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. Repiiblica de Colombia Corte Suprema de Justicia ‘alae Gasaien Gl OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE Magistrado Ponente STC2400-2020 Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 (Aprobado en sesién de cuatro de marzo de dos mil veinte) Bogoté, D. C., cinco (5) de marzo de dos mil veinte (2020). Se decide la tutela de Maria Esther Carvajal Tobén y de Claudia Patricia Valero Carvajal, en nombre propio y en representacién de su hijo Santiago Gaviria Valero, contra la Sala Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, extensiva a las partes y demas intervinientes en el decurso n° 66001-31-03-001-2014-00323-00. ANTECEDENTES L.- Las promotoras, por intermedio de apoderado, invocaron la proteccién de sus prebendas al «debido proceso» y «acceso a la administracién de justiciw, aparentemente quebrantadas por la querellada, con ocasién de la providencia que dicté el 15 de octubre de 2019 y, en consecuencia, solicitaron «dejarfla] sin efectos», para que se «profiera una nueva sentencia |...) en la que se haga una Radicacion n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 valoracién probatoria (...) teniendo en cuenta los principios constitucionales de imparcialidad, racionalidad y sana critica» y se «concedan las stiplicas de la demanda». Como sustento esencial de su queja efectuaron un breve recuento de la atencién que la EPS Coomeva S.A. y las IPS San Sebastian S.A. Pereira y Clinica Los Rosales S.A. le brindaron al paciente, que generaron los _perjuicios reclamados via judicial, desestimados en ambas instancias, enrostrandole al ad quem defectos sustantivos por «desatender las normas que regulan el caso en concreto» y facticos por la waloracién defectuosa e indebida del material probatorio allegado al proceso; desconocimiento de los precedentes «con relacién a la valoracién de la prueba y a los hechos del caso concreton y un «exceso de ritual manifiesto al exigir una prueba auxiliar, como es la prueba técnica pericial para el andlisis de la (...) la historia clinica (...) que para el caso no es necesaria». En suma, luego de resefiar algunas de las motivaciones que sirvieron de estribo al Tribunal, en forma reiterada sefialaron que de analizar la «historia clinica» acorde con las «reglas de la sana critica» y en concordancia con das normas, la literatura médica, las guias y la jurisprudenciw, aquella setia suficiente para refrendar que el «dafio» padecido fue econsecuencia directa y tinica de la inoportunidad del manejo especializado (...) que no podia ser otro que la. cirugia (...) que debia realizarse antes de convertirse en peritonitis generalizada y que llevara al paciente, incluso, al choque séptico.» (fls. 3. a 31). Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 2.- Los convocados guardaron silencio. CONSIDERACIONES -. Constituye un principio invariable la improcedencia de este instrumento residual y sumario para disentir de los pronunciamientos jurisdiccionales, salvo cuando surja ostensible un proceder arbitrario, grosero 0 ajeno a la ley por parte del funcionario encargado de impartir justicia 0 ante una clara vulneracién de las garantias superiores de las partes. Son esas las tnicas circunstancias que habilitan la intromisi6n del juez constitucional, quien, sabido es, no esta llamado «a intervenir a manera de Grbitro para determinar cudiles de los planteamientos valorativos y hermenéuticos del juzgador, o de las partes, resultan ser los mas acertados, y menos acometer, bajo ese pretexto, (.,.), la revisién oficiosa del asunto, como si fuese uno de instancia» (Sent. 7 de marzo de 2008, Exp. T. N° 2007-00514-01), pues ha de tenerse en cuenta que «a adversitiad de la decision no es por si misma fundamento que le allane el camino al vencido para perseverar en sus discrepancias frente a lo resuelto por el juez naturab (ST 28 mar. 2012. Rad, 2012-00022-01). 2.- Con esta perspectiva, la revision del plenario muy pronto permite afirmar que la fustigada determinacién del juzgador de segundo grado no fue el resultado de criterios subjetivos u ostensiblemente alejados del ordenamiento juridico o de la realidad procesal, como aducen las Radicacién n° 11001-02:-03-000-2020-00583-00 jo que se escudrifia., En efecto, no se observa ningiin menoscabo en las directrices expuestas en la controvertida audiencia levada a cabo el 15 de octubre de 2019, pues con claridad alli se expusieron las razones que marcaban el-fracaso de las premisas planteadas por los simpugnantes», lo que condujo a la revalidacién del veredicto objeto de alzada. Para ello, en lo relevante, memoré el ‘Tfibunal que, (...) la responsabilidad civil médica comporta la concurrencia de varios elementos, a saber: la accién 0 la omisin por parte del galeno en. el ejercicio de su profesién, el dao padecido por el paciente 0 en general por las victimas, la Gulpa o el dolo y la relacién causal entre una y otro y si ella’es contractual, por supuesto es menester acreditar su fuente. Y que por regla general, como el médico adquiere un compromiso dé actuar dentro los postulados legales y de la ciencia propia, de antario se admite que su actividad involucra obtigaciones de medio'y no de resultado, a pesar de que excepcionalmente el galeno se pueda comprometer con éste, . Y acoté que en esta clase de asuntos;«quien demanda el resarcimiento de unos perjuicios derivados de una actividad de este tipo, deble] probar la culpa», citatio como sostén algunas reflexiones de esta Corte (CSJ. sentgincia 17 nov. 2011. Exp. 1999 00533 01; SC003-2018 y $C9193-2017), asi como el contenido del articulo 164 del Cédigo General del Proceso, para recalcarle a los inconformes que spor tratarse de un régimen de culpa probada, la carga en.este especifico asunto radicaba en los demandantes, quienes, para decirlo sin ambages, poco hicieron por, acreditar los elementos de la responsabilidad médica y, en particular, la culpa y el nexo causal (Se destaca). fe Radicacién n° 1 1001-02-03-000-2020-00583-00 Asi mismo énfatiz6 que, (..) muy al eéntrario de lo que opinan los recurrentes, (...) en asuntos de esta envergadura, en los que la ciencia y Ia técnica juegan papel preponderante, un dictamen pericial se muestra aconsejable para dar sustento a los hechos alegados, porque una experticia, sin ser prueba inica y determinante, le permite al juez aproximarse al conocimiento que requiere para definir la litis, pues con ella se puede descubrir el comportamiento, tanto del galeno como de las instituciones que contribuyen d la prestacién de un servicio de salud y concluir si se cumplieron las regias que aconseja la ciencia médica. Y a renglén seguido advirtié que, (...) Ni siquiera en términos generales la historia clinica es suficiente para acreditar la mala praxis del galeno, se necesita mds que eso para establecer que lo que alli se consigna es contrario a lo que aconseja el devenir médico para un caso conereto, a menos que la cuestién aparezca de bulto, por ello retomando 1a importancia de ia prueba técnica y haciendo alusién a la historia clinica, dijo también la maxima Corporacién, en la sentencia SC003 de 2018 |...) que: “la historia clinica en si misma no revela los errores médicos imputados a los demandados, esto desde luego no significa la postulacién de una tarifa probatoria en materia de responsabilidad médica o de cualquier otra disciplina objeto de juzgamiento. Tratdndose de asuntos médicos cuyos conocimientos son especializados se requiere esencialmente que las pruebas de esta modalidad demuestren la mala praxis. Existiendo en la materia libertad probatoria, al ser el-Juez ajeno al conocimiento médico, la Corte tiene sentado que un dictamen pericial, un documento técnico cientifico 0 un:testimonio de la misma tndole, entre otras pruebas pueden ilustrar sobre las reglas que la ciencia de qué se trata, tengan decantadas en relacién con la causa probable o cierta de la produccion det dano que se investiga.” Las historias clinicas y las formulas médicas por lo tanto, en linea de principio, por si, se insiste, no serian bastantes para dejar sentado con certeza los elementos de la responsabilidad de que se trata, porque sin la ayuda de otros medios de conviccién que las interpretara, andaria el juez a tientas en orden a determinar,; ‘segin se explicé en el mismo antecedente inmediatamenie citado, si lo que se estaba haciendo en la 5 Radicacién n* 11001-02°03-000-2020-00583-00 clinica era o no un tratamiento adecuadoy pertinente segin las reglas del arte, ast lo tenia dicho ya la Corte, incluso en otras ocasiones como en las sentencias SC2506 de}2016 y SC21828 de 2017. Y tego de aludir a las obligacionés del galeno de efectuar un adecuado diagnéstico del padecimiento del enfermo, que le permita disefiar el play! de tratamiento correspondiente para el restablecimiento fle su salud, ast como la trascendencia que tiene la informacion que le brinde sobre «su enfermedad, las alternativas de tratamiento y los procedimientos a seguir, para que pueda libremente elegir si se somete a ellos, para garantizar ¢1 ¢principio del consentimiento informado», esa Magistratura abord6é el andlisis del caso concreto, en los siguientes'términos, 5 p (...J la parte demandante pretende derruir el fllo con el argumento de que la apreciacién de la prueba fue equivocada y el asunto es mas de orden legal que probatorio, porque la fiuncionaria omitié ver que al menor lo atendié un médico general y.no un especialista a su arribo a la clinica Los Rosales, como manda Ia ley, ello condujo a que el diagnéstico fuera equivocado y, poritanto, se retard6 la cirugia, que era el procedimiento indicado. Finalmente, se omitio informarles que carectan de la UCT pedidtrica y fue necesario remitirlo a otro centro hospitalario, de ahi que, en su sentir, el consentimiento fuera deficiente. Para resolver cada punto lo primero que hai: que sefalar es que los recurrentes afirman que la cuestién es de.orden legal, porque el nifio tenia derecho a una atencion especializada desde su ingreso a la Clinica Los Rosales, es decir, poy un especialista en pediatria y no por un médico general y para’sustentarlo, a pie de pagina, citan una serie de normas de la Constitucién Nacional, de la Ley 23 de 1981, de la Ley 1098 de 2006; de ta Ley 1438 de 2011, de la Resolucién 5261 de 1994, del Decreto 806 de 1998 y del Acuerdo 29 de 2011 de 1a CRES. (...) Sin embargo de la lectura integral de esas reglas, incluidas los dos transcritas, no se sigue necesariamente que cuando un menor i 6 Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 de edad acuda a un centro asistencial tenga que ser indefectiblemente atendido por un pediatra, lo que emerge de ellas mas bien, es que ellos pueden acudir de manera directa @ un pediatra, sin necesidad de pasar primero por un médico general, pero no dicen que a un médico general le esté vedado\atenderlo. Asi que contrario a lo que afirman los recurrentes, es insuficiente acudir al contenido de estas reglas para‘dar por sentado que como a Santiago 1o vio en urgencias de la Clinica Los Rosales un médico general y no un especialista en pediatria, de alli, sin mas, se deriva la responsabilidad que se les quiere imputar a las demandas. Que sea ideal esa atencién no se traduce necesariamente en una responsabilidad ohjetiva del médico general tratante, ni de las entidades que conforman el sistema. La cuestion debe valorarse integralmente con el fin de establecer si en la practica médita se incurrié en. las deficiencias que se le atribuyen al galeno y por ese conduct a la EPS y a la IPS. Dicho de otra manera (...) @ que ha de mirarse es si el nexo causal se acredité, esto es, si el dario que se reclama derivé de una mala practica médica, sea que aquella provenga del médico general o de'un especialista. £ Y es aqui donde flaquea.la tarea probatoria de la parte demandante; porque es evidente que Ia culpa y la relacién causal se soportan exclusivamente en la historia clinica y de ella lo que emerge es que el 22 de noviembre de 2011, Santiago Gaviria fue temitido a Urgencias de la Clinica Los Rosales S.A. por parte de la IPS San Sebastidn S.A. Pereira con un diagnéstico de “apendicitis rio especificada” a las 17:15:24, fue valorado a las 18:03:53, est? es, unos minutos después, por el médico general quien sefalé como diagnéstico principal ‘otros dolores abdominales”; y los ‘no especificados’ y como relacionado “apendicitis ajuda no especificada”, por ello ordens la practica de unos extmenes, radiografia de abdomen simple de pie y de laboratorio para descartar la presencia de ‘“lquido libre intraabdominal’, segin la nota de las 18:35:49 del mismo dia. A las 22:56:49'se dispuso un “uroandilisis* y si el mismo resultaba normal, una “ecografia de abdomen total”. En la nota de evolucion de las 23:27:07, ante el resultado normal del “uroandlisis” se le cité para la ecografia alas diez de la mariana del 23 de noviembre, con el resultado de la ultrasonografia se sospeché apendicitis, ast aparece a folio 43. Radicacién a® 11001-02-63-000-2020-00583-00 Sin embargo, regresé a consulta las 04:59:36 y el médico ordend que se le aplicard solucién salina y un medieqynento; a las 8:37:30 el galeno evidencid signos de irritacién peritoneal y recomendé con cirugia pedidtrica. Aqut se empieza a ver la,equivocacin de los recurrentes al sefalar que la asistencia de.un especialista sélo ocurrié cuando se evidencié la complicacién, del post-operatorio, pues no sélo en esa anotacién, sino en la de.las 10:02:49, se dijo que se volvié a comentar el caso con el.cirujane pediatra de turno, doctor Millén, quien indicé que se iniciara el,manejo antibiotico y expidi6 la formula; luego a las 11:21:58, en nota de enfermeria se hizo constar que el nirio fue valorado por el doctor Millan, quien ordené preparario para procedimiento. En. ese mismo momento fue trasladado, previo el consentimiento infornsado, a la sala de cirugia y fue el mismo doctor Millan quien. degpribi6 el diagnéstico preoperatorio como “apendicitis agudg con peritonitis generalizada’, que se mantuvo en el posopératorio. Durante el procedimiento anot6 “se encontraron 300 cenj{metros de pus pero el mismo terminé sin complicaciones"; en. la:guolucién médica de las 22:10:16 se le hallé ‘hemodindmicamenie estable saturando adecuadamente sin oxigeno a la auscultacién; pulmonar sin zonas de velamiento” y se consigné que ante cjialquier cambio era menesier valoracién por pediatra o remisién..a una “unidad de intermedios pediatra (sic)’, que en ese momento no se ameritaba. Luego aparece una nota de las 22:48:45, én la que la pediatra Patricia Betancur Cardona sefiala que fire llamada para valorar al paciente por presentar “saturacién de oxigend 2 por debajo de 90%" durante el postoperatorio, en ese instante lo hall6 “inestable desde el punto de vista respiratorio” y vio necesario«descartar una sepsis y riesgo de choque séptico, por lo que ordend algunos exdmenes y reformulé medicamentos; ademas, considert que debia estar en una unidad de cuidados intermedios * pediditricos. Sigui6 reviséndolo la especialista hasta cuando <2, dio la remisién a Unikid que lo recibi6.en la unidad de cuidadgs intensivos, hecho que ocurrié a ta 1:98:58 del 24 de noviembre}, Este derrotero para descartar que cor, “Ia sola historia clinica es inviable tener por acreditada la culpa y el nexo causal que aducen los recurrentes. Y es que, sin testimonios téenicos 0 dictdmenes periciales qu¢.,pudieran haber analizado cada fase de la atencién de Santiago, cémo decir que el médico general que vio inicialmenté a Santiago en la Clinica Los Rosales, fue negligente o imperito al ordenar, antes de concluir categéricamente que acusaba una apendicitis o que avanzaba hacia una peritonitis, varios, examenes, entre ellos una ultrasonografia y luego una ecigrafia. j . Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 | & | Si se vuelve Id vista a lo dicho sobre el diagnéstico y a la dificultad que en algunos casos puede haber para el galeno de establecerlo, porque algunas enfermedades acusan stntomas similares, parecia aconsejable que asi ocurriera y si no lo era, es decir, si como dicen los impugnantes Ia sola revisién médica hubiera sido suficiente para determinar el real padecimiento del paciente, esa es una circunstancia que se ha quedado en su mero dicho, porque demostrarlo era carga suya y aqui es evidente la orfandad probatoria. Puede entoncés decirse que (...) se pudo tratar de un error inculpable, $i es que lo hubo realmente, por la equivocidad o ambigiiedad de la situacién del paciente, todo lo cual, (...), debe despejat'se acudiendo a la apreciacién conjunta de las pruebas, taréa imposible en este caso, porque sélo reposa, se insiste, la ftistoria clinica que, también se dijo ya, es insuficiente por si sola para atribuir la responsabilidad que ahora se depreca. Siguiendo esa mistha linea jurisprudencial lo que habia que averiguar aqut es lo que hubiera hecho un pediatra desde Ia Hegada misma de Santiago a la clinica, es decir, si como argumentan ‘los recurrentes era perentorio que fuera un especialista. quien lo atendiera, éste sin tomar medidas de precaucién, sin exdmenes previos, sin un estudio preciso hubiera ordenado de inmediato la intervencion quirairgica o st también él, prudentemente, habria dispuesto la préictica de los exdmenes dispuestos por, el médico general. Si se mira la historia clinica, es clave que una vez obtenidos los extmene’ especiales que el médico general ordené y revisé luego pediatra, de inmediato se ordend la intervencién quirurgica, pues ellos sirvieron para confirmar el diagnéstico de la apendicitis y la peritonitis, lo que, a juicio de la Colegiatura, ocurrié en un tiempo prudente. Entonces se descartan varios de los reparos, el primero que la atencién huBiera sido tardia o carente de pericia, que la cirugia se hiibiera retardado injustificadamente, pues poco tiempo transcurrié desde que se pudo conocer el verdadero estado del menor hasta su practica y que al menor se le hubiera abandonado‘a la suerte de lo que dijera sélo el médico general, pue& esta visto que si hubo partictpacién de un especialista én atencién primaria y en la cirugia. Radicacion n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 Sigue entonces la queja sobre el choque séptico y aqui si que carecia la funcionaria instancia, y a esia Sala le ocurre lo mismo, de elementos de juicio para sefialar que el mismo fue producto de la tardanza de los servicios dispensados a su legada a la clinica. Ningtin documento o testimonio o experticia se trajo, que diera como resultado esa categérica conelusién de los recurrentes. Hubo una complicacién, eso nadie lo duda, to que se desconoce dentro de la ciencia médica es qué la produjo, porque ta infeccién pudo provenir de diversos factores que nadie aqui explicé; incluso pudo ser uno de los riesgos inherentes al procedimiento mismos Uevado a cabo, en,cuyo caso, menos evidente seria el nexo causal. Tampoco de eso se trajo medio de conviccién alguno. Por la misma senda sigue la remisién a la UCI. Aunque aqut la queja es porque fue necesario trasladario a vin centro que contara con ese servicio; mas esa sola circunstancia tampoco es suficiente para establecer un nexo causal entre la atencién inicial y los daftos que se reclaman, entendido como ésta que el paciente debia ser levado a una unidad dé.esa categoria, fuera en la misma clinica o en otra institucién y Io fue también en un tiempo que se advierte razonable, haciendo uso de la remisién que es permitida entre instituciones y que para este caso fue efectiva, en la medida en que fue donde fue recibido él menor y donde se logré estabilizar después de varias intervenciones. La cuestin es que estas mismas pudieron haber ocurrido ;si la clinica misma hubiera tenido dispuesta la UCT pediatrica, al menos nada en contrario se ha demostrado. . ¥ si lo que se quiere significar, como queda en evidencia en el reparo, es que al remitirse a otra institucién al menor se transgredié la obligacién del consentiiniento informado, basta ver, por una parte, que la cirugid se programé de urgencia, una vez se tuvo certeza sobre el 'diagnéstico, lo que dispensaba del mismo, segtin quedo visto, pues de por medio estaba la vida del menor. Y por la otra, queen todo caso, consta en la historia clinica, que se obtuvo el consentimiento, lo que no es materia de discusion y ya se ha dicho.que él mismo lo que busca es que el paciente y, en este caso, a Id familia, se le entere de la situacién por la que atraviesa y el procedimiento al que va a ser sometido, con sus posibles consecuencias, circunstancias que no se ponen en tela de juicio. Es mas, en Ia. demanda apenas 10 Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 se dice que se incumplieron las reglas legales y jurispradenciales sobre el mismo, sin sefialar cudles y en ta apelacién lo'que se recaica es 1a falta de informacién sobre ta UCI. 4 Incluso por 1d, situacién apremiante, aun cuando se le hubiere dicho a la madre del menor o a su familia que la Clinica carecia de la UCI, la situacién seguramente hubiera sido igual, porque su intervencién ya no admitia retraso y algo mas por destacar es que el traslado a la UCI no fue inmediato, si bien la cirugia se realizé a las 14:09:58, mientras que se advirtié su inestabilidad a las 22:48:45 del 23 de noviembre, ocurrido lo cual, a las 01:38:58 ya estaba en Urlikid. En cualquier caso, se insiste en ello, de establecerse Ia falta de informacién sobre 1a UCI y el tiempo la remisién*a otro centro contribuyeron a agravar la situacién del nifto, también requeria demostracién, pues lo que se quiere hacer ver es que todas las intervenciones posteriores a ese traslado fueron consecuencia directa del servicio deficiente que para los recurrentes se presté en la Clinica Los“Rosales, to que igual que los otros aspectos qued6 sin acreditacién. De esta forma, concluyé, (...) En sintesis, como la historia clinica es insuficiente para establecer que el diagnéstico del médico general fue equivocado 0 que la cirugia se retardo porque el menor no fue atendido por un pediatra que acertara en el mismo o que el choque séptico fuera consecuencias de lo uno 0 lo otro, descartado ademas que en el consentimiento informado se tuviera que indicar la necesidad de la UCI y establecido por otro lado que Ia remisién se hizo oportunamente y, finalmenie, carente el proceso de pruebas que sefaten los danos por tos rectaman los demandadios (sic) fueron causadas por la deficiencia en ta atencién, no queda alternativa diferente a la de confirmar el fallo. (Se destaca -min. 1:00:27 a 1:30:25, en’el registro). En ese contexto, es dable afirmar que estas resoluciones obedecen, en linea de principio, a una legitima exégesis de la normativa que rigen la materia y de ia jurisprudencia depurada sobré’el tema, asi como a una congruente u Radicacién n* 11001-02-03-000-2020-00583-00 apreciacion del acervo, que se ajusté a los postulados del canon 176 del Cédigo General del Proceso y que no se muestra contraevidente con la realidad que, fluye del sub lite y el nulo laborio de convencimiento por parte de los censores, quienes, dicho sea de paso, limitaron su esfuerzo demostrativo a las copias de las distintas «historias clinicas» adosadas con el libelo (cfr. fls. 32 a 64 y 81 C.1 Exp. 2014-00323- 00), desdefiando las oportunidades que respectivamente les brindaban los numerales 10° y 3° de los articulos 75 y 99 del otrora vigente Cédigo de Procedimiento Ciyil, para pedir las «pruebas» encaminadas a sacar avante su edemandw o a enfrentar dos hechos que configurfaban]las excepciones propuestas» por sus contradictores (cir. fis. 282 a 286 y 287 a 294 C.1 ibidem), despreciando incluso aquella posibilidad prevista en el canon 327 del Cédigo General del Proceso (cfr. fls. 45 C.5 ibidem). = De esta manera no se alcanzan a evidenciar los argtiidos desatinos que las actoras le enrostran ‘a la confutada autoridad, y, en cambio, surge inequivoco’ su anhelo de anteponer su propio criterio y embestir, por esta via, aquellos proveidos que les desfavorecieron, designio para el que no sirve la via subsidiaria invocada, cuyo objeto tuitivo no fue servir de tercera instancia con el fin‘“de discutir los argumentos dados por las «entidades jurisdiccionales» en el Ambito de sus competencias. Recuérdese que esta herramienta «no, esté. concebida para deslegitimar, sustituir 0 reemplazar la, labor intelectual de los funcionarios encargados de administrar justicia, mucho 12 Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00 menos cuando la que han hecho no resulta contraria a la razén y es sostenible frente al ataque emprendido por el promotor del amparo por no ser antojadizo ni caprichoso y, en consecuencia, sin alcance lesivo frente a las prerrogativas esenciales invocadas en el mencionado libelo» (CSJ STC, 6 may. 2011, Rad. 00829-00; reiterada, entre otras, en STC,9232-2018). En estos sticesos, como lo ha decantado la Corte, ‘Ja actuaci6n del juez de amparo debe restringirse a determinar siel derecho al debido proceso se ha protegido en la sentencia de anulacién, guardando distancia con los-aspectos concretos del laudo. Bn palabras de la Corte: “(...) la sede de tutela no puede convertirse en un nuevo espacio procesal para reexaminar las cuestiones juridicas y facticas que fueron objeto del proceso arbitral’...», (Negritas ajenas al original — C.C, SU-033 de 2018, Cfr. SU-500 de 2015 y SU-174 de 2007). 3.- ‘Lo anterior conlleva el fracaso del socorro instado. DECISION \ En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casacién Civil, administrando justicia en nombre de la Reptblica y. por mandato de la Constitucién, RESUELVE: PRIMERO: NEGAR- ‘cl "auxilio constitucional implorado por Maria Esther Carvajal Tobén y de Claudia Patricia Valero Carvajal; en nombre propio y en 13 Radicacién n? 11001-0-03-000-2020-00583-00 representacién de su hijo Santiago Gaviria Talero, por los motivos exteriorizados en la parte motiva. SEGUNDO: _Informese a las partes e intervinientes por el medio mas expedito y remitase el expediente a la Corte Constitucional para su eventual revision, si este fallo no es impugnado. NOTIFIQUESE Y COMPLASE ALVARO FERNA EPO

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