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122 LARRY LAUDAN Quinta Enmienda con un sistema las absoluciones. Deseo finalizar con un breve comentario de Aki) uuno de los principales estuciiosos de la historia et now bis in idem, daco que él sintetiza mi conch clones) representa un beneficio arbitrario lun esquema estructurado con cuidado para pr te. El acusado no tiene un derecho adquirido sahee que yo he tratado de destacar aqui, luciones fuera de toda correccién, culpables escapen a la justicia, es que mantener: no sélo permite sino que impide tambien oo sistema judicial pueda antocorregitse en el sentido ee cc : Por cualquier sistema indagatorio que pretenda sor capa de aprender de sus errores. Akhil Amat, Double Jvpardy Law Mode Sinpte, 106 Yale Li. 189%, (2997) ‘Me Permita a pelacigy, Princ : sion mejor dela. que yo lo harfa: “El aislamiento [de ka apelaciéin de las at Para el culpable, gg atinocen, os extorey Judiciales a su favor.” Lo que el profesor Amar no enfatiza Alas aby | Wwe niche, "VERSION PLAUSIBLE DE CULPABILIDAD SIN OTRA 'ALTERNATIVA PLAUSIBLE: REGLA DE DECISION EN EL PROCESO PENAL RONALD J. ALLEN Lu colfa de la plausibilidad relativa es una explicacién de la prueba judicial en el sistema angloamericano.! Su principal ca iaceritica €s que en un juicio la prueba esta organized al ‘tededor de versiones rivales que presentan los Titigantes, y la decsin en materia civil se inclina por la mas plausible de las __seriones de los hechos o el mas plausible conjunto de version te ei as que les partes explican lo ocurrido, Sie! jurgedor dlabota su propia explicacién de lo que sucedid, lo cial fac. ible, dicha explicacién deberd labrarse bajo la luz de las versio. ap shales ofrecias por las partes y, por definicién, se tratarg entialmente de la uarracidn que aquel coosidere inde plausi En materia penal, la decisién en toro alla culpabilidad de ‘vaacusido consiste en que haya una version plausible de cul, tabildad y que no exista una version plausible de inocencia, de ‘beontratio, el juzgador decidira que el acusado es inocente 12 difieuliad de abundar en ¢! significado de In palabra _Pausbilidad” dentro de esta estructura tedrica reside en que _ iter dela plausibilidad relativa no es normativa, sino po. __ ive: Por razones que explicaré més adelante, “plausibilidect™ __ ede uncionar como término teérico primitive donde el con: get 8 explicacién de tos juicios determina su signifies, __ EBs certo empirismo sobrevivente, asi como « aigunos (cafeicAmeresantes de términas relacionados (especificamen - loherencia”) en obras filoséticas, lo que resulta més dil ec “esetrollar” empiticamente su significado. | Véise, eg, Ronald, Allen 1994, 14 RONALD J. ALLEN Estd claro que cualquiera que sea la funcion o el signs que adopte la palabra “plausibilidad” en ta teoria de |a lead mi i Phausi. Dilidad relaciva 0 en Jos jucios reales, es posible llevar & esky el andlisis normativo a fin de que s¢ utilice como motor ee cambio del sistema legal. No debe olvidarse que, en prinepig Ja teoria de la plausibilidad relativa surge de un masco etapnt co mis que evaluativo, y que est disefiada expresamente pars explicar cievtos rasgos de los jucios angloameticanos, Alem no se basa ni supone ningwin argumento esenciaista acerey cy Ja naturaleza de la ley 0 de la raz6n, conceptos inmensamente contingentes, radicalmente inestables, extremadamente mut bles y sin ningtin efecto sobre la solidez de la teorfa de la plauss bilidad relativa como explicacién del estatus actual de las regiss de la prueba y de la estructura de los juicios angloamericanos, Larelevancia de este punto se entenderd mejor después, dacs que inicialmente uno de los objetivos de Ia teoria de ln pla. sibilidad relativa fue abatir la incongruencia de varias de las ereencias convencionales acerca del sistema legal. Algurias de las caracteristicas son logicas, pero sugieren limites a la mutahi lidad de las reglas de la prueba, asf como posibles fundamentos para la generalizacién de conclusiones acerca de los sistemas de litigio disefiados con el propésito de obtener resultados pre. cisos. Aunque es probable que ciertas concepciones de raclon Tidad integrantes dela teowfa sean comunes a todas las cultoras occidentales e, incluso, a todas las culturas humanas (lo cual no analizo aqui), de tal manera que sea posible mostrar otra tendencia universal, no debe olvidarse la naturaleza local dela propuestaa fin de que las explicaciones extraidas de otras tra diciones jurfdicas puedan contrastarse y compararse con este planteamiento del sistema angloamericano, E] método de exposicién que utilizaré ser el siguiente. En primer término, abordaré la etiologfa de la teoria de la plans bilidad relativa y su valor explicativo para el litigio en general, incluyendo los juicios penales. Posteriormente, examinaré 10 referente al concepto de “plausibilidad” y concluiré con dives sas cuestiones detivadas de la teoria 0 relacionadas con él. VERSION PLAUSIBLE DE CULPABILIDAD 125 1 yateorfa de la plausibiliiad relativa surge de la interseccién de ‘Reonsistencias formales en las creencias convencionales sobre husregias de la prueba, la ambighedad acerca de lo que significa a,probabilidad especifica de una prueba y los indicios acerca dela naturaleza de los juicios basacios en el sentido comin res 10 de los asuntos humanos. A continuacién analizaré cada tino de estos puntos. Paradojas de las reglas de la prueba y limites de tos criterias formar ‘ys En el sistema angloamericano se sostienen universalmente, pése 2 St incansistencia, las siguientes creencias convencio- wales: Las casas de la accién se definen por sus diversos ele- mentos. Asi, por ejemplo, en un caso de negligencia es necesario coimprobar fa existencia de la obligacién, el in: cumplimiento, la relacién de causalidad y los dafios. En el homicidio se requiere la presentacién de pruebas sobre la intencionalidad, la voluntariedad de la condueta, la relax cidn de causalidad y el perjuicio ocasionado. — En fal.os sujetos incertidambre, la ley determina la regla de decisién que debe apticarse a fin de asignar errores de distinta manera. En materia civil. se emplea 1 estincar de probabilidad prevaleciente (donde cada elemento exige una probabilidad mayor de 0.5), con cl objeto de minimizar el total de errores y dar un trata- ‘miento equivalente a demandados y demandantes, En los Juicios penales se utiliza el estindar de prueba més alld de toda duda razonable para reducir el ntimero de sen- tencias e:réneas de culpabitidad a costa de aumentar el miimero de absoluciones equivocadas. ~ Se inevire en error cuando alguno de los elementos es falso y, sin embargo, el demandante (en juicios civiles) 0 1 Estadlo (en juicios penales) obtiene un veredicto favora- ble. Por ejemplo, se comete un error cuando no ha hal do negligencia y, n0 obstante, el demandado resarce al de- mandante; 6 cuando no ha habido homicidio, pero el Es taco consigue una sentencia condenatoria por este delito. 126 RONALD J. ALLEN a.aas convenciones se preseatan dos incon Samentales. La primera tiene higar con mines uateria civil. La aplicacién de la regis de robabihie i, (otal Uilidades esperadas, pero si elects cu tos ‘otalmente impredecible, Observenmee Le siguientes ou s Brea Diagrama 11-2 Nemero de iuicios Vlores de pA asignados pores uzgadorag (ecisiones correctas para [)] cecisiones conects pan p BBB cccisoneseréneas para FB) ccctiones ensneas para P En el Siagrama 11-2 se demuestra Seométricamente esta i Pachoe tots ln el eje hotizontal se representaly robabiliad re sek durados asignan alos casos yeltjevertecd corresponde allaimero de casos a lox que se aslgno wen probabilidd en Particular La curva Lindica el conjunto de cao eg ne cuales noe Sut Sp ett bast en Ronald Allen, Richard uh y le * Los siguientes Planteamientos, incuyendo las | aera -ncyendo ies pon dekh | VERSION PLAUSIBLE DE CULPABILIDAD 17 ys demandades (D) merecian ganar (Io que significa que si f _jubiéramos conocido todos los hechos ciettos, el demandedo 08 €1 10s que los demandantes debfan haber triunfado, "pu la curva ®, se cometieron errores en todos Jos casos si- gos a la derecha de la escala 0.50 (area sombreada en gris fee). De igual manera, en la curva I, todos los case que Fei ee ado To casos auc sombreada en gris oscuro) represcntan errores, Mientras mis -uiplias son las dteas en gris oscuro, mas errores hay y vice. versa, Cuando Iss éreas en gris oscuro de ambas gralicas son aprosimadamente del mismo tamaiio, el estindar de probabil. dad prevaleciente reduce el niimero total de errores y equilibra los ertores entre demandantes y demandados, Sin embargo, «sic equilibrio sSlo ocurrir cuando las areas pertinentes ae las dos gréficas sean casi del mismo tamafio, to que plantea wa interrogante empirica, En caso de que el perinietto de las «os grdfcas resulte muy diferente de-lo presentado cambiar4 el ‘amano de las reas, lo que significa que los errores no se mini. aicen ono se asignen equitativamente entre los demandantes y los demandados. Mas importante atin, dado que la forma rest de las graficas representa un problema empfrico, los errores auténticos bajo el umbral de conviecién pueden no tenet, en keorfa, ninguut celacién con los errores esperados, Este ts el yerro en el que incurre el andlisis de errores esperados de Ia juanera como se aplica en los juicios.4 En el diagrams 11-8 de la pagina 128, se ilustea el efecto idela clevacién del umbral de conviccién de una probabilidad. prevaleciente a una “prueba clara y convincente”. El érea som breada representa los errores y el efecto de la elevacién del imbral de conviecion resulta obvio. Los errores que favore- gen a los demandados (D) aumentan, mientras que los errores Ane favorecen aos demandantes (P) se reducen, electo que precisamente persigue la clevacién del umbral de conviccion Sin embargo, ia configuracién real de estas grificas genera un broblema empirico mas que analitico, a saber, el efecto de In > Modificacion de los umbrales de conviecién, Por ejempto, su: “Ronald J. Allen 2603 y 2000. 198 RONALD J, ALLEN pongamos que los especialistas en derecho concluyen que se cometen demasiados errores que favorecen a los dlemandades en acusaciones de fraude donde el umbral de conviccién re. quiere pruebas claras y convincentes. La redueci6n del umbrat de conviecién al estindar de probabilidad prevaleciente dis ininuirfa este tipo de errores pero, al mismo tiempo, podria incrementar el néimero de denuncias marginales de fraude lo que, a su vez, conducirfa a decisiones erréneas en contra de los demandados. Diegrama 11-3 ast Pruebas claras y convincenles hi¢os Valores de pA asignados por os uzgedores [BBB ecisiones eréneas para D |] docisiones erréneas para P En el diagrama 11-3 se puede explicar también la exigencia de prucbas mas all4 de toda duda razonable en materia pe- nal. Supongamos que los ejes vertical y horizontal conservan Ja misma importancia, Imaginemos que la linea vertical que re presenta el umbral de conviccién se mueve hacia la derecha y gue las curvas Ty I lucen ast $i el drea localizada bajo la curval es decir, el conjunto de todas las personas inocentes que van @ juicio en casos penales—es muy pequeia, lo que puede resultar cieFto a la luz de todos los mecanismos de clesviacién presentes ‘en materia penal, Habra pocos casos de sentencias equivocadas que compensen las absoluciones etréneas que puedan emitir- se. De tal suerte, este fendmeno empirico sirve como base para VERSIGN PLAUSIBLE DE CULPABILIDAD 129 argair que el umbral de conviccién en materia penal debe bax Jjatse. La fuerza de este argumento dependerfa (como sucede al considerar el efecto de la reduccién del estindar de prucba “clara y convincente” en materia civil) de la evaluacién de las consecuencias de disminuir el estandar de “prueba mas allé de toda duda razonable”. Presumiblemente, el esténdar de prueba cconstituye uno de los factores que los fiscales toman en cuen- taal decidir si continvian 0 no con un caso. De redueirse, los fiscales podtfan llevar a juicio més casos probleméticos, lo que ‘modificaria el tamafo y la configuracién de la curva I'y resuk taria en més errores de condenacién de individuos inocentes, Ast, ni en los casos civiles ni en los penales existe una rela- i6n analitica entte los umbrales de conviccién y los errores. EL intento de justificar los umbrales de conviccién sobre la base de considcraciones de utilidad esperada no puede vincular la subjetividad de tz utilidad esperada con la objetividad de los errores.> Esta es, en suima, la primera contradiccién en que in curren las creencias convencionales sobre el proceso de prueba Juridica, La segunda inconsistencia es atin més daftina, Reconsidere- ‘mos el conjunto de convenciones que plantee con anterioridad. Una de ellas tiene que ver con los errores y la otra con la es- tructura clemental de las causas de la accién. Al unirse ambas se generan las llemadas paradojas de la prueba: 1. Considérense dos elementos cuya probabilidad de ajustarse al estindar de prueba es de .6 cada uno. En caso de ser inde- pendientes, su probabilicad conjunta es de 0.36. Esto significa ‘que la probabilicad de que-al menos uno de Ios elementos sea falso es 0.96 - 1.0 = 0.64, Si los veredictos se emiten en favor de los demandantes. a pesar de una probabilidad de 0.64 de que al menos uno de los elementos sea falso, las tasas de error no se optimizardn, En caso de que los elementos sean dependientes, su probabilidad conjunta se ubica en alguna cifra entre 0.00 y 0.6, Esto puede (aunque no necesariamente) reducir, pero no eliminar, el efecto. En materia penal, este problema se magni- fica debido al elevado umbral de conviccién que se requiere, ‘Varios de los delitos comprenden numerosos elementos, como * Vease, por ejemplo, David H. Kaye 2000, 130 RONALD J. ALLEN ¢ el caso del robo (apoderamiento de una cosa ajena mug. ble con la intencién de no devolvérsela a su propietario), 1g probabilidad conjunta de mmiltiples elementos suele descender répidamente en la medida en que prolifera su miimero, lo que significa que debemos predecir que en el proceso penal se eo. meten errores al por mayor. 2. HI problema de la conjuncién no se resuelve por medio de la exigencia de prueba de la probabilidad conjunta que cumpla ‘con la regla de decisién. En primer lugar, muy pocos deman. dantes y fiscales pueden satisfacer tal estindar. En segundo tér. mino, introduce singularidades de peso dentro del sistema. Por ejemplo, la prueba en la tentativa de robo deberia aleanzar, en promedio, una probabilidad mayor que la tentativa de homici dio dado que este tiltimo delito suele tener menos elementos que demostrar: Las creencias convencionales sobre los umbrales de convic. cién no pueden conciliarse con las creencias convencionales acerca del significado det *érror” legal. En la seccién TH se exa minard esta contradiccion. Ambigiiedad del significado de “probabilided frevateciente” y “prusba més alla de toda duda razonable”, La concepcién anglo- americana de las reglas de la prueba también sufe wna grave ambigtiedad. Deede el punto de vista nominal, sugiere que la tarca dentro del juicio es decidir entre determinados elementos ¥y sus opuestos, Esto se deduce de frases como "El demandado incurrié 0 no en negligencia?”, y “éLa intencién del acusado fue matar 0 no?”. Si estas expresiones deteruiinaran los requi- sitos reales de los demandantes y del Estado, les impondrian umbrales imposibles. A fin de determinar si un elemento es verdadero 0 no, se requeritia comprobar una situacién con- gruente con él y descartar todas las que fueran incongruen- tes, Por otra parte, seria necesario comprobar que, del mimero plausiblemente infinito de posibilidades que pudieron haber tenido lugar en el universo en ef momento en cuestidn, la mk tad mas uno favorece al demandante en Jos juicios civiles, y que las suficientes favorecen al Fstado en Tos juicios penales con vistas a concluir que la probabilidad de culpabilidad cumple 0 excede el estindar de prueba mds alld de toca duda razonable. VERSION PLAUSIBLE DE CULPABILIDAD 181 Laddificultad de demostrar hechos negativos es notoria, pero la complejided de probar las implicaciones tanto negativas como positivas Ge un mimeo infinito de conjuntos de situaciones rivales excede la capacidad humana, Observemos como estas dos dificultades presentan tenden- cias opuesias. La primera sugiere que la carga de la prueba sobre los cemandantes es demasiado baja, mientras que en la segunda es muy alta, En mi opinién, todo lo anterior apunta aque las explicaciones convencionales dadas a las reglas de la praca y alos errores entran irremediablemente en contlicto, Sentido concin e implicaciones de la psicologia cognitiva. Vale la pena mencionar otra dificultad que aparece en la convencio- nes sobre las reglas de la prueba, No se trata de un problema formal, sino empirico. La mayor parte del tiempo, los seres humanos ro razonan conforme a lo que exige el criterio ele- mental de as reglas de la prueba. Muchos de los estudios que versan sobre la conducta de los juracos, principalmente los de Pennington y Hastie, han confirmado que cuando se trata de cnestiones legales las personas razonan de la misma forma que Jo hacen ea el caso de asuntos cotidianos. En la tabla de la pagina 132 (tomada del trabajo de Permington y Hastie) puede apreciarse Loque sosengo no esque a teora de aad esperada sempre aceste al pronosica lasciones hamanas, Es aro en ete punto que Jos inividuos “infringen stemsieamente sus priacpiosbisicos™. Amos Tversky y Daniel Kalneroan 2000, airmacién, mucho ms limitada, esque ls alerpaivas propuesas a la teoria de la utlidad eaperala, come le teoria prospectva, tenden a basarseen los presupiestos fundamentals def teorla dela utidad cperada. Daniel Kahne, lateado con el pretnio nobel, y su coautr, et fallecido Ames Tversy, ban demosizade que las dedsiones humanas reales nose basan en aloes sbsolutos, sino en gananciasypécdida eativa y que In rafea dela Racin de as gananciassuele ser cSncava, mientras que park lus pérdidasexconvena, Vease Kanemn y Tera, supra nota 21 “WSi desea une desripdion de Ja manera como funciona el proceso, vex 7 150 R. ERIK LILLQUIST mostrar una corzelacién muy esteecha entre lt decisis del sujet sobre la culpabildad y los criterion de decent habrian resultado de los valores de la utilidad individuale i los sujetos."! Lo mas interesante ex que los criterios de deci’ derivacis de los valores de In uldad de los sujetos fueron cho mids “precisos’ que los eriterios de decisién que los mises Sujetosinformaron.®® En otras palabras, existe una buenas 776m para creer que las decisiones reales de los jurados son mig congruentes con los valores de la utilidad que asignarian en un caso espeeifico que con las estimaciones que darian al estanda, de prueba correspondiente, . En otros trabajos he defendido esta variabilidad en tandar de prueba de manera normativa, aduciendo que ee conciliarse no sélo con las teorfas consecuencialistas det dene cho penal, sino también con las teorias retributivas y expres. as." Sin embargo, no desco reproducir aqui este debate. En su lugar, prefiero utilizar este sencilio modelo sobre la forma en que los juradores toman sus decisiones para analizar otros dos asuntos: {debe existir un esténdar de prueba més clevado gn los casos de penta capital, dos jurados deben conocer las senciones que se aplcarin antes de sii alguien es up 2. Ponaa de muerte: mayun certidumtne Una materia de discusién que desde hace tiempo confunde al procedimiento penal cs e! estindar de prueba correcto para decidir si alguien es culpable en los casos donde procede la pena de muerte, En los tiltimos afios, este tema ha cobrado vida debido a la revelacién de que um ntimero considerable de Personas objetivamente inocentes ha sido sentenciada con la se Rute). McCon 1864 (Geran dota pled en cos de “Moco into ove Dane enone un 68 por det de exci coue los eriterian de tion proenientes dela tora des esnonee tn decon eel Vase MecCou, spre nota 30, en p. 2 Mackin sano ‘obtuv0 come resultado un 84 por eenta de exactic obra or de exactcud. Véase ibd, en p. 69, Vee i, on p 28 p60, bla Vea Lili ara na ‘TEORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 151 pena capital, Io que ha puesto al descubicrto la falta de una cer- fidumbre aasoluta en los procesos penales.** Recientemente, por ejemplo, cl Tribunal de Apelaciones de Nueva York esc. ch6 argumentos en el sentido de que en los ¢asos de proceden- cia de la pena de muerte era necesario informar al jurado que ef acusado debia ser culpable “mis alla de cualquier duda’ recomendacidn a la que han hecho eco numerosos académicos y juristas.* En este clegato subyacen dos premisas. La primera de ellas ces normativay afirma que la cantidad de pruebas requeridas en tun caso donde procede la pena de muerte debe ser mayor que ‘en otros procesos penales, mientras que Ia segunda premisa, con caricter prescriptivo, supone que la cantidad de pruebas én los juicios penales tiene que ser mas clevada y la mejor ma- nera de cumplis con ello es dar una instruccién diferente a los jurados con respecto al est4ndar de prueba. La primera pre- ‘isa es menos obvia de lo que originalmente podrfa pensarse pero, para fines de este andlisis, asumiré que dicho estindar de prucba mis elevado es justificable™” debido a que quicro centrarme en algunas de las consecuencias que se derivan de Ja segunda tesis la instruccién dada a los jurados puede elevar el estindar de prueba que éstos aplican en los casos de pena capital, "EY moddo de a orn del ullidad eeperada expuesta con anteriorided sostiene que los jurados deben (como materia des- criptiva) exigir mayor certidumbre en aquellos casos cuya con- Bn Richerdl A. Rosen 2009, puede encontrarse una explicacin acerca de las razones por las que los seusados inocentes son sentenciados a muerte. "Ww Apelacion en 398, People v. Mateo, 2 N.Y. 8d 383 (2004) (n0. 21), En el siguiente artizulo periodistico se exponen los argumentos: Willism Glaberson 2004, p, 27. El Tribunal de Apelaciones de Nueva York revocd la sentencia de muerte de Mateo sin estudiar este argumento. Véase Maieo. Sin embargo, debido a que Maceo fue representado por la Oficina de Defensores Capitales ‘de Nusa You, es casi seguro que el ssunto wolseria ventilarse otra vex en los teibunates de Nueva York ‘James 8, Liebman eal, 2002, pp. 997-899; Leonard B, Sand y Danielle L. Rose 2008; Margery Malkin Koosed 2001; Craig M- Bradley 1996; Elizabeth R Jungian, Neta, 2005; State w, Josephs, 809 A.2d 107 (NJ. 2002) (J. Coleman ‘est de acento pasciahmente; Jon O. Newnan 2000. En Erik Lillqust,"Absoluie Certainty and dhe Death Penalty”, Aerie Criminal LE, vol. 42, no. 1, one 2005. 152 R. ERIK LILLQUIST secuencia es la pena de muerte en comparacién con los casos penales tipicos, dado que una condena errénea puede provo- car mds daito. En virtud de que una condena errénea puede conducira la ejecucién equivocada del acusado (privéndolo de su vida), el datio potencial es mucho mayor Un ¢jemplo hipotético ayudar a explicar este punto, Supon gamos que el jurado promedio en un juicio penal promedio asigna los valores siguientes i las funciones de utilidad inidica. das con anterioridad: Ugr 4 Us=0 Ua= 10 Usg=-1 Es decir, una condena correcta tiene un valor positive de + mientras que el valor correspondiente de la absolucion erronen ¢s de ~1, 11 valor negativo de una conviccién equivocada es dic veces mayor, -10, mientras que el valor de una absolucion correcta es cero, Claro que los valores particulares no revisten importancia en sf mismos; slo sus magnitudes relativas son relevantes. Sin embargo, si aceptanos momentneamente estos talores, observamos que para el jurado promedio en uu prove s0 penal promedio el estandar de prueba sera de 0.83: fo que significa que el jurado deberd estat 88 por ciento seguro de la culpabilidad del acusado antes de estar dispucsto a condenatlo, Imaginemos ahora que en los casos donde procede la pene capital, el daiio derivado de la condena etrdnea es cinco ve. ces mayor que en los procedimientos penales promedio, eC es el estindar de prueba resultante en nuestro modelo? 1,96! 1a conclusin es que la teoria de la utilidad esperada parece predecir que el jurado promedio en los casos donde pracede ta pena de muerte requerisa mayor certidumbre antes de estar dispuesto a condenar a los acusados Debo serialar que he utlizado algunas hipétesis simplifica doras. En primer lugar, he supuesto que el jurado promedio creer que el datio provocado por las condenas errness en 4os juicios en tos que procede la pena capital es cinco veces TEORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 153 mayor que en otros casos. Aunque no poseo ningtin dato sobre Ja relaci6n anténtica, confio en que los jurados estén seguros de considerar que el dafio derivado de las sentencias erréneas en los casos en los que procede la pena capital es de cieria mag- ited mayor que en los procesos penales normales. Mientras cesta cantidad sea superior, habr4 una elevacidn en el estandar de prucba que Jos jurados utilicen en tos casos de pena de muerte, Mi segunda, y mas debatible hipdtesis, es que en las otras tres finciones de utilidad dentro de los procesos penales no hay ningtn cambio. Tal vez esté equivocado, por lo menos en lo que se refiere a las condenas correctas y a las absoluciones erréneas. En Estados Unidos, la pena de muerte esta reservada para los Homicidios mas graves (al menos en teoria). Sin duda, los acusados que son absuelios incorrectamente por la comi- sign de dichos delitos representan para la sociedad un riesgo futuro mayor que otros acusados absueltos erréneamente. Aun ‘cuando supongamos que su fasa de reincidencia no es diferen- te, los dafios provocados por la repeticién de sus anteriores patrones de condueta criminal serén peores: el dafio causado [por més homicidios sera mas grrande que el dafio resultante de a comisién de mis hurtos. Asi mismo, los beneficios obtenidos, de las condenas correctas seran mayores. Ange esto sea certo, el estdniar de prucba en Tus casey ext Jos que procede la pena capital seguira siendo mayor salvo que el incremento en el dafio provocado por las absoluciones errs neas y Jos beneficios provenientes de las condenas correctas aleancen la misma magnitud que el dato adicional derivado de las condenas equivocadas. Por lo tanto, si suponemos que Ug aumenta de -10 a -50 en los casos de pena de muerte, salvo que Usg sea igual a -5 y Ug a> 5, el estindar de prueba continuara elevandose en estos procesos. Lo dificil es cémo armonizar esta conclusién con la aparen- temente elevaca tasa de error en los casos en los que procede la pena de muerte. Después de todo, silos jurados estén api cando es:¢ alto esténdar de prueha, por qué tantos acusados sentenciados a pena de muerte resultan exonerados posterior mente. La causa mas probable puede achacarse a una caracte- ristica particular de los procesos penales estadounidenses en 154 R. ERIK LILLQUIST Jos que procede la pena capital fa “eleccién de i tas al apicacin de la pena de muerte”, Eslane cr casos, la Suprema Corte de Estados Unidos ha sostenido aus es posible que los jueves de tribunales de instancias inferioney descarten como miembros del jurado a individuos que sehalay que no votaran por la pena de muerte.>* Los datos empitiees hhan mostrado que los jurados “clegidos por su inclinacin ¢ que se aplique la pena de muerte” expresan niveles més ele vadlos de artepentimiento gue otros juracios (es deci utilided nnegativa) a causa de absoluciones erréneas, asi como niveles in feriores de arrepentimiento en virtud de condenas exréneas.* Como indica él modelo que expuse, no sorprende que estén is dispuestos a condenar que otros jurados, lo que es resulta, do directo de que requieren menor certidumbre _ Lo que la teorfa de la utilidad esperada nos ensefia es que sf importan los valores que los jugadoves aplican en una de. cisi6n, En los casos donde procede la pena de muerte, estos valores se distorsionan al elegir como miembros del jurado a tun subgrupo de incividuos que valoran tos resultados posibles de manera sisteméticamente diferente que el resto de la socie. dad. La Gnica manera de resolver este problema es ajustando estos valores, Fl método mas directo seria la prohibicion de la elecci6n de jurados con base en su inclinacién a aplicar la pena de muerir, al menos en la etapa de determina itn ae la culpabilidad © Esta reforma tendia como resultado la adjud- ‘acion de un esténclar de prueba més elevado en los easoy de pes capital y no requis tatar de conta et instino de Desafortunadamente, existen dos razones por | s improbable que se lve a cabo esta reforma, li cuales on easa Profundas atin que la misma renuencia de la Suprema Corte 2% Salaight ew “ (1985 Adon Rina sot US agg) ME TOUS. te 5 Vila C Thompson al 1984, pp 107-108, La preticarutinasia en los casor de pena de muerte Estados Unidos empede nco d des clap primers de el ado dele gener el jurado, tungee no wiempre) deide Bacon ee ee (pena de muerte o prision perperua) {pe isin perpetua). Véase Rosen, supra nota 34. en pp. 79 ‘TEORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 155 a objetar sus propias decisiones. En primer lugar, en ausencia Ge Ia cleocién de jurados con inclinacién a aplicar la pena de muerte, lbs tribunales se verian forzados a seleccionar a dos jjurados en los casos de pena capital: uno parala etapa de deter- ‘minacién de la culpabilidad, y otro pata la etapa de sentencia, Este costo adicional, que se agrega a los muchos otros proce- dimientos necesarios en los casos donde procede Ja pena de muerte, puede provocar que los legisladores consideren este sistema mis indeseable que el de la eleccidn de jurados incli- nados a aplicar la pena de muerte.*! La segunda razén, més inica, es que sospecho que muchos fiscales y jueces temen que la ne cleceién de jurados inclinados a aplicar la pena de muerte dificultarfa mucho las condenas donde procediera la pe- na capital, particularmente si los mismos jurados no controlan, Ja sentensia. La tinica forma de garantizar que cierto mime- ro significativo de condenados sea elegible para la aplicacion, de la pema capital es mediante un estandar de prucba inferior al que of-eceria naturalmente un estndar de prueba variable. ‘Obviamente éste no es un argumento a favor de que la eleccién de jurados que se inclinan a fa aplicacién de la pena de muerte deba permitirse; se trata simplemente de una observacién sobre Ja raz6n por la cual es probable que continiie admitiéndose. En la medida en que los reformadores busquen alternativas eficaces, la teoria de la utilidad esperada prapene que dehen cenfocarse en la manera en que las utilidades personales de los jurados pueden alterarse en los casos donde provede la pena ‘capital. La sugerencia mas popular, como observé al principio de esta secci6n, es alterar los términos de las instrucciones que se proporcionan a los jurados en cuanto ala duda razonable. Aunque una investigacién més completa de esta posibilidad supera el alcance de este trabajo,*® quiero hacer notar que pa- rece poco probable que la actual prictica relacionada con las instrucciones a los jurados, la cual suele comprender su recita- cidn al conchuir el juicio, tenga algtin efecto sobre los valores de fos jurados que aplican a los casos. Lo que se requiere én su lugar es creatividad para desalojar las utilidades personales + Bp Lilquist spre nota 97, puede encontrarse un angumento-en el sentido le que dichas costar no son tan geandes como podia pensarse. "2 Vease Lillqust supra nota 37 . - 156 R. ERIK LILLQUIST preexistentes. Por ejemplo, parece ms probable que instruir a Jos jurados sobre el estandar de prueba al principio del cas y no al final, cambiard el esténdar de prueba que éstos apliquens 8. Conacimiento de las repercusiones de la sentencia ‘La ya inveterada regla que se aplica en la mayoria de las juris: dicciones estadounidenses es que se debe indicar al jurado que pronuncie su conclusién sobre la eulpabilidad 0 inocencia sin tomar en cuenta la sentencia que puede imponer el tribunal despues del juicio.*® Como corolario se entiende generalmen te que ni el tribunal ni las partes deben informar al jurado cuales seran las repercusiones de la sentencia. Esta regla se Justifica mediante ¢l criterio de ta relevancia." En el sistema estadounidense, el jurado es (por lo general) quien decide si elacusado es culpable, mientras que el juez es el encangado de decidir la sentencia aplicable, por lo que la “informacién acerca, de las consecuencias de un veredicto es, ..rrelevante” pata la tarea del jurado." Ademds, se considera que el suministro a los jurados de esta informacion irrelevante probablemente los, confunda.*® Recientemente, Gerard Lynch, juez federal (y antiguo profe- sor de derecho de la Universidad de Columbia}, propuso alte- rar esta regia en un caso concreto ¢ informar al jurado sobre Ja posible sentencia que podria aplicarse al acusado, Aunque el Juez Lynch ala larga se retract6, la controversia destaca esta ex trafia doctrina del derecho penal estadounidense que sosti¢ne que no se debe informar a los jurados sobre las consecuen- ias de sus acciones. Este asunto esté cobrando importancia debido a una reciente decisién de la Suprema Corte, Blakely v # Shannon m United Sais, 512 US, 573, 579 (1904). La relevancia es el criterio central de la admisibilidad de las pruebas en el devecho estadounidense. Véase In Regla Federal cn Materia Probatoria 402, La relevancia se define como las "pruebas que tienen alguna tendencia a lograr que la existencia de un hecho consecuencia de la determninacion de la cin sea mas probable o menos probable de lo que sera sn dicha prueba”, ‘Regla Federal cn Matetia Probaroria 401 # Shanuan x United Site en 579, “Tia, TRORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 157 Washington,*” que parece obligar al jurado a participar més en el proceso de sentencia. Comenzaré observando que existen dos razones diferentes por las que un jurado desee conocer cual sera la sentencia apli- cable al acusaio antes de condenarlo. La primera es, como el modelo que he bosquejado sugiere, que la informacion sobre Ja sancién puede ayudar al jurado a considerar los datios y los beneficios derivados de diversos veredictos posibles. La infor: macién sobre la sentencia simplemente ayuda al jurado a de- cidir cuénta certidumbre necesita antes de elegir condenar al acusado. La segunda raz6n es que, en algunos casos, el acusado desca que el jurado sepa cual sera el castigo, ya que la senten- cia puede resultar tan excesiva en relacién con la percepcién del daito provocado por la ofensa que el jurado se negard a condenarlo aun cuando tenga la certidumbre absoluia de su culpabilidad. En otras palabras, el jurado podrd ejercer la “nu- lidad’* Me imagino que lo que el juez Lynch buseaba era la nulidad més que un ajuste en el estindar de prueba. Dejaré de kado Ia posibitidad de Ia nulidad y analizaré ta relacidn entre la regla general que prohibe suministrar infor- macion sobre fa sentencia y un estiindar de prueba variable. A. primera vista, la regla y ni teorfa parecen entrar en contlicto Como sefala Larry Laudan, “la gravedad del error derivado sie una conlena falya se mite por la sauci6n innpuesta y no por Ja gravedad del delito cometido”.*? Asi, la informacion sobre la sancién pareceria ser vital para los jurados 2 fin de que puedan determinar correctamente el esténdar de prueba. Es obvio que dicha informacién resultaria completamente superflua si los jurados tuvieran ex ante un conocimiento con- fiable de Ia sertencia que recibirfa el acusado en caso de conde- nna, Los datos empfricos limitados con los que euento indican ne los jurados no poscen informacién exacta sobre tos resul #1258, C1. 2581 (2008, * Exise bibliogratia especiolizada sobre fa amcién de Ia nulidad en et de echo penal estadounidense. Para dos trabajos recientes, wanse Andrew D, Leipotd 1996 [sosienc argumentos en covtra de lz nulidad); Pat Butler 1995 ‘apoya una forma de aulidad), Laudan, supra nota 8, en p. 328, 158 R. ERIK LILLQUIST tados de la sentencia ya que, por el contrario, parecen subes. timar la sentencia probable que el acusado entrentaria de ser condenado. Shari Seidman Diamond y Loretta Stalans Nevaron a cabo un experimento en el que entrevistaron a tres grupos de sujetos —jueces de Ilinois, indivicuos que asunieron el cargo de jurados en el condado de Cook, Illinois y estudiantes uni- versitarios de Chicago~ a fin de determinar la sentencia corres. pondiente que aplicarfan en cuatro casos hipotéticos. Lo que descubrieron fue que los dos grupos de ciudadanos (jurados potenciales y estudiantes) impusieron sanciones menos severas en comparacién con los jueces.™ Aunque os ciudadanos pu. dieron haber actuado indulgentemente de manera consciente, lo mas plausible es creer que pensaron que su comporiamiento fue congruente con las practicas usuales referentes a la senten- cia 0, incluso, mas estricto. Esto supone marcadamente que el puiblico tiende a subestimar la sentencia probable que puede aplicarse cuando se condena a alguien." Dado lo anterior, esperaria que la informacién acerca de las consecuencias reales de los veredictos de culpabilidad afectara la disposicién de condena por parte de los jurados, Sin em- bbargo, los indicios empiricos, en el mejor de ios casos, arrojan resultados mixtos, y parecen sugerir que la sancién suele ser un factor debil en la determinacién del estindar de prueba.®® Cul es la razén? Gonsicero que la explicacién mas aceplar ble es que la informacién sobre la sentencia no s6lo afecta el calculo de los jurados respecto de los daiios resultantes de las condenas erréneas, sino también los beneficios perdidos debi- doa las absoluciones equivocadas, sin mencionar los beneficios, provenientes de los veredictos correctos.°* Lo que estos datos 59 Shari Seidman Diamond y Loretta J. Stalans 1989. S'Debido a la wendencia experimentada alrededor de los wltimos tints aahos con respecto al incremento de leyes penales cada veo mis reveras en Estados Unidos, véase Michael Tonry 1996, pp. 10 y 58-59 ylafigara 2.5, es difielimaginar que el piblico en general tenga alguna idea del aleance actual de lor castigos, 5 Vease Jonathan L. Freedman ef at 1994, p, 199 {no encontr efecto ak ano en Ios casos Goode no procede la pena de muerte); Marcin F. Kaplan 1904 (crtia ef esmdio de Freedman et a) 5 Vease Liiquist supra nota 9, en pp. 144-148, n, 197 TEORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 159 petmiten inferir es que suministrar informacién a los jurados sobre la sentencia resulta, por lo general, en un empate. En la mayorfa de las situaciones, los jurados sabrén que la. senten- cia aplicable es mis severa de lo que imaginaban, lo que, por ejemplo, los llevaré a entender que los dafios que suftird el acusado en virtud de una condena errénea resultardn més gra- ves de lo que crefan, pero que los beneficios de una condena correcta también serén mayores porque ¢1 acusado sera casti- gado con més justicia 0 tendra menos oportunidad de volver a elinguir."* De ser esto asf, es necesario todavia determinar la razén por la cual los casos donde procede la pena de muerte son diferen- tes, dado que anteriormente sostuve que el estandar de prueba variard entre estos procesos y aquellos donde no se aplica ta pena capital Adems, el modelo completo que he defendido aquf parece sugerir que ¢] estindar de prueba debe ser infe- rior en casos menos graves y mayor en procesos mis delicados. éCémo puede esto operar si la sanci6n no tiene consecuencia ena probabilidad de resultar condenado? La respuesta puede hallarse en la ecuacién del estandar de prueba con la que comencé este articulo. A fin de que el es- tindar de prueba se modifique de manera significativa, debe contarse con nueva informacién que afecte desproporcionade- ‘mente alguna de las funciones de utilidad subyacentes. En con- secuencia, a. tratar lo referente al castigo capital, supuse que el hecho de saber que en un caso puede proceder la pena de 51S esto es cert, planta un problema interesante alos legisladores encar ‘gados de reformar las sentencias en Estados Unidos. A la fecha, e] consenso ‘académnico general ha sido que las practcas exsientes respecto de la sentencia ‘son demasindo rigurosas yrepresentan usa desconesion entre lo que la gente ctf dispuesta » imponer en abstracto y 1o que esti dispuesta a imponcr en ‘caiorindivicales. Vense, ag, Tonty, supra nota 51, en pp. 20-28. Sin embar [50,olros datos empiricos permiten fostener que los jurados, cuando tienen (que llevar a cabo la trea de imponer una sentencia, #e comportan de manera sds severa que fos jucces. Véate, pg), Nancy J. King y Rosevelt L. Noble 2004. Esto sugere que los estadounidenses se slenten ms satisechos. con las prfticas especto de Ia sentencia de lo que los comentaristas xcacémicos Jmaginan, Claro que wn asunto distin es que los estadounidienses dela estar satinfechos. 160 XK, ERIK LILLQUIST muerte incrementa en gran medica los costos asociados con tuna condena errénea, sin compensar el ineremento de los da, Bos derivados de las absoluciones incorrectas. De estar en Io cierto, entonces el estindar de prueba cambia. Pero si estoy equivocado, y existe también un incremento proporcionalmente equivalente en los dafos que una absolucién incorrecta puede provocat, cl estdndar de prueba no se modificara. Creo que en los juicios penales tipicos que contemplan de- litos moderadamente graves, Ia informacién sobre la sancién casi no tiene repercusiones sobre al estandar de prueba debi. doa que los efectos sobre cada una de las funciones de utilidad se compensan entre sf, Volviendo a mi primer ejemplo, en un delito promedio el resultado es un estandar de prueba de 0.83, Supongamos ahora que los jurados, sin contar con ninguna ins- rucci6n, ereen que la sentencia en caso de culpabilidad seria de tres afios. En la realidad, sin embargo, al menos en Nue- va Jersey, el acusado por Io general es sentenciado a una pena mafnima de cinco afios, ¢Existe la probabilidad de que esta infor- macién cambie su estindar de prueba? Deberia inerementar el dao resultante de una condena errénea a, digamos, ~15. Pero dada la creencia popular estadounidense de que las sentencias Judiciales son demasiado cortas, en la mente de los jurados la aueva informacion también aumentarfa los beneficios de un veredicto correcto de culpabilidad a +2. ¢Hay algiin camhin en el estindar de prueba? En absoluto: permanece igual, 0.83. Lo que esto ayuda a mostrar es que el esténdar de prueba sélo se ve altcrado cuando la informacién acerca de la senten- cia cambia de manera clara y desproporcionada lo que sienten Jos jurados respecto de un tipo particular de resultado, como sucede con la pena de muerte. Fl caso del juez Lynch puede ser sintomatico de otro ejemplo en el derecho estadouniden- se contempordnco: las excesivas sentencias minimas forzosas. Ante el juez Lynch, ef acusado, Jorge Pabon-Cruz, fe juzgado y Sentericiado por promocionar la venta de imagenes de porno- grafla infantil a otros usuarios de computadoras en respuesta un anuneio que habfa publicado. Después de Ia condena, se aplicé al acusado una sentencia minima forzosa de diez afios. Antes del juicio, el juez Lynch insinué que informaria al jurado |a semencia forzosa de diez afios que acarrearia el cargo, pero ‘TRORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 161 el Tribunal del Segundo Circuito de Apelaciones le ordend no hacerlo.” En un caso como éste, informar al jurado cul serd la senten- cia minima forzosa tiene el potencial de cambiar el estéindar de prueba, si el jurado la considera demasiado larga. La razén os que conocer la magnitud de la sentencia puede incrementar el dao deriiado de una condena injusta que percibe el jura- do, pero tal vez esta informacién no altere sus percepciones de cualquiera de las otras funciones de utilidad. Ast la senter: cia minima de 10 afios en el astmnto Paton-Cruz puede lograr que el jurado se percate del enorme daiio que una condena equivocada puede provocar y, tomando mi ejemplo anterior, lo incrementarfa a -20. Sin embargo, quizé no agregue nada a los beneficios de una condena correcta més allé de +1, cifea que ya estarfa asociada con una condena equivocada, Asi mismo, tal vez no modifique en absoluto el dafio proveniente de una absolucién incorrecta més alla de -1. El resultado es un estin- «dar de prueba de .91: un paso significativamente mayor que el (0.83 que imaziné para un caso tipico de robo, Es claro que todos estos miimeros tinicainente reptesentan hipétesis disehadas como ejemplos y no se postulan como fun damento de aingtin conocimiento real acerca del estindar de prucba que utiliza el jurado en casos particulares. De hecho, Creo que, zum en casus similares, se presenta bastante varia ci6n ya que la composicién del jurado difiere en cada juicio. No obstante, hay una importame cuestién de politica piiblica. El derecho penal estadounidense, particularmente el derecho penal federa, se ha visto inundado en afios recientes de senten- cias minimas forzosas. Esto no sdlo es cierto en casos como el de Fabon, sino también cn michos juicios federal comunes Jor posesién de drogas en donde proceden sentencias mfni- Inns forgone en ease de cantidades pariclares o cuando e gobierno demuestra el uso de un arma vinculada con el deli- to. Hi jurade suele desconocer las sentencias minimas que se aplicaran en tales delitos y creo que esta ignorancia reduce ar- tificialmente el estindar de prueba para cl gobierno. Asi como 8 US, Pabor-Grue, 255 F. Supl 200, 214 (S.D.N-¥. 2008) 58 Véase Tomy, supra nota 51, en p. 79. 162 2, ERIK LILLQUIST la fiscalfa comprime el esténdar de prueha en los casos dom. de procede la pena capital mediante la alteracién de la com, binacién de los miembros del jurado, también disminuye ot cestindar de prueba en algunos juicios de sentencia minima al mantener al jurado ignorante de las consecuencias reales de sus decisiones. De igual forma, es probable que el estindar de prueba sea ‘mucho menor en casos donde la sancién no implica nada o muy poco tiempo en la carcel, Esto se debe a que, en muchas situaciones, el dafio asociado con ama condena errénea puede ser mucho menor, y tal vez (cuando no procede pena de cércel) casi sea el mismo que el dafio provocado por una absolucién incorrecta. No sorprende que en tales casos el estindar de prucha suela estar cerca de .50. Igualmente, fo que permite que caiga el estindar de prueba es que la nueva informacion, (la sentencia) altera radicalmente s6lo una de las funciones de utilidad La teoria de la utilidad esperada nos sefiala algunas cosas importantes acerca de la manera como la informacion sobre la sentencia afecta el éstdndar de prueba. En primer término, indica que existen buenas razones para sospechar que en casos ordinarios este dato no tendra efecto alguno sobre el estndar de prueba y que es probable que los tribunales estén en lo correcto al exchuir dicha informacion. En segundo lugar, no muestra que esta informacién puede cobrar importancia en sic tuaciones donde radicatmente alteraria la evaluaci6n que hace el jurado de las inconveniencias de una condena, ya sea en caso de que se agrave 0 de que se atentie. En estas circunstancias, la informaci6n resulta vital para el jurado a fin de establecer de manera adecuada el estindar de prueba. De tal suerte, Ia exclu- sign de informacion conduciré a resultados desiguales como sucede, entre otros, con los procesos en los que proceden sen- tencias minimas forzosas. 4. Conelusin El objetivo de este articulo es analiza Ja variabilidad inheren- te del estdndar de prucba més alla de toda duda razonable, ademés de mostrar los efectos importantes que tiene sobre ‘TEOEIA DE LA UTILIDAD ESPERADA 163 otras doctrinas del procedimiento penal. Una vez que enten- damos que la duda razonable no constituye un estandar fijo sino flotante, debe brindarnos motivos para reconsiderar di vyersas doctrinas del procedimiento penal. También demuestra que una aplicacién mas vigorosa de la literatura moderna en los Ambitos de economia y psicologia sobre la toma de deci- siones humnanas reviste importancia para la evolucién de los procedimientos juridicos. [Traduceién de Martha Lilia Uruckurtu Caccial BIBLIOGRAFIA Bradley, Craig M,, 1996, “A (Genuinely) Modest Proposal Concerning the Death Penalty", 72 indiame Lave Journel 25. 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Jess Orozco HeNRfQUEZ ¥ JAVIER ORTI2 1. Eltema El propésito de este trabajo sera abordar ef tema relativo a la “concepcién garantista de la prueba en el derecho electoral mexicano”. Er otro trabajo sc ha intentado mostrar cémo el ‘Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacién ha teni- do-una vocacion garantista y antiformalista en su funcién juris- diccional,? a la luz de las tesis de Luigi Ferrajoli El garantismo es un programa que si bien sungié en et 4m bito del derecho penal cabe extenderla, como observa Ferra: Joli a otras ramas del ordenamiento, como et derecho consti- tucional, derecho internacional, derecho administrativo, dere- cho procesal y derecho laboral, en donde es posible forjar, en Felacion con ot-0s derechos fundamentales y otras técnicas de garantfas 0 criterios de legitimacién, modelos garantistas. Asf, por ¢jemplo, en el derecho procesal, el derecho fundamental a la presuncién de inocencia y el derecho fundamental a Ia prue- ‘bu constituyen referentes indispensables desde una perspectiva garantista, En tal virtuc, en este articulo abordaremos algunos de los recientes desarrollo del derecho probatorio en el derecho elec- * Tomainos de Jordi Ferrer Beltrn i expresién “concepcign garantista de la prueba". Para dicho autor, semejante concepcidn exige In coneordancia entre el hecho de que esté probade p y el hecho de que el juez haya tenido por probaco p (Jordt Ferrer Beltra 2000, p. 109.) Jordi Ferrer analiza los enunciados de la forma “Esté probado que p" en tériinos de enuunciacos de fa form “Tay elementos suficientes en favor de {Jesus Ovozoe Henrique 2003, pp. 45-63. Gj Ligh Ferraali 1095, p. 854, 168 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ-¥ JAVIER ORTIZ ‘oral federal mexicano vigente, y concentraremos nuestra ster: revisto en el articulo 6°, conforme con el cual las partes siempre deben ser ofdas, pues la libertad del juez no puede transformarse en un poder arbitrario, De hecho, la imparcialidad del proceso jurisdiccional depen- de de que se siga el principio general de oft a la otra parte.” ‘La imporiancia de la imparcialidad radica en que constituye una prescripcién no sélo para la direccién de todo el proceso Jjurisdiccional, en general, sino también un limite en el ejerci- cio de las facultades de instruccién del juez, que le proscribe “infringir tanto el derecho que las partes tienen para ofrecer y practicar ‘as pruebas que confirmen los fundamentos de hecho de sus pretensiones y excepciones 0 defensas... como las reglas «gue atribuyen alas partes el deber de probar tales fundamentos de derecho”.!” El Tribunal Electoral, a través de diversas ejecutorias, ha rea- lizado interpretaciones conforme con la Gonstitucién y aplica- ciones dircctas de la Constitucién ante omisiones legislativas, con el objeto de garantizar la tutela judicial efectiva y el dere- cho de defensa en juicio, incluido él derecho fundamental a la prueba Reiteradamente y dentro del marco constitucional, 1 Tribunal Electoral ha protegido y expandido los derechos fundamentales de carécter polftico-clectoral de los cindadanos, rechazando posiciones reduccionistas acerca de los derechos, fundamentales y, en su lugar, favoreciendo interpretaciones de las normas que potencien el alcance y disfrute de tales dere- chos. Parafraseando a Riccardo Guastini, es nuestra convic- cién que mientras las disposiciones constitucionales que con- fieren poderes a los drganos del Estado deben ser objeto de tuna inter retacién restrictiva, las disposiciones constituciona- ™ Vease Hampshire 2008, supra nota 87, p. 14 Ovalle Favela 2002, supra nota 86, p. 310 #Gfe, Riceardo Gusstini 2008, p, 121, 178 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIy Jes que consagran derechos fandamentales deben ser: una interpretacién extensiva, i) Asi, por ejemplo, aun cuando algunas leyes es preven en forma expiita la intervention en algun ao juicio 0 recurso de qulen tradicionalmente se he rontoe’? do tercero imteresado por tener un interés incompatible con ef del actor, el ‘Tribunal Flectoral ha considetado que se le debe dar Ja oportunidad de comparecer y alegar en juicio, as{ come Pa eons cacién directa de los articulos 14 y 17, en relacién con el 4, fraccién TM, y 116, fraccién IV, inciso b), de la Constitucién bear a Situacién similar se presentarfa en aquellos casos en que legalmente no se contemple en forma expresa que didatos, en su eli de condyuvantes, tiene derecho doen tar prucbas a la causa, {i) Asimismo, dicho érgano jurisdiccional ha establecido que las normas procesales, especialmente aquellas por las que se imponen cargas (ugr., tener por desahogado en tiempo alga Fequerimiento via fax), deben interpretarse de la forma que resulven més favorables para las comunidades indigenas, aten. diendo al caracter tuitivo o tutelar de los medios procesales en caminados a la protecci6n de los derechos politico-electorales del ciudadano y para garantizar a cales comunidades el acceso efeecivo aa jutisdiccién del Estado. Incluso, el Tuibutral Blecto- ral ha conferido legitimacién a cualquier eiudadano miembro de alguna comunidad indigena para promover algiin medio de impugnacién para controlar la reguiaridad de comnicios segrin Hay aqui, nos parece, una razén de carécter epistémico que es necesario hacer explicita en favor de la necesidad de una valoracién conjunta de las probanzas, particularmente cuando se trata de pruebas indiciarias. Un indicio, tomado por si solo, puede que no genere suficiente conviecién o no tenga suficien. te fuerza demostrativa, sino que ¢s necesario tener en cuenta, ‘en su caso, otros elementos probatorios existentes en autos con una fuerza convietiva independiente, v.g., las actitudes proce- sales de las partes a través de sus afirmaciones, las constancias del expediente o los bechos reconocidos, de manera que toma- dos conjuntamente puedan justificar un determinado enuncia- do probatorio. Ast, se ha reconocido, por cjemplo, en materia penal, como se desprende de una tesis aislada del Segundo ‘Tribunal Cole. Gascén Abellin 8, supra nota p. 46, "Did, pa. LA CONCEPCION GARANTISTA DELA PRUEBA 187 giado en Meterias Penal y Administrativa del Segundo Circuito Con el rubra: INDICIOS. CUANDO EXISTEN BASTANTES PARA ARRIBAR A LA CERTEZA, NO FS SU VALOR AISLADO EL QUE DEBE ATENDERSE, SINO EL QUE RESULTA DE SU CONCATE- NAMIENTO;® segtin la cual cuando existen bastantes indicios para arriba: a la “certeza", no es su valor aislado el que debe atenderse sino el que resulta de su. concatenamicato 0 enlace En el dmbito del derecho electors, la necesidad de tomar en. cuenta otros elementos probatorios existentes en autos cuando Jos indicios por sf mismos resulten insuficientes, se muestra en. diversos precedentes. Por ejemplo: i con ow or cuanto hace fos metos de convicin marcados co mimeo 8) eae ater ene cata pk tated cameo emo por pata yd uments privades, por lo que, aeniendo a ica nturleza, om Toh reconocido la dtrina jrdico proce contempors teen fmismes considerado afecen dela cre demestratva necsnria para aver los hechos que hacen conta vid de fs lida con que pueden ser ronfsctonados 6, neue, fnicadeso dstorsonados. ic De at que eartcal 82 fracién del Gdigo de Insvcio- ney Prcelnientos Electorals del Esta de Tabsen, exer Caren ie que meres, que ls documentalesprvadas ements gonn deleicaca probutorn lena rvando 2 jen del jngedor eos demas elementos que obren en expedient os heros SGemados in yerdad conocida ye recto racioio dela relation Gur gucen ene st, genern coovican sobre la veracidad de Ibe hechowafiriados i Consecuentinent, ete tipo de probasras debe acompatarse de algun exe nstrumente probaoro que, adiielado, ext bee tea respect de los hechow alegadon Fn caso contri, Ths praia de que se usta slo produce un age, suerte pac coma los exteinos que son pretendidos, i i robanzas, sin una ‘Una mera yaloracién singularizada de las p , sin valoracién conjunta adectada, puede conducir a una decsién Semana» Juliial de de Federaciin y su Cacea, tomo Ui, julio de 1995, mN, 2000. acim °F Vase a sentencia cada en el expedient SU? -f20-487/20007 lado, aprobada cl veininueve de diciembre de dos mi —£,, 188 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIZ menos aceptable racionalmente que aquella sustentada en tna adecuada valoracisn conjunta precedida de una apreciacién, uno a uno, de los medios probatorios. Ello implica que ung adecuada técnica ce motivacién puede constituir la diferenca entre una resolucién adecuadamente motivada y una resolts cin inmotivada o deficientemente motivada. En Ta glecutoria reeafda en el expediente SuP=}Ro-487/ 2000 y acumulados, en la que se declaré la nulidad de la ele ci6n de gobernador del Estado de Tabasco, la Sala Superior Gel Tribunal lectoral, a fin de establecer los alcances de los medios probatorios existentes en el expedicnte, procedié-a su anlisis en dos etapas sucesivas, en la primera de las cuales, lag probanzas s¢ analizaron en forma particular y, en la segunda, se llevs a cabo su valoracién de manera concatenada, admini. -culando entre silos contenidos de cada una d de relieve sus concordancias 0, en su caso, tablecer asi su mas exacto valor probatorio. La necesidad de valorar conjuntamente las probanzas, una vex realizada una valoracién singularizada, constituye una regia metodolégica que el Tribunal Electoral ha seguido. Asf se esta- blecié, por ejemplo, en la ejecutoria recaida en el expediente SUP-RC-221/2003, en la que se declar6 la nulidad de la elec. cién ordinaria de gobernador del Estado de Colima: fe ellas para poner discordancias y es. 1 andlisis 0 estudio de las violaciones o irregularidades que den Jugar a la causa especifica (de nulidad de Ia eleccién] bajo andl sis, debe ser de manera unitaria 0 integral, sin seccionar o frag. mentar los hechos a que se refieren, como reiteradamente lo ha sostenido este érgano jurisdiccional. Cabe sefialar que en la tltima ejecutoria citada, una de las vio- laciones o irregularidades sustanciales 0 graves, entre otras, co- ‘metidas en violacién a los principios constitucionales de toca eleccién democratica y que, a la postre, acarrearon Ia sancién anulatoria, fue la consistente en la detencidn de personas du- Fante la jornada electoral, sin que hubiera flagrancia y sin causa iustificada, en.casi la mitad de los municipios que integran esa entidad federativa, realizada por integrantes del cuerpo poli cial de investigaci6n por instrucciones del Procurador General LA CONCEPCION GARANTISTA DE LA PRUENA 189 i fima Ja anuencia del Gober. de Justicia de: Estado de Colima y bajo sdor del Exado, la cual Fue plenamente acreditada mediante la adminiculasion 0 concatenaci6n de diversos indicios Sat tea sae rn a a papain Mans Meee artiste cesta asec dichas corductas (detenciones injustificadas) las llevaron a cabo tert pa a enenigetn ta Ace elas rns Came nuencia det Gobernador del Estado, durante el dia de lajornada cr ya ce kmtaclon mpeg eerste on pecan ace PEeirepl peeebien et aorseeeniaen ay see ea asc rusenen colar ec a cues eu eee ee a cr cmiene ie ose ne on Nac La vec que se desprenden dela declaraciones unlaterales rendidas fos notation pablicos cuarto y cinco de Colima; c) Los ind dios derivados de ct tar en Jos acuses Been ieee tees era erst hte dona a ms ee ee aise al Procutador General eae os e) EL wo pea arcane ts eas esuntasbectaraciones del gobernador de Estado, respeeto de Ea ee Se ncn dacrmbost rte aa ee ade tx dos nous por eee de que aproximadammente a la diez treinta horas del dia scis Sic tt st Eases er com rata cao econ a en ee caland seine tc) een oie deny Sp ge tore pease a concer area pa Secs ce sen ope erate ieee ae eal eee ed deca canes Dror sates de ado con Neca pro pe weds put demote conten prom i wir oc ea peas uc ee ee eee gt es gots ee ee 190 J. PSUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIZ para gobernador en el Estado de Colima se hayan levado a cabo con la libertad que debe efectuarse el sulragio en laeleccién®® Lo anterior, en el entendido de que no se trata de una simple operacién mecénica de sumar o acumular indicios sino de un gjetcicio de adminiculacién, concatenacién 0 enlace de unas pruebas con otras, en ¢l que los diversos elementos convictivos deben guardar tn tipo de coherencia entre si, un “recto racio- cinio”, como la ley exige. Asi, por ejemplo, al confirmarse la nulidad decretada de Ta eleccién ordinaria del Ayuntamiento de Ciudad Juarez, Chihuahua, en el 2001, la Sala Superior del ‘Tribunal Electoral sostuvo. cl agravio en anzlisis deviene inoperante, ya que si bien le asiste Ja raz6n al impugnante en cuanto a que, tal como se estableci6, la autoridad responsable realizé-una indebida valoracién de las pro- bbanzas referidas, al otorgartes plena eficacia demostrativa, siendo que tinicamente tienen wn valor indiciario, esta Sale Superior estima, gue fos ctaos indicios, adniniculacdos con la manifestacién espontdnea del partido impugnante en la que reconoce que efectivamente se es: tuo tansmitiendo propaganda del Partido Aecién Nacional en 4a referida pantalla electr6nica en los tres dias previos ala jornae da electoral, tienen la suficiente fuerza convictiva para acreditar luna vielacién a fo dispuesto en el artfeulo 90, parrafo segundo; de la Ley Electoral del Estado de Chihuahua, en el entendido de que si el acervo probatorio restante tiene la suficiente eficacia probatoria para tener por acreditadas las irregularidades graves © violaciones sustanciales, generalizadas y determinants pira el resultado de Ia eleccidn, que la autoridad responsable «avo en consideracién para atribar a las conclusfones que le condujeron 2 emitir la resoluci6n ahora impugnada, ello seré motivo de and- lisis por esta Sala Superior en el considerando quinto de este fallo.” 8 Sentenciarecaida en el expediente SuP-jRC-221/2005, aprobada el vet Finueve de octubre de dos mil tes, Las eursvas son nuestra Sentencia recaida en el expediente SUP-JRC-196/2001, considerando cuarto, apartido VI, aprobada el ecko de octubre de dos mil tno, Las cur LA CONGEPCION GARANTISTA DELA PRUEBA 191 4,4, Sobre el cardcter determinante de las violaciones © irregularidades ‘Tal como se razon6, por ejemplo, en las ejecutorias recaidas a los expedientes SUP=JRC=221/2003 y SUP-JRC~488/2003,"" en lo concerniente al requisito relativo al cardcter deteriuinente de Ia irregularidad, no toda irregularidad 0 violacién (incluso, grave) de Is normativa electoral constituye, por s{ misma, una irregularidad invalidante, id est, acarrea una sanci6n anulatoria con respecco a la eleccién (o votacién) de que se trate, sino slo cuando haya sido plenamente acreditada y sea determinante para el resultado de la eleceién, Asi, por ejemplo, el hecho de que se ejerza violencia fisica por parte de alguna autoridad o de un particular sobre algunos electores, de tal manera que se afecte la libertad y el sccreto del voto, si bien configura una violacién, sin duda, grave, no constituye, por sf misma, la condicién suficiente para declarar la nulidad de la votacién recibida en casilla, a menos que seme- Jjante hecho sea determinante para el resultado de Ta votacién de dlicha cesilla, Lo peculiar del carcter determinante es que la irrogulari- dad o violacién afecte decisivamente la eleccién (0 votacién), fen particular, que se acredite plenamente que, de no haber ocurtido Izs violaciones o irregnlaridades de que se trate, el resultado ce la eleccién (0 votacién) hubiera favorecido aun partido po.itico distinto del que resulté triunfador en Ia elec- Gin (o, ensu caso, en la casilla), o que las irregularidades sean tales que generen una duda fundada (razonable) sobre el resul- tado electoral, En consecuencia, la violacién de los principios constituc nales fundamentales que sustentan toda eleccién democratica no implica necesariamente que se deben anular las elecciones, ya que pare adoptar semejante medida extraordinaria es nece- sario, ademés, que se encuentre plenamente demostrado que © Baas ejeentorias dieron hugara lates relevante de Ia Sala Superior cuyo rubro es: NULIDAD DE ELECCION. FACTORES CUALITATIVO ¥ CUANTVFATI. VO DEL CARACTER DETERMINANTY DE 1A VIOLACION 0 IRREGULARIDAD, IV Informe 2093-2004, México, Teibunal Electoral del Poder Judicial de ta Federacion, 2004, pp, 290-291. 192 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIZ lus violaciones afectaron sustancialiente la elecci6n, de tal max nera que resultaron determinantes para el resultado de la elec- cién. Lo anterior debe ser asf, ya que, por lo general, el eardcter determinante de la violacién supone necesariamente la concu- rrencia de dos elementos: Un factor eualitative y un factor euan- titative En el presente contexio normativo, el aspecio cualitativo atiende a la naturaleza, los caracteres, rasgos propiedades ppecuiares que reviste la violacion o irregularidad, lo cual con- duce a calificarla como grave, esto es, s€ esté en presencia de una violacidn sustancial, en la medida en que involucra la conculcacién de determinados principios o la vulneracién de ciertos valores fundamentales eonstitucionalmente previstos e indispensables para estimar que s¢ ést4 en presencia de una cleccién libre y auténtica de cardcter democrético (como se ria el caso de los principios de legalidad, certeza, objetividad, independencia ¢ imparcialidad en Ia funci6n estatal electoral, asf como el sufragio universal, libre, secreto, directo e igual, o bien, el principio de igualdad de tos ciudadanos en el acceso a los cargos pitlicos o el principio de equidad en las condiciones para la competencia electoral); por su parte, el aspecto cuanti- tativo atiende a cierta magnitud medible, exempli gma, tanto del ctimulo de irregularidades graves o violaciones sustancia- les (como seria su intensidad, frecuencia, peso o generalidad, entre otras caracteristicas), como del miimero cierto 0 caleula- ble racionalmente de los votos emitidos en forma irregular en Ja eleccién respectiva con motivo de tal violacién sustancial (ya sea mediante prueba directa o inditecta, como la indiciaria), a fin de establecer si esa irregularidad grave o violacién sus- tancial definié el resultado de la eleccin (votaci6n), teniendo como referencia la diferencia entre el primero y segundo lugar en la misma, de manera que, si la conclusion es afirmativa, se encuentra acreditado el cardcter determinante, y si, por el com trario, no es ast, no sera determinante para el resultado de la eleccién (votacién) en el caso especifico. Asf, pata establecer el caricter determinante de la irregula- ridad o violacién, deben tomarse en cuenta los siguientes ele- mento: LA CONCEPCION GARANTISTA DE LA PRUEBA 193 {) La naturaleza de fas irregularicades o violaciones en cuane to violen 0 conculquen los principios constitucionales funds. mentales y/o vulneren o trasgredan los valoxes que rigen toda eleccién democrética, las cuales, por tal motivo, se traducen en viotaciones sustanciales; ii) Ia magnitud, imero, intensidad, amplitud, generalidad, frecuencia, peso o recurrencia del ciimulo de las irregularida. des 0 violac‘ones; iii) de ser posible, el niitnero cierto 0 calculable racional mente de los votos emitidos en forma irregular en la eleccién respectiva, con motivo de tales violaciones sustanciales (ya sea mediante prueba directa o indirecta, como la indiciaria), y iv) la diferencia de votos entre el primero y segundo lugar en la contienda electoral y, en ocasiones, inchiso con respecto altercero. Acorde con lo que antecede, es posible distinguir las siguien- tes situaciones: a) Puede haber irtegularidades que, aunque generalizadas en el dmbite de la eleccién de que se trate, no acarreen, por si mismas, la sancién anulatoria, por no ser cualitativamente determinantes para el resultado de la eleccién, verbi gratia, el hecho de que el ¥0 por ciento de las casillas no se instalen a las 8:00 a.m., tal come lo exige la ley, sino unos cuantos minutos después, lo cual, si bien constituye una violacién del principio de legalidad electoral, no constituye, por si mismo, una irregu- laridad invalidante, a menos que se trastoquen otros principios y/o valores que, por la magnitud 0 mimero de las violaciones, afecten decisivamente los elementos sustanciales de la elecci6n, La raz6n primordial de lo anterior radica en que en el siste- ma de nulidsdes de los actos electorales sélo estan comprendi- das ciertas conductas, de las cuales se exige, ticita o expresa- mente, e invariablemente, que sean graves 0 sustanciales y, ala vez, que sear: determinantes. ) Una so'a violacién cometida en forma aislada, asi sea de cardcter grave, comanmente no acarrea, por si mistna, la nuli dad de la cleccién por no concutrir el elemento cuantitativo. 194 4, JusU's OROZCO HENRIQUEZ ¥ JAVIER ORTIZ Por ejemplo, la colocacién de un cartel con propaganda elec. toral en favor de un determinado partido politico, dos dias previos al de la jornada electoral, no necesariamente const, ‘uye una irregularidad invalidante, si es una violacién aislada que no afecta sustancialmente el resultado de la eleccién, a me. nos que en cl caso estén presentes otras circunstancias. Fsto es, violaciones graves en los que faite el elemento cuantitativo (por carecer, por ejemplo, de magnitud, méimero, intensidad o an. plitud suficiente, inter alia) al no traducirse en cierta cantidad de votos irregularmente emitidos, no constituyen violaciones 0 inregularidades invalidantes. En efecto, ha sido criterio reiterado de la Sala Superior del ‘Tribunal Electoral que el valor fundamental protegido con ta exigencia legal de que la irregularidad sea determinante para el resultado de la eleccién es privilegiar la expresin de la volun- tad popular en las urnas y el principio de conservacién de los actos puiblicos validamente celebrados, con el objeto de que no se haga nugatorio el ejercicio del derecho fundamental consti- tucional de los ciudacianos de vorar en las elecciones populares, ya que pretender que cualquier imperfecci6n o irregularidad de Ta normativa juridico-electoral diera lugar a fa sanci6n anu- latoria, con respecto a una eleccién, harfa nugatorio dicho de- recho politico-electoral y propiciaria la comisién de todo tipo de faltas a la ley dirigidas a impedir la participacién efcetiva del pueblo en la vida democratica, la integracién de la repre- sentaci6n nacional y el acceso de los ciuciadanos al ejercicio del poder puiblico.*? Por consiguiente, si se esta en presencia de una irregulari- dad leve 0 no grave, o bien, si la irregularidad, aun de cardcter grave, no es de la magnitud o amplitud suficiente para influir en el resultado electoral, no serd una irregularidad invalidante ¥, Por tanto, no sera susceptible de acarrear la nulidad de una eleccién (votacién), incluso sila diferencia entre los partidos es SI Sine de sustento @ Io anterior Ia tesis de jurisprodencta, publicedla en Jsvispradersia, Tess 1997-2002. Couptocisn oat, volumen jutisprudencia, ‘pp. 170-172, idemifcable bajo ef rubro: PRINCIPIO DE CONSERVACION DE. LO AGTOS POBLICOS VALIDAMENTE GELEBRADOS. SU APLICACION EN LA DETERMINACIONDE LA NULIDAD DE GIERTA VOTACION, COMPUIO 0 HLEC- cio, LA CONCEPCION GARANTISTA DELAPRUEBA 195 minima, zsf sea de un solo voto, toda vez que debe privilegiarse la expresion de la voluntad popular expresacta en tas unas. ) Existen, por otra parte, irregularidades invalidantes dado que constituyen violaciones sustanciales, en razén de que vio lan o conculcan principios y/o vulneran o trasgreden valores constitucionales fundamentales de toda eleccién democratica, yy ademss, por su cimulo, magnitud, nimero, intensidad, am- plitud, generalidad, frecuencia, peso o recurrencia, se trad: en en una cantidad cierta o calculable racionalmente de vo- tos irregtlares, por lo que si ésta es mayor que la diferencia existente, por ejemplo, entre el primero y segundo lugar en la eleccida (votaci6n) respectiva, cabe concluir 0 establecer la probabilidad seria, fundada o razonable de que se alects sus- tancialmente o decisivamente al propio resultado electoral, en cuyo caso las irregularidades graves o violaciones sustanciales correspondientes deben estimarse determinantes para cl resut tado de la eleccién (tanto desde un punto de vista cualitativo como cuantitativo) y, por tanto, acarrean la sancién de mulidad de Ia elecciGn respectiva. Bs importante destacar que, en el dmbito del sistema de nu- lidades er. materia electoral, el cumplimniento de las cargas pro- cesales y, en particular, de las cargas probatorias por parte del actor, no implica en modo alguno que el demandante esté obli- gado a probar hechos “materiaimente imposibles” de acreditar, (oda vez que ello serfa incompatible con una concepcién ga- rantista de Ja prueba, habida cuenta que semejante exigencia no sdlo Ic colocaria en estado de indefensi6n, en violacién de Ja denominada garantia de audiencia prevista en el articulo 14 constitucional y su derecho a la (utela judicial efectiva sino que, como lo sostuvo fa Sala Superior, dada Ja exigencia de raciona- lidad det derecho, el deber implica poder y, por consiguien- te, el derecho probatorio en materia electoral no podria exigit la demostracién de hechos imposibles, en tanto que existe un derecho fndamental constitucional a la prueba, que se mani- fiesta, ent-e otros aspectos, que cualquiera de las partes puede oftecer o aportar medios probatorios atinentes a los hechos controver idos, inchuida la prucha indiciaria,®? "Vease “a sentencia del expediénte SUP-JRC-B12/2004 y suP-JRC- 196 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ ¥ JAVIER ORTIZ 4.5. La metodologia demostrativa empleada por la autoridad, responsable en la imposicién de una sancién pecuniaria a un partido politico nacional El Tribunal Electoral conocié y resolvié un recurso de apela- cién,® promovido por un partido politico nacional, el Partido Revolucionario Institucional, mediante el cual se confirm6 la multa de mil millones de pesos impuesta a dicho institute po- litico por el Consejo General det Instituto Federal Electoral, maxima autoridad electoral federal administrativa en México, EL partido politico entonces apelante sostuvo, esencialmen- te, en su escrito inicial de demanda, que la autoridad cot derada responsable habia tenido por acreditados los hechos controvertidos del caso mediante metas conjeturas, sospechas ‘0 suposiciones. Contrariamente lo alegado por el partido actor, el Tribunal Electoral sostuvo que no era el caso de que en la resoluci6n re. clamada se hubiese tenido por probaca una serie de hechos, de los que se extrajeron presunciones, para luego legar, mediante un silogismo, al hecho relativo que motiv6 la sancién. Se estimé que el partido politico apelante parti de la premi- sa falsa de que la autoridad responsable elaboré un silogismo para arribar a la conclusion de que la cantidad de quinientos millones de pesos provenientes de un sindicato, que fue co- brada por seis personas distintas (cinco de las cuales tenfan una relacién de trabajo con el partido sancionado) a través de multiples extracciones en efectivo de una cuenta bancaria mediante parejas integradas en forma variable entre aquélas, efectivamente ingresé al patrimonio del Partido Revoluciona- rio Institucional. Lo cierto es que el razonamiento de la responsable para lle- gara semejante conclusién no se redujo a un simple silogismo, como aducfa el partido apelante, sino que, haciendo una ade cuada reconstruceién, asf sea informal, del mismo, estaba cons- titido por una sélida argumentacién que ciertamente incluye 4529/2004 ACUMULADOS, aprobada el einta de diciembee de dos mil ee 5 Vease la sentencia de expedente SvP-RAP-018/2008,aprobadael rece demayo de dos mil res. LA CONGEPGION GARANTISTA DE LA PRUEBA 197 la prueba presuncional (un medio probatorio legalmente pre- visto en materia electoral), habiendo partido de determinados “hechos duros", es decir, hechos conocidos, claros ¢ indubita- bles. Esto es el razonamienio de la autoridad responsable consti- tuy6 una argumentaci6n que incluia la utilizaeién de pruebas indirectas, como la prueba presuncional o indiciaria, debida- mente ad:niniculadas con otras probanzas directas que acredi- taban hechos incontrovertibles. Gomno se anticipé, la prueba presuncional es un medio pro- batorio p-evisto en el parrafo 1 del articulo 271 del Cédigo Fe- deral de Instituciones y Procedimientos Electorales, asi como en el parvafo I del articulo 14 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnacién en Materia Electoral La regulacién expresa de la prucba presuncional en el siste- ma probstorio electoral mexicano muestra que el legislador Ja comsiderd necesaria dada Ia clase de acciones 0 conduc- tas deénticamente calificadas (prohibidas, obligatorias, permi- tidas) que s6lo pueden ser tenidas por acreditadas juridicamen- te mediante la prueba indirecta. En efe-to, tal como se establecié en la ejecutoria recafda en los expedientes suP-RaP-030/2001 y SUP-RAP-032/2001 acumulados, resuelta por unanimidad el ocho de junio de dos mil uno for el Tribunal Electoral, si bien las prucbas directas, por lo general, pueden resultar mas seguras que la Hamada prueba indiciaria, presuncional o indirecta, no menos cierto es que “en muchas ocasiones, especialmente cuando se trata de acreditar un ilicito de cualquier clase, no siempre es posible contar con pruebas directas, por mas esfuerzo que realice la autoridad encargada de conseguirlas y offecerlas al procedi- miento respectivo. En estas condiciones, prescindir de las pre: sunciones podria conducir, en ocasiones, a la impunidad de ciertos ilfitos, lo que provocaria una grave indefensién social” Asimismo, cabe destacar la tesis relevante aprobada por la Sala Superior del Tribunal Electoral cuyo rubto es: PRUFBAS INDIREGTAS. SON IDONEAS PARA ACREDITAR ACTIVIDADES ILICITAS REALIZADAS POR LOS PARTIDOS POL{TICOS," en “IV Infor de labors 2003-2004, op. et, supra nota 60, pp. 297-299 198 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ ¥ JAVIER ORTIZ conformidad con la cual el medio més idéneo que se cuenta para acreditar las actividades ilicitas que en un momento dado ‘cometa un partido politico es mediante la prueba indirecta, al teatarse de medios con los cuales se prueban “hechos se- ‘cundarios” que pueden llegarse a conocer, al no formar parte, aunque sf estén relacionados, de los “hechos principales” que configuran el enunciado del hecho ilicito, respecto de los cua les hay una actividad consciente de ocultarlos ¢ impedir que puedan llegarse a conocer. Por tal razén, ¢s perfectamente posible, en ¢l marco del de- recho electoral, que cicrta conducta irregular susceptible de ser sancionada, por asf establecerlo una norma de orden pibli- co, como en el caso concreto bajo estudio, pueda acreditarse mediante fa prueba presuncional, maxime que, como se ade- Jant6, este tipo de medios convictivos se encuentra reconocido y aceptado en la normativa electoral vigente. Asimnismo, debe tenerse en cuenta (como lo sefialé la auto- ridad responsable en su informe circunstanciado de ley) que Ja prueba directa arroja un grado de certeza distinto del que arroja la prueba indicecta, pero ello no implica que no pueda generar suficiente conviccién en el juzgador, en términos de Jo dispuesto en el parrafo 3 del articulo 16 de la invocada Ley General del Sistema de Medios de Impugnacién en Materia Hlectoral Soslayar este hecho implicaria desconocer los diferentes ti pos de razonamientos correctos que para determinar los he- chos def caso realizan los juzgadores y explican la doctrina cientifica més reconocida. Asf, sein Taruffo, puede ser aceptable, desde el punto de vvista racional, la hipdtesis confirmada por distintas pruebas in- directas comvergentes y puede ser inaceptable la hipétesis res- paldada por una sola prueba (asi sea directa) de eredibiidad diudosa.”* ‘Taruffo sostiene que seria irracional considerar inaceptable tuna hip6tesis que tenga un elevado grado de confirmacién © certeza sobre la base de distintas pruebas convergentes, Asimis- mo, seria irracional considerar aceptable una hipétesis con un * Taruffo 2002, p. 296, LA CONCEPCION GARANTISTA DELAPRUEBA 199 grado de confirmacién o certeza bajo, a la luz de las probanzas disponibles En el caso concreto en andlisis, los medios probatorios exis- tentes en ei expediente no sélo eran suficientes para dlesvirtuar Ja presune:én de inocencia en favor del partido politico ape- Jante, sino también para derrotar la hipétesis alternativa que manejaba el partido politico apelante Efectivanente, en un primer momento, la responsable cons taté, mediante la adminculacién de pruebas documentales, la verdad de los enunciados relativos a la realizacién de diversos hechos. A partir de la demostracién de los hechos seftalados, la au- toridad responsable formulé dos hipétesis: la primera, consis- (ente en que un determinado grupo de personas retir6 Ja can- itidad de quinientos millones de pesos provenicnte del Sindi ‘cato dle Trabajadores Petroleros de la Repiiblica Mexicana; la segunda, que dicha cantidad ingres6 al patrimonio del Partido Revolucionario Institucional a través del grupo de seis perso- nas mencionado. Para demostrar la verdad de los enunciados que formaron la primera hipétesis, la autoridad tomé como base los datos arrojados 2or las documentales examinadas en la resolucién apelada, Para demostrar la yerdad de los enunciados que integraban Ja segunda hipétesis (relativa a que Ta cantidad de quinientos pesos ingresé al pattimonio del citado partido politico) la res- Ponsable sguié una metodologia demostrativa distinta, habida ‘cuenta que el simple silogisimo que aducfa el partido actor en su agravio, no era apto pata comprobar la segunda de las hi- potesis mencionadas. Asi, la cutoridad responsable realiz6, a partir de distintas pruebas concurrentes, una serie de inferencias légicas correc- tas que, ccntrariamente a lo sostenido por el partido politico apelante, no, por dejar de tener un caracter deductivo resulta ban menos correctas. Ello es asi, toda vez que la totalidad de los hechos y circunstancias examinados y puestos de relieve por la responsable confluyeron en wn mismo punto: Ia demostracién del ingreso de la cantidad de quinientos millones de pesos al patrimonio del Partido Revolucionario Institucional, cuya falta 200 4. JESUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIZ de reporte ante la autoridad administrativa constituyé la base de la sancién impuesta, Cabe sefialar que la hipétesis clegida se examiné a la luz de las perspectivas temporal, espacial, material y personal, sin que se encontrara evidencia alguna que refutara la citada hipstesis, Al contrario, lejos de ello, los diversos hechos, elementos y cir. cunstancias que tomé en cuenta la responsable encajaban entre sf formando un todo coherente, sin la presencia de elementos accidentales que escaparan 2 un patrén explicativo que busca. tba hacer inteligible una serie de comportamientos, tal como lo sefiala Neil MacCormick.® Asimismo, es importante destacar que, conforme con las re- las de la logica, la sana critica y las maximas dle la experiencia, el Tribunal Electoral llegé a Ia conclusién de que la hipétesis corroborada en la que se basaba la resolucién reclamada tenia mayor grado de aceptabilidad, frente a la hipétesis alternativa propuesta por el partido politico apelante, tal como se detalla ena ejecutoria respectiva. Ello es ast, fundamentalmente, toda vex que la Hamada hipétesis alternativa (suponiendo que fue- se viable del todo), en ef mejor de los casos, tenia un grado de confirmacién mucho menor que la hipdtesis avanzada por Ja responsable, ya que resultaba mis crefble que un grupo en ‘al que cinco de sus integrantes tenian una relacién de trabajo demostracla con el partido actor hubiera actuado en favor de! partido politico y no en favor de una asociacién civil respecto de la cual sélo dos de los seis integrantes del grupo tenjan una. relaci6n de trabajo o de simple colaboracién y obedecfan a un irectivo de rango no superior en esa asociacisn, 5. La coherencia narrative Como acabamos de indicar, el criterio de coherencia normati- va puede constituir un elemento, entre otros, para determinar cual de dos hipétesis rivales tiene un mayor grado de acep- tabilidad racional.'” Como se sabe, la nocién de “coherencia 8 Véase Neil MacCormick 1984, pp. 247-249. © Taruffo ha criticado la tendencia a sostener Ia “coherencia dle una ne raci6n fietiea, ala haz de Tesquemas habinuales de comportamiento o por jrquetipos de ‘amas’ consolidades en la euloarn media", ya que hace de la LA CONCEPCION GARANTISTA DELAPRUEBA 201 narrativa” fue forjada por el iusfilésofo Neil MacCormick.®* EL ‘Tribunal Electoral del Poder judicial ce la Federacién ha reco- nocido su importancia en la valoracién probatoria. Asf, como se anticip6, al confirmar Ia multa de mil millones de pesos al Partido Revolucionario Institucional, impuesta por et Consejo General dal Instituto Federal Electoral, la Sala Superior det ‘Tribunal Flectoral estimé que la autoridad responsable habia procedido con apego a derecho al considerar que a hipéte- sis inicial tenfa un mayor grado de aceptacién que la hipstesis| ‘opuesta, por lo que los hechos del caso estaban probados, entre otras razones, porque guarciaban coherencia. Naturalnente, la eleccién de la mejor decisién sobre los he- chos controvertidos del caso debe estar guiada por otros erite- rios raciorales. Asi, por ejemplo, en cuanto a la narracién de los hechos, resultan relevantes no s6lo ta “coherencia® (en el sentido de ausencia de contradiccién), sino también la “com gruencia” fen el sentido de compatibilidad con las hipstesis ya probadas). En general, la eleccién de la mejor hipétesis supone um procedimiento continuo de revisién de las hipétesis formu- ladas, asi como una argumentacién dialéctica que involucra confrontar y aquilatar las diversas hipétesis en juego.” ‘dems del caso referido anteriormente, en un voto parti- cular relativo a la ejecutoria recafda al expediente SuP-JRC~ 897/'2003, cuncesuicute 4 la cleccidin del ayuntamiento en el municipio de Granados, Estado de Sonora, los magistrados di- sidentes irvocaron expresamente la exigencia racional de que los diverscs elementos probatorios encajen entre si en un todo coherente: petsuasién ror sf misma un eriteriovilido para la eleccién de la “historia” que conformard In base de Ja decision judicial sobre los hechos, no obstante {que tna historia puede ter persuasiva por corresponder con ceterminado esquema, pao completamente falsa. Bs necesari, pues, distinguir entre a persuasion y la veraeidad de la narracion de un hecho. Taruffo afade: “is nnarraeién de los hecos que ee elija como referente principal parala decisién Judicial debe ser no solo persuasiva, sino sobre todo fundada en ls pruchas ¥y dotada de ana base adecuada de veracidac!. (Taruffo 2003, nypra nots 18, p. 183.) © MacCornick 1984, supra nota 6, pp, 245-248, © Taruffo 2003, supra nota 18, p. 187 202 J, JESUS OROZCO HENRIQUEZ V JAVIER ORTIZ 1a inferencia probatoria que se ha hecho a lo largo de este voto particular resulta slida, en virtud de que se ha ajustad a leg siguientes criterios de racionzlidad: a) Los indicios de que he partido estén plenaimente acreditados (hechos referides en les apartados I y 2, supra); b) coneurre en el caso una pluralidad se Indicios:€) os indicios son relevantes al hecho probado, consis. tente en que en caso exists un error no invalidante sin rela in con el eémputo de los votes; d) los elementos convictives sobre los hechos del caso guardan armonia o concordarica entre sf (coherencia narrative} el enlace entre ls indicios y el hecha acreditadlo es conforme con las reglas de la lgieay las mixienag de ta experiencia la conclusién de la inferencia probavoria es ‘wofvoca, ya que permite arribar a un conclusién referida al hecho probaco y no a eitos hechos conjuntamente; g) se han eliminade esis o explicaciones alternativas, pues no hay elementos con Victivos en el expediente en favor de que se enga por acreditads 4a causa de nulidad por error en el eémputo, yh) no existen com traindicios que refuten la conclusion de la inferencia presuntva, sto €s, que el error no invalidante tuo su origen ef no haber anotado Ia palabra “\ot6" en la lista nominal correspondiente, €” todos y cada uno de tos casos en que el votante deposits si voto 6. Blius puniendi y et derecho electoral Si hiew Ia prueba indiciaria o p:uebu circunstancial puede ser idonea y eficaz para Ia acteditacién de la comisién de ilicitos clectorales, particularmente en el procedimiento administrat Xo sancionador cuya sustanciacién y resolucién esté encomen. dada al Instituto Federal Electoral, toda vez que, dada la natu. valeza de las violaciones o faltas cometidas, resulta dificil di Poner de pruchas directas, aun cuando dicho procedimiento esté guiado por el principio inquisitivo, es el caso que el Tri bunal Electoral, conforme con una concepcidn garantista del derecho, en general, y una concepeién garantista de la prue- ba, en particular, ha establecido que mutatis wutarlé impera el Principio general del derecho que se resume en el aforismo me i ve voto patel respect de sntenci rea a el expediente sur -386-857/308, probe once de seplemie de dos a eee LA CONCEPCION GARANTISTA DE LA PRUERA 203, latino mellun crimen, nulla poena sine lege praevia, stricta et scrip fa, que constituye una proyeccién especifica ciel de legalidad, reserva de ley 0 exigencia de ley habilitante, ¢ implica: a) La necesidad de que toda conducta que se repute come falta debe estar prevista en una ley, en ef entendido de que watindose de infracciones edministrativo-electorales se colma dicho impera- tivo con una cobertura legal suficiente y, en este sentido, basta con que, por principio, se prevea en una ley en sentido formal y material y pueda ser precisada en una ley en sentido mate- ial, respetanio el mticlco basico; b) La ley en que se dispon- ga el presupuesto de la sancién, la conducta ilieita o falta, asi como la correlativa sancién, necesariamente debe ser escrita y anterior a la comisién del hecho, 2 fin de que sus destinatarios inmediatos ecnozcan con precision cusiles son las conductas or- denadas y las prohibidas, asf como las consecuencias juridicas de su inobservancia, y ¢) las normas juridicas en que se prevea una falta electoral y st sanci6n s6lo admiten una interpretacion yaplicacién exacta y estricta (odiosa sunt estringenda), ya que el ejercicio del ius puniendi debe actuatizarse s6lo en aquellos ca- sos en los que exista coincidencia plena entre los elementos del supuesto juridico y el hecho; es decir, que la conducta debe en- cuadrar én el tipo en forma precisa para que se pueda aplicat la consecuencia jurfdica.”! Por consigsiente. dehen obrar en el expediente elementos demostrativos suficientes que destruyan la presuncién de ino- cencia, principio que no responde a un interés cognoscitivo © teérico sino a uno de cardcter préctico, ya que tiene como finalidad primordial evitar la condena de inocentes, para lo cual se astime el riesgo de no condenar a los responsables, que se estima menos fesivo que lo primero.”= EI principio de presuincién de inocencia constituye un de- recho fundamental y es rector tanto dei procedimiento penal como del procedimiento administrativo sancionador y sdlo se destruye cuando un tribunal establecido en la ley 0 una autori- dad administrativa, también prevista legalmente, en un proce: dimiento segrido en forma de juicio declare la responsabilidad Aatae evablecis, ug. en la ejecutora recafda en el expedicnte SUP=KAP~ 41/2002, aprobasa el veintiocho de marza de 2008, "Manuel Atienza 2001, suze nots 10, p. 32. 204 J. JESUS OROZCO HENRIQUE? ¥ JAVIER ORTIZ deta persons, tras un procedimiento realizado con todas lag farantias penales 0 procesales y en el que se hayan aportade Pruchas siiclentés decargo.™ nn Pom En la ejecutoria recaida en el expediente SUP-RAP-116/ 2003, mediante la cual la Sala Superior revocé la resolucién emitida por el Consejo General del Instituto Federal Plectoral, en Jo concerniente a la sancién impuesta a un partido polk tico nacional, derivada de la denuncia de hechos presentada por otro partido politico (la falta. atribuida al partido denun- ciado consistié en haber retirado propaganda de otco partido, colocada en la azotea de un inmueble, y en su lugar colocar propaganda en favor del partido denunciado), se estimé, en esencia, que los elementos probatorios existentes en el expe- dicate no resultaron suficientes para destruir la presuncién de inocencia con que cuenta el partido denunciado, dado el esca- so valor probatorio de dichas pruebas, que se tradujo, alo mds, en conjeturas y sospechas, en modo alguno eficaces para “te- ner por acreditados los hechos objeto de la denuncia y, mucho menos, la responsabilidad del partido recurrente”. En particu- lar, se traté de la evaluacién de la credibilidad de un testimo- nio, cuyo valor probatorio se encontraba altamente demerita- do, en virtud de que las declaraciones de tres testigos “carecen cen absoluto de la razén de su dicho y de las circunstancias particulares y especificas de los hechos denunciados”. La *ra- 26n del dicho” se reficre a las explicaciones de lugar, tiempo y modo como ocurtié el hecho, asf como las de lugar, tiempo y modo como el testigo tuvo conocimiento de él, en summa, las ra zones que justifican el testimonio, sin las cuales éste no puede ser eficaz, En lo concerniente a las declaraciones de dos de los testigos, la Sala Superior establecié: Al carecer de razén de su dicho, las declaraciones antes analizar das no pueden ser valoradas como si se tratase de manifestacio- nes rendidas con las formalidades minimas cxigidas legal y re- glamentariamente, contando asi en el mejor de los easos, con itn valor probatorio minimo o levisinno, puesto que de los dichos de tales personas no se puede derivar civcunstaneia conereta alguna ™ Gj, Daniel E, Maljar 2004, p. 138, LA CONCEPCION GARANTISTA DELAPRUEBA 205 de modo, tierapo y ingar que por sus coincidencias o divergencias permitan comprobar Ia existencia del hecho canttovertido,* En lo concerniente al procedimiento administrativo sanciona- dor, en conformidad con una concepcién garantista, la Sala Superior del Tribunal Electoral ha establecido las tesis jurisprus denciales identiticables bajo los rubros:” PROCEDIMIENTO AD- MINISTRATIVO SANCIONADOR ELECTORAL. DEBE REALIZAR- SE CONFORME A LOS GRITERIOS DE MDONEIDAD, NECESIDAD Y PROPORCIONALIDA, ASf COMO PROGEDIMIENTO ADMIINIS- TRATIVO SANCIONADOR ELECTORAL. DEBEN PRIVILEGIAR- SE LAS DILIGENCIAS QUE NO AFECTEN A LOS GOBERNADOS Con arveglo ala primera tesis jurisprudencial, as disposiciones previstas en los articulos 14y 16 de la Constitucién federal, ceuya finalidad es salvaguardar a los gobernados de los actos arbitrarios de molestia y privacién de cualquier autoridad, po nen de relieve el principio de prohibicién de excesos 0 abusos en el gjercicio de facultades discrecionales, como en el caso de la fiscalizacién del origen, monto y destino de Jos recursos de 19s partidos politicos. Este principio genera determinados criterios basicos que deben ser observados por la autoridad administrativa 2n las diligencias encaminadas a la obtencién de tlementos probatorios, relativos a su idoneidad, necesidad y proporcionalidad, En conformidad con la segunda tesis ju- isprudencial -vinculada estrechamente con la primera~, las facultades del secretario técnico de la Comisién de Fiscaliza- ci6n de los Recursos de los Partidos y Agrupaciones Politicas para investigary allegarse de oficio elementos probatorios en Jos procedimieatos administrativos sancionadores de su com: petencia, se encuentran imitadas por los derechos fundamen- tales establecidos en los invocados articulos 14 y 16 constitu- cionales, que garantizan, inter aia, la libertad, dignidad, priva- cidad del indiv duo en sn persona, derechos y posesiones; de- + Veaseejecutoriarecaida en el expediente SUP-RAP-116/2008, aprobada l yeintidds de ene-o de dos mil cuatro. 15 jursprudenciay Tests Relewantes 1997-2000, op. cit, supra nota 61, pp. 174 176: Cate destacar que el loading case que dio origen a estas tess jurispear denciates Fue la ejeentoria del reeurvo de apelacién identifcado con la clave ‘SuP-RA?-050/2001, aprobacia el sete de mayo de dos mil dos. 206 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIZ rechos que deben ser respetados por toda autoridad a las que, por imperativo constitucional, se les exige fundar y motivar Jas determinaciones en Jas que se requiera causar una moles- tia a los gobernados, ya que la restriccién eventual permitida de los derechos fundamentales constitucionales debe set la ex- cepcién, por lo que debe haber una justificacién adecuada, En tal virtud, se deben privilegiar y agotar las diligencias en las cuales no sea necesario afectar a los gobernados sino acudir, primeramente, a los datos que legalmente pudieran recabarse de la autoridad, o, sies indispensable afectarios, que sea con la minima molestia posible Asimismo, la Sala Superior ha establecido el criterio juris- prudencial, identificable bajo el rubro: PROCEDIMIENTO AD- MINISTRATIVO SANGIONADOR RELACIONADO GON LA FIS- CALIZACION DE LOS RECURSOS DE LOS PARTIDOS POL{T! COS. NORMAS GENERALES PARA LA ACTIVIDAD INVESTIGA- DORA,” segiin el cual la investigacién que debe realizar el secretario técnico de la Comisin de Fiscalizacién de los Re- cursos de los Partidos y Agrupaciones Politicas en los procedi- micntos administrativos sancionadores electorales que le com- pete instruiz, debe dirigirse, en primer lugar, a corroborar los indicios que se desprendan (por leves que scan) de los elemen- tos probatorios aportados por el denunciante, allegéndose las pruebas idéneas y necesarias para verificarlos o desvanecerlos y establecer si la versi6n planteacla en la queja se encuentra ‘© no suficientemente sustentada para considerar probables los hechos de que se trate. Le, el campo dentro del cual la au: toridad puede moverse inicialmente en la investigaci6n de los hhechos tendra que tomar como base los indicios que surjan de Jos elementos aportados y ast podré acudir a los medios con- centradores de datos a que pueda acceder legalmente, con el propésito de dicha verificacién, asi como para corroborar la cexistencia de personas y cosas relacionadas con la denuncia, tendentes a su localizacién, como pueden ser, los registros 0 archivos piblicos que por disposicidn de la ley estén accesibles al publico en general. % jurispnvcia y Tas Relovontes 1997-200, op. cit, sipra nota 61, pp. 177~ 719: Nuevamente, el buing cae de ln citada teisjuriaprudencial fe la sen lena recaida en ol expediente Su-RAP-050/2001, LA CONCEPCION GARANTISTA DE LA PRUEBA 207 En caso de que el resultado de estas primeras investigacio- nies no arroje la verificacién de hecho alguno, ni avance algo en ese sentido, o bien obtengan elementos que desvanezcan 0 destruyan los principios de prueba que aporté el denunciante, sin generar nuevos indicios relacionados con la materia de la queja, se justificard plenamente que la autoridad adininist vano insirumente mas diligencias encaminadas a generar otros principios de prueba, en relacién con 50s u otros hechos, pues fa base de su actuacién radica precisamente en la existencia de indicios dérivados de los elementos probatorios inicialmente aportados y de la existencia de las personas y cosas relaciona- das con étos, En cambio, si se fortalece la prueba inicial de ciertos hechos denunciados ~segtin la aludida tesis jurisprudencial—, In autoridad tendré que sopesar el posible vinculo de inmediater centte Ios indicios iniciales y los nuevos que resulten, de mancra aque sise produce entre ellos un nexo directo, inmediato y natu ral, se denotan que la averiguacién transita por camino solido y que la linea de investigacién se ha extendido, con posibilidades de reconstruir la cadena féctica denunciads, por Jo eval, a partir de Jos nuevos extremos, se pueden decretar otras diligencias en la indagatoria tendicntes a descubrir mas eslabones inmediatos, silos ty y puedan existir elementos para comprobarlos, con lo ‘cual sedaré pauta ala continuacién de la investigacién, hasta que yamo se encuentren datos vinculados con los datos de la linea de investigacién iniciada.”” Justamente, en la ejecutoria del recurso de apelacién identifica do con Ia clave SUP-RAP-098/2000 y acumulados, la Sala Su- perior estableci6 que la autoridad sefalada como responsable (el Consejo General del Instituto Federal Electoral), al desa- rrollar la investigacién correspondiente, lo hizo con sujecin a los Tineamientos generales precisados en la diversa ejecutoria del recurso de apelacién identificado con la clave SUP-RAP- 050/200 (el leading case de tas tesisjurisprudenciales acabaclas de examinar). En la citada ejecutoria la Sala Superior resolvi6 que, de acuerdo con el procedimiento administrative sancio- nador electoral del que derivé Ia resolucién impugnada, los ” Jeuispraucnciay Tess Relesants 1997-2600, op. ct, supra nota 61, p. 18. 208 J. JESUS OROZCO HENRIQUEZ Y JAVIER ORTIZ, partidos politicos Accién Nacional y Verde Ecotogista de Mé- xico que integraron Ia coalicién denominada “Alianza por el Cambio” fueron responsables del flicito, calificado como una “infraccién administrativa grave”, consistente en la implemen tacién de un sistema de financkamiento que se desarrollé de ‘manera informal, independiente y paralelo al sistema legal de financiamiento y fiscalizacién de los partidos que establece la Constitucién federal y la ley reglamentaria electoral, en suma, un sistema de financiamiento paralelo que violenté los prin- cipios y valores que rigen el sistema de financiacién y fiscali zacion de los recursos de los partidos politicos previsto en la normativa electoral, determinando incrementar el manto de la sancién econémica impuesta por el citado Consejo General. ‘Como lo establecié Ia Sala Superior: En conclusién, queda demostrada la existencia, creacién, utl- zaci6n y aprovechamiento de um sistema de financiamiento uni forme, sistemético, integral y articulado entre si, cuya finalidad rincipal y homogénea consists en la captacidn de veeursos pro- Seve edn penoas fice y rae, desde aa promocién de la figura de Vicente Fox Quesada para acceder a Ja presidencia de la Repaiblica en el proceso clectoral de dos mil, cl cual se desarrollé de manera paralela al régimen de financiae ‘miento y fiscalzacién del origen y destin de los recursos de lox partidos pottico™ 7. Comsideraciones conclusivas Primera. Bajo un Estado constitucional democratico de dere- cho, el principio de estricia legatidad (frente al de legalidad for- mal o de mera legalidad),” el derecho fundamental constitu. ional de defensa (incluido el derecho a la prueba), asi como " Véasesenencla recafda en el expedient idndfendo con fa lave SUP= Ap~098/ 2008 y acuituLanos. 7 Sein la conocida dstncin trazada poe Ferrjo Sie principio de l= salad form ode mera legalidad se reduce a una norina de recondeimienta dela existenca de las morta, el principio de esrietalealidad ode legalidad sustancialsstene quel ley esta constresia a vincules "ya no solo forties sino sustancialesimpaeion pr los prinsipiosy derechos fondamentales con. tenidos en las constieiones” (Feral 199, p60). LA CONCEPCION GARANTISTA DELA PRUEBA 209 el deber constitucional de motivar las sentencias, implican que los podares probatorios del juzgador, asi sea un juez constitu. ional, no pueden devenir en un poder arbitrario o en una discrecionalidad libérrima sino que estén constreiiidos. En purticular, el derecho fundamental a la prueba se tradu- ce en que el juzgador admita las pruebas pertinentes que las Partes aporten u offezcan, que los medios probatorios se prac- iquen y que éstos sean valorados o apreciados razonadamente conforme a derecho, Segunda, El juez tiene el deber constitucional ineludible de motivar sicmpre sus sentencias, EI deber de motivacién cons. tituye la mejor garantia contra una eventual arbitrariedad del organo, ‘De caraa la sociedad, los juzgadores tienen una gran respon- sabilidad social derivada de un deber constieucional, consisten- te en motivar, es deci, justificar correctamente las sentencias, haciendo explicitas puntualmente las razones que justifican las decisiones, tanto en el plano normativo como en el plano fic- tico. Tercera. Como hemos intentado mostrar, el Tribunal Electo- ral del Poder Judicial de la Federacién ha procurado, y procu- ra, usar una técnica analitica de motivacién de sus sentencias (frente a una simple técnica narrativa), conforme con ta cual la valoracidn conjunta de los indicios va precedida de una valo- raci6n sngularizada de los mismos. Guarta, Si bien se han registrado importantes avances te6ri- os, existen atin problemas epistemologicos que requieren ser objeto de una mayor reflexién por parte de Jos juristas tedricos ¥ de los jueces clectorales, como los relatives a los llamados “hechos definidos valorativamente” (frente a los “hechos defi- nidos descriptivamente”),® en los que Ia identificacién de los, Supuestos Ficticos condicionantes de consecuencias juridicas se hace, por lo menos en parte, en términos valorativos, ug., el concesto de caricter determinants de una violacién o irregu- laridad para el resultado electoral. Sobre el particular, si bien existen varios precedentes del Tribunal Electoral que han avan- zado y hecho explicitos ciertos criterios, es menester consolidar '" Véase Ferrer Beltrin, op it, supra nota 1,9. 55, 210 J. Justis OROZCO HENRIQUEZ V JAVIER ORTIZ una més clara doctrina judicial en aras de una mayor seguridad _juridica de los justiciables. Quinta, E Tribunal Electoral, conforme con una concepeién garantista del derecho, en general, y una concepeién garantista de Ja prueba, en particular, ha establecido que en el procedi- miento administrative sancionador electoral, mutatis mutant jimpera el principio general del derecho resumido en el aforis- ino latino nullum erimen, milla poena sine lege praevia, stricta et seripta, que constituye una concrecién del principio de legali- dad, BIBLIOGRAFIA Alcalé-Zamora y Castillo, Niceto, 1971, Process, auteeonpusicicny auto Agfensa, 2a, e., Universidad Nacional Auténora ce México, Méxi- £0, no. 389, Aticnza, Manuel, 2001, *Sobre la argumentacién en materia de he ‘chos. 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