. Repiiblica de Colombia
Corte Suprema de Justicia
‘alae Gasaien Gl
OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE
Magistrado Ponente
STC2400-2020
Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
(Aprobado en sesién de cuatro de marzo de dos mil veinte)
Bogoté, D. C., cinco (5) de marzo de dos mil veinte
(2020).
Se decide la tutela de Maria Esther Carvajal Tobén y de
Claudia Patricia Valero Carvajal, en nombre propio y en
representacién de su hijo Santiago Gaviria Valero, contra la
Sala Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Pereira, extensiva a las partes y demas intervinientes en
el decurso n° 66001-31-03-001-2014-00323-00.
ANTECEDENTES
L.- Las promotoras, por intermedio de apoderado,
invocaron la proteccién de sus prebendas al «debido proceso»
y «acceso a la administracién de justiciw, aparentemente
quebrantadas por la querellada, con ocasién de la
providencia que dicté el 15 de octubre de 2019 y, en
consecuencia, solicitaron «dejarfla] sin efectos», para que se
«profiera una nueva sentencia |...) en la que se haga unaRadicacion n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
valoracién probatoria (...) teniendo en cuenta los principios
constitucionales de imparcialidad, racionalidad y sana critica»
y se «concedan las stiplicas de la demanda».
Como sustento esencial de su queja efectuaron un breve
recuento de la atencién que la EPS Coomeva S.A. y las IPS
San Sebastian S.A. Pereira y Clinica Los Rosales S.A. le
brindaron al paciente, que generaron los _perjuicios
reclamados via judicial, desestimados en ambas instancias,
enrostrandole al ad quem defectos sustantivos por
«desatender las normas que regulan el caso en concreto» y
facticos por la waloracién defectuosa e indebida del material
probatorio allegado al proceso; desconocimiento de los
precedentes «con relacién a la valoracién de la prueba y a los
hechos del caso concreton y un «exceso de ritual manifiesto al
exigir una prueba auxiliar, como es la prueba técnica pericial
para el andlisis de la (...) la historia clinica (...) que para el caso
no es necesaria».
En suma, luego de resefiar algunas de las motivaciones
que sirvieron de estribo al Tribunal, en forma reiterada
sefialaron que de analizar la «historia clinica» acorde con las
«reglas de la sana critica» y en concordancia con das normas,
la literatura médica, las guias y la jurisprudenciw, aquella
setia suficiente para refrendar que el «dafio» padecido fue
econsecuencia directa y tinica de la inoportunidad del manejo
especializado (...) que no podia ser otro que la. cirugia (...) que
debia realizarse antes de convertirse en peritonitis
generalizada y que llevara al paciente, incluso, al choque
séptico.» (fls. 3. a 31).Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
2.- Los convocados guardaron silencio.
CONSIDERACIONES
-. Constituye un principio invariable la
improcedencia de este instrumento residual y sumario para
disentir de los pronunciamientos jurisdiccionales, salvo
cuando surja ostensible un proceder arbitrario, grosero 0
ajeno a la ley por parte del funcionario encargado de impartir
justicia 0 ante una clara vulneracién de las garantias
superiores de las partes.
Son esas las tnicas circunstancias que habilitan la
intromisi6n del juez constitucional, quien, sabido es, no esta
llamado «a intervenir a manera de Grbitro para determinar
cudiles de los planteamientos valorativos y hermenéuticos del
juzgador, o de las partes, resultan ser los mas acertados, y
menos acometer, bajo ese pretexto, (.,.), la revisién oficiosa del
asunto, como si fuese uno de instancia» (Sent. 7 de marzo de
2008, Exp. T. N° 2007-00514-01), pues ha de tenerse en cuenta
que «a adversitiad de la decision no es por si misma
fundamento que le allane el camino al vencido para perseverar
en sus discrepancias frente a lo resuelto por el juez naturab
(ST 28 mar. 2012. Rad, 2012-00022-01).
2.- Con esta perspectiva, la revision del plenario muy
pronto permite afirmar que la fustigada determinacién del
juzgador de segundo grado no fue el resultado de criterios
subjetivos u ostensiblemente alejados del ordenamiento
juridico o de la realidad procesal, como aducen lasRadicacién n° 11001-02:-03-000-2020-00583-00
jo que se escudrifia., En efecto, no se
observa ningiin menoscabo en las directrices expuestas en la
controvertida audiencia levada a cabo el 15 de octubre de
2019, pues con claridad alli se expusieron las razones que
marcaban el-fracaso de las premisas planteadas por los
simpugnantes», lo que condujo a la revalidacién del veredicto
objeto de alzada.
Para ello, en lo relevante, memoré el ‘Tfibunal que,
(...) la responsabilidad civil médica comporta la concurrencia de
varios elementos, a saber: la accién 0 la omisin por parte del
galeno en. el ejercicio de su profesién, el dao padecido por el
paciente 0 en general por las victimas, la Gulpa o el dolo y la
relacién causal entre una y otro y si ella’es contractual, por
supuesto es menester acreditar su fuente. Y que por regla general,
como el médico adquiere un compromiso dé actuar dentro los
postulados legales y de la ciencia propia, de antario se admite que
su actividad involucra obtigaciones de medio'y no de resultado, a
pesar de que excepcionalmente el galeno se pueda comprometer
con éste, .
Y acoté que en esta clase de asuntos;«quien demanda
el resarcimiento de unos perjuicios derivados de una actividad
de este tipo, deble] probar la culpa», citatio como sostén
algunas reflexiones de esta Corte (CSJ. sentgincia 17 nov. 2011.
Exp. 1999 00533 01; SC003-2018 y $C9193-2017), asi como el
contenido del articulo 164 del Cédigo General del Proceso,
para recalcarle a los inconformes que spor tratarse de un
régimen de culpa probada, la carga en.este especifico
asunto radicaba en los demandantes, quienes, para
decirlo sin ambages, poco hicieron por, acreditar los
elementos de la responsabilidad médica y, en
particular, la culpa y el nexo causal (Se destaca).fe
Radicacién n° 1 1001-02-03-000-2020-00583-00
Asi mismo énfatiz6 que,
(..) muy al eéntrario de lo que opinan los recurrentes, (...) en
asuntos de esta envergadura, en los que la ciencia y Ia técnica
juegan papel preponderante, un dictamen pericial se muestra
aconsejable para dar sustento a los hechos alegados, porque
una experticia, sin ser prueba inica y determinante, le
permite al juez aproximarse al conocimiento que requiere
para definir la litis, pues con ella se puede descubrir el
comportamiento, tanto del galeno como de las instituciones que
contribuyen d la prestacién de un servicio de salud y concluir si se
cumplieron las regias que aconseja la ciencia médica.
Y a renglén seguido advirtié que,
(...) Ni siquiera en términos generales la historia clinica es
suficiente para acreditar la mala praxis del galeno, se
necesita mds que eso para establecer que lo que alli se
consigna es contrario a lo que aconseja el devenir médico
para un caso conereto, a menos que la cuestién aparezca de
bulto, por ello retomando 1a importancia de ia prueba técnica y
haciendo alusién a la historia clinica, dijo también la maxima
Corporacién, en la sentencia SC003 de 2018 |...) que: “la historia
clinica en si misma no revela los errores médicos imputados
a los demandados, esto desde luego no significa la
postulacién de una tarifa probatoria en materia de
responsabilidad médica o de cualquier otra disciplina
objeto de juzgamiento. Tratdndose de asuntos médicos
cuyos conocimientos son especializados se requiere
esencialmente que las pruebas de esta modalidad
demuestren la mala praxis. Existiendo en la materia libertad
probatoria, al ser el-Juez ajeno al conocimiento médico, la Corte
tiene sentado que un dictamen pericial, un documento técnico
cientifico 0 un:testimonio de la misma tndole, entre otras pruebas
pueden ilustrar sobre las reglas que la ciencia de qué se trata,
tengan decantadas en relacién con la causa probable o cierta de
la produccion det dano que se investiga.” Las historias clinicas
y las formulas médicas por lo tanto, en linea de principio,
por si, se insiste, no serian bastantes para dejar sentado
con certeza los elementos de la responsabilidad de que se
trata, porque sin la ayuda de otros medios de conviccién
que las interpretara, andaria el juez a tientas en orden a
determinar,; ‘segin se explicé en el mismo antecedente
inmediatamenie citado, si lo que se estaba haciendo en la
5Radicacién n* 11001-02°03-000-2020-00583-00
clinica era o no un tratamiento adecuadoy pertinente segin
las reglas del arte, ast lo tenia dicho ya la Corte, incluso en otras
ocasiones como en las sentencias SC2506 de}2016 y SC21828 de
2017.
Y tego de aludir a las obligacionés del galeno de
efectuar un adecuado diagnéstico del padecimiento del
enfermo, que le permita disefiar el play! de tratamiento
correspondiente para el restablecimiento fle su salud, ast
como la trascendencia que tiene la informacion que le brinde
sobre «su enfermedad, las alternativas de tratamiento y los
procedimientos a seguir, para que pueda libremente elegir si
se somete a ellos, para garantizar ¢1 ¢principio del
consentimiento informado», esa Magistratura abord6é el
andlisis del caso concreto, en los siguientes'términos,
5
p
(...J la parte demandante pretende derruir el fllo con el argumento
de que la apreciacién de la prueba fue equivocada y el asunto es
mas de orden legal que probatorio, porque la fiuncionaria omitié ver
que al menor lo atendié un médico general y.no un especialista a
su arribo a la clinica Los Rosales, como manda Ia ley, ello condujo
a que el diagnéstico fuera equivocado y, poritanto, se retard6 la
cirugia, que era el procedimiento indicado. Finalmente, se omitio
informarles que carectan de la UCT pedidtrica y fue necesario
remitirlo a otro centro hospitalario, de ahi que, en su sentir, el
consentimiento fuera deficiente.
Para resolver cada punto lo primero que hai: que sefalar es que
los recurrentes afirman que la cuestién es de.orden legal, porque
el nifio tenia derecho a una atencion especializada desde su
ingreso a la Clinica Los Rosales, es decir, poy un especialista en
pediatria y no por un médico general y para’sustentarlo, a pie de
pagina, citan una serie de normas de la Constitucién Nacional, de
la Ley 23 de 1981, de la Ley 1098 de 2006; de ta Ley 1438 de
2011, de la Resolucién 5261 de 1994, del Decreto 806 de 1998 y
del Acuerdo 29 de 2011 de 1a CRES. (...)
Sin embargo de la lectura integral de esas reglas, incluidas los dos
transcritas, no se sigue necesariamente que cuando un menor
i
6Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
de edad acuda a un centro asistencial tenga que ser
indefectiblemente atendido por un pediatra, lo que emerge de
ellas mas bien, es que ellos pueden acudir de manera directa
@ un pediatra, sin necesidad de pasar primero por un
médico general, pero no dicen que a un médico general le
esté vedado\atenderlo. Asi que contrario a lo que afirman los
recurrentes, es insuficiente acudir al contenido de estas
reglas para‘dar por sentado que como a Santiago 1o vio en
urgencias de la Clinica Los Rosales un médico general y no
un especialista en pediatria, de alli, sin mas, se deriva la
responsabilidad que se les quiere imputar a las demandas.
Que sea ideal esa atencién no se traduce necesariamente en
una responsabilidad ohjetiva del médico general tratante,
ni de las entidades que conforman el sistema. La cuestion
debe valorarse integralmente con el fin de establecer si en la
practica médita se incurrié en. las deficiencias que se le atribuyen
al galeno y por ese conduct a la EPS y a la IPS. Dicho de otra
manera (...) @ que ha de mirarse es si el nexo causal se
acredité, esto es, si el dario que se reclama derivé de una
mala practica médica, sea que aquella provenga del médico
general o de'un especialista.
£
Y es aqui donde flaquea.la tarea probatoria de la parte
demandante; porque es evidente que Ia culpa y la relacién
causal se soportan exclusivamente en la historia clinica y
de ella lo que emerge es que el 22 de noviembre de 2011, Santiago
Gaviria fue temitido a Urgencias de la Clinica Los Rosales S.A. por
parte de la IPS San Sebastidn S.A. Pereira con un diagnéstico de
“apendicitis rio especificada” a las 17:15:24, fue valorado a las
18:03:53, est? es, unos minutos después, por el médico general
quien sefalé como diagnéstico principal ‘otros dolores
abdominales”; y los ‘no especificados’ y como relacionado
“apendicitis ajuda no especificada”, por ello ordens la practica de
unos extmenes, radiografia de abdomen simple de pie y de
laboratorio para descartar la presencia de ‘“lquido libre
intraabdominal’, segin la nota de las 18:35:49 del mismo dia. A
las 22:56:49'se dispuso un “uroandilisis* y si el mismo resultaba
normal, una “ecografia de abdomen total”. En la nota de evolucion
de las 23:27:07, ante el resultado normal del “uroandlisis” se le
cité para la ecografia alas diez de la mariana del 23 de noviembre,
con el resultado de la ultrasonografia se sospeché apendicitis, ast
aparece a folio 43.Radicacién a® 11001-02-63-000-2020-00583-00
Sin embargo, regresé a consulta las 04:59:36 y el médico ordend
que se le aplicard solucién salina y un medieqynento; a las 8:37:30
el galeno evidencid signos de irritacién peritoneal y recomendé con
cirugia pedidtrica. Aqut se empieza a ver la,equivocacin de los
recurrentes al sefalar que la asistencia de.un especialista sélo
ocurrié cuando se evidencié la complicacién, del post-operatorio,
pues no sélo en esa anotacién, sino en la de.las 10:02:49, se dijo
que se volvié a comentar el caso con el.cirujane pediatra de turno,
doctor Millén, quien indicé que se iniciara el,manejo antibiotico y
expidi6 la formula; luego a las 11:21:58, en nota de enfermeria se
hizo constar que el nirio fue valorado por el doctor Millan, quien
ordené preparario para procedimiento. En. ese mismo momento fue
trasladado, previo el consentimiento infornsado, a la sala de
cirugia y fue el mismo doctor Millan quien. degpribi6 el diagnéstico
preoperatorio como “apendicitis agudg con peritonitis
generalizada’, que se mantuvo en el posopératorio. Durante el
procedimiento anot6 “se encontraron 300 cenj{metros de pus pero
el mismo terminé sin complicaciones"; en. la:guolucién médica de
las 22:10:16 se le hallé ‘hemodindmicamenie estable saturando
adecuadamente sin oxigeno a la auscultacién; pulmonar sin zonas
de velamiento” y se consigné que ante cjialquier cambio era
menesier valoracién por pediatra o remisién..a una “unidad de
intermedios pediatra (sic)’, que en ese momento no se ameritaba.
Luego aparece una nota de las 22:48:45, én la que la pediatra
Patricia Betancur Cardona sefiala que fire llamada para valorar al
paciente por presentar “saturacién de oxigend 2 por debajo de 90%"
durante el postoperatorio, en ese instante lo hall6 “inestable desde
el punto de vista respiratorio” y vio necesario«descartar una sepsis
y riesgo de choque séptico, por lo que ordend algunos exdmenes y
reformulé medicamentos; ademas, considert que debia estar en
una unidad de cuidados intermedios * pediditricos. Sigui6
reviséndolo la especialista hasta cuando <2, dio la remisién a
Unikid que lo recibi6.en la unidad de cuidadgs intensivos, hecho
que ocurrié a ta 1:98:58 del 24 de noviembre},
Este derrotero para descartar que cor, “Ia sola historia
clinica es inviable tener por acreditada la culpa y el nexo
causal que aducen los recurrentes. Y es que, sin testimonios
téenicos 0 dictdmenes periciales qu¢.,pudieran haber
analizado cada fase de la atencién de Santiago, cémo decir
que el médico general que vio inicialmenté a Santiago en la
Clinica Los Rosales, fue negligente o imperito al ordenar,
antes de concluir categéricamente que acusaba una apendicitis o
que avanzaba hacia una peritonitis, varios, examenes, entre
ellos una ultrasonografia y luego una ecigrafia.j . Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
| &
|
Si se vuelve Id vista a lo dicho sobre el diagnéstico y a la dificultad
que en algunos casos puede haber para el galeno de establecerlo,
porque algunas enfermedades acusan stntomas similares,
parecia aconsejable que asi ocurriera y si no lo era, es decir,
si como dicen los impugnantes Ia sola revisién médica
hubiera sido suficiente para determinar el real
padecimiento del paciente, esa es una circunstancia que se
ha quedado en su mero dicho, porque demostrarlo era carga
suya y aqui es evidente la orfandad probatoria.
Puede entoncés decirse que (...) se pudo tratar de un error
inculpable, $i es que lo hubo realmente, por la equivocidad o
ambigiiedad de la situacién del paciente, todo lo cual, (...),
debe despejat'se acudiendo a la apreciacién conjunta de las
pruebas, taréa imposible en este caso, porque sélo reposa, se
insiste, la ftistoria clinica que, también se dijo ya, es
insuficiente por si sola para atribuir la responsabilidad que
ahora se depreca.
Siguiendo esa mistha linea jurisprudencial lo que habia que
averiguar aqut es lo que hubiera hecho un pediatra desde Ia
Hegada misma de Santiago a la clinica, es decir, si como
argumentan ‘los recurrentes era perentorio que fuera un
especialista. quien lo atendiera, éste sin tomar medidas de
precaucién, sin exdmenes previos, sin un estudio preciso hubiera
ordenado de inmediato la intervencion quirairgica o st también él,
prudentemente, habria dispuesto la préictica de los exdmenes
dispuestos por, el médico general.
Si se mira la historia clinica, es clave que una vez obtenidos
los extmene’ especiales que el médico general ordené y
revisé luego pediatra, de inmediato se ordend la
intervencién quirurgica, pues ellos sirvieron para confirmar
el diagnéstico de la apendicitis y la peritonitis, lo que, a
juicio de la Colegiatura, ocurrié en un tiempo prudente.
Entonces se descartan varios de los reparos, el primero que la
atencién huBiera sido tardia o carente de pericia, que la
cirugia se hiibiera retardado injustificadamente, pues poco
tiempo transcurrié desde que se pudo conocer el verdadero estado
del menor hasta su practica y que al menor se le hubiera
abandonado‘a la suerte de lo que dijera sélo el médico
general, pue& esta visto que si hubo partictpacién de un
especialista én atencién primaria y en la cirugia.Radicacion n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
Sigue entonces la queja sobre el choque séptico y aqui si que
carecia la funcionaria instancia, y a esia Sala le ocurre lo
mismo, de elementos de juicio para sefialar que el mismo fue
producto de la tardanza de los servicios dispensados a su
legada a la clinica. Ningtin documento o testimonio o
experticia se trajo, que diera como resultado esa categérica
conelusién de los recurrentes.
Hubo una complicacién, eso nadie lo duda, to que se desconoce
dentro de la ciencia médica es qué la produjo, porque ta
infeccién pudo provenir de diversos factores que nadie aqui
explicé; incluso pudo ser uno de los riesgos inherentes al
procedimiento mismos Uevado a cabo, en,cuyo caso, menos
evidente seria el nexo causal. Tampoco de eso se trajo medio
de conviccién alguno.
Por la misma senda sigue la remisién a la UCI. Aunque aqut la
queja es porque fue necesario trasladario a vin centro que contara
con ese servicio; mas esa sola circunstancia tampoco es
suficiente para establecer un nexo causal entre la atencién
inicial y los daftos que se reclaman, entendido como ésta que
el paciente debia ser levado a una unidad dé.esa categoria, fuera
en la misma clinica o en otra institucién y Io fue también en un
tiempo que se advierte razonable, haciendo uso de la remisién que
es permitida entre instituciones y que para este caso fue efectiva,
en la medida en que fue donde fue recibido él menor y donde se
logré estabilizar después de varias intervenciones. La cuestin es
que estas mismas pudieron haber ocurrido ;si la clinica misma
hubiera tenido dispuesta la UCT pediatrica, al menos nada en
contrario se ha demostrado. .
¥ si lo que se quiere significar, como queda en evidencia en el
reparo, es que al remitirse a otra institucién al menor se
transgredié la obligacién del consentiiniento informado,
basta ver, por una parte, que la cirugid se programé de
urgencia, una vez se tuvo certeza sobre el 'diagnéstico, lo que
dispensaba del mismo, segtin quedo visto, pues de por medio
estaba la vida del menor. Y por la otra, queen todo caso, consta
en la historia clinica, que se obtuvo el consentimiento, lo que
no es materia de discusion y ya se ha dicho.que él mismo lo que
busca es que el paciente y, en este caso, a Id familia, se le entere
de la situacién por la que atraviesa y el procedimiento al que va a
ser sometido, con sus posibles consecuencias, circunstancias que
no se ponen en tela de juicio. Es mas, en Ia. demanda apenas
10Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
se dice que se incumplieron las reglas legales y
jurispradenciales sobre el mismo, sin sefialar cudles y en ta
apelacién lo'que se recaica es 1a falta de informacién sobre
ta UCI. 4
Incluso por 1d, situacién apremiante, aun cuando se le hubiere
dicho a la madre del menor o a su familia que la Clinica carecia de
la UCI, la situacién seguramente hubiera sido igual, porque su
intervencién ya no admitia retraso y algo mas por destacar es que
el traslado a la UCI no fue inmediato, si bien la cirugia se realizé
a las 14:09:58, mientras que se advirtié su inestabilidad a las
22:48:45 del 23 de noviembre, ocurrido lo cual, a las 01:38:58 ya
estaba en Urlikid. En cualquier caso, se insiste en ello, de
establecerse Ia falta de informacién sobre 1a UCI y el tiempo
la remisién*a otro centro contribuyeron a agravar la
situacién del nifto, también requeria demostracién, pues lo
que se quiere hacer ver es que todas las intervenciones
posteriores a ese traslado fueron consecuencia directa del
servicio deficiente que para los recurrentes se presté en la
Clinica Los“Rosales, to que igual que los otros aspectos
qued6 sin acreditacién.
De esta forma, concluyé,
(...) En sintesis, como la historia clinica es insuficiente para
establecer que el diagnéstico del médico general fue
equivocado 0 que la cirugia se retardo porque el menor no
fue atendido por un pediatra que acertara en el mismo o
que el choque séptico fuera consecuencias de lo uno 0 lo
otro, descartado ademas que en el consentimiento
informado se tuviera que indicar la necesidad de la UCI y
establecido por otro lado que Ia remisién se hizo
oportunamente y, finalmenie, carente el proceso de pruebas
que sefaten los danos por tos rectaman los demandadios (sic)
fueron causadas por la deficiencia en ta atencién, no queda
alternativa diferente a la de confirmar el fallo. (Se destaca -min.
1:00:27 a 1:30:25, en’el registro).
En ese contexto, es dable afirmar que estas resoluciones
obedecen, en linea de principio, a una legitima exégesis de la
normativa que rigen la materia y de ia jurisprudencia
depurada sobré’el tema, asi como a una congruente
uRadicacién n* 11001-02-03-000-2020-00583-00
apreciacion del acervo, que se ajusté a los postulados del
canon 176 del Cédigo General del Proceso y que no se
muestra contraevidente con la realidad que, fluye del sub lite
y el nulo laborio de convencimiento por parte de los censores,
quienes, dicho sea de paso, limitaron su esfuerzo
demostrativo a las copias de las distintas «historias clinicas»
adosadas con el libelo (cfr. fls. 32 a 64 y 81 C.1 Exp. 2014-00323-
00), desdefiando las oportunidades que respectivamente les
brindaban los numerales 10° y 3° de los articulos 75 y 99 del
otrora vigente Cédigo de Procedimiento Ciyil, para pedir las
«pruebas» encaminadas a sacar avante su edemandw o a
enfrentar dos hechos que configurfaban]las excepciones
propuestas» por sus contradictores (cir. fis. 282 a 286 y 287 a 294
C.1 ibidem), despreciando incluso aquella posibilidad prevista
en el canon 327 del Cédigo General del Proceso (cfr. fls. 45
C.5 ibidem). =
De esta manera no se alcanzan a evidenciar los argtiidos
desatinos que las actoras le enrostran ‘a la confutada
autoridad, y, en cambio, surge inequivoco’ su anhelo de
anteponer su propio criterio y embestir, por esta via, aquellos
proveidos que les desfavorecieron, designio para el que no
sirve la via subsidiaria invocada, cuyo objeto tuitivo no fue
servir de tercera instancia con el fin‘“de discutir los
argumentos dados por las «entidades jurisdiccionales» en el
Ambito de sus competencias.
Recuérdese que esta herramienta «no, esté. concebida
para deslegitimar, sustituir 0 reemplazar la, labor intelectual
de los funcionarios encargados de administrar justicia, mucho
12Radicacién n° 11001-02-03-000-2020-00583-00
menos cuando la que han hecho no resulta contraria a la
razén y es sostenible frente al ataque emprendido por el
promotor del amparo por no ser antojadizo ni caprichoso y, en
consecuencia, sin alcance lesivo frente a las prerrogativas
esenciales invocadas en el mencionado libelo» (CSJ STC, 6 may.
2011, Rad. 00829-00; reiterada, entre otras, en STC,9232-2018).
En estos sticesos, como lo ha decantado la Corte,
‘Ja actuaci6n del juez de amparo debe restringirse a determinar
siel derecho al debido proceso se ha protegido en la sentencia de
anulacién, guardando distancia con los-aspectos concretos
del laudo. Bn palabras de la Corte: “(...) la sede de tutela no
puede convertirse en un nuevo espacio procesal para
reexaminar las cuestiones juridicas y facticas que fueron
objeto del proceso arbitral’...», (Negritas ajenas al original —
C.C, SU-033 de 2018, Cfr. SU-500 de 2015 y SU-174 de 2007).
3.- ‘Lo anterior conlleva el fracaso del socorro instado.
DECISION
\
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,
en Sala de Casacién Civil, administrando justicia en nombre
de la Reptblica y. por mandato de la Constitucién,
RESUELVE:
PRIMERO: NEGAR- ‘cl "auxilio constitucional
implorado por Maria Esther Carvajal Tobén y de Claudia
Patricia Valero Carvajal; en nombre propio y en
13Radicacién n? 11001-0-03-000-2020-00583-00
representacién de su hijo Santiago Gaviria Talero, por los
motivos exteriorizados en la parte motiva.
SEGUNDO: _Informese a las partes e intervinientes
por el medio mas expedito y remitase el expediente a la Corte
Constitucional para su eventual revision, si este fallo no es
impugnado.
NOTIFIQUESE Y COMPLASE
ALVARO FERNA EPO