EL MANEJO DEL : DUELO Una nueva propuesta para un nuevo comienzo Santiago Rojas Posada ole Tea Om cTeeLare Ltverticales de bolsillo es un sefio editorial América Latina de Grupo Editorial Norma ps y sus filiales Belacava y Gr: a Espaita nica Copyright © 2005 Santiago Rojas Posada Copyright © 2008 para Latinoamérica por Editorial Norma 5. A. Editorial Norma Aw: El Dorado N®, 90-10, Bogota, Colombia verticales de bolsillo htp://wwwinorma.com Reservados todos les derechos, Prohibida la reproduccién total o parcial de este libro, por cualquier medio, sin permiso escrito de la Editorial Impreso por Impreso en Colombia — Printed in Colombia Edicion, Natalia Garcia Calvo Disefto de coleccién, Compartia Armada electrénica, Blanca Villalba P Este libro se compuso en caracteres Diotima ISBN: 978-958-45-0672-6aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.Copyrighted materialIntroducci6n Hace afios que acompaiio a personas que viven un duelo, ya sea por mi trabajo como médico © porque la muerte de seres queridos ha to- cado puertas cercanas. Por eso, puedo atirmar con certeza que es la mids dificil e importante experiencia por la que un ser humano puede pasar. Creo, ademas, que es fundamental que claboremos los duelos de una forma consciente y decidida para salir avantes de esta compleja experiencia. Estoy seguro de que si no se hace asi, el dolor emocional y sus consecuencias en todos los niveles de la experiencia humana es- tardn siempre “marcando el paso” en nuestro camino por la vida. 9. Por todo lo anterior, he decidido escribir este libro. Como na todos podemos atravesar un duelo de la misma forma, ciertos consejos y apoyos en los momentos adecuados pueden modificar sustancialmente la vivencia del hecho doloroso. Escribo, entonces, para la persona que vive la pérdida de un ser querido, ya sea reciente 0 11no, con la intencién de hacerle mas llevadero su proceso y de darle herramientas concretas para salir avante del mismo. El libro puede ser Util también para el profesional o el voluntario que, por motivacién u obligacién, se ve abocado a quienes transitan por el proceso acompaniar de duelo. Aunque tengo mis propias creencias acerca de la vida y de la muerte, de Dios y de la reli- gién, esta obra puede ser leida sin importar el credo del lector ya que su lenguaje es universal y no es propiedad de grupo alguno. Siempre me ha llamado la atencién el tema de la muerte, ya que desde muy nifo miré con desconcierto el hecho de ser mortal. Sin impor- tar lo que hiciera, iba a morir en algtin momento. Me preocupaba, ademas, el dolor de la pérdid: eso era algo que no podia compartir facilmente. Las personas de mi edad negaban el tema 0, simplemente, no lo contemplaban dentro de sus prioridades, como si ocurria en mi caso, Asi que pasé muchos afos con ese constante interrogan- te en mi interior, con un gran miedo a morir y con una marcada anticipacién a la posible pér- dida de un ser querido, hasta que los afos y las vivencias del dia a dia me fueron mostrando la presencia de la muerte en todas las formas posibles. Poco a poco, aprendi que era posible cambiar la actitud y modificar las creencias y 12aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.Copyrighted materialCapitulo 1 El duelo en diferentes Epocas y culturas La forma como comprendemos el proceso de la muerte y la manera de abordar el duelo esta di- rectamente relacionada con Ia cultura y ha sido modificada por diversas creencias de acuerdo con las diferentes épocas por las que ha atrave- sado la humanidad. Considero importante am- pliar nuestra visi6n sobre el tema y, sobre todo ser conscientes de lo subjetiva e influenciable que suele ser esta experiencia. Por eso, escribo este capitulo sobre las diferentes visiones que hay en el mundo hacia la muerte y el duelo, asi como los ritos funerarios que han acompa- fado al hombre en diferentes momentos de su historia. El proceso de la muerte La muerte es universal y nadie escapa de ella; sin embargo, cada cultura la ha vivido y la ha asumido de diferentes formas, de acuerdo con el concepto previo sobre el hecho, controlado por todas las creencias que una sociedad es-pecifica tenga del morir, del cuerpo y del mas alla. Alo largo de los afios, el proceso de “buena” o “mala muerte” ha variado; esto hace que se busque acceder de alguna manera a la forma correcta. En la Antigiiedad, el suicidio epodia ser con- siderado como adecuado en caso de enferme- dad o dolor, en contraste con una mala muerte en medio de enfermedad o sufrimiento; tam- bién se consideraba mala muerte cuando no se tenia sepultura del cadaver. Ya en la Edad Media, “la buena muerte” era la que ocurria de forma lenta y anunciada y se hacia de forma asistida. Por el contrario, la inadecuada, era la que llegaba de forma repen- tina. Ya en los siglos XIV al XVIII, el dolor y la agonia con sufrimiento adquieren un notable valor religioso y se consideran como una muer- te adecuada. La muerte incorrecta es entonces para los que no estan preparados, la que ocurre de forma tranquila y sin dolor. En Occidente, hasta finales del siglo XVIII, la figura del médico estaba separada de la muerte, ya que éste acompanaba al paciente sdlo cuan- do “tenia sentido”. El médico tenfa la capacidad de curar, y cuando el paciente entraba en una fase terminal y/o agGnica, quedaha solo al cui- dado de su familia. En el siglo XIX, se comien- za a confiar en el diagndstico médico y con ladel estetoscopio (1818), se tiene certeza del diagndéstico de muerte, dejando éste de ser patrimonio de la religidn y la filosofia, La muer- te buscada era de quienes se habian preparado espiritualmente para ella y habfan dejado un testamento, por el contrario, la muerte impre- vista y sin testamento era considerada como ina decuada, va en el siglo XX, con el avance de la tecno- logia y la entrada en rigor del cuidado intensivo, se permite prolongar la vida al paciente, modifi- cando sustancialmente los limites de la vida y la forma de morir. En estos casos, el ser humano muere en el hospital solo o acompanado por muy pocas personas. Ya desde los afos sesenta, con la aparicién del cuidado paliativo, se dignifica el proceso de muerte y se busca que ocurra en e] mejor lugar para que se le brinde la atencién integral que el moribundo requiere; puede ser un hospital, en una unidad especializada para morir 0 en la propia casa. El moribundo esta rodeado de su grupo cercano Actualmente, muchas personas prefieren la muerte repentina e imprevista, por temor al su- frimiento prolongado; sin embargo, ante la rea- lidad de un proceso terminal, la gran mayoria busca una muerte muy tecnificada y asistida masivamente con terapias diversas.Ritos funerarios El duelo, en general, esta sostenido por algu- na fe religiosa, lo que permite soportarlo mejor, en cierto sentido. El cuerpo es mortal. Por esto. desde siempre, los diferentes pueblos del mun- do han empleado los ritos que le recuerdan al ser humano la repetici6n de este hecho, le per- miten hacer una despedida decorosa y le dan la posibilidad de compartir un acontecimiento al parecer tinico y personal. La muerte ha sido, sin duda, una celebracién excepcional en diversas culturas y se constituye en un momento Unico para expresar comp: solidaridad de grupo, etcétera. Los rituales funerarios, ademas, han sido asociados desde la Antigitiedad como medio para certificar la muerte (ya que luego de un tiempo largo se sabe que en realidad si murid alguien) y como medio para facilitarle el arribo a su lugar de destino mediante actos religiosos © paganos. También, se han visto como un mé- todo para alejar y espantar “malos espiritus”, o para evitar que el muerto luego “se aparecicra” y perturbara a los vivos. Ademis, se usaba el ritual para que el difun- to ayudara de alguna forma en la mediacién en- tre los vivos y la deidad a la que se le profesaba culto. Por tiltimo, los ritos sirvieron para facilitar la adaptacién de los vivos a la nueva realidad, lo- grando aceptar que sf ocurrié el hecho y que 20aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.muerte. Alrededor del difunto, estallaban violen- tas manifestaciones de desesperaci6n que sdlo eran interrumpidas por el elogio al muerto. Fl duelo solfa durar algunas horas. El tiempo de la velaci6n y a veces del entierro podia durar un mes como maximo en las grandes ocasiones La gente se vestia de rojo, de verde, de azul, del color de los vestidos mas hermosos para honrar al muerto. Segunda Edad Media El cambio social llevaba a la dignidad y control de uno mismo en el momento de la muerte; expresaba la angustia de la comunidad visitada por la muerte. El entierro se convertia en una fiesta de la que no estaba ausente la alegria y la risa ahuyentaba con frecuencia las lagrimas. En los siglos XII y XIII, los papeles de la familia pasaron a manos de sacerdotes y perso- nas dle la Iglesia. Desde entonces, la muerte no pertenece a sus iguales 0 compafieros y pasa a manos de esta institucién. El rito se acompanaba de una procesién so- lemne del séquito (que determinaba en el testa- mento el difunto), donde incluso llegaban po- bres y nifios abandonados, de acuerdo con la riqueza y generosidad del muerto.Siglos XVI, XVI, XVIII “Sin fasto ni pompa’”, las procesiones se hicie- ron menos numerosas y las manifestaciones del duelo se relacionaron con la sencillez. Se evi- taron las manifestaciones de dolor y se buscé sustituir al difunto por otro ser en vida de forma rapida. Desde entonces, el uso del color negro se hizo general en los ritos. Siglos XIX XX La muerte era algo natural y familiar. En el siglo XIX, se acostumbraba poner el nombre mAs tar- de, en espera de garantizar su supervivencia. La fotografia mortuoria o fotografia de difun- tos se vuelve comtin desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX. Las fotograffas se colgaban con orgullo en la casa y se les manda- ban copias a amigos y familiares. Este acto se en- tendfa como un deseo romantico y sentimental de sabreponerse a la separacidn permanente del ser fallecido. Dicho de otra forma, se dejaba un recuerdo “eterno” del ser querido. El periodo del duelo se convierte, ahora, en uno de visitas de pésame y de visitas de la fami- lia al cementerio. Las pompas ftinebres se transforman en es- pecializados servicios tanatolégicos, se crean a4complejos sistemas funerarios, se fijan normas sanitarias sobre los lugares a donde se llevan los cadaveres. Asi, surgen los cementerios privados, que pasan a llamarse “parques 0 jardines”. Apa- rece también la cremacién como opcidn acep- tada. Rituales en Colombia Antes de la industrializaci6n, en Colombia se moria en familia, rodeado de amigos y vecinos, o dicho de otra forma, se moria en ptiblico. Aun en el drea rural, sobrevive la prdactica de des- pedirse de la persona que va a morir, siendo el moribundo profusamente acompanado. Se conserva tamb: r con el difunto mensajes a los seres queridos ya falle- cidos. Hasta mediados del siglo XX, era bien visto llorar a los muertos y se podia “medir” el dolor de las personas por las lagrimas. A fines del s glo pasado, se evita el llanto, sobre todo en los estratos mis altos, y se opta por tomar medicina para evitarlo. Sin emb: populares, se observa “Ianto descontrolado”, Antes de la industrializacion, se velaba a los muertos en las casas, donde los vecinos, amigos y allegados pasaban la noche en vela o en un velorio un par de dias (incluso hasta cinco dias, en zonas campesinas de tierras alt n la costumbre de envi; rgo, en algunos sectores acompa- 25fados de abundante comida y bebidas alcoh6- licas), Actualmente, la velaci6n se realiza en la funeraria, reduciendo el tiempo del velorio de un dia para otro y no se vela de noche, ya que las salas cierran a las 10 p.m., dejando que el muerto “duerma solo”. Entre las muchas culturas de Colombia, Ila- ma la atenci6n la afrodescendiente del Pacifico, en la cual cuando muere un adulto se realiza el duelo durante nueve dias (novena). En el primero y ultimo dia de la novena, hombres y mujeres pasan toda la noche hasta el amanecer, entonando cantos llamados “alabaos”, invocan- do a Dios y recordando la vida del difunto. En el Gltimo dia, tiene lugar el levantamiento del al- lar que representa al muerlo y se piensa que al levantarlo, su espiritu fisicamente sale del lugar donde se realiz6 la novena. Si muere un nifio, a éste se le [lama “ange- lito” y no se hace novena. La noche del dia en que muere se realiza un ritual llamado “chigua- lo”, que consiste en una serie de cantos, danzas y juegos para lograr que el angelito no pene. Se llevan otros nifos al ritual para que miren al an- gelito (adornado con flores en la boca, la nariz, las orejas y el cabello) e incluso para que jue- guen con él. En ocasiones, los juegos incluyen el pasarse el cuerpo del nifo muerto de mano en mano. El ambiente que se vive es alegre, casi festivo, pero nunca se confunde con el baile. 26aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.viuda, que no se lo corta ni se cubre la cabeza durante todo este tiempo. Los gilanos, por su parte, manifiestan un gran respeto por los difuntos; su peor insulto es ofender a un muerto. Cuando muere alguien del grupo, lo velan en carpa por tres dias; bajo el ataid, se colocan aquellas cosas que mas le gustaban (café, cigarrillos, vino, frutas, etcétera) Los familiares se abstienen de usar jabén, afe’ larse, usar ropa nueva, escuchar musica, bailar antat, por una semana a un afio, de acuerdo la cercania con el difunto. En honor del falle- cido, se celebra a los siete dias, a los seis meses y al ano, una comida con los manjares que le gustaban. El muerto se entierra con sus pertenencias, menos que haya dispuesto otra cosa en vida. Ritos funerarios de Semana Santa En la actualidad, las procesiones de la Semana Santa cristiana conmemoran la muerte y resu- rrecci6n de Jestis. La Semana Santa es tal vez de los pocos ritos de duelo repetitivos que quedan vigentes. Es una herencia ancestral. Babilonia, Egipto, Fenicia y Grecia conocie- ron las grandes ceremonias anuales en que se lloraba la muerte de un dios. En Babilonia, era Tammuz el dios que moria cada afio y se canta- ba ante su imagen: “Tammuz, eres el tama SCO 28aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.Las actuales penitencias sangrientas en al- gunos ritos de Semana Santa tienen probable- mente su origen en la ancestral creencia de que la bre el cadaver tenia el angre derramad poder de mantener con vida el espiritu del di- funto. Por otro lado, los sacrificios de humanos y de animales sobre la pira o sobre la tumba y las practicas sangrientas en el cortejo ftinebre, se han empleado desde la mas remota antigtiedad. Algunos antropdlogos ofrecen como posible ex- plicacién de los castigos fisicos en el duelo, el hecho de que estos tienen el poder de atenuar © apagar el mas intenso dolor espiritual por la pérdida del ser querido. En cuanto a los ayunos, parece que siem- pre han estado asociados a los duelos, sea por la pena, sea por el principio higiénico-religioso que consideraba impuros los cadéveres y por lo tanto imponjan la prohibici6n de comer has- ta después del entierro. En Galicia (Espaiia), se celebra un banquete llamado ‘duelo” después del entierro. El ayuno cuaresmal (cuz nta) empez6 siendo en el cristianismo de cuarenta horas, para pasar luego a los cuarenta dias. sma = cu. 30Capitulo 2 El duelo “Lo importante no es lo que la vida te hace, sino lo que ti haces con Io que la vida te hace”. Edgar Jackson ue es? El duelo es la respuesta psicoldgica —sentimiento y pensamiento— que se presenta ante la pérdida de un ser querido. Dicha respuesta es totalmente subjetiva y depende de las estructuras mentales y emocionales de quien la vive, lo cual determina si se involucran 0 no sintomas fisicos en ella. Eso quiere decir que si bien el dolor ante una pérdida es inherente a los seres humanos, los sistemas de creencias que tenga quien lo sufre modifican sustancialmente su expresidn y desarrollo, ha- ciéndolo mds manejable, en unos casos, 0, por el contrario, mucho mas complejo de lo que en realidad e: Es fundamental entender el duelo como un proceso en movimiento, con cambios y multi- 31aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.mente, hay Ilanto incontrolado, alteraciones del suefio, cdlera ante las frustraciones y contra los supuestos responsables del hecho —Dios, los hombres, los médicos, el falleci- do, etcétera—. La persona puede creer ver al difunto, ofrlo o sentirlo cerca, lo cual le da momenténea confianza, pero luego agrava su malestar. La tercera fase, llamada desorganizacién y desesperanza, \lega cuando, luego de su en- cuentro con los sintomas de la segunda, persona se enfrenta a la realidad. Esta eta pa puede durar un aho o un poco mas. En ella, el doliente “toca tierra”, intelectualiza la pérdida, siente la derrota, experimenta gran abatimiento y se agota, pues sus energias fisi estén minadas. Empieza a reconocer necesidad de adaptarse al hecho o, de lo con- trario, promueve conductas evasivas como pueden ser el consumir alcohol, drogas, tra- bajar mucho, etcétera. A nivel emocional, es comin tener deseo de morir, lo cual puede favorecer la aparicién de enfermedades o agravar las ya existentes -incluso porque no se realizan las terapias recomendadas para tratarlas—. Son frecuentes la pérdida de peso, las alteraciones del sueho, como pesadillas e insomnio, la fatiga, la agitacién, los deseos de morir, los sentimientos de culpa, la agre- idad y la sensaci6n de minusvalia. si¢ La tiltima fase, que sobreviene si se ha traba- jado conscientemente para elaborar el due- lo, es la de la reorganizacion. Tiene lugar, probablemente, luego de uno a tres afos de ocurrido el hecho doloroso. Aqui, la persona retoma su camino de vida, la asume y se adapta de forma consciente a la nueva reali- dad. Por ultimo, esta la descripcién de Worden, que me parece la mas apropiada para abordar el duelo terapéuticamente y es, por tanto, la que utilizo como modelo en mi prictica profe- sional. Worden, en lugar de hablar de “fases” o “etapas” del duelo, propone definir “tareas” que debe realizar la persona para salir adelante en la experiencia dolorosa. Dichas tareas son: 1. Reconocer la pérdida en todos sus aspectos -nivel mental- y aceptar su irreversibilidad -nivel afectivo. 2. Liberar emociones o expresar todos los sen- ltimientos que se sienten en el duclo 3. Desarrollar nuevas habilidades y reconstruir aspectos del mundo interno dafhados o que necesitan ser fortalecidos. 4 Reinvertir la energia emocional entregada hacia el fallecido en otras relaciones © in-s, Abrirse hacia nuevas opciones en la Considero m: importante este enfoque, por- que no asume que el deudo tiene que vivir irre- mediablemente ciertas ctapas o fases sucesivas luego de la pérdida, como si fuera una victima indefensa de una ley de la vida. Por el contrario, propone que la persona puede afrontar su dolor con un plan de viaje que consiste en tareas que debe elaborar para salir avante. Dicho de otra forma, las demas visiones hacen pensar que la persona que hace el proceso de duelo se ve necesariamente avocada a vivir lo que le depara el destino, siendo una victima indefensa de éste sin que por su propia motivaci6n y logros teng: la capacidad de cambiar el curso de los hechos. Esta postura no da tiempo ni reglas fijas, sino que permite al que sufre la pérdida enfrentarla con una estrategia definida para salir avante. Es en esta mirada sobre el proceso de duelo donde me enfocaré, en los capitulos siguientes, con el fin de sugerir estrategias concretas y titiles para resolver, de forma consciente y decidida, las tareas necesa alir exitoso. Duelos especificos Duelos en nirios y ancianos La forma como se vive y soluciona el duelo es 36directamente relacionada con la edad en que ocurra el hecho, ademas de la relaci6n con el ser perdido, el nivel de apego previo que exis- ta, el tipo de pérdida (tipo de muerte, siendo la violenta y més si se presencia, la mas dolorosa y dificil de elaborar) y la ayuda y apoyo por parte de los sobrevivientes. La posibilidad de adaptarse al hecho se ve ademas influenciada por las pérdidas anteriores (si es que existen y cé6mo se han manejado), el tipo de cultura, religi6n o creencias y, en el caso de los nifios, por el aprendizaje por observaci6n de las reacciones de los adultos cercanos ante los duelos. La edad se convierte en un punto funda- mental, ya que la realidad es abordada de forma distinta en cada etapa. Antes de los 4 afios, es poco lo que se sabe de la comprensién hacia la muerte, ya que no existe una manera objetiva de averiguarla, pero se conoce de la angustia que puede generar la retirada del cuidador princi- pal, ya sea la madre o quien haga las veces, asi sea por pocos momentos. Desde el nacimiento hasta los LO meses, es posible que los efectos del grupo familiar en duelo puedan afectar el bienestar y condiciones del lactante. De los 10 meses hasta los 3 afios, el concepto de muerte parece asociarse a la pre- sencia, llegando a relacionarse asi: “si no lo veo no existe”. Su expresi6n en cl duclo es general- mente similar a la que ocurre ante la ausencia de su cuidador, presentando Ilanto con afe Peaa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing 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limit for this book.a c i) a o a a c 2 = A is) La muerte es un acontecimiento comun a todos los seres humanos y, como tal, es uno de los temas que nos interesan y nos llevan a plantearnos cuestionamientos y a reflexionar sobre la vida misma El manejo de/ duelo es una propuesta para reencontrar el sentido de la vida cuando se ha perdido a un ser querido. Escrito en un lenguaje sencillo, explica al lector -sin importar si es 6! mismo el afectado o si quiere ayudar a alguien que esté pasando por esta situacién- cual es el proceso de un duelo y las tareas a realizar para salir adelante. spiritue ximacion holistic nN Ballgo672 Il é www.librerianorma.com