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Con orgullo Con tono alegre Con tono alegre Con dulewra Con tano agradecide Con preoeupacién Con tono solemne Con ingenuidad Con tono de sorpresa Con resignaciin Con ono generoso ‘Oscar Wie 48 5 a >=jAh, qué buen coraz6n tienes! le grit6 su mujer—, Piensas ‘siempre en los demés. ‘No te olvides de llevar el cesto grande para traer las flores. ng ie »Entonces el molinero até con una fuerte cadena de hierro tunas con otras las aspas del molino y bajé Ja colina con la cesta al brazo. »-Buenos dias, pequefio Hans “dijo el molinero. »Buenos dias ~contesté Hans, apoydndose en su azadén y. esbozando una amplia sonrisa. toot : »-Cémo has pasado el invierno? ~pregunté el molinero. Bien, bien! -repuso Hans-, Muchas gracias por tu ince- és, He pasado mis malos ratos, pero ahora ha vuelto la prima- vera y me siento casi feliz... Ademds, mis flores van muy. bien. »-Hemos hablado de ti con mucha frecuencia este invierno, Hans ~prosiguié el molinero-, preguntindonos qué serfa de ti. »-iQué amable erés! dijo Hans-, Tem{ que me hubieras: olvidado. »Hans, me sorprende ofrte hablar de este modo —dijo,el ‘molinero-, La amistad no olvida nunca. Eso es lo que tiene de admirable, aunque me temo que no comprendas la poesia de la. amistad... Y, entre paréntesis, qué bellas estin tus velloritas! »-Sl, verdaderamente estén muy bellas~dijo Hans- y es para ‘mmf una gran suerte tener tantas. Voy a llevarlas al mercado, don- de las venderé a la hija del burgomaestre y con ese dinero com- 5 praré otra vez mi carretilla. »-¢Que comprards otras vex tu carretlla? {Quieres decir en- tonces que la has vendido? Es un acto bien necio. »Con toda seguridad, pero el hecho es ~replicé Hans— que me vi obligado a ello. Como sabes, el invierno es una estacién. mala para mf y no tenfa dineto para comprar pan. As{ que ven- Af primero los botones de plata de mi taje de los domingos; {Juego vendi mi cadena de plata y después mi flauta. Por tiltimo vendi mi carretilla. Pero ahora voy a rescatatlo todo, »-Hans ~dijo el molinéro-, te daré mi carretilla. No estd en ‘muy buen estado, Uno de los lados se ha roto y los radios de la * ruedaescén algo coredes, pero apesar de esto tela daré. Sé que Escaneado con CamScanner 9° Sy 9 o 49 EL anodes es muy generoso’por mi parte y a mucha gente le pareceré una, locura que me desprenda de ella, pero yo no soy como el resto, del mundo. Creo que la generosidad es la esencia de la amistad, y ademas, me he comprado una carretilla nueva. Sf, puedes es- tar tranquilo,... Te daré mi carretilla. »-Gracias, eres muy generoso —dijo el pequefio Hans. ¥ su. afable cara redonda resplandecié de placer-. Puedo arreglarla ficilmente porque tengo una tabla en micasa, »-jUna tabla! -exclamé el molinero-. jMuy bien! Eso es pre- ccisamente lo que necesito para la techumbre de mi granero. Hay ‘una gran brecha y se me mojaré todo el trigo si no la tapo. ;Qué oportuno has estado! Realmente es de notar que una buena ac- cin engendra otra siempre. Te he dado mi carretilla y ahora tt, vas a darme tu tabla. Claro es que la carretilla vale més que la tabla, pero la amistad sincera no repara nunca en esas.cosas. Dame enseguida Ia tabla y-hoy mismo me pondréa la obra para arreglar mi granero. »-j¥a lo creol- replicé el pequefio Hans. »Fue corriendo a su vivienda y sacé la tabla. »-No es una tabla muy grande ~dijo el molinero examinén- dola—y me temo que una ver hecho el arreglo de la techumbre del granero no quedard madera suficiente para el arreglo de la carretilla, pero claro esté que no tengo la culpa de eso... Y aho- 1a, en vista de que te he dado mi carretilla, estoy seguro de que cederis a cambio una flores... Aqui tienes el cesto: procura lle- narlo casi por completo. »-Casi por completo? dijo el pequefio Hans, bastante afli- gido porque el cesto era de grandes dimensiones y comprendia ue silo enaba, no tendsfa ya flores para llevar al mercado y es- taba deseando rescatar sus botones de plata. »-A fe mia ~respondié el molinero-, una vez que te he dado smi carretilla no creo que sea mucho pedirte unas cuantas flores. Podré estar equivocado, pero yo me figuraba que la amistad, la verdadera amistad, estd exenta de toda clase de egofsmo. »-Mi querido amigo, mi mejor amigo ~protesté el peque- fio Hans-, todas las flores dé mi jardin estin a tu disposicién, Con tono resignado Con tristeza Con bipocresta i yates Con tono, Escaneado con CamScanner OSCAR WILDE 50 porque me importa mucho més tu estimacién que mis borones de plata. 2Y cotrié a coger las lindas velloritas y'a llenar el cesco del molinero. Con tono alegre »jAdiés, pequefio Hans! -dijo el molinero subiendo ‘de nuevo la colina con su tabla al hombro y su gran cesto al brazo: Con tono alegre »-jAdiés! ~dijo el pequetio Hans. »Y se puso a cavar alegremente: jestaba tan contento de tener tuna carretillal : »A la mafiana siguiente, cuando estaba sujetando unas ma- dreselvas a su puerta, oy6 la voz del molinero que te Ilamaba desde el camino. Entonces salté de su escalera, corrié hasta el fi- nal del jardin y miré por encima del muro. »Era el molinero con un gran saco de harina’su espalda. Con tono suplicante _ _»-Pequefio Hans -dijo el molinero-, querrfas llevarme este saco de harina al mercado? Con dieura »-jOh, lo siento mucho! ~dijo Hans-, Pero verdaderamente me encuentro hoy ocupadisimo, ‘Tengo que sujetar todas mis enredaderas, regar.todas mis flores y segar todo el césped. Enfudado »-jPardiea! -replicé el molinero-. Cref que en consideracién aque te he dado mi carretilla no te negarias a complacerme. Lamentindose »Oh, sino me niego! ~protesté el pequefio Hans. Por nada del mundo dejarfa yo de obrar como amigo tratindose de ti: : »Y fue a coger su gorra y partié con el gran saco sobre el hombro. »Era un dfa muy caluroso y la carretera estaba terriblemente polvorienta, Antes de que Hians llegara al mojén que marcaba la sexta milla, se hallaba tan fatigado que tuvo que sentarse a des- cansar, Sin embargo, no tardé mucho en continuar animosa: ©! ‘mente su camino, llegando por fin al mercado. »Después de esperar un rato, vendié el saco de harina a un buen precio y regres6 a su casa de un tirén, porque temfa en- contrarse a algiin salteador en el camino si se retrasaba mucho. Con tono de queja »jQué dia mds duro! —se dijo Hans al meterse en a cama. : Pero me alegra mucho no haberme negado, porque el molinero ¢s mi mejor amigo, y ademés, va a darme su carretilla, Escaneado con CamScanner 51 EL amico mist »A la mafiana siguiente, muy temprano, el molinero lleg6 por el dinero de su saco de harina, pero el pequefio Hans esta- ba tan rendido, que no se habla levantado atin de la cama. »-Palabral -exclam6 el molinero-. Eres muy perezoso. Cuan- do pienso en que acabo de darte mi carretilla, creo que podriss trabajar con mds ardor. La pereza es un gran vicio y no quisiera yo que ninguno de mis amigos fuera perezoso o apitico. No ‘creas que te hablo sin miramientos. Claro esth que no te habla~ tla ast si no fuese amigo tuyo. Pero zde qué serviria la amistad si zo pudiera uno decir claramente lo que piensa? Todo el mundo puede decir cosas amables y esforzarse en ser agradable y en ha- lagar, pero un amigo sincero dice cosas molestas y nto teme cat- sar pesadumbre, Por el contrario, si es un amigo verdadero, lo prefiere, porque sabe que asf hace bien. »-Lo siento mucho ~respondié el pequefio Hans, restregin- dose los ojos y quiténdose ef gorro de dormir-. Pero estaba tan rendido, que crefa haberme acostado hace poco y escuchaba cantar a los pdjaros. :No sabes que trabajo siempre mejor cuan- do he ofdo cantar a los péjaros? »-;Bueno, tanto mejor! ~replicé el molinero déndole una pal- mada en el hombro-, porque necesito que arregles la techum- bre de mi granero. »El pequefio Hans tenfa gran necesidad de ir a trabajar a su jardin porque hacfa dos dias que no regaba sus flores, pero ‘no quiso decir que no al molinero, que era un buen amigo para dl »-4Crees que no seria amistoso decirte que tengo cosas que hacer? ~pregunt6 con voz humilde y timida. »-No cref nunca, a fe mfa—contesté el molinero-, que fuese mucho pedirte, teniendo en cuenta que acabo de regalarte mi carretilla, pero claro esti que lo haré yo mismo si te niegas. »-jOh, de ningtin modo! -exclamé el pequefio Hans saltan- do de su cama. »Se vistié y fue al granero, »Trabajé af durante todo el dia hasta el anochecer, Al po- nerse el sol, vino el molinero a ver hasta dénde habia legado. 44 Con tono solemne (Con tono de lamentacion Con tono alegre Con timidez Elevando la voz Escaneado con CamScanner i ae Con vos fuerte Con tono solemne Con alegria Con tono solemne Intrigado Con tono solemne Oscar Wut 52 »-gHlas tapado el boquete del techo, pequefio Hans? ~griv6 el molinero con tono alegre. »—Esté casi terminado —respondié Hans, bajando de Ja es- calera. »jAh! —dijo el molinero-. No hay trabajo tan delicioso como el que se hace por otro. >-jEsun encanto ofrte hablar! -respondié el pequefio Hans, aque descansaba secindose la frente-. Es yn encanito, pero temo no tener yo nunca ideas tan hermosas como tt. »-Oh, ya las tendrés! -dijo el molineto—. Pero habris de to- marte mis trabajo. Por ahora no poses mds que la prictica de Ia amistad. Algén dia poscerds también la teorfa. »=-:De verdad crees eso? ~pregunté el pequefio Hans. »-Indudablemente —contesté el molinero-. Pero ahora que has arreglado el techo, mejor harés en volverte a tu casa a descan- ‘af, pues mafiana necesito que Ileves mis carneros a fa montafia. »El pobre Hans no se atrevié a protestar. Al dia siguiente, al amanecer, el molinero condiujo sus carneros hasta cerca de su casita y Hans se marché con ellos a la montafia. Enere ir y vol- ver sele fue el dia, y cuando regresé estaba tan cansado que se durmié en su sillay no se desperté hasta entrada la maftana, »-jQué temporada més deliciosa tendré mi jardin! -se dijo. Pero, cada dia, por un motivo u otro, no tenfa tiempo de echar un vistazo a sus flores. Cuando iba a ponerse a trabajar, Hegaba su amigo el molinero y le mandaba muy lejos a hacer recados o le pedfa que fuese a ayudar en el molino. Algunas veces el pe- quefio Hans se apuraba grandemente al pensar que sus flores creerfan que las habia olvidado; pero se consolaba pensando que el molinero era su mejor amigo. »-Ademés ~acostumbraba a decirse va a darme su carreti- Ha, fo cual es un acto de puro desprendimiento. »¥ el pequefio Hans trabajaba para el molinero, y éste decia muchas cosas bellas sobre la amistad, cosas que Hans copiaba en su libro verde y relefa por la noche, pues era culto. »Ahora bien: sucedié que una noche, estando el pequefio Hans sentado junto al fuego, dieron un aldabonizo en la puerta, Escaneado con CamScanner 53 ELAMico Fre, »La noche era negrisima, El viento soplaba y rugfa en torno de la casa de un modo tan terrible que Hans se pregunté al prin- Cipio si seria el huracin el que sacudfa la puerea. »Pero soné un segundo golpe y después un tercero més vio- Iento que los otros. »—Serd algiin pobre Viajero ~se dijo el pequefio Hans y corrié ala puerta, »EI molinero estaba en el umbral con una linterna en una ‘mano y un grueso garrote en la otra. »—-Querido Hans ~grité el molinero-, me aflige un gran pe- Con tristeza sat. Mi chico se ha cafdo de una escalera, hiriéndose. Voy a bus- car al médico, Pero vive lejos de aqut y la noche es tan mala, que he pensado que podrfas ir ud en mi lugar. Ya sabes que te doy mi carretilla. Por eso estarfa muy bien que hicieses a cambio algo por mi, »-4Por supuesto! ~exclamé el pequetio Hans-. Mealegramu-. Con voz decidida ccho que se te haya ocurrido venir. Iré enseguida. Pero deberlas dejarme tu linterna, porque la noche es tan oscura, que temo caer en alguna zanja. »-Lo siento muchfsimo -respondié el molinero-, pero es mi Excusindose linterna nueva y seria una gran pérdida que le ocurriese algo. »-Bueno, no hablemos mds! Me las apafiaré sin ella —dijo el Com tono decidido pequefio Hans. »Se puso su gran capa de pieles, su gorro encarnado de gran abrigo, se enrollé su tapabocas alrededor de cuello y parti6. »jQué terrible tempestad se desencadenabal »La noche era tan negra, que el pequefio Hans no vela ape- nas, y el viento tan fuerte, que le costaba gran trabajo andar. »Sin embargo, él era muy animoso, y después de caminar de tres horas, legé a casa del médico y llamé a su puerta. Susurrando »¢Quidn es? ~grité el doctor, asomando la cabeza por la ven- Con sorpresa ana de su habitacién. El pequefio Hans, doctor! Con vos fuerte iY qué deseas, pequefio Hans? Intrigado EI hijo del molinero se ha caldo de una escalera y se ha he- Con ansiedad do y es necesario que vaya usted enseguida. 24 Escaneado con CamScanner OscanWnve 54 Con vos fuerte > {Muy bien! replicé el doctor. »Enjaezé en el acto su caballo, se calzé sus grandes botas y, cogiendo su linterna, baj6 la escalera. Se dirigié a casa del moli- nero, llevando al pequefio Hans a pie, detris de él. »Pero la tormenta arrecié. Llovia a rorrentes y el pequefio Hans no podia ni ver por dénde iba, ni seguir al caballo. ‘Finalmente, perdié su camino, estuvo vagando por el para- mo, que era tn paraje peligroso leno de hoyos profundos.’El pobre Hans cayé en uno de ellos y se ahog6. A li mafiana siguiente, unos pastores encontraron su cuer- po flotando en una gran charcay le llevaron a su casita, Todo el mundo asistié al entierro del pequefio Hans por- que era muy querido. ¥ el molinero figuré a la cabeza del duelo. Con orgullo »-Era yo su mejor amigo ~decfa el molinero-. Justo es que ‘ocupe el sitio de honor. ‘Ast es que fue a la cabeza del cortejo con una larga capa ne- gra; de cuando en cuando se enjugaba los ojos con un gran pa- fuelo de hierbas. Con tristeza »-E] pequefio Hans representa ciertamente una gran pérdi- da para todos nosotros —dijo el hojalatero una vez terminados {os funerales, cuando el acompafiamiento estuvo cémodamente instalado en la posada, bebiendo vino dulee y comiendo buenos pasteles. Con pena - »-Es una gran pérdida, sobre todo para m{—contesté el mo- linero-. A fe mia que fui lo bastante bueno como para com- prometermea darle mi carretilla y ahora no sé qué’ hacer de ella. ‘Me estorba en casa, y estd en tal mal estado, que si la vendiera no sacarfa nada, Os aseguro que de aqui en adelante no daré nada a nadie. Se pagan siempre las consecuencias de haber sido generoso. Con sono de -Y¥ es verdad —replicé la rata de agua después de una larga asentimiento pausa. Con severidad ~Bueno! Pues nada ms dijo el pardillo. Con interds ~2¥ qué fue del molinero? ~dijo la rata de agua. Con derdén Oh! No lo sé a ciencia cierra ~contesté el pardillo y ver= daderamente me da igual. - Escaneado con CamScanner

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