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SBN Bea376—18857 ortt062 olrasis7 61533 z i z a a © a 5 & z y © a ili) ~ ‘Theodor W. Adorno Sobre Walter Benjamin Recensiones, aticulos, catas “Texto fjado y anotado por Rolf Tiedemann UNIVERSIDAD DE BUENOS BACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS Direccién de Bibiliotecas CATEDRA TORENT 4s fndice aS gat? Escurros soars Watrax Besoin ° “raducci6n: Cases Fortea Caractricacisn de Walter Benarin u Direc sca de Beart 28 thstracion de cubits: Santiago Calle Introduccion alos Exo de Benjomin 28 Ruse del ibaa epistolar de Beslan lenanes 54 Benjamin el esritor de cares @ Ea memora de Besiamin : 0 Epilogo Ino or Ben bata 1900 : R Recuerdos : %6 Pecaco n issb fa de Water Beri, eseralstdon fos derechos. De de Rolf Tiedemann, 8 melanie del CaP Nobiicacion provisional sia 38 SiS penne Sobre inten deans Now pee : agaren fe prota ata 0 4 2 ces ijdaenconle Altea defo les couranis 98 eaeer tt De casras « Water BENASIN : 103 Sobre Frere Kasia. Co asin del i aniverario de ere 105 Sobre Par apt de go 1d Sebre Lat ana dearen aera desu productive ‘nice ie : 138 | sla Veg Fak am io 17 Seb Herat ina e's es shan ae Ge tent, 15 2027 Scbee Et Parts dd Second Ein en Banudaiey Sore Depts legal M14 701/1995 teuas otc et Bande 130 TSBN. 437613337 [Nowa sonoma 178 Printed in Spas tnppeeso en Fernie Cad, S. ‘alia sre, 19. 28007 Maid 7 re eee Caracterizacion de Walter Benjamin* (1950) x excuchas los sonidos del di como =P pera bs ards dela reridad os Kens El nombre del flésofo que extinguid su vida mientas faba de los ecbiros de Hitler ha ganado aureols los (ieee as que han pasado desde entonce 4 PEE delice seine: aereo de sus prieros trabalosy de lo fragrant racer ot erires. 1 fascinacion de persona En Ho de lo Remmaiva que la ataccibn magnetics 0 ele 00 dea ov Aauello sobre lo.que calan sus Palabras s¢ tas fermen ono si furan fadiactivas. Su capacidad pars formabs cofmneta incesante nuevas aspectos —-menos Blecer Cc aeamente las convenciones gus al oOmPOrS renee al objeto, debido as organza tee, SO et al no vies poser sobre apenas cbs Tic aril, escrito eon acai del dc nei 14S een Ret snc emi de 1950, nae i te de Beni 5 psy, pgs 371884 (cndeme 2 li Nea Rar Ae Po art ond Gon Theodor Woo, SOL, Tne del wba Bec 8 Fa aif emo 1: Fader wel is or, ection de Rolf Tiedemann Fcfon, 177 pgs 338253. un sin embargo dentro del concepto de lo original. Ninguna de las ideas de esta mente inagotable parece mera ocurren-| cia. El sujeto al que en persona le toceron en suerte todas las experiencias originasias que la Filosofia contemporanea oficial habia tratado tinicamente de manera formal no pare cia, al mismo tiempo, haber tomado parte en ella, igual {que su forma, especialmente el arte de la formulacién ins tantineo-defintiva, se apartaba de la caracterstica de lo ut, en sentido tradicional, era espontineo y burbujcante No actuaba.como alguien que produce u_obtiene verdad pensando, sino que, al citarla por medio del pensamiento, Actuaba como un supremo. instrumento. de_conocimiento ‘en el que ésta dejaba su seximento. No tenia nada del flé- sofo tradicional. Lo que él mismo aportd a sus hallazgos apenas era algo vivo y sorginico»; Ia compatacién con el ‘reador erraba basicamente en su caso. La subjetividad de Su pepsamiento se edo sta diferencia expecta I racteristica idiosincrisica de su propio esprit, lo singular de que el procedimienta flosoice tadicional xe aplcsra a lo casual, efimero, completamente nulo, se acreditaba en él como el medio de lo vinculante. La frase de que en el conc” cimiento lo mis individual es lo mas general le sienta como anillo al dedo. Si toda comparacién fisica no resultara pro- fandamente sospechosa en la era de la divergencia radical de las conciencias social y cientificonatural, en su caso se dra hablar de hecho de la energia dela fisién del étomo {ntelectual. Su insistencia resolvia lo inresoluble; se aduefi boa de la esencia precisamente alld donde el muro de la mera objetivided defendia implacable todo lo falazmente even cial, Dicho de manera sumaria, le impulsaba a salir de una lgica que recubre lo particular eon lo general 0 abstrac lo general meramente de lo particular. Queria comprencter la esencia alld donde ni se puede destilar en_una.operacién automilica i se puede percibir de forma dudosa: adivinerla metédicamente a pant de la configuracién.de elementos Icjanios a su significado, Fl jeroglifico se convierte en mode fo de su flosofa Sin embargo, su delicada inesstibilidad iguata a su plani- ficado extravio. No se debe nial efecto migico, que no le 2 cra ajeno, nia la «objtividade como mera desapaticién del Sujeto en tales constelaciones. Mis bien deriva de una ten- deneia que la comparimentalizacién del espicta ule re fervar al Arte, pero, transformada en teoria, se despoja de su bilo y-asume una incomparable dignidad: la promesa de felicidad, Lo que Benjamin decia escribia sonaba coma si ‘i pensamiento, en vez de apartarlas de si.con clegante ma urez, tomara las promesas de fs libros infantiles las le yendas tan al pie de fa Tetra que. su cumplimiento real se desprendiera del conocimiento mismo, En su topogtaia fe fosobics, la renunicia est’ descartada de anfemano. Quien se dina @ ise sentia como un nto que ve la uz del dubol ‘Ge Navidad por la rendija de la puerta entreabierta, Pero la fz prometia al mismo tiempo, como propia de la razbn, la ‘ead mano bro potent Sl pesamient de Benjamin no eta un crear a partir de la Nada, era 2 cambio tun entregar a manos llenas; queria indemaizar todo lo que prohibe fa adaptacion al y'el mantenimiento en el placer, En el que se imbrican espirtu y sentidos, En su ensayo 50 be Proust, estableci6 Ja aspiracion a la felicidad como el motivo del poeta clegido como afin!, y no se yerra mucho ise sospecha en esto el origen de una pasidn ala que se de ben dos de las traducciones mas perfectas de la lengua ale mana: las de A Tombre des jeunes filles en flars y Le cit de Guermantes, Pero igual que en Proust la aspiracion a la fel cedigana peofindidad mediante el pesado laste de a no ‘ela dela deslusidn que se completa mortalmente en la Re- herbed temps perdi, as en. Benjamin la fidelidad ala flic died demegada e comprada con un futo del que la Historia. de la Filosofia da por lo dems tan poco testimonio como Ge la utopia del dia claro y despeiado. No esté mas Iejana ‘mente emparentado con Kafka que con Proust. Que hay in- finita esperanza, peto no para nosotros, hubiera podido ser Ver Waler Benjamin, Gexgmndte Sif, esadopor Rol aaon y Hermann Semeppeahiner con la calabracon de Th What Soom Sas on 8) Ps 12 Woh temo pig 312» Las cr de remignes a cnt de Berar Rha cts Ein la que eno suceao slo emits incieando tomo sume de pin, 13 ae fl lema de su metaisica si se, hubiera.prestado 2 eseribie tna ye eeno de bes ms desu llada en el aspect Weetido et libro sobre el Bartnco, lo ocupa no, por cast dilincmamcn dt oe ‘time aesora reve iactonari, la de la redencion. Esta subjetividad que se pre ton dE cgneadon se convene £2 sare formal del milagro, porque anuncia en si misma Ia Reelon divinay®. Bn todas sus fases, Benjamin unié en su peosgmeto I decadenia el sujeto y la salvacion. del rombre. Esto define el arco macrocésmico en cuyas micto cOsmicas figuras estaba absorto. Porque lo distintivo de su Filosofia es su forma de com- czecion. lgial que su pensemicnto trata de escapar a fo cla Giicatorio en siempre renovados intentos, asi para él la ima fen primigenia de toda esperanza es el nombre de las cosas Stor hombres, c intenta reconstru su conocimiento. En ato parece encontrarse con la tendencia global que sei faba Gontra el idealismo y Ia teoria del conocimiento, exigia fa las «cosas mismas» en vez de a su vaciado intelectual y encontraba su expresion académica en la Fenomenologia ¥ Grentaciones ontologicas afines a ella. Pero igual que ls dt Brrencias decisivas entre los fldsofos se esconden siempre | Gige matces igual que lo mas inconciable es aquelo aes pare, eo st aliment poy center distintos, Ei ecomporta Benjamin respecto a la ideologia hoy ace Aine aera Cobra mara dt o- cepto en sf mismo extraviado, igual que desprecia como ce fe dato a concepto eustencakontologco de la Histona, que evapora el material de la dialéctica histénca Game canon de st proedersiguid, quis sin compel Ia ‘opinion entica del dltimo Nietzsche de que la verdad no es fRintiea a lo generale intempora, sino. que inicamente lo fistorco asume la figura de fo absolut. Fl programa est formulado en una nota a su fagmentaria obra principal, {que dice que do Etemo es en todo caso mis un adomo en. tb ropa que una idea. Con eso en modo alguno se refer, Fig) a0 >Vahsr8 4 de forma inocente, a fa ilustracion, de conceptos mediante SE gordor objeto: hsticos, como sostvo Simmel cua, Ses su senila metafisca dela forma yl vida en el Ser del asa, del actor, de Venecia, Su desesperado es Se ot compet a prion del conforismo cultural se ag constelécones defo histérico gus no sequels Pee stax intercambiables de las ideas, sino que en su Unicidad constituian historicamente lasideas como tales. Hei a de ensayt. Hasta oy, #4 bald & a del literato refinado, como él mismo ‘habria dicho con anti- ‘cuada coqueteria. En vista de la oct idad de ‘su volverse contra la desgastada tematica. dela Filosofia y su aarti lamaro jrga de proxeneas— results fil se Foc cliche del ensaysta como mero malenten gu Seba fae los maentendidos en la accion de ls ‘configuraciones. ‘intelectuales.no lleva lejos. Presupone una co el contenido independiente de su destino his ara cluso lo que el autor pensaba, lo que por principio serio ince? Sen eno un enctor a pera gmaqueante como Benjamin. Los malentendidos son ‘el medio de comunicacion de lo no. ‘comunicativo. El reto Soe tan artculo sobre fos, pasaics de.Paris.contiene oe esis que as consideraciones.sobre-el scr-del se, ma ani cn cl sentido dela obra de Benjamin quel Ds Sao quel exqueto conceptual igual a si mismo que gress af trastero, Por lo ders, al no rspetar la fonte") cma tera yl lgsoto hizo de la necesidad empire ca su virtud inteligible, Para su verguenza, ‘las Univessidades. Je rechazaron, mientras el anticuario. que. ‘habia en él.se.sen- tia inclinado a lo académico, de manera. similarmente iront- tia inca fea rexpecto a sectos de seguros. El pérfido re ce ser un superdotado le perio dante oda st ida: un bonzot existencial se atrevio a ‘nsultarlo Hlamando- vids: un bony emonio como sila dolencia de aquel TT plore ea una cata de 43,1951 2 Scholem Bl Bonzo exten 29 ota tele Buber, Namen lv mist (no Ba Shove sa cereal vec, sno ave fon Kose ‘la enpleado en comenaciin ‘que domina y cnajena ol espistu fra una sentencia de ani- Guilacion metafisica, solo porque perturba la vivacsima te Hoon Yori A este 1uyo todo acto de violen- cia contra las palabras, hi sucepuibifidad Te cta jena, en lo iis intima, Ep realidad, sosctaba odios porque su mirada ‘mostraba involuntanamente, sin la menor intencién pole ‘ict, al mundo habitual en el eclipse que es st luz perma er, Sin erarg, al mismo dempo fo inconesensble de su naturaleza, insuperable por tactica alguna e incapaz ;para el juego social en la repiblica de los cspritu, le perm: tia gananse lavvida como ensayista por su propia cuenta y sin proteceidn. Esto foment infiniamente la aglidad de su penetracién, Aprendié a demostar, con silenciosa rsita, {a vaciedad de las enormes pretensiones originarias de lap ma filosofla. Todas sus manifestaciones estan igual de prox mas al punto medio. Las recensiones dispersas por el Litere rischen Welt (Mando literaio) y el Frankfter Zeitung apenas atestiguan menos su tera intencién que los libros y grandes tratados de la Zeitschif lr Socialforsdung (Revista de lest _gaciones Socologcas). Bl mismo siguid la maxima de «Direc- ‘Gon tinica» de que hoy en dia todos los golpes decisivos se ddan con la mano izquierda’, sin por eso apartarse en lo mis mie de ver Hs ug sas mi pc sistas pasan por estudios para el che dowore, enero del que €ldesconfiaba profundamente al mismo tiempo, El ensayo, como forma, consste en_contemplar fa capa- cidad, lo hist6rico, las manifestaciones del espsita objetivo, i eculira, como si fueran Naturaleza, Benjamin era capaz de hacerlo como pocos. Todo su pensamiento se podria ce icar_de_chistéricornaturale, Le_atraian Tos. componentes pettificados, congelados u obsoletos de la cultura, todo Jo {Que en ella se despojaba de la vitalidad amable y familiar, igual que al fosil ola planta de herbario atraen al coleccio nista, Ent sus.utenslios favoritos. estaban esas bolas de cristal que conticnen un paisaje en el que nieya cuando se las agits. La palabra francesa para referee a a naturaleza Ver in), #9. 16 2 nature morte, podria rauy bien rotularla entrada as pring sot, Ef concepo began de la segunda nz turaleza como coferecion de las elaciones humanas que se alienan a si mismas, asi como también la categoria marista de! fetichismo de las mercancias,tiencn una posicion clave tn Benjamin, No le lascina slo despertar la vida oculaca, Io pettificada.—como en Ia alegorig— sino tambien can- ‘templar lo vivo de sal modo que se presente como larga mente acontecido, eprehistoricor, libere inesperadamente 50 significado, La Filosofia x apiopia ella misma del fet chismo de las mercancias: tode tiene que mitificarse en fan ‘don della para que ella desmfiqu is echoras de a rex lidad, Este pensamiento esté de tal modo saturado de cult 1a como st objeto natural, que abjura de la objetividad en ‘vez de contradecisla sin vacila, Este es el origen de la ten: 25 vocable umbral que hay entre conciencia y cosa en si. Pero 1PGsnta det contemplaion st esplezada, Pera Ho tanto, como en Hegel, se desarrollan sujeto y_ objeto ae cancp altima instancia idénticos, sino que més bien la GRercn subjetiva se presenta como extinguida en el obje tae este pensamiento No se conforma con intenciones. La ‘Ges ate a sf la cosa, como si quisiera transformarse tocé UGioleadole, gustindola, Por obra de esta segunda semr SOUEASd, espera penetzar en los flones qu ningtin proced Bifento claslicatorio alcanza sin trasladae al azar la respon bilcad de fa ciega contemplacion. La disminucién de Is Sistaneia a objeto fundamenta al mismo tiempo la relacién Con la prictica posible que después guiard el pensamiento SE'Benjamin. Lo que la experiencia encuentra al div, sin os rary sin objetividad, lo que Proust se prometia para la SSconstruecion poética mediante el recuerdo instintivo, es fovgue Benjamin queria recabar y elevar a verdad a través del'concepto. Le obliga a hacer en cada momento lo que por lo comin esti reservado 2 la experiencia aconceptul. Eo idea debe ganar la densidad de la experiencia sin renun ciar sin embargo a nada de su severida ‘Pero la utopia del conocimiento tiene a utopia por con: tenido, Benjamin la lamaba la sirealidad de Ta desespera Clon", La Filosofia se adensa en experiencia para que le (Guepa en suere la esperanza. Sin embargo, ésta se presenta Ghigamente como rota. Cuando Benjamin organiza la so breiluminacién de los objetos en aras de los contomos focultos que un dia han de manifestare en ellos en estado de reconciliacin, ello hace al mismo tiempo que destaque fprascamente el abismo entre ellos y la existencia. El precio dela esperanza es la vida: ela Naturaleza es mestinica por Su eter ¥ total fugacidad» y suerte, segin un fragmento 5 gem Oooo, persue” propo. or 0 7 Probablemente Adomo cits uns formulas oral Benjamin: nos fy 04 Branco tcoldico- politicos del ques ba mmado cia ptccnce Sa capa tarda de Benji pao Baber i ec eae Sto Ge HO oe %6 dl centro de Ia Filosofia de Benjam! i como restitucion de Ia de sit propia cosficacion hasta “La esperanza s6lo nos ha sido dada en 9 coneluye el tratado sobre las af doja de la posibilidad de jo im uma ez Misa. si in de To mi por fs culminicion Gera lo anorginico. Sas de lo carente de ear sia clectvas. En a pats ble se encuentran en {por i Peon, Se desembarazo del sucho sin taicionad fo en lo que los flésofos siempre estuvie reno debe ser. El caricter de jerogifico rec savea'y Que tiene su fundamento cn e538 [con los tinicos medios de los que dis fe lo suino» por lo que se compiice de aquel fon de acuerdo: gu que él mismo dio a los afo daratenva rod paradoia, Desplegal pone Ia Filosofia, los conceptos, Bandié sin teservas en lo «milliple». wz in es la dea de la salva sada 2 Direccién tinica de Benjamin (1955)* En aquel poema del «Séptimo anillo» en el que George cxpreia Su gett a Francis alaba a Mallarmé como ‘Sungrante por sit imagen mental, La expresion imagen ental unt holandesisino, sutituye a la palabra idea, desgastada por el uso; se juega con una forma de entender {Pton opucsta al neokantianismo, segim la cual la idea fo es una mera representacién, sino un ser en si, conten plable incluso, aunque s6lo espiritualmente, La expresion Simagen mentale sesultaba atacada incisivamente en la re cension de George que esctibid Borchardt’, y ha tenido “ct fortuna en alemén. Pero, como fos libros, también Fe ‘palabras de las que estin compuestos tienen su dest: no. Mientras la germanizacin de la idea fue impotente frente ala tradicion del lenguaje, ef impulso al que acudia {a nueva expresion siguié teniendo efectos, Direccién dca Bae sr ond 1955 se camo mein dos vce ce Ss ee se Paine cocpete Riaee koe Fon Pacckere ey pene eta Kann ek pl SS pa te Coe ee i cent elon cen Mie ae T Sielan George, Werke, Edin on dos tomos a cargo de Robert Boch ringer, 2 edict, isseldot, Munch 1968, tomo pg 235 Franke). "Fadlt Borehads, Pron odicion de Maa Loise Borcard, Stiga, 1957, pip 267,20. 28 de Benjamin, aparecida por vez primera en 1928, no es, como pudiera pensarse en un fugzz vistazo, un libro de aforismos, sino una coleccién de imagenes mentales; un tomo posterior de breves textos en prosa de Benjamin, pertenecientes al entomo de Direccién nica lleva de hecho sc nombre®. Naturalmente, el sentido de la expresion ha experimentado un desplazamiento, La expresin de Benja iin s6lo tiene en comiin con la de George que atribuye objetividad precisamente a aquellas experiencias que ha ‘een que cl punto de vista trivial pase por ser meramente subjetivo y casual, que lo subjetivo se cntienda tan s6lo ‘como manifestacién de lo objetivo. las imigenes menta Jes de Benjamin son tan platdnicas como el platonistuo de ‘que se ha hablado en Marcel Proust, con cuya obra Benja- ‘min tuvo un contacto que fue mis alli del de mevo tra ductor. ‘Sin embargo, os textos dle Direc doiaa no son image nes como los mitos platonicos de la cueva o ef carro, Son _mis bien jeroglifcos garabatcados que evocaciones alegor- cas de Jo que ho se puiede decir con palabras. No pretenden tanto ofecer apoyo al pensamient concepsial como llamar la atencién por su forma enigmitica y poner en mo- vimiento al pensamiento que en su expresiOn tradicional y conceptual parece rigido, convencional y envejecido. Lo aque nos puede prbar al esto habitual sn embargo sub yyuga, debe espolcar la espontancidad y cnergia del pense nein Ser oma al pede ether lt: por ‘medio de una especie de cortocireuito intelectual, chispas we iluminen sibitamente lo familiar, ses que no fo incen- ian. Para cia fom lois cn esencal encontrar un nivel enel que se unieran espiritu, imagen y lengua. Y ée es el del susfio. Asi pues, el libro contiene numerosos relatos de suctios y reflexiones sobre suefios. Afirman su prioridad los conocimientos obtenidos de la zona del sueio. Pero este procedimiento tiene muy poca similitud con la inter > Ver), 428488 29 pretacién freudiana de los suefios, a la que Benjamin alt Fea veces. Los suehos no son considerados simbolos de lo fspintual inconsciente, sino tomados literal y objetual hente. Dicho en lenguaje freudiano, lo que importa cn Iflos es el contenido manifiesto del sueiio, no la idea laten- fe nel mismo. El nivel de los sueiios es puesto en rela én con el conocimiento buscando determinar en la for fa de representaciOn lo que los suefios tienen que anurr Thar de verdad dispersa. No se hace abstraccion de su Grigen psicologico, sino de las advertencias, proverbial, pet extremadamente actuales, que hacen los suenos 2 la Fila y que la razén habitualmente despreca. El sucio se Teivierte en un medio de experiencia no reglamentada Como fuente de conocimiento frente a la superticie encos (Ode del pensamiento. En muchos momentos se mantie hea distancia la reflexion de manera artificial, se enfoca ‘Con exeeso la fisionomia de las cosas...o porque el filbso f Benjamin despreciara la razén, sino porque s6lo me ante fal scesis esperaba poder restablecer el pensamicn- fo mismo, que el mundo se disponia a apartar de los hom tres, Lo absurdo se presenta como si fuera obvio para paivar de su fuerza ao obvio. Tl texto titulado Sublerréneo atestigua asimismo esta in tcncién, al delinearla en alguna medida, hasta donde lo per- teite la forma del asalto filosofico. «Hace mucho que he Thos olvidado el ritual con el que se construyé la casa de ‘Metra vida, Pero cuando haya de ser atacada y caigan las Pombas, qué antighedades agotadas y embrolladas no que arin al descubierto en sus cimientos. Qué no estaria ente ‘rade y saetificado bajo formulas mégicas, qué estremece or gabinete de objetos curiosos alli abajo, donde los po- Joc ins profurndos esti reservados alo més cotidiano, En Tan noche de desesperacion, me vi eft suefios con mis pri eros compaiieros de mi etapa escolar, alos que hace dca as que yz Ro conczc ya los que apenas he recordado en ste tiempo, renovando tempestuosamente la amistad y la fretmandad, Pero al despertar, me quedé claro que lo que la esesperacion habia puesto de manifiesto como una explo ign era el cadver de ese hombre que alli estaba empared 30 He ii do, y questa decir: quien viva aqui un dia, que no se fe pa rezca en nada» Aa oe tica de Diecién tnica esta cmparentada con la del jugador que Benjamin se sentia ya cuya figura daba vuelas ota vez el pensarnento renuncis a todo tastro de la Moyuridad de la organizacion espirtua, a la decuccién, la seer iba y la consectencia,y se entrega por entero ala fe othad y el riesgo de apostar por la experiencia y ganar lo teeGal No en ltima-instancia, en esto est lo chocante $4 iro. Provoca en el lector supuestamente jrénico mar deja reaceiones defensivas para hacerle ver de inmediato Sguello que hace mucho que queria negan y que solo por aa eed tan encarnizadamente. Porque los nimeros 2 los wo. Benjamin apostaba salen con mucha frecuencia, y 2 la aR fe toca mucho mis de lo artiesgado, Son experiencias ea ésta, melancolica y alegorica: «El anfirién puede ver Geum golpe como ha transcurrido una velada con invitados Sor la posicin de los platos ls tazas, de los cuencosy al Porton O bien: «Solo conoce a una persona quien la aoeaigan esperanza, O bien: «Dos personas que se aman dEpenden sobre todo de ss nombres dolor de eas Perpcones cs el que obliga a reprimitlas en la vida coti Faye, pero este dolor es el sello de su verdad, ‘Paro Direeion ttca no s6lo consiste en evidencias de lo indedveible. A veces habla la raz6n wansparente; petO indo lo hace lo hace con una fuerza de cu sentencio so que no se queda detris de esa certeza ensofadora ali Seettada de la continuidad de la vida entera, A ella pertene tet algunas de las definiciones de la obra de arte Fete al GReargento, como: «La obra de arte es sintética: central Gnergetica”,sLIna obra de arte crece con st sepetida con: femplacione’-Las definiciones de Benjamin no son deter 5 rv), 11. vi), 108, va, 108 31 rinaciones conceptuales establecidas sino, siguiendo la tendencia, etemizaciones del instante en que la cosa acude 2's misma, Ui frmulacgn como lage ena ae poner fin para siempre a un pleito legislativo que hoy es es pectralmente recurrente: «La gjecucion del criminal puede Set moral: su legtimacién, jams», Pero se entenderia muy mal Divi nica de Benjamin si se le considerara iaracional por algunos de sus plantear ‘micntos metodolégicos 0 mitologizante por su afinidad al Suef, Mis bien Besjamin It Hncementad, cig 8 embargo traisparente vinculacién de la modemicad y su sociedad al dane atcnao de cada individu Ie pee precisamente el mito al que el pensamiento tiene que ase fnejarse para ser duefio de s{ mismo y rompet as el hechizo del mito. En virtud de esta intencign Diresin tones, como primer escrito de Benjamin, esta dentro del contexto de la Drehistona de la Modemidad que planeaba escribir. En este igeno describe el extlo mobilario de ia segunda mitad del tighter burgus deo afi sefenta a noven ‘con sus gigantescos aparadores desbordantes de taraceas, las ‘esquinas en sombra con una palmera, el torredn en el que Se atrinchera la balaustrada y los laos pasillos con la can- tarina luz de gas slo son adecuados para alojar cadiveres. “in este soft solamente se puede mata ala tia.” Ta desal: ‘mada exuberancia del mobiliario sélo se convierte en verda ero confort ante el cadaver. Mucho ms interesante que el Oriente paisaiistico de las novelas policiacas es el exube- rante Ontente de sus interiores: a alfombra persa y la oto- ‘mana, el vel6n y el noble pufal caucdsico. Tras el cortindn {que cuelga pesadamente, el duefio de la casa celebra sus or {gas con valores, puede, como comerciante oriental, sentir fe como un podrido paché en el Khanato de la podsida ma fi, hasta que aquel pufial que cuclga en su vaina plateada Sobre el divan ponga fin una hermosa tarde asu siesta y a €l mismon!!, Emperentada con ésta encontsamos la descrip ‘Gdn de los sellos, uno de los objetos favoritos de los surrea = wh, Ba 8 VG), 32 fistas, hacia los que Benjamin se vuelve en Direcidn dnc sos sallos replctos de cifas, letras diminutas, hojtas y of tos. Son gritices tejidos celulares. Todo eso’ bulle y vive como los animales menores, se despedaza a si mismo. Por eso con wocitos de sells pesados se consiguen imigenes tan efectistas. Peo en cllos la vida siempre tiene un toque de podredumbre, como signo de que esti compuesta de co- Sas muertas, Sus retratos y obscenos grupos estan llenos de exqueletos y montones de gusanose!, Mientras el pensa- Imiento de Benjamin penetra sin reservas mentales hasta el éenamoramiento de lo mitco, cada una de sus frases vibra com el pilpito que un dia se expresa en libro como axiom: ‘que toda esta modemidad culposa sueumbe, ya sea por sf Sloe, Sea por fuerzas quel dean desde Fs. Ta oluntad que domina Direcadn snica es templarse en ef pre dominio de lo existent, aunque sea sin esperanza los men sajes mitol6gicos que se extraen del sued son siempre casi jos de una disciplina carente de sentimentalismo, que s I bra de toda ilusién de intimidad y refugio, un eéchalo a un lado y ganaris», De la dureza del mundo anterior se quervia aprender con un recuerdo pensante, la durcza del presente se queria superar con la propia. La marcha del mundo obli goal ingenio de Benjamin, originariamente metafsico, ale Jado de a poliia, a transforma sus sugerencias en sugeren ‘das polticas, En agradecimicnto a tal despojo le cupieron fen suerte —ya durante la inflacién de los primetos afios posterires a 1918-— opiniones sociales que siguen siendo silidas hoy como entonces, y en las que esté encemado el pronéstico de la desgracia dela que el propio Benjamin se Fa vitima. Asi en el «Viaje por [a inflacion alemana» se dice: Una extrafa paradoja ctando acta [a gente s6lo tie ne en mente los més estrechos intereses privados, pero al ‘mismo tiempo su conducta ests determinada més que nun €a por los insintos de la masa, Y ms que nunca fs instin tosde la masa estin equivocados y son ajenos a la vida! a mirada de Benjamin admite,saturnina, la lacin de ia © IQ), 135, Svan 33 desgracia que alborea, ya veces casi parece como si sucum biera a lo que Anna Freud ha llamado la identificaci6n con el agresos, por ejemplo en ese pasaie™ en cl que nicga el concepto de eritica y, en nombre de la praxis colectiva, adoptando en terreno harto conocide cl espirita de los tiempos, pone en relieve aquello que a él mas le espantaba ‘De todas as ses de Dfecidns, la ms melanedica « Ia siguiente: oUna y otra ver se ha visto que su apego a vida acostumbrada, largo he penlida, stan igido, que eta 4 perder la aplicacién propiamente humana del intelecto, la prevision, inchiso en caso de acuciante peligro»! la mas elancélica, porque al propio Benjamin, que no. queria Sino oir en el suefio la voz que trae consigo el benéfico des tat, le falto esa misma salvacién. Pero s6lo mediante la Incursién en el objeto, hasta la literal extincién del yo, dian alcanzasse ls postutas de «Direccibn tinica». Este it textriordinario se desvela a si mismo en las palabras con as ‘que se presenta en él a la Spes de Andrea Pisano: «Esti sen- tada y alza desvalida los brazos hacia un fruto que le resul- tx inacanzabl, Sin embargo, uene alas, Nada es mis cet toni, Ver iVG), 181 WVU), 9, savan Bs 34 Introduccién a los Eseritos de Benjamin (1955)" La publicacién de una amplia edicién de los escritos.de “Walter Benjamin debe hacer justicia a su importancia obje- tva, La intencion no es ni recopilar meramente la obra de un filésofo o erudito ni hacer justicia a alguien que murid ‘victima de la persecueién nacionalsocialista y cuyo nombre fae expulsado desde 1933 de la conciencia publica alema- na, El concepto de Obra, tal como lo conocemos desde el siglo Xs, es tnadecuado. para Benjamins es discutible que tuna obra asi, que requiere una vida consumada sin fisuras a partir de sus propios presupuestos, le sea concedida hoy en {i nade; pero es cleto que a Benjamin las eatitrofes his hig Gang fe ee aly a Configurado y condenaron sla fagmentaicad a toda uf {oso no cols al gran esquema de Sus Ulumos afios-en el que ponta toda silt esperanzas. Por supuesto, el intento de * Ese atc, terminado en 1955, fue publica bajo ef alo onto dccion de Th, W, Adomos en I edicign copia em 1 nota I (ome |, pe MEAD: aaa ne pee nba dic forme i> por el editor Texto de eta edicibos Adomo, Gaunrale Sle, tomo TT: Nat aur Lira, 2 aici, Franco 1984, pigs. 56782 7 ‘2-708 * Ver Walter Beni, Siri, ebm de Theodor W. Adomo x Gre tel Adomo, con la colaboracon de Predtich Podizo, 2 tomes, Prine fo, 195, 35 wrotegerle precisamente de la amenaza del olvido ya seria lo tse legtimo: sin dud, 33 nee devas anor de antiguo_ un pequefio circulo—, como finidades. Stet ie Corie o vob el Origa de Le tragediaalemana, da- ‘Ha ocasion a todos de volver a hacer accesible lo perdido durante décadas. Pero tal intento de indemnizacion espiti tual habria tenido un punto de impotencia en cl hecho de aque nadie se hubiera feconocido menos en él que Benj min, gue se habia ‘desembarazado valientemente de la arches infantil en ls inmutabilidad ahistorica y perdura- cién de las construcciones intelectuales. Lo que motive ‘nis bien la decision de editar una aoe, dela que sy autor Rubiera podido desear que se la ocultaza en wcripas de mar pee afaser desentereda en una epoca mg, e una Pro mesa que partia de Benjamin, el esctitor y la persona, y que sate mds apremiante recordar cuanto que [as podero- SE, fates de Io Bietico parecen hoy conjuradas para. no unica nada semejante saga a isu fascinaion Fines, No deriva solo de su espiritu, abundancia, origina dad y profundidad, Las ideas de Benjamin resplandecen en ea rue apenas pater encl expo de os coneeptos J due pertenece a un orden contta el que por fo comin la J ohciencta se bloquea de inmediato para no hastiarse, del Snundo habitual y de sus objctivos. Lo que Benjamin dijo y ‘esctibid sonaba como si procediera del secreto. Pero recibia Se poder de la evidencia. Estaba libre de la pose de la doc: trina aereta dl nto nc Benjamin mds practic cl “pensamiento privilegiado-*, Sin duda no era dificil imag: veeeo como un mago de alto y puntiagudo sombrero, ¥ a Tee reps persamentosa ss gngos como quien ene za objets mégicos valiosos y quebradizos, pero a todos, in Figo al mis extraho y extravagante, acompafiaba siempre EuGaente sig a como una adveendi de que la com Cencls despierts solo podtia apoderarse de aquellos conoci: nientos precisamente si era lo bastante despieta Sus frases no vodoan a evelain, sino un ipo de experiencia gue Teinent se Uisungua dela genera eh que ho vespelabe Wer, 315322. 36 las limitaciones y prohibicignes ants Jas que suele doblegar pater brads( Benjy no scons ep te ‘guna de sus maniestaciones ¢l limite obvio para todo ol iento moderno, el mandato de Kant de no buir ha Ga mundos ininteligibles 0, como Hegel fo Hams con irr tacion, alé donde hay «malas casas», El pensamiento de Benjamin no se dej6 cortar el paso ni hacia la felicidad sen soril, prohibida bajo sancién por la tradicional moral del trabajo, ni hacia su contrapolo espirtual, larelacién con el ‘Absoluto. Porque lo sobrenatural es inseparable del cumpli riento de lo natural, De aii que, Benjamin. no. desprenda del concepto la reacién con fo absoluto, sino. que lo bus: {que en el contacto fisico.con los materiales. Todo aguello en contra de lo_cual se_etmpecinan fas normas de la expe encia debe atrbuirse segin el impulso de Benjamin a la ‘experiencia, consstiendo s6lo en su propia concreciGn, en olatiizar esta su parte snmortal al sometera al es alidad abstracta. Benjami se ponta asl en ‘usca conteaposicién a toda la moderna Filosofia, com la escepién quiet de on Hegel, que sabia que leven un I nize siempre significa tambien superaro, y se lo puso féci Sages que dct la fez vince de a es, uetiendo desecharas como ocurrencias meramente subje- tivas, meramente estéticas, o como mera cosmovisién meta fisica. Se encontraba en posicidn tan opuesta a tales crite Tics, que ni siquicra se le ocurti6 defenderse como Bergson, ‘contra su validez; desdefié incluso reclamar para si na es pv lute de conocmiento cn gle de a niin scinaba porque las habituales objeciones contra la evi- dencia de su experiencia, en modo alguno remontable a to- nin, cuando no incluso, en una especie de trabajo. $0 dear lo exenteeinenaSn mits Cesttomna yor sea 1a exigencia que Benjamin plantea al concepto especulativo, tanto mas desatado, casi se podria decir mas iego, es el hundimiento de ese pensamiento en su materia, No por coquetera, sino con toda seriedad, dijo en una oca sion que necestaba tina buena porcién de idiotez para po- der tener un pensamiento decente. at Pero la capa material ala que se ataba cra histbrica y sana Cuando, ain ora muy joven, en fos primers aBos veinte, formuld en una ocasion, como maxima suya, no ‘querer ponerse a pensar hunca lbiemente o, como él decta, ecomo un aficionado», sino siempre y exclusivamente, en telacién con textos ya existentes. Benjamin ve la Metafisica ‘dealista como un engafio, en tanto que transforma lo que es en identidad con un sentido, Al mismo tiempo, sin em. bhargo, Ie estdhistéricamente vedado hacer cualquier arma cién directa sobre tal sentido, sobre la trascendencia. Esto sdi.a su filosofiéel rasgo_alegdrico. Incide en Jo absoluto, pero de forma quebrada, mediata. La creacién_entera se ‘vuelve pita fun escrito que hay que descifrar desconocien: Uo cf cbdigo, Se hunde en la realidad como en un palimp Sesto: Lnterpretacion, traduccion, critica, som lo8 esquemas de su pensamiento. El muvo de las palabras, al que llama, dda ala idea sin echo autoridad y proteccién; ocasionalmen- te, hablo de su: metodo como de una parodia del flol6gico. “Timpoco abi se pucde desconocer un modelo teolégico, Ia tradicion de la intepretacion judia de la Biblia, sobre todo lamistica. Entre las operaciones de secularizacién de la Teo- Jogia en aras de su salvacibn, no es la diltima la de contem plar los textos profanos como si fueran sagrados. En esto re Sidia a afinidad electiva de Benjamin con Karl Kraus. Pero Inlimitacion ascetica desu filosofia alo ya preformado por lespirita, ala eculturae, atin allé donde esgrimia provoca- tivamente contra ella el concepto de barbaric, esta limita cion a fo madurado por el esprit, la tenuncia a ocuparse flosfcaments de toda ined dl ser yt a a ‘mada originalidad, atestigua al tiempo que precisamente el undo de lo aecho por el hombre y proporcionado por la sociedad, que llena st horizonte filos6fico, se ha colado en forma de totalidad por delante de la «Natoralezar. De ahi que Benjamin vea lo hist6rico mismo como si fuera Natu raleza, No en vano en su interpretacién del Barroco el con- cepto de shistoria natural» ocupa un lagar central. Aqui, ‘como en muchos otros lugares, Benjamin destila la esencia| [propia a partir del material ajeno. Lo_hist6 Eteto se vuelve imagen para él 42 Naturaleza y de lo sobrenatural— y, viceversa, la Naturale za se convierte cn, parabola de lo historico, Incomparable Tenguaje de la calavera: conjuga la total inexpresividad —el negro de las cuencas de sus ojos— con la expresién mis sal: ‘aje: las sonrientes fas cle dientese, se dice en Direct ‘a. El caricter gzilico propio de fa especulacién de Benja min, sa rasgo malificador st se quiere, proviene precisanien- edt gue bola miads dso pension Join transforma en Naturaleza debido a fa propia fragildad, ib lo natural en un toro de la hisiona de ln creciGa, Benjamin gira incansablemente en tomo a esta relacin es come si quisiera sondear el enigma, entregar los camarotes de los barcos y los carromatos de los gitanos al asombro in- fant, y, como para Baudelaire, ante todo se converte en alegoria. Sélo en lo carente de intencién hallaria su limite tal ensimismamiento, slo en elo se extinguitia el cones to alimentado, y por eso cleva la imagen mental a ide Pio igual que io reconocta una filosoffairacionalista, por {que Gnicamente los elementos determinados por el pensa ‘iento podian reunirse en tal figuracion, asi de lejos estin fen realidad las imégenes de Benjamin de lo mitico, tal ‘como lo deseribe por ejemplo la psicologia de Jung. No re [presentan arquetipos invariables extribles de la Historia, Sino que se retinen precisamente por la fuerza de la Histor sia, La mirada microlégica de Benjamin, el color inconfun- Able de su forms de concrecién es la dieccion hacia lo his do. opuctioal plilasophia perennis, Suite’) toric en un s terés Blos6fieo no se drige en absoluto hacia lo ahistérico, sino precisamente hacia lo mas determinado temporalmen- te, hacia lo no reversible. De ahi el titulo Direcin sini. Las imagenes de Benjamin no estin relacionadas con | smo momentos de una ontologia que se mant igual asi misma, sino en nombre de la Muerte, de la cadu: ‘dad como categoria superior del ser natural, hacia la que avanza la especulacion de Benjamin. Lo dnico etemo en.él flo perecedero. Con razon calficaba de dialécticas a ias imagenes de su flosofia: el plan del libro. Pass de Pars > v.12 apunta tanto a un panorama de imégenes dialécticas como a su teorla. Bl concepto de imagen dialéctica se empleaba en un sentido objetivo, no psicolbgico: la iepresentacién de Jo modemo como lo nuevo, de lo ya ido y lo invariable en ito, se habia convertdo et ef tema flosotica central y en la imagen diakética central Las enormes difcultades que Benjamin plantea al lector no son las de la representacién, aunque también ésta, por lo :menos en los textos tempranos, le exige algo debido al tono de la doctrina, un lenguaje que en sf mismo, por la fuerza del nombrar,feclama autoridad y en muchas formas —de forma no disimil en esto a la Fenomenologia— niega fare ddamentos y argumentaciones. Pero mayores ain son la ex: gencias que brotan del contenido filos6fico. Este fuerza a dejar al margen las expectativas con las que normalmente se acerca a los textos el iniciado en la Filosofia. En primer Su far, el impulso antisstemético de Benjamin determina la forma de proceder con mucha mayor radicalidad de lo que suele ser af caso incluso entre los antisistematicos. La con- fianza en la experiencia, en ese sentido especial que apenas se puede delimitar en general, sino que sélo se obtiene del trato con los pensamientos de Benjamin, prohibe expresar tas lamadas ideas fandamentales y deducir el resto como ‘consecuencia de ells. Es dificil convenix hasta qué punto el ¥ fue amigo de Wyneken hasta que este se convirtié en uno de los apologistas de a Primera Guerra Munial—, quiza 48 indo ou tendencia as concepsiones tosis de ‘mismo cufio que su tipo de marxismo, que A creta asumir de oma ortotoms, como pieea doctrinal, sin sospechar el productvo malentendido que estaba creando al hacerlo. No es dificil percibir la inutilidad de todos e50s intentos de ruptura, de desvalida equiparacidn a los poderes emergen: tes, de los que nadie tiene que haber temido tanto como Benjamin: «Era como si no quisiera formar en modo algu- no tn frente, aunque fuera con mi propia madre», dice en Jnfencia en Berlin. Era consciente de la imposibilidad de su Jntegracion, y sin embargo nunca ha negado su aspiracion 1 clla. Pero tal contradicei6n mo remite en modo alguno a la debilidad del aislado, sino que en ella se anuncia al GaSe etamen dea aulcenca de lareflenion pra, fen tanto que esta separada de la tenclencia objetiva y de la praxis modificadora. De esa insuficencia sufte incluso uien, como Benjamin en extraordinatia medida, se con Sete en sisindgrafo de aquello que ocurre en el moment. Quien un di dela de acuerdo con arceiacion de que pensaba en quiebras no temié ni siquiera la més ex: tema; metido en silo ajeno y para él moral, renuacia in- ‘uso a la imagen de la coneordancia que le era posible: la dela ménada sin ventanas que stepresenta» sin embargo al tunivero, Porque sabia que ninguna vocacién de armonia preestablecida seria ya sostenible si habia sido un dia de bt modo, Del tur de ee al que se entregé sin muchas il sions sobre su posible éxito no se aprende menos que de Jo magistral que llev6 a cabo. Cuando titulaba una recen- siGn «Contra una obra maestra, eseribia también contra si ‘mismo, y la capacidad de hacerlo no se puede separar de st fuerza productiva. a tal contradicci6n hay que buscar la ravén del luto de Benjamin, su scarieter, en el sentido que él mismo daba a la palabra! Luto—no trsteza-— era la determinacién de su naturaleza, como el saber judio sobre la permanencia de la amenaza y la catistrofe, igual que la inclinacién anticuaria converta lo actual en largamente pasado, Benjamin, el ina- 2 0), 49 gotablemente ocurrente, productive, consciente por entero del espiritu en cada instante de vgilia de su vida y por ente + dominado por él, era sin embargo cualquier Cosa menos fo que el cliche considera espontineo: como hablaba como un libro, s le podia aplicar en su conjunto su hermosa for: mula sobre el vijo Goethe como exenibano de su propio in terior! Ta prepotencia del espiritu fe habia enajenado en extrema de st existenca fscay hasta pscolgges, De for tna similar —en paras de Schonberg a Weber, curs Jetta recuetda a la de Benjamin, habia dotado de un tabi al calor animal; sus amigos apenas se atrevian a ponerle una ‘mano en el hombro, ¢ incluso su muerte puede estar rela Gionada con el hecho de que en Ia titima noche en Port: Bou el grupo con el que habia huido le cedié, por respeto, tuna habitacidn individual, en la que pudo tomarse sin ser bservado la morfina que habia acopiado parg un caso ex {remo, Pero aun asi su aura era cilida, no fia Le era propia tuna capacidad que dejaba muy atrés en fuerza de satistac ‘ign 2 cualquiera otra mis directa: la de la entrega sin limi- tes. Lo que Zaratustra elogia como supremo, la virtud de day era suya ental grado que todo lo dems pasaba asegun do plano: sinmensa es [a suprema virtud,¢ intl resplan declente y suave en su brillos®. ¥ cuando llama a su emble tna preferido el Angelis Neos de Klee— el angel que no da, sino que toma®, esto también rescata una idea de Nietz- che: «Bste amor que da tiene que volverse ladzn de todos Tos valores», porque «la tierra ha de volverse lugar de sana ion! Ya hay un nuevo olor en tome a ella, uno que tra la Salvacidn...iy una nueva esperanzal”, De esta esperanza hha dado testimonio la palabra de Benjamin, su sonrisa ster cosa y acorporea como la de los cuentos, y su silencio. Cada estancia con él a restablecido lo que de fo contrario «std irevocablemente ido, la fiesta. En su cercania, uno se 6 VerI¥(), 211 'S Padiah Niewache, Sandie Werk, Bacon ates, tomo 4: Abo grad Daranou VI, clin de Groeo Cal y Mazzine Monti, Pegi, Mich 1988, pag 97 Nerf, 367. © iota of tps 98y TOL 50 sentla como el nifo en el instante en que se abre un: pathname onnpnar ner rane aes ojos de ligrimas, mis conmovedora y confirmada de lo que munca saluda el resplandor cuando es invitado a entrar al cuarto, Todo el poder del pensamiento se reunia en Benja- smin para deparar momentos as, y slo a ellos se traslad fo que un dia anunciaron las ensefanzas de la Teologia, Laeedicién no busca la autenticidad cientfica. Los libros de Benjamin —incluyendo la tesis doctoral El concgpto de la artic de Arte en el Romantcismo alemain, que sietmpre vo en ‘gran estima, y la facia en Berin,aparecida @ titulo posta mo—, han sido recogidos por entero, asi como los grandes ‘ratados, com la excepcién de aquellos de fos que él mismo se distanci6. Era necesario aportar dos trabajos juveniles ex- tremadamente expuestos, los referentes al lenguale y a ‘Holderlin, que él respaldé, como también, ya maduro, ape 1nas repudié ninguno de sus textos anteriores y, por ejemplo cen la teoria del aura, se referia atin al tratado sobre Las af- idadeseletioas*. De ta Infancia en Berlin se han suprimido algunos fragmentos ya incluidos en Dirciénsnica, en una redaccién ligeramente divergente. A la hora de elegr los es exitos menores, los editores, basindose en fa confianza de Benjamin, tavieron que seguir su juicio y, naturalmente, aguello que sabian de la propia opinién de Benjamin sobre su produecién. Asi, se eliminaron casi todos los fragmentos novelistcos. Sin embargo, la edicién tiene en cuenta la ne gia de no mostar si a lose Benamin, sino tam ign al cftico y slterato» por el que él se tenia y que no se pode deduct de ou imagen dela Fool tntegamente eto en un modo mancjable aparecieron. los fragmentos aforistios, que forman parte dl entommo de Dies ia y.que él mismo plancaba ariadir a su segunda edicién. En Cambio, lis efucesreproducidas son una seleciGn, en alu na medida anbitrasia, del material disponible, especialmen- te del Litoarische Watt, pero también de otras revistas y pe tiédicos como el Franfistery el Ves. Ftubo que renu ciar ala recopilacién de cartas Alemanes, que edito en Suiza Ver I), 69, not «en 1936 con el pseudénimo, que utilizé con frecuencia, de Detlef Holz, y que contiene introdueciones y comentatios especialmente pentrants “bpaiat ‘Benjamin trabajo en el Complejo de los Pasaies de Parks: la prebistoria flosfica del siglo 22%, desde finales de los anos ‘veinte hasta su muerte. Solo estin excluidos el articulo So bre algunos motivos en Baudelaire» y las tess wSobte el con- cepto de la Historias. Ademds se han incluido el gran me- morindum Per, la capital del siglo x1x, de 1935, que desarro lla el plan completo para el Instituto de Investigaciones Sociolégicas, ¥ una selecci6n de un conjunto de anotacio- nes aforisticas de Ia ultimisima época que él mismo titwls ‘Parque central. Estaban pensados como capitulo final dell bbro sobre Bauclelaire, extraido del complejo de los Pasaies, del que el artical sobre el poeta represents na epee de resumen. Sin embargo, todo esto es poco més que una ‘muestra de lo proyectado. Aparte de lo incluido en la edi- ‘ion, se han conservado no solo partes sustanciales de ibro sobre Baudelaire en fase de boceto, sino los amplisimos ma- tecrales para el trabajo sobre los Pasaics. En [a configuraci6n del texto se provedié de tal modo que se mantuvo ls fidelidad a las muestras impresas y ma- nuseritos aun sin poder garantizar total abilidad. La mi- croscépica letra de Benjamin es a menudo dificilmente leg bie; los manuseritos a méquina ¢ incluso las versiones im- presas contienen sin duda innumerables crrores. Pero las Correcciones tuvieron que limitarse a las evidentes errata dde imprenta y similares; en pasajes de sentido problemat ‘co, que m0 faltan, no se artiesgaron conjeturas; también s€ mantuvieron los Solapamientos y repeticiones, siempre que parecian imprescindibles en el contexto del texto. El am: plo aparato cientifico de El orgen de a twagediaalemana fue Susttuido por referencias comprimidas; el de la tesis se ‘mantuvo por entero; aqui habria que recurrir a las ediciones oe dar las dos aquell 1s editores quieren dar las gracias a todos aquellos que han conservado' lor mantsene de Benjamin, expec mente los han escondido durante la ocupacién de Parts; ademés a su viuda, Dora Sophie Morse, que aporté impor 52 tantes datos biogrificos, a su hijo y heredero Stefan, que dio su autorizacién a fa edicién, y a. su amigo Gerhard G. Scholem, que aporté los manusctitos de los trabajos tempranos y participd como asesor en a realizacion de Ja edicidn, 53 SST RETEST IF x 2 ewer 6 ‘Acerca del libro epistolar de Benjamin Alemanes (1962)* Bt Blbro: Alemanes. Una serie de cartas fue publicado por Benjamin con el pseudénimo de Detlef iolz en 1936, durante la emigracion, en Suiza. Ya-antes, en los afios 1931/32, public indedulent scars, con a inte ducciones, en el Frankfirter Zeitung. Ya entonees tuvo que senltar su propio nombre: el fascismo lanzaba por delante Su alargada sombra. Con todo, la publicacion en el iter eitang tisvo wn efecto extraordinatio, como atest Zican recentemente las carts enviadas en respuesta a Un a ficulo de Benno Reifenberg’ : Tr idea de lograr ese efecto explica el titulo. Segin indica «l propio Benjamin, debia hacer posible import el ibro al Sercer Reich. Al mismo tempo, el subtitulo reyelaba al lec oral que se dirigia que se trataba de un libro de oposicién, Tine aco esto en enero de 192, fee publeado con lu “Ep depo tees tn de vomaes aparece mismo 3 ea 1 np alta oedeton en via de Adora se eacucnet atheges SSPHARE Siar de Benj aparecida ep 1965 en. Ta ctor empires, 1967) El redo ue zado en fa presente econ ba a Cee obr al editor Testo de eta ediion: Aloo, Gewmmale sa fonmulae PO" tae Lira, 2 edn, Tricor 98, ae an 686692. Tver Benno Reifenbeg, -Geisteglut [Bespe, Beniamin, Ieminain nen, en France Alene Zt, 11111981 54 EL destuatvo auoelogo cieaba por puro coma a pompunida ee leva basal oss fe on aos fa Gacionales del imperio; el ventajismo de aquellos que pre {endian extirparla. Alegro especialmente a Benjamin la bro- ima de Max Rychnes acerca del subtituo, al decir que la sanded Goathe no abla.catecio por ‘completo de bri una de esas ingeniosas observaciones que, segin un a séntico proverbio chino de Nietzsche, producen tna sonti Sa apenas visible. De hecho, el libro llegs sin daito « Alema pia; naturalmente, no tuvo efecto politico alguno, Los que entonces leian literatura eran de todas formas adversarios del regimen, era dificil erear otros nuevos, Benjamin com- parlia con nosotros, los otros emigrantes, el ertor de que el Espiritu y la inteligencia pueden hacer algo contra una vio Tencta qite ni siquiera reconoce ya al espiitu como algo au ténomo, sino tan sélo como un medio para sus fines, ¥ Por tanto no tiene que temer na confrontacion con él. El espi- ritu apenas puede asumir st abolicibn TH libro se enctespa contra la aniquilacién del esplritu ale spin, iotlmente rebjadoaideologa por los nacionaocia listas, Recuerda sus posiciones a aquellos que se mantuvie ron limpios ante el espejismo. ¥ cuya objetividad eno tiene gu eviar la compara con ninguna nuevas -Podta des Yelar una tradiciGn alemana subteminea: de la que en. el peor de los casos no podia apropiase el nacionalsocialis: mo, que, indiferente 2 has diferencias especificas en las que al eopirit halla su vida, se incauté de todo, incluso de fo Inds heterogenco. Esa corrente subterrinea ests profanda mente emparentada con la Thustracién, que en Alemania rhunca se logro del todo, aunque todos los grandes fildsofos| idealista, con la inica excepcién de Schelling, se proclama- tan ayes Porque eso tacon sue send fil en Ale ‘mania, porque la denigracién de la Tlustracién sobrevivi al ‘Tercer Reich, la intencién de Benjamin sigue siendo ahora ‘tan actual como hace treinta aos. El complemento a la ca tasttolca rapide de los cambios hist6ricos en la época ac 10.153. tual fo forma fo poco que han hecho envejecer a lo que no cequivalga al desaste. El volumen epistolar tiene su unidad en esta intencién, no en la importancia de los distintos documentos. Entre clos se encuentran, junto a algunos de méximo tango, ‘otros de nivel modesto, precaio, como el de Sewme. Tam poco la seleccién de los corresponsales tiene apenas peso ‘propio. Benjamin no titubed en editar en el mismo libro, ue termina con una carta ce Overbeck a Nietzsche, una de basa Fiedrich Strauss, al que aquél despreciaba: la zee rente a ja muerte de Hegel. Benjamin se resist a su incline cién a Jo distante, aun sin ser triturado por la vida intelec- tual oficial, Junto 2 completas desconocidas,sitha carta fa ‘mosas como aquella en la que Hélderlin se autocalifica de abatido por Apolo, lade Goethe a Seebeck, la de Biichner a Gutzkow en demanda de ayuda. Los corresponsales apare- cen ena iro como atts soil ngiuales Conjuga un lenguaje tan incompatible con lo dispositive der orden como con a fee dbombante en quicra jgnorar ese tono pasando por encima de los detalles, entender mal el libro. Pero no lo entenderé igjor quien se aferre a un concepto de Mustracién que no se preocupa de cuin arrastada ha sido ésta entretanto al torbellino de la no libertad. Karl Lowith escribié en su tra tado sobre Heidegger y Rosenzweig que ambos coincidian ent que tanto el pensamiento del uno como el del otro se Sparaba del meta del conoimlento el ease ‘lemsin sin caer en el Positivismo, y positivamente en su co- imiin partir de la “facticidad” de Ta existencia humana’. En cl mismo contexto menciona Lowith a Eugen Rosenstock, Buber, Hans Ehrenberg y otros, Por mucho que Benjamin estuviera en contra de todos ellos en su edad madura, hoy se muestra tn punto en comin entre él y ellos, sus contem porineos, en Ia concepcién de lo concreto. Mientras éste se ‘pone al idealismo, tiene color teolégico incluso allé don deel pensamiento se muestra combativo contra la Teologia. Karl Lowth, Santi Sarin, como 8: Heide Dee i i Za Zar Sarg de Psbsopin 20, ahubunde, Stag 1984, pie, Porque en una sociedad cuya ley condena toda relacion en- tre el hombre y la abstracci6n ya no hay conerecién, aun- ‘que la Filosofia la conjure desesperadamente, sin engabar sobre el sinsentido de Ia existencia, pero sin entregase a é Este motivo crea uno de los movinnientos de los aos vein te, como el llamado circulo de Patmos, Hofimannsthal que coincidié con aquél a través de Florens Chistian Rang, un amigo de Benjamin, los teblogos dialécticos y fa Fenomenologia, muy alejada de ellos, Todos sus esfuer 208 estin expresamente bajo la maxima de que el individuo ro es ni mero ejemplar de su especie ni mera existencia. Su sentido, aquello que hace que el individuo sea ms que so- lamente él mismo, se busca en las disposiciones de su aqui y ahora, no en el orden clasficatori. Benjamin siguid este impulso con menos contemplaciones que otros. No espera ba nada de tal invocacién; salvacién anicamente de una profanidad sin atmdsfera. Timitadamente, en un nominalis: to parc que eb sobre el Baroco Fandamentabs también desde el punto de vista de la critica del conoci rmiento, se hundié en el individuo sin cubrise las espaldas con la idea, A la intencién de buscar lo conereto le afiade la Sal materialist: lo existente determinado se conyierte en lo sustancial como conciliado socialmente en si mismo. Igual aque en los itimas afos de su vida Benjamin se ensimism6 én el idolo no tanto de escribir su propia filosofla como de ‘montarla en lo posible, sin interpretacién, a base de mate: rales que hablaran por si mismes, del mismo modo proce: di en este volumen epistolar. Pretende, mediante la selec: ida y la disposicidn, filtrarlaflosofia de Benjamin sin ll varla a una forma’ de comprensién general, que seria contradictoria con ella misma. Es una obra filos6fica, no de Historia del Espiritu ni fitrara Las cartas son en su conjunto ascéticas, sea en la postura, sexe a lack con lie: eo cl nin en posal ‘mo, su aspereza, denuncia el monstruo prosaico que sul ‘ceen la tradici6n alemana dela libertad: lo contrario de la adaptacién, La revereneia le viene a la utopia de su absti- nencia ante todo sentido positivo. Esto es lo que emulan fos comentarios de Benjamin. No hay una palabra en la que 7 PEE aaP Es i iE er traicione, respecto a la carta de Collenbusch, que era sufi ‘ori, la emocin. que posi pra Benjamin Ia palabra cx eran, en tormo ala. esa carta se cnt igual que an ferpretacion de Benjamin de las afinidades clectivas"; tampoco en e! incomparable escrito de Annette von Dros teHilshoff se revela contra qué se encrespa la escritora como contza la anunciacién de un angel. La tensién entre Jo prosaico y lo ut6pico es el elemento vital de las cartas. [Ninguno se da sin el otto. El poder de la sobriedad se des prende aqui de la insobomable fidelidad al suefio, que no {debe ser consusnico par su invocacién. La utopia se refugia en la amarga vergiienza de no haberse logrado aan su ex presion es el tabi sobre su expresion, Todos los contenidos Objetivos se tratan en el libro, al ser privados de su espeiis: mo; todo el espsitu que hay en ellos se satura con el peso de los materiales, que cae implacable sobre el escritor, st idealidad se aeredita en tanto que no lo niegan, no aparen- tan una conciliacién, Pero la fuerza para ello los hace idé- nneos, porque en aquella época ain se podia sentir en los contenidos objetivos la posibilidad de llegar al sitio correc to, la humanidad en el etoyen "A sondear este libro de sentidos ocultos ayuda el fijarse ‘en aguello que Benjamin se ahorr6. No contiene textos de filésofos de este siglo, que slo son visibles por sus zeflejos, también faltan cartas de los hermanos de la Filosofia, los grancles compositores. Sélo la publicacién de las cartas del ‘propio Benjamin saca completamente a la luz su contrapo sicién al Idealismo; de una dirigida a Scholem® se despren: de lo antitética que eta su reverencia por Kant, cuénto veia cen él a suprema encamacién de aquello contra lo que él sba, Esto es lo que da valor a la carta de Collenbusch. Peto ‘mientras Benjamin hablaba ocasionalmente de la devasta- cidn causada por el Idealismo alemn, y atmaba lo que era extraterritorial a4, su ingenio histérico era demasiado clar- ‘vidente como para traza limites a eso. Sabia custo del des- © VeriQ), 201, 2 Ver Bevan, Bf, editads y anotads por Gershom Scholem y ‘Theodor W. Adorno, 2 edi, Francon, 197, pigs. 149 8 182 58 tino del hombre se encarnaba en el Idealismo feente ala ya entontes heteronoma sociedad. El Idealismo mismo estaba, ‘en la época de su dignidad, penetrado conforme a su propia ‘composicion por aquella cbjetividad que Benjamin emule ‘ba; en el lenguaje de Hegel a idea tiene que manifestarse para Ilegat hasta misma. Sélo cuando se neutraliz6 en fina cosmovision para dias festivos, indiferente a la praxis {gue la moulificaba, el Klealismo se hundié en la ideologia que siempre habia sido. Los afios fundacionales del Impe- Ho sca yobtvmente a conan dl Ho fe ron la era del Materialismo vulgar y del Idealismo al mismo, Seep En cambio, lo que Benjamin retine se ensambla en una cexégesis de la frmula hdlderliniana de la sagrada sobric- SEE Tas cam son sobras gail sentido prctco dels Giudadanos que eh agua epost de buena concen ls eee a ba cet ieee bererare Lo miavo initado en clias a protege del ibid de qe ‘su conciencia y = sade real fueran ya un todo. El abierto reconocimiend de los insereses.pacilares propioe por edio de un tono que se burla dela mentira empuja a mi- rar mas alld de ellas. No es sdlo la verdad sobre los que cs. Gribe, sino también [a intuicion de que no hay verdad ‘mientras todos no lleguen 2 a suya propia. En tal nivel de conocimiento, la verdad es la encamnacién de determinada eget, gl que ef Benjamin tag reconocta awe Gad en quee no la hay, sino que se toma’. En este espiitu, el libro rescata las sombras més profundas del caracter bur- gués, dl principio faible. En la introduccién a la carta dit pia ‘a Kant por su hermano se habla provocativamente de las condiciones y limites de fa Humanidad®. Con ello no se suede hacer referencia a otta cosa mis que a la necesidad SuFpuesa, que proscribe 2 los suetos a su entomo y los mo- 7 Verity, Sui Woe, Gre Ste Ati: Poe nr rs elec Goce 08 prance eee ee tee sug 0 Cone sem Se Stack dase iva ——7— dela dentro de si mismos, dndoles por un tiempo esa con ferecién que se deshace en condiciones de produccién de- Sencadenada, en las que no son mis que objeto, consum\ does. Tass propiedades humana frm cal con erecién. En st desfiguracién social, los hombres se aperciben de su propia falbilidad, y esto es propiamente lo inumano en ellos. Sobre el carictet burgués tl como sobre- vivid hasta hace poco y que fre acusado de anal por la es {ucla de Freud, cae una luz conciliadora, cn vista de su de cadencia. Es mezquina la carta del hermano de Kant, la ad onitoda felicitacién de Bertram a Sulpiz Boisserée, la adorada preocupacion de Keller porgue Stonm le ahorre en sus cartas cl franqueo suplementario; incluso la cautelo, ‘ sugerencia de Overbeck de que Nietzsche, que ya era el autor de Zaratustra, deberia hacerse profesor de institut. ‘La orguillosa defensa de los sujetos libres contra la pobreza y contra una riqueza de la que desconfian porque amenaza {Su autonomia engendra calider entre cllos y las cosas con fas que tratan ahorrativamente, Este es el clima en el que oper i indicn Inca mania apropos del co- Feccionista es tambien su contrario, porque conserva el tac: 10 vivo de los objetos que se alejan. ‘La forma linguistica de la sobriedad significativa es el la conismo, Se elimina lo superiluo, pero lo climinado se ve levado a la categotia de indecible por la fuerza que irradia fen la palabra como al final de la carta de Zelter. El laconis ‘mo es tan cercano a su objeto que este se contrae por asi de- Clo en aqui y ahora. Pero en este proceso de encogimien- to llega a ser mis que meramente él mismo. ‘Esa cercania requiere de una cierta ingenuidad. Y por tanto también la corresponcencia. El siglo de las cartas fue favorable a la comrespondencia en aleman Ta limita cidn burguesa, con toda conciencia, heredé algo de esa in: ‘genuiad y a puso de manifiesto: también ella condicion y He dela humanidad en uno, $i a concienca hubies roto por completo la estrechez de la pequeta propiedad y fos fines inmediatos, ya no hubiera sido capaz de destacar Ja experiencia inmediata del modo en que lo consiguié en cada una de estas cartas. Que Goethe, segin la bella expre- 60 sin de Benjamin’, bciera piblico su propio interior en las carts tardas aun como escribano de sf mismo, anticipa el juicio histrico sobre la carta como forma. Esté envejecida; Quien ain es capaz. de empleara, dispone de arcaicas capa ‘idades; en realidad, ya no se pueden escribir catas. El libro {de Benjamin les levanta un monumento. Las que alin se ex ‘criben tienen algo de falso, porque con su addemin de co. ‘municacién inmediata se apropian ya de la ingenuidad. EL fibro de Benjamin no atrac a la emulacion de los textos que oftece, sino que enseha la distancia de ellos, Su irrecupera- bilidad se conviere en critica de la marcha del mundo que, al eliminar lo limitativo de fa humanidad sin hacerlareali- dad, se volvid contra Ja humanidad. aN 21: te bin nt 8c sno tes 6 Benjamiryel escritor de cartas (1965)" La persona de Waker Benjamin fe desde el prineipio de tal modo medio de su obra, disfuté tanto de su espiritu, GgacTo que siempre suelellamarse inmediatez dela vida se impiéen éL. Sin se ascético, sin parecero siquera, le era propio algo cai acorp6teo. Consciente de su eg0 como Po Rost pateeiaaleado de su propio cuerpo, ésta es quiz una Ge las ralces de fa intencién de su flosofia de hacer propia fo que de experiencia se anuncia en la esquizofrenia. Tpval {que su pensamiento consttuye la anitesis del concepto de Hersona del existencialismo, empiricamente parece, 2 pesar Regu extrema individualizaciOn, apenas persona, sin0 ese Siasio del movimiento del contenido que corriendo por él Te aprernaba a hablar Serian ociosas las reflexiones sobre el brigen psicalgico de ese rasgo, pues presupomen, esa cor cepeion normal de lo vivo que Ja especulacion de Benjamin spend y a la que la comprension general se aferra con tan To més arraigo cuanto menos vida es la vida. Una manifes {acion suya sobre su propia letra —era un buen grafologo— 7 Bn wai, ete en octubre de 1965, aparece libro Wale enh Side y ancado por Geom Slam y Theodor Benin A con Franco 1966 pag. 1421, Hts se encuctra Ado. elo cbpace ds loners ¥ no tee tle propies Ae ce eu ein cocabera Is Eleaday cogil 4 apo 2 Po yeaa ein: Adorno, oem Sri tome 1: per A aa, edi, Franco 198%, pa 58) 45 2 diciendo que, sobre todo, tenia Ia intencién de no dejar frastucir pala, atestigua al menos cual era su postura ante si ‘que por lo demas se preocupara mucho de su psicologia. ‘Diffemente alguien babea logrado hacer tan product vya su propia neurosis —si es que la tenia— como él. Del Toncepto psicoanaltico de la neurosis forma parte el ence denamiento de la fuerza productiva, la falta de energia. ‘Nada semejante ocurria en Benjamin. La productividad de te alienado de si mismo s6lo es explicable porque en su Sil forma de reaceion subjetiva se plasmaba algo objet ‘yamente historico, que le hacia capaz de transformarse en jun organo de objetividad. Lo que de inmediatez pudiera faltarle, o aquello cuya ocultacidn desde muy temprano se hhubiera convertido en una segunda naturaleza, se ha per- dido en un mundo dominado por la ey abstracta de la re Taciones entre los hombres. Solo se puede mostrar al pre- Go del dolor més amargo o de forma incierta, como natu faleza tolerada. Benjamin saco conseeuencias de ello tucho antes de ser consciente de tales cosas. En él yen su con los demas imponia sin consideracion la pr inacia del espiritu, que se volvia inmediata en lugar de la jnmediatez, Su postura privada se aproximaba a veces al ri tual, Habrd que buscar en clla la influencia de Stefan Geor sey suescuela, de la que Floséficamente todo le separaba Jaen si uventud: aprendi de George los esquemas del ri taal. En las cartas esto llega hasta fa imagen tipogrifica, hasta la eleccidn del. papel, que tenia una enone importancia para él, todavia en la época de la emigracion Sst amigo Alfted Cohn le obsequi, como hacia largo tiem 7, con una determinada clase de papel. Los rasgos ritua Reson mucho mis fuertes en la juventuds sélo hacia el ft ral de su vida se aflojaron, como si el miedo a la catésro fe, peor que la Muerte, despertara la espontaneidad, profundamente ena, de Ta expresion, que desterraba Ia Muerte mediante mimesis. Benjamin fue un gran cortesponsal; a todas luces, ese: bid carts apasionadas. A pesar de las dos guerra, del perio do hitleriano y de la emigraciSn, se conservaron muchas; 63 ‘era dificil seleccionar'. La carta se convirtié en forma para ‘G, Deja pasar los impulsos primarios, pero destiza entre tlie yl destnataro ana terera cose, coniguracion de lo escrito, por asf decirlo, bajo la ley de la ak Sarr ln Geunstancia de lgarf empo stale «es, ‘como si s6lo asi se legitimara ese movimiento. Igual que en fos pensadores de fuerza significaiva las posturas que mas fielmente aleanzan a a objeto son en muchas coenes y al musine Gempo aquellas que pasan por encima del propio yensador, asi ocurre en Benjamin: un modelo al respecto es Enférmula,quese ha hecho famosa, del viejo Goethe como escribano de st propio interior. Esta segunda naturaleza no tena nada de pose; porlo dems, hubiera aceptado con indiferencia este feproche. Por eso fa carta le era tan apro pada, porque anima por anticipado a la inmediatea inter Inediada y objetivada Escribir carta finge lo vivo por me- dio de la palabra congelada. En la carta se puede negar el re- twaimiento y guardar al mismo tiempo la distancia para mantener retaido di ay un dtl, que en principio no tiene nada que ver con la corespondencia, que puede arrojar luz sobre lo espe: Gifico del corresponsal Benjamin. La conversacién llevé en tuna ocasion a las diferencias entre la palabra escrita y la pa: Jabra hablada, tales como que en la conversacién viva, por Jhumanidad, cede algo la forma verbal y se hace uso del per fecto, mis comodo, donde gramaticalmente seria exigible el imperfecto. Benjamin, que tenia el més fino de los olfatos pata los matices linglisticos, se encresp6 contra la distin cidn y la discutié con una cierta afectacién, como si se le hhubiera tocado una herida. Sus cartas son figuras de una ‘yor patlante que escribe en tanto que habla. Pero ests cartas han sido recompensadas del modo ms abundante por a tenunca que lt sosiene, Esto justica hacerlas accesibles a un gran circulo de lectores. A aquel Bs decir, pre I icin de Js cats ce Benjamin mencionada en Ia nots prelmins Fer V0), 311; ver también nota 14 de sInsoduecin alos Exrins. y not dal expla antenor. 64 que en verdad tenfa la vida presente en su abigarrado deste- Ilo se le habia dado porter sobre el pasado. Ta forma de la carta es anacrénica, y empez6 4 seo ya durante su vida; las, suyas no discuten esto. Es significativo que Al, siempre que fe era posible, escribiera sus cartas a mano cuando hacia raucho que predominaba la maquina de escribir; asimismo, al acto fisico de escribir le daba placer —gustaba de hacer copias y de pasar escrtos a limpio—, igual que le animaba Ia aversién a los medios mecinicos: el tratado sobre El Arte cov la era de su rproductbilidad tenia era a este respecto, como otras cosas de su historia spiritual, identificacion con el agresor. La escrtura de cartas amuncia un derecho det individuo al que hoy en dia se le hace tan poca justicia como honor le rinde el mundo. Cuando Benjainin se dio cuenta de que ya no se podia hacer una caricatura de nin- ‘gin ser humano, se acercé a ese contexto; tambien en el tra: {ado sobre el narrador. En una constitucién social global due rebaja al individuo a funcién, nadie estd legitimado a hablar de sf mismo en una carta, como si siguira siendo el individuo no comprendido en ella que la carta dice: el yo en la carta tiene ya algo de ilusorio. Subjetivamente, en la era del derrumbe de la experiencia, Jos hombres ya no estin dispuestos a esenbir cartas. De mo- mento, parece como sila tenia pivaa alas cas de sa supuesio previo, Como las carts, en vista de las més inme- diatas posbilidades de comunicacién, de la contraccién de las distancias espacio-temporales, ya ho son necesaas, su sustancia se diluye en st misma. Benjamin les aporté un don anticuatio y desinhibido; algo que se iba se enlazaba con la utopia de su restablecimiento. Lo que le llevaba aes caibir cartas tenfa también que ver con su forma de enten- der la experiencia, en tanto que veia las formas histiricas ~y la carta es una de ellas— como Naturaleza que hay que dexentraiay, cuyo mandato hay que seguir, Su posiaon como corresponsal se acerca a la del alegérico: las cartas cran para dl imigenes de historia natural de aquello que so: brevive ala caducidad, Al equipararsea sus en absolut ef eras manifestaciones de fo vivo ganan su fuerza objetiva, su cufo y diferenciacién humaniamente dignos. Todavia el 65 ojo, lamentando la pérdida que se avecina, reposa tan pa Gente ¢ intensamente sobre las cosas como tencria que vol- ver a set posible. Una manifestscion privada de Benjamnin ros Ileva al secreto de sus cartas: no me interesan las perso nas, s6lo me interesan las cosas. La fuerza de la negacién ‘que parte de ella es una con su fuerza productiva, La cartas tempranas estin diigidas sin excepcién a ami: gosy amps del Movimiento Joven Alem Libre un gu po radical, drigido por Gustav Wyncken, cuyas concepci nies se aproximaban alas de la Comunidad Escolar Libre de Wickersdort. También trabajé decisivamente en Anfang (Comicnzo), la revista de aquel circulo, que en 1913-14 des ppertd gran expectacidn, Es paradéjico imaginarse a Benja- iin, cuyas reacciones se atenian completamente a su icio sinctasia, en un movimiento semejante, o incluso en cual: ‘quicr movimiento. EI que se precipitara en él tan sin reservas, el que tomara tan enormemente en serio las discu- siones hoy ya incomprensibles para el observador exter: sno— en las «aulas de debate» y a todos los participantes en ellas, era sin cuida un fendmeno compensatorio. Creado pa caret lo general através dl exemo de 0 parc lar, su propio yo, Benjamin sufiia tanto por ello que, sin dude en vano, buses febrilmente Jo colectivo; incluso en su ‘edad maduta. Ademas, compartia la tendencia general del esp joven a sobresimat ols personas con as que se reunia al principio, Transfiré a sus amigos la tensién hacia Ip supremo que le animé dese al primer haa el smo dia de su existencia intelectual tal como convene a la vor luntad pura: como algo obvio. Entre sus experiencias dolo- rosas, n0 tiene que haber sido la menor e] que no séio la mayorla no tuvieran la fuerza de clevacién que él pensaba, sino que no quisieran en absoluto eso supremo que él les confiaba porque es el potencial de la Humanidad. ‘Experiment6 la juventud, con la que se identificaba enca- recidamente, y también asi mismo como joven, en la refle sion. Ser joven se convierte para len una postura de la Conciencia, Era soberanamente indiferente a la contradic: cién que subyacia en ello: niega la ingenuidad ala que sere- fiere como punto de partda y planea incluso una «metas: 66 «a de la juventud*, Posteriormente, Benjamin conjugo me- Jancélicamente su verdad, con lo que daba su sello alas ear tas de juventud, con la frase de que reverenciaba la juven- iud. Parece haber intentado superar mediante la necesidad del mando el abismo entre su propia condicin y el cireulo al que se adhirid; todavia mientras trabajaba en el libro so- bbe el Barzoco dijo en una ocasién que una imagen como la del rey habia significado mucho para él en un principio. In- flexiones imperativas recorren el panorama encapotado de las cartas de juventud como rayos gue quisieran incendiar- el gesto anticipa lo que después hard la fuerza intelec- tua lene que habet sid prtotipito sup fo que losjére nes, estudiantes por ejemplo, reprochan ficil y gustosamnen- te alos mas dotados entre ellos: que son arrogantes. No se muede negar tal arogancia. Marea la diferencia entre lo que Ex‘personas de mismo rango intelectual saben que cs su posidady agudllo que ya son; diferencia la compen San por medio de una conchicta que vista desde fuera forzo- samente ha de parecer prestntuosa. El Benjamin maduro deja traslucir poca mas arrogancia que aspiracion al mando, Era de una total cortesla, de gran encanto, como queda plasmado también en las carta. En eso, Brecht se le parecia; Sin esa cualidad, la amistad entre ambos apenas si se habria ‘mantenido, ‘Com la vergiienza que con frecuencia atacaa Jos hombres, de tal autocxigencia, a la vista de la insuficiencia de sus co rmienzos —una vergienza que iguala a su anterior autocst ‘ma—, Benjamin trazé una raya al pie de su periodo de par ticipacién en el movimiento juvenil cuando tomé concien- cia plena de si mismo. Sélo con unos pocos, como Alfred ‘Cohn, se mantuvo ef contacto, Naturalmente, también con Ersnt Schoen; su amistad duré hasta la muerte, La indes- criptible distincién y sensibilidad de Schoen tiene que ha berle afectado hasta lo mis intimo; sin duda fue uno de los pprimeros entre sus pares Jos que conocié. Los pocos aiios| que Benjamin, tras el fracaso de sus planes académicos y 7 Ver ltd de Benjamin del mim nombre, qu ued pment io: H(1), 91 3 104. one 07 hasta el estallido del fascismo, pudo vivir en cierta medida sin preacupaciones, se los debe en no poca medida ala so lidardad de Scoen, que como director de programas de Radio Frankfust le dio la posbiidad de una colaboracion permanente y frecuente. Schoen era una de esas personas ‘Que, profundamente seguras de su propio ser, gustaban de retirase ante otros hasta la autoextincin sin el menor re Sentimiento; tanta mas razon para recordarle cuando se ha bla de lo personal en Benjamin, En la época de la emancipacién, ademés del matrimonio con Dota Keliger fue decisiva I amistad con Scholem, un hombre intclectualmente a su altura; quizd fue la mas inti ‘ma amistad de la vida de Benjamin, cuyas dotes para la amis ta gulaban en ran media as ote par ecru cpistolar, incluso en rasgos excéntricos como el secretismo ghee movin, sempre gue ps, a muntene scars tte sia sus amigos, que no obstante por rela general se co noclan, dentro de en eivulo necesaamente linitado, $i Benjamin, por aversion contra los clichés en materia de ciet cias del espirtu, apartaba de sila idea de una evolucién de su trabajo, la diferencia dela primera carta a Scholem con to- das las anteriores muestra, junto ala curva de la obra misma, ccuinto se habia desarollado; de repente, aqut esti libre de toda premeditada superioridad. Su lugar fo ocupa esa ironia infiitamente delicada que le daba su encanto extraordine rio en el tat privado, 2 pesat de lo raramente objetivale, impalpable de su figura. Uno de los elementos de esaironia cera ue este hombre delicado y sensible jugaba con los giros iiomaticos populares, por cemplo berlieses o jucios [Las cartas de los primeros tos veinte no se han quedado. tan Viejas como las escrtas antes dela Primera Guerra Mun dial, En elas, Benjamin se despliega en atmables anécdotas y relatos, en precisas férmulas epigramaticas, a veces tam> tiga “en absoluto con demasiada frecuencia — en argu- mentaciones tedricas; se sentia empujado hacia ellas cuan: do la gran distancia espacial negaba a este cosmopolita la iscusién verbal con el comesponsal, Las relaciones litera tias estin ampliamente ramificadas. Benjamin eta todo lo contrario de un desconocide recign descubierto, Su calidad 68 sélo se podia mantener oculta alos ojos de la envidias se hizo generalmente visible a través de medios publicisticos como la Frankfiter Zeitung y ol Literasche Web. Silo en el prefascismo fue desplazado; todavia en los primeros aitos de la dictadura de Hitier pudo publicar algunas cosas mas, en Alemania, oculto tras un pseudénimo. En su progresién, las carts proporcionan una imagen no s6lo de dl, sino tam bign del cima espiritual de la época. La arplitud de sus ‘contactos profesionales y privados no se vio menoscabada ppor ningin tipo de politica. Iba desde Florens Christian Rang y Hofimanasthal hasta Brecht; la complejidad de sus miotivos teoldgicos y sociales se transparenta en la comes pondencia. Se adaptaba de muchas mancras a los corres- onsale, sin que ello disminuyera su especifidad; sentido de a Forma y ditanda elementos constutives de hs car tas de Benjamin en general, se ponen entonces al servicio de una cena diplomaci. Tene algo de conmoxedorcuam cdo uno se figura cudn poco le facilitaban la vida esas frases a veces estéticamente meditadas; cud inconmensurable € inacepablementesigu6 sindo el que ea, a pesar de sus &ritos temporales. Pemitasenos sefalar con qué dignidad y, cuando no se trataba de la vida desnuda, con cuanta flema soporté Ben jamin la emigraci6n, aunque ésta le impusiera durante los Primerosafios las mis mses condiciones materiales y aungue él no se engaftara un instante sobre el peligro que conlleaba su permanenciaen Francia, Lo ast en sas de su obra mayor, os Pag de Par Su postu de enon ces alcanz6 lo aprivado, casi apersonal respecto ala prospe- fidad; como se considera instramento de sn pensamier tocomo no entendia su vida como un fin en s{ mismo, a pe sar o precisamente por la inabarcable riqueza de contenido yy experiencia que encamaba, no lament6 su destino como tuna desgracia privada, El verlo en sus condiciones objetivas le dio la fuerza para alzarse sobre él; esa fuerza que en 1940, incuestionablemente pensando en su muerte, le permitiS, formular las Tesis sobre el concept dela Historia, Sélo al precio del sacrifcio de lo vivo se convirti Benja- ‘min en el espritu que vivia dela idea de estado sin sacifico. 69 | i i En memoria de Benjamin (1940)* Walter Benjamin, cuya muerte publicd Aufla ol 11 de octubre de 1940, era ampliamente conocido en Alemania ‘como publicist sobre todo como colaborador del Frmk- iter Za yc Litrarische Wel, Muchos conocian tant bien sw nombre como el del magistraltraductor de grandes partes de la obra novelistica de Proust, Pero su importancia| fs de una dimension distinta, Si alguien, una vez. mas, cio hhonor al desacreditado concepto det fildsofo; si alguien, tuna vez mis, se percatd de la posibilidad que habia en lo real mediante la fuerza y la onginalidad de su pensamien- to, ee foe Water Benjamin, Es i eres de I cidn el que se le negara el reconocimiento pablico al que el brill de sus dotes pareca hacerleacreedor. Siguié la pul sin de unas aptitudes incomparables y no buscé un escon dijo en lo cxistente, en las escuclas filosoticas y en los hi bitos intelectuales reconocidos. Insisti6 en contemplar to- dios los objetos tan de cerca como le fuera posible, hasta Gue se volvieran ajenos y como ajenos entregaran su secre- 0, No se libré de la falta de aquiescencia, Se quité una vida ~T Big paula apres eos An, dmg eb iyi Co send gentas Shy Sid io el oa ype tno ren et Ge Sy tn Se elena om stb Cal Rn 9st tom 207 Fart ert France 5 pigs 9 Benjamin mais e126 de septiembre de 1940 en Port Bo 1 que el mundo queria negarle desde que empez6 a pensar, Sus trabajos filoséficos no aparecieron como sistema, ni como esboz0s libres, sino que adoptaron la forma de co ‘mentary critica de textos. En ellos a tradicién de la teo logfa judia se abria paso en un pensaiiento que se referia a ‘materias profanas para atrapar el rastro de la verdad en sus ccapas mis impenetrables, Del circulo de esas interpretacio- ‘nes las més importantes son las de Lats afinidadesekctious de Goethe y el libro El origen de larga alemanc, que intents interpretar el drama alemn del Barroco bajo el signo de la «salvaciOn» de lz alegoria prohibida por toda estética oficial a filosofia de Benjamin estaba dominada por la tensibn centre a doctrina dela sireaidad de la desesperaciéne?y la dela naturaleza caida del destino, la mitica econtinuidad de ‘culpa de lo vivo>’, En afios posteriores, esta tensién se tr- do para Benjamin en una tensién social, sin sacrficarnin- ¢guno de los impulsos originales. El ibro de aforisanos Direc. ‘iin tnica dio entrada a esta fase. Suit resultado es el trabajo sobre Baudelaire publicaio en la Zeitcrif fir Social: _forschungt, no de los mas grandiosos testimonis histérico- filos6ficos de la época. Forma parte de los aledatios de una bra sobre Paris que se plnteaba fa aca de esrb a Pre Visor filosifica del siglo xtx. Esta obra, que ocupé a Benia- ‘min durante quince aiios y hubiera llevado a su realizacién todos las motivos de su flosofia, no llegé a ser concluida, Es imposible dar en pocas palabras ni siquiera una idea de la fr Ge Benjamin, Hasta ahora, ha esta proseida por la exclusividad. Se desplegard en el tiempo, porque in ‘cluso su deseo més secreto es el deseo de todos. Pero se ha perdido la mirada que veia el mundo desde la perspectiva de fos muertos, como si yaciea ante él en una penumbra solar: tal como puede aparecer a los ojos del redimido; tal como cs, De manera incansable, esta mirada mortalmente triste de rramé toda clase de calor y esperanza sobre esta vida eid * Ver arb, nota 16 al capitulo «Caracterizacion.» 2» Verh 38 y UC) 173 ver tambien nora 6a sCarsceiacin y 3 slagroduesion a lee Bia.» erg), 605653 Epilogo a Infancia en Berlin P hacia 1900 (1950)" “Walter Benjamin, nacido en Berlin, vivié alli hasta el mo- mento de la emigracién, Largos viajes, largos periodos de ausencia en Pars, en Capri, en las Baleares, no le hicieron infiel ala ciudad. Pocos conocian tan a fondo sus barrios, Jos nombres de sus lugares y sus calles le eran tan familiares como los del Génesis.A este hijo de una antigua familia ju dia berlinesa —y de un anticuasio—; hasta lo carente de tw dicion en la capital neoalemana le parecfa garantizado des de siempre por la tadicidn, lo més reciente como parsbola de fo mis agua : i La Infancia cn Berlin tiene su otigen hacia comienz Jos afos treinta, Forma parte del citculo de aquella Prchisto- ria de la Modernidad en la que Benjamin trabajé durante los iltimos quince aftos de su vida, y forma el contrapeso subjetivo a las masas de material que reuni6 para la prove tada obra sobre los pasaies de Pars. Los arquetipos histori «os que queria desarrollaren ésta a partir de su origen prag mitico-social y filoséfico debian destellar con dureza en el 7 Tc tot, st n 980s de ema anima com slo -Bpdogs ens pcs ees un ro de Begin dopa des ine yoo tt nin Fro He Zo Tete Elis pms ca pret eb pode dele Evo ders ction Along, Geek Sn tom Ear Ve oul cs 198 pls DOU 2 libro sobre Berlin desde la inmediater del recuerdo, con la fuerza del dolor por lo irecuperable, que, una vez perdido, se convierte en alegoria del propio ocaso. org la ingens que leva ast un chocante cee ‘nia no son ni idflicas ni contemplativas. Sobre ellas cae la sombra del Reich hitleriano. Abrazan ensofiadoras el esca loftio ante lo largamente ido. Con terror pico, el ingenion ‘burgués se ve a sf mismo en el aura ruinosa del propio pa- saclo biogréfico: como reflejo. Concuerda con ef lbxo qus Benjamin ao viera la publicacién del conjunto; que en la riseria de los primeros afios de la emigracién tuviera que spur macs de pares rena, sobre td ankjiter Zeitung y el. Vosscher Zeitung, para st. publica cin separada, a menudo con pseudénimot El ya no cstablecié el orden; varia en los distintos ma- puscritos., Pero el hombrecillo jorobado debia figurar al f- nal. $i esta figura resume lo ierecuperable, la del narrador se parece mis bien a la de Rumpelstilzchen, que solo pue- de vivir mientras nadie sepa c6mo se llama, y que traicio na €] mismo su nombre. Haire en tomno a fos escenarios que se aprestan a despertar en la representacién de Benja. ‘min ¢s monal. Sobre ellos cae la mirada del condenado, ¥ Al los percibe como condenado. Las minas de Berlin res ponden a las inervaciones que se dan en la Gudad en tor no a 1900. Pero el aire mortal es el del cuento, igual que el tisueno Rumpelstlzchen pertenece al cuento, no al mito. Tambien, en sus siniestro-delicadas miniaturas Benjamin siguié sien do el guardién del tesoro de la Filosofia, el principe de los enanos’. Consoladoramente, fa explosién de la desespera- cin Tibera la tierra de las hadas, de la que se habla en un "Ver snot bibliogeis em 1V2), 970972. 2 Ver sin embargo fr luma versén,encontadsentetante, que conte ‘ne una onicnacidn stables port mst Benarnin en VI 385935, > Guandin dl tesore de a Blosfiae es una alain al “Gui del ‘sor el Boe de acon dl Fo atin de Hall el pipe de os, ans lade ade a Cancion dfs enmoe> de Geotge amon, carn 4 poem, ean especialmente esimados por Benjamin (rer VL) 316346 lig) 623). B sa apécrifo! atribuido a Holderlin. Suena como pare Thala letra de Benjamin, y le cogié canto: Enwyelven en ross Ja vide mortal lis bondadosas hadas; pan ein 9a feas, ya hermosas All donde gobiernan todo re, de flores y verdores exmaltados Jussena de topacios ‘oth espiéadidamente fon jarrones de diamante ecorado. De fos aromas de Ceilin cst eteramente los aires ddl jardin recomidoss, fas éaminos, en ver de con Gera, al modo del pais ‘van cobiertos de pers Desde Salomén nadie al arco estado. Exo me ha confiado Te poem epresenca una -abrvituar del Pas de Ls hadass de Bre boc ema de que easten le prtecas es estos va pend ees ergs solo en Ix punta (et Holden Wark, FESS ees Asean tor 22 ta Suter 193, pl 988). Eo Grote eke de futon er no halls abo eparcion me apes ll a sguente ican cn ol egndo de SE her Ta esc de feria cp Be. Ademss, TWA ger Aaetreae pagueteces dl ello ebide al ator de aquel poem ¥ ae mc ca ca np tl coms comesponde #50 UNH = Gu oc vemor sn cual cao, aa estucrra del poema no Je ee Sonden estar de cuto ene sito dace Nos ae are, Seo Seredmets de Hokierin (eral pec Werner Rea. | Ta fir Did Rita Bena, Mini 196, pig. 7072) a sun esprit aéreo i fen gratas de Las momias \ Las ton cca iit on atin le on rues vistas desde la erspectiva de pro de a vida larga mente perdida, sino también Meera delacice Ge age seronanta tom mientras animaba asus modelos Tguardar un silencio cordial. Recuerdos (1965)* Por profunda que fuera mi impresién al conocer a Benja- ‘min, no me es posible decir con toda exactitud cucu le co noel. Sé que fue en cl afio 1923, Pero lo vi en dos ocasiones seguidas en breve espacio, y ya no puedo decir con segur dad cual de ellas fue la primera. En cualquier caso: una de ellas fug en una cita en el antiguo Café Westend de la plaza de la Opera de Francfor, junto con mi amigo Krakaue que habla arreglado el encuentro. Our ocasion, yen verdad ‘yanno sé si fue antes © no, en un sesninario, un seminario de Sociologia que impart el recientemente fallecido Gott fried SalomonDelatour Trataba el volumen de Emst ‘Troelsch sobre el Historicismo que acababa de aparecer. En este seminario participaban una serie de personas cuyos nombres se harian conocidos después, como el posterior in tendente de Zurich Kurt Hirschfeld. Benjamin habia ido en = Delorigen del texto informa una nota dels recs dela evn Do ‘Monae su fue unpteso por paren ex: Peer Szond pis 3 Theo dor W? Aocno, Emst Bloch, Max Ryehnery Gershom Schl gue nt ‘ran us recuerdos de Walter Benjamin par el 3 programa de la emis Hire de Belin. Ls venidn eer de estas aporationts —Szondi plan th algunas cueiones. que hago no fet recog em cnt fue erred por los aaores para la prety a queda ua reminisce {a vebal expontines, no ecrita La emisionradotonca to fuga en fe brea de 1988, 1s prime oaisGn de avers, covragia se encuenta en Deri, 216 8g 3838 Gc de 269) Tet de dk ‘dn Adorno, Cesamoale Scien, tuna 201: Euotor Vror Fane foe 1986, pigs. PRT, 16 tonces a Francfor, y vivié largo tiempo en la ciudad con la intencion de conseguir una plaza de profesor, intencién ‘que Salomon fomentaba con energia. Puedo recordar clara- ‘mente, por reproducir una de las primeras impresiones tan- giles, que en aquel seminario Salomon gustaba de las di- gxesiones, no mantenia un rumbo muy «stricto, y cuando se iba incluso demasiado lejos del tema, Benjamin siempre |e interrumpia, sonriendo a su modo silencioso, lanzando las palabras, en cierto modo premeditadas: «id vocem Troclsch, af oon Troelisch? Bl tono, ee tono extatr ‘mente objetivado de la palabra hablada, se mantiene inolvi- dable para mi. Vi a Benjamin con bastante frecuencia, yo diria que al ‘menos una vez por semana, probablemente més, durante todo el tiempo que vivid en Francfort. También después re- gularmente y mucho, no sélo en sus visitas aqui, sino sobre todo en Berlin. Creo que también estuvimos juntos una ‘vez, probablemente en el aio 1925, en Talia, seguramente en Nipoles, pero ya no lo puedo jurar'. Muy dificilmente se puede hablar de una sinalidad> de esos encuentros. Nos ee ee ace 40 atios, simplemente para charlary tira un poquito el eso tedico que folaa en se momento, Ax cota también con Benjamin y conmigo. Yo era entonces joven- cisimo, ¢) 11 afios mayor, y yo me consideraba sin duda el ‘que recibia. Sé que le escuchaba con inmensa fascinacién, due le preguntaba detalles a veces. Pronto vi cosas suyas que me daba a leer antes de publicarlas, concretamente el Sata sobre la afndadeseletivas del ue lun mano crit, una copia mecanografiada; despues la introduccién a fos Tbkans Paros de Baa, sobre la taea del ade tor. De éstos leila galcradas dela edicién, que apareci6 en esa época en una editorial que creo que se Ilamaba Weiss: bach, de Heidelberg, Después me quedé muy impresionado con tna larga recensién en el Frankfiater Zeitung que publi 5 con su nombre y con el de seiiora Asia Lacis, aunque di: A fines de septiembre de 1925, Ado ySiged Kraan, qe vis poles jaban juntos Raise enconsraron con Beran en NS 7 | | i ficilmente pueden caber dudas de que este trabajo era total yeenteramente producto de Benjamin’, ‘A estas producciones se afiadieron muchas més cosas, y en realidad el contacto ya no se interrumpi6 nunca. Nos vi ‘mos una y ola vez, a intervalos, naturalmente mucho en’ Paris, durante la emigracién; antes en Kénigstein en el aio 1929, cuando nos ley6 los primeros textos del trabajo Sobre los pasajes. Nos encontramos en todos los lugares po- ables del updo, geo sin pensar en planes 0 alias, Simplemente baj el signo del comiin fllosofar, si puedo de- cirlo sin parecer pretencioso. ‘Benjamin era de una productividad ni mis ni menos que jnagotable, que se renovaba 2 partir de si misma. Apenas s¢ ia hablar con ni siquiera de las cosas aparentemente ‘nds banales e indiferentes, sin que esa productividad apro- vechara transformara todo lo que tocaba. Si antes he di cho que filosofibamos juntos, esto, no ha de entenderse como cuando los orencs que Se deican la lost por ser su especialidad hablan entre si ce Filosofia, Lo incluso {céricamente significativo de Benjamin es que en él la fuer za filosofica se extendia a objetos mo filosblicos, a materix les aparentemente descoloridos carentes. de’intencion. Casi se podria decir que se mostraba filovsficamente tanto mis brflante cuando aquello de lo que hablaba no era, por asi decirio, objeto oficial de la filosofia, Por eso, es dificil delimitar tematicamente las conversaciones, Pero puedo re cordar que, incluso cuando diseutiamos sobre cosas flos6- ficas en sentido estricto, a menudo me hacia una impresion extraordinatia con sus frases escuetas, un poco sentencio sas. En una ocasidn, por ejemplo, acudia 2 él para desarto- llat, en relacién con determinadas consideraciones de teo- tia del conocimiento, una diferencia entre intenciones de fundamentar e intenciones de cumplis, y él lo techazé de ‘manera cordial, pero al mismo tiempo muy critica, dicien do: bueno, estin las intenciones de fundamentary. las in tenciones de camplir. Entendi que con ello dejaba sin efec- to toda esa esiera que se deriva de la Fenomenologia de * Ver VG), 307316. B Husserl, de su forma concteta de pensar, de reventar los ob- jets coucctey, ss doeuts 0 ehiar iguncaioe apie then or su cena un tanto académiamente ‘igida has serd una fantasia a posteriori que diga que desde mT ‘penas momento tuve de Benjamin i impresion de es far ante una de las personas més importantes con las que znunca he tropezado. Yo tenia entonces 20 afios, estaba ya 1un poguito maleado intelectualmente, pero me Cuesta tra Ue conus palabras alias psa reproduc fuerza de mi impresion sin caer en expresiones de curs ex igeracon, Fue como sia través de esa Flosofla se me pusie por vez primera ante los ojos lo que tenia que ser la FE fosofla si debla cumplir aquello que prometia,y lo que no ample desde la subreptiia separcion kanana ene aquello que se mantiene dentro de los limites de la expe fiencia y aquello que supera los limites de la posibilidad de la experiencia. Lo he expresado una vez" diciendo que lo que Benjamin devia sonaba como si procediera del arcano, ‘pero que él en modo alguno era un pensador esotérico en EF pe ono oe ne enone is chocantes para las opiniones razonables habituales lle- vaban en sf mismos una evidencia muy peculiar que los sustraia por completo a la sospecha del arcano o incluso. del fase Sn cd Beaming ran de todo djena dunes peculaidades dal jugador de poker en la forma de hablar y de pensar. De que se trataba de re fuer za nn parangon tanto de contemplacién espinal como de consecuencias pensantes, no podia caber duda para un hombre con sentido de la calidad y no cegado por el resen- met. ‘Si he de reproducir lo exterior, tendria que decir que Benjamin tenks ago de mago, peo en un sentido nada metaforico, muy literal. Une bien se lo podia imaginar con un avo eururucho y una topecc de yanta mages Muy cutiosos resultaban sus ojos, bastante hundidos, cor tos de vista, y que a veces parecfan disparar las miradas, de 5 Vera, nots 2a sous ls Bias i una forma al tiempo suave e intensa. Muy particular tam- bign su pelo, que tenia algo de peculiamente flamigero. Su rostzo tenia un corte muy regular, pero al mismo tiem: po tenta algo —una ver més, es dificil allar la palabra co- recta de animal que acumulara viveres en sus mills. Hi punto de vista del anticuario y el coleccionista, que re- presenta un papel destacado en su pensamiento, se habia ‘arcado tambien en su aspecto fisionémico, Sin embargo, habia otra cosa muy esencial en la experiencia de él que con él no habia algo asi como inmediatez y calor humano en dl sentido usual del tmino. Tampoco se tataba de la idea ordinaria de la llamada intelectuafided fifa. Era més bien como si hubiera pagado a un precio terrible la fuerza imetafisica de aquello que veia y que intentd expresar en palabras inefables; como si hablara por asi decitlo como tin muerto a cambio de poder ver con serenidad y calma cosas que los vivos no pueden ver. Aunque no era en modo alguno ascético ni escudlido ni nada por el estilo, te fia un punto de acorporalidad. Nunca he visto otro hom- bre en el que toda Ia existencia, incluso la empirica,estu viera tan plenamente marcada por la espiritualizacion. Y sin embargo, cada palabra que decia traia consigo una es pecie de felicidad sensorial @ wav dl epi que prob: biemente le estaba vedada como felicidad meramente sen: soul edit, vi ne En la época en que le conoct, sin duda Benjamin no te nis en abut guess amar fa, Ro a cabo tenfa algo que pegatfa muy bien en su propio vocabulario, saveapeid debit. Le presets un gre deo extaore nario, Recuerdo que entonces, cuando Kracauer y yo le o- rnocimos —ocuré bajo el signo de Ernst Bloch, al que yo ain no conocia en persona entonces, sino que lo vi por vez primera cinco aos después, en Berlin—, hablabamos de trabajar el uno o el otro 0 os dos juntos en el disero de tun sistema de mesianismo tedrico. Ahora, cuando se cono- cela filosofa tardia de Benjamin, esto resulta muy invero simil, Pero si se sabe cémo en su juventud las posturas ex tremadamente metafisicas, especulativas, se enttelazaban ‘con motivos del kantianistn, se veré que aquella concep 80 cin no le ra en absoluto tan ajena como se podria pensar por las publicaciones del Benjamin tard, del Beejamin Iadiro,en retmidas cuentas, Pero dado que para enton Ces yo ya conocia con exactitd la flosofia de Bloch desew tri muy pronto, alas pocas vees, que fra como fusse la amistad intelectual de'ambos no se podia hablar de algo ai omo una dependencia © incuso.afnidad espiritual, jendo la hebra de sa pensamiento; que la mirada floss fica de Benjamin tenia algo inconmensurable, unido a £1 como un drgano especial, sobre todo aquella fuerza pm sea de suman ferreting ea concen. Al Eontrario que el de todos los demas flésofos, al contatio tambidn que el de Bloch, st pensariento nose desaolla ba, por paraddjieo que stene, en fdmbito de fos cance tos: Amancaba al contenido fotelectal,espiitusl, precise mente detalles aconceptuale, momentos concretos. Abra Ipinaccedible como con una mgics lave, y se situa as, sn tencn yan pedal fs, en ieconliabl ope sicidn a la esencia chsifcatora, abstract, integralmente grandiosa, de toda la Filosofia oficial, Algo de esta faerea fnconmensurable izadiaba tan lejos de él que cai se perc bia ya cuando se sabia algo de su nombre, mucho antes de onocede en persona ‘Desde el principio, me prometi lo méximo lo supremo de Benjamin, Cuando, por timo, concbie el trabajo so tre ls passes —no lo termind--, evel que de verdad se ha bis acefeado infintamente esa ides, esa Plosofla enter reate claborada en material un tcmnpo coneretay tas Cendente, Nunca dudé de la fuerea de Benjamin para lero abe ni igi ena ocd ca gues jo.en los psajs se alargo canto que se hubleran podido a bergar dudas sobre fa posibilidad misma de llevar x cabo el inmero proyecto. Sin duda era manifesto que aqu se tr {abd de as cosas nds centalesy mds decisas, y que él bier sido capaz de hacerlas. Cuando en el otofio de 1940 recibi en Nueva York ia noticia de su muerte, tuve real y ‘muy literalmente la sensacin de que con esta muerte, que snterrumpia la conclasion de una gran obra, se le habia qu tado ala Filosofia lo mejor que hubiera podido desear, Des a1 : i : de ese momento, he contemplado como una tarea esencial hacer todo fo posible, en la medida de mis débiles fuerzas, ara elaborar fo que quedé de su obra y, frente a sus posibi [igades, solo es un fragmento, hasta poder dar una idea de tal potencial, Prefacio a Estudios sobre la filosofia de Walter Benjamin, de Rolf Tiedemann (1965)* Desde su época de Francfort, en los primerosafios vente, ‘Walter Beajamnin estuvo préxitno al Instituto de Investig ciones Socilecas en a emigractn, convo cn ic bro suyo. Se habian tomado las medidas para su tzasado a Nueva York cuando, obligado en Port Bou por organismos del Gobiemo de Franco a volver a la parte colaboracionista de Francia, se suicid6. Por consiguiente, no es preciso expl- Car por qué el primer trabajo extenso dedicado a su obra se cifia en los Franlfer Benge. Como la propia obra de enjamin, dene aceniosesencalnents floss, Pero io de la concepeién del Instituto de Investigaciones Sor Elologias no seguir sigidamente la dvisin cientifica del ra bajo al uso; esto mismo expresa una conciencia objedivada que se opone al conocimiento de sus condiciones sociales, = Bi to, may de 1968 spar en gen as ie siaxde Is te, ding por Adomo: Rol ederann: Eads a fio- le de Water Bosants, Con un prélogo de Theodor W. Adora, Arcos 965 eine Beige Zu Sela, ol 10, pis VER ‘Tent pat esta edcim: Ldomm, Creal Sf, come 2.1 Exros Varios Pravetort 1986, py 17882 7 Vera eds deltabsj de Tiedemann menconsda en la nota pret 83 Hay tantas més razones para imprimir el trabajo de Tie demann cuanto gue el movimiento del pensamiento de Benjamin, en un largo proceso que empez6 con dudas acer: cade la posibilidad del sistema, gand cada vez més conteni: ddo objetivo por su propia fuerza de gravedad. Por tiltimo 1pasé ala teorla social, también en las investigaciones mate Halsociolbgicas tealizadas, sobre todo las de critica de la ideologia. El hecho de qué en su libro incompleto, planca do como el mas importante, los Pages de Parts, creyera po der sustituir ampliamente ly intencin te6rica mediante el Imontaje de materiales sociolégicamente relevantes mani: fiesta de manera extrema ese cambio en la postura de Ben: jamin, La intespretaria mal quien, como suele pasar en el sgremio de la filosofia, la entendieta como lo que se da en Tamar sociologismo. Benjamin no queria susituit la rfl xi6n sobre las cuestiones floséficas por la reflexin sobre su ‘génesis social; mas bien buscé —una idea de inmenso al cance— en la concrecién social el micleo de la verdad filo séfica misma, tal como lo expresa el provocativo fragmen: to de los esbozos de los pasajes en el que dice que lo etemo es mis un adomo en fa ropa que una ides? Precisamente este gio expuso a Benjamin a un malenten- dido que se da la mano con el interés por cuando menos neutralizar conocimientos a cuya fuerza apenas es posible sustraerse si uno no se Ie ha atrofiado por completo el sen tide de la calidad intelectual, Desde que la edicién en dos tomos de sus escttos aparecié en Suhrkamp hace diez afios, la repercusion de Benjamin ha aumentado incuestionable mente, sobre todo en el mundo de la literatura, que en su momento habia ignorado su obra sobre cl origen de la tr gedia alemana. En cambio, sin embargo, para la opinién put biica la obra completa de Benjamin pasa hasta hoy por ser esencialmente de critica litearia en sentido estrcto, si acaso ensayistica, por més que la introduccién a sus Eset! se es forzara en despejar tales clichés. Si fueran ciertos,o bien se podria limitar a Benjamin al sector en algiin modo especif ‘Ver Vb) 373; ver tambidn aria, aot 3 a sCaraterizaién.» ‘Ver an, seduccin 2 ks Boni co de las Hamadas ciencias del espiritu, 0 su, produccién, como si fuera una suma de ocurrencias aisladla, se despa charfa con ese rencor contra lo ingentioso del que padece fa tradicién alemana desde que Hegel le ech en cara la capa- ciddad de expresinltearia de a Tlustracidn francesa. En rea lidad, [a teoria de Benjamin aspiraba al rango supremo, ya se le llamara filosdfica 0 social, Incluso alld donde pareci6 conformarse con lo erlticorestético, secularizé sus motives © especulativos. Sélo en st ilacién, que se mantuvo a pesar de todos los cambios, incluso sus andlisis concretos ganan sa vertladero peso; slo cuando se hacen transparentes ala teo tia muchas veces implicita se garantiza en ellos a evidencia gp antes meramentefscinab. El gan méso de Rol Tie emann, que ifcimente se puede sobressimat, cs he berse planteado esiatarea y haber Ilevaclo a cabo por prime- 1 vez una presentacion e interpretaciOn del teérico Benj min, comprimida y sin embargo en tun marco amplio. ‘Lo que le importa es a consiruccién de la obra de Benje ‘min, en el sentido del concepto de construccién de Sche- ling. Sus decisivas desviaciones del pensamiento filos6fico tradicional se muestran precisamente en los puntos desde Jos que sigue lanzando sus impulsos. Ademés, Tiedemann traduce al lenguaje tradicional el lenguaje muchas veces eso- ‘ico de los escrtos juveniles de Benjamin. Los grupos de tgmas ¢asgnan en principio ala dicplinastradconales: ‘Teoria del Conocimiento, Estética, Sociologia del Arte, Fi Josofia de la Historia, Sin embargo, Tiedemann muestra la insuficiencia de tales atibuciones, por razones inmanentes al modo de filosofar de Benjamin. Ieual que éte buscaba el gran contenido de verdad en el detalle microl6gico, la in Yestigacininsiste una y otra vez en los detalles dela teovia; sélo en ellos espera encontrar el acceso al todo. Despliega, confotme a este programa, la forma en que a partir dela ext tica de Benjamin al idealismo y el pensamiento sistemtico se forma un concepto especifico de concrecién, Segin Tie demann, Benjamin se mueve por Ia voluntad de recuperar ‘mediante el pensamiento lo trascendente, lo que es en si, el 4mbito apartado por Kant como dogmatico, y ello a wavés de un método tan unido a Tas cosas que, paradjicamente, 35 econ | se aproxima a los métodos empiticos, a la sexperiencia». La frase de Goethe sobre la delicada empiria, que se ha vuelto demasiado usual, gana una gran seriedad, “Tiedemann ha tenido ocasién de apoyarse en gran medi dda cn manuscritos inéditos. Cuando entra en los materiales su procedimiento, confrontado ala exigencia de los propios| textos, se coavierte también en critica; al intento, inevita blemente dogmatico en sus primeros extadios, de salir del Citicismo. En principio, esta salida sélo parece lograda en ‘su teoria del conocimiento, con la que Benjamin introducia dl libro sobre el Baroco. Bi lugar de la Filosofia rascenden: tal lo ocupa, mediante la protesta de Benjamin contra la formaciin de conceptos clasificatorios, la Filosofia del Len ‘giaje. Anticipa algunas cosas de la de Fleidegge; sin embar- fo. gs aspecos cents amos son ineconables ee ite si, Segin la doetrina de Benjamin, a la verdad snisma le ¢ inherente un niicleo temporals! que veda el concepto de un ser ontol6gicamente puro. La segunda parte dela investigaciin pasa a los escritos de Benjamin sobre un complejo material: el arte. El eoncepto del origen, relevante a este respecto, es interpretado, basin ddose en una nota manuscrita tomada de la herencia del a tor, como transferenca ala Historia del endimeno prmige ho de Goethe desde la Naturaleza. El modelo de tal aver guacién del origen es la teroia dela tragedia de Benjamin. Fl fercer apartado de la segunda parte, un andlisis de los taba. jos socioldgicos tardios, prepara el tercer estudio, dedicado a {a Filosofia de la Histona. Mientras l estética de Benjamin determina el contenido de verdad de las obras de arte como ‘contrapartida a la constitucién mitica de la existencia, y en el Atte pucs, frente a la base histéricosocial, descubre un ‘punto de encaminamiento hacia el progreso, a mismo tier- [po si Filosofia de la Historia se cirra precisamente en tomo 2 una ctitica del concepto de progreso tal como era esencial én la Blosofia modema de la Historia, de Vieo a Marx. To Ver Va, 578 5 Verto) 958s también Tiedemann, op cit, pgs. As fen few edict de franco 1973, pigs. 795). 86 dos ellos veian el progres teleolégicamente anclado en ei curso inmanente de la Histona. Benjamin sin embargo insis- te, de forma similar a como lo haria Kafka en un aforismo publicado con posterioridad®, en que todavia no habia teni- E> lugar ningin progreso. Al mismo tiempo, somete a una critica radical la postura basica de la escuela histérica, la ‘scomprension de lo que ha sido», que defiende de manera cjemplar Wilhelm Dilthey; la deseamascara como insu ‘ciente por subjetivista. Ante el telén de fondo de la Filosofia jdealista de la Historia, por una parte, y del Flistoricismo por ‘otra, el concepto de utopia de Benjamin gana en definicién. Se atiene, en la tradicién del mesianismo judaico, a pensar en la edencién como algo pertenccicnte al mundo interior que es idéntico a la liberacién social; precisamente por es0, sin embargo, prohibe a la teorta querer producit redencién y liberacién a partir de la mera subjetividad, deslizarla subrep- ticiamente en el medio intelectual. Con ayuda de una discu- sién de la obra fragmentaria tardia de Benjamin, Tiedemann desarrolla las implicaciones de su concepto de utopia, que designa como centro de toda su teoria, fientras Tiedemann se limita a algunas complejos cen: tales y se guarda del ominoso ideal de la totalidad, su con- centracién ha logrado sin embargo mostrar la unidad, la cs- trecha ilacion y la fuerza constitativa del pensamiento de Benjamin. Después de este trabajo, a nadie le sera posible atrincherarse tras el arguimento de que lo inaugurado por Benjamin es de cardcter ingenioso o rapsodico. ‘Avesa misma intencion sire la gran bibliografia, confec cionada con infinita fidelidad filolégica’. Quien a partir de ahora se ocupe cientificamente de Benjamin tendrd que partir de esta bibliografia, igual que el trabajo tedrico de Tie. are seri a base de cualquier otro dedicado a Benjamin ened Bituro Wer Fane Kall, Peano leo el apo ts eco pres proceed kgs ctor 186, pig Ss cr ene progeo Eis no ate ul ese ays product progres Eso no wa esr Peedi op.) 180215 Qo bid slo st ncaa em ta primers edo) 87 | Me Notificacién provisional (1968)* Después de que iltimamente incluso el silencio esté ‘comprometido en Alemania, respondo alla replica de la re- daceién de Alternative que public el Frankfurter Rundichaw 128 de febrero’, Me voy a limitar a muy pocas cosas. Rolf Tiedemann ublica en estos dias en Argument una detallada respuesta a acusaciones de Aliematize'. Respecto a la controversia sobre la interpretacién objetiva de Benjamin a la que se de- * Este tet apurec6 en Fanifiter Randicban 63.1968; ee ecto in smedintmente antes Teno deena econ: Adana, Geel Siem, {mo 201 Euas Vari, Franclor 1986, pgs. 182186. "La ows 5 efit al entones present egal Hein Lube, de age ge pep enc damp de onenon Xin bj el rgunen nan neg a pronunciane a respect. 7 [aroana dla pais como mime Ub F057 (creck ciel de 1967) un volumen dedicalo 2 Benjamin en el que se poem cot Ae cae ce npr ean. Ean atin ro recoidos por Wola Scat ee aftr Ra ‘i done feo cree po Sed Uriel 0 2411968 An Aplicada redaecion del Fronbae Rundichan de 28.1968 sgl una respst de a evita ore (29 1.1968), aa pe epicb Ral Tide tn 1969) Nee psa de dy res segunda éplica dee edacion de Alena, qe aparece el Faria ter Randa 282.1968 bane Yee R Tiedemann: Za “Beschlagabme” Walter Beslan oder ‘Wie man mi der Paolo Sten i en: Dat Argent 46, 10, vo 172 tmarzo de 1968) pg. 7493. 88 dican los dos articulos del Merkur mencionados en ef Franfierter Rurndschas*, me manifestaré mis en. profundi dad cuando haya leido por entero el ensayo de la seitora ‘Arendt’, Es cierto que en su momento hice depender la publica cién del trabajo «Teoria del fascismo aleminw de Benjamin Arment de gue e tachara a itina fase Elser Ret 1¢ me respond que la redaccién compartia mis reparos. Suger{ que, como es usual, se sefialaran las omisiones por medio de dos puntos entre paréntesis’ Pero esto es también todo. En las «anteriores ediciones» no se encuentra ninguna omisién esencial para el asunto; s6lo se eliminaron, para ahorrar espacio, unas cuantas notas ‘écnicas a pic de pagina, aparte del aparato de notas de la te- Sisy da bro sobre el Barroco. La edicon en dos tomos ve- nila caracterizada como seleccién en mi prefacio; en él dejé claros los puntos de vista conforme a fos que se habia he- cho. No acepté por ejemplo el articulo sobre Fuchs, apare- cido entretanto, porque el propio Benjamin se habia mani festaclo muy negativamente ante mi respecto a ese trabajo, lo que por otra parte viene confirmado en wna carta de Brecht a Benjamin aparecida recientemente’, Dejé a un, lado el primer texto sobre Baudelaire porque, en vista de la ‘notable limitacin espacial aun total de 1.200 paginas, con- sideré més importante publicar el posterior, que en'cual- uier caso consideraba incomparablemente més logrado. Dado que entretanto aparecié una parte del viejo Baudelai “Ver Hanpah Arendt: Walter Benlamins (1 pute) en: Afokar 238, 1y 22 tol 2 cero 1568) pls 8065 Heiner Hessel, ba Males Benanns Sparwerk tb, 179185 * Ete plans no fue het realidad por Adomo; vero obstate ls no- tas pala proyecto ensayo en piginas siguiente ‘ter Benjamin Teri dlfaci loa. Resch) Krieg und Kage, cdi de Ene ange, Bern, 1930, en: Das Argent 30, J. 8, v3 foe Tube 186, pigs. 129137 Reimur Reiche lev como miembro Gel te ddaein de Jigumen is correspondencia con Adorno sabre ly edi, Respect a todo el compljo er R Tiedemann, «Zur “Bechlagnabme® ‘Wale Benamins pt Pigs 87, Perl) 1334. 89 : re en Nowe Rudich, otra va a aparecer en Argument? y ol resto les seguir’ lo antes posible, todo el mundo podré for: tmarse un juicio sobre si procedi rzonablemente. Tas supresiones de la eora dea reproduccion sgeridas por Horkheimer'® se referian al uso por Benjamin de cate gorias materialistas que Horkheimer, con razén, no consi etaba suficientes; tales controversias entre el editor de una revista yun autor son, como sin duda sabe el equipo de At ‘emative, enteramente normales, La discusion se desarrollé en una atmésfera de solidaridad y profesionalidad, de la {ue aquellos que hoy intentan con fines publicitarios hacer sensacionalismo con el nombre de Benjamin y con el mio no parecen tener idea alguna. Mi prefacio a los Exenios menciona también lo que segiin Alernaive quero ola gu a eo de a repredocion . El ‘punto de partida contra la interpretacién natural y suprana- Fiala domo uerpo, que esl fonmulado en el per ver primera con toda nitidez, me parece con toda exactirad el fulo propio...en mi Kierkegaard’ no se trataba de otra cosa, ¥ sise burla usted de la union de Kafka con Pascal y Kierke- Zaardé, me permito recordarle que en el Kierkegaard yo ex oni la misma burla contra la unin de Kierkegaard con Pascal y San Agustin’. Por supuesto, si insisto en una rela: cion entre Kierkegaard y Kafka, ésta es en diltima instancia la dela teologia dialgctica, cuyo abogado ante Kafka se la. imaba Schoeps", Esté mas bien cxactamente en el punto del escrito» del que dice usted tan decisivamente que Kaka habia supuesto, como su heredero, que se podia entender mejor, es decir socaimente, como su prolegomeno".¥ éste 2 de hecho el ciptograma de nuesira teologia, ningin tro... pero por supuesto tampoco una pulgada menos. El Glue gi se Soa pao con tan enorme ers, me parece la mis hermosa garantia de su acter flesbticn sfeade que co- fodi los primeros Fagmentos de los Pasajes"?. En nuestra foanclegcin quisiera ul ademas lasses sobre la mi Sica y sobre el gramOfono y la fotografia", dentro de unas Semana le llegara, espero, un trabajo mio de hace cosa de {un aflo sobre fa forma del disco", que parte de un determi- nado punta del libro sobre el Barroco y al mismo tiempo femplen [a categoria de la alienaciOn objetual y el reverso cast exactamente en el rnisme sentido en que ahora lo veo: 7 Yer Adore Gesamte Site tomo 2: Reka Corsi de bnoii, rnctor 1978 Siri ee : + Ver Adomo, cpt, 20 Sim Jou Schcepr qo unt con Max Bod edits el yolumen dl ego Lar cect de era dra Bein 191) eta) 7 © Epsepotmbre w cab de 1929, Benjamin yb a domo y Hoke hum ea Functor) Ronige, pasted to Peron een de fs Rage be WO) 108) Peril) fie 46. Ver Adin, Gamma Sls, tomo 18: Ester masa VE Fancon, 198 pigs 980594 107 construido por usted en el Kafka; sobre todo las frases so- bre a bellezay la desesperanza'. Casi lamentaria que la nu lidad de las interpretaciones teoldgicas oficiales de Kafka sea sin duda clara, pero no plenamente explicit, como por cjemplo la de Gundolf en Las afinidades elections! (dicho sea de paso, las llanuras del psicoanalitico Kaiser!” desfiguran ‘menos la verdad que la profundidad burguesa de aquél). En Freud, uniforme e imagen del padre caminan de la mano. Guindo usted mismo cai el trabajo de sinconeluso, seria por supuesto convencional y necio que yo le ebatiera. Demasiado sabe lo hermanado que esti agu lo significa vo alo fragmentario. Pero esto no excluye que se pueda ca lticar de inacabacl el trabajo... precisamente porque prece de-alos Pages. Este es su carécter de inacabado. La relacion centre la Prehistoria yla Modemidad atin no ha sido elevada a-concepto, y el fogro de. una interpretacion de Kafka Gene ‘que depender ef dltima instancia de elo, Hay una primera laguna af principio, en la cita de Lukics y la antitesis entre epoca y cra, Esta antitesis no podria ser fructfera como ‘mero contraste, sino meramente dialéctica en si misma, Yo diria que para nosoires el concepto de época es absoluta ‘mente inexistente (igual que no conocemos la decadencia o| cl progreso en el sentido abierto que usted mismo destruye qui), nicamente conocemos ia era como extrapolacion del presente fosilizado. Y sé que nadie me lo admitira en teoria mejor que usted. Pem en Kafka el concepto de era ha permanccido abstracto en el sentido hegeliano (dicho sea de paso, son somprendentes, y probablemente usted no sea consciente de ello, as densas relaciones gue tiene este tr bajo con Hegel. Sélo diré que el passje sobre Nada y Algo!” se adapta del modo més nitido al primer movimien- to hegeliano del concepto: ser- nada devenir, y que el mo- tivo de Cohen de a aroposcion del Derecho afco en Ta Ver lig) 413 2% Ver i526, Hellmuth Kaiser, se fer domo ver a ver lla) 41 8 veerig), 3s. a tig rf Vi, 191 mt) 08" 108 culpa ha sido tomado de és, aunque también de la tradi cién judi, y ciertamente también de la Filosofia del Derecho de Hegel). Pero esto no expresa sino que la anamnesis —o leolvido-— de la Prehistoria en Kafka est! interpretado en su trabajo esencialmente en sentido arcaico y no dialectiza do: con fo que el trabajo vaa parar precisamente al comien- zo de los Pawjes. Lo tiltimo que tengo que decir aqui es que Sé bien que la misma reversion, la misma articulacion insu ficiente del concepto del mito'me es atribuible a mi en el Kierkegaard, donde era superada sin duca como construc «ida J6gica, pero no en concreto, Pero precisamente pot eso puedo sefialar este punto, No es casualidad que de las anéc ddotas interpretadas quede sin interpretacién una: la de la imagen infantil de Kafka", Pero su interpretacién equival dia a una neutralizaci6n de la era ala luz de un relimpago. Esto bace referencia a todas las posibles disonancias en con. ‘reto: sintomas de parcalidad arcaica, de no realizacion de Ja dialéctica mitica todavia aqui, La ms importante me pa rece la de Odradek*. Porque lo tinico arcaico es hacerle sa lirdel «mundo primitivo y dela culpar* y no releerio como precisamente aquel prolegémeno que usted sitfa con tanta insistencia al comienzo del problema de la escrtura. 2No tiene su lugar junto al pace de familia —no es precisamen- te su preocipaciény su riesgo, no se anticipa en él la revocs: ign de la relacion de culpa de Ia criaturt—, no es la preo ‘cupacién —en verdad un Heidegger puesto en pie la clave, incluso la promesa mis cierta de la espera, precisa ‘mente en la revocacién de la casa? Sin duda Odradek es, como reverso del mundo objetivo, un signo de desfigura cién, pero, como tal, precisamente un motivo de trascen: deca concretamente de a eliminacgn del limite y de la conciliacién de lo orgénico y lo inorginico o de la revoca cién de fa muerte: Odnadek -sobrevives. Dicho’ de otro > Vert) a12 & Ver IQ), 416, a como VIM), tas 520 (5g 24 © Bn delta de Kalla La preocupacion del padi de fin, el vo Fugen Ue mi ant E VeelIe), 43 109 : ‘modo, slamente a vida ovate utah ppromtido la escapatoria dela relaciin natural’ ‘as que snuber*; no saclarar, sin duda pero si dialectivi- zar la daléctia y la figura de la nube —en cierto modo ha cer que llueva la pardbola—, sigue siendo el deseo mas inti ‘mo de una interpretacién de Kafka; igual que la articula- cién teérica de la vimagen dialécticas. No, Oxradek es tan dialéctico que realmente se puede decir de él «tanto como nada fo ha hecho bien todo», Al mismo complejo perte- nece el pasaje del mito y el cuento™, al que habria que em- pezar por objetar pragmiticamente que el cuento aparece Como engatio del mito 0 su quiebra, como silos narradores Sticos tagicos fueran To que son en ultima instancia, y Como sila figura clave del cuento no fuera el mundo prema- fico, el mundo sin pecado que se nos presenta objtivamente ciffado. Es en extremo exttaio que los efallos» materiales ue se puedan achacar al trabajo se asienten exactamente aqui. Porque los delincuentes de la colonia penitenciari, si zm spemoria no me engafa del modo més espantoso, son rotulados, no s6lo en la espalda”, sino en todo el cuerpo, por la maquina; se habla incluso del proceso de cémo la ‘miquina les da ia vuelta (este volteo es el corazén de la na rracidn, tal como se da en el momento de su comprension; por otfa parte, precisamente en esta narracion, que en st parte prficipal tiene una cirta abstraccién idealista, como ‘en los aforismos que usted con razén rechaza, no se pue- ‘de olvidar el disparatado final, con la tumba del viejo go nnador debajo de las mesas del café) También me parece ar- caica la interpretacién del teatro de la Naturaleza en la ex Bic amin la taxdn as Kadena demi oposin aelacén di recta con el ward uo en geen contestos ® Veril), 20. 2 Fre de Adamo; ver del mismo: ET tyr dino fou. Opts bade 1 Bah Tin, ec da Re Tiedemann, Prato, 197, pat 95 Veet) 4s 2 Ver iQ), 432 % Sobre ltt Coleraine cee pes cdl te perancay ever deo cir se Raa Yer 2), 25 110 presién afestejo rural o fiesta infantile... sin duda seria més cierta la imagen de una fiesta musical en una gran ciudad de Jos aos ochenta, y el «ate rural" de Morgenstern siempre ime result sospechoso, Si Kafka no et el findador de nin- guna religion” —iQué razon tiene! ICudn poco lo es!—, Sin duda no es tampoco y en ningiin sentido un eseritor de paid. Er ete punto, consider del todo deci as 3s acerca del entrelazamiento de lo alemén lo judo”. Lasalas envueltas del angel no son ningin déficie sino su ‘zasgos; ella, la apariencia obsoleta, son la esperanza mis- ‘ma, y'no hay otra que ésta. Bartiendo de aqui, de la dialéetica dela apariencia como ‘modemidad preepocal, me parece alzarse la funcién del tea two y el gesto, que usted por vez primera ha puesto en el centro tanto como le comespondia™. Los contenidos del proceso son enteramente de este tipo. Si se quisiera buscar Ja causa de los gestos, quiz4 habria que buscarla menos en el teatro chino, me parece, que en Ja smodemidad a saber, ‘en Ja extincién del lengua. En los gestos de Kafka se desi ‘ga la criatura a Ja que se le han quitado las palabras de las Cosas. Ast se induce ciertamente, como usted dice, el cono- cimiento profundo o el estudio como oracién; no me pare- ce entenderlo como edisposicién a la prucbar, y lo tinico {que me parece ajeno al material en el trabajo es la utiliza: ion de categorias del teatro narrative". Porque este teatro del mundo, que slo sepresenta ante Dios, no toler nin ain punto de apoyo fuera, para el que_se cermaria en. si como escenario; asi como, como usted dice, no se puede colgar el cielo de la pared’en un marco, tampoco hay wn ‘mateo escnico paa fa escena misma (ano ser precsamen- 0. ae 2 Det interpretacin de Kala a cargo de Soma Morgenstern, cits dueatioy 3 verti 424 » Ver ll) 432, Vernon a Ver) 416400 2 VerHlQ) 418 donde se usa el concepo de -Dsposiién ala prucbar, «que encl context de Brecht pertnece a toi de eto naa. ul | 4 | | | tel dele sobre a pst de cares, por sso de la com /—eepeién del mundo como «teatro» de la salvacién, en la | asuncién no lingiistica del término, forma parte constitut- vamente que la forma artstica de Kafka (y naturalmente no se podra prescindir de la forma artistic tras el rechazo de Ta figara doctrinal directa) esté en maxima antitesis alo tex | tral y sea la novela, Asi, Brod me parece haber dicho al | Saucho més preciso de lo que podia intr con su banal at. sign al cine. Las novelas de Kafka no son guiones para tex tro experimental, porque de elas estéausente por principio | elespectadorque/podtisintervenir ene experiment sino que son los titimos —y en extinei6n— textos de cinibn con el cine mudo (que no en vano desaparecié casi exacta- mente con la muerte de Kafka); la amabigiiedad de los ges tos es la que hay entre el hundirse en la mudez (con la des- ‘ruccién del lengua) y el alzarse desde ella en la misica; ass dua la obra més importants del constcacin ges ‘tosanimal-miisia es la epresentacién del grupo de perros «que hacen tmtsica en silencio, tomada de las «Notas de un perros" que yo no titubearia en situar al lado de Sancho Panza, Quiza su inclusién aqui podria aclarar muchas co- sas, Respecto al caricter fragmentario, déjeme decir nada ‘més que la relacién entre olvido y memoria™ es sin duda central, pero a mi todavia no me ha quedado clara, y quizé podria articularse con mayor clardad y dureza; permitame decin, como curiosidad, respecto al pasaje sobre la «falta de caticters®, que el afio'pasado escribi una obrita, Asimilae cid, en la que tomé la extincién del carter individual en el mismo sentido positivo; y déjeme decir, también como cutiosidad, que en primavera, en Londres, eseribi una obra sobre los innumerables modelos de billetes de colores de Ver 2), 419. © Vero lato de Katka del mismo nombre, incuido en el volumes egypt de wea hha Verba cera dre Sancho Panza, de Pepaatios de Boao campo, Beghunin se ier IQ), 38 al wo. 2 Vert), 429482 © Ver lt), 418 | © Desparead. 42 {0s autobuses londinenses*® que tiene el mas extrafio de los contactos con el fiagmento sobre los colores de st yencia on Berl, que Felizitas me ensens, Pero sobre todo, déie ‘me subrayar una vez més la importancia del pasaje de la atencién como oracién**. No he conocido nada més im- Portante suyo., nada que pudiera darme una informacin Inds precisa sobre sus motivos mas intimos. Casi me parece ‘que con su Kaha se repara la tropelia cometida por nuestro amigo Emst® * AAnciaiones disponibles en el egado Adore. «9 Ver iV, 263 y VIKD) 424 Ver 2) 82, © Sete sin dua a rst Bloch, Probablemente Adommo haba lnediatmeste antes Hovnca deo ompo (rik 1935 [comet 1934) en el que se eneuesra un psa sobre Kata ver iid, pl 182). 413 . Sobre Parts, la capital del sigl XIX 1. Oxford, 20.5.1935 ‘Muchas gracias por sus dos cartas!. La respuesta a la pri mera se ha retrasado més que bastante porque tuve que ir tunos dias a Londres, ya que rechazaron algo en mi permiso de trabajo y me vi obligado a recabar algunos papeles; tan to mas me apresuro a escribirle al recibir la segunda, De hecho, la elaboracién del esquema® es lo més impor tante y satisfctorio que hubiera podido saber de usted, ¥ tengo que decirle que tendria extraordinaria curiosidad por ‘ver ese esquema, si existe una copia mecanografiada; es Cv: dente que no querré usted desprenderse del original y con fiatlo al siempre dudoso Canal. Pero no es meramente mi participacién teérica —que, en este trabajo mas que en ualquier oto, hay que entender como la mis plena soda consideraciones pricticas. He estado largamente con Pollock en Londres, yes obvio que una buena parte de nuestras conversaciones estuvo de dicada a las cosas de usted, Pollock me ha prometido ex 7 Mirra a oa ca pcee pedi prmes pi era hyd en Pr el 181955 ee dexrato en VO), TIL 3s det eos Pages > Prd Pollock (18941970 ea deco acho dl stat de i vesgacons Soci, ue oy financement» Benjamin den santos 1934 114 ridad, lo que me mueve a pedire esa memoria, sino algunas / presamente que el Instituto, a pesar de todas ls limitacio- es (a lima de las cuales oblige a cesar la sucusal en Londtes), seguiré sostenigndole materalmente.. sin que, ‘Por supuesto, haya podido fijar una cifra Pero, sin optimis. ‘mo alguno, me inclino a valorar muy positivamente esta promesa, y no s6lo porque sé cuanto le aprecia Horkhei. ‘mer, sino también en atencién a mi propia relacidn con el Instituto, Como usted sabe, el Instituto, a pesar de una co laboracion que se puede suponer estrecha durante afi, no ha hecho pricticamente nada por mi. Me parece que he ‘nos llegado a un punto en que eto cmpieza a agobiar se tiamente a Horkheimer y Pollock, y el deseo principal de Pollock exa cortar con el pasado, Para el aio que viene, he ‘mos quedado en que seguiré viviendo en Oxford y termina x mi trabajos las disposiciones dda fongeesiguen sin estar determinadlas en absoluco. Asi que, frente al Instituto, sigo estando en la no desfavorable posicién de un hombre que pettenece a el sin pedir en principio nada para si. El tinico Punto en que insist Fue Ia solidaridad del Instituto a usted, yrebus sc slantibus me parece impensable que usted. se sustraiga a esta obligacién, Pollock sostine a opinién de que el Instituto podtia es perar aportaciones de usted’, y yo no pude rebatirle, tanto menos cuanto que s¢ lo desesperadamente pequeio que ¢s el nximero de aquellos a los que el Instituto puede contar ‘entre sus fuerzas productivas. Me hablé de tres plans: el ar ticulo sobre Fuchs, uno sobre la politica cultural socialde mécrata antes de fa guerra’ y finalmente, para el mayor asombro mio, de los Pass. Adopté —ojald que coincida con usted— el punto de partida de que era absolutamente aconsejable moverke a us- ted a escribir los dos articulos mayores; tanto por el enorme 4 La Mitac de te woia del anime, pabicals por vex primera «en 1956 ver Adorno, Gente Sco, too 5: Sobre Le meter de ‘ena el cocci. Tes as oe ee Prato 1971, pg 7249) "Bs deat, paa a Zul fl Scoot eta por lett Investigaciones Socclégias Ver). 455505, No werta 15

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