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Pas ESTES are tinea Yoo 2s Soop se trata més bien de una forma provisional y crcunstan:ial de unién doméstlca al que procede més un término como conglomerado farin."* 2) El grupo doméstico como estrategia de resistencia Lo que es importante entender de este modelo domstico de conglomerado «es tanto su proceso de formacién como su logica de funcionamiento. Todos los hnabltantes de esta bartiada son inmigrantes de extraccidn campesina legados a ‘México alo largo de este siglo o descendlentes de estos inmigrantes. Una parte muy importante de la perferia urbana de ia Ciudad de México estéformada por barrladas donde se han dado ocupaciones ilegaes de tieras Ge dominio pablico (Qos llamados “invasores" 0 "paracaidistas") 0, como en el caso de Cerrada de! Céndor, los nuevos vecinos han comprado 0 alquilade una parcela de tera (ote) para hacer su vivienda. ‘Esta es cas siempre de autoconstruccion y la vivienda se va adaptando y en sanchando en funcin de la ampliacién del grupo familiar, Todo recién egado Gque llega a Ia ciudad ina a vivis, de forma mas o menos provisional, con los Darientes més proximos que vivan en la ciudad. Este mecanismo de acogida es Conocido en ciencias sociales con el término de cadenas migratoria. Es obvio Gue estas cacenas de parlentes son una forma espectfia de red social, Una red ‘gue, como tal, no contiene a todos los parientes posible de una persona, sino ‘apectficamente a aquellos que se moviizan y hacen wo de este tipo de recurso Social, 0 “capital humano”, que sirve para compensa otras carencias de tipo material de estos sectores sociales. Adem, en las cadenas migratorias partic- pan personas coterréneas no emparentadas. Estos conglomerados familiares tienden a evolusionar més rapidamente ‘cuanto més répida es la movilidad social ascendente de los individuos, espe- ialmente entre las personas més javenes que, al casas, tlenden a cambiar de bartio, Hay, por tanto, constantes procesos de fusién y fisién de las unidades omésticas, Con frecuencia, y esto ocurte tanto en México como en Catalunia, ‘estas unidades domésticas incluyen personas que no éstin emparentadas y que Suelen proceder de la misma poblacién originaria del néicleo del grupo. Mas all de este grupo primario las redes de individuos de cada grupo doméstico se extienden: 1) entre los vecins de la misma barriada v 2) entre los compatieros de trabajo, especialmente si son de la misma extracclin étnica o regional, algo muy frecuente, ya que el acces al trabajo suele dase riediante reds étnicas y es frecuente que los empresacios tengan el mismo origen que sus trabajadores, 2 10s que han ido reclutando con un criterio de mayor confianza y complicidad. 13 D. Comas ’Argemir y J. Pups (1991, ps. 4546. atonal oe 07 ‘Veremos, con el ejemplo de la familia Gonzalez, ya citado, como Larissa Lomnitz nos describe la légica de funcionamiento de este conglomerado fa- miliar, tal como ella lo conocié a principtos de los altos 70: “La sefiora Maria y su nuera, Ia sehora Rosa, se encargan de preparar los alimentos cont la ayuda de las otras mujeres (adultas y mifias) que estén disponibles. La primera pre- para el desaytno y la cena para todos ios que compact el solar y los gastos, Las que teabajan, cooperan con dinero para la comida: no hay cuota fja y los que no tienen no dan. Cada nscleo familiar contribuye con lo que puede cuando puede, ¥ todos comen de elle. Siempre hay tortillas ¥ Filles, sobre todo para los nifios. Las mujeres {que participan en la preparacién de la comida comen lo que preparan, yalos hombres siempre se les guarda[. La mayor parte de las actividades dlaras tlenen fugar enel patio det sola. Allfse come, se limpian los alimentos, se lavan las cosas y la ropa, se omenta, los nos juegan, et. Las habitaciones se usan slo para dormir, o para protegerse dela Ilia. Desde que un hijo del senor Francisco compré un televisor, su habltacién se utiliza, ademas, como salon de ‘cine’ familiar, ya que todos van a ver las pelfculas Dos veces por semana salen a recoger lea todos los que pueden [.). También hay recoleccisn colectiva de papel, cement, vidrio ¥latas, pata vender. Todas cooperan en actividades de utlidad comin, como componer techos, acerrear objetos pesa- dos, construlr una pequefta habitacién, ete. Todos culdan a los niiios, les ayudan fo gritan si ven que corten algin pellgro, Entre los adultos se piden ropa o ariculos pertenecientes al grupo nuclear, los nifos y los adolescentes toman sin preguntar. ‘Todos entran en las habitaciones de los otros como si fueran suyas"." Como toda unidad doméstica, este conglomerado formado por los Gonzalez tiene una economfa doméstica comin y una relacion de reciprocidad entre to- dos sus miembros: todo el mundo contribuye en la medida de sus posibilidades. Esto no quiere decir que no haya una cierta diferenciacién interna: una de las seis familias nucleares compra alimentos a parte de los dems, lo cual no impide que patticipe de la vida doméstica del conjunto. Siempre hay elementos de con- sumo que son privatives de uno u otro grupo. Es decir, se aprovechan las venta- jas de la cooperaciGn en los trabajos de interés colectivo y se ahorra haciendo el puchero comiin, pero no se pierde el sentimienito de nuclearidad y el sentimiento de pertenencia a un micleo primario, formado siempre por la pareja conyugal ¥ los hijos solteros. Ademés, esta logica de reciprocidad se extiende hacta el con- junto de la barriada, ya que los vecinos intercambian constantemente servicios ; incluso, ayudas materiales. Al mismo tiempo, las redes sociales parentales se 14 LA, Lomita, 19895 1184120, nor UOC 208 oe ‘mantienen vivas, especialmente mediante visitas mutuas a Jos lugares de resl- dencia, Esta soclabilidad puede extenderse, fuera de la geografia de la barriada, a otros coterréneos o amigos, pero no es tan frecuente, tas conclusiones mas importantes del trabajo de Lomnitz se pueden sin- tetizar de la siguiente manera + No se confirman, en este caso, las propuestas ts6ricas de los cientificos sociales que pronostican el inevitable proceso deindividualizacion que se produce entre ls personas cuando viven en un contexto urbano. La familia y el parentesco siguen siendo la forma mas eficaz de dar solu jones instituctonales a problemas reproductives y de subsistencia de los hhabitantes de la ciudad, especialmente en contextos marginale’. + La cludad no constituye un todo integrado, que puede ser descrito desde la perspective de las instituciones y dispositivos del Estado, sino una rea~ lidad fragmentaria compuesta de pequefios subsistemas, algunos de los ‘cuales estén débilmente articulados con el conjunto de! sistema. «+ En situaciones de marginalidad se refuerzan los lazos de parentesco y, paralelamente, formas de identidad étnica que “ienen como base el higar {de origen (campesino) de las personas, el referente més claro, en la medida que tiende a reproducirse en la cludad mediante las cadenes migratorias. 1.3. Sociabilidad, escuela, trabajo y valores obreros en una ciudad inglesa ‘Paul Willis, con su libro Aprendienid a trabajar (1988), nos aporta uno de los mejores ejemplos de la literatura etnografica en contexto urbano de un estudio de caso en profundidad. Su pregunta fundamental, que podtsfa parecer incluso ‘muy simple, queda condensada en el primer pirrafo ie Ia introducctén: so dificil de explicar en relacién con el hecho de que los chicos de clase media com siguen trabajos de clase media es por qué todos los dems se lo permiten Lo dif de txplicar en relacibn con la manera como los chicos de cise obrera consiguen tabsjos ide clase obrera es por qué ellos mismos lo cansienten”." 25 P. Wills, 1988: 1. tonal Yor a, ‘opr. a naga cone dep A nivel metodolégico el autor especifica que las técnicas empleadas fueron, la observacién participante, la entrevista y las discusiones de grupo en el con= texto de un trabajo de campo intensivo realizado con chicos de clase obrera que consistid en seguitles la trayectoria desde los dos iltimos aftos de escuela hasta primeros meses de trabajo. La obra esta organizada en dos partes bien diferen- ciadas. En la primera se presentan los materiales etnogréficos que consisten, bisicamente, en una etnogratia de escuela, orlentada especificamente a la pre- sentacién de las actitudes de oposici6n de los jévenes respecto a la institucién, En la segunda parte se realiza el andlisis de estos materiales de campo, buscando explicaciones de caricter teérico para situar estas actitudes de rebeldfa juventl que solo sirven para reforzar el sistema social existente. La investigacién de campo consistié en el estudio intensivo de una docena de chicos de quince a dieciséis aos, de clase obrera, que estaban cursando su tlk timo afto de escuela obligatoria, También se hicieron cinco estudios de control, de caricter comparativo, con chicos ce diferentes caracteristicas del mismo cole- _gio del grupo principal, al que se da e] nombre figurado de Hammertown Boys, y ‘cuatro grupos de chicos de diferentes escuelas de la ciudad industelal donde se reali26 el estudio. La caracteristica definitoria del grupo principal es su inconformismno, sus actitudes contraescolares, entendidas como oposicién sistemstica ala autoridad académica y, por extensién, oposicién a todos los estudiantes que adoptaban actitudes conformistas. La filosofia vital de los colegas queda expresada en las palabras de uno de estos j6venes: "{o} Son capaces de castigamos. Son mayores que nosottos, representan a una gente ‘que es mis importante que nosotros, que somos poca cosa, y ello representan cosas grandes, y ti intentas arreglarte como puedes. 5, no sé, que nos fastidia la autoridad, ee El autor det trabajo recoge numerosos testimonios en los que los profesores son caracterizados como enemigos de los colegas, una gente que quiere imponer arbitrarlamente sus criterios en la manera de vestir, en la compostura en clase, en el cumplimiento de unas normas emanadas de la direccién del centro, El grupo de colegus, por el contrario, busca constantemente la provocacién, charlar, hacer tuido en clase, molestar a los otros compafieros, buscando excusas para no estudiar... Segiin Wis: 16 P.Wiis, 1988: 25 210 anogeta 2 tauoral Yor. “Los coeges son especiallstas en un sentimiento teprimido que se detiene siempre justo antes de una confrontacion abiert (J, hay un are de insubordinacién sin ‘propésto com justficaciones espuriase imposibles de conten.” 1 andlisis de Willis se concentra, a partir de la transcripeion masiva det ‘material de entrevistas individuales y de grupo, en la descripcion de las practi ‘cas y actitudes del grupo inmerso en la cultura contraescolay, la de los colegas, por oposicion a las prcticas de 1os profesores y de la direccion de la escuela y, tangencialmente, en relacién con el resto de estudiantes, los conformistas, que son etiquetados por el grupo de referencia como los nringaos. También se hace referencia a las relaciones del grupo con las chicas de una escuela proxima a su centro, el Hammertown Boys. ‘Tematicamente, hay una serie de elementos simbélicos que sirven para mostrar el proceso de diferenciacion de este grupo respecto al resto de compa- ‘eros de escuela y respecto al sistema de reglas escolar: la forma de vestir, el consumo de alcohol y tabaco, el salir con chicas, la ley del silencio y el com- paferismo. La manera de vestir es una de las formas més visibles de oposicién a la ‘uniformacién y al conformismo respecto a las reglas. Dado que en la escuela estudiada no habia un uniforme para los estudiantes, el estereotipo de “ropa ‘académica” se establecia por referencia al vestido de los profesores, es deci ‘vestido, camisa y corbata. La indumentaria de ls colgas no se diferenciaba, en absoluto, de la que estaba de moda en aquellos afos, promovida por grandes cadenas comerciales especializadas en moda juvenil: pantalones acampanados, ‘camisa con cuello ancho, de color gritén que sobresale por encima de fa caza- dora vaquera, zapatos de plataforma y cabellos largos. Por tanto, la dimension contracultural de la manera de vestir 1o es s6lo por referencia a la institucion ‘escolar y a los valotes de clase media y alta, pero plenamente integrada en el mercado del consumo masivo, El consumo de tabaco y alcohol, estrictamente p:ohibido dentro del recinto ‘escolar, constituye uno de fos puntos élgidos para p:ovocar la reaccién del per- sonal académico del centro. Se relaciona directamente con la actitud de reto sis- tematico a las reglas establecidas. Lo importante no es s6lo furar, sino hacerlo ide forma notoria a la entrada de la escuela para que los pringaos se den cuenta y reafirmar as su falta de respeto al reglamento y, al msmo tiempo, de miedo a las puniciones que se podian derivar de tales practicas. Se trataba de afirmar la rebel a7 Bilis, 1988: 25. seanorst uo. 2 aptso tt. ewes como dsp. ia frente a a institucin y, al mismo tiempo, provocar las reacciones furibun- das de los directives de la institucién, negando la evidencia de su actitud, Esta situacion de “guerrilla interna continuada” sitve a fos jOvenes inconformistas para evaluar el grado de firmeza 0 debllidad del profesorado, Paradéjicamente, la mejor opinién de los colegusrecae sobre aquellos docentes que saben reprimnir ‘con enespia las provocaciones y no sobre las actitudes de “hacer la vista gorda", porque lo califican de expresién de debilidad o de tolerancia y fomentan la voluntad de revancha: en el fondo parece que los estudiantes inconformistas quieren ser ceprimidos y mostrar su entereza: “pansk: Bueno, [el subdirector] no podia hacer otra cosa, se tenia que meter conmi- 4go. Me gusta este tipo, cro que hace blen su trabajo, sabes? Pues bien, yo estaba en Ta puerta de entrada Fumando y Bert me viene por detris. Me giro, me ha pescado y me voy con éy me pega con la palmeta. 1 lunes por Ia mariana, nada mis legara fa ‘escuela me casig6... 0 se, que me podia dejar ast, sin mas" El beber se practica de forma piiblica ante los profesores y los prnguns como tuna manifestacion inequtvoca de que los individuos se han separado de facto de ia escuela y que se estén integrando en las practices sociales de los adultos de clase obtera. Cabe sefalar que la vista de estos j6venes a los pubs, cada vez més frecuente, tiene una funcién de ritual de paso, una forma de afirmacién del nuevo estatuto de jovenes obreros que estén a punto de aleanzar. Mientras los obreros adultos les dispensan una acogida tolerante e integradora, no exenta de tuna melanc6lica rememoracién de sus proplos itinerarlos juveniles, os maestros y profesores de la escuela se encuentran a dlsgusto ante el evidente descaro de sus alunos del tltimo afto que, en vez de rehuir el encuentro en estas circuns- tancias, lo propician de forma retadora: “Derek: ¥ ALE dij, esto, ¢Todo va bien, sefor?” [al encontrarse con un profesor en el publ y éste no le contest, sabe, y le dijo: ‘{Todo va bien, sefior”, y éte se gid y le rmiré as, y de eso. y no le contests y le dice, al dia siguiente, le dice: ‘Quiero hablar contigo, ALE, se le acerca le dice: ‘;Qué estabus haclendo alli anoche”,y le contesta: "Estaba en una reunin con el equipo de fatboy dice el otro: ‘Bueno, y zno erees que era como paca darle un tortazo en los morros de algulen?’, ‘No’, dice, ‘:por qué Aeberia hacerlo”, dice, “2Qué quieres decir™ ¢Qué es es0 dei saludando asi en lugares de estos? dice, {Qué esperaba que dijera”. V va y le dice: ‘Pues otro dia no me dil}a 1a palabra, si yo no Io hago primero’. ¥ le contesto: Muy bien, seior, no fo saludare’, dice, ‘aunque me lo eneuentre por la calle”. 18 Ws, 19832 19 9s, 1988: 33, Boman UOC. a2 mogtia La actitud sexista de los colegis no es més que la reproducci6n mimética de Jos valores sociales transmitidos por via familiar. Para hacer frente ala alienacién que padecen, estos javenes necesitan afirmarse ante los débiles Si en la escuela el cabeza de turco suelen ser algunos pringaos, fuera ce la escuela los destina- ‘tarios principales de la exhibici6n de su inseguro sentimiento de superioridad son las chicas y, también, las minorias étnicas. En el caso de las relaclones con el sexo femenino, Ios colegas establecen una fuerte distincion entre las tas files ¥ las parientas. La sexualidad activa s6lo se concibe con las chicas clasificadas ten Ia primera categoria y se rata, bésicamente, de un acto de conquista carente de cualquier sentimiento afectivo hacia las chicas. El objetivo bésico de estos cencuentros es tener historias obscenas para explicar alos amigos, para reforzar su ego, no hay ningiin tipo de romanticismo, ya que sentir entusiasmo por un ‘ser considerado inferior puede ser autodestructivo. La relaci6n con las novias es totalmente diferente, En este caso se niega una sexual dad explicita, la promis- cuidad, La novia es la futura compafera doméstica, Ieal, que se posee en exclu- sividad y que debe ser sexualmente deseable pero no experimentada, Esta figura ‘iene mucho de imagen materna, aquella persona a la que se estima se sabe que staré siempre de su parte, pero a la que se esclaviza domésticamente y queda fuera del mbito de las diferentes formas de sociabilidad de grupo. Respecto 2 ‘este tema de los roles domésticos y las formas de sodabilidad de grupo existe tun interesante trabajo de Elizabeth Bott, titulado Fama y red social. Veamnos, al respecto, un pat de extractos de las entrevistas de Wills: “Spike: [.] Me levo bien con esta ta, salgo con ella deste hace dectocho meses. Es cestupenda, No sera capaz de Bijarse en otros tios. Esté muy bien, es limpla, Le gusta hhacere jodido trabajo dela casa. Los pantalones que lleva ayer, Ios dia la noche y sme los ha arreglado (.) Es estupena y me casaré con ella tan pronto como pueds Spansk:|[..] hay que hacerlo, hay que ayudar atu madre en casa, De acuerdo que o dens los zapatos y que cuelgues la chaqueta, pero limpisey lustrar y hacer ls cama 19 [uta es labor sua" De hecho, podemos compzobar que los valores més convencionales estén bien arraigados entre estos jévenes. Su contracultura se limita a unos actos de rebeldfa focalizados en la institucion escolar que prestponen un momento muy concreto de sus existencias situado entre ef conformismo de la etapa infantil y el conformismo adulto, en un universo donde su destino pazece estar perfecta- ‘willis, 1988 60. Ques 20 ara oe Cau ta tegration desspcin. mente delimitado y que, en el fondo, su actitud inconformista contraescolar no hhace mas que reforzar. Visto desde esta perspectiva los inconformistas de Hammertawn Bays son més ‘bien los pringaos que, pese al contexto cultural ambiental, que tiende conducir a Jos j6venes, de forma més 0 menos inevitable, hacia unas trayectorias de prole- tariaco obrero, se resisten a aceptar este destino y procuran liberarse de los la20s, ‘culturales de clase para lograr mayores posibilidades de movilidad social. El Inconformismo de fos eolegas es algo pasajero que, a la larga, constituye basicamente un tiempo para recordar. Pero, més alld de las travesuras inocentes, © de las pequenias actividades delictivas, como los pequefias hustes para con- seguir dinero, la funcién basica de este proceso inicidtico a la edad adulta es la die hacer una catarsis que, a corto plazo, servird para poner todo en su sitio. El Inconformismo en Ia escuela es directamente proporcional al conformismo en. el diseno de su futuro personal, familiar y laboral. Los pequetios libertinajes de estos jovenes siguen viejos moldes copiados de sus padres. Hay, sin embargo, una linea de continuidad entre algunas de las précticas de los jovenes estudian- tes de la escuela y los trabajadores de los complejos fabriles de Hammertown que forma parte del bagaje de la cultura obrera, Willis hace un andlisis comparativo muy convincente entre el discurso y las récticas de los doce colegus y el discurso y las practicas de los padres de algunos de ellos referidas a las elaciones entre los trabajadores manuales. En ambos ca- 50s el compafierismo y la ley del silencio son elementos centrales, La hostilidad. de los jévenes hacia los maestros no es mis que una version reducida de las, escaramuzas permanentes que se producen entre los obreros de planta y los en- réctica religiosa. ‘Todo lo que hemos ido viendo hasta ahora nos muestra Ia dificultad evi- dente del uso del concepto de comunidad. Sin embargo, los estudios de comu- nnidad tal vez pueden seguir reclamando un lugar en la area de intentar explicar y comprender la realidad social. Pero debemos tener en cuenta sus limitaciones, entre las que se encuentra la propia flexibilidad a la hora de definir la nocién de comunidad, Io cual le resta valor como concepto :eérico y le confiere una imagen de instrumento analitico impreciso, falto del rigor cientifico necesario. ‘Quizés, al fin y al cabo, lo que conviene es asumir estas limitaciones y suplilas, ‘como sugiete Navarro, por la honestidad, la dedicaciin, ta valia personal y el reconocimiento de que existe una metodologia para el estudio de las comuni- ddades, distinta de! método cientifico convencional en sentido estricto, pero que puede aportar una visi6n valida siempre que cumpla los propios requisites. 433 P.Navaro, 1984: 8182. a apis La nog come despa. 3. Trayectorias sociales ¢ historias de vida Joan J. Pujadas Todo el universo de la escritura etnogréfica ocupado por la transcripelén de los relatos blogréficos, la elaboracién de historias de vida, la publicacién de au- tobiografias, o el uso de documentos personales, nos remite a un campo trans- disciplinario, en el que fluyen las corrientes humanistas de diversas disciplinas: la historia social, [a sociologfa, la psicologia social y la antropologia social. Como se podra ver mis adelante, en las clenclas sociales hay una especie de ley del péndulo que se manifiesta en forma de escuelas y tendencias que, en. diferentes momentos, suponen el precominio de sensibilidades y enfoques de carécter més positivista o més humanista, La revitalizacién de los enfoques hi ‘manistas en las ciencias sociales en las dos tltimas décadas hay que interpretarla como una reaccién frente al papel hegeménico de las perspectivas positivistas, durante un largo perfodo, que va desde los aftos cuarenta hasta finales de los, setenta. La recuperacién y gran expansi6n que el método biogréfico he experimenta- do en los Gltimos treinta afios forma parte de esta revalorizacién del actor social (individual o colectivo), no reducide a la condicién de dato o variable, sino con- vertido en sujeto de configuracion compleja, en protagonista del acercamiento ‘que desde las ciencias sociales se quiere hacer de la realidad social. Se trata de tuna ruptura epistemologica que tleva a los cientificos sociales a un acercamiento 2 las fuentes del conocimiento social, que tiene la voluntad de profundizar en quello que las personas y los grupos hacen, piensan y dicen, con el fin de en- sayar una interpretacién de la realidad desde la subjetividad del individuo, més {que a partir de unas sofisticadas reglas metodologicas que a menudo instrumen- talizan la realidad social para dar salida a otra realidad autoconstrulda. Durante décadas se ha tachado el humanismo metadalégico de anticientisi- | 0, de subjetivista, y se Ie ha acusado de no ser capaz de encontrar explicaciones para anilisis de las realldades complejas, especialmente en una época en que la realidad politica y econémica y la representacién clentifica de esta realidad ponen un énfasis especial en la globalizacién y en las conexiones transnaclo- nales y en los procesos de homogeneizacién cultural. Mientras que los poderes, ‘medidticos y mercantiles globales consolidan su hegemonia con un discurso Uunidireccional y universalista (es decir, etnocéntrico), aparece una reaccién que ha llegado a denominarse sintoma biografico, entendido como el interés cre- | | | | | ll > xanoe OC a nop cient “os procesos de la memoria individual, grupalycolectiva", una voluntad de rescatar las historias particuares (de génezo, de clas, de pats, de tinaje [uel tratan de site paso con los discursos can6nicos de Ia Historla™, Se trata de Jos msmosdiscursos que pronostican el inal dea istoria, a inevitabiidad de proceso de globalizacin ¥ de implantacion de la homogeneizacia cultural tsealaplanetara, mediante la cultura de masas, 3.1. Terminologia y modalidades de biografias etnograficas Los términos popularmente més conocidos dentro de este Ambito de cono- cimiento son biografia y autobiogratia. Por biognafia debemos entender aquel documento establecido por un bid sgyafo que, sobre la base de un repertorio documental mas o menos complejo, reconstruye la vida de una persona, Por otra parte, las biografias publicadas sue- Jen tener un sesgo de clase, ya que dificiimente nadie encargard la realizacién de la biografia de una persona desconocida 0 poco influyente: asi, vemos que dentro de este género abundan las biografias de personas famosas, por st trayec- toria piblica, como artistas, politicos, clentifices, financieros o deportistes. Este _génera se ha desarrollado especialmente en. los dos itimos siglos, aunque hay bastantes precedentes mucho mis antiguos. Hay que diferenciar también entre la biografla hecha con finalidad clenti= ‘ca, que nace normalmente por iniciativa propia de un historiador des clencla, del arte o de la politica, de la biografia hecha con fines comerciales, de tipo pe- rodistico, relacionada con personajes de moda y que tienen una gran cobertura mediatica, | | | 3.1.1. Autobiografias, historias de vida y documentos personales Las modalidades en que se utiliza e] método biogratico en clencias sociales, ‘como parte de las investigaciones de campo, son muy diferentes de las que aca- amos de presentar, aunque tienen unas claras conexiones, como podremos 34 JM Marinas y € Santamaria, 1993511, | | | [oral UOC 2 Cope ta etapa somo scr comprobar, Se deben distinguir tres modalidades bisicas: la autobiogratia, las historias de vida y los documentos personales. 1) La autobiografia E] uso que se ha hecho de la técnica de la autoblografia, especialmente en el mbito de la sociologia y 1a antropologia social, consiste en encargar a un miem- bro del grupo 0 comunidad que etnografiamos la redaccién de una biogratia personal, escrita por sus propios medios, para evitar al maximo condicionat la forma en que esta persona debe proceder para organizar su narracién, En este sentido, la autobiogratia se convierte en un documento etnografico de extraor- dinaria Importancia en el proceso de adquisicién de conocimiento de nuestra unidad de analisis. Esta técnica fue utilizada, por efemplo, por Clifford Shaw** en uno de los Libros mas famosos de la escuela de Chicago, The jack Roller, en el que el mismo protagonista relata su trayectoria delincuencial y los intentos frustrados por in- sertarse en su entorno social. Dentro del 4mbito de ta etnograffa de fos pueblos indigenas norteamericanos, Leo Simmons public6 en 1942 Sun Chief, la autoblo- {grafia de Don Talahesha, un jefe hopi, ta vez el mefor estudio de las sociedades ‘grafas de la historia de la antropologia. El procedimiento de elaboracion de las autobiografias, que corresponde a las tapas anteriores a su definitiva Bijacién y estandarlzacion metodologicas, es muy varlada, como tendremos oportunidad de ver en el siguiente apartado de este capitulo. Queda claro, sin embargo, que no se trata de textos autobiogrificos, en sentido estricto, ya que en el caso de las obras dedicadas a las culturas dgra- fas, el etndgrafo se dedica a registrar las narraciones hechas por su informante, para luego hacer su transcripcién y edicién. Este procedimiento es coincidente, en principio, con ef de la modalidad de historias de vida, sin embargo, en este ‘caso era frecuente que el etndgrafo encargara al {nformante la elaboracién de tun diario personal, con el fin de ayudar a fijar la memoria de éste, Ademés, 2 menudo, se utilizaba un cuestionario para focalizar determinados aspectos de las narrativas biograficas. 2) Historias de vida La modalidad que hemos llamado historias de vida se fundamenta de ma- nora més explicita en unas reglas de procedimiento estandarizadas, que parten, de una distincién entze lo siguiente 35 C Shaw (1956), akon VOC 20 Eenogata + Historia de vida (life history © histoire de vie), propiamente dicha, enten- ida como el texto final que se ofrece al lector, + Relato de vida (life story © récit de vie), entendiio como la transcripcién literal de las sesiones de entrevista que el etndgrafo hace con el sujeto. El paso del relato originario al texto final es fruto de lo que Lejeune™ ame acto autobiogréfico, es decir, un texto final que satisfaga tanto unos criterios ‘metodoldgicos minimamente exigentes (autenticidad, verosimilitud, honesti- dad, zepresentatividad) como el derecho det individuo a la intimidad y a la con- fidenclalidad. Es normal que la historia de vida reflee esta tensiOn de intereses, {que pueden ser discrepantes, ya que los motivos del ztmografo y del sujeto son diferentes en el marco de una autorfa que es compartida, Las historias de vida se pueden confeccionar como la narrativa de una i biografia o como el resultado de diferentes relatos de vida, cuando la unidad de andlisis es colectiva. Las historias de vida basadas er. relatos miiltiples pueden ser de dos tipos: relatos cruzados o relatos paralelos. La primera modalidad queda muy bien ilustrada en obras coma Los hijos de Sénchez de Oscar Lewis”, que constituye una historia de vida coral, en el que Jesiis Sdnchez y sus cuatro hijos hablan de sus expeciencias vitales de pobreza ¥y marginacién. Por su parte, los relatos biogréficos raralelos se pueden ilustrar ‘con el trabajo de! matrimonio Bertaux™, basado en cientos de relatos biograficos sobre el oficio de panadero artesanal en Francia, 3) Documentos personales La tercera gran modalidad del método biogréfico es lo que, desde la tradicion de Ja sociologia de Chicago, se ha denominado la técnica de los documentos ‘personales. Estos documentos incluyen, desde la propla autobiografia, hasta los diarlos personales, Is colecciones epistolares, todo tipo de registro iconogréfico (videos, peliculas, fotogratias, dbujos) y otros objetes personales. Se trata de un acercamiento al individuo y a su entomo familiar, que busca aguellos elementos que tienen wn alto grado de significacion, una capacidad de rememoracion de las etapas de la trayectoria vitel del sujeto y del contexto zis Inmediato. Especialmente los dlarios personales, cuando éstos tlenen una secuencia larga y reflejan afios en la vida de la persona, las colecciones de cartas 36 jeune (1975) 37 0. Lewis (1970, 38 D. Bertauxy J deraux-Wiame (198%) atonal woe a Cepia a cnogai com dsp. de amigos y familiares y las fotografias tienen un poder evocador extraordinatio: son documentos en si mismos, pero, ademés, sirven como elementos auxiliares para situar, contextualizar y activar la memoria de la persona a la que queremos biografiar. Los documentos personales, por tanto, se convierten en un comple- mento de otras técnicas biograticas, 3.2, Las autobiografias de los iiltimos piel rojas Autores tan influyentes como Kluckhohn y Langness” sittin los origenes de la autobiogratia etnogrética en la etapa preprofesional dela antropologia. Ambos autores coinciden en senalar el ensayo de Rufus Anderson" como la primera incursign dentro del género biogréfico: se trata de las memorias de una mujet cherokee, cristianizada y, en general, profundamente aculturada. Este rasgo de la aculturacién de los pueblos indigenas hay que enmarcarlo en el contexto socio- Politico en el que aparece esta literatura: la répida desaparicién de las fronteras Interiores de los Estados Unidos motivada por la finalizacién de las sucesivas ‘guerras indias. Una vez destruida la resistencia militar de los pueblos indfgenas y anulada su autonomfa cultural, econémica y territorial, el pueblo estadou- nnidense fue modificando su hostilidad hacia los pieles rojas y nacié un interés popular por la vida, costumbres y personalidad de los indios, especialmente en cuanto a las vidas de sus miticos guerreros: Jeronimo, Toro Sentado, Red-Jacket co Uncas. Aunque patezca paradbjico, después de una interminable sueesién de gue- tas de exterminaciOn, surgié un interés roméntico por este tipo de «nobles salvajes» rousseaunianos, La emergencia de lo que podeiamos llamar etnografia de barricada, situada a medio camino entre la narracién de aventuras y una antropologia avant fa lettre, Fue la respuesta a este nuevo mercado de consumo Iterario, habilmente controlado por editores como Dodd, Mead & Co. de Nueva York, creadores de la coleccidn de libros Famous American indians, Los pioneros de este género eran medio aventureros, medio artistas, que recortieron los es cenarios de los antiguos conflictos bélicos retratando a algunos de los protago- nistas de aquellos acontecimientos. Se dedicaban a hacer pinturas al 6teo y, mas tarde, fotografia, que se publicaban con breves esbozos biogréficas de los per- 39 . Kluctholin 1945), Langnes (1965), 40 Anderson (1825), tat) Yor Ea — sonajes rettatados, El trabajo mas prestigioso de esta serie fue el publicado por Stanley41 en la Smithsonian Institution, Portraits of Nerr American Indians, Hacia 1920, algunos antropélogos profesionales se empiezan a hacer eco de este fenémeno biogeéfico, que coincide con los planteamientos etnograticos de ts escuela boasiana, comprometida con la tarea de recoger evidencias etnogrs- ficas para documentar los vestigios del mosaico cultural indigena en trance de fatal desaparicin. La primera gran evidencia de esta confluencia de intereses es el trabsjo de Paul Radin (1926), Crashing Tinoader, The Autobiography of at American Indian, en el que se presenta la trayectoria vital de un hombre winnebago, Otro libro, escrito por el gran maestro Alfred Kroeber (1908), en el que se presentan narratives de ‘guerra, Edinology ofthe Gros Ventre, tuvo menos incidencia entre los especial tas del género etnogréfico, La publicacién de un libro colectivo a cargo de Eisie Parsons, con textos de maestros como Edvvard Sapir, sobre los nootka 0 de Clark ‘Wissler sobre los pes negas confirman este inter Durante el periodo 1920-1945 se publican varias decenas de autoblografias siguiendo el modelo de Radin, pero a partir de la influencia de Sapir, como gran mpulsor de la escueta de cultura y personalidad, que cont6 com profesionales de la talla de Benedict, Mead, Hoijer, Voegelin, Erikson, Dyk o Beaglehole, Dentro de una tradiciOn teérica muy diferente de la del ideografismo de Ja tradicion boasiana, encontramos también autores como Steward, Opler y White", fundadores de entoques materialistes y nomoiticos, que trabajaron res- pectivamente en las nartaciones biogrficas de persoras de los pueblos paiute, dhiricagua y acoma, El grado de documentacién que se alcanzé durante e503 afios sobre las culturas indigenas fue muy elevado, ya que la etnogratia nortea- rmericana no se orient6 mayoritariamente hacia los estudios de otros conti- rentes hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando su geoestrategia ‘equitl6 el conocimiento antropologico de otras sociedades y cultures, En todo caso, hay un consenso por parte de los especialistas en identificar tres obras, realizadas entre 1938 y 1941, como los elemplos més elaborados de ia aportacin de la antropolog(a indigenista norteamericana al método biogtafico. [Nos referimos 4 las obras de Dyk, Ford y Simmons. 41 JM. Stamey 0852, 42 E Parsons (1922). 43 J. Steward (1934 M, Oplor (2941); WE Whyte (1943), “44 W. Dyk (1938) Ch Ford (2941); L skmmons (1942) eau = opi. a engi come dsr. + La obra de Dyk nos oftece una extraordinarla narracion biogréfica, llena le sinceridad introspectiva, en la que se abordan los aspectos més intimos de la vida de un joven navajo, hijo de un jefe tribal. Mediante una nae ‘rativa individual la obra nos permite adentrarnos en la complejidad del sistema de valores y de comportamientos de este pueblo nativo. En Smoke fom Their Fires Ford nos introduce en la vida de los kwakiutl, por ‘medio de la mirada de los setenta afios de la vida de su informante, el cual _pasa revista a las transformaciones que ha sufrido su sociedad. El ritual del ‘otiach, uno de los temas favoritos del gran maestro Boas, nos es presen- tad, de una forma contextualizada y persuasiva, como un mecanismo de redistribucién econémica y como una manera de fomentar la Identidad, social de los kwakiutl, leno de sentido comiin y de légics. Con todo, la “joya de la corona” es Sun Chief la obra de Lea Simmons, rea lizada en estrecha colaboracién con el jefe de [os hpi Don Talayesha, que escribi6 durante meses un diario personal por encargo del antropélogo que, ademas, entrevisté en numerosas ocasiones a Talayesha, a partir de lunos cuestionarios exhaustivas, buscando las ventajas de dos de las moda- ligdades del método biogritico, el acercamiento autoblogrifico y la recopi- lacién sistematizada de relatos biogréficos. Hay que decir que mucho del _meérito de este trabajo debe atribuirse al informante, una persona letrada y educada a la “americana” que, de adulto, decidi6 conscientemente retor- nnar alos rituales, cults y valores de su sociedad, En buena medida la impresionante capacidad introspectiva, la distancia con ue se juzgan los cambios de la vida de los indfgenas, el sentido de trascenden- ia y la fuerza dentitaria que se esconden tras la defensa del derecho a sobrevi- vir como grupo social diferenciado, todo ello, no es simplemente la obra de un ‘gran etndgrafo, sino fruto de una confluencia de voluntades, del respeto mutuo basado en el dislogo intercultural y en el pacto autobiogratico. 3.3. Los etnégrafos de Chicago y los documentos personales: historias de marginacién y “desorganizacién” social Durante los afios 1920 y 1930 Robert Park dirigié en la Universidad de Chicago un doble proceso: Ia consolldacién de la sociologla como disciplina pedioesl vOC be ote académica y, al mismo tiempo, el estudio sistemaético de Chicago desde una perspectiva empirica y humanista. Desde ese momento, Chicago se ha convert- Go en un paradigma de los estudios urbanos, os estudios sobre desviacién y del compromiso crtico de los investigadotes con las polticas de intervencién social. Bl libro de mayor impacto, verdadero modelo para los estudios posteriores, fue el que publicaron en cinco voliimenes, entre 1918 y 1920, William Thomas y Florian Znaniecki,titulado The Polis Peasant in Europe and America, en el que Se muesita al desarrollo metodol6gico que da pie a la etiqueta de documen- tos personales, Por un lado, la edicién original del libro contenia una extensa ‘utobiografia de Wiadek Borkowski, que no fue reproducida por causa de su cextenso formado en las ediciones subsiguientes. Al mismo tlempo, se publican amplias colecciones epistolares, recibidas por inmigrantes polacos que residfen ten Chicago, por parte de sus parientes y amigos. Las cartas estén clasificadas tipoldgicamente, como cartas entre padres residentes en Polonia e ios emgra- dos a América, entre cényuges (como es el caso de las cartas de Te6fila Borkowskl 44 su marido Wladek) 0 entre hermanos, en las que se muestra la angustia y el interés por saber si los emigrantes retornarén a casa o sl querrén faciitarles su propio viaje a América, estableciendo o continuando las cadenas migratorias que Ievaron a cientos de miles de polacos a los Estados Unidos a finales del siglo xx fe inicios del xx. Otros casos muestran la tristeza de los parientes mayores, ante Ta evidencia de que no volverin a ver a sus hijos 0 cényuges, como es el caso de ‘Whadek. ‘Tanto la autobiografia como Jas colecciones epistolares fueron proporcio~ rnadas a Thomas y Znaniecki por parte de sus informantes polacos durante la sealizacién de su trabajo de campo etnografico. ero la orlentacién del libro es mucho mas ambiciosa, va més allé de su ‘objetivo basico, ya de por si muy importante, de hacer una caracterizaci6n com- prensiva del proceso de insercion o marginacién de las familias polacas in: sgradas. Pretende, al mismo tiempo, dar cuenta de las circunstancias politics, econémicas, sociales y culturales que acontecieron en Polonia durante el cam- bio de siglo. Hay que partir de la base de que uno de los coautores del libro, Florian Znaniecki, antes de ir a los Estados Unidos era ya un socidlogo de sélida for- macién, que tenia un conocmiento profundo de las transformaciones a qué ‘estaba sometida la sociedad campesina polaca en aquel tiempo. La crisis repro ductiva de las cases campesinas, las migraciones internas dentro de Polonia cen Ia bisqueda de trabajo en las zonas industrales y mineras, 1os procesos de thors VOC. ns {3 emo como desea. uurbanizaciOn y las transformaciones de valores son aspectos tratados amplia- ‘mente a lo largo de dos de los voldimenes de la obra. (Otea de las tWenicas que se pone al servicio de esta interesante perspec- tiva de sociologia histérica es la de los documentos biogréficos enviados en forma de articulos 0 cartas a revistas y peri6dicos polacos (Gazeta Swiateczna, Zorza, Ziemianka o Uinschas ion Polentager) por parte de personas anénimas, que permiten a los investigadores reflejar los testimonios de Ios cludadanos sobre diferentes temas que se consideran centrales en el proceso de transformacion del campesinado: ‘+ Las nuevas formas de liderazgo, + La educacion del campesinado, + La relacién de este sector con el conjunto dle la sociedad y con Ia prensa, ‘+ Las nuevas formas de organizacién cooperative, ‘+ Bl papel que debe tener la clase campesina en el contexto nacional. I libro plantea y desarrolla, pues, una doble mirada. Por un lado, quiere captar en qué sentido los procesos migratorios transocesnicos son una expresi6n, mas del malestar econémico, politico y social de una sociedad en crisis y una | manifestacién de los nuevos caminos hacia la modernidad de la agricultura polaca y, por extensién, del conjunto de aquella nacién. Al mismo tiempo, el libro quiere hacer un diagnéstico profundizado de las posibilidades e inconve- nientes que el grupo inmigrante polaco presenta, con vistas a su integracion en la sociedad norteamericana, vinculados a su bagaje cultural, a su mentalidad y a | tos tazos sociales que os vinculan moralmente a personas insttuciones, como | ta familia y el parentesco. Esta mirada penetrante, compleja, a los condicionantes culturales de los in- migrantes, inaugura todo un campo de anilisis en las ciencias sociales, como es, el de la etnicidad. Ojald la voluminosisima bibliogeatia sobre etnicidad que se ha producido a 10 largo de este siglo en Occidente sobre los grupos inmigrantes ex- tranjeros se hubiese podido inspirar en un trabajo como éste, exhaustivamente documentado, sin apriorismos etnocéntricos, problematizador, critico con las Instancias administrativas y politicas norteamericanas que gestionaban las for- ‘mas cle acceso al pais y al trabajo, al bienestar social y a la educacién por parte de los inmigrantes. eee : © Fann VOC 26 mnopate Un rasgo definidor de toda la escuela de Chicago, como hemos sugerido antes, es su orientacion empirica y prctica, su voluntad de intervencién social, tuna Voluntad que nace de la idea de que las clencias sociales deben tener un papel central de critica al poder establecido, de defensa de los oprimidos y de las ‘minorias, La etnografia que practica la mayoria de los miembros de esta escuela ‘no consiste en una simple recogida de datos para hace: un trabajo académico, sino todo Io contrarlo, consiste en una practica de intervencién social, en la ue se destaca una de esas dos dimensiones de la observacién participante, es decir, la participacién. Un ejemplo prominente de esta dimensién aplicada de intervencién nos Jo proporciona Clifford Shaw, que, ademas de etndgrafo, era trabajador social encargado de tutelar a j6venes inadaplados. Este autor es responsable de una famosa trilogia soare ta delincuencia: The Jack Roller (1930), The Natural History of « delinguent Career (1931) y Brothers in Crime (1936), Estas obras son una muestra, tanto de la vocaci6n de Ia escuela de Chicago por el trabajo social aplicado, que es una man-festacién préctica y ait del trabajo etnografico, como de este repertorio de trabsjos de los afios veinte y treinta caracterizados por su gran competencia cientifica, Las tres obras se basan fen el uso de documentos personales como medio para conseguir conocer el punto de vista del actor social, su entorno sociocultural y la secuencla exhaus- tiva de su trayectoria vital. El esfuerzo interpretativo y predictive del autor ~no olvidemos que sus in- formadores son, sobre todo, sus tutelados-se orienta ha:ia el establecimiento de las relaciones causales particulares dentro de las trayectorias criminales. Y es0, partiendo de que la mayoria de los factores que prediszonen a la delincuencia estén al alcance del conjunto de la poblacién no delincuente en determinados ambientes sociales. [Algunos de los factores que Shaw tuvo en cuenta ccma inductores del com- portamiento delictivo eran: + El predominio de la pandilla callejera (gang) en la vida Iidica det nino; La d6bil escolarizacién; + La desorganizacion y la conflictividad del entorno vecinal; + La incapacidad de las familias (muchas de ellas conflictivas y desestructura- ddas) de contrarrestar la influencia de las pandillascallejeras organizadas; anceal ve a, Copia anagram di. * La importancia del conflicto cultural intergeneracional en la vida del nino. {Uno de los rasgos més fascinantes del trabajo profesional de Shaw es su increfble capacidad para ganarse la confianza de estos jévenes delincuentes, aunque hay que reconocer que su posicién de asesor personal, junto con sus esfuerzos para de reinsertarlos, permitia que los jévenes no lo vieran como un simple agente de control social. Angell* comenta su sorpresa ante el hecho de que estos jovenes no sélo colaborasen con el investigador, sino que, ademas, estuvieran dispuestos a poner por escrito los recuerdos de sus experiencias perso- ‘nates, cuando el mismo Angell sabia por experiencia cuénto costaba convencer de ello alos estudiantes de un college. Angell sabe muy bien que la colaboracién de los informantes no es facil y eso le hace pensar que lo mas probable es que Shaw, aunque él nunca lo reconoci6, tuviera una gran cantidad de fracasos antes de encontrar colaboradores dispues. tos a escribir. Cabe suponer, pues, que las muestras de informantes que aparecen en sus trabajos son, en buena medida, sesgadas, ya que representan solo aquel ‘grupo (minoritario) de personas mas motivadas y competentes a la hora de e5- cibir y de narrar, Es indudable que el caso del joven Stanley, autor de la autobiogratia pu- blicada bajo el nombre de The jack Roller Shaw, 1930), constituye un caso muy excepelonal, por su capacidad introspectiva, por su aptitud para la observacin y-elanilists. La excepcionalidad de este sujeto y de su testimonio son en buena ‘medida, tal vez mas que la habilidad del etndgrafo, lo que marca la diferencia, 1o ‘que hace de est libro un clésico. Por lo tanto, tendremos que reconocer que este ro de culto debe tanto a a profesionalidad del etndgrafo como a la gentalidad y buena disposicién de un joven delincuente llamado Stanley. Aqui encontra- ‘mos la grandeza y ta debilidad, ala vez, los estudias biogrdficos basados en los estudlios de caso tinico. Para aquellos que piensan que el enfoque Ideogréfico y la utilizacién de técnicas de investigacién cualitativas niegan la posibilidad de buscar generaliza- clones, puede resultar sorprendente ver que un soci6logo como Burgess llegase a luna generalizacién que, ademés, contradecia la fe de la mayoria de las cortientes positivistas en el individualismo, entendicio como el estadio superior dela socie- dad humana, lo mas racional y e! mas moderno. Es el enfoque humanista de la Escuela de Chicago (y no el individualista) lo que ha permitido que los cientifi- 48 RC Angell, 1945: 194 ( : ako YO nope cos sociales posteriores darse cuenta de le importancia que instituciones como la familia, el parentesco y el vecindacio, junto con las organizaciones de matriz ‘tnica, poseen como mecanismos reguladores y adaptativos a condiciones cul- ‘rurales y socioeconémicas hostiles, como era el caso de los inmigrantes europeos ‘que intentaban abrirse camino en las grandes ciudades americanas. Hay todavia mucha més riqueza, temética y metodolégica, entre los etnogra- {0s de Chicago que, sintéticamente, podemos acabar de resumir con la enumera- cidn de algunos trabajos clésicos: + Por un lado, tenemos el ilbro de Sutherland (1937), The Professional Thief by a Professional Thief, uno de los pocos trabsjos traducidos al espanol de cesta escuela, en el que Chic Conwell relata autoblograficamente su carrera como ladrén “profesional” y nos to ilustra con la descripcién detallada de los saberes, artes, categorias y cédligos internos (Incluido uno deontol6gi- co) de este entomo socioprofesional. La narracién de Conwell se funda- ‘menta en las lineas marcadas por Sutherland, mediante un cuestionario bastante exhaustivo, orlentado por medio de la experiencia etnografica del ‘lentifico. A partir de la narrativa en brato, el texto fue sometido a un largo proceso de discusion que llev6 a un texto de sintests que fue sometido fi nalmente a Ja consideracién de cuatro colegas de Conwell ya dos exdetec- tives, que actuaron como expertos. Ademés, y paralelamente, se hizo un niimero discrecional de entrevistas informales para ir validando diferentes, cextremos del texto." En el mismo submundo delincuenclal, uno de los favoritos de estos et négrafos, encontramos The Gang, libro publicado por Thrasher en 1928, cen el que se apunta algo que, poco después, servira de hipdtesis para los trabajacos de Shaw, que ya hemos analizado: el papel de la pandilla de la calle como unidad social primaria, Se trata de una aproximacién ex: haustiva basada en la observacion directa de mil trescientas trece bandas ‘urbanas, como nos dice el subtitulo del libro, pero basado también en tuna documentaciOn abundante a partir de los archivos de los servicios so- clales, de Ia policia, los juzgados, de fa prensa y del andlisis de los estudios previos sobre el tema. El papel otorgado a los relatos biograficos es central, pero acquiere una significacién metodolégica diferente, ya que se utiliza 446 Afostunadamente, esta obra de Sutherland se puede encontrar en espaol Sutherland (1937. ‘Tee Professional Thief bye Pofsional The Chicago: The Universty of Chicago Press (ed. ‘anol 1833). Ladrones profesionates. Made La Piguet) | | | eons YOS 2, como técnica de validacién y de ilustracion de los conoclmientes previos adguiridos mediante la observacién y la documentacién. + Otro libro, posterior, es una obra de culto atin para todos los etndgratos lurbanos, Street Corer Society, publicada en 1943 por William Faot Whyte.” AA diferencia de la obra anterior, Whyte se conforma con el estudio de tuna sola banda, que estudia basicamente mediante la técnica de la obser- vaclén patticipante, pero con el complemento de numerosas entrevistas informales y registros de cardcter blogrifico, 3.4. Oscar Lewis y Ia reanudacién del método biogréfico Hay muy pocas etnografias a lo largo de este siglo y medio de préctica de ‘campo y de publicacién de estudios cualitativos en ciencias sociales que hayan. tenido tanto impacto pablico, fuera de los ambientes profesionales, como el, ttabajo de Oscar Lewis. Sus libros se han publicado en muchas lenguas y han. creado un nuevo paradigma de los estudios biograficos y, de manera més ge- neral, del trabajo etnogréfico en profunidad, testimonial, implicado, en los que las voces de los actores sociales no son nunca apagadas por la vor. ex ctedra del investigador.* De toda su obra, Los his de Sanchez es, sin duda, la més conocida y, quizds también, la més interesante. De todos mocios, este trabajo, junto con otras que wego comentaremos, no son mas que estudios de caso profundizados, llustra- clones o secuelas de un trabajo anterior. Nos referimos a Antropologta de la po breza, un libro que generé una viva polémica entre las autoridades mexicanas, que reaccionaron contra la “mala prensa” que comportaban, intemamente, las descripciones de estilo realista sobre Ia extrema pobreza de las clases subalter- nas del México de mediados de siglo. Debido a la publicacién en espanol de este libro fue fulminantemente destituida el director y fundador de la editorial piiblica Fondo de Cultura Econémi 47, WE Wyte (1943) stat Corer Srey Chicago: The Universty of Chicago Press. 48 Se puede consltar la bibliog de este aster O, Levi (1959). Antopoaga ela pobeze (ed ‘ong, 1958). México: FCE;O. Lewis (1070), Una muerte an la fama Sdahez. México: Most; ©. ‘Lewis (1971), Las ios de Schez (ed org. 1961. Méxle: Motz. Lewis (1975) a vid. Ga {alia Puertareigue oI ultra de a pobreza Satan y Nuva York, (dog, 1958). Méxlco: Mort tae vo 20 snort El libro comienza con una extensa y comprensiva introduecton metodol6gi- ca, en la que se describe el contexto del trabajo, las técnicas empleadas y sus objetivos. Esta explictud metodologica, que contemporéneamente es un pre- requisito para todo estudio etnogréfico profesional, hebia estado ausente en los ‘studios pioneros que hemos presentado anteriormente. En el caso de Lewis pocemos juzgat su obra, no sélo por sus resultados, sino por Ia magnifica y etallada elaboracién de todo el procedimiento seguito, Las tecnicas descritas ¥ utlizadas por el autor en sus estudios sobre la vide familiar en México, que 1 presenta como formas de acercamiento complementarias, son bisicamente ‘catro: 1) el estudio de Ia familia en el contexto comuritario, buscando aquellos aspectos analiticos que son comunes en las descripciones de la vida local: cul tura material, vida econémica,relaciones sociales, vicareligioss,relaciones in- terpersonas, etc 2) a tecnica “al estllo Rash-mon!” que, segin el autor, consiste ven ver a la familia por medio de la mirada de cads uno de sus miembros", por lo que se hacen extensas autobiografias de cada riembro det grupo domés- tico; 3) el andlisis en profundidad de aque! suceso o problema que implica la movilizacién de toda la familia, y 4) el estudio de la familia en conjunto, que se caracteriza mediante I observaci6n directa, para ser capaz de reconstituir un "fa tipico” en la vida de cade unidad domestica. : Este ltimo aspecto metodolégico que acabamos de comentar implica una intencionalidad consciente del antropGlogo de conectar con fo que actwalmente se llaman los estudios culturales,en los que los estiles cientificos se combinan con Ia ereaciOn literaria. Un dia en ta vida de una persona o de une familia constituye una unidad retérica, un recurso estilistico que habia sido empleado constantemiente por os creadores literarios y que munca, antes de Lewis, habia sido explotado por un antropélogo: eSiriseeey eves “Eq realidad tiene tantas ventajas para a clencia como para la literatura, y proporcio= ina un medio para combinar los aspectos cientiicos y humanisticos de la antropologia, EI dia ordena universalmente la vida familiar, es una anidad de tiempo suficiente- _mente pequefia que permite el estudio intensivo eininterrumpido por el método dela observacidn directa y encaja de manera ideal en las comparaciones reguladas".” Desde la perspective interpretativa, las etnografias urbanas de Lewis en México (1969, 1970 y 1971), en Puerto Rico o en Nueva York (1975) entra- ron en una polémica ablerta con la perspectiva de los tedricos de la escuela de ‘Chicago como Wirth, Redfield o Park, En los vecindarios él no enconts6 rastros 48 0. Levis 1969: 19. | | e8atonat BOC Pa Capito. a emogai come decrpsn. eecommvos aetna crop some dsrpton, de anomia, de desorganizacin o de celaciones impersonales. Las relaciones de pparentesco y las formas de solidaridad con éstos y con los vecinos se habian for- talecido y consolidado respecto a los patrones de conducta de su bagale cultural campesino, més que al contrario, Otz0 ibro clisico es el publicado en 1960 por el antropslogo norteamericano Sidney Mintz, Worker in the Cane®, que consiste en la biografia de un jornalero puertorriquerto que utiliza la técnica de Ios relatos cruzados, a partir de una gama de informantes que constituyen ef entomo social inmediato de Taso: fa- ‘mllares, amigos y compatieros de trabajo en la plantactén de cata. El trabajo ‘no busca la representatividad del sujeto para caracterizar un grupo social, una cultura o la vida de una comunidad, cosa que también hace sin quererlo, sino ‘que se concentra en Ia perspectiva mas ideogrdfica y testimonial: quiere presen- {at el valor humano intrinseco del personaje en el contexto del proceso de pe- nettaci6n del capltalismo estadounidense en la isla de Puerto Rico y el proceso de dominacion econémica y cultural del que la sociedad local es objeto por parte de los Estados Unidos. 3.8. El método biogréfico en Ia actualidad En los tiltimos veinte aftos se ha producido un extraordinario inctemento en el uso del método biogréfico. Esta rennudacién forma parte de una perspectiva ‘que otorga a los actores sociales, individuales y colectivos, un papel protago- hista en la bdsqueda de la interpretacion de la realidad, Este nuevo humanismo se sittia en las antipodas del positivismo, que tiende a reducir la riqueza de las, experiencias de campo a datos o variables y al ser humano a categorizaciones {lpolipicas. Los actores sociales estudiadas dejan de ser en este enfogue repre- sentantes arquetipicos de su sociedad para convertirse en entes complejos con derecho a su propia subjetividad. En primer lugar, cabe decir que el papel de la autobiografla puede ser esenciat como herramienta para desarrollar el potencial reflexivo de la experiencia de campo por parte de los etndgrafos, Tanto el libro de Rabinow, Reflexiones sobre un trabajo dle campo en Marruecos, como el irénico libro de Batley, El autropdlogo inocente, on ejemplos de cémo la experiencia de campo se puede transmnitir al lector de etnogratias mediante el uso de la reflexi6n autobiografica. 50 5. Mina 1970), >on! UOC an. nog Reflexivismo, autoblografia y etnografia son una triada que contribuye de ‘manera excepcional a producir textos que tienen la capacidad de transmitir toda Ja complejidad de la experiencia Intersubjetiva que se produce en el trabajo de campo. En el libro compilado por Judith Okely y Helen Callaway (1992), titulado Anthropology and Autobiography, se defiende el uso de las autobiografias ‘como herramienta para dar testimonio de las "voces individuales” de los actores sociales, pero también como recurso para a sistematizar la experiencia y la sub- Jetividad del “yo autorial” del etndgrafo. 3.5.1. Etnografia y autobiografia Rabinow presenta en su libro un relato detallado de su trayectoria etnogra- fica, entendida como el itinerarfo que lo lleva a una serie de experiencias y de encuentros con diferentes personas, como medio para Ia comprensién de la sociedad marroqui. El autor combate el presupuesto de la antropologia mo- dernista, segin el cual “Ia experiencia de campo resulta perfectamente sepa- rable de la corriente principal de la teoria antropolégica, es decir, que la tarea investigadora es esencialmente discontinua de sus propios resultados”. Esta tradici6n impugnada resulta paradéjica en una disciplina que desde el ‘tiempo de Malinowski ha otorgado a la experiencia de campo un papel central ‘en el proceso de conocimiento, y también una carta de naturaleza profesional. : {Coto es posible, pues, que se valore del etnégrafo, no su experiencia de campo : ¥y sus estrategias para salir airoso del reto, sino simplemente los datos objetivos fe recogidos y ordenados? : La eliminacion de esta dimensién experiencia de trabajo de campo en ls a ‘etnografias es retomada por Kirsten Hastrup a partir de la idea de que la verda- 7 dere experiencia emogréfca no es a alteridad no meciatiada, sna a experien- . ‘fa de la conexion entre nosotros y los otros: [ ee c ress}y no hay manera, epstemoligcamente, de soperr las mpleaiones Eng 5 foeneleampo evel aude un drama que eseloigen de so reflexion anropoogen, - Eliminar el cardeter de experiencia del trabajo de campo representa mantenerse ancla- 1. Rablnow, 1992: 26. 4do en una visién radicalmente nada aproplada dela préctica antropol6gica con Ia que tolos nos hemos fomiliarizado en la era modernista”.®= Esta relaclén intersubjetiva, entendida como el didlogo entre una pluralidad, de actores autores, opera a dos niveles, como encuentro entre personas que son epresentativas de diferentes culturas y como interaccién entre sujetos especi- ficos®. Paraletamente, en un libro sobre las notas de campo o fieldnotes, Roger Sanjek hace dos preguntas bisicas: “zqué parte de la experiencia etnogréfica subjetiva se refleja en las notas de campo y, mas alld, qué parte de estas notas, de campo queda reflejada en las etnografias en calidad de textos elaborados por antropélogos y para éstos?”. ¥, por otto lado, “;se pueden separar los ‘datos y los ‘descubrimientos’ obtenidos sobre el terreno de las condiciones en que se produjeron aquellos datos?” ** Sila comprensién y posterior interpretacién de cualquier prictica social re- quiere una ubicacién en el contexto social més general, el lector de etnografias necesita que el sujeto etndgrafo aporte el maximo de evidencias sobre las condl- clones y caracteristicas de su obtencién. ¥ no se trata tan s6lo de emo ha ob- tenido tal informacién o tal dato concreto, sino de cuales son las ideas interpre- tativas det autor asociadas a la informacién seleccionada por él como pertinente durante la experiencia de campo. Seleccionar representa, obviamente, elegic uunos datos y exeluir muchos otto. Mis que estudiar @ personas 0 grupos sociales, Io que hacemos los an- twopélogos es estudiar determinadas problemas mediante las personas o junto con ellas. Hay que insistir en que la formulacién de las preguntas clave de una Investigacion estan condicionadas por los marcos te6ricos y por la manera de conceptualizar que cada etndgrafo posee segiin su orientacion epistemolégica. La obtencién de los datos estd, pues, condicionada y lo que no podemos es ob- vlar la narracién explicita de cémo hemos trabajado sobre el terreno para que el lector se pueda situar; hay que dar el maximo de claves posibles. Tonkin* se planteabs qué hay de rumor y qué hay testimonio directo en los hechos narrados Por las personas, que més tarde reflejaremos en nuestros diaros de campo y que luego transcribiremos selectivamente en los textos etnogrifices publicados. 52 K Hastrup, 1992-117, 53 J. Obey, 1992514. 54 R,Sanje, 190, 58 Tonkin, 1992: 86 2 etnonsl OC wets Recorrer, pues, al uso del método biografico en su doble dimension de re- copilacion de historias de vida de algunos miembros caracterizados del grupo social estudio y, al mismo tiempo, de autobiografas de ls trayectorias de los ‘etnégrafos, constituye una clave metodol6gica digna de ser tenida en cuenta tanto para mejorar el establecimiento de la validez y fabilidad de nuestras in- formaciones como para servir de herramienta didactica para los estudiantes y ‘otros lectores de etnografias, Ademds, claro, de su valor testimonial y del interés Ihumanitico intinseeo que tlenen estos documentos, 3.5.2. Historias de vida y subalternidad Laconstrucci6n dela memoria, junto com les formas de afrmacién dela iden- tidad individual, eflejadas en las autobiografias y en otros tipos de documentos personales, 0s muestran una pluralidad de voces y de sensbilidades en la inter- pretacin de le realidad social que contrasta vivamente con un canon ideotgico yybiterario que ha sido hegemonico hasta hace bien poco. Este canon responide @ Jo que Okely** ha denominado la “tradicion del Gran Hombre Blanco”, Slo Gi- timamente las ciencias sociales, siguiendo el ejemplo de los estudios feminists, se han empezado a interesar ya “dar voz a los sin voz". El estudio de las subal- ternidades (de género, sexo, orientacién sexual, de clase, de raza 0 religiosas) ieneta un gran ensiquecimiento en los estudios sockorhistércos y etnograficos ¥, al mismo tiempo, srve de impugnacién de los modelos unidireccionales y autoritaros de interpretacién social. EL uso de fuentes orales y de narrativas biogréficas entre los sectores popu lares y subalternos con fines de reconstruccién histérica permite, no sélo la revalorizacion de unos sujetos sociales postergados y desvalorizados, sino que, ademés, “puede permitir el surgimiento de nuevas alterativas a dilemas socia- les por medio del rescate de la participaci6n de agentes hasta entonces excluidos de los relatos hist6ricos”.* Es indudable que el auge y desarrollo de la historia oral y otras modalidades de registro de la memoria social, que podemos denominar genéricamente mé- 56 J. Okely, 1992, pig. 7. 57 P.Thompson, 1989 58 JAS Ferra, 1990, pg 53 ator voc as Capito a einogatia com dsr, todo biogrético 0, coma prefiere Plummer”, método humanistico, proviene de ‘campos no académicos, cercanos al activismo social, tal como destaca Dunaway, para referise a los usos de la historla oral en Estados Unidos: “Alo largo de Ia dada de los setenta, muchos compiladores de historia oral utilizaron las Investigaciones para documentar y promover Ia cohesién comunitaria y la diver- sidad étnica, Durante este periodo, la historia oral adquiri6 repotacién y un creciente apoyo de base, impulsada por los esfuerzos de los educadores, las feministas y 10s ac- tivistas,y también por diversas campafias de elaboracién de una historia local, étnica y regional, Mientras los complladores de Ia primera generacion continuaban diriglendo rtuchos de los archivos principales [de historia oral) el grupo mis joven de educaco- res sociales comenzé a golpear précticamente sus puertas exigiendo una amphiacién de Ambit de las compilaciones, mis alld de las lamadas enevsta de ite” Los estudios feministas Aunque pueda parecer una idea t6pica, no esté de més insistir en 1a im- portancia que los estudios feministas han tenido en las Gltimas décadas para ddesvelar el caracter parcial y sesgado (sexista y clasista) de una buena parte de la producctén cientifca. En cuanto al género blogrifico y memorialistico, no es una excepcién y la memoria femenina, a Jo largo de la historia, se ha Ido perdiendo. por falta de registros. Como sefiala Fina Birulés: “AL hablar de Ia memoria es cast un t6pico aludir al hecho de que una condicién pre- Via para el pleno efercicio es l olvido de una parte de lo acutrid... Pea cuando nos referimos @ Ia memoria histérica del pasado de las muletcs, habeé que adelantor que alifclimente se puede olvidar lo que apenas se ha recibido o transmitido”.* Muchos de los trabajos que han sido publicados sobre trayectorias personales femeninas buscan, [unto con la memoria de las experiencias vividas, una profun- dizacién sobre las imagenes culturales sobre la mujer y sobre los roles femeninos. Una tendencla generalizada es la de buscar “gente normal y coztiente”, para con- trarrestar tanto los sesgos de género como los de clase. Uno de los trabajos pioneros es el publicado por la antropéloga norteame- ricana Caroline Brettell (1978), J chorel imuitas kigrimas, en el que se recoge la historia de vida de una emigrante portuguesa residente en la regién de Paris. Los estudios sobre migracién y clase obrera son, sin duda, algunas de los campos en 59 &. Plummer, 1989. {60 D, Dunaway, 1998: 28 1 Firs, 1998:9, 216 nora {que mas se ha trabajado la memoria femenina. En el caso de Marla Gléria dos Santos, el seudénimo de esta emigrante portuguesa, la motivacién bésica para cemigrar fue liberarse det fuerte control social de su aldea originaria en Portugal, Se trat6, no solo de la biisqueda de nuevos horizontes, sino especialmente de acercarse a un estilo de vida diferente y més libre: "Yo, en el tiempo que sali, ena ii usin, pero los motivos que tena para emlgrar se ; ia tan destacada en la visién vasca del mundo. Sencillamente, la constatacién q de que “la complicacién que rodea las ceremonias funerarias y el énfasis que # | les conceden los mismos actores nos permiten distingulr el tema de la muerte || 82 WA. Douglass, 1973. Muerte en Muélag. Et contest de fa muerte en ef Pais Vasco. Barca ‘oral Eaters 12, Oe or! OS 8 negate dentro de la sociedad vasca”, en lo que seria una orlentacion de cardcter emic, permite afirmar al autor que: “No hay ningin otro evento citico que sea capaz de desencasenar una tal complei- “dad de relaciones sociales (.)- En Ja sactedad vasea las relaciones sociales de los vivos fe defnen y expresan -con significativa intensidad-_medante la muerte” ** En el trabajo de Douglass, la focalizacién tematica al tema de la muerte emerge como instrumento interpretativo para estudiar la sociedad rural vasca, 2) Las sectas religiosas Si para el autor precedente la comunidad es el punto de partida ~el objeto de estudio- y la focalizaciGn temética la consecuencia légica que se deriva de ello, para Joan Prat, en su trabajo EI estigma del extra, Us ensayo antropoldgico sobre sectas religiosas, los términos se invierten. En efecto, el objeto de estudio de su investigaciéa, como aparece indicado explicitamente en el subtitulo del libro, son Tas sectas religiosas, en lo que seria, proplamente, una etnografia de orientacién temiética, Lo que sucede, es que las ‘caracteristicas especificas del objeto de estudio -un mundo restringido y con ‘unas fronteras simbélicas bien determinadas, con una historia corta y un asen- tamlento geogréfico bien delimitado: un microcosmos cargado de significados y ‘marcedamente diferenciado del exteriot~le acercan mucho: “ial Ideal del estudio antropoldgico mas tradicional: el andlisis de une comunidad iferente, marginal y exStiea respecto dela cultura del investigador"* De hecho, Joan Prat, ent su investigacién de las sectas religiosas, no define tanto un objeto de estudio en un sentido estrictamente tematico sino que, has iendo buena la premisa de que toda investigacién nice, o deberfa nacer, de una serie de preguntas para las que no se tiene una respucsta satisfactoria, estructura su busqueda a partir del intento de responder a dos cuestiones basicas + {Por qué Ia sociedad en que vivimos -supusstamente democratica, t+ eral y tolerante- etiqueta como sectarios determinados grupos religio- 83, WA Douglas, 1973: 247, 184 WA. Douglass, 19735247 15. J, Peat 1897, Eesti dl extn, Un ensayo antral sob etree, Baretons: Ai as. toga! UO Copia Il 1a enogaa somo deen. 0s y con este estigma los deja fuera de sus fronteras sociales, culturales y simbélicas? * gPor qué determinados individuos, aunque conocen las consecuencias del estigma y los rlesgos sociales, culturales y simbélicos que conlleva el desatio, deciden hacerse membros de instituciones convenctonalmente tater Vor on Cpu We etnogaia come pos de vvadore de cas0 a caso, como también Latinoamericana ;Cémo ves esta cltima legada ‘masiva de migracion? ,Cual esti opinidn? fs Pues mira que detris cle cada persona hay un dramén, ya no porel hecho de vente, Porque tienen problemas all, ;n0?, Sino que el drama en que se encuentran a veces ‘aqul. Por ejemplo, para ponerte wn easo, hay una chica que trabaja y que solamente tiene un dia libre al mes y, -E: Esamiga tuya, no?

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