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Alicia Fernandez LOS IDIOMAS DEL APRENDIENTE Analisis de modalidades de ensefianza en familias, escuelas y medios Ediciones Nueva Vision Buenos Aires El sujeto autor como autobiégrafo El encuentro con la obra de Piera Aulagnier significé una alegria para mi, ya que hallé dentro del psicoandlisis una escritora que otorga un lugar importante a los proce- sos del pensamiento en el andlisis del psiquismo y aun en la clinica. La década de 1970 mostré en Argentina y en Brasil un apogeo del estructuralismo, con una «megalomania del significante»® y un rechazo por la historia. Al trabajar con el sujeto aprendiente, la psicopedagogia no puede dejar de pensarlo como devenir, ubicdndolo en tiempo e historia. Por historia no necesariamente preci- samos entender linealidad. Piera Aulagnier va a otorgar- nos una luminosidad para ciertas cuestiones necesarias a la psicopedagogia. Una de sus ideas, la de construirse un pasado como trabajo psiquico de la adolescencia, nos es mucho mas cercana a la psicopedagogia que.el modo habitual que teniamos de pensarla, como un momento de elaboracién * Luis Hornstein dice que «se habra propagado un desencanto en relacion con lo social-histérico, con el pensamiento y con la praxis lticida» en Zona Erégena N° 44, «La historia en (y del) psicoanilisis». 81 de duelos.* Digo esto, ya que el aprender sin duda nos conecta con la necesidad de «perder» algo viejo, pero la energia del mismo tiene que ver, principalmente, con la posibilidad de utilizar lo viejo para crear lo nuevo. Aprender, supone un reconocimiento del paso del tiempo, del proceso constructivo y éste remite necesaria- mente a la autoria. La instantaneidad, caracteristica del mundo actual, nos puede colocar en un mundo de produc- tos descartables y adquiribles. El conocimiento no es ni lo uno ni lo otro. Aprender supone, ademas un sujeto que se historiza. Historizarse es casi sinénimo de aprender. Ya que sin ese sujeto activo y autor que significa el mundo, significando- se en él, el aprendizaje, se convertira en la memoria de las maquinas, es decir, en un intento de copia. Piera Aulagnier nos dice que uno de los trabajos psiqui- cos importantes que el adolescente necesita hacer para transitar por la adolescencia es construir (se) un pasado, algo que parece en principio paradojal. Estamos acostumbrados a escuchar que los adultos digan a los adolescentes: «tienen que construirse un futuro». Sin embargo, Piera Aulagnier senala que el adolescen- te necesita situarse como el biégrafo de su historia, construir (se) un pasado. Reconocerse, contandose él mis- mo el relato acerca de quién ha estado siendo hasta ese momento. Antes, en la infancia, era «el nene de mama y papa», porque su historia y por lo tanto él mismo era relatado por sus mayores. En la adolescencia, esta ante el desafio y la gran posibilidad humana de narrarse a si mismo, tomando también las imagenes, los relatos, los °* En relacién con los trabajos de duelo en la adolescencia, estudia- dos por Arminda Aberastury, no estoy desconsiderandolos, sino sena- lando que precisamos incluir los trabajos constructivos psiquicos (de aprendizaje) para entender qué sucede en la adolescencia. En este sentido, en el libro de Ricardo Rodulfo Estudios clinicos (Ed.Paidés, Buenos Aires, 1992) pueden encontrarse posturas imprescindibles para un psicopedagogo. 82 recuerdos que los adultos le ofrezean y le han ofrecido sobre su infancia, pero en este momento, puede ser él mismo, el autor de ese relato. En los tiempos telematicos actuales, observamos la pobreza narrativa propia de los nuevos objetos ojuguetes y juegos con los que los jévenes interacttian. Cuando la nifia juega con su mufeca, ella inventa las escenas (inventa el relato). Cuando utiliza (no digo juega) un videogame, la narracién ya esta determinada; lo inico que el usuario debe incluir es la velocidad. Hoy se hace mas imperioso que nunca posibilitar la escucha y la palabra a los jévenes y nifios. «La historiza- cién simbolizante se produce por la conjugacién del re- cuerdo compartido y comunicado»* ya que construirse un pasado no significa inventarlo, sino recuperarlo y en la recuperacion producir algo nuevo. El jugar como posibilidad de relatar(se) e inventar(se) historias y personajes pasa a primer lugar. «Construirse un pasado» es «un trabajo de poner en» memoria yde poner enhistoria» (resaltemos la expresion de poner en. al cual un tiempo pasado y defini-_ tivamente —— continuar existiendo psiquica-_. — Sin recordarse no hay recuerdos por eso la memoria de las maquinas es una «memoria fria»,** sin autor que se recuerde recordando. Necesitamos un modo diferente de analizar la relacién entre futuro y pasado para entender lo que sucede en todo proceso de aprendizaje. Aprender es construir espaciosy de autorfa y simultaneamente un»modo de resituarse * delante del pasado. La construccion autobiografica jamas esta terminada. Los capitulos que se crefan definitivamente acabados pueden prestarse a modificaciones. Si esto no fuera posi- ble, ningtin trabajo de ensefianza ni de aprendizaje ni 5% Luis Hornstein: articulo citado. 58 Eny P. Orlandi. «Memoria fria». He tomado esta terminologia de la autora citada. 83 terapéutico seria posible. Ya que los tres —de diferente forma—suponen la resignificacién de la historia. Trabajo de construccién y reconstruccién permanente. «Una condicién para que el sujeto adquiera y guarde la certeza de que es el autor de su historia, consiste en que las modificaciones que la historia va a sufrirno pongan en peligro esa parte permanente que debera transmitirse para ser coherente y que tenga sentido el relato que se escribe.® Cuando un nijio juega, realiza esta tarea de construc- cién yréeconstruccion permanente. Cuando un padre rela- ta algo a su hija o cuando una madre lee un cuento 0 canta una cancién, van propiciando «esa parte permanente» como hilos ya conocidos con los que se pueden tejer nuevos tejidos. . La historia se construye desde el presente. ,Cémo? éinventando un pasado? {Recuperarlo sin producir nada nuevo? La verdad histérica se construye partiendo de las inscripciones del pasado, pero es el trabajo mancomunado el que genera nuevas simbolizaciones. No porque invente- mos cualquier pasado, ni porque develemos algo preexis- tente. Sendas memorias —la del analista y la del analizan- do-tejen una trama sobre la que se desplegara el trabajo analitico. La historizacién simbolizante se produce por la conjugacién del recuerdo compartido y comunicado. La represién implica un olvido conservador: lo reprimido perdura en el interior de la psiquis. Mientras que la pulsion de muerte desinviste, destruye huellas. Produce huecos de memoria que dificultan el trabajo de rehistori- zacién. Los mecanismos de defensa arcaicos suponen pro- cesos de desestructuracién y deshistorizacién... 5® Si bien Piera Aulagnier parece referirse a los aspectos del contenido (transmitido o reconstruido) la modalidad de aprendizaje tal cual yo la entiendo, funciona de esta manera. Hay algo estructural o mejor atin que se va estructurando y se mantiene, a partir de lo cual se puede ir en busca de lo nuevo. Luis Hornstein, «La historia en (y del) psicoandlisis», Revista Zona Erégena, N° 44, pag. 20, Buenos Aires. 84 Tomar pasado para decir «futuro» Dale, que vos «eras» un caballo y yo «era» el jinete, dicen los nifos. Usan el verbo en pasado para indicar el futuro. Eras por serds. Genialidad de los ninos jugando. Eras para decir podés ser, devenir. Potencia de posibilida- des. Realidad hidica posible. No es realidad virtual. El nino laconstruye porque su cuerpoesta allf, para ser lo que podria ser, siendo lo que fue (en otro y en él), en el compas del juego. Jorge Goncalves da Cruz dice que entrar en la zona del jugar es hacer que algo del destino ya marcado pueda ponerse en movimiento. El presente se desdibuja introdu- ciendo otros presentes. {Cémo podria hacerse clinica psicopedagégica sin jugar?, gsin construir en el tiempo-espacio transicional?, {sin ale- gria? La alegria es tiempo transicional. {Como podria ensefarse sin jugar, sin alegria? Porque aprender se trata de eso: construir en alegria un otro tiempo en este tiempo. En esta sociedad, donde nos han y nos hemos robado el tiempo, la psicopedagogia puede ser una produccién de tiempo, para que el sujeto pueda (podamos) inventarse- inventarnos pensantes. Las huellas del caminar quedan en los pies Pensar supone entrar en los deseos, viendo lo posible y lo imposible, para después poder trabajar en la direccién de hacer probable algo de lo posible. Trabajo con la nocién de autor, como autor de la obra y recfprocamente él mismo creado por la obra que esta crean- do. Este ‘autor se produce cuando se reconoce creando, cuando su obra le muestra algo nuevo de él, que no conocia antes de plasmarla. La autoria de pensamiento supone diferenciaci6n, agresi- 85 \ vidad saludable, «re-vuelta intima» y, 2.RaE HE de ello, posi- bilidad de reencuentro con el otro. Acceso al nosotros. r Las condiciones de vida actuales, con la primacia de lo teletecno mediatico, son propiciadoras de estrés y depresién en nifos y adultos. Y estos dos padecimientos se expresan a nivel del pensar, como empobrecimiento de la autoria, con- secuencia de la reduccién del espacio psiquico y de las capacidades de representacién. Es decir, no sélo el propio acto de pensar esta dificultado, sino que quien piensa se siente excluido. El consumidor esta reemplazando al ciudadano y cuanto menos piensen los consumidores, mas van a comprar lo que les ofrecen. Pero, como nos recuerda Julia Kristeva, «poner en entre- dicho al pensamiento implica poner en entredicho el juicio y con él, la moral y el lazo social.»® {Qué cambios se producirdn en los modos del trabajo psiquico necesario para construirse un pasado, en un tiempo como el actual, en el que estamos rodeados de objetos sin memoria? Basdndome en lo que llamo potencia recordativa de los objetos de la infancia (juguetes, utiles escolares), propongo, aveces, a los adultos participantes en «Trabajos grupales de revision de sus historias de aprendizaje»," recordap un juguete o un util escolar de la infancia y desde el recuerdo del juguete y el lugar donde se jugaba, a recordarse jugando. Es interesante observar c6mo en la mayorfa de las ocasio- nes van apareciendo cantidad de recuerdos infantiles, muchas veces olvidados hasta entonces por el propio participante. Los objetos recordados son objetos con los que el participante mantuvo un tiempo prolongado de relacién. Por otra parte, tanto los juguetes como los objetos que posefamos eran pocos considerando la cantidad que hoy abruman, por exhibicién o posesi6n, a gran parte de nuestros nifios y adolescentes. Habria 8 Julia Kristeva, La revuelta intima, Eudeba, Buenos Aires, 1994. ® Para este tema, se puede consultar mi libro Psicopedagogia en Psicodrama, Nueva Visién, Buenos Aires, 2000 ® Experiencia que vengo realizando desde hace quince afios en Argen- tina y Brasil. 86 que ver si eso es sélo una diferencia de cantidad o si introduce también una diferencia en el modo de relacionarse con ellos y a partir de alli, una diferencia en los modos de apropiacion y en los modos de estructurar la modalidad de aprendizaje. {De qué diferentes maneras se iran tejiendo los recuerdos para quienes hoy son nifos, inmersos en un mundo de innumerables objetos efimeros? Necesitamos pensar psicopedagégicamente las diferen- cias que se introducen en los modos de recordarse,® en un mundo donde el exceso, la vertiginosidad y lafugacidad modifican los modos de vincularse. Sabemos que recordar y aprender estan imbricados. Los principios de permanencia y de cambio, que Piera Aulagnier describe, deben equilibrarse para que el sujeto pueda reco- nocerse y también conocer. Con «permanencia» no hablo de inmovilidad, sino de un poder volver a encontrarse con «lo mismo», para descubrir «lo diferente en lo igual», es decir, para descubrirse y hacerse diferente. Necesitamos como minimo dos cosas: darnos tiempo y salir de lalégica dual: mejor 0 peor. «Construir tiempo dentro deltiempo» y, por lo tanto, construirnos humanos dentro de la vertiginosidad del tiempo. Mirar con ojos de extranjero, es decir, encontrando siem- pre lo nuevo como diferente no conocido, como un desafio a conocer, pero sin perder la posibilidad de establecer relacio- nes con lo antigub. Una actitud defensiva ante lo nuevo puede ser no recono- cerlo como nuevo. Otra actitud opuesta, pero igualmente cercenadora de la autoria de pensamiento, es aquella de no poder encontrar nada ya conocido en aquello nuevo a conocer. Ser diferente no es ser mejor ni peor. Tenemos que salir de la légica dual, que lleva a un modo de pensamiento donde es necesario sustituir un objeto por otro. Trabajo esta tematica en mi libro Psicopedagogia en Psicodrama, Nueva Visién, Buenos Aires, 2000. 87 Figs Cuando los humanos inventamos el automévil para des- plazarnos a mayor velocidad, eso no significé sustituir a las piernas para trasladarnos de un lugar a otro. La invencién del vehiculo no fue pensada para sustituir a las piernas. Por el contrario, su presencia puede ser utilizada para sentir cada vez mas el placer y la necesidad de caminar. Autoria y jugar A la luz de los nuevos contextos teletecnomediaticos, nece- sitamos revalorizar la autoria de pensamiento, la capacidad de estar a solas y la potencia del jugar. Desde nuestro posicionamiento como psicopedagogos tam- bién necesitamos nutrir la propia autoria y el permiso para_ jugar, para descubrir nuestra singularidad, nuestra diferen- cia, nuestra marca y, desde alli, abrir espacios de creati- Vidad. a aur Ss ve ~Cwando algunos creen que las méquinas podrian susti- tuirnos como sujetos pensantes y deseantes, se hace mas imperioso nuestro trabajo de abrir espacios objetivos y subjetivos de autoria de pensamiento y construir espacios para jugar. El psicoan4lisis muestra que el nifio slo conoce un mundo investido libidinalmente. Existe consenso en los distintos autores acerca del efecto determinante de la inscripcién del semejante en los comienzos de la vida, asi como de la importancia del jugar como creador del sujeto. Ya el propio Jean Piaget explicité que la motivacién del jugar en el nifio no es la adaptacién a lo real, sino la asimilaci6n de lo real al yo. En los videogames, la elevada intensidad de la estimula- ci6n externa, demanda mas acomodacién (imitacién) que aprendizaje. Si no hay un nivel éptimo de dificultad, el estimulo no puede ser procesado ni asimilado a esquemas propios. Silarenunciaal egocentrismoes precoz, la adaptaci6n exigira 88 un alto costo emocional y se dificultara el pasaje al pensa- miento légico formal,” Winnicott contrapone el vivir creador al acatamiento enfermizo de la realidad exterior. En la mayoria de los videogames, los caminos de reso- lucién estén programados dando poco espacio para la inven- cién de soluciones nuevas. Promueven la repeticién estereo- tipada, la imitacién y empobrecen la capacidad narrativa. ... laincursion temprana y exclusiva en este tipo de juegos, en detrimento de los espacios lidicos menos estructurados, llevard al nifio a una adaptaci6én del tipo que Winnicott llama acatamiento, alternando la transicionalidad en la constitu- cién psiquica y el desarrollo de la imaginacién...% La propuesta de abrir espacios lidicos a nivel del pensa- miento, en los cuales el sujeto puede autorizarse a resignifi- car su historia, sin perder la memoria (recuerdo) del pasado, hoy se hace imprescindible para todo joven. Pero cuando nos encontramos ante un sujeto que padece un problema de aprendizaje, tal tarea no sélo se hace mas imperiosa sino que a su vez tiene sus especificidades. La inteligencia, la elabo- racién objetivante,” participa de la tarea autobiogrdfica, pero, a su vez, la realizacién de tal obra alimenta a la inteligencia. Es decir, necesitamos de la inteligencia para contruir nuestra autoria y, reciprocamente para crecer, la inteligencia precisa de un sujeto que se asuma autor. Cuando intento cuestionar algunos aspectos de la telemaé- tica, o iniciar un debate acerca de los cambios que tales fenémenos estan produciendo a nivel de la representacién del cuerpo, espacio, tiempo y en el recuestionamiento de ® Clara R. de Schejtman, «Los juegos del nifio en la actualidad. Su incidencia en la construccién del psiquismo», Revista Topia, N° XXIV, noviembre/febrero 1998/99. °§ Ibidem. ® Véase Sara Pain, Estructuras inconscientes del pensamiento, Nueva ién, Buenos Aires, 1979. 89 conceptos «intocados», como es el de «atencién», muchas veces observo en maestros y psicopedagogos una actitud defensiva, que, a veces, obtura la posibilidad de continuar pensando. Creo que en esos casos acttian como si sélo tuviésemos dos posibilidades: quedar prisioneros de una bucélica nostalgia del pasado 0 prisioneros de una invasiva irrupcién del llamado «progreso». Cuando la mayorfa de nosotros éramos nifios y adolescen- tes, manipulabamos objetos donde la relacién entre lo que se representaba espacialmente y el proceso interno invisible de la maquinaria que lo ponia en funcionamiento, era casi directa y facilmente inferible desde lo perceptivo. Un buen ejemplo, dice Piscitelli, lo da la evolucién del reloj. En los relojes de agujas, los movimientos visibles de las agujas tienen una relacién con el pasaje del tiempo. Lo que en el espacio se presenta, y es visible para quien manipula ese objeto, remite al proceso invisible interno de la maquina reloj. El cuerpo del reloj muestra algo del proceso interno y lo que el reloj quiere representar: la medida del tiempo. En cambio, en el reloj digital lo visible son simplemente unos nimeros que sustituyen a otros. El proceso y lo que quiere representar se hizo invisible. E] fenémeno teletecnomediatico,® viene acompaniado por un proceso acelerado de miniaturizacién. En esa pequefiez, se hace dificil construir una correspondencia entre la repre- sentaci6n del espacio y la representacién del propio cuerpo. Aceleracién. Exceso. Miniaturizacién. Descartabilidad. Fugacidad. Masificacién. Homologacién: son caracteristicas que inciden provocando cambios en los modos de aprender. Siendo que el propio cuerpo es el primer lugar de represen- tacién del espacio. A la luz del fenémeo telematico necesita- mos reformular el andlisis de los modos de construccién de la representacién del cuerpo. °° Jacques Derrida analiza esta tematica en Ecografias de la television, Eudeba, Buenos Aires, 1998 y No escribo sin luz artificial, Ed.Cuatro, Buenos Aires, 1999. 90 Para analizar el lugar del pensamiento, asi como los modos de ensenar y aprender, es imprescindible trabajar con la diferencia entre organismo y cuerpo. Tomando las pala- bras de Jorge Goncalves da Cruz, diria que los movimientos pueden ser eficientes o inttiles. En cambio, los gestos son siempre eficaces, aun cuando no tengan una intencién a priori, siempre hablan mas de lo que supone el que los ejecuta. La eficiencia de las maquinas exige la «miniaturizacién» del gesto y entonces este gesto va perdiendo aquello que le es mas propio: su singularidad. El gesto para hacerse cada vez mds pequefio necesita ir dejando de lado aquello que lo hace diferente a todo otro gesto.{Se transforma en movi- miento? Se puede hacer un movimiento igual a otro y alcanzar la perfeccién. No se puede repetir un gesto; siempre sera otro gesto con la marca propia de su autor. La letra cursiva conserva el gesto. Pulsar el teclado de la computadora sugiere el olvido del gesto. Desde Goiania, la psicopedagoga Maristela Nunes Pinhe- ro, nos alerta: ... Las palabras manuscritas son registradas por un gesto que contiene movimientos, en cuanto las palabras registradas por la maquina son realizadas por un movimiento que no contiene un gesto... El gesto implica el fluir de la tinta o el grafito sobre el papel, dejando su marca personal, y cuando aparece una disgrafia y/o una disortografia, el gesto localiza en la escritura un cambio, una aglutinaci6n... un sintoma... .. En cuanto en las palabras impresas, se presentan letras sueltas, dificultando de manera rigida la localizacién del sentido... en la manuscrita las letras se unen, se relacionan, tornando mas facil la integracién... Es una marca del gesto, del cuerpo presente. Es jugar con las palabras. Tornarse autor es producir un manuscrito a finde valorizar el propio saber, tornandose capaz de relacionarse con ese placer...» ® Maristela Nunes Pinheiro, «O gesto na escrita: Uma nova visdo Psicopedagégica», Revista E.Psi.B.A., N° 4, Buenos Aires, 1996. 91 No propongo rechazar las maquinas para escribir, sino que no nos olvidemos de la escritura manuscrita, ni de la letra cursiva. En la actualidad los espacios de arte, dibujo, pintura, talleres de escritura con técnicas lidicas, se hacen mas necesarios que nunca. Asi como jugar nos permite hacer visibles nuestros sue- fos, aprender, en tanto nos constituye autores, nos permite hacerlos posibles. 92

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