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capitulo 9 LA OBSERVACION PARTICIPANTE OBSERVACION Y OBSERVACION PARTICIPANTE CAMPOS DE APLICACION Y DESARROLLO DE LA OBSERVAGION PARTICIPANTE g OBSERVACION DECLARADA Y ENCUBIERTA: EL ACCESO ¥ LOS INFORMADORES Qué OBSERVAR AIEGISTRO DE LA OBSERVACION ANALISIS DEL MATERIAL EMPIRICO. LA OBSERVACION EN «MICROSOCIOLOGIA» 917.1. Dol estudio de «los otros al estudio de «nosotros mismose 87.2. Lactnometodologia LIMITACIONES Y RECURSOS: SINTESIS DEL CAPITULO 9 LECTURAS COMPLEMENTARIAS 313, 318 804 METODOLOGIA Y TECNICAS DE NVESTIGAGION SOCIAL En este capitulo presentamos Ia técnica de investigacién cualitatva mis clésica, que traduce el instrumento de recopilaciOn de datos sociales de In observacién en ‘una inmersién integral en cl sepmento de Ia sociedad estudiado. Expoudremos una breve historia de este planteamiento de origen emogréfico, ias diversas fuses de la investigacién que utiliza la observacién participante, y los problomas précticos y teérieos que plantea esta técnica de exploracién de la realidad social, Ast mismo, presentamos los distintos eampos de aplieaciOn de esta forma de conoeer fa socie- dag, que si originariamente fue un método para estudiar las sociedades «listints», ha ido avanzando hasta convertirse también en el principal instumento para estu- dar los actos cotidianos de la vida social. 9.1. OBSERVACION Y OBSERVACION PARTICIPANTE {a distincién entre cobservacién» y «observacién participante» es ctara: la primera indica la técnica para la recopilacién de datos sobre comporianiento no verbal miet- ‘ras que la segunda hace referencia a algo més que una mera observzeiin, ¢incluye la intervencidn directa del investigador en el objeto estuciado. En un capitulo sobre «cobservacién» podriamos incluir tfenicas como la observacién en luboratorio dela {nteraccién entre individuos, Por ejemplo, los experimentos de Bales [1951], que consistan en reunir a varios sujetos en una habitaeidn, haverlos discutr sobre uns determinada cuestién, y observar desde fuera su comportamiento durante Ia discu- sin, codificandolo en un serie de acciones basivas. También podriammosincluir ti nicas de observacién en un entorno natural. Por ejemplo, cl estudio de las dindmie ‘eas de una clase escolar, en el que la interaccién entre profesor y ahumnas se graba en video y a continuacién se analiza en todos sus aspectos. En estos casos fala un que me sentarnos en el capitulo 3, Recordemos que, segtin este enfoque, la investigecin del vbvervador participante ne parte de un vacio o tabula rasa, sino que se gula, sre {odo al principio, por una «sensibtidad» especial havia determinados concepts Pot ejemplo, el investigador de Ia desviacién juvenil prestaré especial atencién los ro blemas ligados a Is socializacién infantil, la relacin con los padres, las primers cxperiencias con instituciones sociales como la escuela, Ta relacion con ol erapo és antigos, ete; en cambio, el investigador de los conflictos empresariales ser més en UA OBSEAVACION PARTICIPANTE 819 sible a las cucstiones relacionadas con la ideologia de! ambiente labora la estructuc 1a jerrquica, las expectativas sobre ef trabajo y las frustraciones, las relaciones entre compaaeros, las formas de comunicacién entre distiniosniveles jerarquicos, etc. Conviene tenes siempre presente que la observacién patticipante aditiere de fos. otros métodos de investigacién en el hecho de que cl investizedor selecciona los, objets de observacitn, decide qué preguntar y va construyendo sus intereses em ef curso de ta propia imvestigaciOn. Todo ello contrasia con los diversos métodos de investigacion “guiados por la tcoria’” u orientados a la “comprobacién de hipste- sis”, euyos abjetos de observaciin y tipas de andlisis [..] se definen claramente antes de empezar a recopilar los datos» {Lofland y Lofland, 1995, 5]. Una vez establecida esta premisa sobre la funcién de la teoria a la hora de decidir qué observat, repasaremos ahora los posibles objetos de observacién, pro- poniendo una clasifieacién que distinguc fos siguientes aspectos: a) ef contexto. fisico; Bel contexto social; c) las imtcracciones formales; d) las interacciones i- ormales; y,e} las interpretaciones de los actores sociales. Esta clasificacidn de las ‘cosas a observap» es sélo una de las muchas posibles. En todo caso, en Ia observa- ion participante siempre podemos distingir una fase preliminar descriptiva, que aqui recogemos bajo los ttulos de aeontexto fisico» y wcontexto social», cuyo fin ¢s fijar las caractetistices visibles cxtermas del entomno estudiado. y una fase de ‘ateraceién real ean los protagonistas. + Fl contexta fisico. Es importante que el investigador observe con atencién ta ‘xtructura de los espacios donde se desarrolla la accién social estudiada (incluyen- do uma descripeidn detallada de los mismos en su informe de investigacién), 0 slo para comnicar mejor sus experiencias de observaciéa, mediante una especie de visualizacién verbal, sino también porque las caracteristicas fisicas suelen ser expresidn de caracteristicas sociales (asi como condicionantes de la aecién social), Patton escribe: «Durante nuestras visitas a las guarderias siempre hemos hallado na estrechs relacién entre To agradable del entorna (pésters dibujados por los ni- fiosen las paredes, material de tratsajo bien ordenado, zonas de trabajo del profe- sor) y otros aspeotos de la escuela (participacién de los padres, ética de los profeso- res, programacién diddctica,clc.)» (1990, 220]. ‘Obviamente, la exposicién del investigndor no deberd toner el estilo nil tono deuna novela: deberd contener descripeiones, més que valoraciones o impresiones. Més que hablar de un bartio «deprimidon 0 adesheredadon, debetit deseribir el ‘stado de las carrcteras, las ticndas, la estructura de [a vivienda media, ol transpor- te, fos espacios piblicos (la iglesia, a escuela, la oficina de correos, ct). Em una Investigacion sobre une empresa, dard informacién sobre la distribucién de las of 0- nen deliberadamente a las normas vigentes) El siguiente paso es la identificacion de las dimensiones de la ripatogtia (0 es- sificacién), Fl obscrvador stele distinguir os tipos en fancién de sus vatoraciones personales sobre la similitud o la diferencia, mediante un proceso mental sinttice ¢ intuitivo. En cambio, si setuamos de forma analitica y conceptual, debemos reve- LAOBSEAVACION PARTICIPANTE 328 lar fa estructura conceptual de ta clasificacién, indicando las caraceristicas que haven que los tipos sean diferentes entre si. ‘Como ejemplo podemos citar la investigacién de Rothschild-Whitt [1979] so- bre fa orgenizacidn del trabajo. Observando seis cooperativas del sur de Califor- nia y comparando su forma de trabajar y de organizetss con la estructura tradi- cional de la organizaciéa del trabajo en Ia sociedad occidental, Rothschild-Whitt identified ocho dimensiones que reflejan las diferencias entre ambos modelos: ‘auloridad (que puede encontrarse en los individuos situados cn Ia etspide de ta oreanizacidn o en la colectividad), normas (que pueden estar formalizadas y defi- rides con detalle o ser minimas y establecerse sobre la marcha), control social (que puede encargarse a controladores coneretos 0 a la colectividad), relaciones sociales (que pueden ser impersonales 0 personalizadas), reclotamiento (que pue- de seguir unos cauces prefijados, como prucbas de acceso, o hacerse recurtiendo a los conocidos), incentivos (monetarios 0 morales), estratificacién social (jerér- quies 0 igualitaria), divisin del trabajo (que puede ser maxima, con separacién entre trabajo mannalc intelectual, © minima, asignéndose tareas muy distintas a la misma persona). Este proceso de identificacién de las dimensiones de una tipologfa permite des- ‘ntraiar Ja estructura conceptual dc la elasificacién y llevar 2 e885 abstracciones 3s ideates, de fas que lablamos al principio de > dada erommer fnas pene auc imerptetan' crntaréstar reaifntar nitoranith servacidn participante es idenificar lo que Spradiey [19R0, 140} Ilsa los remas ‘culturates que estin preventes en la sociedad estudiada, Spradley recuerds gue Ia investigacién del observador pacticipante tiene que abarcar sicmpre dos nivcles: «analizar los pequetios detalles de la cultura que esté estudiando, y al mismo tiem- po intentar trazar fas linens generales cel panorama cultural, [| los prineipios que dan sentido al conjunton, Spradley emptca el coneopio dle «tema cultural» del an- trop6logo Morris Opler, que lo uilizé para deseribir a cultura de los Apaches. En este caso mo de los temas culturales era que «los hombres son fisica, mental y rmoralmente superiores a las mujeres». y este principio theito era una de las bases de su concepto del mundo y dcterminaba muchos de sus comportamicntos en el Smbito fariliae y social. Retomando un ejemplo citado anteriormente, uno de los temas eulturales pre sentes en el mundo de las bandas estudiadas por Jankowski era io que él denominé «vision darvinista» de Tas reiaciones sociales, segiin la cual la vida es una ticha Continua por la supcrvivencia: cada dia tencmos que competir por los ¢scasos re- cursos disponibles, el projimo séio puede considerarse un enemigo y silo sobrevie ve el mais fuerte La identificacién de los tomas culturates es uno de los objetivos finates de tos ‘studios de inspiracién antropol6gies, y con frecuencia suele haber un tema princi- pal que ilumina toda la investigacién. Esit es el caso de Ia investigacién que Ed- ‘ward Banfield cealizé en fos alos cincuenta en Montegrano, un pueblo de una re= gin del sur de Italia, Banfield eneontré en el familiemo amoral un rasgo cultucal {que marcaba todos los aspectos de Is vida de la poblacidn, y que consistia en una incapacidad total de sus babitantes «para actuar juntos por el bien eomén 0 para 330 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL conseguir cualquier fin que vaya mas alla del interés material iomediato de la fami- fia nuclear» (Banfield, 1958, 10]. Este tema cultural esid presente en todo el estudio de Banfield, y el autor lo utiliza para interpretar una larga scric de hechos que observé: en Montcgrano no existen orgenizaciones de beneficencia, la propia Iglesia es paupeérrima (pocas per- sonas asisten a Ja misa del domingo, y casi todas son mujeres; las ofrendas son modestas), los partidos politicos practicamente no existen, faltan asociaciones voluntarias (Ia iinica que hay es un club recreativo, que sélo sirve para jugar alas cartas y munca se ha ocupado de resolver los problemas del pueblo), no existen iniciativas de grupos de profesionales con fines colactivos (los comerciantes, aun- que estin interesados en tener buenas conexiones por carretera, nunea han heetie ‘nada para reclamar mejoras en las desastrosas infraestructuras existentes), etc. ara finalizar hablaromos del estilo preferido para ls redaccién de las conch- siones de una investigacién realizada con la téonica de observacisn participante, Se suelen emplear dos adjetivos para describir este estilo de redaccion: reflexive y narrative. La weflexividad» de In investigacion hace referencia al nccho de que el inves ligador forma parte del mando que esta estudiande. Y, por tanto, asi como el proce- 50 de investigacién dei observador participants no es un proceso impersonal y new- tral, también el estilo de escritura esti estrechamente figado la personalidad y la cultura del investigador. Bn este aspecto es muy distinto del estilo de ta encuesta por muestreo (por citar el prototipo de ia investigacién cuantitativa). En la encuesia por muestreo el estilo de presentacism de los resultados es impersonal, formal y, por tanto, suele estar escrito en tercera persona; en la observaciin paricipante es mis informal y esté escrito en primera persona, También hay que decir que Ia escri- {ura del informe etnogrifico no se realiza al final de la investigaciOn y separade de Ja misma, tras In recogida y cl anisis de los alos (como succde on la investiga ida cuantitativa), sino que, como hemos visto, parte de su redaccidn se realiza. durante Ia observacién misma, mediante la redaccién de notas, apumtes, etc. De abi que el investigador también se implique a la hora de redsctar, aportando sus emo- ciones y reactiones personales, que se convierten en parts viva del relat ‘A menudo el informe concluyente de la investigacién con observacién partic ‘pante va acompafiado de un apéndice autabiografico, en ol que el investigador rela ty el itineracio recorrido para realizar el trabajo: el génesis de la investigaciOn, le identificacioa del caso especifico estudiad, cl acceso y la accplacién cu el grupo, los mediadores culturaies, los informadores, los problemas que van surgiendo, los progresos de ls reffexién tedrica, los cambios de perspectiva, ete; y, por otra parte sus reacciones emocionaies, los errores cometicis, las dificultades encontradas. Es tuna exposicién que tiene uilidad informativa y metodotigica, En um tipo de ives: tigaciéa tan marcad por las decisiones subjetivas del investigador, esta reconstnis- cidn puede ayndar al lector a evaluar mejor la vslidez. del trabajo, a interpretar ci significado de ciertas eonclusiones, a valorar los posibles efectos de perturbacién pprovocaudos por la accion y la presencia del observador, y a comprender hasta qué ppunto los resultados obienidos estén condicionados por imposiciones externas que los coavierten eh un caso tinieo, o si es posible hacer generalizaciones a partir de LAOBSERVACION PARTICIPANTE 331 ellos. El estilo debe ser «narrativon, similar al relato 0 la erGniea periodistica y dis- ‘ante tanto de la abstraccién conceptual de la formulacion tebrica como de la ubs- tracetn aritmética de ta investigacin cuantitativa. | estilo narrativo ex ana forma de escribir concrotay dicecta, con descripeiones detalladas, crénicas pormenoriza- das de acontecimientos, textos que reproducen las intervenciones en directo de fos [prokagonistas, con personajes comparables a tos de un celats, Seatin Speadtey: vat nite tendré. um nombre propio; lo tendré en brazos uma madre bion definida cue le estari dando el pecko en un momento concreto y on un lugar especificon {1980, 162]. Et obsorvador participante no desea extraer la identidad general del sujeto estudiado, eliminando sus connotaciones locales y contingentes para construir un concepto absiracto, sine que precisamente besa su comprensidn y su capacidad de comunicarle al lector en la especificidad y singularidad de esa sinsaci6n concreta La redaecion debe reflejar una forma ‘aaturabs de deseribir Ia reatidad social, que viene a ser como econtar una historian [Van Manen 1988]. E fin es (ransmnitir al lector lo miximo posible dle su experiencia observadore, ofreciéndole la oporti- de hacer uma lectara imaginativa de la eultura estudiada, mediante una des- jn ica en sentimicatos y matices, capaz de transmiir la riqueza de detalles y tn vitaidad de! mundo observado. Hammersley y Atkinson citan, por ejemplo, las afinidades literaries entre el trabajo de Malinowski y las novelas del eseritor inglés Joseph Conrad, 0 entre los trabajos de quicnes estudiaron ia vida urbana inglese de finales del siglo xix, como Booth y Rowntree, y los cuentos de Dickens, Segiin Hammersley y Atkinson, clo que podemos definie como «el relato de una historia» es s6lo una parte del trabaja del etnografo. Este tambien esti ocupa- do, de-un modo w otro, en la ensmciacién de una teoria» [1983, 210]. Aunque una parte imperiante del corpus del informe einiogrifice 1a conslituye esa «descripcion sustanciosan que utiliza los recursos pictoricos de la retorica literaria, no hay que ‘olvidar que el objetivo final de la investigacion social y, por tanto, también de la observacién participante, es la claboracién de alguna forma de generatizacién © teoria, De ello se deriva ia necesidad, a! menos en la fase final del informe de investigacién, de que el anilisis supere el nivel de lo particular para pasar a formu- lar tipologis, temas cultural, y, mis en genera, elsboraciones teSricas, 9.7. LA OBSERVACION EN «MICROSOCIOLOGIA» 9.7.1, Del estudio de «los otros» al estudio de «nosotros mismos» Antes de concluir el tema de Ia observacién participante queremos detenemos cn cierias evoluciones del método que no siempre pueden encuadrarse bajo el tila general de abservacisn participante de origen etnogréfico, pero que, sin embargo, tienen una inspiracién comin con ésta y no pocos puntos de contasto con sus pro- cedimientos empiricos. ‘La téenica de la observacién participante, como ya hemmos explicado, surge en 332 METODOLOGIA Y TECNICAS DE MIVESTIGACION SOCIAL el marco de fa anteopologia como instrumento para estudiar y deseribir uma cultu- 1 cdistint (de Is del abservador). En sus primeras aplicaciones en la sociolo- ‘ia, mantiene sus inales de técnica para el estudio de «otras» eulturas. Del estudio de las tribus primitivas, pasd al estudio de [as «tribus urba- nas», pero siempre enfocado en grupos ée individuos «distintos», es decir, see- mentos de la sociedad separados de Is corriente principal, con una subcultora propia y diferente de la cultura dorninamte, ya sean grupos sociales (bandas juve- niles, ectas religiosas, minorias éinicas, grupos desviades, etc.) 0 comunidades territoriales (subusbios, barrios urbanos, ciudades de provineins, ete.) Sin embargo, « medida que se desplazaban del estudio de tribus més Tejanas s ‘ribas cada ver ms priximas, los investigadores advirtieron que el méiodo podix usarse no slo para estudiar @ los «distintas», sino también para estadiase as mismos. ¥ percibieron que con la observacion participante y el enfogue del etnd- zrafo se podia analizar cualquier aspecto del ser humano que tuviera especificdad cultural. En efecto, asi como existe una subcultura de la banda juvenil o de los aficionados al futbol, también existe una subcultara dentro del hospital, de wna ‘organizackin emprestrial, de un partido 0 de un colegio profesfonal Siguiendo con este proceso de aproximaciéa al estudio de si mismos y su propia cultura sc ha ido descubriendo que no sélo los aspectos organizados de a vida social tienen su cultura, sino que incluso os memersios mis banales de la cotidianidad, los actos mecénicos de cada dia, también son portadores de una cultura ocultay estin cargados de significados irplicitos que eseapan a Ios peo- pios actores sociales. De este modo, en un sector de Ia sociotogia fue surgiendo ol desafio de estudiar de manera sistematica los lecios y actividades aparentemen- te vulgares [..]. Haciendo de la banatidad-un tema de investigacién y reconocien- do su importaneia en la vida cotidiana, [estos] socidlogos (...]transforman objeto que quicron estudiar. En otros términos, las benalidades ya no son banaies, sino que ilegan a adquirir importance» [Schwartz y Jacobs, 1979, 183]. ‘No eniraromos on el anilisis detallado de las carriestes que han creado lo que a veces se denomina microvociologia, que estudia «pequefios segmentos de espacio ‘y tiempo y peguefias cantidades de personas: cl individuo y la interavcién, el von portamiento y la conciencia» [Coltins, 1988; 3]. Diremos simplemente que las p= meras contribuciones en este ambito proceden de los escrtos de George Tere Mead. y mas adelante, de Herbert Blumer, en los aos treinta blumer aplic’ las ensefianzas de Mead a la investigacién social, dando lugar ¢ ts escucla del interaccionisme simbdtico, La clave de su planteamiento esti cn le mportancia que atribuye al proceso de interpretacién. El autor escribe que fos 52- res humanos actian con Las cosas y las personas segin los significados que éias ticnen para ellos (una mujer pucds scr una madre o una dependienta, una sil puede ser una pieza de mobiliatio para sentarse comodameate o un objeto para contemplar. un colegio tiene un significado distinte para los profesores, los alum- nos, las padres, fos empleados o as personas sin hijos). Estos signiticados proce- den de la forma en que ios individuos reaccionan ante esa cosa o persona los iy nificados no son individuales, sino sociales, y et individuo los sprende meine ia interaccidn social con sus semejantes. El conjunto de significados compartdoses LA OBSERVAGION PAATICIPANTE — 383 Jo que lamamos «cultura. individue hace suyos estos significados mediante un proceso de interpreiaciin de Jos hechos sociales que lo rodean, que depende de las ‘remisas culturales de cada uno, Este planteamiento se encuentra en perfecta sintonia con Tos principios metodo- Aaicos de la observacién participante, que nace precisamente de la exigencia de captar los significados atribuicos por los individuos.a sus actos, de percibir el mun- do con sus propos aos. Al mismo tempo, el echo de que o ands se cenre en somunicacién verbal y no verbal, en la definicién de situaciones y en los meca. rismos de interpretacin, implica una reconstraccién minuciosa de les interaccio- nes sociales que permite desplazar la atencién del iavestigador hacia los pequefios hhechos, en lugar de centrarse en procesos sociales de mayor envergadurs, Este desplazamiento hacia el analisis de la vida cotidiana recibe un fuerte im puso en los afios sesenta y setenta gracias ala obra de Erving Goffinan. Goffman cstudi6 sobre todo la interaceién social y sus rites, tratando de identificar sus mo- Gelos. Estdié lo que sucede cx Ia oficina, en la cocina, en una cena formal, en una conversacién; analizé el comportamiento en itigares piblicos (10 que hacen las per- sonas en una lavanderla, eémo se eruzan dos transetintes en la calle, la forme de vestir, etc,). Er el probablemente sea sa libro ms famoso [Goffinan, 1959), com- para la vida con el teatro: la vida consiste en representaciones con sus zctores y sh piblico, Tenemos el escenario para fa representacién formal, y las bamalinas para las interacciones informales; y eita tos ejemplos de los obretos que se comportan de una forma determinada en presencia del jefe y dejan de actuar cuando éste se va; lo mismo sucede con les jueces, los médicos, los estudiantes y todos nosotros, que tencmos nuestro escenario y nuestro papel «entre bambalinas». Sein Goffinan, toda la vida social esté guiada por rituales, de fa conversacién informal a los come portamientos wedueados», o las relaciones més intimas y personales. La violacién ‘de estas normas sociales se interpreta como un sintoma de enfermedad mental. 9.7.2, Laetnometodologia Esta atencién por las peauefias intcracciones de la vida cotidiana encuentra su ex- resign tesriea en la etnometodologia. Este término fue acufiado por Garfinkel en los afos cuarenta a partir de Ins palabras griegas evhnas (pueblo), métodos (méi0- do) y ligas (discurso), y hace referencia al «anélisis de los métodos ordinarios que tos individuos ordinaries emplean para rcalizar sus actos ordinarios» [Coulon, 1995, 2], Asi como la einobotinica y la einomedicina son el estudio de la forma cn que las diversas culturas clasfican Ins plantas o practican la medicina, 1s einometado- logia es el estudio de los métodos y pricticas que las pensones normales emplean para descodificar el mundo, darle un significado, licvar a cabo cualquier acto: es el estudio del «razonamiento prictivo de sentido comin», la «ciencia del mundo coti- iano», Segiin este plantearienio, ta achiacién cotidiana esté regulads por normas bien definidas que rigen la interacciém entre las personas. Se tata de noreas implicitas, de as que el suicto agente, cl individua, no es consciente, aunque se adapta a ellas continuamente, Con el fin de reconocer estas normas, los investigadores propusie- 994 METODOLOGIA Y TECNICAS DE INVESTIGAGION SOCIAL row incuuplir las convenciones tacitas, a fin de sacarlas a la luz, De este modo ‘empezaron a realizarse tos denominados experimentos ctnometadolégices, que ppodian consistr, por ejemplo, en acercarse mas de Ia cuenta a una persona durante ‘una eonversacién, en beber de los vasox de otros comensales en una cena, cn hablar solos pot Ia calle, en quitarsc los zapatos en una reunién de trabajo, etc. Las reac- ciones de desorientacién, cuando no de irritacién, que provocan tales conductas, son, segin los investigadores, la eonfizmacin explieta de que violan una norma implicita que rige la interaccién social, y que queda desveladz mediante su viola- Los plantsamientos mencionades, cl interaccionismo simbsico, la aportacion ‘de Goffman y la etnometodologia, son muy diferentes entre si, pero también pre- sentan rasgos comunes. Bn particular, su oft, los actos deta vida cotidiana, y su ‘objetivo, la imterpretacion de estos actes mediante un proceso que podciamos li ‘mar de «problematizacién de lo obviow. Esta rama de estudios ha oftecide nuevo material de investigacién y ha abierto ‘muevos horizontes de investigaciéa para la sociologia y, en particular, para la invese ‘igacién realizada con téenieas de observacién, Aunguc hay que decir que no siem- pre se puede hablar de investigaciones que utilizan plenamente esta técnica: coma vyeremos en los ejemplos ofrecidos, con frecuencia se trata de pura observacion sin participacién Entre las investigacioncs inspiradas mas directamente en la teoria de Goffman ppodemos citar los trabajos de Adam Kendon {1990] sobre la organizacién del com pporlamiento en Ja interaccién a corta distancia entre individuos. Kendon llevé a ‘cabo estudios sobre las funcioncs de la mirada en la conversacién entre dos perso- nas, partiendo de 1a consideracién de que el lenguaje de los ojos es un medio de comunicacién importante entre los hombres. La investigacidn de Kendon, realizad hacia la mitad de los aos sesenta, consistia en la grabacién audiovisual de conver saciones, de una media hora de duracidn, entre pares de personas, sentadas uns fronte a otra. Obviamente el objetivo de la grabacién era captar la direcein de ls rmiradas durante la conversacion, y st dindmica estaba correlacionada con el conte- nido de Ia conversacién, Kendon esludi también le forma de saludarse de las personas, La observaciin se realiz6 en fiestas al aire libre celebradas en eases privadas, y consistié en la grabacién con cdmara de video tanto de los saludos de los duefios de la casa alos invitados conforme iban ilegando a fa fiesta, como de los saludos de Tos invitds ‘entre si cuando se encontraban con los dems. Como escribe Kendoa, «con el ritual del safudo Tos actores so indican mutuamente el estatus social, el grado de familis- ridad y simpatia que existe entre ellos y también, con frecueneia, los roles que ven a desempefiar en cl encuentro que se acaba de iniciar [ibidem, 154] En relacién con la interaceién entre dos personas también podemos citar ls studios sobre la pelea. La pelea es una dindmica interpersonal que esta presents co todos los contextos saciales (tanto en la familia como en ci trabajo), entre persoras de todas las edades (ya sean nifos o adultos), a todos los niveles de intimided (entre los miembros de una pareja o entre dos conductores que no se conocen) Fa todas esias situaciones es fil peroibir unas estructuras communes, donde las ies —™: LAOBSERVACION PARTIC ANTE 335 de la disputa (iniciacign del coniicto, argummentaciones, negariones, acusaciones, amenazas, desafins, excusas, compromises, negociaciones, fesaluciéa del eaniic~ to, etc. pueden encuadrarse en umes modelos basicos que se repiten en todas tins. Allen Grimshaw [19904 ha recoido en una antologia algunas estuios sobre tas discusiones. Entre ellos podemos citar una investigaciin de Corsaro y Rizzo 11990] sobre las discusiones entre nifos de entre res y cinco afios, realizada me- diante obscrvacién sobre el terreno y grabacitn de laa conversaciones en una es- cucin infantil estadoumiense y una italiana, en Ta que halleron similitudes y dife- rencias entre las dos euituras. En la misma antologia se eita una investigacién sobre discusiones familiares, realizada mediante la grabaci6n de conversaviones durante (4 conas de otras tuntas familias estadounidenses de clases sociales y etnias distin- {as [Vuchinich, 1990], Eu este caxo cl autor extudié is forma en que se resuelve el contlicto, identificando cinco tipos: ta sumisién de une de los contendientes, ia intervencién de tna tercera persona desde wna posicién eutoritaria (que suele ser uno de tos padres), ef acuerdo, ta suspensidn del conflicto sir resolueidn (por ejem- plo, euando una intervencién extema desplaza la atencién de los contendiemtes), y la retirads de uno de los contendientes (que dice no querer seguir discutienda, abut- dona la mesa, etc.). Como puede verse, ¢l objetivo de la investigacion es identificar smos modelos recurrentes, yet procedimiento de andlisis es el clisico de identifica- cida de tipas generalizables, Podemos citar oftos ejemplos de investigacién procedentes de estudios sobre ‘comportamientos colectivos. Heritage y Greatbatch [19861 reatizaron un estudio sobre las génesis del aplause, analizando las grabaciones de 476 discursos politicos pronunciados en 1981 en Gran Bretaiia durante congresos de partidos. Las autores selecefonaron las partes del discurso quo iban seguidas de aplausos, y de esta forma, Iograron identfiear los mecanismos retérieos (estructura de la argumentacicn, se- ‘cuencias de afirmaciones y negociaciones, tonos de voz, pausas, etc.) que utilizan Jos oradores para provocar un aplauso, Los autores constataron que las tes euartas paties de los aplausos siguen a siete esqucmas ret6ricos bien definidos, al margen del panido y el contenido de las afirmaciancs. La investigacin de Clayman [1993] que estudia las manifestaciones de des- aprobacisn del piblico sobre une serie de diseursos politicos pronunciados en Es- tudes Unidos y Gran Bretafia trata un tema similar al del ejerapio anterior. Fl autor analizé las fases gue oreceden a lz manifestacion abierta de desaprobacién (mut- roulles,silbidos, ete), los mecanismos de inicio y evoluciéa de la desaprobacién ‘Getonacién por parte de un pequetio grupo, propagacién entre los presentes, teac- cién de los incondicionales, ete.), asi come las formas de reaccionar det orador ‘defensas explicitas,silencios, empiee de fos tonos de voz, intentos de seguir e! discurso como si no hubicra pasado nada, eic.). ‘Los estudios sobre el modo en que las personas se desplazan por las calles ‘umbiga eatin estrecbemente ligados a la perspectiva cinomeiodotégica de desvelar Ins teglas y la estructura del comportamiento cotidiano. [.0s movimientos que 7c2~ lizan Tas personas que caminan por Ias transitudas aceras de una ciudad para eru- arse sin chocar con les demas son comportamientos slo aparentemente naturales, en realidad, respondem a unas reglas mnuy precisas que aprendemos desde pequetios 396 METODOLOGIA ¥ TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL (la antropéloga Lyn Lofland destaca que una de las formas clasicas que emplea el cine para caracterizar a um nifo de campo es su ineapacidad para moverse entre It ‘multitud ciudadana sin chocar con los demas). Entre los diversos trabajos sobre este tema podemos citar el de los ivestiga- dores ingleses Collet y Marsh [1974], que instalaron una cémara de televisién en tun séptimo piso sobre Oxford Circus, en Londres, y grabaron los movimientos de Jos peatones al cruzar Ia calle, La observacién consistia em escoger a una pareja de peatones y filmar todos sus movimientos. Los investigadorcs analizaron los distintos momentos de la dinamica: por ejemplo, codificason analiticamente el instante del cruce, clasificando los movimientos del cuerpo (hombras, brazos, cabeza) y la mecanica de los desplazamientos (Iineas directrices del acercamien- 10, tiempos empleados, paso a I derecha o a la izquierda, eic.), descubriendo centre otras cosas que los hombres y las mujeres actien de manera dlstnta (la mayoria de los hombres giran e! torso, mientras que las mujeres dan Ia espalda, s° protegen més con un brazo, ete.). Collet y Marsh estudiaron también la comuni- eacién corporal, es decir, todos esos mensajes involuntaris (Ia indicacion ineons- ciente de intenciones, los movimientos de respuesta, la funcién de colaboracién de las miradas, etc.), que generan ese movimiento coordinado (el «bsile de los, peatonesp, como lo llaman los autores) de la multitd que cruza la calle. Otro tema clasieo de este tipo de estudios son las colas. Para Man Tas perso- nas que esperan en unz cola son un «sistema social en miniatura {..J con normas ticitas que regulan los comporiamientos para avanzat y conservar el puesto, pare gestionar las ausencias temporales, para aplicar sanciones» [1969, 340]. Mann realizd investigaciones sobre ciertas colas muy Jargas que se forman en diversas ‘ocasiones y en distintas culturas: las colas que forman los aficionados en Mek ‘bourne cada mes de agosto para comprar Ins entradas para las firales de fitbal ‘en 1965 se formé una cola de 25000 personas para comprar 12500 entradas), Iss ‘colas que se forman cada semana en Nucva York ante el edificio de le Opera, par ‘comprar entradas, las colas de Tokio anto las agencias de alquiler de viviondes, ts de Londres en las paradas de autobuses, en México para reservar asiento en el, autobiis, las colas cn las ticndas de alimentacién en Rusia y Cubs, las de Nicart- ‘gut ante las rudimentarias lavanderias paca hacer la colada. Mann anatiz6 el fenémeno de ta cola bajo distimtos puntos de vista: 1a auo- organizacién de las personas cuando la cola dura varios dias, las sanciones aplica- das para castigar los comportamientos que violan las normas, el negocio que lore ce en lomoa las colas {personas que cobran por hacer fa cola por otros, nies gut Cuentan cufintas personas hay delante y por poco dinero se fo dicen a quienes espe- ran, etc), las motivaciones por las que las personas hacen cola, aunque sepan que ro conseguiran lo que quieren (por ejemplo, una interminable cola de nics ante ux cine de Melbourne esperando recibir la camiseta de Batman, que se entregaria slo 4 les primeros 25 niiios), y asi succsivamente. Ademés, Mann percibié una i- nexién entre la forma de hacer la cola y el arraigo en {a cultura en cuestin de bs Valores de igualitarismo y orden social, distinguiendo x Inglaterra como el pas donde Ia «cola democritica» es, nés que en ningin otro sitio, un verdadero wesilo de vidas (Mann, 1973, 56].

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