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MEMORIAS, EDUCACION, PODER MORAL Y MODERNIZACION Historia de la accién educativa de la Fundacién Social (1911-1961) ALBERTO MARTINEZ BOOM CARLOS FE. NOGUERA R. JORGE 0. CASTRO V. SD SOSED FUNDACION SOCIAL, xox +> x¥K INTRODUCCION Ultimamente fa historiografia nacional ha mostrado gran simpatia por las historias regionales y locales. Esta tendencia se ha justificado por el afan de describir aquellos procesos cotidianos, vividos por el comin de la gen- tc, en contraposici6n a las historias solemnes que relataban grandes hechos protagonizados por gobernantes y personalidades de la vida politica, En la medida en que los episodios que tejian Ia trama de los acontecimientos cotidianos se sucedian en espacios fisicos muy concretos, se hacia necesa- rio optar por la via de limitar los estudios de manera que se pudiera llegar a la intimidad de los hechos sucedidos en pequefias regiones. Mas recientemente han empezado a cobrar alguna importancia aquellos estudios inscritos en el campo de la historia institucional, en los que ade- mas de recuperar alguna porcién de su acontecer episédico se busca avan- var en la descripcién de practicas generadas dentro de un régimen institucional preciso, estableciendo a su vez relaciones con pricticas gene- radas en otros ambitos. El presente texto se inscribe en este horizonte, diri- gicndo sus andlisis hacia el reconocimiento de las condiciones en que se cumpli6 la funcién educativa al interior de aquel conglomerado institucio- nal que hoy conocemos como Fundacién Social. El estudio abarca un pe- riodo que coincide con sus primeros cincuenta aiios (1911-1961), periodo riodo que coincide Gon sus priméros cincuenta afos (1911-1961), periodo marcado por el despliegue de la Accién Social Catélica en el que se articu- lan de manera singular la moral, la economia y la educacién. Con esta historia institucional no se trata de establecer el compendio de las grandes realizaciones del Circulo de Obreros, ni muchos menos de estable- cer el mapa ascendente de sus progresos. Tampoco se trata de dar cuenta de todos y cada uno de sus elementos y componentes. En este sentido, el pre- sente escrito fija sus acentos, sus sinuosidades, sus quiebres, alejandose de cualquier linealidad en la descripcién; concentrando su mirada en el desci- framiento de las condiciones bajo las cuales se integran relaciones diferen- ciales de fuerza cn el horizonte de un campo social mas amplio, que desborda los limites mismos de la institucién, pero tratando a su vez de ubicar el peso especifico que ésta puede tener en el tejido social. x@e > 29x in el caso que nos ocupa, la puesta en practica de una concepcidén particu- ar de la Accién Social impulsada por el padre Campoamor, la configura- ién de una propuesta institucional de orden circular que penetra algunos cctores poblacionales de la Bogoté de principios de siglo, y el fortaleci- niento de la triada educacién-moral-economia en donde se integran pre- -eptos religiosos, actividades productivas, practicas higiénicas e nstruccionales y proyectos de ordenamiento urbano, dan cuenta de Una ormia institucional singular conocida con el nombre de Circulo de Obreros lc Bogota. Una institucién en cuyo interior la accién educativa jug6, como odavia lo sigue siendo, un papel primordial en tanto soporte del proyecto ico-social, mas especificamente de reconversién moral, que sin serle ex- slusivo, adquiere ciertos matices que lo distinguen de otros propuestos en mismo periodo. or otro lado, dar cuenta de esa memoria en la que se cruza el sentido de la »bra del Circulo con las practicas pedagdgicas y educativas significo un ‘astreo tematico de series documentales que recorren distintos ritmos y liferentes superficies. En El Amigo, el Boletin del Circulo de Obreros 0 Volicias cs posible reconocer multiples referencias a las escuelas, las gran- las, las cajas de ahorros, el cinematégrafo, las actividades desempeiadas ws, lis cajas de ahorros, el cinematégrafo, las actividades desempefiadas vor las Marias, etc. En los libros de actas de algunas instancias administra- ivas del Circulo se pueden encontrar referencias sobre politicas generales y aspectos puntuales que dan cuenta del giro 0 cambio de orientacién de la »bra del Circulo, como también de sus problemas y dificultades; en textos .lc orden doctrinario es posible leer los principios de la ortodoxia cristiana, utilizados en la fundacién del Circulo, circulando en el reglamento y las prescipciones que dieron forma a una organizacién dirigida a los obreros pobres, 0 apropiados en propuestas como la del barrio Villa Javier y sus pretensiones de erigirse en "Ciudad de Dios", entre otros. Por otro lado se pucden encontrar las obras del jesuita Manj6n y Manjén habléndonos del ciemplo y la repeticion como el método pedagdgico privilegiado, referente imprescindible para trabajar la escuela, el maestro y la ensefianza imparti- da en las Casas del Circulo. En cualquier caso, el tratamiento brindado al documento se apoyé en una mirada descentrada de su valor expresivo para poder Ievar a cabo la tematizaciOn desde su interior y ponerlo asi en relaci6n con su exteriori- dad. Y ello porque la importancia del sentido histérico no esta en recupe- rarlo sino en producirlo, en tanto que no existe uno solo, y él mismo, en su pluralidad, es algo provocado, es efecto. Mas alla de recordar los hechos del pasado, este escrito tiene que ver con las tareas del presente, y mas precisamente con pretexto de una institucién, de aquello que nos interroga por nuestra actualidad. Esto significa en tér- minos de Nietzsche la necesidad de la historia "para vivir y obrar y no para desviarnos negligentemente de la vida y de la accion, 0 acaso para ador- nar una vida egotsta y una conducta cobarde y perversa. Queremos servir « la historia solamente en cuanto ella sirve a la vida". Y es en estos relevos entre memoria y olvido, a los que se les opone el olvido del olvido que nos disuelve, en donde el interés por obtener una memoria institucional, indica igualmente la necesidad de re-anudar, asi sea minimamente, la trama en que vivimos. Ni historia para recordar los hechos del pasado, ni historia para disipar la bruma, ni historia para alentar nlowsude Jasudorarinsutis pia asiparaclinls, frmiuiapaekrenay cl culto de los hombres. Historia para sefalar las formas como algunos hombres, determinadas instituciones, diferentes sociedades, en otros tiem- pos problematizaron lo que hoy nos interroga, despertando nuestro entu- siasmo, y que todavia hace que fijemos la mirada en el horizonte.

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