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|FOTOCOPIASORS.: M3 GEHSe METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION LITERARIA - CURSO 2016 RETORICA E INTERRUPCION EN PAUL DE MAN Seleecién, comentario y notas de Miguel Dalmaroni Nota: Los segmentos en times new roman son citas de De Man. Los comentarios estén en cambio en calibri. Se sugiere leer este documento luego de "La resistencia a la teoria" de Paul De Man. 4 "EL LENGUAJE ES RETORICA" (Nietzsche) 0 "EL PODER DESFIGURADOR DE LA FIGURACION" (De Man) Nietzsche, "Descripcién de la retérica antigua” No hay ninguna ‘naturalidad’ no retorica del lenguaje a la que se pueda apelar (...]... esa fuerza que Aristételes llama 'retérica’, es al mismo tiempo la esencia del lenguaje: este, lo mismo que la ret6rica, tiene una relacién minima con lo verdadero, con la esencia de las cosas; el lenguaje no quiere instruir sino transmitir [Ubertragen] a otro una emocién y una aprehension subjetivas {91}.! De Man, "La epistemologia de la metéfora"* Las metiiforas, los tropos y el lenguaje figurativo en general han constituido un problema perenne y, a veces, una fuente reconocida de desconciertos para el discurso filos6fico y, por extensidn, para todos los usos discursivos del lenguaje, historiografia y andlisisliterario incluidos. Parece que la filosofia o bien tiene que renunciar a su constitutiva pretensién de rigor con el fin de llegar aun acuerdo con la figuralidad de su lenguaje, o bien tiene que liberarse completamente a si misma de la figuralidad. Y si esta segunda posibilidad se considera imposible, la filosofia puede por lo menos aprender a controlar la figuracién manteniéndola, por decirlo de alguna manera, en su lugar, delimitando los limites de su influencia y, consiguientemente, restringiendo el dafio epistemoldgico que pueda causar. Este es el intento que alienta tras los recurrentes esfuerzos por delinear las distinciones entre los discursos filos6fico, cientifico, teoldgico y poético, ¢ informa aspectos institucionales como Ia estructura departamental de escuelas y universidades. Dicho intento pertenece también a las ideas generalmente admitidas sobre las diferencias entre las distintas escuelas de pensamiento filoséfico, los periodos y las tradiciones filos6ficas, asf como la posibilidad de escribir una historia de la filosofia 0 de la literatura. Asf, es costumbre asumir que el {53} sentido comtin de la filosofia empirista briténica debe mucho de su superioridad sobre los excesos de cierta metafisica occidental a su habilidad para circunseribir, al y como su estilo y su decoro demuestran, cl poder potencialmente disruptivo de la ret6rica{54}. [..] .. cabe preguntarse si las metéforas ilustran el conocimiento o si el conocimiento no estara formado por metaforas. Y, de hecho, cuando Locke desarrolla su propia teoria sobre las palabras y el lenguaje, lo que construye resulta ser, en ‘efecto, una teorfa tropol6gica. Por supuesto, él seria el ltimo hombre de la tierra en darse cuenta de ello y en conocerlo. Hay que leerlo [...] segdn los movimientos retéricos de su propio texto {57}. [..] Mi argumento principal enfatiza la futilidad de tratar de reprimir la estructura ret6rica de los textos en nombre de modelos de textos acriticamente preconcebidos como teologias trascendentales ©, en el otro extremo del espectro, como simples cédigos.° La existencia de cédigos literarios no esta en cuestion, lo que {73} esta en cuestién es su pretensin de representar un modelo textual general y exhaustivo. Los cédigos literarios son subcédigos de un sistema, retérico, que no es él mismo un c6digo. La retorica no puede ser separada de su funcién epistemolégica, por muy negativa que esta funcién pueda ser_[...]: Siempre que se reprime esta cuestién, los modelos tropolégicos reentran en el sistema bajo la apariencia de categorias formales como Ia polaridad, la recurrencia, la economia normativa, o de tropos gramaticales como la negacién y la interrogaci6n.’ Estan siempre conta los sistemas totalizadores que tratan de ignorar el poder desfigurador de la figuracién. Un buen semiético no tardaria mucho en descubrir que él es, en efecto, un retorico disfrazado. [..) ¥ si se acepta, de nuevo en pro {74} del razonamiento, que las narraciones sintagmaticas forman parte del mismo sistema que los tropos paradigméticos (aunque no sean necesariamente complementatios), entonces la posibilidad da lugar a que las articulaciones temporales, como, por ‘ejemplo, las narraciones o las historias, sean correlativas de la ret6rica y no su reverso. Se tendria ‘que concebir, pues, una retérica de la historia anterior al intento de una historia de la retorica, de la literatura o de la critica literaria, No obstante, la retorica no es en si misma una disciplina histérica sino epistemol6gica. Esto podria explicar muy bien el hecho de que los modelos de la periodizacién histérica sean al mismo tiempo tan productivos como mecanismos heuristicos y tan manifiestamente aberrantes. Son una via de acceso, entre otras, a la estructura tropoldgica de los textos literarios y, como tal, minan necesariamente su propia autoridad. [...] Contrariamente a la creencia comin, la literatura no es el lugar donde la epistemologia inestable'de la metiifora es suspendida por el placer estético, aunque este intento es un momento constitutivo de su sistema. Es mds bien el lugar donde se muestra que la posible convergencia de rigor y placer es una ilusin. Las consecuencias de esto conducen a la diffe cuesti6n de si se puede decir de todo el ‘campo del lenguaje seméntico, semiol6gico y performativo que est cubierto por modelos ‘tropolégicos, una cuestién que solo puede ser planteada después de que el poder proliferante y disruptivo del lenguaje haya sido reconocido completamente. {75} De Man, "El materialismo de Kant” Dado que el observador sc halla presumiblemente a salvo en tierra, e! miedo de que el mar salvaje lo pueda engullir es exactamente tan falso, y por la misma razén, como la itusién de que {182} el cielo es el limite del agua. En Kant, fos poetas no embarcan hasta alta mar. Por tanto, el lenguaje de los poetas no participa de la mimesis, de la reflexién o de la percepcién, en el sentido de que permitiria un vinculo entre la experiencia y la comprensién, entre la percepcién y la apercepcién. El realismo postula un fenomenalismo de la expetiencia que aqui esta siendo negado o ignorado. La contemplacién del mundo por parte de Kant tal y como uno lo ve (wie man ihn sieht") es un formalismo radical, absoluto, que no contiene ninguna nocién de referencia o semiosis. Al contrario, es un formalismo absolutamente no fenomenal, no referencial, a- pathético, [...]... el formalismo radical que anima el juicio estético en la dindmica de lo sublime es lo que se denomina materialismo. {183} 2 INTERRUPCION De Man, “El concepto de ironi Gs la ironfa un tropo? [...] El tropo significa "cambiar", y consiste en ese cambio que aparece ciertamente en todas las definiciones tradicionales de la ironia, como, por ejemplo, "significar una cosa y decir otra distinta", "admiracién por culpa" o cualquier otra semejante. Uno siente, sin embargo, que en el caso de fa ironfa dicho cambio implica algo més, una negacién mas radical que la que se darfa en un tropo ordinatio como la sinécdoque, la metafora o la metonimia. La ironia parece ser el tropo de los tropos, el representante por antonomasia del cambio. (233) La tesis principal de Paul De Man aqui es que la ironia es menos un tropo entre tantos que una forma especifica de “parébasis", palabra que designa procedimientos como el "aparte", esa 1977) clase de interrupcién convencionalizada en la dramaturgia y que rompe la ilusi6n teatral (un corifeo otro actor habla con el pibiico o para el ptiblico); la ilusién que la ironia viene a romper de modo permanente, 0 -inversamente-lo que muestra la ironfa, no es otra cosa que el caracter esencialmente ret6rico del lenguaje (ya que, basicamente, la ironia es el tropo que literalmente tiene un sentido y figuralmente otto, el contrario). De Man formula esta tesis mediante la siguiente definici6n: "la ironfa es la permanente pardbasis de la alegoria de los tropos" (253), es decir es a {errupcién constante (no esporddica ni episédica) de "la inteligibilidad de la narracién (representacional)’, la interrupcion de la "coherencia narrativa” del lenguaje (ese gran sistema de ‘tropos, esa “alegoria" o metéfora sintagmaticamente expandida con que la filosofia moderna describe el lenguaje aun cuando diga o crea que describe la conciencia, el conocimiento o ta dialéctica de lo real). ‘Ala vez, De Man sigue a Friedrich Schlegel® para advertir que , por lo tanto, la ironia asi caracterizada no es otra cosa que la literatura o -mas especificamente, si se quiere- "la poesia” textos donde se nos da de leer (donde se nos muestra) que, tratandose de lenguaje, asistimos siempre y fatalmente -como en la ironfa- a la "amenaza" de una "interrupcién” permanente, "una disrupci6n” (para peor, vacilante). Para hacer posible esa definicion de la ironfa, De Man desarrolla aqui una demostracién de la tesis segin la cual el lenguaje es retérica 0, dicho de otro manera, que el modo en que conocemos por/en el lenguaje es tropolégico (0: que no hay epistemologia fuera del lenguaje, es decir fuera de ta retorica). Para tal demostracién 19) resefia un ejemplo literario tomado del propio Schlegel, su novela Lucinda, capaz de ponerle los pelos de punta -parece- a todos su comentaristas y hasta al propio Hegel (que parece que no perdia los estribos con facilidad); y 22) repasa algunos principios de la dialéctica pre-hegeliana de Fichte, que le permiten mostrar que - de principio a fin- el conocimiento es a Ia vez performativo, epistemolégico y tropologico, y que la filosofia moderna describe la epistemologia mediante una narrativa sistemética particular que pasa por argumentacién: "la alegoria de los tropos”. Entonces: 19) 2Qué hay, pues, en Lucinda que preocupa tanto a fa gente? [...] Hacia la mitad hay un corto capitulo titulado "Una reflexién", que se deja leer como un tratado o argumento filos6fico (en cel que se emplea el lenguaje filosofico de Fichte), pero que no requiere una mente muy perversa, sélo ligeramente perversa, para advertir que Io que se esta realmente describiendo no es en absoluto tun argumento filos6fico sino -;como lo dirfa yo?- una reflexién sobre los aspectos puramente fisicos del acto sexual. [..] .. hay aquf un escéndalo particular, uno que llevé a Hegel, Kierkegaard y los filésofos en general, y a otra gente también, a preocuparse mucho. Ello amenaza de manera fundamental algo mucho més profundo que ese aparente chiste ...]. Parece haber una amenaza specifica que emana de esta doble relacién en el ambito de Ia escritura y que no es precisamente un doble cédigo. No se trata de que exista un cédigo filos6fico y otro que describe actividades sexuales. Estos dos cédigos son radicalmente incompatibles entre ellos. Se interrumpen, se alteran el uno al otro de una forma tan fundamental que esta verdadera posibitidad de disrupcién representa una amenaza para todas las asunciones que uno tiene acerca de Io que un texto deberfa ser. (239). 22) De Man retoma a Johann G. Fichte, a quien Schlegel consideraba tan importante como la Revolucién Francesa. Sintetizando mucho el repaso de De Man, Fichte establecta que: 1) El yo es absoluta, radical e inherentemente lingistico: "esté postulado originalmente por el Jenguaje" y solo puede establecerse a través de un acto de lenguaje; no tiene nada que ver con el yo experimentable o fenomenolégico. "A lo que nos enfrentamos -anota De Man- es a la habilidad del lenguaje para setzen, dicho en aleryn. Hablamos de la catacresis, de la habilidad del Jenguaje para nombrar catacréticamente cualquier cosa, mediante un uso falso, pero en cualquier caso para nombrar y, por tanto para postular cualquier cosa que el lenguaje esté deseando postular" (244). ° 2) Desde que el lenguaje postula el yo, es igualmente postulado el no-yo ("lo opuesto, la negacién del yo"). El lenguaje postula A y no-A al mismo tiempo. "Sobre este yo, que es postulado y negado al mismo tiempo, nada se puede de un acto posicional*, 3) Pero como consecuencia de que el yo postulado, postula su opuesto, entran en contacto y se delimitan, Y esas delimitaciones se convierten en "propiedades del yo". Desde ese momento es posible comenzar a emitir actos de juicio sobre ese yo postulado. “Lo que oiginalmente era una mera catacresis [mera postulacién, mero performativo] se convierte en una coleccién de propiedades, yes posible compararlas unas con otras y hallar semejanzas y diferencias entre las diferentes entidades" (246, itdlica nuestra : segtin De Man, pues, lo que Fichte habilita es la tesis de que los “actos de juicio” consisten en meta-forizar: comparar, "cambiar", llevar una cosa al lugar de la otra). 4) Los juicios son sintéticos, analiticos y téticos. Los juicios sintéticos (A es como B, por tanto hay un Xen que A y 8 son diferentes) y los juicios analiticos (A no es como B, por tanto hay una propiedad X en que A y B son semajantes) se implican mutuamente: todo sintético impiica un analitico (si digo "A es como B", es que presupongo una diferencia) y todo analitico implica un sintético (si digo "A no es como B", presupongo una similaridad). 5) Esa “circulacién'" de las "propiedades[...] es la base de cualquier juicio". v su “estructura particular...] el aislamiento y fa circulacién de las propiedades, ia forma en que las propiedades pueden cambiarse por entidades cuando estén siendo comparadas unas con otras en un acto de Juicio-es ta estructura de la metéfora, la estructura de los tropos....]... es la circulacién de las propiedades, es la circulacién de los tropos, dentro de un sistema de conocimiento, Se trata de la epistemologia de los tropos. Tal sistema esté estructurado como las metéforas -como las figuras en general y las metéforas en particular" (247). 6) Los juicios téticos, en cambio, son predicaciones: su prototipo es "Yo soy": una vez postulado, el yo es afirmado como existente, pero se trata de una afirmacién vacia que, no obstante, puede realizarse bajo una enunciacién de las propiedades del yo. "Desde el momento en que hay juiicios comparativos, se hace posible hablar de propiedades del yo y, por consiguiente, esto puede presentarse como una experiencia” (italica nuestra). Tal vez convenga advertir que el tropo demaniano del “{inter}cambio", "Ia circulacién” y las sustituciones, es decir la calesita 0 la espiral sin fin de los tropos (que en este mismo ensayo é! stra literalmente -igual que De Saussure- con la circulaci6n del dinero), parece muy préximo a la figura derridiana de la différance (a la vez diferencia y diferimiento): dado que la experiencia o lo real no puede ser simbolizado, la calesita de la significantizacién se pone a perseguirlo: dfiere, es decir pos-pone (mete-foriza}: un significante conduce, pasa, cambia 0 nos lleva no a un significado, ino a otro significante, que nos lleva a otro significante, que nos lleva a otro (como en el diccionario), y asi indefinidamente (a excepcidn de que estés no con el diccionario sino con un analista lacaniano que te corta el flujo con la puntada de almohadillado: "por hoy dejamos acs" 0, peor, "por hoy nos quedamos con esto", y mientras uno se pregunta "icon eeeeeeesto?l", uno aga y se va y sigue, por supuesto, dif-errando). Es un puro vacfo, Asi pues, todo este sistema [...] es ante todo una teorfa del tropo, una teoria de la metéfora, porque .| la cireulacién de la propiedad descrita en relacién al acto del juicio esté estructurada como una ‘meidfora o un tropo, est basada en la sustitucién de propiedades. Esté estructurada como una sinéedoque, relacién entre la parte y el todo, 0 como una metéfora, una sustitucién basada en la semejanza y la diferenciacién entre dos entidades. La estructura del sistema es tropoldgica. {...] Pero no solamenite eso, es también un sistema performativo, hasta el punto de que se asienta sobre el acto original de postular que existe en el modo lingtistico bajo la forma de la catacresis, del poder del seizen, que es el inicio del sistema y que es é! mismo algo més performativo que cognitivo. En primer lugar hay un performativo, el acto de postular, la catacresis original, que después se mueve hacia un sistema de tropos; tiene lugar un tipo de anamérfosis de tropos, en el que todos los sistemas 4 ‘tropol6gicos se engendran como resultado de dicho acto original de postular.[...] Lo que describe [Fichte] sélo puede llamarse "alegoria", es una narrativa, una historia que é1 cuenta, una dificil y ‘emocionante historia [..]. Nos hallamos ante una alegorfa, ante la natrativa de la interacci6n entre el ‘ropo por un lado y la accién como postulamiento por otro. Por ello, es como una teorfa narrativa, Lo cual configura un sistema coherente[..] ¥ todo esto se desarrolla como una linea narrativa: la historia de la comparacién y de la distincién, la del intercambio de propiedades [...]... el arabesco, como diria Schlegel, de la narrativa tropolégica. Y lo que el arabesco narra, lo que cuenta, es la anamorfosis de los tropos, las transformaciones de los tropos, en el sistema de tropos, cuya experiencia correspondiente es la del yo que esta por encima de sus experiencias. Eso parece ser lo que Schlegel est diciendo en el fragmento 42 del Liceo [...J, donde describe ese yo independiente, el yo que, nos asegura, habla en la filosofia y en la poesia (250), las dos sedes de la ironia. Schlegel habla de la ironia en la poesia como de una "verdadera bufoneria trascendental” Lo buf [...] es la interrupcién de la ilusién narrativa, el aparte, el aparte para la audiencia, a través del que se rompe la ilusién de la ficci6n [...]. El término técnico adecuado para esto en retérica, el ténmino que Schlegel emplea, es "pardbasis". La pardbasis es la interrupcién de un discurso en virtud de un desplazamiento en el registro retorico. Es lo que encontrarian en Sterne, precisamente la constante interrupcién de la ilusi6n narrativa [...]. Hay otra palabra para designar este mecanismo : la palabra “anacoluto”, El "anacoluto” se emplea mas a menudo como algo referido a los. ‘modelos sintécticos de los tropos, 0 a las frases periédicas, donde la sintaxis de una frase que crea ciertas expectativas es sibitamente interrumpida, [..] (252). Pero para Schlegel, la parabasis no es suficiente. La ironfa no es solo una interrupeién; es [..] una “permanente pardbasis", parébasis no solo en un punto sino en todos los puntos, que es Ia forma como él define la poesia: la ironta esté por todas partes, la narrativa puede ser interrumpida por cualquier lugar. [..]... una pardbasis s6lo puede suceder en un punto especifico, y decir que existe una pardbasis permanente es decir algo violentamente paradéjico. Pero es eso lo que Schlegel tenia en mente. Deben imaginar que la parabasis es capaz de tener lugar constantemente, La interrupcién, puede suceder en todo momento, como, por ejemplo, en el capitulo de Lucinda con el que comencé y en el que el argumento filoséfico se interrumpe brutalmente en todas las ocasiones cuando se advierte que tal argumento correspond [...] a un acontecimiento que nada tiene que ver con el argumento filoséfico.[...].. la ironia es la permanente pardbasis de la alegoria de los tropos. (253) ‘Ahora bien, De Man se pregunta finalmente "en qué elemento del texto tiene lugar Ia pardbasis como tal". Se trata, siguiendo a Schlegel, de "la pura circulacién del juego del significante". La "lengua auténtica” que la poesia persigue permite que brillen "el error, la locura y la estupidez ingenua", y "este es el origen de toda poesia, suspender las leyes del pensamiento racional y teemplazatlos por una bella confusién de la fantasia en el caos original de la naturaleza humana’. Dicho caos es, segtin Schlegel, "error, locura, estupidez", y su lengua es esa "lengua auténtica” de la poesia: "una circulacién fuera de control" (256) "que echa a perder cualquier consistencia narrativa’. Las categorias del yo, de la historia y de la dialéctica -es decir, el sistema tropolégico- quedan interrumpidas y arruinadas de forma radical. Georges Didi- Huberman, “Apertura” en Ante el tiempo.* “La paradoja visual es la de la aparicién: un sintoma aparece, un sintoma sobreviene, interrumpe cl curso normal de fas cosas segiin una ley -tan soberana como subterrdnea que resiste a la observacién banal. Lo que la imagen — sfntoma, interrumpe no es otra cosa que el curso normal de la representacién. Pero lo que ella contrarfa, en un sentido lo sostiene: ella podria pensarse bajo el Angulo de un inconsciente de la representacién, En cuanto a ta paradoja temporal, se habré reconocido Ia del anacronismo: un sintoma jamas sobreviene en el momento correcto, aparece 3 siempre a destiempo, como una vieja enfermedad que vuelve a importunar nuestro presente. Y también alli, segin una ley que resiste a la observacién banal, una ley subterrinea que compone duraciones miiltiples, tiempos heterogéneos y memorias entrelazadas. Lo que el sintoma-tiempo interrumpe no es otra cosa que el curso de la historia cronolégica. Pero Jo que contratia, también lo sostiene: se lo podria pensar bajo el Angulo de un inconsciente de la historia.” (64; nuestras Tas negritas). Parece posible examinar en qué medida y cémo, en la intervencién tedrica de Georges Didi- Huberman (Lo que vernos, lo que nos mira; Venus rajada; Ante el tiempo) se presenta una teorfa de la interrupcién, de la disyuncién, bajo la lengua teérica de una teoria del sintoma (a la vez lacaniana y sobre todo benjaminiana): 1) Elarte es en lo que abre: la grieta, la herida, el filo, el antro rajado o abierto “entre” “lo que vernos” y “lo que nos mira/nos concierne” en lo que vemos; si se quiere: entre el Sujeto y el Objeto, 12 alll quedan suspendidas camo tal 2) Lo que el arte abre es “experiencia” es decir un acontecer de la “presencia”: por eso “suspende” lo sabido=dado=pasado=lo sujeto y lo objetivizado: es lo que acontece ~y no fo que acontencié-; es lo no sabido -y no lo sabido-; es lo atin no hablado -y no lo decible que es siempre fodicho-. El acontencimiento es un “obstéculo”, una “brusquedad eficaz”. 3) Es decir, fa figura tedrica apropiada para el arte es Ia figura de un “movimiento aberrante”: el “sintoma”; también, el “suefio” 0, mejor, el “despertar”. QUE ES EL “SINTOMA” EN D-H?: una emergencia, es decir, algo que “sobreviene”, una “aparici6n’” que “interrumpe el curso normal de las cosas segiin una ley (...) soberana y subterrénea” y que resulta siempre, asi, disfuncionat: 1) EL SINTOMA ES UNA DIS-LOCACION: nunca sobreviene en el LUGAR correcto 0 en el punto correcto (nunca esta donde se lo espera), de modo que siempre interrumpe “el curso normal de la fepresentacién’. PERO el sintoma es tal no porque haya abandonado lo que interrumpe y lo que contraria, sino porque lo sostiene, porque sostiene fo que corta: mas que haber abolido y derogado la representacién, el sintoma es el “inconsciente de la representacién’; esto es, viene a reponerle a la representacién su propia incongruencia, ‘no una otredad ajena a la representacién misma; = el sintoma es el desborde de los drdenes de lo representable. 2) EL SINTOMA ES UN DESFASE, UN DES-TIEMPO, ES DECIR UN ANACRONISMO: el sintoma nunca sobreviene en el MOMENTO correcto; aparece siempre a destiempo, de modo que siempre interrumpe “el curso de la historia cronol6gica”, es decir el curso de una temporalidad lineal y/o de una historicidad positiva, progresiva, unidireccional. El sintoma “compone duraciones miitiples, tiempos heterogéneos y memorias mezcladas" PERO més que haber abolido y derogado la historicidad, el sintoma es el “inconsciente de la historicidad”; esto es, viene a reponerle a la historicidad su propia heterocronia, pluricronia 0 anacronicidad, su policritmia y no una otredad ajena a la historicidad misma el sintoma es el desborde de los érdenes de lo narrable. NB: citando a Auerbach, D-H piensa, igual que Bourdieu, que escritores como Proust y Joyce enriquecieron lo que seria una “fenomenologia no trivial del tiempo” y de la experiencia humanas. Es decir: la historia y la experiencia no son érdenes estructurados sino MONTAJES; Por tanto, la historiografia y fa fenomenologia (o una postica de la experiencia) deben encararse no segdin las morales epistemolégicas de la clencia sino como “una poética”= “un montale del saber” Para iniciar una aproximacién con De Man, conviene notar que las figuras de D-H son binarias, y que se trata siempre -como en la “ironfa" demaniana- de un binarismo a la vez opositivo, complementario e insuprimible. Como en el capitulo irritante de Lucinda de Schlegel, un 6 polo de la figura “desfigura" al otro (0 mejor: es lo Otro lo que esté alli, como el sintoma, interrumpiendo constantemente el predio de lo Mismo y poniéndolo en ruinas). NOTAS * Segtin varios sitios web que transcriben Ja cita: en Nietzsche, Friedrich (1872). “Descripeidn de la retérica antigua”, en L.E, De Santiago Guervés (ed.) Friedrich Nietzsche, Escritos sobre retérica. Macrid: Trotta, 2000. ® Los ensayos de De Man citados estin reunidos en La ideologia estética. Madrid: Altaya, 2000. > Parece muy probable que De Man esté pensando en el primero y el segundo Barthes: el de "Introduccién al analisis estructural de Ios relatos" como el teolégico, y en cambio en el de 8/2 y "Anilisis de un cuento de oe" como el de los "simples eédigos". Como sea, es seguro que tiene en mente el "estructuralismo" para el primer "extremo" y cierto "posestructuralismo” -0 bien cierto pragmatismo textoldgico que me resulta mas dificil precisar- para el segundo. * No sé si termino de advertir por qué el planteo de De Man resistria esta objecin de un légico o de un epistemblogo: gpor qué la polaridad, la recurrencia, la economia normativa, la negacién y la interrogacién deberfan considerarse tropos que hacemos pasar por categorias formeales, y no categorias formales que De ‘Maan hace pasar por tropos, 0 reduce a su caricter tropol6gico? O, mejor: zpor qué su cardcter tropolégico terminarfa siempre dominando su cardcter epistemol6gico, y se realizaria siempre como literatura, es decir como parabasis 0 ironia, y no como univocidad convenida por motivos pragméticos (es decir para dominar operaciones y obtener resultados), como cuando Hamamos "agujeros negros" a eso que hemos decidido postular como tales? 20 es que, més bien, De Man postula que -a causa dele ironia- lo que pierde por ‘completo la consistencia que pretende para si es la narrativa referencialista, la alegoria de los tropos como “gran relato” de la fisolosfia acerca del sueto de conocimiento, pero no necesariamente la eficacia pragmaticamente epistemolégica de los tropos? Porque, digamos, resulta innegable que "agujeros negros" es 'un tropo, pero no parece menos innegable que los astrénomos operan con ellos tras haberlos postulado, esto €s, que utilizando el tropo pueden mantener una cierta y nada despreciable eficacia epistemolégica...,0 es meramente comunicativa (se entienden entre ellos y acerca de los resultados de lo que dicen caleular y de lo que dicen ver por los instrumentos que usan)? 5 Kasl Wilhelm Friedrich (later: von) Schlegel (10 March 1772 ~ 12 January 1829) was a German poet, critic and scholar. With his older brother, August Wilhelm Schlegel, he was a critical leader of German Roy hutpsfen wikipedia. ore/wikifKarl Wilhelm Fi ® Interrogar el uso demaniano de la nocién de "catacresis" nos obligatia a un prolongado desvi ensayo "catacresis" significa en principio y de primera lectura, esa performatividad del lenguaje para postular- nombrar (De Man lo usa casi como sinénimo del alemén “setzen": establecer, asentar). La definicign mas usual y bdsica de catacresis es el empleo (ya incorporado, naturalizado en el uso) de una palabra para nombrar algo que carece de nombre: los "agujeros negros" no son agujeros, pero como los astrénomos no tenfan un ‘nombre para eso que pretendian postular, usaron "agujeros" en lugar de -digamos- inventar una palabra antes inexistente (ndtese que este, como otros ejemplos, ilustra c6mo en el problema no interviene en absoluto nada parecido a una eventual correspondencia del sentido ni de la palabra con posibles agujeros empfricos del color que fuese; el ejemplo, por lo demas, es un tanto mimético, esto es demasiado tropolégico -como si, por contigtiidad o contaminacién, estuviésemos sugiriendo que la catacresis tapa agujeras del lenguaje- pero por Jo mismo podria decitse que -siempre que lo advirtamos- es més demaniano que otros tantos posibles ejemplos). Supongo que aqui deberfamos entender lo siguiente: en el pronombre de primera persona det singular "yo", de ningtin modo estaba el significado de yo ni de “sujet” con que (dice Fichte, seatin De Man) ‘carga la palabra tras haber sido postulado el "yo-consciencia-sujeto-de conocimiento-moderno” por el Ienguaje (N. de MD). 7 Como se habré notado, De Man nos esté empujando a una puesta en abismo. Si el lenguaje es performative y tropoldgico antes que (0 como condicién para ser) epistemol6gico, y si eso es lo que ya habia demostrado Fichte mediante lenguaje (en sus escritos), De Man debe necesariamente interrogar y establecer cuil es la tropologia de Fichte: esa narracién que De Man bautiza como la "alegoria de los tropos". Si seguimos st incitacién, deberiamos devonstruir a su manera cual es la narrativa de De Man o cual su tropologia. Seria ficil, aunque quizis no menos pertinente, empezar por pespuntes de la prosa de De Man como cuando califica a lade Fichte de “dificil y emocionante historia” o su eleccién de la cita con "arabesco" de Schlegel. (N. de MD). * Didi-Huberman, George. Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imagenes. Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora, 2006, traduccién de Oscar Antonio Oviedo Funes.

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