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Augusto del Rio n TUT CoCo IAT VDL VOl aura EL MISAL ROMANO REVISADO POR SAN PIO V YEL NOvuS ORDO Misse DE PAULO VI Editorial Santiago Apostol Augusto del Rio EL DRAMA LITURGICO Estudio comparativo entre el Misal romano revisado por San Pio V y el Novus Ordo Misse de Paulo VI Editorial Santiago Apdstol Buenos Aires 2003 ©Editorial y Libreria Santiago Apéstol Rodriguez Pefhia734 P.B. «A» Tel: (011) 4813-2483 “El nuevo Ordo Misste, si se consideran los elementos nuevos, susceptibles de sapostolnac@hotmail.com apreciaciones muy diversas, que aparecen sobreentendidos © implicitos, se aleja (C1020ADP) Cdad.de Bs As - Reptiblica Argentina. de manera impresionante, tanto en el conjunto como en los detalles, de la teologia catélica de la santa misa tal como fue formulada en la XXII Sesion del Concilio de Trento, e! cual, al fijar definitivamente los “cinones” del rito, levanté Agradecemos la ayuda desinteresada del Prof. Victor H. Basterretche, una barrera infranqueable contra toda herejia que pudiera menoscabar la quien con su conocimiento sobre la materia y sus atinadas sugerencias integridad del misterio” colaboré en la correccién de la presente obra. (Breve Examen critico del “Novus Ordo Missce”, Alfredo Cardenal Ottaviani, Antonio Cardenal Bacci, festividad de Corpus Christi, 1969) Realizucitn de Tapa: Marcela]; Giisteli "Dadas las formas actuales de la celebradin eucaristica en la Iglesia catélica y en raz6n de las convergencias teoldgicas presentes, muchos obstéculos que hubieran podido impedir a un protestante participar en su celebracién eucaristica parecen hallurse en vias de desaparicion, Hoy en dia deberia serle posible a un feono de tapa: Escenas de la Pasion protestante reconocer en la celebracién eucaristica catélica la cena s.XV (Névgorod, Museo de Historia y Arquitectura) instituida por el Sefto Contratapa: Detalle de la obra Cordero Mistico s.XV (Hubert y Jan van Eyck, catedral de Gante) Nos atenemos al uso de las nuevas oraciones eucaristicas en las cuales volvemos 4 encontnarnos y que tienen la ventaja de matizar Ia teologia del sacrificio que teniamos el habito de atribuir al catolicismo. Esas plegarias nos invitan a volver a encontrar una teologia evangélica del sacrificio. (Consistorto supertor de la Confeston de Augsburgo y Lorena, llamada iglesia “evangélica’, 8 de diciembre de 1973). “Lo que es para Nos causa de atin mayor afliccién es la difusién de la tendencia a Hechi si ‘ iecho el depésito que marca la ley 11.723 | sdesacralizar- como se atreven a decir, Ia liturgia (ei todavia merece conservar ese Buenos Aires - Febrero de 2002 a0 Neil aletia lanai Bs siidad a Tmpreso en la Argentina nombre) y con ella, fatalmente, el cristianismo. Esa nueva mentalidad, cuyos 1S.B.N::987-1042-03-5 turbios origenes seria facil senalar y sobre la cual esta demolicién del culto catélico auténtico pretende fundarse, implica tales trastocamientos doctrinales, disciplinarios y pastorales, que no dudamos en calificarla de aberrantes, Lamentamos tener que decir esto, no solo a causa del espiritu anticandnico y radical que profesa gratuitamente, sino mas bien a causa de la desintegracién que comporta fatalmente* Este libro no puede reproducirse, total 0 parcialmente, por ningiin método grafico, (Paulo VI, Disctrrso 19 de abril de 1967, a los miembros del Consilium para la clectrénico o mecinico, incluyendo los sistemas de fotocopia, registro magnetofénico fi aplicacion de la ConstituciOn litdrgica) ode almacenamienro y alimentacién de datos, sin expreso consentimiento del editor. Aucusto DEL Rio Ec Drama Lirincico Desgriciadamente [los innovadores] no se han contentado con algunas reformas juiciosas y necesarias; han descuidado Ja recomendacién del Concilio, que en el articulo 23 de su Constitucién sobre la Liturgia dice: “Solo se hariin innovaciones si la utilidad de [a Iglesia las exige verdadera y ciertimente*, Han quetide mas: han querido mostrarse abiertos a la nueva teologia tan equivoca, abicrtos al mundo de hoy. Por esto, los artifices del nuevo rito de Ia misa no pueden apelar al Concilio, aunque no cesen de hacerlo, Las instrucciones del Concilio estén escritas en forma general y permanecen abiertas a diversas soluciones, En cualquier caso lo cierto es que el mievo “oro miss" no hubiera recibido Ia conformidad de la mayoria de los padres conciliares” (Klaus Gamber, La Reforma cle la Liturgia romana, p. 34). Lo que ha ocurrido tras el Concilio es algo coi ina liturgi fabricada. Se la salido de un proceso de crecimiento y de devenir para entrar en letamente distinto: en lugar de fruto de un desarrollo continuo, se ha introducido una liturgia otro de fabricacion. No se ha querido continuar el devenir y la maduraci6n. Hido duraute sigios, se la ha sustituide, como si fuese una produceién industrial, por una fabricacion que es un producto banal del momento. [Klaus] Gamber, con la vigilancia de un auténtico vidente y con la intrepidez de un verdadero testigo, se ha opuesto a esta falsificacion y nos orgioica de lo que ha e: ensefado incansublemente Ia plenitud viva de una verdadera liturgia. Qoseph Cardenal Ratzinger, “Klass Gamber, La intrepidex de nn verdadero testigo”) 1) Presentacion .......... ‘ ok CGS MI 2) Introduccién al Estudio Comparativo * La doxtrina cat6lica sobre el Sacrificio de la Misa (puntos principales) ~ El sacriticio de la Cruz = Diferencta entre ef sacramento y el sactificio euc ~ El sactificio de Ja Mis ~ Realidad del sacrilicio de la Misa = Relaci6n ¢ identidad ent ~ Relacion entie el sacrificio de la M ~ La esencia del sacrificio de la Misa ~ Fines del sacrificio de la Misa definicion + Sintesis del anilisis del Novus Ordo Missce de Paulo VI. 3) Estudio Comparativo * Ritos iniciales — Acto penitencial ion a Cristo = Gloria = Gradual y Alleluia, © Tracto © LITURGIA DE LA PALABRA — Bpistola ~ Evangelio = Prof oT aS © LITURGIA BUCARISTICA . wae . * . ~ Ritos de preparacion de las ofrendas — Oracion sobre las ofrendas © Plegaria eucaristica —Prefacio . © Canon de la Misa ~ Primer Memento: el Papa, el Clero y todos los fieles ~ Segundo Memento: de los vivos = Tercer Memento: todos los Santos = Consagraciin oe ees = Ofrenda de la Vietima p = Cuarto Memento: las almas del Purgatorio ~ Quinto Memento: los pecadores . * Rito de la Comunion — Oraciones para la Comunion . © Rito de Conclusion 4) Anexos Bibliogratia ‘acistico, el sactificio de la Misa y el de la Cruz ay la Gitima Gena . Presentacion n medio de tantos “cultos alternativos”, de discursos “light” y de tan- to hombre posmoderno que no sabe donde esta parado ni como po- sicionarse frente a la amenazadora ola global zante y tecnocratica que parece querer barrer con todas las certidumbres, a algunos les puede parecer desproporcionado -y hasta inoportuno- que nos detengamos a analizar el auténtico drama litargico que se esta viviendo desde hace déca- das dentro de Ia Iglesia Catdlica y que, como decian los autores del Breve men Critico del “Novus Ordo Missze”, esté colocando al “verdadero ca- t6lico, de cualquier condicién u orden...en la tragica necesidad de optar entre cosas Opuestas entre si” (Breve Examen Critico del Novus Ordo Missee, Alfredo cardenal Ottaviani, Antonio cardenal Bacci, p. 93) Este drama —cuyos origenes modernos los estudiosos han podido es- tablecer ya en las tempranas desviaciones del otrora legitimo (y ortodoxo) “movimiento littirgico” de finales del siglo XIX y principios del XX- ha te- nido un momento culminante con la firma por el papa Paulo VI de la Cons- titucién Apost6lica Missale romanum, el dia 3 de abril de 1969, Jueves San- to, proponiendo un misal renovado para la Iglesia latina Lo que la Constituci6n Sacrosantum Concilium aprobada durante el Concilio Vaticano Il habia propuesto, a saber, que se provea “con solicitud aun reforma general de la liturgia” (N°21), desembocé en un proceso iné- dito de novedades y de tal grado de desacralizaci6n que ha llevado a litur- gistas de primer nivel a denunciarlo como una verdadera “destruccién del Rito romano” (Klaus Gamber, La Reforma de la Liturgia romana, Ediciones Renovacién, Madrid, 1996, pag. 51). “En adelante sultiremos una liturgia que no se centra ya en Dios hasta aho- ra los ojos de los fieles estaban fijos en su Hijo, hecho hombre, clavaco en una cruz y en las imagenes de los Santos sino en la parroquia reunida pa- ta lt cena comunitaria” (op.cit., pag. 54). cr AUGUSTO DEL Rio Este trabajo no pretende ser un anilisis erudito y exhaustivo de los motivos mis profundos y las causas tiltimas, tanto en un plano filoséfico como teolégico que han conducido al actual estado de cosas en la liturgia catolica, Para ello, el que lo desee puede consultar la variada bibliografia existente, fruto de la investigacién de afios de estudios como los llevados a cabo por él citado Gamber. ¥ de hecho, nos hemos apoyado en una pe- quena parte de esta bibliografia para ilustrar al lector sobre el problema. En realidad, pretendemos algo mucho mas modesto y sencillo. Sim- plemente llegar al gran pablico con algo que siempre echamos en falta: la comparaci6n texto a texto, linea por linea, entre el rito romano revisado por San Pio V y el Novus Ordo Missae de Paulo VI. Sabemos que este tema, que sde hace tiempo, ha sido investigado en diferentes nos ha preocupado d registros y niveles de erudicidn con suerte diversa. Y sin dua todo esto ha contribuido a un progresivo acercamiento al nudo del problema. Pero lo ion “lie fe cfimulo de trabajos fue la compara que siempre extramamos en es nea a Iinea” de la que hablamos mis arriba, Al no existir tal confrontacién, el fiel comin, a menudo, se pierde en la marana de argumentaciones de De hecho, al conve! oa sta dispersion y la consiguiente confusién, ir con dis los distintos especialistas bre el problema, uno percibe Jo que conspira contra una correcta evaluacién de la situacion. Por eso, y en el humilde intento de remediar esto, nos hemos pro- puesto una forma que creemos mas adecuada de confrontacion de los tex- tos por medio de columnas paralelas para que el lector tenga una vision si- intas personas EB multinea de las diferencias apreciadas. También hemos agregado, gracias a los aportes de aquellos especialistas, las observaciones pertinentes en ca- da caso, diseftando este libro de fornra tal que se pueda percibir ripida- cambios, supresiones, reduc- mente las diferencias entre uno y otto ito, | ciones, etc. y sus consecuencias doctrinales Algunas aclaraciones: en primer lugar, nos hemos sujetado en todo al texto unificado en lengua espafola del Ordinario de la Misa, editado por la Conferencia Episcopal Argentina en 1989. En segundo lugar, hemos rea- lizado la comparacién entre los dos ritos, incluyendo las Oraciones Euca- risticas mas usuales: la 1 o el [mal] llamado “Canon Romano”, la 2, la 3 y la 4 (aunque es usual identificar a las Oraciones Eucaristicas con ntimeros romanos, hemos preferido la numeracion ardbiga para mayor cl lector), dejando de lado otras Oraciones Eucaristicas que también estan in- a citado: por ejemplo, todas las versiones cluidas en el Ordinario de la Mi 12 a eae A Se Drama Lirtcico de la Oracion Eucaristica Hamada “del Sinodo suizo” 6a, 5b, 5c, 5d); 0 las Oraciones sobre la Reconciliacion © para las misas con nios, Téngase pre- sente que el anilisis de estas ultimas Oraciones eucaristicas no agrega na- da especial a las divergencias fundamentales seftaladas entre el Canon ro. mano del rito revisado por San Pio V y las Oraciones eucaristicas del Canon del Novus Ordo Missze. En rigor de verdad, brevemente podtiamos sefalar que estas Oraciones aumentan atin mas la certidumbre sobre el propésito de ciertos liturgistas y tedlogos de alejar esencialmente al culto catdlico de las posturas ortodoxas sostenidas por la Iglesia durante siglos. En tercer lugar, hemos tenido que optar, en aras de la brevedad del trabajo, por uno solo de los Prefacios, para cada Oracion Eucaristica, de en- tre los 16 (dieciséis) que contiene el Ordinario de Ia Misa (p. ej., Prefacio de Adviento, de Cuaresma, del Tiempo Ordinario, de Santa Maria Virgen, Prefacio Comtin, Prefacio del Bautismo, Prefacio de la Confirmacién, etc.) £n cuatrto lugar, e bido que todo andlisis del Novus Ordo Miss: para ser integral, deberfa ir acompatado de una similar investigacién sobre la correspondiente Presentacion general (Institutio generalis Missalis roma- mt, en adelante JGMR). Para los que no lo saben “el nuevo misal esta pre- cedido por una Presentacion general que no ¢s una simple compilacién de Tubricas, sino mas bien una sintesis de principios teolégicos, ascéticos y Pastorales indispensable tanto para el conocimiento doctrinal como para la celebracién, la catequesis y la pastoral de la misa* (Carta pontificia a la se- mana litirgica de Italia, DC 1594, 3 de octubre 1971, p. 866). Para no abri- mar al lector con un anilisis demasiado detallado haremos minimas refe- rencias @ esta presentaci6n. Insistimos en que varios de los trabajos ya Publicados pueden satisfacer a aquellos que busquen profundizar el tema Volvamos a lo dicho mas arriba: es inoportuno ocuparse de esto?, cconstituye una preocupacién desproporcionada? 2No hay problemas mu. cho mas graves en la Iglesia? Lejos de pensar algo asf, por el contrario -y €n coincidencia con lo dicho por eminentes personalidades catdli nada nuevo si decimos que una de las claves de Ia crisis de pasa por la situacién littirgica. Nada mejor para fundamen- {ar esta preocupacion y pasa orientar hacia una solucion de este grave pro- blema que citar nuevamente a Gamber: S— no descubs fe en la Igles m0 “En esta situacién tan critica se destruye lo que constituia el corazén de la Jalesia, la Liturgia romana con mis de mil aAos de antiguedad. Cieto que no era del todo perfects y que algunos de sus componentes de valor se ha- 3 bia atrofiaco en el transcurso del tiempo; pero siempre ha sido una roca en medio de las tormentas que no han cesado de sacudir a la Iglesia en los si- glos pasados, un refugio seguro para la fe y la piedad. (...) Liturgia y fe mar- chan a a par. Esta es la raz6n por la que se ha creado un nuevo rito que se cotresponde ampliamente con las tendencias de la nueva teologia (moder- nista). Como hasta ahora la liturgia respiraba en todo el espiritu de las ver- icionales y el de la devocin antigua, no podia subsistir ba- jo la forma que tenia. (...) Hay pocos que hablan de la , Sacrificio de la Nueva Alianza, que ofrecemos a Dios Padre por Jesucristo, o bien de la uni6n sacramental con Cristo por la recepeién de la santa comuni6n; aho- 1a solo se habla de la welebracién eucaristicas y del «pan sagrado- que com- partimos entre nosotros y se convierte para nosotros en la sefal de nuestra comunidad con Jestis. Aqui esté verdaderamente la destruccion de la anti- gua misa, del rito romano de mas de mil aos de antigiiedad, la destrucci6n de todo el universo de fe, de la que formaba parte y que fue en el transcur- glos, fuente de piedad y de valentia para confesar la fe. Se po- ilgiin dia Jo mismo de la «nueva misa? Una cuestion atormenta a dades de fe so de los dri dec humerosos fieles cat6licos: qué se puede hacer hoy contra el abandono de la fe y la destruccién de la liturgia? Imposible devolver a la Iglesia a la situ: én en que se encontraba después de la Il Guerra Mundial y tampo- co sea conveniente, Un camino posible seria tomar como punto de partida de una reforma limitada del antiguo rito romano la Constitucién sobre la Li- i:t del Concilio Vaticano IL, tal como la entendieron ka mayoria de los Pa- dres conciliares, sin que esto implique la destrucci6n del rito. Pero, a con- dicién de que los responsables de la Iglesia recuerden la sana doctrina Tim 4, 3) y que todos los profesores de teologia se refieran a ella. Es nece- sario ver, en la celebracin de la san , ante todo, un culto que se tin- de a Dios, una acci6n cultural solemne, en el centro de la cual esti Dios y no el hombre” (K, Gamber, op.it., pag. 52-55) Subestimar este problema hard imposible no solo restaurar Ia liturgia cato- lica sino también resolver la profunda crisis de identidad en que esta in- mersa el sacerdocio catélico. Esa “nueva teologia” que esté en el corazon de la reforma litargica ha traido consecuencias nefastas en lo que se refie- re al sacramento del Orden. No se puede tocar el sacrificio de la Misa y a su finalidad propiciatoria, sin hacer tambalear al sacerdocio, “pues todo pontifice tomado de entre los hombres, a favor de los hombres es institui- do para las cosas que miran 2 Dios, para ofrecer ofrendas y sacrificios por Jos pecados, para que pueda compadecerse de los ignorantes y extravia- dos, por cuanto él esta también rodeado de flaqueza, y a causa de ella de- be por si mismo ofrecer sacrificios por los pecados, igual que por el pue- blo” (Heb 5, 1-3). 1 Introducci6n al Estudio Comparativo J afin de acercamiento con las “iglesias” protestantes, desviado por un “falso ecumenismo” (condenado ya por el ex Santo Oficio en su Instructio de motione cecumenica del 20 de diciembre de 1949) ["] ha sido uno de los fines principales que ba orientado a la reforma de la Litur- gia del Santo Sacrificio de la Misa. El articulo 7 de la “Presentacion Gene- ral” en su redacci6n primitiva da el fundamento sobre el que se ha erigido el Novus Ordo Missce: “La Cena del Seftor, o la Misa, es la sagrada sinaxis [reunin, comunidad religiosal o asamblea del pueblo de Dios, con un sacer- dote presidiendo, para celebrar el memorial del Seftor”, Esta definicion, lue- go se cambi6 ante las criticas catélicas que denunciaban su cardcter neta- mente protestante, Este es el cambio: “En la misa Namada Cena del Senor, ef pueblo de Dios se retine bajo la presidencia del sacerdote para celebrar el memorial del Seitor o sacrificio eucaristico. Por eso vale, eminentemente, para una reunion local semejante de la Santa Iglesia la promesa de Cristo: F1 En ese documento. el Santo Ofieio exponia la rect: doctrina sobre el ecumenismo: 1) La Iglesia Catélica posce la plenitud de Cristo: y no tiene que perfeccionarka por obra de otras con- fesiones. 2) No se debe perieguir la union por medio de una progresiva asimilacién de las di- versas conlesinnes de fe ni mediante una acomodacion del dogma catélico a otro dogma. 3) La Gnica veidadera unidad de las Iglesias puede hacerse solamente con el retorno (per reat tan) de los hermanos separacios a la verdadera Iglesia de Dios. 4) Los separados que retornan a la Iglesia catdlica no pierden nada de sustancial de cuanto pertenece a su particular profe- sidn, sino que mis bien fo reencuentran identico en una dimension completa y pertecta Y en cuinte a lay caracteristicas que: dehe tener un didlogo verdaderamente feuctifero, léan- se estas precisas reflexiones del lamentablemente fallecido Romano Amerio: primero, el autén- fico dicilogo catélico no puede tener una funcién puramente euristica: como sila Iglesia dialo- Ante no poseyese lneverdad, sino que la buscase; © como si dialogando pudiese prescindicse de la posesi6n de la verdad: segundo, porque ese falso didlogo no reconoce la pasicién supe- ioe de ki verdad revelada:-como si hubiese desaparecido ki distineién entre naturaleza y Re- velacion: tercera. porque supone paridad entre los dialogantes: como si prescindir de la ven- aja de fa fe clivina, incluso solo por ficeién dialéetiea, no fuese un pecado contra la fe: cuarto, porque postula que toxlay Its opiniones de la filosofia humana son indefinicamente disputa bles: como sino existiesen sin embargo puntos de contradiccién esenciales que truncan el dié- logo y dejin solamente ki posibilidad de la refutacién; quinto, porque supone que el dillogo es siempre fructunse: como si no existiese un cliflogo corrupror que suplanta la verdad e im- planta el error UJoler sium, Salamanca, 1994). 17 AUGUSTO DEL Rio «donde dos 0 tres se retinan en mi nombre, alli estaré en medio de ellos». En efecto, en la celebraci6n de la misa en la que se perpetiia el sacrificio de la Cruz, Cristo se halla realmente presente en la propia asamblea reunida en su nombre, en la persona del ministro, en su palabra y de manera substan- cial y continua bajo las especies eucaristicas”. Como observa Daniel Raffard de Brienne (“Lex orandi’, La nueva misa y la fe) a pesar de la corteccion se contintia asimilando la misa (sacrificio de la cruz) a la cena (comida); otra vez sé parte de la reunion. Ademis, se agregan las palabras eucaristico”, pero sin permitirles un sentido diferente del que le dan los protestantes: eucaristia = sacrificio de alabanza. De nuevo es la comunidad la que celebra el memorial y a esa asamblea colectiva se remite la segunda frase (presencia espiritual) que se mantiene. La tercera frase es ambigua: se afirma la Presencia Real de Cristo en la comunidad, en Ja presidencia, en la palabra, en el pan y en el vino (de manera substancial pero no de transubs- sacrificio tanciaci6n; hay protestantes que admiten que Cristo se manifiesta bajo los signos del pan y del vino). Igualmente es ambigua la frase “el sactificio de Cristo es perpetuado”; eso no quiere decir que se renueva; los protestant admiten que el sacrificio memorial sea perpetuado. Han sido muy acertadas por cierto, a la luz de lo que ocurrié des- pués de esta correccién (como vemos, en cierto sentido equivoca y ambi- gua), aquellas palabras de Louis Salleron: “Se corrigié la definicion de la misa, pero no se corrigié la misa de la definicién”. LA DOCTRINA CATOLICA SOBRE EL SACRIFICIO DE LA MISA (PUNTOS PRINCIPALES) Como ya hemos anticipado en la Presentaci6n no es el fin de este trabajo desarrollar los motivos que han llevado a la crisis litirgica. Remitimos pa- ra ello a los estuclios especializados. Aqui simplemente enunciaremos los etores principales y su confrontacién con los principales puntos de la doc trina catélica sobre el Santo Sacrificio de la Misa. Y esto solo a los efectos de que el lector pueda tener una idea mas acabada de las consecuenc doctrinales que se siguen de las diferencias que podra observar en el Estu- dio Comparativo que hemos realizado. 1. El sacrificio de la Cruz Lo primero que Dios Padre querfa de su Hijo hecho hombre era que EL ofreciera un sacrificio de perfecta alabanza y completa reparacién, La muer- 18 EL DRAMA LiTtRGICO le de Jestis es una iniciativa del Padre que Jestis acepta voluntariamente. Jestis se sabia enviado del Padre para servir y para dar su vida “por la mu- chedumbre™ (Me 14, 24). Es conocido el argumento teolégico segtin el cual Dios podrfa haber redimido con su omnipotencia de muchos modos al hombre (habria podi- lo condonar la deuda, habria podido delegar a un Angel, ete,). bios hubiera querido librar al hombre del pecado sin exigirle ilguna, no hubiera obrado contra la justicia. Sin embargo, afirma Santo Tomés, la Encarnacion del Verbo ha sido un medio conyeniente, incluso el mas conveniente para la reparacién hu- mana. Y la raz6n es que para una satisfaccion condigna, se requiere no so- lo la igualdad entre lo debido y lo pagado, sino también la igualdad entre cl acreedor y el que satistace la deuda. Pero solo Cristo siendo perfecto Dios podia satisfacer plenamente la ofensa hecha a Dios, cuya dignidad es infinita (eso no seria posible a un simple hombre, por muy santo que Ile- s mas, si atisfaccion ara a ser). Y siendo Jesucristo a la vez perfecto Hombre representaba del todo a la humanidad; es uno de nosotros. Asi los hombres alcanzaban con toda justicia el perdén de Dios. El pecado, en efecto, abri6 entre Dios y los hombres un abismo infinito, imposible de rellenar por parte del hombre si Dios le exigia una reparacion en ebtricta justicia, Solo un Hombre-Dios po- lia salvar la distancia infinita entre Dios y nosotros y pagar la deuda total- mente Hombre perfecto, cabeza y jefe de la humanidad, Jestis es el sacerdo- le y la victima que puede representar ante su Padre, cabalmente a toda la humanidad caida, Dios, como su Padre y el Espiritu Santo, El es el sacerdo- te digno de tratar con Dios, de igual a igual, y la victima cuyo valor infini- to puede reparar integramente la infinita ofensa. Un gesto, una palabra de Nuestro Seftor, hubiesen podido satisfacer por todos los pecados de la hu- nainidad, puesto que el menor de los actos de EI reviste un valor infinito. Pero Jestis nd quiso contentarse con eso. Prefiri6 soportar el ignomi- hioso y a la vez sublime sacrificio de la Cruz: para dar una satisfaccién sobreabundante a la justicia divina; 2° — para testimoniarnos su inmenso amor; 3° - para hacernos comprender mejor la malicia del pecado; ~ para ensefarnos a padecer valientemente las penas y los sufrimientos de esta vida. 19 AUGUSTO DEL Rio Asi pues, el sacrificio de la Cruz es el verdadero, Gnico y perfecto sactificio de la religién Catélica, la cual es asimismo la tinica religién ver- dadera y perfecta. En el sacrificio de la Cruz se dan los siguientes elementos esenciales de todo sacrificio, entendido éste como acto de culto: © El altar del sacrificio fue la misma cruz sobre la cual se inmolé Cristo. © El sacerdote es, igualmente, Jesucristo. E] mismo hizo al Padre la ofrenda de su inmolacién. La victina es Jesuctisto, Hijo de Dios y, como tal, victima de va- lor infinito. La inmolacién fue compl ‘a, entera, cruenta. © £1 fin, honrar al Padre y redimir a los hombres, y asi dar satisfac- cion por los pecados Considerando todo esto, se ve entonces por qué el de Cristo es el sacrificio mas perfecto posible. Resumiendo, para que un sactificio sea per fecto y -entre otros fines- repare la ofensa infinita hecha a Dios por el pe- cador, @§ necesario que quien lo ofece tenga también un valor infinito, y, al mismo tiempo, participe de lo humano, ya que es el hombre quien de- be adorar, dar gracias, pedir auxilios y rogar a Dios que lo perdone, Ade- més, la victima o cosa ofrecida debe tener también un valor infinito, para que sea digna de Dios, En otras palabras, ello supone que el oferente (0 sea el sacerdote, intermediario entre Dios y el hombre) y la victima sean, a la vez, hombre y Dios: hombre para representar a la humanidad que quiere reparar; Dios, para que la reparacién tenga valor proporcionado al mismo Dios, es decir, valor infinito, Claro esta que tales condiciones no las llenaban los sacrificios antiguo’ Solamente la infinita sabiduria de Dios pudo ofrecer al hombre un. medio adecuado para que el sacrificio perfecto pudiera realizarse. Jesuctis- to, Dios y hombre verdadero, fue Sacerdote perfecto y Victima perfecta. En efecto,.en raz6n de la unién del Sacerdote y de la Vietima y de la dignidad de ésta, el sacerdocio de Cristo es el mas perfecto posible. Jestis no podia ofrecer por nosotros a su Padre otra victima que £1 mismo. Pero esta muer- 20 Et Drama Lrrtirgico te no es un puro padecer que El no pudiera apartar o una fatalidad que se le impusiera necesariamente, sino un acto de obediencia, una accion, el cumplimiento de su propio sacrificio, la realidad de su ofrecimiento. No fue, como afirma la teologia liberal protestante y algunos modernistas, una muerte puramente heroica en una situacién sin salida ni la aceptacion vo- luntaria de un destino fatal, sino la libre entrega de si mismo a la muerte para que el mundo viviera: “Por esto el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, soy yo quien la dey por mi propia voluntad, Tengo poder para darla y poder para volver a tomarla. Tal es el mandato que del Padre he recibido” (In 10, 17). Esta Victima tiene un valor infinito, Es la inmolacién completa, el Holocausto perfecto (*) en reparacién del pecado del hombre. 2. Diferencia entre el sacramento y el sacrificio eucaristico Para establecer esto tenemos que tener en cuenta que la Eucaristia como sacramento es un signo sensible que tiene por objeto comunicar la gracia de Dios en provecho de los hombres; en tanto que la Eucaristia como sa- ctificio es el ofrecimiento de Jesucristo para reconocer a Dios como due- io, alabarlo, darle gracias, aplacarlo y rogarle la diferencia, pues, est en que el sacrificio y la comunién son dos actos distintos, con objetos propios y especificamente diversos. El fin del sacramento €s a limentar espiritualmente a los hombres con la gracia; el fin del sacrificio es honrar a la Divinidad, fi Debemos actarar que hacer equivaler como algunos lo promueven hoy dia es *genocidio’ es un uso impropio. puesto que el el sucrifieia coral de la victim: c bustidn, visceras incluidas; esy volu: palabra a smino “holocausto” implica necesariamente rnalmente, significa que It vietima debe corsumirse por com- jwalmente, que en la victima debe extinguirse todo, hasta la Esto es, la victima debe realizar la mas total y anonadadora oblacién de si. En este holocausto de oblacién se incluye el percién de los enemigos, el poner 4a otra mejilla. la remisi6n a Dios dle toda venganza o revancha. No basta, pues, la matanza ma~ tefial ni atin ce la mitad de un pueblo para hablar de holocausto no solo porque la aniquila- in material no es total, sino porque el espiriiu dlel sujeto se rebela contra su padecer, no per- dona a su perseguidor, no ofrece a Dios su martirio. Cosas todas estas que Cristo cumplid a la perfecciGn, y que nadie mas cumple sino uniéndose misticamente a Su oblacion. Holocausto no designa un concepto solamente humano sino algo sobrehumano. Holocausto es una de las muchas propiedidles referidas a Cristo en exclusiva, Apropiirsela es acto equivoco, si no aca- so ~como tememos~ intencionadamente falsiedor 0, peor :1Gin, ensoberbecicla pretension de ocupar el lugar del Unico sacrificio de valor infinito realizado por el Hombre-Dios, usarpando de esta manera Is iniciati: ica de Dios, nica eficaz para la salvacion de todos os hombres (cfr. www, sisinono, Puede subvistir ta Antigua Alianza al maryen de ia Nueva y Perfect Alianza? 29-7-2001). muds visceral y recénclit 21 AUGUSTO DEL RIO Et Drama Lrrtixcico 3. El sacrificio de la Misa: definicion La Santa Misa es el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Seftor Jesucristo, oftecido en nuestros altares en memoria y renovacion del Sacrificio de la Cruz. 4, Realidad del Sacrificio de la Misa 4.1. La Santa Misa es verdadero y propio sacrificio (de fe): “Si alguno dije- re que en el sactificio de la Misa no se ofrece a Dios un verdadero y pro- pio sactificio, 6 que el ofrecerlo no es otra cosa que darsenos a comer Cris- to, sea anatema” (Concilio de Trento, Sesién XXII, Canon 1, Dz 948). Segin la teologia catélica la Santa Misa es la renovaci6n incruenta del Sacrificio de la Cruz. Es el mismo sacrificio ofrecido sacramentalmente por medio de los sacerdotes, para rendir a Dios adoraci6n infinita y aplicar a los hombres los méritos de la Redencion, La Misa retine los elementos necesarios para ser considerada un yer dadero sacrificio. * Elaltares la piedra consagrada, que se Hama “ara”, y sobre la cual se inmola Jesucristo, ¢ El sacerdote © fegitimo ministro es el mismo Jesucristo (ministro principal), quien se vale del ministerio de un sacerdote (ministro se- cundario), * La victimao cosa sensible es el Cuerpo y la Sangre del Senor, ofre- cidos al eterno Padre. * La inmolaciéno destruccién no es aqui ya una inmolacién cruen- ta, porque Jesucristo ya no esta sujeto a la muerte real. Hay, en cam- bio, una inmolacién incruenta y mistica, significada en la separacion de las especies, pues un cuerpo privado de su sangre es, con toda evideneia, un cuerpo sin vida. La separacion mistica de la Carne y Ja Sangre del Senor se efecttia mediante las palabras de la consagta cidn, en virtud de las cuales en la hostia esta el Cuerpo y en el ¢: liz la Sangre preciosisima de Jesucristo; si bien, por concomitancia (esto es, concurrencia, acompahamiento, circunstancia de ir una co- sa con otra) en virtad de la Resurreccion y por la unién hipostatica, est presente Jesucristo, entero, Dios y Hombre, vivo y verdadero en cada una de esas especies) * Elfin es honrar a Dios, pues la Santa Misa solo a Dios se ofrece, A nadie sino a Dios, por medio de Dios hecho hombre, correspon- de el ofrecimiento de la Misa: ni siquiera a la Virgen y a los Santos La adoracion pertenece Gnicamente a Dios y a ninguna otra criatura, por mds encumbrada y santa que sea. Sin embargo, muchas veces se dice “Misa en honor de la Santisima Virgen o de tal o cual santo”. Es- tas palabras no significan que se ofrece la Misa en favor de ellos, tri- butincoles un culto que no les es propio, o como si ellos tuvieran alguna pena que pagar o alguna gracia que adquirir para st mismos. Significan, si, que la ofrecemos para dar gracias a Dios porque los hi- zo triunfar en Ja tierra; para implorar su patrocinio; para que se dig- nen interceder por nosotros; para conmemorar su vida santa o su glo- rioso martirio y para movernos a su imitacién. Queda claro, entonces, que la Misa se ofrece siempre y Gnicamente a Dios 5. Relaci6n e identidad entre el sacrificio de Ia Misa y el de la Cruz 5.1. Este sacrificio consiste en que Cristo, por una inmolaci6n incruenta, ha- ce lo que ya hizo en la Cruz ofreciéndose a si mismo al Padre eterno co- mo hostia agradabilisima. En el sactificio de la misa y en el de la cruz son idénticos la hostia y el sacerdote primario (Cristo); lo que difiere tinicamen- te es el modo de hacer la oblacién (de fe), El concilio de Trento declaré: “Una sola y la misma es, en efecto, la victima, y el que ahora se oftece por el ministerio de los sacerdotes, es el mismo gue entonces se ofrecié a si mis mo ert la cruz, siendo solo distinta la manera de ofrecerse” (Dz 940). En la Cruz [Cristo se ofrecié « Dios totalmente y con todos sus sufrimien- tos, y esta inmolacion de la victima fue levada a cabo por medio de su muerte cruenta, voluntariamente padecida; en cambio, sobre el altar, a cau- sa del estado glorioso de su naturalezt humana, la muerte no tendea ya do- minio sobre El (om 6, 9), y por eso la efusion de la sangre es imposible; pero la divina sabiduria ha ballaclo un mado admirable par: to el sactilicio de nuestro Redentor con seniales exteriores, que son simbolos de muerte, ya que, gracias a la transubstanciacién del pan en el cuerpo y del vino en la sangre de Cristo, asi como esti realmente presente su cuerpo, también lo esta su sangre; y de esa manera las especies eucaristicas, bajo las cuales se halla presente, simbolizan lt cruenta separacién del cuerpo y de Ja sangre. De este modo, la conmemoracién de su muerte, que realmente sucedié en el Calvario, se repite en cada uno de los sacrificios del altar, ya que por medio de senales diversas se significa y se muestra Jesucristo en es- tado de vietima” (Pio XL, Mediator Dei, N°48) AUGUSTO DEL Rio De acuerdo con esta ensefianza de Pio XII, en la Santa Mi sa se rea- liza de modo incruento (sin derramamiento de sangre para Jesucristo) el Sacrificio cruento de la Cruz: no se trata de una representacion de hechos ocurridos en el pasado, sino de la verdadera renova crificio del Calvario. 5n actual de aquel Sa- En sintesis, el santo sacrificio de la Misa es, sustancialmente, el mis- mo sacrificio de la Cruz, porque en ambos la victima es la misma, el sacer- dote es el mismo, y el fin el mismo: el cual, en uno y en otro, es el reco- nocimiento del supremo dominio de Dios sobre todas las cosas. Sin embargo, hay entre los dos sacrificios algunas diferencias a¢cidentales: * Primera diferencia: en la forma de verificarse Ia inmolacién, que en la Cruz fue cruenta y en la Misa es incruenta © Segunda diferencia: en el ministro, que en la Cruz fue el mismo Jesucristo en persona, mientras que en la Misa es Jesucristo en la persona del sacerdote. * Tercera diferencia: en la Cruz, Cristo nos merecié la redenci6n; en a esa redencion merecida en la Cruz. la Misa, nos apli 5.2. Esta renovaci6n incruenta del Sacrificio de la Cruz como ya vi- en la doble consagraci6n significando sacramentalmente la mos- tiene luga Pasion de Cristo, en la que su Sangre, al derramarse, se separd de su Cuer- po. Téngase presente que para la teologfa clisica en contraposicion a las nuevas explicaciones teolgicas que se fundan en la “teorfa del Misterio Pas- cual” derivada a su vez de la “doctrina de los Misterios” de Odo Casel, la misa es un sactificio, no porque seria un memorial que haria que “volviese a estar presente” (re-presentar) el sacrificio del Calvario, sino porque, al té mino de la doble consagracién, se realiza en ella una verdadera inmolacion ritual incruenta (per externa signa) que es a su vez signo indicador de la in- molacin cruenta Podriamos resumir perfectamente la oposicion entre la teologia clé- sica y Ja nueva con la interpretacion que cada una de ellas da al verbo repreesentare que us6 el Concilio de Trento (“un sacrificio visible, como exige la naturaleza de los hombres [can. 1) por el que se representara aquel suyo sangriento que habia una sola vez de consumarse en la cruz...", Dz 938), La nueva teologia lo entiende como “volver a hacer presente”, lo cual se realiza por la dimension objetiva del memorial, De este modo la misa es EL Drama Lirtircico en primer lugar un memorial, y solo secundariamente reviste un aspecto sacrificial, en cuanto que es memorial; no porque la misa sea un verdade- ro sactificio ritual, s ino porque el memorial “hace presente el sacrificio de la Cruz” bajo el velo del misterio. En cambio, en la teologia clasica repreesentare implica una renovacién del mismo y Gnico sacrificio de la Cruz, que es real y verdadera, Es decir, que la misa es en primer lugar un sacrificio verdadero y propio, y en egundo lugar, por ser el mismo sacri- ficio de la cruz que se renueva realmente, es memorial de éste. Si hay un sacrificio verdadero, y no simplemente el signo de un sacrificio, no es por la objetividad del memorial, sino porque la transubstanciacién hace que estén realmente presentes el cuerpo y la sangre de la divina Vic- tima. (EI problema de la reforma litirgica, pag. 91 y 93). En virtud de las palabras de la Consagraci6n, que el s cerdote pro- éste es el caliz de mi San- convierte en el Cuerpo de Cristo y to- da la sustancia del vino en su Sangre. El pan deja de ser pan y el vino deja de ser vino: lo que era pan se hace el Cuerpo de Cristo; lo que era vino se nuncia en la Santa Misa (‘Este es mi Cuerpo. gre...”) toda la sustancia del pan se hace su Sangre, A esta conversion, como se sabe, se la Hama transubstan- ciacion. No es transfiguracién ©), © cambio de figura; ni transformacion, © cambio de forma; ni iransposicin, 0 cambio de posicion o de.actitud; si no transubstanciacién, o sea, cambio total de substancia, SF La hostia o Victima es el cuerpo y sangre de Cristo y por con- comitancia todo el Dios-Hombre Jesucristo. Después de la consagracién, desaparece la sustancia del pan y del vino; pero quedan los accidentes de ese pan y de ese vino: la cantidad, el color, el sabor, la figura, la extension, [1Tampoco es mera sransignificactén ni transfinatizacién, como tuvo que aclarar el papa Pau- lo Vi en su enciclica Mjsterium Fidei (3-9-1965) Por la primera (posicién erronea sostenida por emplo por el P. Schoonnenberg | en *Verbum’, diciembre de 1964) en vez de cambiar la sustancia, cambia el sentido: ese pan significa, por ejemplo, la unién en el Cuerpo Mistico de Cristo, o la entrega que el Senor hace de si mismo; por ki segunda, (explicacion derivada de filosofias como las de Heidegger quien alirmé que lis cosas que el hombre usa son lo que son por el significado, el sentido que el hombre les da y sostenida, por ejemplo, por el P. S. Troos- ter en “Sireeven”. mayo de 1965) en vez de cambiar la sustancia de pan en’sustancia del cuer- po de Cristo, cambiaria solo el fin do que serviria part comer, sirve para ir al cielo), Segan es- to, Cristo mismo cambia radicalmente el significado del pan (ransfinalizacién), sacando el pan de su funcién con el mundo pasajero, de modo que entra en la funcién de la presencia en su Iglesia. Si las cosas terrenales reciben su modo de ser del hombre que le da sentido, con ma- yor raz6n en ki Eucaristéa recibe su modo de ser del Sefior, Hay pues cambio de esencia del pan que se convierte de pan terrenal en pan celestial. AUGUSTO DEL RIO etc, Accidente, en sentido filos6fico, es una cosa que por su naturaleza existe unida a otra; por ejemplo: el color no existe aislado sino en una sus- tancia que lo sostiene. Lo mismo podemos decir del sabos, de una figura, etc. Solo por milagro puede estar separado un accidente de la correspon- diente sustancia, En la Euc del pan y del vino (color, sabor, etc.), ellos no estén sostenidos por la sus- propia del pan y del vino (que ya no existe después de la consagra- n sostenidos por la sustancia del Cuerpo y la Sangre aristia, a pesar de que percibimos los accidentes tanc cin) y tampoco del Senor: se sostienen milagrosamente en si mismos, sin estar adheridos a sustancia alguna, Estos accidentes producen en nosotros los mismos efec- tos que cuando pertenecen a la sustancia del pan y del vino, como es, por ejemplo, el tener un sabor determinado y el ser nutritives. Pero hay mas todavia: estos aceidentes estin sujetos a todas las alteraciones de que son susceptibles en estado normal: quemarse en el fuego, mojarse en el agua, partirse, alterarse con los ficidos y corromperse con el tiempo, Por ultimo, cidentes reciben el nombre de especies sacramentales. digamos que estos a La palabra latina “species” quiere decir “lo que aparece”; aqui pues es nonimo de apariencia. Por tanto, especies sacramentates es lo mismo que si- apariencias sacramentales, y, pues, lo que aparece son los accidentes, igual que decir accidentes sacramentales. De acuerdo a lo dicho, entonces, i imentales dan presencia sensible a la hostia, pero no per- Ja tenecen a la hostia misma. to, el cual se sirve del sacerdo- _ El sacerdote primario es Jesu te humano como de ministro y vicario, y por medio de él efectéia la con- sagracion. 5.5. El fin sacrificial es el mismo en la misa y en el sactificio de la cruz; el fin primario es la glorificacion de Dios, y el secundario la propicia- cin, la accion de gracias y la impetracion, 6. Relacion entre el Sacrificio de Ia Misa y la altima Cena 6.1, Jesuctisto instituyé el sacramento de la Eucaristia en la Gltima Cena, nn del pan y del vino en su realizando por vez primera la transubstanciaci Cuerpo y en su Sangre, y anticipando de ese modo su muerte en la Cruz que se iba a consumar al dia siguiente, primer viernes Santo; por tanto la tiltima Cena tiene también wna estrecha relacién con el Sacrificio de la Cruz, ya que lo anticipé sacramentalmente. De este modo Jesuctisto insti- tuy6 el sacramento de la Eucaristia en la Gltima Cena, pero mo consumd su 26 EL Drama Lirorcico Sacrificio recentor basta morir en la Cruz, y solo entonces tuvo lugar la “primera” Misa. Seria erroneo, entonces, pensar que el Sacramento de la Eucaristia es independiente de la Cruz, 0 que la Santa Misa es una repre- sentacién de la Cena y no la renovacién del Sacrificio de la Cruz. Ensefia el Goncilio de Trento: “En la ultima Cena, fa noche que era entregado, pa- ca dejar a su esposa amada, la Iglesia, un sacrificio visible, como exige la naturaleza de los hombres [can. 1], por el que se representara aquel suyo sangriento que habia una sola vez de consumarse en la cruz, y su memo- ria permaneciera hasta el fin de los siglos (I Cor, 11, 23 ssl, y su eficacia sa- ludable se aplicara para Ja remisién de los pecados que diatiamente come- temos, declarindose a si mismo constituido para siempre sacerdote segtin el orden de Melquisedee [Sal 109, 4], ofrecié a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y de vino...” (Sesién XXII, cap. 1, Dz 938). 6.2, A la luz de esta doctrina no se puede identificar la Santa Misa simplemente como un recuerdo de la Cena, ni considerarla un modo de expresar la fraternidad de los cristianos en torno a la Mesa del Senor. En cambio, la relacion entre Ja Gltima Cena, el Sacrificio de la Cruz y la Santa Misa implica lo siguiente: — que hay una diferencia accidental no solo entre el Sacrificio de la Misa y el Sactificio de la Cruz, sino también entre el Sacrificio de la Misa y el Sactificio oftecido por Jesucristo en la tiltima Cena: ef de fa ultima Gena aicipaba, la Sana Misa perpettia; en la Glima Cena el Cuerpo de Cristo realmente presente era pasible (atin no paciente), en la Misa es glorioso. = que la Santa Misa remile directamente al Sacrificio de la Cruz, anunciado y sacramentalmente anticipado, pero atin no consumado, en la Giltima Cena — que I Santa Misa fue instituida en la Gltima Gena, no para perpe- tar esa Ultima Cena, sino para perpetuar el Sacrificio mismo de la Cruz. 7. La esencia del Sacrificio de la Misa 7.1. Sila Santa Misa es la renovaci6n incruenta del Sacrificio de la Cruz, se debe a que lo esencial de ella se identifica con la Muerte de Cristo en el Calvario: viene representada por la doble Consagracién del pan y del vino, significando sacramentalmente aquella separacion del Cuerpo y de la San- gre de Cristo en Ja Cruz. El Papa Pio XII ya sefalaba los errores de quie- nes afirman que es absolutamente _necesario para la esencia_del_sactifi AUGUSTO DEL Rio que los fieles, junto con el sacerdote, reciban el alimento eucaristico, por- que dicen que “no se trata solo de un Sacrificio, sino del Sacrificio y del convite de la co- munidad fraterna, y hacen de la Sagrada Comunion, recibida en comin, co- mo la cima de toda la celebracion. Se debe, pues, una vez mis advertir que el Sacrificio Eucaristico, por su misma naturaleza, es la incruenta inmolacion ina Victima, inmolacion que se manifiesta misticamente por la se- paracion de las sag pecies y por la oblaci6n de las mismas al Eterno re. Pero la Sagrada Comuni6n tafe a la integridad del Sacrificio ya la participacién del mismo mediante la recepeion del augusto Sacramento; y mientras que es enteramente necesaria para el ministro que sactifica, para los fieles es tan solo vivamente recomendable” (Mediator Def, N°71). de la d Luego, la esencia de la Santa Misa es la Consagraci6n. La Comuni6n no per- tenece a la esencia de la Misa, sino a su integridad: es necesaria la comu- nidn del sacerdote y recomendable la de los fieles, 8. Fines del sacrificio de la misa 8.1. El sacrificio de la misa no solo es sacrificio de alabanza y de accion de gracias, sino también de propiciacin e impetracion (de fe). El sactificio de la Misa se ofrece a Dios por los mismos fines por los cuales se ofrecié el sacrificio de la Cruz; a saber: un fin latretitico 0 de ado- racién, un fin eucaristico 0 de accién de gracias, un fin expiatorio 0 pro- piciatorio y un fin impetratorio o de stiplica. El concilio de Trento defini: “$i alguno dijere que el sacrificio de la Misa solo es de alabanza y de ac- cién de gracias, 0 mera conmemoraci6n del sacrificio cumplido en la cruz, pero no propiciatorio; o que solo aprovecha al que lo recibe; y que no de- be ser ofrecido por los vivos y los difuntos, por los pecados, penas, satis- facciones y otras necesidades, sea anatema” (canon 3, Dz 950, subrayados nuestros). EL fin latréutico o de adoraci6n: la Misa es un acto de adoracion per- fecto y verdaderamente digno de Dios. En ella se ofrece una victima divi- na, Los demas actos del culto de latrfa no Megan a tener tal dignidad; Gni- camente la Misa da a Dios toda la adoraci6n que El merece, El fin eucaristico 0 de accién de gracias. Con la Misa podemos dar a Dios el agradecimiento condigno a los beneficios recibidos de su mano. 28 Et Drama Lrrorcico En ella le ofrecemos el don més precioso que hay en los cielos y en la tie- ra, la misma victima que se inmol6 en ta Cruz: su propio Hijo. El fin expiatorio © propiciatorio implica que por los méritos de Jesu- cristo, adquiridos en la Cruz y aplicados en la Misa, se aplaca y cesa Ia jus- ta indignacién divina conwra el pecador. Esta indignacién no ha de enten- derse al modo humano, como si Dios fuera capaz de pasiones, sino como un puro y sosegado conocimiento de la injusticia que comete el pecador, y una serena voluntad de restaurar el orden alterado por la culpa, median- te un castigo nunca injusto y siempre misericordioso. En cuanto al fin impetratorio © de siiplica, significa que el cristiano pide alcanzar nuevos favores de Dios. En la Misa, la oracién del cristiano es acompafada por la del sacerdote, y ambas por la valiosisima oracién de Jesucristo. No existe en Ia Iglesia plegaria mas eficaz que la Santa Misa. Sin embargo, no produce infaliblemente el efecto de la intencién particular de quien la celebra o encarga; ello depende de las disposiciones del que pi- de, y de lo que en ella se pide. 8.2. Segtin lo definido por el Concilio de Trento, la Misa puede apli- carse por los vivos y los difuntos: * por los vives: por los fieles justos y pecadores; por los infieles, he- rejes, cismaticos, pidiendo su conversion a la fe catélica; y por ciertos ex- comulgados. * por'los difuntos. puede ofrecerse por las almas del purgatorio, * pero no puede ofrecerse. por las almas que son incapaces de reco- ger el fruto del sacrificio, es decir, por los condenados del infierno; por los que murieron separados de la Iglesia (herejes, cismaticos y excomulgados) que no hayan dado sefial de arrepentimiento, haciendo concebir alguna es peranza de salvacién. Tampoco puede ofrecerse la Misa en sufragio de los, santos, pero si en su honor en el sentido preciso indicado antes (ver p. 23) AuGuSTO DEL Rio SINTESIS DEL ANALISIS DEL NOVUS ORDO MISSA! DE PAULO VI © E] andlisis comparativo del nuevo rito obligaré a comprobar que: a) el centro gravitacional en la estructura de Ja misa ya no se ubica en el sactificio sino en el banquete conmemorativo. b) Se ha puesto en primer plano la presencia de Cristo en su Palabra y en su pueblo, relegando a un segundo plano la presencia de Cristo como si cerdote y como vietima. ©) La dimension eucaristica (de accion de gracias), como consecuencia, se pondr delante de la finalidad satisfactoria (propiciacién). Como hemos sefalado més arrilba, I influencia de un falso ecume- nismo en Ia liturgia ha promovido alteraciones, supresiones, reducciones y cambios en el “acento” de algunas expresiones, las que -en general- pare- cen ditigidas a no *herir” las creencias protestantes (La siguiente es ta simesis de las notas que hemos colocado en el Estudio comparativo. De esta manera el lector encontrara rapidamente el punto que te interese en particular con solo remituse a la pagina que esid indicada entre paréntesis) 1) El altar se “ha dado vuelta” versus popufum (hacia el pueblo). Fliminacion del salmo “Judica me” (Jrizgame), con su referencia al altar de Dios” que evoca inmediatamente la idea de sacrificio (pag. 39). Eliminaci6n del doble Confiteor que sefalaba claramente la distin- ci6n entre sacerdote y fieles al ser rezado primero por aquél y luego por éstos. El sacerdote ya no es mas juez, testigo y mediador ante Dios (pag. 40) Eliminacién de la oracion *Aufer a nobis” (7e suplicamos, Senor). El sacerdote, haciendo explicita la finalidad propiciatoria del Sacrifi mostraba su indignidad para celebrar el misterio (pag. 43). Eliminaci6n de la oracién “Oramus ‘Te Domine” (Rogdmoste, Sesion) por la que también invocaba los méritos ¢ intercesiones de los Santos Martires (pag. 45) Errénea traduccion en el Gloria (pig. 45). Errénea traduccién en el Gloria que transforma en singular la refe- rencia a los pecados del mundo. (pag. 45). Ex Drama Lirimaico: 7) Nueva organizacion de las lecturas para instrucci6n y edificacion de la asamblea, subordinando el fin litirgico al catequético, La funcién de lector se puede atribuir a un seglar (pag. 47). Equivoca traduccion en el Credo (pag. 49). En el Credo, sugestivo cambio de acento sobre la relaci6n entre Cris- to y el poder temporal (pag, 49), En el comienzo de la Liturgia Eucaristica, la naturaleza misma de la oblaci6n es deformada en un mero intercambio de dones entre Dios y el hombre. Este intercambio de dones se puede interpretar en sen- tido subjetivista, y no objetivo (pag. 51) No se distingue entre la ofrenda que se realiza por el sacerdote, en cuanto representa la persona de Cristo, y la manera en que participan Jos fieles de esa ofrenda (pag, 51) Eliminacion ce la oracién “Suscipe, sancte Pater” (Recibe, ob Padre Santo) que manifestaba de forma patente el caricter sacrificial pro- piciatorio de la Misa (pag, 51). Eliminaci6n de la oracién “Deus qui humanae” (Oh Dios...) (pag. 53) Equivoca afirmacién sobre las condiciones de existencia de la huma- nidad de Cristo (pag. 53) Eliminacion de la oracion propiciatoria “Offerimus tibi” (Ofrecé- moste, Sefior) que imploraba clemencia (pag, 53). Cambio de acento en la traduccion. No es lo mismo “presentar” que “ofrecer” (pag. 55) Eliminacion de la oracién “Veni, Sanctificator” (Ven, Santificador), Eliminacion de genuflexiones y signos. (pag, 55). Eliminaci6n de la oracién “Suscipe, sancta Trinitas” (Recihe, Trinidad Santa) (pig. 37). Eliminacién en la “presentaci6n de las ofrendas” del clima sacrificial que caracteriza al ofertorio del rito revisado por San Pio V (pag. 57) Error en la traduccién del Sanctus (pag. 6D. COMIENZO DEL CANON. En él ya no esta expresado de un modo ex- plicito y claro la finalidad propiciatoria del Sacrificio (pag, 61). Eli- minacién ce las oraciones “Te igitur’ (Te pedimos) y “Memento Do- mine” (Acuérdaie, Setior) en las otras tres oraciones eucaristicas, 31 AUGUSTO DEL RIO 22) Eliminacién de la referencia a la “ortodoxia” de la fe de los cat6licos (pag. 63) 23) Eliminaci6n de la referencia a la salvacion de las almas (pag, 63). 24) Bliminaci6n de la oracion “Communicantes” (Unidos en la misma co- munién) en las tres Oraciones Eucaristicas nuevas (2, 3 y 4) que ha- cia referencia a los santos. No se habla de sus méritos. Eliminacion de la palabra “siempre” en referencia a la virginidad perpetua de la Vir~ gen Marfa, (pag. 65) 25) fin la oracién “Hane igitur” (Te suplicamos, pues) eliminacion de la palabra “aplacado” en referencia a la aceptacién de la oblacion por parte de Dios (OE. 1). Oracion eliminada en las es Oraciones eu- caristicas nuevas (2, 3 y 4) (pag. 65). 26) Eliminacién de la oracion “Quam oblationem” (La cual oblacién) en las tres Oraciones eucaristicas nuevas (2, 3 y 4) (pag. 66). 27) Formulacién equivoca en la O.E, 3 que permite una interpretacion afin a la idea protestante de la igualdad esencial entre el sacerdocio universal de los fieles y el sacerdocio jerarquico (pag. 66). 28) Eliminacion de la referencia a la Omnipotencia del Padre (pag. 68). 29) Eliminaci6n de la distincion entre el modo narrative y el modo sa- cramental y afirmativo al pronunciat las palabras de la Consagraci6n (pag. 68) 30) Eliminaci6n de la primera genuflexion anes de presentar la Hostia a Ja-adoracién de los fieles (pag. 68). 31) Cambio en Ja traduccién de las palabras “pro multis” de la Consa- e traduce “por todos los hombres” gracin. En vez de “por mucho (pag. 70). 32) Cambio en las palabras de la anamnesis que ponen el acento mas en la “conmemoraci6n” que en la “accion sacramental” (pag. 72) 33) Eliminaci6n de las palabras “Mysterium Fidei”, que estaban colocadas en el centro de la Consagraci6n (pag. 72), macion que produce una nueva ambigiiedad de Cristo en la Euicaristia (pag. 73) 34) Inclusion de una sobre la. Presencia Re: sobre el 35) Notoria omision sobre la realidad del sacrificio ¢ insistenci aspecto de “memorial” en todas las Oraciones Eucaristicas (pag. 75). 32 EL Drama LiTtrcico 36) En la Oracion Eucaristica 3 se des morial de accion de graci .ca el aspecto de la Misa como “me- por sobre el de sactificio (pag. 75). 37) Bliminacién (en la Oracion Eucaristica 2) de Ja referencia al rostro propicio y sereno de Dios al pedirle que se digne aceptar estos dones y reemplazo (en la Oracion Eucaristica 1) por el pedido para que mi- re “con ojos de bondad” la ofrenda 4 la mirada de Dios no es acomp propiciacién 0 a su bondad (pag. 76). n las Oraciones Bucaristicas 3 y da por ninguna referencia a la 38) Eliminacién de la referencia a lo; ctificios figurativos del Antiguo Testamento en las Oraciones eucaristicas 2, 3 y 4 (pag. 76) 30) Eliminacién de toda referencia al altar en las Oraciones eucaris 2, 3y 4 (pag. 77). 40) En la Oraci6én eu stica 2 se introduce una saplica por la unidad de neto sabor ecuménico (pag. 77). 41) Se reitera la omisi6n en la Oraci6n eue: ferencia a la virginidad de Maria (pig. 77) istica 3 del “siempre” en re- 42) Ambigiiedad en la forma en que se pide por la reunién de “todos tus hijos dispersos por el mundo” en la O.E. 3 (pag. 78) 43) Bliminacién de la referencia implicita a las penas que sufren las al mas del purgatorio (pag. 78). 44) En la Oracion eucaris ca 4 se elimina la referencia a los pecadores y se endosa tal condicién a toda la creacion, en consonancia con la idea protestante de “corrupci6n total” de la naturaleza creada (pag. 79). 45) Eliminacion de Ja referencia a “nuestras culpas”. Y esto solo en la Oraci6n eucaristica 1, debid is que en las Oraciones eucari y 4se ha eliminado la oracién “Nobis quoque peccatoribus” (Tam-> bién a nosotros pecadores) (pg. 80). FIN DEL CANON 46) Cambio en el Padrenuestro de la palabra “deuda” por “ofensa” (pag, 83). 47) Eliminacion de la referencia a la Virgen y a los Santos en Ia oracion “Libera nos” (Libranos) y de la referenci a los males pasados (pg. 85) 48) Omisi6n en la traduccion en lengua espaiiola de la referencia a la “bienaventuranza esperada” (pag, 85). 49) Clara copia del culto protestante al agregar la doxologia “Tuyo es,el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Sehor” (pag. 85). 33

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