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“Aho de las cumbres mundiales en el Pert” UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES Facultad de Derecho y Ciencias Politicas Escuela de Post Grado DOCTORADO EN DERECHO 11 CICLO TRABAJO DE INVESTIGACION II Docente Dr. Leysser Leén Hilario Doctorando Johann Macedo Aula 101 Diciembre - 2008 RESPONSABILIDAD CIVIL POR DANOS CAUSADOS POR ANIMALES INDICE Introduccion 6 Capitulo I: ‘Acerca de los dafios causados por animales 8 1.1. Los animales frente al derecho 8 1,2. Referencias histéricas acerca de su reglamentacion 12 1.3, La necesidad de una adecuada regulacién 16 Capitulo It Breve anilisis del articulo 1979 del cédigo civil peruano 20 2.1, Cardcter objetivo de la responsabilidad por dafios causados por animales 20 2.2. EI sujeto responsable 24 2.3. Situaciones eximentes de responsabilidad 28 Capitulo II Normatividad del cédigo civil espaiiol y sus aportes jurisprudenciales 32 3.1, Sumaria comparacién de las disposiciones contenidas en los articulos 1979 del Cédigo Civil peruano y 1908 del espafiol 32 3.2. Referencias Jurisprudenciales del Tribunal Supremo Espafiol 38 Conclusiones 45 liografia 48 Anexo I: Sentencia del 12 de abril de 2000 Anexo II: Sentencia del 12 de mayo de 2004 Anexo III: Sentencia del 12 de julio de 2007 Anexo IV: Sentencia del 20 de diciembre de 2007 Anexo V: Sentencia del 29 de mayo de 2003, Anexo VI: Sentencia del 31 de diciembre de 1992 51 54 57 61 66 70 INTRODUCCION Seguro que a todos nos ha pasado en mas de una oportunidad que, al desplazarnos tranquilamente por alguna de las calles de nuestra ciudad, nos hemos topado por el camino con un perro de gran tamafio o quizé pequefio, sea porque se encontraba detenido fuera de su hogar, transitando al lado de su amo 6 deambulando libremente. Con certeza, por lo menos en una de esas ocasiones, aiguno de nosotros ha optado por apartarse de la ruta del can, sobre todo si éste era de alguna raza reconocida por ser aitamente peligrosa 6 porque tenia quizd un aspecto poco agradable, pensando que quizé, sin motivo aparente, podria llegar a agredirnos y que los dafios que nos pudiera causar serian posiblemente considerables, debido a que en la actualidad han sido frecuentes las noticias acerca de los ataques producidos por estos animales, los que han llegado a causar incluso la muerte de algunas personas. Las personas que alguna vez hemos tenido la mala suerte de ser mordidos por un perro, instantes después de haber cesado el ataque, nos viene a la mente como primer interrogante: “équién responderé por los dafios causados?”. Es por ello que nace el interés de abordar el tema de la responsabilidad civil que genera los dafios causados por animales, puesto que no séio los perros pueden provocar lesiones, sino también muchos otros animales que han sido domesticados por e! hombre y que actualmente viven en comunién con él, bajo la denominacién de “mascotas”, pensemos sino en los gatos, monos, lagartos, papagayos -por mencionar a los mas comunes-, que de una u otra forma podrian llegar a producirnos dafios personales, tanto a nuestra integridad fisica como a nuestros bienes. Nuestro Cédigo Civil trata dicho tema y brinda proteccién a las victimas de estos ataques, regulando las condiciones que deben existir para determinar la responsabilidad de! duefio 0 custodio de! animal agresor, asi como las circunstancias que pueden exonerarlo de su obligacién resarcitoria. Asimismo, cabe sefialar que con relacién a los perros, existe una ley que regula -entre otros aspectos-, la responsabilidad civil que deriva de los dafios que pudieran causar sus agresiones, determinando especificamente -a nivel administrativo- las sanciones para el animal y para su duefio. De otro lado, debido a que nuestra normatividad recibe la influencia de otras culturas, he considerado pertinente presentar este trabajo, desarrollando brevemente algunos de los antecedentes histéricos que existen acerca del tema, para luego analizar los aspectos mas importantes que concentra el Cédigo Civil peruano y asi, observar cémo es que estd reguiado actualmente en nuestra sociedad, efectuando después una sumaria comparacién con ios dispositivos del Cédigo Civil espafiol y, por Ultimo, examinar algunas sentencias emitidas por el Tribunal Supremo espafiol, a fin de obtener de ellas mayores aportes. Esperando que el presente trabajo encuentre aceptacién y despierte el interés en las personas que tengan a bien revisarlo, queda con ustedes esta modesta investigacién, realizada durante los dos primeros ciclos de mis estudios de Doctorado en Derecho en la Universidad de San Martin de Porres. El doctorando. Capitulo I ACERCA DE LOS DANOS CAUSADOS POR ANIMALES 1.1, Los animales frente al derecho Los animales, desde un punto de vista juridico, son objeto de derecho, puesto que tienen la naturaleza de bienes muebles, y dentro de éstos, en cuanto que tienen vida y autonomia propia, son semovientes’, Siendo seres animados, los animales tienen ia posibilidad de producir daflos pos si mismos, es por ello que las legislaciones a nivel mundial han fijado reglas para dirigir la imputacién de tales perjuicios a un sujeto determinado (sujeto responsable), siendo que algunos paises — con relacién al mismo tema- difieren en ciertos aspectos, como por ejemplo, en lo que concierne a la persona o personas que han de asumir la responsabilidad por los dajios, el tipo de animales por los que se ha de responder, los supuestos eximentes de tal responsabilidad, entre otros, particularidades que se encuentran determinadas por su propia historia y realidad social. Al respecto, nuestro Cédigo Civil dedica un apartado al tema: el articulo 1979; asimismo, es preciso destacar que el Peru cuenta con Leyes especiales como la Ley de Proteccién a los Animales Domésticos y a los Animales Silvestres mantenidos en cautiverio (Ley N° 27265) y la Ley que regula el Régimen Juridico de Canes (Ley N° 27596) y, su Reglamento (Decreto Supremo N° 006-2002-SA), siendo que cada entidad edil a nivel nacional, se encarga de dictar sus propias normas reglamentarias, basdndose en las disposiciones contenidas en las leyes antes mencionadas. 1 Conforme @ la definicién que nos brinda el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espafiole, la palabra semoviente proviene del latin se movens, -entis, "que se mueve a si mismo 0’ por si*, sefiaiando ademés que son blenes semovientes, los ganados de cualquier especie, como mulas, vacas, ovejas, etc, (hitp://www.rae.es). 8 De otro lado, no obstante la proteccién dispensada por nuestras leyes a los animales, no se puede decir que desde un punto de vista juridico ellos tengan capacidad juridica o sean titulares de derechos subjetivos, si bien no faltan autores que han reclamado un cierto status juridico para jos animales. Asi, por ejemplo, Richard Epstein sefiala que “Muchos autores, dentro de los cuales destacan Steven Wise* y Gary Francione®, defienden la posicién que sostiene que los animales deben ser considerados como sujetos de derecho”. Al respecto, cabe mencionar que con fecha quince de octubre de mil novecientos setenta y ocho fue prociamada la Declaracién Universal de los derechos de los animales, la misma que fuera aprobada por la Organizacién de las Naciones Unidas para la Educacién, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y posteriormente por la Organizacién de las Naciones Unidas (ONU). Ahora bien, dentro de las concepciones tradicionales de! Derecho, ios animales tipicamente han sido considerados como objetos de derecho, atribuidos @ sus propietarios y no como titulares de derechos exigibles frente a los seres humanos. Sin embargo, incluso como objetos de derecho, histéricamente los animales han ocupado un lugar importante dentro de las relaciones sociales, ya que desde tiempos antiguos fueron 2 jurista norteamericano que en su libro Drawing the Line: Science and the Case for Animal Rights, propone que se ies deberian dar derechos legales 2 algunes especies animales, sefalendo en su obra lo siguiente:"No veo una gran diferencia entre un chimpaneé y mi hijo de cuatro afios y medio" (http://www.bocmundo.com). Profesor de Derecho en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey. En su obra Animals, Property, and the Law, manifesta: °(..) tratamos a los animales no humanos de une manera que serla considerace tortura si los humanos la sufrieran” (http:/es. wikipedia.org) * EDSTEIN, Richard A. “Los animales como objetos o sujetos de derecho", En: Advocatus, N° 8, uma: Viza $.A., 2003, p. 81. 9 considerados como una fuente mucho mas importante de riqueza, distinta a la que representan hoy en dia. Los animales como objetos son considerados bienes que, como ya se ha mencionado, poseen un valor econémico positive y, como tales, son parte importante en el seno de un sistema de derechos de propiedad. Antiguamente, todo animal era considerado res nullius, es decir, una cosa que no pertenecia a nadie. Sucede entonces que a diferencia de una res commune (como el aire o el agua), una res nullius podia formar parte de la propiedad privada de una persona mediante la aprehensi6n. Posteriormente, se presento la necesidad de establecer un mecanismo para transferir la propiedad de los animales; por ello, a falta de otro tipo de intercambio, el valor de cualquier animal estaba limitado por el valor de uso (0 de consumo) para su propietario. Una vez que se permite el intercambio, ambas partes podian obtener beneficios, cuando los animales eran vendidos, entregados o usados como garantia de préstamos. Le tradicién fue el modo habitual de transferencia empleado para el tréfico de las cosas (entre elias, los animaies), ya sea que hubieran derivado de una donacién o de una venta, sin embargo, mientras que la sola tradicién bastaba para transferir la propiedad de animales Pequefios o recién nacidos, para transferir animales mas valiosos solfa emplearse niveles més altos de formalidad, justamente debido a la importancia que ellos tenian en el desarrollo de las actividades diarias de sus duefios. 10 Los animales al servicio del hombre, eran por lo general fuente de trabajo en los campos, sin embargo ellos podian servir también como proteccién, compafiia e incluso y, sin lugar a dudas, como alimento, recibiendo una intensa proteccién de la ley, precisamente debido a sus miiltiples empleos. Paulatinamente, se fue descubriendo con mayor interés el valor que cada animal tenia para sus propietarios. La valoracién que cada persona le da a un animal, por ejemplo, a un perro, es distinta a la que podria darle otra en las mismas condiciones, puesto que esta estimacién se concibe en base a los propios sentimientos de su amo y la proyeccién hombre-animal que intrinsecamente existe, mas atin, si se tiene en cuenta que los canes -como asi otros animaies-, tienen emociones, las que pueden manifestar de formas diversas (ladrando, moviendo la cola, escondiéndose, etc.). Imaginar una sociedad antigua en la que los animales hubieran tenido derechos frente a los hombres, por el hecho de ser criaturas sensibles, es imaginar una sociedad en la que los seres humanos estarian preparados para ponerse en riesgo por el bien de criaturas irracionales, pero sensibles. Sin embargo, el hecho de considerar a los animales como objetos, no le da al hombre el derecho de utilizarlos en forma antojadize o sin emplear un juicio razonable acorde con sus necesidades, por ello, cada vez existe un mayor numero de organizaciones civiles que se dedican a protegerios y a promover campafias de concientizacién al respecto. ML 1.2, Referencias histéricas acerca de su reglamentacién En el Derecho romano, se establecié como regla que nadie podia causar dafio a otro, sea directamente o por medio de quien posee o custodia, por lo que el propietario de un animal, que obtiene los beneficios derivados de su condicién de tal, deberd soportar las consecuencias propias de sus vicios, defectos o dafios por éste causados. Jorge Peirano ha sefialado al respecto que: “Esta responsabilidad posee muy antigua trayectoria en la historia del derecho: ya el derecho romano, lo mismo que el antiguo derecho espafiol, y el antiguo derecho francés, se ocuparon del punto regulando de modo diverso Ia situacién de la victima’’. De otro lado, debemos tener presente que la antigua sociedad romana se articulé sobre tres grandes maximas de comportamiento social: 1) Vivir honestamente, 2) Dar a cada uno lo suyo; y, 3) No causar dafio a los demds. José Concepcién, al referirse al ultimo de los postulados, precisa que: “Esta tercera maxima alcanzé su proteccién a través de la “Lex Aquilia”. Esta norma tenia una finalided resarcitoria y el fundamento de la responsabilidad del causante del dafio era la culpa en cualquiera de sus grados, por cuanto en el derecho cidsico el fundamento de este resarcimiento estaba en el pecado y la subsiguiente coercién moral de reparar sus efectos” 5 PEIRANO FACIO, Jorge. Responsabilided extracontractual, Bogoté: Editorial Temis Limitada, 1979, p. 639. * CONCEPCION RODRIGUEZ, José Luis. Derecho de dafios. 2% Edicién, Barcelona: Editorial Bosch $.A., 1999, p, 125. 12 Por su parte, Alvaro D“ors complementa io expuesto por el anterior autor, manifestando que: “La Ley Aquilia suprimié el régimen de represin penal de algunos delitos tipificados por las XII Tablas, pero dejé subsistentes algunas acciones privadas referidas a la indemnizacién del dafio, como son (...) ii) la actio de pastu pecoris contra la immissio de ganado para pastar en fundo ajeno, y iil) la actio de pauperie, por los dafios espontaneamente causados por animales cuadriipedos, la cual sigue régimen noxal, en el sentido de que el propietario puede exonerarse de responsabilidad entregando el animal que causé el dafio””. Cabe tener presente, antes de continuar, la explicacién que realiza Juan Iglesias sobre el empleo del término actio. “La palabra actio es empleada por los romanos en un doble sentido: a) En sentido formal, esto es, como instrumento que abre puertas al proceso, Tratase de un acto de.las partes enderezado al logro de ia tutela Jurisdiccional, b) En sentido material, es decir, cual reclamacién de un derecho civil obligatorio, Actio se traduce aqui por lo que los modernos Ilamamos ‘pretensién””.* Tenemos entonces que el antiguo Derecho Romano contemplaba principaimente dos tipos de acciones que correspondian ser invocadas cuando se hubieran producido dafios a causa de actos propios de los animales: 1) la actio de pastu pecoris y, 2) el actio de pauperie. La actio de pastu pecoris, era empleada por el duefo del terreno en el que indebidamente pastaban animales que les eran ajenos. La indemnizacién se incrementaba al doble, en los casos en que se dejaba pastar a los animales en terrenos frecuentados por personas o que reflejasen una situacién de abandono por parte del duefio, puesto que 7 D'ORS, Alvaro, Derecho privado romano, 3" Edicién, Pamplona: Ediciones Universidad de Nevarra S.A., 1977, p. 421. © IGLESIAS, Juan. Derecho Romano: Instituciones de derecho privado. 7™ Edicién, Barcelone: Editorial Ariel S.A., 1982, pp. 17 - 18, 3 tal actitud denotaba una mayor negligencia por parte del duefio de los animales o de quien de ellos se sirve. De otro lado, con la expresién pauperie se denominaba al perjuicio causado por los esclavos 0 por un animal, que al carecer de razén, no podian provocar dafios por injuria. El fin de la actio de pauperie era obtener una reparacién, ya sea mediante la entrega del esciavo o el animal o de una indemnizacién por el perjuicio causado. Correlativamente, y desde la posicién del demandado, éste tenia la facultad de abandonar al agente causante del dafio en beneficio del perjudicado o pagarle una Indemnizacién. Al respecto, Olga Marlasca sefiala que: “La accién especifica para el caso de los dafios causados por animales cuadrupedos es la actio de pauperie"® Ciertamente, en una economia que carecia de fuentes de energia eléctrica 0 mecdnica, los animales de tiro no sdélo eran considerados como fuentes de alimento, sino también como bienes de capital, como la tierra y los esclavos. Sobre el particular, Leysser Leén aporta lo siguiente: “La solucién [que brindaba la actio de pauperie] no era para nada irrazonable, si se recuerda que le sociedad romana de aquel entonces estaba mayoritariamente compuesta por agricultores. Recibir como resarcimiento una bestia de carga o un buey, tenia un valor econémico apreciable. Quizés por ello, la sola entrega del cuerpo Gel animal, si ésta habia muerto después del evento no era considerada st lente. En este caso, el duefio tenia, ademés, que resarcir monetriamente al damnificado””. ° MARLASCA MARTINEZ, Olga. "La responsabilidad de fos defios causados por animales en las personas en los textos romanos y en cédigos medieveles espafioles”, En: Estudios de Deusto, Segunda época, Vol. 47/2 (Fasc. 103), Bilbao: Ediciones Mensajero, 2000, o. 127. ° LEON HILARIO, Leysser. La responsabilidad civil. Linas fundementales y nuevas perspectivas. 2% Edicién, Lima: Jurista Editores, 2007, p. 353. 14 Asimismo, en el Antiguo Testamento ya encontrdbamos directrices que regulaban los dafios causados por animales, como en el libro de Exodo, cap. 21, ver. 28 al 32, conforme se detaila a continuacién: (28) "Cuando un buey acornee a un hombre o a una mujer, y como consecuencia muera, el buey morird apedreado, y no se comeré su carne; pero su duefio sera absuelto. (29) Si el buey era corneador en el pasado y a su duefio se le habia advertido, pero no lo habla guardado, y mata aun hombre o a una mujer, el buey moriré apedreado; y también morird el duefio. (30) Si le es impuesta una muita, entonces daré en rescate de su vida cuanto le sea impuesto, (31) Si ha acomeado a un hijo o a una hija, se haré con él conforme a este mismo decreto. (32) Si el buey acornea a un esclavo o a una esclava, el duefio del buey dard 30 siclos de plata’? al duefio del esclavo; y el buey morird apedreado”™ Igualmente, el Cédigo de Hammurabi, contenia algunas normas referidas a los dafios provocados por animales. Por ejemplo: un buey furioso corned a un hombre, y éste murid, esta causa no trae reclamacién (Ley 250). Si el buey de un hombre atacaba con el cuerno, y el hombre conocia por ello su vicio, y no le hizo cortar los cuernos ni lo ha trabado, si el buey ataca con Jos cuernos a un hombre hijo de hombre libre y lo mata, daré media mina de plata (Ley 251). Si es un esclavo de hombre libre, pagaré un tercio de mina de plata” (Ley 252)""*. Se puede concluir afirmando que -de conformidad con los datos presentados- ha existido una regulacién permanente en el transcurso del tiempo que se ha de ado a normar este particular tipo de dafios, la misma que ha ido evolucionando a través de la historia, junto con el pensamiento y los nuevos descubrimientos hechos por el hombre. *°E| sicio © shekel era la monede oficial de la ley mosaica, era como 200 granos de cebada lo cual equivale a medie onza” (http:/iglesiabiblicabautista.org). "Unidad de peso utilizada entre babitonios, fenicios y judios. Moneda de plata usada en Israel” (http://www.rae.es). ? Bl texto ha sido extraido de la edici6n de La Sagrade Biblia, traducide de le vulgata latina al gpafiol por TORRES AMAT, Félix, Barcelona: Editorial Vision Libros S.L., 1983, p, 91. * Las leyes del Cédigo de Hammurabi se encuentran traducidas en texto completo en la siguiente direccién: http://es.wikisource.org, 15 1.3. La necesidad de una adecuada regulacién Habiamos indicado anteriormente que la capacidad de movimiento que Poseen los animales, sumada a su irracionalidad, hacen que ellos Puedan causar dafios, claro esté, uno mas que otros. Esta es la razon Por la que, no sdlo en ei Derecho moderno, sino también en el Derecho histérico, existan normas que se ocupan especificamente de este tema, sobre todo con la finalidad de establecer la responsabilidad que generan este tipo de dafios, El tema de la responsabilidad civil que deriva de estos casos y que histéricamente ha sido materia de preocupacién y regulacién por los Juristas, presenta en sus primitivas legislaciones disposiciones en las que como consecuencia de los dafios provocados por los animales, se les imputaba a éstos clerta responsabilidad. Asi, Olga Marlasca, mencionaba ai respecto que: “(..) [A] los animales se les consideraba enteramente lo mismo que a los hombres, sujetos a la organizacién social; se hacian merecedores de castigo siempre que pacieran ilicitamente; si luchando dos animales se hacian dafio uno de ellos, se hacia segdn esto merecedores de pena aquel que hubiese dado comienzo @ la lucha: cuando el animal fuera conducido por un hombre, solo a éste se le hacia responsable. De manera que el antiquisimo concepto de pauperies abarcaba el dafio causado por un animal en el cuerpo o en los bienes de alguna persona”. De otro lado, se infiere que la responsabilidad por los dafios causados por animales no es para nada novedosa, més atin, si consideramos que el hombre ha convivide con los animales desde su misma aparicién en la tierra, habiéndolos empleado como medios de subsistencia ** MOMMSEM, 7. Derecho penai Romano, citado por MARLASCA MARTINEZ, Olga. “La responsabilidad de los dafios causados por animales en las personas en los textos romanos y en cédigos medievales espafioles”, En: Estudios de Deusto, Segunda época, Vol. 47/2 (Fasc. 103), Bilbao: Ediciones Mensajero, 2000, p. 126, nota (10). 16 (alimentacion, vestimenta), como apoyo para su trabajo (transporte, tiro 0 carga), como medio de defensa (animales entrenados o naturalmente feroces) y, posteriormente, como compafiia (mascotas) y como esparcimiento (animales encerrados en zoolégicos y parques). Asi, Konrad Lorenz al intentar darnos una aproximacién de cémo es que el hombre conocié al animal que posteriormente domesticaria y llamaria perro, decia: “Probablemente, cuando los hombres comenzaron a vivir en palafitos‘*, el perro era ya un animal doméstico o se fue domesticando en el curso de aquel periodo”® La explicacién del estudio de este tipo de dafios surge con el tiempo, al observar que los animales no sélo eran bienes econémicamente apreciables (utilizados en algunas regiones inclusive como moneda de cambio), sino porque eran ademas un medio de transporte terrestre y una herramienta productiva mévil, cuya fuerza bruta podia ser orientada -en mayor 0 menor medida- por la voluntad de su duefio, siendo este su principal valor, debido a los multiples empleos que el hombre podia darle explotando todas sus potencialidades. Se deduce entonces que debido a la forma y constancia en que eran empleados los animales, solian causar dafios de manera frecuente, sobre todo a las personas y sus bienes, mas que a otros animales. *5 *Se puede definir como un tipo de habitat prehistérico establecide sobre una plataforma sostenida por estacas. Ei marco habitual en que los paiafitos sueien situarse, siempre a orillas de lagos © zonas pantanosas, indica Ia finalidad puramente utilitaria de este sistema constructivo; entre el piso de la edificacién y el suelo queda un espacio por el que puede pasar, ssin afectar a le construccién superior, el agua que, en momentos de crecida, supere el nivel habitual del lago, Ademas, este espacio libre acta de sislante contra todo tipo de pequefios animaies, protege de la humedad, facilita el tréfico acuético y resuelve satisfactoriamente el problema que acarrean las crecidas periddicas”, (http://www.canalsocial.net/GER/) © LORENZ, Konrad. Cuando ei hombre encontré ai perro, traducide por IBERO, Ramén, 2° Edicion, Barcelona: Tusquets Edltores S.A., 2003, p. 24. 7 En este punto, cabe sefialar que un animal sumamente importante como productor de dafios fue el caballo, debido a su uso difundido con fines de transporte. Los accidentes de circulacién causados por caballos © por vehiculos tirados por éstos (carretas) fueron frecuentes hasta comienzos del siglo XX. De otro lado, esta promiscuidad de hombres y caballos, nacida de la utilidad de éstos para los fines antes indicados, generaba accidentes de alguna manera independientes de la voluntad humana, tales como fracturas de huesos, mordiscos, etc. Tenemos entonces que ia responsabilidad por los dafios causados por animales fue mas importante en otras épocas, pero sdlo si es que consideramos el hecho que en la actualidad son pocos los animales que se emplean como medios de transporte o de carga y, menos atin los lugares por los que transitan, produciéndose fundamentalmente en las Zonas rurales y en forma bastante limitada, Con la primera maquina a vapor que aparece en el mundo occidental, que provoca la denominada revolucién industrial (1840), se pondra fin en forma progresiva e inexorable al monopolio del transporte a sangre. Las sucesivas apariciones de la locomotora a vapor (sistema ferroviario) y los primeros automéviles, hicieron pasar a un segundo plano la importancia del “animal” como medio de traslado terrestre. Otro tanto ocurrié en e! mbito de la produccién econémica, donde a merced del empleo de las m&quinas, e! animal fue paulatinamente desplazado en su empleo. 18 En Ja actualidad, los accidentes de circulacién son causados fundamentalmente por maquinas (vehiculos motorizados); y dentro de las cludades précticamente los Unicos animales peligrosos que quedan son los perros bravos. Ignacio Gallegos logra establecer como la legislacién espafiola -a través de su historia~ ha clasificado a los animales atendiendo a un triple criterio, considerando a los animales mansos o domeésticos, a los amansados 0 domesticados y a los fieros o salvajes, precisando que: *a) Son animales mansos o domésticos "/os que nacen y se crian ordinariamente bajo el poder del hombre" (...); b) Los animales amansados o domesticados son aquellos que, siendo naturalmente salvajes, sin embargo, han sido acostumbrados por el hombre para permanecer junto a él. Se caracterizan por el “animus revertendi”, “animus retornando” o “costumbre de volver a la casa del poseedor”; c) Son animales fieros “los que vagan libremente y no pueden ser cogidos sino por la fuerza” Gy" En el primero de los supuestos encontramos a los perros (bravos no), animales que desde algiin tiempo atrés vienen causado noticia por los ataques que propinan a los humanos -y a otros animales, también- y, las serias lesiones que les causan, ocasionandoles incluso, la muerte. Sucede que la evolucién -o involucién- de los canes se encuentra dirigida por el hombre, quien genéticamente viene modificando las razas existentes con el fin de obtener una que sirva mas a sus propésitos, sin considerar que tales alteraciones podrias ser contraproducentes, si es que estas nuevas razas (agresivas), no son atendidas con un adecuado control e instruccién, siendo el hombre quien en ultima instancia, vendria a asumir todas las consecuencias. *7 GALLEGOS DOMINGUEZ, Ignacio. Responsabilidad civil extracontractual por dafos causados por animales. Barcelona: José Maria Boch Editor, 1997, pp. 18 - 19. 19 Capitulo Ir BREVE ANALISIS DEL ARTICULO 1979 DEL CODIGO CIVIL PERUANO 2.1, Caracter objetivo de la responsabilidad por dafios causados por animales El articulo 1979 de nuestro Cédigo Civil prescribe que es el duefio del animal o aquel que lo tiene a su cuidado quien debe reparar el dafio que éste cause, aunque se haya perdido o extraviado, salvo que pruebe que el evento tuvo lugar por obra o causa de un tercero. En principio, se observa que tal dispositivo atribuye la responsabilidad al duefio del animal o @ su custodio, a no ser que demuestre (uno u otro 6 ambos) que el suceso se produjo por el actuar de un tercero, Inclusive en los casos en que el animal hubiera causado el dafio juego de haberse perdido o extraviado, en tal sentido, inferimos que ésta es una regla de caracter objetivo, puesto que el resarcimiento al que se refiere el texto normativo no esta supeditado a la negligencia o imprudencia del responsable, Estamos agui ante un caso de responsabilidad civil indirecta, puesto que se le atribuye ia responsabilidad a alguien por dafios que no han sido consecuencia de su actuar directo. Asi, tomando como ejemplo al perro, podemos decir que si éste ataca a una persona produciéndole lesiones en su integridad fisica, por los dafios que el can haya causado, seré responsable su duefio 0 cuidador, pese a que el dafio se produce por un actuar ajeno a él 0 a sus deseos, respondiendo por ellos aunque hubiera prestado la mayor diligencia posible. 20 Al respecto, Lizardo Taboada sefiala que “(...) no se puede hablar de autor directo, sino Unicamente de autor indirecto, traténdose de responsabilidades indirectas por hecho de las cosas (...)""*, precisando ademas que: *(..) [La responsabilidad civil del autor indirecto no se sustenta en la nocién de culpabilidad, sino en factores de atribucién objetivos, fundamentados en la nocién de riesgo creado, razén por la cual el autor indirecto no puede liberarse de responsabilidad civil invocando su ausencia de culpa (...)"". No existe duda que los canes manifiestan conductas inteligentes, las que evidentemente provienen de su propia experimentacién y/o de un determinado tipo de adiestramiento; sin embargo, su tenencia -por el hecho de ser animales (irracionales)-, genera ante la sociedad una expectativa de control por parte de sus propietarios 0 custodios, debido a que serd a aquella persona a quien indefectiblemente se ‘e impute la responsabilidad por cualquier tipo de dafio que el animal cause, sea o no bajo su guarda, como bien lo expresa el articulo en comentario. Fernando de Trazegnies habria asumido la misma posicién que adopta Lizardo Taboada, precisando por su parte que: “El propietario responde no porque sea culpable ni porque sea causante, sino porque /a ley /o obliga. Y la ley lo obliga por razones distintas a la culpa y a la causa, tales como la mejor prevencién de este tipo de accidentes, la difusién social del peso econémico del dafio, etc,"7°, El pre citado autor considera a este tipo de responsabilidad como 3 TABOADA CORDOVA, Lizardo, Elementos de la responsabilidad civil. Comentarios a las hormas dedicadas por el Cédigo Civil peruano 2 fa responsabilidad civil extracontractual y contractual. 1° Edicion, Lima: Editore Juridica Grijley, 2001, p. 100. Ibidem, p. 101. ® DE TRAZEGNIES, Fernando. La responsabilidad extracontractual. 2" Edicion, Tomo 1 (Biblioteca para leer ‘el Cédigo Civil, Vol. TV), Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catélica de! Peru, 1998, p. 427. 21 objetiva en base a la calificacién del animal como un bien riesgoso, agregando que *(...) el animal es indudablemente una cosa peligrosa Porque, en vez de ser un elemento inerte que requiere una accién humana para entrar en accién, puede causar dafios “por propia iniciativa” (...)’"; sin embargo, si bien es cierto lo expuesto, también es clerto que no todos los animales tienen el mismo instinto ni conducta agresivas, puesto que, por ejemplo, en el caso de los perros, esta inclinacién a la violencia guarda una directa relacién con ciertas caracteristicas como son: su tipo de raza, el entorno en el que se ha desarrollado y, la orientacién y/o entrenamiento que le hayan brindado (para el trabajo, compajiia, pelea, etc.). Asi, si comparésemos a un perro de raza Pit Bull Terrier? con un Chihuahua, notariamos de inmediato una enorme diferencia, puesto que siendo considerados ambos como bienes riesgosos (por el simple hecho de ser animales), el primero denota 2 simple vista una mayor peligrosidad, no sélo por su constitucién fisica, sino mas bien por su natural instinto agresivo -muy conocido por todos nosotros-, el mismo que podria verse Incrementado con un entrenamiento destinado a la lucha (como usualmente sucede con los perros de ésta raza) Siendo asi, tenemos que la responsabilidad por los dafios producidos Por los animales es una variante de la responsabilidad de las cosas riesgosas 0 peligrosas, como lo indica Federico Mesinas al manifestar que: 2 DE TRAZEGNIES, op. oft, p. 425 2 Ssin bien es cierto la Federacién Cinolégica Internacional (FCI) no considera al Americen Pitbull Terrier como una raza de can, también es cierto que el numeral 2.1. del articuio 2 de la Ley N° 27596 (33 de diciembre de 2001), asi como el artieulo nico de ia Resolucién Ministerial 1776-2002-SA-DM (11. de noviembre de 2002), la consideran como una raza potencielmente peligrose, debido e su particular fiereza, 22 “Los dafios por hechos de las cosas son aquellos en los que el cardcter riesgoso de la cosa misma juega un Papel tan importante que parece asumir el papel de causa propia del dafio, lo que es facilmente apreciable en los animales pues estos tienen de por si la capacidad de producir dafio, para lo cual no requieren necesariamente de una accién humana previa”.”? Entendiendo que la norma que es materia de estudio establece un tipo de responsabilidad objetiva, es pertinente destacar que Leysser Leén conceptualize tal responsabilidad como “(...) aquella que, en su determinaci6n, prescinde del anélisis de la conducta del responsable”™*, por lo que al pronunciarse sobre el particular, sefiala expresamente que “A menos que se ignore el rigor terminolégico, en suma, el sistema de responsabilidad extracontractual por dafios causados por animales que se deduce de nuestro Cédigo Civil no puede calificarse ni como subjetivo ni como abjetivo”’. Asimismo, al abordar el tema, Richard Epstein manifiesta que: “(...) [L]os propietarios podian ser responsables no por la accién del animal en si, sino por su negligencia al no mantener a los animales encerrados. En ambos casos podria surgir un intenso debate sobre si cualquier responsabilidad, ya sea por accién u omisién, debiera estar regida por los principios de la responsabilidad subjetiva o de la responsabilidad objetiva’*, En este orden de ideas, no cabe duda que el articulo que es materia de estudio hace referencia a una responsabilidad de tipo objetiva, puesto que las circunstancias naturales que generan el dafio a resarcir, no son causadas por la voluntad del responsable preestablecido por ley. 2 MESINAS MONTERO, Federico. “Responsabllidad civil indirecta por los dafios que producen los animales”. En: Gaceta Juridica, Tomo 85-B, Lima: Gaceta Juridica Editores, 2000, p. 98. * LEON, op. &ft,, p. 76. 2 Tbidem, p. 380. 2 EPSTEIN, op. cit., p. 84. 23 2.2, El sujeto responsable Como ya se ha mencionado, en la actualidad proliferan muchos canes de diversas razas que son adiestrados por sus amos para pelear o atacar cuando se sientan amenazados; es mas, en muchas ocasiones suelen atacar sin motivo alguno, debido a ese entrenamiento que los ha convertido en animales fieros, ocasionando en la mayorla de los casos consecuencias lamentables, sobre todo cuando sus victimas son nifios 0 ancianos, quienes debido a sus limitadas condiciones de autodefensa, no son capaces de repeler el ataque de éstos animales. Uno de los aspectos importantes que apreciamos del articulo 1979 del Cédigo Civil es que identifica como sujetos responsables por el accionar dafiino del un animal, en primer lugar, a su duefio y, luego, @ aque! que lo tiene bajo su cuidado, por lo que aparentemente existen dos personas contra las que puede dirigirse quien haya sido perjudicado -ya sea en su integridad fisica o en la de sus bienes-, a fin de obtener la indemnizacién correspondiente por los dafios que le hubiera ocasionado un animal, verificandose que no existe inconveniente alguno en que las dos condiciones mencionadas (duefio y custodio) pueda ostentarlas una sola persona, esto quiere decir, que no interesa la cause 0 motivo por la que se esté en posesién directa del animal, puesto que dicho detentador deberé responder objetivamente por los dafios que el animal produzca, siempre Siendo ast, en el caso especifico de dafios causados por animales el requisito especial de configuracién para la responsabilidad es que el autor indirecto sea su propietario 0 que lo tenga bajo su cuidado; 24 asimismo, el dafio ha de ser consecuencia de la intervencién activa del animal. Sobre este punto, Jaime Santos Briz realiza mayores alcances al sefialar que “El comportamiento del animal ha de ser la causa del dafio, comportamiento que ha de ser manifestacién de su naturaleza inconsciente’””, , estableciendo en definitiva que es el animal quien valigndose exclusivamente de sus propios medios, debe producir el perjuicio. Asimismo, sefiala que: *(..) [E]I hombre tiene dominacién sobre los animales, y que esa dominacidn le produce una ampliacién de su responsabilidad: cuando mayor sea la dependencia del dominado, tanto mayor serd el deber de proteccién del hombre (...) la responsabilidad por los dafios causados por animales domésticos [como el perro] se basa en una Presuncién “juris tantum” de culpa “in vigilando” de su poseedor (...)""8, De esta forma, quedaria aparentemente resuelto el tema de la atribucién de la responsabilidad, sin embargo, es necesario en este punto considerar lo expuesto por Fernando de Trazegnies en cuanto sefiala que “(...) los animales a los que se refiere el Cédigo [Civil] son todos aquellos que son objeto de propiedad y que estan bajo el cuidado de alguien”, condicion que puede inferirse del propio texto de la norma, siendo el ejemplo mas comin de nuestra sociedad, los canes. Igualmente, Lizardo Taboada, haciendo referencia al tema sefiala que “En el caso especifico de dafios causados por animales el requisito especial de configuracién es que el autor indirecto tenga al animal bajo su cuidado 0 que sea su propietario (...)"°°. ® SANTOS BRIZ, Jaime. Derecho de dafos, Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, 3963, p. 354. # Ioidem, p. 354. 2 DE TRAZEGNIES, op. cit., p. 427. ® TABOADA, op. cit., p. 100. 25 Por un lado, notamos que los autores citados emplean el término “propietario”, expresion que la entendemos comunmente como sinénimo de la palabra duefio, denominacién que ha optado por emplear el legislador, por lo que es preciso recordar que el articulo 923 del Cédigo Civil define 2 la propiedad como el derecho real por excelencia, siendo éste el poder juridico que permite usar (jus utendi), disfrutar Gus fruendi), disponer (jus abutendi) y reivindicar (us vericandi) un bien, siendo que el conjunto de atribuciones 0 facultades descritas delimitan el contenido de! derecho real de propiedad como un derecho absoluto y exclusive respecto de la cosa (animal) y excluyente respecto a terceros. De otro lado, es preciso mencionar que la Ley N° 27596 - Ley que regula el Régimen Juridicos de Canes, utiliza con mayor acierto la palabra “propietario” y/o “poseedor”. Sin embargo, en su articulo 14 se establece que "Independientemente de las sanciones administrativas a que haya lugar [descritas en el articulo 13 de la Ley]: a) Si un can ocasiona lesiones graves a una persona, el duefio estara obligado a cubrir el costo total de la hospitalizacién, medicamentos y cirugia reconstructiva necesaria, hasta su recuperacién total, sin perjuicio de la indemnizacién por dafios y perjuicios a que hubiere lugar (...), b) Si el can ocasiona lesiones graves a otro animal, el duefio estara obligado a cubrir el costo que demande su restablecimiento (...)". Al respecto, Le6n Hilario precisa que “(...) es normal que el propietario oa tenga bajo su culdado al animal que le pertenece”*, complementando "LEON, op. cit., p. 363. 26 su intervencién con relacién a la responsabilidad del custodio, agregando que “Esta no es sino una imposicién de sentido comin. No puede exigirse la demostracién de un ligamen de propiedad (de un derecho real) respecto del animal, porque se haria sumamente gravosa la situacién de los perjudicados”®. Ciertamente, en algunos casos es tarea dificil determinar en forma fehaciente quién es el duefio o custodio de un animal, més aun, si no existe colaboracién o interés por parte del mismo, situacién que es predecible, teniendo en cuenta que nuestra ley le obliga a indemnizar; de otro lado, cuando nos referimos al custodio, la situacién se complica, ya que nos estamos refiriendo a una persona que en un espacio de tiempo determinado tiene un efectivo poder de control y disposicién sobre el animal, pero que no es una temporalidad indefinida, sino pasajera, caso contrario, nos estariamos refiriendo al duefio. Sobre el particular y, centrandonos en el caso de los canes, considero importante el efectivo cumplimiento de la Ley N° 27596 y de su Reglamento, respecto a la identificacién del duefio del animal, puesto que de acetarse las ordenanzes municipales que reglamentan su tenencia, podriamos saber quién es su duefio, ya que sin lugar a dudas seria la persona que lo declaré ante la Municipalidad respectiva, apareciendo registrada como su propietaria, sin la tediosa necesidad de dilucidar ese aspecto al interior de un proceso, teniendo en cuenta ademas que sin la existencia de medios probatorios idéneos, en muchos casos dicha condicién se tornaria incierta. % LEON, op. cit... 364. 7 2.3, Situaciones eximentes de responsabilidad Ahora bien, la responsabilidad por los dafios causados por animales se encuadra dentro de la responsabilidad objetiva, por lo que serian de aplicacién las excepciones contempladas en el articulo 1972 del Cédigo Civil, sin embargo, el articulo 1979 del mismo texto normativo establece un régimen especial y sdlo exonera de responsabilidad a quien pruebe que el evento tuvo lugar por obra o causa de un tercero. Aqui observamos que el hecho de que el duefio o custodio del animal sélo puedan alegar la conducta del tercero para liberarse de responsabilidad crea una marcada diferencia entre esta regulacién con la normativa general de responsabilidad por bien riesgoso, que admite también como eximentes de responsabilidad ademas del hecho de tercero, el caso fortuito 0 fuerza mayor y la imprudencia de la vict En este punto, a fin de comprender mejor la redaccién empelada en el articulo comentado, cabe destacar la opinién de Fernando de Trazegnies en cuanto sefiala que: *(..) [E]| legislador ha querido que siempre hubiere un responsable y por ello sdlo exonera a los “responsables prima facie" (ei duefio del animal o el que lo tiene a su cuidado) cuando es posible encontrar alguien distinto que pagard por los dafios: un tercero. Pero si se trata de un caso fortuito, en el que nadie estaria obligado a pagar, el Codigo no reconoce su valor eximente y quiere que de todas maneras ese duefio o quardador del animal asuman los riesgos correspondientes”.* La interpretacién del autor nos explica la rigidez de la regia impuesta en el articulo 1979, ya que siguiendo la ldgica de nuestro Cédigo Civil, el particular riesgo que deriva de los animaies justificaria sélo el hecho de ® DE TRAZEGNIES, op. cit, p. 435. 28 tercero como Unica causa eximente de responsabilidad. Sin embargo, si efectuamos una interpretacién sistematica de los articulos 1979 y 1972, llegaremos a la conclusién que no es posible que elementos como el caso fortuito o la imprudencia de la victima puedan ser eliminados de plano como eximentes de responsabilidad para los dafios causados por animales. Por mencionar un ejemplo, recordemos el sonado caso a nivel nacional del Rottweiller de nombre Lay Fun, perro que el dia diez de julio dei afio dos mil seis dio muerte a un delincuente (Wilson Paredes Quispe), quien en horas de la noche ingresé a robar a la playa de estacionamiento que el can custodiaba en la avenida Abancay -en la ciudad de Lima. Como es de publico conocimiento, la Décima Fiscalia Penal de Lima Lay Fun dispuso la liberacién del can luego de haber cumplido el periodo de observacién y no fue sacrificado™, en aplicacién estricta del articulo 11 del Decreto Supremo N° 006-2002-SA (Reglamento de la Ley que regula el régimen juridico de canes)**; asimismo, su duefio no tuvo que responder con ningiin tipo de indemnizacién, siendo éste el ejemplo mas claro y reciente de cémo la imprudencia de la victima despiaza perfectamente hacia ella la responsabilidad de! duefio o custodio del animal. En este punto es preciso sefialar que no obstante lo previsto en el Cédigo Civil, el literal a) del articulo 14 de la Ley que regula el Régimen Juridico de Canes, prescribe que "Si un can ocasiona lesiones graves a una persona, el duefio estaré obligado a cubrir el costo total de la * esta informacion ha sido obtenida en el diario “EI Comercio” en sus ediciones del 13 y 22 de julio de 2006, a través de su pagina web (http://rww.elcomercio.com.pe), * *(..) Estén exceptuados del sacrificio los canes que actiien en defensa de la integridad fisica de su propietario, poseedor © de un tercero, de la integridad de ta propiedad privada o en defensa propia y de sus crias." 29 hospitalizacién, medicamentos y cirugia reconstructiva necesaria, hasta su recuperacién total, sin perjuicio de la indemnizacién por dafios y perjuicios @ que hubiere lugar. Esta disposicin no es de aplicacién cuando se acta en defense propia, de terceros 0 de la propiedad privada”, verificéndose que a través de esta Ley especial, se estarian ampliando las causales que eximen de responsabilidad al duefio o cuidador contempladas en la norma sustantiva, cuando el can acta en defensa propia, de terceros 0 de la propiedad privada. Ahora bien, en relacién a io expuesto en el parrafo precedente, Daniel Montes sefiaia que “(...) se podria entender que la excepcién de pagar los gastos al lesionado s6lo se aplica cuando !a persona propietaria del perro lo ha empleado como un medio de defensa propia (...)*, agregando que “Es obvio que el supuesto de la *actuacién en defensa propia’, aplicado al caso de los perros, comprende los casos en los que el fiel can sale en defensa de su amo sin esperar orden alguna””. Este autor hace referencia a los casos en que el duefio de un can, ante una agresion externa; por ejemplo, en caso de un asalto, hace empleo de las actitudes y destrezas de su mascota para repeler tal agresién, utilizando las ordenes de defensa adecuadas, destacando ademés los casos en los que atin sin mediar orden alguna, el fiel perro protege instintivamente @ su amo frente a cualquier tipo de ataque. No existiria entonces, ningdn inconveniente en empiear las causales contempladas en el articulo 1972, puesto que son perfectamente % MONTES DELGADO, Daniel. *éLos perros no tienen derecho 4 la defensa propia? A propésito del concepto de responsabilidad civil” En: Hechos y Derechos, Afio 4, N° 34, Trujillo, Editora Normas Legales S.A.C., 2005, p. 3. » Ibidem, p. 3. 30 aplicables al caso de los dafios producidos por animales, conforme lo ha entendido la Ley de la materia (N° 27596), puesto que no permitir el caso fortuito 0 la imprudencia de la victima como eximentes de responsabilidad generaria un grave problema social, sobre todo en los casos en que los dafios hayan sido provocados por canes déciles, como los llamados perros de compafia (Shih Tzu, Cocker Spaniel, Basset Hound, etc.) u otras especies inofensivas. Por ejemplo, imaginemos por un momento que en algtin parque de juegan dos perros, uno de raza Beagle y el otro un Pug, animales de temperamento apacible, sin embargo, un joven que se encuentra trotando alrededor de ellos comienza a molestarlos sin motivo aparente y, ante un descuido suyo, uno de los perros le muerde el pantalén, rasgandolo. En este caso, el evento no tuvo lugar por obra o causa de un tercero (como lo exige el articulo 1979), sin embargo, nos encontramos en presencia de la causal contemplada en el articulo 1972; es decir, a imprudencia de quien padece el dafio (culpa de {a victima). Por ultimo, cabe sefiala que si bien es cierto con la aplicacién del articulo 1979 del Cédigo Civil no se requiere probar la existencia de culpa en el duefio del animal o en aquél que lo tiene a su cuidado, también es cierto que eso no significa que el hecho de ser duefio o detentador del can tampoco requiera probarse, puesto que tales hechos no se presumen, siendo la victima quien debe acreditar tanto el dafio causado, como identificar al propietario 0 custodio a quien demanda, siendo necesario precisar que ta presencia del custodio excluye la responsabilidad del duefio o propietario. 31 Capitulo 111 NORMATIVIDAD DEL CODIGO CIVIL ESPANOL Y SUS APORTES JURISPRUDENCIALES 3.1. Sumaria comparacién de las disposiciones contenidas en los articulos 1979 del Cédigo Civil peruano y 1905 del espafol A efectos de poder brindar una comparacién mas ilustrativa y compresible de los articulos 1979 y 1905 de los Cédigos Civiles peruano do (1984) y espaficl (1889); respectivamente, considero aprot efectuar un breve cotejo de ambas normativas, a fin de obtener las similitudes y diferencias que de su literalidad puedan distinguirse, presentando posteriormente, un cuadro sinéptico que confronte las caracteristicas mas resaltantes de cada una de las normas indicadas. Asi, de ambos articulos, se pueden advertir las siguientes condiciones: 1. En lo que respecta al sujeto responsable, nuestro Cédigo sustantivo prescribe que éste vendria a ser [1] la persona que es duefia del animal causante del afio 0 [2] la que lo tuviera bajo su cuidado, mientras que el Cédigo espafiol, sefiala como tal [1] al poseedor del animal o [2] al que se sirve de él, verificéndose aqui, como primera diferencia, los términos empleados en cada uno de los articulos: “duefio” y “poseedor”, de un lado y, “quien lo tiene a su cuidado” y “quien se sirve de él”, del otro. De ia situacién descrita en el texto nacional y, teniendo en cuenta nuestra realidad, podemos inferir que -en la mayoria de los casos- ia persona que es duefia de un animal, es por lo general quien lo tiene 32 a su cuidado y, por consiguiente, es la que se encarga de su manutencién y demas exigencias, observandose que en el supuesto descrito que en una sola persona confluyen ambas condiciones (duefio y custodio), siendo la Unica que podria ser considerada como responsable, claro estd, si es que antes no logra demostrar lo contrario, alegando alguna de las causales eximentes de tal responsabilidad, De otro lado, verificandose que ambas legislaciones coinciden en reconocer un cardcter objetivo a este tipo de responsabilidad, en el caso peruano, se ha previsto que el sujeto responsable debe asumir obligatoriamente su condicién de tal, aunque el animal productor del dafio se hubiera perdido 0 extraviado; asimismo, en el caso espafiol, se ha determinado que el sujeto responsable tiene que soportar ja misma carga, aunque el animal se le hubiere escapado o extraviado. Aqui, se logra apreciar una segunda diferencia, puesto que las palabras “perdido” (articulo 1979) y, “escapado” (articulo 1905) que emplean respectivamente el Cédigo Civil peruano y espafol, no son equivalentes entre si, y@ que no nos encontrariamos en la misma situacién si es que un animal se ha perdido a que si se hut ra escapado, debido a que la acepcién de estas palabras tienen connotaciones distintas. Por Ultimo, en lo que respecta a los supuestos que eximen de responsabilidad al obligado, tenemos que la normatividad peruana Justifica Unicamente los casos en que el evento dafioso hubiera acontecido “por obra o causa de un tercero”, mientras que la ley 33 espafiole -con un criterio mas acertado, segdn mi parecer, considera como eximentes de responsabilidad las situaciones en las que el dafio haya sido el resultado de una “fuerza mayor” o de la “culpa de quien lo hubiera sufrido", convirtiéndose ésta en la mas resaltante de las divergencias que se presenta entre ambos Cédigos, puesto que de efectuarse una aislada lectura de los articulos en comentario, tendriamos que -aparentemente- el Cédigo espajiol beneficia razonablemente exceptuando de responsabilidad a quien cuida 0 se sirve de un animal que ha causado dajios, con dos causales diferentes @ la unica posibilidad que contempla el Cédigo peruano. Luego de esta breve exposicién, me es posible presentar las afinidades incompatibilidades que se verifican de cada una de las normas estudiadas, a través de la siguiente ilustracién: Articulo 1979 del Articulo 1905 del Cédigo Civil peruano | Cédigo Civil espafiol (1) El duefio del animal. [(1) €1 poseedor del (2) Aquel que lo tiene a | animal. su culdado. (2) Quien se sirve de él. [ Sujeto(s) | responsable(s) Aunque el animal se Aunque el animai se le especiales de | hubiera (1) perdido o | hubiera (1) escapado o responsabilidad | (2) extraviado (2) extraviado. Situaciones Si prueba que el evento | Si el dafo proviniera (1) eximentes de | se produjo por obra o|de fuerza mayor o (2) [fesponsabilidad | causa de un tercero, _| de culpa de {a victima. Al respecto, es pertinente destacar que el Tribunal Supremo espajiol ha establecido doctrinariamente que: “El articulo 1905 del Cédigo Civil contempla una responsabilidad de cardcter no culpabilista 0 por riesgo, inherente a la utilizacién del animal, que procede en principio por la mera causacién del dafio y con exoneracién en los singulares casos de fuerza mayor, lo 34 que significa exclusién del caso fortuito, y culpa del perjudicado, en el bien entendido que segiin se desprende del texto legal y asi lo destaca la doctrina, la responsabilidad viene anudada a la posesién del semoviente y no por modo necesario a su propiedad, de donde se sigue que basta la explotacién en el propio beneficio para que surja esa obligacién de resarcir, como también lo ha declarado la jurisprudencia al analizar ios caracteres y los elementos de la figura en cuestién”™, Ahora, considerando que en el capitulo anterior hemos tratado acerca del sujeto responsable que nuestra legisiacién prevé, corresponde ahora referimnos al que propone como tal el Cédigo Civil espafiol. Siendo asi, debemos tener presente que la palabra “poser”, que proviene del latin possidere, significa -seguin la definicién que nos brinda el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espafiola- “tener una cosa o ejercer una facultad con independencia de que se tenga 0 no derecho a ella””®, De otro lado, Juan Iglesias nos da un concepto de !o que entiende por “cosa”, sefialando que ésta “es todo objeto del mundo exterior sobre el cual pueden recaer derechos™®, como por ejempio, cualquier animal. Asi, teniendo en cuenta ambos significados, debemos considerar la posicién de Jaime Santos Briz, cuando manifiesta que el “Poseedor de un animal o el que se sirve de él no es necesariamente el propietario [0 duefio, que es el término empleado por el Cédigo Civil peruano], pero ha de exigirse que el sefiorio ejercido por el responsable sea en interés propio y no fugaz”?; esto quiere decir, que e! detentador del animal debe de obtener aigiin tipo de beneficio directo de él, sea econdmico, moral y/o de otra indole. 3 Sentencia emitida por la Primera Sale Civil del Tribunat Supremo Espafol con fecha 28 de gnero de 1986, 2° Definicidn obtenida de la pagina web de la Real Academia Espafiola: htp://www.rae.es. “IGLESIAS, op. cit., p. 239. 7 SANTOS BRIZ, op. cit., p. 355. 35 De otro lado, ia palabra “perdido” no tiene la misma connotacién que “escapado”, como ya habiamos menci nado anteriormente, puesto que la primera se refiere al hecho de dejar de tener aquello que se poseia (duefio 0 no), mientras que la segunda representa que algo (0 alguien) se aleja 0 aparta de alguien. Ademés, la caracteristica divergente entre estos dos conceptos es que ambos encierran una temporalidad especifica (mayor 0 menor), por ejemplo, no es lo mismo que un perro cause dafos el dia de hoy, habiéndose perdido la semana pasada, que los cause hoy en un espacio fisico determinado (un parque) al habérsele escapado @ su amo hace un instante, pero sin que él le haya perdido de vista, como muchas veces sucede. En este orden de ideas, es preciso -a efectos de entender mejor las situaciones previstas en el Cédigo Civil peruano- tener presente lo que expresa Fernando de Trazegnies al respecto, al tiempo de intentar ubicar la intencién del legislador y darle sentido a las exoresiones “perder” y “extraviar”, manifiesta lo siguiente: “Le disyuntiva planteada no es tan clara, porque “perder” y “extraviar” parecen significar lo mismo. Es posible que este problema seméntico no sea sino la consecuencia de un error de traduccién del francés de la regla correspondiente del Code Napoléon: el articulo 1385" de ese cuerpo de leyes habla de “extraviado” (egaré) y “escapado” (echappé); distincién cuya relevancia juridica sigue siendo oscura, pero que implica un cierto matiz diferente. (...) En el mejor de los casos, podria entenderse que el legislador peruano ha querido distinguirse del legislador napolednico y significar que, aunque el animal ya no tenga ninguna relacién con su antiguo duefio, éste sigue siendo responsable: “extraviado" implicaria una desposesién que aun no es *? El articulo 1385 del Cédigo Civil francés establece que: "Le propritaire d‘un animal, ou celui qui s ‘en sert, pendant qu’‘i est 8 son usage, est responsable du commage que I animal @ causé, soit que / animal fOt sous sa garde, soit qu‘ fot egaré ou échappé” (“El propietario de un animal, 0 quien se sirva de éste, es responsable, mientras lo use, del dafio que el animal haya causado; ya sea que estuviere el animal bajo su guarda, ya sea que se hubiere perdido 0 escapade”) 36 definitiva, un simple desvio temporal, mientras que “pérdida” evocaria la misma situacién con cardcter definitivo*, Por su parte, Ignacio Gallegos, al pronunciarse sobre el particular, no s6lo considera los casos en que el animal se hubiera escapado o extraviado, sino también, cuando es abandonado por ia persona que lo posee o se sirve de él, situacién que si bien es cierto no esta técnicamente definida en el articulo bajo cometario (1905), entendemos por analogia que no puede acogerse como situacién eximente de responsabilidad aquella que se produce cuando una persona actua en forma cruel e imprudente, dejando a su suerte en cualquier paraje a un animal que es de su propiedad, maxime, si a través de un simple razonamiento damos por cierto que tal hecho genera un potencial peligro en la sociedad, sefialando expresamente lo siguiente: “Entendemos que la responsabilidad alcanza al antiguo poseedor [del animal] incluso en caso de abandono. No podemos considerar que una conducta negligente pueda eximir de responsabilidad al sujeto que con su actuacién ha_dado lugar a la posibilidad-probabilidad de los dafios™*, Por Ultimo, el Cédigo Civil espafiol, establece especificamente como condiciones que eximen de responsabilidad al poseedor del animal si los dafios han sido por causas de fuerza mayor o por culpa de la victima, a diferencia de nuestro texto normative, puesto que dichas situaciones pueden ser consideradas también, concordando el articulos 1979, con el articulo 1972, que hace referencia [1] al caso fortuito o fuerza mayor y, [2] al hecho determinante de tercero o culpa de quien padece el dafio. “3 DE TRAZEGNIES, op. cit., p. 433. “* GALLEGOS, op. eit, p. 26. 37 3.2. Referencias Jurisprudenciales del Tribunal Supremo Espafiol CASO_1*: Dos nifios que se encontraban jugando son atacados brutalmente por los perros mastines que viven y custodian una finca vecina, resultando los menores lesionados (uno mas grave que el otro). Sus padres demandan una indemnizacién de 50’000,000.00 pts. para el primer nifio (“A”) y 210,000.00 pts. para el segundo ("8"). Los demandados (duefios de la finca) argumentan que los canes agresores son de propiedad de su hijo, quien los solté sin previsién alguna el dia de los hechos. Ai no haberse acreditado la titularidad del propietario de los animales y, haberse probado que los demandados se beneficiaban de ellos por su condicién de guardianes (provecho propio), en primera instancia se llega a fijar para el menor “A” una indemnizacién ascendente a 34°420,000.00 pts. y para “B", 150,000.00, resolucién que fuera confirmada en segunda instancia y, cuyo recurso de casacién interpuesto por los demandados se deciaré no ha lugar. Observamos que debido a que Ia legislacién espafiola contempla como a uno de los sujetos responsables a la persona que se sirve del animal, no ha existido inconveniente en aplicar tal presuncién al caso comentado, supuesto que no contempla nuestro Cédigo Civil, por lo que en el caso peruano, hubiera sido necesario en principio determinar al interior del proceso -en la etapa probatoria respectiva-, quién era efectivamente el duefio de los mastines 0 quién los tenia bajo su cuidado, a fin de imputarle(s) objetivamente la responsabilidad de los dafios causados, verificando luego si es que ha existido alguna causal eximente de responsabilidad, a través de los medios probatorios correspondientes. #5 Sentencia emitida por la Primera Sala Civil del Tribunal Supremo Espafol con fecha 12 de abril de 2000 (Resolucién N° 397/200). Véase el texto completo en e! Anexo I 38 CASO 2%: Un perro de raza doberman irrumpe violentamente en la finca de una pareja de esposos (Milién y Claudia). Al intentar separar a los perros de su lucha feroz, Millén sufre un ataque cardiaco y fallece En primera instancia se estima la demanda, fijando como indemnizacion @ cargo del propietario del animal y a favor de Claudia, la suma de 930,341.00 pts. En segunda instancla se declara ha lugar ia apelacién interpuesta por el demandado, revocando parcialmente la sentencia, reduciendo e! quantum indemnizatorio a 4’ 650,170.00 pts. Se declaré no ha lugar la casacién planteada por el obligado, en vista a que el informe del médico forense afirmaba que era previsible la muerte del occiso, debido a la presencia de placas ateromatosas obstructivas”” en sus arterias coronaria, las mismas que determinaron el enlace causal entre la entrada violenta del perro y el deceso de Millan. Notamos que la disminucién del monto indemnizatorio se basa en la acreditacién cientifica de que la muerte no fue causada en forma exclusiva por la sola actuacién del can, racionamiento que -considero- hubiera sido adoptado por nuestra Corte Suprema, siendo pertinente considerar en este punto lo expuesto por Jorge Peirano, al sefialar que: “(..) cuando un animai es la causa determinante de un dafio, estamos frente a un hecho del animal, sin que sea menester entrar a juzgar la autonomia de la actuacién de la bestia, Esto no excluye, por supuesto, que sea condicién sine qua non de la aplicacién de este tipo de responsabilidad que el animal haya causado efectivamente el dafio (...)""* Sentencia emitida por la Primera Sala Civil del Tribunal Supremo Espafiol con fecha 12 de mayo de 2004 (Resolucién N° 37/2004). Véase el texto completo en el Anexo II 7 “Estudios post mértem hen indicado que la composicién de fas placas ateromatosas es un fector determinante para la predisposicién de las lesiones coronarias a la rotura y el subsiguiente evento clinico. Le mayor parte de estos eventos estd relacionada con la rotura de placas ateromatoses situadas en lesiones hemodindmicamente no significativas. La deteccién de estas placas no obstructivas, pero ricas en lipides, podria tener un gran impacto en Ia ‘revencién del inferto y le muerte subita”(http://www.revespcardiol.org) “ PEIRANO FACIO, Jorge. Responsabilidad extracontractual. Bogoté: Editorial Temis Limitada, 1979, p. 645. 39 caso 3” retorna por la tarde para culminar un trabajo que inicié la mafiana de Un electricista es atacado por el perro de la casa a la que ese dia. Al regresar, se adentra en la finca que debia atravesar para llegar a la vivienda, ya que la puerta no le impidié el acceso, instantes en que es agredido ferozmente por el can, sufriendo le amputacién de parte de su pierna debido a jas lesiones causadas. En primera instancia se estima parcialmente la demanda. En la segunda, se revoca la sentencia declarando no ha lugar la demanda. La Corte de Casacién declara ha lugar el recurso interpuesto por el demandante, revocando la resolucién de vista y confirmando la de primera instancia, revocandola en el extremo del quantum, fijando como indemnizacién el 30% del importe de los dafios que serén calculados en ejecucién de sentencia, en base a la descripcién de las lesiones del informe médico respectivo. Se ha considerado que el agraviado al transitar por la finca sin adoptar previsién alguna -no obstante conocer la existencia del perro agresor en la primera visita que hizo-, ha aceptando tacitamente una situacién de riesgo; de otro lado, se ha tomado en cuenta el hecho que la demandada tenia pleno conocimiento que el demandante retornaria a terminar el trabajo que habia iniciado, por lo que debié de asumir las medidas de seguridad necesarias para que el can no estuviera suelto. Al caso, es aplicable el articulo 1973 del Cédigo Civil peruano, referido a ta reduccién judicial de la indemnizacién, situaciones “(...) en donde la imprudencia [de la victima] sé/o concurre en la produccién del dafio, sin constituir el factor determinante en la verificacién de! mismo”, “ Sentencia emitida por la Primera Sala Civil del Tribunal Supremo Espafiol con fecha 12 de {lio de 2007 (Resolucion N° 848/207), Véase el texto completo en el Anexo If PALACIOS MARTINEZ, Eric. "Reduccién judicial de la indemnizacién”. En: Gaceta Juridica, ‘Tomo 85-B, Lima: Gaceta Juridica Ealtores, 2000, p. 129. 40 CASO 451: Braulio demanda a la Compafiia Circense Bérbara, la Compafiia de Seguros y Reaseguros Lepanto S.A. y, al Ayuntamiento de Vall d“Uxé, solicitando se condene solidariamente a ellos al pago de una indemnizacién por haber sufrido la amputacién de su brazo nes sufridas a consecuencia del izquierdo debido a las graves le ataque de los tigres de bengala del circo, al tiempo que se disponia daries de beber mientras se hallaban encerrados en su jeula-remolque. En primera instancia se desestimé la demanda al considerar que el accidente habia tenido lugar por culpa exclusiva de la victima, situacién que se ver 2 a través de las diferentes diligencies ordenadas por el juzgado (declaracién del actor e inspeccién ocular), al constatar que existian tas medidas de seguridad necesarias para evitar dicho accidente; asimismo, concluyen que el propio agraviado sorted las vallas protectoras que aislaban a los felinos, sin recibir orden alguna, siendo conciente del peligro que su accionar implicaba, méxime, si no era él la persona encargada de darles de beber, siendo é! el Unico responsable de su decision. En segunda instancia se desestima el recurso de apelacién interpuesto por el agraviado, en base a los mismos argumentos y razonamiento del inferior en grado. La imputacién objetiva de este tipo de responsabilidad exige @ quien quiera exonerarse de ella, la carga de probar que el curso causal se vio interferido por culpa del propio perjudicado, puesto que la alegacién de fa culpa de la victima implica realizar una adecuada valoracién de las Pruebas suministradas por las partes, para determinar si el resultado lesivo es objetivamente atribuible al actor como consecuencia de su * Sentencia emitida por la Primera Sala Civil del Tribunal Supremo Espafiol con fecha 20 de diciembre de 2007 (Resolucién N° 1384/2007). Véase el texto completo en el Anexo IV, 41 conducta, teniendo en consideracién las obligaciones particulares que ie corresponden y, la previsibilidad del resultado lesivo, acorde con las reglas de la experiencia. De otro lado, tenemos que la causa eficiente y adecuada de las lesiones sufridas por el actor se encuentra, lejos de la insuficiencia de las medidas de seguridad exigibles a la poseedora de los animales, en la propia conducta de Ia victima, quien asumié conscientemente el riesgo que entrafiaba su accionar, manifestando tacitamente un desinterés en asumir las precauciones que razonablemente les exigian las propias circunstancias en las que se hallaba, siendo predecible el resultado. CASO 5°: Abelardo demanda a Construcciones y Promociones Los Riscos S.A. ("A") y, a Sus socios Luis Alberto ("B”), Jesus Miguel (“C”) y Juan Antonio ("D"), solicitando que solidariamente le asistan con una indemnizacién al haber sido mordido por el perro guardién de la empresa, al haberse soltado del collar y cadenas que fo sujetaban, logrando alcanzarlo. En primera instancia se estima parcialmente la demanda, condenando a “A” al pago de 3’000,000.00 pts., absolviendo a “B", “C” y “D”. Posteriormente, la instancia de apelacién estima en parte ei recurso presentado por Abelardo, revocando parcialmente la apelada, condenando a todos los demandados al pago solidario de la suma fijada en primera instancia, por lo que interponen recurso de casacién alegando que la obligacién de reparar el dafio corresponde Gnicamente a la sociedad anénima y no a ellos, habiéndose declarado no ha lugar el medio impugnatorio planteado. 52 sentencia emitida por la Primera Sala Civil del Tribunal Supremo Espafol con fecha 29 de mayo de 2003 (Resolucin N° 529/2003). Véase el texto completo en el Anexo V. 42 Al interior del proceso se ha logrado establecer que el can agresor efectivamente es propiedad de la sociedad demandada, conformada por los socios: Luis Alberto, Jess Miguel y Juan Antonio, siendo ellos quienes se ocupan del cuidado y alimentacién del animal, reconociendo expresamente haberle brindando un adiestramiento de lucha, que lo ha inclinado a adoptar una actitud particularmente vioienta. Siendo asi, en aplicacién estricta de! articulo 1905 del Cédigo Civil espafiol, tenemos que si bien es cierto los socios demandados no son propietarios del perro, también es cierto que eran sus poseedores de hecho y que se servian de él, por ende, ostentan a calidad de sujetos responsables, por lo que deben, responder conjuntamente con la empresa. De otro lado, adquiere importancia el hecho que no existian las medidas necesarias que aseguraran que el can no pudiera soltarse, como asi lo hizo, mas atin, teniendo en cuenta su fiereza. Ahora bien, de presentarse un caso similar en Pert, serian también responsables los cuatro demandados, la empresa por ser duefia del animal y, los socios por ser las personas que lo tienen a su cuidado, @ no ser que el juzgador adoptase la posicién que defiende Federico Mesinas, al sefialar que “(..) la presencia del custodio excluye la responsabilidad del propietario”™, posicién que es compartida por Fernando Sagarna al seflalar que “En doctrina se afirma que las responsabilidades del propietario y dei que se sirve del animal son alternativas’™*, siendo asi, vendria a ser responsable sélo la empresa. 55 MESINAS, op. cit.,p. 141 54 SAGARNA, Fernando Alfredo. Responsabllided civil por dafios causades por animales, 1 Edicién, Buenos Aires: Ediciones Depaima, 1998, p. 28. 43 CASO 6**: Pedro Jestis y Maria Inés; padres de Lucio, demandan a la Hermandad del Rocio de Ginés, por responsabilidad extracontractual por no haber aceptado las precauciones exigibles sobre la res de su propiedad que causé que el demandante y su hijo cayeran de una carreta a la que pretendian subir, resultando el ltimo de ellos lesionado. En primer a instancia estiman la demanda, condenando a la parte demandada al pago de 4°505,896.00 pts, atendiendo que en el proceso se ha acreditado que no hubo coz de la vaca, sino que empujé con su comamenta la carreta en cuestién, lo que determiné ta caida al suelo del demandante y Ia victima; sentencia que es confirmada en segunda instancia y, cuyo recurso de casacién interpuesto contra ella fue declarado no ha lugar. Se aprecia que el Tribunal espafiol con una adecuada valoracién de los hechos declara responsables a la persona juridica demandada, imponiendo un monto que va en proporcién al tipo de actividad causante de la lesién, que aparentemente no equivale a que el animal hubiera tenido la intencién de causar dafios. Es responsable en atencién @ que es ésta la que se beneficiaba con la vaca. De existir un caso similar en nuestro pais, los magistrados peruanos hubieran fallado de igual forma, luego de comprobar que la res pertenecia a la Hermandad demandada (duefia), _fijando razonablemente ei quantum indemnizatorio en relacién a los hechos expuestos y, la gravedad de las lesiones causadas al menor, victima de tal acontecimiento. ® Sentencia emitida por ta Primera Sala Civil del Tribunal Supremo Espafiol con fecha 31 de diciembre de 1992. Véase el texto completo en el Anexo VI. “4 CONCLUSIONES Los animales han sido calificados tradicionalmente como bienes muebles, claro esta, sin desconocer su excepcional particularidad de tener vida y autonomia, motivos por los que se les denomina semovientes, siendo considerados juridicamente como objetos de derecho, dependientes de sus Propietarios, por lo que carecen absolutamente de capacidad juridica Los dafios que en la actualidad provocan los animales, son menores a los que producian cuando eran empleados como medios de transporte o de carga (caballos, bueyes, asnos, etc.), debido a que son menos los lugares por los que transitan, por lo general en zonas rurales y de forma bastante limitada, siendo que, précticamente, los unicos animales de cuidado con los que nos topamos son los considerados canes potencialmente peligrosos. El articulo 1979 del Cédigo Civil peruano; referida a los dafios causados por animales, contiene una regla de responsabilidad objetiva, debido a que el resarcimiento que impone no esté supeditado a la negligencia o imprudencia de quien se imputa como responsable; es decir, al tiempo de determinar su responsabilidad, no importa verificar si su conducta (del propietario o custodio) se adecué o no a un patron esperado de diligencia. De otro lado, para la configuracién de este tivo de responsabilidad es requisito indispensable que el dafio se produzca por la intervencién directa del animal, a través de acciones que se contemplen como regulares y/o esperadas dentro de su comportamiento normal, siendo cargo de la victima el acreditar que el dato se produjo efectivamente por el hecho del animal. 45 Este precepto se basa en la calificacién del animal (de cualquier especie) como un bien riesgoso, debido a que éste puede causar dafios por si mismo - sin necesidad de intervencién humana-, debido a su propia irracionalidad, situacién que genera ante la sociedad una expectativa de control por parte de la persona que lo tenga bajo su cuidado. Si bien es cierto, todos los animales no pueden ser considerados como bienes riesgosos -ya que unos denotan una mayor peligrosidad que otros-, también es cierto que con tal definicién se llega a establecer que el tipo de responsabilidad que generan los actos lesivos producidos por éstos, es objetiva, de conformidad con Io previsto en el articulo 1970 del Codigo Civil, por lo que efectuando una interpretacién sistematica con el articulo 1972 del mismo texto normativo, permite al duefio o custodio del animal liberarse de responsabilidad cuando mediaran el caso fortuito o la fuerza mayor y, la culpa de la victima, y no séio la Unica causal contemplada en el articulo 1979, que es la acreditacién que el evento tuvo lugar a causa de un tercero. En algunos casos es dificil determinar quién es el duefio del animal, situacién que se complica alin mas cuando nos referimos al custodio, puesto que en éste caso nos referimos a la persona que durante un espacio de tiempo detenta un efectivo poder de control sobre el animal, temporalidad que ha de ser efimera, pues de lo contrario, nos estariamos refiriendo al duefio. Al respecto, tenemos que la regla contenida en e! articulo 1979, menciona que la responsabilidad recae en dos sujetos, con calidades distintas: [1] el duefio del animal o [2] aquel que lo tiene a su cuidado, advirtiéndose aqui que la conjuncién “o” denote un cardcter disyuntivo dentro de la expresién, 46 quedando como alternativas: "o” el duefio “o” el que lo tiene a su cuidado, pero no los dos a la vez, interpretacién que se encontraria reforzada por la palabra “debe” reparar (uno u otro) y no “deben” reparar (ambos), lo que significa que si el animal esté bajo el cuidado del duefio, responde éste, en cambio, si esté bajo el cuidado de un tercero responde el tercero; siendo asi, la presencia del custodio exciuye la responsabilidad del duefio. Ahora bien, al tiempo de efectuar la redaccién del articulo 1979, el legislador pudo ser mas claro en lo que respecta a la disyuntiva del sujeto responsable, puesto que pudo establecer que quien debia responder por los daftos causados por un animal seria quien lo tiene a su cuidado, obviamente, al tiempo de producirse el dafio. Asimismo, en lo que respecta exciusivamente a los dafios ocasionados por los canes, es necesario el cumplimiento de la Ley que regula ei régimen juridico de canes (Ley N° 27596) y su reglamento, en relacién al registro del animal ante la Municipalidad de su jurisdiccion, lo que evitaria tener que identificar a su duefio al Interior de un proceso judicial. Otro aspecto importante es el que corresponde a las causales eximentes de responsabilidad contempladas en nuestro Cédigo Civil y las que prevé la mencionada Ley, ya que ésta establece como tales, las situaciones en las que el can actUa en defensa propia, de terceros o de la propiedad privada, verificdndose asi que se amplian las causales por las que el sujeto responsable no ha de responder por los dafios causados, sumandose al caso fortuito 0 la fuerza mayor y, al hecho determinante de tercero 0 culpa de la victima. 47 BIBLIOGRAFIA Libros: 1 CONCEPCION RODRIGUEZ, José Luis. Derecho de dafios. 2 Edicién, Barcelona: Editorial Bosch S.A., 1999. D’ORS, Alvaro. Derecho privado romano. 3° Edicién, Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra S.A., 1977 DE TRAZEGNIES, Fernando. La responsabilidad extracontractual. 2° Edicién, Tomo I (Biblioteca para leer el Cédigo Civil, Vol. 1V), Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catélica del Perd, 1998. GALLEGOS DOMINGUEZ, Ignacio. 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Comentarios a las normas dedicadas por el Cédigo Civil peruano a la responsabilidad civil extracontractual y contractual. 1" Edicién, Lima: Editora Juridica Grijley, 2001. Revistas: 12. 13. 14 EPSTEIN, Richard A. “Los animales como objetos 0 sujetos de derecho", En: Advocatus, N° 8, Lima: Viza S.A., 2003. MARLASCA MARTINEZ, Olga. “La responsabilidad de los dafios causados por animales en las personas en los textos romanos y en cédigos medievales espafioles”, En: Estudios de Deusto, Segunda época, Vol. 47/2 (Fasc. 103), Bilbao: Ediciones Mensajero, 2000. MESINAS MONTERO, Federico. "Responsabilidad civil indirecta por los dafios que producen los animales”. En: Gaceta Juridica, Tomo 85-8, Lima: Gaceta Juridica Editores, 2000. 49 15. 16. Web sites: 17. 18, 19. 20. 21 22. 23 MONTES DELGADO, Daniel. “éLos perros no tienen derecho a la defensa propia? A propésito del concepto de responsabilidad civil”. En: Hechos y Derechos, Afio 4, N° 34, Trujillo, Editora Normas Legaies S.A.C., 2005. PALACIOS MARTINEZ, Eric. “Reduccién judicial de la indemnizacién”. 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Procuredor de los Tribunales don José Tejedor Moyano, en ef que son partes recurridas don Gustavo y don Narciso, a los que representé el Procurador don Felipe Ramos Arroyo, ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- El Juzgado de Primera Instancia tres de Talavera de [a Reina tramité el juicio declarativo de menor cuantia numero 161/1996, promovide por la demanda de don Gustavo y don Narciso, en le que, tras exponer hechos y fundamentos de derecho, vinieron & suplicar: "Que en su dia, y previos los trémites de la Ley, dictar sentencia estimande la demanda y declarando el derecho de mis conferentes a ser indemnnizados or los dafios y perjuicios sufridos por las lesiones y secuelas causadas por la agresion 0 ataque de los perros al servicio de los demandados, y condenando a éstos solidariamente al pago de las Indemnizactones que correspondan con arregio a los dafios establecidos en el Fundamento de Hecho Octavo de esta demanda, para el caso de que no estimara adecuada la cifra de cincuenta millones de pesetas como indemnizacién para Narciso y de doscientas diez mil pesetas para Gustavo , todo ello con expresa imposicién de las costas 2 la parte demandada". SEGUNDO.- Los demandados don Vicente, dofia Lidia y dofia Beatriz se personaron en el pleito y contestaron a la demanda, a la que se opusieron a medio de las razones de hecho y de derecho que alegaron, para terminar suplicando: "Dicte en su dia sentencia desestimande la demands, con expresa Imposicion de costas a los promotores de este juicio” TERCERO.- Unidas las pruebes practicadas y que fueron admitidas, el Juez de Primera Instancia de! Juzgado numero tres de Talavera de la Reina dicté sentencia el 21 de enero de 1.997, con el siguiente Fallo literal: "Que estimando basicamente la demanda formulada por et Procurador Sr. Fernandez Mufioz, en nombre y representacién de don Gustavo y don Narciso, debo condenar y condeno solidariamente 2 los demandados don Vicente y su esposa dofia Lidia y dofia Beatriz , a que abonen al actor don Gustavo le cantidad de 150.000 pts, y a don Narciso la cantidad de 34.420.000 pts. condenandoles asimismo al pago de las costas procesales causadas", CUARTO.- La referida sentencia fue recurriéa por los demandados don Vicente y dofa Lidia, que promovieron apelacién para ante la Audiencia Provincial de Toledo, habiendo su Seccién Primera tramitado el rollo de alzada nimero 95/1997, pronuncidndose sentencia con fecha 16 de junio de 1.997, la que en su parte dispositiva declara, Fallamos: "Desestimando el recurso de apelacién interpuesto por el Procurador D. Ricardo Sanchez Calvo, en representecién de D. Vicente y D® Lidia , contra le sentencia receida en el juicio de menor cuantia ntimero 161/96 del Juzgado de 12 Instancia numero 3 de Talavera de la Reina, debemos confirmar y confirmamos dicha resolucién, Imponiendo a los recurrentes las costas de esta alzada* 51 QUINTO.- EI Procurador de los tribunales don José Tejedor Moyano, en nombre y representacién de don Vicente y dofia Beatriz, formalizé recurso de casacién ante esta Sala contra la sentencia del grado de apelacién, que integré con los siguientes motivos, al amparo del niimero cuarto del articulo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil: Uno: Aplicacién indebida del article 1905 del Cédigo Civil Dos: Aplicacién indebida det articulo 1249 del Cédigo Civil SEXTO.- Los recurridos presentaron escrito de impugnacién del recurso promovido. SEPTIMO.- Le votacién y fallo del recurso tuve lugar el pasado dia cuatro de abril del ao dos mil, Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D. ALFONSO VILLAGOMEZ RODIL FUNDAMENTOS DE DERECHO. PRIMERO.- Los ataques a las personas por parte de perros sujetos al dominio del hombre @ integrados en su patrimonio, se presentan frecuentes en la actualidad, adquiriendo un alarmante protagonismo y sin dejar de lado que han ocurrido en todos los tiempos, resultan injustificables cuando fos avances cientificos permiten la utllizacién de medios técnicos adecuados para el control de estos animales, maxime si por manipulaciones genéticas, alimentarios.o de otro tipo, se propicia su fiereza, y de este modo se les hace pasar de la condicién de domésticos a la de animales dafiinos, con la necesaria intensidad en su vigilancia y control, y su sola tenencia ya significa la instauracién de un riesgo por razon del peligro que representan para las personas, sobre todo si se trata de nifios o ancianos. Estas situaciones deben de alertar 2 ios drganos de la Administracién competentes para dictar las medidas preventivas necesaries, que deben de tener presencia eficaz en la sociedad, resultando adelantadas las legislaciones de algunas ‘Comunidades Auténomas. Con precedentes romanos (“actio de pauperie*), nuestro Derecho Histérico se preocupé de la cuestién en forma bien precisada y asi el Fuero Real (Libro IV, Titulo IV, Ley XX), obligaba al duefio de los animales mansos (que incluia a los perros domésticos) & indemnizar los dafios causados. La Partida VII, Titulo XV, Leyes XXI a XXIII, Imponia a los propietarios de animales feroces el deber de tenerlos bien guardados y la indemnizacion incluia el lucro cesante. El Cédigo Civil espafiol no distingue la clase de animales y su articulo 1905, como tiene establecido Ia jurisprudencia de esta Sala, constituye uno de los escasos supuestes claros de responsabilidad objetiva admitidos en nuestro Ordenamiento Juridico (Ss, de 3-4- 1957, 26-1-1972, 15-3-1982, 31-12-1992 y 10-7-1995), al proceder del comportamiento agresivo del animal que se traduce en la causacién de efectivos dafios, exigiendo el! precepto sélo causalidad material, En el motivo primero se denuncia aplicacién indebida del articulo 1905, a cuyos efectos se argumenta que fue don Vicente (hijo del recurrente codemandado) el que solté los perros mastines que atacaron brutalmente 2 los menores cuando jugaban en paraje proxime a la finca donde se hallaban albergados, causande a uno de ellos importantes lesiones en ja cabeza y gravisimas secuelas estéticas y funcionales, con transcendentales repercusiones psicoldgicas que han condicionade negativamente su vida futura. Se aduce que de este modo ninguna responsabilidad cabe exigir a los recurrentes. Le pretendida desviacin de la responsabilidad que e! motivo propone no se acomoda @ los hechos probados, al declarer que el destino de los mastines era la custodia de la finca Propiedad de los recurrentes, que dedicaban a explotacién agropecuaria, siendo esta raze de perros normaimente utilizada por sus aptitudes para el cuidado’ del ganado, sin perjuicio de que puedan cumplir funciones de vigilancia, lo que acredita por si que dichos titulares dominicales eran los que se beneficiaban de ios animales y basta la utiizacién en provecho propio para que surja la obligacién de resarcir (Ss. de 14-5- 1963, 14-3-1968, 28-4-1983 y 28-1-1986). No se probé pare nada que el hijo de referencia fuera el duefio de los canes agresores, por lo que hay que atribuir e! dominio a los propietarios de la finca a la que servian, y ser los efectivos poseedores de los mismos, es decir, se trata de propietarios- poseedores, transforméndose el binomio legal francés de propietario-usuario en poseedor-usuario, al 52 encontrarse los animales bajo la guardia de los recurrentes, tanto en su dimension de guardia-~ juridica como de guardia-material. El articulo 1905 resulté correctamente aplicado, y no precisa de la concurrencia de culpa o negligencia de las personas, ya que es suficiente le condicién demostrads de duefios y as! la imputabllidad que les corresponde resulta operativa y acomodada al precepto, obligéndoles a responder de ios dafios que los animales causen, aunque se hubieran escapado del recinto donde se encontraban, como es el caso de autos. E| motivo e desestima, SEGUNDO.- En este ditimo motive se argumenta que el articulo 1249 del Cédigo Civil ha sido objeto de indebida aplicacién, ya que la responsabilidad que se imputa a los Fecurrentes proviene de atribuirles la sentencia la propiedad de las fincas de donde salieron los mastines que atacaron @ los dos menores que demandan (ahora ye mayores de edad) y que dicho predio estaba dedicado a explotacién agropecuaria, lo que 2 juicio de los recurrentes no resulta suficiente. La titularidad dominical quedé debidamente demostrada (escriture de compra a los padres en enero de 1982), asi como que los perros se encontraban en dicho predio y los Fecurrentes se servian de ellos, y precisamente escaparon de la finca para atacar a los menores, presupuestos que actiian decisivos para que proceda la aplicacién del articulo 1905 del Cédigo civil, ya que no se demostré que los mastines fueran de la propiedad o estuviesen sujetos ala exclusiva y excluyente posesién del hijo de don Vicente , como queda ya dicho. El referido precepto establece une presuncién “iuris et de iure” de culpabllidad, en razén a que el hecho de tener y disfrutar los perros en interés propio, entrafia riesgos que el propieterio debe de asumir en sus consecuencias negativas, ‘con lo que viene a ser Gecisivo que los dafios hayan sido causados por animales identificados (Sentencia de 27- 2-1996). La presuncién no ha sido destruida eficazmente por prueba adecuada y suficiente, con lo que el motivo perece. EI referido articulo 1905 séio contempla que la responsabilidad cabe ser exonerada cuando se trata de dafios imprevisibles o inevitables, que no son los que NOS enjuiciamos en via casacional TERCERO.- Al desestimarse el recurso procede imponer sus costas a los litigantes que lo plantearon, por el mandato del articulo 1715 de la Ley de Enjuiciemiento Civil, con pérdida del depésito constituido. Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo espafal: FALLAMOS Que debemos de deciarar y asi lo declaramos no haber lugar al presente recurso de casacién que fue formalizado por don Vicente y dofa Beatriz , contra la sentencia que pronuncié la Audiencia Provincial de Toledo - Seccién primera-, en fecha dieciséis de junio de 1997, en el proceso al que el recurso se refiere. Se imponen a dichos recurrentes las costas de casacién y se decreta la pérdida del depdsito constituido, al que se le daré el destino que legaimente le corresponde Expidase a la expresada Audiencia certificacién de la presente resolucién, y devuéivanse autos y rollo, remitides en su dia, Interesando el correspondiente acuse de recibo. Asi por este nuestra sentencia, que se insertaré en la COLECCION LEGISLATIVA pasdndose al efecto las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.~ Alfonso Villegémez Rodil.-Luis Martinez-Calcerrada Gémez.-losé ‘de Asis Garrote, Firmado y rubricado.~ PUBLICACION.- Leida y publicada fue la anterior sentencia por ei EXCMO. SR. D. Alfonso Villagémez Rodil, Ponente que ha sido en el tramite de los presentes autos, estando celebrando Audiencia Publica la Sala Primera dei Tribunal Supremo, en el dia de hoy; de lo que como Secretario de le misma, certifi. 53 ANEXO IT Id Cendoj + 28079110012004100362 ‘Organo : Tribunal Supremo. Sala de lo Civil Sede fadrid Seccién 1 N° de Recurso : 1024/1998 NO de Resolucién 377/2004 Procedimiento RECURSO DE CASACION Ponente H IGNACIO SIERRA GIL DE LA CUESTA Tipo de Resolucin__: Sentencia En la Villa de Madrid, a doce de Mayo de dos mil cuatro. Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Excmos. Sres. Magistrados ai margen indicados, el recurso de casacién interpuesto por DON Lazaro , representado por la Procuradora de los Tribunales Dofia Raquel Gémez Mira, contra Ia sentencia dictada en grado de apelacién con fecha 3 de febrero de 1998 por la Seccién Tercera de ia Audiencia Provincial de Tarragona dimanante del juicio de menor cuantia seguido en el Juzgado de Primera Instancia numero Tres de Tortosa. Es parte recurrida en el presente recurso Dofia Claudia , no personada en estas actuaciones. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- El Juzgado de Primera Instancia Numero 3 de los de Tortosa, conocié el juicio de menor cuantia n® 74/97, seguido a instancia de D8 Claudia , contra 0. Lazaro , sobre reclamacién de cantidad. Por la representacién procesal de ia parte actora se formulé demanda en base a cuantos hechos y fundamentos de derecho estimé de aplicacién, pare terminar suplicando al Juzgado: *...dicte sentencia por la que se condene a D. Lazaro @ pagar a mi principal D3 Claudia , de cesada Elvira , le cantidad de nueve millones trescientas mil trescientas cuarenta y une (9.300.341) pesetas, mas los intereses legales y de demora desde la fecha de le reclamacién, con imposicién de las costas al demandado, por ser de rigor.". Admitida a trémite la demanda, por la representacién procesal de la parte demandada, se contesté la misma, en te que terminaba suplicando al Juzgado, tras los hechos y fundamentos de derecho que estimé de aplicacién: *...dictar sentencia en la que se desestime la demanda en todos sus términos, condenandose a le actora al pago de todas las costas causadas en el presente procedimiento.". Con fecha 17 de noviembre de 1997, el Juzgado cictd sentencia cuyo fallo dice: "Que estimando le demanda presentade por el Procurador D. José Luis Audi Angela, en representacion de Claudia contra Lézaro debo condenar al demandado @ que abone @ la actora la cantidad de 9.300.341 pts, més los intereses legales desde la fecha de la reciamacién Asimismo deberé abonar el Sr. Lazaro las costas generadas en esta instan ‘SEGUNDO.- Interpuesto recurso de apelacién contra la sentencia de primera instancia y tramitado el recurso con arreglo a derecho, la Seccién Tercera de la Audiencia Provincial de Tarragona, dictd sentencia en fecha 3 de febrero de 1998, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: "Que debernos declarar y declaramos haber lugar en parte al recurso de apelacién Interpuesto por Lazaro contra la sentencia dictada en 17 de noviembre de 1997, por el Juzgado n° 3 de Tortosa cuya resolucién REVOCAMOS PARCIALMENTE, en el sentido de reducir la indemnizacién fijada a 4.650.170 pts., a como imponiendo a cada parte sus costas a la mitad de las de primera instancia, no habiendo lugar a imponer expresamente las costas del recurso.". TERCERO.- Por la Procuradora Sra. Gémez Mira, en nombre: y representacién de D. Lazaro, se presenté escrito de formalizacién de! recurso de casacién ante este Tribunal ‘Supremo, con apoyo procesal en los siguientes motivos: Primero: "Al amparo de lo dispuesto en el articulo 1692 L-E.C. en su apartado 4, ya que la resolucién recurrida ha infringido las normas del ordenamiento juridico aplicable.". Segundo: “Al amparo de lo dispuesto en el articulo 1.692 n® 4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en relacién con el articulo 1902 y ss del Cédigo Civil” 54 CUARTO.- Por Auto de esta Sala de fecha 26 de octubre de 2000, se admite a trémite el recurso y evacuado el trasiado conferido, por la representacién procesal del recurrido, se presenté escrito de impugnacién al mismo. QUINTO.- No habiéndose solicitado, por todas las partes personadas, la celebracién de vista publica, por la Sala se acordé sefialar, para la votacién y fallo del presente recurso, el dia veintiocho de abril del afio en curso, en el que ha tenido lugar. Ha sido Ponente ei Magistrado Excmo. Sr, D. IGNACIO SIERRA GIL DE LA CUESTA FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Ei primer motivo del actual recurso de casacién lo formula la parte recurrente en base al articulo 1.692-4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, pero sin que especifique el Precepto que estima infringido en la sentencia recurrida. Esto ultimo pudiere ser causa suficiente para desestimar | actuel motivo. Sin embargo por mor de una mayor seguridad juridica y del principio "pro actione", se entrar en el fondo de la cuestién, estimando por pura deduccién que el precepto que estima infringido es el articulo 1968-2 del Cédigo Civil. Los hechos base de la actual contienda judicial estén constituidos por la entrada en la finca de Millan -esposo fallecido de la parte recurrida Claudia - de un perro raza "doberman" propio del recurrente Lazaro , y al intentar separarie en su lucha feroz con el perro de aquellos, el referido Millén , sufrié una parada cerdiaca que provocé su muerte, Por dichos hechos se incoaron diligencias penales. Partiendo de lo antedicho, es preciso afirmar que la tesis casacional alegada por la parte recurrente no cabe ser atendida ~y por ello debe ser desestimado el motivo-, ya que el ejercicio de una accién de responsabilidad civil aquiliana, el cémputo del plazo en e! evento en que previamente ha habido una tramitacién de proceso penal, el dia inicial para el cémputo del afio que establece dicho precepto como plazo de prescripcion de la posibilidad de exigencia, es aquél en que se notificé fehacientemente e! auto o resolucién por el que se archivaba definitivamente la causa penal. Y asi se ha determinado en reiterada doctrina Jurisprudencial -por todas la sentencia del Tribunal Constitucional de 11 de ciciembre de 2000 y la sentencia de esta Sala de 10 de octubre de 1.996-. Y en el presente caso la Gemanda en la que se plasmaba la pretensién cuyo objeto en la exigencia de una responsabilidad extracontractuai y la consiguiente indemnizaci6n, se planted el 17 de mayo de 1997 y el auto de archivo de las actuaciones penales se realizé el 20 de mayo de 1996; por lo que no habia transcurrido el plazo de prescnpcién extintiva fjado en el articulo 1968-2 de! Codigo Civil. SEGUNDO.- El segundo motivo también lo residencia la parte recurrente en el articulo 1694-4, ya que segiin opinion de dicha parte, en la sentencia recurrida se ha infringido el articulo’ 1902 del Cédigo Civil. Este motivo debe seguir la misma suerte desestimatoria que su precedente. En efecto, ya que aqui la parte recurrente al efectuar una nueva operacién hermenéutica y distinta a la reiterada en la sentencia recurrida, y siempre con Una intencién voluntarista "pro domo sua", incurre en el vicio casacional denominado por la jurisprudencia de esta Sala y por la doctrina cientifica como "supuesto de la cuestin’, © Sea tratar de soslayar la base féctica de ia sentencia recurrida, sin traer @ juego datos nuevos e incontestables. Pues de una manera incuestionable y a través de una hermenéusis égica y racional en la sentencia recurtida se liega a la conclusién besada en tun informe pericial del médico forense que afirma que el “desenlace -muerte- era de Preveer debido a estas placas ateromatosas obstructivas en las coronarias", que indican un enlace causal, preciso y directo entre la entrada violenta del perro y la muerte de Elvira . TERCERO.- En materia de costas procesales y en esta clase de recursos se seguiré la teoria del vencimiento @ tenor de io dispuesto en el articulg 1.715-3 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; por lo que en el presente caso las mismas se impondran a la parte recurrente. Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo espafiol: FALLAMOS Que debemos acordar lo siguiente: 1°.- No haber lugar al recurso de casacién interpuesto por Don Lazaro frente a la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Tarragona de fecha 3 de febrero de 1998, 20.« Imponer las costas procesales de este recurso a dicha parte recurrente. 55 Expidase la correspondiente certificacién a la referida Audiencia Provincial, con remisi6n de los autos y rollo de Sala en su dia enviados. Asi por esta nuestra sentencia, que se insertaré en la COLECCION LEGISLATIVA paséndose al efecto las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos .- I. Sierra Gil de Ia Cuesta.- A. Gullén Ballesteros... P. Gonzélez Poveda.-Firmado.-_ Rubricad PUBLICACION.- Leida y publicada fue la anterior sentencia por e! EXCMO. SR. D. Ignacio Sierra Gil de la Cuesta, Ponente que ha sido en el tramite de los presentes autos, estando celebrando Audiencia Publice la Sela Primera del Tribunal Supremo, en el dia de hoy; de Jo que como Secretario de la misma, certifico. 56 ANEXO IIT id Cendo} + 28079410012007100849 | ‘Organo + Tribunal Supremo, Sala de lo Civil Sede Madrid Seccién ih NO de Recurso : 2980/2000 INO de Resolucién 1848/2007 Procedimiento : Casacién Ponente } ALFONSO VILLAGOMEZ RODIL Tipo de Resolucién _: Sentencia En la Villa de Madrid, a doce de Julio de dos mil siete. VISTOS por Ia Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados identificados al margen, el recurso de casacién contra la sentencia dictada en grado de apelacién por la audiencia Provincial de Pontevedra -Seccién Primera-, en fecha 21 de marzo de 2,000, como consecuencia de los autos de juicio de menor cuantia sobre culpa extracontractual por lesiones causadas por un perro, tramitados en el Juzgado de Primera Instancia de Cangas nimero dos, cuyo recurso fué interpuesto por don Eduardo, representado por la Procuradora de los Tribunales dofia Silvia Barreiro Teijeiro, en el que es recurrida dofa Francisco , a la que representé el Procurader don Antonio Barreiro- Meiro Barbero. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.~ El Juzgado de Primera Instancia dos de Cangas tramité los autos de Juiclo de menor cuantia nimero 330/97 , que promovid la demanda de don Eduardo , en la que, tras exponer hechos y fundamentos de derecho, suplicé: «Que teniendo por presentado este escrito, con los documentos que lo acompafian y sus respectivas copias, se sitve admitirio, dar traslado del mismo a los demandados y tener por formulada demande de reclamacién de dafios y perjuicios, a tremitar por el juicio declarative de menor cuantia, contra dofia Francisco y contra todos y cada uno de los herederos de don Gerardo y, en su virtud, previos los trémites procesales oportunos, dictar sentencia en la que se contengan los siguientes pronunciamientos: A) Que se condene a los demandados 2 satisfacer al actor la indemnizacién que le corresponda por incapacidad temporal, a tenor de los 1.399 dias que el lesionado ha estado de baja, de los cuales 28 corresponden @ dias de baja hospitalaria, aplicando a la misma los factores de correccién establecidos en la Tabla V de la Ley del Seguro del Automévil que por analogia debe ser aplicable.- B) Que se condene a los demandados satisfacer al actor la indemnizacién que le corresponde Por lesiones permanentes inciuidos dafios morales , a tenor de las secuelas que como consecuencia del ataque del perro le han quedado, segin el informe médico adjuntado, aplicando a la misma los factores de correccién establecidos en la Tabla IV de la Ley, y de los que se hace mencién en ef cuerpo de este escrito. C) Que se condene 2 los demandados 2 satisfacer al actor todos los gastos médicos y de asistencia hospitelaria que se le han causado, y que se elevan a un total de dos millones noventa y seis mil trescientas cincuenta y seis mil pesetas (2.096.356,- Ptas.), todo ello con los intereses legeles que correspondan desde el momento en que se produjo el hecho causante, y con expresa imposicién de les costas a la parte contrarian SEGUNDO.- Los demandados don Gerardo , dofia Marta y dofia Francisco , ésta por si y en representacién de su hijo menor de edad don Manuel se personaron en el pleito y presentaron contestacién opositora a Ia demanda en la que vinieron a suplicar: «Que habiendo por presentado este escrito, y en meérito a lo expuesto, me tenga por comparecido en la representacién invocada, por contestada la demanda, cite a las partes 2 comparecencia y previo recibimiento del pleita a prueba, practica de los medios propuestos y deciarados pertinentes y demas trémites que prevé la Ley Procesal dicte sentencia por la cual se desestime integramente le demanda con imposicién al demandante de las costas causadas». TERCERO.- El Juez de Primera Instancla de Cangas niimero dos dicté sentencia el 28 de enero de 1.999 , con el siguiente Fallo literal: «Que estimando parcialmente fa demanda formulade por le Procuradora Sra, Barrientos Barrientos en nombre y representacién de Eduardo contra Francisco y la comunidad hereditaria de Gerardo , representados por el 57 Procurador Sr. Portela Leirés, debo condenar y condeno a Francisco a que indemnice al actor en la cantidad que se acredite en ejecucién de sentencia conforme a las bases fijedas en el fundamento juridico cuarto de la presente resolucién, con arreglo a la descripcién de las lesiones contenidas en el informe médico del Dr. Ricardo de 11 de ‘octubre de 1.993, absolviendo en la instancia a la comunidad hereditaria codemandada, sin hacer expresa imposicién de costas a ninguna de las partes». CUARTO.- La referida sentencia fué recurrida por la parte demandada, que promovid apelacién para ante la Audiencie Provincial de Pontevedra y su Seccidn Primera, en el rollo de alzada nimero 76/99, pronuncié sentencia con la siguiente parte dispositiva literal: «FALLAMOS: Que estimando el recurso deducido por dofia Francisco , y desestimando el interpuesto por don Eduardo , debemos declarar y deciaramos no haber lugar a acoger la demanda formulada por el segundo y, en consecuencia absolvemos a la citada dona Francisco y 2 los codemandados don Gerardo , dofia Marta y dofia Francisco de las pretensiones deducidas contra ellos.- Se imponen las costas de la primera instancia a don Eduardo , esi como las del recurso por él interpuesto, sin hacer condena en cuanto 2 las del que ha sido deducido por dofia Francisco ». QUINTO.- La Procuradora de los tribunales dofa Silvia Barrelro Teijeiro, en nombre y representacién de don Eduardo , formalizé recurso de casacién contra la sentencia de apelacién, en base a un sélo motivo, aportado por el ordinal cuarto del articulo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , en el que denuncia infringido el articulo 1.905 del Cédigo Civil y jurisprudencia que lo interpreta. SEXTO.- Le parte recurrida presenté escrito @ medio del cual impugné el recurso de casacién admitido, SEPTIMO.- La votacién y fallo del recurso de casacién tuvo lugar el dia 29 de junio de 2.007. Ha sido Ponente el Magistrado Excmo, Sr. D, ALFONSO VILLAGOMEZ RODIL FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Aportando infraccién del articulo 1.905 de! Cédigo Civil y jurisprudencia, sostiene el recurrente que se aplicé incorrectamente el precepto y, consecuencia de ello, se produjo la absolucién de la codemandada dofa Francisco . Los hechos declerados probados acceden firmes @ casacién y no cabe combatirlos ni aportar interesado relato factico propio, por no haberse denunciado error de derecho que autorizase a esta Sala a su revisién. Lo que la sentencia recurrida establece como demostrado es que el Tecurrente acudié en la tarde del dia de los hechos, en compafia de otra persona, a la vivienda de la demandada pare reparar un electrodoméstico a su solicitud, ya que no habia podido terminar el trabajo por la mafiana y, una vez en el lugar, se adentré en la finca que tenia que atravesar para llegar a la vivienda, toda vez que el portalén de acceso ‘no se lo impidié, y en ese momento fué atacado por el perro de la case, siendo el causente de las graves lesiones que padecié (traumatismo craneo-encefélico, grandes destrozos en el tercio inferior de la pierna derecha y otras), que determinaron que hubiera de sufrir amputacién del tercio medio de la pierna lesionads. Se establecie también como probado que el recurrente llevé @ cabo actuacién de atravesar la finca no obstante conocer ia existencia del perro agresor y que por sus caracteristicas era preciso ls adopcion de precauciones especiales. Hasta aqui el relate de los hechos acreditatives de que el recurrente acepté voluntariamente una situacién de riesgo que le resultaba suficientemente conocida, por lo que la exoneracién de responsabilidades que prevé el articulo 1.905 la decreta la sentencia recurrida, dado el conocimiento det peligro por la propia victima y que vino 2 asumir al llevar 2 cabo el trénsito por la finca sin cercionarse de que el animal no podia atacarle, ni aviser de su presencia a los duefios, habiendo tenido jugar la entrada cuando la propletaria estaba dentro de la casa y’sin haber obtenido respuesta de la misma que le autorizase el libre acceso al interior. Ahora bien, tampoco se pueden marginar y no atender los hechos que la sentencia reconoce acreditados, que permiten su consideracién en el recurso de casacién. Efectivamente el retorno por Ia tarde tuvo lugar y fué cuando ocurrié el accidente, por lo que la conclusién légica que se impone es que s! la demandada tenia pleno conocimiento de tal situacién, es decir que se presentaba como hecho cierto y notorio que el operario habia de voiver, debié de adoptar las precauciones que se imponian necesarias, y tomar las medidas 58 precisas para que el perro no anduviera suelto, lo que indudablemente no llevé 2 cabo, ‘como lo acredita el resultado dafioso ocasionado. Al tiempo se creé en el recurrente rezonable confianza, ya que el portaién no estaba cerrado, de que el trénsito por fa finca no representaba ningin peligro. En todo caso, la entrada tampoco se produjo contra ia expresa voluntad de la duefia, que la habla otorgado al permitir la reanudacién de los trabajos por ia tarde y dejar abierta ia puerta de acceso. Por lo tanto se trata de riesgos concurrentes y culpas plurales, ya que a lo que queda dicho ha de afiadirse que la icrupcién en la fince por el actor, correspondia 2 une actuacién progremada de entemano Y convenida con la propietaria y ésta debié de faclitar en: todo momento un trénsito seguro y evitar situaciones sorpresivas como la que tuvo lugar por el ataque inesperado del animal. El articulo 1.905 se estd refiriendo a una responsabilidad no culpabllistica, en linea de proximidad 2 1a apreciabilidad objetiva, por fo que se trata de efectiva responsabilidad por el riesgo que supone la posesién de animales, es decir que se trate de tesponsabliidad inherente 2 tel situacién personal (sentencia de 29-5-2003 ), y en ; roce © empujén que determind la caida at suelo del actor, con su menor hijo que llevaba en brazos, produciéndose en tal momento las lesiones del pequefio, cuya indemnizacién se reclaman en este pleito. Estos hechos, inequivocamente declarados y reconocidos en Ia resolucién recurrida, resultan incélumes en este especial recurso, en el ‘que sélo aparece admitido un solo motivo, y éste formulado a través del cauce procesal del nim. 5 del art, 1.692 de la Ley de Enjuiciemiento Civil ,citandose la infraccién del art. 1,905 de] Cédigo Civil . Y aunque la via impugnatoria ‘utilzada impida cuestionar la apreciacién probatoria efectuada en la instancia, lo cierto es que la parte recurrente insiste, también aqui, en contradecir los hechos definitivamente fijados, intentando modificar su significado y aicance, orientandolos hacia «una culpa del que sufriera el dafiom, que no aparece reconocida en ninguna de las sentencias en las que se ha efectuado lz apreciacién y valoracién de los medios probatorios. Para que el poseedor del animal pueda queder exonerado de la responsabilidad derivada de ios perjuicios que se causan, es requisito indispensable la existencia constetada de una fuerza mayor, o de la culpa de le victima ( art. 1.905 del Cédigo Civil , que se cita como infringido), y esas Circunstancias aparecen ausentes en las actuaciones, y, como hemos. visto, tampoco son recogidos en la narracién de los hechos declarados probados en las dos sentencias de Instancia. Cosa distinta es la opinién personal que pueda tener al parte recurrente, casacionalmente no justificada, y ni siquiera impugnada en forma la contraria; razones que obligan a rechazar este segundo motivo, y con él el decaimiento del recurso en su integridad, con la preceptiva condena en costas de la parte recurrente, y la pérdide del depésito que sefala el art, 1.715 de la Ley de Enjuiciamiento Civil . Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo espariol, FALLAMOS: Que debemos declarar y declaramos no haber lugar al recurso de casacién interpuesto por la Hermandad Nuestre Sefiora del Rocio de Gines y Eugenio , contra la Sentencia dictada por la Seccién Sexta de la Audiencia Provincial de Sevilla con fecha 9 de abril de 1990 , en las actuaciones de que se trata. Condenamos a dichos recurrentes al pago de las costas ocasionadas en el presente recurso y a la pérdida del depésito constituido. Comuniquese esta resolucién a la mencionada Audiencia a los efectos legales oportunos, con devolucién de los autos y rollo que en su dia remitié. Asi, por esta nuestra sentencia, que se insertaré en la COLECCION LEGISLATIVA, pasdndose al efecto las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.- Gumersindo Burgos Pérez de Andrade.-Francisco Morales Morales.-Pedro Gonzélez Poveda. -Rubricados. Publicacién: Leida y publicade fue la anterior sentencia por el Excmo Sr. dan Gumersindo Burgos Pérez de Andrade, Ponente que ha sido en el trémite de los Presentes autos, estando celebrando audiencie publica la Sala Primera del Tribunal Supremo, en el dia de hoy, de lo que como Secretario de la misma certifico. a

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