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cee DONAGION Dirigida por Hugo Vezzeti Etienne Balibar (aRO3Y oO Escritos POR ALTHUSSER Ediciones Nueva Visién Buenos Aires Baltar, Benne Eseries por Athuse Vision, 2004 112 p1 20318 om, (Claves} Traduccln de Heber Cardoso ISBN 960-502-476.8 ‘1¥ ed. - Buonos Aires: Nueva, 1. Flosotia made - 1 Tule coo 190 ‘Titulo dal original on francs Eerts pour Althusser Venta tnicamento on Amétiea ating © Baitions La Découverte, 1, place Paul-Painlevé, 75006, Pacts, 1991 Get cuveage, publié dans le cadre du Programme @’Aide & la Publication Vitoria Ocampo, bénéfios du seutien du Ministere fangais dos Affaires Btrangéres et dw Service de coopération ot ‘faction eulturele de FAmbassade de France en Argentine. Esta obra se publica on el marco del Programa Ayuda a la Pu blicaeidn Vietoris Ocampo, con el apayo del Ministerio Francés de ‘Asuntes Extranjeros y del Servicio de coopera y atc cultural {dela Embajada da Praneia en Argentina 447753 ‘Toda roproduecitn totale parcial de esta obra por eualguler sistema vincluyendo el fotecopiado- que no haya sido expresamen- # autorizada por el oditer eonatituye une Infraccion a los derechos del autor y ser roprimida con penas de hasta seis afios de Drisidn (art, 62 dela ley 11.728 y art 172 fel Cédige Penal. (© 2004 por Bdiciones Nueva Visién SAIC. Tucumén 9748, (1189) Buenos Aires, Repsblies Argentina. Queda hecho el depésito que ‘mae ley 11.723. Impresoen a Argentina/ Printed in Argentina ADVERTENCIA Me pareci6 que ora nocesario despedir a Althusser, en voz alta, ante todo el mundo. Lamanera de hacerlo consistiéon reunirlos cuatro textos, cscritos en momentos y cizcunstancias muy distintos, donde hhablo de é1, haciéndolo objeto de un diseurso, No introduzco ningxin eainbio, no procuro completarios ni conciliar sus eventuales discordancias. Por lo demds, mi intencién no eonsiste, por supuesta, enno volver arecordar su nombre, sus ‘ideas, sus eseritos o las cuestiones que planted. Muy por el ‘ontrario. En la medida do lo posible, pretendo dejar de ppracticar con é1 los géneros de la eritica 0 del elogio, para no hablar del dela conmemoraci6n, porle quea menside permite que mis recuerdos personales iavadan la argumentacién, ‘También en ese sentido este librito es un adiés, para que la verdadera memoria y Ia discusiGn sean posibles con mayor Hbertad, Parts, 28 de octubre de 1990 1 EL CONCEPTO DE “CORTE EPISTEMOLOGICO” DE GASTON BACHELARD ‘ALOUIS ALTHUSSER' Eneste trabajo se proponen algunas reflexiones acerea de un acontecimiento que durante Ios iltimos quince afios auscits discusiones muy apasionadas en la filosofia francesa: un cierto encuentro entre la filosofia marsista y los trabajos sobre historia de la ciencia y de epistemologia en torno a la ‘categoria de “corte epistemoldgico” que habia esbozade Louis Althusser. ‘Tal vez se me permita sefialar que el problema general subyacente en la empresa de Althusser no es un problema propio de la Milosafia francesa, Puede deseribirselo aat: qué Clase de filosofia de la ciencia es susceptible de diseutir, reconocer y experimentar el caréeter cientifico del materia- lismo histérico (marxismo) y, m4s en general, un modo revolucionatio de saber cientifico concerniente ala sociedad, a practica y ef comportamienta humana? La pregunta no se plantes solamente & propésito del marxismo, sino también, sin duda, del psicoandlisis. También podemos presentar ef problema de manera reciproca: {cuales son las posiciones Ideolégicas ~por tanto, en ultimo andlisis, politieas~ que se presontanen cualquier filosoia dela ciencia oepistemologia, Jneluso cuando sdlo se efieren a diseiplinas "tradicionales” y reconotidas, como la matemética ola biologia? Sin duda que haa sido la realidad de estos problemas, con los que se han enfrentado todos nusstros contempor’énaos, loque explica el * Comunicscignprosentads en el Segundo Cologuio Nacional de Filo fia, Mes, 3 ot de otubre de 1977, Monterey Nuevo Len) (pubicado 5 Lafont y las revoluslones cline, Gal, Mie, 2979) La Sesion tranosn aparecié en ls Calter puloophiguer (Maleeno de Educaién Nectoa), CNDP), n° 12, stiembre do 1983, ° eco suscitado por los trabajos de Althussor y la manera en ‘que, por lo general, ha sido percibido, es decir, como un filésofo que intents tanto aportar un puntode vista marxista en epistemologia como “renovar” el marxismo con ayuda de catogorias epistemolégicas, precisamente por medio del"cor- teepistemoldgico" mocién en laque se concentran las contro- versias, los ataques y las defensas, Sin embargo, asf definido, el abjetivo de nuestra exposi cin resultaria desmesurado, Para comenzar el debate, hoy intentaré solamente reflexionar sobre la transformaciéa que se produjo entre la problematiea de Gaston Bachelard ylade Lotis Althusser. ‘Althusser confiesa haber “tomado” de Gaston Bachelardel cconcepto de “corte epistemolégico". Bachelard era el autor de lo que desde esta perspectiva podrfamos llamar una “epis- temologia histsrica”, cuyos efectos se hicieron sentir de inmediato on la practica de la historia do Ja ciencia. Asi- ‘mismo aunque hoy no voy a ocuparme en detalle de la ‘cuestion— quisiera ante todo tomar en eventa lo que Althus- ser ilamé eu “autocritica”, en la que algunas no quisieron ver mas que la persistencia de sus errores, por no decir la adopeiGn de errores simétricos. 1 Decfa que Althusser sostiene haber tomado de Bachelard el concepto de “corte epistemolégico”, {Cémo fue exactamente ‘eta relacién inicial? El asunto no ee an eeneilloe incluso es posible preguntarse.sinoestamos anteun tipieoeaso de"falzo Feconacimiento", en el sentido freudiane dela expresion. Me ‘parece que en realidad se trata de un concepto original ave Althusser introdujo entre 1960 1965, concepia que par cier- ‘todebe “algo” a Bachelardy que, porsupuesta, se apoya sobre ciertos presupuestos filoséficas comunes, pero que de hecao ‘apunta a un objeto completamente distinto y abre un campo de investigacion completamente diferente, Enefecto, Bachelard no sélona habla de “corte epistemologi- «0",sino que tampooohabla muchode rupburaepistemol6gica" Loquese encuentra canstantemente presente en Bachelard es * Cf Louis Althusser, léments deulortigue, Hachette Literatur asi, 1974 (Elemento de quote, Lai, Bacon, 1975} en expe page 18-8, 2091, 4142 0 Iidea,y las palabras “rompes” y “ruptura” las que alternan: de ‘manera poco ordenada cor las expresiones “revolucion’, “sepa racién clara’, "cambio", ‘profunda discontinuidad”, incluso “reestructuracién del conocimiento’y, finalmente, “division” en el campo del espiritu cientifico. Bn suma, se puede decir ‘que la idea de discontinuidad parece constituir aqui el nico verdadero ntcleo estable, presentada bajo distintas metfo ras, De ahf surge el problema inevitable: gen qué lugar se instaura esa discontinuidad?, entre qué términos o entre qué procesos?* “Aguies cuando hay que dirigirse al sistema de concoptodde laepistemologia bachelardiana. Como muy bien loha demos ‘trado Canguilhem, la invencién del eoncepto de obstéeulo epistemalagico fue lo quo llevs a que “@. Bachelard se revela- Fa como un innovador genial en el eampo des historia de las lenciae" Porque, al rechazar de entrada los mitos empiris- tas de la continuidad progresiva del sabor (bajo todas sus formas, comprendida la del empirismo especalativo de una Raaén eterna), en efecto abre a 1a opistemologia el campo de tun problema real, sin eolucida antieipada y dada: estudiar (a Ja luz do a informacién que s6lo puede proporcionar una ‘précticaefectiva dela ciencia actual) los "actos epistemoldgicos” ‘Recesarios ¥, sin embargo, profundamente imprevisibles, las “sintesis epistemolégicas'sin verdaderos precedentes, m diante los que la ciencia de loreal progresa indefinidamente ‘superando Sus obsticulos epistemolégicos.. jaunidad de la epistomologia y de la historia dela ‘Dehecho, un problema como el que inaugura Bache- lard sélo puede ser tratado y resuelto en el campo de la Tristoria, st es cierto que la estructura de los obstéculos epistemolégices es siempre especifiea y, mas ain, la de los “aetas opistemoldgicos", mediante los que el conocimiento puede superarlos, Diches actos configuran siempre una uni- ‘dad histériea singular de formas tedricas en Bachelard, ante todo matematieaa) y de técnicas experimentales precisas, ‘una unidad zealizada on eonceptos cientificos determinados, Iimposibles de intercambiar entre sf. Por eso la historia dela » A mi jue, le expreion“rupturnepistemalises® slo es definida iotemdticsmente or Osston Bachelard en un pale, en vetdad capa ‘Ge Retionalome apaiqud (PUP, Paris, 1940, edeon de 1982 poy. 104 {Yeguletes, cage etna decarolon a moda de concisisn de Alora Tiome rationnel (PU, Pari, 1953, pg. 207 y siguientes) 'Goorgoe Gangullfein, Etude! hin cde philovphie de aleneet, Vein als 1068 pag: TH u clencia anunciada y,encierta medida, practicada por Bache- lard es, al contrario de una historia ‘iloséfica del saber en general, una historia rogional que sigue la especializacién Gnovil) de las diseiplinas eientificas. Pero al mismo tiempo también es (al eontrario de la simple cronologfa de los deseu: Drimientos) una historia tedrica que reemplaza los proble- ‘mas por las evidencias y les ilusiones rotrospectivas del ‘hombre de eiencia.* ‘Destaquemos al mismo tiempo que esta conceptualizacién culmina dehechoen plantear la primacia de aepistemologia {frente ala historia de ta ciencia, en su fusisn relativa. Bxiste ‘algo asf como un desdoblamiento en constante renacimiento de eae proyecto unitario, La historia de la ciencia sélo es ‘posible en tanto aplicacién de una teoria epistemoldgica. Por ‘Supuesto, con Ia condicion de que ésta, a diferencia de todas las filosofiae do la ciencia anteriores, no ea una teorfa dela permanencia dela Razén (ode la Experiencia), sino que sea ‘una teorfa de la historieidad imprevisible, no finalista, del ‘conocimaiento. ¥ como dicha dialéetiea slo se muestra ya lo hemos dicho-en|a singularidad desusrealizaciones, comoel solo hecho de tratarla “en general” pronto tendria por efecto ‘convertirla en especulacién, es preciso que asa vezla epistemo- Toga se constituya a partir de problemas y de ejemplos histori- 08, sin por ello fundirse pura simplemente en lahistoria de Incioncla. Al parecer, Bacholard asume eonscientemente ese cireulo. Lo asume porque ese desdoblamiento especular de + Debe consderarse como un aspecio sendal dela eplstemologta ‘ushaardian, que tavo importantes consccunclat, cea tess capt lt {hal el eoncepta contizaa por exsienci In unico ea dl concetmienta ‘Sentfienporaue sr fmbien I wndad sing dela tecnologia experimental (~ ncorpora as condstoes do ales {isn dawn cancpla al propio ean del conepio, O. Bechler, Le Formation de Feoprisientiiqu, Vein Pats, 1898, pap Gi) (La frmacian {et eaprta into, Bucnos Airs, Siglo 0, 19651 Non un aislamiente Srbitrarie dolor concepty saan nterrelacien, en 26 "inlerdlnin” (G.Leratonallome sppligus op it enepedal ag 1 slgvisntes,y 144 ¥ sigalenten: Uno das majors elomlos do ota tipo deena eos three ene Act retinas deta physique contemporine Pari, PUP, 161 ba atid reconaliza deface contempordnen, Baenes Aires, Silom; 1671 «props del eonenpto de angi de onda. Al remit ard arvana la epistemalgie dl comentario. ones omire na taoria”y Ise hechs" par Dropener el exbuta ds lee telacioes hietceas eno conetitaca ogo Eateformacin) de Tos concept y el plano de lo protemas, Digo onidad pie” na en el sentido de elemento primero otltima Go qc noe: iG ERE ge seal spam) roa on el enna de wna forme de Roehvelued salve 2 Ja epistemologiay la historia dea cioncia bajo la primacta de la epistemologta, al plantear en general la “regional dad” insuperable del saber ciontifico, se halla orgénica- monte ligada a su tratamiento de problema de la flsofia; si bieneritieaa odaslas losoffasde acienciaqueseencuentran la bésqueda dela “fundamentacin” flosética de la ciencia, ala busqueda de su propia fundamentacion en la ciencia, al zismo tiempo busca una filosofia “Snalmente adecuada” ala ciencia efectiva, quereproduzcaen su propioseno-yodiriaen su estilo y en su método, incluso en su préctica o en su eatrategia~ las caracteristicas rovolucionarias del “nuevo espiribu cientifico” moderno, mde alld del empirismo, ast tomo de la metafisica sustancialista y del positiviame forma lista. Ahora bien, como lo domostré con claridad Dominique Lecourt,*en ese lagar precisamente.seconcentraniasdificul- tades de la problemdtica de Bachelard, hasta tal punto que aparentemente sélo pudo superarlas aceptando que una pistemologta histériea oscilarahacia una filosofia naturalis- tadeloimaginario,loqueestambiénuna filosofiaimaginaria de la naturaleza, “Alrespecto hay que destacar dos aspectos particularos de laepistemologia de Bachelard enlos que su fuerza innovado- ra se manifiesta al mismo tiempo que lo profundo de sus contradiceiones, dos aspectos que cobran un singular relieve Si se compara esa epistemologia con otras empresas que a vyeoes se le han querido homologar un tanto abusivamente, fen especial la teoria de las “revoluciones cientificas” de Kuhn. Quiero hablar: 1) de la division radical entre “conoci- ‘miento comin” y ‘conocimiento eientifico” y 2) de la distin- ‘ign entre “historia perimida” e “historia oficial” de una “Conocimiento comin” _y “eonocimiento eientifico™ ‘La “ruptura” ole discontinuidad bachelardiana en realidad ges directamente una discontinuidad historica, inmediata- ‘mente inseripta en una eronologia incluso razonada. Diga- mos que es, simultaneamente, mds y menos. ‘Dominique Lecourt, Bachar jour a mui, Gratet, Pars 197 *Uncapitule de tatinalsme pptiguae\, pkgs. 102ysgsientan etd congagrad especialmente sons tems. Asmiama, ress Le metriaiame ‘atlonel op, coneusin, pag 207 ysguienta 13 Bs mds, pues si los efectos de discontinuidad pueden ser reconoribles en ol curso de a historia de tl concept ode cual problema cientifico, la nocién de Bachelard no se limita de singuna manera. registrar la diferencia entre un antes yan después. Lo que le interesa a Bachelard no es el simple “hecho” de una discontinuidad, noes simplemente el hecho de un cambio de lenguaje, o de referencia, que conviorte a Jos pensamientos de un cierto tiempo enno-sentido, on losno- pensamientas para otro tiempo, que transforma los discursos de un determinado tiempo en un no-discurso literalmente incomprensible para otro tiempo. Lo que le intereta ee ol ‘mecanismo complejo de esa diferencia, que siempre se inseri- been varios niveles, en el sistoma de varias actividades y de las correspondientes formas intelectuales, No solamente en lnivel delasformulaciones tesricas, sino también en el nivel de la actividad técnica (mucho mis allé de la mera técnica experimental de laboratorio), y en el nivel de la actividad pedagégica (escolar). Incluso se puede decir que la “raptura” bachelardiana, que continta siendo una ruplura puramente cpistemolégica, os decir, ospecificamente vinewlada con el conocimiento, no manifiesta todos sus efectos, no se zealiza cfectivamente sino en el campo de actividades do aplicacién tecnoldgiea y de enseanza, nocesarios para el propio conoci- miento. De ahf esa notable idea de quo lo que caracteriza al pensamiento cientifico noes la abstraccién en tanto tal, sino, por el contrario, larealizacién de la abstraceisn en lo concre to, la produccién de objetos téenicos “absteacto-concretos"; coneretos en tanto incorporan y hacen “funciona®” abstrac- ciones tedrieas objetivas.' Digamnas entonoes que para Bache- Tard nose trata tanto del caso de una ruptura queinterviene 2 "Preisamento Ia época eontempartnen consuma a rupture entre ‘onocmientocotn cnacieeato enti, entre exporioeia comin y ‘denies dentin (cl, In thenen que pradije la lampara eles, Ge FiemenoSncandascnte en vordod romps enn todas aa facies de hum ‘aeion emplendas por le humanidad hasta liga xx En dae las nls leenices, para una era precio quemar una materia, Bn it limpara es Paicon, ol avo nico esis en inpedir qua hiaguna ‘materia se queme. kn antigua tdenica su tps tsenion de combustion at nuwva énienecuna aries do ne-combustien 1 Bion podeman arma, Duns guolaldmparaciecrcaexanebletodel poiesmsetssenttcn Ae fol, resulta pera osstres un my simple y uy clare ejemplo de on thet abr cnet Dara enlender au funconamiente ce necesrio fmprerderun aaj quo nea lv an extadio do ne relaones mtr Feniimenos, es dcr, mana elena ractonal, exprecadaslgebraicnment (CeRaronstisme applique op. et, pgs 102, 105108, te) “ ‘en un campo ya dado, ya definide, que seria el del “concei- riento”, como si pudiéramos saber qué es el conocimiento ¥ ‘qué es conocer” antes de plantearnos la cuestion de una continuidad ode una discontinvidad, Sétolo inverse tiene un sentido: puesto que en ese conjunta de actividades indisocia- blos do investigaciones, aplicaciones, pedagogfas, existe una buena discontinuided ~y de hecho una serie de discontiaul éades correlativas que se desprenden de una resccién en cadena-, podemes identificar en el mismo al conocimiento La propia eategorta de conocimiento es la expresin de ese ‘pasaje, de esa relacién antitética, de ese proceso de ruptura® ‘Afirmo que la tesis bachelardiana es al mismo tiempo smenoa que histérica, Para entenderlo basta con preguntarse acerca de esa categoria, la de “conocimiento comun”, que tiene un aleance esenciaimente negativo y que marea bien la pregnaneia de un puntode vista puramenteracionalista. Ya Ge por sila propia expresion nos pone en guardia: el conoci= riontocomun noes mas que “no-ciencia” ybajoesa represen- tacién combina -se quiera o n0- al mismo tiempo la nociGn, “socioldgica” fuertemente valorizada (es decir, desvaloriza- da) de un*seudo saber” de os ignorantes, dels profanos que somos todos y seguiremas siéndolo hasta tanto no tengamos derecho de cfudadanta en la ‘ciudad de los sabios"~ con Ia rnocién “epistemeldgica” del error ola ‘lusién primeros, nulos ‘enderecho, entidades absolutas en su empresaenel fondo de ‘esa caverna tenebrosa donde el conocimiento encuentra su origen alienado. Por eso, Bachelard recupera inmediatamer te, propéeito del “conocimienta comin’, las naciones flos6- ficas eldsicas mediante las cuales la filocofia ~desde Platén hhasta Kant y aun mds allé— ha representado Ia ilusién y ol error: lo inmediato, la sensacidn, la opinién (como generali- zacién apresurada), la abstraccidn tinicamente formal. Esto, como sabemos, antes de incrementar esa critica racionalista "Bs on ec sentido fuerte -muy alejado, como so v, do una posiion ienticatas que hay gu tomar it tajante expronsn de ©. Conger ‘No rst econoimientovelgar.1,unconocmiento que n0s0a cient co ‘pts coodtnonta, Sotengo que coositenia verdaasr” esta plana. ‘eo, que“eonelmente cess tamlen Toe tambien “lena y ver {ad todo ue oo mismo” (Philamphiw stent, osin de ast ssc, OFRATEP, pero 584-1068) Bn en cea, ‘arece que Althauer, por past, nanes de de aaeener gue al "eerio {laprciea” par el sonacimints or interna ala praia tation Senda ‘Sina Cos incon da acordar que, por defini, una lenin no ee ‘on cv Se dens creeds, cna una pretca aera leas péicas > S's prope deserve. 15 ‘hasta convertila en una toorfa deloimaginario original, que es la condicién de posibilidad (antropolégica) de todas las ilusiones y de todos los errores. De ahfesa consecuencia que, en el mismo momento en que Bachelard afirma “el rol positive del error”, se encuentra masque munca ineapacitada tanto para realizar una historia propia como un andlisis diferenciado (distinto de una ilustracién o de una clasifiea- cidn). Bs “comin” a todas los sontids dela expresidn. Dicho de otro modo, si existe diseontinuidad y ruptura, no existe ‘contradiccién. Y, en conseeuencia, no existe campo real en el que combatirfany se transformarian saberes preciontificos y conocimientos cientifices, en el que se constituyeran por efecto de dicho combate los coneeptos, que son las unidades prietico-teGricas dl sabercientifico. Sotratade un resultado tantomés paradgjieo, una vez més, porque Bachelard inseri- be su “ruptura” on el eampo diferenciado, articulado, de las practicas. {Cudl seria, sogtin él, el estatuto de las tdenicas precientificas ‘empiricas"y? {Hs su historia efectiva, que también realiza una cierta “toma” dela naturaleza, deféndo- se Feducr lo indiferencado do las “sensacionea” de Jas “opiniones” y de las ropresentaciones imaginarias “inmedia- tas”? De a misma manera, oval puede ser el estatuto de las formas pedagégicas que preexisten a la difusién del saber cientifico y que éste reformala transforméndolo, por cierto, pero tan solo hasta un cierto panto? Como ejemplo, basta con pensar agu{ en un caso conerela como el dela medicina para entender que continuadores de Bachelard, como Georges, Canghithem y, en otto sentido, Michel Foucault, no podian rotomar tal eual la conceptualizacién bachelardiana, “Historia perimida” “historia oficial” Encontramos la misma difieultad a propésito del eoncepto de historia recurrente de las disciplinas cientsficas, es decir, de 1a distincién ontre “historia porimida” e “historia oficial”, que nos permitirdaclarar un poco mejarloselementasen juegoen el problema? _Para ir directamente al punto sensible, dirfa que esa distincién inscribe en el propio nivel de la historia de la ciencia una tesis epistemoldgica insoslayable, que es una * Sabre ete pont, véase ante tod Actives rationalise del physique cantemporain, ope, eaptala priser, pps 21-49, 16 tesis materialista. D. Lecourt lo demostré con claridad: la propia epistemologia de Bachelard rompe con elidealismo de Cualquier “teoria del eonocimiento” porque para ella la obje- tividad del conocimiento cientifico no es un problema. La objetividad no ceclama un cuestionamionto ‘eritico” seguido el reaseguro de una “garantia” fctiia: se plantea inicial- mente come un hecho, ya no simple, sin indiscutible, Dicho de otra manera, a diferencia de toda esa tradicién que chspotea a lo largo de paginas y paginas en medio de la aparente incompatibilidad entre la idea de una objetividad de Tas ciencias (0 sea, de una verdad en sus resultados) y la ‘dea de su historicidad (0 sea, de la relatividad de sus resultados, de sus teorias, conceptos y datos), Bachelard fiuestra de entrada que sélo la objetividad del conoeimiento cientifien permite pensar rigurosamente fa historia. Reto- ‘mando fas formalaciones de Canguilhem, s6lo ella permite arrancar a la historia de la ciencia de los dilemas perezosos ddel“azar” y dela “Iogiea”, y mostrar que la historicidad dela Ciencia no es solamente la de sus “condiciones” exteriores (politica y soriologia de las instituciones cientifieas), sinola de la produccién de sus conceptos.® Esto porque la objetiv ad que radica ante todo en el planteo de los problemas fantes que en las respuestas que se los d6~ introduce bien (bajo formas experimentales, mateméticas y légicas desarro- Tadas en cada etapa del progreso del saber) en el propio seno de la actividad cientifica una limitacién material, con la que fl “espiritu” no puede jugar libremente y que se traduce Simulldneamente mediante la necesidad de a rectificacion y por la continuidad o, mejor, la compatibilidad de las sucesi- ‘vas adquisiciones del saber cientifico, con la condicion preci- Samente de sus reestructuraciones”o “sintesis” sucesivas. ‘Un admirable ejemplo de ese materialismo es dado por Bachelard en el capitulo primero de su Activité rationaliste delaphysique contemporaine, apropésito dela historia delas teorfasde laluz entre Descartes ylamecsnicaondulatoria de De Broglie." ie des scence, op et, Inteedae- storia est una raptara que de pan setae Is ‘Sr tevolconsraa, se poede dotormnar con crieca que separa une Fisornper'mida sobre ine warts deia lu, que calming con Descartes, ‘ie una Mtora oficial que comianen con Ia “enstrvesio" por parte de wv Pero esa cnceptualizacn, qu so encuentra ene contro de 1a epistermologia de Bachelard, requiore varios cbeervacionss En primer lugar, mantiene una relacon notable con Ia representacin quo fos cientifios so hacen eomanmente: ce fu! propia practic Es sabido quo esa repreentacion se ‘exprest sobre todo, de manera privilegada, en las “resoNag Historica de las aorta de los descsbrimientos qu, peda Aogicamento, a menudo preceden alos tratados sobre una Aiscotings bgrtcamentouceden carrer active de tn investigador para sitaar y refleionar sobre su apore Bachelare mantiene con esa *historia de loe hombres Go cioneia” una relacién no menos pelemica que con la historia tpiristayelétie dlshistoriadores dela lenis de oa tiempo y le apoyéndose en su propia ectividad centia Reforma Ia toneapeion que los cientifics ee hacen dea historia desu clencia haciendo valr en su gene las lecciones de su propia préciea: tal es el enfoque de Bacholard, La ‘resena histdrea” deloshombresdeclontiamuyamende no amas queel museo, por nodesirelsementerio, dela tories Derimidas, quo son svoeadas somo ljanosorigenee de los fonocimientos moderns, a los efectos de mstrar en le ftcnci tual a culminacidn de un proyesto inmomerial dl sept human ola als, fnuimonte ncontra dun enigma del iniverso. Mientras que eu practica acted oc al Inboratorto intelectual y séenico donde cierto tora, nas exactamento cierto coneentae, aon sancionaony constant: Mente reacivadosenlamedidaen qusimpreteabajanpere Producir nuevos conodimientos obetivesy sn ellos mismer Feproducides tanto conceimientos,Yalaabia dicho Hegel “Taverdad ows una moneda acusada, sta para str gaststa 4 atesorada’, que se pueda guardar ene boll (prafacio de in'Fenomenclagta del expintu) Si no trabae, desaparece. FHayghen dl concept matomazo de superficie de ode, con finde ‘esolror ef problema den dbl reac apts tance deatacble Porguc, a eontaro do une leyenda no fica no intervene en ane Srna omen angen neta at {2 sn en ef enn de propia congo nesina, ane cnaratie oa ye de mais denen manera: Hacelrd nes dice que nee sie ‘tpar ala necsid dees ape: desteel panto dvs doaqealo wee {scsacia act feeder, no aa sie de hoy spa mses cna. co, in fa ina frit, extrac Bee pete) ao neta como verdad bjt, area Descartes se cnraona parse rare’ nents ue lode lend Hayne ure hh 8 Se puedo expresar esta posiiéndiciendo quela distncién entre hitoria pode e historia oficial refleja, en una oncepeidndolahistora delaciencisadecuade” ala pricica Slontlica, lopropiaobjetividad deladistinctn entre verdod error enunciada por cha préctea, ¥, para antcipar una Termalacin que A tausser proponded mds tarde," se puede dlecrque la ncosidad de coreg ana representacin expon- {fun confrontdndola co in objetivided do ga propia prac tia, es la marea de un conficto interno ala“avotaespon- tanca los cintifco” necesariaparavu prdtica. Sepuede doar, Smalmonte, que Bacaelard no se conforma sabi eon fnerementar eapectlativamonte el trabajo centiin, ino {jue enunivelinferviensactivamentetomandoposcion en {hee del matetalismo de los hombres de cienca, en contra detuna de as formas de fa idealisma” También oo preciso ver la Geblidad interna queposa sobre ta pcicin de Bachelard. Ya se la ha perebida y consist en due noimae que el “conocimientocomén’, con al que tend a Hlntiicars, euya instanda represonta en el geno de ln Kisunta rocurente, tampoco la historia “perimida” ene Consistencie prope, una verdagers realidad. Por un lad, Sachelard muestra “la importancia de una gialéctica apro pide al ponsamiento cienifieo en la que “onstantemente ay que formarycoformar la diléticn dea historia pert day dola isoraoficals"y enlaquo,apartirdeestehoe™, {as dijorencasenel sono dalo que be nos presenta recurren ‘Give como leeprohistoria® ce una cioneia moderna rec Man, tnt ela an atin go, Da estima de Mosl sjomplo, que Bacholard evoce brevernente aq, de Geren epstemologea ontreel concept de logisico" yok Gf Scalorieo® on ia qumica del siglo tt eempla tanto mas desacablopronntotada lanoraeatia pitta al ran siempre wa y tte bao l imperio de las “hipotess ‘Sstancialistas- que serian propiedad dela “metefsia”*Y, |b Anos, Papi phir tatiana Same aga Ct Tneones pr dete Iai: at fs cogent Snel Sarees ‘ontonte des sovan, ‘ort ioursode as eponsnca dot cat 19 sin embargo, este andlisis histérico de lo “perimido”, de lo “precientifico’, necesario para larealizacion de una verdade- ra dialéetica historica, en Bachelard resulta perfectamente ‘imposible. Se reeneuentra aqui el otro aspecto de la pareja ideol6gica racionatista de la “verdad” y el “error”, del que hhace un momento vimos el aspecto materialista: lo que eats el Indo del error es lo puramente negativo, no tiene historia real, alosumo una explicacion antropoldgica. Paradecirlo de otro modo, la demostracién bachelardiana de que la ciencia tiene, en tanto tal, una historia (en ol sentido fuerte: dalée- tico) desemboea en esa tosis de que sila la ciencia tiene una historia, Pero Bachelard no puede impedir, entonces, que si ‘concepeién de la “autonomia” dl devenis cienifico se junte con quello contra lo que, por otra parte, él lucha constantemen- fe: que la *progresién” del saber eiontifico no aparezea como la expresin de una “logica” interna, y su “normatividad” ‘como la de una teleologia implicta. * concn dart fe, Canpuihem, Queen av'une sil titan Gren io Urano de See fe tou ccna en sri coon are de Athos cedar no fase pr at sapere pores ooops So Zosune tne dees anda alg at tigate: ln ono as ro’ “tra ator de cin at nace en itor como wna puiecondnbrnda esr Seeing se pds cre tars Fn dotasiseloptascenfien. La que Gaston Bachalrd diatngu coms ts Slecrinrroeohsriadea ec nt eeldnenmentetoparda'y ends La tnt Se opted 9 oe Handed lerportmnmasieatentes lactase penn Ps Sheavomdstare ete omaeen coms paint cosealecn jane iti necator san hse ea rlstann aspera otedesegag cece me fener ‘lines de ontinoldad dentro dele hstarma dela cena sigur slo ‘Sisiimene ener ue ep dtermiedey Suction ders sxe prep baer one ‘FAlmbartantcipciones del Origen dees espence, “Eleni dlasdenotn Ce ania eb mpc to rdacaon dee hn de aa Sonn panne Nero dng aunctadosnsomroay sve econ de {hogar poms Ce der fpeee Seas een Set main, S'mores 4 Eine yeinole Going [sila tre lnconta tates et Seno ses qon sca ve lens deta ‘scbhiofSTeestrr tae ngs queen eased heron aera Such ran eet unin aan elo dola verdad es una necgn contractors (actortmeeretomago cn Fd erate Son hes tines dea a Ye ar, ie Sy Stan ey 1 es nmnranon sor en mes ciones pa 2 Se ts eats A ceca ee at ts Ses lt cus ats tt a cares nce etc se shargauec cee ee ne splzariacoey oo beanie eres De onic ete dd cn a ee ea Eee deca tase pr a deta hacer conde etree eesti re rr Racal as Al Coe een a a ticioms teen Seen ae ee ena a ee Dies Fe mee pli de ce a elt ts ee die cit a sn a a a i ae bachel a oer intarvenir on aioshaeneeelmatealisno ee ee 1 ley esata se mors concept Dechelardano aun camp de objet Ce ee tee cide ele erat ae mnie Soe ee aera Ca a ee eis tene el Seen ae user ae a eee eee ia I a ee meron pe ca er ieee etn ee ceca Cae ete ee eee eee eeridantane Fi Bn efecto, Althusser no puede ovitar que sa idea dela aplieacion do réstamo) susie a sigulentelines de raz. "anon l que on permite entfenr on fa conestcion al materialismo hstéico un “corto opatemolagica” ox qu taleraism histrieo presenta ast vez las earaceristcas Yuobeervadagenlapréetica aires de trascienciae, conse, “fe sabemos” gracias als historiadores dela cienca™ ye Se han produside “eortes epstemolsgioy”, Mare abre a onocimiontoobjctivo el eontinente Historia", camo lo rio: tos abrieron el “continente Matematica”. com Galea sus Contemporéneos abrioron el “eontinente Pista", Dicho de ‘tra manera, Althusser se eneventraatrapado cn ia relacion de garantta especular que €l mismo neha dejo de dese, Licpare poder pensar ‘corte pistemol6gcrde ar leas precigoanticipar fama, invocando os cortes pistol ios" tpios de las matomdticas, dei isi, de a qainica {Giguiendo una famosa compare operada por Engels entre Lavoisier y Mars). Bachelard’ es entoncey al garante to crtiado de eva anticipacson. La “Gendiitdad el mar ‘smo, refutads pr sus adversriosy paradicamentoabaraio ‘hada sus obecones por gran mémero de sus sosenedores, ‘queda eniances“demestrade” a partido tos empl (por ‘nose derecho). partir docsemismobech,osgiemplos se onviertanen modelos. Entaness yaa se pede eseaper dena ‘otra forma la hipdtess de una eatnea dla Cena ejeta dein Teoria genera qe ss puode distinguirenabsluta do tna teria del conocimiento ode una Ciencia de las cienclas (miontras Altnasser divge toda su polimica expleita eentra semejanto idea yen particclar contra la forma precisa que habiaadoptado on el seno doa Tercera Internacional sa nist’: la idea de Materialism Dialéctico como flosefa general de In naturale) ‘Parnacarar ast punto se puede hacer una comparacin xipida con otras eorionte de la epistemologacontemport. nea. De ese modo resulta claro, y prdceamonte reonocido Bor el propio interesado, que cl concepto de -eiten de falsabiided” en sir Karl Popper en un concepto aoe Aestinado a exlur al marsismo yal picoanaiss del “cam bo? delacieneia na séladelacintia actual sinodelaciencla Sil Ls Althusser, Pour Mors, ations Franois Maspeo, col “Thée- ‘ie, Pais, 1968 (La reooluisniasricn de Mars Mie, Siglo 76), gs 25, 108-169, 188 Blomontedeutoarisinuop cpg 9094, 61-52, Positions, Pris, 1076 (Potcones, Anagrant, Barcelo, 177), po. 184 2 -posible). Cabe proguntarse si, de manera simétrica, el Poneabto de eafteseptesnolgicos” noes en Althusser l'sonvepin adhoc destiado por adelantado a incu al raion fy al pstesandlisis) ene campo dela ceacia. Que eee Son vere, queen un esol eiterio sea I6ieos ce tro istic, no cambiaré nada es rambo fondamen- Ghmonte anglogo,,mésbien, laid impo do Althusser ss undo fo psn otro aes exter 0 ay sate iu consonanta oa dfimatin dee fist (eset) como Teorta (de le historia) de las préeteas {torenaenloquelthasser delat boylaexpresion mayer de Su toriiso® inital, Peto a amprosa de Althusser también puede ser lefda de cesmsnanort qu lahageapareerbaj nse ray difeen- {eNo como préstame o apliacin de una nocin ya hesho, Sancnmolaconstitcion de wna musta noion a partirde un setae tecomplety contradctri. Dejemes de lado Ta reign dela “prachat a dar del cardctor auvénticamonts leat (o no) dela tora sarsistn.O, mejor, volvamos a farlir=dole que Althussr ounea dé de estar convencidoy Urosianerst dela exstancia Se una eorfacienttca mar- SE 'con sue propos concepos (lo que en abslula quiere Sipeeser ig dow de so subminacén 9 de su perfecci6n) Eilonces cl bjetiveyanoseria pensat a diatineOnmara- {eile leloge yoo cen ajo ae categrtas est Motopicas oot vardad(objeivida)y dl errr (prcient Bilge el enntrar, consstra en afrancar la catgoria de Stop” in ein ikon onl ta none = potemologia istrict: quexologra romper dfintivamen- , Bououse, pags. 8137 * ae aonbaba de ser reoditade en Pousions, dione Saas, 1976, igs 8-04 [Posilones, Atagrama, Baresona, 1977) “rst insctonla ela potaramente digi contra Polar. quion grin ealenr Ie pasion “coneret del picanalse Ge ou torzseld, ‘Xitel descabeimient el doctor Pre, Althusser esr sla fnveran, quela palabra metapeisopia poo cnederare “cm ana Tonteein yin diagniatio ttre fer inpotbisad de una teorancen ‘lenties ds inconeiets). 52 Invisibles, intentara legar a las antfpodas... Cuando en stu presencia hice alusién a esas extrafios reeortes, me dijo si Teeuerdo bien que de todas modos habia retirado el texto "He recordado este epizodio a causa de su propio interés y de su fecha, En efecto, entre los fis 1976 y 1978 hubo otros, ‘muy perturbadores para sus lectores, puesto que estos apa Fecieron en piblico y avanzaban sobre la propia “teoria arsista”, dé la que ~a juicio de muchos~ se suponia que “Althusser posefa la clave. Las correspondientes formulacio- nes seeneventran en "En fin a crise dumarxisme”(interven« {én en el coloquio de Venecia de noviembre de 1977) en la entrevista concedida al diario It Manifesto (La questione Gello statooggi enella transizione", 4 de abril de 1978),enel articule “Le marsisme aujourd hui, escrito para la Enciclo- pedia Garzanti’y finalmente en el folleto Lo que no puede Gurar en el partido comunista (quo retomaba os acticulos de Le Monde de abril de 1978).* Particularmente interesanteresultal texto dela Enciclo- pedia Garzanti (en el que, en algunos pardgrafos, Althusser {io su versién final dela idea de un "tépico" que comandaba Ta teorfa marxista). Sobre un punto esenciel,cierrael circulo abiertocon el impactante prefacio dea revolucién tebrica de ‘Marz, de 1965. Alls deaunciaba la represién del trabajo tedrico operado por una cierta concepcién (estalinista, pero tambign francesa” o, aise quiere, acobina)sobre a primacia de la politica, y glorficaba a Lenin por haber ratificado la tesis de Kautsiy, sein la cual la tearia mareista la ciencia revolucionaria~ eélo puede ser importada desde el exterior hhacia ol movimiento obrere a través de intelectuales burgue- ses disidentes En consecuencia,allfrecusaba absolutamen- te la distineién entre “ciencia burguesa” y “ciencia proleta- Ha". Al contrario de lo que sostenia en los textos de 1976. “ten ranean vlumon 1 Mona, Poa et oppation dae des govt post rsatutionatrn, La Se, Paris, 19T Reprodacigoen astro varios, Disstere lo Stata, De Donato, Bar ‘Biatetigues, 23, 7 a vrsin froncesa se enesentra on lati ore “gualmente plied on Raison Qual he Deve Cambiar ne Partito CComsrita, Gareast, ln, 1978 "TBlitoss Hrangele Mazporo Pari, 1978 (Lo que no puede duran ef porto comunity Madrid, Silo, 2078) ‘Ten elmime sents, et Pare [ear BY Copia, 1, pg. 10, Ba "Uber aps und Froud en /delogie und ideologies Stoatnpparet. ope iB), Alinussor scribe ain peta eno war imer davon bers, Utes Parmtisring unglctlick it 58 1978, que desarrollan Ja misma metéfora del “corte” y del “cambio de terreno”, explieaba que el cardeter revolcionario della ciencia de Marx proviene tnicamente del hecko de que ‘Marx “se hizo proletario” (asi como Maquiavela habia dicho ‘que, para eomprender alos principes, era necesario"hacerse pueblo") transportandase al interior del movimienta obrero+ y dejdndose educar por sus militantesy, através de ellos, por las masas (de la misma manera que ~dira por otra parte Althusser~ Freud se dejé educar por los histéricos) stos textos ~todos ellos posteriores a la controversia de 107Gacerva del abandonode a dietadara del proletariado por parte del Partido comunista franeés y al reeanocimiento dela crisis delmarxismocomo unacrisisoriginal, al mismottiempo “reactivada” y"bloqueada” o“reprimida’” por el estalinismo= recusan absolutamente la idea de una importacién exterior dela teoria, en Iaque denuncian Ia justificacién de préticas de aparato de los partidos comunistas que permiten a sus dirigentas, separados de las macas y de sus propios militan- ‘tes obreros, dominarlos con ayuda de los intelectuales, La revolucidn febrica de Mars hablaba de la "dewde imaginaria® {que los intelectuales “pensaban haber eontrafdopor no haber nacido proletarios”y dolamanera com habia sido explotada por el partido para sojuzgarlos, en detrimento de su propia cultura teérica, de su propia eapacidad de andlisis concreto e lahistoria. Ealosucesivo, Althusser demunciara lacausa del ppragmatismo, del dogmatism y del oportuniame del partido en su desprecio por las masas, 0 sea, en su incapacidad para “escuchar” lo que aquéllas dicen aoetea de sus expetiencias y de sus luchas (y, sobre todo, lo que eallan). Sugeria que la ‘area delos intelectuales consiste, noen “eervir al pueblo” (lo que muy a menudo silo lleva aservivsede é),sinoen devolver 4 lag masas esa palabra al mismo tiempo lenas y silenciosa sin la ual, en el comienzo, su propia teoria‘eientifiea” nunca habria existido (como teorfa critica) ‘Afin de cuentas apuntaba al mayor sintoma de la crisis y ‘asu propia inconsciencia en el enunciado de Lenin:"Lateoria ‘de Mars es todopaderosa porque es verdadera". Pues bien, entre 1965y 1975 habiasido 61 mismo elmayorzeivindicador, on pocas variantes, de ese entinciado, en expresidn provoca: dora y arviesgada do la objetividad del marxismo, xyes criterios de verificacion (6xito, fraeasos politicos) siempre presuponen una teorfa explicativa de la lucha de clases (si bien se encuentran muy lejos de poder engendrarla). En Io, 56 sucesivo vor al la expresién menos equiva dela isin 2 Sam Be oa, atid fore ep aoe Soneaptutl a igca formal dsu"orden de exposicisn®)y por {efareion social deus portadoresjusén que desemboca,en Siinejar ce los caso, on el isealiamo ye cl poor, en Ta Sreencia delirante en la comnipotenia de as ideas nol niemo momento, Althusser esrbird que no cast a teorta marsista del Boao, as come tampoca exist tora thorrista de ln organizacin revolucionaria , en conseeuen- a, Lovie maruista cela polite anulando de ese modo su. propio intents, qu comprende desde Contradiecony sobre- Zotarminadion™y el esquema de instancias de la lucha de fluses propacato en La yeealui6n tedrca de Marxy on Para {tor BY Capital, hasta Ia problemétien de a "reproduce Dropuesta ene artialo de 1970 sobre los “aparatos deol ede! Ectado’ Con arsarga ironfa, on sa intarvengion © ‘Vonecia infin noriedumarsisme) rdicaizarlas-pegue ar ecuucionos” el Gramcl dela cdrel(Bstado = coercion ‘ Hogemonia;=dicladura + hegemont: = facrza + ensenso, ZeSfine que ~noo dice= “oxpresan menos una teoria del {ainda que, bajoe aapectodecalegorfas tomadas tanto dol ‘Genera politics: como de Len‘n, ia busqueda de uns ines poligea parala conguieta cel poder del Estado para la clase Shrora",/ mientras que onal texto do 1970~ Gramsci era Saludado comedl tnico morxistan saboravanzadocn lavia Sounateoria ciontifieadel Btedo,porsueuestionarientode fe distineton entre Ins esfors do lo privado y lo public [Como no pensar que esa ironia tambien so epica a las ‘peucino acuaiones® cel propio Althusser: Esteco= para tb represivo AL) + aparaton del dgics dl Bstado (AL); fpurata en fancionamiento "de manera masivamente pre- Dondevante en foneidn de te rpresin [1 tage faneionando eeundariamente en foneion dela ieologs” + aperatos que Fencionan de modo masivamente preponderanteen fancién {lle clog, pero todo funcionand secandariamente eX fancién de tn represion?™ ‘Mo parece queto dichotosuficientecomo para sugeris qué apareeia come pertarbador en na trayectara de esertara devoanulabaasimisma. Sealcenzaba un punto cero,valido {into subjetiva como objetivamente.* {Tabla rasa para wm "11 Mant, Pact apaston om pg 95. "Betton pt pgs, 8496, ‘2Spnalpavtid,hetosaleanando el panto cro dea ecra mara recomienso radical? 0 punto de bloqueo definitive para Cualatier eneadenartiento de nuevos enunciadon? iCabe ssombrarsecatonces de quel silencio que evreaba have ‘momento sobre el "marsismo de Althusser” faora tan if desuperax? Sil consegsinan hacerhablar a Althusser qoie- nes compeendan por poco que see~por qué calla, tal vere sobre todo~ emo calla. : i Por certo que hay varias explicaciones pasibles para esa avlodestruceién imposible de delimitar “razén eufieiente ‘ara que'nunea nadie pueda hablar de una ‘obra de Althus Eer"yentodo caro, de una teorfade Althusser”, Novesullan incompatible ene ‘Bapleacion picoigie: In depresin,lapsicosis. Bindi duo Althusser guiso suprimirloque un individuo del mismo nombre (“1 mismo", ol hijo de su padre) anteriormente habia pensada yfimado, Notemos, sin embargo, le ambiva Teneta’ gsuprimir por la palabra y por lo escrito ~en un momenta en que todo leva a creer que ya no sees “entendl- os logue ya dio y enn una ver noo yn intents extreme por sefalarloy por hacer que senotara?® "rpliiion hlco-ple capes como poem an ticipar a “crisis dl marsrae”y de ede 90 gravedad (os doc de ve que aectaba ala propia esenia des ceoray de ‘su politica, como politica proletaria), el filésofo y elcomunista {Athussernofucgualentecapaz degsborarina sali nto porgue no existian las eondlciones come porque 2¢ hhacho ho hay soluein (sine solamente, enInviga como en al"pensamienta" una salida del marsiamo hacia algo total ‘mente iferonte: ahora bien, alshossersiemprehabia escrito {econ Marx comiensa segue notendrdfin) Peronoduiso, tno pudo, como otros, ear del page suprimoiendoa cuestion (es docs, persuadiéndose de que no hay lucha de clases), ‘Explicacén ilosdica lo que Althusser tenta para decir (del marxismo y dass crisis,y més en general de a polite, dela filosoi, dole ieologia, «sea, de i maginariay de Io real,os decir el suet) solo podia sero bgjo la forma de uns donegacién, do un discurso surge luego desu anulacién- Sn ‘sama, lo a preciso poner en préctiea lo que Heidegger y ‘Bia ha dosapurecio, reculerta por otra case". Ce qu me peut plus dere op. sep 82 "5 Seonatente gna a contradicin", tsi da Fre, constante ‘mante ead por Altace 56 Derrida deseribieron teérieamente:la unidad contradictoria, fen el tiempo, de las palabras y do su “tachadura’, pero tachadura bajo la que las palabras siguen siendo percepti- bles, para decir su no-verdad, que, no obstante, es el rinico ‘acceso del que disponemos hacia la verdad que pueden ‘La explicacién psicoldgica nos deja aparentemente toda la libertad para emplear y juzgar los pensamientas por lo que valen desde nuestro punto de vista, Pero traténdose de un jndividuo que se ha identificado hasta ese punto con el Pensamiento del que se habfa hecho portader, a explicacién ho eliminard nunea la sospecha de que alli pueda haber ‘razonves indrinsecas para la autocritic. ‘La explicacin histérico-politiea nos coloca ante una op- cin dificil: atenuar la radicalidad dol diagnéstico de “crisis” para proponer “soluciones” (jplantear a la humanidad mar- xXista un problema que ella pueda resolver!) o hallar fuerzas mayores para zanjar el dilema de! “fin del marxismo” y dar finalmente al marxismo un fin “digno de 60. ‘La explicacidn filoséfiea nos obliga a otorgar alos textos de Althusser algo mas de lo que por lo general se ha buscado en ellos: n0 solo tesis, sino el efecto no nulo, sies que existe, de tun trayecto que arizla sus propias tsis(o sus "pasiciones"), un ‘efecto que ee expresa necesariamente en “antitesis™.* e=ce te losafla tanga ona bial» qu sin embargo no poss nada ‘en clase convert enanons on intaigble,Poerlsotervencen de ea tia oe a oie ter nen ny 3x {ehlofats fseeo enstonca, extterveneon os, redondamenta a nad fends eye infotana hemos constado, puesto gua efeesiramente na ltes de emmrencon oo day mega o= a lea, gui UnUauedo sinocl simp pete dedemarcers,poelotantnettaca dean Uloanci fanaa, ea distanes daa su hula en ls catineones del {iscars larca,en se dapatvo yon sos eatogorias odends; tas irmaltcste sone man poco aiann is iCndnslnfandgsen uno prsasentineas, opt suo Ls fue pode exer de verdaderamente Mowen on esa operacin de wr {Peendo mula ee solamente su daplazamiento, pero el mismo resclts ‘lst a historia de las prtesecemtieasy de las conte [1 Es pues ben ung Netra a flosefia, antes que une istgrade la Most, {in historia del deeplazamiento Ge ln repein indefnida de un tra fulocape efacos so rele (ces o a ilosopie, Petite Collection spore, Pars, 1960, pags: 50) Lents facta, exc, Br, 1970). inv efats de ineeripr Sane hatara ena lose, on dude que sone {Gers rege el intonte de peacear por st iam sabre st miso la para de ea tava al 8 Seria necesario agut—no tengo el espacio suficiente— em- barcarnos en una discusiin aeren de qué es una auteritica, notin eargada de un pasado me pesado de signifeados ‘muy equvoess, quo ocupd un lagar central en la “préctica tesrica" de Althusser. De hecho, so puede decir que entre 1966 1976, despues de aparieién de La revlucion tedrica™ dle Mars y de Para ler Et Capital, antes del comionzo de ia rophira én el partido omasbion con au dreclon, es doit, Akrante los dier aos de lo que se denominn el “elthusseris: ‘m0 odo cl dscorso de Althusser se encuentra byo el igno {bajo la obligacion) de la autocstica,™ incluso cuande oe {ataba de ertiear posciones adversas Qo que adoptha a ‘nde la forma "eas posiciones son incapaces do tutoer tic) Sinembargo, «fin decoontas le autocritea semucstra omo imposible (aunque tal ver,'on un sentido, sea uaa Heraciy Bo que ea laden do autocrtes existe un modelo *dille ticot, emf sonida de una daldtiea progresiva dela toma de concienefay, en eonseevenci, dela adueasin:entiffear los rrores propio pare coment, “evtiiea In linen ¥ a blanco, con lo gue ast ve llega & superar tl “rotraso” con spect ala précticay el “apartament” de loreal, Conver~ tirse en contempordnso dent mismo y de ins cosas. Poro oon dikéetica no concluye jams. Peor na comienza amis, salvo en lo imaginario, en la intenedn. Debe cede el ugar a dos Speraciones separadas y mucho me violotae: nocamblar nade (pues cl sujeto experimenta que sus tsi esiten a su bropia erties), anlar todo (por la practea fice de una Feesertura). Vislonta unidad (no dlléstiea) de los contra: Bs loque nalmente tovo hogar en Althusser, Hse fracaso dramdtieoeinsignifcante tvs toda clase de consecuencas Siempre hubo muchas ectares que tonfan interés en no tener encuonta en absolute las autoeiticas de Althusser on aegar fu lease: Sin oda porque ae mlmasinvarabloente fan que ver ean la opvesto a lo que se esperaba que Fectificara o revirars.Y, some, exes nutoocteasresultar than bien incepaces de cambiar Io que se habia dno. Stoo subrayaban. Ahora tanemos el expirive mis libre para pres tar atencion aotra caraceristice destacable de los concaptas “elthusserianos": esas conceptos son siempre, desde el co * O,mis bie, doa “ertiea de mismo lo qu en eames no suena de ‘mista manera CSoutenance PAmians en Pontons op cn ag 129) enzo, *autoerttcas", Siemprecontienen ya un clomenta ds ‘ogaciin que los pone en peligro, que hace vacilar su sentido En misno momen oh qi pfetenden ou mayor ior Gonitienon, pace, por adslantado, un elemento que se opone fique suemplen; ou desarrollo, desemboqus nia univorad detuna teora“Hnalmente encontrad’” Ast, desde ol ori fenua manera cigurivedecoloare arinageneatada ‘lecoqubrio, de asegurarse contra la seguridad de una sig) enelmamentocn que selections." Son unidades de contraro de un tipo bestant particular. _Bjomplo: el “antihumanismo teen" ir nt do Sratepanss Aine, en stony 1g. 158 eiguontes) quo enelaijetvo "agree todo fone. BaF gue simplemente nos hemor olvdado de tomerlo en uonta,sinvlandocreer que ablarde antihumanismacesr So era hacer lafeoria del antiumanismo, clasolatoria ce a pret" athamanita logan a te panto, or mg no comprender, ya que estamos, la justifeacion de una fréctieaitbumanad), ¢De qué se trata en relidad? Dequela Eooia do Mars, sein su propia contest, no “parte del hore” sino do la estructura hintiea de la relacones olals; dicho do tsa manera, que no se funda enaceptaal fonts non el incividco empinico nen la idealidad de la Trpocie, Neda ms, pero también nada menos. No obstant, {eno so explica que Althusser, en contrapunto con su expi- citadel aninumanismotectico, nunca aye producieala posign do un Thumanismo practice? Puede adverirsclo con Dastande clavidad: semejante expresién seria tautolgies El humanigm moderno es und étien, sna Slosoia dee Fvimacin de Ta practice’ (en el sent que la expresicn recibe, por jomplo,on Kant Y, tal como lo reeonoc thus fer, le prictica rovolucionaria del praletariado, desdo el 2 Soavanaaydorpade se ve frage de Napleditada por althusee: 1Nesesriamente;ce ve quees pres desirlocontraro:afoearioqusseba Aico de ona neon — Ta loafiase ompelacets’ dene manor particular, diferente: ls dae Pru flea eagle No ci crs (Philosophie et phibisopeopontande des avant op, ‘femblin o pode decir sotjants siete habia Yuna, en leno centro da curt lesen, fants dela cota de prea, Excuse meiatisis contra aque ere dirigta toda in argumentacin de [ithugser Me parece que est aprie no ee fandamontalmente diezen- fede fe que ndique anton ca momento en que se hace concepcién del mundo, representa- ign del sentido de la historia, también debe percibirse a st ‘mista como un humanismo... Pero entonces la expresion antihumanismo teérico contiene on si misma una aguda contradicvién. Se puede decir que designa un concepto “tes rieamente” contradictorio con a préctica, caya teoria propor- cigna precisamente. O ¢on mayor precisién: un eoncepto que texhibe en su propia formulacion (de manera tan encoguece- dora que fue necasario todo un esfuerzo de acomodamiento para verlo) la contradiecidn sin duda insuperable que afecta interiormente a la préetica cuya teoria ontroga. A partir do ahthay querenunciaralaidea demasiado simpleyrazonable Gouna practica “fundada en” una teorfa homdloga-y homoni ‘ma. El humanismo teérieo de la ideologia burguesa (siempre enpareja,seztin Althusser,can el economismo)comanda una cierta préctica de clase. Pero la teoria marxista (antihuma- rnismo) de la lucha de clases ge somete a la primacia de una ‘préctiea revolucionaria en la que siempre sigue fgurando un humanismo “ideol6giea?(sobreel queLarde otemprano habré que preguntarse si es Ia mascara de la dominacién burguess {frente ala lucha de sus adversarios o el efecto inevitable de ‘a lucha, que vuelve sobre si misma a titulo de eoneiencia", vivida bajo la forma imaginaria de una “subjetividad”: para resumir, gel humanismo de los proletarios se debe a la influencia de los burgueees 0 a su propia conciencia de estar “haciendo la historia”?). Las transformaciones, los ajustes {que permitiré aportarle nunca hardn desparecer esa contra- diceisn interna salvo para encarar una extincidn dela propia lucha de clases). Lo que no quiere decir que seran inefieaces. tro gjomplo: a “roprodussn® Aguilas cosas ocmen de mado diferent, porque Althus- serno propone de entrada sna expresionparacaien,sino que progresivament le alters el sentido, mediante resificad hes sueesvas, una noeién aparentemente univeca. Ya se trate on general de “reprodateén de las condiciones de In Prodccin®o, més espetBeament, de reprducaién de Toe redios de produces, de las “hvereas productivas, de las lacioes do produccién’™ dia noionpresipone en efecto sa inva tan onlctne en pods so a shismas incesantemente reproducidas deforma que aoe ‘on la conlinadad dol produceén, lado acumulaconde capital yia dla domination deease:en summa lo que puede C Hamarse Ia estructura del modo de produccién. A primera vista, Althusser no hace més que insertar en ese esque- ma de reproduecién (incluso de regulacién, puesto que se trata de una repraduccién cualitativamente idéntica y cuan- titativamente ampliada) una malla suplementaria, ia de la "superestructura”, siguiendoun funcionalismolatente enlas rmetdforas marxistas de la formacin social." Pero esa malla sedesdobla, en el interior de su unidad, en aplarato represivo ¥en aparates idoolégicos dol Estado. Estos, a su vez, son efinidos como lugar ylaapuesta’ dela lucha declases, en Ta que se gana ose piorde el dominio material de una clase, fuera dela cual la permaneneia de la relaci6n de produccion explotacién fimdamental (especialmente, el asalariado) se- ‘ia simplemente imposible. A partir de entonces, la primacia ‘Gel "punto de vista de la reproduecién™® adquiere un signili ‘cade exactamente inverso del que se habja partido: en vez de andar las Varinciones histéricas en una invariancia, signifi ‘ca que toda invariancia (ralativa) presupone una relacion de fuerzas, 0, si se quiere, que toda continuidad estructural es tlefectonecesario de una contingencia reduetibleen la que, en cada momento, reside la posibilidad latente de una crisis. 'No hay duda de que, sobre esto punto, Althusser dijo demasiado o demasiado poco. Las preguntas sin repuesta se stceitan deiamediato, :Qué concepto de historia esta impli- teado en la idea de esa nevesidad de Ia contingencia? Bs el ‘mismo que habia sido relacionado anteriormente con la hhoeién de “sobredeterminacién” (La revolucién tedrica de Mars, Para leer EI Capitals? Y el efecto de raptura con el funcionalismo oel sustancisliamo sociolégicos producido por Ja introduesion de la nocién de los ATE en el corazin de la Steproduccién, jeorresponde al hecho de que precisamente ategoriatomada tet propio Mors, #Ssalabe di pretend ae le superemructara Bstado, derecho Weslo) eos la ver Un sate" Ciderpiegeang) ¥ i caure de una "accion do retort ‘Gackatrhane, Porton op city igs, 68, 78 = Ertryesi ge ler Se a oped” en Mara (en BE Capital 2 ta Seproducton eh Althusser ote eabeasneontaay del goo se ha ‘Sera sve iglogieet appara idclog gues de Stat), suncue \enos snags by ago alge lva de a “atalded ode ln "lettin letonng) on Mareaa-ttalldad mart’ yataeeroe tra ompleaa dwminare” en Alsoae. Sra noon wv dcuson ‘Speculma bersconcl pretest dela comeeion nohahechomde qe 6 éstos sean aparatos “ideolégicos” o bien al hecho de que “realizan’laluchade clases mediante formas con las que pucde ser “llevada hasta el limite", es decir, hasta un conflicto inconciliable, hasta una revolucion? No seria difieil domos- trar que Althusser dio vueltas sin fin dentro de ese efreulo, Pero no resulta menos claro que la espocificidad del concepto althusseriano de reproduccién social earresponde enters nente a ese vuelco interior y es él quien nos prodiuee el efecto ambivalente de una apertura de la teoria marxista en et momentomismo en que, literalmente, Althusser no hace més quo mostrar sus limites. Si tuviera tiempo, demostrarfa con facilidad quo osa especificidad comunica de inmediata con lo que sin duda es la propuesta ontalégiea fundamental de Althusser, 1a que identifica en general, y eueste lo que costare, as nociones de “lucha” y ce “existencia’.*" Se podrian multiplicarlos ejemplos. En dime anslisis, el concept que presenta por eneimade todos esa caracteritica deincluirsu propia deegacin es precisamente el concepto de “concept” exto i admitimos, al menos, que se encuenten tontenido en el empleo insistente que face Althusser de Sintagmas tals como “coneapla price” (0 “en el estado prdetio), “eoncepto descriptive" (0 “teoria descriptiva’, ‘onceptas limite’, y en Ta relacin que mantienen con 1a expresién *practica tegrics 'A primera vista, eate empleo representa una gran conf sign. "Concepto préctico” es una expresin limftativa que ‘Althusser haba. utilizado en dos oeasiones esenciales liogo de Pour Mars: por una parte, para desiguar (a partir del ejemplo del “humanismo real) una nocionideoligiea “nte- ormentedesequilibrada” (pag. 255)querepresentabaenla ‘deologia la propia oposiién ala ideologia” que exigia, pues, su propia superacion mediante un adical caumbiode terreno, ‘Bata propesta, que 6 considera sor una “dea muy simple, quies 1g que Altnoser boned con mayor ehincay en la que cota mas: En Positions (op. cl. pi. 88:2 tambien pg. a8) se In enela do la lguiente forma: La locha de clare ln eicteneie de elages son nay {tnismacot!(pugnaridersextacessterehabri dichoal Spinone ise) Bh yelecion con Mary La Tacha del prolearine contra ta barzseats ‘inenas con su propia existe’, Mamiiste cumuriste,tdesplaas Sento et snio pore diva, Las ennteoesnvestran que el temo ase" deb ser tomas en ext can da dos manarassimulesnees: coms oncepta hstrieo como rapresetanta del nombre Msi par lt ‘dunia liom et geo cl ewan gars dela arta logue eiea> 2 deci que lain e lempre dvs @ pero permaneciendo por definicidn mas acd del corte inaugu- Fal de una ciencis;y, por otra parte, para designar (a partir el ejemplo de los andiisis leninistas de a coyuntura revalu- ‘lonaria) un canoeimiento reflexivo vinculaco a la experion- tia de una coyuntura (a la irreductibilidad del “momento ‘ctua?”), pero por definieién no generalizable, por tantomds died de Ia forma especificamente cientfica del eonceptotedri- 0.2" Mas tarde ~en especial durante.el debate sobre a teoria marxisia del Estado, que lleva a la propuesta de las AIE~ volverd a encontrarse esa idea, pero con una inflexién muy impactante, Bn principio, ol eampo de los “eonceptos pra 08" (vineulado alo que ahora sellama el estado “deseriptivo” de la teoria) gana considerablemento on el corpus todrieo ‘marxista: engioba palmos enteros del materialismo histéri- (9, relacionados con la practica politica de Marx y de sus ‘sueesores (que les impone la concepcién de un Estado de Clase). Luego, su posieién y su fencién eambian en relacién ‘con el corte; el “carte” no es un acontecimiento que sobreviene simplemente luego de la transformacién de los conceptos précticos en conceptos Leéricas, sino un proceso que se jucga én la contradiceién de los propios conceptos practicos.* Pero = Bn sentido, ln larorevlucén de a cussion do fos Yeoncoptos prdcties eh contenida en gernan en exe doblomple que hace os [Entos de Le resolution terion de Mare ho que imple vero do lmedlato te le rac con que ees doble necrnca dl concept prectice esta ‘oeuiods aortas queseran lamedas tanita aa trneformacion Un oe undlissconession,covunburalen, an gonerlgndes cents, re {ioe [in nterverion de una feorta deb practic edie, gun n 0 ns ‘Jr nelson motvialet’ 6) ol ent epstamoligco tone fot de (I ven por tac arta etance, roversiiemente i pad su-pech font de coniioe clic, onlvo a tele de toperiveness india ich Ssrtrgn coe doesn dcen taser enunponiome pro simple bas genaralidadarsontGeae del material histnice {nents no finer sentido sino a eondieldn do fovetiree aseaments or“ “nilisic enero de sitacioes conerett 0 en sl conacimenta do [a ‘Sinulardad: que eal mina emp la praca desu ohjetivdad. Beorte ‘Seetuado no suprine a ximenn hist ela deologa: pore ont ‘ie confers ln cna, en enmpo del dele, ona feast erica palieamenta desis, A respect Altsuseer serie: Tenemos(.Jtodoel dereehoa pansar que los grandes deseubrtlentoesanseos no paren evar past po Ia {Reed fe quellamaromoe ona tort darerntice Serataprimare asa de toda tern ol menoe ep al campo qu not eeupa (el de la cincin de las traced eles Gen te poh mata or dab ‘aren faba como sins fea ramstri, becasue paral desaralo dln teorasinseribmes ol hecho de qe ata Sranaiaria ens dearrlo de ‘ovate nprenion Teoria deserts" hasondo parecer cela coajuncion 83 80 no es todo: si se examina de qué esta hecho el afiadido indispensable para transformar a una teoria descriptiva en ‘teorfa “a secas”(cientifica),deinmediata seeompruebaque se trata de nuevos conceptos practices (los ATE), tanto en el sentido de que tambien ellas son perfectamente “descripti- vos", como en el sentido de que Son inseparables de urta practica politica (la de las luchas de clase ideolégicas y de los conflictos y rebeliones en las instituciones de la “sociedad civil?) Laiidea de un "bloqueo posible” de a teoria entonees toma otro sentido: ese bloquen es siempre posible, no a titulo dela supervivencia de la teoria preeientsfiea 0 de una dbligacion externa, sino a titulo de la relacién interna que la teoria mantione eon la préctica no fedrica, y de su incidencia sobre In formacién de conceptos. El punto de “no retarno” del corte ya habta sido aleanzado antes del qurgimiento de una teoria Gientifica, incluso munca se lohabria aleanzado(en la forma de una teoria) si antes no ce lo hubiera aleanzado en una forma pretesriea, Pero, como eontraparte, el "retorno” de la ‘deologia reprimida eb siempre pasible {y probablemente ees nae que empeamas, ol equivalent du epee de ote Aida”, Em feo, tern nots en parte "na de pate eo sdjetivodcoerptv™ quel eid adoesd, Ent quive decir moy pre tmene 2 que fe “esta decarptva sn Snpuna duda posi ‘Stienco sn Yetorpe dato, pero) qu lan “eacipte’ oa Everest ree goal pac en oe’ tn decrolode aeors usages frm Sea Scere] Scanda dvios gue laaor manta del sede “canal deta gue ponemar” on pra sige sgndo erin, et niga ia descrip del resents una fase de a conatseion dia toarn gu sre, pots ‘min, la "supeaciot de ara fase. Pues vel clre gus slut fn cueciin (© i define del Patado coms sted ee clase) nas da Slmentas come para identifier y racnosrr los hechos de apres ‘sttuyndola a Bsado, consid come un apraia repre cota, et ‘Singlacin” da ogar.a un genre de eviensas muy forcaar, etre ae ‘ener casio de dec ignaspalaras dentro de un tomes“ cl esa es esto." YTe acuta does hho aj la dai de Estado, muliplica salt, no hace svaner rentncte la dee cin de Beto, eg dai, xa torn shonin. Aa, ea tei deserptrs reel iapo ds "Moguear el Gacarall, sin embargo idiopencale, de Inteora, Pr aso pensamos ase, ora dosrzlias en eon deceptive et ‘torina sans [rest ndlspenuablengrgar ago sa dalinicon ls {al Hstado come aparato de Estad (Doing pe pie, 7880), 6 ie : fico" 0 “dialéetico"), Segtn el cual es preciso encadenar los Seren rr aon ne Ie et ew 65 conflict de una objetividad préctica y de un imaginario deoldgico, conflicto que tiene por apuesta el desequilibrio indefinidamente reajustado de un orden de exposicign tobri- Esta reprosontacién doa précticateérica (dela que podria decirse que da inalmente a esa formulacién un contenido que noespuramente analégico,sibien, al mismotiempo, confiere ‘un sentido muy problemético ala categoria general de "préc- tica”) seresume en dos expresiones propuestasconjuntamen- te porel texto de diciembre de 1976, "Uber Marx und Freud’, las de “ciencia cismsica” y de “teoria conflictiva’. Elmarxismo y el psicoanslisi son, por supuesto, ciencias; tienen un ‘objeto real”, cayo conocimiento se encargan de claborar: le lucha de elases, el inconsciente. Digamoslo me- Jor: los efectos (realmente existentes) do la lucha de clases y Jos efectos (realmente existentes) dal inconsciente, ya queen estos casos nose trata de sustancias sino de procesos organi zados por Ia inmanoncia de una estructura (o, eamo antes 0, habia propueste Pare leer Zl Capital, por la eficacia de una ‘cousa ausente). De nuevo, la via del subjetivismo se encucn- tra, pues, radicalmente cerrada. Bajo todas sus formas: no solamente bajo la forma de un subjetiviemo relativista (en el ‘que la diversidad do las posiciones teéricas remite a la diversidad historiea, socioldgica o psicoldgiea de los sujetos el conocimiento), sino también bajo la forma de un subjeti- ‘vismo trascendental (en el que la unidad tesrica del conoci- siento est “garantizada’ por la universalidad de su objeti- vo, de donde proceden las normas reguladoras del saber) Frente al racionalismo y al positivismo clisicos, es preciso pensar que el eonflicto te6rico, la "divisién conceptual” (uno se divide en dos...)y la divisin de las interpretaciones de un ‘mismo concepto el ‘cisma’ de las tondeneias) siempre perte- necen, intrinsecamente, ala cientificided. Yanoson mas una simple huella, efecto de retcrno o supervivencia de la ideolo- ‘fa reprimida por la eiencia, sino el sintoma de la presencia ela ideologia en la ciencia o, mejor ain 1a forma necesaria del combate de la ciencia contra la ideologia, combate tanta mas inexpiable en la medida en que no opane adversaries exterio- " Sobrosstae diversas punts cf.eneapecal“Avant Propo on Gérard uméail, Lg Concept de Lol eonomique dens Le Capt, Pais Frans Maspere, 178; "Ht Marsimo Ope? en Eneldopedia Puropea, Milan, Garzone, 1978; “La Decouverte Gu dncour Freud” (1976), Revue de Inddiine peyehovomdigu, 25 6 febrero de 1983, 66 os uno ante tro, sno istancia indisciables da eonoe rmiento® {Corm justifca Althusser ess paradéjieaconjuncén dela bjetvida y leona? : ‘inuna primera aprosimeiénporlasimplesugerenciade una corespandenca puna sadecuacén® entre la naluraleza del objetecalasclencagelemsteasy la forma desu desarro- ilo tec: ast eomo el sbjelo es intringeearateconflictivo Conficto soca ene las clas; confit psfquco: entre Sfotaneias del “aparato psigulsjgualmencela eoriayaes Hompre conflcevay solo progress dvidiendo, De manera Sho, en exacia oposiiona la representacign atopica)Kamtia- Aide una isla del entendimieno" asada de las tempest Ss dele dala sutra Ja sla dl Kampplate ‘Molden por el aparatoiomatable de ss elaguras consti tutivasel campo oel continent" dela cencnalinsserie: ha pe offece ningin refugio cert, ninguna garantia de Cotabstidedy do unldad contra lo efetas desu propio ior. Peroests deseripson sigue slendoinsulietente, Muy pron- to be presia «lu chjocion vepinorista" en la que cualquier lector de Althusser nopuote dear de pensar ;porquélactencia ado un sbjete conflictivo ceberia ser en sf misma una Stencla conflclsva, come i el coneopto Je porro (animal que {adra) debiora €l mismo ladrar? Es preciso, puce,adlantar tera hipitosto, donde la iea Ge “préticnteéricn® sea convo- fad en todas sus implicacnen. Bs precio Hogar hasta fonsar ques ientiascismétieassonciencandoterminadas nau constitucion (es decir, en la historia de sus teorias, Srmedn propia nominacion de ass eonceptas,puos las Palabras son arin, explosivos,ocalmantesy venenos” que Fichan contra sf mismascome cnomigos"?"maneradedect oles palabras existen) pr el modo en quo estan inscrptos Stet eonfio, cay conockninto epretentan, No son espee fedoras de un objeto ambien aba metdfrn de la subjtiv- fad, sino partes en juego den proceso candi” orn “tl vexclaifen-Ia eis qu Althusser, en Ler BY tit cp 8, habia omad de rv acheey "oan oe log "Peston op ity pas 2 5 Gan denies am puade s “dominada nl on loti de una demining du steel sb tae pot ‘puede une ttn (noun woveslai, pre tmpoze pola Tean’perdo‘odeuna-tecedad) Brlacxpenign en clespitay"densia ‘Some’ ae puede entender ne solamente el cisma sin tambien be 67 De ahi la idea propuesta por Althusser segdn la cual el antagonism ideolgico suscitado por la teori freudiana del in- conscionte (opuesto a cualquier "psicologia”) se expliea en ‘illimo andlisis por el hecho de que los individuos (eompren- didoslos tosricos)tienenen simismos uninconscientoque os somete a los mecanismos de represién y de repeticidn. Dp donde resulta logicamente que ese antagonisma (es decir, el antagonismo de las ideologias psicologisias y antipsicologis tas, entanto esté determinado o“investido” en ultima instan- cia por el propio inconseiente, “objeto” del psicoandlisis) constituye toda la historia dela teoria freudiana,* De lo que resulta sobre todo side todos modos el “hilo conductor” dela analogia entre marxismo y psicoandlisis puede ser prolonga do hasta alli—que los antagonismos ideoldgicos internos ala historia de la teoria marxista, desde su “comienzo” hasta su “erisis® (iy de su inscripeién ineonsciente, hecha de represio- nnes?), se explican en ultimo andlisis por el hecho de que la lucha de clases atraviesa de ado ladola teoriamarxista, sin {que nunca pueda ocupar un lugar fyo en ella. Existe alli, al tnismo tiempo que una condieion de conocimiento (y, mas fuertomente, una condicién de la eficacia de lo verdadero, formula de inspiracién maquiavélica a la que Althuss vuelve siempre), un limite infranqueable. Limite que no es ‘una probibieién, tampoco una frontera deo cognoseible (més alld dele cual residirialo ineognostible), sino una determina cidn y una dependencia materiales procedentes nodel propio conocinsiente y que traza una infrangueable linea de demar- cacign entre la verdad y la “omnipotencia de las ideas”. Sin embargo, es preciso constatar que el concepto de cioncia al que nos lleva de este modo la explicacién de la “praetica” inherente al eoncepto se encuentra en el limite de Jo impensable, si no do lo impracticable, Es una idea que queda como suspendida entre dos abismos... Por Io que me parece, legado a este punto, Althusser no ha hecho mis que reiteratla, con fafimas variantes de formelacién, ‘BR (Spattune) ve, en si misma eonnotn de manera egies st ‘mimo empo sonrsent(e! Froud di Tek spatung) yl palin et {texto de are-Bnpee "De ngeblchen Spatungen in dor ledernaions: tera ‘Gomprendio ot propio Bred, aque habria que Ieee dude la pevepacva desu aceptcion y dau ete la Weal él sto, core Fela ha veld desde a perspectiva de sv aceptachn de rue Ta ‘desosi boies os UB proceso “cismstico” es propio del marsismo y del psicoandlisis? Bsto llevaria a suponer que otras disciplinas Cientificasnoseencuentran comprendidasenel procesode su “objeto” bajo la modalidad del conflicto. ¥ en consecuoncia esto volverfa a admitir que la categoria de especticulo (desde la "éptica” empiricao teérica) conviene a su procesode conacimiento.® Pero antes de decidir sabre ello, ;no seria necosario interrogarse acerca de la razin de ser dela pareja constituida por esa doble referencia al marxismo yal psicoa- nlisis con st estatuto incierta de analogia yarticulacion? Se comprobard que Althusser nunca dejéde girar en torno esta ‘cuestién, oscilando entre la idea de que psicoanélisis y mar- xxismo ticnen que ver con el mismo “cbjeto” (tal voz aprehen- ido segtin pertinencias o atributos diferentas, para volver a hablar en un lenguaje spinozista), y la idea de-que sus “objetos” son radicalmente otros, mutuamente ireductibes, aunque nevesariamente intrineados. En esta consiste toda la ‘puesta do Ia busqueda del concepto de idealogia y del conilicta gorda e intfmo con Lacan a propésito del ‘sujeto” y de lo “imaginario", comenzado con el malentendido de un roconoeimiontoy una caucién tan elamorasa que debia hacer parecer a cualquier eventual reetifieacién como una nega lon suieida.® En la expresion “ciencia cismaética”, lo que ineluctable- mente vacilaes la propia idea de iencia. Nosolamente aidea do “la ciencia® en general -cuya universalidad ideal (e idea lista) cuestionaban los Klementos de autocritica do 1914, al precio de una reetificacién de la dafinieién de corte epistemo- Tgico como “corte entre la ciencia yla ideologta” (mantenien- do que es nocosario referirse con esonombre aun “minimum de generalidad” abstracta, punto de partida de una diferen- ciacién)-,sinotambién Iaideade o*cientitieo" como eualidad inherente a un proceso teérieo que es efectivamente un proceso de conocimiento que suscita un desconocimionto, Pero.sa expresién es en el fondo otra denominacisn para la ‘den de corte. Corregida de su doble defecto“teorieista” (a dea de que el corte tuvo hugar de una ver para siempre, la dea de 2 GE Lao Bt Copitl 1, lg. 4 y siguientes, que, a propio de cualior enciasestsaba ebslstarnane [a "pets pein 0 ef abet ~Agregueroe sel marseto yl peeogalsi nen el mice cto, mania yao oun tara termdnade (ogi ln expresen propor fn L- Althusoer eta, Diseator: To Stat, De Donat, Bari, 1978 we om ‘aber aban? fo ana "concepelén da mundo oo que operaidénticamentaen todas las cienciasy surespectiva Sprehistoria ideoldgica”), se convierte en lo que Althusser lama tn corte continuado: "comienzo que no tendra fin", en losdos sentidosde a oxpresi6n, porqueuna.ciencia (singula ‘mente ade Marx) no dejaré munca de producirconocimientos ‘que reiterardn activamente su efeeto crtico, y también por- {que no terminara nunea de "arreglar sus cuentas” con los tdesprendimientos de la ideologia dominante. En dicha for- ‘malacign reina mds que nunca la idea de irreversibilidad (al ‘mismo tempoquela deincompletitud).Sinembargo, mirada ‘desde mas cerca, ahora hay que admitir que la irreversibil ‘dads es que refleja un poder de “produccién” y “desarrollo” Ge los conoeimientos~ no es una garantia. Se encuentra por ‘completo en la modalidad diferencial de una lucha te6rica ‘que prosigue en el campo de las ideologtas. La irreductibili- ddd de la diferencia ciencia/ideologta noestAcontenidaenun ‘acontecimiento nico, menos ain en una institueién, sino en tl hecho de que las ideologies, unificadoras y conciliadoras por esencia, son eonfrontadas précticamente, por la teorfa, on Su otro absoluto: lo inconeiliable. Si, de todos modos, 1o Son... Entonces, la contraparte de Ia eficacia de lo verdadero es que, aunque irreversible, puede desaparecer. {Qué es esto de que lo verdadero puede desaparecer? Esta bien que haya varias modalidades de la “desapari- cin’, dos por lo menos on Althusser. Una, pasiva; la otra, de ‘alguna manera activa. Una, que ee identifica con la muerte, La otra, que no puede asimilarse con la “vida”, aunque innegablemente posee algunas de las propiedades metafis cas tradieionalea, pero que corresponde més bien a lo que Lenin y la filosoffa, en el pasaje que citaba antes, amaba el vacfo de una distancia adoptada’. Existe una desaparicién que corresponde ala derrota de tun ser en lucha en la propia lucha: un ser que puede ser un individuo, pera también na organizacién, un movimiento histérieo, tna clase, incluso une préetica, un conocimiento. Mare habia evocade esa posibilidad en una frase enigmatica ‘del Manifiesto: Die Geschichte aller bisherigen Gesellschaft Ist die Geschichte von Klassenkimpfen[.. einen Kampf, der Jjedesmal mit einer revolutiondren Umgestaltung der ganzen ‘Gesellschaft endete oder mit dem gemeinsarnen Untergang derkimpfenden Klassen. Althusser retoméesaidea la “muer- ‘te comtin de las clases en lucha”), que forma parte de las 0 palabras olvidadas por el marxismo, para aplicarla a la teorfa, en todo casoaa teorfa marxista (que precisamente es lucha do clases en Ia teoria”). La teoria cientifia existe nocesaria,eirreversiblemente, pero puededejarde existiren tunacoyuntura determinada, Yesa posibilidad (que adoptard Ta forma de una crisis generalizada, de una ruptura de la “unién de la teoria y del movimiento abrero”, doxin“bloquoo” dofinitivo de su progresién, en In que ya nadie més se encontraria on estado de trabajar...) esta inseripta en la contingeneia de las figuras aleatorias del conflicto 0 del ‘antagonismo inherente a la préctica teérica ‘Asi como hay una contingencia del comienzo de la teoria que se borrara retrospectivamente en Ia necesidad de sus ‘conceptos,*: también hay una contingenciadel in deloqueha nacido irreversiblemente. so fin, si se produjo.en una deter ‘minada coyuntura (es decir, sobredeterminada), traduce el hhecho de que la existencia de la teorfa no puede no ser “critica”, en el doble sentido del término (ejercicio de una critica, a mereod de una crisis). Noosun destino, sino elefecto de una relacion de fuerzas, De lo que era una préctica viva, ‘no quedaria entonces més que un antasma: una memoria. Poro hay otra desaparicion. Althusser nunca dejé de evo- cearla en términos cast idénticos: desaparicisn de lo “proviso- ric", de lo “transitorio, de lo “contradietorio® de una préctica ensue propios efectos (también ellos provisorios, transitorios, contradietorios), en su propia “intervencién” transformado- ra. “En cuanto @ nosotros, admito que hemos venido para “compernos el lomo”, pero de una manera inédita, que nos distingue de la mayoria de los fildsofos, y sabiéndoto perfec- tamente: para desaparecar en nuestra intervencidn”.® Esa desaparicién no es puntual, exeepcional, sino que se encuen- ‘tra constantementa reiterada y vuelta a hacer, en un proceso infinite. Formalmente, icha desaparicién noe distingue en nada de otra desaparieiin, la delapolitica en susofectos, yen particalar de la politica revolucionaria en la construccién de la sociedad sin clases. Poco falta, de hecho, para que sea = [4 No a8 lige of propio comienso, Mar no eligis nacer al penssanlentoy ponant on of undo ldelépce qv la hitariaalemena Fabia concesrado et ln enserana gue brindaban gus unveridades [-} Mir adelontovlver sobre la nosed le coningncia de eve eanienso [Us eontingencia de mien de Mares ene charms enpaicolgicn baja gua ea nad, ee plattante capa dela que ha debido despren dats our Bers, opt pgs. 60, 2). *Phulosophe et phlosophte spontonde das savas, op. it, pS: 18 n pensada como la propia revolucién, en todas sus modalida- 5, individuales y colectivas. Sin embargo ~uina vez mas-, la idea que se nos propene no tione absolutamente nada de univoco. Por el eontrario, se dispersa segan la volunted de una combinatoria, en la que volvemos a encontrar las dos grandes parejas problemticas, Io idleoldgico 9 lo ted, lo ideoldgico y loreal. Se trata de 12 desapariein dela ideologia ode una préctieaideol6qieaen ef ‘acceso. concept, la eoriacientifiea, Perosetrata también de la desaparicign de la teorfa y del concopto en la historia real, del que se han distinguido provisoriamente para cum~ plircon su funcién de conocimiento. Finalmente, se trata de la desaparicion dela Leor‘a ode las ideas y delos conocimien- tos que existen "bajo forma tebrica”,en la ideologies decir, fen su “realizacién ideoldgica”, la unica que constituye Tas fuerzasmeteriales,hist6rieas. La "eternidad” del concepto,la “eternidad” de la historia real, la“eternidad* de la ideolog esdeci, laactualidad, la actividad, la efectividad deleoncep- foode lahistoriaode laideologia.™ Entre estas modalidades totalmente heterogéneas de la desaparicién, se encuentra 2 Para eens tet puibildade,conidarae on especial que ‘Hl alin al esta neva ump Sap, ou et até redatado on 0 lenge, coon temple panies ave, prepa ‘Salet defn Seles ec neuer asco et lengua deli, cate otle erode ted tan ipatantsen Feuarbchaeonereta i Bahaegu qlee eso nine eve na debersos vida que la rontor que sepaabe Ia ira confi fae franqueads hace cl een parte de Mare qua ua gram empress eae gran descuvimient te Enroentanconsghadrs en obras, neripon ene sistema cneeptaal de Sh enosimietefayae eerie pos 1 poca han trntorneds soir del tmundoy dea histara(.) Pademos fudara todos losqueeacerean para fcr aa foner, pes cmieln de que nowtres mstes fa haynes Fmweadoy que hayamos inept en nearer soncepton el rerio [Rovtalle use pane] No ore enen goo Seu martrar qe el humanism real ososalits puede serabjete se un rosnocinientoe de un nei pg ea gu ein ners ar (ue tunteservr de consign préctca, eg, on a mama medida ot peel alae pin na cnn ee fini diferente (ba soos dl humatiema ao ene valor toca, ino toler de indica prin, ex preci acu Tos propos prblee tras enncretec ex dei auconorisen para produc atratormacin ‘isonon ca aensidad pons are Debem perenne de qu en se ‘roars winguns pofaba,jutiiendn por ou funagn précis, wsurpe Te lnc fens y que al ump a funianpréeen no decperesea st Inigo tempo dsl enmpo de ature" Pour Mla op ly pags, 238 258), ‘se sta, en soma, do Teeordor on Ma que el macnn de @ suspendida~como se ve-del concepto “revelucionario®. Pero Si volvemos a él para saber qué significa, tal vez sea esa Suspension To que nos autoriza a suponer que en dicho ‘eoncepto anida lo verdadero. “jAcaso el propio silencio de Althusser no se encuentra suapendido en las cereanias deese punto deevanescencia del conveptoque él denominé “el lugar de lo impositle”-** como Simanifestera su vacilacion ante dos formas deWesaparecer? oral tambien alo a ores, posto quo Ie area Jastamanta ot CSnociiant peo tle sans ei sean odor fe enlra tel ‘erin taal” Como se snccnienn prtenece de aera 2 teal ‘ides oes as gus a anemia edo mre alg con 8 Dodie prudfionde to seepnenado, ys queue ves edu ee ‘cloteend de le drei icparesron cc rece do conciie eer cles le ela propio coatiniont, pros cas ate CENSSG Shoat pues ue cr to: Le dina ete to de ani yates real rest a oa prado de que ca planed saree ee Be noe ae: pe pre wrai ese Be Eivegntsseneaty Bs nonmetal lo mento de ca ‘Bier cocintestn, qu ste serogus ova concent pare dee! ae ee sa ele pur eta wre poeo que ve produce eran digs proucin Gemstar eoraroicns manne con nab Eee,” Plone op tp. 158 ‘F ESiadonce Seeds oad qa a exprestinevordinada de suns rclacin do fovtr ents clase, bo atenoriaro es qu Nove en eEEunee tn en tite on el Puan de wu prpie seas Sef Sade ver tats euel Manifesto corn on sl rafacio de 1968, donde Iprscntatin doy arn dunno. Logue qlee deck ase Mare teers den veces) taeda oma ieenten eos pons eas Porras ets tie Con preci dl sna de emt lite enuctvanentoces presets por taden prin puss a st SERIES setionte cis unnreclilad de congunt. Pore Mavs hoot ‘Serf senda vets oa, wanain enone can agar aeetetalSs y Wao [na Faldo do snort digo, prs ‘Stom is Gena a Preface de 1059, etre fs “Tomas eee gney usculslosbetes oman cori delenit eats) ‘ipsa hasta sus ldnasconecsencan Svangolep ott ws ager ein cone sees ean easoer Ge cares a sopte™ tigers Mar aides cos dea a tomo [or eneipos doerlien {3B Lede tad sno bj nica aason de asin pose en a haldclogen emt aeesteteatn cls ambien ambien aor en del na ds oni ai tonne eno, El matsalinme ELE thntuc ano por al contondontariabiin de asia como gor usec apudaconcento 3 lr ctchone, dees fas es Tito gus elas eas poadenwletwe neue. De a su debe [Manton pin Deak tse aptl de que por mas verdaders Perhelments cemeriedan qua fora, fy ices none pueden Sa Tisicomcnte sctvan ans mimes, ne alo foes Hedges de ‘aus omedas ended arate mavsome aoe goa Goran) B 1 Por exo no nos deja en pa. Tratemes de hacer un buen Pues nostro tambies nos hallamnos on eansio onto ‘memoria y la palabra, sin un final previsible. Les Sauvestres, agosto de 1988 3 P EL NO-CONTEMPORANEO* “Agradezco vuestra invitacién y, si se me permite, comenzaré Gon algunas reflexiones acerea del hecho de que en 1988 un Cologuio enteramente consagrado a “la herencia de Althus- Ser” bea organizado en los Estados Unidos, gracias a la per- Severancia de Michael Sprinker y ala atmésfera intoloctual aque reina en este Humanities Institute, Me han pedido que Seael primero en hablar: es un honor, pero también significa tolocarme, en tanta franeés, en una posicién embarazosa, ‘Gréanme, por favor, un ealoguio wniversitariocomo ste seria {nconcebible hoy en Francia, y muy improbable enlamayoria de los paises curopeos. Con respecto a algunos de éstos, es precise que atente lo que acabo de decir. Veo aqui a Gregory Elliott, 2 Peter Schattler, a Maria Turchetto; esjusto recono- eer queen Inglaterra ha aparecido retientemente un estudio de conjunto sobrela obray la ectividad politica de Althusser,’ {gue en Alemania federal se ha comenzado una edicion de sus Sivas (que eontiene numerosos textos inhallables en Fran- cia)" y queen Ttalia continda siendo objeto de discusiones en {os céteulos de militantes e intelectuales de izquierda.* Re- «ats texto es Ja trducsin de Te comics que prosenté setimbe de 1988 en el cologuin Nhe Althuserian Legs, rganicad por Fates id tte, Slate Unvermty af Now Pork en Stony Brook, Tee Hemi revisade par la pblcasin cm el gnjanto dl coloqua Ue Sparsera en ltione Vero, Londres y Nueva Yor GE Grapory Eliot, Aihusoor-The Detour of Tory, ions Vere Landry Nuota York, 1987 Gr Luis Althusee, Machiowall-Montesquieu-Rovswau, Schrifin 2, yPAinwplte und Spontene Phitowophe der Wisenschafler Sebrifen 3, je eeesceten on’ Peter Seholiler ond Frieder Otfo Wo, Argument ‘vorlg Beri, 2986, 1687 "ME ts cgelion dll rst Saat oul marsismo di Lous Althuser, 1% cuerdo tos estas hechos para subrayar lo paradjien do la Situacitn:ens propio pais,elnombredeestehiombrey lasig. nificacign de sus esertas son thjoto hoy de toa completa Tepes, ton eon tbs Sin duda es posible invocar varias razones que explican aque esto sea as No podrfamos subestinar las consceuencias del esedndalo que constituyo el azesinato de su mje, por parte de Althusser, en 1980. Amigos y adversarios expert Inentaron lainfluencia do esis hecho (no estoy hablano de toda Ta basaca que el episodio pase de manifesto), cians tanciaa la que los intalectuales evidentemente no consiguen escapar; las relaiones entre el crimen ylalocura los ponen particularmonte mal, durante tanto tiempo com el que Kranscurra antes de que se conviertan en materia de la literatura. Bl “destino de Althusser", para recordar una expresion que emplearon mucho los perioistas,confende la demareacignentrelas esferasdelo pablo" delo“privade” Deteriorala imagen narissts de la comunidad intelectaa, dela quo todas en mayor omienor medida tenemos necesidad ‘Pero las razones més fuertes se encuentran manifiesta: rmenteenotra parte, Resultan dela pobibicin que acizalmen- te pesa sobre el marxiamo en general. Daraate casi vents acs Althusser fue, mas que eualguer otra tdsofo marxis faque,en ranciay enotras partes, animabalacontroversa, Nosolamente aus formulactonesy sus posiciones desenca: denaron las pasiones y las poltmicas ertre los “marsistas™ de toda clase, sino que también obliga actos intslectuales a tomar en serio el marxismo y a partcipar con él en los debates que promavia con sus trabajos de iesofa, economia, teovia politica, psicoandlisis, ete. Por su eausa “quirs mas gue la de evalgtiorotze-, al marxiamo no fue simplomente tina herencia del pasado, un momenta en la historia de las {&Sng sino un horizons yn dsato para elpnsamtnto en “Entonces se ve con laridad qué representa el hecho de borrarla funciGn desempetada por Althusser durante todo quel periodo. Se trata fe un aspect earacteristice de wna operacion de censura més general, cuyo sentido resulta muy clare se trata de negar que, en particular Gurante los ates Sesentayaetanta, el marsisva fe go més quela repetition ‘GenivoSiud di dtsteralsmo Stovien Franeo Angel ator, ln, 1986, Por otra reeraneas, remito mi evniea “aetelite althaceey & Feteanger,pbliada t Asc! Mars, of" primer samoste de 1090 6 de formulaciones dogmaticas provenientes de Marx, de En- els, de Lenin, de Stalin o de Mao, de negar que se hayan Droducido cambios y acontecimionios reales en su seno en elacicn con los verdaderos problemas dela sociedad y dela poltiea de entonces. S, todo oeurre eomo si en el mas alto hivel slo importara hacer alvidar que abo una actividad, tina productividad inteleetualenclaenodelmarzismo inten. tos'y errores, y no s6lo recitados e Husiones. Bs preciso, a cualquier cost, ques inteleswales marsisias-y sobre too los intelectuales comunistas~ parezean vetrospectivamente etimas ingenuas ocanallas e fmpostores al servieio dena Jnmenae,cnuprain, Be preieo que nanca hayan capaces de pensar por si ismoe, ai como es preciso que el Inaraismo y eleomunisaie no hayan tenido ninguna historia ‘eal, como no sala de a intimidacion, de la manipulacién y Ta-do la carrera hacia el abisme. No nos asombromos de constalar que esa manera de transforma la historia en n0- Eintoriaflorezen muy expeciamente en ls paises donde el mmarxismo desempendla fancion mas importanteen Hlosofia, nas cencias stale, eh las humanidades y en la culture, como en Francia, Pero tengamos culdado, no sea que los {ntelecthales que hoy se prestan aesa amnesia de su propia historia o tengan que pagar un precio demasiado levado, exactamente com los arsistas pagaroa demasiado caro las distorsiones que hicieron experimentar au propia herend ‘losbicay euttural Son ustedes quienes podran decios al respec, la situacin es la miama en los Estados Unidos. pte cologui ha sido denominado The Althasserian Lega: cy. Debio confesar que también esta expresién me perturba. ‘Una ver mds ~por razones personales debo decir que, des: puésde todo, Althusser noha muerto.. Tal vezme equiveade cerca del significado exacto dela palabra legacy en ingles {Ets raego no ceseonover mi observacién, que noes una erties Sjemipre og resgoso evaluat la herencia de alguien que esta ‘vivo, Pero despraciadaments esas sibionescierta quo Althus- ernoha muert fisieaments también es ierto qe moralmen- te ya no estd vivo, puesto que ya no tiene a posbiidad de ‘ouitunicarse verdaderamente fuera deun creulomuypeqeeto El questemprehabiasidohombredeanimadosinteresmbios on todos los interloeatores posible, antes que “autor” ego- ‘intro; entonces ea posible dudar que todavia pueda ogre gar algo‘a su obra, Yai esto se produjera, so puede suponer fue se trelaria de una obra diferente, que emanaria de alguien diferente... Nuestras discusiones resultaran, pues, intempestivas en varios aspestos. Su relacién con el tiempo sera muy paradéjica. Al evaluar la berencia de Althusscr, cada uno de nosotros intentaré apropidrsela en alguna medi- 4a, pese a que todos juntos nos esforzaremos por mantener ablerta una obra que, de facto, ha sido cerrada. Pera hay algo aun ms grave: qué tenemos para repartir- nos? {Existe una bra de Althusser, en el sentido fuerte dela ‘exprosién, un tesoro de ponsamientos perdurables? Esta es la pregunta que, sobre todo, me deja perplejo. Por un lado, yesloquemeimprosionade nmediato, observo~entodocaso ‘en [a escena francesa— una sorprendente vitalidad en expre- siones que o bien fueron forjadas por Althusser o bien fueron ‘mportadas por él de un terreno originalmente especializado ‘en el campo dela cultura general: asi, la“lectura sintomati- a", el “corte epistemolégieo’, la *sobredeterminaci6n’, los jparatos ideologicos del Bstado”, el “proceso sin sujeto’, el “continente Historia”... Muchos las emplean a su manera, ‘mucho mas allé del efrculo (hoy restringido) de los “marxis- ‘as’, gnorandomuy amenude los textos donde Althusser las claboré. Han comenzado a vivir por si mismasy acambiar de sentido, de la misma manera que otros filosofemas como la “revolucién copernicana’, el “desencantamiento del mundo” ‘oel“~etichismo de la mercaderfa”, Pero, :podemosen verdad, ‘al igual que para el caso de nuestros eélebres conceptos, reconstituir su significado exacto dirigiéndonos asulugar de ‘origen? Bs dudoso, pues en Althusser no existe obra sistomé- ‘ica y completa, con un comienzo, un fin, una continuidad tedrica interna. Alli todo, o easi todo, os programdtico:“pre- rmisas sin conclusién” o “conclusiones sin premisas”, para parafrasear una expresién de Spinoza que a Althusser le gustaba, ‘Cuando Althusser publics La revolucién tedrica de Marx (que a mi juicio sigue siendo su gran libro), en el Prefacio ioniaé acerca de los “flésofos sin obra” (alas que represen- taba), e30$ fildsofos de ideas producides por la coyuntura y por las précticas sectarias del partido comunista en la época ge ttoremas eat la romans ones Space ees Nobtalioe Bl Capital Elemente de cutee, Creo de tie para lentes. Introduccion: flesofta y lovotaespontnea de fot centfcos ‘ons dod, ibrar qu, leas cova lean trasmiten al cetimient de {an ns tiny ic. La ot pa et 78 dela guerra fra. (Cudntaironfa, sal fin decuentas él mismo ‘nora otra cosa que un “filésofo sin obras"! BLhecho es que su “herencia” consiste en un puado de nociones equivocas, en ‘uno o dos verdaderos libros y un cierto mimero de textos que se presentan come incentivos o fragmentos, algunos, muy Aesarrollados (como los de Para leer El Capital), algunos soberbiamente eseritos (no todos), siempre en estrecha de- pendencia de una cieria coyuntara (politica, Giscursiva), y tarriblemente extravagantes tanto por su estilo como por sus posiciones. Sin duda resulta demasiado tarde para conferir ‘una unidad alo que 6l mismo llamaba sus “interveneiones”, puesto que la suerte inevitable de una intervencién es la de borrarse en sus propios efectos. Pero en otro sentido es demasiado pronto para saber si algo de esas intervenciones ‘tedavia tended influeneia manana en el pensamniento flosfico ‘enla politica, icontinuard estando verdaderamonte active: para el balance, quizé soa mecesario que transeurra una generacién aun, ‘Sin embargo, ges seguro que serd asf? ;Y sifuera tiempo ~en ese momento euspendido en que todavia nos encontrs ‘mos, a milad de camino entre el recuerdo la historia de evitar, simulténcamente, las pedestres disortaciones acerca ela Unidad de la Obra ¥ los mitos grandilocuemtes cobre la ‘Tragedia del Hombre, los comentarios académicos y las investigaciones psicoldgicas? ZY si lo que importara para nosotros, hoy mismo, fuera el valor que podemos reconocer & flgunas do las cuestiones quo Althusser planted? Un valor que provendsfa precisamente de que son cuostiones “no eontempordneas”, que van contra la corriente con respecto tanto del marxismo ortodoxo como de loque es preciso lamar In ortodoxia del antimarxismo, pues desgarran la imagen demasiado lineal de un marsismo condenado a desaparecer sin dejar huellas, de la misma manera que en su tiempo contribuyeron a desgarrar laimagen de un marxismomaqui- lado como “concepeion del mundo dominante”. He aht la pista que desoaria intentar seguir. Hablé de cuostiones. Si nos proguntames euél era su objeto, probablemente la opinién genoral sea que tenfan que ver con la teorfa marsista. Demanera algo diferonte, sugeri- ria que concernian ante todo ala relacién del marxismo (en ‘tanto teoria) con el eomunismo (en tanto movimiento politico y “tendencia” historica). En efecto, nonos equivoquernos con » Jo que Grogory Eliot: denoming, en su excelente presenta alte AlBreer, el rodeo de fa tori: sila teorfa es un forleoohace un rodeo, significa quenoes un in en: 3 Bl pretendido fevricisma de Altousser provoes en su tiempo “lontandlscusiones, arrest al seno mismo de sus posiio- hose aguda contradicelon, precsamente porqucexigt ala ‘MQorlet que ee tasfornare Bnalmente en “practicn revels Gionare! en la perspective del comunismo. Cuando, en el ttnecurso de esas discusione, Altausser propuso una “Due- tra defnicén® de ta filosafia como “luehe do clases en la outa" esta formulacién parecio dar vuelta laconceptualiza- ion init, pero mas que nunca so trataba de exprosar que Glmecsiamo no tenia sighifienion propia y “problemética” Guelnad mas gue en la medida en que fuera teoris de Ie Tenonela al chmenismo yen tistas de su tealizacion. El ‘Slterfo de aceptacion o rezhazo de una proposicién "marxis {ir ere slempreel mismo, fuera presentado como “epistomo- TGpleo o como "lofi" el hecho era hacer inteligible una politica comtniata 0 0° ‘iggados agut, resulta forzoso preguntarse qué quiere dost gan poleoro, comuniom, Se presenta una nueva Sffvaltad gue core el rieago de asignar una limitacion muy uivecha aes aeGtud“eritica cia el marxismo.Siescierto uc Alhassorquisy hacer de a polftiea comunistala medida Qe odaven de la feoria marxista, cal rismo tempo no Seatrajo al eoncepto do comunismo de cualquier erica? Jheaso nes ecto lo que testimonia ne practices delidad {Ge algunos consideraran como ccga) al partido comunista (ase bron, al ideal de partido comunista) que mantevo Mita el nal? goende ese Ta ventaja, ses gue resulta ‘Reesarlo plantear una atitud“eritca” frente al marxismo, ouna aciitud ecrftica frente al ‘comunismo”? No'bay duda de que para Althusser “comanismo" repre- senidsierpreel nosbre (propio le laiberacin,enrelacién on todas las explatacionesy opresiones,y designara univo~

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