RUMPELSTILTSKIN
Habja una vez... un molinero que
todo mundo consideraba un
fanfarrén, Siempre hacia gala de que
su molino era el mas grande de todos,
su casa la mas limpia y su harina la
mas blanca. Sus fanfarronadas eran
tan exageradas que llegaron a oidos
del rey. De modo que un dia, al
pasar por alli con toda su corte, su
Majestad quiso conocerlo, Fl
molinero le presento a su hija, y no
resistio la idea de contar otra
patraiia.
—Sefior, ésta es mi hija, es lam. +
mas bella del reino!
| El rey, dudoso, miré a la much:
| el molinero continué:
—... Es muy inteligente y muy habil
en todo.
Y el rey siguié callado. El molinero,
que no sabia cémo impresionarlo,
no encontré nada mejor que
inventar
—Mi hija puede hilar la paja y
convertirla en oro.
Y el rey, que habia estado tan
callado, esta vez respondio bastante
molesto:—Muy bien, le pondremos una
prueba. Si convierte la paja en oro
tendrd una recompensa, si no, la
muchacha morira.
Y ordené a su guardia que la
condujeran al castillo, donde la hizo
encerrar con un montén de paja y le
ordend:
—jConviértela en oro! jVolveré
mafiana!
La pobre nifia, cuando qued6 sola,
comenzé a gemir y llorar desesperada
“Padre mio, en qué lio me has
metido!”, murmuré sollozando,
cuando de pronto aparecié un
duende vestido de rojo, con una larga barba blanca, que le dijo:
—Si te ayudo a convertir esta paja en hilo de oro, ;qué me darias a cambio?
La muchacha llevaba en el cuello un hermoso collar en forma de coraz6n,
y le ofrecid:
—Puedo darte esto, es lo mas
preciado que tengo.
El duende acepto y, a la manana
siguiente, la muchacha, que habia
dormido inquieta, vio cémo la
promesa se habia cumplido.
El rey, seguro de que sus ordenes
no se habian realizado, abrid de
un solo golpe la puerta de la celda,
dispuesto a castigar a la muchacha,
pero se detuyo aturdido: en la
mesa, frente a él, hat
arrete nilo de oro.Satisfecho, el rey pens6 que
podria sacar mas ventaja de la
situacion.
—Has sido muy habil, te mandaré
traer mas paja para que otra
vez la conviertas en hilo de oro.
La muchacha, que no podia
revelar la historia del duendecillo,
se desesperd, pero por la noche
aparecié nuevamente el duende.
—Qué me dards Sle dijo ala
muchacha— si te ayudo otra
vez?
—1o tinico que me queda es
| este anillo antigha te a
que lo aceptes; de otra form’
a mide, seria horrible —respondio la joven: nae
id fieeals la noche anterior, y a la mafiana siguiente el ae
Después det ae i cudntos carretes de oro se habia convertido la p2
Contempls angen amtento, al rey le parecié mas hermosa. La
largamente y le dijo:
Por tilt
ma vez {ra } aig
soniye transformaras la paja en oro. Si lo logras, me casa"érs
En ese momento la muchacha se
sintié desfallecer, Y penso: “;Si est
noche viene el duendecillo no voy
a tener nada que ofrecerle a
cambio de su ayuda! ;Qué puedo
hacer para salvarme de esta
situaci6n?” La pobrecita,
desesperada, se paso toda la tarde
Pensando, hasta que a media
Noche llegé de nuevo el duende:
—Otra vez he regresado para
ayudarte. ;Pero ahora qué me
dards a cambio?
La muchacha, hecha un mar de
lagrimas, le respondio:
Fista vez no tengo nada que ofrecerte, jlo siento!
8 duende se le qued6 mirando, sonrié y dijo:
—Supe que te casaras con el rey. Cuando seas reina, jvendré por tu
primer hijo a cambio de la ayuda
due te he dado Para salvarte!
Sin pensatlo demasiado, la
Muchacha acepts el pacto y ala
Mahana siguiente se volvié a
{cbetir el prodigio, Ef rey, que se
habia vuelto, riquisimo, asigné a la
Wa del Molinero un ala del castillo
¥ comenzé los Preparativos para
boda,
wruchacha hizo prometer al rey
o “Na vez casada, ya no estaria
ot a transformar la paja en
10. f}
Fey acepts, y asi se
“elebraron tas nupeiasCon la gran alegria del molinero fanfarrén, el matrimonio, a pesar de
todo, fue un éxito.
El rey y la reina eran muy felices, y lo fueron mas cuando nacio su
hermoso hijo. La reina habia olvidado sus desventuras pasadas, hasta que
un dia se le aparecié de nuevo el duende:
—He venido por tu hijo, jrecuerdas nuestro pacto?—iNo puedo! jImposible mantener la promesa que te hice alocadamente!
iA cambio te ofrezco todas mis joyas! ;Pideme lo que quieras, pero te lo
suplico, no te lleves a mi hijo! —solloz6 la reina, desesperada.
El duende estaba decidido a hacerle respetar el acuerdo, pero
finalmente, enternecido por las lagrimas de la reina, le hizo una
propuest
—fstd bien, te daré esta ultima oportunidad: si logras adivinar mi nombre
te dejo al pequefto. Pero recuerda, sdlo tienes tres dias para descubrirlo,
y tu sabes cual es el poder de mi magia.
Dicho esto, el duende escapé. La reina fue a buscar al rey y le confes6
todo, Fueron llamados a la corte todos los sabios del reino, quienes
consultaron sus libros para investigar el nombre del duende. Sin
embargo, ninguno de los manuscritos que examinaron hablaba del
duende de la larga barba blanca, vestido de rojo y capaz de hacer
innumerables magias. Ya habian
transcurrido dos dias y el plazo
estaba por terminar cuando un
nensajero del rey dijo haber
sistido a un ritual muy extraiio.
\l cruzar un bosque muy espeso,
habia visto a un viejito vestido de
rojo que bailaba en torno a una
hoguera y cantaba:
Rumpelstiltskin, Rumpelstiltskin,
mi nombre completo esta,
i ninguno lo sabe
equefio mio sera‘ F
Yasse habfa cumplido el tercer dia, y la corte entera esperaba con ¢
ansias la legada del duende que, como era su costumbre, aparecié
de la nada, Tan pronto lo vio, la reina lo sefal6 con el dedo y
exclamo: “jRumpelstiltskin!”.
‘Al pronunciar esta palabra un rayo cayé sobre el duende y desapare
en una nube de humo. La reina corrié a abrazar a su hijo, y le dijo:
or stds a salvo! iNadie podrd separarme de ti!
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