You are on page 1of 33
EUROPA: «NAVIGARE NECESSE EST, VIVERE NON NECESSE» Fernando Miguel Pérez Herranz (Universidad de Alicante) A mi nieta Selena No obstante, subsistiran las huellas del anti- guo engafio: aquellas que obliguen a hender a Tetis con las naves, a cefiir con muros las ciudades, a trazar surcos en el terreno. Otro Tifis habrd entonces y otra Argos que transporte a los héroes escogidos; incluso habré otras guerras y otra vez a Troya seré enviado el gran Aquiles. Virgilio, Egloga IV, 31-36 (traduccién de Juan Mesa) 1. VIVIR O NAVEGAR Este trabajo est dedicado a mi nieta. Pero no piensen que es por un senti- mentalismo impropio de quien hace del concepto y de la Idea su profesi6n; por- que la dedicatoria se incardina en el cuerpo argumental de este ensayo. Es una manera -emotiva— de decir que no doy por clausurada la civilizacién europea (Finis Europae); que hay aspectos valiosos de esta civilizaci6n que deben ser conservados, transmitidos y recreados alrededor de la verdad e inconmensura- bilidad de las ciencias y del canon corpéreo ético racional y suftiente:! la dis- tancia critica (filosdfica) entre el mundo natural y el mundo espiritual ° oe Cién del logos comin por los seres humanos (contra el positivismo cienti! icine yel moralismo). Y, si conectamos la dedicatoria con el titulo de este congreso, : ia tion de Soorates (.-) BO " Canon vinculado, por tanto, ala medicina: «No es exagerado decir que la cienei® ee Jaeger, Werner, Paideia, habia sido imaginable sin el modelo de la medicina, al que tan a menudo alude Serste™ eM eaidn FCE, México, 1981, p, 783. Pero, tras las transformaciones medieval y modemma, © Val trabajo, » 37 iene ae | FERNANDO MIGUEL P£REz Henny N 8 i a 3 anera de sefialar que no es posible mantener esa CWilizacigg " arcand0 Jos mares una vez mas. El mar ~dice José Onteg lo, § es igualmente ur agen del «espiritu de inquietud»: si no es navegan y Gasset- es Ja ima jo de ereaci6n y fue dondequiera el mar el gran ey XU nares un perpetuo «més al de Ia limitacin dela tera, epjrtu de la inquietud>, que de su movimiento elemental pasa as any 4 arrears hace del existir una permanente creaci6n. El principio suprem, de sus respi faeexpresado un dfa por alguien con monumental ingen constitu nega, pero no esnecesario vivir»? Por todo ello tiene un claro sentid cador para la libe Ortega nos traslada hasta los milesios —a unos pocos de cientos kilémetros de aqui, casi en el mismo paralelo-, hasta Tales de Mileto, nuestro mentor origina. rio en el comercio, la politica, la ciencia y la filosofia: Para Pompeyo no era necesario vivir, pero era necesario navegar, con lo cual renve- ba el lema de la sociedad milesia de los aeinautai —los eternos navegantes-, a que Tales perteneci6, creadores de un nuevo comercio audaz, una nueva politica audaz, un nuevo conocimiento audaz —la ciencia occidental. Tales de Mileto, viajero por Egipto, abre la mente de los antiguos griegos hacia el conocimiento de aquello que no se puede experimentar directamente: Si medimos la sombra de una pirdmide (A), un bast6n (S) y su sombra (5), po- demos conocer la altura de la piramide rocosa y maciza, imposible de atravesat (H = hSIs);* a partir de relaciones entre las partes y el todo (radio y circunferen- cia) podemos colegir que el todo se define en raz6n de alguna de sus partes: Ati es agua (parte)». Hay enunciados (cientificos, filoséficos) universaliz les (como minimo, el universal abstracto positivo)5 que cristalizardn en la cieo- cia fisico-matematica (Newton), ¢ étodo i i i mate , Cuyo mét ‘a dos 2 todos los émbitos de la vida (Hume, na Al cabo de los si wg aquell: Siglos, otro hombre errante, Walter Benjamin, concluird qu ia empresa de universalizaci i aguela izaci6n que abriera Tales habia sido la «gran tase” ‘uropa», pues si bi ieee Pip, Pues si bien se considera a sf misma la cultura universal, nob 2 Ontega y Gasset, José, > Bide p. 330, 8 OPM completas (0... ¥, Aliana, Ma : Ma Quine, eo: Py isan de la verdad, Crtica, B; deber ser kantiano,eteéera, |" 1408108 miembros © Cfr.el desarrollo que Rey, Medianoche en la historia, Tron Wrid, 1987, p. 432. tarcelona, 1992, p, 152. a ‘de-una clase tienen en comin: el cogito cartesian es Mate hace de la ‘Tesi a, Maid, 2006 8 Ml dela Fitosofia de ta histor in, Mate, ROS + PP. 81-94, Ja historia de Benjamit Ire neces Buropa: «Naviga est, vivere non necesse» 39 relacién inmediata con la filosoffa: ges la filosofia buena o mala, abstracta 0 concreta universalizacién? ,Acaso la filosofia no ha sido mas que una ideologia de la colonizaci6n, una justificacién particular de la expansi6n globalizadora? s caso de Europa no es mas que el fracaso de la filosofia = jus- tificacién colonialista?... Desde Hegel a Heidegger, pasando por Marx o Husserl se tiende a responsabilizar a la filosoffa de lo excelente y de lo repugnante de nuestra civilizaci6n: «Los filésofos se han limitado a interpretar el mundo de dis- tintos modos. De lo que se trata es de transformarlo» (Marx). «Los filésofos han de ser los funcionarios de la humanidad» (Husserl), «El fil6sofo vuelve a apo- derarse de las fuentes de las que cada época recibe como un destino su propia luz» (Heidegger)... Pero cargar a la filosofia con esta responsabilidad es, mas que hiperbélico, arrogante y soberbio (hybris) y ha de conducir indefectiblemen- tea la melancolia. La filosoffa, que nace del asombro,? es también flematica; y cuando sale a la plaza publica con el irénico Sécrates a interrogar al poderoso por la legitimidad de su poder, sanguinea o colérica. El Agora y los poderosos, de todos modos, ya estaban allf, como ahora lo estén los diputados europeos y Bruselas. El pode- roso, sorprendido por la audacia de Ia palabra socrdtica, Hegard a veces a un acuerdo con el filésofo (transmutado muchas veces en cientifico) cuando nece- site comprender la realidad -los mapas de Anaximandro, las estrategias politicas de Platén y Aristételes, las maquinas de Arquimedes...— y lo dejaré vivir en la Academia, en el Liceo, en el Museo, en las universidades, en los salones y gabi- netes...8 La filosoffa critica del Agora y la filosoffa de la Academia jugarén su particular combate en relacién con el poder; y, simétricamente, el poder entabla- 14 sus combates —sutiles, amables 0 violentos— contra los saberes comprometi- dos con la verdad y la realidad. Cuando el poder es excesivo, desde luego, el san- guineo Sécrates habré de suicidarse o disimularse en la melancolfa;? pero también el politico se ha de tornar melancélico en su vida de Corte y de «raz6n de Es- ‘ado».!0 Ninguin cardcter es propio del filosofar. En este congreso habr sin duda Sanguineos y melancélicos, flematicos y coléricos; habré quienes defiendan una 7 «Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiracién (...) Pues todos ‘omienzan, segin hemos dicho, admirdndose de que las cosas sean asf, como les sucede con los aut6matas de los ‘hsionistas, o con los solsticios o con la inconmensurabilidad de la diagonal (Pues a todos les parece admirable que Algo no sea medio por la unidad minima)» Aristételes, Metafisica, 982613. ; ; ani oo un limite de soportabilidad. Véase Canfora, Luciano, Una profesién peligrosa. La vida cotidiana de 9 'efes griegos, Anagrama, Madrid, 2002. . 1, Clr. Lepenies, Wolf, Qué es un intelectual europeo?, Galaxia Gutenberg, Madrid, 2008: er Imei Mota, £X melandlic (1611); Lope de Vega, El principe melanclico... Benjamin, Wats, Fl ianismo lograrfa inculcar la estricta observancia del deber en el pueblo, y en cambio en los grandes la melan- sent Et origen del Trauerspel alemdin, Abada, Madrid, 2007, p. 351. Ast que necestaremos un eritrio menos Sinton Patt ilosofia. Vease Batra, Roger, Cultura y melancola. Las enfermedades del alma en ta Espata det ‘lode Oro, Anagrama, Barcelona, 2001, en donde se muestra cOmo estan engarzadas la cultura y la melancol. FERNANDO Micupy a razon; habré quiey 40 «fuerza» de la razon; habré q ne “osoffa para Europ por ae desesperaran por Ia falta de sensibjtiq Poli filo: |a filosoffa y s tengan la «superaci6n> de la filosofig Por Mig Europa «par Ia MOS. 50s : y E rane habrd react la mera relaci6n de Ja filosoffa con Europa, od c' . yy habrd quienes ni ok , {a trabaja con Ideas. Y tengamos este g En cualquier caso, i eras de las Ideas que forman e| site a ee agus en , vues bien, dicho asf, de entrada y répidamente, ante tay Stee eat: Eu ropa ha recorrido tantas figuras del Espiritu; ha combing. dotantss ideas y creencias, normas y valores, filosofias e ideologias, ha exper. ~ mentado tantas formas (eide) de vida y de muerte; ha Ilenado los Cielos y lati. rracon tal variedad de dioses, fuerzas, mitologfas y leyendas; ha imaginado tantas hipétesis, modelos y teorfas; ha inventado tantas herramientas, instrumentos y \ cachivaches, que hace dificilisimo, si no imposible, encontrar una raz6n, un orden, | un sentido a esa pretendida totalidad Hamada Europa y asociarle un plan, pro- ~ grama 0 finalidad, es decir, una Identidad. A no ser, quiza, recurriendo a alguno de sus propios mitos, a un nuevo Hércules que despeje de monstruos (Leén de Nemea, hidra de Lerna, jabalf de Erimanto...) la desbordante y terrorifica onto- logia europea (guerras de religién, guerras mundiales, Shoah...). peas 7 pate despejar la barbara ontologia impuesta en el siglo xx alre- dan? Ocho millon eas entre europeos mas €spantosas y terribles que se recuet- millones de judios extn t°S ©? 4 primera guerra mundial, entre cinco ys guerra mundial (a exterminados, cuarenta millones de muertos en la segunda cifras no p ne viles), bombardeos de ciudades...!" Ess Palo a Amparo de la hipétesis de Kojéve, quien coms erga’ después de la batalla de Jena no es més que ido a alinear avanzados, el Og, idente tecnoléai el resto del mundo con los paises mS Presente>.!2 Y tampog, Qu de eo89, en el que ya est prefigurado el «tem? de una maray; Onsiderarse uy 5 5 i6n : n accidente, una azarosa implosi! ‘1. Antes de esta 8 contra los a Catastrofe ha habido otras: !a is S albigenses; la explotacién de los incas &" illosa histor Quisicién; tas cruzayiet ilente, Anuiropos, Barcelona, 2006.14 ue 0 nico, eonstnye una nsw, ‘organizar conceptos y teorias sobre 8 Uy. dog” Putte de la modernidad, en el seid AEH. en at Pat Modernidud Y hot in Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» at minas de Potosf; la matanza de los hugonotes; la brutal colonizaci6n africana \del siglo XIX en manos de personajes tan siniestros como Leopoldo de Bélgica.., SY también un esfuerzo intelectual de preparacién idcolégica y juridica para j tificar esas atrocidade: s: la tortura admitida a partir del IV Concilio de Letran (1215), la expulsi6n de los judfos por los Reyes Catélicos, la persecuci6n de bru- jas...!3 Pero atin se llegaba a esbozar una argumentacién de la barbarie; se ofre- cia una raz6n de la guerra, aunque remitiera a la hybris, al pueblo elegido o al espectro... Asi, el discurso de los embajadores atenienses a los melos remite a la necesidad (ananké);! los didlogos entre judfos, cristianos y musulmanes medie- vales remiten al padre que ha dejado una herencia a tres hermanos diferentes;!5 incluso Marx en El Capital argumenta la explotacién en términos de lucha de clases y no de moralidad. Tras la barbarie del siglo xx, Adorno se hacia la pregunta de cémo seria posi- ble la poesia después de Auschwitz, que se prolonga en esta otra: De dénde saca Europa la legitimidad para proponer un modelo de sujeto, unas reglas de com- portamiento 0 unos criterios de inteligibilidad al mundo? ;De qué le ha servido a Europa haber reflexionado sobre el mejor modo de gobernar o de ser gober- nado? {O sobre los cédigos del amor (judeo-cristiano-musulm4n)? 4A qué se refiere la filosoffa de la armonfa, la ilustraci6n y la paz universal? ;Qué signifi- ca la recuperaci6n del cristianismo como identidad europea?... Porque la Shoah se incrusta de tal manera en el nticleo de la modernidad europea y en su mode- lo de civilizacién, que hace inevitable la pregunta que se plantea Claudio Magris de cémo echar raices en esta civilizacién: [Celan] vivis el holocausto judio, en el cual perecieron sus padres, como la noche abso- luta, que aniquila cualquier posibilidad de historia y de vida verdadera, y experimenta més adelante la imposibilidad de echar raices en la civilizaci6n occidental.'¢ Pues, como dice Raul Hilberg, «No se ha explorado adn la total importancia de las medidas alemanas; la destruccién de los judfos europeos no ha sido asimi- lada todavia como acontecimiento hist6rico».!” El holocausto, un plan del Es- tado para la eliminacién ontoldgica de todo un pueblo, va mucho més alla del Uso de la tortura, de la expulsién o de la politica racista.'* Europa ha quedado '? Véase Cohn, Norman, Los demonios familiares de Europa, Alianza, Madrid, 1980. 'S Tucidides, Historia de la guerra del Peloponeso, V, 84-116. . 'S Una tradicién que se inicia con el Didlogo con el judio Trifon de San Justino (s. 1); que se continiia con los ‘idlogos medievales entre los que destaca el espléndido argumento de Ramén Llull en el Libro del gentil y los tres ‘bios y ast hasta G. E, Lessing con su Natén el sabi * Masri Cla Ei Danubio, Anagrama, Barcelona, 1988, B25 os p 21 lilberg, Raul, La destruccién de los judios europeos, Akal, Madsid, 2005, p. 21. "* Netanyahu arma que las leyes racials de Nuremberg nacet con los estatuos de sang cde Toledo en 1449. Unatesis que, sin duda, hay que matizar. Cir, Netanyahu, Benzion, Los orfgenes deta Inquiscion en la E¥P0 ‘slo xv, Critica, Barcelona, 2000. FERNANDO MIGUEL PEREZ HeRgasz 42 tan abatida, ha dejado una huella de di ee tal, = fracaso ras ido tan rotundo y trdgico que sélo pare poder salvarse me ena ef ; 2 e a experiences de Ja conciencia culpable: una «exp! jon» indefini ta; t cs riebtarp in del Mal al Otro, segtin la figura del «chivo expiatorio»!? y/o la ul casi ro la buena cons ciencia» o «alma bella» que (olvidéndose muchas veces de 7 raiz cristiana de la que procede) pretende universalizar la Declaraci6n de ues derechos humanos, financia ONGs, permite el d rrollo de grupos ecologistas...; 0 disimula a tra- \ vés del nihilismo del consumo y Ia frivolidad Ahora bien, paradoja de las paradojas, cuando parece que Europa renunciaa su violencia, a su deseo de colonizacién... cuando, para la satisfaccién de unos y sorpresa de otros, «Europa se provincializa» por la aparicién de otros centros expansivos —China, Suréfrica, India, Pakistan...-, el mundo se encuentra tan europeizado, que todo él vive y aun asume la modernidad, la industrializacién y el capitalismo; el pensamiento cristiano, liberal o marxista impregna las ideolo- gfas de americanos, asidticos 0 africanos... En el mundo triunfan ideologias, tec- nologias, formas de vida... que son un legado de la tradicién europea. Europa, a pesar de sus barbaries —colonizaci6n/explotaci6n, guerras civiles{Shoah;..-, soporta atin mucha responsabilidad existencial, cognoscitiva y politica de un mundo globalizado, lo que nos compromete con el viejo refrin y lema Naviga- re necesse est, vivere non necesse, que ahora adquiere el sentido de obligacién ontoldgica: navegar hacia puerto, y de decisién polftica: demorar todo lo posi- ble su llegada, porque se prevé la catdstrofe; o acelerar el ritmo del viaje y hacer que otro mundo sea posible.2! 2. A LA BUSQUEDA DE EUROPA. Si aceptamos la maxima de los aeinautai, nos hemos de disponer a navegar desde fal Puertos de la vieja Europa hacia otros puertos, otras tierras, otros cli- -.- Conviene retener los nombres de estos puertos en la memoria, pues si «para vivir hay que olvidar» (Nietzsche), para 9. to de partida, ese suelo firme y confi aoe ae Et hay ae recordar po puerios habita multited a ue nos saca a luz (Lebenswelt). En los © gentes ‘0 saben o no quieren navegar, porque versaciones con Pierpaolo Antonello y Jouo Cea io Rocha ee ae on 2 Chakabary Dipes A erge eCEAE de Casio Rocha, tts Ndi quets, Barcelona, 2008. Pe eEsiamos : 21 Me remito, por un lado, ala dis usin entre Car terre inal: Oscidentey sus teologiaspoticasn: co R Key 1808 Taubes, ff: Mate, Reyes, «Retrasar 02° op. cit. pp. 27-64. Pore otro a Fernandez Bus Oa Zam esa op, itp. 27-64, Por el otro a Femindez Buy, Francang ge a (eds.), Nuevas teologias poli posible, Byblos, Barcelona, 2004, “4 para una globalizacién alternativa. Otro ante el final del predominio cultural europeo?, TS Luropa: «Navigate necesse est, vivere non necessen 43 aman més su vida cotidiana: los vitalistas blemas més urgentes del hombre (fel dos con sus banderas, festejos y cancioi maier del X1X, pasando por los Pasajes de Paris, hasta el hombre-masa) volcados los grandes almacenes, los espectaculos, los deportes... Otros, por el con- , estén siempre en disposicién de navegar y se preocupan de esculpir los perfiles de Jas naves que les han de transportar en un juego sin fin de idas y veni- das. y existencialistas ocupados de los pro- lad, ocio...); los nacionalistas regocija- nes; los consumistas (desde la Beider- Gobernantes de las naves No todas Jas naves son iguales —veleros, fragatas, trasatldntico: i se some- ten a ser gobernadas por los mismos capitanes. Asi que aunque utilicemos la metéfora de la «nave europea», nos interesaremos por los sujetos que las ani- man, las programan y quiza las construyan, seguin sus propios fines 0 en pacto con otros navegantes; que ademds hardn su propia hermenéutica tanto de las haves que capitanean como de las ajenas. Porque el sujeto —desplegado como compuesto corpéreo— también se dice de muchas maneras; incluso puede ausen- tarse o desaparecer y ser reemplazado por un autémata: a) Las soberbias naves gobernadas por el Absoluto (el Bien platénico, el Pri- mer Motor aristotélico, el Dios creador, la energia creadora de Ostwaldt...). b) Las totalizantes naves gobernadas por un Sujeto que es Substancia (Hegel). c) Las naves automatizadas de los Tecnécratas. d) Las variopintas naves gobernadas por una conciencia trascendental que organiza el sentido de la experiencia (Kant). tae ful ¢) Las ligeras naves talladas por el sujeto virtuoso, que se habittia ejercitan- do las potencias especificas de cada ser humano ~tacionalidad y conviven- cia-; obligado a sopesar las circunstancias, buscar medios para sus fines, tomar decisiones, establecer estrategias para ser eficaz.. (Aristételes, Etica a Nicémaco, VI). , ) Las orgullosas naves de quienes defienden el valor especifico del ser huma- no, dotado de exclusiva dignidad -racionalidad y autonomia personal— (de Descartes a Chomsky), que navega en paralelo de las ilustradas naves de los naturalistas extremos que defienden la homogeneizacién de todos los cs res, desde las amebas a las focas y desde los simios al hombre. Los anima: les, como los seres humanos, también son dignos y sujet (Peter Singer, Jestis Mosterin). tos de derechos 2 Pélix Duque la utiliza en «Buscando imagenes para Europa» en Pa, Circulo de Bellas Artes, Madrid, 2006. AA.WV., Buscando imdgenes para Euro- FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ ‘) Las naves del sujeto de la imaginacion simbélica, que atraviesan lo onirj- . coy laimaginacién creadora: artistica, poética... (Freud, Bachelard, Lacan), Fi Htariatan, h) Las naves de los pragmatistas y utilitarist / it Las astilladas naves de los sujetos fragmentados, hechos de malos humo- ros estructurados en su organismo (J. P. Sartre), que siguen las diferencias, las huellas 0 los intersticios que otros fragmentos les infieren y todos ellos dependiendo de una nave que sin saber por qué se encontraba amarrada al uerto... . Dd Las naves del sujeto causado por el Acontecimiento, cuyo entramado 0 la verdad indiscernible (Badiou). infinito del que es sujeto es n i k) Las redundantes naves de los empresarios y de los trabajadores (Marx). 1) Las fatigosas naves del sujeto desarraigado, que no puede limitarse a reci- bir el don del padre y tiene que transformar la kenosis (vacfo) divina en trabajo; un sujeto mas cercano del hijo prédigo que del benedictino ora et labora... Una de las naves mis sigilosas, considerada por W. Benjamin, captura sus verdades cuando los tripulantes, victimas de la catdstrofe, logran la comprensién stibita de todo su pasado (siempre prestos a ser asaltados y pervertidos por los vencedores). En Espajia podrfamos hablar de, al menos, dos tipos de «verdade- ras» naves del desarraigo: Una est vinculada a la cultura del Languedoc, des- truida por el rey francés Felipe el Hermoso, como defiende —quiza forzadamen- te~ Luis Racionero. Otra, a la cultura de los conversos, tesis defendida por Américo Castro.?5 La conciencia de un acontecimiento transforma la expe- riencia en sujeto en el sentido de Alain Badiou,26 aunque diferimos del francés en un aspecto: la conciencia del desarraigado no esta vinculada necesariamen- te a una verdad-acontecimiento, sino, por el contrario, a su propia falsedad, a las inconmensurabilidades entre doctrina, préctica y ejercicio de poder. Esta es la conciencia anti-monoteista, que dard lugar a la conciencia materialista ctis- talizada en Spinoza. Si materialidad también es descentramiento de la realidad y descentramiento del sujeto, las verdades a las que se vincula la conciencia no van més allé de las verdades de la ciencia construidas alreded. del fesio- nes; y los sujetos que realizan ese trabajo no se encuentran ear ‘l é Eacina en los limites, pues el sujeto materialista siempre sera desproporci 7 cto de la época. Es ésta una tesis contraria a la defendida por Men tone ony vaioh el sujeto, que encuentra en el hombre calvinista, no al ee 4 Iria que ser despropor- Bice Gate’ Fenaraiee mua eee dad Pid, Breslons 1996 Maes, Nan, La spec SE Manel (comp), Tempo de sett ae ‘0mo argumento, Sintesis, Madrid, 2007, etcé- El Mediterrineo y los bérbaros det ) aros del Norte, Plaza Las realidad hstrica de Egan Page ee & Jans, Barcelona, 1985 , Alin, EL ser y el acontecimento, Manantial, Buenss ioe: 1975: Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 45 cionado Tespecto del potencial econémico industrial de la época; de ahf el fraca- so de toda politica dirigista -el leninismo soviético— y el éxito de una polftica en Ja que los sujetos ponen limites al poder y se identifican con él -la democracia norteamericana-.27 Las naves de los desarraigados hacen de su oficio su existencia. Posen la experiencia de las sintesis; su lenguaje ni limita el mundo ni deja de limitarlo (no es analitico); saben que el lenguaje esta conectado con la acci6n, y que los verbos expresan acciones. Son naves sutiles, cuya tripulacién esté comprometi- da con las verdades locales ~cientfficas-, lo que significa: control de la confu- si6n, cuidado de la ilusién y cese del (auto)engaiio..., todo aquello que pone en peligro la posibilidad de la vida (desarrollada hist6ricamente) y que se pregun- ta por cuestiones ontolégicas decisivas: la energfa; por cuestiones epistemol6gi- cas basicas: los criterios de verdad cientifica y de significado de la vida corrien- te; en fin, por cuestiones éticas recortadas a la escala del individuo cuyo limite es la vida corp6rea. No es el chombre» centro de nada, sino su cuerpo; por eso la franja de verdades que toca el hombre no puede ir més alld de su capacidad operatoria (por ingeniosa que llegue a ser). Y, con frecuencia, el desarraigado ha de esconderse tras amplios artificios (Baltasar Gracin). Cartografia y relatos Los gobernantes (kiberneticds) en sus naves se ven obligados a cartografiar los mares y escribir las crénicas de sus viajes. Su labor Ilena las estanterfas de los ministerios de Marina, y cada firma muestra su genio especifico. ,Cémo carto- grafiar Europa? Los criterios més abundantes son los categoriales: la Europa que dibujan los historiadores, los economistas, los sociélogos... es una Europa bien cuantificada, con andlisis minuciosos y precisos... Otros criterios son puramen- te especulativos y hacen referencia a una Europa ut6pica, una Europa reflejo de deseos o intereses.28 Los criterios que desde aqui se proponen tienen en cuenta las Ideas on- tolégicas de Todo y Parte definidas segtin I) la contigiiidad —Espacio y “De acuerdo con las reflexiones de Tocqueville, Alexis, La democracia en América, FCE., México, 2001. También, Weber, Max,: La ética protestante y el espiritu del capitalismo, traduccién de J. Navarro y con un esplén- ldo pr6iogo de J. L. Villacafas,Istmo, Madrid, 1998. a ia con la Utopia (1516) de Tomas Moro, a la que siguieron otras muchas: La Ciudad det sol (1602) La Nueva Atléntida (ed. 1627) de Francis Bacon; la Nueva Cynea (1623) de Emeric Crucé; el Gran Designio (1638-1662) del duque de Sully; la Panegersia o Despertador universal (1645, publicada en 1666) de ‘menius; la Paz perpetua (1712) del Abad de Saint-Pierre... 46 FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ Tiempo- y Il) la semejanza.” Este criterio se desdobla segtin se aplique aunou otro: si al Espacio, entonces hay que tener en cuenta a) los todos limitados entre sf; b) las partes anexadas del todo; c) 0 la(s) parte(s) privilegiada(s), Sies al ‘Tiempo, entonces ha de desdoblarse en un todo continuo 0 discontinuo,® cuyas partes pueden ser homogéneas 0 heterogéneas. Veamos: A) Idea espacial: Fenémenos que ocurren uno al lado del otro (Nenbeneinan- der, Kant), acontecimientos, sucesos 0 singularidades dados en fronteras que son més o menos porosas 0 rigidas, adaptables o refractarias 1) Todo limitado por otro todo: Europa es un espacio geografico limitado por Asia, Africa y el Océano Atlantico. Y aun menos: un cabo de Asia.*! Res- pecto de Asia, por una zona indecisa que se extiende por las estepas de Ia actual Rusia y las altas mesetas que separan Anatolia de los valles del Tigris y el Eufra- tes: en ese lugar se inicia el propio mito del rapto de Europa que, paraddji- camente, es una muchacha originaria de Asia raptada por Zeus y trasladada a Creta, segtin lo narran Hesiodo, Herodoto, Esquilo, Platén o, en una versién griega tardfa, el poeta Mosco (s. II ane).33 Respecto de Africa, por fronteras igualmente indecisas: jes la peninsula ibérica Europa o Africa? («Europa empie- za en los Pirineos»);34 una indecisién que se mantiene en otros términos: {per- tenecen a Europa Rusia, Turquia o Marruecos? El océano Atlantico fue un If- mite non plus ultra hasta Col6n; pero ,podrfamos decir que Estados Unidos*® © Argentina son Europa’ 2) Partes anexadas del todo: Europa ahora sera sus Estados, principes y reyes, segiin fue definida por Jean Bodin (1529-1596) 0 Maquiavelo (1469-1527). Tras 2 Estos criterios pretenden ser més neutros que ee ie eee ee aquellos que se establecen alrededor de conceptos con mayee cidn (ax Weber, Cr Schmit Han Blamenberg). nT) 61m paula —germano~ de secular 30 Bs habitual plantear el problema de Euro {ea e6mo hacer conciliables la politica monetaria, ria, estatal, la politica social y de empleo y Ia poli chicago de frets inividualidades ae Madrid, 2007. 3 Cf. J, Derrida, El otro cabo, cl solo espacio. 22 Ci por ejemplo, Le Goff, Jacques, La vieja E 38 Hesiodo, Teogonfa, 357; Herodoto, Los nueve, 1t6n, en Gorgias. 5240, ‘ fas alas; mas si hay conic Serbal, Barcelona, 1972. Cabo que es, ala vez, cabeza, y entonces desbordt Opa y el mundo moderno, Alianza, Madrid, 1995. 5; Esquilo, Los persas: Pla- ¥ @ Eaco europeo, decidiendo sobre el destine J& i dn as ences ae amen ei a segunda guerra de Irak ha puesto de relieve beg stf08», Querela pacis, Robert, Poder y debilidad, Taurus, Madrid, 200%. |! SO"™'POsiciGn Europa/EE.UU. Véase, por ejemplo, KagaM Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 47 re-convertirse en naciones, un suceso absolutamente accidental, Europa se defi- nird geograficamente por las guerras de fronteras y politicamente por la estrate- gia del equilibrio: Castlereagh, Metternich o Alejandro de Rusia.>7 A partir del s. XIX las guerras declaradas entre principes se transforman abiertamente en gue- rras entre naciones;%8 y, a la par que se forma la conciencia histérica de Francia, Alemania, Inglaterra o Espajia,” los enfrentamientos entre las naciones condu- cen a Europa a un estado «agénico», en palabras de Maria Zambrano. Pero hay mas modelos no nacionalistas. La Europa imperial, la Europa de las ciudades, de las regiones, de los pueblos... Y, en el limite, el suefio anarquista de convertir a Europa (y al mundo) en un puro agregado de hombres y mujeres individualizados, al modo de Isécrates (V-VI ane); «Se llama griego mds bien a las gentes que participan de nuestra educacién que a las que tienen un mismo origen» (Panegirico, 50). 3) De la(s) parte(s) privilegiada(s): Europa también se define en relacién a alguna de sus tradiciones, que han trasmutado un acontecimiento local en una propiedad global. Asi, el helenismo (Atenas), como defiende Jan Patotka,!! asi- milado conscientemente por los romanos (Roma), que incluso se dirigen a los vencidos griegos en su propia lengua y no en latin, la lengua del vencedor:#? 0 el judeo-cristianismo (Jerusalén, Roma) del que son participes los primeros padres de la Iglesia -san Jerénimo, san Ambrosio, san Agustin. ..-, quienes consideran que Europa es la tierra en la que habitan los sucesores de Jafet y que se exten- derdn desde el monte Taurus hasta el océano briténic: ‘apadocios, cilicianos, J6nicos, traceos, galos y espafioles;# para Aeneas Silvius Piccolomini (el papa Pio Il, 1405-1464), la cristiandad y Europa eran una misma cosa... Nietzsche afirmard que la suerte esta echada: O una Europa moldeada por Dionisos 0 una °% «El gran tropiez0 de Ia modernidad, desde el punto de vista de la convivencia humana, ha sido, por lo tanto, ¢l desarrollo monstruoso y para nada deterministicamente inevitable del concepto de nacién y las aberraciones deri, ‘adas de él». Cardini, F.y Valzania, S., Las rafces perdidas de Europa, De Carlos V a los conflictos mundiales, Ariel, Barcelona, 2008, p. 11. ye Cit Rudé, George, Europa desde las guerras napoleénicas a la revolucién de 1848, Cétedra, Madrid, 1991, 3 Che Caillois, Roger, La cuesta de la guerra, FC-E., México, 1975. * La historia universal degeneraria en fantasia y filosofemas si el historiador. ‘quisiera desprenderse del suelo Fim de las historias nacionales... Es imposible partir de los pueblos que se encuentran en permanente estado de en cin para comprender el interno movimiento dela historia universal. Las naciones no pueden ser consideradas tas nibs Fespectos que en cuanto actin las unas sobre las otras, en cuanto aparecen sucesivamente y forma jun dann complejo vivo» en Diez del Corral, Luis, El rapto de Europa, Alianza, Madrid, 1974, p. 80. Véase, Hobs. ‘awn, Eric, Naciones y nacionalismo desde 1780, Critica, Barcelona, 1979. ‘i Gimbrano, Maria, La agonfa de Europa, Mondadori, Madrid, 1988, fa Patobka, Jan, Plarén y Europa, Peninsula, Barcelona, 1991. ogg, C** Momigliano, Amaldo, La sabidurta de los barbaros. Los limites de la helenizacion, F.C.E., México, sere Génesis, 9, 10, 10s buenos son los descendientes de Sem; los malos, los descendientes de ‘Cam; y los indiferentes, los descendientes de Jafet, de donde proceden los europeos. 4g FERNANDO MIGUEL PEREZ HErRanz Europa moldeada por el Crucificado;# Jaspers defendié la tesis de un tiempo eje homogéneo para todas las civilizaciones del momento: la China del Tao y de Contfucio, la India de los vedas, Israel y sus profetas, los metafisicos griegos, la Persia de Zoroastro, la Roma de Numa... Los acontecimientos reales y plena- mente nuevos serfan la ciencia y la técnica. La tesis de Jaspers es muy original y sugerente, pues la discontinuidad ocurrida en el desarrollo de la Ciencia habria podido fertilizar a las civilizaciones del tiempo eje porque en ellos habia unas potencialidades latentes de supuestos religiosos, porque no eran pueblos en esta- do de naturaleza...* B) Criterio temporal: Fenémenos que se suceden uno a otro (Nacheinander, Kant). Los limites de acontecimientos, sucesos 0 singularidades ya no seran las fronteras, sino la reorganizacién de sus dindmicas politicas, econ6micas 0 reli- gioso-culturales. Continuo. Europa es un continuo que se inicia con el imperio romano —recep- tor del proyecto de Alejandro-, sigue por el imperio sacro germano-romano, el confederalismo de Antoine Marini (s. XV), el imperio cat6lico de Felipe II, la universalizacién del derecho por Napoleon, el imperio soviético... y llega hasta Ja Uni6n Europea (pasando, eso sf, de puntillas por el proyecto hitleriano). 4) Continuo homogéneo: Este continuo se entiende a veces de manera homo- génea, admitiendo la existencia de una unidad genuina europea, tal como se rela- taen los grandes sistemas onto-hist6ricos de Comte y Hegel.*6 Segtin Comte, los seres humanos han de pasar indefectiblemente por tres etapas hasta alcanzar la madurez, cuya vanguardia es Europa: teolgica, metafisica y cientffica; segiin Hegel Ja «astucia de la raz6n» conduce a que Europa sea «el fin absoluto de la historia», la reconciliacién de todos los tiempos. Husserl defiende una Idea distributiva y positiva de Europa;*” Heidegges, ¥t continuo filos6fico negativo: el «olvido del ser»; Carl Schmitt considera que la 4 «;Qué vereda se indica/ cusl es la via santa/ cuando Jestis predica/ 0 cuando Nietasche canta? za Rubén Dario. Cf, Sobejano, Gonzalo, Nietzsche en Espaita, Gredos, Madrid, 1967, pp. 202-203. - sab elemento verdaeranente mevofundametalete ito por completo, incomparable con lo ss sco, nabsoluindepenient, nels extra als griegos, icant lene 'y la téenica europea more nas Sasers, Karl, Origenes y meta de la historia, Alianea, Mads, 1985, p. 113 «Hegel y Comite fueron los primeros en salvar el pasado que los siglos anteriores haban estigmatizalo °° eleardeer de put error, de mado que e pasado no tena derecho a haber sido, Ambos Const Ta historia coo"? volucign en que cada 6poca es un paso insustituible hacia una meta y qos, noe to, ene uh a on : a époe , acia una meta y que, por tanto, tiene un absolute sem txiste, Esto se debe a que Hegel y Comte ordenan el proceso evolutivo del pasado bi vista de un parece que hz cel sees Onaga y Gant ne 0.C, VL, eeurianonss : eal Bdimund, Lalcrsts de tt ee : ica, Madre cias europeas y la fenomenolagia trascendental, Cea. M we fi Jogia trascendental, Cat sintei- Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 9 historia de la Edad Media es la historia de la lucha por Roma y no contra Roma. que la jurisprudencia moderna es hija del derecho romano y que los conceptos pregnantes de la teoria moderna del Estado son conceptos teolégicos eas zados.*S Karl Lowith seflala las rafces teoldgicas de la filosofia de la historia modema.” Henri Hauser muestra que las caracteristicas de la modernidad -cien. cia, descristianizacién moral 0 politica— se encuentran en la Edad Media y no se hacen relevantes hasta el siglo XVII —Roger Bacon, averrofsmo, unidad de la raza humana, 0 democracia-.S° H. G. Gadamer muestra desde la hermenéutica cémo lo actual es y significa mucho mas de lo que sabe de sf mismo por todo lo recibido que queda oculto. G. Bueno sefiala cémo la filosofia moderna —Des- cartes, Leibniz...— reformula por anamérfosis los grandes problemas medieva- les vinculados al sustancialismo aristotélico que no pueden ser asimilados por el cristianismo: Angeles, encarnaci6n, gracia, eucaristfa...51 También es conti- nuista Sloterdijk: La quintaesencia de la funcién constructora de Europa es un mecanismo de transferen- cia imperial (...) el romano. De este modo, Europa es un teatro para las metamorfosis, del imperio. Se podria decir, entonces, que la esencia de Europa radica en su compro- miso con una commedia dell’arte imperialista propagada a lo largo de milenios.5? En la ciencia, Crombie defendié la tesis continuista de la ciencia moderna y se funda en que su nticleo basico es la experimentaci6n.53 Son continuistas homo- géneos: Salvador de Madariaga, Carlo Curcio, Heinz Gollwitzer, F. Haer, D. Rou- gemont...54 5) Continuo heterogéneo o abierto: Hay una concepcién que, sin negar una cierta continuidad europea, considera que Europa es el resultado de una mezcla heterogénea de maneras de entender el mundo, el hombre o los dioses, que hace imposible su sintesis, al modo de M. Bernal o Samir Amin. No hay una tradi- cién genuina europea, sino varias ¢ inconmensurables. (Es esta posicién la que defenderé y desplegaré més adelante, bajo el criterio de complejidad.)°5 4 Schmitt, Carl, «Teologfa politica» en Estudios politicos, raduccin de F. J. Conde, Doncel, Madrid, 1975. © Lowith, Karl, Historia del mundo y salvacién, Katz, Madrid, 2007. 7 9 Hauser, Henri: La modemidad del siglo xvt, 1930!. Cfr. en Le Goff, J., La vieja Ta onde fa, Oviedo, 1992. pen0, Gu jen sorial, 2, Pentalfa, Oviedo, 1992. a ° laens loterdik, Peter Steps eaplerma Refleiones ‘tobre el programa de una potencia mundial en el fin de (rs te st ausencia politica, Pre-Textos, Valencia, 2004, pp. 45-46. Europa y el mundo moder- ‘ m : istoria de la ciencia, 2 Wi jianza, Madrid, 1974. Crombie, A. C., Historia de la ciencia, 2 vols., Alianza, Madrid, | Veara cu bev: Pa. His Rougemont, Der “Tie mitenios de Europa, Revista de Oocidente, Madrid, 1963: C ircio, Carlo, Euro- istoria de una idea, Gredos, Madrid. Fur “Epflogo. Manifiesto metodolégico» en Pérez Herran?, TY ‘nomenologia de las migraciones, La Xara, Simat de ta Valldigns, ats 1.M., Las rutas de la. uma FM. y Santacreu. Nida, 2006, pp. 149-155. 50 FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ quiebro y apocalipsis. Desde la afirmacién del reino mesidnico, pasando por el milenarismo escatol6gico medieval hasta dar con los mtiltiples marxismos revolucionarios. Si bien Marx sigue la este- la de Hegel, y puede considerarse continuista homogéneo -el proletariado habria de sustituir a la burguesfa (Manifiesto comunista)-, sus sucesores triunfantes y gestores de la Revolucién bolchevique —Lenin, Trotsky, Stalin...— se enfrenta- rin a un problema complicado y esencial: Rusi y, en general, los pafses no euro- peos {pueden pasar al comunismo sin pasar por todas las etapas de la Europa capitalista256 Y también la historiografia considera rupturas en el propio interior de Europa tematizadas a partir de la «querella de los modernos y los antiguos» y que avala el concepto de episteme de Foucault.57 ,Son inevitables‘las ruptu- ras, las discontinuidades que justifican la periodizacién de la historia europea? Estas cuestiones dieron lugar a una riqufsima literatura en el terreno de la his- toriografia sobre los modos de periodizaci6n, segtin criterios culturales,°8 eco- némicos,5? demograficos y de expansién...© Discontinuo, Europa es ruptura, 6) Discontinuo homogéneo o unilineal: El criterio de discontinuidad cristali- z6 en los inventores del Renacimiento como época que produce un corte con la Edad Media: Jules Michelet con su La Renaissance (1855) y, sobre todo, Jacob Burckhardt (1819-1897) con su exitoso La Cultura del Renacimiento en Italia (1882). La genealogfa de Friedrich Nietzsche pone el énfasis en las rupturas cons- titutivas que se producen en cada nuevo acontecimiento histérico. Max Weber y su teorfa del desencantamiento del mundo parece que ve la secularizacién como salida del monotefsmo judeo-cristiano. Mas recientemente, E. Garin, J. Deli- meau o S. Greenbardt contintian hablando de la ruptura del Renacimiento.*' H. Blumenberg se niega a hablar de secularizacion del saber y apuesta definiti- yamente por una ruptura con la tradicién; considera, por ejemplo, que la reno- 56 Chesneaux, Jean, ;Hacemos tabla rasa del pasado? A propésito de la historia y de los historiadores, ‘glo XXI, Madrid, 1977. Amin, Samir, Clases y naciones en el materialismo histérico, El Viejo Topo, Barcelons, 1979. 57 Foucault, Michel, La arqueologia del saber, Siglo XX1, México, 1971. Veyne, Paul, Cémo se escribe la his- toria, Foucault revoluciona la historia, Alianza, Madrid, 1984, 58 Barzun, Jacques, Del amanecer a la decadencia, Taurus, Madrid, 2008; comienza su historia de Europ haciendo referencia a Erasmo y Lutero. 59 El texto fundador es el de C. Marx, Formaciones econémicas precapit ienci 9 ‘ tes econdmicas precapitalistas (Formen), Ciencia Nueva, Madrid, 1967. Entre la abundantisima bibliografia marxista, véase Hilton, Rodney, La inmate del feudalismo al ‘capitalismo, Critica, Barcelona, 1977; Dobb, Maurice, Estudios sobre el desarrollo del capitalismo, Siglo XX Madrid, 1976; Anderson, Perry, Transiciones de la Antigiiedad al feudalismo, Siglo XX, Madrid, 1979... Después vendrfan otras interpretaciones. Max Weber asocia la transformacién capitalista con la ética protestante; Werner ‘Sombart, con el capitalismo medieval de las ciudades italianas y Flandes; J. Caro Baroja ensaya las relaciones ent ta ética catlicay las grandes empresas comerciales del siglo xv, alrededor de la sua. @ Sloterdijk empieza su reflexién sobre Europa con el descubrimiento de América, op. cit. pp. 12 y ss. Tam- ign en En el mundo interior del capital, Siruela, Madrid, 2005, p. 104. " ‘o1 Burckhardt, Jacob, La Cultura del Renacimiento en talia, RBA, Barcelona in, Eugenio, Medioe- Seb, La Cdr de arcelona, 2005. Garin, Eugenio, Medi yo y renacimiento, Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 51 vacién del conocimiento renacentista -bombas hidrdulicas, torres de defensa, cafiones...— nada tienen que ver con la escolastica, pues son resultado de la curio- sidad; y, dando una Vuelta mas, la modernidad constituirfa otra ruptura con el Renacimiento, suscitada por la superabilidad/insuperabilidad de la literatura antigua. Huizinga, a contrarii, defiende la decadencia de la Edad Media, una sociedad caballeresca desorientada, un sentimiento religioso reducido a imagi- nerfas, etcétera. H. Pirenne pone el origen de Europa en Carlomagno, que reha- ce la unidad perdida por Roma contra el Islam y que G. Bueno ha llamado «recu- brimiento del Islam». En ciencia, A. Koyré defiende una ruptura entre la ciencia medieval y la ciencia moderna, incide en la transformacién de un tipo de enti- dades que provoca una reorganizacién —tedrica— del mundo. A partir del gran desgarro producido por la segunda guerra mundial, la rup- tura se hace patente en los fildsofos que viven la catstrofe. Heidegger -en un sentido tragico— se pregunta en 1946 si acaso no estamos en visperas de la trans- formacién més enorme de la tierra y del tiempo de una noche a la que seguird un nuevo amanecer. Mark Leonard -en un sentido mas burocratico— ensalza la Europa que ha roto con su pasado e inventa la organizacién «Europa en red» y considera la genialidad de Jean Monnet que habria sido la de dibujar una «mano invisible» que propicia una sociedad europea ordenada a partir de los intereses nacionales, sobre todo de Francia y Alemania.’ Esta Europa en red serviria ahora de modelo distributivo para todas las dems «regiones» del planeta: China, Rusia, Surdfrica..., aunque mas como regiones econémico-jurfdicas, que como nacio- nes politicas: Unién Africana, ASEAN, NAFTA 0 TLC (Tratado de Libre Comer- cio del Atléntico Norte), MERCOSUR... Liga Arabe... Un discontinuismo diferente saldria del otro gran desgarro del siglo Xx, la desaparicién de la Unién Soviética -simbolizada en la cafda del muro de Ber- lin-,8 cantada por Fukuyama con su Fin de Ia historia. Si del desgarro de la © Blumenberg, Hans, La legitimacién de la Edad Modema, Pre-Textos, Valencia, 2008. © Huizinga, Johan, El otofio de la Edad Media, Alianza, Madrid, 2003. © Pirenne, Henri, Mahoma y Carlomagno, Alianza, Madrid, 2008; Bueno, Gustavo, Espaiia frente a Europa, Alba, Barcelona, 1999, p. 273. | © Y fue por la rebelién contra este derrotismo tradicional por lo que la ciencia moderna desde Copémico (al ‘Que Crombie clasifica de modo bastante sorprendente entre los positivistas a Galileo y a Newton), lev6 a cabo su ‘evolucién contra el empirismo estéril de los aristotélicos, revolucién que se bas6 en la conviccién profunda de que as mateméticas son més que un medio formal de ordenar los hechos y son la clave misma de la comprension de ta naturaleza(..) Las grandes revoluciones cientifica .., aunque fundadas naturalmente en hechos nuevos en Iaimpo- Sibilidad de verficarlos~son fundamentalmente revoluciones te6ricas cuyo resultado no consistiéen relacionar MENT entre ellas “los datos de la experiencia’, sino en adquirir una nueva concepein de la realidad profunda substan es a ““datos"». Koyré, Alexandre, Estudios de historia del pensamiento cientffico, Siglo XI, Madrid, 1977, P10 75, - © eidepper, Manin, «La sentencia de Anaximandro» en Caminos det bosgue, Aliana, Madrid 1998 P.242- ® Cf. Leonard, Mark, Por qué Europa liderard el siglo xx1, Taurus, Madrid, 2005, pp. 26 y 37. “ Recuérdese la pelicula de Wolfgang Becker, Good bye, Lenin. 52 FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ istori iti dio paso a la Declaracié Shoah, la Historia qued6 tocada como legitimadora y én De ‘ or encima de todo, del desgarro del hundimien- de Derechos Humanos y Ia Paz p a | to del comunismo la Historia se transmut6 en Estructura, en sociedad del espec- do ya a la época de «los especia- taculo, del ocio y del consumo. O se ha llega c los esy listas sin espfritu, gozadores sin coraz6n, que, siendo mera nada, se imaginarin haber alcanzado un nivel jamés logrado por la humanidad» (Max Weber)? Cuando este discontinuismo deja de interesarse por lo pasado, se puede con- vertir en un prejuicio peligroso para calibrar el presente, como, segun T. Judt,» ocurre ahora y, sobre todo en los Estados Unidos. 1) Discontinuo heterogéneo (bifurcaciones, :): La gran bifurcaci6n que se pro- duce en el siglo XVI entre reformados y contrarreformados que podria interpre- tarse como la ruptura natural tras una época de sintesis agotada a través del Papa- do, el sacro imperio y la escoléstica.” Una bifurcacién narrada tragicamente por Shakespeare, a través de un Hamlet que vive la duda en la elecci6n entre la moral humanistico-cristiana, que le inclina hacia el amor, y el atavismo ancestral del guerrero que le exige dar muerte; y dramdticamente por Calder6n de la Barca” en un drama que no estd centrado en el hombre, pues el hombre obra siempre segiin los vinculos césmicos y religiosos, y cuyos personajes se desarrollan dind- micamente en términos de un conflicto entre la voluntad personal y la voluntad del mundo, entre la libertad y la necesidad, entre la instancia y la circunstancia. Una bifurcacién que pretende ser anulada al hacer del Barroco una €poca estan- cae inviable, pero que continéa como alternativa a una modernidad que ha con- ducido a catéstrofes parecidas a aquéllas de las que debié dar cuenta el barroco: la negacién ontol6gica de una parte del mundo.” Bitdcora filoséfica: contradiccién, diferencia, morfologias En todo caso, y cualquiera que sea el mapa dibujado sobre Europa, el fil6- sofo ha de tener presente el éxito de Europa y de su proyecto ilustrado, naciona- lista y burgués. Lo natural para algunos y lo sorprendente para otros no son nt © Juat, Tony, «{ v6 hemos aprenddo dl siglo 24%, Cla E '», Claves de razén préctica, 183, 2008, pp. 8-12. 1 Yeas Racine, al Medternco las rb del Nore Pa Jn, Barcelona, 1985 aon Raa . Los origenes de la modernidad en la Espaiia del siglo de Oro, Destino, Ba Ta cPvce me pete dar ae rectegente yt 0 sn te que es agut donde lo baroco cobra su rstro més retard sconstEndeen mea sacha else cen fel pr tot, qe dada gin i bs Rosle Gal qwopie iglernemam ne een ease vile trun de un modo ieversibln,Rodtguce dee Eee os ee ee vente, 328, 2008, p. 104. Sobre la recupcracin del Barroco es bien coneetda enter Ona baer neobarroca, Cétedra, Madrid. 1989. a de Cane) Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 53 sus planes ni sus programas, sino su rotund sistencias, primero la Europa Catélica, imp ilustrada, nacionalista y burguesa han glob: ticamente todas sus tierras y mares,73 Eg, extendida de que, a pesar de sus crimene: su universalidad, su ecumenismo, su c: universalidad? Al menos se han propues| la voluntad divina, la contradiccién, primera (ontoteolégica) y ocupémo: ficas). lo éxito. Con mayores o menores re- rial y barroca, y después la Europa alizado al mundo y han ocupado prac- '€ Exito vendria a verificar la opinién ’S y barbaries, la esencia de Europa es atolicidad. ;Y cual es la clave de esa ‘to cuatro Motores o Causas intrinsecas: la diferencia o las morfologias. Dejemos la NOs sumariamente de las otras tres (filos6- Contradiccién (negacién) Nadie como Hegel ha sabido utilizar el esquema de la contradiccién. Europa es la tierra de las contradicciones: de la ciencia y del racionalismo critico, pero también de la infamia y de la sinraz6n.74 Hegel conocié de cerca el Terror de la Revoluci6n francesa en medio de la gran esperanza ilustrada que anunciaba el triunfo de la raz6n, la justicia, la igualdad y la fraternidad en las sociedades de su tiempo. Las contradicciones le permitieron dar con la clave de la dignidad europea y occidental, al integrar todo el sufrimiento de la humanidad bajo una espectacular dialéctica de la negaci6n de la negaci6n, que culminarfa con el triun- fo del Estado. El método hegeliano, identificado con la propia filosofia, es un esfuerzo por deducir las categorias que desvelan la articulacién esencial del mundo; se inicia all donde se detecta una contradicci6n, que se ha de «quitar»; mas como la categoria es precisamente una determinacién que nos saca de la contradiccién, habra tantas categorfas como contradicciones se nos vayan pre- sentando, y ésta es la labor propia del entendimiento, segtin su modo operatorio de separacién, de aislamiento de los juicios que muestra como si fuesen absolu- tos: vida, bien, sustancia, realidad, yo... El espiritu s6lo conquista su verdad cuando es capaz. de encontrarse a si mismo en el absoluto desgarramiento, El espiitu noes esta potencia como lo positive que se aparta de lo negativo, como cuando decimos de algo que no es nada 0 que es falso y, hecho esto, pasamos sin més a otra cosa, sino que sélo es esta potencia cuando mira cara alo negativo y permanece cerca de ello.’5 a it Tierra, resultado de me Y ha alcanzado el «cierre antropol6gico» de la humanidad que habita sobre el planeta Tierra, ., Podrfamos conan ‘a Calderén como un adelantado hegeliano que trata de eayuntars | {00 aes Fauibles fuerza antagénicas (maniqueas) de la época: razdn y fe, providencia y cas; rows ses, jn divina y destruccién humana, caridad y expulsion... Aunque siempre bien dem: Antisemitismo y el evana’ Se emp Hegel, cw. Pe Remeron “del esptritu, traducci6n de W. Roces, FCE, México, ERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANz, S4 ¢ esquema dialéctico que hace cul. 2] pensamiento de Marx responde at es f D ne are riado, Saaiieadoh de todo lo negativo, producido por el Ani : guo Régimen y la burguesia. ‘Ahora bien, diremos nosotros, no hay sistema, nj filoséfico ni politico, que pueda ancelar cl YO, el malo el tiempo, siempre des. bordindose, como lo muestran la teorfa la ciencia de los sistemas dindmicos no y la préctica -la propia historia de la URSS en el siglo Xx-.76 Diferencia acién —uno de los momentos dialécticos-, definida como critica, criba © cuestionamiento, ha prendido de tal manera en Occidente, que ha puesto en entredicho la misma universalidad, Desde posiciones subjetivis s —Kierkegaard- u ontolégicas —Nietzsche- se vuelve del revés a Europa. Deleuze pone ahora la Difereneia y la RepeticiGn en el lugar de la Identidad y de la Contradicci6n y se opone a la iey de la naturaleza y a la ley moral.7” En a filosoffa deleuziana, hay un descentramiento del sujeto que da paso a un movimiento puro, capaz de con- mover al espfritu mas alld de toda representaci6n. La Diferencia se cura en salud y rechaza la posici6n extrema del Alma bella: Todas las diferencias son admi- sibles y conciliables. La Diferen firma Deleuze, también admite la lucha, el combate, desde las diferencias, las nuevas figuras universalizables: la mujer, el nifio, el homosexual, el loco..., figuras tratadas profusamente por Foucault y los autores posmodernos. Deleuze, indudablemente, tiene en cuenta las conse- cuencias barbaras de las «soluciones», puesto que «pueden tener la imbecilidad, la crueldad y el horror de la guerra, o de la “solucién final al problema judio">; pero el esquema de la Diferencia contiene consecuencias inevitables. Pues la ontologia de los simulacros, mascaras o virtualidades choca frontalmente, al menos, con un terrible acontecimiento. {0 acaso la Shoah no es mds que una diferencia, una hacceitas? Si aplicamos la ontologia de la repetici6n, {dirfamos que los acontecimientos sobre los judfos que se repiten son los considerados por Hilberg: conversin, expulsin/exclusién (gueto), aniquilacién?” ;Que en la proxima repeticién, la aniquilacién sera definitivamente completa (la destruc- cidn atémica de Israel, por ejemplo)? Y puede la Diferencia Hevarse hasta el extremo de considera a los judios «animales» ¢ incluso «seres numinosos», €0 todo caso, no humanos?8° La nes 76 En todo caso, vente Dios podsfa cancelatlo, Este Franz Rosenzweig o Emmanuel Levi lles, Diferencia y repeticidn, I 78 phidem, p. 306. 19 R. Hilberg, La destruccién de los judios europe: 80 Vase esta tremenda tesis, que 0s remite a Ia we ios de los politicos», 1 Basilisco, n° 33, pp. 69-70 allo» es pensado por la fitosofia de raiz hebrea 1 1998, wida aun por Guerrero, Atlana, «El Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 55 Morfologismo El morfologismo filosdfico, que aqui s6lo puedo evocar;! defiende entre otras, latesis de que la barbarie también es forma. Se ha convertido en un lugar comin defender a Europa como matriz de civilizacién, pura forma: I’élite ou l’avant- garde de I’humanité (Comte), la Europa sublime (Husserl), siendo la materia lo pecaminoso, el desecho necesario que serd sefialado como lo Otro:* el griego demécrata frente al bdrbaro; el romano frente a los pueblos barbaros del limes (Roma); el cristiano frente al musulmdn y éste frente al cristiano y el budista; el protestante frente al catdlico y éste frente al protestante; la Europa mercantilis- ta frente a la Europa /eninista; la Europa pacifista frente a la Norteamérica beli- cista... {C6mo enfrentarse a ese mal que significa la destruccién ontolégica y en secreto de una parte del mundo? La tradici6n filoséfica plat6nico-aristotélica hasta Hegel ofrecfa una solucién por medio del esquema de absorci6n: la nega- cién, la destrucci6n, la guerra, la inmisericordia..., en definitiva, el mal, pueden identificarse con el cuerpo, con la materia, que se sacrifica en pos de algo mas excelso: la Idea o la Forma. Pero aqui no hablamos del mal en general, sino del mal que esta contenido en la figura de la exclusién y la aniquilacién: el intento de hacer desaparecer ontolégicamente a una parte de la humanidad: la raza aria frente a las razas degeneradas: judfos, gitanos, negros... Esta claro, al menos para las victimas, que (auto)considerarse «forma» no significa identificarse con la verdad o el bien. La forma puede ser muy despreciable y el seductor ser malig- no en extremo. Es necesario, por consiguiente, parametrizar la forma. El horror de Ja II guerra mundial y el multiculturalismo consiguiente han puesto en cues- tidn la vocacion ética de Europa, de su universalidad; y a fortiori, de su necesi- dad. El mal es ineliminable porque no es materia, sino forma (frente a los idea- lismos), y puede generarse incluso por un «exceso de virtud». Aguja de marear: hipercategorias le «ser forma» a una Europa que se mueve Hay que quitarle, pues, el privilegio d e mis nr e los demés imperios, comunidades tra- Por los mismos mecanismos y deseos que 51 Véase, por ejemplo, Pérez Herranz, F.M.,«“El «giro morfolégico”: la forma, condicién del sentido», Qua- dems de Filosofia i Ciéncia, n° 36, Valencia, 2006, pp. 61-72. ®© Pero recordamos que el personaje protagonista de El Sofista, Samiento filosofico, es el Extranjero. , 1p lnioo dela ® «Ahora biem, mientras para el cristiano conduce el exceso de virtud ala santidad: em et tin eee Revolucién Francesa desemboca el exceso de virtud en el Terror». Fabris, Adriano, ters parcelona, 1993, Thal en a modemnidads en el magnifico Duque, F (ed. Et ‘mal: irradiacion y fascinacién, Serbal, P. 156, un didlogo en el que Plat6n reorganiza su pen ANDO MIGUEL PEYEZ Heyy 56 dicionales 0 naciones modernas. Para estudiar las Sa generales de toy grupos humanos organizados, hemos Cee otra cee Conceptn de hipercategoria, un concepto que se mueve coe Be Coes Jas Ciencias his- t6ricas y las ideas especulativas para tentar soslayar algunos colapsos Clasicos x Consideramos que todos los grupos humanos gue alcanzan un limite de des. rrollo econémico, un umbral en la presion demografica, un grado de organiz.. cién politica y militar, etcétera, trazan rutas para hacerse fundamentalmente con fuentes de energia, reestructuran las fronteras primitivas, viven acontecimien- tos singulares y entretejen creencias, conocimientos técnicos 0 ideologias, que conforman sistemas complejos de convivencia. Las caracteristicas del capita. lismo europeo, por ejemplo, no parecen exclusivas de Occidente: acumulacién de riqueza, racionalidad basada en el cdlculo o pluralismo ideolégico; otro tant ocurre con las caracterfsticas de Ja modernidad -secularizaci6n, individuali mo...-; 0 con la industrializacion —manufactura, divisidn del trabajo, uso colec- tivo de energfa...-, que se encuentran en otras sociedades o civilizaciones. Estos materiales no son especificos de Europa; muchos de ellos, cabria decir incluso que todos, son genéricos y muchas culturas y pueblos participan de ellos: mer- cados, habilidades de clculo, técnicas, guerras, rutas, ideologias. religiones. se encuentran en prdcticamente todos los pueblos.* «La industrializacién occi- dental es consecuencia de una causalidad geogrdfica», resume Goody.” a pat tir de los trabajos del historiador de la economia K. Pomeranz sobre China y Occidente. En la Europa postmedieval, sobre todo en las ciudades italianas. habria habido un «incremento de ritmo» de un proceso que habria empezado 2 entrar en vigor hacfa ya varios siglos. El crecimiento se habria dado a partir de constelaciones centrales China, India, Arabia, Europa... mediante el intercam- bio de bienes, servicios e ideas, tanto entre ellas como dentro de si.® Rutas: La necesidad de abrir rutas acontece en cualquier civilizaci6n: lo sor prendente de Europa es el éxito alcanzado, que obliga a sus intelectuales 2 buscar la legitimidad (0 cuestionamiento) de su existencia. Y se mueven entre lo valioso del riesgo de esta empresa y el sentimiento de culpa. Todos los pueblos abren sus rutas, pero sdlo la ruta de Europa ha sido «globalizadora»;® fuero" 84 Pérez, Herranz F. M. y Santacreu, 3. M., La a EMy J. M., Las rutas de la humanidad, op. cit. Goody, Jack, Captalismo y modernidad: el gran debate, Critica, Barcelona, 2004, introduccisn. % La discusi6n en este terreno es desbordante, eee nte, Karl Marx, Max Weber, Werner Sombart, Immanuel 57 Goody, Jack, Capitalismo y modernida. 88 Jbidem, pp. 185 y 187. ® Cir. Ruiz-Domidnec, José E., Observando la moderi im, Vale Peo "wando la modemnidad desde ta Edad Media. Alfons el Magnisi™ 59 Goody dice que fue un 10 ° Ge : Wo se puede entender con esta rotundidad: esta idea se alguna manera en la ciencia griega (Aristareo, Erat6stenes...), que hala establectdo la hipdtesis de la esto" de la tierra y no renuncia a su comprobacién, Una idea que ha resumido espléndidamente Paul Valery varitte™ Alli donde impera el espfrtu europeo aparece un m&ximum de necesidades..» (Cit. en Sloterdjk. ae walle ++ OP. p. 145. event Europa: «Navigare necesse est, vivere non necessen Sse 57 Jos europeos los primeros en representar Ia tierra como un «globo», tifico-filos6fico de la historia singular de Europa. Asf que habré m de ejerver la navegacién: imperialista, ya sea del Sacro Imper Monarchia christiana; humanista 0 barroca; ilustrada; lednica; colonialista... , simbolo cien- uchas maneras Romano o de la revolucionaria 0 napo- Fronteras: La contrafigura de la ruta es la fronter: tar de los beneficios que traen los hombres de la ruta: mercaderfas, productos exoticos, metales preciosos... La frontera, resultado de los repartos territoriales, administra hasta el mism{simo sol para atraer al turismo, etcétera, Pero Ruta y Frontera han de conjugarse seguin el principio del ius comunicationis.»! Las fron- teras, como sabia Ibn Jaldtin, invitan a los hombres a abandonar el nomadismo y adisfrutar de las delicias de la ciudad; Quevedo se escandaliza de los avarien- tos navegantes: ‘@ que se traza para disfru- {Quign dio al roble y al haya atrevimiento De nadar selva errante deslizada. Y al lino de impedir el paso al viento? Codicia, mas que el Ponto desfrenada Persuadié, que en el mar el avariento Fuese inventor de muerte no esperada,92 Y cuando las fronteras se cierran mediante criterios rigidos —el territorio, la religion (cuius regio eius religio), la lengua, la ideologia...—, la catastrofe esta asegurada. Asi dice el articulo 4 del programa del NSDAP de 1920 que orienta- baa la burocracia del partid 4, Solo un miembro de la comunidad puede ser ciudadano. Sélo una persona con san- gre alemana, independientemente de su confesi6n religiosa, puede ser miembro de la comunidad, Ningtin judio puede, por consiguiente, ser miembro de la comunidad.93 Singularidad: Cuando las rutas abren las fronteras ya estabilizadas, se pro- ducen acontecimientos que pueden provocar otros de relieve especial: las singu- {Europa}, un taller originario de una politica de méximos», p. 37). Pero, a la vez, Europa no da por concluida 0 ‘scabada ninguna investigaci6n -ni divina, ni social, ni cientifiea~; no hay Ifmite infranqueable, una idea que toma su fuerza en el Renacimiento. Diez del Corral sefiala la caracterfstica de Europa de «su incapacidad de renunciar» (2n.0p. cit. p. 109) " ” El ius comunicationis, el principio de «sociedad y comunicacién natural», que viene @ hombres tenemos el derecho de hacer intercambios con los demas humanos, cualesquiera sean éstos “ea el lugar en el que habiten. Vitoria, Francisco de, Sobre los indios. Sobre el derecho a la guerra, Te 998, especialmente pp. 129 y ss. El thulo que da derecho a los espafioles a recorer los terrtorios de fas In rocede de justificaciones que pueden entenderse desde una perspectiva ontoligica: «Los hombres son, luego nen derecho a soci n naturab», BAE, p. 25b, 1 90 de Ia Musa segunda. Iberg, La destruccidn de los judios europeos, op. cil PAB. ificar: todos los ‘cualquiera 10s, Madrid, de las In FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ 58 laridades. Consideramos una ngularidad aquel acontecimiento que tiene por consecuencia una reflexién histérica con consecuencias. Asf, la batalla de Aegos invita a Platn a escribir uno de los libros fundamentales de nuestra civilizacién: La Reptiblica; el saqueo de Roma por Alarico hace lo propio con San Agustin que se ve obligado a escribir La Ciudad de Dios en desagravio por la beligerancia de los janos, convirtiéndose en otro punto de referencia inex- cusable de nuestra civilizacién; el descubrimiento de América procura la obra insigne de Bartolomé de las Casas; el terremoto de Lisboa sugiere Jas pdginas mas emotivas de Voltaire y la céustica respuesta de Rousseau; Ja Revolucién Francesa inspira la Filosofia de la historia de Hegel, en la que queda vinculada toda la experiencia de la humanidad; la conquista de Alemania por Napoleén prepara los Discursos de la Nacién Alemana de Fichte, verdadero catecismo del nacionalismo alemin; la fallida revolucién de 1848 fue la ocasién que Marx y Engels encontraron para escribir el Manifiesto comunista...; y asi sucesivamente. s Complejidad: Rutas, fronteras y singularidades se interpenetran tan profunda- mente que van conformando un tejido continuo que va integrando/segregando instituciones, creencias y valores, Europa tampoco esté hecha de una sola pieza, Jo que ha desbordado todos los intentos de unidad: los planes politicos de federa- cidn europea de Georges Podiebrad (1420-1471), un pobre hidalgo checo ele- gido rey de Bohemia, o de Enrique IV de Francia (1533-1610); los proyectos filoséficos de Leibniz (1646-1716) en Consilium Aegyptianorum y de Rous- seau (1712-1778) en su Extracto del Proyecto de paz perpetua del abad de Saint-Pierre a partir de la alianza de soberanos propuesta por el abade de Saint Pierre (1658-1743); el tratado de union de potencias europeas de Jeremy Ben- tham (1747-1832)... Tras la segunda guerra mundial hay un fuerte deseo im- pulsado por Jean Monet y Robert Schuman para la reconciliaci6n franco-ger- mana, vinculando los intereses econémicos, un deseo que consolidan Charles de Gaulle y Konrad Adenauer. El problema es que Europa es un todo comple- jo (compositium), resultado de tejer hilos de muy diferente condici6n. ,Cémo armonizarlos? ;Es deseable esa armonizacién? Burckhardt habla de la heleni- zacién de Occidente, la unificacién de Roma y la conservacién cristiana:% ¥ Ortega, de fondo heleno, latino y germano; cristianismo, clencia y razén, ve ciones.., revoluciGn, rebelign y hombre masa...* Diez del Corral, por otro lado, dlibuja cl rapto de Europa segtin la centralidad de Europa, de Ineseree ciudad! iudadanos y cai ° Europa, de la oposicién ciudad/- agro (ciu inos y campesinos), de la secularizacién, el arte, la nacién o la técnica; y asi sucesivamente. Aqui ensayaré la unién de algunos hilos que me % Un excelente resumen en Flores, XE suo de Europ tidadescultaraes en el exmbio de silo, Trot, AsociaciOn Je sponse ee ‘5 purekhard, Jacob, La Culturt del Renacimientoen lainey ake 96 Ontega y Gasset, Jos6, La rebelin de las masas, en Obras Com (coord), El reto europeo: Iden ico, Madrid, 1994, pp. 107-117 Europa: «Navigare ne vivere non neces se» 59 parecen. forman la tama sdlida del tejido que es Europa y su identidad. Identi- ‘s complejidad, pero no sfntesis, una figura de la estabilidad estruc- 3, ALA BUSQUEDA DE LA IDENTIDAD La Idea de Identidad no es unfvoca, se dice de muchas maneras: La Identi- dad referencial 0 extensional de Europa apunta a una peninsula del continen- te asidtico, cuyos limites quedarfan fijados en la antigiiedad por las columnas de Hércules hasta el Bésforo o el Phase (rio que vierte al mar Negro).%8 Pero es ésta una Identidad muy débil, que se pone en cuestidn una y otra vez: ¢Euro- pa termina en los Urales? ;Turquia es Europa? {Europa es Occidente? El mundo es una Europa globalizada?, etcétera. Desde la perspectiva intensional, lareferencia de Europa seria una tierra privilegiada, segtin la definicidn de Aris- tételes: En cuanto a la raza helénica, de igual forma que ocupa un lugar intermedio [entre Asia y Europa], asf participa de las caracterfsticas de ambos grupos, pues es a la vez. valien- tee inteligente.% Una opinién que sera continuada por multitud de comentaristas: Hipécrates y Estrab6n en la antigiiedad; Miinster, Robbe y Moreri en la modernidad; Hus- serl en la contemporaneidad. Todos ellos cantan las excelencias de estas tierras, poco extensas respecto de Asia, pero de mayor calidad. La Identidad fenoméni- ca de Europa apareceria a los ojos tanto de los europeos como de quienes no lo son como una postal que muestra sus aspectos 0 propiedades més espectacula- res -basilicas y catedrales, fabricas y descubrimientos cientificos, instituciones juridicas...-; pero también eludiendo los més terribles: expulsiones, coloniza- ciones, aniquilaciones... {Llegaré Europa a ser lo que es en realidad; es decir, un pequefio cabo del continente asidtico? O bien ;seguird siendo Europa lo que parece; es decir, la parte més preciosa del universo terrestre, la perla de Ia esfera, el cerebro de un gran cuerpo? La identidad de Europa no serfa algo dado, una realidad preexistente, una sus- tancia, sino un constructo in fieri, un proyecto a la manera de Husserl, o una iden- lidad en construccidn, segtin tesis defendida por Denis de Rougemont: «No — 3 Anaximandro, Esquilo en Prometeo (472 ane). tg Atistételes, Polftica, VIL, 7, 1327a. Valéry, Paul, Variétés, 1, p. 24. FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANz, 60 is que haciéndola, como ensefia el mito de Cadmo»,101 de determinadas operaciones culturales; 0 eco- _la Constitucién europea, lingiifsticas -el inglés—... Europa, como esencia 0 estructura, tratarfa de ees la clave en algtin/nos componente/s neces ario/s y suficiente/s. Las tesis mas habituales, fuera del discurso politico o nacionalista, hallan la esencia en el mundo heleno ola filo- sofia, la democracia, el arte...-, en el mundo romano ~el Derecho, el politefs- mo de Celso...-; en el dmbito cristiano y de salvacion —alrededor de Ja vida de los santos y mArtires, frente a los «mfsticos» orientales—; en la Ilustracion y el progreso; en la ra: indoaria... encontraremos a Europa m: e Europa seria un resultado a partir nomicas -el euro...-; 0 politicas Los hilos de la cultura occidental 4Cudles son esos elementos que hay que tener en cuenta para analizar la posi- bilidad misma de una identidad europea? En vez de rafces, prefiero hablar de hilos de la trama, dentro del modelo comentado més arriba: continuo heterogé- neo, no compacto, porque Europa, mds que un arbol, es un todo construido con materiales de muy diferente procedencia, que forman un tejido heterogéneo a modo de collage y en el que hay muchos desgarros, anudamientos, vacios, etcé- tera. Pero no pretendo multiplicar los Ailos, a la manera de la historia cultura- lista, sino reducirlos al maximo. En otra ocasién,!2 hablé de tres hilos basicos que conforman la trama europea: el Logos heleno; el Sujeto moral/responsable hebreo y el Guerrero Cristiano, que hay que conjugar con sus reversos: la Irra- cionalidad, el Nihilismo y el Amor. Ahora hay que continuar y afiadir el cuarto hilo de la modernidad, por mediacién del capitalismo: la TecnoCiencia y de su reverso, la Inteligibilidad.103 _Las relaciones cruzadas entre los diferentes hilos se pueden ejemplificar en multiples figuras. Por ejemplo, en el intento de subordinar el agente moral en re- lacién con Yahvé/Dios a los principios de la metafisica (el noesis noeseos de 101 toro divin rapt a Europa, hija de none at iing ono Europ, ia del ey Ager yhemana de Camo, ix y Fénis.Agenor emia st que consiruya una ciudad, Tebas. Ota versin cuenta que Cadi mening perience varias ciudades, etcétera. ersigue el rastro de Europa construy 102 Pérez Herranz, F. M., «El tercer hilo de la trama: E] jote», Res Publica. Revi fang trama: El guerrero cristiano medieval contemy desde El Qui- ere eat 200 72 Lon sn nme tianismo, ni el Guerrero, ni la Tecnociencia admiten discusidn, sino haga non: Ni el Logos, ni el Judeo-ct el Crucificado y Dionisos. ‘usi6n, sino «lucha a muerte», como lo vio Nietzsche entre 103 Los hilos pueden percibirse tanto por el derecho como ca conftontacion por opuesos, ala manera de Morin cuando a Slain la opresionetstera, Morn, Ear: Pensar Europa or el revés o reverso. Es algo diferente a la clisi- ice que Europa es el derecho y la fuerza, la demo- iedisa, Barcelona, 2003, Europa: «Navigare necesse est, vivere non necessep 61 Logos/Irracionalidad (Universalidad): El logos comtin (Sunén esti pasi t60 phronéein, El pensamiento es comin a todos, Heréclito, 113 DK), aun siendo nico, se despliega en miiltiples figuras a las que dota de sentido: la ciencia, el arte médico, el «cuidado del alma»... La propia esencia del hombre, que ccin- cide con su psyché, se encuentra regida por el logos. El logos va mis alld de la realidad, las Ideas exceden a la realidad, ala que categorizan (cortan y separan) segiin sus articulaciones naturales (Platén, Fedro, 265d), pero sin ellas no es posi- ble disponerse a tal labor (la segunda navegacién del Fed6n, 99d). El Irraciona- lismo, su reverso, se negara a cualquier tipo de categorizacién. La herencia hele- nistica es ampliamente reconocida y el texto obligado de referencia es la Paideia de W. Jaeger.105 Sujeto moral-responsable'/Nihilismo (Singularidad, acontecimiento...): Si el logos atraviesa la realidad, a la que categoriza e idealiza (Ideas filosdficas), la accién de los hombres humaniza a esa misma realidad, que ya no puede dejar como esta, sino que queda transformada por su actividad. Este decisivo contex- to lo ha incorporado la religion de Israel o Alianza con Yahvé, que significa: de- sacralizacién de la naturaleza; eliminacién del rey como intermediario entre la naturaleza y el hombre; relacién de la conciencia del hombre con Dios y el amor infinito; constitucién del hombre como Adan, sefior del universo y capaz de racio- nalizar las cosas que ocurren en el mundo...!97 La accién del hombre no es un adorno que se sobreafiade al mundo, sino parte consustancial de la realidad. Pa configura asf el sujeto/agente del pecado y del arrepentimiento, dela conciencia moral y de la responsabilidad. En una agudisima observacién de Ortega: Y esta concepcién de la vida como dedicacién de si misma aalgo, ee simplemente como uso discreto de algo que nos hubiesen regalado y dade 38 eth tiene un reverso: que entonces la vida es en su propia esencia responsa ' Bueno, Gustavo, El animal dvino, Pentalfa, Oviedo, 1996. p- 305 195 Jaeger, Werner, Paideia: los ideales de la cultura griega. op. cit. jdentificarse con la reign. 186 Diterente dels suelo ‘moral/costumbre. El sujeto responsable no tiene or qu deni icon ao Denia pare de ato moral on yocvament, Heidege coo erences 690 ‘pit in eligi a posiilida de religin. Derrida, Jags mo, anthropos, atelon 200 107 Cohen, Hermann, La religién de la razén desde las fuentes del juc Me 62 FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ misma, {Quién sino el cristianismo ha hecho este descubrimiento de la vida como con- sistiendo en responsabilidad 10S La universalidad de la ética surge de la singularidad del sacrificio y de la re- dencién: «Ya no hay més judfo ni griego, ni esclavo ni libre, varén y hembra, pues todos vosotros hacéis todos uno, mediante el Mesias Jestis» (San Pablo, Gélatas, 3, 28). El Nihilismo -reverso de la responsabilidad— negara todo senti- do ala accién del hombre en el mundo. La referencia a la herencia judeo-cristia- na es ampliamente aceptada. Incluso se vincula el cristianismo protestante al capitalismo en la cldsica obra de Max Weber, La ética protestante y el espiritu del capitalismo.'” Una referencia muy s6lida sobre esta posicién es la de J. G. Reale.110 Guerrero o Caballero cristiano/Amor (Particularidad): Mas, a pesar de estos hilos tan poderosos por su universalidad -el Logos y la disolucién de los parti cularismos-~ y singularidad -sacrifico y redencién-, Europa es un continuo campo de guerra civil (stasis). Por qué esta violencia? Europa no es s6lo ciencia y filo- sofia, técnicas y comunicaciones; reptiblica y derecho romano; mercaderes re- nacentistas o burgueses... Marfa Zambrano sugiere que esa violencia procede del cristianismo, de ese Dios activo y violento, a cuya adoracién Europa se lanz6 con furia.!"! Pero si se materializa la tesis, el combate por Dios es el combate que se produce en el choque entre lo que queda de Roma y los pueblos birba- ros del limes, cada uno de los cuales pretenderé hacerse con el monopolio del Dios cristiano: visigodos, suevos, alanos, vandalos, francos, anglos, sajones, ostrogodos, longobardos, normandos. ..en aquellos «siglos decisivos» en esplén- dida férmula de Oakley.!!? El guerrero cristiano lucha por reemplazar al impe- rio romano y los distintos principes barbaros cristianizados se enzarzan en un conflicto sin fin con el anhelo de ver quién es el vencedor y poder ser reconoci- do y coronado en Roma: los Capeto, los Staufen, los Habsburgo...!!3 Poco a poco Ee ci tit pes tse peru Mantes eee nifica fundamentalmente la paz entre los cris eer eae eae istianos, condicién absoluta para 108 Ortega y Gasset, José, 0. C., Vp. 155. 109 Una panorémica reciente citada : a en la obra ya citada de R. Mate y J. A. Zamora (eds. No Reale, J. G., Raicesculturales yespirituales de Europa, Het ae rico, Historta dela idea de Europa, ders, Madi, 1992. 7" w*" Barcelona, 2005, También Chaba Fe 111 Zambrano, Maria, La agonia de Europa, op. cit, pp. 28,y ss, 112 Oakley, Francis: Las siglos decisivos. La experiencia medieval, Ais ; 11 Eley franco ert dee hora eda de Navidad en tormo al sho SOD| et eae de Oxek tio, jstamente aibuido a Clodoveo, presigia el protagonismo qus bier oh eee ee ee re tvlaiana oceidental: Francia serta la “hija primogénita” de la Iglesian, Orlnaiog tne ee ee Tianas, Rialp, Madrid, 2004, p. 70. Los dems principes y reyes aspirarin a ese ttl oa ysus races evi al rey franco. jo.con la misma legitimidad q¥e Nuevas teologias politi- Europa: «Navigare necesse est, vivere non necesse» 63 el éxito de las Cruzadas: Pierre Du Bois, Petrarca 0 Erasmo, que escribe: «Si el amor reciproco no es capaz de unirlos, que al menos se unan contra el enemigo comtin» (Querela pacis, LVI, 1515); «Después, si esto se consigue, ataquemos alos turcos» (Principis Crhistiani, 1515). Juan Luis Vives (De Europae dissi- diis et bello Turcico, 1526) y Andrés Laguna (Europa eautentimoroumene, 0 «la Europa que se atormenta a sf misma», 1542-1543) apelan a la cruzada contra el turco y a la uni6n europea; y Leibniz propone atacar a Egipto para unir a toda la cristiandad europea. Tecnociencia/Inteligibilidad (globalidad): A estos tres hilos hay que incorpo- rar un cuarto que no puede ser otro que el procedente de la revoluci6n industrial, la Tecnociencia: «Saber es poder»!' cuyo reverso es «Saber es comprender» (theoria = ver).!'5 Toulmin dice que el siglo XVII se enfrenta al Renacimiento por la inclinacién al conocimiento cientifico en lugar de las lettere humaniores. La vuelta al Renacimiento y sus ideales serfa, a su juicio, lo que permitiria man- tener la esperanza de la humanidad. Es una idea que intuye ya Rousseau en su critica a la civilizacién, y que cristaliza con el Fausto de Goethe; se va desple- gando a lo largo del siglo XIX; explota en la segunda guerra mundial; y se man- tiene hasta nuestros dfas envuelta en la produccién de cachivaches para el hi- perconsumo,!!6 como utopia de los medios.!!7 El propio Ortega al inicio de su carrera considera que Europa es ciencia: Europa, sefiores, es ciencia antes que nada: jamigos de mi tiempo, estudiad! Europa es también sensibilidad moral, pero no de la vieja moral subjetiva, de la moral cristiana ~acaso mas bien jesutica— de las intenciones, sino de esta otra moral de la acciGn, menos mistica, mas precisa, més clara, que antepone las virtudes politicas a las personales por- que ha aprendido —;Europa es ciencia!— que es mas fecundo mejorar la ciudad que el individuo.1!8 La Tecnociencia como Idea difiere de las ciencias como construcciones de campos limitados: fisica, quimica..., pues desborda la propia época respecto de la naturaleza (devastacién de los recursos naturales), del hombre (arsenal bélico) y de los valores (positivismo y reduccionismo)... Una idea que encon- tr6 su limite en la Reptiblica de Weimar, si hacemos caso a Sloterdijk: 14 Sloterdijk, Peter, Critica de la Razén Cinica, Siruela, Madrid, 2003. 415 La Inteligibilidad es defendida con mucha pasidn por Victor Gomez Pin; véase su reciente Filosoffa.Inte- "rogaciones que a todos conciernen, Espasa, Madrid, 2008. También, Espinoza, Miguel, Théorie de | ‘intelligibili- 46 Toulouse, 1994, "6 Lipovetsky, Gilles, La era del vacio, Anagrama, Barcelona, 1998. "7 Lepenies, Wolf, ;Qué es un intelectual europeo?, op. cit p- 37. "8 Ortega y Gasset, José, 0. C., X, p. 118. FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANZ, sencade Weimar pertnece a Tos Fendmenos hstricos &n los qUe mejor se puede La Repiiblica de We er pagada la modemizaci6n de una sociedad, En un proceso de estudiar eémo pretend 501 Menormes adquisiciones técnicas a costa de un malestar ere trueque en e ue se odes civilizatorias a cambio del sentimiento del absurdo, cet ey sea tara ee disparan a lo alto pero entre el sol y la sombra sigue la pre- igantesas empre +) ,Qué me importa a mf esto?! gunta: y esto zpara qué? 4 Qué me import La Tecnociencia como promesa de soluci6n de todos los problemas: acabaré con las enfermedades, con la pobreza, con el hambre... Su rome, el hombre cyborg, el homo prétesis. La tesis de Heidegger sobre la Técnica como «reali- zacion de la metaffsica», como violencia ejercida hacia la naturaleza, a la que obliga a parir sus secretos por medio de la raz6n calculadora y con el fin de hacer- se duefia y sefiora. Poseer la naturaleza sin hacerla inteligible es el resultado de la unién del Capital y la Industria, es decir, de la esencia de la Técnica. Incluso un historiador como D. Gerhard que defiende la continuidad de la Vieja Historia rechazando las categorfas de Edad Media y Renacimiento, afir- ma, sin embargo, que «la supervivencia del “mundo cientffico-tecnolégico” se ha convertido en una preocupacién de orden mayor, que ha de ser investigada en sus premisas bdsicas. Bien pudiera ser que hubiera comenzado una nueva épo- ca»,120 E] desarrollo de la tecnologia ha puesto en manos del hombre un nuevo poder, cualitativamente diferente -el poder tecnolégico-, que eleva el nivel de responsabilidad a niveles desconocidos. La revolucién tecnolégica tiene efec- tos. Y no sdlo la politica; la propia ciencia habria ayudado a la Tecnociencia a su consolidacién. Con la interpretacién de Copenhague, la ciencia ha derivado hacia la tecnologia, se conforma con predicciones y renuncia a la inteligibilidad. Seni las redes de la técnica y de la prediccién. «Al contentar- Sultados de observaciones, se rechaza el conocimiento, y es° esel fin de toda ciencia teérica en el sentido usual».'21 Este cuarto hilo se une al tercero precisamente en la guerra: Claro que mandaban ¢jércitos muy dependientes del trasporte por ferrocartil y dotados de : : i Fi ove Pero esto no impedia que siguieran considerando: romantica ‘Po a cuerpo —de ahi la bayoneta~ y las cargas de caballeria. Ademés. 2 istica del ataque frontal era : wade ra. coherente con la as, la s se seguian siendo caracteristicas 'e con las espadas, las espuelas y los caballos. 4 multitudes, 0 quiz4 debido py '9 Sloterdijk, Peter, Critica de l y » Peter, Critica de la Raz "20 Gethard, Dietrich, La Vieja Europa Madrid, 1991, p. 169, 21 Yourgrau, Palle, Un mundo sin 1 , Palle, Un mundo sin tiempo, 12 Mayen Aro. La perience a iia, op. ci p 555 a ‘crores de continuidad en ta historia europea (1000-1800) A¥=™ Sauets. Barcelona, 2007, p, 180, gimen, Alianza, Madrid, 1984, p. 278. Europa: «Navigare necesse est, vivere non ne sen 65 Estariamos en un momento en el que una nueva Idea se estarfa con-forman- do, otra Idea que atravesarfa el mundo y pondrfa.a prueba a los intelectuales euro- peos convocados para lograr la coherencia de la Tecnociencia en el tridngulo for- mado por Atenas, Jerusalén y Roma. o Materia y forma (estabilidad estructural) Estos ocho hilos pertenecen a un todo, el todo que Ilamamos Europa. Pueden considerarse entonces como sus partes formales y materiales. El problema es que las cuatro Ideas que hemos destacado (con sus reversos) Logos, Respon- sabilidad, Guerrero y Tecnociencia- son considerados en muchas ocasiones como si fuesen formas. Unas formas que, ademis, hay que exportar al resto del mundo. Ortega sefialaba que Europa deberia seguir mandando en el mundo, porque, si no lo hiciera, caerfa en «la inercia moral, en la esterilidad intelectual y en la bar- barie omnimoda»; pero ademas, nadie podria reemplazarla: No importarfa que Europa dejase de mandar si hubiera alguien capaz de sustituirla, Pero no hay sombra de tal. Nueva York y Moscii no son nada nuevo con respecto a Europa. Son uno y otro dos parcelas del mandamiento europeo que, al disociarse del resto, han perdido su sentido. En rigor, da grima hablar de Nueva York y de Mosct.!23 Pero ya Aristételes nos habfa puesto sobre aviso: No hay formas aisladas, independientes, puras (contra Platén), y afirma el postulado de materia-forma relativa. Al descartar una materia y una forma absolutas, la solucién que ofrece Aristételes es la siguiente: Lo que es material respecto de alguna forma puede ser formal respecto de otros contenidos; no hay una delimitacién tajante: Ademés, la materia es algo relativo, pues para una forma se requiere una materia, y para otra forma, otra materia. (Fisica, 2, 194b 8-9). Arist6teles ha explicado que no hay un mecanismo bruto (el médico puede curarse a si mismo no en cuanto enfermo sino en cuanto médico). Y como las Partes formales pueden ser a su vez partes materiales de otras estructuras mas complejas, la conjugacién de partes materiales y partes formales hacen que el mundo sea tan rico y variado. Pues ni las formas ni las materias estan separadas, Yel orden del cosmos se sustenta en que las formas 0 potencias inferiores sirven de materia para los grados superiores.'%4 Asi que habra dos posiciones radicales. 12 Onega y Gasset, José, 0. CIV, pp. 239-240. ‘Véase, por ejemplo, Moreau, Joseph, Aristételes y su escuela, AristGteles cierra, sin embargo, el camino hacia el evolucionismo y no ad Motes desde las inferiores al considerar a los individuos en tanto que sustanc EUDEBA, Buenos Aires, 1972, p. 110. ite la emergencia de las formas supe- jas y hacer que potencia y acto se iden- 66 FERNANDO MIGUEL FERED Hee 65 considera a Europa pura forma y aquella que cons: Y otras dos que conjugan Ja materia y Ja forma, om: que con sentidos diferentes: quienes buscan principios formales, aunque co debilitados, como la ex pansion universal de los derechos humanos 0 inclinacig. nes ecoldgicas, eteétera; y quienes consideran que Europa sélo puede ofrecer una materia a otras formas para que, en todo caso, puedan ser fertilizades, De manera que se obtienen estas cuatro pos! bilidades: Por una parte, aquella que dera a Europa pura materia. ura: la Europa imperial. 3 Deere alaM He ja: Ea defensora de los Derechos Hurnanos, de la acogida a los inmigrantes, propulsora de ONGs... C. Materia pura: la Europa parque de atracciones o museo del planeta. D. De la Materia a la Forma: la Europa singular de la ciencia y el habeas cor- pus. Posibilidad A (Forma pura). El puro imperialismo de la voluntad de poder en sus multiples perspectivas: el deseo; la forma de la RazOn; la eliminacién del desorden de acuerdo con los planes de Dios...!°5 Gonzague de Reynold resume a Gil de Septilveda, Condorcet y Hegel: «Europa es el continente que debe pro- yectarse fuera de sf mismo, es el de la expansion y la conquista. el descubrimiex- to y la colonizaci6n. Europa ha nacido imperial. Ha sido creada para ser él globo».!26 Pero el primer intento real, el de Carlos V, es derrotado por los nacio- nalismos salidos de la Reforma. Los intentos anteriores no dejaban de ser mas bien imaginarios: Carlomagno y Beda el Venerable; Ot6n II 0 Federico II. Los imperios que nos sirven de referencia son los imperios coloniales del siglo XX que, junto al imperio soviético, han fracasado estrepitosamente. El tiltimo enss- yo, el Ped norteamericano, no parece caminar tampoco por una segu- ra senda... Posibilidad B (Forma-materia). Posicin debilitada de A 0 suavizaci6n é 2 voluntad de poder, mediante una vuelta al Renacimiento y ala Tlustracién y sus ideales que, a juicio de Toulmin, permitirfa mantener la esperanza de la hum nidad: la universalizaci6n del ecologismo o de los Derechos Humanos: la defes- tifiquen en tltima instancia: «Pero, como se ha dich potencia y esto en acto» [entendiendo, como observa el sino materia pré S anterior genere a partir de te 52) otro del cul procede el esperma. Metfvica, 10734 36°37, Estee In oe ore ae wate teamiento filoséfico le desborda a él mismo. Una concepein ningan de difere Ch. S. PRS See que continian de diferentes modes Ch- 125 Calvino, Jean, Comentario sobre la epistol ticanisr oS ened Poise thet ioe ‘@ epistola a los romanos. Cft. Rivera, Antonio, Republi “ 126 De Reynold, G., Formacién de Europa, 8 vols. Cr. en Rougemont, op. cit., p. 51. Bumpa: «Navigate necesse ext, vivorg HON NeCOMNEs 67 del derecho de acopida, de sanidad ode edueneidn para lox inmigrantes, eteé- tera, Europa como centro de rellexisn, R, Gundinicann que la tarea de Europa tendria como objetive ef serviclo mis (ue li attoridad 0 dominio sobe- rano.!27 Habermas apuesta por una Huropa que avance en ln creacién de un orden cosmopolita basado en ef derecho internacional, que ha de ser defendido frente a planes alternatives cuyas propiedades serfan: secularizacién, dialéctica de la itustacisn, estado del bienestar, tolerancia social; su forma fal habrfa de aspi- rar aun cosmopolitismo de cuio Kantiano, una federacién de estados naciona- les libres dotados de una constitueién republicana.!% Slotert jk también propo- ne buscar las «formas de vida que digniliquen al hombre como un reapa de aspirar radicalmente a lo grande Y mits ricon; Kuropa o fa revuelta contr Ja mise- ria humana, y 10s europeos, rebeldes contra la miseria, pues no es propio del hombre europeo la condicién de pobre, deshe: edado 0 abandonado... Pos’ nes que no dejan de aparecer como un curocentrismo melifluo, aterciopelado... Posibilidad C (Materia pura), Como decta Julius Kaerst sobre | ga, el éxito de Europa —tanto de su ja polis grie- acionalidad como de su irracionalidad (par- tes de lo mismo)- ha de interferir en los demés, en los extracuropeos, incluso en los europeos que rechazan ese éxito, al hacerse universal, mundial, global... Y, por tanto, Europ: de pagar un precio: convertirse en materia, como se con- Virtié el helenismo para Roma y cuyo simbolo podria ser el Polibio esclave y educador de Escipién. La voluntad de poder quedarfa trocada asf en tolerancia multicultural. Pero el obstéculo que se ha de salv: ha involucrado al mundo: res la barbarie europea, que ‘Todo es 0 fue Europa. Y esta realidad colosal ha quedado definitivamente liquidada en treinta afios, en el curso de dos guerras, al término de las cuales no queda de nada de su potencia dominadora del mundo, Con sus propias fuerzas se ha destruido a sf misma, Naturalmente, en este proceso involucré al mundo entero, de la misma manera en que antes se habfa apropiado materialmente de é1.!29 Siel éxito significé un mundo convertido en materia para Europa, desde que los ejércitos norteamericano y soviético se lanzan en aquella carrera competiti- Va para llegar y entrar los primeros en Berlin en la primavera de 1945, Europa deja de ser forma y comienza a servir de materia para los otros, para otras civi- Ii iones que se van poniendo en ruta: la Norteamérica que ayuda a derrotar al Smo; la Rusia de la descompuesta Unién Soviética; la China renacida; la ca musulmana y subsahariana, aun desconcertadas; las Américas central y —— na, Afri z, Guardini, Romano, «Europa: realidad y tarea», Obras, 1, Cristiandad, Madrid, 1981, oP. ‘ bn. ne Perpetug rr 8 Pretendida bondad del cosmopolitismo kantiano, Iéase el provechoso Duque, Félix, ¢ 12) 9 eLterrorismo perpetuo?, Cireulo de Bellas Aes, Madrid, 2006 ‘Motka, Jan, Plauén y Europa, Peninsula, Barcelona, 1991, pp. 15-16. FERNANDO MIGUEL PEREZ HERRANz, 68 Europa empieza a ser materia/naty- raleza para los otros... O; quizé, el convertirse en un a one como auguré tl anterior presidente chino Jiang Zemin (y el actual Pr si jente Hu Jintao, su sucesor desde el 15 de marzo de 2003, es «un hombre de Jiang Zemin»), quien, en una visita en los ltimos meses de su mandato a Estadc Unidos, «dej6 boqui biertos a jefes de Estado y de Gobierno» —dice un cronista del momento-cuan- do dibujé el mundo del siglo XXI de esta manera: del Sur, que pretenden hacer su propia Europa dijo, serdel gran parque de ocio y museos del planeta; Estados Unidos la reser. ear cptieny tecnoldgica y China la gran fabrica de Ia humanidad, Mas, al dejar de ser forma y convertirse en materia, Europa empieza a ser uti- lizada por los nuevos imperios que no se interesan por nuestras —a sus ojos— pequefias cuestiones: derechos subjetivos (Ilustracién), democracia de militares (Antigua Grecia), de propietarios (burgueses) 0 de trabajadores (socialismo); saberes compartidos en la escuela... Otro mundo es posible, sf, pero ya no diri- gido ni organizado por los valores europeos."?° Posibilidad D (materia-forma). Posicién debilitada de C. Si unicamente puede universalizarse aquello que se comparte con los Otros, y no se tiene ni el poder ni la conviccién de ser forma, Europa s6lo puede contribuir con su materia, que seré in-formada en otros moldes, en odres ajenos. Los universales irreducibles a la particularidad europea, porque ellos mismos la desbordan se- rfan, segtin mi propuesta, el cuerpo, nicleo de la ética, que se desdobla en edu- caci6n (critica racional) y trabajo (a escala corpérea)!3! y, que ya fue acosado por la Shoah. ¥ las verdades cientificas, que se desbordan por la via tecnol6gi- ca, y que han pretendido convertirse en criterio tinico de la decisién humana." Lo que en otras ocasiones he llamado sabiduria de Occidente: la sabidurfa que ae 'a disciplina personal y subjetiva de cufio platénico recortada # i perSteay aan céleulo, el mecanismo l6gico de la prueba de rafz aristo- Gio'va para cise eas ciencias. Una sabiduria cuyo modelo quedara asocia- intermediarios de Saas y que han sabido ejercer los profesionales rroe (ive nites), aif Seo . decir, aquellos hombres 5 "ae nuadores de Tima», profesores, tesla” a 130 Véase, por ejemplo, Santos, Bo: ta pease pr emp, Santo, B a ae ouse: El mileniohuérfano, Twots, Madrid, 200° yes. como inca Mate, Reyes, La here del ove a imiento dl inivido ings Ye a , La herencia del olvido, Errat I a oaapaet ua Weber el steaajon es un concept en pralel alcristianinnr eee eae are Cee to. Chr. Le Goff, op. cit. p. 34 no; recusrdese el Ora et labora de Ia reel Je 132 Remito a Pérez Herranz, R.M., «;Qué es la ci iencia?», en Filosofia, Bikasta, Oviedo, 2004 Europa: «Navigare neces: © En consecuencia: Si ya Europa es materia, no se trata ni de demorar ni de ace- lerar las naves (véase el parégrafo primero), sino de aprender a navegar. En un mar en el que navegan otras muchas flotas, naves en solitario y aun barcos a la deriva, todos habrin de recordar el principio ontolégico del ins comunicationis. Y dentro de la nave, tampoco se podré determinar todo con leyes, pues, como sabia Spinoza, «provocard mis bien los vicios [que] los corregiraé. Lo que no puede ser prohibido, es necesario permitirlo, aunque algunas veces se siga de ahi algtin dafio».!53 Navegar es investigar, comprender y transformar el mundo que tocan las naves con ciencias y prudencia: «No serfa mucho mAs titil reprimir la ira y el furor del vulgo, que dictar leyes intitiles, que no pueden ser violadas, sino por quienes aman las virtudes y las artes, y que encerrar al Estado en limites tan angostos, que no pueda soportar a los hombres sinceros?». Y menos atin, desde luego, arrojar los cuerpos por la borda: «Porque ,puede concebirse mal mayor para el estado, que enviar como improbos al exilio a varones honestos, porque tienen otras ideas y no saben disimularlas?».134 a 167 lianza, Madrid, 1986, XX, 3 Spinoza, Baruch, Tratado teolégico-politico, edicién de Atilano Dominguez, Alianza, Madrid, 414, 1 Ibidem, p. 416.

You might also like