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huecos, pon: «Te quiero»... No sé si voy a echar esta hoja debajo de la puerta, no sé. Mc has dado un tal respeto de ti mismo... Quiza ahora que me vaya, s6lo pase a pedirle a la vecina que te dé el recado; que te diga que vine. Cuestionario 1, Cuél es la forma narrativa de este cuento? 2. {Quign habla? zA quién se dirige? 3. {Qué significaci6n tiene el titulo del cuento? 4, {Cuil es el desenlace del cuento? Micuet bE UNAMUNO- uel de Unamuno (1864~1936) nacié en Bilbgo, ciudad industrial Gel Pais Vaseo te Espanta. Fue profesor de griego y rector de la Universidad de Salamanca. Se scia el grupo de escritores lado Ta Generaci¢n del 98, todos preocupados por el fu tura de Espaa ante el mundo modemo. Hombre de fuertes contradicciones,obsesio ‘ado por la miverte por Is iamartaliad, Unarnano cultivé todos los géneros itrarios: 1 novela, el cuento, el drama, Ia poesfa, el ensayo. Pate las novelas unamunianas fi ‘guran Paz en la guerra (1897), Amor y pedagogia (1902), Nibla (1914), Abel Sdnchez (1917), una vers contemporsnea del mito biblico de Cain y Abel y San Manuel Buen, marti (1931). De eran influencia en el pensazmiento de Unarnuno fue la filo soffa del pensador danés, Soren Kieskegaard. En su tratado ideoigico Del sentimiento trgico de la vida (1913), Unammuno presenta el conflicto entre la razéa y laf frente ‘la cuestin de la moralidad humana. Por consiguiente destaca a postura rligiosa 4e Espafia ante lo que él considera el racionalismo europea. Ba este sentido, en San ‘Manuel Bueno, mérirel autor alude asus propia crisis religosas. Se encuentra cn la novela un fuerte simbolismo cristiano que incluyecitas y nombres bibicos, episodios {de a vida de Cristo y referencias alas distntas partes de Ia isa catia. A To largo {e la prosucciGn literaia de Unamuno Ta lucha entre el anbelo de inmortalidad y el ‘exceptieiscmo racional consttuye e} micleo ideol6gico de su obra noni iii sii «San Manvel Bueno, mart Si sélo en esta vida esperamos en Cristo, somos Jos mis miserables de los hombres todos. (San Pablo. I, Corintos, XV, 19) Aitora que e1 obispo de I discesis de Renata’ a la que pértencee esta mi Guerdaaldea de Valverde de Lucera and, a lo que se dice, promoviendo el +E pombe fiticio de Ia cladad ene cero valor simbico pes hace pensar en Tas plabas (1) renada, forma uceica de renacida, el verbo renacer, (2) reads I ilensifiesrion de I nada. Se pede re ‘Sonar ese dob sentido semsntice con Ia problems expusta por la oovea misma atraves del screw {4 Don Manat ° ET nombre del pucbo ale» una aldealependaria(Viaverde de Lucena sumergidaenellago de San Masia de Castadeds en a protincia é Zamora 74 LANARRATIVA 5 proceso para la beatificacién de nuestro Don Manvel, 0 mejor San Manuel Bueno, que fue en ésta pirroco,’ quiero dejar aqui consignado,* a modo de con- fesiGn y s6lo Dios sabe, que no yo, con qué destino, todo lo que sé y recuerdo de aquel var6n matriarcal que Tend toda la mAs entrafiads? vida de mi alma, que fue mi verdadero padre espiritual, el padre de mi espfritu, del mio, el de Angela Carballino, ‘Al otro, a mi padre carnal y temporal, apenas si le conoef, pues se me muri6 siendo yo muy nifia. Sé que habia legado de forastero a nuestra Valverde de Lucema, que aqui arraigo* al casarse aguf con mi madre. Trajo consigo unos cuantos libros, el Quijote, obras de teatro clésico, algunas novelas, historias, el Bertoldo, too revuelto, y de esos libros, los Gnicos casi que habia en toda la aldea, devoré yo ensuenios? siendo nifia. Mi buena madre apenas si me contaba h cchos © dichos de mi padre. Los de Don Manuel, a guien, como todo el pueblo, adoraba, de quien estaba enamorada stisimamente®—, le babfan borrado el recuerdo de Jos de su marido. A quien encomendaba a Dios, y fer- vorosamente, cada dia al rezar el rosario. De nuestro Don Manuel me acuerdo como si fuese de cosa de ayer, siendo yo nia, a mis diez afios, antes de que me Ilevaran al Colegio de Religiosas de la cit : Jraticia? de Renada, Tendria él, nuestro santo, entonces unos treinta y siete afios, Era alto, delgado, erguido,* Hevaba la cabeza como nuestra Pefia del Buitre® leva su cresta, y habfa en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago. Se Hevaba las miradas de todos y tras ellas, los corazones, y él, al miramos, parecia, traspasando la came como un cristal, rmiramos al corazén. Todos le querfamos, pero sobre toro los nifios, {Qué cosas nos decia! Eran cosas, no palabras. Empe: zaba el pueblo a oleile" la santidad; se sentia lleno y embriagado" de su aroma. Entonces fue cuando mi hermano Lézaro,® que estaba en América, de donde nos mandaba regularmente dinero con que viviamos en decorosa holgura,!? hizo que mi madre me mandlase al Colegio de Religiosas, a que se completara fuera de Jaaldea mi educacién, y esto aunque a él, a Lézaro, no le hiciesen mucha gracia Jas monjas. «Pero como ahi —nos escribfa— no hay hasta ahora, que yo sepa, s colegios laicos'> y progresivos, y menos para sefioritas, hay que atenerse a lo que haya. Lo importante es que Angelita se pula' y que no siga entre esas zafias!> aldeanas». Y entré en el colegio, pensando en un principio hacerme en él maestra, pero luego se me atragant6"* la pedagogia. En el colegio conoef a nifias de la ciudad e intimé" con algunas de ellas. Pero seguia atenta a las cosas y a la gente de nuestra aldea, de la que recibfa frecuentes noticias y tal vez alguna visita. Y hasta al colegio Negaba la fama de nuestro parroco, de quien empezaba a hablarse en la ciudad episcopal. Las monjas no hacfan sino interrogarme respecto a él Desde muy nifia alimenté, no sé bien cémo, curiosidades, preocupaciones Inquietudes, debidas, en parte al menos, a aquel revoltijo'* de libros de mi padre, ytodo ello se me medr6!” en el colegio, en el trato, sobre todo, con una compatiera {que se me aficions® desmedidamente y que unas veces me proponia que entri- semos juntas a la vez en un mismo convento, jurindonos, y hasta firmando el 5 pane del proceso eclestico de econocer coro santo alguien $ flecion de coerce del tala Gili Cesare Croce (1330-1609). muy poplar en Espa (Coto dias despues de sorrel Lazare bibio es resuciado por Jsuerst (Sen Joan 11:18), porsh et se eolacé Terme oad de catedral Pei... nombre de un pice dallgar nel, deserden {2 become lond of MIGUEL DE URAMUNO 75. 18, {Qué tipo de fe le dio Don Manuel a Lazaro? 19. {Por qué dice Lazaro que Don Manvel le curs de su progresismo? 20, Qué aspecto simbéllico tiene la escena de 1a muerte de Don Manuel?” 21. [Cua es la base de Ia analogia entre Don Manuel y Moisés? 22, ,Cémo reacciona el pueblo ante la muerte de Don Manuel? 23, Segiin Lazaro, gcudles son los dos tipos de hombres peligrosos’? 24, {Qué consejo le da Lazaro al nuevo cura? 25. {Cuéi es el juicio que hace Angela sobre la incredulidad de Don Manuel y de Lazaro? {Cual es la frase con que termina la narracién de Angela? 27. {Quign es cl narrador del ultimo pérrafo de la novela? es Identificaciones Renada «un nogal matriarcal> {Dios mfo, Dios mfo!, por qué me has abandonado» las La vida es sueiio ‘Augusto Pérez ie sa Temas 1. La importancia de Angela como narradora La funci6n de las historias intercaladas (de Ia hija de Ia tfa Rabona, del payaso, del reo, etcétera) en San Manuel Bueno, mrtir ‘La funcién simbélica de los nombres La presentacién de una crisis religiosa El manuscrito de Angela y la intervencién del novelista al final: la estruc- tura de San Manuel Bueno, mértir Hacia una aproximacién biografica a San Manuel Bueno, mdrtir: al con- sultarse una biografia de Miguel de Unamuno, se puede buscar una relacién entre la crisis religiosa de San Manvel y la de Unamuno mismo (MIQUEL DE UNAMUNO 97

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