CURSO DE
DERECHO COMERCIAL
TOMO IIL
Volumen 2
Soctepap ANONIMA
Soctepap ANONIMA DE GaranTia Reciproca.
Gruros EMPRESARIALES
EDUARDO JEQUIER LEHUEDE
‘THOMSON REUTERSxt Ammessrotss
RDUCN Revista de Derecho Universidad Catdlica del
Norte
RDL. Real decreto legislativo
RDI Revista de Derecho y Jurisprudencia
RDM Revista de Derecho Merca
RDS Revista de Derecho de Sociedades
REM Revista Fallos del Mes
RLSA Reglamento de la Ley de Sociedades Anénimas
SAP Sentencia Audiencia Provincial
SCA Sententia Corte de Apelaciones
scs Sentencia Corte Suprema
sts Tribunal Supremo espaiiol
stc ‘Tribunal Constitucional espaiiol
svs Superintendencia de Valores y Seguros
Te ‘Tribunal Constitucional
TDLC ‘Tribunal de Defensa de la Libre Competencia
Ts! ‘Tribunal Superior de Justicia espanol
OrmAs ABREVIATURAS UTLIZADAS
19 Ley de Quiebras
LIR, Ley de Impuesto a la Renta
Cariruto 1
LA SOCIEDAD ANONIMA
abordar emprendimientos privados de mediana y gran enver
ta banca, la gran industria y el gran comercio, aun cuando sus antecedentes
historicos mas remotos ~como se dird a continuacién- la reconocen parado-
Jalmente como una creacién del Derecho piiblico. Su
complementarias (Buenos Ares, Depa)2 ovat Jequan Lent
tipo corporativo, con un sistema de gobierno y gestin a cargo de érganos
‘con competencias delimitadas por la ley.
1, ANTECEDENTES HISTORICOS ¥ EVOLUCION
DE LA SOCIEDAD ANONIMA EN EL DERECHO CHILENO Y COMPARADO
‘A fines del siglo XVI y principios del siglo XVI, el panorama que
-omanditarias surg
ipalmente, a emprendimientos
de pequetia y mediana envergadura y caracterizadas por la responsabilidad
solidaria de los socios"
‘Alguna doctrina ha procurado vincular el surgimiento de la sociedad
‘aries separados (Guanes, Joaguin, Curso de Derecho mercantl, 7 edicié, Imprenta
‘Aguime, Made, 1976, p. 409)
‘Curso ve Deco Conenci :
del socio oculto y cuyo primer reconocimiento se encuentra en el Cédigo
de Comercio francés de 1807
Pese a lo anterior, la mayoria de los autores sostiene que la sociedad
anénima tiene efectivamente su origen remoto en la Edad Media y, concre-
tamente, en figuras que fueron conocidas en Italia y Holanda. Destacan en
Casa di San Giorgio’). En todas ellas, el capital estaba compuesto por el
monto de la deuda que se dividia en cuotas iguales entre si, consideradas
de cada acreedor asociado, por su parte, estaba limitada al monto de su
respectivo crédito,
por las denominadas maone”, co-
ociedades coloniales de capitales4 ovat Joquen Leweoe
iéricamente como “Compaiiias de Comercio Pri-
‘como las primeras formas asociativas de capital,
jedades holandesas de armadores) y commenda’,
que generaba la explotacién de los nuevos mercados en las Indias Orien-
tales y occidentales. Su semejanza con la actual sociedad andnima estriba
cen que en estas compaiias 0 cor
distintivos de una sociedad por
La Rhadere fue na sociedad
los puertos del Mar del Norte y del
prieticescontables adecuadas y a estblece un esquema de distibucin
tiempo, que se redujo finalmente a dos fos como minim (vd. scuz|
‘Cumso oe Denso Conner E
Todas estas grandes compaiias, regidas por sus respectivas carts,
propios estatutos, nacieron como formas insipi
{que sus accionistas -en un principio sus propios Fundadores en forma ex-
cluyente- tenian un caricter esencialmente temporal. Con el
‘embargo, se fueron incorporando a dichas compafias nuevos
on carter permanente ademis, lo que derivé en grandes m
poderes que traspasaban con creces lo puramente econdmico'
Junto con la desaparicién de la monarquia absoluta y el surgimiento
del pring industrial y de comercio, la revolucién liberal de
ajo consigo el recelo y la desconfianza respecto
de las grandes compaitias, acusadas de acaparar el comercio y de!
en beneficio propio. Un decreto de 24 de agosto de 1793, por lo mismo,
sometié laereacién de sociedades por acciones en Francia a una autorizacién
Jegislativa, alo que le siguié la definitiva erradicacién de dichas sociedades
rohibiendo que se crearan otras nuevas?»
de 30 de brumario del Afto IV autorizéuna vigilancia muy extremada, un
‘Compania puede dar lugar a muchisimos
la fortuna de los accionistas
itineamente el crédito general y
Este esquema der Wo, reprodtucido luego en la mayoria de
las eodificaciones mercantiles que inspiraron a su tumo la
chilena de 1865", derivé pronto en to que se conocid como la “febre de
‘Curso oe Deno Cone 7
las comanditas”,ficiles de constituir, como se dijo, en comparacién con
las anénimas, lo que provocé a su vez un fenémeno de gran especulacién
ones cuyo monto era normalmente infimo". Segan el art. 427
del C. de Com,, en efecto, “Las sociedades ansnimas
rtd de un decreto del Presidente de la Repiib
que se hacia extensivo a la modificaci
sociedades (art. 427 ine. 2"), y al establ
sociedades anénimas extranjeras (art. 468 del C. de Cor
10 también sustanciales de cara al
én de la sociedad, asumiendo
En 1931, principalmente como resultado del trabajo de la denominada
““Misién Kemmerer”, se dicta el decreto con fuerza de ley N° 251, de 20
de mayo, sobre Compaitias de Seguros, Sociedades Anénimas y Bolsas
de Comercio”, que mantuvo bisicamente el esquema de autorizacién
de Comercio y reiteré —ahora con rango
legal—las reglamentaciones dictadas en afos anteriores". La gran novedad,
_yeomparado (Santigo, Edit Juridica de Chile, pp. 30 y 31)8 Bounsoo equa Lomené
sin embargo, la trajo la creacién de ta “Superintendencia de Compaitias
dde Seguro, Sociedades Anénimas y Bolsas de Comercio”, sucesora de la
“Inspeceién General de Sociedades Anénimas y Operaciones Bursitiles”
creada en 1928 por la ley N’ 4.404, y antecesora de la actual Superinten-
dencia de Valores y Seguros (SVS).
Recién en el afio 1970, la ley N° 17.308 reemplazs el sistema de auto-
rizacién previa del Presidente de la Repiblica por uno que quedé a cargo
de la Superintendencia antes rmencionada. A dicha autorizacién, que seria
necesaria en los mismos casos referidos supra, se sumaba el control que
se le encomendaba también a la Superintendencia respecto del capital que
debia encontrarse suscrito y pagado al momento de hacerse la solicitud
de autorizacién (generalmente un tercio del total emitido), y la funcién de
aprobar los aportes no dinerarios que, en todo caso, debian ser avaluados
previamente por perits.
Finalmente, la actual ley N° 18.046, sobre Sociedades Anénimas (DO.
de 22 de octubre de 1981) -LSA— derogé todos los cuerpos normativos
anteriores sobre la materia, legales y reglamentarios, terminando asi con
tuna estructura de regulacién que el legislador de la época calificd
“inorgénica, diseminada, de dificil consulta y comprensién (..)". Su re-
glamento, a su vez, se plasm6 en el decreto supremo de Hacienda N° 587
(D.0. de 13 de noviembre de 1982), el que fue reemplazado recientemente
‘Nuevo Reglamento de Sociedades Anénimas”, contenido en el
decreto supremo de Hacienda N° 702 (D.O. de 26 de julio de 2012).
Entre las principales innovaciones de la LSA puede mencionarse la defi-
iva supresidn del requisito de autorizacién previa del Estado a través de
modificar y disolver sociedades o para
‘Cunso ne Denscwo Counce 5
la fiscalizacién de la SVS respecto de las sociedades cerradas, a menos
que voluntariamente se sujeten a dicho control o que una ley especial la
imponga, como ocurre con las bolsas de valores y las sociedades reguladas
en la ley N° 19.281, entre otras; y suprime el arbitraje forzoso que debia
ventilarse ante ella para solucionar los conflictos entre accionistas y entre
‘&tos y la sociedad o sus administradores.
Durante su vigencia, la LSA ha sido modificada en diversas ocasiones,
entre las que destacan: a) la ley N° 19.499, del aio 1997, sobre Saneamiento
de Vicios Formales;b) la ley N° 19.705, de diciembre del afio 2000, cono-
cida también como “Ley de OPA”, orientada al perfeccionamiento de las
nnormas sobre regulacién de conflictos de interés y el funcionamiento de
Jos gobieros corporativos, yc) la ley N° 20.382, de octubre del ato 2009,
destinada a perfeccionar también los gobiernos corporativos y adecuar la
legislacién intema a los compromisos asumidos con la OCDE (vid. infra)
Para esta tesis contractualista, en fin, a sociedad andnima era esen-
cialmente una asociacién de origen contractual, aunque despersonalizada,
de accionistas propietarios, que presentaban intereses particulares de fin
comin y que respondian limitadamente hasta por el monto de sus apor-
tes. Tal concepcién, sin embargo, ha sido muy criticada ~y con razn- si
se considera que en la sociedad anénima la persona del socio asume un,
caricter fungible y “cosificado”, con accionistas que cambian constante
¥ libremente ademis, desde que sus derechos van asociados a un titulo0 outs Sequex Lewene
accionario esencialmente transferi
anénima ~y en las sociedades por acciones en genet
cuentan como componente asociativo personificado
con la sociedad por aplicacion de normas legates imperativas y del
vo estatuto social. Se trata, en fin, de un mecanismo recolector de
do precisamente por la democracia del capital y caracterizado
icin accionaria de la condicién de miembro.
(que propici6 precisamente el advenimiento del régimen nazi
1 modelo liberal entrS en crisis y, con él, los presupuestos
Este aislamiento, segiin Gerber, se tradujo finalmente en que tanto
los economistas como el “laissez faire” capitalsta terminaran por desco-
(Curso ne Denson Counc u
nectarse enteramente de la realidad politica y social en que tal fendmeno
Keynes"
1926, cuando ef liberalismo clisico era considerado ya como sinénimo de
‘corrupcién politica, caos econémico y expoliacién de la clase trabajadora:
“The End of Laissez-Faire?
de intereses extrasocietarios de bien comin, que superan por lo mismo el
puro interés de sus accionistas
2. DEFINICION LEGAL Y MERCANTILIDAD
FORMAL DE LA SOCIEDAD ANONIMA. ALCANCES.
Segiin el art. 1° de la LSA, “La sociedad anénima es una persona
Juridica formada por
La sociedad anénima es siempre merce
1a realizacién de negocios de cardcter
Desde luego, la definicién citada abandona todo vestigio de la tesis,
‘contractualista del mandato, que durante la vigencia del C. de Com. sirvié
‘org Keynesaissecfuire.1926.heml.2
la sociedad a un érgano social que deno-
|, genera, acta y exterioriza la voluntad de
‘de manera directa y no como un colectivo de mandatarios, como
hacia el Cédigo. De esta forma, la LSA adscribe a la teoria organicista de
la sociedad, ampliamente recogida en el derecho comparado de sociedades
y, con ella, a la autonomia funcional que se le asigna a los
Conforman Ia estructura soci
traduce concretamente en que el
cs independiente de la junta de
los que asumen por ende el carict
‘momento de adoptar aquellas decisiones que la ley y los estatutos colocan
cn sus respectivas esferas de competencia.
tra gran diferencia entre las definiciones mencionadas radica en la
sociedad como tal -que no a
su objeto, como ocurre en la sociedad por acciones ex art. 425 N° 2 del C.
sefialando en este sentido que “La sociedad andnima es
‘aun cuando se forme para la realizacién de negocios
‘Censor Denton Comer B
‘ocurre con las sociedades personalistas™. En Chile, Puga sostiene que el
tampoco debe buscarse en el desarrollo del Derecho de sociedades, como
podria pensarse intuitivamente, sino en el Derecho de quiebra francés de
juridico a toda sociedad anénima, independien-
temente de su objeto, en el entendido que en aquel entonces la quiebra
sélo afectaba a los deudores comerciantes. Su aparicién en la LSA, por lo
mismo, no habria sido mas que una proyeccién de conservar generalizada
del derecho comparado durante el siglo XX, en cuanto a mercantilizar
de dicha ficcién -como ocurrié precisamente con la ley chi
se encontraran ya completamente desdibujados™. Con C:
embargo, podemos agregar que resulta més razonable supor
tuvo también en cuenta otras motivaciones y elaboraciones legi
dloctrnales, desarrolladas durante el siglo XX y que incorporaron concre-
tamente el concepto del “comerciante en razén de la forma”, de Otto von
Gierke (Formkaufmann), para incorporar la férmula de la mercantilidad
‘en razén de la forma de las sociedades an6nimas.a uanno Segue Lem
denciales que van desde la me
dad, atendiendo principalment
de capital que se le
tenor literal del art.
nera que si bien
siempre y necesariamente come
y el debate surgido en torno a
CCunso ne Deseo Comer 1s
de definir si Ia sociedad andnima debia considerarse o no como un deudor
derogada Ley de Quiebras. La Corte
la tesis mayoritaria, sostuvo que la mercan-
tilidad formal de la sociedad anénima se traduce en que ésta, para efectos
de su calificacién concursal, debe considerarse siempre y necesariamente
‘como deudor comerciante, sin necesidad de indagar en su actividad con-
creta, Dijo la Corte:
hha dado a esta norma, y expresa: “que la sociedad es e una acti-
vidad con una finalidad que trasciende el contrato, y que una aproximacién,
mas depurada a este problema, con apoyo
‘ocupa del tema, nos leva a sostener que el
4quicbra de la sociedad anénima se satisface
teniendo que la ley
ividad 0 giro co
apertura del concurso, D
‘SEPTIMO: Que, Ja deudora una sociedad anénima a la que la ley
calfica expresamente como mercantil, con prescindencia del objeto de sus
-xigencia impuesta por la sentencia impugnada, en orden a reque-
dad comercial concreta que
En esta situaci6n, ante la concurreneia de la causal invocada por el acreedor,
pues se trata de una deudora que formalmente tiene la calidad de comerciante:«|jecutivos por haberse cumplido los trimites preparatorios contemplados en la
ley N° 19.983, debieron los sentenciadores declarar la quiebra de Inversiones
‘no obstante ser estructuralmente una
En otra ocasién, la Corte de Apelaciones de Santiago sefal6:
“Es indudable que en virtud de la norma en examen, una sociedad anénima,
cen términos generales, debe ser considerada comerciante para todos los efec-
% id. Canatnen0 2013), p. 431
”
ién formalmente comerciales, pues por esa
hhermenéutica se estarian ereando sin ms actos de comercio y mercantil-
zando “actividades” que
‘cuya enumeracién es tax
como dijimos.en otra oportunidad”, no es posible aplica la ley comercial
¥, por ende, no es fa
actualmente vigente y aplicable en
ma es siempre mercantil aun cuando18 Eouanoo Jeg Lenin
icar tampoco, los numerales 1 y 12 del articulo 3° det Cédigo
‘al momento de la compra de las acciones a ta demandante, no
preparatoria de notificacion
no puede darse por acreditado este primer requisito legal para la procedencia
de la declaratoria de quiebra de Inversiones Fox S.A.
5°) Que, esta Corte tiene adem presente que, no es suficiente en caso algu-
prudencia, Tomo XCIX), N”3 (julio-septiembre), Seceién 2.
esis, al sefalar la ley que la sociedad anénima es siempre mer-
‘aun cuando su objeto sea
‘menos derogar los fundamentos de la
‘que recoge precisamente el C. de Com. y que despersonaliza precisamente
la actividad comercial, sino simplemente someter a la sociedad como tal
persona juridica a las normas aplicables a los comerciantes en general,
aunque sélo en lo que concierne a su actividad interna o intrasocietaria
(reparto de dividendos, aumentos de capital, modificacién de estatutos,
suscripeién y pago de acciones, etc.)”.
(SCS de fecha 24 de diciembre de 2008, ol N° 6799-2007)
»
ces, y a diferencia de lo que ocurre con Ia sociedad anéni
‘ocupado especialmente de seitalar que es el objeto y no la sociedad lo que
se considera mercantil en todo caso, 1o que lleva a reafirmar a contrario
la tesis que aqui se plantea
Con todo, y al menos desde el prisma del Derecho concursal chileno
vvigente, la discusién anterior ha perdido toda relevancia ¢ interés. La ley
N° 20,720, sobre Reorgani
“Que fasta circunstanca que wna sociedad anima exté contitulda como tly que por
{mismo deba repuarse que sea mercantil no significa que tenga la condicion de ejerer el2» ouxenoSequex Laneot
(denominados en general como deudores comunes), suprimiendo asi toda
diferenciacién en tal sentido. Para la nueva ley, en efecto, la sociedad and-
sin que importe la na-
igne a su mercantilidad formal
(vid. art. 2° N° 13 de la-ley N° 20.720),
y dnimo de lucro, Es éste un elemento esencial?
sobre el alcance de ta
legado mucho mis lejos,
lege presupone 0 no
cl fin de lucro como elemento causal del
Desde luego, sistemas como el germénico y el anglosajén descartan
de plano que el dinimo de lucro sea un elemento esencial del contrato de
sociedad. Lo propio ocurre en el derecho de sociedade
repartirse los beneficios derivados de la explotacién del objeto s
tema latino
paises han visto
‘misma del cont ‘que lo diferencia precisamente del resto
de las figuras asociativas y que, por lo mismo, no puede faltar®.
Por todos, Fort GaAs, JL.y Po Anao, M. (2002): “La relevane causa negocal de by
sociedad. Ui reletura (slo) joridica del cocepto legal de sociedad, en AA.VV,, Derecho
(Ceo oe Den Comers, sf
Sin embargo, la doctrina tradicional recién mencionada ha sido fuerte-
‘mente controvertidaenel timo tiempo en Espaiia, tomando como base para
ello lo que sefalaba el art. 3° de la LSA -hoy derogado- lo que dispone
mismo, de un debate que presenta una muy cereana
id lad actual del derecho chileno de sociedades, pues el
recién citado art. 2° de la LSC contiene una declaracién de mercant
i en negar que el dnimo de lucro sea un elemento 0 requisito
inherente del contrato de sociedad. Simplemente mencionaremos aqui los
les de las dos corrientes doctrinales que, a partir de
wepto de sociedad, postulan con mayor 0 menor
del énimo de luero como elemento configurador de
Utilizaremos aqui la terminologia que propone Ortega", como forma
esominativa de na tesisplanteada a meiados del siglo pasado por Gitén
fena®,
‘deDetecho), pp. 7071, El mismoautor en Derecho de Saciedades (1976), Vo. I, pp. 25s.2 ountpo Joqux Lense
dderogada LSA espatiola, actual
jodos sus miembros”, invocando para ello-el derecho fun-
asociacién consagrado en el art. 22 de la Constitucién
8 (entre nosotros art. 19 N* 15 de la Consttucién
que no condiciona la libertad para clegir por tina otra fi
«la existencia 0 no de dnimo de lucro. Para este autor, en fn, et
dinimo de lucro concurre habitualmente en el contrato de sociedad, pero no
‘es un elemento esencial del mismo.
Calero“ la circunstancia de que el art. 3° de
Por otro lado, para Sain:
la LSA de 1951 haya p
andnima a efectos de proc
Curso ne Denzono Cowen B
formal de la sociedad a
ccho de sociedades,
de sociedad, contemplado en los arts.
Civil espatiol. A partir de ese momento ~