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Murillo DURA ea Te Bond Murillo y su estela en Sevilla Direc cemtifca BENITO NAVARRETE PRIETO MURILLO EN LA FOTOGRAFIA DEL SIGLO XIX: RAZONES PARA UNA ESTETICA DEL SENTIMIENTO HELENA PEREZ GALLARDO Universidad Complutense de Madrid “EI daguerrtipo est destinade popularisarentre nosotros, _y4 poco cose, las mds bellas obras de arte, de las que ahora silo {tenemos reproduciones costosas € inexactas: antes de mucho empo (.) podremos madara nuestros hij los maseosy de- cirles: dentro de tres horas me tienes que traer wn cuadro de Mu rio o de Rafael” (Janin, 1839) {Las lecturas en torno a laestela y fortuna de los maestros antiguos en el siglo XIX pasan hoy iremediablemente por el anilisis de antiguas reproducciones fotogrificas y del re- ccuerdo de numerosas imigenes hoy perdidas, a través de breves menciones en anuarios, memorias de exposiciones, inventarios de artistas o noticias en boletines especalizados, todos ellos resquicios arrebatados al tiempo, donde la foto- arafia considerada como efimero documento ha sido malea~ da por su uso didaéctico © meramente testfical, fruto del compulsive positivismo histrico. 1a construccién historiografica contemporinea del arte ‘espafiol arranca paralela al nacimiento de la fotografia y de as rnicas de reproduccién fotomecinica que irrumpieron ‘en cl siglo XIX, ereando una compleja relacin cargada de polémicas lecturas semioldgicas ya que la reproduccién fo- togrifica no puede quedarse en un anilisis enmarcado ex- ‘lusivamente en el smbito de la técnica, de la obsesién por reproducirflelmente los objetos 0 por coleccionar todas las realidades materiales que la cimara era capaz de registrar cen siglo de los grandes y acelerados avances tecnolégi ‘cos. Frangois Arago (1786-1853) en realidad realiz6 toda tuna teoria de la imagen al hacer piiblico el invento del da- ‘guerrotipo' por Jean-Louis-Mandé Daguerre (1787-1851), 1. Hl primer procedimiento fotogrfco se debe a Nicéphore Nice, ‘que conse en tnconporaren la parte tasera de una camara cxeart Sins placa decobrecubierta con betin de Judea, ue una ve expucr- 1a alae se revels con una dsolcion de acete de lvanda, Este proceimiento fue mejrado por Sean-Lovi- Mande Daguere, ee {joe susituyd ol betan de jue por los vapores de yodo y na ver xpuestaa la luz, la pica se revelah con vapor de mercuro y despues ‘sje com agua destllads salad, La imagen obteida mediante ete ‘cuyo anuncio fue una programada puesta en escena cargada de sansimonismo, positvismo y grandeur francesa, en fun- cién del piblico ante el que presentaba el nuevo procedi- miento, De la Académie des Sciences a la Chambre des <éputés, pasando por articulos en prensa o las vistas priva- das de artistas a la casa de Daguerre, y donde grandilocuen- tes frases como ef artista ha de encontrar en el nueeo procedimiento un precioso auxilio, el propio arte se veré de mocratizado gracias al daguerrtipo (Freund, [1936] 2011) 0 ‘que Francia se mostrard orgullost de ofrecer generosamente al ‘mando, mostraba que la nueva manera de fjar répidamente todas las obras de art estaba cargada de un mensaje sobre el Importante papel politico y cultural que, a través de Ia ima- ‘gen fotogritica, podria desempenar Francia frente al resto de potencias, fundamentalmente ante Gran Bretafa (Macauley, 1997; Brigstocke, 1999; Brunet, 2000; Tresch, 2007). Sin embargo, a pesar de las palabras de Arago, Daguerre {¥ otros muchos artistas, la relacién entre fotografia y artes plisticas tuvo su mayor campo de enfrentamiento precisa mente en la reproduecién de la pintura y en el uso que debia darse a estas imagenes, frente a aquellos que hasta entonces tenian la primacia de este trabajo: dibujantes y grabadores 1a significativa caricatura de Théodore Mautisset titulada La Daguerréotypomanie (1839) [fig. 1], donde bajo el cartel e horcas para alguilar a los setores grabadores, aparecian <ést0s colgados por considerar su carrera acabada; 0 las duras palabras de Baudelaire en su critica al Salén de 1859, donde definia que la fotografia solo podia ser la mas humilde de las sirvientas de las artes, reflejan un panorama de agria polé- mica, cuyo primer aniliss bien pudiera arrojr la conclu- sion de un insalvable enfrentamiento de técnicas. Por otro lado, los pintores escondian el uso de esta herramienta auxi- liar como fuente de inspiracién como sino quisieran que la fotografia aspirara a ser un arte y les sustituyera como pare- cia que iba a hacer con los grabadores (Scharf, 1994) procediminto. que Doguerrehsutin com st nombre, dagueretpo, ra positiva y neyativa a ave en funclon de a incidenca dela ue sobre ls (re Gallardo, 2013) | thodore Maurset. Lo deguertotymomane cibuo publica en La C Polémicas artisticas,lecturas politicas del uso de las ims genes, positivismo histérico y clandestinidad en su uso por parte de los pintores, es el contexto en el que se fotografian las obras de arte, antiguas y contemporineas en el siglo XIX, siendo hoy dia posible estudiar la verdadera e indiscutible dimensidn que tuvo la fotografia en el desarrollo de las artes zen el cas0 que nos ocupa, la importancia que su uso tuvo fen la construccién de la estela de Murillo. Tanto en los atis- tas contemporineos como en la propia obra de los fotogra- fos, esta cuestion habia pasado desapercibida para la historia, ala que se desemboca a partir de dos ejes aparente- mente paralelos son, por un lado, la cre pero que acabarin por cruzarse~ como in de repertorios documentales de reproducciones de pinturas en museos y colecciones bajo la polémica contra los grabadores y, por otro, la materializa- clén de una linea estética y moral que convirtiera ala pintu- ra moderna en heredera directa de la pintura del Siglo de ro espafola a través de la recuperacion y/o exaltacié cuestiones tan diversas como lo espafol, lo pintoresco, lo costumbrista, lo clisico ¢ incluso lo religioso, pasando de la reproduccién de la obra de Murillo a su reproductibilidad Est pintura barroca parte de ese aparente gesto positivista de pulsiva y sentimental en la fotografia camino hacia la creacién de una recuperacién dela reproducir las obras de arte mundial de forma co para democratizarlo y hacerlo accesible a todo el pulico, dentro del cual Murillo gozara de una gran atencién, por encima de Velézquez, Alonso Cano 0 Zurbarin, posiblemen- te debido al contexto cultural, religioso y politico del siglo XIX, en el que los artistas utilizarin la fotografia como me dio de difundir su pintura y ala vez se servirin de ella como inspiracién de composiciones, personajes, escenarios, en un camino que acabaré desembocando en la creacion de una cestética fotografica murillesca ‘A lo largo de las piginas de este catilogo se reconstru- ‘yen las claves de esta fortuna del pintor sevillano, de la revalorizacién del arte espanol dentro del contexto inter- nacional, donde Isabel Il, los duques de Montpensier, los cemperadores Napoleén III y Eugenia de Montijo y la reina Victoria, utilizarin el arte como instrumento de debate na- clonal, politico y religioso y en el que los artistas, como actores de este teatro orquestado por monarcas y nobles, {Foronaria versus GRanapo? iMOCRATIZAR HARE DE MURILLO Para adentrarnos en el anilisis de estas influencias entre Murillo y el medio fotogritico, debemos detenernos prime- ramente en cémo se produce esta difusion de la obra del pintor espanol. ya que en un primer momento seri funda- imentalmente a través de a reproduccidin de dibujos y graba- dos, no directamente sobre la pintura, dada la dificultad ante los tiempos de exposiciiny las limitaciones de ilumina~ cidn de las pinturas (algo que hasta finales de la década de 1850 no se solventara};cuestién que, por otro lado, supone ‘una contradiccidn ante el aparente desencuentro que existia entre fotdprafos y grabadores Entre los muchos testimonios del anuncio del daguerro- tipo, se encuentra el que podria ser considerado el primer difasor del daguerrotipo en nuestro pais, el pintor Federico de Madrazo, que se encontraba en Paris aprendiendo en el estudio de Ingres en el momento del anuncio de Arago y que cen una carta de 18 de enero de 1839 dirigida a su padre le ‘cuenta: Estos dias no se habla agui mas que del gran descubri- ‘miento hecho por el pintor Daguerre. Parec ser que ha salido «con su empeno (hace muchos thos que ha estado buscando este resultado) de hacer que por medio de la composicion de un pa ‘pel sereprozca en él por medio de la luz, en la cdmara osc ra, cualquier objeco y en muy poco tiempo, st hay sol y algo fuerte, se reproduce en su papel en menos de 6 minutos cual (quir vista ete (..) Paul Delaroche también ha sido lamado ‘para dar su voto y ha dicho que este es un descubrimiento tan titi para la pineura, como es rare, pues en los ensayos 0 repro- ducciones que tiene Daguerre en su casa, siendo solamente de

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