconsejaron a Eva que no se separara de su esposo».”? Sin embargo, «cuando se percato del hecho, tuvo la sensacién de que estaba en peligro, pero nuevamente se sintié segura, aunque no estuviera cerca de su esposo. Crefa tener sabidurfa y fortaleza para reco- nocer el mal y enfrentarlo».” No solo se habfa alejado del lado de Addn, sino también de la presencia de Cristo. Fstaba en grave peligro. Su inde- pendencia se habifa convertido en desobediencia, incluso antes de 18. La historia de la vedencién, cap. 3, p. 25. 19. Ibid.. pp. 26, 27. 20. Ibid, p. 26. 21. tbid., cap. 4, p.31 22, Ibid, cap. 3, p. 26. 23, Ibid., cap. 4, p.31 14 EL CONFLICTO COSMICO transgredir la advertencia de Cristo de que moriria si comia el fruto del arbol prohibido. Eva Heg6 al drbol prohibido, contempls el fruto con «curiosidad y admiracién», y se pregunté «por qué Dios habria prohibido tan decidi- damente que comieran de su fruto o lo tocaran».* Después de todo, la serpiente estaba comiendo del fruto y segufa viva. La serpiente también afirmé que era capaz de hablar gracias a que habfa comido del fruto.* Fijémonos en la tampa de Satanas: Eva crey6é en lo que habia visto mas que en lo que le habfan dicho. [Ver es creer! Eva concluyé que el hecho de que Ia serpiente estuviera hablando y que no hubiera muerto al comer del fruto constituia una evidencia irrefutable. La serpiente tam- bién «alabo la belleza y el extraordinario encanto de Eva, lo que no le resulté desagradable».** ;Qué artimanas las de Satands! Eva escuch6 atentamente lo que la serpiente le dijo. Debe haber pen- sado: Si una serpiente puede hablar después de comer el fruto, jimaginen lo que podria hacer yo! ;Seré como Dios! (ver Gén. 3: 5). {Qué tentador! Pa- recfa que Dios querfa mantenerla alejada de todo su potencial. En otras palabras, la serpiente parecia estar mds interesada en ayudarla que Cris- to, su Creador. A estas alturas, la mente de Eva habia sido dominada por el engafio. De hecho, «Eva no se sintié horrorizada al ofr que el Dios santo y supre- mo era acusado falsamente. Si hubiera vuelto sus pensamientos hacia Dios |...] y recordado todas las muestras de su amor, [...] habrfa podido ser salvada. [...] Una sola palabra para reivindicar a su Creador habria hecho huir al acusadorm.”” En cambio, Eva vio «que el arbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabidurfa, tom6é de su fruto y comid» (Gén. 3: 6). Eva creyo en un extrafhio que no le habia dado nada y dejo de creer en su Creador que le habia dado todo. «Eva estaba encantada, halagada, 24. Ibid. 25. Elena C. de Whi 26. La historia de la redencién, cap. 4, p. 30. La educacidn (Doral, Florida: IADPA, 2013), cap. 3, p. 24. 27. Blena G. de White, «God's Requirement in Grace, the Same as in Paradise, Signs of the Times, 12 de mayo de 1890 45. PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN infatuada».?* Ese es el poder de] «ver es creer». Eva debié haber recorda- do las palabras de Cristo: «Si comes, moriras». Creer en sus palabras le habria dado el discernimiento necesario para identificar el engafo. Le habria dado la capacidad de ver mas alld de Ia falsificaci6n. Nuestra mente, el campo de batalla El conflicto césmico en el planeta Tierra se escenifica en la mente, al igual que ocurrié en el cielo. El hecho de que los angeles y Adan y Eva fueron victimas de esta batalla demuestra que el engafio puede tener una poderosa influencia en las mentes, aunque sean perfectas. ;Cudnto mAs poderoso puede llegar a ser entonces el engafio en nuestras mentes imperfectas y caidas! . Como se senalé anteriormente, el método de «ver es creer es una poderosa herramienta que forma parte de los métodos de engafio de Satanas, ya que lo que miramos causa una impresién perenne en nues- tra mente. Programas de television impuros, peliculas y telenovelas pue- den corromperos y alimentar nuestra naturaleza caida. Debemos ele- gir sabiamente, ya que alimentar la mente con esta clase de contenidos es tan dafiino como darle veneno al cuerpo. Cosechamos lo que sem- bramos (ver Gal. 6: 7). Sin embargo, jtenemos razones para tener esperanza! Nuestro bole- toal cielo fue pagado por Cristo en el Calvario al precio mas alto. Nadie mis podia pagar ese precio. Ese boleto esta ahora disponible para noso- tros, y es gratis. Cuando elegimos a Jestis, nos apropiamos de su poder. El ingenioso engafador no es rival para un corazon protegido por el Hijo de Dios. Jestis nos da el poder para escoger sabiamente y frustrar las tentaciones de Satanas. En un mundo cajdo, Satands nos hace sentir fracasados y culpables, mientras que Cristo nos da su paderosa presen- cia para recibir libertad y salvacién. «El Hermano Mayor de nuestra familia humana esté al lado del trono eterno. Mira a toda alma que se vuelve hacia él como al 28. Ibid, p. 34. EL CONFLICTO COSMICO Salvador. Sabe por experiencia cuales son las debilidades de la humanidad, cuales son nuestras necesidades, y en qué reside la fuer- za de nuestras tentaciones porque fue tentado en todo punto, asi como nosotros, aunque sin pecar. £1 vela sobre ti, tembloroso hijo de Dios. :Estas tentado? El te librard. {Eres débil? El te fortalece- ra. (Eres ignorante? Te iluminara. {Estas herido? Te sanara [...] »Nuestro Padre celestial tiene para proveernos de lo que necesi- tamos mil maneras de las cuales no sabemos nada. Los que acep- tan el principio de dar al servicio y la honra de Dios el lugar supre- mo, veran desvanecerse {as perplejidades y percibiran una clara senda delante de sus pies». Pablo sefiala el enfoque definitivo que debe tener nuestra mente: «Asi que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, pode- mos ver y reflejar la gloria del Sefior. El Sefor, quien es el Espiritu, nos hace mas y mas parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen» (2 Cor. 3: 18, NTV). Al ver de continuo a Cristo, so- mos transformados a su semejanza y «cuando él se manifieste, seremos semejantes a él» (1 Juan 3: 2). El conflicto césmico arrecia y la neutralidad no es una opcidn. Cada ser humano debe hacer su elecci6n, y la mejor opcién es aceptar a Jesu- cristo como Salvador personal. Es el momento perfecto para fortalecer nuestra mente y corazén con la Palabra de Dios: «Solo los que hayan fortalecido su espiritu con las verdades de la Biblia podran resistir en el Ultimo gran conflicto».” 1a G, de White, El Deseacto de todas las gentes (Doral, Florida: IADPA, 2007), cap. 34, pp. 300, 30. EF) conflicto de los sighs, cap. 38, p. 580. Atrevamonos a ser como Daniel ST n el capitulo anterior comenzamos a estudiar el conflicto cés- mico en el cielo y en el planeta Tierra. Este conflicto césmico constituye el trasfondo de toda la Biblia; el contexto inmutable en el cual se disciernen de forma correcta las narraciones bibli- f cas, las profecias y las doctrinas. Dado que la historia del conflicto cés- mico esta presente en toda la Biblia, resulta importante que leamos y entendamos la Biblia. Sin embargo, algunos libros de la Biblia pueden ser dificiles de com- prender: parte del libro de Daniel fue sellado hasta el tiempo del fin (Dan. 12: 4)' y hay quienes argumentan que el libro de Apocalipsis es imposible de descifrar. Pero la Biblia es la revelacién de Jesucristo y me- rece ser comprendida. Con el propésito de entender mejor la Palabra de Dios, en este capi- tulo nos enfocaremos en Daniel. Su papel en el conflicto césmico ha de ser estudiado a la luz de la mision de Dios en un mundo en rebelion. Antes de comenzar nuestro estudio sobre Daniel, repasaremos breve- mente la historia de Israel y de como Daniel terminé en Babilonia. 1. Este sello incluye la profecta de 1,260 dfas (Dan. 7: 25; 12: 7) y la profecia de los 2,300 dias (Dan. 8:14), que debian revelarse en el tiempo del fin (Apoc. 10-24). 19 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN ;Por qué Dios Ham6 a Abraham a salir de Ur de Jos Caldeos en la antigua Mesopotamia? Porque su descendencia debia ser una bendicion para todas las familias de Ja tierra (Gén. 12: 1-3). En otras palabras, ellos debfan anunciar a todas tas naciones las buenas nuevas del evan- gelio eterno de un Salvador y advertir de los engaiios de Satands. Este fue el método que Dios utilizé para contrarrestar el estado de pecado y degeneracidn en el que habia caido nuestro planeta. Dios quiso usar a Israel como una gran herramienta evangelistica para revelarse al mundo y prometié grandes bendiciones a su pueblo elegido. Dijo: «Acontecera que si oyes atentamente la voz de Jehova, tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientas que yo te prescribo hoy, también Jehova, tu Dios, te exaltard sobre todas las naciones de la tierra. [...] »Te pondra Jehova por cabeza y no por cola; estaras encima sola- mente, nunca debajo, si obedeces los mandamientos de Jehova, tu Dios, que yo te ordeno hoy; silos quardas y cumples» (Deut. 28: 1,13). Nunca antes ninguna nacién disfruté de la proteccién que tuvo Is- rael durante las plagas de Egipto mientras estaba en la tierra de Gosén. Nunca antes una nacion habia sido librada tan milagrosamente como cuando el mayor ejército del mundo avanzé detras de Israel y lo acosé en el Mar Rojo. Nunca antes Dios habia vencido a los enemigos de su pueblo como lo hizo por Israel cuando ocupé la Tierra Prometida. Nun- ca antes Dios habia escrito Ja ley con su propio dedo, sobre tablas de Piedra, para guiar a su pueblo. Nunca antes el Creador del universo habia vivido en medio de su pueblo en un tabernaculo y un templo. Ninguna nacion habia sido tan bendecida como Israel. Los israelitas debieron haber notado la diferencia obvia de como fueron uatados en comparacién con otras naciones. {Pero no! Ellos querian ser como las demas naciones con dioses e idolos y tener tam- bién un rey (Eze. 23: 30; 1 Sam. 8: 1-22). ;Qué clase de ceguera! En respuesta a su deseo de otros dioses, Dios exclamé: 20 ATREVAMONOS A SER COMO DANIEL «jAlguna vez una nacién ha cambiado sus dioses por otros, aun cuando no son dioses en absoluto? jSin embargo, mi pueblo ha cam- biado a su glorioso Dios por fdolos intitiles!» (Jer. 2: 11, NIV; ver tam- bién 8: 19; 22: 9). Fueron tan lejos, que Juda lleg6 a tener tantos dioses como ciudades (vers. 28). Tenia tantos altares a Baal como calles en Jerusalén (Jer. 11: 13; 11: 17; 19: 4, 5; 23: 13; 32: 29). No es de extrahar que Dios dijera: «Mi pueblo se ha olvidado de mi por innumerables dias» (Jer. 2: 32). «Israel no tuvo ningtin reparo en prostituirse, contamine la tierra y co- metié adulterio al adorar idolos de piedra y de madera» (Jer. 3: 9, NVI). Las naciones de Juda e Israel estaban Ilenas de hipocresia: «Cercano estas tti [Dios] en sus bocas, pero lejos de sus corazones» (Jer. 12: 2). Dios no era su verdadero amar; los fdolos lo habfan reemplazado. Ado- raban a los astros celestiales, «al sol y a la luna, y a todas las estrellas del cielo» (Ilech. 7: 42; Jer. 8: 2, NVI), asi como a Moloc y Refan (Iech. 7: 43; Lev. 18: 21; 20: 2; Jer. 32: 35). Sus fdolos profanaron la sagrada casa de Dios y su santuario (Jer. 7: 30; Eze. 5: 11). Quemaron «incienso a Baal y [..-] [siguieron] dioses extrafios» e hicieron «masa para hacer tortas a Ja reina del cielo» (Jer. 7: 9, 18; ver 44: 17, 18). En «la entrada de la puer- ta de la casa de Jehova», las mujeres se sentaban «llorando a Tamuz» {Eze. 8: 14), y en el «atrio de adentro de la casa de Jehova [...] unos veinticinco hombres, con sus espaldas vueltas al templo de Jehova y con sus rostros hacia el oriente, [...| adoraban al sol, postrandose hacia el oriente» (vers. 16). Esto era adulterio espiritual. Dios sefialé: «Aun a sus hijos que habfan dado a luz para m{, hicieron pasar por el fuego, que- méndolos» (Fze. 23: 37). jIlasta ese punto el pueblo se habia distancia- do del Dios vivo! Un pacto Deuteronomio 28 comienza con una promesa increfble para los is- raelitas: ;Dios los exaltaria sobre todas las naciones! Luego le siguen muchas otras promesas (vers. 2-13) que terminan con esta advertencia: «No te [...] [apartes] de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a la derecha nia la izquierda, para ir tras dioses ajenos y servirlos» (vers. 14). 21 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Si se apartaban de Dios, él los esparciria «por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo, y [...} entre estas naciones [...] [no encontrarfan] reposo» (Deut. 28: 64, 65). Pero esto fue exacta- mente lo que hicieron Israel y Juda, y por lo tanto recibieron las maldi- ciones que Dios advirtié (vers. 16-68). Después de haber sido esparcidos entre las naciones, tendrian un «corazon temeroso» (vers. 64) y vivirian «con miedo» (vers. 66, NIV). Al romper el pacto, terminaron como naciones fragmentadas, desconecta- das de la Fuente de la vida. Su negativa a permanecer en una relaci6n de amor con Dios anulé fas bendiciones que podrian haber recibido, De regreso a Babilonia Dios le advirtid repetidamente a su pueblo sobre las consecuencias de su maldad: «Desde el dia que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Os envié todos los profetas, mis siervos; los envié des- de el principio y sin cesar. Pero no me escucharon ni inclinaron su ofdo, sino que endurecieron su corazon e hicieron peor que sus padres» (Jer. 7; 25, 26). Fijémonos en los reyes de Israel y Juda. Los veinte reyes de Israel fue- ron todos malos. Incluso Jehti, que destruy6 el culto a Baal, fue como los otros reyes: no se aparto de Ja idolatria de Jeroboam. De los veinte reyes de Judd, trece fueron completamente malvados, cinco no estaban totalmente dedicados a Dios, y solo dos (Ezequias y Josias) fueron bue- nos, Sin embargo, estos reyes no fueron los tinicos cuyos corazones esta- ban llenos de iniquidad. Dios dijo: «Tanto el profeta como el sacerdote son impios» (Jer. 23: 11). «Sus sacerdotes violaron mi Ley y contamina- ron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio. De mis sabados apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos» (Eze. 22: 26). El pueblo, incluso los sacerdotes, se habia apartado de Dios. 2, Norman R. Gulley, Systematic Theology, t. 2, «God as ‘Trinity» (Bectien Springs, Michigan: An- drews University Press, 2011), p. 328. ATREVAMONOS A SER COMO DANIEL. No es de extrafiar entonces que Israel haya terminado en cautividad en Asiria y Judd en Babilonia. Con el tiempo, el reino de Israel en el norte se dispersé entre muchas naciones y desaparecid. Solo qued6 Juda y termin6 en Babilonia.? Dios Ilamo a Abraham a salir de Ur, pero sus descendientes fueron forzados a regresar alli. jQué necias fueron las naciones de Israel y Juda! ;Por qué se separaron del tinico Dios verda- dero y adoraron dioses de su propia creaci6n? jNo hubo ganancias, sino solo pérdidas! Pero Dios tenfa un plan (Jer. 29: 10-14) que consistfa en obrar a tra- vés de individuos para lograr lo que fue imposible a través de Israel y Judd como naciones. Daniel y sus amigos, que fueron Ilevados cautivos a Babilonia, son un excelente ejemplo de esto. Veamgs cémo Dios los usd. Testigos de Dios En el libro de Daniel, encontramos seguidores fieles que son un tipo de aquellos que estardn listos para el segundo advenimiento de Cristo. La promesa que Dios le hizo a Abraham: «Serdn benditas en ti todas las familias de la tierra» (Gén. 12: 3) se cumple a través de estos testigos, tanto en el pasado como en el futuro. Pero volvamos ahora a Daniel y su testimonio, La historia de Daniel comienza cuando él y sus compafieros llegan de Juda4 y son adiestrados para servir en la corte de Babilonia (Dan. 1: 6). «Daniel propuso en su corazén no contaminarse con la porcién de la comida del rey ni con el vino que é] bebia; pidi, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligara a contaminarse» (vers. 8). Fijémonos que Daniel decidié y luego pidié permiso. Escogié sabiamente y pidio cortésmente. «le ruego que hagas la prueba con tus siervos durante diez dias: que nos den legumbres para comer y agua para beber (vers. 12, ver vers. 16). Sin duda Daniel conocfa la dieta edénica de Dios. En el jardin, Dios dijo: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que esta sobre toda la tierra, asf como todo Arbol en que hay fruto y da 3. En las Bscrituras a Satands se lo caracteriza como el rey de Babilonia (Isaias 14: 4, 12-15). 23 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN semilla. De todo esto podréis comer» (Gén. 1: 29; ver 2: 16; 3: 18). Da- niel crey6 en la Palabra de Dios y actud en consecuencia. Sabia que la comida y el vino del rey lo contaminarian. Participar de esta comida destruiria su discernimiento. Un cerebro lticido, (su lobulo frontal) en sintonia con Dios, era vital para que Daniel pudiera repre- sentar a Dios ante los paganos que lo rodeaban. 3Cudl fue el resultado de alimentarse con la dieta de Dios? «Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visién y suefos» (Dan. 1: 17). Daniel y sus ures amigos pusieron lo primero en primer lugar. Seguira Dios y su plan de vida trajo las bendiciones de conocimiento y entendimiento. La revelacion de Dios Un tiempo después de que el adiestramiento de Daniel hubo termi- nado, el rey Nabucodonosor tuvo un suefio y quiso conocer su interpre- taci6n, pero ninguno de sus sabios fue capaz decirle lo que habfa sofia- do. Nabucodonosor se puso furioso y grité: «| Ejecuten a todos los sabios de Babilonia!» (véase Dan. 2: 12). Esta orden incluia a Daniel y a sus tes amigos (vers. 13). Arioc, el comandante de la guardia del rey, salié a obedecer Ja orden del rey, pero «Daniel habl6 sabia y prudentemente a Arioc» (vers. 14, la cursiva es nuestra). Luego de recibir el permiso co- rrespondiente, Daniel entré en la sala del trono y le pidio al rey que le diera tiempo para interpretar el suefio (vers. 16). Daniel sabia que Dios ieran misericordias lo ayudaria y puso a sus amigos a orar, «para que del Dios del cielo sobre este misterio» (vers. 18). vel6 el suefio del rey a Daniel en una vision, y Daniel alabé a Dios (vers. 19-23). La mahiana siguiente, Daniel se presenté de nuevo delante del rey. No se centré en si mismo, sino que dio todo el crédito a Dios: «Hay un Dios en los cielos que revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los ultimos dias» (vers. 28). Luego demuestra que Dios conoce el futuro, anunciando el ascenso y la caida de los reinos (vers. 29-45). En resumen, dijo: «El gran Dios ha mostrado al rey |o que ha de acontecer en lo por venir (vers. 45). El rey a nache, Dios le re- 24 ATREVAMONOS A SER COMO DANIEL se postr6 delante de Daniel y dijo: «E] Dios vuestro es Dios de dioses [..-ly el que revela los misterios» (vers. 47) Los dioses falsos no conocen el futuro y no pueden dar sabiduria y entendimiento. Solo el Dios de Daniel fue capaz de explicar el suefio del rey. La imagen de oro Nabucodonosor sofié con una gran estatua. «La cabeza de esta ima- gen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce» (ver. 32). La cabeza de oro en el suefio del rey repre- sentaba a Nabucodonosor y su imperio; el resto de la estatua represen- taba a los imperios posteriores. Pero Nabucodonosor no estaba satisfe- cho con ser la cabeza de oro, asi que ordené la construccién de una estatua similar, pero fabricada totalmente de oro de la cabeza a los pies, de manera de representarse a si mismo. Al ordenarles a todos en su rei- no que adoraran Ia imagen, no eximi6é a nadie, ni siquiera a los tres amigos de Daniel. Al igual que Daniel, ellos eran diferentes. Se negaron a adorar Ja ima- gen de oro y el rey se enfurecié. En medio de su arrebato de ira, el rey dijo: «Seran inmediatamente arrojados al horno ardiente y [...], ;qué dios podra rescatarlos de mi poder?» (Dan. 3: 15, 19, NTV). Los amigos de Daniel no tuvieron miedo: «Nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos del horno de fuego ardiente [...]. Y si no, has de saber, oh rey, que no setviremos a tus dioses ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado» (vers. 17, 18). {Qué valor! Esta es la clase de fe y fuerza moral que necesitamos para cuando el decreto de muerte se emita en el tiempo final (Apoc. 13: 15). Nabucodonosor mandé arrojar a los tres jévenes al horno, pero se sorprendié6 por lo que vio después. «jPues miren! —exclamé—. Allf en el fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin dano alguno, jy el cuarto tiene la apariencia de un dios! [...] Siervos del Dios Altisimo, jsalgan de alli, y vengan acd!» (vers. 25, 26, NVI). Una vez fuera del horno, el rey los inspeccion6. «El fuego no habia tenido poder alguno sobre sus cuerpos y ni aun el cabello de sus cabezas se habia quemado; 25 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN sus ropas, intactas, ni siquiera olor de fuego tenfan» (vers. 27). Todo el mundo estaba sorprendido y la forma de pensar de Nabucodonosor cambio radicalmente. Ya no era el idolo de oro el objeto de su atencién, sino el Dios Viviente que vio en el fuego y rescaté a los que lo adoraban. La imagen de oro fue abandonada. Nabucodonosor no pudo evitar ala- bar al Dios Viviente y admirar la lealtad de los tres amigos de Daniel. «Confiaron en él [en su Dios}, los cuales no cumplieron el edicto del rey y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios» (vers. 28). La confianza en Dios es crucial. Al igual que como lo ilustran estos tres jovenes hebreos, hemos de prepararnos para la crisis de los tiltimos tiempos. Nabucodonosor es humillado Gracias al testimonio de Daniel y sus tres amigos, el rey entendié que solo el Dios del cielo puede dar e interpretar suefios, ademas de presen- ciar cémo este Dios permanecié6 con los suyos en el horno ardiente y los liber. Nabucodonosor incluso to llamé «el Dios Altisimo». Sin embar- go, el orgullo le impidis aceptar a ese Dios Altisimo como su Dios. Un dfa, dijo: «3No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?» (Dan. 4: 30, ver 5: 20). Inmediatamente, algo ocurrid en él y comenzé a arrastrarse por los campos como un animal, comiendo hierba (Dan, 4: 31-33). Después de siete afios, el rey se humillé. Levanté los ojos al cielo y recuperé la cordura. Nabucodonosor tuvo una transformacién increi- ble. Dijo: «Bendije al Altisimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre. Su dominio es sempiterno; su reino, por todas las edades [...}. Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia» (vers. 34, 37). 26 ATREVAMONOS A SER COMO DANIEL Adoracién obligatoria Nabucodonosor finalmente murié, y una serie de gobernantes le su- cedieron. Pero finalmente, la prediccién de Daniel de la Ilegada de un nuevo imperio se hizo realidad cuando los medos y los persas conquis- taron a los babilonios. El nuevo rey, Darfo el Medo, quedé impresiona- do con Daniel y «pens6 en ponerlo sobre todo el reino» (Dan. 6: 3). Sin embargo, Ja envidia se apoderé de los otros dos administradores del reino y de los 120 satrapas bajo el mando de Daniel, tal como ocurtié con Lucifer en el cielo. Como la vida de Daniel era impecable, conspiraron para destruirlo por medio de un decreto obligatorio de falsa adoracién, muy parecido al que se emitird en el tiempo del fin (vers. 4-9; ver Apoc. 13: 1-15). Cuando Daniel se enteré del decreto, abrié su ventana hacia Jerusa- 1én como de costumbre y oré (Dan. 6: 10). No cerré la ventana para orar escondido. jSe imagina el jubilo de aquellos administradores y sdtrapas mientras se abrian paso corriendo para informarle al rey? Acongojado, el rey dio la orden para que Daniel fuera arrojado aun foso lleno de leones. El rey le dijo a Daniel: «El Dios tuyo, a quien ti continuamente sirves, te libre» (vers. 16). El rey no pudo comer ni dor- mir aquella noche. Estaba inquieto y preocupado. Al amanecer, corrié al foso de los leones y con voz angustiada, exclamé: «Daniel, siervo del Dios viviente, e] Dios tuyo, a quien ti continuamente sirves, ste ha po- dido librar de los leones?» (vers. 20) Daniel respondi6: «jRey, vive para siempre! Mi Dios envié su angel, el cual cerré la boca de los leones para que no me hicieran dario, porque ante é] fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo» (vers. 21). Dario se regocij6, ordené la liberacidn de Daniel y no encontré lesién alguna en él «porque habia confiado en su Dios» (vers. 23). Los falsos acusadores fueron arrojados a la fosa, donde los esperaban las fauces de los leones hambrientos. 27 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Dos reyes envian buenas noticias El rey Nabucodonosor y el rey Dario se convirtieron en evangelistas. Emitieron decretos oficiales para dar testimonio de lo que Dios habia hecho para salvar a Daniel y a sus tres compafieros y de como Dios ha- bia restaurado 1a cordura de Nabucodonosor (Dan. 3: 28, 29; 4; 6: 25- 27), Testificaron del Dios vivo que salva en el presente. Estos decretos fueron la primera noticia de Dios recibida por los paganos en toda Ba- bilonia y Medo Persia. Ningun otro dios podria haber hecho semejantes prodigios. Era una noticia radical y maravillosa: jExiste un Dios vivo que puede salvar! La noticia Ileg6 como una sorpresa total, Los aconte- cimientos proclamaban esperanza en un mundo vacio y solitario, en el que dioses irreales dominaban las vidas de los pueblos sin liberar al pueblo. Los decretos afirmaban que el reino del Dios vivo duraria para siem- pre y que él es justo. ;{ Qué poderosos testimonios! Estos reyes paganos se unieron a Daniel y a sus amigos en su alabanza al tnico Dios verda- dero, Aquel que nos ama y muri6 por el mundo entero (Juan 3: 16, 17; 1 Juan 2: 2). Los decretos terminaron formando parte de la santa Pala- bra de Dios y sirvieron como carta de presentacién del Dios viviente a paganos que también se convirtieron en creyentes. De esta forma, estos reyes hicieron la obra que Israel y Jud4 debieron haber hecho. Dios usé a Daniel y a sus tres amigos como los agentes principales para esta obra de evangelismo. Asi como Daniel y sus amigos testificaron de Dios, nosotros también hemos sido llamados a compantir la historia del amor de Dios. «Millo- nes y millones de almas humanas a punto de perecer, ligadas en cade- nas de ignorancia y pecado, no han oido ni siquiera hablar del amor de Cristo por ellas, Si nuestra condicidn y la suya fueran invertidas, ;qué deseariamos que ellas hicieran por nosotros? Todo esto, en cuanto esta a nuestro alcance hacerlo, tenemos la mas solemne obligacion de hacer- lo por ellas».* 4, EI Deseto de todas las gentes, cap. 70, p. 610. 28 ‘ Jesus ante el trono del Apocalipsis Fo uando una de mis Biblias empezé a deshacerse, le saqué los f ( libros de Daniel y Apocalipsis e hice un solo libro con ellos. \ \ unque era la Biblia mds pequefia que jamas habia tenido, Sx--4/contenia informacién vital para este tiempo final de la histo- ria humana. Estos dos libros de la Biblia exponen los acontecimientos actuales que revelan la etapa culminante del conflicto césmico antes del tegreso de Cristo. De hecho, ambos libros contienen la version divina de lo que esta ocurtiendo en el planeta Tierra. Nos ayudan a comprender la trayectoria de los acontecimientos actuales, particularmente la tendencia de las iglesias y las religiones a unirse en una fuerza mundial que influird en la historia a nivel global Después de estudiar estos dos libros, estoy convencido de que mu- chos cristianos estan en desventaja. Si se saltan el estudio de Daniel y Apocalipsis, no podran comprender completamente lo que esta ocu- triendo tras bastidores en la historia humana. El estudio apocalfptico 0 profético es fundamental para comprender a cabalidad lo que esta suce- diendo actualmente entre las iglesias y hacia dénde nos lleva esa ten- dencia. Dado lo expuesto, la eclesiologia (el estudio de la iglesia) y la escatologia (el estudio de los acontecimientos finales} no podran desa- trollarse plenamente en los sistemas teoldgicos de las iglesias que no 29 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN tomen en cuenta los mensajes de Daniel y Apocalipsis. Esta es la razon por la que la Iglesia Adventista del Séptimo Dia es tan afortunada, ya que entendemos cémo los acontecimientos actuales nos estan Ievando hacia una unién eclesidstica global que tendré el poder de perseguir a los que guardan los mandamientos de Dios (Apoc. 13: 1-15). Comparaci6n entre los libros de Daniel y Apocalipsis Los libros de Daniel y Apocalipsis son similares porque son histéri- cos, escatolégicos y apocalipticos (reveladores). Usan simbolos, alaban al Dios verdadero y se oponen a dioses falsos. Ambos hacen preguntas desafiantes dirigidas al pueblo de Dios: «;Qué dios sera el que os libre de mis manos?» (Dan. 3: 15). «;Quién como la bestia y quién podra luchar contra ella?» (Apoc. 13: 4). Ambos contienen una parte princi- palmente histérica (Dan. 1-6; Apoc. 1-12) y otra principalmente escato- légica (Dan. 7-12; Apoc. 13-22). Ambos hablan del Cristo resucitado (Dan. 7: 13, 14; Apoc. 1: 10-20). Ambos se centran en un poder parcia- lizado que habla palabras pomposas contra Dios, que transcurre duran- te un periodo de 1,260 aiios y que persigue a los santos (Dan. 7: 6-8, 19-25; Apoc. 12: 13-16). Ambos se enfocan en el trono de Dios en el cielo (Dan. 7: 9, 10; Apoc. 4, 5). Ambos tienen en alta estima la ley de Dios (Dan. 7: 25; Apoc. 12: 17; 14: 12). Ambos hablan de un juicio en el cielo durante el tiempo del fin, conocido como el juicio previo al advenimiento (Dan. 7: 9-14; Apoc. 14: 6, 7). Ambos contienen la orden de adorar una imagen o morir (Dan. 3; 1-28; Apoc. 13: 14, 15). Ambos describen a Dios liberando a su pueblo de decretos de muerte terrenales (Dan. 3: 23-27; 6: 26, 27; Apoc. 19: 19-21). Ambos imparten una ben- dicidén (Dan. 12: 12; Apoc. 22: 7). Ambos hablan de la destruccién del falso sistema de adoracién y de la liberacion del pueblo de Dios. Ambos hablan del desarrollo y el climax del conflicto césmico.' Daniel y Juan, los escritores de Daniel y Apocalipsis respectivamente; estaban en cautiverio cuando recibieron la revelaci6n divina. Daniel es- taba cautivo en Babitonia y Juan habfa sido desterrado a la isla de Patmos. 1. El libro de Daniel es el soporte principal del libro de Apocalipsis en el Antiguo Testamento. 30 JESUS ANTE EL TRONO DE APOCALIPSIS Sus libros, en parte, tienen que ver con tiempos en los que el pueblo de Dios est4 sufriendo persecucion. Asi que ambos brindan aliento al pue- blo de Dios en los momentos de afliccién, incluyendo la persecuci6n que ocurrird en el tiempo final. Estos libros le recuerdan al pueblo de Dios que él estara con ellos en medio de todas sus dificultades (Heb. 13: 5 y Mat. 28: 20) y que, asi como Cristo sufrié antes de su triunfo y as- censio6n al cielo, su pueblo en el tiempo del fin sufrird, wiunfard y ascen- derd al cielo en ocasién del segundo advenimiento. Ambos libros muestran que el orgullo es el sello distintivo del ene- migo del pueblo de Dios (Dan. 7: 8, 11, 20; Apoc. 18: 7). El orgullo re- fleja a Satands, cuyo «coraz6n se lend de orgullo» (Eze. 28: 17, NTV) y se consideraba a sf mismo como Dios (Isa. 14: 12, 13; ver Eze. 28: 2). Esta reflexién también aparece en la descripcidn de naciones como Ba- bilonia y Moab. Las Escrituras dicen: «Y Babilonia, hermosura de reinos, gloria y orgullo de los caldeos, sera como Sodoma y Gomorra, a las que trastorné Dios» (Isa. 13: 19). «Hemos ofdo de la soberbia de Moab; muy grandes son su sober- bia, su arrogancia y su altivez; pero sus mentiras no seran fines» {Isa. 16: 6). Este es el mismo orgullo que encontramos en el Faraén y Nabucodo- nosor (Exo. 5: 2; Dan. 4: 30, 37). Cristo nunca ha sido orgulloso, a pesar de ser Dios, Filipenses 2: 6-8 nos dice que él descarto el uso de su divi- nidad? cuando se hizo humano: «Mas atin, hallandose en la condici6n de hombre, se humillé a si mismo, haciéndose obediente hasta la muer- te, y muerte de cruz» (vers. 8). El nos invita a seguirlo a él y su ejemplo: «Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi, que soy manso y humilde de coraz6n, y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mat. 11: 29). Comparado con Cristo, el orgullo se centra en el yo y es anticristia- no. «Dios resiste a los soberbios» (Sant. 4: 6). Ambos libros indican que en el tiempo del fin el sistema jactancioso y perseguidor que se opone a Dios serd derrotado: 2. Biblia de estudio Andrews, nota sobre Filipenses 2: 7 31 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN «{El cuerno pequefio, ver Daniel 7: 20, 24] hablara palabras contra el Altisimo [...]. Pero se sentard el Juez, y le quitaran su dominio, para que sea destruido y arruinado hasta el fin» (Dan. 7: 25, 26). «jAy, ay de la gran ciudad, de Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una sola hora vino tu juicio» (Apoc. 18: 10). Como dos sujetalibros, Daniel y Apocalipsis cuentan la historia de la salvacién de principio a fin. El pueblo de Dios sufre cautivetio en Ja an- tigua Babilonia y milenios después es perseguido por la Babilonia con- tempordnea (posteriormente veremos que el poder del tiempo del fin opuesto a Dios, identificado como Babilonia, es un poder religioso y politico [una alianza de la iglesia y el estado] con raices historicas en el perfodo medieval). Fl nombre de estos dos libros podria ser «Historia de dos Babilo- nias». La primera Babilonia es local, la Babilonia final, universal. La primera Babilonia es pequefia, la Babilonia final, grande. La primera Babilonia es literal, la Babilonia final, espiritual. La primera Babilonia es un tipo, la Babilonia final, el antitipo. Acusada de ser el anticristo En el siglo XVI, la Iglesia Catdlica Romana era considerada el anti- cristo por todos los reformadores. Ellos basaron dicha acusacién en el estudio de Daniel, 2 Tesalonicenses 2 y Apocalipsis. Con la llegada de la imprenta, las opiniones de lideres protestantes como Martin Lutero se difundieron répidamente y sacudieron a la Iglesia Catélica Romana hasta sus cimientos. Nunca antes el papado habia sido tan poderosa- mente desafiado. Como resultado de este ataque, la Iglesia Cat6lica Romana convocoé al Concilio de Trento (1545-1563). Esta reunidn tenia dos tareas princi- pales: (1) destruir la Reforma Protestante, y (2) desviar la acusacién de ser el anticristo. Esto ultimo lo harian ubicando el tiempo del anticristo en el pasado lejano (preterismo) o en el futuro (futurismo), muy aleja- do del presente. Escogieron el futurismo. 32 JESUS ANTE EL TRONO DE APOCALIPSIS Sin embargo, el conflicto césmico no se limita a la iglesia primitiva (preterismo) ni al tiempo del fin (futurismo). El preterismo y el futuris- mo se restringen al pasado o al futuro, mientras que el conflicto césmi- co abarca todo el periodo que transcurre desde el principio hasta el final de la historia humana. De esta forma, tanto el preterismo como el futu- rismo incluyen solo una pequeria parte de la historia, ignorando la ma- yor parte de la historia de la humanidad y del conflicto césmico. Interpretacion historicista del Apocalipsis En medio del conflicto cosmico que nos revela el libro de Apocalip- sis, el capitulo 12 nos presenta «un vistazo general a fa historia, desde el nacimiento de Cristo hasta los acontecimientos finales»? y establece un vinculo enue la historia del conflicto (Apoc. 1-11) y los acontecimientos futuros (Apoc. 13-22). El plan de salvacién, por ejemplo, se presenta cronolégicamente desde el Calvario (Apoc. 1: 5) hasta el primer com- partimiento del santuario celestial (los siete candeleros y el «altar de oro», Apoc. 4: 5; 8: 3) y el arca det pacto en el segundo compartimiento (Apoc. 11: 19).* Apocalipsis 13-22 abarca acontecimientos que ocurrie- ron y que atin estan por ocurir. Quien lea cuidadosamente el Apocalipsis se dara cuenta de que las fiestas de Israel reciben una atencién especial. Cada afio se celebraban por lo menos cinco grandes fiestas: la Pascua, el Pentecostés, las Trom- petas, el Dia de la Expiacién y los Taberndculos (Lev. 23). La Pascua es el primer acontecimiento mencionado (Apoc. 1: 5) después de la intro- duccién (vers. 1-4). Luego se menciona nuevamente (vers. 17, 18). El Pentecostés (Apoc. 4; 5) viene antes de la Fiesta de las Trompetas (Apoc. 8-11). Estas fiestas ocurren antes del Dia de la Expiacion (Apoc. 13-20), que precede a la Fiesta de los Tabernaculos (Apoc. 21). Fijémonos que la Fiesta de las Trompetas culmina en Apocalipsis 11, justo cuando el versiculo 19 revela por primera vez el arca del pacto en el Lugar Santisimo. Esto significa que tanto el mobiliario del santuario 3. Biblia de estudio Andrews, nota sobre Apocalipsis 12: 1-17. 4, Biblia de estudio Andrews, nota sobre Apocalipsis 11: 19. 33 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN como las fiestas judias en Apocalipsis 1-11 sefialan acontecimientos que tienen lugar durante e! ministerio de Cristo en el Lugar Santo (y por lo tanto son histéricos), mientras que los acontecimientos descritos en Apocalipsis 13-20 ocurren durante el dia antitipico de Ja expiacién, mientras Cristo ministra en el Lugar Santisimo (y por lo tanto son esca- tolégicos). La Fiesta de los Tabernaculos, posterior al milenio, concluye las fies- tas en el libro de Apocalipsis al presentar que «el taberndculo de Dios esta ahora con los hombres» (Apoc. 21: 1-3). De esta forma, las image- nes del santuario y de las festividades judfas apoyan las secciones histérico- escatoldgicas (Apoc. 1-11 y 13-22) presentadas en este capitulo. EI trono en el cielo El Nuevo Testamento afirma repetidamente que después de su ascen- sién, Cristo fue al Padre y se senté a su diestra en el trono (Mar. 16: 19; Hech. 2: 33, 34; 5: 31; Rom. 8: 34; Efe. 1: 20; Col. 3: 1; Heb. 1: 3, 13; 8:1; 10: 12; 12: 2; 1 Ped. 3: 22). Algunos intérpretes concluyen que des- pués de su ascensi6n, Cristo enuré directamente al Lugar Santisimo, donde segiin ellos se encuentra el trono de Dios, a pesar de que Apoca- lipsis 4, 5 y 8 describen el trono como rodeado de elementos que perte- necen al primer compartimento del santuario (Apoc. 5: 8; 8: 3, 4). Estos intérpretes pasan por alto el hecho de que la Escritura presenta un trono movible. La historia y la profecia bfblicas mencionan tronos que eran movi- bles. Los reyes de Israel y Juda, por ejemplo, se sentaron en tronos en la puerta de entrada a Samaria (2 Crén. 18: 9). En el lenguaje profético, las ruedas representan movilidad. Ezequiel y Daniel tuvieron visiones que inclufan tronos movibles. Ezequiel habla de cuatro querubines que se movian dondequiera que el Espiritu de Dios se movia (Eze. 1: 4-12; ver 10: 14), «Sobre la béveda que estaba sobre sus cabezas se vefa la figura de un trono que parecia de piedra de zafiro, y sobre la figura del trono habfa una semejanza, como de un hombre sentado en él» (Eze. 1: 26). 34 JESUS ANTE EL TRONO DE APOCALIPSIS Se habla de ruedas relacionadas con este trono mévil (vers. 15-17).? Asi como la presencia de Dios en el santuario y el templo terrenales no se limitaba al Lugar Santisimo, el trono en el cielo pas del primer com- partimiento al segundo (Exo. 33: 9; Eze. 9: 3). Daniel vio esto mientras estaba en visién: «Estuve mirando hasta que fueron puestos unos tronos y se sento un Anciano de dias. Su vestido era blanco como la nieve; [...] su trono, llama de fuego, y fuego ardiente las ruedas del mismo. Un rfo de fuego procedia y salfa de delante de él» (Dan. 7: 9, 10). Imagenes del trono La palabra trono (tronos en griego) aparece 61 veces en el Nuevo Tes- tamento, 45 de ellas en el libro de Apocalipsis.* Ilay siete escenas rela- cionadas con el trono o el templo en Apocalipsis que introducen nuevas secciones (Apoc. 4; 5; 8: 2-G; 11:19; 15; 16: 17-17: 3; 19: 1-10; 21: 5-11). Las escenas del salon del trono se muestran antes de los aconteci- mientos que ocurren en la tierra porque Dios quiere que fijemos nuestra vista primero en lo que ocurre en el cielo —el centro de control del universo— y que luego enfrentemos los problemas en la tierra. Este en- foque nos permite lidiar exitosamente con las crisis en la tierra al pro- veer molivacion y esperanza. Fijar la mirada en Cristo y estudiar su Pa- Jabra nos proporciona fortaleza y valor a medida que nos preparamos para la crisis final. 5. Biblia de estudio Andrews, nota sobre Ezequiel 1: 16, 6, Mark Driscoll, "The Church and the Supremacy of Christ in a Postmodern World,” en The Supze- ‘macy of Christ in a Postmodern World, editores John Piper y Justin Taylor (Wheaton, IL: Crossway Books, 2007), p. 131. 35 Salvacion y esperanza n este capitulo estudiaremos un poco los temas de la Trinidad | y la seguridad de nuestra salvacién. Veremos el terrible precio que le cost6 a la Trinidad salvarnos y darnos esperanza para el L—//presemte y el futuro. La Trinidad La Trinidad es eterna. Nunca tuvo un comienzo. Nunca hubo un momento en el que no estuviera enterada del gran conflicto césmico que se avecinaba. Por lo tanto, nunca hubo un tiempo en el que no su- piera de la terrible angustia, del wato criminal por parte de seres huma- nos malvados y el enorme peso del pecado humano que aplastaria la vida de Cristo. Pero cuando el pecado entré en el universo, la Trinidad activé el plan de contingencia que habia ideado, a pesar del enorme precio que tendria que pagar: Jestis se haria uno de nosotros para salvar- nos del pecado. Se necesitaba que Dios se hiciera humano para salvar a los seres humanos Cuando Dios se hizo hombre, se unieron dos naturalezas. La divini- dad de Dios y la humanidad de Ja raza humana crearon a un Dios hu- mano unico, como ningun otro individuo en el universo. Nunca, ni 37 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN antes ni después, existira alguien como Jesucristo. El se convirtié en un bebé y permanecié en el vientre de Maria durante nueve meses, para luego nacer. Los seres humanos jamds entenderemos este misterio divi- no. Nuestra total incapacidad para comprender este misteric se asemeja a una hormiga que intenta comprender las teorias de la relatividad de Einstein. Es imposible. Aunque sin pecado, Cristo se hizo un ser huma- no, vivid una vida humana, desarrolld un perfecto cardcter humano y se ofrecié como sacrificio perfecto. Su humanidad le permitié comprender la experiencia humana y empatizar con un mundo de sufrimiento (Fleb. 4: 14-16; 5: 7-9) La salvacion en el Antiguo y el Nuevo Testamento Aunque el sacrificio de Cristo tuvo lugar durante los tiempos del Nuevo Testamento, el poder perdonador y salvifico de Dios estuvo dis- ponible desde el principio de la historia humana y ha continuado desde entonces (Miq. 7: 18, 19; ver Isa. 61: 10). Esto significa que el Dios dela ley en el Antiguo Testamento no es diferente al Dios de la gracia en el Nuevo Testamento, ya que la salvacién siempre ha incluido el perdén por la transgresion de Ja ley cada vez que ha sido necesario a lo largo de la historia. Esto se llama misericordia. No es de extrafiar, entonces, que el Dios del Antiguo Testamento haya sido llamado el Dios de la miseri- cordia (Exo. 34: 6, 7; Sal. 86: 15; Joel 2: 13) Aunque los sacrificios en el Antiguo Pacto no podian borrar los peca- dos o violaciones de la ley (1 Juan 3: 4), el Salvador si podia hacerlo (Heb. 10: 1-14). «Cuanto esta lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones» (Sal. 103: 12), porque él es «un Dios perdonador» (Sal, 99; 8; ver Jer. 50: 20; Eze. 18: 22). El trata los pecados de la misma manera en ambos pactos, basandose en el pago futuro 0 pasado que hizo por los pecados en el Calvario (Isa. 53: 5). El plan de salvacidn es entonces el mismo a lo largo de la historia, debido a que Dios no cambia: «Desde el principio y hasta el fin, ti eres Dios»; «esucristo es ef mismo ayer, hoy y por los siglos» (Sal. 90: 2, NIV; Heb. 13: 8; ver Mal. 3: 6). El evangelio fue predicado a Abraham 38 SALVACION Y ESPERANZA (Gal. 3: 8) ya la nacién de Israel (Heb. 4: 6) y es llamado el «evangelio eterno» (Apoc. 14: 6). Pero, ;por qué Jesucristo, el «Cordero que fue sacrificado desde la creacién del mundo» (Apoc. 13: 8, NVI), tenia que morir? Porque «la paga del pecado es muerte» (Rom. 6: 23). Si Cristo murié por nuestra transgresién de la ley, pero el pecado hubiera podido ser expiado de cualquier otra forma, entonces la muerte de Cristo hubiese sido un gran error. La vida humana de Cristo Ningun ser humano ha tenido que cumplir una mision tan dificil como la de Cristo: un solo pecado habria frustrado las esperanzas de salvacién de toda la humanidad y Io habria separado para siempre de la Divinidad. Mientras él llevaba a cabo su misiOn en la Tierra, los lideres judfos conspiraban para apresarfo y matarlo. Pero sobretodo, Satanas y sus demonios nunca dejaron de acosarlo. A pesar de ello, Cristo vino a vivir como humano de la forma mas humilde posible con el propésito de identificarse con el peor de los pecadores y el mds desesperado de los adictos. El Getsemani Durante la mayor parte de su vida, Jestis supo que tenia que morir, y eso le causaba gran preocupacién. «De un bautismo tengo que ser bau- tizado. jY c6mo me angustio hasta que se cumpla!» (Luc. 12: 50). Cuan- do estaba en Getsemani, Cristo sintié «que el pecado lo estaba separan- do de su Padre. La sima era tan ancha, negra y profunda que su espiritu se estremecia ante ella. No debia ejercer su poder divino para escapar de esa agonia. Como hombre, debia sufrir las consecuencias del pecado del hombre. Como hombre, debia soportar la ira de Dios contra la transgresidn».! 1. Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, cap. 74, p. 652. 39 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN «Satands le decia que si se hacia garante de un mundo pecaminoso, la separacién seria eterna». Sufrié una «agonia sobrehumana |...] ago- tado [...] “fue su sudor como grandes gotas de sangre que cafan hasta la tierra"».? «La humanidad del Hijo de Dios temblaba en esa hora penosa».* Las oraciones de Cristo en el Getsemanf expresan su horror y profun- da angustia como nunca antes. El Portador del Pecado le rogo a su Padre que si era posible, lo liberara de su misién. Fstaba muy entristecido y angustiado, y exclamé: «Mi alma esta muy triste, hasta la muerte». Lue- go avanz6 un poco y cayé a tierra, lo que mostraba que la angustia que llevaba era abrumadora (Mar. 14: 33-35). Tres veces dud6 de su misi6n (vers. 34-41), pero agreg6 tres veces: «Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres td» (Mat. 26: 39, 42, 44; ver Mar. 14: 36; Luc. 22: 42). El habfa venido a hacer la voluntad de su Padre (Heb. 10: 5-7). Elena G. de White dice que Cristo decidié que salvaria «al hombre, sea cual fuere el costo»? Juicios Nadie ha sido tratado de forma tan horrible como nuestro Salvador. En su juicio ante Ands, «Cristo suftié intensamente bajo los ultrajes y los in- sultos. En manos de los seres a quienes habia creado y en favor de los cuales estaba haciendo un sacrificio infinito, recibié toda indignidad [...] El ser interrogado por hombres que obraban como demonios, le era un continuo sacrificio. El estar rodeado por seres humanos bajo el dominio de Satands le repugnaba. Y sabfa que en un momento, con un fulgor de su poder divino podia postrar en el polvo a sus crueles atormentadores. Esto le hacia tanto mas dificil soportar la prueba».° 2. ibid., p. 653. 3. bid., p. 653, 4. Ibtd., p. 656. 5. bid. 6. Ibfd., cap. 75, p. 663. 40 SALVACION Y ESPERANZA «Ef Sanedrin habia declarado a Jestis digno de muerte; pero era contrario a [a ley judaica juzgar a un preso de noche. Un fallo legal no podia pronunciarse sino a la luz del dia y ante una sesién ple- naria del concilio, No obstante esto, el Salvador fue tratado como criminal condenado, y entregado para ser ultrajado por los mas bajos y viles de ia especie humana. [...] Mientras estaba en la sala de guardia aguardando su juicio legal, no estaba protegido. El populacho ignorante habia visto la crueldad con que habia sido tratado ante el concilio, y por tanto se toms la libertad de mani- festar todos los elementos satanicos de su naturaleza. La misma nobleza y el porte divino de Cristo fo enfurecian. Su mansedum- bre, su inocencia y su majestuosa paciencia, lo llenaban de un odio satanico. Pisoteaba la misericordia y ta justicia. Nunca fue tratado un criminal en forma tan inhumana como lo fue el Hijo de Dios».” Luego, en la corte de Herodes, Cristo permanecio callado ante sus exigencias de que probara su divinidad. Con una rabia apasionada, | 1e- rodes le gritaba: «Si eres un impostor [0 no estas dispuesto a demostrar tu divini- dad], la muerte en sus manos [de la multitud} es lo unico que Mereces; si eres el Hijo de Dios, sdlvate haciendo un milagro”. Apenas fueron pronunciadas estas palabras la turba se lanzé ha- cia Cristo. Como fieras se precipitaron sobre su presa. Jesus fue arrastrado de aqui para alla, y Herodes se unié al populacho en sus esfuerzos por humillar al Hijo de Dios. Si los soldados romanos no hubieran intervenido y rechazado a la turba enfurecida, el Sal- vador habria sido despedazadon.* Finalmente, de regreso frente a Pilato, «Jestis fue tomado, extenuado de cansancio y cubierto de heridas, y fue azotado a la vista de la 7. Mid. p. 670. 8. Ibfd., 692, 693. 41 PREPARADOS PARA EL. TIEMPO DEL FIN muchedumbre»,” Entonces, los soldados lo vistieron «de ptirpura; y po- niéndole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: jSalve, Rey de los judios!» (Mar. 15: 17, 18, RVA). Lo escupieron. «Una multitud enfurecida» rodeaba al Salvador. «Las burlas y los escarnios» dominaban el ambiente, ademas de «groseros juramentos de blasfe- mia». El «humilde nacimiento y vida» de Cristo y su «pretension de ser Hijo de Dios» eran motivos de burla, «y Ia broma obscena y el escamio insultante |...] [pasaban] de labio a Jabio».” En medio de sus terribles pruebas, e incluso antes, Cristo fue «burla- do y rechazado. Alli [en Jerusalén] las ondas de la misericordia, que volvian aun con fuerza siempre mayor, habian sido rechazadas por co- razones tan duros como una roca»." El permitio que Satanas y sus de- monios tuvieran Ia libertad de hostigarlo, burlarse y asesinarlo. Mien- tras un caudal de amor flufa de Cristo, el odio total controlaba al diablo y asus desalmados demonios, Fstos atributos revelan y exponen vivida- mente los lados opuestos de la controversia cosmica. Oh, jqué maravi- lloso Salvador tenemos, dispuesto a someterse a tales pruebas por noso- tros! EI Calvario Después de haber sido condenado a Ja crucifixidn, Cristo fue clavado en una cruz que fue luego introducida violentamente en un agujero en el suelo, rasgando su carne y produciéndole un dolor insoportable. Su espalda lacerada y al rojo vivo después de los azotes que habia recibido, lucfa cubierta en sangre cuando se inclinéd hacia adelante para respirar en la cruz, para luego volver a caer sobre la madera rugosa (Mat. 27: 26). Fl colgo de la cruz para salvar a todos los seres humanos, incluyendo a los desalmados que lo torturaron (1 Juan 2: 2). El colgo de la cruz para perdonarnos a todos, incluyéndolo a usted y a mi. j;Qué Dios tan mara- villosot 9. Ibid, p. 695. 16. Ibid., p. 696. 11, Ibid, cap. 87, pp. 785, 786. 42 SALVACION Y ESPERANZA El colg6 de la cruz con un dolor inhumano, pero mas alla del terrible dolor fisico, pesaba enormemente sobre él Ia culpabilidad del mundo en su mente y coraz6n sin pecado. Nunca los seres creados comprende- ran la magnitud de la culpa que él Ilevé por nosotros: «El cielo contem- plo con pesar y asombro a Cristo colgado de la cruz, mientras la sangre fluia de sus sienes heridas [...]. Su jadeante aliento se fue haciendo mas rapido y mas profundo, mientras su alma agonizaba bajo la carga de los pecados del mundo».'? El cargé con nuestras culpas. A él le costé todo salvarnos. El precio del pecado fue tan grande, que desconect6 a la Trinidad: el que no conocié pecado se convirtid en pe- cado por nosotros (2 Cor. 5: 21), porque el pecado separa (Isa. 59: 2). Por eso fue que Cristo clamé en alta voz en la cruz: «Dios mio, Dios mio, spor qué me has desamparado?» (Mat. 27: 46) Pero Dios no habfa abandonado a Cristo en la cruz. El peso abruma- dor del pecado lo habia separado del Padre y del Fspiritu Santo. El Pa- dre y el Espiritu Santo estaban afligidos por el sufrimiento extremo de Cristo en sus ultimos dias. Sus corazones estaban embargados de angus- tia por su agonia. «Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mun- do» (2 Cor. 5: 19) El Cristo sin pecado no solo sufrié como un pecador que estaba per- dido, sino como todos los pecadores, El tomé el lugar de los miles de millones de seres humanos que han vivido y viviran a lo largo de la his- toria humana. No solo un pecado, sino miles de millones de pecados. Todos los pecados de la historia de la humanidad pesaron sobre sus hombros, asf que él sintid lo que es estar irremediablemente perdido Las horas transcurrian lentamente mientras Jesus colgaba impotente en la cruz. Finalmente, clam: «jConsumado es!» (Juan 19: 30). jQué exclamacion! Luego de una ardua batalla de muchos anos, jsu mision habia sido completada! jCristo habia vencido! Su victoria afecto a to- dos Jos seres creados en el universo: «El clamor “Consumado es” tuvo profundo significado para los angeles y los mundos que no habian caf- do. La gran obra de la redencidn se realiz6 tanto para ellos como para nosotros. Ellos comparten con nosotros los frutos de la victoria de 12. thid., cap. 79, p. 720 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Cristo».'? Oh, jqué amor incomparable! jEs imposible no amarlo eter- namente! Pero Ja historia de la redenci6n no termina con la muerte de Jestis. {Cristo resucité de entre los muertos! Fl habia dicho: «Yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomam (Juan 10: 17, 18). Fue su decision morir por los seres humanos y resuci- tar para interceder por eilos en el santuario celestial. Cristo prometio el Espiritu Santo Cristo prometié que luego de su ascensién, «otro Consolador» ven- dria para estar con los discipulos (Juan 14: 16). Este Consolador, tam- bién llamado «Abogado Defensor» (NIV) 0 «Consejero» (PDT), es el Espiritu Santo, que es mas que una influencia. De hecho, es «la tercera persona de la Divinidad», asi como Cristo es la segunda persona de la Deidad.** El Espiritu Santo es una persona con un rol especifico que cumplir en el conflicto césmico, asi como Cristo también tenia su rol especifico en la Divinidad. «El Espiritu Santo es el representante de Cris- to, pero despojado de la personalidad humana e independiente de ella. Estorbado por la humanidad, Cristo no podfa estar en todo lugar perso- nalmente. Por Jo tanto, convenia a sus discipulos que fuera al Padre y enviara el Espiritu como su sucesor en la tierra».'* Analicemos esta declaraci6n: 1. Cristo y el Espiritu Santo son dos personas diferentes. 2. Ambos forman parte de la Divinidad. 3. Una de las funciones del Espiritu Santo desde el Pentecostés es representar a Cristo y ser su sucesor entre nosotros. 4, £l Espiritu Santo también hace a Cristo Omnipresente en la tierra. 5, Pero el Espiritu Santo ne afiade a la obra salvadora de Cristo. 13. Ibid, p. 719. 14, Ibid., cap. 73, pp. 640, 641 15. Ibid, p. 638. 44 SALVACION Y¥ ESPERANZA 6. Esto se debe a que el Espiritu Santo aplica la obra expiatoria de Cristo a las vidas de los seguidores de Jestis (Rom. 8: 11, 14). 7. El Espiritu Santo convence al mundo de pecado, justicia y juicio. Gula a los seres humanos hacia toda verdad, besada en la Es- critura, la cual inspiré (Juan 16: 8-13; 2 Ped. 1: 21). 8. Solo hay un Salvador, Jesucristo, aunque todos los miembros de la Divinidad aman al mundo, y cada uno contribuye al plan de salvacién. 9. Asi como Cristo trajo gloria al Padre, el Espiritu Santo trae glo- ria a Cristo, y el Padre trae gloria a Cristo Quan 17: 4; 16: 14; 17:1, 22, 24). EE rol de la tercera persona de la Divinidad es representar y ser el su- cesor de Cristo —la segunda persona de la Divinidad— en la tierra. Esto debido a que Cristo ascendié al santuario celestial para ministrar en nuestro nombre, lo cual discutiremos en el préximo capitulo. EI evangelio Este estudio del sacrificio de Cristo nos ayuda a tener una idea de lo que él experimenté para poder salvarnos. Dos versiculos en especial re- sumen su oferta de salvaci6n. Aceptar su regalo nos asegura la vida eter- na, paz en el presente y esperanza para el futuro. «Venid a mi todos los que estdis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi, que soy manso y humilde de coraz6n, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yuge es facil y ligera mi carga» (Mat. 11; 28-30). El segundo es: «Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pampano no puede llevar fruto por si mismo, si no permanece en la vid, asi tampoco vosotros, si no permanecéis en mi. Yo soy la vid, vosotros los pampanos; [...] separados de mi nada podéis hacer» (Juan 15: 4, 5). 45 Jesucristo como Rey y Sacerdote urante la crucifixion de Jestis, los principales sacerdotes pro- testaron ante Pilato por el letrero que este mandé a colocar sobre la cruz de Jestis. Le dijeron: «No escribas “Rey de los == judios”, sino mas bien: “Este hombre dijo: Yo soy ei rey de los judfos"» (Juan 19: 21, PDT). Pero este no fue el caso cuando Cristo fue recibido en el cielo. Dios el Padre le dio la bienvenida: «Tu trono, Dios, por los siglos de los siglos» (Heb. 2: 8). {Dios lo Ilama rey y lo re- cibe en su trono! ;Qué diferencia radical! Cristo regresé a su hogar celes- tial, lejos de la horrenda tortura que soporté por parte de la turba asesi- na, y fue reconocido como lo que es: «Sefor de sefiores y Rey de reyes» (Apoc. 17: 14). Jesucristo, el Rey Sacerdote «Jehova es nuestro rey» (Isa. 33: 22). Zacarias predijo que Cristo «desde su trono servira como sacerdote» (Zac. 6: 13, NTV), y su instala- cidén como Rey y Sacerdote se presenta en Hebreos 1: 8-13 y Apocalipsis 4 y 5. «Dios lo declaré [a Cristo] Sumo Sacerdote segtin el orden de Melquisedec» (Ileb, 5: 10). Melquisedec, un simbolo de Jestis, fue rey y sacerdote durante el tiempo de Abraham (Gén. 14: 18; Sal. 110: 4; Heb. 5: 6, 10; 7: 1-3, 15-17). Notese que muchas veces las Escrituras declaran 47 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN que desde el momento de la ascensién de Cristo, él esta sentado a la diestra de Dios: Marcos 16: 19; Hechos 2: 33-35; 5: 31; 7: 55, 56; Roma- nos 8: 34; Efesios 1: 20-23; Colosenses 3: 1; Hebreos 1: 1-3; 1 Pedro 3: 22. Cristo como Rey y Sacerdote esta sentado con Dios el Padre en el trono en el santuario celestial. El sacrificio de Cristo te dio el derecho de ministrar como nuestro Sacerdote en el cielo, ya que nadie puede ministrar sin un sacrificio (Heb. 8: 3). El sacrificio de Cristo en la cruz completo la primera fase de su ministerio, mientras que sus ministerios posteriores ocurren en el cielo. La redencién tuvo lugar en la cruz, mientras que la representaci6n y restauracién ocurren en el cielo. «Pero Cristo, habiendo ofrecide una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios» (Heb. 10: 12). No se menciona la necesidad de otros sacerdotes o la repeticién del sacriftcio. «En esa voluntad somos santifi- cados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre» (vers. 10). La muerte de Cristo fue tan tnica e irrepetible como su encarnacién. El ministerio sumosacerdotal de Cristo no le afiade nada a la Cruz, ni implica que el sacrificio de Cristo fue insuficiente o incompleto (Ileb. 9; 24-28). Mas bien, este ministerio imparte los bene- ficios del Calvario a la humanidad. La aceptacion del Rey Sacerdote Después de su resurreccién, Cristo visité brevemente el cielo, Se pre- sento en persona delante de] Padre. «esus se nego a recibir ef homenaje de los suyos hasta tener la seguridad de que su sacrificio era aceptado por el Padre. Ascendid a los atrios celestiales, y de Dios mismo oyé la seguridad de que su expiacidn por los pecados de los hombres habia sido amplia, de que por su sangre todos podian obtener vida eterna. El Padre ratificd el pacto hecho con Cristo, de que recibiria a los hombres arrepentidos y obedientes y los amaria como a su Hijo. Cristo ha- bia de completar su obra y cumplir su promesa de hacer “mas 48 JESUCRISTO COMO REY Y SACERDOTE precioso que el oro fino al vardn, y mas que el oro de Ofir al hom- bre” (Isa. 13: 12)a. Cristo paso cuarenta dias en la tierra entre su resurrecci6n y ascen- sion (Hech. 1: 3). Exceptuando su breve viaje al Padre, habia estado fuera del cielo durante mas de treinta afos. Seguia siendo la segunda persona de la Divinidad, pero también era Dios hecho hombre. En él habfa una nueva realidad: no solo eta Dios, sino también hombre. En él, la raza humana es exaltada pata ser hijos e hijas de Dios. La exaltacién y autoridad de Jesucristo Cristo es Unico en su autoridad y es el tinico designado por Dios para ejercerla, Nadie mas esta cualificado, ni siquiera la iglesia. © «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por tos profetas, en estos ultimos dias nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy6 heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo. £1, que es el resplan- dor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sus- tenta todas las cosas con la palabra de su poder» (Heb. 1: 1-3). * Cristo ascendid al cielo, y Dios el Padre le dijo: «Tu trono, Dios, por los siglos de los siglos. Cetro de equidad es el cetro de tu Reino» (vers. 8). © Dios «resucitandolo de los muertos y sentandolo a su derecha en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad, poder y sefiorio, y sobre todo nombre que se nombra, no soloen este siglo, sino también en el venidero. Y sometid todas las co- sas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo Jo llena en todo» (Efe. 1: 20-23}. © «A él estan sujetos angeles, autoridades y poderes» (1 Ped, 3: 22). 1, Elena G. de White, Ef Deseado de todas lus gentes, cap. 82, pp. 749, 750. 49 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN © Cristo dijo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra» (Mat. 28: 18). * «Ya que [ustedes, sus seguidores] han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a ta de- recha de Dios» (Col. 3: 1, NVI). Esto significa que el tinico medio de salvacién no es una iglesia en la tierra, sino Cristo, quien ministra por los seres humanos en el santuario celestial. El es el unico Sumo Sacerdote iddneo (Ieb. 4: 14-16; 7: 24- 26). Dios nunca quiso que la iglesia fuera el medio de salvacién para sus miembros. Cristo es el encargado de impartir el don de la salvaci6n por medio del Espiritu Santo (Juan 3: 5-8; Tito 3: 5-7); esta obra nunca fue confiada a los seres humanos 0 a una iglesia, porque es una obra rege- nerativa (la obra divina de la santificaci6n) que solo el Dios Creador puede realizar. Pedro, refiriéndose a Cristo, dijo: «Y en ningtin otro hay salvaci6n, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hom- bres, en que podamos ser salvos» (Flech. 4: 12). Cristo es el unico Salva- dor de los seres humanos, el tinico Mediador entre los seres humanos y Dios (ver 1 Tim. 2: 5). Cristo dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mi» (Juan 14: 6) Tenemos al tinico Sumo Sacerdote autorizado de nuestro lado, asi que no debemos preocuparnos por los acontecimientos finales en el planeta Tierra, cuando casi todo el mundo adorard a Satands. Ningtin decreto del tiempo de fin nos debe inquietar (Apoc. 13: 1-15). Aunque los perturbadores eventos del tiempo del fin ponen de manifiesto el cardcter de la rebelién de Satands, Cristo siempre se mantendra al con- trol. Descansar en él nos prepara para el cielo. La entronizacion de Cristo Juan, uno de los discipulos de Cristo, recibid una revelaci6n varios afios después de que Cristo hubo ascendido al santuario celestial. En ella vio un rollo y nadie, ni en el cielo ni en la tierra, era digno de abrir- lo, y Juan lloré. 50 JESUCRISTO COMO REY Y SACERDOTE «Entonces uno de los ancianos me dijo: “No llores, porque el Leon de la tribu de Juda, la raiz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos". »Miré, y vi que en medio del trono y de fos cuatro seres vivientes yen medio de los ancianos estaba en pie un Cordero como inmo- lado» (Apoc. 5: 5, 6). Alli estaba él, el Salvador resucitado, con las marcas de su crucifixion como indicativo de su autoridad tinica para abrir el rollo de la historia humana. Entonces, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos prorrumpieron en un cantico de jubilo: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tu fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nacién» (vers. 9). Aqui vemos al Vencedor del Calvario listo para sentarse en el trono de Dios como el gobernante de la historia humana. Apocalipsis 5 pre- senta a Cristo al control de la historia, a pesar de que pudiera no pare- cerle asi a los seres humanos que permanecen atrincherados en la tierra. Cristo le ha permitido a Satands revelar su ira y engano en el conflicto césmico, pero en ultima instancia Cristo es quien est4 al control de los acontecimientos en el planeta Tierra y todo el universo. Y como tal, al final, e] bien triunfard sobre el mal. Podemos vivir seguros, podemos avanzar con valor. Estamos en el lado ganador. Cristo, nuestro Salvador, esta intercediendo por nosotros en el santuario celestial. Est4 obrando para derrotar a Satands en nuestra vida. Est4 obrando para prepararnos para el cielo. Esté obrando para darnos la seguridad de que somos salvos, de que en medio de nuestra Peregrinacidn estamos seguros en sus fuertes brazos de amor. 51 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN EI santuario celestial El santuario celestial es el tabernaculo original, del cual el tabernacu- lo y los templos terrenales eran copias (Heb. 8: 5). Aunque los templos eran mas grandes que el tabernaculo del desierto, todos contaban con las mismas dos divisiones: el lugar santo (Exo. 26: 33; 28: 29; Lev. 4: 7-30; 6: 25-30) y el lugar santisimo (Fxo. 26: 33, 34; Lev. 16: 2-34). Esta es la parte mas importante de las especificaciones que Dios dio. Hay dos compartimientos en los que ocurren dos ministerios. Los dos ministe- rios de Cristo en el santuario celestial estan relacionados con la reden- cién y la restauracién, respectivamente (en este capitulo nos estamos enfocando en la obra de redenci6n y en el capitulo 8, cuando analice- mos el mensaje del primer angel de Apocalipsis 14, veremos la parte de Ja restauraciGn). El primer ministerio es el ministerio diario. El segundo ministerio es el ministerio anual, o Dia de la Expiacién. El ministerio diario contintia durante el Dia de la Expiacién. El Calvario fue el precio pagado por la salvacién, porque Dios es justo, pero también fue el mayor regalo dado a los humanos, porque Dios es amor. La santidad y el amor de Dios se encontraron en la Cruz, porque el] amor del Calvario es un amor santo. Pero el Calvario por si solo no representa toda la historia de la gracia de Dios. E] ministerio de Cristo en el cielo imparte a la humanidad los méritos de su muerte en la cruz (Heb. 10: 11-18). La intercesion del Rey Sacerdote El perd6n de los pecados que Cristo ofrece es el mismo a través de la historia. El profeta Zacarias se refiere a los tiempos del Antiguo Testa- mento: «Luego me mostré al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delan- te del angel de Jehova, mientras el Satan estaba a su mano dere- cha para acusarlo. Entonces dijo Jehova al Satan: “|Jehova te re- prenda, Satan! [...] No es este fhombre] un tizdn arrebatado del incendio?”. 52 JESUCRISTO COMO REY Y SACERDOTE »Josué, que estaba cubierto de vestiduras viles, permanecia en pie delante del angel. »Hablé el angel y ordend a los que estaban delante de él: “Qui- tadle esas vestiduras viles”. Y a él dijo: “Mira que he quitado de ti tu pecado y te he hecho vestir de ropas de gala” » (Zac. 3: 1-4). Sin duda, el «evangelio eterno» es el mismo en el Antiguo Testamen- to y en el Nuevo (Apoc. 14: 6). El evangelio eterno es también igual en el hecho de que el poder de Cristo da al pecador la victoria sobre el pe- cado. La era actual tiene una diferencia, pero esta no cambia el evange- lio: Jesucristo, en su actual ministetio perdonador, es Dios hecho hom- bre. Vivid una vida humana perfecta e intercede por los seres humanos porque entiende nuestra humanidad.? Las Escrituras dicen: «Cristo, en los dias de su vida terrena, ofrecié Tuegos y stiplicas con gran clamor y lagrimas al que lo podia librar de la muerte, y fue ofdo a causa de su temor reverente. Y, aunque era Hijo, a través del sufrimiento aprendié lo que es la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvacion para todos los que lo obedecen, y Dios lo declaré Sumo Sacerdote seguin el orden de Melqui- sedec» (Heb. 5: 7-10). Gracias a su vida terrenal, él puede empatizar con aquellos que lo buscan. Cristo «debia ser en todo semejante a sus her- manos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados de! pueblo. Pues en cuanto él mismo padecié siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentado» (Heb. 2: 17, 18). En la Encarnaci6n, Cristo «tomé la naturaleza del hombre en su esta- do caido, llevando las consecuencias del pecado, no su pecaminosidad. Era uno con la raza humana, excepto en el pecado».’ FI recibid la debili- dad, pero no la maldad de la naturaleza humana. No es de extrafar que Ja palabra clave del libro de Hlebreos sea mejor. «No tenemos un Sumo 2, Crisio es el tinico calificado para server como Mediador, a pesar de que todos los seguidores de Cristo son «real sacerdocio» (1 Ped. 2:9), ast como en ef antigue pacto el pueblo de Dios era ateino de sacerdotes» (Fxo. 19: 6) 3. Asociacién Ministerial de la Asociacion General de la Iglesia Adventista del Séptimo Dia, Creen cias de ios adventistas del séptimo dia (Buenos Aires, ACES: 2007), p. 55. 53 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo segtin nuestra semejanza, pero sin pecado. Acet- quémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar mi- sericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Heb. 4: 15, 16). Cristo «puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos» ({1eb. 7: 25). La mayor prueba de que Cristo nos ama es su vida y muerte por no- sotros. Como el Dios hecho hombre, él se identifica con el problema del pecado, Por eso, después de su vida y muerte, a Cristo le fue dado el control de la historia humana (Apoc. 5: 5) y es declarado Juez en los juicios finales (Juan 5: 27; Apoc. 19: 14-21). jLevantemos la mirada, compaiieros peregrinos! j;Miremos a Cristo en el trono! Fijemos nuestra «atencién en Jestis» (Heb. 3: 1, PDT). Deje- mos que é] nos lleve a casa, como el pastor lleva a las ovejas perdidas (Luc. 15: 3-7). Permitamos que él lleve nuestras cargas, preocupaciones y pruebas cotidianas. Solo Cristo puede guiarnos durante el tiempo del fin y llevarnos al cielo. 54 El ataque de Satanas a la ley de Dios ientras Lucifer estaba en el cielo, cubriendo el trono de Dios en el santuario, «comenz6 insinuando dudas acerca de las leyes que gobernaban a los seres celestiales, sugi- J tiendo que aunque las leyes fueran necesarias para los habitantes de los mundos, los angeles, siendo mas elevados, no necesi- taban semejantes restricciones, porque su propia sabiduria bastaba para guiarlos».! «Mientras aseveraba tener perfecta lealtad hacia Dios, insistfa en que era necesario que se hicieran cambios en el orden y las leyes del cielo para asegurar la estabilidad del gobierno divino».? Pero cuestionar la ley de Dios equivale a cuestionar su gobierno, porque su gobierno se fun- damenta en su ley. Es también cuestionar la sabidurfa y el cardcter de Dios, porque la ley de Dios es «la ley de la libertad» (Sant. 2: 12). 1, Pariarcas y profeias, cap. 1, p- 15. 2. Ihid., p. 16. 55: PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN La ley de Dios en el cielo Elena G. de White nos dice que «antes de que se creara la tierra existia la ley de Dios». Sin embargo, los Diez Mandamientos no fueron escri- tos en el cielo. Alli era irrelevante hablar de honrar al padre y a la madre, rechazar el adulterio y guardar el sdbado. Mas tarde, sin embargo, cuan- do Cristo vino a nosotros, explicé los principios aplicables en el cielo: amar a Dios y amar a otros (Mar. 12: 30, 31). Estos mismos principios eternos son relevantes para los seres creados dondequiera que estén. Pero la rebelidn de Satanas se oponia a estas verdades basicas. El no sentia amor por nadie mas que por si mismo. Después de soportar el engaiio y los planes de Satands durante un largo perfodo, Dias vio que Satands habia ido demasiado lejos en su rebeli6n como para volver a ser leal, pero los angeles que lo siguieron atin no habfan cruzado la linea de no retorno. Estaban «cegados por sus enganios. Para ellos, ef consejo y las stiplicas de los angeles leales abrian una puerta de esperanza; y si hubie- ran atendido la advertencia, podrian haber escapado del lazo de Satands. Pero permitieron que el orguilo, el amor a su jefe y el deseo de libertad ilimitada los dominaran por completo, y los ruegos del amor y la mise- ticordia divinos fueron finalmente rechazados». Los angeles engahados amaban a su lider, pero Satanas no sentia amor por ellos. E] engano de Satanas, evidentemente, les prometia libertad sin restricciones, pero ocultaba el hecho de que cruzar la linea traerfa un abrupto final a su li- bertad. Nunca mas estos Angeles podrian amar o ser amados. Fueron encarcelados de por vida en manos de un tirano. La puerta de la prisi6n se cerré para siempre y las llaves echadas al olvido. Comenzaron a vivir una existencia desgraciada y miserable. Satandés se amaba a sf mismo, pero no podian importarle menas sus seguidores. 3Nos uniremos a ese lado del conflicto y perderemos la alegria supre- ma y la libertad de la comuni6n con Cristo, quien murié para salvar- nos? No nos dejemos engaiiar: el otro lado no puede ofrecer nada que valga la pena. El cielo es un regalo que solo se obtiene por medio de Jesucristo, quien nos ama y quiere salvarnos de los planes enganosos 3. ET discurso maestro de Jesucristo, cap. 3, p. 82. 4. Patviarcas y profetas, cap. 1, p. 19. 56 EL ATAQUE DE SATANAS A LA LEY DE DIOS del diablo. Los Diez Mandamientos son importantes porque a través de ellos Cristo nos guia para seguir amando a Dios y a los demas, y nos preparan para el cielo. Cristo ha prometido escribir estos principios etetnas en nuestra mente y nuestro corazén (Jer. 31: 33; Heb. 8: 10; 10: 16). Cristo en nosotros es la «esperanza de la gloria» (Col. 1: 27). «Ya no estan bajo la ley, sino bajo la gracian Algunos tedlogos creen que Dios dio la ley en el Antiguo Testamento y la gracia en el Nuevo Testamento. EI tedlogo Herman Bavinck, por ejemplo, declara: «Ahora, en el Nuevo Testamento la ley se ha cumplido en Cristo. Por lo tanto, ya no regula la relacién de santidad que existe entre Dios y su puebfo. Cristo ha venido en el lugar de la Jey. En y por medio de él Dios regula la relacion entre él y su pueblo».* Si esto se refiere a los sacrificios ceremoniales que sefalaban el sacri- ficio de Cristo, entonces Cristo cumplié esas leyes. Pero Cristo no reem- plaz6 la ley moral. De hecho, él declaré: «Antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasard de la Ley, hasta que todo se haya cumplido» (Mat. 5: 18). Pablo les escribié a los romanos: «Ya no estan bajo la ley, sino bajo la gzracia» (Rom. 6: 14 NVI). Lo que Pablo dice es que no estamos bajo la ley como un medio de salvacién, sino bajo la gracia, el inico medio de sal- vacion. Pero algunos ctistianos creen que los seguidores de Cristo en el Antiguo ‘lestamento estaban bajo la ley, mientras que sus seguidores a partir del Calvario estan bajo la gracia. Ademés, declaran que la ley fue abolida en la cruz. Esto parece sugerir que la salvacién en el Antiguo ‘Tes- tamento era a través de obras de la ley, mientras que a partir del Calvario la salvaci6n se obtiene por medio de la gracia. Esta noci6én tiene un par de problemas importantes: (1) sugiere dos planes separados de salvacién, y (2) sugiere que el Dios del Antiguo ‘Testamento es diferente al Dios del Nuevo Testamento. Esto da la im- presién de que Dios cambia y de que no trat6 a sus seguidores de la 5. Herman Bavinck, Reformed Dogmatics, . 4, Holy Spirit, Church, and New Creation, ed. John Bolt {Grand Rapids, MI: Baker, 2008), p. 252 57 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN misma manera en los periodos del Antiguo y el Nuevo Testamento. Pone en tela de juicio su imparcialidad, lo que seria suficiente para que Satands ganara el caso contra la justicia de Dios en el conflicto césmico. Pero ta Escritura es clara: «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos» (Heb. 13: 8). La Biblia se refiere al «evangelio eterno» (Apoc. 14: 6), precisamente porque Dios no cambia (ver Mal. 3: 6). En Ja era cris- tiana, debido a que el Calvario ya es un acontecimiento pasado, Cristo intercede como un Abogado por los seres humanos en el santuatio ce- lestial (Heb. 7: 24-26). Pero Job, por ejemplo, aunque tenia el Calvario como un acontecimiento futuro, también pudo decir en el Antiguo Tes- tamento: «Ahora mismo, mi testigo esta en el cielo; mi Abogado esta en las alturas» (Job 16: 19, 20, NEV). Aunque hay un cambio en el nombre de los pactos cuando nos referi- mos a los periodos historicos, ya que los catalogamos como «el antiguo pacto» y «el nuevo pacto», no se trata de un cambio en su naturaleza. Dicho de otra manera, hay un cambio del ministerio sacerdotal en el santuario o templo terrenal, con sus sacrificios y servicios; al ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario celestial. Pero los ministerios terre- nal y celestial se centran en Jesucristo, el tinico Salvador, el que nunca cambia. El evangelio y la invitacion a entrar en una relacién de pacto con Dios se ofrecen a todos aquellos que hemos quebrantado la ley, pata llevarnos a Cristo, quien murié para salvarnos. El sacrificio de Cristo en la cruz fue la Gnica manera de satisfacer las demandas de la ley quebran- tada y por Jo tanto confirma la vigencia eterna de la ley. La ley no nos salva, sino que nos leva al Salvador para que seamos justificados por la fe (Gal. 3: 21, 24). «Entonces, la ley contradice las promesas de Dios? jDe ninguna manera!» (vers. 21). Por eso Cristo dijo: «Si me amidis, guardad mis mandamientos» (Juan 14: 15). Esta es una promesa que se basa en una relacién. La funcion de la ley consiste en revelar nuestra condicién pecamino- sa. La ley nos muestra nuestra necesidad de la gracia. Esta ha sido siem- pre la funcién de Ia ley a lo largo de Ja historia. La ley y la gracia forman parte del evangelio eterno. Si a partir del Calvario la ley ha sido abolida, entonces tampoco hay necesidad de gracia. 58 EL ATAQUE DE SATANAS A LA LEY DE DIOS Ahora, necesitamos profundizar un poco en el tema y preguntar por qué Cristo tenia que morir. E] murié para pagar la enorme deuda causa- da por el pecado humano, En otras palabras, murio para expiar todo el quebrantamiento de la ley (1 Juan 3: 4). El pecado o la transgresién de la ley yy la gracia se juntaron en la cruz en ocasiéa de la muerte de Cristo. Sino ha habido ley desde la cruz, tampoco ha habido transgresion de la ley desde entonces (Jo cual obviamente no es asf). La ley y la gracia son tan inseparables como !a divinidad y la humanidad de Cristo. El era el Dios hecho hombre que colgaba de Ja cruz. Esta fue la mayor revelacién de la gracia derramada por la transgresion de la ley. Es crucial que entendamos la naturaleza de Dios, asi como el propo- sito del Calvario, Cristo murié para hacer por nosotros lo que nunca podriamos haber hecho por nosotros mismos: ganar la salvacién por nuestros propios méritos. Al motir, Cristo no solo pag el precio por la transgresion de la ley, sino que demostr6 la inmutabilidad de la misma. En una relacién de salvacidn con Cristo, tos pecadores perdonados guardan alegremente su ley, mediante la ayuda de Jestis mismo, en agra- decimiento por el regalo de la salvaci6n. Cuando permanecemos en Cristo, guardar la ley representa una rela- ion que también trae beneficios (Juan 15). Esto ha sido asi a lo largo de la historia de la salvaci6n; por eso Dios mismo declaré a Israel: «jOjala siempre tuvieran tal corazén, que me temieran y guardaran to- dos los dias todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuera bien para siempre!» (Deut. 5: 29). Y es que el Legislador es tam- bién el Redentor: tanto la ley como la gracia provienen de él y ambas forman parte del evangelio, No hay evangelio sin la ley y la gracia. Sino hay ley, entonces la gracia no es necesaria. Ahora llegamos a un punto crucial. El Sefior habla de extranjeros y «eunucos que guarden mis sabados» en «mi pacto [...] porque mi casa serd llamada casa de oracién para todos los pueblos» (Isa. 56: 4, 7). He aqui el cumplimiento de la promesa del pacto abrahamico de que «se- ran benditas en |...] [Abraham] todas las familias de la tierra» (Gén. 12: 3; ver Sal. 72: 17). Dios invita a todas las naciones a aceptar su pacto, incluyendo su sAbado, el cual fue dado a toda la humanidad al final de la semana de la creaci6n (Mar. 2: 27; Gén. 2: 1-3). Jeremfas habla de este 59 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN nuevo pacto como algo necesario, debido a que el pueblo quebranté el antiguo pacto (Jer. 31: 32). El nuevo pacto no fue dado para escribir la ley en sus mentes y corazones (vers. 33) debido a que la ley ya habia sido escrita en las mentes y corazones de los verdaderos santos en el antiguo pacto (Deut. 6: 5, 6; Isa. 51: 7). El primer pacto no fue un juicio por parte de Dios, seguido por un intento mejorado llamado nuevo pacto, La culpa no fue de Dios, sino del pueblo (Heb. 8: 8, 9). El sabado A lo largo de los siglos, desde la muerte y resurreccidn de Cristo, la mayoria de los cristianos han Hegado a creer que solo el cuarto manda- miento de la ley de Dios ha cambiado. Consideran el descanso sabatico como algo importante, pero no ven razon alguna para observar el sabado, Estas personas pasan por alto dos elementos: primero, que Cristo escogié el séptimo dia, que lo bendijo y Jo santificd, y no otro de los seis dias restantes. En el Antiguo Testamento, Dios escogié el séptimo dia como el dia de reposo durante Ja creacidn (Gén. 2: 2, 3). Mas tarde, es- cribié los Diez Mandamientos en tablas de piedra con su dedo, simbo- lizando con ello su permanencia e inmutabilidad (Exo. 31: 18; 34: 28; Deut. 5: 22; 10: 2, 4). Finalmente, los Diez Mandamientos fueron guar- dados en el arca del pacto, que era el trono de Dios en la tierra (Exo. 25: 16). Ellos conforman la normativa legal de su reino. Segundo, Cristo muchas veces invirtié parte de su tiempo ensenando cémo guardar el sdbado. Los lideres judfos habian cargado el sébado con tantas regulaciones, que se habia convertido en el peer dia de la semana. Con toda seguridad, Cristo no habria invertido todo ese esfuer- zo si hubiera sabido que el dia iba a ser cambiado pronto en honor de su resurreccién. Cristo ensefidé cémo guardar el sébado, no que habia que guardar un dia diferente. Ademas, no hay evidencia en las Escrituras de que e! domingo haya reemplazado al sabado. Por el contrario, hay pruebas de la continuidad del sabado como el dia de descanso de Dios. 60 EL ATAQUE DE SATANAS A LA LEY DE DIOS El debate sobre el sdbado y el domingo durante la Reforma Dios hizo surgir la Reforma Protestante en 1517, cuando las 95 Tesis de Martin Lutero cuestionaron las tradiciones humanas de la Iglesia Ca- télica. Trece afios més tarde, se escribié la Confesién Luterana de Augs- burgo. Este es el documento definitorio que distingue al protestantismo del catolicismo. Entre otras afirmaciones, la confesién dice: «Ellos [los catdlicos| ale- gan que el sdbado se cambié al domingo, dia del Sefior, contrario al Decalogo [...] Se necesita tener el poder de la Iglesia y ser muy grande, ya que ha destruido el precepto del Decalogo».* jEn otras palabras, la Iglesia Catolica Romana afirmo haber cambiado el Dia del Senor del séptimo dia al domingo! Quince anos mas tarde, comenzé el Concilio Catdlico de Trento (1545-1563), a fin de determinar definitivamente «las doctrinas de la Iglesia en respuesta a las herejfas [percibidas] de los protestantes; y [erradicar] los numerosos abusos que habian desarrollados en ella».’ En el discurso que inauguré la decimoséptima sesion del Concilio de Tren- to en enero de 1562, Gaspare del Fosso, arzobispo de Reggio, sefalo una importante distincién catolica entre la tradicion y Ja Escritura. «De- claré abiertamente que la tradicién estaba por encima de Ja Escritura. Por lo tanto, la autoridad de la iglesia no podia estar ligada a Ja autoti- dad de las Escrituras, porque la iglesia habfa cambiado la circuncisién por el bautismo, el sébado por e] domingo, no por mandato de Cristo, sino por su propia autoridad. Con esto, sin duda, la tiltima ilusién que- d6 destruida, y se declaré que Ja tradici6n no significa iniquidad, sino inspiracién continua».? Claramente, jla Iglesia Catélica crefa que sus tradiciones tenjan precedencia sobre la Palabra de Dios! 6. The Augsburg Confession, art. 28, sec. 33, citada en Philip Schaff, The Creeds of Christendom (Grand Rapids, Ml: Baker Books, 1996), 3:64. 7. fohann Peter Kirsch, “Council of Trent,” en The Gatholic Encyclopedia, t. 15 (Nueva York: Robert Appleton Co., 1912), hup://www.newadvent.orp/cathen/15030c. hum. 8. Heinrich Julius Holtzman, Kanon und Tradition (Ludwigsburg: Druck and Verlag von Ferd Richm, 1859), p. 263, citado en Don F, Neufeld y Julia Neuffer, eds,, Seventh-day Adventist Bi bie Students’ Source Book, 1. 9 (Washington, D. C.: Review and Elerald® Pub. Assn., 1962), p 888. 61 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Con su principio de sola scriptura como uno de los principios funda- mentales de la Reforma, Lutero defendio acertadamente las ensefianzas de las Escrituras en oposicion a las tradiciones humanas, a pesar de que él mismo no guardé el sdbado. En respuesta a Lutero y a otros reforma- dores que rechazaron la tradicién catélica, el tedlogo catdlico Johann Eck respondi6 que si Cristo consuela nuestro dolor. iNecesita usted este consuelo? Cristo anhela darselo. Piense en Da- vid saliendo de Jerusalén cuando su hijo Absalén traté de usurpar su trono. «David subié la cuesta de los Olivos, e iba llorando, con la cabe- za cubierta y los pies descalzos» (2 Sam. 15: 30). «David iba vestido de Gilicio, y la conciencia lo atormentaba. Demostraba su arrepentimiento por las sefiales visibles de ]a humillacion que se imponja. Con lagrimas y coraz6n quebrantado presento su caso a Dios, y el sefior no abandond a su siervo. Jamas estuvo David tan cerca del amor infinito como cuan- do, hostigado por la conciencia, huy6 de sus enemigos, incitados a re- belidn por su propio hijo».® «Dios no desea que quedemos abrumados de tristeza, con el corazén angustiado y quebrantado. Quiere que alcemos los ojos y veamos su rostro amante. El bendito Salvador esta cerca de muchos cuyos ojos es- tan tan llenos de légrimas que no pueden percibirlo. Anhela estrechar nuestra mano; desea que lo miremos con fe sencilla y que le permita- mos que nos gue. Su corazén conoce nuestras pesadumbres, aflicciones y pruebas. Nos ha amado con amor eterno y nos ha rodeado de misericordia».’ «Bienaventurados los mansos, porque recibirdn la tierra por heredad» (Mat. 5: 5). La mansedumbre no es debilidad. Las Escrituras dicen que «Moi- sés era un hombre muy manso, mas que todos los hombres que habia sobre la tierra» (Ntim. 12: 3). Moisés no era un hombre débil, pero era manso. «Jesus incluye Ja mansedumbre entre los requisitos principales para entrar en su reino. En su vida y cardcter se revelé la belleza divina 5, Jbfd., cap. 2, pp. 24, 25. 8, Ibid., p. 27. 7. btd., p. 28, 29. 67 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN de esta gracia preciosa».* David dijo que «En ocasion de su ascension, Cristo llego a ser nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzo su ministerio intercesor, tipificado por la obra del sumo sacerdote en el lugar santo del santuario terrenal. En 1844, al concluir el periodo profético de los 2,300 dias, inicié la se- gunda y ultima fase de su ministerio expiatorio, tipificado por la obra del sumo sacerdote en el lugar santisimo del santuario terre- nal, Esta obra es un juicio investigador, que forma parte de la elimi- nacién definitiva del pecado, prefigurada por /a purificacién del 3. Los adventistas del séptimo dia creen que los 2.309 dias proféticos mencionados en Daniel 8: 14 terminaron en 1844. En ese momento, Cristo comenzé la obra del juicio investigador: la purifi- caci6n del santuario, Para mas informacidn, vea El conflicto de los sigies, pp. 471-482. 75 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN antiguo santuario hebreo en el Dia de la Expiaci6n. En el servicio simbdlico, el santuario se purificaba mediante la sangre de los sacri- ficios de animales, pero las cosas celestiales se purifican mediante el perfecto sacrificio de la sangre de Jestis. El juicio investigador re- vela a las inteligencias celestiales quiénes de entre los muertos duermen en Cristo, siendo, por lo tanto, considerados dignos, en él, de participar en la primera resurreccién. También pone de manifies- to quién, de entre los vivos, permanece en Cristo, [...] Este juicio vindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en Jess. Declara que quienes permanecieron leales a Dios recibiran el reino».* Cuando la investigacion esté completa y Cristo esté seguro de que cada quien ha hecho su eleccién, él volverd para redimir a sus hijos. Redencién y restauracion Mas alla de Ja redencién, la meta final de la obra redentora de Cristo es la restauraci6n. La redencidn por si sola no es suficiente, ya que esta solo puede cumplirse con la restauracién del universo. Este es el tiempo en el que «ya no hay mas pecado ni pecadores»® y el conflicto ha termi- nado para siempre. Y esta restauraci6n no es solo para nosotros. Mien- tras que la obra redentora de Cristo es para los seres humanos, su obra restauradora es para todo el universo. 3Qué requiere la restauracién? Exige que Dios demuestre que es jus- to, a pesar de las mentiras que Satands ha esgrimido contra él. Por esta razon, el ministerio de restauracién comprende tres juicios: (1) el juicio previo al advenimiento,‘ (2) el juicio que ocurre durante el milenio y (3) el juicio posterior al milenio (Apoc. 20: 7-15). Dios no necesita de estos juicios porque él es omnisciente y lo sabe todo (Sal. 33: 13-15; 4, Asociacién General de los Adventistas del Séptimo Dia, Divisién Interamericana, Manual de Ia Iglesia (Doral Blorida: IADPA, 2015), pp. 179, 180. 5. El conflicto de tos sigios, cap. £3, p. 657. 6. El juicio presente se llama «juicio preadviento», denotando su tiempo; e «investigativos, deno- tando su metodo (Apoc. 14: 6, 7). Este juicio esta activo desde el 22 de actubre de 1844, y con- tinuaré hasta el final del tiempo de gracia. 76 ADOREMOS AL CREADOR 139: 1-4; 147: 4; Isa. 46: 9, 10; Mat. 10: 29, 30; Hech. 15: 8; Rom. 11: 33; Efe. 3:10). «Conoce el Sefior a los que son suyos» (2 Tim. 2: 19). Jestis declara: «Conozco mis ovejas» (Juan 10: 14). Estos textos muestran que Dios lleva a cabo estos juicios en beneficio de los seres creados, Las razones por Jas que la mayoria de los cristianos rechazan estos juicios posteriores es porque (1) creen que estos juicios degradan el juicio en la cruz, y (2) no han entendido completamente el conflicto césmico y la necesidad de ellos. No entienden la gravedad de las acusa- ciones de Satands contra Cristo y la necesidad de dejar las cuentas claras para que el pecado pueda ser erradicado sin la posibilidad de que algu- na vez surja de nuevo. En otras palabras, si la rebelidn de Satanas no es expuesta en su totalidad, el posible cuestionamiento persistente a la justicia de Dios evitaria que el universo pudiera ser restaurado al estado que poseia antes del conflicto. La atencién en estos juicios Los focos de atencién en el juicio previo al advenimiento son claros en Daniel 7. Los dos bandos del conflicto césmico participan en este juicio: el cuerno pequefo y el pueblo de Dios. El cuerno pequeiio se presenta como jactancioso (vers. 8, 11, 20) y se oponea Dios y al pueblo de Dios (vers. 24, 25). «Pero se sentaré el Juez, y le quitaran su dominio, para que sea des- truido y arruinado hasta el fin» (vers. 26). Daniel dijo: «Y mientras mi- raba mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para quemarlo en el fuego» (Dan. 7: 11). 3¥ el pueblo de Dios? Su actitud es crucial. Ellos enfocan su atencién en Cristo y su sacrificio. Cristo murio en el Calvario para redimir a la humanidad perdida y para destruir el pecado. En base a su sacrificio en el Calvario, él ahora intercede y juzga. Los que se aferran a la cruz reci- ben liberacién, y los que rechazan Ja cruz eligen ser destruidos. Es la aceptaci6n o rechazo del Calvario lo que determina el destino humano. Esta es la esencia del juicio previo al advenimiento. Esta es la raz6n por la que no hay temor en este juicio para los seguidores de Cristo: jSolo hay regocijo! 77 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Le tiene usted miedo al juicio venidero? Hay quienes le temen, pero usted no tiene que sentirse asf si mantiene una relacién de amor con el Juez. No olvide que el Crucificado es quien est4 a cargo del juicio. Du- rante el proceso, él contintia intercediendo por aquellos que dependen de él y lo aman. Deje que Cristo envuelva sus poderosos brazos de amor asu alrededor y lo abrace. No lo olvide: «El perfecto amor echa fuera el temor (ver 1 Juan 4: 18). Adoremos al Creador «jAdorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas!» (Apoc. 14; 7). Aunque el primer angel nos exhorta adorar a Dios, la evolucion se ha convertido en una especie de religi6n para mu- chos. De hecho, la evolucién darwiniana comenz6 a plagar el mundo justo cuando comenzo el juicio previo al advenimiento.” Cuando los cambios evolutivos, que van desde la molécula al hom- bre, se toman como un hecho acaecido a lo largo de millones de afios, nos enfrentamos a la especulacién y no a un hecho cientifico. La evolu- ci6n es una teoria humana que no puede ser verificada, Hs una visi6n dictatorial que descarta fo sobrenatural y que aporta al mundo de las ideas lo que un dictador aportaria al mundo de la diplomacia. Cuando Dios, o lo sobrenatural, es sacado del abanico de las proba- bilidades, algo tiene que llenar el vacio que se produce. No solo el natu- ralismo ha tomado el lugar de Dios, sino que la evolucién se ha conver- tido en una «religi6n» que ocupa el lugar de la religién bfblica que adora al Creador. El fisico Henry S. Lipson observa que «la evoluci6n se convirtié, en cierto sentido, en una religién cientifica. Casi todos los cientificos la han aceptado y muchos estan dispuestos a “doblar” sus observaciones para ajustarse a ellay* Alvin Plantinga sefiala que «la 7. El origen de las especies, de Charles Darwin, ya estaba casi terminado en 1844, a pesar de que no fue publicado hasta 1859. 8. Henry S. Lipson, "A Physicist Looks at Evolution,” Physics Bulletin 31, no, 4 (1980). p. 138. 73 ADOREMOS AL CREADOR evoluci6n tiene profundas conexiones religiosas; profundas conexiones con la forma en que nos entendemos en el nive] mas fundamental».? 3Cual es el mensaje de fondo de la teoria evolutiva? Que los seres humanos somos un accidente, y que nuestras vidas son tan egoistas y tan carentes de propésito como el proceso mismo. A la luz de la evolu- cién no tenemos mas valor que el supuesto proceso que nos trajo al planeta. Nuestro futuro no tiene ningiin objetivo mas que nuestro pasa- do. Si esto es asi, por qué entonces los humanos buscamos significado y proposito a la vida y tenemos un deseo innato de adorar? Estos anhe- los naturales son universalmente compartidos por todas las razas, cultu- ras y edades. Atestiguan del tiempo en que fuimos creados a imagen de Dios y viviamos en comuni6n con él (Gén. 1: 26, 27; 2: 1-3, 7). Indican que, aunque el pecado ha distorsionado la imagen de Dios en nuestro interior, no ha podido destruir esa imagen. Los seguidores de Cristo hemos sido Ilamados a adorar a Dios como Creador, La mayor evidencia de la creacion no se manifestd en el Edén sino en Belén. Cuando Marfa dio a luz a Jestis a través del poder del Espiritu Santo, tenemos evidencia de un acto creativo de Dios en la his- toria (Mat. 1: 20). £1 creé en el Edény en la encarnacién. Ambos sucesos fueron igualmente sobrenaturales y ambos tuvieron un propésito; nin- guno se limité al azar del naturalismo. Es alentador saber que el azar nunca ha sido parte de! plan de Dios para la creacién o la redencién. Los mensajes del segundo y el tercer angel Después de haber ratificado a Dios como Creador, el mensaje del segundo angel contintia sefalando la caida de la gran Babilonia (Apoc. 14: 8, NVI). Babilonia, a la que a menudo se ilustra como una mujer, ha cafdo porque indujo a todas las naciones a unirse a ella en lugar de estar unidas a Cristo. Se trata de adulterio espiritual. La gran Babilonia es una view 21, no 1 (septiembre de 1991): p. 17. 79 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN religion tan falsa como la evolucién, que sustituye a Cristo con ideas y planes humanos. El tercer angel advierte: «Si alguno adora a la bestia [el papado] y a su imagen [una unién de iglesia y estado perseguidora, como el papado] y recibe la marca [el domingo] en su frente o en su mano, él también be- bera del vino de la ira de Dios [...} Aqui esta la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jestis» (vers. 9-12), El] mensaje de] tercer angel esta relacionado con los juicios de Dios que ta gran Babilonia recibird en el tiempo del fin (Apoc. 16- 18). La ira de Dios se manifiesta de esa manera porque la religién falsi- ficada de Babilonia ser4 global y har4 que los poderes civiles impongan una ley de observancia del domingo mediante un decreto de muerte (Apoc. 13: 1-15). Esta falsa religidén exige el rechazo det sabado, el cual fue consagrado por el Creador como un recordatorio de su creacién para todos los seres humanos (Gén. 2: 1-3; Mar. 2: 27, 28). En su lugar, el verdadero saba- do es sustituido por el domingo, asf como el papa usurpa a Cristo como cabeza de la iglesia y se exalta a sf mismo como Dios en lugar del unico Dios verdadero (2 Tes, 2: 3, 4). En el tiempo final, la gente adorard «al dragon [Satanas; ver Apoc. 12: 9] porque él le ha dado «autoridad a la bestia [el papado]», y también adoraran a la bestia (Apoc. 13: 4; vers. 8, 12). Pero no hay necesidad de temer estos acontecimientos del tiempo del fin. Cristo derroté al enemigo y libré a su pueblo. jEn la cruz, hay gran regocijo! 10. Véase también Ei conflicto de los siglos, cap. 26, pp. 432, 433. 80 Engafios del tiempo del fin uando Jests se refirié a los acontecimientos finales de la tie- tra, amonestd a sus discfpulos: «Mirad que nadie os engafie» (Mat. 24: 4). Les advirtié que muchos serdn engafiados, y si es posible, incluso los elegidos (vers. 5, 11, 24). Falsa unién de los cristianos Una mala aplicaci6n de la oracién de Cristo en Juan 17 ha contribui- do a un poderoso engano de los ultimos tiempos. Cristo dijo: «Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tu, Padre, en my yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mun- do crea que tli me enviaste» (Juan 17: 20, 21). Para muchos cristianos, esta oracién prueba que la unificacién de las iglesias (llamada ecume- nismo) es la voluntad de Cristo. Creen que, a través de esta union, el mundo quedaré convencido del testimonio de Cristo y del evangelio. Pero Ia oraci6n de Cristo sobre la unidad a menudo no se lee en su con- texto completo. Los creyentes deben unirse en la verdad: «Santificalos en tu verdad: tu palabra es verdad» (vers. 17). La verdadera unidad se basa en la verdad, la Palabra de Dios, y nada mas. Se piensa que la unién de todas las iglesias es la tinica manera de derrotar al secularismo, un enemigo comin de las iglesias cristianas. 31 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN Pero los lideres ecuménicos no se dan cuenta de que una union basada en «falsas verdades» es en si misma una especie de secularismo. Un acuerdo ecuménico sobre creencias comunes a expensas de articulos de fe tinicos rechaza las verdades de la Palabra de Dios. Hace quinientos afios, la Reforma Protestante surgié a causa de la verdad. Al principio, los reformadores magisteriales como Lutero, Calvi- no y Zuinglio, no querian romper con la Iglesia Catélica, sino ver elimi- nada la corrupcién de los sistemas de la iglesia. Pero al evatuar la iglesia medieval por las Escrituras, claramente vieron que esta estaba ensefian- do ideas anticristianas, opuestas a Cristo y a las verdades biblicas. 3Qué pensarian los gigantes de la Reforma del rechazo del protestan- tismo moderno de la Biblia como regla de fe y practica? Estarian cons- ternados e instarian a todos los cristianos sinceros a examinar su fe y desconfiar de Jas doctrinas hechas por el hombre que se presentan como iluminaci6n espiritual. Falsos profetas Cristo advirtié a sus seguidores que falsos profetas tratarian de engafiar- los (Mat. 24: 24) y a lo largo de los siglos falsas ensefianzas comenzaron a infiltrarse en la fe. Estas ensefanzas, tomadas de viejas y nuevas tradicio- nes, afirman que la Biblia es una revelacién incompleta y nuevas ideas, contrarias a la verdad biblica, fueron aceptadas como revelacién divina. Fijémonos, por ejemplo, en estas ensefianzas relacionadas con el culto a Maria: ¢ 1854: El Papa Pio IX promulgo el dogma sobre la inmaculada concepcién de Maria." © 1896: El Papa Leén XIII promulgé el dogma de que Maria es la «Mediatrix del Mediador» 2 Mediatrix significa que Marla dio al 1. Papa Pio IX, Ineffabitis Deus (La lnmaculada Concepcién), Eneciclicas Papales Online, visitada el 30 de agosto de 2017, hup://www.papalencyclicals.net/pius09/p9ineff:hum. 2, Papa Leén XIII, Fidentem Piumquie Animum, El Vaticano, visitada el 30 de agosto de 2017, hup:// w2.vaticen.va/conten/leo-xiii/en/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_20091896_fidentem- piumque-animum.hunl, ENGANOS DEL TIEMPO DEL FIN Redentor, la Fuente de todas las bendiciones. De esta manera, ella es el canal de todas las bendiciones. * 1904: El Papa Pio X promulgd el dogma de que Maria es la restauradora del mundo caido y dispensadora de toda la gracia que Jestis gano para nosotros a través de su muerte? © 1918: El Papa Benedicto XV dijo que Maria redimié a la raza humana en cooperaci6n con Cristo." © 1943: E] Papa Pio Xil publicé la enciclica Mystici corporis Christi, que afirma que fue Maria la que ofrecid a su Hijo en el Gdlgota al Padre eterno, y fue a través de sus oraciones que el Espiritu Santo fue derramado sobre la iglesia en el Pentecostés.> #1950: El Papa Pio XII también emitié el dogma de la asuncion corporal de Maria al cielo. Como ella era sin pecado, fue llevada inmediatamente ai cielo después de su vida en la Tierra.® Se dice que estas tradiciones humanas son revelacidn divina, y la Iglesia Catolica requiere que se les considere como tales. En particular, estas nociones sobre Maria se basan en la mentira de Satanas de que los seres humanos son inmortales (Gén. 3: 4) y continua alegando que Ma- ria vive ahora en el cielo. La Iglesia Catélica promueve la visidn de Satands en cuanto a la in- mortalidad incondicional del alma, al igual que las iglesias protestantes modernas. Sin embargo, la inmortalidad del alma es una idea pagana.” Hemos sido advertidos de esto: «Merced a los dos errores capitales, el de . Papa Pio X, Ad Diem Mum Laetissimum (Sobre la Inmaculada Concepcion), Online, visitada el 30 de agosto de 2017, http://veww.papalencyclicals.net/ htm |. Papa Benedicto XV, “Inter Sodalicia, 22 de marzo de 1918", Acta Apostolicae Sedis 10 (191 182 Papa Pfo XII, Mystici Corporis Christi (La iglesia, el cuerpo mistico de Cristo) El Vaticano, visitada el 30 de agosto de 2017, http://w? vatican.va/content/pius-xiifen/encyclicals/documents/hf_p- xli_enc_29061943_mystici-corporis-christi.html. Papa Pio XII, Munificentissimus Deus (define el dogma de la asuncién de Maria), Enciclicas Papa- les Online, visitads el 30 de agosto de 2017, http://www.papalencyclicals.net/pius12/p12munif, hun. 2 x . El conflicio de los sigios, cap. 35, p. 539. ac) PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN la inmortalidad del alma y e de la santidad del domingo, Satanas pren- dera a los hombres en sus redes».* En el Concilio Vaticano | (1870), los papas fueron declarados infali- bles y, por lo tanto, se consideraba que cuando hablaban no cometian errores. Esto los colocé por encima de las Escrituras y no permitia que las Escrituras fueran su propio intérprete. ;No cuestiona la infalibilidad papal la autoridad bfblica? Los lfderes protestantes modernos rara vez mencionan algo en contra de las falsas ensefianzas sobre Maria mencio- nadas anteriormente. Ya no protestan. Carecen del discernimiento de los primeros reformadores y se estan acercando a una unién ecuménica que no se basa en la verdad. En contraste con estos lideres modernos, veamos lo que decia Martin Lutero. El no tenia miedo y defendia la ver- dad, independientemente de las consecuencias. Lutero escribio: «El papa es un dios en la tierra por encima de todo Io celestial, terrenal, espiritual y secular, y todo es suyo. Nadie puede decirle: “.Queé estas haciendo?”. Esa es la abominacién y desolacién ala que Cristo se refiere en Mateo 24 [: 15] “Cuando veais en el Lugar santo la abominacién desoladora de la que hablé el profeta Da- niel” [Dan. 9: 27]; ¥ Pablo dice “que se sienta en el templo de Dios (es decir, en la cristiandad) como Dios, haciéndose pasar por Dios” [Cf. 2 Tes. 2: 4]»2 Esto me recuerda la conmovedora declaracion de Elena G. de White que fue exhibida en la pared detras del pulpito en Ja capilla de varones de la Universidad Newbold, en Inglaterra: «La mayor necesidad del mun- do es lade hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo mas fntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya con- ciencia sea tan leal al deber como la bnijula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos»."° 8. Ibid, cap. 37, p. 574, 9. Martin Lutero, Luther's Works, t, 31, Career of the Reformer 1, ed, Harold |. Grimm (Filadelfia, PA: Fortress Press, 1957), p. 393. 10. La educacién, cap. 7, p. 54, ENGANOS DEL TIEMPO DEL FIN Los lideres ecuménicos protestantes se han unido a los lideres catéli- cos en el uso de métodos hist6ricos y criticos (colocando las ideas hu- manas por encima de la revelacion de Dios) para interpretar las Escritu- ras, abandonando el principio reformista de sola Scriptura. De hecho, la Biblia ya no es considerada revelacién por muchos estudiosos protes- tantes; solo se considera un testamento de las revelaciones recibidas por parte de los escritores biblicos; una respuesta humana a la revelacién en lugar de la revelacion divina en si. Pero sabemos que la Esctitura no es un libro comin, Pedro lo deja claro: «Nunca la profecfa fue traida por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espiritu San- to» (2 Ped. 1:21). La Reforma y su énfasis en la Biblia represent6 un desafio muy in- conveniente para la iglesia medieval, asi que decidieron abordar el asunto en el Concilio de Trento (1545-1563) para lanzar la Contrarre- forma. Este movimiento busc6 destruir el Protestantismo a través del futurismo (el cumplimiento de la profecia en un futuro lejano), con el proposito de reemplazar Ja lectura historicista de la profecia que tenian los reformadores (el desarrollo natural de los acontecimientos en la his- toria pasada, presente y futura). A pesar de los esfuerzos, la Reforma sobrevivis y florecidé. Sin embar- go, parece que los protestantes modernos han olvidado que en algin momento del pasado las Biblias fueron prohibidas y quemadas. El Con- cilio de Trento afirmé que la wadicién era igual a Ja Biblia (1546), y el Concilio Vaticano II (1962-1965) declaré que la revelacién divina y las tradiciones humanas debian ser igualmente veneradas." ;Cémo pue- den los lideres protestantes contemporaneos olvidarse de esto? Fste es un cambio descarado de la santa Palabra de Dios, que de he- cho nos dice: «Yo advierto a todo aquel que oye las palabras de la profe- cia de este libro [el Apocalipsis]: Si alguno afade a estas cosas, Dios traera sobre él las plagas que estan escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecfa, Dios quitard su parte del IL. Concilio Vaticano, The Documents of Vatican II, ed. Walter M. Abbott (Nueva York: Guild Press, 1966), p. 117. 85 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN libro de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que estan escritas en este libro» (Apoc. 22: 18,19). La adoracién en domingo Se trata de la segunda gran falsa ensefianza del papado, y que desem- penara un papel crucial en los acontecimientos finales de la tierra. El domingo como dia de reposo serd un engafo que creeran casi todos los habitantes del mundo (Apoc. 13: 1-4). La adoracién dominical remonta sus origenes al culto al sol practica- do durante la Roma pagana. Mas tarde, la iglesia cristiana primitiva fue reemplazando gradualmente el sabado de Cristo por el domingo pagano de Roma. Hubo un tiempo, como vimos en el capitulo 6, en el que el papado se jacté de que este cambio del dia de reposo demostraba que la autoridad de la Iglesia Catélica era mayor que la autoridad de Dios. La mayoria de los cristianos ven hoy el domingo como el nuevo sa- bado en honor a la resurreccién de Cristo. Estos creyentes, muchos de ellos sinceros, pasan por alto el hecho de que el dfa anterior a Ja resu- treccion —el sabado— Cristo descansé en la tumba, y que sus seguido- res también guardaron el sabado (Luc, 23: 56; 24; 1-6). Ignoran la ad- vertencia de Jesucristo que habla de guardar el sabado muchos afios después, en el aho 70 d. C., cuando la Roma pagana atacaria a Jerusalén. Jests les advirtié: «Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sdbado» (Mat. 24: 20). El mayor engafio de los ultimos tiempos La mariolatria y la adoracion dominical son ejemplos de falsas ense- fianzas, pero quizas el engaiio mas siniestro de todos es la mentira ori- ginal dada en el Edén: «;No moriran!» (Gén. 3: 4, NTV). Fue en este contexto que Satands us6 su tarjeta de presentacién de «ver es creer. Lamentablemente, Eva cay6 en la trampa. «Al ver la mujer que el drbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduria, tomé de su fruto y comié» (Gén. 3: 6). En el tiempo final, Satands hard uso de todas sus tretas para la gran ilusién final. ENGANOS DEL TIEMPO DEL FIN «El acto capital que coronara el gran drama del engafio sera que ef mismo Satanés se dard por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento det Salvador como consumacion de sus esperanzas. Pues bien, el gran engafiador simulara que Cristo habrd venido. En varias partes de la tierra, Satands se ma- nifestara a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslum- brador, parecido a la descripcién que del Hijo de Dios da Juan en el Apocalipsis (Apoc. 1: 13-15). La gloria que le rodee superara cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo re- percutira por los aires: "jCristo ha venido! {Cristo ha venido!”».” 3Se imagina a las estaciones de televisién de todo el mundo anun- ciando la supuesta venida de Cristo? jSerd anunciado como el mayor acontecimiento noticioso de todos los tiempos! Muchos permaneceran pegados a sus televisores pendientes de los reportes de todo lo que el falso Cristo haga, lo que enseme y cada lugar en el que aparezca. Con gran expectaci6n, anhelaran verlo llegar a un lugar cercano a donde vi- ven. Se esforzaran para poder verlo personalmente. Sera un aconteci- miento histérico: nunea antes habra ocurrido algo asi. La gente no que- md perderse nada. La emocidn Ilenard las ondas y atraeré la atencié6n de miles de millones. Vivir en el tiempo final seré dificil, con sus muchas guerras, desastres naturales, conflictos y envidias. Todos temerdn por sus vidas y temeran al futuro. Pero la supuesta venida de Cristo cambiard todo esto. La espe- ranza reemplazara a la desesperanza. j Qué transformacién! jSerd tiem- po de fiesta otra vez! Solo habra un tema que absorberd a las masas: «j] Qué privilegio poder vivirlo!», «Cristo visita nuestra ciudad este fin de semana», «jCelebremos!», En diversas ocasiones y lugares, el pueblo «se postrard en adoracion ante él [el falso Cristo], mientras levanta sus manos y pronuncia una bendicién sobre ellos, asf como Cristo bendecfa a sus discfpulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y acompasada, aunque llena de me- lodia. En tono amable y compasivo, enuncia algunas de las verdades 12. El conflicto de los siglos, cap. 40, 608. 87 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador |...]; [curara] Jas dolencias del pueblo».!3 «Qué fin de semana! jMe sanaron! —dira alguien gozosamente—. No tenfa dinero para un médico, pero Cristo me tocé, y senti su poder curativo. ;Alabado sea su nombre!». «Oh, su voz era tan bella», otro exclamara. «Me encantaron las verdades que ensefié —afiadird una tercera per- sona jubilosa—. Nunca olvidaré este fin de semana». El mundo escuchar hablar al supuesto Cristo. Afirmara haber cam- biado el sabado por el domingo. Bendecird el domingo y ordenaré que toda la humanidad lo santifique. Declarara «que aquellos que persisten en santificar el séptimo dia blasfeman su nombre porque se niegan a ofr a sus angeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el en- gano mas poderoso y resulta casi irresistibie».'* Sin duda, muchos se enamoraran de este falso Cristo 3Pero por qué seran engafiados? Las Escrituras dicen que aceptaran el engafio porque han abrazado una forma de piedad, pero no el poder del evangelio. «En los tiltimos dias vendran tiempos peligrosos. Habra hombres amadores de si mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfe- mos, desobedientes a los padres, ingratos, impios, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreidos, amadores de los deleites mas que de Dios, que tendrdn apariencia de piedad, pero negardn la eficacia de ella. A esos, evitalos» (2 Tim. 3: 1-5). La iglesia apdstata, los falsos profetas, los falsos Cristos y la imita- cién de Cristo por parte de Satands son todas formas de piedad, pero todos son engaiios de los tiltimos tiempos. Obran bajo una mascara que los hace parecer buenos mientras esconden sus errores. Cristo ha- bI6 de gente como esta: «Os mostrdis justos a los hombres, pero por dentro estais llenos de hipocresia e iniquidad» (Mat. 23: 28). 13, Ibid, pp. 608, 609. 14, Ibid., p. 609. 88 ENGANOS DEL TIEMPO DEL FIN Satanas tendra control total? «Dios no violenia nunca la conciencia; pero Satands recurre constan- temente a la violencia para dominar a aquellos a quienes no puede se- ducir de otro modo».'* «Cuando los defensores de la verdad se nieguen a honrar el domingo, unos serdn echados en la carcel, otros seran deste- trados y otros atin tratados como esclavos. Ante la raz6n humana todo esto parece ahora imposible; pero a medida que el espiritu refrenador de Dios se retire de los hombres y estos sean dominadas por Satanas, que aborrece los principios divinos, se verdn escenas muy extrafias. Muy cruel puede ser el corazé6n humano cuando no esta animado del temor y del amor de Dios».'¢ Pero Dios promete: «No te desampararé ni te dejaré» (Heb. 13: 5; ver Mat. 28: 20). «Aquel que conoce todas sus debilidades, que ve todas sus pruebas, esta por encima de todos los poderes de la tierra; y acudiran Angeles a sus celdas solitarias, trayéndoles luz y paz del cielo. La prisi6n se volverd palacio, pues allf moran los que tienen mucha fe, y los ]ébre- gos muros serén alumbrados con luz celestial». Cristo estd al control, y poco después de estos acontecimientos él li- berard a sus seguidores. ;Qué momento sera aquel cuando los salvos entren a su hogar eterno! «Con amor inexpresabte, Jestis [...] [admitira] a sus fieles “en el gozo de su Sefior”».'* 15. Ibfd., cap. 32, p. 577. 16. Ibid., cap. 39, p. 593. 17. Ibid., cap. 40, pp. 610, 611 18. 1bid., cap. 41, p. 629. 89 El triunfo global del espiritismo ivimos en un mundo confuso en el que una cacofonia de voces llena el aire. Con gran angustia, la gente arroja abso- lutos al viento y vaga sin rumbo y sin briijula. ;Hay alguna manera de salir de esta situacién? Si. El conflicto césmico oftece esperanza. Este revela lo que esta pasando en el universo: una batalla por la verdad esta en desarrollo. Es la verdad de Dios contra las mentiras de Satands. Una crisis de adoracion Apocalipsis 14 declara de forma clara que el enfrentamiento inmi- nente entre Dios y Satands esta relacionado con la adoraci6n. 'Ires ange- les anuncian a viva voz el evangelio eterno a cada nacién, tribu y lengua (vers. 6-12), Hamandolos a adorar al Dios de la creacién y de la reden- cién. Cargado de ira, Satands despliega tres espiritus impuros (Apoc. 16: 13-16) para engafiar al pueblo que Dios esta tratando de salvar. Elena G. de White explica: «Poco a poco Satanas ha preparado el camino para su obra maestra de seduccion: el desarrollo del espiritismo. Hasta ahora no ha logrado realizar completamente sus designios; pero lo conseguira en el poco tiempo que nos separa del fin. El profeta dice: “Vi [...] tres 91 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN espiritus inmundos semejantes a ranas. Son espiritus de demonios, que hacen sefiales y van a los reyes de la tierra en todo el mundo para reu- nirlos para la batalla de aquel gran dia del Dios Todopoderoso” {Apoc. 16: 13, 14)>." Esta crisis de adoraci6n se menciona nuevamente en el mensaje del angel de Apocalipsis 18: «Después de esto vi otro angel que descendia del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. Clamd con voz po- tente, diciendo: °jHa caido, ha caido la gran Babilonia! Se ha con- vertido en habitacion de demonios, en guarida de todo espiritu inmundo” » (vers. 1, 2). Sin embargo, no todo esta perdido, porque la terrible advertencia contintia para recordarnos que Dios no ha abandonado a aquellos que se congregan en la Iglesia Romana o en las iglesias protestantes apésta- tas, E] los llama de forma misericordiosa: «;Salid de ella, pueblo mio, para que no sedis participes de sus pecados ni recibais parte de sus plagas!, porque sus pecados han llegado hasta el cielo» (vers. 4, 5). EI engafio en el Edén Desde que el pecado entré en el mundo, Satanas ha decidido desviar la atencién de Dios y dirigirla hacia si mismo. El quiere ocupar el trono de Dios. Anhela la adora , la gloria y la alabanza que solo Dios me- rece. En e] Jardin del Edén, rodeado de la belleza del Arbol del conoci- miento del bien y del mal, planté semillas de incertidumbre en la men- te de Fva. La invité a desconfiar de la palabra de Dios diciéndole que no moriria, y, peor atin, la hizo que confiara en sus sentidos, incluso por encima de la palabra de Dios. 1. El conflicta de los sigios, cap. 35, p. 548, 92 EL TRIUNFO GLOBAL DEL ESPIRITISMO EI archiengafador sabia que la clave para obtener Ja adoracién del mundo estaba en desacreditar la Palabra de Dios, asf que decidio dirigir su ataque en esa direccidn. Los milenios que han pasado desde enton- ces han refinado sus engafios, y las manifestaciones modernas del ma- ligno son realmente aterradoras. EL Concilio Vaticano II, por ejemplo, promovid un programa misio- nero a nivel global con el propédsito de aumentar las filas de la iglesia papal. Pero la inquietante manera de lograr el objetivo era a través de la promocién de tradiciones contemplativas y e] misticismo. Un decreto del Vaticano I dice: «Trabajar para plantar la iglesia y, enriquecida con los tesoros del misticismo que adornan la tradicion religiosa de la Igle- sia, las comunidades religiosas deben esforzarse por dar expresiOn a es- tos tesoros y entregarlos de una manera armoniosa con la maturaleza y el genio de cada nacién. Que reflexionen atentamente sobre cémo la vida religiosa cristiana puede ser capaz de asimilar las tradiciones ascé- ticas y contemplativas cuyas semillas ya fueron algunas veces plantadas por Dios en las culturas antiguas antes de la predicacién del evangelio».* El crecimiento de la iglesia es una meta loable, pero solo si es impul- sado por una lealtad inquebrantable a la Biblia y al evangelio de Jesu- cristo. Cualquier llamado a seguir la tradici6n y el misticismo poco tie- ne que ver con un auténtico renacimiento y reforma. Sin embargo, et mismo concilio continda diciendo que «las comunidades religiosas de la vida contemplativa y de la vida activa han desempefiado y atin des- empefan un papel muy importante en la evangelizacién del mundo».* Fstas declaraciones del documento Vaticano II constituyen la gran comisién de la Iglesia Romana para poner al mundo bajo su dominio. A primera vista, podria sonar un poco exagerado Hamar a un plan de crecimiento de la iglesia «engajio espiritual» e incluso un poco mis ex- tremo catalogarlo como espiritismo, pero una mirada més atenta mues- tra que este engano moderno es tan sutil como lo fue en el Edén. 2. Concilio Eouménico Vaticane #1, The Documents of Vatican il, pp. 606, 607. 3. Wbid., p. 627, 93 PREPARADOS PARA EL TIEMPO DEL FIN La gran capitulacion En 2017, el mundo celebré el quinto centenario de la Reforma Pro- testante, Durante quinientos afios, la politica, la religi6n y las naciones enteras han sido influenciadas por el monje de Wittenberg que defen- did la Biblia como el pardmetro de Ia fe y la practica. Pero, ;qué sentiria Martin Lutero si pudiera ver que su gran Reforma ha sido sustituida por una gran capitulaci6n? De forma lenta pero segura, la fidelidad a la sana doctrina ha sido negociada por Ja unidad a toda costa. Este pragmatismo piadoso ha levado al movimiento ecuménico a desechar Ja sana doctrina a favor de una plataforma que agrade tanto al papado como al protestantismo. La sociedad en la que vivimos no favorece los absolutos, asf que no sor- prende que haya poca resistencia dentro o fuera de las filas de la iglesia. Este clima de permisividad es terreno férti] para los engafios de Satands, y su plan esta funcionando a la perfeccion. Iglesias y sociedades han cortado sus lazos con las Escrituras, y la gran concesion se esta dando, tal como Satands lo planes. La iglesia emergente En este sentido, la historia muestra que el catolicismo ha colocado de forma constante la tradicion por encima de las Escrituras, y un enga- fio relacionado pero particular a la vez es el predominio de la iglesia emergente. El tedlogo Stanley Grenz fue una influencia temprana en el movimiento que se destacé por colocar la comunidad por encima de las Escrituras. Cambié el enfoque de las doctrinas a la espiritualidad.* Esta caracterfstica de la iglesia emergente puede abrir la puerta a practicas espirituales que son peligrosas para el cristianismo. Este peligro echo rafces durante la Edad Media, cuando Jas influen- cias paganas hicieron que los lideres espirituales abandonaran la Pala- bra de Dios y se volvieran al misticismo. Influencias notables en esta direccion fueron San Francisco de Asis e Ignacio de Loyola, que fundé 4. Stanley J. Grenz, Revisioning Evangelical Theology: A Fresh Agenda for the 21st Century (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1993), pp. 56, 57, 139-122, 94 EL TRIUNFO GLOBAL DEL ESPIRITISMO Ja orden jesuita. La incorporacién del misticismo en la espiritualidad cristiana sento las bases para el énfasis moderno en la experiencia por sobre ta doctrina. Brian D. McLaren, un dirigente de la iglesia emergente, ha observado que algunos de los que se adhieren a la tradici6n contemplativa del ca- tolicismo subrayan que «Dios puede ser experimentado misticamente a través de la contemplacién, mediante la meditacién».* Su contempora- neo Leonard Sweet sefiala que «la gente anhela el misterio y misticismo de experimentar un encuentro con Dios y espera que la iglesia los ayude a entrar en contacto con esta clase de experiencias».* La gente quiere experimentar el «mds alld» en su «interior».” Bien sea que se den cuenta 0 no, estos Ifderes de la iglesia emergente rechazan al Espiritu Santo al negar su Palabra inspirada y santa. Al darle primacia a la voz interior, se separan de la proteccién divina y la direc- cidn de la Biblia. En este ambiente, son presas mds faciles del engafio de un espiritu falso y del error, tomandolos como una experiencia con Dios. Su ferviente deseo de entender a Dios es encomiable, pero se han desviado de la seguridad de las Escrituras. «E] Espiritu dice claramente que, en los dltimos tiempos, algunos apostataran de la fe, escuchando a espiritus engaiiadores y a doctrinas de demonios» (1 ‘fim. 4: 1). Jestis prometié que el Espiritu Santo guiard a los creyentes a toda la verdad (véase Juan 16: 12-14). Jestis se dirige a todos los buscadores sinceros a través de su Palabra, y el Espfritu dirige esta experiencia espi- ritual. Pero Jestis nunca habla en contra de su Palabra y jamas contradi- ce su voluntad revelada. Juan advierte a los cristianos de todas las edades con este consejo: «Amados, no credis a todo espiritu, sino probad los espiritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espiritu de Dios: todo espfritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espiritu que no confiesa que Jesu- cristo ha venido en carne, no es de Dios» (1 Juan 4: 1-3). 5. Brian 1D, McLaren, A Generous Orthodoxy (EI Cajon, CA: Youth Specialties Books, 2004), p. 55. 6. Leonard |. Sweet, Sou!Tsunami: Sink or Swim in New Millennium Culture (Grand Rapids. MJ: Zon- dervan, 1999), p. 208. 7. Ibid., p. 420. 95

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