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EL NUEVO BRUTALISMO Reyner Banham Reyner Banham, como teirico y critica mas destacado de la arguitectura inglesa de la posguerra, fue quien se responsabilizé de fundamentar y extender el concepto de Nuevo Brutalismo, que englobaria todas aguellas obras ‘basadas en una radical sinceridad de extructura, materiales ¢ instalaciones téenicas, buscando una contundente wera imagen para la arguitectura. El Nuevo Bratalismo constituird una radicalizacién de los planteamientas tecnolégicas y antidecorativos del Movimiento Moderno, aflorando, de nueco, el puritanismo de William Morris. Banham escribié insistentemente sobre esta nueca corrient, Hegando a publicar el libro EX brutalismo cen arquitectura (1966) que sinttizaba las ideas mas importantes y presentaba las realizaciones més em Bleméticas, Lo que aqui se reproduce es su articulo «The New Bratalism» como sinopsis que anticipa los contenidos de su futuro libro Reyner Banham (1922-1988). «The ) diciembre de 1955. Londres. rw Brutalism», publicado en The Architectural Review de sd Architecture, C'est, avec des matiéres bruts, tax nién comiin que Das Kapital ha hecho el papel blir des rapports émouvants»» Le Corbusier: Vers tine Anchitctre Introduzeamos un observador en cualquier campo de fuerzas, influencias o comunicaci nes y ese campo sulrird una distorsidn. Es opi- de aprendiz de brujo del capitalismo, de tal modo que Jos marxistas apenas lo reconocen ‘cuando lo ven, y que la amplia difusion de las ideas de Freud ha producido tales estragos en la psicologia eliniea, que cualquier paciente in- teligente puede destruir los nervios de su psi- coanalista. {Cua ha sido la influencia de los historiadores de Ia arquitectura sobre la histo- ria de la arquitectura contemporinea? Los historiadores han ereado la idea de un Movimiento Moderna —cosa conocida incluso antes de que Basil Taylor tomase las armas contra ¢1 falso historicismo— y, ademas, nos han presentado una tosea clasificacién de los isos» caracteristicos de la modernidad, se- ‘in dos grandes tipos: Uno, el cubisma, e un matchamo, un marbete de_reconocimiento, aplicado por los eriticas e historiadores a ‘cuerpo de obras que parece estar caracteriza- do por ciertos principios, sea cual sea la rela- cidn entre los artistas; el otro, el futwrisme, es igna, una politica cons- cientemente adoptada por un grupo de artis: tis, sea cual sea la aparente similaridad o de- semejanza de sus productos, Y es totalmente caracteristico del Nuevo Brutalisme —nuestro primer movimiento artistico nacional desde que legé aqui la Nueva Historia del Arte— confundlir estas categorias y adscribirse a am- bas a un tiempo, ¢Habremos cle culpar por ello a la Historia del Arte? No de entrada, pero si practicams te de cualquier na. No se puede co- menzar a estudiar el Nuevo Brutalismo sin constatar con cusinta profundidad la Nueva Historia del Arte ha penetrado en el pensa- miento de la arquitectura progresista inglesa, cen los métodos educativos, en la lengua comin de comunicacidn entre arquitectos y entre ex ieos de la arquitectura, Lo interesante de la aviesa nota a pie de pagina de R. Fourneaux Jordan sobre el Nuevo Brutalismo —s«..Lu- bbetkin habla por encima del tiempo con los grandes maestros, los Smithson se hablan sélo entre si»— no es el hecho de que casi es ver- dad, con lo que reduce a la nada su razona- -nto, sino el que sus elementos de valora- cidn son histéricos. El Nuevo Brutalismo se ha de ver sobre el fondo de la reciente historia y. en particular, sobre Ia sensibilidad c por la historia interior del Movimiento Mo- derno mismo. La historia de la frase misma es reveladora. Su forma deriva elaramente de aquel hallazgo de The Architectural Review en la posguerra’ «til Nuevo Empirismo», expresién que preten- dia deseribir en la arquitectura eseandinava tuna bandera, una con LA CRISIS DF LA MODERWIDAD tendencias patentes para alejarse de otro con- ccepto histérico, el «Estilo Internacional», Este uso, como cualquiera que suponga el empleo de Ja palabra mero abre una perspectiva his- trie. Postula la identificaciin por parte del historiador de_un empirismo antiguo y la por sibilidad de distinguirlo de otro nuevo me diante métodos de comparacién historica, que diferenciaran también a éste de un mero «Re nacimiento empirico». La habilidad para vér- selas con esas tenues sombras del pensamiento histérico es de por si una medida de nuestra destreza en el manejo del método histérico en la actualidad; el uso de frases del tipo «El nue- vo x-ismo» —donde x es igual a cualquier ratz ival— se convirtid en un tipico en los. primeros aiios de la década de los cincuenta los cuartos de trabajo de los alumnos dé ‘iftimo aio de carrera y otros ambientes donde la arquitectura, mas que practicarse, se discu- “La pasién en esta disputa se vio poderosa- mente atizada por la claridad de su polariza- ci6n —comunistas contra el resto—, ¥ en ak stin_punto de esta acendrada polémica se cuii6 por primera vez el érmino «Nuevo Bru- talismo» '. Al principio se traté de una expre= insultante comunista y con ella se queria, significar las formas de expresién normales de la arquiectura moderna —cubiertas planas, ic drio, estructuras vistas—, consideradas desvia~ ciones moralmente reprensibles del «Nuevo Humanismo», frase que, en boca de un mar- xista, significa algo diferente del sentido que se le podria suponer. En aquellos tiempos Nue= ‘vo Humanismo significaba, en arquitectura, fiz brica de ladrillos, arcos segmentales, cubiertas cembreadas, pequefias ventanas (0 cristales pe= queiios, en cualquier caso), —detallismo pit toresco sin planilicacién pintoresca—. Se t taba, de hecho, del llamado «Renacimiento William Morris», hoy felizmente difunto desde "Exist la crecneia pertinaz de que el termina tomy (oa sinila) halen aparece en el rexuoen et a. est historia deberd queer eelegal al Limbo dela sain del Movimiento Meccri, doe sun. er la Toma anid Country, Planning. Association ‘stim agrupades com Ips diferente sel Mer anna, l gico dado por Kruschev a la linea arquitec- "del Partido, a pesar de que tal giro dejé sin meollo a las subsiguientes polémicas. Pero habremos de sefalar que el Nuevo Humanis- imo era, una vez més, un concepto cuasi-his- tbtico crientado, si bien de forma espiirea, ha- cia esa época de los cincuenta que fue la Edad dle Oro del marxismo, cuando se podia reco- nocer a un capitalista nada mas toparse con él ‘Sin embargo, los circulos de arquitectos de Londres son un terreno demasiado reducido para mantener unna polémica del tipo que sea, y donde el insulto se ha de dirigir a personas concretas mis que a clases de personas, pues (excepto entre los marxistas) raramente se daba la unanimidad suficiente como para permitir la formacién de una clase. EL Nuevo Brutalismo contra el que se divigia la ojeriza marxista podia nombrarse’y reconocerse de manera directa —igual que sus amigos en otras artes—. EI significado de la expresién comen- 76 menguar en cuanto empez6 a ser de uti- lisacién pablica. Entre los grupos no marxis tas no habfa una especial unidad de programa Ode imtencién, pero si exista cierta comunién de intereses, una tendencia a divigir la mirada hacia Le Corbusier y a tener conciencia de algo llamado lr beton brat, a conocer la cita que tncabeza este capitulo y, en el caso de los mais exquisitos y estéticamente cultos, a tener idea Gel Art Brat de Jean Dubulfet y su relacién con Patis. Palabras ¢ idcas, personalidades y des- contentos repicaron al unisono y en cosa de mucho antes de que el Tercer Pro- grama y las revistas mensuales se apropiaran de la frase— la consideraton suya, por deseo propio y con el consentimiento piblico, dos jévenes arquitectos Jlamados Alison y Peter Smithson. La frase ha alterado asi su sentido y su uso Adoptada’ éoino una cosa intermedia entre una consigna y una critica arrojada contra el pli biico, el Nuevo Brutalismo dejé de ser un mar- chamo que describia una tendencia comin a la mayor parte de la arquitectura moderna y se-convirti6, por el contrario, en un programa, 1 una enseila, mientras retenia cierto sentido —imis bien excaso— de marca descriptiva ‘Como el Nuevo Brutalismo es a un tiempo dos tipos de —ismo, se zafa de una descripcién precisa, en tanto que sigue siendo una fuerza __como en un pequefio almac viva en la arquitectura britinica contempo- tinea. En cuanto etiqueta descriptiva tiene dos sen- tidos que se solapan pero que no son idén cos. En su aspecto no arquiteeténico deseribe el arte de Dubulfet, algunos rasgos de Jackson Pollock y de Appel y las pinturas sobre arpi- llera de Alberto Burri —entre los artistas ex- tranjeros— y también Madga Cordell 0 Edouardo Paolozzi y Nigel Henderson entre los ingleses. Junto con estos dos tltimos los Smithson prepararon y montaron la exposicién en el ICA (Institute of Contemporary Arts) aralel af Life and Art, que, aunque probable- mente fue anterior a la acufacion de la frase se considera, no obstante, un lous classcas del movimiento. Mas tarde analizaremos los as- peetos mis instructives de esta exposicién; de ‘momento observemos que muchos criticos (y estudiantes de la Architectural Association) se quejaron por la mola deliberada de los con- ceptos tradicionales de belleza fotogeatica, por un culto a lo feo y por la enegacién de lo es- piritual en el hombre». El tono de reaccion contra el Nuevo Brutalismo se dio incluso an- tes de que los criticos hostiles supieran cémo llamarlo y se tuvo la conciencia de que los Smithson eran Hlevados en una direccion dis- tinta a la mayoria de otros jévenes arquitectos de Londres. Alison Smithson fue la primera en reclamar en paiblico como propias aquellas palabras en tuna descripeién de un proyeeto para una pe- queia vivienda en el Soho (Architectural Design, noviembre, 1953), diseflada antes de la © tenia de la frase y etiquetada con la expresi «E-stética de almacén» —una deseripeién ama- ble de lo que represemtaba el Nuevo Bruta- lismo en su primera fase—. Sobre esta casa escribia Alison Smithson: «..si se hubiera construido, habia sido el primer exponente del Nuevo Brutalismo en Inglaterra, segin mues- tra la introduccion a las especificaciones: “Es nuestra intencién dejar en este edificio la es- iructura completamente a la vista, sin acaba- dos interiores, alli donde sea posible. BI con- twatista ha de procurar conseguir un alto nivel ‘en-tos elementos bisieos de la construccién, »». La publica cin de este proyecto acarreé una extensa y a menudo divertida correspondencia en varias ones periddicas a lo largo del verano , correspondencia que se fue alejando cada vez mas de su punto original de partida, pues muchos de quienes escribian estaban en realidad discutiendo sobre la exposicién Para- Ul of Life and Art, o sobre el proyecto (ento: ces todavia inédito) para una escuela en Huns- tanton. Cuando finalmente salié a la luz (AR, septiembre 1954) la discusion adquiri6 un tono mis agresivo y menos humoristico, pues ahora se tenia el edificio de los Smithson ya remata- do, con su realidad tridimensional y fotoge «a, y con los materiales elisicos del Movimie to Moderno, acero y vidrio, Inmediatamente se le aplicé la expresin Nuevo Brutalismo, atirique habia sido disefiada en Ia primavera ‘de 1950, mucho antes incluso que la casa en el Soho; pero hasta los mismos brutalistas han aceptado este apelativo, que se ha convertido cn Ia etiqueta de Hunstanton dondequiera que se ha hablado del edificio, Hunstanton y la casa en el Soho pueden servir de puntos de referencia arquitecténica con los que definir el Nuevo Brutalismo arquitectura. siasmo por ellos fue tan grande como et de cualquier otro. EL impacto general del libro del profesor Witckower sobre toda una generacién de estu- diantes de arquitectura en la postguerra es uno de los fenémenos de nuestros tiempos. Su pre- sentacin de un cuerpo de teoria arquitecténi- cca en que funcién y forma estaban significati- ‘vamente vinculadas por las leyes objetivas que gobiernan el cosmos (tal como las entendian “Alberti y Palladio) olveeié de pronto una sali- dda de Ia calma chicha de las claudic: funcionalistas rutinarias y el neopalladianismo pasé a la orden del dia. El efecto de los Archi- lectural Principles hizo de ellos, con mucho, la contribucién mas importante —para_mal y para bien— aportada por un historiador a la arquitectura inglesa desde la obra Pioneers of the Modem Movement y dio lugar a una notable discusidn sobre el uso adecuado de la historia. La cuestién que se planteaba cra: éSe han de seguir los principios humanistas? o chan de ser solo un ejemplo de tipo de principios a los que hay que atender? Muchos estudiantes optaron por la primera alternativa y los palladianos vie- timas de la rutina fueron pronto tan numerosos ‘como los funcionalistas rutinarios. Los bruta- listas, al observar el riesgo inherente a una vuelta al puro academicismo —mas acusado ex Liverpool que en la AA— tomaron preci- pitadamente otra direceién y se vieron pronto metidos en la organizaciGn de Parallel of Life and Art acién de esta exposicién en un je estudiantes de la AA, Peter Smith- sow declaraba: «No vamos « hablar de propor- ¥ simetrian; esto fue su declaracién de iguerfa al academicismo constitutiva de los neo- _pilladianos, y la seccién antibrutalista de la ‘casa dejé bien claro lo correcto de esta sospe- ‘cha de criptoacademicismo apoyando sus pos- turas no sélo en Palladio y Alberti sino tam- bien en Platon y en la idea de absoluto. La nueva direccién que tomaron las quiteeténicas brutalistas se mostto pronto en Jos proyectos de concurso para los accesos al Golden Lane y a la universidad de Sheffield, m0 EL primero, recordado tnicamente por el he- ‘lio de que volvi6 a dar a conocer en Inglate~ ra Ia idea de calles en plataforma, es notable ppor su determinacién de crear una imagen vi Sual coherente con medios no formales, con la in_de la circulacién visible, con u importancia plena que se concede’a la presen- ‘ia de seres humanos como parte de la ima- gen —en las perspectivas aparecian fotos de ‘personas pegadas a los dibujos, de manera que la presencia humana cubria casi la arqui- tectura. Pero el proyecto para Sheflield fue atin mas Icjos —y el informalismo se convierte en su ‘composicién en una fuerza tan activa como lo fs en, un cuadro de Burri o Pollock—. Compo- sicion puede parecer una expresién demasiado -enérgiea para un planteamiento tan aparente- ‘mente fortuito, pero en este caso esti claro {que mo se trata de un proyecto «aconcepttaly y tras su examen se puede demostrar que po- see una composicién, aunque basada no tanto cn la geometria elemental de la regla y el com- pis, en que se fundan la mayoria de las com- posiciones arquiteet6nicas, como en un senti- do intuitivo de la topologia. Al haber estado siempre presente una disciplina de la topolo- gia arquiteeténica, si bien de manera subordi- nada y no reconocida, las cualidades de pene- tracién, circulacién, dentro y fuera, han sido siempre importantes, aunque la disciplina principal ha sido la geometria clemental pla- ‘nica. Ahora, en el proyecto de Smithson para Sheffield, se invierten las tornas y la topologia se convierte en la disciplina predominante y la igcometria en la subordinada, En el exterior se hhace gala de la «conectividad» de las rutas de circulacin y no se intenta en absoluto dar una forma geométrica al esquema totals extensos _Dloques de espacios topologicamente similares ‘aparecen en el terreno con la misma noto “Wad Carente de gracia de las torres Martello o las bocaminas "Este ascendente dado a la topologla —en cuyas clasificaciones un ladrillo es una «for- ‘may igual a una bola de billar (s6lido imper- meable), y una jarra de té, la misma que un disco (superficie continua con un agujero)— es claramente analoga a la relegacion de la ‘chelleza» tomistica por la «imagen» brutalis- ta‘, y Shelfield sigue siendo el hito. mas cohe- rente y extremo alcanzado por cualguier br sta en su bisqueda de Une Architecture Aut No es probable que en los debates sobre ar- Gquitectura pueda desplazar a Hunstanton de su puesto de ejemplar maximo del Nuevo Bru- talismo, pero si es el sinico proyecto consiruc- tivo plenamente a la altura de fas amenazas y promesas de Parallel of Life and Ar. Muestra, adem, que la axialidad de Huns- tanton no ¢s una parte integrante de la arq tectura neobrutalista. La geometria miesiana 6 wittkoweriana era sélo un recurso ad fve para la realizacin de wiimdgenes», y cuando Parallel af Life and Art dio a los brutalistas la capaci- dad de definir su relacidn con el mundo visual ‘on términos diferentes a los de La geometria, * Padiamos presentar esta snalogia como episerno- ligicamente riguross —helleca y geumetela, consideradas hasta hoy come propiedades ulimas del commos,aparecen ahora com casos especiales, lingistianvente depurados ‘de comeeplon mis generates (imagen ¥ topoloyia). 2 Ios ‘que, aun siendopriitivos en esenca, sk s¢ ha legado tras un inmensotefinamiento— Una vez logrado este es- ‘dio de reinamiento § digerido ese nuevo concept, el Saunt aparece subitamente como ago tam simple que pe de wulgarizarae sin seias delormaciones. Ain de io ‘ducts por una cOmoda puerta trasera en i tpeloya sin ‘verse obligad utiliza las frmulas matematcas alta inente compejas que ello supmndria, la mejor qve puede Ieee ef ctor es comprarse el nimiero de julio de 1954 Astounding Sere Fit 1A GRISIS DE LA MODERSIDAD Ja geometria quedé descartada. La anterior de- finicién de un edificio neobrutalista, derivada de Hunstanton y del Art Gentre de Yale, se ha de modificar a fin de excluir la formalidad en cuanto cualidad basiea, si es que quiere abarear procesos futuros, y ha de expresarse “on mas propiedad en los siguientes términos: 1, notoriedad en cuanto imagen; 2, exhibieibn ciara de la estructura, y 3, valoracién de los inateriales tal como son». Recordando que tuna imagen en lo que afecta a las emociones; {que estructura, en su sentido pleno, es la re- lacisin entee las partes y que los materiales «tal como son» son materiales sin refinar, hemos recorrido el camino que nos leva de vuelta a Ja cita que encabera este articulo: «LArchi= tecture, C'est, avee des matiéres bruts, établir des rapports émouvants», pero lo hemos reco- rrido pasando por una conciencia tal de la his- toria y de su utilizacién, que vemos cémo el Nuevo Brutalismo, si bien es arquitectura en 1 gran sentido dela definicion de Le Corbu- sier, ¢5 también arquitectura de nuestro tiem- po y no del suyo ni del de Lubetkin ni de los tiempos de los maestros del pasado. Aunque fuera verdad que los brutalistas hablan. s6lo para ellos, el hecho de que hayan cesado de ea Mansart, a Palladio 0 a Alberti ha: ‘aevo Brutalismo, incluso en su sent ddo mas particular, una contribuei te a la arquitectura actual

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