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La gramatica ubicua. O como se miran los textos a través de la gramatica’ Violeta Demonte Universidad Autinoma de Madrid Instiouto Univeritario Ortega y Gaset 1. Introduccién Un Borges dispuesto a poner a prueba el apego de sus lectores a Ia iro- nla, 0 quizé en busca deliberada de la polémica, bien podfa deleitarse en afirmaciones como Ia que sigue: Spencer deca que la gramdvica de un idioma elo dino que dba eseharie, porque ests losoia de cs ai no rend lengua matera po a dein {ije6o, el sstandvo o el pronombre, como no aprendemos.a respira estdiando tabados de los pulmones. Creo que el mejor modo de eudiar un idioms 3a wands fe roxos(litervios). (Tomada de M. EVisquen, Borger imégenc, remain, dil os, Carscas Monte Avila, 1977; apud Bravo y Paoli (1999:95) Para dejar claro que ea mirada borgiana, torcida en apariencia, a la sgramética era como en otras ocasiones un juego con nuestra capacidad para el oxlmoron, basta con acordarse de las muchas veces que insistié en eso de “amillonas el idioma. . instigar una polttica del idioms” (Borges 1994: 92), ¥ en cémo se decuvo tantas veces, igual que muchos otro¥ excritores, ante lo que él llamaba “pormenores verbales’,' tanto los suyos como los de los otros, pues en realidad los textos para Borges eran las normas y reglas, de estilo y elocuencia, escogidas por los escricores y sus épocas. Regresaré luego a algu- nos de estos pormenores, pero por lo que empiezo con esta cita ¢s porque la Para Paola, por su tabi, y en ecuerd de los lejanos dias amables en Torsemnolinos Pascual (1998-1999:926-937) nos recuerds la pasi6n de muchos esrtores (Gald6s, Gémer de la Serna, Salinas, Millds entre los accuales) por le gramdtica y tor diccionarios, y rua veces Facinantes experimentos de introducci6n de elementot deeellos en sus universos de FcciSn. El reciente Orsenna (2001) es otro caso més del {gusto de algunos liceratos por encontrarse con las palabras en unaisla desiec, viajar por el intetior de los diceionarios © hacer el amor con una cierta morfologiay una mejor sintaxs. En el cazo de Borges encontramos la teflexi6n sobre la gramética tniema de aquellos aquienerensala, 02 quienes mire despectivamence “15. 4,3 fr opinisn de Spencer-Borges reflejada en ella es un lugar comiin del sentido comtin, de ese sentido comin tan desaforcunado en multiples ocasiones:y «an eficaz empero—puesto que genetalmence recoge visiones tadicionalmente asentadas~ en su poder para obcecar el entendimiento y no dejar ver lo que esti ahi. Autoridades educativas, padres y madres, los profesores de literaru- ra antes que nadie, y, muy marcadamente, numerosos especialistas ~sobre todo actuales- en el estudio y la ensefanza de la lengua y Jas lenguas ahorio citar fuentes porque el amable lector estard ya advirtiendo que 1 hace falta opinan también que la gramitica es bastante innecesaria para los menesteres de la lengua. Gon los textos basta Sorprendentemente, ete punto de vista parece rerrocract la relacién entre la gramética y loz textos a los momentos de la ancigtiedad clisica en fos que Ja graméuica se concebia sin solucidn de continuidad con Ta Wologla Para ps __ Dionisio Tiacio, par éjemplo, la Gramidtica (crea 168 a.C.) era una "ecnolo jest © | gh, el conjunto de recursos para operar con los textos (recordemos que | Brmmatilé signa 'oclaive as lee): = La grams esl conociiento de lo dicho sobre todo por poems y prosisas, Sut : partes son si: primera, eur cuidads sgl prosodi: sends, cxplicacin de las Figure poesia que hubiee ercers, interpre en cétinas uses de hs pal bes rary dels arpuenton csr, bisqueda de eGmologa qin, expsciin de le analog; sec, de Tos poems, que es I parte mds bella de oda ar deb trvadces, (Taco 2002:35-30) Desde el‘Tracio y su preocupacién por sistematizat lo que se sabfa sobre las unidades del lenguaje ~sobre las categorlas~ para asf ayudar 2 operar con {os textos clésicos en lengua griega, ha habide mucho viaje de ida y vuelta [ con la indagacidn gramatical a cuestas Muy sumariamente: se parti6 de le identificacién con Ja filologla para llegar al fin a una teorla lingii/stica sobre | cl estado inicial de Ia facultad del lenguaje, pero entremedias se concibié la gramética como forma de expresiOn del pensamiento, arte de hablar bien, \ desceipcién completa de una lengua para numerosos fines (pedagégicos, | normativos, centfics..), © como estudio de sistemas donde “todo se s0s- ___.11 | dene”. Durante sigios la ensefianza de la lengua fue reflexign sobre la grama- © | ica, Hoy, eabefa pensar que algunos vuelven al punto de viste de fa identi- «| dad com la filologla, pero serd mds justo precisar tal vez que ~habiendo flore- "4 eido enfoques varios sabre el “uso” dela lengua, sobre la lengua en relacién Meo con el mundo y con las propiedades de Jos que la usan- les ha parecide pa wee | convenience a las mayorlas volver @ concentrarse en los textos para encontrat allf la dimensidn real de la lengua. Un personaje de Orsenna (2001:16) des- “ribe con gracia este estado de cosas: "Mademoiselle, vous ne saver pas ‘enseigner... Aucun rigueur, aucune scientificité, aucune distinction entse le 176 narratif, le descriptif ec largumentatif”. Mas atin: para muchos de los que la Perengcthe is dimenidn seni dlacnseana dela lengua eselcomen- eario de textos. Naturalmente, me propongo aquf revisar crlticamente esa visidn de las cosas, y no lo hago porque la posicién tenga nada de objetable o peligroso (es mucho peor, por sus implicaciones, suponer que la formacién moral depen- de enteramente de las eligiones) sino porque, como decta,siendo una con- cepcién de moda, o al menos emergente, en los medios académicos conviene que la entendamos en sus justos términos. Esta tarea de revisién (segura- mente abocadaal fracaso porque el efecto de a ideologia suele ser obnubilador) se puede acometer de muchas maneras: desde dentro de la lingiifstica y sus progresos, desde fa historia misma de la ‘ensefianza de la lengua ~haciendo pues la debida arftica a wna visidn seca, aburrida, mecinica y antigua de la gramética~, desde el didlogo con Tos argumentos de quienes defienden esa alianza, desde argumentos de autoridad de varios tipos: capacidad formativa de ciertas disciplinas, base conceptual imprescindible para otras lides... Yo misma lo he intentado alguna vez desde varios de es0s miradores, en particu lar desde el del especialista que quiere hacer ostensivo lo que a ele parece 7 (eve: mire usted todo lo que es la gramética y acepte Ia conveniencia de ‘hacer conocer ese conocimiento (cf, Demonte 2000). Hay aspectos llamémosles de fondo que permiten pensar que la empre- Uy Needle Crt [ saastentendida, lade k alianza exclusivista ensefianza de la lengua-conoci- a | mientaderexcasy discusses, noes todo lo fécil nivishle que a primera vist { tye rece podela parecer, Adviércase en primer lugar que esa posicién es acaso cf Bg ate te: amente empitisa la prueba del pastel est4 en comerlo y basta ya de : 7 pamplinas sobre unidades invisibles. La tesis en cuesti6n parece suponer, en Yo. Usheneiewte © efecto, que si se toc el producto se puede inferir lo que fo produce. Por eso, Niteee tet cs bastante Sar las ellie ngdconducavs que priman lo sant textual-discursivo frente a lo gramatical consideren Jo gramatical como “re- neers T ] flexiones” que pueden hacerse a partir de los textos, como principios que ~2 a pueden inducirse, como actividades précticas. Esa posicién es a la vez esco- ted? listica avant la lettre: cuando defina usted lo que es un texto literatio, cientt- aoe fico, administrativo 0 descriptivo, cuando sepa que en la conversacién hay turns, protagonistas implicitos y explicitos, cuando enumere los estilos... sabré entonces la gramdtica de esos registros (por mera induccién, como indicabarnos); mejat dicho: conocerd la lengua pues de eso estamos hablan- do, de ensefiar y aprender una lengua. 7 Pero en mi desconfianza de que tal alianza sea de verdad una relacién matrimonial -o de hecho-y no un convenio espurio o interesado hay més que estas razones de fondo, Nétese para empezar que en la frase de Borges- 7 Spencet,y en el sentido comin antes aludido, yace latente un aserto dificil ide aceprar por mucho que se rice el rizo: la grarndtica y la lengua en realidad ‘Joo tienen mucho que ver igual que cespitar no Gene nada que ver con le iologla. Para ese sentido comin, ls lengua estd en los cextos y se deduce de allf por inmersién, como decla, © por infusion en el sentido de la teologia. Sabet la lengua no seria saber cémo esta hecha o cuiles son sus espectficos elementos y las razones de ellos sino simplemente mirarla através de trozos consolidados de ella Cémo se la mira y qué hay que mirat no parece poset ringsin interés, por sorprendente que esto parerca a quienes estén dndoles vwueltas alos pormenoses verbales Cierto esque la lengua es mis que la gramética La gramati subyacente, un conjunto de instrucciones para Tormar y entender oraciories Zalgo no palpable, sobre lo que no podemos hacer comentarios como los esun saber hacemos sobre un cuadio, sino que hay que conocer como se conoce tn sistema~ mientras que la lengua es todo lo que hay, digarnos, de espafol, de chino 0 de mohicano, Pero con esto no nos aclaramos demasiado; conviene ala voz no perder de vista que la gramética, tal como se ha llegado a enten- derla hasta hoy, ¢s por supuesto la morfologia y la sintaxis pero también el Yocablos, la resolucién de ambigiiedades, la informacién que ciertos ele ‘mentos evan consigo para ayudar a situar la expresiones en el espacio y en cl tiempo {los defcticos o los tiempos verbales, por ejernplo), las formas de poner de relieve, de meterse el hablante en las construcciones que forma, entre otras muchas cuestiones Por lo tanto, el producto de ese saber subya- cente contiene indicaciones que orientan hacia el mundo y hatia los rerlocutores, ademés de las seias de qué es cl sujeto, el objeto directo 0 el, | Gireunstancial | a todo caso, y yendo por un instante a cuestiones de otea indole, no quiero dejar de sefalar que quienes aspiran a legar a la lengua a través de ios textos las estrategias comunicativas estén cargados de razin y de buenas intenciones porque al fin decuentaz lo que quieren es que les nifiosy adotes- centes entiendan y produzcan buenos textos No hay pues en estas Iineas ‘ninguna pretensién admonitoria sino Ia intencidn de incorporas algunas precsiones ala interesante cuestidn de larelacién entre la lengua y la grarnd- tica, el sistema y los hechos, ls reglas y los textos y discursos En este articulo homenaje desco aceicarme a la relacién entre la ense- fianza de la lengua y l enseianza de la gramitica deade un Angulo ms direc- jo: para usar y comprender la lengua, para podec comunicasse con ella y '{ mediante ella y entender aunque sca precariamente sus ocultos secretos para produciey entender textos, en surma~ no viene nada mal saber graméti- <\ “178. ~ léxico y la manera de formar significados, la restricciones para combinas os ca? O, dicho de otro modo, més alld de su vocabulario y estructura, los textos esos trozos de lengua construidos conforme a ctiterios lingtifsticos, pero sometidos ademas a restricciones de conexién y coherencia, a requisitos de enlace interoracionales— son, precisamente por todo ello, relaciones ade- 4 (ctuadas entre significados (entre palabras o pieaas léxicas), recurso a “cons- trucciones”establecidas, actos de habla felices o eficaces, modalidades que se jentrecruzan (preguntar, insinuar, coaccionar, exclamar), maneras de cons- tui y distribuir tépicos, mezcla de dialectos y registros diferenciables me- diante recursos lingifsticos, polifonia, conexiones no solo esperables sino 9 }Ccambién posibles entre pérrafos. “Todos estos fenémenos corresponden a la lengua, si la lengua, como sucle frase. el conjunt infin de afsione hechay por haces con todas las marcas contextuales que les correspondan. Pero se siguen en buena medida de la gramdcica: son parte de ese magma que resila de a competen- ia Lingifstica, de una parte, pero también del pensamiento, las intenciones, Jos sistemas conceptuales construidas entre la cultura y el propio apararo cognitivo, las restricciones impuestas por la memoria, el condicionamiento social, exc. No se necesita ser un funcionalista a ultranza para suponer que si Ta aje ~como parece a todas Iuces evidente— est en relacién con esos otros elementos de nuestra cognicidn, de alguna manera ke card cestingida por ellos, end que satistacer las condiciones que ellos yan iat impongan.? Al scar eo no estoy afrmando que esos sistemas del resto de“) fa cognicién el pensamiento, las emociones, las intenciones, las conceptualizciones heredadas y construidas-~-modelenellenguaje, sino sim- plemente sefalando que hay una interacci6n o intcrfaz entre el lenguaje y eso: otros mundos (suponiendo, clazo, que sean distintos entre si, cuesti6n “Pastante probads pero no abstante no aceptable para todo el mundo). Si ast son las cosas, quizd sea interesante entonces saber cudles son los limites gra- ‘aticales de ess intenciones, modalizaciones, combinaciones ldxicas, apela- ciones al que nos escucha o lee En lo que queda de esta nota me acercaré minimamente con ejemplos y sugerencias a algunos de esos corredores fluidos adtica y los tex- > tos Son ejemplos zislados y personales que en modo alguno agotan la com- Lenpun ce. > Un objesivo similar se persgue en Franchi (2000), si bien exte autor se concence en 7h wnsacucstdn muy inetesinte que agul no abordaremos, saber, lade las varias maneras sramaticalesde exprese cerastelacione: as caus (subordinadas eausaes, orciones coordinadas), los procesos (mediante verbo, perfass,nominalzacones) ola relacign ence la puncuscién y el texo ora, > Esta suposicién, como saben los especialista, encuadts el reciente programa rminimalisea de la gramdtica generativa (Chomsky 1995), 179. 1+ plejidad de Ja materia. Pero antes de hacerlo quiero poner una salvedad de perogrullo: lo esencial para producic/enwender un texto es tener intencio~ res y algunas ideas 0 ideas, elemencos estos que estén ads allé de la grams- tica, Ahora bien, si conoce los recursos lingifsticos y sus posibilidades, el productor / descodificadar acaso podrd ser algo mas petspicuo en algunos, | aspectos de su actividad lingtifstica 2. La adjetivacién y la precisin del sentido “Cualquier léxico es perfectible y voy a probarlo” ~dice Borges~ y co rmenta luego: "E! mundo apazencial es un topel de sensaciones barajadas ’ J. Bl lenguaje es un ordenamiento eficaz de esa enigmética abundancia del mundo” (Borges 1994:46). Si alguien ha mostrado, en efecto, hasta dénde con la adjetivacién podemos afinar distinciones entre ejemplares de una misrma y clase de cosas, insinuar el aprecio 0 el desprecio, sacar ala luz Ja naturaleza de los individuos y de los acontecimientos mediante una caracterizacién ines- » veo perada, hacer de algo una entidad eterna a través de un eplteto inédito y : cficaz, incluso dar tango y nombre al estilo de una época, ese es el autor que comentamos. Buscar un adjetivo e¢ apreciar y calibrar cémo vemos a ua individuo 0 a un objeto, qué lo diferencia de ouos setes parecidos, qué lo ) telaciona con otros elementos de sit entorno semdntico y factual. Adjetivar es pues una buena parce de la construccién de una idea, aunque no le sea todo, Un modesto corolario de este punto de vista es que las lenguas no son ricas ni pobres ~como presumen algunos ilusos administradares del idio- rma~ sino que la pobreza o riqueva esté en quiien es 0 no es capaz de usarlas s. a, | para reconstruic la abundancia del mundo. Veamos algunos ejemples. Una misma palabra restringida, matizada 0 especificada reteradamen- te, en una especie de cascada, puede servis en ocasiones como eje de una descripcin. Fijense en el siguiente texto de Julio Camba (1934), un buen cjemplo de cSmo una serie de adjeivos aplicada aun “tipo” de objeto puede, 4 la par, ordenar a Jos seres humanos que deambulan por un lugas, sugeric \ rasgos de su cardetet, insinuar su modo de vida; por ello es posible para el escritor cerrar luego el pérrafo con Ia indicacién somera de en qué barrio de Nueva York se estd y cudl es el aire histérico que emana de él: Deerede del Bowery, por Rivingron Stree, {. ya st empiezan 2 ver barhas Barbas vegealles de espa, de rai, de etm, de algodsn en rama (..} Bubas de inviemo + Naturalmente, la produccién y Is comprensién del lenguaje (y de los textos) no son tuna y la misma cosa. Como en eantas ocasiones, empero, podemos eferienos a una zona comin entte los dos momentos de [a actividad lingilstica: Ia produccién / comprensisn. -180- 1 barbas de verano. Burbas onduladas, barbas tenzadae, barbas evinutadas, Barbas hhorizomeles y barbus vertiéales. Barbas hirsues, barbs lcas, barbas cespas. Barbas policromadas. Bibas fustrosas (-y barbas desletas(..) Estamos en plena juderia En dice minutos de meira nas hemos trasldado, como si diéramor, ala Edad Media (Cambs 1934:39), Un aspecto interesante de la catalogacién / descripcién de Camba es ‘que la construye sobre todo con adjetivos calificativos, formas cuyas funcio- nes pueden ser muchas, y no necesariamente clasificadoras. Para este benefi- cio estdn también los adjetivos que sirven especialmente para clasificar: los medio-adjetivos, derivados todos ellos de sustantivos, que encontramos, por ejemplo, en comparacidn hixdrica / geogrdfica / visual | mental, o en tren co- mercial /eriguero | carguero, igual que barbas vegetales. Las posibilidades del {adjetivo para establecer distinciones son innumerables y su pertinencia es la “clave de la precisién del texto. conts con lo que acabo de sefial: bosque es som- brto, wn pantano hondo y una vieja arrugada no es desde luego afiadic mucho alo que ya sabemos de esos abjetos, aunque su uso resulte a veces inevitable “¥ed for razones de costumbres de una época literaria, o porque el que produ- ccc esas formas quiere inducir algiin otro efecto en el oyente (si las cuslidades negativas se reiteran y acumnulan, por ejemplo). Frente a esos casos, hablar de un cielo agreste, de la ccrimonia gustora del tabaco (los dos ejemplos son de Borges) o de un viento larg y lagelador es ya entrar en la claborada conezisn, con el uestras emociones y sensaciones. Igualmente enriquece- oras del sentido son las construcciones que explotan las posTBuhaaes a To: [& que hacen que las palabras puedan combinarse de maneras previstas ¢ imprevistas.> Los"éjemplos de, metdforas_(quevedianas algunas, owas de Milton) trafdos a colacia pot Borge rumilde soledad, caliente wiancebla, boca sagueada, dig eretricia, sangrienta luna, ciudades bijerios ma mbinaciones inducidas por los qualia: Auinilde es el pacience de la soledad, calintes son los mancebos-los actores de la mancebfa-, en algunas ciudades se vive para la lujuria; 0 las indiferentes, inert 9 atari circunstancias (Shachieé FetTosi@ 1993), Aone To Gu se ccongela es el gual temporal, el tempo de las cixcunstancias, que permanecen Siempre iguales a s{ mismas. Pero hay mds posibilidades [Derivar implicaciones }igual que asign: \ al? _feferenciaalorementos detetios desambiiar adecuadamente- 6 uno ASS — > Che Pustejovsly (1995) para la nocién de qualia y Demonte (1999) para su empleo en la caractetizaci6a de ciertasrelaciones nombre-adjetive, -tat- || delos procesos pragmiticos fundamentales que Hlevamos a cabo inconscien- {temente para legar desde un texto a las intenciones del emisor. Si a la pre- gunta —;Que te parecié Lxisa?, concestamos: ~Es ta persona fia | desapasio- nada / amable, pese ala ligeteza connotativa de los adjetivos mencionados, se inferiré que el agrado no ha sido muy grande. $i en vez de los tes anteriores utilizéramos atenta / peryicas:/ acogedora la inferencia positiva seta en cam- bio la ganadora Con los adjetivos disimulamos les impresiones nepativas: — al jefe me parecié desganado, asenuamos las criticas: ~su caracterizacién es in- completa, [Nueva York] es una eiedad antomética, —se tata de un poeta regular, inventamos objetos no conesbibles hasta el momento en que se pro- duce la adjetivacién: "Gris, mi querido amigo, es toda teoria; / verde, en verdad el drbol dorado de Ia vida" (Goethe), la ciudad doliente de Dante, el ‘polvo enamorado de Quevedo, 0 los adjetivos dela vida de Sinchee Ferlosi: "La vide es un claudicante encubrimiento, la convivencia un ingenuo 0 indigo daimulo, la compasita un desesperado sucedéneo. Sabtis muy bien de gud” hoy s a (Séncher Ferlosio 1993:91) a \ Pensar en los adjetivos es pues convertir cascotes en delicadas baldosas, | ayudara que las ideas, eas sempre sobrevenidaspasen de grisea doredas 3. Latructuracin de un ext através de los tiempos verbalesy de los tipas de Af predicadas ]__texqusse este wn rex, como aparece uns idea yer con oat ae ccémo se hace para ir de las sensaciones ¢ intuicionés a los conceptos, los i planes y las amas, por que se decide darlea todo eso forma nartativa, épica, epistolar, ensayfstica o argumentativa son cuestiones que no presumo de poder siquiera atisbas. Mas atin, se me alcanza que en ultima instancia el ‘nico capaz de desentrafiar el misterio de la genesis de un texto, y de la forma de explayarse en él, es el escritor mismo. Al critico le queda Ja inter- ¢ ptetacién, como sabemos. Qué le queda al gramético y al profesor de len- } [ee Pese a Ifmites tan contundentes, al crftico gramético lector dispuesto 2 entender, y por qué no aaprendera escribir del que escribe, no le esté vedado | entrar por otras puertas en ef esquelezo en el que se encarnan las palabras ya | 7 través de ella, ls ideas. Me refiero claro a las partes de un texto y a cbmo | | ciertas opciones gramaticales iniciales: los tiempos de los verbos, por caso, | | basclases de predicados que escoja, restcingen el camino a seguir y determi \ | nan en cierta medida la estructura del texto. Voy @ poner algunos ejemplos (Eee ‘Al escoger un tiempo de comienzo de un capftulo 0 de un nuevo parra- fo, cl escritor que esté componiendo una novela, un cuento, un ensayo, una columna periodistica sabe ~consciente o inconscientemente- que esté Fijan- \ 182. do el subgénero y la estructura de ese texto o de la parte de dl de que se trate. ‘Los pretéritos imperfectos del “Habla una vez", o “En un lugar dela Mancha {..] vivia un hidalgo [..J” sinian el. texto, mecidianaménse.cp. una narracién svocadora, que probablemente ser& lenta y progresiva ¢ incluird los detalles de ese progreso. Quien.abre-can.el indefinido es muy que quiera dejar algo sentado antes de meterse en una evocacién o en una descripcién. _Sise dice al comienzo le-un libro-algo-asi-come-que“{-]1a épaca de ances fle fa Primera Guerra Mundial {J fuela edad de oro de la seguridad” (Zaveig 17) yase.puede luego continuar describiendo, durante paginas y-pgi- yen puro imperfecso: parecla, otorgabe, estaban delimitados, tenla.. el ‘estado de la monarqula austrfaca, la vida de la burguesia en ella, la actividad econémica, el progreso cientifico. Y cuando el autor diga, dos péginas més adelante: “Hoy [...] sabemos a ciencia cierta que aquel mundo de seguridad. fue un castillo de naipes” entenderemos que cl contaste entre el pasado evocado que -lo sablamos desde e! principio~ se habla acabado, y un presen- te nostilgico y distinto va ser el eje de buena parce del libro que sigue. Muy diferente en cambio es empezar una nasracién con presentes encadenados ‘que mos sintan en el centro deja casa, que-son-una simara.que se dirige al rincBn escogido.por-el director de escena:**El sargento echa una ojeada a la ‘Madre Patrocinio [..] La lancha cabecea sobre as aguas turbias (.. los guar- dias duermen ovillados (..]” (Vargas Llosa 1965: 9). En una narracién en puro presente, en la que también se introduce el didlogo, un verbo decir en pasado (-dijo el Sargento-) va a meter en el texto necesariamente la voz del nasrador. No es posible, creo, pasar por los subgéneras de un texto, por la disposicién de la informacién en secuencias y estructuras temporales, y por las multiples voces que en Al discurzen sin entender antes los valores de los tiempos verbales? Adviertase, por tlkimo, que al hacer esta afirmacién su- pongo que los tiempos verbales son fenémenos gramaticaes y desde all le- gan al texto, y no viceversa, como podrla contestirsemne. Es asl, primero, porque los valores que menciono se dan también en los usos de estos tiem- pos en las oraciones simples y, luego, porque fenémenos textuales como el © Por eso ls tiulares de los pesiddicos estén ecrtos, por lo general, en presente, por ‘x0 l presente es el tempo de los ardculos ciendfcos Ya Benveniste (1966) definié dos sisemas temporal distintos y complemencatis, correepondientes a dor plans de la enunciacién: el de la historia (cuyos empos son l aorsto, el imperfecto, el condicionaly el pluscuamperfect), reservado segin exe Tingiista la lengua ecrca,y el del discurso (donde codos los tempos son posibes, si bien son dominantes el presence y el furure), que supone crucalmence un locutoty tun oyente. Las consideraciones anteriores presuponen que los dos sistemas pueden meaclase. Ct ambién Moeschlery Reboul(1999:617). “183. ! | toe . ’\ estilo indirecto libre se pueden explicar mejor si se los concibe como exten- siones de Ja deixis oracional, ¢s decir, trasladando la posicién convencional del punto de vista (situada en el locutos) al punto de vista del personaje ‘Los tiempos (sub)escructuran el texto pues, y también pueden hacerlo & veces las series de predicados verbales que el autor escoja, segin los grupos Léxicos de los que formen parte. Lefa hace algein tiempo en £1 Palt una co- lumna de Juan José Millés tieulads “Censura"* en la que argumentabs sobse las razones profundas de la supzesion de un programa.de television crfico con el gobierno: "Caiga quien caiga’. En un texto de 300 palabras que aspira 2 analizar un becho reciente de cierta resonancia tanto como a dar una opi- nién fundada sobre la politica cultural de un gobierno ~al que se supone democritico— y sus pricticas de influencia ideolégica 0 conminatoria sob:e los medios de comunicacién, la seleccién de! vocabulario que leva Ia carga propocicional es decisiva (ademés de delicada). El punto de vista del autor se deduciri de ella; ambien la fuerza del texto, su capacidad de tensar nuestras anienas, vendrd de la acumulacién de esos piedicados, del sistema que ellos puedan formar En el texto de Millés se empieza por la delimitacién del mundo posible: “En una situacién de plenitud democrética nadie pondria en duda que ls supresién de CQC se debe a razones empresariales”. Como ni el mds bobo del pueblo se cree que la razén sea esa, el hecho de la supre- sién “nos sume en el desasosiego” y “la situacién se vuelve escandalosa’. De aqut en adelante la breve colurna se balancearf entre esos dos tipos de pre- dicados: los que deseriben la situacién: desinformar, controlar, dibujar le rea~ lidad (a su gusto), desembarazarse (de los enemigos), verbos todos de accién directa de un agente voluntario, y los que muestran los efectos de esa situa- cién sobre la sociedad somerida a ella: verbos de afeccidn como intimidar, sintontzar 0 sospechar La sustancia del texto son las ideas, la manera como se las desmenuza y combina, y el sometimiento al principio cognitivo general (extralingilstico pues) de coherencia. Los verbos son algunas de las pasarelas para llegar 2 cellos, los tiempos verbales los indices que hacen patente por dénde se mue- ‘yen Jos sonidos del texto y cudl es el tipo de embarcacién con la que las ‘ransporta el autor. A. Blementos gramaticales de la cobesién y la coberencia » __Lasdisciplinas con vocacién radical y critica suelen ser afectas a Ja infla- cin terminoldgica, en la cual no se excluye la circulatidad en las designacio- ‘nes. Ta sera el caso sila “coherencia’ se define como la cohesién semintica y la “cohesién” como la coherencia textual (por no recordar que ambas pala- ‘bras s¢ forman sobre la misma rafz (cf. Wales 1998). En ‘cualquier caso, la distincién es necesaria, Parece haber un cierto consenso en que la coheren- cia, a saber, lao izacién del idticamente relevante, es la ciiiadn de tues formation pea bine eed ee idm es fa dimensi6n linggi sesultado de los enlaces termpo- herencia, en 0, Ya mu- del texto y los ¢ de la semidtica, la sociologia de las interacciones, la sclaciones inierpersonales y de la comunicacién en, genera. 0 que alude y la “conectividad” entre las ora- nts pragmdticos puros, tales como la pre- ic cias que puedan contenet algunos conectore:? -del tipo de or la ita, ail pues, entonces,en primer lugar... como con recut of gatacaler uaquocanene nets re baked ellen tido mi | ica, En este soy bién inmenso) ls varias formas de eipsis, Jan andforas acociativas para evi- i, las andforas puras_y-los procedimicntos para distribuir la infsimacidn nueva y la inforrmacién dada. Pondsé un ejemplo basado en este dltimo grupos de EV andlisis de la “escrucuura fiancional de la oracién” (tema 0 tépico frente a comentario, informacién dada frente @ informaci6n nueva, foco frente. presuposicién), frenteal dela “estructura formal” (la relacién sijeso- _-._bredicado), sirve para dar cuenta de la funcién comunicacional de al constituyentes de. la oracién.y-es por lo tanto-un-clementa_eseneial de la _ Toitiprensign de la buena formacién. de.los discussas..d.su coherencia. Lo interesante del caso a nuestros efectos es que esas distintas funciones ‘comunicativas se pueden infetis de la estructura de los enunciados y de la posicién de algunos de sus constituyentes. Por traer a colacién ejemplos bien conocidos, las estructuras de “dislocacién izquierda” del estilo de las de (1) sirven para formar una estructura de “tema oracional” (lo que coloce entre paréntests Cuadrados, Ta informacién compartida) y “comentario” (el resto). Las “perlfiasis de relativa” (donde una oracién simple se “ caso como el de (2), semédnt 2 paicologta de “La conesie *Bstees un aunto que ha dado lugara un torrente de bibliografia én expafol.Paraun ‘marco gener de referencias cemite 2 lor lectores a Marcin Zorraquino y Poreclés (1999). 185. (© (0) (Al presidente o shud Juan (Pods eponder a Quin sl presi 4 ce?) (2) Esal prsidenceaqucn shud Jan (Pod coatnunse on: Noa minis de J 1 educacion’ y podet sere rplicn a ‘Juan saludé ab miniso de educacién Es frecuente en los estudios gramaticales (ch. Zubizarreta 1999) distin feuir dos tipos de temas oracionales: las dislocaciones, como el de (1) y el de \] @) a concinuacin, y los “temas vinculantes! ¢ sépicos pendientes como el hde (6): S09) (4 Mari) Redso le ama por tleono codes los las" A Marte, cro que vos al bombre que le unions (A) (Marfa, {que el jefe la haya invtado I que jefe haya invitado x nt fnbéi parece que disgusté 3 mucha gente {7 Estas otaciones tienen propiedades gramaticales comunes y también impor- | antes diferencias. Lo més destacable @ nuestros efectos es que en las | dislocaciones el tema establece una relacién gramatical con un elemento pro- | nominal de la misma oracién y no puede, por el contrario, entrar en celacién | con una posicién dentro de una subordinada (como se deduce de la agramaticalidad de la oracién alternativa de (3)). Por otra parte, los temas |] vinculantes siempre han de ir en posicién inicial, mientras que las | dislocaciones pueden conaurtir en pasiciones incermedias, al comienze y al |_ final de Ia oracién con la que se relacionan: (6) “Estoy conven de que e informe, nadie pense quea commision fo haré (© (A Masta) Pedro la Uamé (a Mast) por tléfono (a Marts). ese a estas diferencias, no es infrecuente considerar que estas y otras cons- tcucciones similares son equivalentes. Briz (1998:77), por ejemplo, caracte- riza las tres construcciones siguientes como “presentadores terndticos © reméticos” ¢ indica que simplemente ponen de manifiesto distintos érdenes, pricoldgicos y pragmticos: (7) Endl senvcio, (Ti lees las anoraciones del custo de ano? {@) Yai purblo, euindo dects que vais 21? (9) laura no quiero decir que el curso no me puste Gramaticalmente, sin embargo, no es asl. La otacién de (7) contiene un adverbio de marco, un tépico delimitador; (8) podrla ser una dislocacién inquierda y (9) parece estar encabeaada por un tema vinculante. Esas estuc- ‘uras se producen en contextos gramaticales y discursivos muy distincos (7) escoge un tépico explicito 0 implicit en el contexto anterior y lo emplea como marco modalizador del enunciado que sigue, (8) torna una frase literal dela oracién anterior yla comenta mediante une pregunta, (9) introduce un 186. tema inesperado. Si tuviéramos aqui espacio para analizarlas con detenimiento, comprenderlamos también que sus lugares texcuales de apari-

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