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: Zor. 14-3 Alfredo De Paz La revolucién romantica Poéticas, estéticas, ideologias Traduccién de Mar Gareia Lozanc Zery Tec pos ‘£2 °eeererre reer eereeeeceercccecens 54 LAREVOLUCION ROMANTICA un espacio distinto, pera exis sia también una evasidn roméniiea del espacio. Estaba profundamente dials on muchos romanticos kt ereencia en el artista que n0 pone can el espacio, en el poet. que no pronuncia ninguna palabra, €y wre leo que tiene todos fos cantos en su corazn, Frecuentemente el Fombre romdntico no quiere exteriorizarse en el espacio ni con actos ni con obras, Pero la evasi6n romatica del espacio hizo seh os reanaicos uitprotundo dolor el dolor de la soledad. La exteriorizay seenintgetica del espiitu clsico era la forma y el lenguaje universal Sire que los espiritus sé encontraban entre sf ella superabo In sings fardad la soledad mediante a objetividad, y este ora quizd su siBni Faust os profundo. El espacio es comin a todos. Lat existencia inte seater hombre roindntico, por e1 contrario, estaba sola consige Teta, a pesar de tener un zrdiente deseo le comunién, ya que el aeeat rpmanticismo era el anor, ‘Todo ello Formaba, eiertament ai gniradiceiGn, Para llegar a ser infinito, el romranticismo abarndo~ arpa el espacio y se enicamineba por la via de tw interioridad, y preck- sae cle at legaba al conocimionto de su propio limite: exsie-siem- pres en efecto, algo més que la experiencia interig, siempre Sol at pe ee Fieat del intinito en el que todo espiritu quiere desembocar. Ei seed hacks el interior, 21 romaticismo llega a conocer que esa asia ir también mas allé del yo si querfaalcanzar el mar de lc yr dldad, La via hacia el interior era Ia just; pero era wn camino leno Jedolor a través del desierto de Ia soledad. Segtin Novalis, cada des- oe eolGt interior, cada mirads. a 10 intimo es al mismo tiempo un a cere ana mirada hacia la auténtica exterioridad, El hombre romdn- Cees. habla convertido o tendfa a convertirse en completamente iicecdar y agpiraba a exterioriarse, pero de un modo distinto a aguel modo arménico y pacifico de los clésices. Baistia una evasion roniintica Tea de un ate que representa su cous en Ia exstenca tempor sin 5 car a ojaolo oni forma. este respect esebis. ny bien Kei carlo del tempo 3 rr ftce meter lis manos em i echo, aferar mis pensaierOs ¥ aac se fad canals aj, tas as exigencas de mama DSB deponsos sn gue ta ora pe qdara nada que dese quien ine 8d NO sn 1 STE ny la ute ep en ele frece Slo pra el pesamiene te impor I 28, etre, gue las ssanins iis vols no ore 0 nS Pg cosprce solo potest, fener que comuniarme Cong Ser Ce Bor cia ines eves dll para comprendemi ENO de Pavone, dl smo mo Gat sm algo dios mina vt Leng, no, ra tan onnderads dese un plo de vss supe, unt venje spi, nf mera) neces: late no puede sino tar de Hae yersaer sea ion do pose. Yo emleo mis mejores fers ay a eee expeion, monacha fact de wis verse, gaia vos Sa ear Ty hago pra ue aparezcan das esas cost, sno el pens ae as pleas et 6 utes arma es hecho det modo que el esta a ae tntaeamete, meas que forma dfetwos To une & ela Seen matvado espejoy slo Reeves 2 sf mist. 7. El mal del deseo. Insatisfaccién, desgarramiento, espiritualidad ‘Me angustia el deseo de no vivir y comprender que este deseo sun mal sin remedio (J, Este deseo me aniqula por dero, porque esea alge que n0 se puede obtener, SaNTA Tenesa px Avia Haga lo que aga, sempre quisiera haber hecho algo distin Géntcaur La palabra ronidntico es, como se sabe, una palabra polivalente, y cs prvelsamente su polivatencia una de lis causas principales de su excopvional e insuperable éxito. Siguiendo las correctas indicaciones de Ladisiao Mittner (1964), podemos afirmar lo siguiente: a) lo romintico no es el sentimion~ to que puede afirmarse por encima de la raz6n; b) lo roméantico no es el sentimiento de una especial inmeciatez o violencia; ¢) lo romén- tico no es tampoco lo llamado sentimental, es decir un sentimiento melancélico-contemplativo (a pesar de que la irracionalidad, la es- pontaneidad, el paroxismo, el sentimiznto melancdlico-contemplativo Son aspectos que ciertamente no le son extrafios a la sensibilidad ro- Intica). Si roméntico no es todo le sefialado anteriormente, pode- mos definir el romanticismo como un hecho de la sensibilidad cuando se traduce en un estado de excesiva y permanente impresio- nabilidad, irtabilidad, de excesiva reacci6n ¢ intolerancia ante las {ensiones. Otros aspectos de la sensitilidad romantica pueden encon- trarse en el amor a la incertidumbre y a la ambivalencia y en una cierta inguietud narcisista que tiende a complacerse de s{ misma y a agotarse en sf misma. En el romanticismo alemén ta palabra més caracteristica es Sein sucht, que indica no fanto la nostalgia (Heimweh) como 1a angustia, fe decir, un sentimiento que jamés pusde alcanzar su objetivo, porque no lo conoce y ni puede ni quiere conocerlo; se trata, en esencia, del imal del deseo. Se puede decir también que Sehnsucht es la busqueda del deseo, un desear el deseo, un deseo que se siente como inacabable y precisamente por ello, dentro de una dinémica masoquista-narci- Sista, encuentra en si mismo su prepia satisfaccién. Como cuenta (55) Sh LA REVOLACION ROMANTICA Mitiner (1964), F, Schlegel introdujo en su novela Lucinde un didlogo rapsédico sobre la felicidad de un deseo beatificante, por inacabable y eterno. El titulo del didlogo, Sensucht und Ruke (Angustia y sosiego) es muy significativo y podrfa ser casi una definicién del romianticismo en cuanto que resalta una de las contradicciones que, entre las muchas coincidencias entre opuestos, es 1a mds roméntica. El poeta F. J. M. Riickert, en el mismo sentido, canté a la amada como dadora de una misteriosa inquietud que es al mismo tiempo quietud: «Bres el so- siego, la dulce paz, eres la angustia y lo que la calman. "Teniendo siempre en cuenta las indicaciones de Mittner (referidas, al romanticismo alemén pero que pueden servit, creemos, para el rO- ‘manticismo en general), podemos destacar las siguientes caracterfsti- ‘cas del hombre romantico: a) esel individuo adeseoso del deseo, el individuo deseoso de vivir en la condicién del purg deseo; 'b) es el individuo que sufre una sensibilidad excesivamente aguda, pero que es estimulada por él; c) es el individuo que esta a merced de las impresiones siempre distintas y contradictorias, que se abandona a ellas con un secreto pla- cer y a menudo las erea sin Saberlo; @) 8 el individuo de los dilemas, que nunca trata de resolverios ¥y que cuando fos resuelve crea dilemas nuevos ya que el dilema irre~ Soluble es la forma mioma de su existenc En épocas de cambios y de transmisién, tales almas inquietas son siempre numerosas; se trata de almas que viven su posicién de transi toriedad permanente con una intensidad tan pasional que no pueden pertenecer ni al pasado ni al futuro. Desde este punto de vista el conflicto aparece —como ha subra- yao muy bien Hauser (1953)— como una forma esencial de a cons Ciencia, Para los romdaticos nada estaba exento de conflicto y en cual- {uiera de sus manifestaciones se reflejaba la problematicidad de su situacién histérica y de su intima desidia sentimental, La vida moral de la humanidad es toda ella una hilera de contrastes y de luchas; y cuanto més diferenciada es una sociedad mas frecuentes y ésperos son Jos choques entre el yo y el mundo, el instinto y la raz6n, el pasado y el presente. En este sentido vida y pensamiento, naturaleza y cultura, historia y eternidad, soledad y sociedad, revolucién y tradicién, no aparecen ya ni como correlatos légicos ni como alternativas morales, entre las que se deba elegir, sino como dos posibilidades que se pre- tenden realizar a la vez: de ahi la sensacién de trégica imposibilidad {que se advierte a menudo en el individuo romentico. La situacién del hombre roméntico puede compararse, en este sen- fido, a la del Hamlet de Shakespeare, En una carta a su hermano Au juist Wilhelm, Friedrich Schlegel (cfr. Schlegel, Br) escribia a props 0 57 ELMALDEL| ito de Hamlet: «El objeto y la fuerza de este drama es la desespera- se cteroiea, es decit una infinita descomposicién en las fuerzas més cig mse La causa de su mucrte interior es la grandeza de su inte sae st fuese menos grande, seria un héroe, Para él no merece Ie pena ser un héroe, podria serlo con extrema faclidad. Capta de moe pen ‘arada una cantidad enorme de situaciones, de abt su indecisin soe rae pusea Ta verdad de este modo, 1a naturaleza enmudece; y sate impalsos semejantes, ante un examen tan riguroso, el mundo no aot dda’ porque nuestro frégil ser no puede crear algo que no satisfaga os etasvexigencias divinas. Lo mas intimo de su ser es una nada rae stres pran desprecio del mundo y de s{ mismo.» En el ensayo Ghee da Stadium der Griechischen Poesie (citado junto ala carta an- {erlor por Szondi eseribe Schlegel (1794-1802, vol. 1 p. 107) con res- pecto a Hamlet: ‘Una sityacién extraordinaia concentra todas las fueraas de su noble ae efectos aniqilando su capacidad de accién, Su énimo se alo Gm Ta feds de La fortuna fo hubiese situado ane dos dies- desea votes xe cisgroga y sucumbe en Ia sobresbundanca del inte, Fane epae jue sobee él pesa mis de lo que pesa sobre los dems. No se see representa mejor a irredvctble desarmonta que es el autetico ob Puede rapes ostien, en el sentido de un desequiiro tap ine sere areca del pensamenlo 1a de Ia accién, que en el eardter deTiamie. Soinlegetinterprotaba la sitwacién de Hamlet como emblematica de su situacion y de la de su tiempo. Su obra juvenil es el intento de pen sary de superar todo lo negativo que est contenido en esa especie Xe ser Gen el vacto del sujeto aislado. Pero ya en los fragmentos del {yceum del ato. 1797 (es decir, dos aos después del ensayo Uber das ‘Shain der Griechischen Poesie) Schlegel trata de dar un relieve pri- aeace a la dimensién negativa, a ese «sentimiento negativo del esp! ritu», ipicamente roméntico: ext 3S tle Fo foray eeu, a day dur ar aa a a ees aa nen eaaneeae2ee2Gaaese Gi 5H. LAREVOLUCION ROMANTICA En este fragmento selegeliano se 5 mentales: por tn Indo, la clara conciencia de la incapaeidad y, por olro, esa referencia al futuro que se expres en presentimicntos y pro- Yeetos; en otras palabras, estamos ante una dimensién reflexiva y us dimensign ut6piea, Pero estas dos elementos serin bien entendidos Sinicamente si eaptamos su tendencia fundamental que los caraeteriza como rominticos. Dicha tendencia puede determinarse en el echo de que la esencia fundamental dei mundo modemo es la fracturs, y de fe eu impulso furidamental es la reunificaci6n. La voluntad de supe- ticién de fas tensiones y conflictos, y de unir Io que esta separado es tino de los rasgos dstinivos de Ins ditintas afirmaciones de Friedrich Schlegel, y aparece explicitamente en su definicién de Ia poesta ro- mntica en el famoso fragmento 116 de Adiendum: Li potfaomdntin ex un pest nena y progres Su Fin 0c ines Sede nev tos To gees peas y fone en rica ei asta y a eli psi omicn Slr y Ie Beciae y combinar poesia‘ prosa, genalidad y erica, poesia de ete. rests ingenua, hacer viva y social Ia poesia, y pogtica fa vida y le Sbeicbkpoetiar el esi lena y suurar las formas del arte con el iss sor custo matral de eutur, y animartas eon wiraciones th Tra ocala voméntca abrazit todo To que ex poste [..][ibier, 64 La misma exigencia aparece ya en el fragmento 115 del Lyceun ‘Toda Ia historia de la poesia modema es un continuo comentario al breve texto de Ia filosofia: todo arte debe convertirse en ciencia y toda ciencia en arte; poesia y filosofia deben de estar unidus» (ibidem, pp- 4041), En el mbit flos6fico: «La mayor parte de los pensarien- {os son séio pesfiles de pensamientos, que hay que sintetizar con sus ntipodas» (ibidem, p. 53). En estética: «En una buena poesia todo debe ser intuicién, instinto. De ese modo se convierte en ideal» ({bi em, p. 21). «Bello es To que al mismo tiempo es atractivo y sublime (Gbidem, p. 61), En ética: «Para ser llamados morales, los sentimientos eben ser no s6lo hermosos, sino también sabios; en Conjunto, teolégt Gos, en el setido ms alto, convenentes» (idem. p10), Sob) roblema de la elacién entre el yo y el mundo: «S6lo aquel que es uno mr ieTundo, puede ser uno consigo mismo» dem, p. 151). Bn Ie ‘concepeién del amor: «El verdadero amor deberia, por su origen, ser a fa vez totalmente arbitrario y totalmente casual, y parecer necesativ y libre el mismo tiempo; por Su carcter, deberia ser ala ver. determina- cién y virtud, parecer un misterio y un milagro» (ibidem, p. 58), En la valoracién del sistema: «Es tan letal para el espirtu tener Ba sistema como no tenerlc. El espirits deberd por tanto deciditse a tinir ambas posibilidades» (iaidem, p. 55). Y, en fin, en la definicién de {a filosoria préctica: «Filoso‘ar quiere decir buscar en comiin la omnis- ‘Gencia» (ibidem, p. 101). Jn aspecto fundaneatal del pensamiento ELMALDELDESHO 59 schlegeliano y par tanto del pensamiento ronréntico en general (y no sélo en el fmibito alemén) es ef anhclo de Ta wnidad, de Ia comunica- cidn, de la universalidad, de la infiniud, Esto puede comprenderse Gni- ‘camente partiendo de Ia concepcién protorroméntica del yo. Bl sujeto del primer romanticisma es el yo aislado, proyectado sobre si mismo, convertido en objeto de sf mismo. Su destino se llama conviencia y Schlegel lo encuentra completamente representado en Hamlet. Esle cardcter harnletiano del alma ronvintica puede reconocerse en Ia Figura del «doble», siempre presente en el hombre romantica, y que vuelve a la literatura siguiendo formas y modalidades muy diversas El origen de esta idea —como muy aien ha sefialndo Hauser (195: ne sobre todo en el irresistible impulso a la introspeccidn, en ka ‘ania de Ia autacontemplacién de quien tiende a considerarse a sf fnismo como un desconotido, como un extrafio inquietante y Iejano. ‘Todo esto puede verse como un intento de evasién que evidencia la in- capacidad del individuo roméntico de adaptarse a sus propias cond ciones hist6ricas, sociales y existenciales. De aqui deriva su tendencia a arrojarse a la dimensién del desdodlamiento y a todo lo que es os- Curo y ambiguo, caético y estético, demonaco y dionisfaco, con el fin te busear un refugio ante fa realidad que su razn no sabe dominas. ¥ en esta huida —al mismo tiempo trigica y contradictoria, necesaria ¢ imposible, ircal y socialmente destrsctiva— descubre el inconsciente, ayuelo que est oculto a la zaz6n, la fuente de Tas fantasfas nad: del deseo y de lo irracional. Escribe Novalis: «No conocemos la pro- fundidad de nuestra mente. El camino secreto conduce al interior. Es dentro de nosotros, y no en inguin tro sitio, donde estén fos reinos de la eternidad, el pasado y el futuro.» Para Novalis «es inevitable espan- tarse cuando se echa un vistazo a la profundidad de la mente. Las pro- findidades de los significados y de Ia voluntad no conocen limite JL» ¥ a Novalis le parecia «extraio que Io més intemo del hombre se haya observado hasta ahora tan someramente y se haya discutido Sobre ello tan poco inteligentemente [...} Lo poco que se ha aplicado Ia fisica al espirita humano y el espirita al mundo extemo. Raz60, imaginaci6n, inteligencia: éste es el desnudo armazén del universo Que actia en nosotros, Ni siquiera una palabra de sus maravilloses mezclas, de sus nuevas formas y de sus transiciones, Nadie ha inten- tudo buscar una nueva fuerza conocida, ni seguir su interaccién rect- proce, Quién cabs qué maravilloras uniones, qué nuevos y maravillo- 505 desarrollos nos esperan todavia dentro de nosotros mismos.» Schelling, a sv vez, escribi6 que «en todo, incluso en la actividad hu- mana més comtin y cotidiana, una actividad inconsciente trabaja con la consciente». Para Schelling «la més noble actividad de! hombre es Ia que no se conoce a si misma» y afirma en sf misma «la identidad de lo consciente y lo inconscientes. Para él, «el inconsciente eterno. que es también el Sol eterno en el campo de la mente, se esconde detris de 60 LAREVOLUCION ROMANTICA su propia luz eclipsada, y aunque no se convierta nunca en un objeto, imprime su identidad a todas las actividades esponténeas, y, al mismo tiempo, es para la inteligencia la raiz invisible de la que la propia inte- ligencia es sélo una expresiGn>. Para Coleridge «en toda obra de arte se produce la reconciliacién de lo extemo y 10 interno»; «la conscien- ci esté imprimida en la inconsciencia de tal modo que aparece en ella». También Coleridge hablaba de «ese estado de existencia que nace en el crepistulo de la imaginacién y en el vestfbulo de la cons- ciencia» y de los «reinos crepusculares de la consciencia» El individuo roméntico descubrié asf que las dos almas habitan en su corazén: que en lo més {ntimo de s{ mismo hay algo que piensa y siente y que él Ileva consigo su demonio y su juez; descubri6, en suma, a través de este amor por la dimensién inconsciente, los funda- mentos de la teoria psicoanalitica en general y del psicoandlisis del ate en particular (cf. cap. 14) ', Puede afirmarse, en este sentido, que aps get hin oa gsi erences pi i eer s Ses dP eter ee ens setae her eae Cats 6 ae oa ee PSS rece ee ne ds Wiens SASL ec eae ne ei Setalare rl Sees ammeter Speen clinch gue cir pc sae ple SNE ate a am capone stir athe tac bee cs a yi a sowie attains haan deta = ‘solu de signos sbjetivas que seven ala pulstonespasinals dl suet, Wis da in clave de na paces fenémenos, pero no la del fendmeno mismo del are. Seu la eons pscoanaics dela, a8 obras de aie no son mise heeos, peo Pa Pt to au objetvidad especie, su jute, su nivel formal, sus mpolsosexfcos, 0 ee ene selidad no pagl sdeen in, d dn (Lato d ree Jan ln ntenordad del asia michsimo menos queTo que imaging el medio qu nove ene oft picounalic, Tan slo los dictanesreorsen todo la gues at inconsciente. Su sensbidad an aséptica, no hace sino epee manidos ices. En el proceso dela yroduccion atte Tos movimientos del inconsieneaporaninpulo Y Insterises. Peneran en fa brad artes ras de la medicine lly de afore ‘jeto miami que reali a obra noes ot cosa que un intermedia. Las obras Je arte no ton in thematic apperception text dl aia. Pareaimente colpable de ela froma ese culto que rind el psteosnshins al pancpia dela realidad: cuanto no obs Sze ese principio es sb siempre "maldilén™, mientras que la adapacion la ‘alia exe smn Bomum. Peo la realidad nos aes on sobrado fundamen cl ara hui de ela como para que sea honest acura argument de Ta malicin, a {ve ststenta uns ideolgla de armoniacion aun psicoldgicamente hablando, elite {oa sr legiimado mejor que To que hae fa psicologi Es verdad que Iu nagina- {tin x una malic, pero no completamente Io que islendse! princpia de Ie Tat aigo superior est tambien debao de ella; poner el dado aque nat bliin: Seder Ingo el ati a qve Se Sonviene sn ser toler ln HL. MAL DEL DESEO 61 sa dimension roménvca de a interretacion picosnalia de! ane © 1 densi omit recone impotanaa qe seco TElina, este hecho seria un digno objeto de la psicologia de! arte. Su labor seria deh frar la obra de arte no s6l0. como na magnitud igual arta, sng tumbatn coma ce Po ele eaten cy concreion re ie em niente toe 3 Papas eae eget sang ences formu op OSB a we acme 9 ns concrete gies Gue sfc alt cones ets mgs y Sm Fe Bema sis far genes eberaciose de Ca = el movimiento) eae no pene juas nga 90 de “Ene zon na legate silt. ¥ poten 2 onsen 98 ea io sie os atid OF ae rides ore que iho meaner isos canada my penne a wa rt edge ivene ern en. 9 oe crbvoa: a de at Rm Oa contra, noe eaclusvemene enn fe podem i dl Alma ennces se ha desaolado yuna COMED. he gue ee ae Al dn os poceoe de ie i coe ae genera Se seh sh embATED mi ace apn em memos ce, ee a A Sa ae magnate oer See Ai engloved, ambi en ans taient evalu ment a Conciente Epi en ea naa, sw fel, POUSOS ei ne ct mina lpr eee Le srvacones de Cara att Ie pital de Cas creaponden es textuamerte con a dstipin esha pr CC ines de Cars coer Sana ors og contends aimee ORY ge puts han bade rao opr sans a ail rane ai 9 0 ort un ac psa tia, io 8 cols cao omen" ts fe Cars ang aparece ana eve OR sesons fm al a naenci eee en sped, pore cos Sinan el convict metro ls cveaios xpmavanet are fae clei me pes dts fees de loge 0, ‘gen, retazo espiritual, Jung se basa en los innumerables documentos que le proportions: ce a ea tlgi Foret cosine der con ma PS. 5 rea met acts Cayo autos, a gene ens Sarees lc mtn ions xr ey sin ences et ses de Can cso cna it dh os poston eo Jun ct er som siempre capacs, al donde tin 1a Sie pbvocar un eomportamientoadecundo, sn ecu aa concieni oR cts cone len, fo ep, exte xt, A pes de ae iereacis ded cu de ita gel gu ese neat dover, Poe Emo dow cnapaones my parte we de ana tre ge: pad Wawa ein Keema neein nner enna eee aeaeaeaans 62 LAREVOLAICION ROMANTICA 41 los elementos itracionales e intuitivos de fa er istiea, Dix Shoe elementos, queen fa literatura roménticn del arte se explicaban @ ice como un don de la inspiraciGn y del talento innalo, @ come Signo ae la gracin divina o una manifestacion de las fuentes ocultat sa imconseiente, no son sino una suerte de indemnizacién con ta eusl el antista roméntico queria consolarse de las posibitidades irrealizadas Se la existencia y de los escasos vinculos de comunicacién ¢ integra- fon con su contexto social y con el publico destinatario de sus men sajes ‘EL amor al inconsciente signifies por tanto para Jos ronvnticos os surrealist lo entenderian Dien) amor por fo eracional enfeudide oe mo rechazo.de la razdn, sino como su ampliacidn, su expansion re we alld de 10s limites impuestos a menudo mezquinamente por el Taulonalismo ilustrado— hacia un horizonte en el que la subjetividad amanda pudiese reencontarse aulénticamente a sf misma “aun 2 pambio de escisiones mas dolorosas y breves—. A los ojos del hom- fre omintico, lo irracional tenia la inmensa ventaja de no ser contro~ Iuble:€] apreci6 los impulos oscuros e ineonscientes, los estados de Fa conadores y ebrios y bused cn ellos ft, satisfaceién que no podta ddarle ta propia razén, La divernencia se caactetiz6 como una aposi- dare mein razén operativa y pinysnitien y tas -Fiensiones irracio- cee estcio de la ran» yvuccta nu proxiara ya mionstruos, sine eiprendentes pasiones ips ce In imagination, graificautes Qui- eevas yen esta drecei6n sc Uirigiev cas fas energéas del alma ro- sacred En todo este proczso, la revalorizacién del sentimiento fue cl Txpoto que se dio por desconiado, Mine de Stu en su libro De Ale area C814), aibuye al sentimicnto y, sobre todo, al entusiasmo, profundas capacidades cognoscitivas proyectadas hacia valores infini- vie ide modo que lo que es bueno y divino puede manifestarse tnica- Irente a través de los impulsos divinos de nuestro coraz6n. Para pre sre maenos de cualquier humillante degradacisn estin los «sentimlentos seritados» ands que Ia razia, En Ia pureva cic los sentimients se des- SXbnO ta fuente de la vida moral y de las artes, aunque fuera desde Gina perspectiva de angustia existencial y de un deseo etemamente in- satisecho. Riis alld de Ia efimers y engaiosa apariencia, los romantics tra- taron de vomprender a unidad prolunda considerada como Is nica teal, por tanto trataron de buscar en nosotros todo auello que puede Sobrevivir de nuestras ficultades antes no se es diciendo gran cose, pero cuande °F) senda la losofia de Ta enfermedad era una dimension esenei) Gonoee trepein del mundo, ya se estédiciendo algo més. La ener. srezentabe, para los roménticos —Ios estudiosos més atenies He 10 establecido, de lo normal, de 10 Tena Sy llevaba consigo ese dualismo de vida y muerte, de Hat, Tarn aturaleza, de viculo y dsolucion que dominaba todo Cy “fnundo. Representaba. ja desvalorizacisa,de todo los Y duradero y Spondia i hostilidad romantica a todo limite, a toda forms stable porta La idea de due el origen del arte habla que buscar & a s.definitvs a Is invalider Fisica y en la excitaciOn nerviosa, procede ce ieete del romanticism9, asf como la hipétesis de que 18 fueue Gera cecacién artistica se encuentra en la profundidad de la psique, e® Gtyellos espacios misteriosos y oscuros donde el alma de) artist te mane eeetComunin idedl con el mundo de 10s primitives y de Is dace pero la teoria que es propiamente roméntica es es8 que ve ©” sesreae arte, con sus dese2s realizados con doble naturaleza, con to, {a obra acerisicas sensiales.y ut6picas, fuerte analogies con el suet (el, también cap. 14), ELMALDEL DESEO. 71 Siempre ha habido, como se sabe, artistas con disposicis gears povibiiad de it do muy deen has distin Speess. A menudo fueron conideraos originales. anes dl roma. lego, notion una foneén determinant, Soo cando Ia act hacia Ia vida estuvo determinada tmbién por la idea del arte por el ale, estos artistas pudieron convert.se en portavoces de su tiempo préctica iban y venfan, aparcefan y desaparecfan sin encontrae eco: eran personajes efimeros, sin ningin significado histérico. En este sentido puede decirse que s6lo cuando Ia literatura dej6 de ser una Bula y las artes visuales una actividad de interés pico, solo cuando I dua dof de ofr asus conempordneos alg epceosony pet rotico de los roménticos se convierte en algo histéricamente determi- nant y signfiativo. El «sentimiento de inutlidad» adverédo po e trtista produjo en él una excesiva autoconsideracién, un esluerzo fe tril de originalidad, un subjetivismo exagerado y una sobreabundan- cin de nareisismo, A partir de ese momento se encontrs en permanente rainy inion assed 3 con st valores wi ocd ue pareeia sidicamente no escuchazlo, no entenderlo, no protegerio see periment ncus a enfemeded eo enfermedad» del st Ss mio po tized Wer, aden cerpretados como una forma de resistencia pasiva, de protesia y de au~ tence tans i soz exeteat, con ord, sus noas Sows I lae urge de donde tanbien 1 proven, peo qu habia rechazado junto con sus valores de santidad, eficiencia y bienestar, En ia Optica romantica, ia «salud» y la efelicidad> eran consideradas abu- rridas y triviales, mientras que la «enfermedad» y la «desgracia» eran tn signo de una personalidad genial. La expresién freudiana de «ga- nancia secundaria de Ia enfermedac» asumi6, en esa perspectiva, un papel hermengutico importante, Gracias a esta caracterizacin freu diana de la'relacién entze enfermedcd y neurosis puede comprenderse Borgu ls vomnticos fueron tn afcionoe al dolor y ¢ nel iad, y puede comprenderse también la dosis de autoconmiseracién aque habfa en su pesimismo, Parecfen —sobre todo a quienes les en- tendian mal— soberbios, oscuros, misteiosos y extravagantes. A pri- mera ss pod parse provide seguro de of mimes, cuano n realidad, In mayoria de las veces, eran las riser fos aburgueses» que querian el poder: el mundo parecia formar parte de una pesadilla, Los jovenes romtinticos se sen- Yan como extrafios al mundo, porque el mundo los rechazaba, y los rechazaba porque no aceptaban ceder 0 renegar de sus ideales, sustra- ‘yéndolos ai pragmatismo del niundo mismo. ‘El romanticismo fue, pues, un movimiento de disgusto respecto ‘del «realismo» del mundo. Pero si se hubiese tratado tinicamente de entonar el lamento de la desesperacién, ello habria merecido, como mucho, alguna lagrima, Pero el romanticismo Tue otra cosa. Lo que le dig el caricter de revolucién espiritual y le hizo nacer verdaderamente como romanticismo fue que, surgiendo de lo més profundo de Ia ce Sesperacién, se present6 como un sobresalto, como una Hamada a Ia juventad de Europa y del Mundo contra todos los Poderes, contra (o- dos los tertores y contra todas las teorias y filosofias que tendian 2 considerar (de una forma més o menos explicita) la raz6n de Estado ‘Gon una poesia que fuese solo misica Partiendo de estos Cundamentos, el vslogy Sut {eieemachar se esforeaba por purfiar Ia religion, una religion que deberia penetra todo, sin dejarse contami por nas. Para Schlelermacher fos sentimisn(os religiosos (Bolan ncoespaia toda actividad del hombre, quien deberla hacer todo ean reigi, peromno saves dela religion. ‘SeNciermacher interpreta sv modo ls conceptos tdicionales de revelacin, de inna de alma: pero sobre ldo fa noeign de wlglesiam, en evan -msi6n de Uveucerdote ga el mono es una eves pivada y por tanto puede resolvese en un [mbit prvado, La verdaderaIplesin en esa perspeetv leberia reagrupar todos los fq peseen un man sentient teal de Hera ELMALDEL DESEO 75 como In forma mds auténtica de libertad. Una de las caracteristicas nis importantes fue, sin duda, que no trataron de poner & punto un nivevo sistent ideoldgico, sino que se comprometieron con las meta- morfosis de las condiciones interiores del alma. Para ellos se trataba de una especie de apuesta, de un vige sin retomno, de una aventura en Ia que se arriesgaban a perderse y para la que no tenian otra brijula que Ja de su pasion y su rebeldia, prisioneros como eran de una lengua due se habit convertido en extrafia y obligados a formar, a cualquier precio, las palabras de su liberacin ‘El romanticisme nacié, por encina de todo, de ta consciencia de n doble fi del fracaso general, en Europa, de las reli- ies instituionalizadas Y del fraceso.sangrisnto del suetoilustrado ue habia dea a id ‘ome enclavaden Ja imposibilidad de ‘legit énize la idea’ dé fo defnitivamente.sin alma, puro apo- ‘oldgico ditiai r'leyes necesarias, y la idolatria materia- de-un mundo taro més. divinizado cuanto mas ea- nio y su control hombres y las monotefsmo viunfa sobre la idolairfa fundando la libertad de la persona huinana sobre la idea de un Dios absolutamente tascendente, Inaceesible, incognoseible e inefable, pero corre el riesgo de perderse ‘on un agnosticismo radical, o bien de volver a caer en el peor de los ntropomorfisinos si no sitfa un intermediario entre Dios y su propia criatura; en caso contrario el pensaniento se encierra en el dualismo de materia y espfttu, sin postbilidad de superarlo, y el alma y la fe pierden todo su sentido, y el monotefsmo se convierie en un puro dis- Curso sobre el orden, remitiend, por ejemplo, al vinculo entre la Igle- Sin oficial y el Poder absoluto, En una perspectiva de cambio de este tipo de «l6pica» que ve conexiones entte «espiritualidad» y «Poder», S¢ lrataba, para los roménticos, de volver a pensar las posiblidades de ia presencia, de wn «espirity del mundo». Dios-Uno es trscendente, - peru se manifiesta en el munklo y se pluraliza necesatianiente en teota- hias,independientes entre elas el espirtu del mundo es ese. jpterme- 7 Aes respecto ha seialado H. Corbin (cf, Miller-Hillman, 1981, pp. 8-9: «S610 una tologle hegativa apofdtca) esti en grado de circunsribir, de lejos, el misterio del Ser (Esse), Pero el monotetsmo oficial no ha amado nunca la teologia negativa. En I foie que el Sor hace qua cet In exiterin, nat oode alee tc Fate Fe imposi- | be expresar este misterio del Ser que hace oa lado Ente, haciendo de ello vm Ente La unidad del Ser comesponde a IxIxIX, e, mientras que la multiple uniad de los Entes puede represenarse por L+1+T+1, ete La eatdstrofe metafsica consiste en con- fandirel See con el Ente In °muere del Sor" debid & la contusion dela unidad del Ser (Epse) eon una pecudo-unidad del Bae (Eu) que es multiple por esenca. Yea pretsaent a conus. qu perptaao el monoteso, ona cot sin entre thedes(divinidad)y thed! (doses) Una thedies nica no debe conhuuise fq un thedr (ios) nic, asf como el Ser dnico no debe contundirse con wn Ente | nico, Sle puede haber una medtes de igual forma que s6lo puede aber un Ser. Sino | 76 LAREVOLUCION ROMANTICA, ntre la divinidad y el mundo, La idea, secularizada o no, de un exilio del hombre eft Ta historia, sobre esta tierra, pueden convivir con Te idea de un espiritu del mundo *, Desde el punto de vista del misti cismo roméntico, sin este alma, siti este espiritu, estarfamos condena- dos para siempre al «exilio, sin ninguna posibilidad de amor, de fe, de plegaria, sin nostalgia de eternidad ni apelacién a un Dios oculto, estarfamos para siempre sin salvaci6n; nada podria distinguir este mo- hotefsmo «arrogante» de una teismo radicalmente pesimista. Para te: jo ngs hace falta al menos una pres “en el mundo, nos hace falta que Dios venga @ jae -algo en nosotros se eleve hacia El, nos hee falta, dicho de otro modo, que el Dios-Uno absolutamente trascen- ‘ents se pliralice para nosétros a través de as teofan{as. Sél0_enton- tes serfa posible salvarnos al mismo tiempo de Ios peligros de un Jnonotefsmo unidimensional ¥ del pantefsmo. Porque, si el #0H0- ieismo unidimensional rechaza cualquier iniérmiediario entre Dios y el mundo, abriendo entre ellos ua abismo incolmable, el pantefsmio, 2 sv vez, confirdiendo a Dios con el Todo y.divinizando la naturaleza, su- prime del mismo modo la posibilidad de un intermediario, de forma ue nos volvemio’ a encontrar, por otro cimino, con aquella idofatria Traterialista que no se distinguie mucho del atefsmo, en el sentido de {que si todo es Dios, nada, en el fondo, lo es Verdaderament Dios no es el mutida, pet nies6tr0s io éstainos ex el mundo aban- donados por Dios. Por ello no sentimos tanto nuestro exitio aqui abajo yy muestto impulso hacia Dios con el estupor que sentimos frente a la belleza de la naturaleza; y esto sucede porque la belleza es siempre la ‘nese as, no podsamos ni siquora hablar de dioses en plural, El prediao precede $i al iio, pr ol Sr aro Et a bo es ini ‘ood tant theos com al thal. Un theds nico como Ens supremuin segird x Eiinad que se ane ee ‘nal eonfunds ts thedtesGnica con un thedsdnico que excluye 10s los otros nediel Ser nic con un Bate dao a teolota monotesa ha abierto el camino, pre {isamens ala “muerte ce Dis" Del mismo todo, a confusion ente et Ser y el Ente Scmpor enone Sey duct camimo sero crane ne 1 La unas de a sheds, a enti, compona,condiciona y gran I plural dad te sed igual gut In uhidad del Ser compons y conto fe pratead dels Eres Now Dens isi Deus "No exist oo Dios fuera de [os doses". Ets en testrten de fa ests (acta abecondta) revelers manifestareen la parla tan wofanas, en un numero ima de formas eafdicas. El Teomonismo con suey a el enacinieno Je os diesen cuanto lefanas ge Ta sees, eterna Shiro condone] das indviualidadesreligons, cada una de la vals pute | ty ns Si cr oss Tle cum sd quale epere pot = "Tal en a | he veo he poo entender i esc revelactarin consi reno e Dis el pt esi de Ia eal pgreniva yo poncipin de a historia mdr, La ye en ela no vee reac Soe! de Dace vor scan (Sete, 1797-10, pp Hy ELMALDELDESEO 77 ‘manifestacién de 10 infinito en lo finito: ¢s teofania, Cuando ante algo Gecimos: «Dios mio, qué bellol», esta expresidn no posee el signifi- ado de una vana sacralizacién de la naturaleza, de un abandono al panteismo por el cual se perderia el sentido de la verdadera trascen- Hencia de la persona, sino que es, al contrario, la expresién mas sim- ple de la plegaria, de ese sentimiento que se caracteriza, al mismo fiempo, como un descenso de Dios al mundo y como tna elevacién del aima hacia El. No se alaba al mundo, con los sombrios des6rdenes de su materia y os cataclismos de su poder. En sentido estricto, el mundo sensible no es en s{ ni bello ni feo, es indiferente; su belleza std fuera de él, esté en ese espirita donde se transforma la materia y Se cpifaniza lo divino, Es necesario, por tanto, distinguir el «mundo Sensible», donde se representa el drama del exilio, del sufrimiento y Ge la opresion, de la «pura belleza» de las figuras teofénicas que se inseriben en é1 como un tesoro escondido, perceptible solamente a los ojos de fuego de la imaginacién creadora, cuando el alma se eleva ha- Gia lo divino y nos elevamos también nosotros rescatando el mundo y trasformando continuamente lo visible en invisible. ‘Lo que produce sobre todo esta emocién es comunicar a lo més profindo del hombre el estremecimiento de una sobreabundancia de femura y de humanidad: quizé tinicamente el espfritu del mundo per- mita peasar, en el modo justo, lo que los materialistas pretenden redu~ Cita ia simple corporeidad y los idealistas separar de ella, ¢s decis, la felacién entre Psique y Cuerpo que podemos llamar Amor. Sélo desde teste punto de,vista, el romanticismo puede cousiderarse como una bisqueda arrofladora de amor. Y dicho amor tendia a expandirse de tal forma, a ser fan vasto en su mas auténtica esencia, que muchos romén~ ticos creyeron que llegarfan gracias a 61a construir una nueva comuni- dad bumana ¥ por tanto, un nuevo entendimiento, una nueva herman dad, una nueva subjetividad El romanticismo (sobre todo el alemén) quesfa volver a encontrar el pensamiento de los grandes misticos, liberando el politefsmo de la idolatria e integréndolo en el monoteismo a través del concepto de te- ‘olania heredado de Scoto Erigena. Todos esos jévenes «deslumbrados por el arom» quisieron creer hasta el final que sélo asi podria surgir en 1 mundo una nueva aurora del pensamiento. En el Ambito pict6rico, el sentido «trdgico» del paisaje y el desper- tarse en él del espfritu del mundo, en el instante milagroso ce la amis- ti y del amor encontr6, sin duda, una de sus més emocionantes ex- presiones en el cudro de Friedrich Un hombre y una mujer ante ta Tuna y, en general, en la poética pictérica de este artista, ‘icdrich, como veremos en la segunda parte de este estudio, rune pintahs a sus personajes de frente; la maypr parte de las veces famamecen de espaldas y, sin embargo, tenenros ft perturbadora sensa don de que sus cumdras no miran como side pronto se eonvirtiesen TB LAREVOLUCION ROMANFICA 1» rostrus: ef espfritu def mundo parece encantrarse eon [a «esprit fidad del rostro en fa luz de una mirada, ,Y qué es la prucba de fa Inirada, sino Ta prueba del cesperlarse mismo del sentido, cuando el mundo se recre6 transforméndose? Contra las ideologias mistifican- tes, contra el cientificismo reductivo, contra fa uniformizacién tecno- Iépiea, peicticas todas ellas que nos condenan a la soledad, & la petit ceeién el ser la liberaci6n Je 1a mirada —ese instante de eternidac Shire un 16 y un yo, en que las almas se despiertan la una a la olra— Eagh momenta de apertura auroral, es Ia via que conduce al arte como poder de transfiguraciOn, Me miras y en tus ojos Jeo el limite obligaco Fe toda posesidn, leo el suipir en sbi mundo de un mundo prohibide para siempre: asf nace el deseo de una imposible transgresién.y su Prohibicign. Porque yo existo «solamente» por la gracia de tw mirada, Fe ia mirada del otro y de los simbolos que ha creado mediante el arte part haeerme pereibir algo que antes no veia, no podia ver: es 1a tas Paencia que aparece, revelindome mi traseendencia, Jo que me face Gyon, epersonam, «sujeton. Pero este «tir absolutamente trascendente {ue singuna prietica cientifica pdr nunca minimizar 0 infravalorar, secdebe condenarnos a la soledad y a la desesperacién (soledad y de- Seaperaesdn que en muchos momentos son socialmente inevitables) se Rascendencin puede epifanizarse en un rostro, en una expresiGn, en ‘ih pacto mas alla de Tas fracsuras del «tiempo» y puede hacer que nos Cheontremos fuera de toda posesién, en In comiin fiberacién no solo Gea ternura, de la amistad 0 del amor, sino también del rechazo y de la rebelién. \ 8. Elalade fuego: senderos del amor absoluto 1 umbels si destnado a unis fo infinito con 1 Ente, poo su Total coincidencia es completamente inalcancable. F, Scuecet “Tw amor me condiciré os sanuarios de Ia vida, a Ta parte ms Novauis En Is historia del pensamiento occidental pueden encontrarse, ‘grosso modo, dos grandes concepciones del amor en las que pueden Situarse toda la gran variedad de posiciones y teorias que, a lo largo de Tos siglos, han aparecido en relacién con este problema (cfr, Abbag- nana, 1977; De Rougemont, 1939; Nelli, 1975). ‘La primera concepcién es aquella que entiende’el amor como una relacién Tinita y reciproca, es decir, como una relacién que no antl la realidad individual y la autonomia, sino que tiende a reforzarlas me- diante un intercambio reciproco, emotivamente controlado, de aten- ciones y de cuidados de todo tipo, intercambio en el que cada uno busca el bien del otro como si fuese el suyo propio, En este sentido el ‘mor tiende a la reciprocidad y, en su forma més acabada, que podré nombrarse como unin —de intereses, de intentos, de propdsitos, de hecesidades, de emociones— pero nunca como «unidad» en el sentido propio del término, es siempre recfpioco. Desde este punto de vista el mor se caracteriza como una relacién finita entre entes finitos, sus- ceptible de una gran variedad de modos en conformidad con Ja varie- dad de intereses, de propésitos, de necesidades, y de las relativas fun- ciones emotivas que pueden constituir su base objetiva. «Relacién finita» significa relacién no necesariamente determinada por fuerzas ineluctables, sino condicionadas par clementos y situaciones capaces de cxplicar sus modalidades concretas. Pero signifien también relacién {que se expone tanto al logro como al fracaso y, en los casos més favo- Tables, expuesta a logros 86lo parciales y dé relativa estabilidad, En este caso el amor no es, naturalmence, «todom, y no constituye la solu- Cién de todos los problemas humanos. Cada tipo de amor estara deli- mitado y definido, en la relacién que Io constituye, por los intereses Concretos, las necesidades, las aspiraciones, las preocupaciones, cuya participacién constituird muchas veces la base 0 el motive de] amor. om

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