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1602 PALLOS DE LA CORTE SUPREMA su RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Sentencia definitive. Resolucio- nes anteriores a la sentencia definitiva. Varias. ‘Anulada una resolucién por un pronunciamiento posterior del mismo tribunal, Jo importante es que aquélla posea el carécter de sentencia definitiva, siendo irrelevante que el pronunciamiento posterior, quees el impugnado, posea o no tal calidad. RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Sentencia definitiva, Resolucio- nes anteriores a la sentencia definitiva. Varias. En el proceso regulatorio el fallo final es el que fija los honorarios profesionales y las anteriores decisiones sélo constituyen las etapas necesarias del procedi- miento para llegar a la resolucién final; porlo tanto, los agravios de quien recurrié contra una resolucién que anulé una anterior regulacién de honorarios s6lo podrén ser atendidos cuando se practique la nueva regulacién (1). ESTRELLA FERNANDEZ v. SANATORIO GUEMES S. A. RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales. Senten- + elas arbitrarias, Procedencia del recurso. Falta de fundamentacién suficiente, Corresponde dejar sin ofecto la sentencia que desestimé la demanda por diferen- cias en concepto de salarios e indemnizacién sustitutiva de preaviso, omitiendo, sin razén plausible y con el solo fundamento de una afirmacin dogmética, que habria quedado demostrado que el érea donde se desempefié la actora era el Ambito més eritico y complejo que la hacia merecedora de una mayor remunera- cién y que la actora fue objeto de una persecucién exteriorizada por medio de las remuneraciones percibidas. CONTRATO DE TRABAJO. El art. 81 de la Ley de Contrato de Trabajo no circunscribe sus aleances a los trabajadores comprendidos en una convencién colectiva. (1)Causas: “Consejo de Ingenieros c/ Ambrosio Palmegiani S. A. y Gennaro y Fernéndez S. A.”, del 14 de febrero de 1985; y “Aquino, Gina”, del 16 de mayo de 1985. Di JUSTICIA DE LA NACION 1603 RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales. Senten- cias arbitrarias. Procedencia del recurso. Defectos en la consideracién de extremos conducentes. Debe descalificarse como acto judicial vélido, la sentencia que desestimé la demanda por diferencias en concepto de salarios e indemnizacién sustitutiva de preaviso, omitiendo una apreciacién critica de los elementos relevantes de la litis, con grave lesién del derecho de defensa en juicio de la impugnante. CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garanttas. Igual remuneracién por igual trabajo. El principio de “igual remuneracién por igual tarea” (art. 14 bis de la Constitu- cién Nacional) es aquel opuesto a situaciones que implican discriminaciones arbitrarias, como serfan las basadas en razones de sexo, religién 0 raza, pero no aquellas que se sustentan en motivos de bien comtin, como las de mayor eficacia, laboriosidad y contraccién al trabajo del dependiente, puesto que no es sino una expresion de la regla més general de que la remuneracién debe ser justa (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garanttas. Igual remuneracién por igual trabajo. La garantfa constitucional de “igual remuneracién por igual tarea” (art. 14 bis de la Constitucién Nacional) impide cualquier tipo de discriminaciones, salvo las fundadas en “causas objetivas”, las que quedaron plasmadas en el texto del art. 81 de la ley de Contrato de Trabajo con posterioridad a la reforma que la ley 21.297 introdujo al texto de la ley 20.744 (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igualdad. ‘La garant{a de igualdad radica en consagrar un trato legal igualitario a quienes se hallan en una razonable igualdad de circunstancias (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igualdad. Frenie a circunstancias disfmiles nada impide un trato también diverso (Voto de Jos Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igualdad. La garantfa de la igualdad excluye toda diferencia injusta o que responda a criterios arbitrarios (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). 1604 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA au CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igual remuneracién por igual trabajo. En el Ambito de las relaciones del trabajo cabe definir los términos de la ecuacién de tal forma que la aplicacién de la garantfa de Ja igualdad pueda efectivizarse sin menoscabo de los derechos de ambas partes, pero también asegurando una interpretacién valiosa que no prescinda de las consecuencias que se derivan de cada criterio pues ellas constituyen uno de los indices més seguros para verificar su coherencia con el sistema en que se engarza el mentado principio (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantéas. Igual remuneracion por igual trabajo. El principio constitucional de igual remuneracién por igual tarea ha sido establecido en consonancia con preceptos consagrados universalmente desde la creaci6n de la Organizacién Internacional del Trabajo cn 1919 y el dictado de la Declaracién de los Derechos del Hombre aprobada en Paris en 1948 (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantfas. Igual remuneracién por igual trabajo. Si bien originariamente dirigido a la regulacién de la mano de obra masculina y femenina, el principio de igualdad de remuneracién por un trabajo de igual valor responde, actualmente, al criterio més amplio de la equidad en los métodos de fijacién de los salarios, al que no es ajeno el concepto de que las diferencias deben fundarse en circunstancias objetivas y demostrables de calificaciones y aptitudes (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garanttas. Igual remuneracién por igual trabajo. Elementos tales como la habilidad, capacitacién o categorfa, esfuerzo, responsa- bilidad y condiciones de prestacién de la tarea, corresponden actualmente a los requerimientos funcionales bésicos de la organizacién y contenido del trabajo en el seno de la empresa (art. 5° de la Ley de Contrato de Trabajo) y por lo tanto nacen de la misma entrafia del contrato de trabajo, e implican todos aquellos compor- tamientos que son consecuencia del mismo, apreciados con criterio de colabora- cién y solidaridad, segin la obligaci6n genérica de las partes establecida enel art. 62 de la Ley de Contrato deTrabajo (t. 0. 1976); este plexo condicionante de la igualdad de remuneracién constituye el marco de referencia de la igualdad de circunstancias (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué) DE JUSTICIA DE LA NACION 1605 ‘aut CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igual remuneracidn por igual trabajo. Los elementos sustanciales del contrato y de la organizacién del trabajo se insertan en el cuadro de la comunidad y por lo tanto responden a valora- ciones variables acordes con el avance cultural y tecnolégico de esa misma comunidad, por lo que resulta inadecuado sostener hoy, respecto de la evaluacién de tareas 0 del desempefio, que constituyen una materia reservada por entero a la autoridad de la empleadora sin que pueda cuestionarse su razonabilidad o que, en la préctica, la prucba del mérito de los dependientes es para su principal, muy sutil y dificil e inequitativa su exigencia, porque implica desconocer los progresos producidos en el Ambito de las relaciones industriales (Voto de los Dres, Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONTRATO DE TRABAJO. Se debe entender la empresa como una organizacién cuya responsabilidad social consiste no sélo en Ilevar a cabo la distribucién y produccién de bienes, sino en hacerlo también equitativamente, incluso en lo que atafie a su Ambito interno (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igual remuneracién por igual trabajo. Exiate hoy la posibilidad cierta y concreta de que la empresa utilice métodos objetivos de evaluacién de tareas con criterios comunes a todos los puestos (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONTRATO DE TRABAJO. Sin establecer presunciones legales, el art. 81 de la Ley de Contrato de Trabajo ha fijado, con carécter de obligacién para el principal, la igualdad de trato a sus dependientes en “identidad de situaciones”; el tratamiento diferenciado, para no resultar lesivo de los derechos de la contraparte, debe justificarse en razones objetivas (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Igual remuneracién por igual trabajo. Eltrabajador debe acreditar sus “circunstancias”, y quien se excepciona aducien- do que la desigualdad obedece a la valoracién de los méritos del dependiente o a 1606 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 31 las circunstancias de bien comin, debe acreditar estas afirmaciones (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONTRATO DE TRABAJO, El cumplimiento de las condiciones mfnimas impuestas al principal no constitu- yeun obstéculo para que la empresa pueda estructurar una organizacién salarial totalizadora que las supere (doctrina de los arts. 7°, 8 y concordantes de la Ley de Contrato de Trabajo) y para que, dentro de esa estructura deba respetar las pautas de equidad fijadas por el art. 81 del mismo cuerpo legal (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONTRATO DE TRABAJO. El mandato legal de equidad que surge de las pautas del art, 81 de la Ley de Contrato de Trabajo est dirigido al ambito interno de la empresa (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONTRATO DE TRABAJO. Elempleador esté facultado para fijar sus propias estructuras salariales, cuando mejoran las de las convenciones colectivas (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). CONTRATO DE TRABAJO. No se ajusta a una interpretacién razonable del art. 81 de la ley de Contrato de Trabajo ni a los hechos alegados en la causa, la conclusién de que la desigualdad salarial, para considerarse “arbitraria’, debe ser “torpemente injusta” o que las distinciones deban ser “inicuas u hostiles” puesto que la torpeza y el &nimo persecutorio 0 agresivo no son requeridos por la ley (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales. Senten- cias arbitrarias. Procedencia del recurso. Falta de fundamentacién suficiente, Corresponde descalificar la sentencia que desestimé la demanda por diferen- cias en concepto de salarios e indemnizacién sustitutiva de preaviso, si lo de- cidido satisface s6lo de manera aparente la exigencia de constituir una derivacién razonada del derecho vigente con aplicacién a las circunstancias de Ia causa (Voto de los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué). DE JUSTICIA DE LA NACION 1607 au FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 23 de agosto de 1988. Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido por la actora en la causa Ferndndez, Estrella c/ Sanatorio Giiemes, S. A.”, para decidir sobre su procedencia. Considerando: 1) Que contra el pronunciamiento de la Sala VII de la Camara Nacional de Apelaciones del Trabajo que, al confirmar el fallo de la instancia anterior, desestimé la pretensién de la actora tendiente a obtener la condena de su empleadora por el pago de las diferencias reclamadas en concepto de salarios e indemnizacién sustitutiva de preaviso devengados hasta su despido incausado, la vencida interpuso el recurso extraordinario cuya denegacién motiva esta presentacién directa. 2°) Que de los dos fundamentos del recurso de hecho —violacién de Ja correcta inteligencia del articulo 14 bis de la Constitucién Nacional que consagra el principio de “igual remuneracién por igual tarea” y ser la sentencia arbitraria— corresponde considerar en primer término este uiltimo, pues de existir arbitrariedad no habria sentencia propia- mente dicha (Fallos: 228: 473). 3°) Que la alzada concluyé que no se habria demostrado que, en su condicién de jefa de enfermeria del departamento de terapia intensiva y unidad coronaria del Sanatorio Giiemes por el periodo reclamado, la remuneraci6n percibida por la actora fuera torpemente injusta en funcién del reconocimiento al empleador de un “uso fluido” de la facultad del articulo 81 de la Ley de Contrato de Trabajo y puesto que la recurrente revestia la condicién de “personal fuera de convenio”, no resultaba el nivel base a tomar en cuenta para efectuar la comparacién de remuneracién con sus pares, ni la “mayor eficiencia, laboriosidad, ete.” que hubiera hecho viable la percepcién de una mayor remunera- cién por la reclamante. 4°) Que para adoptar tal conclusién la Camara ha omitido —sin yaz6n plausible para ello y con el solo fundamento de una afirmacién 1608 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA ann dogmatica como lo es la ausencia de prueba sobre el punto— que en el sub lite habria quedado demostrado que el 4rea donde se desempeiié la actora era el Ambito mas critico y complejo de todo el sanatorio que la hacia merecedora de una mayor remuneraci6n, calificacién efectuada —entre otros testigos (fs. 188 Dr. Borruel médico de terapia intensi- va)— por quien revistié la condicién de gerente de personaly relaciones laborales en el sanatorio demandado y tuvo a su cargo la organizacién de la estructura salarial de todo el personal no comprendido en el convenio (fs, 164 vta/165); que la nombrada habia sido objeto de una persecuci6n exteriorizada por medio de las remuneraciones percibidas (fs. 188, fs. 189 y fs. 206/207), hecho objetivado en los datos del peritaje contable que exterioriza el desarrollo de un nivel de remuneraciones —en todos los casos— inferior al correspondiente a personal a su cargo y de inferior jerarquia de otras dreas (fs. 176 vta/178) asi como que todos los testigos coincidfan acerca de la eficiencia y la- boriosidad de la actora en la dependencia a su cargo y su aptitud profesional. 5°) Que, frente a los aspectos resefiados y emergentes de la exclu- siva actividad probatoria de la actora, la afirmacién de un “uso fluido” de la facultad conferida al empleador por el articulo 81 de la Ley de Contrato de Trabajo no aparece provista de fundamento fictico sufi- ciente que la sustente, conclusi6n que no resulta desvirtuada al sefialar la inexistencia de un “nivel base” para efectuar la equiparacién, si no s6lo la norma citada no circunscribe sus alcances a los trabajadores comprendidos en una convencién colectiva sino que ademas existia en el sanatorio una estructura salarial para el personal no comprendido en el convenio —con distintos niveles de remuneracién— y la actora habia sido ubicada en el nivel maximo como jefa de departamento (fs. 164 vta.). 6°) Que, en las condiciones expuestas, la sentencia impugnada omite una apreciacién critica de los elementos relevantes de la litis (Fallos: 303: 1258; B.622.XX. “Banco Regional del Norte Argentino c/ Banco Central de la Republica Argentina” del 4 de febrero de 1988; entre otros) con grave lesién del derecho de defensa en juicio de la impugnante, por lo que debe descalificarse su cardcter de acto judicial Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia. Con costas. Vuelvan los autos al tribunal de DE JUSTICIA DE LA NACION 1609 31 origen a fin de que, por medio de quien corresponda, proceda a dictar nuevo pronunciamiento. . José Severo CaBaLLeERo — Aucusto César BELLUSCIO — Cantos S.Fayt — Enrique Santiaco PeTRAccHl (segiin mi voto ) — Jorce ANTONIO Bacquk (segiin mi voto ). Voro DE LOS SENORES MINISTROS DOGTOR DON ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI Y DOCTOR DON JorcE ANTONIO Bacqué Considerando: 12) Que con fundamento en lo dispuesto por los arts. 14 nuevo de la Constitucién Nacional y 81 de la Ley de Contrato de Trabajo (t. 0. 1976) la actora reclamé diferencias de salarios y de indemnizacién sustituti- va de preaviso, por entender que durante los ultimos meses de la relacién laboral habida con su empleadora, recibié tratamiento salarial arbitrariamente discriminatorio. Sostuvo que dada -su capacitacién técnica, categoria y desempenio eficiente, sus retribuciones, a la sazon muy por debajo de la de sus pares y subordinados, implicaron una violacién de los derechos consagrados por la Norma Fundamental y reglamentados en el régimen general del contrato de trabajo. La Sala VII de la Camara Nacional de Apelaciones del Trabajo, al confirmar el fallo de primera instancia, rechazé la demanda en todos sus términos; estimé qué la demandante no logré demostrar que su remuneracién era torpemente injusta y que no acredité una exclusi6n en igualdad de circunstancias mediante distinciones arbitrarias, ini- cuas y hostiles, 2°) Que para arribar a esa conclusién el a quo consider6, como lo hizo el sentenciante anterior en grado, que no habia existido trato discrimi- natorio puesto que la “ondulante proporcién en que eran retribuidos los jefes de distintos departamentos, asi como dosinferiores dela accionan- te, que a posteriori también pasaron a detentar dicho cargo, oportuni- dad en la cual su retribucién no variarfa fundamentalmente con la percibida por la actora, no obstante haber recibido mas que ella durante siete meses”, demostré que no mediaba “paridad monolitica” en la forma retributiva de la empresa, quien habia hecho uso fluido de las 1610 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA. ail facultades conferidas por el art. 81 de la Ley de Contrato de Trabajo. Asimismo, entendié que la pretensién de la actora de que la demandada justificara los motivos que la llevaron a abonar sumas superiores constitufa una “forzada inversién del onus probandi”, y que era deter- minante de la solucién del caso, el hecho de que se trataba de puestos fuera de convenio, en los cuales resultaba necesario demostrar una “grosera injusticia” en la medida o proporcién de la evaluacién de los méritos de la dependiente para poder cuestionar esa facultad reserva- da por entero a las autoridades del sanatorio demandado. 3°) Que contra ese pronunciamiento la actora interpuso el recurso extraordinario cuya denegacién motiv6 la presente queja, que resulta formalmente procedente toda vez que se halla en juego la interpreta- cién del art. 14 bis de la Constitucién Nacional y la sentencia apelada, al omitir su tratamiento y resolver el caso sobre la base de las disposiciones de la ley comin, constituye una tdcita decisién contraria al derecho fundado en aquélla. 4°) Que la cldusula constitucional cuya inteligencia se debate, establece el principio de “igual remuneracién por igual tarea”, enten- dido aun antes de su reglamentacién por la Ley de Contrato de Trabajo, como aquel opuesto a situaciones que implican discriminaciones arbi- trarias, como serfan las basadas en razones de sexo, religion 0 raza, pero no a aquellas que se sustentan en motivos de bien comin, como las de mayor eficacia, laboriosidad y contraccién al trabajo del depen- diente, puesto que no es sino una expresién de la regla mas general de que la remuneracién debe ser justa (Fallos: 265:242, in re “Sixto Ratto y otro v. S. A. Productos Stani”, sentencia del 26 de agosto de 1966). Como esta Corte sefialé recientemente en la causa “Segundo, Daniel c/ Siemens S. A.”, S.56.XX, sentencia del 26 de junio de 1986, cabe entender que la garantia constitucional impide cualquier tipo de discriminaciones, salvo las fundadas en “causas objetivas”, las que quedaron plasmadas en el texto del articulo 81 de la Ley de Contrato de Trabajo con posterioridad a la reforma que la ley 21.297 introdujo al texto de la 20.744. La extensién de la regla en los términos antedichos, deriva del principio mds amplio de que la garantfa de igualdad radica en consa- grar un trato legal igualitario a quienes se hallan en una razonable igualdad de circunstancias, doctrina que la Corte ha aplicado reitera- DE JUSTICIA DE LA NACION 1611 an damente al decidir que frente a circunstancias disimiles nada impide un trato también diverso, de manera que resulte excluida toda diferen- cia injusta o que responda a criterios arbitrarios (confr. D.290.XIX. “Dardanelli de Cowper, Ana Inés Marta c/ Aerolineas Argentinas S. A.”, sentencia del 18 de octubre de 1984, consid. 3° y sus citas). 52) Que en el dmbito de las relaciones del trabajo, cabe entonces definir los términos de la ecuacién de tal forma que su aplicacién pueda © efectivizarse sin menoscabo de los derechos de ambas partes, pero también asegurando una interpretacién valiosa que no prescinda de las consecuencias que se derivan de cada criterio, pues ellas constituyen uno de los fndices mds seguros para verificar su coherencia con el sistema en que se engarza el mentado principio (confr. C.368.XIX. “Capitan Jorge Santana y otros”; F.293.XX. “Ferrer, Roberto O.. c/ Ministerio de Defensa”; R.234.XX. “Rieffolo Basilotta, Fausto”, sen- tencias del 11 de junio de 1985, 25 de noviembre de 1986 y 5 de febrero de 1987, respectivamente, entre muchos otros). . Eneste sentido, cabe atender asimismo a las experiencias interna- cionales en la materia, pues el principio constitucional de igual remu- neracién por igual tarea ha sido establecido en consonancia con precep- tos consagrados universalmente desde la creacién de la Organizacién Internacional del Trabajo en 1919 y el dictado de la Declaracién de los Derechos del Hombre aprobada en Paris en 1948. En concreto, el convenio n° 100 de la Organizacién Internacional del Trabajo del afio 1951 sobre igualdad de remuneracién, en su articulo tercero, dispuso que se deberjan adoptar medidas para promover la evaluacién objetiva del empleo, tomando como base los trabajos que éste entrafie, y que las diferencias que resulten de dicha evaluacién objetiva no podran consi- derarse contrarias al principio de igualdad. Si bien originariamente dirigido a la regulacién de la mano de obra masculina y femenina, el principio de igualdad de remuneracién por un trabajo de igual valor responde, actualmente, al criterio mds amplio de la equidad en los métodos de fijacién de los salarios, al que no es ajeno el concepto de que Jas diferencias deben fundarse en circunstancias objetivas y demostra- bles de calificaciones y aptitudes (ver al respecto, “Introducciéri a las Condiciones y el Medio Ambiente de Trabajo”, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 1987). Con andloga orientacién se pronuncié la Corte Suprema de Estados Unidos refiriéndose al Acta de Igual Remuneracién, al establecer que 1612 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 311 trabajos que requieran igual habilidad o capacitacién, esfuerzo y responsabilidad, y son desempefiados bajo similares condiciones de trabajo, deben ser pagados igual sin perjuicio dela demostracién de que las diferencias, de existir, se justifiquen en una de esas circunstancias, mediante premios al mérito basados en sistemas de evaluacién que los aprecien por razones distintas a las prohibidas por la ley. En “Corning Glass Works v. Brennan” (417 U.S. 188, 9 FEP 919 (1974), el Juez Marshall dijo: “A los fines de acreditar la existencia de un caso encuadrado en el acta, el secretario debe mostrar que un empleador paga diferentes salarios a empleados de diferente sexo, por trabajos iguales que requieren igual habilidad, esfuerzoy responsabilidad y que se cumplen en similares condiciones de trabajo”. Al analizar luego los antecedentes legislativos, agreg6: “Este len- guaje reconoce la existencia de muchos factores que pueden ser usados para medir las relaciones entre tareas, las cuales establecen bases validas a la diferenciacién en el pago. Estos factores se encontrardn en la mayoria de los sistemas de clasificacién de tareas”. Elementos tales como la habilidad, capacitacién o categoria, esfuer- zo, responsabilidad y condiciones de prestacién de la tarea, correspon- den actualmente a los requerimientos funcionales bdsicos de la organi- zacién y contenido del trabajo en el seno de la empresa (art. 5° de la Ley de Contrato de Trabajo) y por lo tanto nacen de la misma entraiia del contrato de trabajo, e implican “todos aquellos comportamientos que son consecuencia del mismo, apreciados con criterio de colaboracién y solidaridad”, segun la obligacién genérica de las partes establecida en el art. 62 de la Ley de Contrato de Trabajo (t. 0. 1976). Este plexo condicionante de la igualdad de remuneracién constituye, pues, el marco de referencia de la igualdad de circunstancias a que se aludié en el considerando 4°. 6°) Que, sentado ello, se ratifican los principios fundamentales que sobre la interpretacién de la cldusula constitucional de igual remune- raci6n por igual tarea formulé este Tribunal en los precedentes citados. Empero, una nueva revisién del tema segun las pautas indicadas precedentemente, conduce al andlisis de las consecuencias de la apli- cacién de estos principios a las cuestiones planteadas en el caso. En este contexto, cabe tener en cuenta que los elementos sustanciales del contrato y de la organizacién del trabajo se insertan en el cuadro de la comunidad y por lo tanto responden a valoraciones variables acordes DE JUSTICIA DE LA NACION 1613 3m con el avance cultural y tecnolégico de esa misma comunidad. De tal modo, resulta inadecuado sostener hoy, respecto de la evaluacién de tareas o del desempeiio, que constituyen una materia reservada por entero a las autoridades de la empleadora sin que pueda cuestionarse su razonabilidad, o que, en la practica, la prueba del mérito de los dependientes es para su principal, muy sutil y dificil e inequitativa su exigencia. Ello es asi, no s6lo por las razones que se explicitarén luego, sino también porque implica desconocer los progresos producidos en el Ambito de las relaciones industriales. Existe hoy la posibilidad cierta y concreta de que la empresa —entendida como una organizaci6n cuya responsabilidad social consiste, no s6lo en llevar a cabo la distribuci6n y produccién de bienes, sino en hacerlo también equitativamente, incluso en lo que ataiie a su Ambito interno—,, utilice métodos objetivos de evaluacién de tareas con criterios comunes a todos los puestos. Estos sistemas, sean globales o analiticos, por ponderacién y comparacién de factores, asignacién de puntos, etc., son de utilizacién corriente no sélo en nuestro medio sino en otros paises y responden al cumplimiento de convenios internacionales suscriptos, entre ellos el ya citado n° 100 de Ja Organizacién Internacional del Trabajo (véase, por ejemplo, “Eva- Juacién de tareas”, Oficina Internacional del Trabajo, 1986, en especial, capitulo 9 sobre igualdad de remuneracién y evaluacién de tareas). 7°) Que, en tales condiciones, el criterio sustentado por el a quo sobre la carga de la prueba, se aparta de los principios rectores en la materia ya enunciados, y por ende, de las pautas de distribucién de aquélla segun el art. 337 del Cédigo Procesal (art. 155 de la ley 18.345). Sin establecer presunciones legales, el art. 81 de la Ley de Contrato de Trabajo ha fijado, con el cardcter de obligacién para el principal, la igualdad de trato a sus dependientes en “identidad de situaciones”. Luego, el tratamiento diferenciado, para no resultar lesivo de los derechos de la contraparte, debe justificarse en razones objetivas. Por lo mismo, cada una de las partes deberd probar el presupuesto de Janorma que invoca como fundamento de su pretensién o excepcién. El trabajador deberd acreditar sus “circunstancias”, y quien se excepciona aduciendo que la desigualdad obédece ala valoracién de los méritos del dependiente o a circunstancias de bien comin, debe acreditar estas afirmaciones. ‘i Asi lo ha entendido también la Suprema Corte de Estados Unidos, in re“Mc: Donnell Douglas Corp. vs. Green” (411 U.S. 792, 5 FEP 965- 1614 PALLOS DE LA CORTE SUPREMA 1973). Aunque la decisién se adopté en un caso relativo a la negativade Ja contratacién de personas de raza negra a pesar de que sus califica- ciones cumplian los requerimientos del puesto vacante, el precedente fue aplicado con posterioridad por la misma Corte y las Cortes de Distrito en supuestos diversos como despidos, suspensiones, cuestio- nes disciplinarias, represalias o diferencias de salarios (confr. Schlei and Grossman, “Employment Discrimination Law”, 1979 Supplement. B.N.A., Washington D. C., 1979). E] Juez Powell manifesté en ese caso que, probados por el deman- dante los presupuestos legales, la carga de la prueba debe luego pasar al empleador quien deberé articular una causa legitima no discrimina- toria de su conducta, para lo cual no es necesario detallar cada uno de los motivos que razonablemente pudo justificar su negativa a contra- tar. Agregé luego la Corte en “Furnco Construction Corp. v. Watters” (438, U.S. 567, 17 FEP 1062, 1978) que aquélla “no intenté ser una regla inflexible, rigida, mecanizada o ritual, sino, en todo caso, una forma sensata y ordenada de evaluar la evidencia a la luz de la experiencia comuin tal como se sostiene en la critica cuestién de la discriminacién, porque se presume (por la experiencia) que por lo general las personas no se comportan de una manera arbitraria, sin mediar ninguna raz6n subyacente, especialmente en asuntos empresarios”. 8*) Que en el swb judice, la actora ha alegado como sustento de su pretensién, estar altamente capacitada para el desempefio de su cargo, asi como su dedicacién, esfuerzo y méritos personales, y que su remuneracién —luego de trece afios de labor ininterrumpida—comen- z6 a ser menor que la de algunos de sus pares y subordinados, hasta su despido incausado ocho meses después (demanda de fs. 2/10 de los autos principales, a los que se referirdn las citas siguientes). La demandada, por su parte, ademas de la negativa general de los hechos, negé las diferencias salariales y, para el caso de que existieran, dijo que “ello no autoriza a promover esta antojadiza demanda”, pues el empleador esta facultado a dar tratamiento diferente a sus emplea- dos cuando se sustente en principios de bien comuin (fs. 30 vta./31 de su responde), con invocacién genérica de la jurisprudencia de esta Corte, pero, sin mencionar cuales fueron esos principios en el caso concreto. Cabe destacar, en relacién a los agravios de la actora trafdos a conocimiento de este Tribunal, que se acredité que sus remuneraciones DE JUSTICIA DE LA NACION 1615 Et fueron sensiblemente inferiores a las de sus subordinados y pares, contrariamente a lo manifestado por la demandada en la absolucién de posiciones y a lo negado en el responde (fs. 172/179, peritaje contable); que sus antecedentes profesionales, entre ellos los cursos de perfeccio- namiento certificados por profesionales de la demandada que los yeconocieron en las audiencias respectivas, han sido ampliamente demostrados con la prueba instrumental agregada; y que su desem- pefio eficiente, cargo y condiciones de prestacin de tareas (horarios, fanciones) como las de sus subordinados y pares han sido acreditados mediante las declaraciones de fs. 164/166; 167; 188; 189 y 206 vta./207. La demandada no produjo prueba alguna, desistié de Ja testimonial que habia ofrecido, y perdié su derecho a alegar (fs. 169 y 215). De tal modo, la afirmacién del a quo de que no se ha acreditado la mayor laboriosidad de la actora (que fuera ella la que percibiera mayores remuneraciones, en expresién de fs. 242 vta.) deviene mera- mente dogmatica y sin apoyo en los hechos probados de la causa, toda vez que su pretensién se fundé en la igualdad de condiciones en que se encontraba respecto de sus pares y por encima de sus subordinados. A todo evento, la aplicacién de las reglas de la sana critica obligaban al a quo a cotejar los distintos elementos de juicio obrantes en la causa, integrandolos y armonizdndolos debidamente en su conjunto (confr. L.78.XXI. “Leguiza, Dionisio c/ Sociedad Anénima La Hispano Argen- tina”, sentencia del 31 de marzo de 1987 y sus citas, entre muchos otros). 9°) Que tampoco encuentra justificacién el criterio de que, por ser Ja situacién de la actora la “de personal fuera de convenio”, esa mera circunstancia, en principio, daria sustento al trato desigual. Ello es asi, habida cuenta de que el cumplimiento de las condiciones minimas impuestas al principal no constituye un obstaculo para que la empresa pueda estructurar una organizacién salarial totalizadora que las supe- re (doctrina de los arts. 7%, 8° y concordantes de la Ley de Contrato de Trabajo) y para que, dentro de esa estructura, deba respetar las pautas de equidad fijadas por el art. 81 del mismo cuerpo legal. Maxime, cuando mediante las declaraciones de fs. 164 se acredit6 que el sana- torio demandado pidié a su gerente de personal y relaciones laborales, que proyectara “una organizacién empresarial con una organizacin de personal fuera de convenio, donde existié una administracién de salarios, que arranca desde empleado... seguiacon encargados, jefes de secciones y de departamentos, todas esas escalas salariales tenfan un 1616 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 311 minimo, un medio y un maximo, estando la actora ubicada en el maximo de la categoria de jefe del departamento”. En relacién al punto, cabe destacar que por la forma de celebracién de las convenciones colectivas de trabajo, en razén de la actividad o de Ja profesién, y habida cuenta de la uniformidad que supone su aplica- cién obligatoria, la comparacién de baremos es fundamental a los fines —entre otros— de la determinacién de la equidad externa del aspecto salarial, pero, en cambio, el mandato legal de equidad que surge de las pautas del mentado art. 81, esta dirigido al dmbito interno de la empresa. Asimismo, no debe dejar de sefialarse que el empleador est4 facultado para fijar sus propias estructuras salariales, cuando mejoran las de las convenciones colectivas, las que cabe inferir que en el caso, se establecieron sobre bases de andlisis de puestos y del desempefio de sus dependientes, en condiciones de rentabilidad ya que ello responde a una razonable organizacién empresarial. 10) Que tampoco se ajusta a una interpretacién razonable de la norma reglamentaria nia los hechos alegados en la causa, la conclusion de que la desigualdad salarial, para considerarse “arbitraria” (art. 81 cit.) debe ser “torpemente injusta” o que las distinciones deban ser “inicuas” u “hostiles”, puesto que la torpeza y el 4nimo persecutorio o agresivo no son requeridos por la ley, sobre todo tratandose de cuestio- nes vinculadas a la contraprestacién debida por los servicios ynoa problemas disciplinarios, o de suspensiones 0 despidos. Al respecto, tampoco fue considerado por el a quo que mediante la prueba pericial contable se ha acreditado que aun comparados con los ingresos de sus subordinados Rosello, Moya y Rabello, las diferencias salariales, aun- que fluctuantes, fueron significativas, y que fueron dos de ellos los que pasaron a desempeiiar el puesto de la actora con posterioridad a su despido (constancias de fs. 176 vta/177 y fs. 89, y manifestacién de fs. 2 reconocida expresamente en el responde de fs. 26). 11) Que en esas condiciones, corresponde descalificar lo decidido, pues satisface sélo de manera aparente la exigencia de constituir una derivaci6n razonada del derecho vigente con aplicacién a las circuns- tancias de la causa. Por ello: se hace lugar a la queja y al recurso extraordinario interpuesto y se deja sin efecto la sentencia. Con costas (art. 68 del Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién). Vuelvan los autos al DE JUSTICIA DE LA NACION 1617 au Tribunal de origen para que, por quien corresponda, proceda a dictar nuevo fallo con arreglo al presente. Enrique Santiaco Perraccu! — Jorce ANTONIO Bacqus. COMPANIA AZUCARERA y ALCOHOLERA SOLER S.A. v. NACION ARGENTINA —MINISTERIO pe ECONOMIA-- AZUCAR. La reglamentacién instrumentada por resolucién 1132/79 de la Secretaria de Estado de Comercio y Negociaciones Econémicas Internacionales (SECYNED) por la que se reglamenté el prorrateo de las cuotas de produccién para exporta- cién que efectiian los ingenios, especialmente en cuanto establecié normas para Jos casos en que no hubiera habido molienda en el afio inmediato anterior, no luce como irrazonable y encuadra dentro de las facultades de interpretacién y reglamentacién atribuidas por la ley a la autoridad de aplicaci6n. AZUCAR. Del decreto 673/77 se desprende que la Secretaria de Estado de Comercio del Ministerio de Economfa —antecesora de Ja Secretaria de Estado de Comercio y Negociaciones Econémicas Internacionales, segiin decreto 3719/77— quedaba munida de mayores atribuciones que las que resultan del mero concepto de “autoridad de aplicacién”, por cuanto el art. 2° de la ley 19.957 otorgé facultades de “interpretacién, reglamentacién y aplicacién” que en virtud del art. 2° del decreto 673/77, fueron traspasadas a la Secretarta de Estado. ESTADO. La interpretacién de la Constitucién Nacional debe hacerse de manera que sus limitaciones no Heguen a trabar el eficaz ejercicio de los poderes atribuidos al Estado a efecto del cumplimiento de sus fines del modo més beneficioso para la comunidad, por lo que se ha reconocido de antiguo la facultad de aquél para intervenir por via de reglamentacién.en el ejercicio de ciertas industrias y actividades a efectos de restringirlo o encauzario en la medida que lo exijan la defensa y el afianzamiento de la salud, la moral, el orden publico y aun los intereses econémicos de la colectividad. AZUCAR. El marco normativo dentro del cual cabe interpretar los actos reglamentarios del poder administrador refleja la existencia de una industria fuertemente dirigida,

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