You are on page 1of 5
6. Los néufragos (un relato) Las ciudades son barcos Nuestras ciudades son barcos.Algunas, de tan pequefas, parecen botes e remos (no demos pateras o cayucos, pero quien quera puede afa~ iro). Ot2s son inmenses trasatlinticos, enormes paquebotes que sur- ‘an los sigos ¥ también as hay que semejan grandes yates, el dia entero e fiesta y tomando el so, con una ampliatrpulacién y servicio, Pero todos esos barcoslamertablemente estin también, con frecuencia, le nos de gente super. Gente que no hace falta ni para la festa ni para fl senicio,y ademas moksta, {Qué hacer con ellos? Una solucién podria Ser la que proponia hace ms de una década el ensayista Pascal Burckner El pobre ese! equivalente del objeto después del consumo; un resto que fastdia. No se sabe qué hacer con esos desechos sensibles que las pases Aesarollados se envian unos 2 otros. De este modo, el problema social pronto coinetirs tal vezcon el del tratamiento de las basuras domésti= ‘as: problema de ecologia,gestién de los sobrantes humanos y mater les 2¥ si ponemos a los pobres en érbita?: El problema es el coste También podrian arojarse al mar (as autordades de Malta, por ejemplo, «es probable que defendieran esta opcién). Pero tampoco es una solucin ‘completamente satisactori: la imagen de la pobreza siempre estropea las fiestas Dif lems, desde luego. En cualquier caso, habré que con- seguir que desaparezcan de la vista, Desde que Bauman las nombrd, ls “nuevos paras’ dela sociedad estan bien caracterizads, Son los superluns.Entiéndase: no so “sin papees” {cuyo nimero, por cierto, se inerementa cada afio en Europa en medio millon de personas, sino un registro social mucho més amplio. °Ser superfluo significa ser supernumerari, innecesaio, carente de uso sean cuales fueen as necesidadesy los usos que establecen el patron {e uilidad ¢indispensablidad—. Los otros no te necesita; pueden are- larselas igual de ben, ino mejor, sin ti.) “Supefuidad”comparte su ‘espacio seméntico con “personas 0 cosas recharadas,'derrche’, basi 12, "despeicios' con resi. El destino de ls desempleados, de 'ejér- Cito de reserva del trabajo’ ea et de ser reclamados de nuevo para el ‘servicio activo, El de as residuos el basurero el verteder" (Z. Bauman, Vides desperdciadas. La mademidad y sus paras, Barcelona, Paidés, 2008) La politica urbanistca, que consistehabitualmente (en os timos tem pos) en mejorar el pasaje dels ios y hacer funcional el espacio de los ceaplotados, debe preocuparse también de encerar y "reduct™ a los pobres. Es una manera de vero esquemtica tendenciose, es cierto; ‘pero también real. Sin embargo, qui vamos a procuarjustamente fo ‘contraro: mecanismes urbanistics de proteccin socal rigid preci samente 2 este timo grupo. 82 La condicién del néutrago Ouines son ess tos ls pobres? Hablamos en la primera parte det tikimo cudadano, en releén 2 su condicién juridica (on tan iudadanos como et primero, qualmontecargados de derechos). Ahora los lamaremos naufrages, por su rela con el resto de la gente y la ruptura de sus pro- ‘ects tales. Atravesacs por un naufragio, han perdido sus asders (0 nunca han dspuesto dees, yluchan por cambiar su destino. La meio Fa, de uso frecvente a hemos tomado en esta ocaién del médico francks Pavick Declerck, que ams ndufagos als indigent (P-Decerck, Los niu~ Frage cit). A los indomiiiaos, sin tech, transedintes 0 “grandes excui- os: Sus condiciones de via as resume as:"Viven mal, muy mal. Atraviesan la vida ttubeando,cojanto, a pata coj, de roils, aeastrndose. Pero ‘de todos modos la travian. Sucidindose muy raramente reirenaue- arse en eso, para nada da tras ia, aio tas ato, contemplando,pasmados Y risus la posteridad é los gusanos. Buques fantasmas Y misterosos. Nadie al timn. Grandes vers del vai, vagan lejos de as pesadas reai- Hades del mundo’ Estinenla ciudad y sto tienen a ciudad, pero la ciudad oles da nada, Simplemert les ignor,o cas. Unos centros deacon pro Poreonan, con algo del mundo carcelario, cama, cena y cuidados médicos a una parte de los, que tod el mundo sabe insufcente ‘Son muchos. deste luego, os indigentes de nuestas ciudades. La mayors ‘on pobes, pero la pobreza la exclusion socal no hastan para dar cuenta desu estencia.Seeneuenvan entre eles personas procedentes de todas ls ategrias socials, si bien con patoogis familiares importantes en cas foxes os casos. Son el grain cero dela marginalidad, S60 en Francia osci- fan entre 200000 y un milin de personas, sein ls dstintasestimaciones. ‘Yen e! mundo se cuentan por centenares de millones. Sean UN-Habitat en 3 la Union Europea se cuentan 3.000.000 de homeless (cifras de 2008). Pero hay muchos mas ndufagos. Extendiendo el término del mio francés, hi ‘tin como ndutrgos también los pobres, sa gente extrata emperads, ‘como algunos han dich, en crear problemas a quienes no son pores. Porque lo sabemos, “a las personas no se les deberia permit legar a ser ‘tan pobres como para ofendero causar dolor ala sociedad: Vivir en la pobreza puede er triste, pero “fender oeausar dolor ala sociedad” cre- Ando ‘problemas a quienes no son pobves’ es, al parecer, la verdadera tragedia,segin nos recuerda Amartya Sen. “Es fell ~eontinda redu- cir mas alos seres humanos 2 la categoria de “meios" Amartya K.Sen, Los conceptos de la pobreza" en Comercio Exterior, vl. 42, nim. 4, México, abril de 1992). Noes necesriocaracterzario, or mas que los taxonomists sociales se esfuercen en dstingvirsituaciones. Cualqiers los reconace. Son sa poblacién que no puede cumpli as perspectivasvitalesestablecidas como minimas dentro de su habitat ‘conereta.¥ademds, a sabemos iualmente, son muchos, mucisimos los, pobres Séloen Espafa un 198% de a poblacion espaol est por deba- jo del umbral de I pobreza relatives decir, con unos ingresos con rela- cin a la mediana de la unidad de consumo infrires al 60% (INE, Encuesta de Condiciones de Vida, 2005) Uno de cada cinco espaioles es *eltivamente pobre’ Sus ingresos n le permite leva una vida consi- erala normal, estindar: ial eine encende la calefaccién Pero si abri- ros ja mirada mas alla de las ciudades europeas, el panorama de la pobreza (el universo de los ndutagos) se extiende inmensamente. De hecho, en e! mundo son la gran mayoria, Vivimos en un paradéjico mundo de ndufragos. Mas empecemos con los de nuestras ciudades. Arrinconando a Nina {a politica urbanistica consisi, deciamos, en limitar la presencia de los pobres, de ls ndufrags, en la ciudad, Seles reduce el espacio libre y se Jes confina,conforme una politic social cacelavia y la carcelizacn de Aeterminados barrios (Wacquant, Las crceles de a mise). Un proceso Aue se ha ido acelerando e intensifcando en la iltima época. La galdo- ‘siana Nina (Benito Pérez Galdés, Misericoraa, 1897), por ejemplo, deam- bulata constantemente de un sitio a otro de Madrid. No para, Recor 002s las calles, plazas, tabernas, cafés, tienda, cajones, iglesias, orato- fos, cementeros, figones 0 casas de dormir para encontrat “una pera -thica" Con cla, os miserable siguen un laberinto de espacios para bus- ‘ear qué comer Asi era, asi es. Pro de entonces a hay han pasado 10 ats, ye espacio accesible a la mendcidad ha ido menguando dia a dia, Se ha denunciado la exstencia de un proceso de criminalizacién y pro- gresvo confinamiento de os excluidos,paalelo a la resticcién general de lbertades. Es muy posble, aunque hay quien lo discute, Pro de lo que ro eabe duda es que la siudad hoy se estrecha para Nina. Y con ella todos nosotros. Por de pronto, en buena parte de los espacospiblicos se contro el acce- 0. La mayor part dels aeropuertoso las estaiones, por ejemplo ya no son de libre acceso. Tampoco se puede pedir limosna en los centros comer ales, desde luego. Ni se admit fa entrada a cualquiera en esos hoscos barrios “cerrados’, obvianente. Cuando en lugar de calles se hacen “vias especialiadas” de trfico el acceso también se limita: en muchas de elas Slo se entra en coche, par ejemplo. Los parques piblicos también se clau- ‘suran, al menos a determinadas horas. cuando un espacio urbano comer- ial se transforma en un “centro comercial aber" répidamente se 85 restringe el pas als personas que puedanresultar molestas al linte- la. eCudnta ciudad se separa dela ciudad comin? No tenemos datos, pero ‘6 dro que el porcentaje de suelo urbano expeita,abierto 3 todos, di ‘minayeimlacablemente con el tiempo. Pero esque ni siquera en el espa~ cio no cerrado pueden estar tods libremente. Saberos que no es dil ‘encontrar en la historia de cualquier ciudad viejasorderanzas que prohi- ‘ben a mendicdad,Sueen presentarse como algo obsoleto, propio de tiem- os pasados, con un Estado que agobiaba y persequla a los mendigos. Sin ‘embargo, su orientacion y contundencia no son muy distintas 3 tas de rmuehas orderancas actuals, supuestamente cea. ‘Vearos Madrid el tenitro de Nina. Por de pronto sorprende a vigencia de una Ordenanza Municipal de Poiia Urbana y Gobierno dela Vila que data ‘de 1948, Es muy bonita Ya su article 15 nos adverte que “queds especial- ‘mente prohibida [alas Pero par lo que nos interes ahors,vayamos hasta el atculo 32.14 Ali se ns recuerda que “se prohibe realizar ena via publica cualguir acto que pueda molestar 2 los transedintes, 0 que, por sit raturaleza, ea indecorsa Y luego en el 6D, que trata dela mendicidad (y ‘ue fue objeto de mosifcacion en 1963), se lee: "Se poh! ejerico de a mendicidd bajo cualquier forma yen todo lugar (J. Los que se encon ‘raren pidiendo limosnaenla via pia Sern amanestads pr primera vez _yconducios, si reinideren, os Albergues de Mendigos donde se proce- ‘deri a su clasficai’Impresionante: se proceder a su Gasfcacion. Pera veamos ahora Barcelona, ese universal modelo de civismo (Ordenanza ‘6e Medias para Fomentar y Garantzar la Convvencia Cudadana en cl Espacio Palco, de 2006: tanta mayiscula ya asst). La ordenanca se declare destnada a "preservar el espacio plea como un lugar de convi- venciay evisme, pero inmediatamente considera sancionabes las con- 86 uctas “que adoptan formas de mendicidad Lugar de convivenca, pera pretende hacer frente a quienes “generanrechazo 0 incomodidad y per- turban la tranquiidad del viandante: (Se refiere 2 los turistas? No; no se reflere 2 los turistas. Enve las conductastipiticadas como “uso impropio el espacio pblico se encuentran las de dormiten la calle o en el parque, ie dia 0 de noche, 0 utlizar ls bancos "para usos diferentes a los que ‘stn destnados: De mavera que con esta magnifica reguacin de espa cio piblic, modelo universal de cvs, quedan fuera de aly y secon ‘ieran persequible as pesonas sin hgar que na consigan permanecer as ysis sn dorm Se “estigmatiza ain mas este colectvo al conside- Faro legalmenteexcuido y ejtimamente perseguile por su condcién sin hogar segin el documestocrtice de Sant Joan de Deu yatras cinco enti= dades sociales eatalanas} Enorabuena, Barcelona. ‘Once actuaciones sue'tas y un relato en alta mar Pero no va a ser fcilocultar tanta desigualdad, tanta pobreza. El urba- rnismo que propugnamos se planteaexactamente lo contrario: ponesla 8 {a luz pibvica, mezcarta, abril, evidencirla. Para 0 eval pensamos que ede se til nicir el estudio de las impicaciones urbanas de cada uno le los derechos fijndonss en su repercusién sobre a poblacién mis wul- erable, sobre los navfrags, y proponiendo alguna actuacién significa tiva en cada uno de los as0s. Once actuaciones propostvas, por tanto, lina por derecho. Podian ser muchas mas o haber seleecionado otras, Asan ng ht tas ys et onc ci in rece ener coe Sirtine ww vm pe mr ncn scence ln an Gar uns cat can in one er desde lego, Peo nos parece un repertorosufcientemente ustrativo de otra forma de plantear la actuacién urbanistica en nuestras cludades. Aplicar una metodologta que arranca de consierar la dignidad de cada tuna de las personas que pudieran verse afectadas,conforme a la defini cin que antes hicimas ¥@ partir de ahi, consientes del enorme volu- men de pobreza de la ciudades del mundo, intentaremos.proponer medidas que generalicen las pautasinciales, Pero sequrs también de ‘que esas mismas medidas favorecen a todos. Pues no nos cansamos de repetir que pensar en los ndufragos es itil para toda fa poblcion. Ensayemos ahora e relate prometido en el titulo del capitulo, La ciudad era un barco, dijimos. Poogamos que es un trasatlntico de lujo (habla- ‘mos ahora de las ciudades rca, y que nos encontramas en ls albores de la primera gran guerra mundial (estamos cantando la historia dela pelicula de Fellini E Ja rave val. Se diige haca destnos absurdos, rid culos ycaprichosos: quid a extender las enizas dela granlsima sopra- ‘no Edmea Tetua en la isla de Eximo, 0 quia “convertir Donostia-San, Sebastién en un referente de ciudad de la calidad, ereatvidad e innova ‘in (Plan Estratégico de Donostia 2020}; también, or qué no, refor~ zara ientidad valenciana como vertebradora de un proyecto de futuro ¥y de proyeccion internacional” (Plan Estratéico de Valencia 2015) E posaje es exicoe interesante: y para mantener el interés progresiva- ‘mente suben la apuesta de sus extravagancias, Hablan en italian, natu- ralmente; pues Zen qué otro oma podrian hablar duques, marques y contraltos? Pero no viajan soos. El personal de servicio es imprescindi ble. Maquinstas y personal de eaderas, tenicas de navegacin, perso- nal de seguridad, de limpeza, de cocina, un ejéreito de camareros, mayordomos, misicos (la orquesta es esenca),saitarios. Al capt, e! médica o el cura, ls servidores de mayor rango, se les permite acceder @ las conversacones de ls ricos. Pro el esto del personal, por supuesto, ‘ocupaespacios en las bodegas que se mantiene al margen del mundo de Iujoy cio e los pasajers. Reina la eamaraderia entre clases. La vida es lee muchos das y se suceden las estas. ‘Mas como en esta vida no nos ha sido dada la felicidad completa, apa~ recen los ndufrages. Un grupo de refugiados serbis se acerca al barco en balsas y el captin, “por un principio fundamental de cédigo naval, el Geber de socoro% los recoge y sube 2 bord Lo cual levantaprotestas {-Capitin, no puede oblgaras a sequir viaje con esta gente que vete a Saber de dénde vienen"] y cambia el régimen de vida. Decdidamente ‘molestan: "Me resulta incémodo tener que comer bajo esas miradas’, ice uno. "La divna provitencia se ocupard de ellos’ responde, ms tran Aquila, otra. En fin, sels signa un ugar en la eubiertaseparado por unas Cuerdas: "No debeis sobrpasar los liites que marcan estas cverdas sin Bedirle permiso al marinero de quart Ti, traduce’ Per ls inevitables Imiradas entre todos ellos nevitablementefuerzanalgin mado de convi- vencia. Compartir el espacio, verse ysentirse juntos induce, aun sin bus~ alo, la comprensia, En a historia de Flin yTonina Guerafinalmente se hace entrega dels néuragos serbios a un buque austrohingaro, pro vocéndose una catisrofe generalizada (*habria sido maravilso que la compasin hubiesealearzado el corazén de los austriacos,y su nave de Guerra se hubese alejado mandéndonos un conmovedor saludo. Pero no fue as" s el final lic. Mas también valdria otro derivado de una ‘Simple exigencia: lo naufagos hacen valer su fuerza. Quiz la vida sea ‘una pera, como intenta mostraos Orlando (el peiosta del relato de Fellini). Pero nadie ha veri al barco, que se sepa, para hacer de com- parse

You might also like