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Capituto Cnico LOS ARBITROS ‘SUMARIO: 1. Nociones generale; II Origen o fuente de la justicia arbitral TL, Diversas clases de arbitrajes; IV, Funcionamiento del arbitraje. LD faciones generales 272, Noci6n historica y definicién. Al estudiar los divezsos tribunales, en aten- cidn a su naturaleza, manifestamos que habia tres clases: ordinarios 0 comunes, especiales y arbitrales. Los ordinarios juz- gan a la generalidad de las personas y de las cosas, y llevan consigo la idea de jerar- quia o de subordinacién unos respecto de los otros, estando todos ellos estable- cidos en el Cédigo Orgénico de Tribuna- Ies; los especiales juzgan a determinadas personas o a ciertas materias que, por cir- cunstancias también especiales, gozan de fuero personal o real, y se hallan estable- cidos en leyes especiales; y los arbitrales son los que pasamos a estudiar y cuya importancia nadie podra desconocer. El origen de la institucién de Ios tri bunales arbitrales es bastante antiguo. Creemos que las primeras disputas entre los hombres han sido, seguramente, re sueltas por medio de jueces rbitros con bastante anterioridad a la intervenci6n de Jos tribunales ordinarios. Ya en la Biblia y en las legislaciones de los pueblos anti- guos se habla de los jueces arbitros; otro tanto acontece en las Doce Tablas de los romanos. Pero en Roma la jurisdiccién arbi- tral tenia caracteristicas peculiares, por que las sentencias pronunciadas por los arbitros carecian de la fuerza y autori- dad de la cosa juzgada, es decir, no po- dian ser ejecutadas. Es por eso que las partes, junto con someter un determi nado asunto a arbitraje, celebraban un pacto especial, llamado la clausula com- promisoria, en virtud del cual convenian n en pagar una multa, a titulo de pena, en caso de que no se sometieran volunta- riamente a cumplir la sentencia pronun- ciada por el arbitro, De ahi también que hoy al hecho de que dos o més personas acuerden some- ter la decision de un determinado asun- to, litigioso a un arbitro se le lame compromiso, y que al juez drbitro se le conozca con la denominacién de juez compromisario o, simplemente, compro- misario; aun cuando debemos hacer no- tar que el concepto antes expresado de la cldusula compromisoria -como tendre- mos oportunidad de verlo mas adelante era totalmente diferente del que se tiene enlaactualidad. En el Derecho del Bajo Imperio, prin- cipalmente en la época de Justiniano, a las sentencias arbitrales se les reconoce ya la fuerza de Ia cosa juzgada, 0 sea, accion para exigir su cumplimiento; y la institucién, con ligeras variantes y perfec- cionamientos, ha, llegado asf hasta nues- tros dias. La ley, pues, no ve inconveniente algu- no para que los particulares, salvo casos de excepcién, nombren de comtin acuerdo a un tercero a finde que dirima una con- tienda o dificultad de orden juridico que puede haber surgido entre ellos. Aiin més, en ciertos casos obliga a resolver deter nadas contiendas mediante la intervencién, de este tercero. La persona llamada a deci- dir estas contiendas juridicas recibe el nom- bre genérico de juez.érbitro. El articulo 222 del Cédigo Organico de Tribunales define a los jueces arbitros cuando dice: “Se Haman arbitros los jue- ces nombrados por las partes, 0 por la rorrowat JURIDICA pecins 5 autoridad judicial en subsidio, para la re solucién de un asunto litigioso”. La definicién anterior tiene el mérito de que asimila los Arbitros a los jueces ordinarios, e indica el objeto o finalidad de su nombramiento, o sea, Ia resolucion de un asunto litigioso; pero peca en cuan- to sefiala como tinicas fuentes de la justi- cia arbitral la voluntad de las partes o Ia autoridad judicial en subsidio, en circuns- tancias de que ellas pueden ser también la voluntad del testador y, segiin algunos, hasta la propia ley. 273, Diferencias entre los tribunales ordinarios y los especiales y los tribuna- les arbitrales. Desde Inego, fos jueces que componen los tribunales ordinarios y los especiales son verdaderos fancionarios publicos, pues ejercen su mision pr designacién © nombramiento emanado de la autoridad ptiblica; en cambio, los jueces arbitros, por regla general, arran- ‘can su jurisdiccién de Ia propia y sobera- na voluntad de las partes litigantes. Los jueces de los tribunales ordina rios y de los especiales conocen de la ge- neralidad de los asuntos que la ley ha colocado deniro de la esfera de sus atri- buciones y, por consiguiente, son también tribunales permanentes; en cambio, los jueces Arbitros s6lo pueden resolver el asunto 0 negocio determinado cuya reso- luci6n le han encomendado las partes, y, en consecuencia, desde este punto de vis ta, son tribunales accidentales. Los jueces ordinarios y los especiales deben fallar con estricta sujeci6n a la ley y pesa sobre ellos, por consiguiente, en toda su amplitud, el principio de la lega- lidad, salvo contadas excepciones; en cam- bio, los jueces arbitros arbitradores, una de las clases en que se dividen los jueces Arbitros, fallan en concis Por tiltimo, los tribunales ordinarios y los especiales tienen facultad de impe- rio, 0 sea, derecho para hacer cumplir 0 ejecutar Io fallado con entera amplitud; en cambio, Ios jueces Arbitros carecen de 41, 0 bien poscen esta facultad en forma Timitadisima. eorronia JURIDICA pe cute 12 10 Casarina Viterbo En efecto, el articulo 635 del Gédigo de Procedimiento Civil dispone: “Para la ejecucién de la sentencia definitiva se po: dra ocurrir al arbitro que la dict6, si no esta vencido el plazo por que fue nom: brado, o al tribunal ordinario correspon: diente, a eleccién del que pida su cum plimiento, Traténdose de otra clase de resohe ciones, corresponde al arbitro ordenar su ejecucién. Sin embargo, cuando el cumplimiento de la resoluci6n arbitral exija procedimien tos de apremio o el empleo de otras medi das compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean parte en el compro- miso, debera ocurrirse a la justicia ordina ria para la ejecucién de lo resuelto”. 274. Diversas clases de arbitros. Ni tra ley procesal reconoce tres clases de Arbitros: de derecho, arbitradores o ami- gables componedores y mixtos, al esta blecer que los arbitros pueden ser nombrados en alguna de estas tres cali- dades (art. 228, ines. 1° y final, C.0.T). El arbitro de derecho es aquel que falla con arreglo a la ley y se somete, tan- to en la tramitacién como en el pronun- ciamiento de la sentencia definitiva, a las reglas establecidas para los jueces ordi- narios, segtin la naturaleza de Ia accién deducida (art. 293, inc. 28, C.0.T) El arbitro arbitrador es aquel que fa lla obedeciendo a lo que su prudencia y la equidad le dictaren, y no estara oblige do a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si estas nada hubieren expresado, a las que se establecen para este caso en el Cédigo de Procedimiento Givil (art, 223, inc. 3%, C.0.T). El arbitro mixto, como su nombre lo™ indica, es aquel que tiene facultades de arbitrador en cuanto al procedimiento y se limita a la aplicacién estricta de la ley en el pronunciamiento de la sentencia definitiva (art. 223, inc. final, C.0.T.) En consecuencia, la clasificacion que hace el legislador de los rbitros gira al yededor tle dos factore: Ja dictacion del fallo. 8 cho tramita y falls; al ip nal ordinario, hatiendo tanto de las-leyes-de fe de fondo, tal:cual forbs tribunales; el arbitro a de acuerdo con ebpros propias partes han acer falta de estas reglas; « Jas normas te procedin pio: Codigo de Procedi éa para esta’ clase de & goncientia; y, por fin, participa de los earacte en cuanto al procedim Arbitro de derecho en¢ 275. Gapacidad de ion con el nombramit Glasificacion anterior « s6lo Gerte importancia eedimiento a que vat forma o tianera com: sentencia, sino, adem facultatl de las partes, Capacidad, para: atcibs nada calidad al arbitro Asi, para designar res cs indispensable q Sean mayores de edac tradoras de sus biene presamenite el inciso del Codigo Organico « cir-que "S610 las parte ylibres administrador: xin thar a los arbitro bitradores’. Patanombrar arbi se requiere la plena ce tes qe concurren a peroy por motivos de nicti¢ia, pueden los ¢ la concesi6n al érbitre facultades de arbitrad: ceditmiento, aun cua Jos interesados en el ‘ees. Lego, cuando te whoo més intere nombramiento de a do si concurren los si \articulo 685 del Codigo to Givil dispone: “Para la ientencia definitiva se po- tbitro que la dict6, si no plazo por que fue nom- inal ordinario correspon- sn del que pida su cum- de otra clase de resolu nde al érbitro ordenar su cuando el cumplimiento ubitral exija procedimien- -cl empleo de otras medi- © cuando haya de afectar sean parte en el compro- rire a la justicia ordina- in de lo resuelto”. clases de arbitros. Nues- reconoce tres clases de :cho, arbitradores o ami- idores y mixtos, al esta- 4rbitros pueden ser Higuna de estas tres cali- ines. 1° y final, C.0.T.) @ derecho es aquel que ala ley y se somete, tan- 6n como en el pronun- sentencia definitiva, alas, fas para los jueces ordi- saturaleza de la accién 25, inc. 2%, C.0.T) bitrador es aquel que fa- @ Jo que su prudencia y faren, y no estard obliga- sus procedimientos y en las que las que las partes en el acto constitutive gsiestas nada hubieren que se establecen para 6digo de Procedimiento ©8,COT) x{0, como su nombre lo que tiene facultades de anto al procedimiento y icaci6n estricta de la ley miento de la sentencia 8, ine. final, C.0.T.) cia, la clasificacién que ¢ de los Arbitros gira al- ‘Manual de Derecho Procesal rededor de dos factores: la tramitacién y ha dictacién del fallo. Fl arbitro de dere- cho tramita y falla, al igual que un tribu- nal ordinario, haciendo aplicacién estricta tanto de las leyes de forma como de las de fondo, tal cual lo hacen estos tiltimos tribunales; el arbitro arbitrador tramita de acuerdo con el procedimiento que las propias partes han acordado sefialar y, a falta de estas reglas, en conformidad a las normas de procedimiento que el pro- pio Cédigo de Procedimiento Civil indi- @ para esta clase de Arbitros, y falla en conciencia; y, por fin, el arbitro mixto participa de los caracteres del arbitrador en cuanto al procedimiento, y de los del frbitro de derecho en cuanto al fallo, 275. Capacidad de las partes en rela- cion con el nombramiento de arbitro. La chsificacién anterior de los arbitros no sélo tiene importancia para saber el pro- cedimiento a que van a ajustarse y a la forma © manera como pronunciaran la sentencia, sino, ademas, en cuanto a la facultad de las partes, en re capacidad, para atribuirle una determi- nada calidad al arbitro. Asi, para designar 4rbitros arbitrado- res es indispensable que todas las partes sean mayores de edad y libres adminis- tradoras de sus bienes. Lo dis presamente el inciso 1? del articulo 224 del Cédigo Orgénico de Tribunales al de- cir que “s6lo las partes mayores de edad ylibres administradoras de sus bienes po- drén dar a los Arbitros el cardcter de ar- bitradores’”. Para nombrar arbitros mixtos también se requiere la plena capacidad de las par- tes que concurren a su nombramiento; pero, por motivos de manifiesta conve- niencia, pueden los tribunales autorizar la concesi6n al arbitro de derecho de las facultades de arbitrador en cuanto al pro- cedimiento, aun cuando uno o mas de los interesados en el juicio sean incapa- ces. Luego, cuando entre las partes exis- te uno o més interesados incapaces, el nombramiento de arbitro mixto es vali- do si concurren los siguientes requisitos autorizacién judicial previa de parte de Ja justicia ordinaria y justificacién ante ella de los motivos de ‘manifiesta conve~ niencia que aconsejan concederla. Por tltimo, la designacién de arbitro de derecho no esta ligada en absoluto, en cuanto a su validez, a la capacidad 0 incapacidad de las partes. Desde el mo- mento en que el arbitro de derecho tra- mita y falla lo mismo que un tribunal ordinario, ofrece idénticas condiciones de seguridad que éste y, por consiguiente, el legislador no tiene para qué preocuparse de si las partes interesadas son 0 no ple- namente capaces. Haya 0 no incapaces entre los interesados, el nombramiento de arbitro de derecho siempre sera vali do en cuanto a este aspecto se refiere. 276. Requisitos para ser arbitro. Los hay de dos Grdenés: positivos y negativos; ¥, aun, requisitos generales aplicables a toda clase de arbitros, y requisitos espe- ciales aplicables a los arbitros partidores de bienes, que son una especie de arbi- tros dentro del concepto genérico de los Ahora bien, los requisitos positivos y aplicables a toda clase de arbitros son los siguientes: a) Ser mayor de edad; b) Tener la libre disposicién de los bienes: y ©) Saber leer y escribir (art. 225, inc. 1, COT) Sin embargo, los abogados habilita- dos para ejercer la profesién pueden ser rbitros aunque sean menores de edad; y el nombramiento de arbitro de derecho s6lo puede recaer en un abogado (art. 255, ines. 1° y 28, C.0.T). Los requisitos negativos y aplicables a toda clase de arbitros son los siguientes: a) No pueden ser nombrados arbi- tros para la resolucién de un asunto las personas que litigan como partes en él (art. 226, ine. 1°, C.0.T.); b) No puede ser nombrado arbitro para la resolucin de un asunto el juez que actualmente estuviere conociendo de 1 (art, 226, inc. 28, C.0.T); orrontat JURIDICA peciie c) No pueden ser nombrados arbi- tros los jueces letrados ni los miembros de los iribunales superiores de justicia (art. 317 CO.T);y 4) No pueden ser Arbitros ni los fis- cales judiciales ni los notarios (art. 480 6.0.7). ‘Sin embargo, los jueces letrados, los miembros de los tribunales superiores de |justicia y los fiscales judiciales pueden ser Arbitros si, en el litigio cuya decisién se pretende someterles, figura alguna parte originariamente interesada en él con la cual se hallan ligados por vinculo de pa rentesco que autorizare su implicancia 0 recusaci6n (arts. 226, inc. 2% 317 y 480, inc. 1°, C.0.1,). En cuanto a los Arbitros partidores de bienes, rigen las normas especiales con- tenidas en los articulos 1323, 1824 y 1825 del Cédigo Givil, que estudiaremos en momento oportuno (art. 225, inc. 3°, C.O.T) 277. Inhabilitacién de los arbitros. pone el articulo 248 del Cédigo Organi co de ‘Tribunales que “los arbitros nom: brados por las partes no pueden ser inhabilitados sino por causas de implican- cia o recusacién que hayan sobrevenido a su nombramiento, o que se igneraban al pactar el compromiso”. En otras palabras, el nombramien- to del arbitro efectuado por las partes significa una verdadera renuncia de las posibles causas de inhabilidad que pu- dieren afectarle, las que, naturalmen- te, han debido ser conocidas por aqué- Mas De ahi que esta probil bilitar al arbitro nombrado por las partes no tendra lugar: a) cuando la inhabili- dad se presenta con posterioridad al nom- bramiento; y b) cuando ella se ignoré al pactar el compromiso. En cuanto a las inhabilidades de los Arbitros nombrados por la justicia ordi- naria, ellas se hacen valer lo mismo que si se tratare de un juez ordinario, por que no existe regla legal especial en con- trario. prrowat JURIDICA de crite Mario Gasarino Viterbo Ul. Origen o fuente de la justicia arbitral 278. Sus diversas fuentes. El origen 0 fuente de la justicia arbitral, ante nuestra legislacion positiva, es cuddruple. Si bien la definicion contenida en el articulo 222 del Cédigo Orgénico de Tribunales so- bre los arbitros s6lo reconoce dos: la vo- | luntad de las partes o la autoridad judicial en subsidio, no podemos menos de reco- nocer que, a las dos anteriores, se hace necesario agregar: a ley y la voluntad uni- | lateral del causante o testador. | __Analizaremos a continuacién cada una de estas fuentes de la justicia arbitral en particular | 279, La voluntad de las partes. Es la manera més corriente de efectuar el nom- bramiento de arbitro para la resolucién de un asunto litigioso. Se manifiesta en | un contrato que recibe el nombre de con- trato de compromiso, el cual siempre debe constar por escrito. Dicho escrito puede ser un instrumento piiblico o pri en la generaci6n del contrato es | una solemnidad ad solemnitatem y no ad | probationem. Este documento, en el que se deja constancia de la celebraci6n del contrato de compromiso, por expresa disposicién de la ley, debe contener: a) El nombre y apellido de las partes litigantes;, ’b) El nombre y apellido del arbitro nombrado; ) El asunto sometido al juicio arbi- tras ‘d) Las facultades que se confieren al | arbitro; | ~ e) El lugar y tiempo en que este tilti- mo deba desempefiar sus funciones (art. 234 C.0-T). | “Ahora bien, imaginemos que en documento en que se celebra un cont to de compromiso se omitan algunas de las menciones que hemos indicado ante- riormente, gqué sancién trae ello consi- go? Para responder, ser necesario deter- minar previamente cusl de los requisitos ‘enumerados es el omitido. 4 En efecto, si faltan « do de las partes, 0 ¢l not Arbitro, o-el asunto som wal, no valdré-el-nomb ‘contrato de.compromis Tidad absoluta (art.234,1 Si Jas partes. no-ex calidad es nombrado tiende que lo es con lz recho (art. 235, inc. 1° la exptesion del lugar guirse el.juicio, se en quel en que se ha cel miso,(art. 285, inc. 2%, re la designacién del tie que chatbitro debe ¢ en el término de dos.: de su aceptacién (art. 2 Cop relaci6n al tie ley para: evacuar cl N# 18,969, de 10 der corpor6 dos reglas sob ‘obstante el citado plaz hubiere dictado senter 20, aun vencido éste, j el érbitro dictar las pro fes a lbs recursos que ¢ contra de dicha sent Esta. Asimismo, si dur elevaren los autos a w ‘\se paralizare el proc por resoluci6n de eso 70 s¢ enttiende suspen: el impedimento. Esta les aun cuando las pi zo inferior o superior mino de dos aftos En estos tiltimos t partes no designen la el lugar del arbitraje racién del mismo, ver por.la omisin de est Ja nulidad, sino otro: porrla-ley. Mas propia ion, Ia ley viene a sv las partes por la omis currido; y la suple, pr sido esta voluntad om Desde el momen promiso es un contrat todas las partes inter En efecto, si faltan el nombre y apelli- do de las partes, o el nombre y apellido del rbitro, o el asunto sometido al juicio arbi- tral, no valdré el nombramiento, o sea, el contrato de compromiso sera nulo, de mu- lidad absoluta (art.234, inc. final, C.0.). Si las partes no expresaren con qi alidad es nombrado el arbitro, se en- tiende que lo es con la de arbitro de de- recho (art. 285, inc. 1°, C.O.T,); si faltare la expresin del lugar en que deba se- guirse el juicio, se entender que lo es aquel en que se ha celebrado el compro- miso (art. 235, inc. 2%, C.0.T.); y si falta- re la designacién del tiempo, se entender que el arbitro debe evacuar su encargo en el término de dos aiios contados des- de su aceptacién (art. 235, inc. 3°, C.0.T.). Con relaci6n al tiempo previsto en la ley para evacuar el arbitraje, la Ley NP 18.969, de 10 de marzo de 1990, in- torporé dos reglas sobre el particular. No cbstante el citado plazo de dos aiios, si se hubiere dictado sentencia dentro de pla- m, aun vencido éste, puede validamente al rbitro dictar las pro tesa los recursos que se interpusiesen en tontra de dicha sentencia y notificarse ta, Asimismo, si durante el arbitraje se tlevaren los autos a un tribunal superior el procedimiento arbitral mn de esos tribunales, el pla- ose entiende suspendido mientras dure «impedimento. Estas reglas son aplica- bes aun cuando las partes fijaren un pla- 2» inferior o superior al mencionado tér nino de dos afios. En estos tiltimos tres casos en que las partes no designen la calidad del arbitro, él lugar del arbitraje o el tiempo de du- racidn del mismo, vemos que la sancién por la omisién de estos requisitos no es kh nulidad, sino otros efectos asignados por la ley. Mas propiamente que una san- ‘ion, la ley viene a suplir la voluntad de hs partes por la omisién en que han in- curtido; y la suple, presumiendo cual ha Sido esta voluntad omitida. Desde el momento en que el com- promiso es un contrato que va a afectar a todas las partes interesadas en el juicio, Manual de Derecho Procesal | para que sea valido y produzca efectos Tespecto de todas ellas es indispensable que el nombramiento del arbitro se haga | con el consentimiento undnime de todas las partes interesadas en el litigio someti- do a su decisién (art. 282, ine. I°, C.0.T) Fs evidente que si alguna parte no ha concurrido al contrato de compromiso, le sera inoponible y todas las actuaciones del arbitro tampoco le empeceran. Este consentimiento puede manifestar se antes de producido el litigio 0 después; puede también manifestarse personalmen- te o por medio de mandatario. En este tiltimo caso, no hay que olvidar que el mandatario necesitara de atribucién espe- cial para comprometer como también para otorgar a los Arbitros facultades de arbi- tradores (articulo 72, inc. 2, GPG). EL Cédigo Civil, por su parte, ya nos habia dicho que la facultad de transigir no com prende la de comprometer ni viceversa (art. 2141 C.G). Le es ademés indiferente al legisla- dor el ntimero de arbitros que puedan nombrar las partes: lo tinico que exige es | el comin acuerdo (art, 281 C.0.T.). Les permite también, en el caso de ser dos 0 més los arbitros nombrados, que desig- | nen un tercero que dirima las discordias que entre aquellos puedan ocurrir, o bien | que autoricen alos mismos arbitros a que | nombren el tercero en discordia, en caso necesario (art. 283 C.0.T) En ciertos casos, la ley ha exigido re- quisitos 0 formalidades especiales para someter un asunto litigioso a la decisién de un arbitro. Asi, por ejemplo, requiere de decreto | judicial previo el guardador para celebrar ‘compromnisos sobre bienés que excedan de $0,010, o sobre bienes raices, y, en todo €a30, e! fallo del compromisario necesitara de la aprobacién de la justicia ordinaria so pena de nulidad (art. 400 C.C.); tratindo- se del arbitro partidor de bienes, si su nom- bramiento ha sido efectuado por los propios interesados y entre ellos hay personas inca- paces, debera ser sometido a la aprobacion, de la justicia ordinaria, salvo el caso de la mujer casada, en que basta su consentimien- 15 eprrowat JURIDICA pe cite to 0 el de la justicia en subsidio (art. 1826 CC); para darle al arbitro facultad de ar- bitrador en cuanto al procedimiento, si en- tre los interesados hay incapaces, se requieren autorizacién judicial previa y mo- tivos de manifiesta conveniencia (art. 223 inc. final, C.0.T); el sindico de quiebras, para celebrar contrato de compromiso, re- quiere acuerdo de Ia Junta de Acteedores (art. 27 N? 11, Ley de Quiebras).? 280. La cliusula compromisoria. Se la define como una estipulacién en vir- tud de la cual las partes sustraen deter minado asunto litigioso del conocimiento de la justicia ordinaria y lo someten a juicio arbitral, pero reservandose el dere- cho de designar Arbitro en acto poste- rior. Ejemplo: convienen las partes en que todas las dificultades a que dé origen el presente contrato serdn resueltas median- te un atbitro arbitrador, La cléusula compromisoria difiere, pues, del contrato de compromiso, esen- Cialmente, en que, mientras en este dlti- mo las partes convienen en someter a arbitraje un determinado asunto litigioso y designan de manera concreta la perso- na del arbitro, en Ia primera sélo se con- viene en someter un determinado asunto a arbitraje y en designar con posteriori- dad la persona del arbitro. Se han discutido en doctrina y en la jurisprudencia tanto la validez de esta ‘céusula compromisoria como igualmen- te su naturaleza juridica. A nuestro jui- Gio, la cldusula en cuestién es valida, ateniéndose al principio que informa el Derecho Privado de la autonomfa de la voluntad. Creemos, ademés, en contra de autorizadas opiniones, que no se trata de tun contrato de promesa de celebrar un compromiso, sino de un contrato inno- minado, con caracteristicas propias. "Ley N 200073, publicada en el D.O. de 29 de noviembre de 2005, modifies la Ley de Quicbras ReIBI7S,y Ley N* 200080, publicada en elD.0. de 24 de noviembre de 2005, inorpord en el Libro 1V tel Obdigo de Comercio la Ley N 18.175 ysus modi feaciont, bajo le denominacin “De las Quiebras. 30 SE sorrows JURIDICA ve cue _Mano Gas no Viterbo Si el comtratante que se ha obligado a someter un determinado asunto litigio- so a arbitraje y a designar Ia persona del Arbitro llamado a resolverlo se resiste a ‘cumplir estas obligaciones, la otra parte tiene el derecho de exigir su cumplimien- to, ya por via declarativa, ya por via eje- cutiva, segtin Ia naturaleza del titulo -se trataria, en todo caso, de una obligacién de hacer-, y si atin se resiste a efectuar el nombramiento, la justicia ordinaria pue- de hacerlo en subsidio, de acuerdo con o preceptuado en los articulos 222 y 232 del Cédigo Organico de Tribunales. 281. La autoridad judicial. Se trata de la segunda fuente de la justicia arbitral Lo mismo que la anterior, tiene bastante aplicacién en la practica. Tendré lugar | cada vez que se esti en presencia de un compromiso forzado u obligatorio y no se logra el comiin acuerdo de las partes; © bien, cada vez que estemos en. prese ia de una cléusula compromisoria y tam poco se logre este comin acuerdo de las partes en cuanto a la persona del arbitro: Al efecto, el inciso 2° del articulo 232 del Cédigo Orgénico de Tribunales dis | pone que “en los casos en que no hubie Te avenimiento entre las partes respecto | de la persona en quien haya de recaer el | encargo, el nombramiento se hara por la justicia ordinaria, debiendo en tal caso recaer dicho nombramiento en un solo individuo y diverso de los dos primeros | indicados por cada parte”. | "La facultad concedida por Ia ley a la justicia ordinaria para designar Arbitros fen defecto del comin acuerdo 0 avn miento de las partes, tiene, pues, una do- ble limitaci6n: el arbitro designado debe | ser una sola persona; no cabe hablar de pluralidad de drbitros, ni menos de ter | ceros en discordia; y el nombramienti | debe recaer en personas diversas de las dos primeras indicadas por cada parte. Agrega la parte final del inciso 2° de! articulo 282 del Cédigo Organico de Tri bunales que “se procederd, en Io der en la forma establecida en el Cédigo de Procedimiento Civil para el nombgamien 16 to de peritos"; 0 sea, d querido referirse induc tioulo 414 deieste titime En conéecuenciay el seguir esiel que a comtit cualquiera de los intere ala justicia ordinaria pi ellos. sean citados ‘ait objeto de-procederaln arbitro. Si comparecen sados, cl juez debe proc to entresellos acerca « arbitro. Sisto hay aven niacin la hace el juez, mies que ya: conocemo: ‘cen todas los interesad tampoco hay acuerdo: signacion la hace el jue anterion.Notificadas le lucién que contiene el Arbitro, tienen plazo & ccervaler causales de in! tro de dicho plazo. na bramiento~se consid: designado puede ents: go, a préstar juranient su cometid. Se ha discutido bat ea, acerca de la navura voluntaria, de la esti fo de arbitro que aca El problemta tiene im efectos de la radicacit aquellos lugares en qu jeces.con igual jurisd asiento de Gorte de si estimamos que la ge Jeza contenciosa, deb la secretaria de la’ Co respectiva, para que + Ja designaci6n del juze te, y si, en cambio, | jurisdiccién voluntaria al juzgado de turno, Los fallos judicial en realittad, son contr: den a uniformarse et se trata de una gestié constituir un tramite dimiento contenciose es el juicio arbitral qi inte que se ha obligado erminado asunto litigio- designar Ia persona del _| a resolverlo se resiste a ligaciones, Ia otra parte de exigir su cumplimien- clarativa, ya por via eje~ naturaleza del titulo “se ‘caso, de una obligacién in se resiste a efectuar el Ia justicia ordinaria pue- absidio, de acuerdo con an los articulos 222 y 232 snico de Tribunales. ‘idad judicial. Se trata de te de la justicia arbitral anterior, tiene bastante \ practica, Tendré lugar ‘estd en presencia de un vado u obligatorio ¥ no imvacuerdo de las part que estemos en presen- ala compromisoria y tam- se comtin acuerdo de las ya lappersona del arbitro. inciso 2 del articulo 232 jinico de Tribunales dis- casos en que no hubie- ‘entre las partes respecto vequien haya de recaer el ibramiento se hard por la ia; debiendo en tal caso ambramiento en un solo x30 de los dos primeros ada parte” concedida por la ley a la ia para designar arbitros gomiin acuerdo 0 aveni- tes, tiene, pues, una do- AVarbitro designado debe frona; no cabe hablar de rbitros, ni menos de ter ‘dia; y el nombramiento personas diversas de las dicadas por cada parte, ie final del inciso 2° del | \Cédigo Orgénico de Tri procederd, en lo demds, ablecida en el Cédigo de Sil para el nombramien- to de peritos"; 0 sea, dicho precepto ha querido referirse indudablemente al ar- ticalo 414 de este tltimo cuerpo de leyes. En consecuencia, el procedimiento a _ xguir es el que a continuacién se seftala: ‘qualquiera de los interesados se presenta alajusticia ordinaria pidiendo que todos | ellos sean citados a un comparendo, a sbjeto de proceder al nombramiento del Aibitro. Si comparecen todos los intere- sados, el juez debe procurar el avenimien- | w entre ellos acerca de la persona del {bitro. Sino hay avenimiento, la desig- tacién Ia hace el juez, con las limitacio- hes que ya conocemos. Si no compare- {en todos los intéresados, se presume que ‘ampoco hay acuerdo, y también la de- sgnacién la hace el juez como en el caso interior. Notificadas las partes de la reso- lucién que contiene €l nombramiento del Abitro, tienen plazo de tres dfas para ha- cervaler causales de inhabilidad; y, si den- tro de dicho plazo nada dicen, el nom- bramiento se considera a firme, y el designado puede entrar a aceptar el go, a prestar juramento y a desempefiar sucometido. Se ha discutido bastante, en la pricti- @, acerca de la naturaleza, contenciosa 0 voluntaria, de la gestién de nombramien- to de arbitro que acabamos de esborar. H problema tiene importancia para los tfectos de la radicacién del negocio e1 aquellos lugares en que existen dos o mas “neces con igual jurisdicci6n y se trata de siento de Corte de Apelaciones; porque Sestimamos que la gestin es de natura- ‘era contenciosa, debemos presentarla a la secretaria de la Corte de Apelaciones respectiva, para que su presidente haga la designaci6n del juzgado correspondien- n cambio, la consideramos de , bastard presentarla | dl juzgado de turno. Los fallos judiciales que conocemos, | enrealidad, son contradictorios; pero tien- den a uniformarse en el sentido de que se ata de una gestién contenciosa, por constituir un trémite inicial de un proce- dimiento contencioso posterior, como lo es el juicio arbitral que tendra que venti- YW Manual de Derecho Procesal larse después ante el arbitro que sea de- signado en definitiva. 282, La ley. Algunos autores seii que la tercera fuente u origen de la justicia arbitral es Ia ley. En verdad que existen diversas disposiciones en nuestro Derecho ¢giosos a la resoluci6n de un tribunal arbitral, sino que aun sefialan el organismo lam: doa actuar en calidad de arbitro. Ejemplos: el Directorio de cada Aso- mn de Canalistas, que debe resolver todas las cuestiones que se susciten entre los accionistas sobre derechos a reparti- cién de aguas y las que surjan entre los accionistas y la asociacién (art. 17 Ley N? 2.139, de 9 de noviembre de 1908); la Supérintendencia de Compaiiias de Se- guros, Sociedades Anénimas y Bolsas de Comercio hoy de Valores y Seguros, que debe resolver las dificultades que se sus- citen entre Compaiifa y Compania, entre éstas y sus intermediarios, o entre éstas y el asegurado, o beneficiario en su caso, cuando los interesados de comin acuer- do lo soliciten (art. 38, letra i), DRL. N? 251, de 20 de mayo de 1931). No obs- tante, el asegurado o beneficiario puede solicitar a la Superintendencia que como arbitro arbitrador resuelva las dificulta- des que se produzcan cuando el monto de la indemnizacién reclamada no sea superior a 120 Unidades de Fomento. Sin embargo; examinando con ma- yor detencién estos casos, se podra apre- ciar que en ellos estamos més bien en presencia de tribunales especiales, con caracter de permanentes, que ante tri- bunales arbitralés propiamiente dichos. Aqui la voluntad de las partes juega un rol secundario, y estos organismos tie- nen jurisdiccién para conocer de todos Jos asuntos que las mismas leyes se en- cargan de seitalar. Laletrai) del art, 3° del DEL. 251 fue sust- tmida por el NPI del art. 144 de la Ley N? 18.046, publicada en el D.O. de 22 de octubre de 1981. Ac ‘tualizado Depto. D. Procesal U. de Chile prrowat JURIDICA de cute Mario Casarino Viterbo 283. La voluntad del causante 0 testa- dor. Finalmente, el cuarto origen de la jus- ticia arbitral es Ta voluntad unilateral del causante 0 testador. Ella se manifiesta en el derecho que la ley le asigna al testador 0 causante para que, por acto entre vivos 0 por testamento, proceda a designar el par tidor de sus bienes (art. 1324 €.C.) Se trata, evidentemente, de un caso de designaci6n de arbitro; y cabe plan- tear el siguiente problema: cel nombra- miento de partidor hecho por el causante © testador obliga a sus herederos? La jurisprudencia ha estimado que los herederos no estan obligados a respetar el nombramiento hecho por el testador y que pueden revocarlo, desde el momen- to en que son los continuadores de la persona del difunto y pueden hacer todo aquello que éste podia hacer en vida. No obstante, el punto es discutible; y algunos sostienen que el partidor ad- quiere un verdadero derecho a desem- pefiar el cargo que le ha sido concedido por el testador, y del cual s6lo podria ser privado en virtud de causas legales de inhabilidad o mediante el pago de una indemnizacién, IIL. Diversas clases de arbitrajes 284. ¢Cudiles son? Hay ciertas materias litigiosas que la ley obliga resolverlas me- diante la intervencién de un arbitro, y que, por consiguiente, reciben el nombre de materias de arbitraje forzoso; hay otro gru- po de ellas que el legislador impide que sean resueltas mediante la intervencién de un arbitro, las que s6lo pueden ser entre- gadas a la decision de la justicia ordinaria Y que, por lo tanto, se las conoce con el nombre de materias de arbitraje prohibi- do; y, por tiltimo, aquellas en que es ente- ramente facultativo para las partes some- terlas a la resolucién, ya de la justicia arbitral, ya de la justicia ordinaria, y que, por consiguiente, reciben el nombre de materias de arbitraje voluntario. 285. Materias de arbitraje forzoso. Se trata de asuntos en los cuales deben venti- Iarse problemas de caracter intimo, que pro- ducen apasionamiento entre las partes y que conviene sustraerios de la justicia ordi- naria; o bien, de problemas de cardcter téc- nico, que hacen perder demasiado tiempo los tribunales ordinarios, con desmedro de otros asuntos de mayor importancia, cuales son estas materias? La respues- ta nos la da el articulo 227 del Codigo Organico de Tribunales, que dice: “Deben resolverse por arbitros los asuntos siguientes: 1°, La liquidacién de una sociedad con- yugal o de una sociedad colectiva 0 en comandita civil, yla de las comunidades; 2°. La particién de bienes; 3°. Las cuestiones a que diere lugar la presentacién de la cuenta del gerente 6 del liquidador de las sociedades comer Giales y los demas juicios sobre cuentas; 4°. Las diferencias que ocurrieren en- tre los socios de una sociedad anénima, de una sociedad colectiva o en coman dita comercial, o entre los asociados de una participacién, en el caso del articulo 415 del Cédigo de Comercio; 5*, Los demas que determinen las le- yes”. Ejemplo: articulo 1203 del Cédigo de Comercio. Nétese que el ntimero 1° se refiere solamente a las sociedades colectivas 0 en comandita, civiles, pues las sociedades an6nimas civiles y las comerciales de toda clase se liquidan de comin acuerdo por los socios, o bien mediante un liquida- dor. Ahora bien, entre el liquidador y el arbitro hay gran diferencia: mientras el primero es un verdadero mandatario de los interesados, el segundo, en cambio, actiia como juez pesar de ser todas estas materias de arbitraje forz0so, Ia ley no tiene inconve niente para que ellas sean resueltas de comiin acuerdo por los propios intere dos, siempre que: '2) Todos ellos tengan la libre disposi- cién de sus bienes; y ¥todavia, tratdnd bienes..a pesar'de q dos: existan persona eieetuarla de comin no se presenten ee fodos estén de acnert hacer la divisidn (art en relacin con el at De igual formal méin acuerdo, puedk conoce del procedt racion judicial, la di de} matrimonio © ¢ de Ja sociedad cony participacién en los entre los cOnyuges.? En consecuenc materia de arbitraje tencia exclusiva de Gdn de la sociedad de participacion ©) hubo entre los ¢6t se ejerza una acci¢ racién judicial, laé del matrimonio 6 si los interesados comin acuerdo realice dicha Tiquit pectivo procedimir en ejercido las act En cambio, silo wan de comin act quidacion dela s régimen de partici les que hubo, cat cl procedimiento €ido Ia accion solie dicial, la declare matrimonio 0 el di el juez de familia) forma exclusiva yet de ocmbre de 200: fecha, el juexde le Veamos, a continuacién, cuales son 5 estas materias en particular. b) Concurran todos ellos al acto (art. ¥ 134 de fa Ley 194 227, inc. final, C.0.T.). bute erea los Ttbunal ZZ corrowa JURIDICA ve cue 18 arbitraje forzoso. Se s cuales deben venti- 4cter intimo, que pro- 9 entre las partes y Jos de la justicia ord temas de caracter téc- ex demasiado tiempo arios, con desmedro ayor importancia. naterias? La respues- ulo 227 del Cédigo les, que dice: se por Arbitros los de una sociedad con- edad colectiva 0 en ie las comunidades, lcbienes; sa que diere lugar 1 cuenta del gerente as sociedades comer- cios sobre cuentas; ws que ocurrieren en- vsociedad anénima, alectiva 0 en coman- tre los asociados de 2 el caso del articulo omercio; te determinen las le- alo 1208 del Cédigo timero 1° se refiere iedades colectivas 0 iy pues las sociedades ‘comerciales de toda comin acuerdo por rediante un liquida- we el liquidador y el ferencia: mientras el dero mandatario de egundo, en cambio, das estas materias de ley no tiene inconve- a5 sean resueltas de los propios interesa- ngan la libre disposi- dos ellos al acto (art. Manual de Derecho Procesal Y todavia, tratandose de la particién de bienes, a pesar de que entre los interesa- dos existan personas incapaces, pueden efectuarla de comin acuerdo, siempre que no se presenten cuestiones que resolver ¥ todos estén de acuerdo sobre la manera de hacer la division (art. 227, inc. final, C.O-T,, enrelacin con el art. 1325 C.C.) De igual forma los interesados, de co- smiin acuerdo, pueden solicitar al juez que conoce del procedimiento sobre la sepa- raci6n judicial, la declaracién de nulidad del matrimonio 0 el divorcio, que liqui- fe la sociedad conyugal o el régimen de participacién en los gananciales que hubo entre los cényuges.! En consecuencia, continuard siendo materia de arbitraje forzoso 0 de compe- fencia exclusiva de un 4rbitro la liquida- ti6n de la sociedad conyugal o el régimen de participacién en los gananciales que hubo entre los cényuges en caso de que s ejerza una accién solicitando la sepa: racion judicial, Ia declaraci6n de nulidad del matrimonio 0 el divorcio, solamente ai los interesados no se encuentran de tomtin acuerdo en solicitar al juez que ralice dicha liquidacién dentro del res. pectivo procedimiento en que se hubie- ten ejercido las acciones antes sefialadas. En cambio, silos interesados se encuen- van de comtin acuerdo en solicitar la li guidacién de Ia sociedad conyugal o el regimen de participacién en los ganancia- les que hhubo entre los cOnyuges dentro {el procedimiento en que se hubiere ejer ido la accién solicitando a separaci6n ju- ficial, la declaracién de nulidad del matrimonio 0 el divorcio, sera competente ¢)juez de familia para conocer de ella en forma exclusiva y excluyente, a contar del 1° de octubre de 2005, y con antelacién a esa fecha, el juez de letras respectivo#? "art 297, ine. 2%, C.O-T, agregado por la Ley 19.947, de 17 de mayo de 3004 Art 227, ne. 2%, COT, agregado por la Ley N19.047, de 17 de mayo de 2004, y arts. 8", N° 16, 7134 de la Ley 19.968, de 90 de agosto de 2004, ‘ye crea los Tribunales de Familia, 19 286. Materias de arbitraje prohibido. como Ia ley estableci6 diversos casos de materias de arbitraje forzoso, ast tam- bien estableci6 diversos casos de mate- rias de arbitraje prohibido. Se trata de negocios que, generalmen- te, versan sobre derechos irrenunciables; © bien, de litigios en que pueden estar comprometidos derechos de terceros y que, de permitirse resolverlos mediante Grbitro o de comin acuerdo, pudieran ventilarse en Ia penumbra sin la garantia del contradictorio; y, a veces, de asuntos en que su naturaleza misma repugna con la nocién de la jurisdicci6n arbitral, como ¢s el caso de los procesos penales en que la acci6n punitiva les corresponde priva- tivamente a los 6rganos del Estado, _{Cudles son estas materias? La respues- ta nos la dan los articulos 229 y 230 del Cédigo Orgénico de Tribunales, que res- pectivamente dicen: “No podrin ser so- metidas a la resolucién de arbitros Tas cuestiones que versen sobre alimentos 0 sobre derecho de pedir separacién de bie- nes entre marido y mujer”. Tampoco po- dran someterse a la decisién de Arbitro “las causas criminales, las de policfa lo- cal, las que se susciten entre un repre- sentante legal y su representado, y aquellas en que debe ser o{do el Ministe rio Piiblico. Todo lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 227” ‘Al decir Ia ley “cuestiones que versen sobre alimentos”, es evidente que ha queri- do referirse exclusivamente a los juicios s0- bre alimentos futuros debidos por Ia ley, y no a los alimentos voluntarios nia las pres- taciones alimenticias ya devengadas. En cuan- toa las causas en que debe ofrse el ministerio Pliblico, son contadas en materia civil (ejem- plo: juicio sobre estado civil de alguna per- sona); y eran muy comunes, en cambio, en 1 antiguo sistema procesal penal. Fuera de los casos anteriores, debemos también mencionar entre las materias de arbitraje prohibido, las gestiones de juris- diccién voluntaria 0 no contenciosa, en razén de haber sido entregadas exclusiva- mente por el legislador a la justicia ordi- naria y de que los arbitros sélo resuelven prronia, JURIDICA pe cnt Mario Cararino Viterbo litigios; y los juicios en que se ventilen de- rechos regidos por el Cédigo del Trabajo y leyes complementarias, porque estos de- rechos, por expresa disposicion legal, son irrenunciables (art. 5° C.T.)? 287. Caso de conflicto entre mate- rias de arbitraje prohibido y de arbitraje forzoso. Puede suceder que una deter minada materia litigiosa, en virtud de tun precepto, sea de arbitraje prohibido, yen virtud de otro precepto sea de arbi traje forzoso. Se produce asf un verda- dero conflicto, el cual, afortunadamente, ha sido resuelto en forma expresa por el legislador. En efecto, después de seftalar las ma- terias de arbitraje prohibido, agrega que todo ello es sin perjuicio de lo estableci: do respecto de las materias de arbitraje forzoso (art. 230, ine. 2°, C.0.T.). En otras palabras, en caso de conflicto, éste se re- suelve en favor del arbitraje forzoso. ‘jemplo: se trata de la peticién de una herencia en Ia cual son interesados el padre y el hijo de familia. Segin el articulo 280, dicho juicio no podria ser sometido a un arbitro por haberse susci- tado entre un representante legal y su representado. Sin embargo, de acuerdo con el articulo 227, N? 2°, debe resolve se forzosamente por arbitro. De confor- midad a lo preceptuado en el inciso 2° del articulo 280, prima, pues, el arbitraje forzoso sobre el arbitraje prohibido: la particién debe hacerse ante érbitro. 288. Materias de arbitraje voluntario. Si no estamos en presencia de materias de arbitraje forzoso ni de arbitraje prohi bido, las partes gozan de la mas comple- ta y absoluta libertad para someter sus litigios, ya a la justicia ordinaria, ya a la justicia arbitral, Este principio est consagrado por el articulo 228 del Gédigo Organico de Tri- " Acwalizado Depto. D. Procesal U. de Chile, segiin Cédigo del Trabajo aprobado por la Ley ‘N' 18.620, publicada en el D.O. de 6 de julio de 1987, orronta, JURIDICA or cx bunales mediante la frmula siguiente: “Fuera de los casos expresados en el ar ticulo precedente, nadie puede ser obli gado a someter al juicio de arbitros uma contienda judicial IV. Puncionamiento del arbitraje 289. Aceptacién del cargo de arbitro y juramento. El arbitro que acepta el en- cargo debera declararlo asi, y jurara des- empeiiarlo con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible (art. 236 C.0-T) La disposicion anterior demuestra que la funci6n de arbitro es voluntaria. La per sona favorecida con semejante designaci6n es soberana para aceptar 0 no la misién que se le ha confiado. Pero la ley, al mis- no quede Ia menor duda acerca de la vor | luntad del arbitro en orden a que acepta el encargo encomendado, y exige una de- claraci6n explicita sobre el particular. Esta declaracion se provoca de diver sas maneras, segiin cual haya sido la fue | te uorigen del nombramiento del arbitro. | Asi, si el nombramiento es efectuado de comin acuerdo por los propios interesa- dos, se hace concurrir al érbitro al otor gamiento de la escritura en la que se Celebra el compromiso y se designa el bitro, y en ella manifiesta su voluntad de aceptar el encargo; o bien se presentan los interesados a Ia justicia ordinaria y, acompafiando el escrito en que consta el nombramiento del arbitro, solicitan que se ordene se ponga en su conocimiento | para que manifieste si acepta 0 no el en- cargo. Si el nombramiento,,en cambio, consta de un testamento o de una resolv cién judicial, se pide que se ponga en conocimiento del Srbitro el testamento 9 I resolucién judicial para que manifiest™ | suvoluntad en orden a ta aceptacion o rechazo de la designacién de que ha sido objeto. Pero, para entrar a desempeiiar le galmente el encargo, no basta con acep- tarlo. Es necesario cumplir con una nueva formalidad: el juramento. Aun cudndo la 20 Tey no lo dice ex prestarse ante-un m easo, podin sero tario de tribunal ot manifestar-el abis har el encargo con en €l menor tiempe En le prictica® acerca de lasancion caren caso de- quer ‘bitro Ia aceptacit los térmings ya-sekit 20 se estimd que s dad de cardcter'= hacerse valer por’ diente accisn ord todo lo obrado Posteriormente tata de Ia omisin dentro del juicio de trea la nulidad de do una nulidad de hacerse valer dent medios que la ley y bor: clineidente de antes de la dictac bien, el recurso de una vez dicta. Si os los términos eursos en contra dt queda ésta firme o todo posible vicio zones 0 causas yaa 290. Obligacié go de arbitro wna dicho anteriorme Arbitro es volunta: a aceptarla, pero: ‘aceptacion y prest gor, nace para el desempenar #l ea fiaclo (art. 240, ix Esta obligacis a) Silas partes do a la justicia or solicitando la reso ) Si fuerent por alguna de las ©) Si contraje impida seguir ejer formula siguiente: expresados en el ar- adie puede ser obli- icio de arbitros una into del arbitraje del cargo de Srbitro xo que acepta el en- elo asf, y jurard de: ebida fidelidad y en ble (art. 236 C.0.T). terior demuestra que esvoluntaria, La per omejante designaci6n 2piar o no la mision 0. Pero la ley, al mis- ¢, en caso afirmativo, dinda acerca de la vor vorden a que acepta dado, y exige una de- bre el particular. se provoca de diver- ual haya sido la fuen- ‘ramiento del drbitro. into es efectuado de los propios interesa- tir al arbitro al otor ritura en la que se iso y se designa el ar fiesta su voluntad de © bien se presentan justicia ordinaria y, ito en que consta el irbitro, solicitan que en su conocimiento siacepta 0 no el en: miento, en cambio, onto o de una resolu- le que se ponga en bitro el testamento 0 para que manifieste ma la aceptaci6n 0 acién de que ha sido ar a desempefiar le- », no basta con acep- implir con una nueva vento, Aun cuando la | Manual de Dex ley no lo dice expresamente, deberd prestarse ante un ministro de fe ~en este ‘aso, podrén serlo un notario, un secre- tario de tribunal o un receptor~y debera manifestar el arbitro que jura desempe- iar el encargo con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible. | En la practica, mucho se ha discutido acerca de la sanci6n que corresponde apli- caren caso de que se omita por parte del fbitro la aceptacién o el juramento en Jos términos ya sefialados. En un comien- go se estimé que se trataba de una nu dad de cardcter absoluto y que debia acerse valer porzmedio de la correspon: diente accion ordinaria de nulidad de todo lo obrado. | Posteriormente se ha sostenido que se trata de la omisi6n de un trimite esencial 4entro del juicio de compromiso, que aca- do una nulidad de orden procesal, debe | Ihacerse valer dentro del juicio y por los medios que Ia ley procesal establece; a sa sper: el incidente de nulidad de lo obrado, antes de la dictacién de la sentencia; 0 bien, el recurso de casacién en la forma, ana.vez dictada. Sin embargo, transcurri- dos los términos para interponer los re- cursos en contra de la sentencia definitiva, queda ésta firme o ejecutoriada y saneado todo posible vicio de nulidad, por las ra- zones 0 causas ya apuntadas. 290. Obligacién de desempediar el car- go de-arbitro una vez aceptado. Hemos tdicho anteriormente que la misién del Arbitro es voluntaria. Nadie esta obligado a aceptarla, pero una vez producida esta aceptacion y prestado el juramento de r- gor, nace para el rbitro la obligacién de desempeitar el encargo que se le ha con- fiado (art. 240, inc. 1°, C.0.T.) Basta obligacion cesa: | 4) Silas partes ocurren de comin acuer- | do ala justicia ordinaria 0 a otros arbitos | solicitando la resoluci6n del negocio; }) Si fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes; ©) Si contrajeren enfermedad que les impida seguir ejerciendo sus funciones; y 21 ho Procesal 4) Si por cualquier causa tuvieren que ausentarse del lugar donde se sigue el juicio (art. 240, ine. 2°, C.0.T.) Los dos primeros casos dicen relacién con situaciones morales que impiden al Arbitro cumplir su misin; y los dos tilt: ‘mos, con situaciones de orden fisico que también lo colocan en esa misma imposi- bilidad. La ley seria injusta si, en estos casos, hiciera siempre pesar sobre el ar- bitro la obligaci6n de desempefiar el en- cargo que se le ha confiado. 291. Procedimientos de los arbitros. Serd necesario distinguir segtin sea la ca- lidad asignada al arbitro. El arbitro de derecho tramitaré el jui- cio, al igual que un tribunal ordinario, de conformidad a la de la ac cién entablada. As lado un procedimiento especial en Ia ley, se ajustard a los tramites del juicio ordi- nario; si, por el contrario, tiene sefialado un procedimiento especial, le aplicaré éste. Las tinicas diferencias que podemos advertir entre el procedimiento que ob- servan los tribunales ordinarios y el arbi- tro de derecho son: qué éste debe proce- der asesorado por un actuario, que nombrard él mismo; que las notificacio- nes se practicaran personalmente, por cé dula, o en Ja forma que de comin acuer- do determinen las partes; que los testigos prestarn declaraci6n si voluntariamente desean hacerlo; y.que las sentencias que impongan medidas de apremio 0 com pulsivas deberan ser ejecutadas ante la Justicia ordinaria, por carecer los arbitros ‘de imperio. EI Arbitro arbitrador tramitaré el jut cio, en primer término, de acuerdo con las propias normas sefialadas por las par- tes en el acto constitutive del compromi- 0; y, a falta de éstas, de acuerdo con las normas sefialadas por el Cédigo de Proce- dimiento Givil, las cuales, en lineas gene- rales, se reducen a: ofr a las partes; recibir y agregar al proceso los instrumentos que Ie presenten; practicar las diligencias que estime necesarias para el esclarecimiento de los hechos, y dictar sentencia. Lo mis- prroRiaL JURIDICA oe crite mo que el arbitro de derecho, debe aseso- rarse de un actuario, si ast Io cree necesa- rio; las notificaciones se practicaran per- sonalmente, por cédula, o en la forma que de comiin acuerdo determinen las partes; y también carece de imperio, 292. Casos de pluralidad de drbitros y de no resultar mayorfa en la dictacion de Ia sentencia definitiva. Si los arbitros son dos o més, todos ellos deben concu- rir a la dictacion de la sentencia definiti- va y a cualquier acto de sustanciacion del juicio, a menos que las partes acuerden ‘otra cosa (art. 237, inc. 18, C.O-T. y arts. 680, inc. 12, y 641, inc. 1°, CRC.) Silos arbitros no se pusieren de acuer- do, sera llamado el tercero, si lo hubiere, y la mayoria pronunciard resoluci6n com forme a las normas relativas a los acuer- dos de las Cortes de Apelaciones (art. 237, inc. 2°, C.0.T.) ‘Ahora bien, puede suceder que no re- sulte mayoria en la dictacién de la senten- cia definitiva o de otra clase de resoluci6n, sea que haya varios arbitros, sea que haya tercero en discordia y se le hubiere llama- do a participar en el acuerdo; y cabe pre- guntarse: gqué suerte corre el juicio arbitral? El articulo 288 del Cédigo Orginico de Tribunales manifiesta que en caso de no resultar mayoria en el pronunciamien- to de la sentencia definitiva o de otra cla se de resoluciones, siempre que ellas no sean apelables, quedard sin efecto el com- promiso, si éste es voluntario, Por el con- trario, si es forzoso, se procederd a nom- brar nuevos arbitros. Si las resoluciones son apelables, pro- cede que se leven los antecedentes al tribunal de alzada para que resuelva la cuestién que motiva el desacuerdo con- forme a derecho 0 equidad, seg rresponda, En suma, si la resoluci6n es inapela- ble, el compromiso queda sin efecto, si se trata de un arbitraje voluntario, 0 se procede a nombrar nuevos arbitros, si el arbitraje es forzoso. En cambio, si la resolucién es apela- ble, se elevardn los antecedentes al tribu- ierbo nal de alzada que corresponda, es decir Gorte de Apelaciones 0 arbitros de se~ gunda instancia, para que resuelvan en derecho o equidad, en su caso, sobre la cuesti6n que motiva el desacuerdo. 298. Recursos en contra de las sen- tencias arbitrales. Ser necesario distin: guir nuevamente segiin se trate de arbitros de derecho 0 de Arbitros arbi- tradores. Tratindose de arbitros de derecho, sus fallos son susceptibles de los mismos recursos que pueden deducirse en con: tra de las sentencias pronunciadas por los tribunales ordinarios. Ast, la senten: cia definitiva de primera instancia sera susceptible de los recursos de casacién en la forma y de apelacién; y la definit va de segunda, de los recursos de casa- ion en [a forma yen el fondo Conoceran de estos recursos los tri- bunales que habrian conocido de ellos si se hubieran interpuesto en juicio or dinario; a menos que las partes, siendo mayores de edad y libres administrado- ras de sus bienes, hayan renunciado di chos recursos, 0 sometidolos también a arbitraje en el instrumento del compro. miso 0 en un acto posterior (art. 239, inc. 1°, COT), ‘Tratandose de drbitros arbitradores, sera necesario hacer ciertos subdistingos. El recurso de casacién en la forma pro- cedera siempre y por regla general, a me- nos que se haya renunciado o sometido a arbitraje en el compromiso o en acto pos terior (art. 289, inc. 1°, C.O.T). El recur so de apelacién s6lo procederé cuando las partes, en el instrumento en que cons- tituyen el compromiso, expresaren que se reservan dicho recurso para ante otros Arbitros del mismo carécter y designaren las personas que han de desempeiiar este cargo (art. 289, inc. 2, parte 2', C.O.T.) Por ultimo, el recurso de casacién en el fondo no procedera en caso alguno con- tra las sentencias de los arbitradores (art. 289, inc. 2, parte 1*, C.0.T.) Hemos visto que el recurso de casa- ci6n en la forma puede renunciarse:por Jas partes mayores 4 nistradoras de sus b de arbitros de derec tradores. Pues bien nuneia, la jurisprud equidad y fundada jurisdiceién arbitral ‘mente de la volunt: procedente el recu forma, no obstante pre que se base en petencia o de ult haberse extendido comprendidas en no sometidos su cedido mas de lo p: 204. Jurisdiecié mos que los jueces los jueces ordinaric aplicar medidas dis (©. los abogados ¢ cial no se desenvue debida; como tam pueden ser objeto rias sien el ejerci ten faltas 0 abusos. Estas medidas de oficio 0 a petic ltimo caso, esta p terializa en la int pondiente recurso finalidad reconoci cia, o sea, obtener das. disciplinarias, resolucién judicia do la falta 0 abu recurso, Wey ror ec SE coronas JURIDICA ve cute 22 cresponda, es decir, 80 arbitros de se- a que resuelvan en -n-su caso, sobre la {1desacnerdo. contra de las sen- ri necesario distin- egiin se trate de ovde 4rbitros arbi- hitros de derecho, ibles de los mismos deducirse en con- pronunciadas por fos. Asi, la senten- gera instancia ser cursos de casacién lacién; y la definiti- s recursos de casa: vel fondo. tos recursos los tri- -onocido de ellos esto en juicio or as partes, siendo bres administrado: yan renunciado di etidolos también a siento del compro- vosterior (art. 239, bitcos arbitradores, iertos subdistingos. men la forma pro- tegla general, a me- teiado 0 sometido a miso 0 en acto pos- | C0.1), Elrecur procedera cuando ‘hento en que cons- ©, expresaren que 130 para ante otros “acter y designaren le desempeniar este \ parte 2%, C.0.T) de casaci6n en el 1 caso alguno con- sarbitradores (art. OT) ‘J recurso de casa- le renunciarse por Jas partes mayores de edad y libres admi nistradoras de sus bienes, sea que se trata de arbitros de derecho 0 de arbitros arbi- tradores. Pues bien, a pesar de esta re- nuncia, la jurisprudencia, por razones de equidad y fundada en el hecho de que Ia jurisdicci6n arbitral arranca fundamental- ‘mente de la voluntad de las partes, hace procedente el recurso de casacién en la forma, no obstante esta renuncia, siem- pre que se base en las causales de incom: petencia o de ultra petita; 0 sea, por haberse extendido el fallo a materias no comprendidas en el arbitraje, 0 a puntos no sometidos a su decisiGn, o haber con- cedido mas de lo pedido por las partes. 294. Jurisdiccién disciplinaria. Estim: ‘mos que los jueces Arbitros, al igual que los jueces ordinarios, tienen facultad para aplicar medidas disciplinarias a las partes 0. los abogados cuando el debate judi- cial no se desenvuelva con la compostura debida; como también que ellos mismos pueden ser objeto de medidas disciplina- rias si en el ejercicio de su cargo come- ten faltas 0 abusos. Estas medidas podran ser aplicables de oficio o a peticién de parte; y, en este ‘iltimo caso, esta peticién de parte se ma- terializa en la interposicién del corres- pondiente recurso de queja, con su doble finalidad reconocida por la jurispruden- cia, o sea, obtener la aplicacién de medi- cas disciplinarias y Ia enmienda de la resoluci6n judicial en que se ha cometi- do la falta o abuso que fundamenta el recurso. Manual de Derecho Procesal_ 23 El tibunal competente para conocer, en tinica instancia, del recurso de queja que se deduzca en contra de un arbitro con motivo de Ia dictacién de la senten- cia definitiva 0 de una sentencia interlo- cutoria que ponga término al juicio 0 haga imposible su continuacién, és la Cor- te de Apelaciones del lugar donde se de- sarrolla el compromiso.! 295. Conclusién del compromiso. Nor- ‘malmente el compromiso termina por la dictacién de Ia sentencia definitiva, esto ¢s, por haber pronunciado el arbitro una resoluci6n que viene a resolver el litigio sometido a su decision. Pero el compromiso puede también terminar, en forma excepcional, por re- vocacién hecha por las partes de comin acuérdo de la jurisdiccién otorgada al compromisario (art. 241 C.0.T) La ley también se encarga de disipar la duda en orden a que el compromiso no cesa por la muerte de una o mas de las partes; pues dispone textualmente que “el juicio seguir su marcha con citacién ¢ intervencion de los herederos del di- fanto” (art. 242 C.O.T.) ~ También hemos visto que el compro- miso termina cuando no se produce ma- yoria y la resolucién es inapelable, y se ‘std en presencia de un arbitraje volunta- rio (arts. 681 y 641 CPC.) T Ast, 63, N°, letra ¢), COT, y art. 545 C.O.T, modificado por la Ley N* 19.574, de 18 de febrero de 1995. tprroniat JURIDICA pec

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