BERCEO 116-117 1989 Logrojio 7-22
LA EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION
SENTIMENTAL ESPANOLA:
UN REPLANTEAMIENTO*
lar Martinez Latre**
RESUMEN
Este articulo desarrolla el estado de Ia cuestién sobre el género sentimental de los siglos
XV y XVI, contrastando (a visién tradicional de las fieciones sentimentales con las tltimas
‘aportaciones de los especialisias, que intentan definir el estaruto genérico, He subrayado los
aspects formales y temdticos que singularizan estas obras, ¢ igualmente, las circunstancias
socio-cudlturales que las generan. Me he detenido en cuestiones téenicas que afectan tanto a la
‘compositio (el punto de vista narrativo, la forma epistolar...) como a las fuentes e influencias.
También he atendido a otros aspectos que considero preliminares: autorta, variantes en la
denominacién del género, etc. En algunos de los puntes tratados aporto una interprevacién
mds personal, asi en aspectos que afectan a la recepcién y a la evolucién genérica que
componen la serie literaria, y entro en consideraciones sobre algunas obras menos atendidas
por la critica; Questién de amor, Tratado notable de amor o Veneris tribunal.
This article deals with the state of affairs of sentimental literature as a genre in the 15th
and 16th centuries and establishes the contrast found between the traditional views on
sentimental fiction and the latest approaches to it held by specialists who aim at defining of its
generie stand value.
T have underlined the formal as well as thematic aspects singularizing these works, andl
also, the socio-cultural miliew where they grow. I have paid special attention to technical
questions that affect their compositio (narrative, focalizing, epistolar techniques) and to the
question of sources and injluences, I have also contemplated what I considerer preliminary
aspects: anthorship and variants in the naming of the genre.
T come to a more personal approach when dealing with the following critical aspects the
reception and generic evolution of the literary series. At this point, I bring into consideration
literary works that are scarcely part of de general attention of the critics: Question de Amor,
Tratato notable de amor y Veneris Tribunal.
Palabras clave: género sentimental, amor cortés, amor pasién, misoginia, ficcién sentimental
siglos XV-XVI.
Key-words: Spanish fiction, misogyny, novel genre sentimental courtly love, passion love.
*Aprobado 14-9-89.
+ Prof, Titular Literatura Espafiola. Colegio U. Rioja (U. Zaragoza)Me PILAR MARTINEZ LATRE
La bibliografia de los dltimos afios en torno a la ficcién sentimental permite afirmar
que este género literario es objeto por parte de la critica de una profunda revisién y
clasificacién que arrojan nuevas luces sobre sus intrincados problemas. El punto de
partida para cualquier acercamiento a este tema lo constituye la bibliografia de Keith
Whinnom, The Spanish Sentimental Romance 1440-1550 (que aparece cn 1983). Desde
entonces hasta hoy se han hecho nuevas aportaciones sobre este género como: A.
Deyermond (1984), C. Parrilla (1985), J. Oleza (1986). A, Van Beysterveld (1987), M.
Gerli (1989)!. La bibliografia de Whinnom recoge 23 obras, una abultada némina que se
concibe con criterios laxos, lo que le ha permitido incluir obras que comparten, tinica-
mente, rasgos secundarios con el género, como Triunfo de Amor y La coronacién de la
seflora Gracisla®. No hay que olvidar que este género, tradicionalmente y para los no
especialistas, se habia reducido a la consideracién de cinco obras. Una obra de Rodriguez
del Padrén; Siervo libre de Amor, dos obras de Diego de San Pedro: Tratado de Arnalte y
Lucenda y Carcel de amor y dos obras de Juan de Flores: Grisel y Mirabella y Grimalte
y Gradissa.
Si el punto de partida para hacer un recorrido genérico es el corpus de Whinnom,
como he sefialado anteriormente, hay que recordar que el primer deslinde sobre las
ficciones sentimentales 0 «erético sentimentales» corresponde a Menéndez Pelayo, que
acufiard el término y las separa de los libros de caballeria, donde Gayangos las habia
catalogado en 1857. Este critico en su obra Origenes de la novela’ desarrolla un primer
anilisis de sus caracteristicas y fuentes que ha servido como punto de partida para
posteriores y fructiferos estudios. Menéndez Pelayo cataloga 17 obras (aunque considera
cinco marginales), y los pocos estudios de conjunto posteriores, los de Duran y Cvita-
novict, presentan una némina de 7 y 9 respectivamente. Por tanto, insisto en que nos
Debo expresar mi agradecimiento por haberme proporcionado publicaciones de dificil locali
cién a M.* Eugenia Lacarra, y de manera especial a M.* Jestis Lacarra y M.A. Muro por la paciencia
con que leyeron este borrador asi como A. Deyermond cuyas valiosas sugerencias me han ayudado a
matizar mi trabajo y afladirle rigor.
1, WHINNOM, K. The spanish sentimental romance 1440-1550. A critical Bibliography.
London. Gratae Cutler, 1983. A. DEYERMOND, «Las relaciones genéricas de la novela sentimental
espaiiola», Symposium in honorem prof. Martin de Riquer, 1986, Cuaderns Crema, pags., 75-92. C.
Parrilla, «El tratado de amores. Nuevo relato sentimental del siglo XV». En E/ Crotalén, Madrid,
1985, pp. 473-486, J, Oleza, «La corte, el amor, el teatro y la guerra», Edad de oro, V, 1986, Univ.
Auténoma de Madrid, pp. 149-182. A.'Van Beysterveldt, «Nuevo modelo explicativo para la novela
sentimental del siglo XV», ponencia del Congreso de la’A.H.L.M, 1987, Segovia (en prensa). E.M.
Gerli, «Metafiction in Spanish Sentimental Romances» en The Age of the Catholic Monarchs,
1474-1516; literary studies in memory of Keith Whinnom, Liverpool, University Press, 1989, pp.
57-63.
2. Triunfo de amor, obra escrita por Juan de Flores, permanecia inédita y fue exhumada por
‘A. Gargano en 1981, Nos hallamos ante un tratado alegorico sobre el amor, que cuestiona y parodia
los usos amorosos cortesanos y las estructuras politicas que se iban fraguando en el otofio de la Edad
Media, Resulta por lo tanto una lectura imprescindible para la comprensién de la obra de Flores. En
cuanto a La coronacién de la Seora Gracisla estamos ante una obra anénima, escrita en el reinado
de los Reyes Catélicos. La trama narra unos esponsales reales fracasadas, acontecimiento que serviré
de pretexto para presentar los ocios y diversiones de la corte: sus fiestas, desfiles y viajes, en medio
de un preciosismo descriptivo. A. Deyermond me informa de la existencia de una tesis doctoral
inedita de Joseph J. Gwara (1987) el cual atribuye la autorfa de La Coronacién a J. de Flores.
3. M, Menéndez Pelayo, Origenes de la novela, 1, Vil, XIX, XXI (Madrid, 1905-15, Buenos
Aires, Espasa-Calpe, 1946 reimp. en CS.LC. 1962). En 1980 Gargano escribe su articulo «Stato
attuale degli studi sulla novela sentimental y entra en consideraciones genéricas, ateniéndose
fundamentalmente a las obras més conocidas. Ver Studi Ispanici, IV (1979).
4. A. Durdn, Estructura y téenicas de la novela sentimental y caballeresca, Madrid, Gredos,
1973. D. Civitanovie, La novela sentimental espafiola. Madrid, Prensa Espafiola, 1973.EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMENTAL ESPANOLA
hallamos ante una némina fluctuante y, todavia, no cerrada como muestran los hallazgos
de los especialistas mencionados.
Para C. Guillén’, desde el punto de vista del escritor, el género es un concepto
resumen donde se compendian y coneilian los rasgos predominantes de una pluralidad de
obras, autoridades y cdnones. Ateniéndome a los criterios expuestos por Whinnom
pretendo hacer un recorrido por un «corpus» narrativo, cuya némina sigue siendo
discutida, para tratar de conocer su estatuto genérico, Se hard necesario verilicar la
presencia de una serie de formas que desempefarin unas funciones semejantes (per-
sonajes, espacios de la accidn, perspectiva de los relatos, epistolas, etc.) pues «el paren-
tesco genérico depende -como seftala Lazaro Carreter‘ de los usos de unas funcione:
comunes no de meros parecidos tematicos y argumentales. Este acercamiento a la ficcién
sentimental debe hacerse dentro de su propio sistema y ello permite descubrir los rasgos
dominantes que la conforman; pero también hay que poner de relieve la autoconciencia
genérica, los entrecruzamientos intrinsecos y desviaciones con respecto a la asimilacién
de la tradicién, es decir la intertextualidad y la intergenericidad. El autor se instala
en una tradicin y desde ella, gracias a su talento individual, sera capaz de crear, de
singularizarse, sin por ello dejar de participar del horizonte de expectativas que el género
le brinda, lo cual le asegurard su entendimiento con el publico.
Comenzaré por abordar algunos problemas que afectan a la autoria’ y denomi-
nacién de este género. El binomio autor-obra nos exige una reflexion sobre algunas
cuestiones biograficas en las que siguen empeftados los especialistas. La distancia crono-
\égica impone la necesidad de reconstruir la mentalidad, ideologia, atmésfera cultural,
ete., rasgos que coadyuvaron a la génesis y construccién del mundo artistico 0 del
dimaginario» que luego estos escritores proyectan en su creacién. Sin embargo, son pocas
las certezas y muchas las especulaciones en torno a estos autores.
Si tenemos certeza, gracias a las dedicatorias y prologos introductorios, de que estos
escritores pertenecian a circulos cortesanos, Rodriguez del Padrén parece dedicar E/
siervo a su Sefior, Don Pedro ~o segiin Prieto’ don Juan de Cervantes, importante per-
sonalidad de la corte de Juan Il, que llegaré a ser arzobispo de Sevilla. El condestable
Don Pedro de Portugal, a su hermana la reina Isabel de Portugal; Jiménez de Urrea, a su
madre la Condesa de Aranda, etc. Nos hallamos ante una sociedad aristocrética, que
como observaré C. Parrilla~ en la segunda mitad del siglo XV inspira y apoya, con un
impulso potenciado por la aparicidn de la imprenta, al letrado que, como funcionario 0
«palacianoy dedica su actividad a las letras.
5. C. Guillén, Entre lo uno y lo diverso, Introducci6n a la literatura comparada. Barcelona,
Critica, 1985.
6. F. Lizaro Carreter, «Sobre el género literarion, en Estudios de poética, Madrid, Taurus,
1979.
1, Véase las ediciones de K, Whinnom sobre la obra de San Pedro y sus introducciones a la
Cércel de amor, Madrid, Castalia, 1972 y Tractado de amores de Arnalte y Lucenda, 1973. Marquez
Villanueva, «Circel de amor novela politica, Revista de Occidente, XIV, 1966, pp. 185-200. C.
Parrilia investiga sobre la personalidad de C. Juan de Flores, véase la edicién de Grimalte y Gradisa,
Fac. de Filologia, U. de Santiago, 1985, Extracto de Ia tesis doctoral, leida en 1984. J, Oleza (en el
articulo citado en nota 1, pp. 156-58) tras una minuciosa investigacién sitia al personaje protagonis-
ta de la obra y autor de Ia égloga interpolada: Flamiano, en la corte valenciana del quinientos y lo
lentifica con un miembro de una antigua familia nobiliaria impulsora de la cultura cortesana: tos
Fenollet. La trama novelesca se halla vinculada a la corte napolitana, siendo las personas reales de
esta corte de los afios 1508 a 1512 los principales personajes de la ficcién; no obstante seguimos sin
conocer el nombre del autor.
8. En el caso del Siervo libre de amor, cd. de A, Prieto, Castalia, 1979,Me PILAR MARTINEZ LATRE
La misma denominacién del género nos plantea un problema especifico. Son pocos
los criticos que como Samona? discuten su categoria genérica y prefieren hablar de una
tradicién literaria, compuesta por un esquema principal que estaria representado por un
hilo narrativo conductor que ensartarfa un cierto niimero de anillas (nticleos ret6ricos,
sermones, carteles de desaffo, siplicas, debates, epistolas entre amantes, etc...). Pero la
polémica discurre més bien en torno a la denominacién y, por lo tanto, a su adscripeién
genérica, El problema es muy complejo, dada la necesidad de abordar otros aspectos del
tema, me limitaré s6lo a sefialar la confusién nominalista para explicar Iuego mis
preferencias, Los eriticos Krause y Chorpenning” recurren a la denominacién de la época
y adoptan la etiqueta de «Tractado», coincidiendo con los mismos autores de las obras
sentimentales que utilizan, preferentemente, esta denominacién aunque también las
lamardn: «proceso», sdtiran 0 «repeticién». Deyermond y con él parte de la critica
anglosajona recurrir el marbete de romance sélo cuando se expresa en inglés, y hard
unas consideraciones a este respecto, que scrdn asumidas por Sobejano!!. Ambos espe-
cialistas se oponen a la utilizacién del término novela pues creen que deberia dejarse,
Gnicamente, para representar la narrativa realista moderna; pero a pesar de las confusio-
nes a las que se presta dicha denominacién serd utilizada por Menéndez Pelayo, Waley,
Rey, Duran, Ferreras, entre otros, etc.
Una postura intermedia es la que sostiene Rey" para quien si bien la denominacién
de novela no es aplicable a todo el corpus si se puede atribuir a casos particulares. Es
evidente que a la sencillea estructural de algunas obras 0 a su marcado idealismo (Satira
de felice ¢ infelice vida, Repeticién de Amores, Cartas y coplas para requerir nuevos
amores, Veneris tribunal) se oponen otras que se hallan en el camino de la novela
moderna tal y como Ia define Bakhtine", En este sentido Cércel de amor, Grimalte y
Gradisa, Penitencia de amor, Tratado Notable de amor y Proceso de cartas de amor
incorporan en su estructura formas parédicas, colisiones de cédigos, formas dialogadas, y
presentan personajes esféricos, que experimentan cierta evolucién sicoldgica en la fabula.
Todos estos rasgos segiin Bakhtine son el fermento de la novela.
Ante esta diversidad terminolégica me inclino por la denominacién de «ficeién
sentimental, una util etiqueta utilizada por especialistas del género como Whinnom
y Deyermond.
Lazaro Carreter en sus reflexiones en torno al género literario sefiala también,
que es un eseritor genial el que encabeza el devenir del género cuyo origen es conoscible,
y dird asimismo, que el género surge cuando un escritor encuentra en una obra anterior
un modelo estructural para su propia creacién. La obra de Rodriguez del Padrén"' 0 de
la Cémara se erige en la iniciadora del género pues su imitacién se hard patente en los
9, C. Samona, Studi sud romanzo sentimeniale e cortese nella leuertura spagnola del Quatro-
cento, Roma, Carueci, 1960.
10, A. Krause, «El tractado novelistico de Diego de san Pedro», BH, LIV, L952. J.F. Chor-
penning, «Rhetoric and feminism in the Céirce/ de amor», BHS LIV (1977), pp. 1-8.
If! Las opiniones de A. Deyermond aparecieron en el articulo «The lost Genre of medieval
Spanish Literature» (1975) y son reproducidas por SOBEJANO en su articulo «Sobre tipologla y
ordenacién de las ‘Novelas eiemplares’ (articulo-resefia» en HR, 46, (1978).
12. A. Rey Hazas, «introduccién a fa novela del Siglo de Oro», I (Formas de narrativa
idealista) Edad dle oro, 1, Univ, Autonoma de Madrid, 1982, pp. 65 y ss.
13. M. Bakhtine, Esthetique et theorie du Roman, Paris, Gallimard, 1978.
14) A! Deyermond me hace notar que el critico Brownlee (en 1984), discutird el liderazgo
de, Siervo libre de amor, aunque sus argumentos sean muy débiles. Ediciones mancjadas. Paz y
Melia, Sociedad de Bibliéfilos Espaftoles, XXII (Madrid, 1984), Ed. de U. Hernéndez Alonso,
Univ, de Valladolid, 1970, Ed. de A. Prieto, citada en la nota 8.
10EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMENTAL ESPANOLA
autores inmediatos y en sus epigonos. Este género aunque no posee un corpus tan basto,
como ocurrird con los libros de caballerias, abarca un extenso arco cronoldgico (desde
1440), fecha aproximada para la datacién de la primera obra, Siervo Libre de amor, a
1547 en que nos encontramos con el epigono del género: Proceso de Cartas de amor y
Quexa y avisso contra amor, de Juan Segura.
Una obra de la primera etapa y de la que estudios recientes muestran su importan-
cia en la constitucién del género serd Triste Deleyiagion. El primero en Hamar la atencién
sobre esta novela de autor catalan, aunque anénima, fue Martin de Riquer'’ en 1956. Las
razones de su interés las basa el critico medievalista en su fecha de composicién; unas
fechas aproximadas que oscilan entre 1449 y 1467 y que permiten llenar el vacio
sorprendente entre las obras que inician el género y las reconocidas como modelos de
ficciones sentimentales escritas a finales del siglo XV por San Pedro y Flores.
Gerli'* realiza una edicién critica de Triste deleytagién en 1983 y pone de relieve
la complejidad narrativa de esta obra que sabe sintetizar varias tradiciones: de un
lado elementos del amor cortés, del amor ovidiano y de la historia de los dos amantes de
Enea Silvio Piccolomini; de otro la alegoria y el viaje por el infierno de los enamorados a
la manera de Dante, con lo que logra una sintesis propia. Gerli observa, en efecto, que
cuando esta obra parece seguir las convenciones del amor cortés acaba riéndose de é! bajo
el disfraz de su afirmacién definitiva, dejando traslucir un autor implicito que vive en
una sociedad mds pragmatica e interesacia por lo material y que se distancia del idealismo
tan frecuente en estas ficciones sentimentales.
Esta obra refleja la incertidumbre experimental de Las formas narrativas en una
etapa de transicién y ayuda a etender las desafiantes y parédicas obras de Flores,
socavadoras del amor cortés y sus convenciones, También Impey!” subrayard por las
mismas fechas como innovaciones de esta obra: el toque realista, la habilidosa irrupcion
de la vida que combina el escenario idealista y alegdrico del palacio de Cupido con un
ambiente urbano (comida familiar, furtivas miradas por la ventana, intima atmdsfera de
alcoba) o detalles breves de una naturaleza sensorial (la sombra grata de los granados,
ete,),
Otras innovaciones corresponden a la incorporacién de nuevos motives compo-
sitivos: Las dobles parejas de cnamorados y el amor adiltero, cruelmente castigado
con la muerte. Dobles parejas de enamorados, mostrando posiciones amorosas contra-
puestas o antagénicas encontraremos ms tarde en las dos obras de Flores, en la anénima
Question de amor o en Veneris Tribunal.
En fecha muy reciente Carmen Partilla'® edita el Tratado de amores del que sélo
poseiamos noticias parciales. Nos hallamos ante una breve pieza anénima, que ha
Hegado hasta nosotros mutilada. Escrita probablemente hacia 1530 y que presenta algu-
nos de los rasgos que aparecen como definitorios del género sentimental: la narraccién en
primera persona, que dirige a un destinatario o receptor explicito en el relato y la
recuesta amorosa, centrada en el envio de cartas por medio de una mensajera.
15, «Triste deleytagién, novela castellana del siglo XV», RFE, 1956, pp. 33-65. A. Deyermond
(«Las relaciones genéricas de la ficcién sentimental», Art. cit, en la nota 4) informa sobre la
rectificacién propuesta por Martin de Riquer en cuanto a la cronologia, prefiriendo Ia fecha de
1470.
16. M. Gerli realiza un importante estudio en su edicién de 1983, que se edita en Wa-
shington, Georgetown, Existe otra edicién de Robland de Langbehn de la misma fecha.
17, O.T. Impey, «Un doctrinal para las doncellas enamoradas en «Triste deleytacion», en
el Boletin de la Real Academia Espafiola,
18, Art. Cit, véase nota 1.
aMz PILAR MARTINEZ LATRE
Pero la primera obra con [a que inicia su andadura la ficcién sentimental sera
el, Siervo libre de amor". Su «compositioy determinaré en buena medida la estructu-
ra de estas obras. Nos hallamos ante una estructura que podria compararse con un
elaborado mosaico compuesto de teselas 0 pequefias piezas retdricas: alegorias, cartas de
desafio, debates, epistolas amorosas, composiciones potticas, planctos, fiestas cortesanas,
en donde entrarfa el juego, torneos, bailes, ete, ¢ incluso, representaciones dramaticas, 0
momos, como ocurrird en Question de Amor, una ficcién en la que los juegos cortesa-
nos constituyen un importante correlato estructural.
El autor opera en la construccién de estas taraceas 0 mosaicos -segtin Webber!—
por reduccién, que conlleva la concentracién en torno al tema del amor y a la recuesta
amorosa, alrededor del cual giran los demas elementos del relato.
Un importante elemento que singulariza este género se relaciona con la apari-
cién de un original punto de vista narrativo. Nos hallamos ante un narrador en primera
persona actorial y autorial en el que, con frecuencia, se combina el relato autobiografico
y la presencia del narrador testigo con una perspectiva limitada. En ambos casos se logra
el pacto de fidelidad con el lector (del que hablaran Webber y Lejeune™), que resultard
mas emotivo cuando sea el propio protagonista el que desvele su pasién amorosa y sus
firmes deseos de autodestruccién.
Es evidente que en estas obras, tefiidas de un fuerte subjetivismo, se produce
el predominio del interés sociolégico sobre la accién externa, lo cual determina un
universo novelesco que se adectia a los sentimientos del protagonista. Este personaje
revela un yo hipertrofiado, enajenado, que piensa y siente conforme unos valores estable-
cidos por las leyes corteses, entre las cuales se encuentra atrapado. Ni el tiempo ni el
espacio tienen entidad propia, es decir no son capaces de alterar sustancialmente al
protagonista.
EI lector se enfrenta con complicados procesos amorosos en los que viven inmersos
los personajes, que reproducen una época -segiin interpreta Huizinga®— de gran tension
erdtica. Se describen atmésferas luctuosas que exigen ropajes negros, emblemas, sepul-
eros, lagrimas, simbolos del sufrimiento de los enamorados que alcanzan su climax en la
muerte por amor. Este sera un desenlace patético al que se ve abocado el amante cortés,
que vive en un estado de enajenacién que se suele acompafiar de sacrificios rituales: «el
beber las cartas de la amada», como parte de un rito sacramental. Leriano, Cristerno y
Lucindaro realizan este gesto que ennoblece tanto a los amadores como a sus damas. D.
Yndurain* estudia el topos en las obras de La Céircel y en El tratado Notable de amor,
y sefiala el valor polisémico de este rito sacroprofano. Las tragicas muertes generan los
‘planctos» de las madres o amigos (las madres de Leriano o de Mirabella, Vasquiran, las
19, Hay que advertir que de algunos autores carecemos de evidencias a este respecto como
ocurre con el autor de Trisie deleytagién, Martin de Riquer que etribuia su autorfa a Fra Artal
de Claramunt, muestra sus dudas en 1984.
20, Estudios sobre los juegos y representaciones draméticas durante el Renacimiento, véase
Les fetes de la Renaissance, estudios reunidos y presentados por Jacquot, eds. du Centre national de
la recherche scientifique, Paris, 1973 2. Otros estudios J. Oleza sobre la Question de amor. «La
corte, el amor, el teatro y la guerran, art. cit. M. Garcia, «Les fetes de cour dans le roman
sentimental» en Etudes Hispano-ltaliennes, 1987, pp. 34-49.
2). R.H. Webber, «la narrativa medieval: consideraciones estructurales». Actos VIII Con-
greso de la Asociacién de Hispanistas, Berkeley.
22. Ph, Lejeune, «Le pacte autobiographiquen, en Poetique, 1983, pp. 416-434.
23. J. Huizinga, El otofto de la Edad Media, Madrid, Rev. de Occidente, 1977 (1.* ed. 1929).
Véase también sobre este tema J.L. Varela, en La transfiguracién literaria, el capitulo: «La novela
sentimental y el idealismo cortesano», Madrid, Prensa Espafiola, 1970, pp. 1-51
-EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMI
‘TAL ESPANOLA
amigas de Cristerno), todos los cuales muestran su impotencia para detener a los enamo-
rados 0 frenar a los inflexibles padres que actéan con un estricto y rigido sentido del
honor. Pero junto a estas manifestaciones de dolor no exentas de artificio se hallan las
descripciones de fiestas mundanas llenas de colorido en las que entretenian sus ocios esta
nobleza de corte.
En cuanto a la topografia es frecuente encontrar a los enamorados en espacios
adversos donde se retiran en actitud penitencial, adoptando formas de vida ascéticas
(Leriano, Arnalte, Grimalte). Algunas obras poseen comienzos y, sobre todo, finales
efectistas al presentar en estos escenarios abruptos, a unos enamorados que se van
transformando en hombres salvajes**, que viven en un desierto, simbdlico y real, como
les sucede a Panfilo y Grimalte.
Otros rasgos constitutivos que aparecen en el mundo de la novela sentimental
con relativa frecuencia son las cartas de desafio (Arnalte desafia a su amigo desleal
Elierso, Leriano a Persio, Grimalte a Panfilo, si bien este enamorado descreido rechazard
el duelo, etc.) Mas importancia en el desarrollo del proceso sentimental tendra la
presencia de tercerias que colaboran en la recuesta y se encargan de enviar la correspon-
dencia amorosa (el amigo infiel en el Siervo, la madrastra en Triste deleytacion, el auctor
en La Carcel de amor, \a hermana en Arnalte, los criados en Penitencia de amor, etc...),
Si la tematica amorosa la hemos calificado de axial la forma epistolar, una de
las formas més utilizadas por la ficcién sentimental, exige también un andlisis en
profundidad (sinerénico-diacrénico) para poder conocer su funcionamiento y significado,
Versini, Lee Carrol, Vigier® coinciden en subrayar Ia ilusién de autenticidad que
proporciona la carta e, igualmente, la eliminacién de las prevenciones del lector. Estas
funciones refuerzan el punto de vista narrativo de las obras sentimentales.
La carta coadyuva al desarrollo de la recuesta amorosa, pues el enamorado se
halla distanciado fisica y afectivamente de la amada, a la que trata de acercarse. Tanto
‘Arnalte como Leriano, Darino, Cristerno, el Amigo de Triste deleytagién o el esclavo del
Proceso escriben a sus respectivas amadas con la pretension de acercarse a ellas y
conmoverlas. Pero el uso de la epistola tenia, ademds, otras virtualidades como la de
profundizar en la sicologia de los amadores y satisfacer los gustos del lector por las
historias secretas (de aqui que muchas de estas obras se presenten en clave, y sin firmar).
En las ficciones en que el protagonista masculino se erige en modelo de amante
cortés, las epistolas se convierten en objetos sagrados, que representan el espiritu de la
amada, La carta llega a adquirir un significado por si sola, independiente de su contenido,
como transmisora de erotismo.
«Y como la carta de Lucenda a mi poder viese» dice Arnalte -«de grandes altera-
ciones fie el corazén sufridor, y tanto la deseaba que apenas que la tenia podia creer».
Para ei protagonista del Proceso es «Medicina para el mal». Ningin remedio valid tanto
24. D. Yndurain, «las cartas de Laurela, beber cenizas», en Edad de Oro, Univ. Auténoma de
Madrid, n° 111, 1984. L. Romero Tobar, en «De Melusina a Medusina sobre la Quexa de Juan de
Seguran en el Homenaie a Lopez Estrada (en prensa), subraya la pervivencia del tépico en el
liltimo eslabén de la cadena, que revela su deuda con la Carcel.
35. A. Deyermond, «El hombre salvaje en la novela sentimental», Filologia, X, 1964 (1967).
36. Li Versini, «Le roman epistolairen. S. Lee Carrol, Le soliloque de la pasion Jemenine ou
le dialogue illusoire. Jean M. Place, Paris, 1982. F. Vigier. «Fiction epistolaire et novela sentimen-
tal en Espagne aux XVeme et XVieme siecle», Melanges de la casa de Veldzquez, Madrid, 1984,
pp. 229-259,
13My PILAR MARTINEZ LATRE
a Eurialo como una carta de Lucrecia: «Vino a mis manos ur carta, muchas veces la let
yen tu lugar la besé», dira el personaje de Enea Silvio. Darino al recibir la ansiada carta
de Finoya se emociona y se siente cnvuelto en ella con voluptuosidad « Yo te beso carta
que traes razones pensadas det gentil entendimiento de aquella que no tiene compara-
cidn, (..) 0. como huele a los suaves perfumes de quien la embia».
El afin de conmover a la dama, obliga a estos enamorados a la utilizacién de
una determinada «clocution en sus epistolas 6 soliloquios: apéstrofes, interrogaciones
retéricas, ¢ incluso, abundante adjetivacién, en muchas ocasiones antepuesta, que permi-
te la amplificacian y la redundancia («suma beldad», «lacrimosos aios», «graciosas
manos», «abrasado corazén», «dulees favores», «sobrado contentamienton, etc.). Nos
hallamos ante un lenguaje de gran tensidn erdtica que a veces se tifie de neoplatonismo.
Los enamorados repiten y amplifican metdforas en torno al fuego de amor; «Mi brasado
corazén», «encendidas entraiias», «al tiempo que os miré vi vuestros abrasadores ojos
salir tal vivo fuego que mis mismas entrafias abrasé». Este intimismo que proporciona la
carta explica la unidad tonal entre la poesia y la recuesta amorosa.
Desde la primera ficcién sentimental: £/ siervo, la forma epistolar va alcanzan-
do una funcién, cuantitativa y cualitativamente mayor, hasta llegar a la tiltima novela de
la serie, El proceso de cartas de amor que utiliza el intereambio de cartas como base
compositiva. Esta sera la primera obra escrita en lengua romance, que inicia la andadura
en Europa de la novela epistolar, técnica que alcanzaré un amplio desarrollo en la
literatura francesa, especialmente, en el siglo XVIII.
En general, tas ficciones sentimentales comienzan con una carta prohemio que
actiia de marco; también son frecuentes las cartas de desafio. Mi interés se va a centrar
en el intercambio epistolar que genera la recuesta amorosa. Del poder de la carta para
conquistar a la dama tienen conciencia los personajes, Bragaida acusara a Torrellas de
recurrir «a las sotiles embaiadas y muy enamoradas letras» cuando el despliegue de
procedimientos seductores utilizados para «conquerir como: danzas, justas, torneos,
toros, etc., no dan resultado porque las damas se «retraen de tales deportes».
Nos encontramos ante una homologia de reacciones entre la literatura y la vida",
rasgo especifico de Ia novela realista que comparte también en algunas ocasiones, el
género sentimental. El enamorado de Penitencia de amor, Darino, serd animado por sus
criados a utilizar la carta para acercarse a la displicente Finoya; éstos insisten en que
debe ser paciente hasta lograr una respuesta. La respuesta no se hace esperar aunque se
acompaie de las excusas que la mujer tiene que presentar para mantener su dignidad:
«por bien callar en su loco acometimento (...) mira cuanto me abaxo a escrivir a un
ombre que dessea mi desonra, agolo porque tambien escribe ombre a enemigo» (p. 21);
en sus palabras no se oculta el temor de ser ofendida en su honra.
Las primeras cartas de recuesta aparecen en 7yiste deleytacién, En esta obra se pone
de relieve un aspecto temitico de la carta, que Lee Carrol considera consustancial a la
misma: la ausencia moral y sicolégica tanto como la espacial y temporal que existe entre
el destinatario y emisor 0 lo que es lo mismo entre Ia sefiora y ef enamorado. Las cartas
27. Factores extraliterarios seflalados por Kany, (The beginnings of the epistolary novel in
France, Htaly and Spain, Berkeley, Un. of California, 1937) subrayan la importancia que la carta
tenia para el escritor de novelas sentimentales. Este critico observa que su uso proporcionaba al
autor mayor verosimilitud, pues las damas se hallaban celosamente guardadas y muchas veces la
nica solucién posible para comunicarse con ellas estaba en el envio de cartas disimuladas con gran
secreto.
28. S. Lee, Carrol, Op. cit, nota 25.
14EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMENTAL ESPANOLA
ayudan al desarrollo del proceso sentimental entre la pareja de enamorados y los acerca
afectiva y fisicamente. Aunque esta funcién predominante no alcanza los mismos resulta-
dos en otras obras como ocurre en D. de San Pedro.
Una interesante variante de la técnica epistolar la encontramos en Grimalte y
Gradisa y Cuestién de amor, En ambas obras la carta contribuye el desarrollo del debate
y de la intriga, En la obra de Flores asistimos a una disputa privada entre el enamorado y
su dama mientras que en la anénima Cwestién de amor son dos amigos los que discuten
sobre fa intensidad de su dolor y hacen al lector coparticipe del veredicto final, Las
cartas constituyen el vehiculo de focalizacién de una querella, y se erigen, también, en
medio de comunicacién necesario para el desarrollo de la historia.
Hacia el ecuador de Ia serie se pone de moda la correspondencia amorosa. A.
Redondo” demuestra cémo a partir del regreso de Carlos V a Espaiia, después de
sofocado el levantamiento de los comuneros, se renueva con fuerza la vida cortesana y se
reeditan novelas sentimentales. No nos puede extrafiar que las ficciones escritas en el
siglo XVI, acompajien sus recuestas con una abultada correspondencia: Penitencia de
Amor (1514), Tratado de amores (1530), Tratado notable de amor (1540) y que haga su
aparicién en 1522 en pliegos sueltos Las Cartas y coplas para requerir nuevos amores.
Las cartas y coplas para requerir nuevos amores ofrecian a los galanes un modelo
de recuesta amorosa, argumentos sotiles ales como hacer sentirse culpable a la dama,
chantajearla con la enfermedad o la guerra o simulando el exilio y tienen en Piccolomini
su modelo. El conjunto de cartas proporcionaba un itinerario de la seduccién con un
principio y un fin, Pero esta obra no es una auténtica ficcién sentimental, pues falta la
respuesta de la dama y el movimiento narrativo.
El recorrido diacrénico, realizado por A. Deyermond™ ante esta serie literaria, pone
de relieve la conciencia genérica que existia entre los escritores de obras sentimentales
cuya procedencia geogrdfica cra muy variada. Este critico observa como de las cuatro
obras que preceden a la Carcel de Amor", obra cumbre del género, sélo la mas breve:
Tratado e despido de una dama en religidn, incluida en el libro de Las veinte cartas y
cuestiones es creacién de autor castellano: Fernando de la Torre. Con relacién a las otras
obras tempranas, el autor de, Siervo libre de amor es de procedencia gallega (asi aludird
tenuemente a su marco geografico galego, y concretamente al Padrén en la historia
caballeresca en donde emplazard también a su coetineo y admirado Macias); La satira
de felice ¢ infelice vida es obra del Condestable Don Pedro, que la inicia en su idioma y
acaba relabordndola en castellano, segtin explica en el prélogo: «que traido el texto d la
deeada fin, é parte de las glosas en lengua portuguesa acabadas, quise todo transformar,
6 lo que restaba acabar en el castellano idioma». Y sabemos, en fin, que el autor de
Triste deleyiacién era catalén, Sin embargo, todos eligieron el castellano para la elabora-
cién de sus obras, al igual que sus continuadores que escribirdn desde tierras de Aragén ¢
italianas. La eleccién del castellano es reflejo de la expansién del reino de Castilla y su
auge cultural que se reafirmé con la unién matrimonial de Isabel y Fernando.
29. A. Redondo, «A. de Gevara y D, de San Pedro: las cartas de amores de Marco Aurelio»,
BHi, LXXVIIL
30. He seguido andlisis diacrénico del género desarrollado por A. Deyermond en el Homenaie
a Martin de Riquer (ast. cit. nota 1), porque aporta una serie de argumentos contundentes que
permiten descubrir dicha conciencia genérica.
31, C. Parrilla encontrard mds argumentos que refuerzan la hipétesis de que fa composicién de
las obras de Flores anteceden a las de San Pedro ¢ insistiré tambien en el origen castellano de este
escritor.Ma PILAR MARTINEZ LATRE,
Si existia un paradigma lingilistico comdn, hay también, otros elementos que
prueban la conciencia genérica. Los primeros autores, dada su proximidad con El Siervo
libre de amor hacen menciones y utilizan préstamos directos de esta obra. Triste deleyta~
¢idn menciona a la pareja de amadores: Ardanlier y Liessa, pero también alude a
Rodriguez del Padrén, al que considera un «amador y defensor por antonomasia de las
mujeres» que merece estar en el paraiso y su referencia se extiende al Triunfo de las
donas, obra de este mismo autor. En la Sétira, no sélo hay una mencién pormenorizada
sino que el Condestable glosa la alusién en 22 Iineas que resumen el argumento de la
Estoria de dos amadores, La conciencia genérica se manifiesta de diferente manera en
esta cadena literaria, pues aunque el corpus no sea muy extenso, la distancia cronolégica
va aminorando las influencias tan directas y absorbiendo otras nuevas.
El autor de Penitencia de amor (1514), Ximénez de Urrea deja constancia en el
prélogo de su obra de la deuda que ha contraido con la tradicién: «que nadie puede
trobar sino con el estilo de otros, porque ya solo lo que es & ssidon pero también
manifestar su intencién de conseguir una cierta originalidad cuando revela su deseo de:
«apartarme lo mas que puedo» (debe entenderse de los modelos). En esta misma linea
innovadora, ya Diego de San Pedro quiere dejar claro que desea escribir apartindose de
las novelas de caballerias, cuando corta el relato del duelo entre el enamorado de La
Careel Leriano y el pérfido Persio, su rival y lo justilica «por no detenerme en esto que
parece cuento de historias vieias».
Otro préstamo de gran rentabilidad dentro de esta serie literaria seré motivo de la
cdreel asociada con el deseo como guia. A. Deyermond” hard notar que este motivo
parece tomado directamente de la obra del Condestable don Pedro. La primera parte de
la Satira de felice ¢ infelice... comienza: «metida, destrocada, en la muy tenebrosa carcel
de servitud, lena de amargura e desesperacién, mi franca voluntad despoiada de liber-
tad» (p. 15). En Triste Deleytagidn, se desarrolla con una larga descripcién alegérica del
palacio del amor, y se afiaden estas matizaciones: «guiado por ef deseo pasa por aquella
llama y sube por una escalay. La semejanza con la Cércel de amor es evidente, si bien la
originalidad de Diego de San Pedro le lleva a adoptar una forma narrativa dramatizada,
que sobrecogerd al auctor, ese personaje-narrador heterodiegético" ~de la ticcién— que se
comporta en este caso como un lector implicito. El «deseo» se personifica y se presenta
como un cruel cancerbero, el primer oficial de la casa del amor, ensafidndose con su
vietima Leriano al que conduce como si se tratara de un penitente,
‘A. Deyermond concluye su articulo mencionado afirmando cémo la autoconciencia
genérica se hard después més obvia en estos autores. En efecto, cada obra subsiguiente
serd una respuesta formulada desde diferentes perspectivas y con desiguales resultados
artisticos, de las obras que le preceden. Asi, Niifiez escribe una continuacién de La
Cércel de amor, para tranquilizar a un sensible piblico, que como él mismo, no podia
aceptar la ambigua actitud de Laureola. La obra focaliza a la dama que revela su
humanidad, y sus servidumbres a la honra a la que le obliga su alta condicién social. Esta
ficcién llegé a editarse en 1496 y durante el siglo XVI junto con la de San Pedro. Lucena
en su Repeticién de amores sale en defensa del poeta miségino Torrellas y su obra debe
entenderse, como una réplica a la de Flores que en Grisel y Mirabella parecia ensafiarse
con este autor, transformado en personaje en la «ficcim».
32. A. Deyermond, Art, cit, nota 29 y nota I
33. Terminologia de J. Lintvelt, Essai de tipologie narrative; le point de vue, Theorie et
analyse, Paris, Corti, 1981.
16EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMENTAL ESPANOLA,
De igual modo, Veneris ribunal tomard elementos prestados de Question de amor,
el eslabén que le precede en esta cadena de obras y adopta el mismo formulismo
cortesano de las empresas heroicas y el debate centrado en una cuestidn amorosa. Su
originalidad tematica la alcanzard, como la Question, al tratar el tema del amor desde
una perspectiva neoplatonica.
Pero otros elementos compositivos, como observaré Whinnom en su edicidn critica
de San Pedro proceden de las obras iniciales; se refiere a la utilizacidn de la alegoria y el
punto de vista femenino. La alegoria que formaba parte de la estructura e intencién
didactica en las primeras obras tiene en Veneris una funcién estructuradora, preferente-
mente. En cuanto a la mujer como sujeto focalizado que unifica el relato, era inusitada
en las ficciones castellanas, en donde los protagonistas y narradores eran siempre perso-
najes masculinos. Habra que buscar el modelo en obras en que se proyecta una concien-
cia femenina: La Fiammetta y La estoria de dos amadores, El artificio descriptivo de
Veneris tribunal, que vuelve a emplazar la accién en el palacio de Cupido, un espacio
familiar que encontrabamos ya en el Siervo o en Triste deleytagion, ete.. se vuelve
desmesurado, de una extremada artificiosidad y sensorialismo, no exento de referencias
plasticas y arquitectdnicas.
La tiltima obra de la serie EI Proceso y la andadura del género, casi 100 afios de
existencia, explicarén alguna de sus mas importantes diferencias con relacién al corpus
total; pero, sin embargo el epigono muestra, también, algunas afinidades notables con la
obra iniciadora del género. Entre sus diferencias mas interesantes hay que sefialar el us
de la carta, que constituye la base de su estructura, poniendo de manifiesto la andadura y
vitalidad de esta forma. La avanzada cronologia de El proceso permitiré, también,
presentar a Juan de Segura un mundo ficticio mas realista donde estardn ausentes la
alegoria y simbolismo que envuelve toda la obra del Padrén.
Las afinidades que obligan a considerarla dentro de este género afectan a la fibula y
a la estructura. De una parte, una historia con ecos y resonancias de la tradicién del amor
cortés, amores que conducen a la frustracién y que sitiian a los protagonistas al borde del
suicidio. Esta temética constituye la base de la fabula del relato principal, en el que
ambos autores insertan otro secundario que presenta a unos enamorados viviendo un
amor-pasién que les conduce a la muerte, En ambos casos la parcja de amantes se
convierte en un modelo con cierta aureola mitica. Se trata de otra ficcién que se
introduce en distintos espacios narrativos (en el medio y el final, respectivamente), con
relacién a las propias necesidades estiiiétintales de cada fabula.
‘Ambos relatos secundarios adoptan-el punto de vista de un narrador en tercera
persona que actiia con pretensiones de objetividad~ Sus diferencias se encuentran en la
funcidn que asumen respecto del relato principal, En E/ Siervo la narracién de « Tracta-
do de Ardanlier y Liessa» corresponde al mismo personaje que actuaba como narrador
autobiogréfico on la principal, al preseritarsé como un yo que narra, protagonista, y que
cuenta en primera persona las vicisitudes de su yo narrado, En E/ Proceso el narrador de
la Quexa y aviso sera, tinicamente, un lector explicito, amigo del narrador actorial que
se erige en el «lector modelo», pues se halla capacitado para reinterpretar I proceso cle
cartas después de haberlo leido. Pero es evidente que ambas historias funcionan a modo
de «exempla» en las dos ficciones principales, las narraciones en «estrictu sensu» senti-
mentales. La distancia cronoldgica también determina las influencias que moldean estas
historias sccundarias y que les da su especificidad: El «tractado de Ardanlier y Liessa» se
yerd influido en efecto por la novela de caballerias, fuertemente arraigada en esta época,
17Ms PILAR MARTINEZ LATRE
mientras que la Quexa y avisso contra amor, escrita en el Siglo de Oro, en pleno
desarrollo de las formas narrativas, se inclinara por la novela de aventuras 0 bizantina.
Por otra parte la conciencia genérica se manifiesta también en la «elocution. Se
puede hablar de la existencia de procedimientos dominantes que surgen al compartir la
etapa lingiiistica y la forma poética y presentar similitudes en la tematica. Asi pues estas
fieciones, y sobre todo, las consideradas por la critica como las obras maestras: Carcel de
Amor y Grisel y Mirabella adoptan un estilo¥ prerrenacentista y utilizan con frecuencia
usos sintacticos latinizantes, hipérbatos, verbo principal al final del periodo, etc. Estos
recursos estilisticos aparecen igualmente en el epigono de la serie: Proceso de cartas de
amor, utiliza una forma deliberadamente arcaizante por lo que el léxico serd también
artificioso, prestandose a alternar arcaismos con formulas cultas. Esta obra presenta al
mismo tiempo, en virtud del afin moralizador que mueve a su autor, aforismos y
sentencias, Los criados, de Penitencia de amor, calco de Sempronio y Parmeno en
algunas actitudes, citan con frecuencia a Séneca cuando tratan de aleccionar a su sefior
(«Séneca dice que la lozania y ef honor no pueden tener concordia» 0 «Como dice bien
el filésofo, que no puede venir bien a uno sin que venga mal a otro», etc.). En la obra de
signo alegérico tales como Veneris 0 La Cércel predomina el lenguaje abstracto y
preferencia por palabras como tristeza, dolor, captivo, virtud, fortaleza, etc...
En el horizonte genérico es probable que el lector de aquel tiempo esperara encon-
trar en estos libros diversiones que atenuaran los sufrimientos que el amor causaba a los
protagonistas: dolientes enamorados con los que probablemente se identificaria, cum-
pliéndose la anagnérisis aristotélica. El autor de Question de Amor hace una relacién del
contenido de su obra en el prélogo y anuncia que en él se encontraran ademas de:
«muchas cartas y enamorados razonamientos (...) una caga, un juego de cafias, una
égloga, ciertas jusias y muchos cavalleros y damas con diversos atauios...».
El autor andnimo conocia las aficiones de sus lectores y les ofrecia un programa
variado, que les animara a entrar en la lectura. Pero ademas no hay que olvidar que los
tratados de amor o catecismos amorosos, como el de Andreas de Capellanus, De amore
libri tres e, incluso, los libros profeministas de la época, aconsejaban a los caballeros estas
distracciones que frenarian sus pasiones y aliviarian sus penas de amor.
La concentracién seré una de las razones de su brevedad pero también pueden
existir otras, que muestran las relaciones de proximidad entre el autor y el lector de su
tiempo. Estas vinculaciones estarian basadas en la forma de acceder a las obras pues con
frecuencia eran lefdas en voz alta ante una selecta audiencia de receptores (damas y
caballeros de la corte), como entretenimiento durante sus reuniones sociales,
Con relacién al hecho de que los cortesanos tenfan por costumbre animar sus
sobremesas con temas diversos, entre los que se hallaban los amorosos, tenemos un
testimonio en el prdlogo del Tratado notable de amor en donde el autor dice «acudir en
contar loores del amor» a Doiia Potenciana porque:
«deve ser quistion que la sefiora marquesa aya movido al comer, como su ecelencia
siempre tiene costumbre de tratar algun argumento de filosofia 0 theologia como en su
34. Grosso modo, las obras estan construidas en una prosa que vendria a constituir un eslabon
entre Juan de Mena, como ponen de manifiesto las caracteristicas sefialadas, y Fernando de Rojas.
La dependencia del modelo celestinesco da como resultado un lenguaje dialogado, més coloquial y
gil, utilizado especialmente, en Penizencia de amor. No obstante, no hay que olvidar que, a su vez,
La Celestina hace suyos los tépicos del amor cortés de la ficcién sentimental, aunque de un modo
parédico,
18EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMENTAL ESPANIOLA
mesa se tiene sienpre de costumbre y que hubiesse venido acaso a tratar del amar
verdaderamente algun gentilhombre a la dama que amase».
Creo innecesario seguir presentando argumentos para demostrar la autoconciencia
y dependencia genérica. Hay otros problemas, sin embargo, que me gustaria abordar. Me
refiero a las fuentes ¢ influencias de la ficcién sentimental que nos conducen, necesaria-
mente, al terreno que Kristeva llama intertextualidad, Habra pues, que hablar de présta-
mos verbales, refundiciones, parodias y adaptacién estructural; elementos que inciden, de
nuevo, en la determinacién genérica, Desde el estudio cldsico de Menéndez Pelayo se
reconoce que la ficcién sentimental castellana combina la tradicién de la narrativa
italiana (especialmente la Fiammerta de Boccaccio), los libros de caballerias y la tradi-
cién del amor cortés, Estudios posteriores completan la visién de la ascendencia genérica
y sefalan la importancia de las Heroidas de Ovidio, la poesfa cancioneril espafiola del
siglo XV y La Historia de duobus amantibus de Aeneas Silvio Piccolomini. Todo
estudio de relaciones genéricas acarrea una scrie de dificultades por la incertidumbre de
la cronologia y de la difusion de las obras. Pero es evidente que la tradicién literaria
europea es la transmisora de los fundamentos sociales del mundo eaballeresco y cortesa-
no, Esta influencia abre paso a la aventura representada por la busqueda, e! amor como
sentimiento entre hombre y mujer y como premio a empresas dificiles’,
Tanto de la materia bretona como de la leyenda troyana se heredan parejas de
miticos amantes. Por otra parte, la Leyenda artiirica proporciona una geografia exdtica
de espacios vagamente indicados (Escocia, Macedonia, Mitilena, etc.). Lida de Malkiel
fue una de las primeras estudiosas de la influencia de las novelas artiricas en la primera
obra de la serie: EI siervo Libre de amor.
Posteriormente Sharrer” pondré de relieve con la aportacién de nueva documenta-
cién textual, como la versién del Baladro del sabio Merlin de 1533, refundicién deLa
Suite de Merlin del siglo XIII, se aleja de los acostumbrados finales felices de los libros
de caballeria, De manera que el autor de este texto debié tener en cuenta el arquetipo
espafiol de la Historia de Ardanlier y Liessa. Es decir que de la misma manera que
existen préstamos de las novelas de caballerias que moldean los episodios de los relatos
sentimentales encontraremos textos artiiricos influidos por las «novelas» sentimentales.
Pero seguiré con algiin ejemplo més de la influencia artirica en obras sentimenta-
les, Deyermond™ proporciona otro interesante hallazgo en la Carcel de amor, que parece
poner en entredicho el rechazo de D. de San Pedro por las novelas de caballerias. Se trata
de los episodios caballerescos que van desde la delacién hecha por Persio hasta la vuelta
de Laureola a la corte, que reproduce los mismos motivos de la Mort de Arita, correspon-
diente a la parte final del ciclo artirico,
Pero también, la materia troyana hispdnica ofrece modelos de elocuencia sentimen-
tal, Desde el siglo XIII al XVI las epistolas de Ovidio fueron objeto de varias traduccio-
nes parciales o totales, auténomas o incluidas en recopilaciones histéricas. Alfonso X
inserta en su General estoria y en su Primera Crénica General varias Heroidas en prosa
castellana. En 1390 Nicolau traduce las Heroidas al catalan, y a mitad del siglo XV
Rodriguez del Padrdn realiza la traduccién al castellano con el titulo de E/ Bursario y
35, A. Deyermond, «Las relaciones genéricas...», Art. cit. en nota 1, p. 78,
36. M.R. Lida de’Malkiel «duan Rodriguez del Padrén: Influencia, NRE, (1954), pp. 21-71.
37. H. Sharrer «Letters in the hispanic prose» Tristan Text. Vol, VI, n° y 2, afio 1981-1982.
38. A, Deyermond «Las relaciones genéricas de la novela sentimental espafiola», art, cit,
(Véase nota 1), pp. 80-82.
19M. PILAR MARTINEZ LATRE
afiade tres epistolas propias al corpus ovidiano. También durante el siglo XVI encontra-
mos en cancioneros y plicgos sueltos traducciones en verso. Este conocimiento de las
Heroidas penetra también a través de la narrativa italiana del Quattrocento (La Fiam-
metia y La historia de duobus amantibus de Piccolomini) y de otros textos curopeos
como De amore Libri tres, escrito por Andreas Capellanus a Marie de Champaie, un
tratado de amor que reunia las reglas y obligaciones corteses (bastindose en los consejos y
advertencias de Ovidio) y que por su claridad expositiva -como observa Lafitte y
facilidad de retencién se convirtié en un catecismo amoroso. Las epistolas, que aparecen
en las ficciones castellanas, tomardn, también, como modelo las «artes dictaminis»
medievales que cobran un notable auge en la vida social del siglo XV.
De la importancia de la Fiammetta da testimonio Grimalte y Gradissa, obra de la
que parte J. de Flores para ofrecer al lector explicito en la obra, Gradissa, su continua-
cidn™, Pero no estamos ante un mero imitador pues la obra alcanza una nueva y
compleja dimensidn nazrativa, al profundizar en los personajes literarios: Fiammeta y
Panfilo que parecen despojarse de sus mascaras y alcanzar mayor humanidad.
Dentro de la peninsula ibérica hay que hablar de la importancia que tuvo la poesia
cancioneril castellana del siglo XV que se inspira en el amor cortés de los trovadores
provenzales de los siglos Xl y XIII. Whinnom insistiré, también, en la importancia de la
ideologia dominante -que se proyectard también en las relaciones amorosas- forjada bajo
la presin de los moralistas, que rechazaban la sexualidad por considerarla concupiscente
y de los tratados de medicina que relacionaban la pasién amorosa con estados de ena
jenacién.
Otras tradiciones completan la génesis de la ficcién sentimental y de sus formas
epistolares. Whinnom y Deyermond Ilaman la atencién sobre la influencia de obras de
transicién francesas escritas en verso y prosa, donde se opera la sintesis de la tradicién.
ovidiana y cortés y que pudieron también recibir la influencia de la correspondencia de
Abelardo y Eloisa. Se trata del Livre de voir-dit de Guillaume Machaut, escrito en el
siglo XIV y de las obras de Christine de Pisan y de Jean Renart, escritas en el XV.
Finalmente Deyermond insistiré en la importancia de la seudobiografia erética y A.
Krause en el «tractatus» latino,
De esta larga lista de influencias hay que detenerse, especialmente, por el papel
decisive que ejercen en la tematica y estructura sentimental, la poesia de cancioncros
y el tractatus latino.
Segiin Krause El tractatus clerical encontré en Espaiia el terreno apropiado para un
desarrollo y perfeccionamiento prolongados durante la baja Edad Media. En la primera
etapa de su elaboracién sitvié para difundir la predicacién religiosa en lengua romance.
En el siglo XV una serie de factores socio-culturales activa el desarrollo de modos de vida
cortesana, siendo uno de los mas importantes cl auge de una monarquia que pretende
recortar el poder de los sefiores feudales, especialmente en el reinado de los Reyes
Catélicos. En esta etapa se aviva cl interés por Jos estudios humanisticos y por el saber
clasico asi como por las cuestiones de forma y estilo, que popularizardin los poetas de
cancioneros y las manifestaciones del ideal caballeresco.
39. P. Waley («Fiammetta and Panfilo. Continued». Italian Studies, XXIV, 1969, pp. 15-31)
al estudiar la obra de Flores y compararla con la de Boccaccio descubrira la admitacién de Flores
por esta obra, que dice querer seguir su estilo y «alabar» el gentil razonar de Fiammetta,
20EVOLUCION GENERICA DE LA FICCION SENTIMENTAL ESPANOLA,
Los argumentos de Krause son continuados y completados por Chorpenning en su
estudio sobre la Carcel, explicando su base compositiva como si se tratara del desarrollo
de la unidad retérica: la «oracién». Este critico cree, que a pesar de la importancia que
lo escrito iba a tener en el siglo XV, la retorica de origen clésico mantenia sus contornos
rales intactos en el culto a la copia y en la doctrina de los Iugares comunes. Estudiantes
y lectores eran instruidos en el arte de fa oratoria. Se trataba de tomar una postura que
habia que defender y neutralizar la de los contvarios, Del mismo modo, los componentes
del relato deberian ser escrupulosamente manipulados intentando persuadir al lector de
un determinado punto de vista por medio de: «el exordio», «la narration, «la prueba»,
«refutation y «conclusion.
En mi opinion, la interpretacién de Chorpenning para ta C”rcel de amor se puede
aplicar a un buen niimero de ficciones sentimentales, y me refiero a aquellas que hacen
del debate el eje que vertebra la composicién, como ocurre con: Veneris tribunal,
Question de amor, 0 Repeticién de amores y lo mismo podriamos decir de Grisel y
Mirabella, sin por ello negar que cada una de estas fieciones se muestran proclives a otras,
formas literarias que completan su estructura. Grisel » Mirabella enfrentard dos modelos
de amor, se servird de la parodia, y de un final efectista que reproduce un ritual que
evoca los ritos dionisiacos de Las hacantes de Euripides. Question de amor combinaré el
debate dialogado con la técnica epistolar. En ambos casos se sigue la misma discusién: la
disputa de dos enamorados por cual de los dos sufre mayor pena, si el que llora la
pérdida de la amada muerta o el que es rechazado cn sus demandas amorosas (el mismo
tema que desarrolla Garcilaso en su Egloga 1), El autor anénimo hace explicito su
deseo de satisfacer a sus lectores y remedard el amor cortés con una égloga burlesca,
pudiendo hablar mas que de relato interpolado de un relato especular, desarrollado con
habilidad (la parodizacién se asienta en el lenguaje rustico y en las reacciones de sorpresa
de los palurdos pastores, que se muestran insensibles ante los padecimientos de los
amantes cortesanos), ctc., pero también afiadird otras digresiones narrativas: fiestas,
cacerfas que permiten lujosas descripciones que produce efectos anticlimaticos y suavi-
zan, en parte, el dramatismo del debate y el dolorido sentir de los protagonistas.
Por ultimo, Véneris tribunal, presentara a modo de marco a un desconsolado
estudiante, enamorado sin éxito de una dama a la que «recuesta» y por la que esté
dispuesto a suicidarse, recibiendo el consejo de unos amigos que trataran de disuadirlo,
Este consejo seré pospuesto al final de la ficcidn, relegado a una digresién secundaria
~(disiento de Rohland de Langbehn* que atribuye la suspensién de este micro~ relato al
final de la obra como resultado de la inmadurez artistica del autor, pues en mi opinion
se trata, mas bien, de una propuesta de lectura alternativa, dentro de la linea de
composicién abierta que recuerda a novelistas modernos: Pérez de Ayala, Cortazar, Eco,
ctc.). El relato continuara con la focalizacin del protagonista que sumergido en un suefio
acttia como un lector explicito (simbolo de los lectores virtuales), y el espectador de la
disputa entre dos amadores: un anciano y un joven que representan dos tipos de amor: el
neoplaténico y el sensual, y serdn defendidos en el tribunal de Venus por una madre y
una hija. El fallo de la diosa a favor del amor sensual frente al contemplativo significara
la descalificacién por parte de este autor anénimo del ideal neoplaténico. Una vez mas
estamos asistiendo a la lucha entre los tiempos viejos y los nuevos.
40. R. Rohland de Langbehn, Exeter, Universidad, 1983.Me PILAR MARTINEZ LATRE
De la modernidad del género sentimental hablaré M. Gerli en su Ultimo articulo:
«Metafiction in Spanish Sentimental Romances». Este critico subraya cémo nos halla-
mos ante obras «metafictivas» o narraciones «autorreflejantes» que tienen como ultimo
objetivo su propia evaluacién. Estas metaficciones manipulan los recursos narrativos, a
través de los cuales pretenden representar la realidad, tales como fa estructura de la
narracién, la naturaleza de los personajes y sus aventuras, y sobre todo del punto de
vista narrativo (de cuyo interés y complejidad he dado cuenta en paginas anteriores), y
les permiten plantear las relaciones problematicas sobre la naturaleza del arte y la
ficcién. Gerli llama de nuevo la atencidn sobre Siervo Libre de amor, iniciadora de este
planteamiento constructivo, al que se suman los autores que representan la madurez del
género. Juan de Flores, Diego de San Pedro, el anénimo autor de Question de Amor, y el
epigono de la serie Juan de Segura, Este tillimo como sefiala Gerli, cuyo juicio comparto
plenamente, sera el que se plantee el proyecto mas ambicioso de todos al mostrar como
Cervantes que la historia contada cuenta menos que la forma de contar.
Con este género narrativo nos hallamos ante el umbral de la novela moderna. Se
puede llegar a encontrar, igualmente, afinidades entre las formas novelescas de la ficcién
sentimental y la novela lirica escrita en el perfodo yanguardista contempordneo; pues los
novelistas que inician la andadura de la narrativa actual adoptan principalmente una
actitud ironica y juegan con el texto, acentuando la naturaleza artistica de la obra creada
y su cardcter metafictivo®.
Si el artificio de las ficciones sentimentales durante los siglos XV y XVI puede
producir cierto distanciamiento en el lector modetno no hay que olvidar que el complica-
do proceso amoroso de la fibula y el escenario cortesano exigen un acercamiento que
supere estas dificultades formales. Pues s6lo asi la vida del arte literario se revelard
plenamente y permitiré descubrir el placer del texto,
41, M. Gerli, «Metafiction in Spanish Sentimental Romances». The Age of Catholique Mo-
narchs, 1474-1516: Literary studies in memory of Keith Whinnom, Liverpool University Press,
1989, pp. 57-63.
‘42. A. Gargano, Introduccién a su edicién de Triunfo de amor, Guardini Editore, Pisa, 1981.
43. V. Fuentes, Biografla y metajiccién en la novela de B. Jarnés, Institucién Fernando el
-0, Zaragoza, 1988.
44, La longitud de este trabajo nos impide hablar de los temas y subtemas que caracterizan la
ficcién sentimental, pero que no son tan importantes para determinar el estatuto genérico. Por otra
parte, el amor coriés, y la religién de amor asi como los debates misdginos han sido objeto de
numerosos estudios a los que remito. Consultando la bibliografia basica de Whinnom, citaré algunos
de los manejados: M. Gerli, «La religin de amor y el antiferiinismo en las Ictras castellanas del siglo
XV» HR, XLX (198!) pp. Van Beysterveld, «Los Debates feministas del siglo XV y las novelas de
Juan de Flores», Hispania, LXIV, 1981, pp. 1-13. E, Gascén Vera, «La ambigiiedad en el concepto
del amor y de la mujer en’la prosa castellana en el siglo XV» BRAE, LIX, 1979, pp. 119-55 pp. A
partir de 1985 mencionaré algunos que no se hallan en esta bibliografia A. Parker, La filosofia del
amor en la literatura espaftola 1480-1580, Madrid, Catedra, 1986, F. Vigie, «Difusion y proyeccién
literaria de la novela [V del Decamerén de Boccaccio en la Espafia Bajo medieval y Renacentistan.
Formas breves del relato, Zaragoza, S.P.U.Z, 1986. M.J. Lacarra, «Algunos datos para la historia de
la misoginia en la E. Median; en Studia in honorem de Martin de Riquer, Barcelona, Cuaderns
Cremé, 1987.
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