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Traduocién de Epuanoo Text COMI AOL. TEORIA, POLITICA E HISTORIA Un debate con E. P. Thompson por Pasay Axounson Sala velnne eaioes, ca Hide valuing de spate aos, Slo vintano argentina sores a" sigle velntiune de colombia, tda Primera eiciga en expat, septiembre de 1985 © stowo xo seat eons 54 Plaza 5.2008 Medel Primera edi en ingles, 1980 (© NUD and Vero Editions, Londres ‘Thal rial: Arguments within English Marcon impress y hecho en Espana y Printer made Spin Diseno de acaba bed ISBN: se a25.05189 Dept legal: a 2683.1985, Compuesto en A. G, Feminder, S.A. Oude, 11. 28039 Madrid lespreso en Clsn-Orcoyen, S.,Pligoo learsa Parscelos del Jame sia) INDICE Introduccion mL wanrsio us ures 1s msrearEcias Post scriptum la edicién espafo Bibliogratia, : Indice alfabético Soe eee 1 m1 rs 1% 196 229 2 Es posible que el hstoriador tienda a ser demasiado ‘generoso, porque wt hstoriador debe aprender @ aie. der y escuchar a grupos muy dispares de gente ¢ inten tar comprender st sistema de valores 9 34 conciencie Evidentemente en tna stuacion de Compromiso total mo Siempre puedes permisirte esa clase de generosidad. Pero Sina te la pormiies en absoluto te colocs en una expe. ede posiclon seevarie en que cometes repetidamente frrores de julio en tus relaciones con otras personas, Recientemente hemos visto mucho de esto. La concten la hstérica debe ayudarnos a ontender las posiilda: ides de transformacian, las posiiidades contanda. con ta gente Epwano Tuoweson INTRODUCCION Edward Thompson es hoy nuestro mejor escritor socialiste gn Inglaterra, y posiblemente en Europe, Quienes hayan leldo The making of the English working class 0 Whigs and hunters Siempre las recordar como grandes obras de literatura. La ‘maravilloss variedad de timbre y ritmo que, en sus mejores ‘momentos, domina Ta escritura de Thompson —apasionada y alegre, caistica y delicada, considerada y coloquial— no tiene par en el seno de la izqulerda, Asimismo, cl logro estrictamen te histérico de la serie de estudios sobre los siglos xviti y X1X, gue sbarca, desde Wiliam Morris hasta el brillante grupo. d6 fensayos més recientes cuya recopilacion ha sido. prometida en Customs in common, constituye, quizs, el producto mis original det corpus de la‘historlogratia marxista inglesa al que hhan contribuido tantos eruditos de talento, Dejando a un Iedo otras consideraciones, resulta poco habitual que un investiga or se desenvuelva con idéntica facilidad en dos épocas. tan ontrapuestas. Cualquiera que sea la valoracién que’ se haga Sobre este punto —en el que sin duda es imposible Negar a tn veredicto final—, en Ia labor de Thompson como historiador estacan dos. catacteristcas particulates, Su historia ha sido desde el primer momento la mds ablertamente politica de to. das las de su generacién. Cada una de las obras mayores que ha escrito, y casi también cada tina de las menores, conclave on una reflexién directa y manifesta sobre su. leccion para los socialistas de nuestro tiempo. Wiliam Morris se cierta con luna dliscusién sobre el «realismo morals; The making of the English working clas fecuerda nuestra! deuda para, con s4rbol de la libertad» plantado por el primer proletariado in, ales: Whigs and unters termina con na valoracién general el simperio de la ey»; un ensayo como «Time, work discipline ‘and industrial capitelisms' especula con Is posibilided de’ una | Fast aid Present, 8, WE, pp, 8657 [aTlempo, diciplinn de trabajo 4, copitalimo instil, en Trad, Pevult 9 concen de las, Baretlona, Cites, 1819, pp. 2853), 2 Perry Anderson Hiotesia de svislos y nuevos sentidos dl t tura soci ele ccledad comunista que haja superado ra orotic fron Todos estos texto han sido, ¢ nu mance sel intervencién militate en el presente como ane’ vec et de su trayectoria desde ant ereche 4 mussiro respeio crtico y a nuestro agradac miento es, pues, amplio y complejo, Sie onic eno in embargo, todavia esta Ppemacee una valoracién de tas ideas e intereay connects famosa critica a los enfoques de 1a sociedac la’ histori fleses desarroliades en New Left Reviou eh fant i ‘nave al pensamiento de Althusser a Io large tye S8 tt igioas, y por su amplitd y novedad domag neice | so JME (De ls cto ensyosinldos em a edcin exh: Behe gly al espatol el cear nels ae Serge, at Introduccién q l libro, EI interlocutor apropiado serfa evidentemente un thusseriano, Sin embargo, dada la ausencia por el. momento fe candidatos mas indicados, merece Ia pena revisar las tess que Thompson propone en el ensayo que da titulo —y mani fiesto— al volumen. Pues «Miseria de Ia teoria: 0 un mailclo de errores» no es tan slo una polémica contra Althusser: es también Ia exposicién més sélida’de] credo de Thompson como historiador y como soralisia que éste nos ha ofrecido hasta la fecha. EI propésito de este ensayo es, entonces, triple. Com Siderard Tas eriticas de Thompson a Althusser e intentard de. ferminar su justica. Simulténeamente, y esto es lo mis ortante, procurara resaltar de todo el entramado de. princi, los y procederes recomendados en The poverty of ieory’ al unas de las claves del trabajo de Thompson. 1 tratamiento de Althusser, que comienza con moderacidn ¥ termina en un arrebato de furia, no es nada convencional et cuanto a stor ganizacién. Su discusién se verd faciltada por el reagrage Iiento de algunos temas para un ‘comentario. mas cencieo, The poverty of theory, en efecto, se encuentra, dominada por cuatro problemas fundamentales: el cardeter de la investign- cidn histérica, el papel del agente humano en la historia la aturalera y el destino del marsismo y, por tllimo, ef fen6 ‘meno del éstalinismo. Consideraré cada’ tno de estos tens sucesivamente, tal y como aparecen en la eritica de Thompson 8 Althusser y'en su propia préctica como historiador:, como. conclusion, trataré de'situar Ia obra de Thompson en un con texto comparativo que sea capsz de clarificar en alguna me ida las diferencias surgidas entre el y New Left Review, 1 Vista en cuya creacion desempeno un papel fundamental, Sea Gual sea nuestra opinién sobre los argumentos especificos de The poverty of theory, la empresa en si misma debe sor bien ecibida. Representa fa primera confrontaciOn gran, eseala e un historiador inglés’ con un gran sistema tilosofico del continente en el terreno del marxiemo, Desde mucho, tempo fea necesario para el desarrollo del materialismo histdrleo. ua, Tae referencias a sta stima se indicia en lo auceivo con la ghreviatrn PT: is corespondicntes = The making of the Bagot woe ‘ing cts Pongun, 190 (Le format Misrtce 46 We dee ss, Bee glans Lala, 971 con EWC! fs corresondicncs a Whies ce hanes, 49th con Wis vias que se relleen © Wilton Mori tom to fe oluionary, 171, rediién, con WH. (A coniuacion dels eettnch ile eur, ate corehees, a ele 8a coesponcte falda castellona, cdo cxviel 4 Perry Anderson encuentro directo entre Jas dos prolijas tradiciones represen. tadas por Thompson y Althusser, respectivamente A. Thomp- son corresponde el mérito de haber acometido esta labor, i lando un proceso de intercambio que con el tiempo hemos de esperar sea fructifero. = Vianse_mis comentarios en Consideraions on. Western marsim, Londres 1916, pp MLB (Concteracones sobre al'marsima oan Mads igo 2, 10%, pe He 1. HISTORIOGRAFIA Las secciones iniciales de The poverty of theory estin dedics as a ciertas cuestiones. generales de la historiografia como ‘isciplina. Thompson examina tres. problemas. distintos que pueden ser formulados de Ia siguiente forma: () ¢Cual es la haturaleza particulary el estatus de los datos emipiricos en una Investigacion histérica? (i) ¢Cudles son los conceptos.apr0- Piados. para la comprensién, de los. procesos histricos? (il) @Cual es el objeto caracteristico del conocimiento hist: ico? Thompson cita y rechaza en cada caso lo que él consi dlera como la respuesta de Althusser y ofrece su propia solu: cidn. Comicnza con la acusacién de que la epistemologia al. ‘thusseriana muestra una indiferencia radical hacia los datos pri ‘marios, que eonstituyen lo que él denomina Generalidades 1 ro se presta ninguna atencién ni se da explicacién alguna del Cardcter de estos datos o de ss origenes, entre los cuales el principal es la eexperlencias, La arrogante scttud de Althusser hacia Tos hechos empiricos se ve confirmada por su tratamien to de las Generalidades 11, © proceso de conocimiento como tal, que supone que cualquier teorfa clentifiea pueda definir y producir sus propios hechos autovalidande protocolos, sin Fecurrir a apelaciones externas, Thompson arguye que esto c= luna ampliacién abusiva de los muy limitados y excepcionales procedimientos de la léyica y de la matemética, totalmente Hlegitimos a Ia hora de ser aplicados a Ins ciencias fisieas 0 sociales, en las que siempre es central el control de los datos ‘empltieos. Consecuencia de todo ello es que no puede surgir lun auténtico conocimiento en las Generalidades 11 (su presun- to nivel de localizacién), dado que las Generalidades 11 ya han ‘empaquetado los datos de las Generalidades 1 (se produce un lreulo epistemoldgico). El resultado es sexactamente lo. que fn la tradicién marsista se designa habltualmente como idea Tismoe' —que es sun universo conceptual que se engendra 2 S{ mismo ¥ que impone si propia identidad sobre los fen TPR, 38 (0. Sri nde sot ml oe ‘mutha. La teoria del ‘conocimiento de Althusser aching eric enc net me SPE eas mi Seem dea ae Se seis Sh Deep sin ee hecho, que existen dos tradcions’ fundamentals fa Hoss y Hegel y ta otra de Hume y Kant. Estas dos lincas de ene doen Gore pant is come ie lace Mates cbr ian cn caplet fe, me eget sears etal eo 2 pies pean an Epes ees 2 os Gave re cece, camry ome o hace?). El sistema de Althusser identific, couivoctomeon, Zeenat tn cs coun ine gc tome pipe man aes de su insensiblidad hacia el problema de los datos empire fetpce ur emt ote i ty on as ge ae erie na PPD, o. a8 tp, 28 {Considerations on Wester marsiom, pp, 6485 (op. 18h, + gh political and plisopical interven, pubes por primera ex sn New! Lett Review 8, ply ahora cn Westers marcans a ee aegis 1 9B Cesena 5 Loco Cate En Aer PT, BB i. Historiografia zt rl intencn de qulenes los hicieron posbes* ext rela: ado con Popper, que ha, planendo esta absurdadscastn, secon Musser, gue munca lo ha ech. Al sages tna Ectpabidad por compliidad, se desaproveeha lo que eh fhismo ‘consttuye un. buen argument, De. forma. pareca, Thompeon condeea con toda juificcion dow solloges I flees, Hirst y Hinde”, por afirmar que los hechos munca {ene Gade, slempre son progiidors pero no sefale que la tia pctciei calc eavarea precomee cial thuser pars cemplrismor J, por tanto, felimente puede ‘Sr conaderada como represchuiva deste ino, Acero, locus y necsaia fens general dl of cio de Lstoriador, Thompooa resere con, deminer {in suna amalgtna de posiciones individuals, todas cit de ficients, pero de dierente forma yen dstntosadoa. As Ahonen lncluso a colar inorrectament x los pro tocalon lglcomatemdsicon de prucha come modeos del pre ‘Saimients clentiiee. Su torial cooocimicnto,dtoiada dl Sontrol"de lor datos empires, cx insostnibemente ine histarcarece, ante todo el cootepto de tases, For contr, ia fueren ein eota de in lent de Popper --no estoy Seguro de que, Thompson seperate de hr fuera que lene ‘limentc sempre ha Tesi, pecisamente, cn su inion Siete pricp’ cific como deco por {kato 9 offs, pao que se enctenttaIlor de las Mosones de Popper acerca de los documentos bistéricos. La hosthdad Ge Thompson persbe en lor dor fsofos hacia Ia priica Ei ston ee ge pute stn, ane ane pardigmas de iat atenatieas'y de In rca, respect foment) 1 reliedoe igaiments ojuertos (x nogacion de Sauter ey del movimicota cn el cose ecntoro ce ia is tte ui ado ys atmacincsauara plac jen Devteling, por oto), ta conoci are de los cares de tocn a6 feite un enamen més. connate tucho més surtnciat ypertinente in demolcion arlene fr metin Sluesseyand detque sel cocina do le Mtoe ts mis historic de lo que peda ser dulce el conocimlento {2 encar Ena enerpa demestracon, Thompeon expone tn sofistera de la comparaion, que deblera dec cqulmicor hy lugar de lee pars ser sotenible ~adlo que de tata for TPE p28 tp a8, br pas tp sh 8 Peery Anderson ma invalidaria su propia pretensién'. La iotencién de la f6r- ‘mula de Althusser’ cra, desde luego, dramatirar la distancia entre el sobjeto real» y el «objeto de conoeimientar, Indica. ‘mente, la ambigledad ‘de ln palabra prodiice en ella exactamente Ia confusion que pretendia evitar. Caso tnieo entre as ciencias, histori, como expresién designs al mismo tiempo el proceso y la disciplina que pretende aprehenderlo (a diferencia de Ta astronomin, la. soctologia, Ia ingtistica, la Diologia, Ia fisica o Ia quimica). Al no localizar el peligro’ de la confusion allé donde ‘realmente se origina, en este uso. or dinario, Althusser lo reproduce en su razonamiento, 1a afirmaciin de Thompson acerca de la realidad irreduc: tible e independiente de los datos histéricos y de las diversas formas en que éstos pueden ser interrogadar es, en general, tun modelo de sentido comin, Algunas de las distinciones que establece (por ejemplo, entre datos empiricos ™. El contraste aqui postulado go, imaginario, y revela una familiaridad muy limitada con Filosofia de Ia clencia contempordnes, Pues Popper, desde lie 0, sicmpre ha mantenido que la verificacion concluyente. de Jas hip6tesis cientifias —en la fisica o en cualquier otra rama el conocimiento— es axiométicamente imposible: la pledra angular de The logic of scientific discovery era, precisamente fl rechazo del «principio de verficaciéns del posttiviamo log ‘eo2, En su lugar Popper proponia el principio de falsacion (las hipétesis eran cienificas g6lo en la medida en que podian ser falsadas por la prucba empirica pertinente). De este modo, Jo que Thompson considera como una condiciin excepcional de Ja historia es, en realidad, el estado normal de toda elencia, puelsineens Le el acerca ag FE Pills tmey imam ego vo ail i ts 3.0 aiccee a cian oer tee ee eee ee ae Bea: Sooner ee St a ret oreo pares ore eee eh oho eee oe Pee ee Popes eee 2h ieee ore re SLivi ace ise ancien enon eos Historiografia 8 Provisionalidad, seleccién y falsabilidad son clementos const tutivos de la empresa clentifica como tal. Ineluso la falta de controles experimentales no es patrimonio exclusivo de la his toriografia: tampoco la astronomia permite pruebas de labo raterio, La més: importante de las recientes filosofias dela siencia, Ia de Lakatos, ha revelado los limites del enfoque Popperian demostrando que una teoria cienifica puede 30 brevivir a varias falsaciones, y que debe ser juzgada por el desarrolio a largo plazo 0 por el deterioro de su «programa de Investigaciéns, més que por su patrén inmediato de anomalias © fracasos™. En otras palabras, el prolongado «aplazamientor del veredicto sobre el materialism histrico, segun la memo- rable metffora de Thompson, esté intimamente ligado 4 una AescripeiOn de las circunstancias normales de cuslquier teoria clentiia,. {La denegacion por Thompson de la precisién ecientfica» de la historia se afitma, por otro lado, como el preémbulo de un derecho mucho mayor a ella De ahi que escriba: «La "His. torla’ debe ser colocads de nuevo en el trono como reina de las humanidades, aunque a veces se haya mostrado bastante sorda para algunos de sus sibditos (particularmente la antro. pologia) y erédula ante algunos de sus cortesanos favoritos (como ta econometria). Pero, en segundo lugar, y para refrenar sus pretensiones. imperialisias, deberiamos observar. tambien 4que Ia "Historia, en la medida’ en que es la més umitaria y ge- neral de todas ias disciplinas humanas, debe ser slempre_la ‘menos. precisa. Su conocimiento, por muchos rnilenios que ‘ranscurran, nunca pasar de ser aproximado». Se trata, cier- tamente, de una imagen agradable. Pero, ces convincente? Se. guramente la respuesta deberla ser «nos, 2En qué sentido la historia es «menos precisas que la estética o que la critica literaria? Es evidente que, st queremos mantener estos térmi nos, lo es mucho mis. ¢Por qué el conocimiento de Ia historia ‘munca pasard de ser ‘aproximados? ¢Suponemos caso que la fecha de la Revolucién de Octubre va a cambiar en el pro- ximo siglo? El conocimiento exacto y positive nunca ha estado ids alli-de los poderes de la historia: su vocacién, como en cl caso de sus diseiplinas hermanas, es extenderle, si bien, como ‘observ Lenin, el proceso siempre seré asintético con respecto, 1. Lalatos, The methodoloy of scientific research programms, Cam ‘ride, 07 eipecamente pp, 41 (la metadologte de for Prorat Uefa entiics, Madd, Alas” 19 Pr, bi (pid) 4 Perry Avderson 4 su objeto, Cualquier examen legitimo de ta interpetacion de Thompson, sin embargo, lo anula. a Todavin queda, empero, una cutstin fundamental, ;Qué define el contenido dela supremacia wunitaria y general ae Tistoria sobre el resto de las dsciplinas humanas? Llegemee gon esto al ultino tems de discurso. metodolopico intl de wompson: jell es el objeto expeciicn de iw investignion histoea? Bs el problema Glsco de tadas ‘las tooat ae Historia, No hn habido ningun otro que haya resultado tay di fill a tas diversas generaciones de historadores y ideoles {que Jo tan debatido. La primera respuesta de Thomo ce sorprendentemente simple. Identfica ia historia ‘om eh nase do. «Histérieo’ es una definicién genéica: define dc us elo ‘muy general una propiedad comun de su objeto Is Serine lg. pasado y n'a presente oa aturos* A mismo tempo, mantiene que sel pasado hnumano ‘no es uns ‘agreeaclon ae Historias discrete, ‘sino un conjunto.unitario de sonore amientos humanose . La tdgien de estas propesciones verte ser que la historia es el registro de todo Io que ha fesse (conciusin notablemente vaga que prictcamente todos is aus tan reflesiomado antes sobre el tema, han desestinadg). oe comocida la eritea de Carr al especto™ En realidad, a eau ocacign de Thompson es un desl impremeditado, no si ofoe tuna y elaborada respuesia'a In cuestin, aunque, como veer mos, no deja de ser significatira con relation a civ tem de Te powrty of theory. Ctando se else conscentomerte se Punto en una scccién posterion, respondiendo s In perspecs formutacién que del mismo lle a cabo Althusser, adeite tee «si me levanto de mi mesa (como hare my pronto) pare waeee a pasear al maldito perro, est sin auda wo contje us ho “histérieo’. Luego aguello que hace que los hechos wean histérieos debe ser definido de otra formas, Pero’ scomos te forprendente que Thompson no inente ni sigucra is concide racién mds superficial del problema, Simplemente, coos sAun después de que’ hayamos establecido. que un sinimtero de acontecimientos. carecen de lnterés para’ el andlice Hts Seo, lo que debemos anaizar sigue siendo un proceso de meee teeares, De hecho es precisamente el significado del sconten amlento para este proceso lo que. propotcone el cites none EE em tp. ior bia Op 2 Wal is tory? Londres, 16, pp. 56 Lud ef Mtr, Barc ton. Cm ae Historiograjia 1s seleceidn»®. En un texto de doscientas piiginas, dos lincas, 2¥ qué nos deparan? Una tautologia, Un acontecimicnto hist Fico €s aquel que resulta significant para el proceso del acon {ecer histGrico. zCémo sabemos si in acontecimiento es sign! ficante 0 no? :Cémo delimitamos el acontecer a lo que sea (© no significante? Las dos frases forman un tinico ‘circalo 1a causa del lapsus de Thompson en este punto es posible ‘mente que su atencién estaba tan polarizada por la solucién althusseriana del problema que no advitié fo insuficlente que resullaba Ia suya, Curiosamente, st aversion al’ lenguaje de Althusser es tal que aquf realmente malinterpreta lo que de hhecho se dice. Althusser intenta tna definicin mas sustantiva el objeto de is historia: un hecho histrico es «el que. pro. duce tna mutacion en las reacclones estructurales exisien- tess ®, El comentario de Thompson rebosa indignacién: «El proceso resulta ser no un proceso histérleo (esta desdichada alma se ha encarnado en un cuerpo que no le correspond), sino Ia articulacin estructural de formaciones sociales y eco nomicas (..] El alma del proceso debe ser atrapada en un ‘wuelo ¢ incorporada a Ia estatua marmérea del inmovilismo estructural». En su ira hacia la expresién erelaciones estruc- {urales», Thompson pasa por alto lo que constituye la clave de Ja definicién a la que esta atacando: el término «mutacions La formula de Althusser hace correctamente hincapié en el ‘cambio, y no en la estabilidad, tal y como imagina Thompson, Lo cual no quiere decir que ‘proporcione una solucién satis. factoria al problema. Al contrarlo, sin duda es demasiado res- ‘ictiva, gOrigind la muerte de Marx, por ejemplo, una muta cldn en las relaciones ‘estructurales existentes? Seguramente no. Sin embargo, constituye un hecho eminentemente histor ‘0. El campo trabajado por of historiador se encuentra en la Actualidad en algtin lugar entre el confinamiento a los cambios estructurales y una infinidad de comportamientos humanos. No fs materia de reproche que ni Thompson ni Althusser hayan resuelto uno de los més viejos y obstinados problemas de la filosofia de la historia, Pero hay que decir que, de los dos, es el filésofo francés, ms que el historiador inglés, quien en esta ‘casién nos ha offecido una respuesta preferible (superior por PE, pe m120 fo. 2 Reading Coolants, 17, p M2 (Pera ter Et capital, Méxko, Siglo xt, fos pL, rrp 2. ze Perry Anderson ae ey ialceaiee ey Peers meas sao nee Fe pre elinll Beets eae ro reer tet ovata ae ee ene ae ate or ee ee ree eee Sere crease ee sleet Saar nkgta es es om nt Bp een cena fn eee ee ilocos ce ra Smee nee tenes one ene ronees ee 2. LA ACCION BI segundo gran tema de The poverty of theory ya no es una cuestion de procedimiento —geudl es la naturaleza de Ia his: foriograffa?— sino sustantiva. geudl os el papel en Ia historia de In eleccién consciente, el valor y la actuacién humanos? Tips lectores de William Morris 0 de The making of the English working class saben blen que éste es el tema clave de toda Ia obra de Thompson. La pasién que ha puesto en él durante ‘einticinco afos te refleja en cada péeina de lo que ahora cons: Uituye su exposicon teorica mas extensa del problema, Su zonamiento se desarrolla en lo esencial como sigue: el pecado ‘capital de Althuscer es su reiterada afirmaclén de que «la his. foria es un proceso sin objeto»', en el que los hombres y las mujeres son, individualmente, xsoportes de relaciones de. pro- uccidns Aunque esto se presentara como le tltima palabra {del marxismo contemporineo, «es tin modo de pensamiento ‘muy antigua: el proceso es el destind»®, En ln actalidad, lejos de set un enunciado del materialismo histérico, se encuadra dentro de Ia ideolog(a burguesa mds cosificada’ y_decadente, fgue debe ser combatida por todo buen socialista. Ya que, por Contra, tanto la herencia genuina de la teoria de Marx como os deseubrimientos de Ta investigacién histérica nos enseian ‘que los hombres y las mujeres son elos agentes, siempre frus- tiados y siempre restrgentes, de tna historia no. dominadas Nadie vio mi expresé esto mejor que Morris cuando eseriD16: ‘ canto: conpemesey selene ssroio marcia silo sobe dl desi te eerlacn ae fue el duro clima interior de tremenda escasez, unido a la for- feeds apaaed-saincateetacc meee ajo tn boosrauiaclon dl par y de Boe! om USS loco anda de rou a sett toe the sas fiperiionLa etc do In heealen hs ta teber dens tide en los pees comune ented eprcende 9 foe Bando as Butera Al sii como Snjouss usa ci Carts hil desu depen den seks Thou oe Tenctean is iooecare ele cee ate eae Podemos examinar més profundamente esta posibildad vol viendo’ The poverty of theory y examinando. la categoria Eentral empleada en el tratamiento de aceon: el sonceto fe sexperiencan: Thompson mos dice que ex a través del tee Iino ausente de ‘experiencia edno i estructura se transnuta op proce ye seo cv snr ene stoner ose ser continvamente iavocada como verdadero alambique de Ja vida socal, cabe preguntarse qué cr realmente ln experien: cin, Se nos dan dos Tespucstas un tanto diferentes, Thompson tscrbe iniialmente qoe la experiencia sincluye la respucsa ‘mental y emocional, ym sea de tn Individuo 0 de un grapo so Galva tom Brat de scoteciminton rnconados ee Sto a muchas repeticiones de! mismo acontectmicator™ Mas tarde, sin embargo, sugiee otra dfinciin La experiencia et tn terming medio ‘necetaro ene tl ser socialy In coneencn SPE ise SPF 9. Sa. 2a, = PE. bi ip 2 Perry Anderson Jee eG son Dish omat craves ies soe acca ah cee Conceal, mismo tiempo, sla forma, en qv, ee seca experiencia, esnfa toda preicclon y escapa roms soem iat a hant e sachet hima aes oi ements Bye ems ay pen herein ene 2 See pene anaes sare vas Sear eee oat eee a Fortra de cate. El sentido de un segundo orden, de eee teen tian ed game Cote heap a eee Stee ieee ten qo ee reine dacmetinatte Teer fe eer ep’ cca ao fe caer as Ren a or eee end ee en eres miata en as Secic aera oo Se ia, ey wahe wees teen Megane Tone Bbjetian se pasar porn hecho o una sere de hechos era Sk emerge ee sia a oe FE wae 2h 5 3o bras sc TEER IO I ce ena t open it, lel ~ aks ina ata Hate: hati SRE stents Cm eo in a Senet ean ue mt Benes and te mer ame Pre: Op 2, Rein GS ken nse ie gms cores Petia un uso meee sige, Okc wre pec coma co ns Weary Sova Heme Pe fe else Specs co un mando Soe FEE EM eutth contey dear. 1a accion 2 tanto, como dice el diccionario, econocimieno prictico de cual auier materia obtenido mediante una prusba; Observacion com tinuada y varada, tanto personal como general, saber derivado Gc los cambios o‘prhas de i vidar™ Podcnos denominat estos dos senidos como neutral posiiv. El adjetivo sexpe rimentado» [experienced], desde luego, se refiere tan stlo al Segundo. Si observamos ahora el io que hace Thompson, de dicho término en su erftica a Althusser, podemos comprobar 4que-muchas veces transiereSnconsclentenente Tas virtades facultades del segundo tipo de experiencia, (mas restringido) al primero ms gencra). La efieacia dol uno se medi con Ja tniversalldad det otro para sugerir una leetura altemativa de Ia histoda como un todo. La categoria gencrica que resulta fe ello combina, pues, nevtablomente, problemas muy diver Sos. La itustracién mis expecta de I fuerea dl concepto ch ‘Thompson tiene lugar al principio de su polemica con Altius se Thompson escrbe: La experiencia es valida fective Pero dentro de determinados Himites; el agricltor "conoce’ 5s estaciones, cl mavegante"conoce" sus mares, pero ambos pueden ear engafados en temas como la monargua ya tor Mologlas®. St continudramos ex una diveccion, esta observe, idm nos Hevaria al tipo de conclusion del que The poverty of theory pass. por ali” la sccién/conocimiento efeetvo hace tado jerérguitamente Iimitado a lo largo de a historia hura tm, al no ser de ninguna forma de sa incumbenia ay rlacio reg sociales como tales. Es decir, es una conclusion que per mite al menos. sugerir las asimeiries, las désparidades, ttre Geterminacion y autodeterminacién en epocas.pasades. Pero no basta con setalar este punto. Ya que el problema plantesdo por el razonailento de Thompson no es simplemente el del Enbito espacial de una experienc dada, sina tambien el de su relevancia. La agriutturay la navegacion, para seguir con al ejemplo, son pricteas experimentaie, controladae. por re Sullados observables. Genera, cieramenie, conoctmento rel, Fero no punden ser consderadas or clo como sintaos de la experiencia en general. Si ahora sustitsimos, pongamos por Caso, los dos ejemplos de Thompson por los el sparocoy gue tonoce a sus slice» y cl ecurte que conoce a tu. scbafon, ga que conclusion legamos?. gE Ia experiencia rligiosn wv iida"y cfectiva dentro de’ determinados limites? Obviamente, = PT, p19 (1 erty Anderson 2» Perry aS mb det eee re eee alee es ‘Boney ent raion, mayor parte de a storia de hs eas es una historia de extravagancias» ®, No hace falta que Seren Arte testa ee ale Som ie ieee a ie ‘Sefio,y numa o fue or muy infense rea que sa desde Ss Dene ei Pea eae eee Se ea ‘Bio constituye tn problema fundamental de The poverty of theory, Todos los ejemplos que acaban de ser discutidos 0” beers eceeeeee nacre ee ect Reape ete algunas de ellas en otros sitios. ve ee = ean sei eer et pre Si ee ee ae msl vee oes ercaday Otros son eocaceados: cn In cATdkes ‘Neston sobre nuevas mancras de estalece lees», BL sen ee eer ioe Sennen me oa Tee Sas Camps ht acts ete a ae forse certo we erat te sr ba rena, ov oe de Paompwon este parsdigma cs mucho mas importante que él a fer cas rice aera a ie Sai oar oper Geel te rape i bc Reacaemincrenndr eit, Sta fi oe aa ice osname ee ee SD, p18 1 Pr, pm fp 2h Pr, pM Up. a accion 31 frlandés en nuevos modelos de mercado? Pocos paises occiden tales han permanecido tan inmunes a la eriica socalista, in: cluso en su forma mis timida, la socialdemderata, como la epublica basada en esa clase, Bl encarcelamiento de una ge neracin de comunistas de ia Europa oriental antes de la gue ta, ¢los convirtié tras ella ei paladines de la justicia y. la legalidad humanas? La mayor prucba en una cércel blanca fue sufrida por un prisionero ‘cayo nombre, una leyenda interna: sional del heroismo allé por los aflos trcinta, se convirts en sinénimo de sadismo durante los cincuenta:’ Matyas Rakosi, La experiencia como tal es un concepto tous acimuls, que pu de apuntar en cualquier direccién. Los mismos seantecimien: tos pueden ser vividos por distintos agentes que extraigan de cllos conclusiones diametralmente opuestas. Otra de las trans formaciones violentas citada por Thompson es la guerra, que Proporciona algunas de las iustraciones mds espectaculares de esta polivalencia. Asi como en la épaca preindustrial pocas ex periencias colectivas fueron probablemente tan intensas como lo fue ta religion de forma desigual- en algin momento de las vidas de la mayoria de los productores, en la €poca, mo: ddema pocas experiencias populares han estado tan arraigadas ¥y extendidas como el sentimiento nacional, vinculado material ‘mente a Ia localdad, el lenguaje, las costumbres, cOué les dijo festa experiencia a las masas explotadas de la Europa de 19142 ‘Que era correcto y natural, aunque también triste, que tuvie- an que luchar unos contra otros con una magnitud sin pre: cedentes, ¢Destruyeron esa ilusién los cuatro aflos siguientes de matanzas, ensefténdoles a reflexionar sobre nuevos modelos e nacién? En algunos casos, s{; como fue el caso de lo que constituiria Ia matriz de Ia THT Internacional: Is mayoria. de la clase obrera y del campesinado rusos, buena parte de la clase obrera Italiana y una minoria de Ia alemana, En otros casos ro fue asf: el patriotismo tradicional de las masas francesas © inglesas fue moderado por un cierto pacifismo de pasguerra, pero en modo alguno se vio sustanclalmente modifieado, En ftros 230s, por contya, el nacionalismo sufrié una tremenda exacerbacidn: entre In pequetia burguesia italiana y alemana, el campesinado austriaco y el lumpemproletariado hingaro, la errota hizo saltar el muelle det desquite, levando al fascis: ‘mo. La experiencia masiva de la muerte y la destruccida no trajo consigo, precisamente Ia clardad. En los catnpos de be lalla desiertos crecié un bosque de interpretaciones. Perry Anderson 2 ar ostanwesae pecouantea: Be a nad ee tomana'en Tha ery OT theory (ana ee cere TS cairns Ge near si cameo Sah Ny Sec, Sia erm at Son seman cea eee ea jal», manejado 0 procesado por el sujeto para pr sc ane re fad Sthanejare in misma experiencia de diferentes formas est ate a ‘epistemoldgicamente. Este esquema es realmente Bia tepetdy y ol mis importante de los dos ofrecidos por ihe Seen tees ge eal ee Ta ieatanente el problema. de Pace hg eriieaa ais teanas Dn crn ia er eg a cin a clase obvera o srgé como esl por la mata Be et Pe a a an ‘condicionamiento» *. El primer proletariado inglés a Sorat gs taal ae Sem Nee LS? ea tam Heo ame aca ids Sage tanec coe i ae cary ene Se roa fue objeto de una entin cisen ya, de sa arinNSt Stara comes ei de 18 En Pee teat ee" Renee 8 Cows Lefort, Les Temps Moderae Fem pp. La, sees, ss propia ponconcs Setter dei eta ear ue csc, lg foe te pede ta revolution, Pars, 6, pp Si Pero Ja Gas ig Ea te a 3 ewe, p. 9 vol 39.7) : 2 MEWe: 9 ool... radon, corer MEW, BoE vat p Hr toda correla La acelin 3 tre ellos y contra otros hombres cuyos intereses son diferen: tes (y generalmente opuestos) alos suyos. La experiencia de clase esté muy determinada por Ins. relaciones produetivas ‘bajo las que los hombres nacen —et decir, en las que entran involuntariamente—. La conciencia de clase es ls menera en ue se traducen estas experiencias a términos culturales, cn carnandose en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas Institucionales. A diferencia de la experiencia, la conciencia 0 ‘aparece como algo determinado (...} una clase se define por los propios hombres tal y como viven su propia. historia ¥en lltima instancia, ésta es su tnica definicidn posiblen © EI pro. ces de esta definicién genérica es estudiado en tres momen. tos consecutivos. La primera parte del libro reconstruye, Ing tradiciones politcas y culturales del radicalism inglés cn el Siglo Xvmt: la disidencia religiosa, el tumulto popular y la con viccidn constitucional, que culminé en la ruptura de Paine con el constitucionalismo y-a la que siguid el jacobinismo tingle de 1790, La segunda parte trata de la catastrdfiea experiencia, Social de la Revolucion industrial, tal y como fue vivida por las diferentes grupos de productores primarios ({rabajadaves del campo, artesanos, tejedores) y analiza el nivel de vida. e1 proselitismo, la disciplina de trabajo y las institucionce. de’ las comunidades de trabajadores en estos afios hotribles. La ter- era parte sigue el crecimiento de Ia conciencia de la clase Obrera en las sucesivas luchas politicas c industriales ‘contra 1 nuevo orden durante la época napolednica y despues de sta (las campafias parlamentarias en Londres, la irrupetn del ludismo en el norte y en la region central, el radicalismo a. ional predicado por Cobbett y Hunt, la matanza de Peterloo y Ja expansién del owenismo). En el momento de Ia crisis de 1832, concluye Thompson, sla presencia de la clase obrera fue ‘i factor més signficativo en la vida politica britinicas ® ‘Ahora, en efecto, sa clase obrera ya no esta en su proceso de formacin, sino que, en cierto modo, esti formadas® Pronto hart veinte afios desde que se publics The making of the English working class. Y, sorprendentemente, en Ia i quierda ha habido muy poca discusion historiogrifica del {i bro. Su extraordinario poder parece haber inkibido el flujo de S MEWG, wp. 910, 1 (ot, pp. 8, 1; traducion correida). Ea ‘eres afinmiciocs imate ae, Thrmpeon incaye a mje MEWC, pH oot. * MEW, . TL 3m, . 85; teaducin coreg). 3 Perry Anderson oe eee ee ee Sere eee inns JSSee eee eee ee eed a son comsderacion mas prec de, eats eae ee ees Trerguiectura de The making of the English working class fen la misma medida en que fue hecha» en una paridad causal ee Sooner eon eee ee ae So ee oo ees eee ae ae ee ee = eee avec as gett Caen ca Sete ae eae encom ea ae Sees 7 MEWG, p21, 9 (vl, 17; vob pT EWE, po. 80 (el. 1.8. Pr, py BO pt). MEWe, peit (> 1 La accién 35 mada. El titulo del libro refuerga esta nocién. Consideremos ahora cada uno de estos temas, El particular interés del primero reside en que nos pre senta una prueba préctica de las afirmaciones tedticas de The poverty of theory. Las proporcionesr entre accion y neces dad eatin especificadas en un proceso historico concreto (la formacién de la clase obrera en Inglaterra). Thompson las con- Sidera equitativamente. La elaridad y seriedad con que’ plan fea el problema queda por encima de todo elozio: no tiene Drecedente en la historiografia marxista ni en cualquier otra, ‘Sin embargo, si hemos de ser fieles al problema suscitado all Principio, al final de su estudio debemos plantearnos una serie e preguntas. La primera es la siguiente: gha demosirado Thompson que ia clase obrera inglesa se hizo a st misma en lg misma medida en que fue hecha, no en un felso sentido, entifista, sino en términos de un balance plausible de datos? Pocos de ios historiadores profesionales que han escrito rese fas sobre The making of the English working class se han etenido en este punto, aunque asoma por todo el libro: no hhay duda de que en general les ha pareeido demasiado «me. tahistorico». Pero es realmente ‘ajeno al control empirico? Preguntar esto significa darse cuenta de que, en contra de 10 que parece, The making of the English working class no.nos a los medios para zanjar Ia cuestiOn, Pics, para justifiar el principio de codeterminacion de Ia accién y la nécesidad, ne- cesitariamos contar, al menos, con un examen conjunto de la reunion y transformnacién objetivas de una fuerza de. trabajo Nevada a cabo por Ia Revolucién industrial, y de la genesis, subjetiva de una cultura de clase como respuesta a elle Solo esto. podria suministrar los elementos iniciales (no concluyem tes) para una determinacién de su peso histérico relative, En lo esencial, lo primero est ausente de The making of the En: alish working class, La segunda parte del libro, en donde uno esperatia encontrarlo, se ocupa casi exclusivamente de la ex: periencia inmediata de los productores, més que del modo de Produccién como tal El advenimiento’ del capitalism. indus: ‘rial en Inglaterra es un telén de fondo fatal para el libro mas que un objeto directo de anilisis por derecho propio. El re- sultado 5 una desconcertante falta de courdenadas objetivas ‘a medida que se desarrolla la narracién de la formacion de la lase®. No deja de sorprender que al cabo de novecientas pé ‘ede encontarse un tratamieato més satisfaction en cietos ar 6 Perry Anderson ginas el lector no haya podido enterarse siquiera de un dato fan elemental como el de la envergadura aproximada de la clase obrera inglesa, o su. proporcion con respecto al resto de la poblacién, en ningtin momento de su «formacién» Una laguna como ésta no puede despacharse con una sim ple referencia slas interminables estupideces cere de. Is edicion cuantitativa de cada clases, sélo por el hecho de que ‘Thompson dé una o dos estimaciones numéricas de categorias profesionales especificas ®, A nivel més general, lo que la om in refleja es In ausencia en The making of tie English wor ‘ng clase de un tratamiento real de tado el proceso histérico ppor el que grupos heterogéncos de artesanos, poquefios arren Galarios, trabajadores domésticos, agricolas y-eventuales fue ron reunides, distrbuidos y reducidos gradualmente a la con- ddicién de trabajo subsumido en el capita, primero por la de ppendencla formal del contrato salaral, y'después por la de- endeneia real dela integracién en medios mecanizados de ‘evios de este problema oa exposiciin de In evluclén de a clase Grea alemana gue ofece Barrington Moote cas Ho juste: the Soci roots of obedience ond revel! (Londres, 1878, pp. I3635), ave Se ‘eve cate las dterminaconesobletias Js esaemas aubletivos con fine cobereaca yuna Fesoluign mvores. Hl estale de Moore ts Pare [catampe interetane poral, como spice el ator, est parcalnente {Bopiado en el clempla de Tompson. Por otro ado, y a contraio ate te, Moofe to eas informed acta dela eslog Poca 9 ore fincidn del Movimiento socialists alemn prolamente dich, 50°C Ere oIATY tes ‘igealmete el dara det macho re The mating of the Enelok workin clas S Ta trseprocede dt ‘Elchccntscetury ppsh scety, clas steugale without casts Socal Htory, vol 3, mig 2, mayo de 1, DOU (ols sociedad ingens del silo"xwmne Lucha de eles in cle ‘Gee, oat, tentacles coveca, psy co lp aucesivn, ln velerer: Gar crresponiantes se clin eaptola sctaran simpomcnte Sando imckitg of the Bngish working clase hacen referencia alos tabaudores Techy te teres sears pots oe pra fice El catao e101; el primera cn proporionsr on adie Sr pro. {sles redujo sur invesgnconer a sor comercaies ya lee arte” om lgorando cualquier fformacion eomparabi aobre oe sindartes: Icon Esta Inguna hace if, poro np fmpoctble, vabrar Ie magnitad 1 atratur de lar clner ce In sociedad’ Inglesa Se momento, Pare tip de proveciones fetrospectvas qu puedan hacerts a ptr de dates posterior yids dls, vase JA Bas, cuando comenta que «cada tradicién parece debiltarse sin el comple mento dela otras. Esta division, que se extiende hasta el tir [Independent Labour Party] y'Ia sor (Social Democratic Federation] ¥ mas alla, ha sido con toda seguridad uno de los raspos claves del movimiento obrero inglés, Sin embargo, no sth suficentemente clara en The making of the English wor Ting olass, a pesar do las consecuencias que analiza la narra ign, porgue no hay una representacign global del capitaismo TMEWG, p. 2 (vol. p. If; eaducign core ‘tae etimacones de Booth indian gue en Ingattra y Gales baba nos Ziv di trabejacores desicnde a la minarta 9 100) in mela” (Sm, frente acon edicados al amo text, a lor sue aprox mente 0000 seven operaroe de ‘abrcae ae algodsn Chaves Booth, “Oorspatons of the people of the United. Kingdom ILI, Journ of ihe Statsteal Society, fio de 18, pp. 4A. Una dacada ates (UD, {gs operanies del slgodon eran sl6 unos 0008 NJ, Sinelser, Sota change fhe stil revolution, Cones, 19, p19 BH crecimiento ‘ae 'mcho menos rapido en Ta tieria'o a sierria En ru etlogs de ‘Bs Thompon adie asm Yea, o hile ends em Se age abalacora: MEWG, p10 {00 ty D3). SEW. 8 (. 6 La accién » inglés que revele toda su importancis. Efectivamente, el sim ple hecho de’ que Londres fuera una capital reatista, comer. Gal, burocrétics y dominada por Ia corte y la city durante el Siglo 21x —de forma més parecida a Viena 0 Madrid que 3 Paris, Berlin o San Petersburgo— iba a ser un gran obsticulo para la gestacién de un movimiento obrero politicamente agre iva en Inglaterra, Una capital sin industria pesada contribuys f borrar en el proletsriado industrial el instinto de poder. Cuando se derrumbg cl radicalism artesano con Ia decadencia de los oficios especializados en los que se basaba, se hizo evi dente In inherente debilidad de In division entre las tradicio. ‘het metropolitana y provinciana, basada en diferentes tipos de fscumulacion®. La creciente infivencia del benthamismo en Ia ‘obra de Place y sus companeros después de 1815, descrita por ‘Thompson, prefiguré muchos desarvollos posteriores. Puede de- cise que Londres terminé por burocratizar la moderacién del forte en los tiempos de Morrison con un sistema municipal: nacional ‘La peculiar complejidad de Ya ciudad més grande del mun do en el perfodo de Ia Revolucién industrial estuvo, desde le 40, intimamente relacionada no s6lo con sus instituciones cor. fesanas } parlamentarias, sino también, y sobre todo, con sus fuinciones imperiales. Aqui, sin embargo, es igualmente dificil apreciar que la atencién concedida por Thompson a las coor enadas objetivas del tema sea la que por el titulo del libro fabria esperar, Quizé esto sea mis cvidente en el nivel polt fico, donde apenas se reconocen dimensiones internacionales de la historia de Ia clase obrera Inglesa. En la primera parte de su estudio, Thompson subraya que @ pesar de la fuerza ideo Togiea del ‘complejo de creencias reunidas bajo la nocion de inglés libre de nacimientos, las exigencias radicales de Ia dé feada de 1190 permanecian sujetas a los términos de un cons ‘ituelonalismo imaginario. La ruptura decisiva que cambio los parametros de le politica radical leg6 con la publicacion de The rights of men de Paine, que rechazaba por primera vez Ja monarguia constitucional y stacaba la Bil of rights. Thomp- ‘son sefiala tambien'el curso poco notable de la vida y el pen Samiento de Paine como funcionario de aduanas en Inglaterra, hasta comienzos de la década de 1770, y el repentino cambio FVGar 4 onortuno comentario de Vitor Kienan em =Working clas spd pation in ‘nnetaath century Bian, en Maurice Comfort com, Fepeie and ther causes. Essays tn honour of AE. Morton, Lande, 0 Perry Anderson que suscita su viaje a América. Asimismo se tiene en cuenta et hecho de que The rights of may fuera escrita como respuesta fa las Reflections on the French Revolution de Burke. Pero, si embargo, la conmocién producida conjuntamente por las revo Iuciones francesa y amerieana, y de In que ls obta de Paine es resultado directo en Inglaterra, no encuentra en The making of the English working class un tratamiento proporeional a st Importancia histérica real. El hecho es que’ todo el universo Jdeoldgico occidental fue iransformado por esas dos grandes revueltss, Su impacto internacional es el tema de una obra como el importante estudio de Palmer The age of the demo. fratic revolution. La significacién de ambas —y especialiente Jade la Revolucién francesa es incomparablemente, mayor para la formacién politica de ta clase obrera inglesa que, por ejemplo, para la actitud popular hacia el crimen. Con iodo, festa iltima recibe un esmerado tratamiento, mientras que julla es relegada entre bastidores, A pesar des importan ia capital ao largo de dos décadas, el lector apenas aprende algo acerca de las complejss actitudes y de los debates que se produjeron en el radicalismo inglés en torna a los acantect Ijentos ocurridos en Francia, Un aparente prejuicio metodo. Tico los exclaye: al no poderse registrar las Tevoluciones 80 ciales del extranjero como actividad auténoma de la clase fbrera inglesa, eaen fuera de Ia resefa histrica de estos afos. Las consecuencias de dichos acontecimientos son también ampliamente omitidas en las partes. posteriores del. libro. ‘Thompson recuerda en principio Ta eolncidencia de Ia. Revol cion industrial y de la ‘contrarrevolucign politica durante las ‘guerras napoleénicas, y su simultanes sintensificackin de dos formas intolerables de relacién: la de la explotacién econd- mica y la de In opresién politicay™, pero, en la practica, el impacto de las dos décadas de guerra en Ia cultura popular fnglesa es virtualmente ignorado, AI igual que en la cucstiOn de 1s acumulacion capitalist, la realidad del conflicto militar figura en el relato como mera formalidad. Resultado incvita bie a ello es la minimizacion de la movilizacion nacionalista de toda Ia poblacién inglesa levada a cabo por Ia clase domi ‘ante en una lucha tremenda por Ia supremacta sobre Francia, De hecho, no se puede presentar un panorama completo de Ia cultura popular Inglesa posterior a 1815 sin hacer referencia fla profundidad de la captura ideoldgica de Ia «nacién~ que, * MEWC, p. 217 (vol, v.22 La accién a com fines conservadores, tiene Iugar en Inglaterra. Como con Secuencia, se produce ina seria simplifcacion del legado de las guerras. Asi, en una conclusign memorable de la segunda parte del libro, Thompson habla del «sentimiento de perdid e toda cohesién comunitaria, salvo la que el propio pucbla ‘brero, en contra de su trabajo y de sus masters, construyg Por si'mismo»'. Sin embargo, toda esta elocuencia no tiene por qué ser necesariamente exacta. El sentido de comunidad hacional, orquestado ¢ inculcado sistemiticamente por el. Es tado, pusliera haber sido en Ia época napolesnica una realidad ‘mucho mayor que en cualquier otro momento del siglo. ante: tor. EI hecho de pasar esto por alto permite a Thompson ar fumentar que micntras que en 1792 la clase dominante habla obemnado con el consentimiento y el respeto general, sen 16 cl poder tivo que recurrir a Ia fuerza para someter al pueblo inglés». Si bien el gobierno de Liverpool era odiado or amplios sectores de las masas, esta afirmacién debe con. siderarse como, exagerada. Un ejéreito de. 25000. hombres ‘fuerza total disponible para la represién interiot— apenas fra suficiente para sujetar a una poblacién de doce millones de habitantes*. El poder del ancien régime inglés se basaba fn una combinacién de cultura y coaccién, tanto antes como después de las guerras. La principal arma de si arsenal ideo. Tgico, tras veinte afios de Tucha’vicioriosa contra Ia. Revolur cidn francesa y los resimenes que le sucedieron, fue un nacior nalismo contrarrevolucionario. La importancla estructural de S MBWC, v.88 Got, p38, 2 MEWE, B€ (vo. "p28; taduccim coreg), ‘Es reclador el move de desplleue maltar Hsvado a cabo por 18 jase dominate ingen al terminode as gurras noises. BE i, ql slecito de scupacin de Fiatia se taba a $960) ‘otros S80 cstaban extaconadoe enn Inn, 100 en Cac “ {Bn en ls Tacs Ocleninle, S000 em 1 Cabo, 3000 on in il Mat Fico St en Call. 1100 th el Mediterraneo, Menta Que is flat (Ge Is blac necesita una ae 3900 all huberan sds a ‘abies as cbservacones de. Thompeon.Vense J. W. Fores, history hth Brith orm, Lonare, 90), vo, Yr. Si En Itt, Carereagh & Umeniata de que el goer tan solo lapis de 160M sldados cx cd'pas: En fo eis do 1819 obo gor mars ks a uns 11000 esce ‘sas, y aumento ta cabal Bl sparta miliar permanente del Estado ‘Tagen fue muy brearo durante todo este perda. A su teeming, ‘Sn I cisis de 182, Haley” yoda hablar todavia onan putada 8e SHoderainsrespaldados por 1100) mereenris cin fidelldad” taba modo algune bre de sorpetay que se cfrenaban a moviniento ‘tormista'A history of Enatich people {69018 Londres, IB, p37 a Perry Anderson ste, general y duradera, era ciertamente mayor gue la de fe ‘némenos mils locales y limitados como el metodismo, por his: {éricas que fueran sus manifestaciones (a las que Thompson, ppor cierto, dedica uno de los capitulos mis inolvidables de si bro). En’ realidad, es muy probable gue Inglaterra fuera cl primer pais de Europa en el que la nacién superé a la religion Como forma dominante de su discurso ideol6gico, cambio, des de luego, ya en curso en el siglo xvi. Seria ditiell adivinar {odo esto a partir de The making of the English working clas, donde no se desarrolla ninguno, © casi ninguno, de los vincu los ideoligicos que subordinaban a los productores.primarios ro ya a sus patrones (el metodismo y el utiitarismo estan sin uda_presentes), sino a sus gobernantes En qué medida afectan estas omistones al trabajo de ‘Thompson? Esta claro que ningun libro puede decielo todo. Gs razonable pedir algo mas ante Ia abundante riquezs de Is ‘que hace gala The making of the English working class? Se ‘tin Ios criterios habituales, no. Pero tampoco el tema de la ‘Obra es habitual, como ya hemos dicho. Precisamente, la per- tinencia de los vaclos sefialades anteriormente (los. sectores de vanguardia de la Revolucién industrial, 1s configuracion rontista y comercial de Londres, el impacto de Ins. revolicio nes francesa y americana, la galvanizacién del chovinismo bé- Tico) esté-en que hace inevitable un julclo sobre Ia evestion planteada al inicio del libre. Dada In ausencia de vin tratamien- fo directo de estos moldes masivos de los comienzos de his toria de la clase obrera inglesa, no hay forma de determinar el papel de la autodeterminacién colectiva en su formacign 1a paridad entre accién y condicionamiento afirmada al prin cpio queda en ple como tin postulado que munca es realmente omprobado mediante el oportuno espectro de datos empit. os de ambas caras del proceso. Pese su fuerza, las descrip. tones de la miseria y Ia alienacion de las masns de la segunda parte del libro no son de ninguna manera equivalentes © una Investigacion de los determinantes objtivos ide Ia formacion de clase obrera inglesa. Los objetos de su investigacién no son las transformaciones estructurales (econémicas, politcar y de ‘mograficas) que Thompson invoca al. principio ‘de esta parte ‘dl libro, sing més blen su cristalizcion en la experiencia sub jetiva de quienes vivieron aquellos waflos terrbless, Fl rel {ado resolver el complejo de determinaciones objetivas y subjetivas, cuya totalizacion generé.a In clase obrera ingles, ‘en una simple daléctica entre et sufrimiento y ls resistencia, La aceitn i ‘euyo movimiento esté inmerso en Ia subjetividad de la clase, Agut radica la fuerza del famoso final del libro, «Estos hom bres toparon con el ulllitarismo en sus vidas cotidianas in {eniaron rechaaro, no ccgaente, sino con inaligencit ¥ po sin moral [...] Aquellos aos parcoen s veces no desplevar lun impetus revolucionario, sino tun movimiento de resistencia fen el que los romdnticos y artesanos radicales opusicron. la enunciacién del hombre realizado». La afirmacién de la. pa tdad entre accidn y necesidad se repite en las conmovedoras frases de esta conclusién, pero no puede justifiearse en el com junto de Ia obra Podemos consderar ahora el segundo gran tema de The ma King of the English working class ede que sa Case se pro dice cuando algunos hombres, como resultado de expesiencia omunes (heredadns 0 compartday), senten J” aricutey a identi de sus intereses entre llowy contra Sues hombret uj interescs tom eiferentes generalmenteopuesten) sos suyos®, Hemos llamado a ent ef erterio de concenca, por: ‘quem definicion de Thompson hace que la ststenci de te Bike dependa de la presencia de una copresion clea (am limientofarcuincia) de interests comuanes en oposcion tos dena (0 varias) clases antaginiens En The poverty of theory, Como hemos visto, Thompson resftma ert posicion fora fin ms tafante ¢ Inequtvocr: Las clases surgon poral Tos hombres 3 lan mujeres, bajo detcrminadas telaclones de’ pro dlucin, tentiican sue inteesesanagonicos y som lease & Iuchar,'a pensar y a valorar en terminos easstasy. aut te cnciencia de clase se convierte en el rasg dstintivo de for macin-de la clase. Desde un punto’ de ist empleeo, eau trado de plausibitd coresponde a esta dtinctn? Cason esta seguramente es que Teta imposible reconliara con El registro de los datotempircos dela historia, Con frecuencin han existdo’ clase cuyor miembros no sideniicaron ss i teresesantagsnicos» ep ningin proceso de clrfcaion © de licha. Incluso es probable que Gurent Ia mayor parte deta historia ‘esto fuera la rela Ids au la encpeion. £1 tring de clase, en st sentido modemo, es, despuce de todo, una ae MEWC, p85 (ol ms, pp. 52830), MEW, 9 fol a,» Pr, pp B09 tp. Ih “ Perry Anderson favidn del siglo xm. ¢Acaso sfueron Hlevads @ Tuchar o pensar fn termminos lassie os clays atenionses de la antigua Grecia, fos aldennos ividdos en catas de la India medieval 6 fos irabajadores de la era Mejien el Japén moderno? Hay datos eoncretos de lo contrario. gDejaron por eso de formar tlases? El error de Thompson eb hacer una generalzaion abu: Sra de la experiencia Inglesn que el ha extudiado:_ notable oncienca de ease caracteristca de Ils primera clase abrera industrial dota historia del mondo es proyectada universal tmente sobre otras clases. El resultado 6 una definicion de Clase demasiado subjeivicta y voluntarsa, mis eereana @ un partéprisétcoretrico que ala conchsion de una investigacion Empitis, En su importante obra Karl Marc's theory of history. Coen ha eritcado correctamente Ta lpia, de la desripeion fue hace Thompson de Ia clase, relvindicando Ta tradicional {fais de Marx de que ela clase de una persona no se extabcce ths que por su lugar objetivo en la red de relaciones de pro- Piedad [..} Su conciencin, su cultura y s0 opcién politica no {ntran en Ta deinitgn de 0 posicion de case. De Hecho estas txchsiones son necesarias para proteger cl cardler cxcncial fie la tess marsiana de_que Ta pension de clase condiciona notmemete a eee a cult yt Claes La ron Srplcacon de Cohen sobre In posicion del prlctariodo en la ‘Structure de la economia capitalistay sobre la gam de rela Siones de produccion posbles que gencran las clases, e de una lardad y' ura sutra ejemplares. El concepto de clase como tina relacon objetiva con los medios de_produccién, indepen Giente de la voluntad 0 la actitud, 10 parece necesitar una formalaein adicional Ta insostenibilided de la definiclin de clase que ofrece ‘Thompson en The making of the English working class, toma da literalmente, puede comprobarse en sus limos trabajos Como el terreno dest investigacion hstica se he trastadado Shora al siglo Xvi ingles, perfedo en que I concencia de lase Etre los productores primarios es obviamente mucho menos Sisile, su posiclones suen un cambio Inteesaate. En el br ante ensay reclentemente publica sobre Ta sociedad inglesa el siglo x, ‘Thompson presenta ina serie de proposiciones fracas: Ahora admite que vias clases, en su acontecer dentro GA Cohen, Kart Mars theory of histor: a defence, Oxford, 39, . 1) tha Yeorit de ta Mtoe de Kart Marz, Madrid, Sig XX, €0 Breparcinl La accitn 4s 4c las sociedades industriales capitalists del siglo xtx, yal Aejar su huella en la categoria heuristica de clase, no pueden de hecho reclamar universalidad. Las elases, en este sentido, ‘no son mas que casos especiales de las formaciones historicas ue. surgen de Ia lucha de clasess*. Pues cn el siglo XIX la ‘clase segin si uso moderna sélo fue asequible al sistema cognoscitive de las gentes que vivian en dicha época. De aq que el concepto no s6lo nos permita onganizar y analiza la cevidencia; esta también, en un sentido distinto, presente en la cvidencia misma. Es posible observar, en la Toglaterra, Fran cia o Alemania industriales, institueiones de clase, partidos de clase, culturas de clase, etc®. Sin embargo, antes. del si slo xix, los historiadores estan todavia obligados a usar el con- ‘cepto de clase, no por la perfeceién del coneepto, sina porate ‘no disponemos de otra categoria alternativa para analizar un proceso histérico universal y manifiest, a saber le «lucha de lasess Estos razonamienios conduicen a la sigulente conch si6n: «Lucha de clases es un concepto previo, ai como mucho mds universals, ya que slas gentes se eneventran cn tna s0- edad estructurados en’ modos determinados_(erucialmente, pero no exclusivamente, en relaciones de produccién), expert mentan Ia explotacién (o la nocesidad de mantener el poder sobre los explotades),identifiean puntos de interés antagonico, comienzan a luchar por esias cuestiones y en el proceso de lucha se descubren como clase, yllegan a conocer este desc. bbrimiento como coneiencia de’ clase, Ta clase y Ia conciencia de clase son siempre las ultimas, no las primeras, fases del pro- ‘ceso Teal histérico»®. De ahi la paradoja de que en la Ingle ‘err del siglo. xvii hubiera un campo. de fucrzas soc para la lucha de clases entre «la multitud en un polo, la aris: focracia y la gentry en otros, sin que la primera constituyera todavia una verdadera clase, eResuelve esta redefinicion comprensiva las dificultades del ‘coneepto thompsiano de clase? A primera vista parece un paso seishccetcntry Rp set: css srgle wit css p18 (p. 39). cm reipheenthontury English society». 18 (p36) fTElphecntheontury Elon socetys p19 (p37 f tElshecnthentury English socetys p31 (P3] ‘= cElgheanthecntury Enplah socctn, p. 151 (pp. AAI), Conrado toriamente, Thompson habia en oto sito Sela . 88 ool rp. 85) « Perry Anderson za inconfundible: sugiere que el cardcter de la clase obrera Inglesa se forj6, en sus rasgos més esenciales, en la época de Ia Reform Bill. ¢Cusles son los argumentos que Thompson ‘duce para esta periodizaci6n? Bl primero y mas sobresaliente fel de que el proletariado inglés habia adquirido una nueva ‘concieneia de su unidad en la década de 1830, Alli donde ante Hlormente habian prevalecido divisiones tradicionales.por of ‘os 0 regiones, los trabajadores de las mas diversas ocupacio. hes advertian una identidad de intereses, Emergio a cscala ns. Clonal con el general unionism de 183034, tras. haberse expre fado primeramente en el creciente eespirita de hermandad» de las mutualidades locales, A nivel politico, cl curso de perlamentaria de 1831-32 revelé Ia impronta de st inilativa Ys Independencia, De esta forma, una pecullaridad det des arrollo inglés fue que walk donde cabria encontrar un boyante ‘movimiento reformista de clase media, con un apéndice de clase obrera posteriormente auténomo, lo que realmente se feneuentra es I Inversion de este proceso» ®, Los reformistas de la clase media consiguieron utllaar la agitacion popular para ‘obtener de las clases terratenientes tin derecho de voto cul adosemente delimitado para excluir a las masas que To ha bian hecho posible. «Algo se perdié» también por estos afos, ‘al fracasar I conjuncién de la tradieién radical de la clase fbrera con la critica romantica del ullitarismo contemporanco. Finalmente, lo notable es el logro colectivo de este. periodo: EI pucblo trabajador no deberta ser contemplado tinieamente como tuna inmensa muchedumbre perdida. Durante cincuenta fitos alimenté tambien, y con incomparable fortaleza de animo, fl Arbol de la Libertad. Hemos de agradecerle la herolea cul tura que supo desarrollar entoncess ‘La grandeza de estas péginas finales ha sido unénimemente reconocida, Es precisamente su fuerza lo que nos plantea el ‘gran problema. Como escribio Tom Nairn hace quince afos, fen lo que sigue siendo la reflexion més seria sobre el Iibro hasta la fecha, uno de los hechos centrales de la clase obrera im lesa es\ que «su desarrollo como clase esti divide en dos {grandes fases, y @ Primera vista apenas parece haber conexion fentre ambas>, pues ela historia de los primeros momentos de Ia clase obrera inglesa es una historia de revueltas que abarca mas de medio siglo, desde la Revolucion francesa hasta. el MWC, ps8 (yok mm, p96. 7 MEWE, BS (vk mt B30 Ta accién ® apogeo del cartismo en la década de 1840+”. Y «cqué fue de estas revueltas? La gran clase abrera ingles, esa ttiniea fucr- ‘za social que pareci6 ser desatada por el rapido desarrollo del ‘apitalismo inglés en la primera mitad de siglo, no emersié Finalmente para dominar y remodelar la sociedad inglesa. No ppudo romper el molde y forjar otro nuevo. De hecho, después ‘de Ta déeada de 1840, Se convirt rapidamente en una clase faparentemente déci. Se adhirié a tna especie tras otra de re fermismo moderado, y sus principales movimientos han per ‘manecido unidos a las ideotogias burguesas mis grises y estre ‘chase. Dejando a un lado Ta hipérbole indudable de la frase final, que exagera la importancia de Ia posterior dominacién fabiana, es diffell negar Ta validez general de esta descripeion. Victor Kiernan ha pronunciado reclentemente un veredicio si milar: «Con el virtal fin del eartismo alls por e fo 1850, ta fncapacidad de Ia nueva clase abrera de penetrar en la vida nacional y remodelarla 1a hizo encerrarse en el “aborismo’, la futoabsoreion y la apatia polities, de los que nunca se hare tuperados®. La euestién que se plantea inmediatamente es geome puido haber estado «formadas In elase obrera en la a {ada de’ 1830 si luego experimenté esta wsorprendente transfor. facidn+ cuyos rasgos principales han durado casi un siglo? Sequramente la respuesta es que el término posee connotacio- ‘nes equivocas. En primer lugar, la clase obrera inglesa no es taba sformada» en la década de 1830, en cl sentido. sociolo ico de que estaba todavia lejos de ser predominantemente tuna mano de obra que trabajara con unos medios de produc tién ‘auténticamente indkistriales, ya fuera en fabricat on fotos complejos téenicos. La expansion de la «mecanofactaras fue en realidad, incluso en Ta economfa vietoriana, mucho més lenta de To que tradicionalmente se ha pensado”. Sin embargo, Su progresivo advenimiento supuso una recomposicidn radi ‘al, largo plazo, de la clase, modificando profundamente sus festncturas en todos los niveles al tempo que se generalizaba Ja figura del trabajador colectivo en el marco de. un proceso de trabajo Integrado. [a prolongada pausa en cl desarrollo del TS cThe Rnglsh working class, New Left Review, 24, marsoabril de 196, 9. gg eas in demon ral de Rape! Sao, era of ee ee eee es sae oeen ee sea eees Sete terface een ae en ee oe Peete Speci ceria alge cnet Oe sree ee eee feowariar mesa mier nee Os nat —— ieoeeccnre een aie isan ge Gants Sicilia a ditee uncom wens Gener eo ee eee ee iuthereasyighenearans Seen ee Saar “Workingclass cutore and workiagclass politics in Landon, 161 ‘oles on the remaking af working lie, Youral OF seca i tory, tere. de 51 pp. 480 MEWC, pM vol 3p 18, La accion st lixé, y apunta cémo las tradiciones obreras posteriores de In flaterra carecieron precisamente de estas cualidades™. La prin Cipal corriente del laborismo de finales del siglo xix y prim. tipios del xx debié su cardcter a ideas anticapitalistas que iban ims allé de las de Paine, «ancladas» en una estructura parla ‘mentarista que tras él enir6 en regresién. La clase que Thomp> ton deserbe a Fevolcionaia por temperamento © ideoloa, pero no cra socilista. Después de Ia metamorfosis de media ‘dos de siglo, y como algunas fracciones de ella se hicleron so- clalistas, dejé de ser revolucionaria. En eso radiea toda la tr feedia de la historia del laborismo inglés hasta la fecha, como Is lam6 Tom Nairn con toda Ia razén De esta manera, considerando lo que son Iss dos dimensio res fundamentales'de tina clase obrera (su composicion abje tiva como fuerza social y su perspectiva subjetiva como fuerza politica), nos vemos obligados a concluir que el proletariado Inglés no estaba formado de ninguna manera en 1832 0, si 10 estaba, su primera encarnacién> seria extrasa y sistematics ment’ invertiéa ‘por au segunda. Thompson, obvamente, no Jgnora este problema, No se reflere directamente al mismo en The making of the English working class, pero més tarde ha hhablado de Ia tarea de unifieacin Ge clase que Hlews a cabo cl cartismo, que pese a ser anulada cn una fase posterior su puso en str momento Ia culminacién del periodo de forma. lon, Pero si la misma clase pudo formarse en la década {de 1830, deformarse en la de 1840 y reformarse en la de 1880, hasta qué punto es satisfactorio hablar de formacién? En un Eontexto. diferente, el mismo Thompson ha sefalado indiree tamente algunas de Its dificultades. En su ensayo «The pecu Iiarties of the English» no trata tanto de reivindlear Ia accion Insurgente de Ia primera clase obrera como de rechazar 1o que 41 considera ef tratamiento superficial que hablamos ofrecido ‘Tom Naira y yo al reformismo moderado de la clase obrera posterior. Thompson presenta aqui dos argumentos de gran in- ferés por la luz que arrojan sobre The making of the English ‘working class. En primer lugar, sostiene que en nuestra visiin fe ta historia inglesa? «la clase es revestida de una imagen antropomérfica. Las clases tienen atributos de identidad per- ‘sonal, voluntad, fines conscientes y cualidades morales»™. Tras 5 MEWC, pp, 01 (vp. 248 2 Epos d's MBI, 5. mw. sn 32 Peery Anderson reconocer que, en parte, se trata de una cuestion metatérica, Continda: «Pero no debe olvidarse munca que sigue siendo la deseripeién metaférica de un proceso més complejo, que trans ‘curre sin voluntad ni identidad»". Para jlustrar esta critica, ‘Thompson selecciona precisamente ta linea divisoria de la que hhemos hablado, a la que hemos denominado una profunda ‘cesura en la historia de la clase obrera inglesar, y que se Dro- ‘duce desde la década de 1850 hasta la de 1870, Para rebatir esta afirmacién, Thompson arguye que el perlodo que se ex Hiende entre el cartismo y el nuevo tinionismo estuvo.caracte- tizado en realidad por nuevas divisiones socioligicas en el sero de la clase obrers, por la adaptacion_psicoldgica al sistema {abril y por Ia constitucién de las instituciones tipicas del mo Vimiento Iaborisia (sindicatos, consejos sindicales, coopera vas). «Los trabajadores, hablendo fracasado en su’ intento de erribar la sociedad eapitaista, procedieron a poblaria de ex ‘remo a extremo [...] Era parte de la logiea de esta nueva ireceién el que cada avance registrado en el marco del cap talismo implicara el compromiso cada vez més profundo de clase obrera con el status quo, A medida que mejoraba su posicién en el taller mediante la organizacién, se hacian més Feacios a tomar parte en insurrecciones,quijotescas que po dian hacer peligrar las ganancias acumuladas a ese coster®. De esta descripcién Thompson concluye lo siguiente” «Esta fuc ta direccién que se tomé y, aunque bajo diferentes expre- siones ideoldgicas, en todas las naciones capitallstas avanzadas se encontrard el mismo tipo de implicacion en el status quo, No hay por qué estar necesariamente de acuerdo con Wright Mills en que esto indica que la clase obrera s6lo puede ser una clase revolucionaria en sus afios de formacién, pero hay que Teconocer que una vez transcurrido un determinado momento critica se pierde irremisiblemente Ia oportunidad para un de- ferminado tipo de movimiento rovolucionario, na. tanto. por ‘agotamiento’ como porque las preslones més limitadas relor- rmistas, de la base organtzada originan clargs retrocesose Lo que realmente llama ta atencién de todo este razona rmiento es que choca de frente con The making of the English ‘working class. El énfasis se ha invertida, Ahora hay més que luna celebracién de la-accién tuna reflexién sobre la necesidads SSS Bey 33s La accitn 3 ss que yon proyeccin de la identdad, un énfasis en la mi {abildad de la‘elase; no hay ya un proceso nacione, sino un ‘modelo internacional. Este polemico’planteamiento apunta en tion direceln insoita. Pues si ex errénco adscribic wvoluntad € identidads alas clases, Zcdmo podemos hablar de” que una fiaseobrera se eautoforman, verbo que parece conjugar” en tina frase los dos errores? ilf donde The making of the En Hlsh working class mantiene que este proceso de formacion fdebe tanto a la accion como al condicionamientos, «The pect Tarities of the English» advierto'« sus lectores:«Miremos a In historia como historia? hombres encaadrados em contexton reales que no han elegido y enfentados a fuerza Ineitables, on una sbrumadora inmediacién de. deberes y relalones.y Sélo una pegueha oportunidad de insertar su propia accin en l procesor™ La codeterminacion se ha convertido agen una Sfrmacién mucho més modesta, Gran parte. de este contraste Se explica por Ia diferncia de’ contextos, En The mating of the English working class, Thompson intenta defender la act ‘vided ‘ereaivn la sutonomin del radicalismo inglés frente a tos historindores © soctlogos empedados cm reduc la clase ‘obrera Inilal un objeto. pasvo” de la industrializacn, En “The peculiarities of the English, por owo lado, se centra en Gefensa de los antecedentes del lnbormo de izguierda, ape ado. una mayor comprension del peso insoportable de las Gireunstaneine que. diaminuyeron si capacidad de acciOn. La intencion politica es respetable en ambos casos. Pero aun te niéndola en cuenta, la disrepancia teérica sigue siendo insu erable El papel dela accion en la historia no pucde scr aja {do ad hor para que encaje en determinados propesitos. No hay razén parm pensar que Ta linea que va de Lansbury a Benn Se haya enfrentado a fuerzas mas Inevitables que las que se Shatloron sobre os jacobinos o ls luistas. Lo contario seria ‘mas plausible La varlacién de las consideraiones de los dos textos va, sin embargo, més all. As, en el segundo, Thompson csbora tuna teria general dela evolucin de Ta clase obrere.wilda pra todos fos pafsesthdustiallados. Es caraterfstico de os ‘for iniites de tuna clase obrera wn edeterminado tipo de Movimiento revolucionari, pero una. vez que ha pasado el “momento rico» desaparce, empezando una fase rs slim tada'y reformist, Este esquema guard clertas'semajanzas FPF, pO BL sbayado os mio st Perry Anderson com la difundida tesis de 1a sociologia convencional de que ta clase obrera es rebelde en su juventud porque todavia no, ha fceptado el advenimiento irreversible. de la. indistilleacion, Se Adapta de mala gana a la realidad del orden capitalista en ‘su edad madura y se reconelia con él a través de nuevos ni: eles de consumo hacia si jubilacion, antes de desaparecer efinitivamente en una sociedad posindustral. Evidentemente, la gran diferencia es que Thompson —aunque dispuesto ac! mitir Ia posiblided de «una desintegracién de las viejas insti tuciones de clase y de su sistema de valores» y «cambios radi ales en la composicion sociolégica de los grupos que compo hen Ia clase historicas "se aferra a la esperanza de una tran- sieidn hacia el socialismo, si ésta fuera necesaria tras seme jante transformacién. No hay nada vergonzoso en estas hipd- tests, Pero lo que salta s la vista es que este tipo de perspeo tiva no es del todo coherente con cl de The making of the English working class. Pues si existe esta secuencia universal equé queda de Is reivindicacién de una invencion particular fn el caso inglés? La accion colectiva parece disminuir de for ‘ma inevitable una vez que han sido aleanzados el «mismox tipo de resultados en «todos Tos palses capitalistas avanzadoss. Hemos de preguntarnos: podria la clase obrera inglesa no hhaberse formado a si misma? La reductio ad absurdum implt- ita en Ia euestién arroja una sombra final sobre cl problema de In codeterminacién. Fl. papel de Ia. accién en la’ historia, [recisamente por ser tan incansablemente buscado en The ma King of the English working class, sigue siendo absolulamente ‘esquivo al final de ella 1a obra de historia més importante escrita por Thompson se ‘cups de Is autoformacién de las clases. Podemos rastrear Ia Teaparicion del mismo movimiento intelectual, y de sus mis ‘mos limites, cuando en The poverty of theory Wuclve a la cues {Hm de que Son. las clases quienes hacen la historia. All cita cl famoso paradigma de Engels sobre el proceso histérico: ‘La historia se hace de tal modo que el resultado final siempre, eriva de los conflictos entre muchas voluntades individuales, ‘cada una de las cuales, a sa vez, es 10 que es por efecto de ‘multitud de condiciones especiales de vida; son, pues, inn tmerables fierzas que se entrecruzan las unas con las’ otr35, =p. . sin nee Bie ‘ op CF eee Ee see a are ee ee one =a eae Sie animes Din oe eee eee los presupuestos econmicos son fen Gentiva decisis y i es donde coneluye. Por el camino ha reunido una infinidad Ae een ore seees (eene'/iaer dines Sma hon, ES et a eee pata ie eee te a ar eer eee SEI cement a ae Se oe neem tie cto neaia drat nen [ioe ace Gute So ee on eat eee peep ge gratis sentence seroma setae et acute ence ei Sea ge cada una de las otras como voluntad 7 pero to eee coben Ce eee ace Rane eh eee Ss Perry Anderson Aeterminadas relaciones de produccié, identifican sus intere ses antagénicos y son levados a luchat, a penser y a valorar fen términos clasistas: de modo que el proceso de formacion dde clase consiste en un hacerse a si mismo, si bien bajo com diciones que vienen ‘dadas'»™. En otras palabras, tanto en la interpretacion de Thompson como en la de Engels se produce Ja misma regresion ad infinitem, La dnica diferencia es, que para Engels los constructores inmediatos de la historia son tos hhombres y Tas mujeres individuales, mientras que para Thomp: son To que los hombres y las mujeres construyen son clases, La convergencia de los resultados finales puede observarse en la siguiente afirmacion de Thompson: «La accién reese en lor hombres, no en las clases». La dificultad tedrica central per Imanece intacta en ambos casos. No se trata del tipo aproplado e voluntad —personal 0 colectiva—, sino de st lugar perf hnente en la historia. La diffe cuestion planteada por na th: terpretacién como la de Thompson ex ésta: si los procesos historicos fundamentales, la estructura y evolucion de. todas las sociedades son el resultado involuntafio de la lucha de tne ddualidad o una pluralidad de fucrzas de clases voluntarias, que cexplica st naturaleza ordenada? ¢Por qué la interseceion de vo- Tuntades colectivas rivales no produce el aos fortulto de un magma desestructurado y arbitrario? Dos de las obras ‘mis ‘importantes lel pensamiento social moderna. se han referide a este problema. Se trata de The structure of social action de Parsons y de la Critique de ta raison diatectique de Sartre. Fl Planteamiento del problema que hace Parsons todavia no ha Sido superado en claridad y conviecién. ¢Cémo podria haber ‘encontrado un orden social Coherente el modelo tiltarsta de los intereses racionales contradictorios? ® zQué le. impedisia disolverse en una guerra implacable de todos contra todos? Partidario acérrimo de una etoorfa voluntarista de la accion Parsons intent6 ofrecer una respuesta satisfactoria al problema de imo puede una multitud de «actos unitarioss [wnitacts] individuates constituir en ltima instancia tun «sistema social» Su solucién, como sabemos, fue considetar las normas 9, Tos Valores comunes como la estructura integradora de tods so. TET, pe, 2899 (p18. 2 PT pete Taiott Parsons, The stricture of socal action, Nueva York, 186 . SES Cha esructara de le acc socal, Mads, Oundarine, 188 Pb, SEIT Para Parsons el mataemo constitye una nanan del Spe ‘Stivsmo individuality en el mismo cares La accién 37 17 {Cree de a sang ili, ecnae Ane, Load BO, ike, SO roid pte Pea os 58 Perry Anderson aoa eee erat anaes Ronee eerie eae hese ee ae seuie nee eet ee pa es a ees nee een anlar) es ee aie erate cee an ap eee cere ates inp ee eae eee ee eee ee eerie Aer en see deingnes Se eee ne einai ee rad aoe pence ee ee een Soaneesmame tery cal Sie oman en ate eee Fe eerie Serer spas eects Sele a poem ne eee octane sini ane ae Na SRepaleninmr rime micardis tne ee cd ome eee a oe Slate tetera a Soe are ae en oe ee Rene cee aa © Grane, vol m, mss. po. 35, Grigor mas DB. 3238, 36 Lattin » lo que habia expres en primer fa. fn ate examen tad det problem del orden pace sears ane fenerl do bu expat, Dicadeem nate nce fn do ques To gue pc aI hsans sor in ea tara de proycton que at savant ae ta Sr taetrt concep ea repucan cease zodera ns conse les ste Se sxe fhe See ert tego ea pena Se aa Engels hacia extensivo su ataque al intents de Sone de Se formulae proiena a mayor excl ois Casas te fo Inlonabm ane Nabe pus impale ect ef tin errando Ia gue abfe Enger Pet Stee Sualgue forma de vlunind’ ane tee re ‘len Pour Mert Lire Le cap sore meee, SOE ‘Pistol no permis pasar et as Gk se iT mibmo tempo, Pvtrormente auc tes so trent ambit dyes nares sees, coe iia fue un hibit peices ue ers St termiologn cn dendehngo heaton Tas lar nt palabas de Mar de abe ane Re ‘tc noreprodler at conics Scone a ae Po ave produers no are es ake ne a em Sepura'ie reproduc de tas fener Se ade gc Surerpuce ta gi oprodusn tr sa ore an eat etncaineneauogradn por i aust en acini ctv cll cl Et es So der de los aparatos del Estado, por un Tad ef spatste (eae, Siro) de Estado 9, por ot el pate oisgnee see fron etn gies po wi tee ng oon, Lae ila en el pater ate ejcuan pa dere ee dete ise ek poe amas oe cae ease ‘a fren asia ea Henge en he = Enea, The nhary of a thought, New Lett Review, riepheclenne ie 193."R © “cdl en Bolen cision For Mars, p HT (la revbluctin tedrce de Mars, M era rca de Mars, Mes, Siglo XX, Len and philosophy and_other essays, Landtes, 17, pM Ipldcolcts Y"aptatos codecs” de Estado, La" flouie? colt fig fo econ, ese. So XE oe use, ee come im end pono p. « Perry Anderson clase dominada'™, Irénicamente, estas formlaciones s¢ ‘Stud al coaucran volunarst de exleacon historia al que Sitnawwer habla ntentado remincir Outed por estoy ch ann fondats hace dos mmatizcloes” el eproceso foals de repro Toten’ se sreaisar dentro de low procesos de produscion y ‘GkGinek, @ tas dena lucha fe elses que enrenta & far dee Gominantes con las dominadss'®.Algtnos alos des face ccribio otra. retfcacions a Ticha de clases no se Rosana en el are on algo parscio a un campo de fabol att nvmaigada enol modo-de producién y explotacion de una Soviedad de cases dadae™, De eat forma, sla base material Spin lucha de cases ev sia tndad elas Telaciones de pro Acaun 9 as fara prods boy velo un siege ad producion dado on un formacion social Historica Tintelte Br agut se hace de nuevo hineaps en la bese, den {fo de la topopaiia marxista tational, le cual posse im nu propia cunidads rian ‘opinién merecen estos sucesivos ajustes? La logica de‘muteiatismo Historic exclaye tant la slucion de Parsons om la de Sartre, Sestencr qu la nkdad els formaciones Saintes provene de la fwsidn de valores o del elerciio de in volecn sobre una plraldad de Indviduoso de vluntades Ad gruyo cs seehnvar in insitenla marisa en Ta primacia de ia tetcinacons coondmica on i bn, reemente rey Engels polemizaron directamente con las versiones d Mimondnne de” estas posicones (a obra de Hegel ya de Diluing respectivamente). El problema cel orden social ex ffresolble mientras su respuesta e busque en el nivel de Ie intenclon(o toloracion), por enmaraieda que esté la madeja f'n vliton por defini que ext lucha de volutades en ‘Eiminos de ce, por alicnads que esté la resltante Final de Mein actres’ Be, y dabe sory el modo de producciin do trate gaun coniera la wnidad fundamental aura format Tat algnando.posciones objeto a st clases ¥ dstribae Jendo aloe agentes dentro de cada clase. El resultado en Froceso objetivo de lucha e clases. Para regular y estab Ei cate. conflict son desputs indispesables. ls modalide ™ Lenin and philosophy, pp. 182, 148 (mp. 114, 120) 1 Lau tad Phew, Hak eats aldol y apron aca Se Been elbde en Errton, Basen, Las, BT Pees tx selferidciom, Landes, 16, p 3 tod La aocién “ des complementarias de} poder polio, entre as que se im cluyen la represion y in ideologa, elercitadas tanto dentro coma fuera del Estado, Pero Ia ochn de'cises por ef ones noe Sina causa, primera de la sustentacion del orden, ye que lt clases estén constitidas por fos modos de. produccion, no sl eves, El nico modo de produccion ea ef que coor testo es el eomunismo, que’ presiameate abolta Tas cases, Desde Iueg, el problema de orden no agota la naturalerk det proceso hstrio, Tambien lag revuttasy 21 desonden re Suieren una explicacisn. Lo tentador es deci? qu formant atte espocfea de la Tacha de cates puona eo movimente Pot cl modo de produceion. Esto seria Tac. Puc sepa’ Materillsmo histrico, etre los mecanismos de canbe soil ‘ds fundamentaesfiguran las contradictions ssematcar an tte fuereas 9 relaciones de produccin, no obi los eonilicies sociales enie'clasesorigindos por rlnciones Us producclon Antaginicas. Las primeras se superponen los segenios, pon que una de las mayores fueraat de produccion ‘es seme trabajo, que a su ver constitu una case especificads por las felacioes de produecion. Sin embargo, no conden totes te Las ris de Tos modos de prodaccin no som tentions 2 Jas confrontaciones entre las clases. Unes yolver Puede fun diree ocasionalmente El comienzo de las grandes criss ceo. némics, tanto bajo el feadalsmo como bajo el capitalise, fgencraliente ha cogido desprevenidas tons las Gases so {es al derivar de las profundidades estructrals gue se halon dshajo det conflico tirecto entre aqulis, Por otro io, in Tesolucién de dchas criss ha sido no pocas veces el resleade de prolongadas contiendas entre les cles: De hecho, las tans females Yeaconrias eum mode de product otro son por lo general el terreno privilslade de Ta iocha de clases. Aqui, sin embargo, tambida es esencial recordar la tran stancn extnte nt fos choguesreatvamete cle f= del pasado inmemoraly la conversion —desigual Impor. fecta— de estos choques en contendas eonsclentsy que tienen lugar en fos silos xp y . 18 TPT, p32 cp 280) BL marsismo a ‘explicaciin de los medios de transmisién y mutacién de las ‘especies, la teorla del materialismo historico carece de una ‘xplicacién de Tos medios de la correspondeneia (parcial) entre ‘modos de produecién y proceso histérico. La genética de Men- del proporcioné la primera, La labor de lor historiadores mar istas ha sido faclitar la segunda, Qué han descubierto? «La experiencia humanas', Esta genética no es tan racionalista ‘como la esbozada por Marx en lenguaje flosofico: da mucha ‘ms importancia a la cultura y, dentro de ella, ln econciencia afectiva y morals”. En Marx hay un silencio absoluto. sobre este tema, pues nunca llegé a ealibrar en su justa medida la fuerza que tenian en la historia Ia moralidad ¥ la efectividad, ‘en oposicién al interés y a la ideologia. En el mejor de los ‘casos, fue demasiado racionalista, Engels, a este respecto, no represent6 ninguna superacion. Su rechazo radical de Mortis, gran comunistay moralisia, revela una ceguers comin. La Aesolacién provocada por el althusserianismo hha sido el \ltimo producto de la herencia de este error. En consecuencia, debe Fenunciarse al marzismo como teoris. Su pretension de ser tuna ciencia es, y siempre fue, oscurantista. Sin embargo, hay luna tradicién derivada de Marx que se sitia en las antipodas de dicha Teoria y ala que hay que rendir homenaje. Aquella no tiene nada que decimnos acerca del mundo; ésta, en cambio, fs investigadora y positiva. A este auténtico materalisima his! rico, es decir, a esta stradiclén de brisqueda abierta y em piriea que se origina en la obra de Marx y usa, desarrlla y revisa sus conceptos» ®, todavia merece la pena adherire. Este caso representa, por muchas razones, el desarrollo mds coherente y novedoso de The poverty of theory. Equivale, cfectivamente, a una nueva lectura de Is trayectoria intelectual de Marx que no otorgs primacia a los primeros escritas filo s6fleos nia tas obras econdmicas posteriores, sino que con. ‘cede tuna importancia capital a los textos polémicos de media: dos de Ia década de 1840. Desde este punto de vista, La ideolo- fa alemiana seria Yo més cercano no ya a la enunciacién, sino a la plasmacion de un programa de reconstniccion. materia: lista de toda Ia hisforia de la humanidad como proceso social unitario. Tras ella, sutilmente, las obras principales de Mare cambian de direccién con un progresivo alejamiento de la hie: PE b. 3 Co as "TPL, b Sat (p29

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