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Expedición al Nor Yauyos

Crónica del viaje: 26 Julio al 5 Agosto 2006

Descripción: Ciclo Trekking exigente.

Anibal Paredes M. - María Elena Pinto

Queremos comenzar esta crónica agradeciendo a todos los amigos que de una
u otra forma nos ayudaron a que se haga realidad esta expedición largamente
soñada. Gracias por vuestros datos, sugerencias, consejos y
recomendaciones.

También debemos indicar que el itinerario que finalmente seguimos varió


inesperadamente con respecto a lo planeado para el comienzo del viaje, sin
embargo esto no significó nada adverso sino todo lo contrario, pues tornó el
viaje más interesante.

26/7
Lima.
23:30 Bus de Lima a Huancayo, lo tomamos
en Yerbateros, lugar poco seguro,
hartos ladrones por doquier. Fuimos
con un amigo chofer de taxi que nos
ayudó cuidando las cosas en el carro
hasta que nos embarcamos en el Bus
Carmelitas, bueno, amplio y cómodo.
Nos cobraron S/. 25.00 a cada uno +
S/.10.00 por las 2 bicis (tarifa de fiestas
patrias). Todo OK excepto la demora de 1 hora!! en la balanza de
Cocachacra, por la interminable fila de camiones y buses.

27/7
Pachacayo, Cochas, Pirca pirca (cambios en el itinerario planeado)
06:00 Llegamos al Puente Pachacayo, de ahí son 1.5 km hasta la SAIS Tupac
Amaru, lugar donde planeamos quedarnos el primer día para
aclimatación. Aquí hay teléfono, hospedaje, restaurant, puesto policial y
vehículos de transporte hacia diferentes lugares de la zona.
Habían pasado 10 minutos de haber llegado cuando un paisano se nos
acercó preguntando adonde íbamos. De hecho que nuestra presencia y
aspecto le llamó la atención por las bicis, mochilas y equipos que
llevábamos. Este paisano era el chofer
del micro que hace la ruta de Jauja a
Tanta (ver horario en el cuadro aparte)
y junto a él estaba un pata un poco
mayor que ambién intervino y ayudó a
convencernos a unirnos a él y a su
grupo de cinco arqueólogos que iban a
hacer estudios en el sitio arqueológico
ubicado en Pirca pirca, en las
inmediaciones de la Laguna
Paucarcocha, cerca de Tanta. Yo
recordaba haber leído en los mapas de
la zona ese nombre. Los arqueólogos
iban a acampar, lo que nos pareció interesante y nos gustó la idea por lo
que al toque decidimos ir con ellos. Así que subimos las bicis al techo
del micro, mochilas, etc. y partimos. En el camino la conversación fue
amena e interesante.
09:00 Llegamos a Cochas a tomar desayuno, en una de las tiendas del lugar
cuya dueña es Carmen Carhumanta Reyes nos servimos “pacha de
pollo a la olla”, buenísimo, yo me comí tres platos, María Elena dos.
Aquí compramos víveres para acampar esa noche con los arqueólogos.
Poco después seguimos camino, el micro subió por el camino pasando
por la Laguna Huaylacancha, donde tomamos las primeras fotos del
viaje. El camino es un buen afirmado, en la laguna está señalizado el
desvío que conduce a Tanta vía la quebrada Quihuacocha.

En el micro, con nosotros también iban


3 lugareñas que más adelante junto
con el chofer bajaron para recoger un
montículo de “bosta” (excremento seco
de ganado, que se usa como
combustible para cocinar). Esta
operación la realizaron tres veces en
el trayecto hasta que la capacidad del
micro no daba para más. Durante el camino el chofer nos iba indicando
los nombres varios lugares en la ruta, los cuales íbamos cotejando en
los mapas.
Desde la laguna la carretera afirmada sigue una subida fuerte hasta el
abra por el cerro Chaccchac a unos 4,600 m.s.n.m., desde donde se
inicia la bajada por la quebrada Quihuacocha, algo interesante es el
camino inca que cruza la carretera poco después de iniciar la bajada.
A lo largo del camino pudimos apreciar hermosas vistas del nevado Pariacaca,
apu tutelar de la zona. Algo interesante fue pasar por Tragadero, un
lugar donde las aguas del río Cañete desaparecen de la superficie para
seguir por el subsuelo un tramo de unos 2 km. Poco después de
Tragadero pasamos por “Baños”, un manantial de aguas termales junto
a la carretera. Después de haber
hecho este recorrido en micro, nos
pusimos a pensar lo que hubiera sido
hacerlo en bici desde Pachacayo:
sencillamente bien bravo, en especial la
subida después de la laguna
Huaylacancha hasta el abra.
14:00 Llegamos a la laguna Paucarcocha, desde donde
nace el desvío hacia Pirca pirca, Huachipampa,
Carhuapampa, etc. El chofer no quiso llevarnos
hasta Pirca pirca por más
que le rogamos y ofrecimos un pago extra, según él era
mucha subida y el carro estaba muy cargado.
Así que tuvimos que hacer la caminata nomás y
avanzar en bici lo que se pudo por la larga,
empinada y pedregosa subida cargados, recién
llegados de la costa y bajo el fuerte sol andino.
Como quiera que fuere, le dimos al camino como
pudimos, poquito a poquito, pasito a paso, hasta
que llegamos al lugar extenuados y con la lengua
afuera. Este fue nuestro primer día de “aclimatación” en la altura. El día
anterior en Lima habíamos iniciado el tratamiento contra el soroche con
“acetazolamida”, así que no sufrimos tanto los efectos de la altura, si
bien es cierto nos fatigamos y cansamos bastante en la cuesta hacia
Pirca pirca, pudimos culminar bien la caminata y no terminamos graves
considerando que estábamos a 4,400 m..s.n.m.

16:30 Llegamos a Pirca pirca. Este lugar


recibe su nombre por las “pircas” o
muros hechos de piedra una sobre otra
sin mortero o argamasa que las
mantenga unidas. Estas pircas forman
numerosos corrales donde los
lugareños guardan sus animales
(llamas, alpacas, vicuñas y ovejas). El
lugar ha sido ocupado por pastores
desde tiempos inmemorables durante generaciones hasta la actualidad
dándole el mismo uso.

Los arqueólogos aquí están realizando estudios para determinar la


ocupación más antigua del lugar y están levantando los planos del sitio
arqueológico. Dos de ellos salieron a hacer un reconocimiento del lugar
y volvieron con un hallazgo interesante: una punta de flecha hecha de
piedra.
Apenas llegados al lugar nos pusimos
la ropa térmica pues corría viento frío.
Instalamos el campamento y comimos
algo de lo que llevamos. La cocinilla
que llevamos funciona con ron de
quemar o alcohol, en la altura
comprobamos que funciona muy bien
con alcohol de 97º (medicinal que
venden en las farmacias). Pronto se hizo de noche y se encendió una
fogata con bosta que nos proporcionaron los niños hijos de las pastores
que viven en la única choza del lugar. El jefe de los arqueólogos, el
profesor Carlos Farfán, en Cochas había comprado 4 truchas enormes y
las mandó preparar con la señora de la choza y todos compartimos la
rica cena de trucha con papitas sancochadas.

La conversación al calor de la fogata fue muy interesante y una ollada de mate


coca calentó el cuerpo muy bien.
El cielo nocturno estrellado era propicio para la observación astronómica
así que me puse a enseñarles a reconocer y ubicar algunas estrellas,
constelaciones, nebulosas, etc. visibles, pero pronto esto acabó cuando
todo el cielo se nubló.
Ya era tardecito y estábamos
cansados, así que nos fuimos a dormir
a las carpas. Esa noche el frío fue
tremendo, el termómetro que llevamos
marcó 0º C. A las 04:00 salí a aliviar
mi vejiga y ví el cielo a esa hora:
estaba totalmente estrellado, claro y
despejado. Para esa noche estaba
prevista la Lluvia de Meteoros Delta Acuáridos Sur. El radiante de la
lluvia ubicado en la constelación Aquarius estaba a esa hora
perfectamente ubicado alto en el cielo por el este. Los meteoros
cruzaban el cielo en todas direcciones , llegué a contar unos 20 en unos
10 minutos. Estuve así casi media hora observando, hasta que el frío
me metió de nuevo a la bolsa de dormir.

28/7
Pirca pirca - Tanta.
06:00 Amaneció, desayunamos y preparamos las cosas para partir. Fotos con
los arqueólogos antes de la despedida. Ellos se quedaron haciendo lo
suyo
10:00 Partimos hacia Tanta por el camino que
Samuel Osores Lázaro, uno de los hijos
de los pastores, nos indicó. La subida
inicial un poco pesada y pedregosa por
camino de herradura (también llamado
single track por los ciclistas). Tuvimos
suerte, pues a los pocos minutos
apareció un muchacho llamado Daniel
con su caballo quien nos ayudó
transportando nuestro equipaje hasta
Tanta.

12:00 Llegamos a Tanta, fueron 5 km.,


pasamos por todo tipo de terreno,
pedregoso, tierra franca, subidas,
bajadas, etc. que nos obligaron a
alternar tramos a pie y en bici. Apenas
llegados fuimos al Hostal Tanteñito. En todo el pueblo se escuchaba por
los altoparlantes los anuncios del desfile escolar de Fiestas Patrias en la
Plaza Central. Así es que dejamos las cosas en el hostal y fuimos a ver
el desfile.

En el frontis de la Municipalidad estaban sentados las autoridades locales: el


alcalde, el gobernador, el juez de paz, etc. En realidad había muy poca
gente en la plaza, como que se notaba poco fervor patriótico en el
ambiente. Sólo habían 2 escoltas escolares, una de varones y otra de
mujeres,

ambas en formación bajo el intenso sol del mediodía. La escolta de varones se


lució haciendo una serie de evoluciones
y movimientos coordinados previos a la
marcha. Tomé algunas fotos de
detalles interesantes que mi ojo de
fotógrafo captó en esos momentos.
Almorzamos en el Tanteñito sopa de
alpaca, estuvo rica pero la carne dura.
Nos bañamos con agua tibia obtenida
de la ducha solar que María Elena muy
previsoramente trajo. Luego salimos a dar una vuelta por el pueblo y
hallamos una tienda que tiene teléfono satelital el cual funciona con
tarjetas, la comunicación no es muy buena porque hay un retardo o
desfase en el retorno de la señal. En esta tienda también hay internet
satelital. Cenamos tallarines en salsa de carne de cordero, bien rico.
Con Daniel el pata del caballo acordamos en hacer la excursión a
Muillucocha, Escalerayoc y Cuchimachay al día siguiente a caballo, el
vendría por nosotros con dos caballos de montura a las 08:00.
Dormimos en la única habitación del Tanteñito en el altillo de madera
crujiente y temblante. La habitación tiene 5 camas, 3 en un ambiente
separado por un triplay y 2 camas en el primer ambiente. Ahí dormimos
en una de las camas tapados con 8 frazadas de lana. Esa noche fue
incómoda y dolorosa. La cama
hundida en el centro y las frazadas que
pesaban un montón hicieron de esa
noche una tortura.

29/7
Tanta – Mullucocha ida y vuelta.
Despertamos, desayunamos y
alistamos las cosas para la cabalgata.
Llegó las 08:00, las 09:00 , las 09:30 y
nada, Daniel no aparecía. Así que
decidimos cambiar el plan del día para ir
a Ticllacocha. A las 10:00 apareció
Daniel con la “negra” y “pelé”, yegua y
caballo, madre e hijo respectivamente.
Así que nuevamente nos dispusimos a
partir rumbo a Mullucocha, Escalerayoc y Cuchimachay. El camino,
esencialmente de subida nos llevó primero por la margen izquierda del
río Cañete hasta la laguna Paucarcocha, de ahí asciende pasando por el
caserío Masho, luego sigue el ascenso por una loma y cruza la
quebrada Pumaruri hacia el este cruzando el cerro Tiopata y luego hacia
el norte por la parte alta de la ladera que define la margen derecha de la
quebrada Mullucocha.

La vista espectacular de la laguna desde la altura y al fondo la imponente


pirámide del nevado Pariacaca crean un paisaje único e inolvidable. El
camino estrecho por lo alto de ladera muy empinada y
abajo al fondo la laguna nos hicieron estremecer al pensar lo que pasaría si los
caballos perdieran el equilibrio, cosa que nunca pasó. Algo interesante
fue observar que había una isla en la
laguna de forma alargada con
apariencia de lagarto. Descendimos
poco a poco hasta la cabecera de la
laguna donde hay unas cascadas que
la abastecen de agua proveniente de
las lagunas Atarhuay y Escalera, este
sitio es llamado Paccha Cuchimachay,
aquí nos encontramos con un
campamento de excursionistas que habían llegado poco antes que
nosotros, gente poco amable y poco comunicativa, típicos limeños
incultos y sin educación que al vernos no nos devolvieron el saludo y se
mostraron indiferentes ante nuestra presencia. Hablamos con el guía
local que los había conducido hasta ahí, una persona muy amable,
comunicativa y servicial, nos informó que faltaban aún 2 horas hasta
Escalerayoc y Cuchimachay. Eran las 14:30, fueron 4 horas de
cabalgata, ya era tarde para pretender llegar hasta esos lugares y
regresar. La única opción era regresar, no podíamos quedarnos, no
habíamos llevado equipo ni abastecimientos para quedarnos.
Descansamos un rato en las orillas de la laguna Atarhuay donde
intentamos pescar alguna trucha, nada picó.

Tomamos fotos del Pariacaca, pagamos la


tierra al apu y partimos de regreso a las
15:30. El camino de retorno sobre
nuestras huellas fue suave, alternamos
algunos tramos a pie pues el trasero y
las piernas dolían de tanto cabalgar. El
atardecer nos encontró por la pampa
poco después del cerro Tiopata, toda
cubierta de ichu amarillo que con la luz
del sol poniente se tornó dorado y
nuestras sombras alargadas sobre el
suelo y los colores del atardecer
crearon una oportunidad fotográfica
única. Los pensamientos y
sensaciones de esos momentos
vividos en medio de ese hermoso
paisaje son inolvidables y definitivamente que todo eso y las impresiones
visuales de todo aquello perceptible hacía mi mente volar y sentir un
gran gozo y fortuna de vivir esto y estar aquí con la mujer que amo. Lo
mágico, hermoso e inolvidable de todo esto lo llevaremos puesto por
dentro el resto de nuestras vidas.

Seguimos avanzando hasta descender al nivel de la laguna Paucarcocha


donde se hizo de noche y encendimos las linternas frontales para poder
continuar la marcha, a unos 3 km de Tanta Daniel y los caballos nos
dejaron, siguieron su camino por el desvío que los conducía a
Huachipampa, pagamos por el servicio S/. 20.00 por cada caballo y S/.
20.00 por el arriero (Daniel), asimismo acordamos volver a ir el martes 1
de agosto, pero esta vez más temprano
y preparados para quedarnos y volver
al día siguiente.
Llegamos a Tanta a las 19:30 con un
hambre

feroz, ya que solo habíamos comido galletas,


gatorade y cosas ligeras durante el día.
Luego de cenar nuevamente los
excelentes tallarines con salsa de carne del Tanteñito, fuimos a preparar
las cosas para el día siguiente salir hacia la laguna Ticllacocha en
bicicleta. Esa noche dormimos mejor pues lo que hicimos fue tender un
colchón de las camas sobre el piso de madera de la habitación y
abrigarnos con nuestras bolsas de dormir, de ese modo no hubo más
tortura en las desvencijadas camas del Tanteñito. María Elena se
durmió al toque, en cambio yo me quedé despierto y sin poder dormir
porque tuve la mala idea de tomar una aspirina con mate de coca para
aliviar el dolor y cansancio producto de la jornada, esta combinación me
puso acelerado y no pude dormir, así que me puse a preparar los
anzuelos e implementos para la pesca de truchas en la laguna.

30/7
Tanta - Ticllacocha
06:00 Amaneció con el termómetro marcando
7º C, desayunamos, alistamos y
reorganizamos las cosas.
11:00 Preparamos las bicis y partimos rumbo
a Ticllacocha. El camino se inicia con
una subida pedregosa de unos 2 km,
luego siguieron tramos ciclables
alternando con tramos pedregosos que
los hicimos a pie y como siempre
subidas por las laderas y bajadas hasta
el nivel del río, todo por un camino no
muy bien definido, excepto en algunos
tramos que bien podrían definirse como
ciclovía andina, atravesamos una
pampa y simplemente dirigimos nuestro
rumbo según nuestras habilidades de navegación con mapa, brújula y
altímetro y también con el Pariacaca siempre por el norte dominando el
paisaje.
La jornada fue agotadora parecía que nunca llegaríamos, María Elena
estaba un poco desmoralizada, hasta pensó en regresar, pero nosotros
no habíamos ido para regresarnos sino para llegar al destino propuesto
y así fue.

14:00 A eso de las 2 o 3 de la tarde hacia el este, hacia Vilca, Huancaya, el


cielo se cubrió de negros nubarrones y escuchamos truenos, parecía
que llovería, esto nos preocupó bastante, pero afortunadamente por
donde nosotros íbamos el sol nos acompañaba y se despejaba el cielo
delante de nuestro camino. En algún momento pensamos Dios está con
nosotros.

El camino es desolado, en todo el recorrido solo hallamos a una pastora


con sus animales que nos confirmó la ruta. Poco después de reconocer
en el terreno las dos últimas quebradas que figuraban en el mapa
avanzamos unos 2 km más y apareció ante nuestros ojos la laguna
Ticllacocha. Llegar fue muy gratificante, valió la pena el sacrificio.
16:00 Llegamos, fueron 5 horas de agotador viaje de ciclo trekking (ciclismo +
caminata), el odómetro marcaba 9 km recorridos.
Apenas llegamos nos abrigamos e instalamos el campamento, corría
viento frío, ya era el atardecer. Mientras María Elena preparaba la
merienda yo intenté pescar después de asegurar los anzuelos y el plomo
al hilo de la caña, al hacer la lanzada grande fue mi sorpresa cuando vi
que todo el hilo de nylon se fue del carrete, debido a que el extremo del
hilo no estaba atado, este detalle no lo revisé cuando compre la caña de
pescar. Quedé perplejo y sin saber que hacer, una mezcla de
sentimientos me embargaron, tristeza, impotencia, resignación a perder
el equipo de pesca y a partir de ese momento no poder volver a intentar
pescar el resto del viaje.
María Elena se acercó para ver lo que había
pasado e intentó consolarme, unos
instantes después recordé lo que una
vez alguien dijo: en las tardes el agua
de las lagunas andinas está tibia y
también observé que la laguna no era
muy profunda y calculé que a lo más
me llegaría hasta la rodilla y el hilo
estaba a unos 15 metros de la orilla así que no dudé en quitarme el
pantalón y botas para meterme a rescatar el hilo de pesca,
efectivamente, el agua no estaba helada, tampoco tibia, simplemente
fría. Así fue que el hilo de pesca se recuperó y volvió a su posición
original, esta vez adecuadamente atado a la carrete para que no se
vuelva a perder. Luego nos dispusimos a merendar, mientras así lo
hacíamos, los fenómenos lumínicos del atardecer fueron alucinantes, la
luz natural cambiaba de color, la nieve de las cumbres que rodean la
laguna inicialmente de color blanco cambió a dorado y luego a rosado.
Las nubes se volvieron amarillas y contrastaban con el color celeste
profundo casi azul del fondo del cielo.

Este espectáculo lumínico natural nunca antes


lo habíamos visto. María Elena en
algún momento me preguntó: qué
hacemos aquí?... yo le contesté: hemos
venido a ver estos fenómenos naturales
maravillosos que no los vemos en
ningún otro lugar, solo aquí.
Pronto se hizo de noche, terminamos la
merienda y nos pusimos a escribir este
relato

que estaba un poco atrasado, luego el frío nos metió a la carpa donde
seguimos escribiendo un poco más, también conversamos de varias
cosas diferentes incluyendo un recuento de la jornada hasta que nos
quedamos dormidos. Esa noche fue un poco difícil conciliar el sueño,
dormimos de a poquitos hasta las 01:30 yo por mi lado desperté y María
Elena por el suyo, yo creí que ella dormía y ella creyó lo mismo de mí,
así estuvimos en silencio hast las 03:00, la noche fue larga y asfixiante
para mí, sentía mucho calor, abrí la bolsa de dormir, María Elena
reclamó (nuestras bolsas de dormir se unen para dormir dos personas
juntas) porque ella sentía frío. Nos pusimos a conversar y encendimos
la linterna nocturna de luz roja, nos
sorprendimos al ver que todo el interior
de la carpa estaba cubierto por una
capa de hielo cuyos cristales brillaban y
reflejaban la luz roja. El termómetro
marcaba –2º C y estba cubierto de
hielo. María Elena dijo que terrible, yo
dije que fascinante con respecto al hielo
en la carpa. Estuve casi toda la
madrugada observando el hielo y las
curiosas formas destellos y reflejos que
se producían con la luz de la linterna.

31/7
Ticllacocha – Tanta
06:00 Amaneció, abrimos la carpa y hallamos
sorprendidos que afuera todas las cosas estaban cubiertas de hielo, las
botas, las bicicletas, mochilas, carpa, cocina, etc.. Sobre la superficie de
la laguna flotaba en el aire una especie de neblina o vapor, el agua
totalmente quieta reflejaba como un espejo el cielo mañanero y las
montañas circundantes, visión del cielo de arriba y el cielo de abajo se
hizo presente en ese momento. Los patos andinos y huachuas parecen
no sufrir el frío pues graznaban, volaban y correteaban por doquier a esa
hora y temperatura, El sol salía e iluminaba las cumbres más altas de
color amarillo dorado y el terminator (línea que define el límite entre sol y
sombra) avanzaba lentamente hacia abajo, nosotros estábamos
petrificados por el frío y el sol demoraba en llegar hasta nuestro
campamento, así que decidimos caminar hacia el terminator que estaba
a unos 100 metros de nosotros, nos paramos a calentarnos en el sol
mientras avanzaba lentamente.

Algo bello y muy interesante que observamos


en la línea del terminator fueron miles
de puntos luminosos y brillantes
dispersos por todo el suelo alrededor
de la laguna que estaba cubierto por
unas plantitas de hojas muy pequeñas
y muy juntas, en forma de roseta. Los
puntos luminosos provenían de las hojitas de esas plantas y nos dimos cuenta
que se trataba del sol que se reflejaba en los cristales de hielo que
cubrían las plantitas, fue una visión fascinante que traté de captar con la
cámara fotográfica, aunque sin éxito.
Preparamos desayuno y organizamos un poco las cosas, yo fui a
pescar, María Elena dispuso su ducha solar e hizo todos los arreglos
necesarios para tomar una ducha andina a 4,500 m.s.n.m. a orillas de la
naciente del río Cañete.
12:00 Partimos, el camino de regreso se hizo más fácil por ser de bajada
aunque no faltaron las subidas y los tramos pedregosos de las
torrenteras de las quebradas por donde baja agua que los tuvimos que
hacer a pie. Esta vez bicicleteamos más tiempo y caminamos menos. En
el camino nos encontramos con un
rebaño de ovejas, llamas y alpacas
pastando en la pampa.
16:00 Llegamos a Tanta nuevamente,
hambrientos, con hambre de tallarines.
Luego de comer nos fuimos a
descansar totalmente agotados por las
dos exigentes jornadas de ayer y hoy.
Para el cuerpo adolorido tomamos 1
aspirina con manzanilla.
20:00 Nos fuimos a la cama, escribimos un
poco de esta historia y un rato después nos dormimos de largo.
Haciendo un aparte en la secuencia de este relato de la Expedición Nor
Yauyos, queremos decir como estamos físicamente: los labios rajados,
agrietados y a punto de sangrar por el frío clima seco. La piel de las
manos y cara reseca. La nariz también reseca y con heridas. Por lo
demás estamos bien, sanos, con fuerzas y energía para cubrir con
holgura las exigentes jornadas que hemos hecho. Estamos contentos y
mutuamente nos hemos felicitado por lo que hemos logrado alcanzar,
las metas propuestas
Este 2 de agosto cumplimos un año más de amor, estamos de
aniversario con mi amorcita. Pero no hemos podido festejarlo, así que la
celebración la hemos postergado para cuando estemos en Lima.

1/8
Tanta – Uchucchaca
06:00 Amaneció y esperamos que llegue
Daniel con los caballos tal como
quedamos el día 29 para volver a ir a
Mullucocha y poder llegar hasta
Escalerayoc y la cueva de
Cuchimachay. Daniel nunca llegó. A
las 09:30 decidimos partir hacia Vilca. Así que nos pusimos a organizar
las cosas y distribuir la carga entre los dos. Pedimos estofado de pollo
para el desayuno. Yo tomé una ducha tibia con balde y jarrito pues no
me bañaba desde el 28 de julio (4 días!!).

Pagamos la cuenta, nos pareció barato, S/. 60.00 por 3 días de hospedaje y
alimentación (ver cuentas).
Algo que olvidamos mencionar es que el esposo de la señora del
Tanteñito es artesano y con su telar confecciona
frazadas y mantas de de lana de alpaca, el
primer día que llegamos estaba terminando una
que nos la ofreció en venta a S/. 100.00, me
pareció un buen precio, así que el día que
partimos compré una para llevársela a mi madre.
Esto significaba una carga adicional que tuve que
acondicionar en mi mochila que ya estaba
pesada.
12:00 Partimos para Vilca, nos dijeron en el Tanteñito
que de Tanta a Tragadero son 3 horas y de
Tragadero a Vilca 3 horas más, nosotros
pensamos que en bici lo haríamos en la
mitad del tiempo, no fue así, lo hicimos
en 3 horas, fueron 11 km de subidas y
bajadas hasta Tragadero. En el camino
paramos pocas veces, para comer
naranjas, para unas fotos en los Baños
Termales junto a la carretera un poco
antes de Tragadero y para beber
Gatorade. En Tragadero el agua del río
Cañete desaparece entre las rocas del cauce del río y reaparece unos 2
km más abajo, para luego volver a desaparecer. Lo que pasa en estos
tramos donde desaparece es que el agua va por subsuelo. Después de
Tragadero la carretera cruza el río por un puente y asciende hacia la
quebrada Quihuacocha que conduce a cochas, en la primera curva
después del puente hay 2 troncos largos tirados que marcan el inicio del
camino de herradura que conduce a Vilca.

16:00 Apenas iniciamos este camino, decidimos comer algo, aquí nos
encontramos con un lugareño que tiene ganado en la zona y nos informó
sobre el camino que sigue y el tiempo que faltaba para llegar a Vilca:
como 3 horas. Reiniciamos la marcha por un camino poco definido a
través de una terraza cubierta de ichu
y piedras de regular tamaño un poco
dispersas. El camino va de bajada por
la margen izquierda del río. Al
comienzo fácil para hacerlo en bici.
Luego se estrecha y asciende por la
ladera una altura considerable sobre el
nivel del río seco.

Este tramo hasta Uchucchaca lo hicimos mayormente a pie. Predominan las


subidas estrechas para luego bajar por unas escaleras de roca muy
empinadas que las pasamos cargando las bicis, en total son unos 5
tramos de estas difíciles escaleras. Finalmente
descendimos hasta el nivel del río por donde el camino cruza el cauce del río
seco hacia la margen derecha.
18:30 Ya oscurecía. Decidimos quedarnos y acampar aquí en Uchucchaca.
Nos abastecimos de agua que baja de quebrada Jatunracra y nos
ubicamos en un lugar abrigado al pie de unas rocas inmensas.
Preparamos manzanilla con el agua que recogimos, la cual notamos que
era turbia, así que la hervimos más de 5 minutos para asegurar que
toda criatura acuática no sobreviva. De todas maneras al volver a Lima
tomaremos Celectan (antiparasitario)
por si acaso. Cenamos solo galletas,
pan bollo, mermelada y chocolate.
20:00 Ya metidos en la carpa continuamos
con la escritura de este relato hasta
quedarnos dormidos.
2/8
Uchucchaca - Vilca
01:30 Por razones que desconocemos
ambos volvimos a despertar a esta
hora y no pudimos dormir más, la
noche se hizo larga, conversamos un
poco hasta quedarnos sin nada más
de que hablar. Así estuvimos hasta
que amaneció.
06:00 El primer canto de un pajarillo nos dio los buenos días. Fue una
sensación muy especial iniciar el día de nuestro aniversario con el canto
de las aves silvestres que a los pocos minutos entonaban en coro sus
cantos y trinos. Desayunamos y alistamos todo para continuar la
marcha hacia Vilca
09:00 Reiniciamos la marcha con una trepada a pulso cargando las bicis para
alcanzar la parte alta de una loma por donde el camino continúa
pasando por unos corrales. Poco después sigue una bajada hasta el
nivel del río que ahora ya tiene agua de nuevo. Hemos podido observar
que el río desaparece en el subsuelo en Tragadero y reaparece 2kms
más abajo, luego nuevamente desaparece poco antes de Uchucchaca y
reaparece 1 km después. El camino va
alternando ascensos por las laderas
con descensos hasta el río. En
Pachachaca el agua proveniente de la
quebrada Yuracñan se une a la del río
Cañete e incrementa su caudal, a partir
de aquí varias quebradas tributan sus
aguas y vuelven al río más caudaloso,
sin embargo, la corriente no es rápida.
El agua clara y cristalina adquiere una variedad de tonos celestes, verdes y
turquesas, formando en todo su trayecto una serie de pozas o estanques
de aguas calmas donde se pueden ver nadar cientos de truchas.
Intentamos pescar en dos oportunidades que vimos unas truchas
grandes, nada, ninguna picó el anzuelo, al parecer nos ven desde el
agua y se alejan de la orilla al notar nuestra presencia.
Continuamos el camino y nos encontramos con una lugareña que nos confirmó
la ruta y el tiempo faltante para llegar: 2 horas. Al pie del cerro Zanja
Ucro el camino desciende hasta el río donde la orilla esta cubierta de
pasto y el agua es mansa y cristalina y poco profunda, aquí decidimos
tomar un baño en el río, sin pensarlo dos veces estábamos tal como
vinimos al mundo metidos en el río. Esta fue una experiencia increíble,
el lugar es alucinante, paradisíaco,
tranquilo, solitario, hermoso. Dan
ganas de quedarse a vivir aquí rodeado
de patos silvestres, huachuas y
muchas otras aves incluyendo
halcones, truchas, etc. Prometimos
volver para quedarnos y pasar unos
días de paz, tranquilidad y amor y convivir con la naturaleza tan prodiga
en este lugar.
12:00 Seguimos la marcha hasta encontrar un corral de vacunos donde la
dueña nos dijo que faltaban 45 minutos para Vilca. En Huachacara
vimos un paisano que estaba pescando truchas al cual no le había ido
mal pues tenia unas 10 en su bolsa, nos acercamos a preguntarle sobre
Vilca, apenas nos pudo contestar sin mirarnos, el pata estaba duro con
una pelota de coca en la boca que no lo dejaba hablar.
Seguimos un poco más y nos encontramos con una señora de Vilca y su hija
muy amables nos hicieron conversación e invitaron para el dia siguiente
asistir a la fiesta costumbrista de la Herranza en las afueras de Vilca. La
última subida antes de llegar a Vilca es fuerte y empinada y culmina con
unas escaleras de roca grandes, la recompensa es que sigue una
bajada suave, larga y ancha que pasa junto a la laguna Papacocha y
termina en la parte alta de Vilca donde hay un bosquecillo de eucaliptos
muy mencionada y recomendado para acampar, nosotros no lo vimos
así pues no hay agua cerca. A Vilca se entra desde arriba por unas
escaleras de piedra labrada que conducen a la calle principal del pueblo.
16:00 Llegamos y hablamos con algunos pobladores quienes muy amables
nos dieron información y nos pusieron en contacto con el encargado del
hotel que construyó Fujimori. Mucho se ha dicho de este hotel: que no
funciona, que esta abandonado, que no
hay agua, que los baños sucios, que
solo hay una cama, que no hay luz, etc.
La realidad que encontramos es la siguiente:
el hotel es un edificio de tres pisos
construido de material noble, esta
terminado con todas sus instalaciones
completas, los baños funcionan y
tienen agua fría, la terma esta
malograda por lo que no hay agua caliente, hay un baño por piso, las
habitaciones tienen 2 camas cada una con colchón y ropa de cama completa,
todo en buen estado de conservación, tienen closet y ventana hacia la
plaza central, el edificio tiene luz. La atención del hotel esta a cargo de
3 encargados miembros de la comunidad campesina de Vilca, estos son
pobladores que todos los días salen a sus faenas del campo y vuelven
por la tarde a eso de las 5 ó 6p.m., por lo que no siempre es accesible el
hotel a cualquier hora. Los encargados se turnan pero esto no asegura
la atención permanente. Nos cobraron 10 soles por los dos. El
encargado del hotel que nos atendió muy solícitamente (este no es uno
de los 3 mencionados arriba sino un familiar que estaba de visita y
también alojado en el hotel) nos puso en contacto con la dueña del
restaurante Brisas de Pampacocha a quien le pedimos que nos prepare
nuestro plato favorito: tallarines en salsa de carne. 1 hora después
estábamos despachándonos 2 platos generosamente servidos con su
agüita de muña.
Sobre el teléfono que hay en Vilca cabe mencionar que esta ubicado en
una tienda cuya dueña sale de faena al campo y por lo tanto no hay
servicio disponible mientras esté ausente del pueblo. Lo mismo ocurre
con las demás tiendas: paran cerradas.
Brisas de Pampacocha es el nombre de tres establecimientos: restaurante,
hotel (1 habitación con 8 camas a S/. 10.00 por cama, 1 baño) y bodega
pertenecientes a la misma dueña, una señora muy amable y que nos
atendió muy bien. Hoy la gente del pueblo está en los preparativos para
la fiesta de la Herranza de mañana, así que todo está prácticamente
cerrado. La plaza central del pueblo a sido modificada y modernizada
con elementos arquitectónicos que tienen un cierto aire oriental
(japonés).
El río en Vilca forma unas cascadas escalonadas muy bonitas
constituyéndose en uno de los principales atractivos, hasta vinieron los
del equipo de producción de una novela a grabar el paisaje de fondo.
El ex presidente Fujimori frecuentaba la zona y nos cuentan que venia
en helicóptero que aterrizaba en el estadio y se dedicaba a descansar
mientras que sus hijos paseaban a caballo y sus asistentes hacían
parrillada que compartían con todos los pobladores. Fujimori en Vilca
puso luz, agua, desagüe, teléfono, colegio inicial, arregló las calles,
construyó el hotel, instaló un estación metereológica y mandó hacer la
carretera Vilca – Cochas.
Nos hospedamos y dormimos en el hotel de Fujimori.

3/8
Vilca – Huancaya
07:00 Despertamos, conversamos un poco y
decidimos partir hacia Huancaya.
Decidimos no quedarnos para la fiesta
de la Herranza porque nos pareció
cruel y despiadada al saber que se
trata de marcar los animales con un
hierro candente al rojo vivo y luego les
echan chicha a la herida, luego hacen
un sacrificio de un animal y se toman su sangre y juegan con sus
órganos, etc. Estas costumbres no nos parecen muy gratas de
presenciar ni de compartir así que mejor nos vamos.
09:00 Partimos por la carretera rumbo a Huancaya, la bajada fácil y tranquila
por la margen derecha, nos lleva por paisajes hermosos junto al río que
forma lagunas alargadas. Cruzamos el río por un puente de tablones de
madera hacia la margen izquierda y se inicia una subida interminable de
12 km!!. Cuando estábamos en Vilca antes de partir hablamos con un
lugareño que estaba limpiando su camioncito quien nos dijo que el
camino estaba bien y que era suave y de bajada hasta Huancaya y que
solo aquí nomás ala salida hay una “subidita” que ellos le llaman
“potente” y que de ahí todo es bajada. Exactamente: la subidita es bien
potente!!. La hicimos a pie en su mayor parte y en 2 puntos donde la
carretera sigue el contorno del cerro y hace unos desarrollos para ganar
altura cortamos camino ahorrándonos unos 4 km de subida. La vista del
río y las lagunas que forma desde la altura de la carretera es
impresionante. Luego de alcanzar el punto más alto de la carretera
llegamos de bajada a Huancaya, pasando por las cascadas escalonadas
primero y luego cerca al pintoresco puente colonial hecho de piedras
cerca al lugar de camping junto al río.
13:30 Llegamos a Huancaya. Fueron 14 km (sin contar los 4 km que cortamos
camino). Ingresamos por la pintoresca calle principal. Preguntamos por
hospedaje y teléfono a la gente que encontramos y nos dirigimos a la
plaza central desde donde hicimos las llamadas a la familia pues desde
el 29 de julio no nos comunicábamos (en Tanta se acabaron las tarjetas
y en Vilca estaba cerrado). Buscamos hospedaje y nos pareció raro que
nos dijeran primero que sí había habitaciones disponibles luego de
hacer las llamadas volvimos y nos dijeron que estaba lleno. En la plaza
central el Hospedaje San Pedro tenía habitaciones disponibles a S/.
50.00, están locos o alucinan feo, así que seguimos buscando. Nos
alojamos en la casa de una señora que da hospedaje (no tiene aviso)
junto a la bodega de “El Económico de Patty y Jorge” (realmente no es
económico pues todo lo venden más caro que en las otras tiendas),
pagamos por el hospedaje S/. 10.00 por cada uno. En Huancaya el
hospedaje es más caro que en los otros pueblos que visitamos, la
llegada de turistas ha hecho que suban los precios, se ha generado un
mercado turístico mal manejado. Esencialmente Huancaya lo único que
ofrece al turista es hospedaje, el paseíto para ver la cascada, el puente
colonial y nada más. No tienen organizada una
comisión u oficina de turismo, no ofrecen
circuitos turísticos, ni paseos a caballo, ni tours
de pesca, ni artesanías, ni comidas o platos
típicos (excepto la trucha que no es ninguna
novedad), ni nada que constituya una oferta
turística rica y variada. La gente que llega de
Lima en sus camionetas 4x4 lo que hacen
mayormente es hospedarse, comer trucha en los
2 o 3 restaurantes que hay y embriagarse hasta
el amanecer, al día siguiente se van dejando el
pueblo con basura y orines en las calles.
Ese día Vitis, el pueblo vecino, a unos 2 o 3 km,
estaba de fiesta así que nos dijeron para ir esa noche. Fuimos
caminando y nos encontramos con una alegre fiesta patronal, con
bandas de músicos tocando huaynos alternadamente en cada uno de
los 3 locales de los comisionados de la fiesta de este año, toda la gente
baila formando círculos al compás de la música. Cuando la banda
termina, se traslada al local del otro comisionado y la gente va detrás de
la banda. En cada local sirven comida gratis a todos los asistentes,
llegamos a probar una sopa tipo patasca bien sostenida. La fiesta dura
4 o 5 días, este era el último día.
22:00 Regresamos de Vitis a Huancaya acompañados y conversando con el
tesorero de la Municipalidad de Huancaya con quien tratamos temas
muy interesantes y a la vez preocupantes al saber que planean construir
una represa inmensa en la parte alta involucrando a la laguna
Paucarcocha y que llegaría hasta las inmediaciones de Tanta, esto es
muy negativo pues afectaría miles de hectáreas de tierras de pastos
naturales, además de la pérdida de patrimonio arqueológico y cultural y
del impacto ambiental y los hermosos paisajes naturales que se
perderían, etc. La comunidad campesina de Tanta se opone al proyecto
que está a cargo de Cementos Lima. A partir de este momento y de
esta conversación surge la iniciativa de formar un frente cívico común y
multilateral que involucre a toda la sociedad en defensa de la Reserva
Paisajística Nor Yauyos.
Volvimos al hospedaje a dormir.

4/8
Huancaya – Llapay – Lima
11:00 Partimos. Pasamos por Vitis y hallamos que habían 3 buses que partían
hacia Lima. Uno ya estaba lleno. El otro partiría a las 13:00, eran las
11:20 así que le dijimos al chofer que nosotros avanzaríamos en bici de
bajada y que nos recoja en el camino más abajo donde nos encuentre.
Seguimos pedaleando unas 2 horas, llegamos a Tinco Alis y seguimos
rumbo a Llapay, en este tramo María Elena inexplicablemente en una
bajadita suave y plana perdió el control de la bici y cayó golpeándose
fuerte la rodilla izquierda. Este incidente limitó nuestro avance y el plan
de llegar lo más lejos posible en bici se canceló. Avanzamos hasta
Llapay donde almorzamos un buen menú.

14:30 Seguimos avanzando unos 4 o 5 km más cuando el bus que


contratamos nos alcanzó. Ahí terminó la bicicleteada. Subimos las bicis
al techo del bus y nos acomodamos en
los últimos asientos libres hasta llegar
a Lima pasando por una serie de
pueblos a lo largo del camino: Tinco
Huantan (la palabra Tinco significa
unión de dos caminos), Magdalena,
Puente Putinza, Canchán, Catahuasi
(parada para cenar), Zúñiga, Pacarán,
Lunahuaná, etc.
El bus que tomamos es el San Juan de Yauyos, nos pareció bueno,
considerando el contexto es Ok, el hecho que pare dos o tres veces en
el camino a hacer algunas reparaciones que sonaban a martillazos (no
creemos que usaran mejor y más efectiva herramienta que esa) es
perfectamente normal y dentro del presupuesto. El terminal está
ubicado en la cuadra 7 de la Av. Manco Capac en la Victoria. Pagamos
S/. 50.00 por los dos y las bicis.

5/8
02:00 Llegamos a Lima

FINITA LA COMEDIA.

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