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la alternancia y la elaboracion f de un nuevo pasado ALEJANDRO PINET P. ENAH-NAH arn Lis Hore dR mein. Mi, (AEC, 2004 2129 He Hi). na reciente coleccién itulada herramientas paral historia ha visto la luz Cultura Caonémiea yal Cantro de Invetigaién y Docencta Econémicat, (AD) Los temas tratados van del segundo imperio mexicano al Afromésico, y de los indigenasen a historia de nuestro pais la oposicién politica nacional durante €! siglo XX, pasando por e portato y la Revolucién, Se trata de pequefios ‘rokimenes en los que 2 reine un bolonce de la produccién historiogrfica sobre estos temas y un ordenamiento y casificacin de le bibliogratia que puedan ser ites a profesores y estudiantes preparatorianos y unversitaros. Entre los libros de esta colecci6n se encuentra el de Luis Barrén acerca de las cisuntas Imerpretaciunes y metouoluylas Uulizaues pate abirdat ol siuvitienty sotial Ue 1310. Precedida de un prologo de Friedrich Katz, uno de los especialistas mas reconocidos en la tematica de la Revolucién mexicana, y en particular del vilismo, la obra de Barrén presenta un interesante y actualizado balance historiogréfico que ecupa la tercera parte del voldmen, El resto lo ocupa una vasta bibliografia cordenada tematicament, Existo una serie de recuentos y valoracionas de lo escrito sobre Ia Reunlurién en libros rlativamente recientes como el de Javier Rico Moreno (2000), precedido por el de Enrique Florescano (1991), asi como en muchos articulas publicados por revistas especializadas. La novedad del ibro que comentamas ahora radica, 1 yer Ro Meera, etn fu ena Hira dee Rett Meare, Me, INAH /UAM Acasa, 2000: Erg Roescno, 6 neio exer MéryCaly rr 99, Et arc nn karo Mata," Reon mesiara le stad itor Raid a Unies ‘de Mor YOO. ee de 98.24 Aan Ki. restores rect Recluse. Mera del sass de Hisar econ Msc, Cmte Mesiar de Cece vis, Gober sao de Merde, MUNA pp 198210 “NAVEGANDO (Oh AITeRNaneYA VLA FARA RAPON NE tN MeIEUA Pecan en parte, en que ést se cirige no solo alos especialistas, sino que abarca también, como deciamos, al pablico estudiantilligado a la educacién media superior y universitaria, Contribuye en este sentido a llenar un vacio tino referente a yutas Ue fevtura tentites pata use Ue eslus secLores. Pero su contribucién va mas alla respecto al balance de las distintas interpretacinnes y metodole ‘empleadas por los historiadores en periodos recientes. ZEn qué situacién se encuentra la historiografla sobre la Revolucién para el autor? Traténdose de los escritos de los afios posteriores al perlodo armado, entre 1910 y los sesenta, la sewuenia que tescria nu 9¢ aleja de furna significativa Ue Ie apuntada por aulures wm Riku, Fluiescano, ‘Alan Knight y Alvaro Matute: impera por una parte una visién derivada en buena medida de las obras de Frank Tannenbaum, quien hizo énfasis en una Revolucién agraria y popular, y que entoné con lo que los sgobiernos posrevolucionarios quisieron reflejar de ellos mismos.* Contrapone a esta interpretacién la mirada critica, mas politica que propiamente historiografica, de algunos intelectueles, desde fines de los aos veinte yhoste los cuerente, en otra secuencia que fa de Jost Vasconcelus al Daniel Cusie Villeyas Ue eas feud, y ‘que constituye un primer revisionismo que reclama al régimen el abandono del proyecto social y sobre todo el politico de la Revolucién. El contesto de los afios sesenta y setenta, en el que ya se hacia sentir una historiogratia profesionalizada, ‘anadio nuevos elementos: e! distanciamiento critica con el que se enfocd la construccién del Estado posrevolucionario, explicable en gran medida por cl impacts politico y cultural de la Revolusidns valine y, posteriormente, de! movimiento estudiantil de 1968, Un sequndo revisionismo asomé entonces y se conjugd con el impulso a la historia social y con la “pulverizacién" de La Revoluci6n, escrita con maylsculas, en una gama variada de revoluciones regionales, que daban cuenta de que era imposible seguir hablando de un ‘movimiento coherente, unficado, monolitico, como se habla hecho en décadas pasadas. {ete repace llega hacta loz afer ochenta, cuando, dezpués de uns oleads de historias regioneles de distintos tipos, viene una serie de obras de sintesis que replantean la historia general de la Revolucién. Francols-Xavier Guerra y Alan Knight, entre otros, son autores importantes en este perfodo en la medida en que proponen interpretaciones diferenciadas, y @ menudo enfrentadas en vivas polémicas acerca del cardcter y la naturaleza 4e la Revolucion mexicana. El primero, historiador hispano-frances, desarrolla una interpretacéon revsionista ‘que reralts lac continuidlader ontro Antiguo y Nuovo Régimen, 2 tone con loz trabsjor de Frongols Furct sobre el caso francés, en un movimiento basicamente politico jaloneado por las elites en cisputa por el contro! del Estado. Alan Knight, por su parte, historiador briténico, actualiza y profundiza la visién de Tannenbaum, & insiste en el cardcter popular, agratio, social de una Revoluci6n de facetas mltipes. * Fk Tarerbaum iteraorau‘an aca n sacs Unies que paint con oma sara cadet Freon eben ae loft, Min, INEHR, 2008 Prime ein, 1938) Lo oct aro mexea, Mk INEHRIY, 2005 (per en, 1952} ENAVEGANDO POR LA CIENCIA. ‘Ala par de esta polémica, se habla de la dversificacién de la tematica en los trabajos recientes, asi como elas nuevas preguntas y metodologias que se han hecho presentes en los itimas afos en el estudio de la evolucion, Aqui radica el principal aporle de este tiabajo introductorio e la guia bibliogrsfica. Borrén hace un sclonco de la cantrinucién dela hietaria cultural ala historiografia dela Revolucién. Ante un interés en declive ‘cor el estudio del periodo, dice el autor, la emergencia reciente de la historia culturel en las 4rees de estudios \stinoamericanos de las universidades norteamericanas ha oftecido una salida a algunas estudiosos, aunque de manera ain algo dubitativa, pues es este un terreno que, concluye, resulta todavia algo resbaloso, ante ado por la carencia de fuentes suficientes que ofrezcan sélida avidencia empirica, Sin embargo, es interesante aver notar. como lo hace este investigador del CIDE, que més de la mitad de las tesis sobre el periodo, en los ‘2hos 1990 en universidades de Estados Unidos, emplean metodologias y enfoques de la historia cultural. Uno eos productos mas acabados de esta corriente es e!editado por David Nugent y Gilbert Joseph, Everyday Forms of State Formation (1994)? En fin, el balance de Rarrén incluye sefalamientos sobre lo que sigue siendo actual y qoza de buena salud ena historiografia revolucionaria de fechas recientes: la historia politica, la intelectual, la social y la regional. ‘Apunta también algunas lagunas: la historia de las iglesias y de la religiosidad. Resalta también los intentos ‘oor repensar la relacién de la Revolucién en México con las revoluciones modemas, citando en este caso ties sy valivsus, como los de Keith leynes y Alan Knight. Ezteiitime investigader elaboré un brillanta estudio comparativo entre os revisionismos mexicano, inglés y francés Coneluye el balance que comentamos preguntandose acerca del futuro de la historiografia dela Revolucion en nuestro pafs, una vez que entré en criss la legitimidad del régimen posrevolucionario, que descansaba en la historia, €5 decir, en el hecho de que el regimen se pustulaba corny hieiedetu Ue le Revolucién. Aqui e> onde encuentro la mayor debildad dal libra, y ee donda «urge

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