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LA UNIDAD DEL METODO CIENTIFICO: EXPLICAR Y COMPRENDER Jestis Martinez Velosco 1. Introduccion, Desde los mismos origenes del pensamiento occidental se constata una ineludible preocupacién metodol6gica a la hora de abordar el problema del conocimiento, del saber ¥ de la ciencia, ‘Ya Parménides se cuestioné un problema de demarcacién entre el saber y el no-saber atendienda a planteamientos légicos y ontolégi cos. El saber, la verdad, dependia de les relaciones de conoci- miento entre el ser y el pensar. S6lo del ser se puede decir y pen- sar porque es. Este es, pues, el camino @ seguir, el camino sefa- lado. Pero, quizés, en la 6poca moderna, es cuando el problema del método se convierte en central, hasta el punto de que en Descar- tes y en Kant, como afirma Rébade, es algo indiscutible y primario como condicién incluso de un pensamiento correcto y verdadero’. Foie Descai les, on efecto, el método consiste "en reglas ciertas Faciles cuya exacta observencia permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso y que, sin gastar indtilmente. ningtn es- fuerzo de inteligencia llegue, mediante un acrecentamiento gradual y continuo de ciencia, al verdadero conocimiento de todo lo que ‘sea capaz de conocer! Kant, on el prélogo a la 28 edicién do lo Critica de la raz6n pura, hablando de la metafisica dira que, siendo la més vieja de las ciencias no ha encontrado todavia el método adecuado que le conduzca a tal fin’, La exigencia del mé- todo es imperiosa: es mejor no investigar la verdad que hacerlo sin TRibade, S, Méiodo y pensamiento en la modernidad. Madrid, Narcea Edi- ciones, 1981. pigs. 15-16. 2 Deseartes, R. Regulae ad directionem ingenii, Texto de V'édition Adam et Tannery, 4e dition. rie philosophique J. Vrin, 1965. pag. 46. 3 Kant, 1. Critica de 1a razon pura. ‘rad. ce ¥. Kibas.’ Madrid, Eciciones ‘Alfaguara, 1978. Pig. 19. Contexios VIII/15-16, 1990 (pp. 43-76) ory Jesis Martinez Velasco método, diré Descartes. Sin embargo, como el propio Rabade reco- noce, contrasta en la modernidad la importancia que se da a la necesidad del método con el poco espacio que se dedica a su expo- sicién*. Pero el margen de entrar en mas precisiones sobre el sen- tido y'el significado del método en la modernidad, dado que no es éste tuestro propGsito, sf es Conveniente recelcar que en la actua- lidad somos deudores de dos importantes tradiciones metodolégicas la aristotélica y la galileana o causal, cada una de las cuales de- fine o maneja un concepto de ciencia diferente. Sin embargo, esta distinci6n se ha erigido en dicotomia separéndose la_explicacién teleol6gica 0 intencional entendida como metafisica 0 finaliste, de la explicacién mecanicista 0 funcional. Se establece, pues,” un abismo entre motivos y razones, por un lado, y causas por otro. La visi6n finalista de la fisica aristotélica queda sustituida por una vi sién mecanicista de la ciencia moderna, cuyos requisitos principales son Ia formulacién de leyes que vinculen los fenémenos numérica mente, En el s. XIX, la aparicién de las ciencias sociales y huma- ‘nas plantea un problema similar al que se planted a comienzos de Ja modernidad con Ja aparicién de las ciencias naturales, es decir, se infcié un estudio sistemético del hombre tanto en su’ dimension Individual como social. La psicologia, 1a sociologia, 1a economis, le historia, infciaron un proceso de reconstrucci6n cientifica siguiendo inicialmente el modelo fisico-matemstico, ya que la cientificidad no de estas ciencias venfa determinado, a su vez, por la aplicacion © no del modelo o canon de las ciencias naturales exactas, de acuerdo con el ideal poritivieta del eabor. Sin embargo, da forma paralela se fue abriendo paso una nueva forma de afrontar el co- nocimiento de la realidad humana al margen de Ia filosofia positi- vista comtiana, cuya pretension era, en Gltima instancia, estudiar también l hombre desde los planteamientos monistas del método clentifico, tal como operaba on Ise ciencias naturales, al margen de la diversidad de objetos. Esta nueva forma o corriente es le hermenéutica, cuya caracteristica es la actitud antipositivista, el Techazo del monismo metodoldgico modélico fisico-matematico, de la raz6n instrumental y del afén predictivo y causalista. Se inicia, pues, una diferonciacién ontro 'explicar! (arkléren) y 'comprondar! (verstehen), convirtiéndose éste en el método de las ciencias huma- nas. Con ello, el modelo causaliste-explicativo es puesto en tela de juicio, no porque carezca de valor, sino porque tal vez aya que hhacerio compatible con otros modos de proceder que, como la camprensién, na tienen como finalidad prioritaria la formulacién de leyes, sino el conferir sentido a algo. Cuando més adelante abor- demos el tema, observaremos cémo las posiciones varian de unos TRitade, Soe. pigs. 70-71. { La unidad de! método cientifico as autores a otros, oscilando entre los que admiten una teorfa unifi- cada del método, como Popper, hasta quienes ven la necesidad de na complementériedad, como ‘ocurre con la veorfa critica de le Escuela de Frankfurt, pasando por quienes admiten la especificidad de las clencias sociales y humanas en funcion de la singularidad de Sus objetos, que hace, como dice Dilthey, que el investigador y la Tealidad Investigada pertenezcan al mismo universo histérico y de os fendmenos mismos que son irrepetibles. Esta unidad sujeto-ob- jeto permitirfa Ia comprensién, como sefialan Mardones y UrsGa®, desde dentro de los fenémenos histéricos, sociales y humanos. ‘Quede ast planteado el problema sobre el que mas tarde volve- remos y detengémonos ahora a hacer algunas precisiones acerca de io que es considerado como el canon del método cientifico. 2, Caracteres del método cientifico Los que admiten la ciencia como la mejor forma de progreso del saber, progreso continuo y racional, o por lo menos racionalmente reconstruible, es porque estén convencidos de que la ciencia pose un método de control y de comprobacién que permite establecer tuna I6gica en la investigacin, al margen de cualquier decisionismo personal o de sentimiento subjetivo que jamés, como dirfa Popper, Podrfan juctificar un enunclade cientifice por muy fuerte que fuera ese sentimiento 0 esa convicciOn®. Desde el punto de vista episte- mol6gico careceria de importancia, aunque psicolégicamente fuera muy vélido, Pero la ciencia no se construye sobre la psicologia o sociologia, sino en base a la ldgica de la investigacién, es decir, de acuerdo con unas normas que orientan y justifican el descubri- miento cientifico. Como dicen Cohen y Nagel, la ciencia no se contenta con Ie certidumbre psicoldgica, porque ello no es gerantia de su verdad. La ciencia busca fundamentos légicos apropiado para sus proposiciones’. En el otro extremo estarian aquellos que, como Kuhn, Lakatos, Polanyi, Hanson, la epistemologia genética, insisten sobre todo en la psicologia, sociologia e historia del descubrimiento ms que en la logica de la investigacion, a la hora de abordar el estudio de la ciencia y, sobre todo, Feyerabend, quien, al defender el anarquismo epistemol6gico a raiz del principio "todo vale", ha rechazado de plano la existencia de un método cientifico universal 5 Mardones, IM. y Ursa, N. Filosofia de fas ciencias humanas y sociales. Barcelona, Fontamara, 1982. pig. 23. 6 Popper, K.R. La légica de Ia investigacion cientifica. Trad. de Victor Sin- chez de Zavala. + Tecavs, 1900. pig. 45. 7 Cohen, M. y Nagel, E. Introduccién a la légica y al método cientifico. t. 1 ‘Trad. de Néstor Miguez. Buenos Aires, Amorrortu, 1971. pig. 235. 46 Jesis Martinez Velasco y estable que actée como patrén de medida fijo, criticando a aquellos que adoptan la ciencia como soberana y como la Gnica forma de adquirir conocimiento®, Quizés la posicién més correcta a este respecto sea la de no defender planteamientos reduccionistas, a saber, ni un autoritarismo metodoldgico, que corre el riesgo del dogmatismo, ni una actitud metodoclasta, que conduce tal vez a un ‘caos escéptico y radical, sino un cierto’ escepticismo moderado en ‘el. punto de partida que conduzca a un saber en el que los enun- ciados aitimos no pueden existir en la ciencia porque no existe ninguno, como dice Popper, que no tenga la capacidad de poder ser Teiutado “al, talser algunas de las conclusiones que sea posible de- ducir de 6I"°. Es decir, para Popper las teorfas cientificas no son nunca enteramente justificables 0 verificables, pero si contrastables Intersubjetivamente. Si como decta Descartes es mejor no investi- gar Ia verdad que hacerlo sin método, para lo cual era preciso Cumplir una serie ae reglas, cuatro: la evidencia, el analisis, 1a sin- tesis y Ja enumeracién™, para legar a la certeza, vamos a re- flexionar, en qué consiste el método y cufles son sis caracteristi- cas para’ decidir més tarde qué condiciones debe reunir una disci- plina para que reciba el nombre de cientifica. Querenivs wureuzer revurdando 1s palabras que han pronunciado dos de los més insignes entre los que han reflexionado sobre le oblemética general de la ciencia. En primer lugar E. Nagel dice: "w+ a pesar de importantes diferencias, hay una continuidad l6gica en las operaciones de la indagacion cientifica"'', y en segundo lu- gr, Poppor, para quica cl método de la cletcia, tamty watuial como social, es una tentativa de solucién sometida a un control critico,y Ia‘ objetividad de la ciencia es la objetividad del método critico’®. El método cientifico es, pues, Gnico, si bien no necesa- rlamente uniforme, por es0 heblaré Popper del "erréneo y equivo- cado naturalismo y ciontifieme motodelégice". Es preciso. emer Ja atencién sobre el cardcter polisémico de a expresion "método Cientifico", pues, por una parte, designa las operaciones generales 8 Véase Feyerabend, P. La ciencia en una sociedad libre. Madrid, s, XI. pag. 82. También Dialogo sobre el métode: (En Feyerabend, P. y otros, Es tructura y desarrolio de la ciencia. Madrid, Alianza, 1984. pags. 163 y 203). 9 Popper, KR. 0. @. pig. 46 10 Descartes, R. Discours de la méthode, Pais, Librairie philosophique J. Vrin, 1979. pags. 68-71. 11 Nagel, E. La estructura de Ja ciencia, Buenos Aires, Psidos, 1978. pig. 13. 12 Popper, K.R. La légica de las ciencias sociales. (En ADORNO, Th. W. otros.- La disputa del pasitiviemo en Ia sociologia alemana. Trad.. de Jacobs Muiioz. Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1972. pags. 103-104). 13 L. c. pig. 104, La unidad del métode cientifico a7 comunes a todas las ciencias y, por otra, las técnicas particulares de cada una de las disciplinas ‘cientificas. Ni que decir tiene que ‘cuando hablamos de la unidad del método cientifico estamos enten- diéndolo en su primera acepcion Dice Bunge: "... la peculiaridad de la clencia tiene que consistir en el modo como opera para glcenzar algin objetivo determinado, 0 sea, en el método cientitico”™’. 4Cuéles son sus caracteristices? En una primera aproximacion Cohen y Nagel definen el método cientifico como "la técnica més segura Ideada por el hombre para controlar el flujo de las cosas y establecer creencias estables"®. Pero, adems, subrayan otros as~ ectos que nos parece relevante apuntar como que e! metodo cien- tifico sigue el camino de la duda dogmética, sobre todo, acerca de aquello que no est fundado en elementos de juicio adecuados, que debe limiter sus pretensiones admitiendo su incapacidad para resol- ver todos los problemas, pero que, a pesar de todo, es "la Gnica Via para euriquever el cuerpo geueral de veidades pucates p prucba y verificadas, y para eliminar las opiniones arbitrarias"'®. Final- mente, que el método cientifico se autocorrige, lo cual implica la no pretensi6n de infalibilidad, al igual que para’ Popper el concepto de verdad cientifica es ineludible de su criticismo. En este sentido, cl wnucimiento clentifice'es conjectural, hipotético y eproximativo. Se advierte, aunque con cautela, un optimismo respecto al valor y al poder del método cientifico. La ciencia se convierte, a juicio de Bunge, en la herramienta mAs poderosa para el dominio de la natu- raleza y de la sociedad, en el instrumento més idéneo. para la in- telocotén del mundo y dol yo, y on el poder més importante de Ii. beracion de 1a mente’’. EI método cientifico es el Gnico quizés que no pretende resulta: dos definitivos y ese es el gran valor del mismo y lo que le haria més eficaz. Pero, écuél es el objetivo del método cient{fico? Tal vez el m&s pretenciasa y el més definitarin sea el constitnir un conjunto de principios, de criterios y de estrategias tendentes a un ajuste sistematico entre realidad y representaci6n, ajuste logrado por medio de la confrontacion de consistencla entre la variedad de informacion, de idees, hipétesis y teorfas, ya que lo que caracte- riza a la ciencia es’ ser un conocimiento racional. y_verificable. Cuando hablamos de racionalidad nos estamos refiriendo a que ei conocimiento cientifico esté constituido por un conjunto de princi- plos, juicios y racivcinios que generan nuevas ideas mediante cuya Ta Bunge, M. La Tivestgaciiu cienifica Darvctoua, Ariel, 1976, 1976. p. 22, 15 Cohen y Nagel: o.c. pig. 232. 16 o.c. pig. 243. 17 Bunge, M. La cieneis, su método y su filosofia. Buenos Aires, Ediciones Siglo Veinte, 1987. pig. 36. 8 Jesds Martinez Velasco combinacién a través de unas reglas légices se producen otras nue- vas ideas que ya estaban , sin embargo, implicadas en las premisas de la deduccién. Frente a’ quienes defienden la posibilidad y le al- canzabilidad de una racionalidad global o plena, al menos como de- sideratum ideal, tal el caso de Bunge, que alcanzaria desde el plano conceptual al préctico pasando por la racionalidad légica, metodol6gica, gnoseoldgica, ontologica y evaluative, estarfan los que lama Bunge, de modo’ exagerado, por un lado irracionalistas y defensores de la imprecision, como Feyerabend, y, por otro, los ra- cionalistas a medias 0 parciales, como es el caso del racionalismo Critico de Popper. Sin pretender polemizar en este punto, si que conviene subrayar que a veces la insistencia en la exigencia de ra- cionalidad en el método cientifico hace perder de vista y no reco- nocer que existen otros factores muy variedos que pueden influir en la investigaci6n cientifica y que de hecho han influido. A este Tespecto, Fopper, nada sospechoso de no admicir la racionalidad en Ja ciencia como’ exigencia metodoldgica, aunque se trate de una racionalidad critica, reconoce la dificultad y a veces la impostbili- dad de eliminar los intereses extracientificos dentro de la investi- gaci6n cientifica de cualquier campo, tanto fisico-natural como so- vial, y ly que varaterize ole clencia es precieuuente distingulr los ‘intereses que no contribuyen a la bésqueda de la verdad y el interés puramente cientifico por 1a misma. Popper que apoya la 16- gica de la investigacién més que la historia, psicologia 0 sociologia del conocimiento, afirmara que "el clentifico objetivo y libre de valorco no co el ‘olentifico ideal"'®, Por consigulcnte, el rigor 7 la exigencia de racionalidad debe hacerse compatible con 1a admisi6n de otros factores (valores, intereses, decisiones, etc.) que afectan @ cualquier programa de investigaci6n con tal de no caer en un es- cepticismo radical que impedirfa distinguir el saber del no saber, del soudoraber y dol somissbor. Admitir 1a oxigoncia de racionall. dad en la clencia es un hecho ineludible; quizés donde esta el pro- blema es en elevar el concepto de racionalidad a la categoria de dogma que conduce a calificar a quienes no comparten 1a misme idea de racionalided de irracionalistas, metodoclastas 0 irresponse- bles intelectualmenta. Compartiriamos Ia tesie de Bunge cuands afirma que la racionalidad metodol6gica es el motor més poderoso de la investigacion ya que toda investigacién comienza dudando y criticando y termina probando (confirmando 0 refutando)"®. Como el propio Bunge decia en otro lugar, la investigacién cientifica es me- tOdica. no errdtica, es decir, de acuerdo con la tesis cartesian acerca de la necesidad del método para la basqueda de la verdad, 18 Popper, KR. La Logica de las ciencias sociales. pig. 111. 19 Bunge, M. Racionalidad y realismo. Madrid, Alianza, 1985. pag. 19. La unidad del método cientitico 49 las ciencias no tantean en la oscuridad, como dijo Kant que le ha- bia ocurrido @ la metafisica desde el comienzo, sino que planifican y ordenan su investigaci6n“, No obstante, es justo reconocer que ‘también admite el cardcter de perfectibilidad de las reglas del mé- todo de mode que cuando se plantea le eaigeucia Ue ula siayur ra cionalidad y objetividad debe haber libertad para cambiarlas*'. Si la racionalidad metodologica de la ciencia exige no convencer de cualquier manera sino a través de elementos de juicio I6gicamente aceptables, podemos concluir, como dicen Cohen y Nagel, que el método de la ciencia es més estable que cualquier resultado obte- nido por su mediacién, puesto que toda proposicién formulada por la ciencia es cuestionable y verificable, la ciencia se autocorrige y no pretende la infalibilidad porque no hay nada intrinsecamente in- dudable, y si lo hubiere, a eso no se le podria llamar propiamente conocimiento, sino tal vez mejor sabldurta, La sistematicidad del conocimiento, objetivo fundamental de la utilizaci6n del método cientifica, consiste en la organizacién y or- denacién de las ideas en un conjunto de proposiciones 0 teorias, ya que las proposiciones aisladas no constituyen una ciencia, sino que proporcionan Gnicamente una serie de informaciones vagas e impre- cisas, més derivadas del sentido comdn, del conocimiento vulgar y de una experiencia inmediata que de una organizacion conceptual, de una exactitud en la informacién y de una reflexién, requisitos todos de la sistematicidad de la ciencia. Si para Popper la ciencia 8 sentido comun ilustrado, para Bunge es algo més, porque 2 ) los problemas cientificos se formulan de modo claro, b) la ciencia de- fine ‘1a mayoria de sus conceptos, 0) orca longtojco artificiales y simbélicos, y d) procura medir siempre y registrar los fenémenos”, La ordenacién y organizacién de los conocimientos no excluye, an- tes al contrario, el cambio de teorias, porque esto es indicio de que la ciencia va concretando y legando al ideal a través de suce- sivas correcciones de observaciones y razonamientos anteriores. Una ciencia debe constituir un sistema de proposiciones en favor de los cuales surgen répidamente elementos de juicio valiosos. El carécter sistemético de las proposiciones cientificas de mayor grado de pro- babilidad a las proposiciones individuales de una ciencia. Por Gltimo, entre las estrategias utilizadas para el logro de la racionalidad 'y, sobre todo, de la sistematicidad, se propone fre- cuentemente la verificabilidad, mediante la cual se someten a Prueba les soluciones propuestas para los problemas que se plan- teon, porque en definitiva, el método de las clencias consiste en 20 Bunge, M. La ciencia, su método y su filosofia. pag. 24. 21 Ove. pags. 20-27, 33, 4/ y 02. 22 Occ. pags. 21-22. » Jestis Martinez Velasco buscar soluciones a sus problemas y cuando alguna de ellas no es accesible a la critica objetiva hay que excluirla y si es refutada por la critica hay que buscar otra. No es el momento de entrar en polémica acerca del sentido de la verificabilidad en contraste con 1 criterio de Faleabilidad quo propone Popper a rai7 de las versio- nes que sobre el problema ofrecen el mismo Popper, Lakatos, Kuhn y, Feyerabend. Quienes no aceptan como criterias de verdad obje- tiva ni el gusto, ni la consideracion de un conocimiento como og- mético, ni la evidencia, ni lo que parece conveniente, tienden a aceptar la verificabilidad como caracteristica hAsica del conoci- miento clentifico. Como dice Bunge, para que un conocimiento cientifico sea tal no es jo que sea verdadero, pero si, en cambio, que sea verificable™, Para Popper, sin embargo, el metodo de buscar verificaciones seria el método de la seudociencia, seria tun método acritico, porque, a su juicio, el proponer teorias infalsa- bles, como decig Lakatos, seria contrario al codigo de honor cient{- fico’ popperiano”. Popper habla més de contrastabilidad (Falsabili- dad) que de verificabilidad®’. La razon es que, para Popper, 1a ciencia, en contra de Kuhn, es un estado de revolucién permanente y 1a critica ol nGcleo central de toda investigacién, porque tada teoria es susceptible de critica y el conocimiento consiste sélo en tentativas 0 propuestas provisionales de solucién, de modo que el método cientifico s6lo puede colaborar en la elaboracion de hipove- sis que aun después de haber sido contrastadas con la realidad ex- Porieneial mantionon un carécter de signo tentative aun en el caso de que hayan superado gran nimero de pruebas. Hay que decir que serie un error suponer que la ciencia niega la verdad de todas las proposiciones no verificadas, porque, como sefialan, Cohen y Nagel, To que no se verifica hoy, puede verificarse mafiana y, como decia Kuhn, cobrovivicron teorfas que habfan sido refutadas. Todo ello, quiz8s, porque la naturaleza misma del método cientifico impide la confirmacién final de las hipdtesis fécticas, ya que con frecuencia no nos precavemos contra la falacia de la’ seleccién en el sentido de que si hemos elegido una hipétesis para que la confirme un conjunto de cccce, no tonomos garantia do que soré confirmada por otros casos, con lo cual la verificacton no puede constituir una prueba de la hipbtesis elegida. Pero, ni que decir tiene que el mo- mento més creativo del proceder cientifico es el de la formulacion de hip6tesis. Ahora bien, este espiritu creador no surge de la nada; procede de una actitud previa de extrafieza y admiracién, como Btame = 24 Lakatos, I. Historie de la ciencia y sus reconstrucciones racionales. Ma- drid, Teenos, 1987, nota 34 de pig. 2 25 Popper. K.R. La légice de Ia investigacién cientifica.pag. 48. La unidad de! método cientifico st decia Aristételes, ante los hechos de nuestra experiencia de modo que los acontecimientos més ordinarios y comunes aparezcan con caracteres relevantes de tipo problematico. El hecho de plantearse una’ dificultad o captar un problema alli donde la mayoria de la gente pasa por alto es signo, segiin Cohen y Nagel, de "genio cien- tifico" El conocimiento arranca de la conciencia socrética de la ignoran- cla, pues cuanto mas conocemos més sabemos que no sabemos y ‘més tendemos, por tanto, a eliminar ese vacio de saber. El cono- cimiento no tiene su origen en los hechos, en los datos, sino en lo que Popper llama la tensi6n entre el saber y el no-saber, en el descubrimiento de una posible contradiccién entre nuestro supuesto conoctmiento y los supuestos hechos””. Pues bien, las hipotesis no son més que tentativas de solucion ante un problema que hemos captado en una situacion conocida, formuladas en sentido proposi- cional. Su funcion es orlentar la bésqueda del orden en los hechos desde los datos y el conocimiento previo que tenemos de los mis- mos. Pero no se puede decir que existan reglas infalibles ni para el descubrimiento de nuevos hechos de aspectos significativos de los mismos ni para la invencién de hip6tesis o teorias que aseguren la eficacia de 1a investigaciGn, es decir, que sean relevantes, puesto que a veces una hip6tesis presenta tal relevancia que luego es Meowentide pur une luvestigacion posterior. La relevancla de una hipotesis con respecto a un problema dependera de su implicact6n, es decir, de su desarrollo deductivo, como condicién indispensabl para el procedimiento cientifico, ya que de aqui se podré llegar a tuna decisién acerca de si explica 0 no los hechos considerados. Ahora bien, el hecho de que mv eaistan 1eglas fundades para la creacién de hipétesis, no implica que el conocimiento cientifico proceda de forma errética, lo que ocurre es que no hay un s6lo camino para la formulacién de hip6tesis, sino que depende de la sagacidad de quien las formula y de su imaginaci6n, con tal de que, en efecto, supongan tcorias diferentes, Por lo tonto, las hipo- tesis, no depende de los hechos, sino que’ son inventadas para su interpretacion. Un hecho requiere una nueva interpretacion cuando se ha descubierto en 6! una dificultad inexplicable desde el nivel te6rico precedente. La ciencia debe estar dispuesta a abandonar tuna teorfa cuando los hechos ast lo exijan. Se produce, de cata forma, una tensién entre 10 que Kuhn Iamaria pensamiento conver- gente y divergente, clencia normal y revolucionaria, entre disposi- cién a cambiar de’ teoria y obstinacion a aferrarse a ella. La in- vencién de nuevas hip6tesis es, pues, mAs un asunto psicolégico que 26 Cohen y Nagel . 0.0. pag. 17. 27 Popper, K. R. La légica de las ciencias sociales. pig. 102. 52 Jess Martinez Velasco logico, aunque, como es obvio, se podrien esteblecer reglas que fa ciliten su formulaci6n, bien entendido que muchas veces el investi- Bador no tiene conciencia del procedimiento que na seguido para ia misma. Uno de los requisitos bisicos de toda formulacion hipotética es la contrastabilidad de sus deducciones, es decir, suministrar elementos de juicio satisfactorios para eliminarla. Toda hip6tesis asf fundada no traspasa los limites de la probabilidad, aunque de entre las disponibles sea la mejor porque nos permite inferir una gran variedad de proposiciones verdaderas. Ast pues, en el campo de las ciencias naturales donde se utiliza la inferencia probable el trabajo consiste en elegir 1a hip6tesis més probable de acuerdo con Jos elementos de juicio fécticos, ya que no basta equi la coheren- cia logica para establecer una verdad, como ocurre en las cienclas formales, sino que es necesario pasar ‘por las pruebas de contrasta- cién para decidir acerca de la verdad de un enunciado empfrico. Nos hallamos ante una diferencia fundamental entre demostraciGn y Contrastacién; aquélla es completa y final, ésta es provisional. y temporal. Por otro lado, dentro mismo del campo de la ciencia na~ tural hay que distingulr los soportes empfricos y_racionales (cientificos. y objetivos) de las hipétesis cientificas, de aquellos otros psicoldgicos y culturales (extracientificos e individuales) que introducen mérgenes relevantes de subjetividad porque, de acuerdo con Habermas, la clencia no solo social, sino también natural, es. axloldgicamente neutral y, como: sefiala Popper, 1a neutralidad valorativa que se pretende asignar a las cienclas naturales supone luna mala comprensién del método cientifico-natural y se spoya en el mito de la objetividad cientifico-netural. Para Popper, ésta no va més allé de la tradicion critica capaz de ir contra un dogma dominante a pesar de las resistgnclas que se imponen para que pe- etre cualquier idea innovadora®. La clencia ni debe aferrarse con tenacidad a las viejas ideas, porque iria en contra de la investiga~ cci6n,productora, ni tampoco debe apuntarse sin més justificacién a cualquier novedad por el mero hecho de representar un cambio, El método cientifico, dentro de los mérgenes de flexibilidad que se autoimpone, debe’ posibilitar el libre ejercicio de la investigacién introduciendo criterios de control sobre las decisiones. subjetivas para Hegar a lo que tal vez de forma exagerada afirman Coben y Nagel, a saber, que "el método cientifigo es la Gnica manera efec- tiva de fortalecer el amor a la verdad". Aparte de las hipétesis, otro elemento que juega un importante papel en el campo de Ia ciencia son los axiomas, fundamentales en la matemética y de gran utilidad en algunos sectores de la fisica. 28 Oa. pigs. 105-110. 29 Cohen y Nagel. o.c. pig. 245, La unidad de! método cieatifico 53 Estos axiomas constituyen verdades incuestionables que no necesitan ‘ser objeto de experimentacién, por lo que su carécter fundamental es el de una convencién admitida. Su utilidad para la clencia esté en funcién de lo que pueda ser deducido de ellos y de ahi que ya Einstein lamara la atencion sobre la necesidad de su ndmero redu- cido y de su carécter lo més simple posible: "Las leyes y los con- ceptos fundamentales que no sean ya reductibles a otros constitu- yen una parte indispensable de la teorfa, aunque escapan a deduc- cién racional. La finalidad suprema de toda teorfa es lograr que tales elementos fundamentales irreductibles leguen a ser lo més simples y poco numerosos posible, sin perdida de la representacion adecuada ni aun de la menor caracteristica de 1a experiencia"™. Pero existen otros conceptos sobre los que conviene reflexionar cuando se aborda el tratamiento del método cientifico, como son los de explicaci6n, prediccion y experimentacion. De acuerdo con Nagel hemos efirmado més arriba que el objetivo prioritario de la empresa cientifica es proporcionar explicaciones sistemsticas y adecuadamente sustentadas, factibles para sucesos individuales, sucesos recurrentes, regularidades invariables y regula- ridades estadisticas’’. Pero, iqué significa explicer? Sin querer ago- tar en este momento un tema sobre el que més adelante volvere- mos al tratar de sus relaciones con la comprensién, si conviene aclarar qué co entionde por oxplicar deeds el punto do vista de lao exigencigs metodoldgicas de la ciencia. En una primera aproxime- cl6n, podemos decir que explicar es describir y hacer comprender or ‘que se produce algo, y explicar clentificamente es determinar su causa. También para Popper un problema de ciencia pura es hhoscer Ie explicacién de un hecho, fenémeno 0 regularidad. Explicar fen sentido positivo un hecho significa ponerlo en relacién con otro antecedente de modo que cuanto mas estrecha sea esa relacion Mejor sera 1a explicacion. Asi pues, para que tenga luger una ex- plicaci6n cientifica es condicién indispensable que se hayan estable- ida previamente lor hechos que van a sor objeto de ‘explicacién, pues es evidente que la experiencia no nos ofrece esponténeamente hechos brutos que nosotros nos limitemos @ recibir. Desde Kant casi nadie pone en duda que para la configuracion del objeto de conocimiento se exige tanto la realidad empirica como la actividad ennetrictara del sujeta cognoscente. Pues bien, una vez que se han establecido los hechos, la ciencia pretende conectarlos entre si a través de una serie de proposiciones que se denominan leyes. Asi, Hempel arirma que la expiicacion de la ocurrencia de un hechd 0 ‘On the Method of Theoretical Physics, Oxtord, The Herbert Spencer Lectures. pig. 9. 31 Nagel, E. o.c. pig. 27. 54 Jesis Martinez Velasco consiste en indicar las causes 0 determinar los factores de dicho hecho, 0 10 que viene a ser lo mismo, expresar que segin ciertas leyes 'generales un conjunto de hechos se acompafa regularmenie de otro hecho que es el que constituye el objeto de explicacion Explicar es explicar por leyes, de modo que la explicacién causal es solo una subclase de 1as leyes clentificas. Lo que en realidad se busca a través de la explicacion cientifica es la legalizacién de los fenmenos estudiados, fisicos 0 no, no a través de simples registros de datos, sino poniendo a prueba hipétesis de modo tal que los enunciados legales no son més que hip6tesis no refutadas. Ademés, cl varécier de geucralidad que se auribuye a las leyes clenufficas permite la ubicacién de cualquier acontecimiento singular en pautas generales porque se parte del principio de que todo hecho es clasi- ficable y legal. No obstante, la generalidad del lenguaje cientifico no s6lo no aleja de la realidad, sino que se considera que es la mejor forma de edentrarse cn lo singular, Tempel distiogue cure el modelo nomolégico-deductivo de explicacién y el probabilistico- inductivo. Aquél trata de explicar el por qué de lo ocurrido, éste se limita a justificar expectativas y a hacer predicciones; ‘no se trata, por tanto, de un modelo propiamente causal. En parecidos términoe co monificota también Popper’? quica, al iguol que Hom pel, distingue en toda explicacion causal, por un lado, las proposi- clones universales con carécter de leyes’generales y, por otro, las proposiciones especificas relativas al caso especial en cuestién, Mamadas condiciones iniciales. En efecto, la explicacién es siempre tina tearia a sistema deductive que permite explicar lo que hay que explicar (explicandum) relacionéndolo con otros hechos (condiciones iniciales). Dice textualmente: "Dar una explicacién causal de cierto suceso significa extraer deductivamente un enunciado (que llamare- ‘mos prognosis) que describe dicho suceso, utilizando como premisas dela desinccién clertas. leyes universales junto. con ciertos ‘especificos 0 singulares que podriamos ‘denominar condiciones. ini- ciales"™. De aqui se deduce que las diferencias entre explicacién y predicciéa son iiniuas y, en palabras de Hempel, de cardcter més bien pragmético que estructural. En el caso de la explicacién el 32 Hempel, C.G. La explicaci6n cientifics. Buenos Aires, Paidos, 1979, cap. IX en especial el epfgrafe 2. 33 Popper. K.R. La sociedad abierta y sus enemigos. Buenos Aires, Paidos, 1981. pag, 663 (nota 7* del cap. 25). 34 Ove. pig, 424, El miamo Popper en La Nigica ve las citucias suciales Wives “EI esquema légico basico de toda explicacién radica, pues, en una inferencia légica deductiva, cuyas premisas estin constituidas por la teoria y las condi- ciones iniciales y cuya conclusion es el explicandum". pig. 115. Véase tam- bin Popper, K.R. La légica de la investigacién ciemtifica. pags. 57 y ss. La unided del mévodo cientifico 55 acontecimiento final ya ha ocurrido y nos preguntamos porqué ha ocurrido lo ocurrido, es decir, buscamos sus condiciones determi- hoantes y tratamus, como dice Yon Wright,.de buscar la conexi¢n némica entre factor-causa y factor-efecto™% en la prediccién, lo dado son. las condiciones iniciales y Io que dehe husrarse son’ ss efectos. Los conceptos de causa y de efecto deben entenderse no en el sentido de la causalidad ontol6gica, sino més bien en sentido Inusnany, donde la Conexion plerde el sentido de ta necesidad y se convierte en probabilidad. Cuando se afirma que la ciencia es pre- dictiva nos estamos refiriendo a un nivel de trascendencia del conjunto de hechos de experiencia. La prediccién mira al futuro en base al conjunto de leyes expresadas en enunciados nomolégicos que ‘nos permiten hacer predicciones de acuerdo con la indole de cada uno. Pero tanto en las explicaciones como en las predicciones cuando hablamos de hechas nos estamos refiriendo no. aconteci- mientos Ginicos irrepetibles, sino a clases de acontecimientos, pues, como dice Hempel, es imposible dar una explicacién completa de tun hecho individual al no poderse agotar la descripcion de las pro- pledades exhibidas por la teorfa, el tiempo y el objeto implicado™. La prediccién ex una forma adecnada para poner a pripha tas hips tesis, lo mismo que ocurre con el experimento, de abi que la fine lidad ms. importante de la experimentacién sea, a juicio de Pop- per, la seleccién de hipotess que han superado bien los experimen- tos'o la eliminacién de aquéllas que no los han superado. Por eso nna ley general a sna hipstesis universal es, de acuerdo ‘con Hem- pel, "un enunciado de forma condicional universal que puede, con- firmarse 0 rectificarse por hallazgos empfricos adecuados"””. Sin embargo, Popper agrupa las ciencias en dos grandes apartades: el de las ciencias generalizadoras y el de las ciencias histéricas con intereses especificos. Las primeras centrarfan su atencién on Ia vo- rificaci6n de hipétesis universales y las segundas se interesarian en los hechos especificos y su explicacién. Si Hempel dice que en las explicaciones historicas falta una formulacion completa de leyes generales porque son muy complejas y Popper afirma que porq son triviales, Dray en Laws and Explanation in History: diré quo. ni por su complejidad ni por su trivialidad, sino porque las explicacio- nes histéricas no se fundan en leyes. generales; en los tres casos se one en tela de juicio el ideal positivista de la unidad de la cien- cia y del método cientifico, por eso, la filosofia hermenéutica, 35 Von Wright, GH. Expiicacion y comprensién, Madrid, Alianza, 1979, pig. 102. 36 Hempel, C.G. o.c. pag. 235, 37 Occ. pig, 233. Un anilisis mas detallado del concepto de ley en pigs. 265- 279. 36 Jests Martinez Velasco como afirma Von Wright, defiende el carécter sui generis de los métgdos interpretatives y comprensivas de las clencias del. espi- ritu®, Dejando para més adelante el debate sobre esta controvertida cuestiGn conviene sefialar que la ciencia en dltima instancia no as- pira a explicar sucesos.particulares sino més bien a subsumir toda Ia compleja realidad factual bajo una serie de leyes lo més. fiables posible. Més_airiba hemos dicho que le caplicacién causel 9 s6lo tuna de las formas de explicacién adoptada por la ciencia. Existen otras, a algunas de las cuales ya hemos aludido, como el modelo deductivo-nomol6gico, las explicaciones estadisticas, las explicecio- nes teleologicas y las explicaciones genéticas™. 2) El modelo deductivo-nomolégico es un tipo de explicacién en que lo que hay que explicar (explicendum) es una consecuencia I6gicamente necesaria de las premisas explicativas o base de la explicacién (explanans). Estas premisas expresan, pues, una condi- cldn suficiente de la verdad del explicendum. Es evidente que la explicacién causal obedece a este modelo que, por lo general, ha sido adoptado como el paradigma de toda explicacién genuina. Ahora bien, segtin Von Wright, les explicaciones causales que atienden a ‘condiciones suficientes no resultan directamente rele~ vantes para la investigacion historica y social“ porque, como el propio autor sefiala més adelante, la explicacién de acontecimien- tas histéricos consiste a menuda simplemente en sefialar uno a varios acontecimientos previos considerados causas contribuyentes. De ahi que haya que disociar la causalidad en el Ambito de la naturaleza y en el ambito de las ciencias humanas, es decir, existe un predeterminismo (0 predecibilidad) y un post-determi- nismo (o inteligibilidad). Las. acciones histéricas se explicarian ex ‘post facto, habrie, pues, no un predeterminismo, sino un postde- terminismo. b) A las explicaciones probabilistas o estadisticas ya nos hemos referida mas arriba. Se dan cuianda las premisas explicativas enn~ tienen una suposicién estadistica acerca de algunas clases de elementos y el explicandum es un enunciado singular acerca de determinado individuo de esta clase. En consecuencia, 1a implica~ ‘Be Von Wright, GH. oc. pag. 53. 39 Nagel, E. o.c. pig. 27-36. Véase también el cap, XII de o.c. de Hempel donde ee mantiene Ia miema tipalogia con ligerse varianter. El medela de ex~ plicacién causal al que ya nos hemos referido esta expuesto por Hempel en la misma obra, pigs 249-252, 40 Von Wright, G.H. 0.c. pags. 162-63. La unidad del método cientifico 57 ci6n entre explicans y explicandum no es tormal, sino probable". El objeto de las explicaciones probebilistices es ‘un hecho indivi- dual en base aun conjunto de seontecimientos cuya unién se es- tablece por una hipdtesis probabilistica de 1a que resulta que con ocasién de un conjunto de acontecimientos es probable que ocurra un hecho individual. ) Las explicaciones teleologicas 0 funcionales adoptan la forma de Ia formulacién del papel instrumental que desempetia una ac- ccién al lograr cierto objetivo. La explicacién se hace, pues, indi- eando 1a funcion de uguello que es ubjeww de eaplivaion. Se trata de una explicacién finalista. 4) Las explicaciones genéticas son aquellas en las que se procura explicar las caracteristicas del conocimiento de un objeto descri- Biendo Ie mencra como dicho conocimiento ha ovolucionado a partir de otro anterior. En definitiva, cOmo se pasa de un cono- cimiento a otro del cual el primero constituye su génesis. Nos hallarfamos ante una epistemologia genética cuyo signo de identi- dad més importante es estudiar c6mo aumentan los conocimientos doode el punto do vieta individual hict6rico-critice en cualquier campo de la realidad que sometamos a Investigacion, es decir, ‘e6mo se pasa de un conocimiento inferior a otro superior. No es el caso de profundizar més en la estructura lgica de cada uno de estos tipor de explicacién parque trasciende el abjetiva primordial del presente trabajo y si los hemos mencionado ha sido porque de esta forma se podré entender mejor el tipo de explica- Clones que es capaz de llevar & cabo lu ciencia hist6rico-social. 3. Clasificacién de las ciencias: clencias naturales y humanas Tanto a niveles intelectuales como vulgares sigue admitiéndose hoy ea dia una tendencia manifiesta por la texonomia, que reper- cute incluso en la organizacién de las propias universidades, tanto a nivel de. ensefanza como de investigacién. Como sefiala G. Bueno, dada la importancia que ha adquirido la ciencia en nuestros dias y el significado de clentificidad a la hora de repartir presu- puestos estatales y privedos, se comprende la trascendencia que tiene la definici6n’ gnoseol6gica de lo que es considerado ciencia y que va més allé del interés académico. Por ello muchas disciplinas se afanan en ocupar un puesto dentro de la clasificacién de las clencias hasta el punto que, recordando a Ortega, considera como ‘Hempel, C. 0-6, pags. 374-399, 38 Jestis Martinez Velasco tema tilosotico ‘de nuestro tiempo’ el distinguir Jas ciencias de las ciencias ficcién, teniendo en cuenta que la mayor parte de las ciencias ficcién se reclutan entre las ciencias humanas’, En el decurso de la clencia en general han existido dos grandes tendencias opuestas que se han manifestado de forma diferente en Jas distintas epocas: 1a tendencia a la integracion de los conoci- mientos en una unidad sistematica, por un lado, y la tendencia de la diferenciacion de los mismos y a su ulterior ramificacion en dis- tintas ramas del saber. Podrfamos decir que hasta la Edad Media ha predominado 1a primera y a partir de le segunda mitad del s. XV, won cl uavimicuty de Tao vicuvias uaturales, hasta le segunda mitad del s. XIX, la segunda, Hoy ambas tendencias opuestas man- tienen una relacién de interdependencia. F. Engels ha distinguido tres etapas en el curso general del conocimiento: a) la etapa con- templativa, en la que predomina la tendencia integradora, coincide, como ya hemos epuntade, con los orfgencs de le. filosofta, donde clencia y filosofia estén intimamente unidas. Los filésofos griegos ‘més antiguos eran 'fisi6logos' 0 naturalistas. La naturaleza consti- tufa un todo en el que el anilisis 0 desmembracién no habia ope- rado. Las ciencias naturales estaban constituidas por la filosofia la disciplina quo integraba ol saber. Hasta précticamente el final de la Edad Media, salvo momentos esporédi- 0s, como en el perfodo alejandrino, en ‘el que se produjo la sepa- racion y diferenciacion de matematica, mecanica y astronomia, las ciencias constituyeron un conjunto. sisteméticamente unido. b) la segunda etapa esth constituida par el andlisis y enya caracteristion fue la diferenciacion de las ciencias a partir del Renacimiento ‘como consecuencia de las necesidades de produccién que se fueron generando en la sociedad capitalista, La coutemplacin directa de Ta naturaleza dio paso al método de andlisis que permiti6 diferen- ciar el todo de la naturaleza que hasta entonces habla aparecido ‘como indivisible. Se produjo entonces como consecuencia de las di- ferentes reas de investigacién una ruptura metafisica. A través de este método se pudo entrar en el conocimiento de las particulari- dades de la naturaleza, sin cuyo conocimiento quedaba impreciso el cuadro de la misma. El resultado del predominio de este método fue Ia desconexi6n y falta de enlace entre las diferentes ciencias. Esta tendencia a la diferenclaci6n, aunque en principio iba en con- tra de una pretendida integracién del saber, al mismo tiempo origi haba la tendencia hacia su integracién. Esta etapa cubre el periodo del Renacimiento hasta la segunda mitad del s. XIX. c) a partir de ‘Bueno, G. Onoscologia de Ins ciencias humanas. Actas del Primer Con- greso de Teoria y Metodologia de las ciencias. Oviedo, Pentalfa edi 1982. pag. 316. ©” La unidad del método clentifico 59 este momento surge de nuevo hasta nuestros dfas un proceso sinté- tico de integracién, de reconstrucci6n sintética de le naturaleze en conjunto, mediante el descubrimiento ‘del enlace orgénico interno entre todos sus fenémenos, entre todos sus campos. La puesta de todas las ramas del conocimiento en un sistema correcto segin co- nexiones internas es la tarea de la clasificacién de las ciencias, li- gada estrechamente con la comprensién de la esencia del conoci- miento cientifico, de su objeto y de su método, sus fuentes, sus fuerzas motrices 'y los objetivos finales de aplicacién de sus’ resul- tados. EL hecho incluso de que todavia se siga manteniendo 1a division de las ciencias en formales y factices indica hasta qué punto la dualidad "res cogitans"/"res extensd" no se ha logrado todavia supe- rar plenamente. A cada uno de estos campos se les asigna objetos y métodos diferentes. Digamos que si las ciencias facticas se refie~ Ten a sucesos y procesos, las clencias formales consisten en rela- ciones entre signos. Y respecto al método, las ciencias formales usan de la logica para demostrar con rigor sus teoremas, y las ciencias fécticas, para confirmar sus conjeturas, usan de la obser- vaci6n y el experimento. Sin embargo, a pesar de esta diferencia cién objetiva y metodologica resulta dificil sostener una estricta diferenciacién entre pensamiento y realidad, ya que ambos niveles festfin fntimamente interrelacionarios, In enalna ohsta para que, aun partiendo de una unidad metodolégica bésica se utilicen estrategias y técnicas distintas en cada campo de estudio. Pero no va a ser esve el tema que nos va a ocupar a concinuacion, sino otro no me- nos polémico y tal vez de més dificil solucién, cual es la. confron- tacién entre ciencias de la naturaleza (Naturwissenschaften) y cien- cias de la cultura o del espiritu (Kulturwissenschaften 0 Geiteswis- senschaften), distincién que procede de Windelband. Dejaremos. de lado la clencla formal logico-matematica que, por su especificidad metodologica, constituye un émbito claramente diferenciado del resto de las ciencias. Desde el positivismo se establecieron unos criterios metodol6gicos que constituyeron el soporte bésico de cualquier investigacién cien- Ufive: unidad de meéwde, explivacion causal mediante leyes yeu rales e ideal matemético de la ciencia. Las ciencias naturales cumplfan exactamente este ideal metodol6zico v era natural aue. desde este criterio restrictivo, las Gnicas ciencias merecedoras de tal nombre era la subclase de las fisico-naturales, quedando Ia sub- ase de lao cieucias sociales relegada al éuiblty Ue las precleuctas y @ veces incluso de las seudociencias. Parece de justicia reconocer ‘ue el grado de desarrollo alcanzado en la repGblica de las clencias por la subclase de clencias naturales supera extraordinariamente al ue de forma simulténea ha logrado el subconjunto de ciencias so- 60 Jestis Martinez Velasco clales. Sin embargo, ‘el problema que provocé esta division tal vez hoy no tenga una justificacién plena. Para Habermas existe un ce- pitulo general de cienciss empiricas que va mucho més alla del Gmbito de las clencias naturales y alcanza sectores como el de la psicologfa, economia, sociologia, ciencia politica, la misma lingots- ca, CUy0 proposito’ es ,examinar hipotesis legaitformes acerca de regularidades especificas™. La conciencia cientifista parece querer abandonar la diferencia de enfoques metodol6gicos, aunque intenta subsumir las ciencias so- ciales en el marco sefialado por las ciencias empfrico-analiticas na- turales, y se introduce un nuevo Capftulo fiel & las viejas tradicio- nes, como es el sector de las ciencias. hist6rico-hermenéuticas. Popper, como ya hemos sefialado, se opone a lo que llama el err6- neo y' equivocado naturalismo y cientificismo metodolégico que exige que las clenclas sociales aprendan por, fin de las clencias de Ja naturalcza lo que co método clentifico™. Se manificsta, —pucs, enemigo de separar, en funcién del método, las. ciencias naturales de las ciencias sociales. Estas, como aquéllas, deben asumir como proceder bésico en la investigacién cientifica la critica, el método critico, cuyo objetivo prioritario es el rechazo de un conocimiento abcolutamente coguro y la acoptacién do un caber conjotural © hi potético. Lo importante son los problemas, es decir, la tension en- tre conocimiento © ignorancia, aunque, como dice Adorno, tampoco Conviene hipostasiar los problemas y hay que centrar més la aten- cién en las soluciones que se proponen con tal de que cualquiera de ellas soa susceptible de critica, de lo contrario, no puede considerada de clentifica. Junto a la critica, el predominio de la teoria y de la especulacién sobre la observacién constituye otro momento principal del metodo de investigacion, y por lo que res- pecta al conocimiento social, Adorno lo considera momento ineludi- ble'®. La ciencia es, para Popper, no posesion de la verdad, sino basqueda incesante, critica, Pues bien, este es el método cientifico que se debe aplicar a las ciencias sociales y humanas. Hay, pues, Para Popper un monismo metodolégicu en lus terminus expuestos y 1n0 tal como lo defendi6 el positivismo y neopositivismo, de ahf que admita la imposibilidad de probibir v anular al cientifico sus valo- raciones y que no considere cierto que sea més dificil encontrar la neutralidad valorativa en el campo de la investigacion social que ‘@ Habermas, J. La logica de las ciencias sociales. Madrid, Tecnos. 1988. pg. 81. 44 Popper, K.R. La légica de las ciencias sociales. pag. 104. 45 Adorno, Th. W. Sobre Ia légica de las ciencias sociales. (En ADORNO Th. W. y otros La disputa del positivismo en Ia sociologia alemana, pags. 127 y 129). La unidad del método cientifico 61 de la fisico-natural, Asi como Popper no observa una diferencia metodolégica puesto que como é! dice existe un método puramente objetivo en las clenclas sociales al que cabe muy bien calificar de método objetivamente comprensivo o de légica de la situaci6n. Se- mejante clencia social ahjetivamente camprensiva puede ser desn- rrollada independientemente de todas las ideas subjetivas o psicolé- gicas™’, en cambio, Adorno, sf que subraya una diferencia, a su Juicio, Categoriaimente significativa en razon de que si los objetos de la naturaleza no son objetos humanamente 'mediados' y en con- secuencia permiten mayores grados de libertad para elegir el sis- tema categori en las ciencias sociales es evidente que los obje- tos vienen ya de tal manera ‘mediados' humanamente que ellos isos imponen a veces el sistema categorial™, son oDjetos Tuy cualificados. La reacci6n contra el positivismo hizo surgir una nueva metodo- logia, originada, sobre todo en el movimiento historicista, que tom6 el nombre de filosofia hermenéutica y cuyos conceptos més carac~ teristicos son los de significado, Intenctonalldad, comprension e in- terpretaci6n. Pues bi como dice Von Wright, en la encrucijada fim estan dna tendenciae positiviemn y antipnsitiviemn,

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